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Aníbal Ford: La honda de David
Antropología, comunicología, culturología
El juego bifronte de los estudios
culturales
La relación entre la antropología
y los estudios comunicacional y/o
semiológicos está produciendo hoy, en
ambos casos, una explosión de trabajos
e investigaciones.
Esto forma parte de un proceso
mayor, común a varios campos de
investigación, pero también a la relación
de ésta con la política, como ocurrió en
la Argentina de los ’60, que puso sobre
la mesa la necesidad de recurrir a
diversos saberes para explicar las
complejidades de las crisis
contemporáneas.
Pero en parte es también este
proceso producto de la reacomodación y
crisis del campo intelectual y del
mercado académico. Y de sus
conflictivas relaciones con la política y
las transformaciones sociales y
económicas. De ahí que una de las
mayores discusiones que se está dando
es la que plantea la institucionalización
de los estudios culturales en la medida
en que esta institucionalización puede
degradarlos o debilitarlos política y
críticamente.
Los estudios culturales, al perder
su condición border entre lo académico
y lo político, pueden perder su densidad
crítica, su autonomía y transformase en
buenos instrumentos.
Micro/ macro: un falso binarismo
El binarismo micro/macro es
falso. Un mismo objeto puede
estudiarse desde diversas escalas, con
microscopio o desde satélite y cada una
nos presentará problemas específicos,
pero no contradictorio con los otros
niveles.
El problema es cuando no se
produce el enganche entre las visiones
micro, muchas veces, endo localistas y
cualitativas y las visiones macro. Y
viceversa, porque no podemos reducir el
mundo a un conjunto de estadísticas o
de ideas generales. Pero trabajar en
varias pistas a la vez parece que todavía
produce angustias e inseguridades.
De cómo la reina Victoria aportó al
tercermundismo
Hay dos concepciones de cultura
que se vienen estudiando desde hace
mucho tiempo: una se refiere a la
cultura como las bellas artes, y otra al
conjunto de creencias, hábitos,
destrezas, vida cotidiana, etc.
Ahora bien, tanto este concepto,
como la visión de las culturas, fueron
utilizados por los intelectuales del tercer
Mundo no sólo para fundamentar su
derecho a ser naciones autónomas en la
era de la modernidad, sino también para
señalar los valores de la creatividad
social de sus pueblos, muchas veces
degradados por el evolucionismo
racista, mas allá de que hubieran
accedido o no a la alta cultura.
Cada avance en el estudio del
comportamiento en una villa es un
avance en la conciencia colectiva. Pero,
también, buen material para los
encargados del control social, aunque
esté santificado por alguna ONG
internacional. En definitiva, constituye
una investigación suelta que no sirvió ni
a la sociedad ni al conocimiento.
Por eso es peligroso que los
estudios culturales se desenganchen del
compromiso político macro. No se
puede seguir avanzando en la
problemática multicultural, muchas
veces hiper-desagregada, sin tener en
cuenta que su origen está en las
migraciones y que éstas, a su vez, son el
producto de las nuevas estrategias de los
poderes ahora aparentemente errátiles
de la economía internacional que han
hecho que la brecha entre ricos y pobres
haya llegado a los extremos en que se
encuentra actualmente.
Dónde estoy, dónde me pongo
Los estudios culturales hoy
pueden absorber distintas disciplinas.
Todo es necesario en el análisis cultural:
los enfoques sistémicos y
estructuralistas, las desagregaciones
post estructuralistas, los intentos de
formalizar el azar por las ciencias del
desorden, pero también la inclusión no
planificada de lo aleatorio, los
desarrollos cuantitativos y cualitativos
en sus múltiples variantes.
Siempre y cuando, si es que se
quiere hacer del análisis cultural no sólo
divertimento, no se pierda contacto con
los problemas que, concretamente, tiene
y vive la sociedad. O no se olvide que la
cultura del hombre es una constante
lucha entre formalización y ruptura de
esta formalización.
Cuando esto sucede es porque
debajo hay una trampa ideológica o está
jugando sus fichas la corporación
académica. Hoy cada pueblito tiene su
antena parabólica, pero los conflictos
con más violentos que nunca.
La historia sigue y tiene grandes
huecos. Y, justamente, sigue porque
tiene huecos. Por eso cualquier
investigador, más o menos sensato, sabe
que sólo puede apresar una parte de su
objeto de estudio. Lo otro es retórica de
papers.
Los hechos. Acotación marginal
De múltiples experiencias y no
de una investigación concreta, llego a la
conclusión de que nuestro país en estos
temas (cómo se relaciona la política
armamentista con el trabajo, por
ejemplo) se hizo light, desactualizado,
indiferente, nostálgico o provinciano
frente a los enormes desafíos que nos
plantea la cultura contemporánea.
Y a las peleas que ya nos plantea
la modificación de las herramientas de
análisis que necesitamos para hacerlo. Y
esto es voluntad política. Y se puede
hacer aunque no haya presupuestos.

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