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Kamshout y el otoño Esta leyenda de origen argentino sirve para dar una explicación a la transformación de los árboles en las estaciones de otoño y primavera. Pero también puede verse como una reflexión al riesgo que supone la ignorancia, la cual puede ser la madre de los prejuicios hacia lo nuevo o diferente. Hay que valorar otras opciones y no creer solo lo que ya sabemos o creemos saber. También nos habla de la importancia de no burlarse de los demás cuando sus creencias u opiniones no coinciden con las nuestras. En Tierra de Fuego hubo un tiempo en que las hojas de los árboles eran siempre verdes. Un joven que vivía allí, Kamshout, partió a un lugar lejano a hacer un rito de iniciación al llegar a la madurez. Tardó mucho tiempo en volver y el resto de habitantes lo habían dado por muerto. Un día, Kamshout apareció y contó a sus paisanos que venía de un lugar donde los árboles perdían sus hojas en otoño y, en primavera, surgían hojas verdosas. Nadie creyó sus palabras y sus paisanos se burlaron de él. Kamshout, enfadado, se marchó al bosque y desapareció durante un tiempo. Pronto, reapareció convertido en un loro vestido con plumas verdes y rojas. Llegó el otoño y Kamshout tiñó las hojas con sus plumas rojas, estas cayeron al suelo. Los habitantes pensaron que los árboles estaban enfermos y morirían. Kamshout no pudo contener la risa. En primavera surgieron hojas verdosas. Desde entonces, los loros se ríen de los humanos para vengarse de la burla hacia Kamshout, su antepasado
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