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la pared lateral de la órbita por la fisura orbitaria inferior, un hiato entre las caras orbitarias del maxilar y el esfenoides. La pared lateral está formada por el proceso frontal del hueso cigomático y el ala mayor del esfenoides. Es más fuerte y gruesa, hecho importante porque es la que se halla más expuesta y es más vulnerable a un traumatismo directo. Su porción posterior separa la órbita de las fosas temporal y craneal media. Las paredes laterales de ambas órbitas son casi perpendiculares entre sí. El vértice de la órbita se halla en el conducto óptico en el ala menor del esfenoides, inmediatamente medial a la fisura orbitaria superior. La parte más ancha de la órbita corresponde al ecuador del bulbo ocular (fig. 8-45 A), una línea imaginaria que lo rodea y se halla equidistante a sus polos anterior y posterior. Los huesos que forman la órbita están tapizados por la periórbita, el periostio orbitario. La periórbita se continúa: En el conducto óptico y la fisura orbitaria superior, con la capa perióstica de la duramadre. Sobre el borde de la cavidad orbitaria y a través de la fisura orbitaria inferior, con el periostio que cubre la superficie externa del cráneo (pericráneo). Con el septo orbitario en los bordes de la órbita. Con las vainas fasciales de los músculos extrínsecos del bulbo ocular. Con la fascia orbitaria que forma la vaina fascial del bulbo ocular. Párpados y aparato lagrimal Los párpados y el líquido lagrimal secretado por las glándulas lagrimales protegen la córnea y los bulbos oculares frente a los traumatismos y la irritación (p. ej., por el polvo y las pequeñas partículas). PÁRPADOS Los párpados son repliegues móviles que cubren el bulbo ocular anteriormente cuando están cerrados, y por tanto protegen frente a los traumatismos y la luz excesiva. También mantienen la córnea húmeda al extender sobre ella el líquido lagrimal. Los párpados están cubiertos externamente por una piel delgada, e internamente por una mucosa transparente, la conjuntiva palpebral (fig. 8-45 A y C). Esta parte de la conjuntiva se refleja sobre el bulbo ocular, donde se continúa con la conjuntiva bulbar, delgada y transparente, que se halla unida laxamente a la cara anterior del bulbo ocular (esclera o «parte blanca»), que contiene pequeños vasos sanguíneos visibles. La conjuntiva bulbar se adhiere a la periferia de la córnea (fig. 8- 46 B). Las líneas de reflexión de la conjuntiva palpebral sobre el bulbo ocular forman unos profundos fondos de saco, los fórnix conjuntivales superior e inferior (figs. 8- 45 A y 8-46). 1608 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 8 CABEZA Ojo, órbita, región orbitaria y bulbo ocular Párpados y aparato lagrimal booksmedicos.org Push Button0:
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