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El Flechador del Cielo Este antiguo mito de la cultura mixteca, presenta una bonita historia de amor entre dos jóvenes, que lograron unirse a pesar de las adversidades. La historia, además de tratar de dar una explicación sobre cómo se origina el ocaso, muestra una importante lección: “nada es imposible”. El flechador del cielo, también conocido como flechador del sol, es todo un ejemplo de constancia y determinación. Cuenta la leyenda que, Ilhuicamina, el flechador del cielo, tenía una herida que no era de batalla, sino de amor. Todo el mundo le preguntaba por qué estaba tan triste y cabizbajo, pero Ilhuicamina nunca respondía. Cada tarde, se disponía a la montaña más cercana y, desde ahí, lanzaba flechas hacia el cielo con furia. A veces, cerraba los ojos para pensar en su amada Citlalixochitl. El padre de la joven no estaba de acuerdo en la relación y le había puesto una condición a Ilhuicamina para unirse a su hija: tendría que clavar sus flechas en el corazón del cielo (el sol) y hacerlo sangrar. El fechador no se rindió y, una tarde, cuando todo parecía perdido, el cielo comenzó a sangrar. La sangre recorría laderas y ríos. El padre de la joven se quedó sorprendido al ver el cielo rojo. Desde entonces, aceptó el compromiso de los muchachos y le agradeció Ilhuicamina por su perseverancia y por el amor que le tenía a su hija. Dicen que, desde entonces, cada tarde los pájaros anuncian la presencia de Ilhuicamina y Citlalixochitl. Estos lanzan una flecha al corazón del cielo, el sol, dando lugar a la muerte de un día y el nacimiento de una noche: el ocaso.
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