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33 Resumen (Lorenz - Malvinas_ Una guerra argentina - Capítulo

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Lorenz 
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El argentinazo, by Lorenz 
 
El 2 de Abril el gobernador británico se rindió ante los argentinos. El bando argentino superaba notablemente en 
hombres y recursos. El diario Crónica lo llamó “El Argentinazo: Malvinas recuperadas”. 
 El desembarco del 2 de abril tuvo mucho respaldo popular, el cual se mantuvo durante todo el conflicto. Este apoyo 
fue manifestado mediante: movilizaciones, donaciones y trabajo voluntario. A la vez es interesante ver que dicho 
respaldo provenía de varios sectores: empresas, partidos políticos y colectividades extranjeras. Además, las escuelas 
funcionaron como centros de recolección de donaciones, y tuvieron un rol aún más importante: involucraron a los 
chicos en el apoyo a la guerra. 
En cuanto a los medios periodísticos, colocaban a este hecho histórico dentro de toda la trama de construcción 
nacional, lo veían como un hito que representaba la culminación de un proceso de dos siglos. Se planteaba una 
continuidad histórica con el 25 de Mayo de 1810→ “También este 25 de Mayo, del año 1982, nos volvieron a invadir 
y otra vez más los echamos.” Aquí vemos que este momento histórico tenía una fuerte presencia en el imaginario 
público argentino. 
Gran Bretaña fue pintada como una vieja colonia imperialista, como una bestia colonialista que no se resignaba a 
morir. Además, estaba posicionada como una potencia de segundo orden, en decadencia. A los ingleses se los 
describía como borrachos, drogadictos y habituales lectores de pornografía. 
La propaganda europea pintaba a los argentinos como salvajes. Un aspecto importante es que el hecho de que 
Argentina presentara un régimen dictatorial ayudaba al thatcherismo a justificar la guerra→ era una guerra “en 
defensa de la libertad y en contra del fascismo” 
La población civil argentina estuvo sometida a la acción psicológica durante toda la guerra. Los medios comunicaban 
las noticias con tono triunfalista, exaltaban las virtudes argentinas. Esto sucedía principalmente en los grandes 
centros urbanos porque por un lado la sociedad estaba más alejada del conflicto, y por otro porque consumían en 
mayor medida los medios de comunicación. 
La novedad de la recuperación de Malvinas produjo una revolución anímica y los espacios públicos comenzaron 
nuevamente a llenarse de gente. 
Es importante reconocer que la guerra tuvo mucha adhesión. Los militares se reposaron sobre la cultura política 
argentina y además se trataba de una victoria contra una potencia imperialista, la cual simbolizaba opresión política. 
Además, para muchos militantes políticos este evento significó algo mucho mayor que la simple recuperación de la 
isla. Este evento permitió la recomposición del tejido social arrasado por la represión y retomar abiertamente el 
activismo por otras cuestiones que excedían a este evento en particular. 
Además del sentimiento antiimperialista, se generó mucha solidaridad hacia los soldados, había un clima de 
fraternidad. 
Debido a varios motivos, en este contexto la oposición pública a la guerra significaba valentía, fundamentalmente 
porque significaba ir en contra de una corriente de opinión dominante y cuestionar uno de los valores más 
arraigados en la cultura republicana, la idea de patria. 
 
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Mientras tanto, los medios de uruguayos, brasileños y chilenos, pintaban la situación de una forma de muy 
diferente. En la Patagonia, el triunfalismo llegaba desmentido por la realidad. Las bases donde despegaban las 
misiones de ataque, hospitales militares y el puente aéreo, estaban en Patagonia y esto afectó en gran mediad la 
vida de los locales, pero mientras tanto el resto del país ni enterado. 
La Patagonia y el Nordeste (Chaco, Misiones y Corrientes) son zonas donde la institución militar tiene una presencia 
mucho mayor a la que hay en las otras regiones del país. Estas diferencias regionales, preexistentes a la guerra, 
generaron vivencias y valoraciones distintas; a la vez explican las diferentes miradas que hay en la actualidad en cada 
territorio sobre Malvinas. 
En cuanto a los habitantes de las Islas Malvinas, la situación fue muy diferente. Ellos querían cualquier cosa, menos 
ser “liberados” por los argentinos. Para los Kelpers, la presencia argentina en la isla fue una ocupación. 
El trato de los argentinos hacia los isleos fue en general correcto. Sin embargo, había un permanente clima de 
tensión debido a la desconfianza mutua. “Nos teníamos miedo. No les gustábamos. Pero resultaba que la gente a 
quienes supuestamente defendíamos no eran en realidad nuestra gente, entonces no sabíamos quiénes eran los 
invasores. Al final, éramos todos invasores, ellos lo eran y nosotros también.” 
Muchos isleños participaron de resistencias durante la guerra. Algunos incluso combatieron contra la Argentina 
utilizando el uniforme británico. Otras formas de resistencia fuero el sabotaje a las comunicaciones, al agua potable 
y a la electricidad y la transmisión de datos de inteligencia en la clandestinidad. 
Los militares hicieron una maniobra de manipulación, la cual fue articulada a través de los medios. Millares de 
argentinos se sintieron con la imposición del deber de apoyar sus jóvenes movilizados. 
Hasta ese entonces el rock nacional era considerado una forma de subversión. Sin embargo, durante la guerra el 
rock nacional pasó a tener un papel diferente. Como el adversario era el inglés y el rock se escuchaba en ese idioma, 
los artistas argentinos pasaron de ser proscriptos a ser escuchados en todo momento en todas las radios. 
En Mayo del 82 hubo un evento grande en apoyo a los chicos enviados a combatir, en el que tocaron muchas bandas 
de rock nacional. Acá surgió la canción de Gieco “Sólo le pido a D´s”. Y así hubo muchos eventos más en los que se 
reunía la sociedad movilizada, donaban joyas, dinero y comida. Esta época fue le pico de mayor movilización 
solidaria. 
 
Los chicos de la guerra 
La masa de combatientes era muy heterogénea, pero lo que los unía era ser ciudadanos bajo el régimen del servicio 
militar obligatorio y ser jóvenes de 18 -20 años. Muchos eran católicos, según testimonios de la época la religiosidad 
fue lo que los sostuvo durante la estadía en Malvinas. El nivel educativo variaba mucho según su origen. 
Se trataba de una generación que había transitado su escolaridad secundaria en una época turbulenta de los años 
70, su adolescencia se desarrolló en el marco de una dictadura militar. 
La marcha de Malvinas acentuó algunos localismos arraigados en tradiciones antiguas. 
En cuanto a la convocatoria de combatientes había mucha incertidumbre, incrementada por la falta de noticias. Hay 
casos en el Norte, donde la familia ni sabía que su hijo había partido a luchar hasta que finalizó la guerra. 
Hay algunos que ni pensaban en no presentarse. Esto marca el fuerte autoritarismo que había en la sociedad y en la 
educación de la época, donde ni se cuestionaban las órdenes del Estado. 
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La guerra también tenía un componente emotivo en el sentido de que para muchos fue conocer el mar, viajar en 
avión por primera vez; una especie de aventura. 
Una gran sorpresa que se llevaron muchos fue estar en un territorio considerado argentino mientras que cuyos 
habitantes no quería serlo y hablaban en otro idioma. 
Es importante señalar que muchos se veían a sí mismos como portadores de la defensa de la nación argentina, una 
patria que estaba amenazada por los británicos. 
Idas y vueltas de la diplomacia 
 En ambos países el conflicto creció rápidamente para transformarse en una cuestión de prestigio nacional. 
Encuestas marca que la mayoría de los ciudadanos de ambos países estaban a favor de las políticas belicistas de sus 
respectivos líderes. 
Un estudio sobre la diplomacia secreta de la guerra señala: “Todos estaban perfectamente enterados de las 
violaciones a los DDHH, de los vínculos “especiales” que unían a la Argentina con Sudáfrica, de los militaresargentinos que asistían a la represión de Honduras, Guatemala y El Salvador…” 
En la víspera del 2 de Abril, el presidente del EEUU, Reagan, llamó por teléfono a Galtieri para disuadirlo del 
desembarco. Esto generó una serie de acciones por parte del gobierno americano, cuya intención era que Argentina 
continúe participando de la “guerra sucia” en América Central, pero a la vez debía cuidar a su aliado número uno de 
la OTAN. 
En acuerdo con los gobiernos argentinos y británicos, EEUU conduciría las negociaciones. 
 
Hubo una manifestación en Plaza de Mayo realizada con el objetivo de demostrarle a Thatcher que si era 
intransigente, el pueblo argentino acompañaría al gobierno en la defensa de Malvinas. Este evento obtuvo una 
convocatoria amplia, fue apoyada por la CGT y los partidos mayoritarios. Sin embargo, Galtieri fue abucheado 
cuando se refería a él mismo como “El Presidente de los argentinos”. 
La posición británica fue siempre la de “tener en cuenta los intereses y deseos de los habitantes de las islas”, lo cual 
era inaceptable para Argentina ya que la cuestión de la autodeterminación es válida únicamente para poblaciones 
autóctonas sometidas a la fuerza. Esto no era el caso de Malvinas, este se trataba de una población instalada allí 
luego de una usurpación. 
 
Durante las negociaciones, GB fijó unilateralmente una Zona de Exclusión Marítima de 321 km, donde se 
consideraría hostil y atacaría a todos los buques de guerra o auxiliares argentinos. 
El 30 de Abril EEUU calificó a la Argentina como país agresor, impusieron sanciones económicas y embargaron aún 
más armas. Aquí vemos que actúo estratégicamente, colaboró con su aliado. 
Finalmente hubo un resonante caso, el hundimiento fuera del área de exclusión del ARA General Belgrano. 
 
 
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Malvinas: comienzo post dictadura 
Cese del fuego y regreso 
Las FFAA dificultaron el reencuentro entre la sociedad y los soldados. Ordenaron que el regreso de los combatientes 
sea sin aglomeraciones en público, casi a escondidas. Circulaba la pregunta de qué hacer con los sobrevivientes de 
Malvinas. Tomaron varias medidas, la más destacada: imposición de silencio→ les entregaron un documento en el 
que explicitaba que la Patria los seguía necesitando y por ende no debían publicar información de los hechos, o sea 
no contar sus experiencias. Y sobre todo les exigían mantener el discurso patriótico. 
Es importante entender el desfavorable contexto: el país no tenía experiencia en cómo conducirse con sus soldados 
desmovilizados y al mismo tiempo, la dictadura luchando por espacio político. 
El descrédito de los uniformados era muy grande, aumentaba cada vez que se iban conociendo más detalles sobre 
cómo vivían y combatían en Malvinas. 
¿Qué pasó con mis chocolates? 
Las noticias sobre la pérdida del Puerto Argentino y el cese de las hostilidades causaron incertidumbre en la 
sociedad, porque no esperaban que ocurriese eso ya que los medios oficiales comunicaban diferente información. 
Muchos también escuchaban las radios uruguayas que con su contenido iban creando ese clima de incertidumbre. El 
sentimiento era de estupor, ¿cómo podía ser que se perdiera una guerra que hasta ese momento se estaba ganado? 
La sociedad buscaba explicaciones a este desastre. 
El cese de fuego en el Puerto Argentino generó que la sociedad empiece a enterarse cada vez más detalles sobre la 
represión ilegal. 
Se creó la imagen de las FFAA como represoras de su propio pueblo y que ni siquiera pudieron hacer eso que se 
suponía que sí sabían hacer, combatir una guerra legítima. 
 
Así desde los primeros años, las interpretaciones sobre la guerra de Malvinas estuvieron muy vinculadas a la 
dictadura militar. Las muertes de tantos jóvenes en Malvinas generaron que la sociedad indignada demande 
respuestas y una salida democrática. Sin embargo, el esfuerzo de las FFAA y del primer gobierno democrático sería el 
de separar ambos conceptos, esto se debe a dos motivos opuestos entre sí: 
➢ El combate en guerra justa era una forma de refutar las acusaciones de violación a los DDHH; y así demostrar 
que la dictadura no había hecho todo por sí sola. 
➢ Alfonsín para quitarles esa posibilidad a unas FFAA que aun derrotadas, continuaban siendo un factor de 
poder central en la vida política argentina. 
La búsqueda de culpables y sus víctimas fue un excelente mecanismo autoexculpatorio que les permitió a muchos 
argentinos acompañar la voluntad refundacional para la transición hacia la democracia. Así, la sociedad en sí misma 
también era una víctima e “inocente” de sus propias FFAA. También rondaba la idea del “ejército de ocupación”→ 
unos militares que tomaron el poder y sometieron a la sociedad. 
La palabra clave para el caso de la guerra en el Atlántico Sur fue el concepto acuñado por Rouquié: 
“desmalvinización”→ las FFAA debían ser desmalvinizadas. Es una metáfora para explicar que la sociedad argentina 
tenía que desmilitarizarse tanto como para despolitizar sus FFAA. 
 
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¿Qué hiciste tú en la guerra papá? 
A las pocas horas de que la derrota fue pública, Galtieri cayó y fue reemplazado por Bignone. Mientras tanto la 
Armada y la Fuerza Aérea abandonaron el pacto tripartito, el cual había caracterizado a la dictadura de 1976. 
La derrota impactó fuertemente al interior del Ejército, la fuerza se dividió entre el Ejército combatiente en Malvinas 
y el que no. 
Los oficiales y suboficiales de la guerra estuvieron presos hasta julio. Ellos fueron utilizados como chivos expiatorios, 
se lo veía como que había puesto en riesgo la lucha contra la subversión. 
La derrota en Malvinas significó una crisis de identidad en una fuerza que se describía a sí misma como “invicta” y 
que desde 1930 se había autoadjudicado la misión de “garante institucional y moral de la patria.” 
Con la presentación de causas por los DDHH, a apreció el factor abandono por parte de la superioridad de quienes 
“habían peleado contra la subversión cumpliendo órdenes”. 
 
En cuanto a la Fuerza Aérea, esta tuvo una excelente imagen social incluso durante la guerra, hasta el final las 
noticias anunciaban los éxitos de los pilotos. No hubo confrontaciones internas. Buscó distanciarse de las otras 
fuerzas. 
El principal enemigo del Ejército, la Marina y la Aviación, eran las denuncias por violaciones a DDHH, la política de 
juzgamiento radical y el escarnio social. Estaba muy caro que el retorno a la democracia exigía que rodaran algunas 
cabezas. Esto era un problema importante al interior de las fuerzas ya que justificaban que tanto la represión ilegal 
como Malvinas, eran “guerras” libradas mediante el cumplimiento de órdenes en nombre de la Patria. 
La democracia 
Alfonsín ganó la presidencia en 1983, en gran parte debido a su promesa de juzgar los crímenes por violaciones a los 
DDHH. El juzgamiento inicialmente fue entorno al concepto de “niveles de responsabilidad”, por eso el Juicio de 
1985 fue sobre los responsables políticos, los que impartían las órdenes para la represión ilegal. Muchos militares se 
negaron a presentarse ante la Justicia, pedían una “solución política” al “tema de los juicios”. 
Retomando el concepto de Desmalvinización, este implicaba una reformulación de la política exterior argentina en la 
que se quitarían elementos de presión a los militares. 
En cuanto al conflicto con Chile, este se resolvió mediante un plebiscito por el Beagle en el año 1984. Este es 
importante porque fue un mecanismo que involucró la expresa manifestación de la voluntad popular, contribuyó al 
fortalecimiento del nuevo período democrático. 
En cuanto a Malvinas había una creciente presencia británica en el Atlántico Sur. Argentina y GB habían roto 
relaciones diplomáticas, se comunicaban a través de Suiza y Brasil. Con respecto a los habitantes de las Islas, estos 
en 1983 pasaron a ser ciudadanos de primera. La Corona británica desplegó muchos recursos, garantizólas 
comunicaciones y los suministro para una comunidad pequeña que guarda los peores recuerdos de los “ocupantes” 
argentinos. 
 
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En el interior de la política argentina, el gobierno democrático retomó el reclamo histórico (acentuado desde la 
guerra de 1982) pero al mismo tiempo se aseguró de no impulsar al sector militar. Esto logró a través de dos 
mecanismos: 
➢ del culto patriótico a los muertos, en varios de sus discursos, Alfonsín nombraba a los combatientes 
fallecidos debido a una malversación de las autoridades políticas. Este era un esfuerzo discursivo para 
separar “Malvinas” de la dictadura. 
➢ Anular medidas como el feriado del 2 de abril→ se mantuvo el 10 de junio de 1829, fecha en la que Luis 
Vernet asumió como primer gobernador argentino de las Islas Malvinas. 
Finalmente, Alfonsín envió al parlamento una ley, estableciendo que no se podía juzgar a quienes habían actuado 
“cumpliendo órdenes” de general para abajo. En junio de 1985 el Congreso votó la Ley de Obediencia Debida. 
En 1988 la Justicia Federal condenó a 12 años de prisión a Galtieri, Anaya y Dozo → responsables de la conducción 
política y militar durante la guerra de Malvinas. Sin embargo, esta condena fue anulada con indultos en la 
presidencia de Menem en 1989 y 1990. 
De chicos a subversivos 
En este momento las FFAA se vieron muy deslegitimadas en relación con su sociedad. Además, las FFAA eran el 
recuerdo constante de la derrota. 
Estaba la idea de formar una agrupación una vez que terminara la guerra. Las primeras agrupaciones expresaban 
públicamente su deseo de intervenir en la política, con la justificación de que habían combatido una guerra justa. 
En 1982 en la Capital Federal ya funcionaba un Centro de ex Soldados Combatientes en Malvinas, luego se expandió 
hacia el Interior del país. El Partido Comunista a través del Comité para la Paz, tuvo mucha influencia en las primeras 
agrupaciones, incluso en las del peronismo revolucionarios. 
➔ En general se exigían cuestiones como el cuidado psicológico (tanto para los soldados como para sus 
familias), pensiones, becas de estudio y la necesidad de esclarecimiento acerca de los sucesos de la guerra. 
➔ Estaban a favor del que el servicio militar sea obligatorio, pero proponían que se garantizara el respeto por 
parte de las FFAA a la voluntad popular. 
Esta agenda muestra una fuerte voluntad de participación en el espacio político tras la apertura democrática. 
Además, los ex combatientes desarrollaron muchas iniciativas para difundir lo que había sucedido en Malvinas. De 
todas maneras, no todos fueron tan activos e la política. Algunos no querían “politizar” la causa, no participaron en 
centro y algunos ni podían hablar de lo sucedido. 
Los jóvenes ex soldados se reservaron el derecho de portar su uniforme con la justificación de defender su patria, no 
de ejercer una represión interna; así lo acentuaban en los actos públicos. Estos discursos tenían un marcado tono 
antiprocesista y emancipatorio. Eran notorios los vínculos entre dichos soldados y las juventudes políticas. 
Década del 80: Estaba la cuestión “¿Qué hacer con los ex combatientes?”→ Uno de los mecanismo sociales fue 
colocarlos en posición de víctimas de los británicos y de sus propios oficiales→ esto desarrollaba un mayor 
sentimiento de empatía por parte de la sociedad, (aunque no es lo que demandaran las agrupaciones). 
Hoy en día es imposible pensar en Malvinas separadas de la dictadura, y viceversa. Esto puede que sea la medida 
más justa para los combatientes y sus familias. Las discusiones se ven estancadas en el punto de que las FFAA 
fueron represoras de su propio pueblo, con un amplio acompañamiento social y que fue una guerra principalmente 
peleada por conscriptos.