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Bioetica_y_Odontologia_General

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Revista Dental de Chile 2009; 100 (2)32
Revisión Bibliográfica 
Dra. María Angélica Torres-Quintana1
Dra. Macarena Miranda V.2
Dr. Fernando Romo O.3
 1Profesor Asistente, Depto. Patología y 
Clínica Odontológica del Adulto, 
Facultad Odontología, Universidad de Chile. 
2Cirujano Dentista, Ayudante Clínica 
Odontológica del Adulto, 
Facultad Odontología, Universidad de Chile.
3Profesor Asociado, Director de la Clínica 
Odontológica del Adulto, 
Facultad Odontología, Universidad de Chile. 
Bioética y Odontología General.
Bioethics and General Dentistry.
El desarrollo tecnológico de la medicina, el cambio de enfoques filosóficos en conducta humana 
(ethos), las decisiones políticas y económicas en asignación de recursos en salud, y numerosos 
problemas éticos se han extendido a todas las disciplinas sanitarias, determinado el cambio de la 
Ética tradicional a la Bioética actual. La Bioética es un campo de estudio e investigación que se ha 
expandido rápidamente en el mundo, en Odontología se manifiesta en temas como procedimientos 
de alto riesgo, consentimiento informado para tratamientos odontológicos, revisión entre colegas, 
calidad de servicios, mala praxis, etc. Este artículo presenta a la Bioética y su rol en los diferentes 
ámbitos de la Odontología, mostrándola como la nueva disciplina que puede aportar los elementos 
necesarios para que se entienda la razón de ser de las normas, de modo que sean asumidas y 
puestas en práctica no por conveniencia sino por convicción.
Palabras claves: Bioética, consentimiento informado, relación odontólogo paciente 
Resumen
Revista Dental de Chi le
2009;100 (2) 32-37
Autores:
Summary
Las ideas acerca de lo bueno, lo 
justo, el deber o la virtud que son el 
quehacer de la ética están presentes desde 
los comienzos de la historia del hombre, 
quien a su vez ha intentado modifi car el 
curso de su historia buscando la forma 
de infl uir y dominar en la naturaleza. 
El desarrollo acelerado de la ciencia y 
la tecnología le han dado al hombre las 
herramientas para manejar lo biológico, 
cambiar lo que la naturaleza propone y 
decidir respecto de lo que una vida y 
un ser humano puede o llegar a ser. El 
Introducción
desarrollo tecnológico de la medicina, 
el cambio en los enfoques fi losófi cos 
acerca de la conducta humana (ethos), 
la toma de decisiones políticas y 
económicas en la aplicación de los 
recursos para la atención de salud, y 
un gran número de nuevos problemas 
éticos que se han extendido a todas las 
disciplinas sanitarias, han determinado 
el cambio de la Ética tradicional a la 
Bioética actual.(1)
La Bioética es un campo de estudio 
e investig ación que se ha expandido 
rápidamente en el mundo, iniciándose 
en los países desarrollados hace 40 
años. El término bioética fue acuñado 
por el oncólogo norteamericano Van 
Rensselaer Potter en su libro “Bioética: 
puente hacia el futuro”, publicado en 
1971; evento considerado como el 
inicio de una disciplina cuyo objetivo 
es “la ética de la vida biológica”, (2). 
La “Encyclopedia of Bioethics” (New 
York, 1978) (3) defi ne la “Bioética” como 
el “estudio sistemático de la conducta 
Technological developments in medicine, changing philosophical approaches to human 
behaviors (ethos), political and economic decisions on resource allocation in the health area have 
inevitable created strong ethical issues. Bioethics has emerged today as a new field of study and 
research. Bioethics has also expanded rapidly in the world. In dentistry bioethics is evident in 
issues such as high-risk procedures, informed consent for dental treatment, peer review, quality 
of services, and malpractice. This paper presents bioethics and its role in the various fields of 
dentistry, showing how this new discipline can provide the necessary elements to understand the 
rationale and rules, so they are taken and implemented not for convenience but out of conviction.
Key words: Bioethics, informed consent, dentist-patients relationships.
Revista Dental de Chile 2009; 100(2) 33
humana en el ámbito de las ciencias 
de la vida y del cuidado de la salud, 
examinada a la luz de los valores y de 
los principios”. En defi nitiva, aquella 
parte de la Ética o fi losofía moral que 
estudia la licitud de las intervenciones 
sobre la vida del hombre, especialmente 
en el campo de la Medicina y de las 
ciencias biológicas examinada a la 
luz de los valores y principios (4). El 
concepto de “Bioética” incorpora 
una dimensión ética interd isciplinar 
al campo de la Medicina, un marco 
de debate y de formulación moral 
donde son involucrados muchos otros 
profesionales vinculados a las ciencias 
de la vida y su legitimación legal, como 
biólogos e investigadores básicos, 
farmacéuticos, expertos en Salud 
Pública, juristas, fi lósofos y teólogos (5). 
Así se han formado comités nacionales 
e internacionales de Ética, grupos 
 multidisciplinarios que se ocupan de 
la docencia, investigación y consultas 
asociadas con los dilemas éticos que 
surgen ante la práctica profesional. 
La Bioética ha ocupado un papel 
creciente en el marco de la fi losofía 
moral, con decisiva repercusión sobre 
el ordenamiento jurídico y social de 
los pueblos (Bioética Teórica); la 
sensibilización de los miembros de la 
comunidad científi ca y de profesionales 
de la salud sobre los derechos de 
las personas, constituye uno de sus 
principales logros en los últimos 30 
años. La Bioética es además una ética 
práctica, de aplicación inmediata en el 
mundo de la Medicina y su entorno, 
cuyos principales protagonistas son el 
médico y el paciente (Bioética Clínica), 
constituye una refl exión ética que 
soporta, además de la responsabilidad 
ética sobre el ambiente, los problemas 
de la equidad y la justicia en el acceso 
a los recursos, decisiones de Salud 
Pública de gran repercusión social 
y legal (Bioética en Salud Pública y 
Justicia); y constituye un esfuerzo 
sistemático de relacionar los dilemas 
de la bioética con el contexto histórico, 
ideológico, cultural y social en el que 
se han expresado (Bioética Cultural)
(4). Gracias a la Bioética se han 
promulgado códigos apropiados para 
la investigación tanto básica como 
clínica y para la asistencia sanitaria y la 
mayoría de las profesiones han revisado 
su estatuto social en el sentido de una 
mayor humanización de sus prácticas 
(1). 
Sin embargo, es recién en las 
últimas décadas que se ha reconocido a 
la Bioética como una disciplina esencial, 
que brinda ayuda tanto a médicos 
y odontólogos, como a pacientes, 
para resolver los nuevos y complejos 
dilemas que surgen con el permanente 
desarrollo de la ciencia y la tecnología 
(6). Estos dilemas los podemos describir 
en todo momento dentro de la relación 
que se genera entre el odontólogo y 
su paciente, con los colegas y con la 
sociedad(5). La presencia de la bioética 
en Odontología se manifi esta en temas 
como procedimientos de alto riesgo, 
el consentimiento informado para 
tratamientos odontológicos y de salud 
oral, revisión entre colegas y calidad 
de servicios, mala praxis odontológica, 
gastos por atención odontológica 
general, secreto profesional, relación 
odontólogo paciente(7), etc. y con cada 
nuevo avance científi co y tecnológico 
aparecen nuevos problemas éticos, 
dilemas que han aumentado en número 
y complejidad(8). El rol de la Bioética 
en estos temas es aportar los elementos 
necesarios para que se entienda la razón 
de ser de las normas, de modo que sean 
asumidas y puestas en práctica no por 
conveniencia sino por convicción(9). 
Además contribuye como una nueva 
herramienta en la toma de decisiones 
responsables dentro del ejercicio de 
la profesión odontológica, pues la 
odontología moderna está presionada 
por una cantidad de cuestiones morales 
y sociales que están afectando de 
manera considerable su práctica diaria. 
La prevención de las enfermedades 
bucales y el cuidado de la salud bucal 
para todas las personas, tanto para 
aquellos que tienen medioscomo para 
aquellos que no, son responsabilidades 
importantes de la Odontología Social, 
pero algunas cuestiones han generado 
más atención que otras, la población 
de adultos mayores en nuestra sociedad 
chilena ha aumentado en proporciones 
similares a las de países desarrollados 
y las políticas de salud han debido 
adaptarse para mejorar el pasar y el 
término de la vida. Los derechos y 
responsabilidades de estas personas, 
al igual que el de otros consumidores, 
le ha dado un gran ímpetu a las 
renovadas demandas por una mayor 
responsabilidad de los odontólogos. El 
consentimiento informado, por ejemplo, 
se ha transformado en un proceso 
fundamental en la práctica odontológica 
general actual, principalmente debido 
al aumento de las demandas por 
parte de pacientes descontentos. La 
preocupación creciente de los pacientes 
por sus derechos ha estimulado nuevas 
necesidades en los profesionales y 
actualmente son pocos aquellos que 
siguen ejerciendo su profesión sin 
seguro por mala praxis.
La evaluación por pares y el 
análisis de los servicios brindados 
por el profesional a cargo de otros 
colegas, también resulta una necesidad 
en aquellos sistemas de salud dental 
que están sinceramente interesados en 
su responsabilidad hacia el público y 
brindan servicios de alta calidad. Día 
a día se escucha decir que la atención 
dental implica costos muy elevados, 
es entonces cuando la odontología 
se ve atrapada por el problema de lo 
que es justo. Reducir los costos del 
cuidado de la salud dental requiere 
ciertamente de la necesidad de usar 
materiales más baratos, sin tener 
la certeza de sus características 
biofuncionales, o reducir costos a través 
de la competencia, permitiendo la 
realización de publicidad, comúnmente 
engañosa. La reevaluación de la 
calidad de los biomateriales empleados 
en países en vías de desarrollo y el 
Revista Dental de Chile 2009; 100 (2)34
Aunque es muy difícil identifi car 
con precisión el comienzo de la 
bioética, pueden distinguirse varios 
acontecimientos que desempeñaron un 
importante papel en su rápido ascenso. 
El enorme poder destructivo generado 
durante la Segunda Guerra Mundial 
donde los abusos cometidos en seres 
humanos en la investigación médica 
provocaron la primera crisis ética 
moderna y los primeros llamamientos 
en favor de una nueva ética médica. 
El Código de Nüremberg en 1947, 
dio respuesta parcial a la necesidad 
y llegó a convertirse en uno de los 
fundamentos de esta nueva ética: la 
exigencia obtener el consentimiento 
informado de los participantes. Una 
de las primeras razones la constituyen 
los avances en el campo de la biología 
molecular como el descubrimiento 
del código genético, y de la ecología 
humana, y la creciente preocupación 
por el futuro de la vida sobre nuestro 
planeta, donde el agotamiento de las 
materias primas, la contaminación 
de los mares, la destrucción de los 
bosques, la alteración de la atmósfera, 
etc., ponen en peligro drásticamente la 
calidad de vida de los hombres en las 
próximas generaciones y comprometen 
seriamente la viabilidad de la especie 
humana en un futuro no muy lejano. 
Otro, la profunda transformación 
operada en el ámbito de la medicina 
Fundamentos y principios de la bioética
replanteamiento de la publicidad del 
profesional odontólogo deberían ser 
encuadradas dentro de normas comunes 
a la investigación y publicidad medico-
farmacéutica y legal. 
Nuevas facultades de Odontología 
se han creado, justifi cadas en la 
insufi ciente mano de obra para sostener 
y mejorar la salud bucal de los chilenos, 
estos centros requieren de acreditación 
para generar un odontólogo con las 
competencias que el país requiere, las 
comisiones de evaluación y acreditación 
para Odontología deben también ser 
replanteadas. Hasta ahora el énfasis de 
la educación dental ha estado orientado 
hacia la incorporación de habilidades 
técnicas, subestimando el ámbito ético 
humanista. Probablemente no haya 
existido una mayor apreciación de las 
diferencias que separan a la odontología 
en los últimos 25 años es la reforma 
sanitaria, en ninguna otra época como 
en la nuestra se han planteado tantos 
y tan complejos problemas morales a 
los médicos, y nunca como ahora se 
ha requerido una adecuada formación 
ética de los profesionales sanitarios 
dada la mayor autonomía y capacidad 
de decisión del enfermo, las profundas 
transformaciones tecnológicas de 
la práctica médica, y el modo como 
los poderes públicos, en particular el 
Estado, han diseñado y gestionado 
la política sanitaria. El Código 
de Nüremberg (1947) elaborado 
por juristas en repudio a los actos 
realizados durante la Segunda Guerra 
Mundial, retomó algunos de los 
planteamientos hipocráticos haciendo 
prevalecer la mínima moral del médico 
e investigador de “No hacer daño” al 
paciente, pensando en proporcionarle 
el mayor bien posible (Benefi cencia) 
en el acto médico y nace allí además 
la necesidad de respetar el deseo y 
la decisión del paciente como ente 
racional capaz de decidir por su bien 
en forma autónoma. Comienzan 
a materializarse los principios de 
Bioética, como regla intermedia entre 
las grandes generalizaciones fi losófi cas 
y las reglas de conducta, de este modo 
su interpretación y aplicabilidad 
dependen de factores asociados a cada 
caso en particular. 
La Asociación Médica Mundial 
se defi ne en la Declaración de Helsinki 
(1964), reforzando la participación 
voluntaria y la necesidad de una 
evaluación independiente de las 
investigaciones con participación de 
sujetos humanos, se reevalúan cada uno 
de sus puntos y se elaboran nuevos pactos 
entre el estado Norteamericano y las 
Naciones Unidas, Pacto Internacional 
de Derechos Económicos, Culturales 
y Sociales (1966), donde se respeta la 
iniciativa científi ca, pero manteniendo 
un profundo respeto principalmente 
por los sujetos participantes. Sin 
embargo en 1974, luego de Tuskegee, 
el Congreso de Estados Unidos debe 
crear la “Comisión Nacional Para 
La Protección De Sujetos Humanos 
Participantes De Investigaciones 
Medicas Y Psicosociales”, se defi ne 
entonces un Comité De Revisión Ética 
que dicta las bases para la publicación 
del Informe Belmont, en 1978. En 
este Informe se plantearan claramente 
los tres principios fundamentales de 
la Bioética, benefi cencia, justicia y 
autonomía. 
Respetar la autonomía signifi ca dar 
valor a las consideraciones y opciones 
de las personas autónomas estipulados 
en el Consentimiento Informado 
y respeto a personas vulnerables. 
Benefi cencia en cuanto es la obligación 
como profesión de otras ocupaciones 
cuyo principal objetivo es la generación 
de ganancias. La incorporación de la 
Bioética en las mallas curriculares de 
las facultades de odontología podría 
generar una mejor refl exión ética 
que le de otro sentido a la profesión 
odontológica, mejorando la relación 
odontólogo paciente e interprofesional.
Revista Dental de Chile 2009; 100(2) 35
ética de lograr los máximos benefi cios 
y de reducir al mínimo el daño y 
la equivocación; en este aspecto 
y posterior al Informe Belmont, 
Beauchamp y Childress(10)introducen 
en la refl exión bioética el concepto de 
No-Malefi cencia distinguiéndola de 
la benefi cencia, puesto que la primera 
“obliga a todos de modo primario y es 
anterior a cualquier tipo de información 
o consentimiento”. Finalmente el 
principio de Justicia es la obligación 
ética de dar a cada cual lo que le 
co rresponde (“según su necesidad”).
Estos cuatro principios clásicos de 
la bioética norteamericana (autonomía, 
benefi cencia, no malefi cencia y 
justicia) otorgan uniformidad al 
análisis y suponen un nuevo enfoque 
metodológico y procedimental para 
juzgar las acciones médicas, sin embargo 
varios puntos restan en discusión 
dada la necesidad de establecer 
La Bioética ha sido recientemente 
reconocida comouna disciplina 
esencial, en el área de las ciencias de la 
salud, aportando luces para solucionar 
los grandes dilemas aparecidos por el 
espeluznante desarrollo de la ciencia 
y la tecnología(6) En consecuencia, la 
odontología, como parte de las ciencias 
de la salud, interviene y se enriquece 
con la bioética humanizando su praxis y 
relacionándose transdisciplinariamente 
(12). El odontólogo, como efector 
sanitario, responsable de la salud 
oral del paciente y, por extensión, de 
la comunidad a la que pertenece, no 
debe estar ajeno a los fundamentos, 
valores, principios y metodología que 
la bioética propone(13), ya que éstos le 
posibilitarán un accionar profesional 
integrador de mayor calidad (bioética 
sanitaria o bioética clínica)(14). Como 
parte de un equipo de salud, el 
Discusión
odontólogo no puede estar ajeno a los 
grandes dilemas bioéticos, la refl exión 
bioética le entrega las herramientas para 
elaborar una opinión fundamentada.
Los principios propuestos por 
la bioética proporcionan al quehacer 
odontológico un conjunto de valores 
que establecen parámetros para la 
mayor parte de los aspectos de las 
evaluaciones del profesional. En primer 
lugar, la vida del paciente, su salud 
general y su salud bucal, entendida 
como un funcionamiento bucal 
apropiado y sin dolores, constituirían 
la ética de mínimos. La autonomía del 
paciente; lo que le ocurra al cuerpo del 
paciente (incluyendo la importancia que 
éste le otorga a la salud, el confort, el 
costo y otros valores); las preferencias 
de los dentistas por ciertas prácticas 
(incluyendo diferentes fi losofías de 
prácticas dentales); consideraciones 
estéticas, desde el punto de vista de 
experimentadas prácticas dentales; 
consideraciones de efi ciencia, que 
puedan incluir, por parte del dentista, 
análisis de costos, se insertarían dentro 
de la ética de máximos. 
“Compromiso de servicio” o 
“compromiso con el público” son 
expresiones frecuentes para resaltar una 
de las características de las profesiones 
de la salud. Pero éstas admiten varias 
interpretaciones, con implicancias 
distintas en la práctica real; por 
ejemplo, los tipos de sacrifi cios que 
los dentistas están profesionalmente 
comprometidos a realizar por sus 
pacientes o los tipos de riesgos de 
vida y salud, bienestar fi nanciero o 
reputación que un dentista está obligado 
a enfrentar. Las preguntas vinculadas a 
la relación entre empresa y compromiso 
prioridades entre estos principios. Es 
así que Diego Gracia (11) propone el 
modelo denominando “principialismo 
jerarquizado”, planteando ciertas 
modifi caciones al modelo originario 
de los principios, dotándoles de mayor 
racionalidad ética y solidez doctrinal. 
Gracia considera que los principios de 
no-malefi cencia y justicia son, de algún 
modo, independientes del principio 
de autonomía y jerárquicamente 
superiores, porque obligan moralmente 
siempre, incluso contra la voluntad 
de las personas, en este caso de los 
enfermos. Es en este primer escalón 
donde se postula la mayor exigencia del 
“bien común” sobre el “bien particular” 
de la autonomía. En el segundo 
escalón, el principio de la benefi cencia 
no es enteramente separable del de 
autonomía. La no-malefi cencia expresa, 
por otra parte, el criterio universal 
de hacer bien a todos no haciéndoles 
el mal, mientras que la benefi cencia 
proporciona un concepto de bien que 
parece referirse, en la concepción del 
autor, a un bien particular. Por eso 
ese bien particular está relacionado 
con intimamente relacionado con la 
autonomía. El primer escalón, o nivel 
1, constituido por no-malefi cencia y 
justicia, viene a representar una “ética 
de mínimos”: lo básico exigible para 
dar carácter ético al acto médico o 
sanitario y siempre un verdadero deber. 
Benefi cencia y autonomía comprenden 
el nivel 2, y cuando siguen al nivel 1 
convierten el acto médico en una “ética 
de máximos”, transformando la acción 
de cumplir el mero deber en satisfacción 
del paciente (en felicidad). El primer 
nivel es exigible por el derecho, el 
segundo sería específi co de la moral. 
El nivel 1 sitúa el acto médico ante un 
deber universal –de universalización–, 
el nivel 2 en un rango de exigencia ética 
mayor pero de particularización.
Revista Dental de Chile 2009; 100 (2)36
con el paciente, y el sacrifi cio de los 
propios intereses involucrados han 
sido discutidas en todos los períodos 
de la profesión dental. El consenso es 
que (especialmente en situaciones de 
emergencia) el paciente oral y la salud 
en general demandan, por parte de los 
dentistas, sacrifi cios importantes que 
afectan a sus conveniencias personales 
y sus intereses económicos. Desde 
la aparición de HIV y el SIDA las 
implicancias son aún más urgentes en 
relación con la obligación de priorizar 
al paciente.
El “principialismo jerarquizado” 
resulta una buena dirigente en la toma 
de decisiones, los cuatro principios se 
ordenan en dos niveles jerárquicos, 
el primero o nivel 1, está constituido 
por los principios de No-Malefi cencia 
y de Justicia, y el nivel 2 por los de 
Autonomía y de Benefi cencia. El 
primero es el propio de la “ética de 
mínimos”, y el segundo es el de la “ética 
de máximos”. A los mínimos morales 
se nos puede obligar desde fuera, en 
tanto que la ética de máximos depende 
siempre del propio sistema de valores, 
es decir, del propio ideal de perfección 
y felicidad que nos hayamos marcado. 
Una es la ética del “deber” y otra la ética 
de la “felicidad”. El primer nivel es el 
propio de lo “correcto” (o incorrecto), 
en tanto que el segundo es el propio de 
lo “bueno” (o malo). Por eso el primero 
es el propio del Derecho, y el segundo 
es el específi co de la MoLa aplicación 
de los principios a situaciones reales 
tiene sus limitaciones, los principios 
son abstractos, y su aplicación se 
realiza desde la particularidad de 
situaciones específi cas vividas por 
personas concretas. La teoría presenta 
la aplicación de los principios con gran 
simplicidad, pero en la práctica puede 
ser difícil determinar cómo actuar, 
por ejemplo ejercer benefi cencia y 
simultáneamente respetar la autonomía, 
sobre todo cuando los esquemas de 
valores del médico no coinciden con 
los del paciente. En la aplicación de los 
principios a la resolución de dilemas 
bioéticos es necesaria la empatía, para 
comprender el contexto específi co que 
envuelve a la persona en cuestión, 
con su singular proyecto de vida y su 
esquema de valores(15). 
La Bioética en Odontología ha 
tenido una lenta incorporación, debido 
a que no abarca a los grandes temas 
de vida y muerte, eutanasia, aborto, 
clonación como en la medicina. Sin 
embargo, esto no signifi ca que se 
encuentre ajena a nuestra profesión “Se 
es o no ético en los grandes momentos 
y también en los pequeños”(16) por lo 
tanto es obligación de un odontólogo 
general, tanto como actualizarse, el 
interiorizarse en este ámbito. 
La Odontología al transformarse 
en una profesión y luego de grandes 
avances tecnológicos (resinas, 
implantes, coronas libres de metal, etc.) 
se ubicó como una elite y actualmente 
está siendo desvirtuada por la 
publicidad engañosa, los presupuestos 
gratis, las demandas a profesionales, 
la falsa expectativa a los pacientes. Es 
aquí donde actúa la Bioética, en esta 
odontología llena de dilemas, como 
por ejemplo, el gran dilema actual en el 
aspecto social corresponde a si seguir 
un sistema mercantilista o un sistema 
social, y para saber cuál es la correcta 
actitud que adoptar frente a estos 
dilemas, un odontólogo debe instruirse 
al respecto, para que no sólo otorgue 
argumentos basados en la evidencia 
(un tema tan en boga actualmente) 
sino que además sean las éticamente 
correctas. Además, otros benefi cios 
de la bioética es entender el concepto 
del consentimiento informado no 
como el simple trámite, o la fi rma de 
un presupuesto, sino como un acto de 
diálogo e información al paciente queculmina con la fi rma de un documento, 
mejorando considerablemente la 
relación odontólogo paciente y 
reduciendo la probabilidad de futuros 
problemas comunicacionales o, por qué 
no decirlo, legales. 
La bioética no va a lograr 
transformar lo malo a lo bueno sino que 
ayuda a tomar la mejor decisión o plan 
de tratamiento posible, fomentando a la 
vez un diálogo interdisciplinario entre 
profesionales.
Es necesaria una profunda 
refl exión y discusión al interior de la 
profesión odontológica para restablecer 
un conjunto de normas que permitan 
un punto de partida acerca de lo que 
esta bien o esta mal en el ejercicio 
profesional. 
Revista Dental de Chile 2009; 100(2) 37
CORRESPONDENCIA AUTOR
Dra. María Angélica Torres-Quintana
Departamento de Patología y Clínica 
Odontológica del Adulto. Facultad de 
Odontología, Universidad de Chile.
Olivo 943
Tel.: 978 1796 - 978 1726
Email: mantorre@uchile.cl
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