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Teo 8 -El mal de ojo de los intelectuales - Barbero y Rey doc

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Martín-Barbero, Jesús y Rey, Germán (1999): “El mal de ojo de los intelectuales”, “Del
malestar al desorden cultural”, “Diseminación del saber y nuevos modos de ver/leer”, en Los
ejercicios del ver, Barcelona, Gedisa.
a) “El mal de ojo de los intelectuales”
Sinopsis:
El autor cuestiona la critica de las elites intelectuales a la televisión: el “mal de ojo” de los
intelectuales “que los hace insensibles a los retos culturales que plantean los medios,
insensibilidad que se intensifica con la televisión”. Considera al medio como el escenario
cotidiano donde se desarrollan los diferentes dramas sociales, la constitución de imaginarios
colectivos en los que la gente se reconoce y se representa aquello “que tienen derecho a esperar
y desear”. Reclama una crítica que pueda diferenciar el carácter manipulatorio de la televisión
del lugar estratégico que el medio ocupa “en las dinámicas de la cultura cotidiana de las
mayorías”. El autor percibe un círculo vicioso entre la mala conciencia de los intelectuales, la
incomprensión de las ciencias sociales a la televisión, que los aleja de ella, y la buena conciencia
de los comerciantes de la cultura. Cuestiona la idea de apagar la televisión como política
educativa y cultural. Reclama que la escuela trabaje en la formación de una mirada crítica sobre
el medio y sus contenidos.
Objetivos del dictado del texto:
Que los alumnos reconozcan las nuevas concepciones acerca de la televisión en la década de
los noventa. Que puedan establecer continuidades y rupturas respecto del período anterior. Que
puedan identificar los mecanismos de legitimación intelectual de la industria cultural desde la
cultura popular, como así también las concesiones retóricas que hace el autor.
Conceptos, categorías, nociones y palabras claves:
Televisión, cultura, intelectuales, crítica, queja, rencor, insensibilidad, “mal de ojo”, escuela.
Cuestionario:
1- ¿Qué quiere decir el autor cuando se refiere al “mal de ojo” de los intelectuales? ¿Cuáles son
las críticas que le hace el autor?
2- ¿Qué concepción del medio televisivo se desprende del texto?
3- ¿Cuál es la relación entre el medio televisivo y las mayorías?
4- ¿Qué tipo de crítica propone el autor?
5- ¿Qué papel le cabe a la escuela, según el autor, ante la hegemonía del medio televisivo?
b) “Del malestar al desorden cultural”
Sinopsis:
El autor considera que la experiencia cultural latinoamericana no puede pensarse por fuera de
las nuevas tecnologías de la comunicación. Una experiencia cultural atravesada por un profundo
malestar relacionado con una hegemonía audiovisual que provoca la desmitificación de las
tradiciones y costumbres, la articulación entre secularización y desencanto. Este des-orden en la
cultura que provoca la experiencia audiovisual atenta contra el tipo de saber y representación
cultural basado en el principio de autoridad. La televisión será la que más radicalmente va a
des-ordenar la idea y los límites del campo de la cultura porque replantea de raíz nuestra
percepción estableciendo un nuevo sensorium espacio temporal - desanclaje local nacional,
simultaneidad, instantaneidad y flujo.
Objetivos del dictado del texto:
1
Que los alumnos puedan reconocer las características principales de una concepción del medio
televisivo como agente principal de cambios culturales. Que puedan vincular dichas
concepciones con elementos del paradigma posmoderno dominante en los años noventa. Que
puedan relacionar los juicios del autor sobre el medio con los planteos de otros autores claves
del período.
Conceptos, categorías, nociones, palabras clave:
Cultura, des-ordenamiento cultural, des-centramiento, espacio, tiempo, sensorium, global, local,
experiencia audiovisual, sensorium audiovisual, desanclaje local-nacional, simultaneidad,
instantaneidad, flujo.
Cuestionario:
1- ¿Cuáles son los elementos que componen al malestar latinoamericano en la modernidad?
¿Qué papel les cabe a los medios y las nuevas tecnologías?
2- ¿Por qué el autor sostiene que la televisión es “el medio que más radicalmente va a
desordenar la idea y los límites del campo de la cultura?
3- ¿Cuáles son las modificaciones que la experiencia audiovisual introduce en nuestra
percepción espacio temporal?
4- ¿Qué relaciones pueden establecerse entre los planteos del autor y los de Oscar Landi en
Devórame otra vez?
c) “Diseminación del saber y nuevos modos de ver/leer”
Sinopsis:
La televisión y la computadora han des-centrado uno de los espacios más estratégicos: aquel
donde se imbrican la escuela y la familia. El des-centramiento provocado por la televisión en la
escena doméstica evidencia el des-orden cultural al provocar un cortocircuito en los modos en
que circula la información en el hogar. En cuanto a la escuela, ésta encarna un régimen de saber
centrado en el texto escrito que estructura la información escolar en forma sucesiva y lineal,
donde la comunicación pedagógica se reduce a la transmisión de contenidos memorizables y
restituibles; concibe a la lectura como actividad pasiva y unívoca, de ahí su rechazo a la
polisemia de la imagen y a sus intentos de controlarla. Al colocarse a la defensiva de los
procesos de comunicación que hoy dinamizan la sociedad, la escuela evita plantearse la
profunda reorganización del mundo del lenguaje y la escritura que transforma los modos de leer,
una actividad que hoy excede al libro y abarca los lenguajes orales audiovisuales, telemáticos.
La escuela concibe a los medios desde una perspectiva instrumental que impide pensar una
cuestión estratégica: la inserción de la educación “en un ecosistema comunicativo que constituye
el entorno educacional difuso y descentrado que producen los medios. Un ecosistema que donde
emerge “otra cultura, otro modo de ver y leer, de prender y conocer”. Por ello resulta necesario
que la escuela realice un uso creativo y crítico de los medios y la tecnología informática. Para lo
cual es imprescindible modifique su modelo de comunicación de una estructura lineal –grados,
edades y paquetes de conocimiento- a uno descentrado y plural.
Objetivos del dictado del texto:
Que los alumnos reconozcan y analicen una concepción de la televisión como productor sobre
las dinámicas familiares y escolares. Que identifiquen el marco teórico que atraviesa el texto, las
perspectivas de análisis ausentes y los relacionen con el contexto histórico y social, con el
estado del sistema de medios y la situación de la escuela pública en Latinoamérica.
Conceptos, categorías, nociones, palabras clave:
Des-orden cultural, des-centramiento cultural, modos de ver/leer, escuela, familia, ecosistema
comunicativo, interacción.
Cuestionario:
¿Cómo se manifiesta, en la familia y la escuela, el des-orden cultural que provoca la televisión?
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¿Qué concepción de los cambios provocados por la televisión se desprende de los planteos del
autor?
¿Qué tareas debe darse la escuela para insertarse en los “procesos de cambio que atraviesa
nuestra sociedad”?
¿Qué tipo de relación debe entablar la escuela con la televisión y las nuevas tecnologías?
¿Qué perspectivas teóricas están presentes y cuáles ausentes en el análisis que realiza el
autor?
1) Barbero y Rey expresan en su texto que la crítica de la TV fue en los últimos años demasiado
exacerbada y nunca salió de un circuito de lo obvio: una especie de queja, siendo una
mezcolanza de indignación moral con asco estético. La TV es culpada de hipnotizarnos,
evitándonos la dificultad de pensar, sin embargo, según Barbero y Rey, lo que debe
preocuparnos no es el daño que haga con las personas ignorantes, sino el que le hace a la
minoría culta, intelectual, estancándola, “robándole sus preciosas energías intelectuales”. Los
intelectuales desprecian a la TV desde una mirada elitista: confunden iletrado con inculto. “Las
élites ilustradas desde el siglo s. XVIII, al mismo tiempo que afirmaban al pueblo en la política lo
negaban en la cultura, haciendo de la incultura el rasgo intrínseco que caracterizaba la identidad
de los sectores populares… tapaban su interesada incapacidadde aceptar que en esos sectores
pudiera haber experiencias y matrices de otra cultura.” No sólo eso, los intelectuales reducen a
fascinación la relación de las mayorías con la televisión en países en los que la esquizofrenia
cultural y la ausencia de espacios de expresión política potencian la escena de los medios,
siendo en la TV donde se produce el espectáculo del poder y el simulacro de la democracia,
donde adquieren alguna visibilidad dimensiones claves del vivir y el sentir cotidiano de la gente
que no encuentra ni en el discurso de la escuela ni en el que se autodenomina cultural.
Por eso mismo, Barbero y Rey se preguntan por qué los intelectuales de América Latina
padecen un “mal de ojo” que los hace insensibles a los retos culturales que plantean los medios,
con un mayor grado de insensibilidad hacia la TV, desarrollando siempre una crítica
intelectualmente rentable que lo único que propone es apagar el televisor.”
2) Del texto se desprende una concepción productiva del concepto de medio televisivo. Se ve a
la TV como el más sofisticado dispositivo de moldeamiento y deformación de la cotidianeidad y
los gustos de los sectores populares, y una de las mediaciones históricas más expresivas de
matrices narrativas, gestuales, escenográficas del mundo cultural popular, entendiendo por éste
no las tradiciones específicas de un pueblo sino la hibridación de ciertas formas de enunciación,
ciertos saberes narrativos, ciertos géneros novelescos y dramáticos de las culturas de occidente
y de las mestizas culturas de nuestros países. Por lo tanto, los autores consideran que la TV es
productora de identidades, sensibilidades e imaginarios, siendo esto una de sus mayores
cualidades que ha sido incomprendida por las ciencias sociales y los intelectuales. Además,
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destacan otras de las características positivas de la TV tales como la creatividad y el
enriquecimiento que produce de la vida cotidiana, siendo ese su lugar estratégico desde el cual
produce todas esos fenómenos.
3) Las mayorías, en la experiencia doméstica, tienen una relación productiva con la TV. Es un
lugar de encuentros donde se da cita y encuentra el país, las mayorías ven allí condensadas sus
frustraciones nacionales por la “tragedia” de su equipo en el mundial de fútbol, o su orgulloso
reconocimiento por las figuras que, de la gente de la región y la industria cafetera, dramatizó la
novela Café. Es decir que Barbero y Rey entienden que la relación que establecen las mayorías
con la TV es activa y productiva, ya que construye imaginarios colectivos en los que la gente se
reconoce y representan lo que tienen derecho a esperar y desear.
En cambio, la culta minoría vuelca en la TV su impotencia y su necesidad de exorcizar la
pesadilla cotidiana, convirtiéndola en un chivo expiatorio al que cargarle las cuentas de la
violencia, del vacío moral y la degradación cultural.
4) Mientras que lo que los intelectuales y la culta minoría propone como única crítica apagar la
TV, Barbero y Rey expresan que se debe buscar una crítica que explique el mundo social en
orden a transformarlo y no a obtener o sacar provecho del acto de su negación informada. Es
decir, hay una necesidad de una crítica capaz de distinguir la indispensable denuncia de la
complicidad de la TV con las manipulaciones del poder y los intereses mercantiles que
secuestran las posibilidades democratizadoras de la información y las posibilidades de
creatividad y de enriquecimiento cultural del lugar estratégico que ocupa la TV en las dinámicas
de la cultura cotidiana de las mayorías, en la transformación de las sensibilidades, en los modos
de construir imaginarios e identidades.
5) El autor considera que en el ecosistema comunicativo el lenguaje audiovisual es otra cultura:
otro modo de ver y de leer, de aprender y conocer. Sin embargo, los intelectuales y la escuela no
deben tener ante este nuevo fenómeno una actitud defensiva identificando al libro como el mejor
modelo pedagógico de enseñanza y considerar al mundo audiovisual como frívolo y de
manipulación de mentes jóvenes, inmaduras e indefensas. La TV se inscribe en la actual
diversificación y difusión del saber, constituyendo uno de los más serios retos para el sistema
educativo. El imaginario de la TV está asociado a los antípodas de los valores que definen a la
escuela: larga temporalidad, sistematicidad, trabajo intelectual, esfuerzo, disciplina, valor cultural.
La escuela desconoce todo lo que de cultura se produce y circula por el mundo de la imagen y
las oralidades. Para Barbero y Rey, al reivindicar la cultura oral y la cultura audiovisual, no se
desconoce la vigencia de la cultura letrada – la cual tiene la pretensión de ser la única cultura
digna de ese nombre y eje cultural de nuestra sociedad - ya que el libro sigue y seguirá siendo
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la clave de la primera alfabetización formal que, en lugar de encerrarse, debe hoy poner las
bases para esa segunda alfabetización que abre las puertas a las múltiples escrituras que hoy
conforman el mundo: audiovisual e informática.
Por ello, la escuela deberá cobrar un uso creativo y crítico de los medios audiovisuales y
tecnologías informáticas, pero eso sólo será posible en una escuela que transforme su modelo y
su praxis de comunicación, es decir que haga posible el tránsito de un modelo centrado en la
secuencia lineal a otro descentrado y plural. Sólo asumiendo la tecnicidad mediática como
dimensión estratégica de la cultura la escuela podrá insertarse en los procesos de cambio que
atraviesa nuestra sociedad e interactuar con los campos de experiencia en que hoy se procesan
esos cambios: desterritorialización/ relocalización de las identidades, hibridaciones de la ciencia
y el arte, de las literaturas escritas y las audiovisuales; reorganización de los saberes…sólo
haciéndose cargo de esas transformaciones la escuela podrá interactuar con las nuevas formas
de participación ciudadana que el nuevo entorno comunicacional le abre hoy a la educación.
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