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tejido conectivo, los tarsos superior e inferior, que forman el «esqueleto» de los párpados (figs. 8-45 C y 8-47 A). Algunas fibras de la porción palpebral del músculo orbicular del ojo (el esfínter de la hendidura palpebral) se hallan en el tejido conectivo superficialmente con respecto a estos tarsos y profundamente a la piel de los párpados (fig. 8-45 C). Incluidas en los tarsos se hallan las glándulas tarsales, que producen una secreción lipídica que lubrifica los bordes de los párpados y les impide adherirse entre sí al cerrar los ojos. Además, esta secreción forma una barrera que no cruza el líquido lagrimal cuando se produce en cantidades normales. Si la producción es excesiva, se desparrama sobre la barrera y aparece en las mejillas en forma de lágrimas. FIGURA 8-47. Esqueleto de los párpados y vista anterior de la órbita. A) Tarsos superior e inferior con sus inserciones. Los bordes ciliares están libres, aunque se fijan periféricamente al septo orbitario (fascia 1610 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0: