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Rosana Guber: Participar y observar
La guerra interna de Malvinas en el IX° aniversario del 2 de abril
La autora enmarca este documento en
una investigación más amplia sobre la guerra
de Malvinas, llevada a cabo entre 1989 y
1996. Su hipótesis es que los "protagonistas
directos" del conflicto recuerdan a Malvinas
como una guerra interna.
Primeramente, en la introducción,
Guber sintetiza cronológicamente los
acontecimientos bélicos de 1982. Luego
presenta el ritual en el que participó para la
elaboración de ese documento: la
conmemoración pública del noveno
aniversario de la "recuperación" de las Islas
Malvinas, en el Monumento a los Caídos en el
Atlántico Sur en 1982, ubicado en la Plaza
San Martín, del barrio porteño de Retiro.
Luego da a conocer su metodología: la
observación participante, es decir, el contacto
experiencial con los sujetos de estudio y la
relación de conocimiento mutuo con los
informantes, técnica que la involucraba
íntegramente. Así, al describir e interpretar
dicho ritual advierte los indicios de un sentido
colectivo del conflicto.
Dos actos y un aniversario
Aquí, Guber desarrolla su descripción
del ritual. Supo del acto por un afiche callejero
de la Federación de Veteranos de Guerra de la
República Argentina (FVGRA) que nucleaba
a centros de ex-soldados provinciales. Llegada
al acto, se da cuenta que se estaba
desarrollando otro acto, dirigido por
ex-presidentes de facto: Rojas, Onganía,
Levingston, Menéndez, Galtieri, Anaya y,
también, Arturo Frondizi.
Durante el discurso de los oradores, los
jóvenes comenzaron a insultar a las figuras del
palco hasta que se arrió la bandera nacional.
Luego se reanudaron los agravios. Terminado
el acto "oficial", las marchas militares dejaron
paso a cánticos populares folklóricos de la
época, compuestos por milongas y malambos
de la pampa bonaerense.
Asimismo, los uniformes impecables
fueron reemplazados un compuesto mixto de
jóvenes blancos y morenos, con pelos largos,
cortes militares y chuzas, diacríticos políticos
de los seguidores de Perón. La indumentaria
"de civil" se mezclaba con algunas prendas
compradas en tiendas de rezagos militares.
El primer locutor del nuevo acto ("el
encargado") subrayó la "recuperación" del
palco, desplegando continuamente la
"legitimidad" y "verdadera autoridad" para
representar a "Malvinas". Aparte, señaló la
"lástima" con que fueron recibidos y la
"desmalvinización" que se aplicó después. Por
eso, los "centros de veteranos" se convirtieron
en bases de resistencia contra esa
desmalvinización y "derrota moral". Para éste,
la Argentina sigue siendo una colonia y
Malvinas su más clara evidencia.
El segundo orador fue el presidente de
la FVGRA fundó la legitimidad de los
veteranos de guerra en haber sido "los que
tuvieron el honor de haber combatido en
Malvinas" y "los que hicieron realidad lo que
enseñó San Martín". El tercer orador reprobó
el pago de pensiones a ex-combatientes al
tiempo que rechazó el término de "víctimas"
para referirse a los "héroes" de Malvinas.
Para consolidar la legitimidad,
contrapuso los "gramos de heroicidad del más
humilde veterano de guerra" a los argentinos
de la "dirigencia corrupta" y "el interior del
país donde anida el más auténtico espíritu
nacional" frente a la Capital Federal, una
"ciudad prostituida por el coloniaje y el
cipayaje".
Guber razona que si los veteranos no
echaron a la plana mayor del Ejército durante
el acto previo fue para desmentir la imagen
disminuida de los veteranos como "chicos" de
la guerra, adjetivos que debían dar lugar al
heroísmo.
La observación participante del espacio, el
tiempo y el discurso
Según Guber, el segundo acto les
permitió a los ex-soldados efectuar un
despliegue a través del cual inauguraron
públicamente su veteranía. Dicho
procedimiento consistió en un movimiento de
identificación y diferenciación dirigido
principalmente a las Fuerzas Armadas, que
condujeron las acciones de 1982.
Al presentarse como "veteranos de
guerra" aquellos jóvenes rechazaban el rótulo
de "ex-combatientes" con que se habían
nominado hasta entonces y que los adscribía a
"las víctimas de la guerra". Llamarse
"veteranos de guerra" les permitía marcar su
adultez y revertir el calificativo de "chicos".
La aparición pública de estas
organizaciones iba desde el tumulto popular
hasta versiones informales del protocolo
militar. La postura corporal, los uniformes de
guerra y el tono solemne que intentaban
imprimirle a sus actos llevaron a algunos
sectores progresistas, cree Guber, a
identificarlos con la ideología autoritaria del
Proceso.
Guber afirma que esta interpretación
fue plausible durante los años de los
levantamientos carapintadas (1989-1991). Un
enfoque similar impediría reconocer los
elementos de contestación y diferenciación
aplicados en aquel acto. Según esta autora, los
veteranos retoman la retórica de las
movilizaciones populares de los años '60 y '70
para definir a la Patria según términos del
nacionalismo popular peronista. Por eso, para
el tercer orador, los militares del palco
empuñaban las armas para defender a la
metrópoli y mantener a la Argentina como una
dependencia colonial.
Otra analogía de Guber hace hincapié
en el intento de inaugurar un nuevo tiempo,
empeñándose en demostrar que su acto era el
"verdadero". Esta maniobra remite a una
concepción de la historia argentina en que
cada nuevo régimen pretendía refundar la
política. De la misma forma, los veteranos
aspiraban a "iniciar el verdadero acto", como
si nada hubiera pasado.
Otra de las analogías habla del término
"volver", que los veteranos aplicaban al
sentido de "volver a las Islas Malvinas" y los
militantes del peronismo post-55 al sentido de
"Perón vuelve".
De todas formas, la exaltación del
interior provincial como reservorio de lo
nacional y la apelación al auditorio como
"veteranos", aún cuando compartieran ese
rótulo con los cuadros militares, lo hacían para
disputárselo. El Monumento a los Caídos se
transformó en un campo de batalla donde la
oposición Argentina-Reino Unido se
re-traducía en la oposición Nación-Colonia y
Pueblo-Estado.
Ya en su construcción, el Monumento
había sido criticado por su mal
emplazamiento: justo frente a la Torre de los
Ingleses y rodeado de contaminación que lo
hace inapropiado para la meditación.
La escisión de ese aniversario en dos
actos antagónicos mostró que Malvinas puede
ser, a la vez, prenda de unidad y de división en
el seno de la Patria.

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