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PANORÁMICA ACTUAL DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA ALUMNA: Eva Gracia Navarro TRABAJO FIN DE GRADO. PSICOLOGÍA CLÍNICA. AÑO 2013. UOC PROFESOR: FRANCISCO MARTÍN MURCIA Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 1 de 61 INDICE 0. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………3 1. FUNDAMENTOS E HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA…….…5 A. ANTECEDENTES E HISTORIA DE LA PSICOLOGIA POSITIVA…..5 B. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGIA POSITIVA……………………..7 2. CONSTRUCTOS DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA.………………………9 A. BIENESTAR PSICOLOGICO /FELICIDAD…………………………….9 B. LAS EMOCIONES POSITIVAS………………………………………..16 i. EN EL PRESENTE. MINDFULNESS Y SABOREO….17 ii. EN EL PASADO: GRATITUD Y PERDÓN…………....18 iii. EN EL FUTURO: ESPERANZA Y OPTIMISMO……..19 C. LOS RASGOS POSITIVOS………………………….…………………20 i. FORTALEZAS / VIRTUDES…………………………….20 ii. FLOW……………………………………………………...22 D. INSITITUCIONES POSITIVAS…………………………………………25 i. PSICOLOGIA POSITIVA Y CRIANZA……….……….……25 ii. PSICOLOGÍA POSITIVA Y EDUCACIÓN……………..….26 iii. PSICOLOGIA POSITIVA Y ORGANIZACIONES…….…..27 E. VINCULOS POSITIVOS…………………………………………...……27 i. AMOR…………………………………….………….……27 ii. COMPASIÓN, VALIDACIÓN Y EMPATÍA…….…...….28 iii. ESPIRITUALIDAD…………………………………..……28 iv. RESILIENCIA………………………………………..……29 v. HUMOR……………………………………………...……30 vi. INTELIGENCIA EMOCIONAL Y SOCIAL…….….……31 vii. ORGULLO………………………………………….…….34 viii. VALORES………………………………………….……..34 ix. LIDERAZGO…………………………….………….…….35 x. CREATIVIDAD…………………………………….……..35 F. PSICOLOGÍA POSITIVA: ¿ES UNA PSICOLOGÍA REALMENTE DIFERENTE?..........................................................................................35 i. LA FUNDAMENTACIÓN EMPÍRICA A DEBATE….…..35 Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 2 de 61 II. ASPECTOS CRÍTICOS…………………….…………….37 3. INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN…………………….……………….39 A. CUESTIONARIO VIA DE FORTALEZAS PERSONALES…..……..39 B. OTROS CUESTIONARIOS……………………..………………………41 i. EMOCIONES…………………………………………..…41 ii. RASGOS……………………………………………..……41 iii. SENTIDO VITAL…………………………………….……42 iv. SATISFACCIÓN VITAL…………….……………………42 4. PSICOLOGÍA APLICADA: PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN POSITIVA………………………………..……………………………………42 5. CONCLUSIONES……………………………………………………………49 6. BIBLIOGRAFÍA…………….………………………………………………..52 Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 3 de 61 PANORÁMICA ACTUAL DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA Eva Gracia Navarro Trabajo Fin de Grado: Psicología clínica. UOC- 2013 0. INTRODUCCIÓN B. Vera Poseck escribió en el año 2008, que la psicología positiva “no está mostrando signos de marchitarse” y como veremos, en el presente escrito, no le faltaba razón a la luz de los hechos actuales. Cinco años después, basta una mirada objetiva a los datos de la PsycINFO (American Psychological Association-APA-) para constatar que así es. De hecho, si en el cuadro de búsqueda se introduce la palabra Positive Psychology, comprobaremos rápidamente, que en la actualidad, aparecen 3.794 resultados (publicaciones en diferentes formatos: Magazine Articles, Newletters, books….etc.). Y si nos fijamos un poco más, veremos que en el año 2008, se sumaron 200 publicaciones, frente a las 326 del año pasado (2012); lo que significa que al menos el interés por la psicología positiva va en paulatino aumento. Así lo podemos observar también en el resto de continentes. En el siguiente cuadro podemos ver la gran profusión de trabajos sobre Psicología Positiva hasta hoy. 7246 publicaciones sobre la felicidad de las cuales 3569 son investigaciones empíricas que utilizan medidas aceptadas de la felicidad. 930 veces han sido usadas las medidas de felicidad en 9587 estudios. 5210 resultados de estudios distribuidos al público en general, en 166 naciones. 14689 resultados de correlación observados en 1493 estudios extraídos de 1143 publicaciones. Se espera que se introduzcan el doble de datos en esta database. Veenhoven, R., World Database of Happiness, Erasmus University Rotterdam, The Netherlands at: http://worlddatabaseofhappiness.eur.nl Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 4 de 61 En España esta tendencia al alza se refleja en la proliferación de monográficos, revistas científicas, premios, congresos, reuniones, o manuales así como el desarrollo de sitios web, la fundación de programas y organizaciones académicas, que han supuesto la expansión definitiva de la psicología positiva en nuestro país. Un claro referente en España del progreso imparable de este modelo de psicología, es el trabajo llevado a cabo por investigadores de prestigio tales como Carmelo Vázquez o Luis Fernández Ríos, formadores importantes del corpus teórico de la Psicología Positiva. También con Marisa Salanova (actual presidenta del SEPP+ Sociedad española de Psicología positiva), Gonzalo Hervás, Cristina Botella, José L. Zaccagnini, o Carmen Moreno…entre otros. Asimismo desde una mirada crítica Fernández Ríos y Cornes, y otros, nos ofrecen aportaciones a este enfoque que sirven para aumentar el conocimiento e invitan a repensar y reflexionar sobre este re-enfoque de la psicología. Parece pues que si se mantuvo un debate sobre la existencia o pertinencia o no de una nueva rama de la psicología que se caracterizase por analizar los factores positivos del ser humano y cuyo foco de investigación fuese la felicidad y el bienestar, (en vez de centrarse en la psicopatología y el déficit o disfunción), éste se ha superado, (lo que no es óbice, por supuesto, para una continuada productividad científica al respecto). En este trabajo revisaremos este debate pero se abordará la Psicología positiva como un tipo de psicología estable (en la medida de su juventud), empírico (tras cuatro décadas de investigación sistemática) y ambicioso (como así se presentan la intervenciones positivas); no, sin obviar que aún resta mayor empeño en su fomento en tanto enjertación social y – o política. Ya a 15 años del nacimiento oficial de la psicología positiva en Estados Unidos, centenares de psicólogos de todo el mundo trabajan desde este movimiento para dotarle, como así consta, de un cuerpo de conocimientos sólido. Su rápida expansión es la prueba de que era necesaria una psicología no fraccionada que abordase científicamente y en igualdad de condiciones, tanto las fortalezas psíquicas como las patologías, reclamando por ende que los psicólogos no solo podían acceder a un papel de sanadores de trastornos, sino que también podían ejercer como promotores de vidas plenas. Con la psicología positiva, el enfoque salugénico y el médico se unen por fin, para poder abordar la totalidad del psiquismo humano (Gancedo, 2008). Este nuevo prisma permite una alternativa diferente al resto de enfoque clásicos, logrando afianzarse a través de una propuesta amplia, capaz de ser operativa, completa y transcultural. “El tratamiento no es solo arreglar lo que está roto, es también alimentar lo mejor de nosotros” (Seligman, 1998). “Mi objetivo sería desarrollar aquella fortaleza precoz que había mostrado, (…) y ayudarla a modelar su vida en torno a ella. Dicha fortaleza, bien desarrollada, actuaría de barrera contra sus flaquezas y contra los avatares de la vida a los Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 5 de 61 que sin lugar a dudas tendría que enfrentarse” (Seligman, 2012. La auténtica felicidad). Para concluir esta breve introducción, decir que este trabajo intenta dar una panorámica no demasiado exhaustiva, del estado actual de la Psicología positiva. Una revisión global de este enfoque divergente pero “complementario” a la psicología tradicional, para intentar situar los contenidos de sus constructos principales y quizás extraer al lector de ciertos tópicos frecuentados hoy, en los círculos populares de nuestra cotidianeidad, que pueden desordenar ciertamente el panorama. Se trata además dereflexionar sobre este nuevo modo de entender la psicología; de justificar su importancia e ir más allá de lo que nos cuentan determinados libros, y gurús mediáticos, que “despistan” y descategorizan este saber científico. Debido al estado progresivo de este enfoque puede resultar difícil ordenar sus conceptos (pues éstos a menudo van tomando distintos derroteros que a lo mejor se deberían consensuar). No obstante, en el presente trabajo retomaremos como base teórica las orientaciones de Seligman (2002, 2006), y con base a la descripción de los tres pilares principales de la psicología positiva (Estudio de las emociones positivas, Estudios de los rasgos positivos, y Estudio de las instituciones positivas), se iniciará el trabajo con una fundamentación histórica - conceptual de la psicología positiva, se seguirá con una descripción de los constructos más importantes dentro de este enfoque y se finalizará con una aproximación a los modos de intervención realizados bajo este movimiento; en concreto, a los instrumentos de evaluación principalmente utilizados y los programas de intervención positiva en vigor; y como es obligado en cualquier estudio, no se excluirá un correlato critico a este enfoque que lo aborde señalando aquellos aspectos más polémicos a la psicología positiva. 1. FUNDAMENTOS E HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA A. ANTECEDENTES E HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA Se señala que el origen de la psicología positiva ocurrió en 1998 con el discurso inaugural de Martin Seligman como presidente de la American Psychological Association (APA) (Seligman, 1999). Aunque es en el año 2000 en un artículo de Seligman y Csikszentmihalyi en el American Psychologist donde aparece por primera vez (en el título) la expresión Positive Psychology, por lo que se suele considerar este artículo como el acta de nacimiento de lo que hoy conocemos como Psicología Positiva (Bisquerra, 2009). En 1997, Seligman había tenido un encuentro casual, con otro compañero de profesión, Mihaly Csikszentmihalyi mientras pasaba sus vacaciones en familia (Csikszentmihalyi, 2003); de esas conversaciones y a raíz de una experiencia vivencial con su hija Nikki de cinco años, (Seligman, 2002) Martin Seligman se percató de que la psicología había estado siempre dirigida hacia el estudio de Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 6 de 61 la enfermedad en detrimento de los aspectos positivos. Durante muchos años, la psicología se había organizado sobre la base del llamado modelo médico, un modelo que centra su foco de interés en la enfermedad, en el trastorno, o la disfunción. Así, la psicología durante casi un siglo se dedicó por completo a la psicopatología estudiando parcialmente el psiquismo humano enfermo, en sus modos de curación, diagnóstico y prevención. Hoy podemos observar que el modelo médico parte de una posición de índole reduccionista, un grave error de omisión, pues se ubicaba a la psicopatología como único eje para la formación psicológica. Ya entrados en el siglo xx, las ciencias sociales y la psicología comienzan a entablar relaciones con un enfoque más salugénico. Suceden diferentes cambios sociales, económicos, culturales y políticos, que llegan a concluir que no basta con evitar o curar el malestar, sino que era necesario también evidenciar y mejorar los recursos disponibles; esta nueva perspectiva la recoge la psicología para investigar y promover los aspectos más positivos de la psique humana. Así que ambos enfoques deben navegar juntos, sin negarse mutuamente, si no se quiere un conocimiento fraccionado. Superados los enfoques reduccionistas sobre las intervenciones de la salud, no cabe sino desear mejorar la condición humana o por lo menos las condiciones de vida de las personas. Este fin ya se explicitó en los trabajos constitutivos de la OMS a finales de la II Guerra mundial. Y así aparece en muchos de los documentos oficiales, como el que se realizó en Ottawa sobre la promoción de la salud. Esta idea de la OMS fue realmente una revolución y quizás se emitió cuando difícilmente era entendible, pues se reconocía implícitamente que el modelo médico hasta ese momento hegemónico era insuficiente. Tener un buen estado de salud no solo debía consistir en carecer de enfermedad o trastornos sino también de disfrutar de una serie de recursos para poder resistirse a las adversidades (Almendonn y Glandon, 2007). No obstante, la preocupación por el bienestar y la felicidad no es tan reciente. Ya Aristóteles se preocupaba por estas cuestiones hace veintitrés siglos. Posteriormente también Spinoza, Shopenhaer, Bertrand Russell, Heidegger o Cioran (Vázquez, 2006) reflexionaron sobre la felicidad del ser humano. En el ámbito de la psicología, los antecedentes los hallamos en autores como William James (James, 1902), Allport (1958) o en representantes de la llamada psicología humanística con Rogers (1951), Maslow (1954), Erikson (1963), como máximos exponentes. Si bien es cierto que los estudios sobre optimismo, valores humanos, o apego son temas que se han estudiado tradicionalmente (Castro Solano, 2009), solo la Psicología positiva ha trascendido para convertirse en un nuevo enfoque de la psicología que permite estudiar seriamente las dimensiones de la persona normal, sus virtudes y fortalezas Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 7 de 61 normales (Sheldon y King, 2001). La psicología positiva ha abierto una amplia área de investigación que no solo tiene grandes expectativas de cara a la psicoterapia, la enseñanza u otras áreas, sino que además se prevé que implicará el devenir social afectando así de forma global a la calidad de la vida humana. B. INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGIA POSITIVA La psicología positiva ha venido a respaldar e incentivar áreas que ya se abordaban tal y como hemos visto en el anterior epígrafe. Pero el hecho de que no sea algo netamente nuevo, no quiere decir que no sea necesario de trabajar con más profundidad y apertura mental, tal y como psicólogos como Seligman, Csikszentmihalyi, y otros muchos se aventuraron a redescubrir. La psicología positiva es una rama de la psicología, que apareció hace aproximadamente 15 años que busca comprender, a través de la investigación científica, los procesos que subyacen en las cualidades y emociones positivas del ser humano, como decía anteriormente, durante mucho tiempo no tenidas en cuenta por la psicología tradicional de corte médico. Se propone estudiar e investigar sobre las fortalezas y virtudes humanas, y las consecuencias de estos fenómenos en la vida de las personas. La importancia de la Psicología positiva radica en que es un campo dedicado al mejoramiento de la calidad de vida. Es cierto que el tema del mejoramiento de la calidad de vida ha estado dominado por trabajos débiles, basados en pensamientos y opiniones de la gente, en contraste a la rigurosidad científica. Sin embargo, la psicología positiva brinda estudios bien sustentados en el área, que respaldan cambios posibles y reales. Pero ¿cuál es la definición de la Psicología positiva? ¿Qué ha significado para la psicología actual? La definición de este término de Psicología Positiva quedará mucho más amplia si exponemos las diversas conceptualizaciones que han ido surgiendo desde su surgimiento. Así que el desarrollo de este punto, girará alrededor de las diferentes definiciones sobre psicología positiva existente. Se describirán aquí las elaboradas por Seligman & Csikszentimihalyi, de Sheldon & King, y la de Linley y colaboradores entre otras. Finalmente se resumirán aquellos objetivos que derivados de estas definiciones sintetizan lo que pretende ser la psicología positiva. La psicología positiva fue definida por Seligman y Csikszentmihalyi (2000) como el estudio científico de las experiencias positivas, los rasgos individuales positivos, las institucionesque facilitan su desarrollo y los programas que ayudan a mejorar la calidad de vida de los individuos, mientras previene o reduce la incidencia de la psicopatología. También como el estudio científico de las fortalezas y virtudes humanas, las cuales permiten adoptar una perspectiva más abierta respecto al potencial humano, sus motivaciones y capacidades (Sheldon & King, 2001). Además, para completar estas definiciones se incluyen Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 8 de 61 las virtudes cívicas e institucionales que guían a los individuos a tomar responsabilidades sobre su comunidad y que promueven características para ser un mejor ciudadano (Seligman & Csikszentmihalyi, 2000). Por su parte Carr (2007) se refiere a que “esta nueva rama se ocupa principalmente del estudio científico de las fuerzas y de la felicidad del ser humano”. En The Journal of Positive Psychology, en 2005, en el artículo de R Rusk, y L. Walters, Tracing the size, reach, impact, and breath of positive psychology se definió como una grupo de perspectivas científicas acerca de lo que hace que la vida sea digna de ser vivida. Que se centra en los aspectos de la condición humana que llevan a la felicidad, a la plenitud y a prosperar. Por su parte, Gable & Haidt (2005) la definen como “el estudio de las condiciones y procesos que contribuyen a prosperar o, al óptimo funcionamiento de personas grupos e instituciones”. Y Linley, Joseph, Harrington y Wood en 2006, la definen como “el estudio científico de las posibilidades de un desarrollo humano óptimo: a nivel metapsicológico se propone reorientar y reestructurar teóricamente el desequilibrio existente en las investigaciones y prácticas psicológicas, dando mayor relevancia al estudio de los aspectos positivos de las experiencias vitales de los seres humanos, integrándolos con los que son causa de sufrimiento y dolor; en un nivel de análisis pragmático, la psicología positiva se ocupa de los medios, procesos y mecanismos que hacen posible lograr una mayor calidad de vida y realización personal”. Posteriormente, B. Vera Poseck, en 2008 la describe así: “La psicología positiva es una rama de la psicología de reciente aparición que busca comprender, a través de la investigación científica, los procesos que subyacen a las cualidades y emociones positivas del ser humano, durante tanto tiempo ignoradas por la psicología. El objeto de este interés es aportar nuevos conocimientos acerca de la psique humana no sólo para ayudar a resolver los problemas de salud mental que adolecen a los individuos, sino también para alcanzar mejor calidad de vida y bienestar, todo ello sin apartarse nunca de la más rigurosa metodología científica propia de toda ciencia de la salud”. Gancedo (2008) sintetiza las diversas definiciones existentes al respecto de la psicología positiva en los siguientes objetivos: Ampliar el foco desde la preocupación casi exclusiva por reparar el daño hacia el fortalecimiento de las potencialidades (en este sentido, apréciese que en las definiciones expuestas, se enfatiza que se trata de un tipo de estudio científico, característica que le diferencia de otros estudios de corte filosófico o espiritual carentes de evidencia empírica). Investigar el bienestar psíquico y subjetivo. Identificar y promover este bienestar en sujetos, grupos y sociedades. Realizar todo lo expuesto con rigurosidad científica. Dotar de un lenguaje compartido para el estudio de los estados y rasgos positivos. http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/17439760.2013.777766 http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/17439760.2013.777766 Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 9 de 61 A raíz de estas definiciones observamos que en la actualidad, la psicología positiva ha logrado promover y estimular importantes cambios para la investigación, la psicoterapia, la enseñanza y otras áreas, con un claro impacto para la profesión y por extensión para nuestra sociedad y calidad de vida. Estos cambios han resultado en contribuciones como: a- Introducir y explorar nuevas áreas de investigación sobre experiencia humana que antes eran consideradas como irrelevantes, inaccesibles, o poco científicas. b- Abrir nuevos enfoques teóricos, metodológicos y prácticos. c- Cultivar una perspectiva más positiva de la naturaleza humana. d- Estimular el pensamiento crítico sobre la disciplina en general. Águeda Marujo H. y Neto L. “Psicología positiva: ampliando los limites (de nuevo)” El resultado es una psicología que quiere ser pragmática, ética, cultural y socio- política más amplia y por lo tanto más fructífera que el enfoque tradicional. Una psicología que tiene por objetivo fundamental la búsqueda de los elementos del desarrollo positivo de las personas, centrándose en la prevención, la salud y la intervención psicológica que enfatiza primordialmente la búsqueda del equilibrio cognitivo, volitivo, afectivo, y espiritual para un funcionamiento saludable y de bienestar. 2. CONSTRUCTOS DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA A. BIENESTAR PSICOLÓGICO / FELICIDAD Según Seligman (2002), “la felicidad y el bienestar son los resultados que desea obtener la Psicología Positiva” (Seligman emplea ambos términos de modo intercambiable). Así que parece indispensable -en un análisis de la panorámica actual de la Psicología Positiva- saber cuáles son los modelos que han estudiado este constructo, base del enfoque positivo. Para ello, es reseñable en primer lugar, que es evidente la escasez de modelos explicativos sobre el mismo (Vázquez y Hervás, 2008): Modelo de Jahoda (1958). Esta autora plantea que tener una buena salud física es condición necesaria aunque no suficiente para tener una buena salud mental. Así recrea un resumen de aquellos criterios y dimensiones que deberían componer la salud mental positiva. Existirían 6 criterios (1.Actitudes hacia sí mismo. 2. Crecimiento, desarrollo y auto-actualización. 3. Integración. Autonomía. 4. Percepción de la realidad y 5. Control ambiental) cubiertos por ciertas variables o dimensiones. Además empleó y sugirió diversos métodos y Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 10 de 61 estrategias de medida para la validación futura de un modelo que fue el punto de partida en la investigación del bienestar, aunque éste finalmente no fue apenas investigado. La teoría de autodeterminación de Deci y Ryan. (SDT, Self-Determination Theory, 2000) Estos autores parten de las propuestas de la psicología humanista, la cual pretendía evidenciar la riqueza del ser humano y el estudio de los elementos positivos. Carl Rogers y otros autores tuvieron a bien respaldar estas pesquisas pero lo hicieron más desde la razón que desde un punto de vista empírico. Así, Deci y Ryan han desarrollado una teoría basada en estos principios: la Teoría de la autodeterminación. Se basan en uno de los principios más básicos del enfoque humanista: el bienestar como consecuencia de un funcionamiento psicológico óptimo (Rogers, 1963) y no tanto en la frecuencia de experiencias placenteras. Esta teoría propone que las necesidades básicas de vinculación, competencia y autonomía conforman la esencia del bienestar psicológico (Deci y Ryan, 2000). Modelo de bienestar psicológico de Ryff. Antes de aparecer la psicológica positiva como tal, una de las investigaciones más importantes sobre el bienestar fue la de Carol Ryff. Esta autora quiso definir la Salud Mental Positiva y a partir de un análisis de las propuestas existentes hasta ese momento, definió el bienestar psicológico a partir de elementos no hedónicos, lo que significaba que las emociones de placer no eran predictores del funcionamiento psicológico sino que más bien eran una consecuencia. Su modelo plantea seis dimensiones básicas a modo de indicadores de bienestar (1. Control ambiental. 2. Crecimiento personal. 3. Propósito en la vida. 4.Autonomía. 5. Auto- aceptación. 6. Relaciones positivas con otros). Este modelo tuvo gran relevancia porque a raíz de él, la autora pudo construir un cuestionario para evaluar estas seis dimensiones del bienestar, el cual ha sido hace poco adaptado al castellano (Diaz, Carvajal, Blanco, et al, 2006). Modelo de bienestar y salud mental de Keyes. (2002). Parte del modelo de Ryff pero le añade aspectos hedónicos y lo que denomina “bienestar social”. Esta autora distingue tres diferentes ámbitos para operativizar la salud mental positiva: bienestar emocional, bienestar psicológico, y bienestar social. Es este último un aspecto relevante de su modelo, pues parece expandir el bienestar más allá de lo estrictamente individual, complementando así anteriores modelos como el de Jahoda o el de Ryff. Keyes habla de cinco dimensiones en el área del bienestar social: Coherencia social. Integración social. Contribución social. Actualización social. Aceptación social. Modelo de las tres vías de Seligman (2002). Según este autor, existen tres vías de acceso para una vida plena. La primera es a través de las emociones positivas (vida placentera). Que consiste en incrementar, la mayor parte del tiempo, la cantidad de emociones Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 11 de 61 positivas para ser feliz. La propuesta plantea que la felicidad consiste en obtener mayor cantidad de momentos felices a lo largo de la vida. Estos momentos felices se pueden alcanzar en el presente a través del savoring y el mindfulness. Las emociones positivas también se pueden alcanzar centrándose en el pasado si se cultiva la gratitud y el perdón o en el futuro, por medio del optimismo y la esperanza. No obstante esta propuesta no se plantea como una teoría o modelo sino más bien como una forma de estructurar la investigación sobre el bienestar. Se cree que la vida comprometida y la vida significativa tienen mayor importancia que la placentera para la construcción del bienestar, pero esto aún no ha sido suficientemente contrastado. La segunda vía es la buena vida o vida comprometida (engagement). Ésta se basa en la experimentación de emociones positivas. Es la felicidad que surge cuando disfrutamos de algo en lo que sentimos que somos buenos; un sentimiento placentero que nace del compromiso con la tarea efectiva y la capacidad de experimentar flow (flujo). En palabras de Csikszentmihalyi (1990): “Todos hemos vivido ocasiones en las que en lugar de ser abofeteados por fuerzas anónimas, hemos sentido que teníamos el control de nuestras acciones, que éramos los dueños de nuestro propio destino. En las raras ocasiones que esto sucede sentimos una especie de regocijo, un profundo sentimiento de alegría que habíamos deseado durante largo tiempo y que se convierte en un hito en el recuerdo de cómo debería ser la vida. Esto es lo que queremos decir con experiencia óptima”. Una experiencia óptima es por lo tanto, algo que hacemos que suceda, por lo que no son momentos estáticos sino que suelen suceder cuando el cuerpo o la mente han llegado hasta su límite en un esfuerzo voluntario (que no tiene por qué ser necesariamente agradable) para conseguir algo difícil y que valiera la pena. Cuando la persona siente que tiene control sobre su vida y siente además que ésta tiene sentido, no hay nada más que desear, las expectativas y necesidades no satisfechas dejan de preocupar y las experiencias más humildes pueden convertirse en algo placentero. (Csikszentmihalyi (1990). La vida comprometida por lo tanto, deriva de esta capacidad para ser conscientes de nuestras fortalezas personales y habilidades y aplicarlas en una tarea concreta, alcanzando así, esa conexión que llamamos compromiso (engagement). La tercera vía es la vida con sentido o vida significativa. Se trata del estadio superior de la felicidad y la más duradera. Consiste en poner las habilidades y virtudes al servicio de alguna meta más allá y por encima de uno mismo para obtener un significado vital como resultado de dicho proceso. Por lo tanto, aquello que nos produce sentimientos positivos es el proceso, no la Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 12 de 61 satisfacción de nuestros deseos o logros. En general este proceso ocurre a través de las instituciones, la familia, el trabajo, la escuela, la comunidad… Estas tres vías de felicidad se encajan una dentro de otra, así la vida significativa incluye los placeres y las emociones positivas. Por supuesto, las tres vías no son ni exclusivas ni exhaustivas, es decir, que se pueden perseguir diversos objetivos en el camino de la felicidad y recorrerse desde distintos lugares. No obstante, según el propio Seligman, y sin infravalorar el valor que tiene la experimentación de emociones positivas en cualquier momento del ciclo vital, el desarrollo de la vida comprometida y de la vida significativa pueden tener una mayor importancia para la construcción del bienestar. Repasados los principales estudios científicos sobre el bienestar psicológico, veamos uno de los debates sobre este tema del bienestar, que versa sobre si el bienestar psicológico puede ser o no modificado; y si esta modificación puede ser permanente por medio de la intervenciones psicológicas. Dos problemas vienen a sumarse a este análisis: el set-point y el problema de la adaptación hedónica (los veremos más adelante). Las conclusiones que se extraen son que aunque muchos piensan que el bienestar personal o la felicidad pueden incrementarse de forma sostenida e ilimitada (Sheldon, y Houser-Marko, 2001) pero estudios longitudinales recientes demuestran que esto no es cierto; lo que no significa que no sea posible incrementar los niveles de felicidad. Es más, las diferentes investigaciones sobre el bienestar/felicidad y su capacidad para cambiar plantean que existe un margen significativo (buena noticia) para el crecimiento sostenible del bienestar a pesar de las limitaciones (set-point en un 50%, y circunstancias de la vida en tan solo un 10%) por lo que se puede decir que por lo menos el 40% de la varianza del bienestar/felicidad, puede deberse a elementos modificables (actividades intencionales). Veamos la fórmula planteada: FELICIDAD DURADERA: (F) = R + C + V R, (Seligman, escribe R (de Rango Fijo), pero podemos ver la letra S en su lugar, en el planteamiento que nos ofrecen Lyubomirsky, Sheldon, y Schkade, (2005), para describir la relación entre los tres factores que compondrían el nivel crónico de bienestar. Esta letra se refiere a dos factores que hacen de barrera para conseguir la felicidad. El primero es el “set”, es decir, aquellos factores genéticos que heredamos de nuestros padres, (en palabras de Seligman (2002) sería el timonel que nos conduce hacia un nivel específico de felicidad o de tristeza). Es aquello con lo que nacemos y que nos hará ser tendentes a ser más felices o menos a lo largo de la vida. Por esta razón Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 13 de 61 existen personas que desde que nacen son optimistas, (esos seres a los que parece como si los problemas no les afectasen de igual modo que a los demás), en contraste con aquellos que viven siempre con un halo de tristeza. Si la felicidad-bienestar fuese marcada genéticamente al 100%, no valdría la pena esforzarnos, pero una luz se abre a este respecto: la fórmula de la felicidad valora este factor con un 50% lo que nos dejaría aparentemente un 50% de margen de maniobra. Pero antes de entrar a analizar ese segundo 50% veamos la segunda barrera: Seligman (2002) la llama la “Rueda de molino hedonista” que “hace que las personas se acostumbren con rapidez y de modo inevitable a lo bueno y lo den por supuesto; prosigamos. C se refiere a las “circunstancias” externas que inciden en nuestra felicidad. Se suelen nombrar el dinero, matrimonio, vida social, emociones negativas,edad, salud, nivel de estudios, clima, raza y género, también religión. Pero no todas tienen el mismo grado de incidencia en la felicidad, y además no son fácilmente cambiables. Por lo que está bien que éstas tan solo ocupen aproximadamente un 10% de la ecuación. Un ejemplo de la variabilidad de su influencia, es el dinero vs matrimonio: En lo referente al “dinero” se ha demostrado que aumenta la felicidad durante dos o tres meses después de conseguirlo; transcurrido este tiempo, el nivel de felicidad retorna a su estado anterior. En cambio, en el caso de la circunstancia “matrimonio”, el matrimonio aparece en todos los estudios como uno de los factores más claramente relacionados con la felicidad. Las personas que están casadas o viven con su pareja son más felices que aquellas que viven solas (aquellas que nunca se han casado o que están separadas, divorciadas o viudas). Por otra parte, aquellos que viven junto con su pareja son, en general, algo menos felices que los casados y la tasa de ruptura de la pareja es significativamente superior a la de los casados Seligman (2005). V es la actividad intencional, es decir, aquello sobre lo que tenemos voluntad. Así que la responsabilidad de ser felices recae sobre nosotros mismos. Se trata de conseguir la vida plena, la vida con sentido, son el pase para alcanzar la vida placentera (pleasant life). Aquello en lo que de verdad creemos y para lo que nos esforzamos. Este factor comprende las emociones positivas, un constructo que veremos a continuación y que conforma uno de los cuatro pilares básicos de la psicología positiva (los otros tres son: los rasgos positivos, las instituciones positivas, y los vínculos positivos), pilares que fueron establecidos durante el encuentro entre investigadores de la psicología positiva realizado en Akumal-Mexico). Definir el concepto de FELICIDAD es complicado, ya que existen muchas definiciones por lo que no hay una consensuada, no obstante en general se Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 14 de 61 tiende a aceptar aquellas que conectan la felicidad con la satisfacción personal con la propia vida, el logro de objetivos o con dar sentido a la vida. La dificultad en su definición radica principalmente en la proliferación en los últimos años, de la publicación de miles de trabajos, libros, revistas, ensayos y un largo etc., que versan sobre la felicidad haciendo que este saber se halle en la actualidad ramificado en varias líneas diferentes (Vázquez y Hervás, 2008): La que estudia el bienestar subjetivo y objetivo. La Psicología Clínica Positiva, de carácter preventivo y normativo. La que trata de encontrar las claves cognitivas y motivacionales de la felicidad. Y por último una orientación economista llamada Economía conductual. En todo caso, existen diferentes teorías al respecto de la felicidad en relación con el concepto de emoción: La teoría de las emociones básicas. Esta teoría tiene puntos en común con la teoría del appraisal, puesto que los dos tipos de teorías nos dicen que las emociones son discretas pero sin embargo, ambas teorías tienen una visión diferente de las emociones. Para los defensores del appraisal, las emociones son resultado de una evaluación (appraisal) cognitiva del entorno. Así que las emociones son producidas por combinaciones de appraisals que se manifiestan en tendencias de acción que facilitan la adaptación del individuo (Roseman y Smith, 2001). Así que una misma combinación de appraisals dan siempre a lugar a una misma emoción, por lo que el elemento básico no es la emoción sino los appraisals. Las consecuencias de esta teoría es que tienen una lista de emociones positivas más variada, pero por otro lado las emociones positivas son más difíciles de explicar. Frente a las perspectivas defensoras de una lista de emociones diferenciadas, otras corrientes consideran que las emociones son resultado de un proceso abierto que dan a lugar a distintos tipos de episodios emocionales: La teoría del construccionismo psicológico. La emoción (construcción psicológica resultante de la percepción de ciertos fenómenos afectivos concatenados) se convierte en la manifestación última de un proceso de construcción generado por una reacción afectiva. El elemento central sería el por lo tanto el afecto nuclear, una reacción primitiva irreducible asociada a nuestra conciencia, que se describe según dos dimensiones: placer y activación. Sobre el afecto nuclear se producen una serie de procesos psicológicos que traen como consecuencia el tratar de explicar un estado afectivo atribuyéndole unas causas, evaluación de la situación (appraisal), tendencias de acción y reacciones expresivas y fisiológicas. Percibir estas consecuencias lleva a una categorización en un fenómeno único llamado emoción. Si esta emoción (como decía, fenómeno único) es frecuente, le asignamos una categoría de emoción prototípica en nuestro lenguaje (miedo, alegría…). Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 15 de 61 Esta autopercepción activa la autorregulación por un proceso de categorización consciente (“no debo estar enfadado”) (Vázquez y Hervás, 2008). Construccionismo social. En este caso, la emoción es el resultado de un conjunto de convenciones sociales. Como en la teoría del construccionismo psicológico, las emociones son la suma de distintos procesos psicológicos y conductas. Aunque en este caso, la integración de las emociones se mueve en tanto proceso mental como proceso social. Es decir, que la persona comienza a tener emociones cuando aprende las reglas de su sociedad, y por lo tanto puede crear, regular y manifestarlas de forma adecuada. De ahí se desprende que sentir una emoción respondería a un conjunto de normas culturales aprendidas dentro de una sociedad, lo que supone derechos y deberes sociales. En el caso de los que defienden las listas cerradas, la teoría consistirá en determinar qué emociones positivas aparecen coherentemente en cualquier cultura independientemente de su lenguaje. Para los teóricos partidarios de la existencia de emociones básicas, los indicios de tales emociones positivas serán patrones fisiológicos y experiencias faciales como la sonrisa en la felicidad. Para los defensores de las listas abiertas (construccionismo social) habrá tantas emociones positivas como prescriba una cultura. En el caso del construccionismo psicológico tantas emociones positivas como episodios emocionales serán consideraos placenteros para cada sujeto en dependencia del afecto nuclear, las atribuciones, la autopercepción… La búsqueda pues de la conexión entre emoción y felicidad presenta diferentes panoramas según la perspectiva teórica asumida, por lo que hay cierto dilema en la descripción de la felicidad. Para ello Vázquez y Hervás (2008) presentan el siguiente esquema que se representa a continuación: Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 16 de 61 Vista la variedad de posiciones, tal y como dicen los autores de este esquema, es fácil compartir con ellos la idea de que “no sabemos reconocer la felicidad, y si la reconocemos no sabemos explicarla”. Así que dada la ambigüedad del término felicidad, y desde el punto de vista científico que prodiga la Psicología positiva, será mejor referirse a ella en términos más precisos como por ejemplo el bienestar psicológico, o satisfacción con la vida… que en general quedan bajo la categoría amplia de la felicidad. B.LAS EMOCIONES POSITIVAS Recordemos de nuevo, los pilares de la psicología positiva: 1. El estudio de las emociones positivas, 2. El estudio de los rasgos positivos, 3. El estudio de las instituciones positivas, 4. El estudio de los vínculos positivos (este último fue añadido por Seligmanen el año 2009). Veamos ahora el estudio de las emociones positivas. Vida placentera. Estudio de las emociones positivas: Se trata de una ruta a través de las emociones positivas para conseguir conocer el modo en el que se pueda aumentar la cantidad de estas emociones positivas para alcanzar la felicidad. CALMA ARMONIA FIN EN SI MISMO SUMA DE ESTADOS POSITIVOS AMORAL UNIVERSAL ESTADO OBJETIVO Visión naturalista: felicidad como satisfacción (más próxima a modelos de emociones predeterminadas). ACTIVIDAD CONFLICTO, LUCHA INSTRUMENTO PARA OTROS FINES SUPERIORES ORDENADA POR UN FIN SUPERIOR MORAL IDIOSINCRÁSICA ESTADO SUBJETIVO Visión ética: felicidad como virtud o excelencia (más próxima a modelos de emoción construccionistas) POSIBLES MODELOS INTERMEDIOS Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 17 de 61 Dichas emociones son tomadas como experiencias subjetivas valiosas que se describen en función del tiempo donde se centran: pasado, presente o-y futuro. Estos tres aspectos emocionales son diferentes entre sí, y no tienen por qué encontrarse unidos. De hecho, es posible sentirse de un modo en el pasado y de otra forma diferente en el presente. Lo ideal sería experimentar felicidad en los tres sentidos, pero como decía, esto no tiene porqué ser así. Las emociones se pueden encauzar hacia una dirección positiva y cambiar la forma de experimentar sentimientos sobre el pasado, de pensar sobre el futuro y de vivenciar el presente. A través de estas emociones de índole positivo se podrá alcanzar una vida placentera, y así las personas podrán llevar el nivel de emotividad positiva al nivel superior de nuestro Rango fijo de felicidad. Se trata por lo tanto, de aprender y practicar el modo de agradecer, perdonar (pasado); de aprender a tener esperanza y optimismo mediante el rebatimiento de los pensamientos negativos sobre el futuro, y evitar la habituación, así como de disfrutar y usar la atención para aumentar los placeres en el presente. i. EN EL PRESENTE: MINDFULNESS Y SABOREO La felicidad en el presente tiene dos dimensiones muy diferentes: los placeres y las gratificaciones. Ambas consisten en rescatar el momento presente de la forma más genuina posible. Las gratificaciones nos involucran, nos absorben y provocan que perdamos la conciencia de nosotros mismos. Estas duran más que los placeres, albergan más pensamientos e interpretaciones, y no se convierten con tanta facilidad en hábito; nuestras fortalezas y virtudes las refuerzan. Por otra parte, los placeres son sensoriales, emocionales y efímeros que implican poco o casi nulo pensamiento. Los placeres son corporales, (deleites inmediatos que proceden de los sentidos) o superiores (más complejos y variados que los anteriores que requieren más cognición). Seligman los divide en aquellos más elevados: como la dicha, el éxtasis, la euforia, el goce, arrobamiento, éxtasis, estremecimiento, hilaridad júbilo y excitación. De moderada intensidad: serían el regocijo, la vivacidad, el buen humor, la atracción la diversión, el entusiasmo, el brío, la alegría, el gozo. Y los de baja intensidad, que serían el bienestar, la armonía, la contemplación, la saciedad y el relajamiento. Estos placeres comparten ciertas formas de optimización que son utilizadas para incrementar la cantidad de felicidad transitoria: dichas estrategias son la habituación, el disfrute (saboreo) y la atención (mindfulness). Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 18 de 61 La habituación: Se debe señalar que los placeres se desvanecen casi inmediatamente, sin embargo, debemos tener en cuenta que pueden dejar huellas negativas, sobre todo si son repetida y rápidamente experimentados, provocando lo que se llama la habituación. Así que, espaciar estos placeres evita que uno se habitúe a los placeres. Es decir, es bueno introducir en la vida acontecimientos placenteros pero hay que hacerlo de forma espaciada y sobre todo, sorpresiva a ser posible. El savoring (saboreo del momento presente). Consiste en deleitar los sentidos de la forma más auténtica posible. Los fundadores de este elemento son Fred Bryant y Joseph Veroff (Loyola University) y para ellos el disfrute o saboreo, consiste en la conciencia plena del placer, la atención consciente y deliberada ante la experiencia de dicho placer. Estos autores destacan cinco técnicas que favorecen el disfrute: compartir con otras personas, guardarlo en la memoria, el autoelogio, agudizar la percepción, y el ensimismamiento. En cuanto al mindfulness o atención plena, éste es un estado mental que se alcanza a través del entrenamiento caracterizado por la atención plena de los propios pensamientos, acciones o sensaciones. Este tipo de atención nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente. Es por lo tanto, una forma de hacernos conscientes de nuestra realidad, y de los posibles desafíos que plantea la vida, como el dolor, la pérdida o la enfermedad por ejemplo. Si se practica la atención plena se puede desarrollar mayor capacidad de discernimiento, de compasión, y nos ayuda a caminar en el aquí y al ahora, es decir hacia la experiencia de una vida plena en el presente. ii. EN EL PASADO: GRATITUD Y PERDÓN Todas las emociones relacionadas con el pasado están dirigidas por el pensamiento y la interpretación; así, una vez interpretado un suceso pasado subyace una emoción al respecto. Cuando se producen sucesos adversos o favorables, se da un estallido emocional temporal en la dirección positiva o negativa correspondiente. Pero normalmente después de poco tiempo, el estado de ánimo vuelve a situarse dentro de los parámetros de rango fijo. Pero sin embargo, si las emociones son expresadas y se les presta atención, acaban enriquecidas y nos enganchan para ocuparnos de los problemas pasados. Así que prestar demasiada atención a estos asuntos, si son gravosos, nos llevan a un deterioro de la felicidad. En este sentido, hay dos modos de reubicar estos sentimientos poco Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 19 de 61 adaptativos, sobre el pasado en la zona de la felicidad; el primer modo es la GRATITUD que aumenta el disfrute y la valoración de los buenos momentos pasados; en este sentido, las personas capaces de valorar lo recibido, suelen tener mayores niveles de felicidad. Y segundo, la reescritura de la historia por medio del PERDÓN, el cual tiene la capacidad de transformar los malos recuerdos en buenos. El perdón cambia el dolor por neutralidad o incluso recuerdos positivos, lo que acarrea mayor satisfacción y por lo tanto felicidad en la vida. iii. EN EL FUTURO: ESPERANZA Y OPTIMISMO. Las emociones positivas acerca del futuro implican fe, confianza, esperanza, seguridad y optimismo. Seligman analizó el optimismo desde tres valoraciones: la permanencia, (duración que le damos al impacto de los sucesos que nos afectan; La penetrabilidad (o extensión que asignamos a los efectos de estos acontecimientos sobre nosotros). Y la personalización (grado de responsabilidad personal que hacemos recaer sobre nosotros por lo ocurrido). A parte de estas explicaciones iniciadas por Seligman, las personas utilizamos también la comparación para evaluar las cosas que nos pasan (Luis Rojas Marcos, 2006). El hecho de compararnos de modo ventajoso con nuestros pares nos acoge y fortifica para mantenernos felices. Ruut Veenhoven, demostró esto a raíz de una investigación sobre las minorías inmigrantes marginadas, las cuales no se diferenciaban del resto de la población acomodada en el nivel subjetivo de satisfacción en la vida, porque sus miembros tendían a compararse con aquellos miembros menos afortunados de su propio grupo. Beenhoven, R. (1991). ¿Es relativa la felicidad? Ed. Investigacionesde indicadores sociales, vol. 24. Por lo tanto, se puede decir que un estilo optimista nos ayuda a minimizar el impacto de las penas, alimenta nuestra sensación de control y nos protege del desánimo y la indefensión. En cuanto a la esperanza, (expectativas). Existen dos niveles de esperanza, el primero es general-permanente y el otro especifico-transitorio. El primer nivel abarca las expectativas globales (creencias o valores que tenemos sobre la vida). El segundo nivel, el específico, versa sobre la ilusión por lograr un fin concreto. Por lo tanto, saber tener esperanza se basa en hallar las causas permanentes para los sucesos positivos junto con el descubrimiento de causas transitorias para los adversos. Hacerlo al contrario, nos alejaría de la felicidad. Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 20 de 61 C.LOS RASGOS POSITIVOS La segunda ruta tiene que ver con el compromiso (Engagement life: vida comprometida). Su estudio está relacionado con el análisis de las fortalezas, las virtudes personales y la capacidad de experimentar flow. Su máximo representante dentro del campo de la investigación, es Csikszentimihalyi. i. FORTALEZAS / VIRTUDES Cuando Seligman y Csikszentimihalyi en el año 2000 sentaron las bases de la que denominaron Psicología Positiva, se propuso que los temas principales de este enfoque serían: las experiencias positivas, los rasgos positivos individuales y las instituciones y organizaciones positivas. Estos objetivos han llevado hacia el estudio de los elementos determinantes del bienestar psicológico, pero además han derivado hacia el análisis y exploración de las características positivas de las personas en tanto, talentos, virtudes, valores o fortalezas (así como de aquellas estructuras organizativas, como el trabajo, la familiar o las sociedades como vehículos que promueven el bienestar). Es decir, una propuesta integral de los individuos y las comunidades. Las virtudes son características personales generales, que han sido evidenciadas por las diferentes culturas a lo largo de la historia universal; según Peterson y Seligman (2004) son seis: Sabiduría, Valor, Humanidad, Templanza, Justicia, y Transcendencia. Las fortalezas son los procesos psicológicos que permiten desarrollar las seis virtudes anteriormente señaladas. Las fortalezas y virtudes son rasgos de la personalidad duraderas, y concretamente, características positivas que aportan sensaciones placenteras y gratificación. Las virtudes se hallan en un plano más abstracto o filosófico, mientras que las fortalezas son más concretas, susceptibles de ser modificadas y evaluadas. Las principales características de las fortalezas son (Seligman, M.E.P., Park, N y Peterson, C. (2004): (1) Que se valoran por sí mismas y no por los resultados que permiten alcanzar. (2) Son promovidas por la cultura a través de rituales y costumbres. (3) No hacen de menos a los demás. Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 21 de 61 El estudio concreto de las virtudes y las fortalezas llevaron a estos autores a proponer una clasificación de las mismas, para recogerlas y validarlas, intentando indagar en aquellas características del carácter (como la curiosidad, la valentía…) que pareciesen ser valores universales reconocidos como positivos transcultural y trans-históricamente (Compte-Sponville, 2005). El resultado fue una categorización (que incluía veinticuatro fortalezas de carácter particulares subordinadas a seis virtudes nucleares) que se ha destinado a complementar los manuales de criterios diagnósticos DSM y CIE. Y a la proposición de un Cuestionario (el VIA: Values in action; traducido al castellano como Cuestionario VIA de Fortalezas Personales, que sirve para medir cada una de estas 24 fortalezas / virtudes, que veremos más adelante) abriéndose un espacio muy atractivo para la psicología consistente en reconocer que fortalezas son las esenciales y cuáles y en qué forma y medida están relacionadas con el bienestar. Para verlas gráficamente, observar el siguiente cuadro: 6 VIRTUDES 2 4 F O R T A L E Z A S SABIDURÍA Y CONOCIMIENTO VALOR HUMANIDAD Y AMOR JUSTICIA TEMPLANZA TRANSCENDEN- CIA 1 Curiosidad/ Interés por el mundo 7 Valor y valentía 10 Bondad/ Generosidad 12 Civismo/ Deber/ Trabajo en equipo/ Lealtad 15 Autocontrol 18 Disfrute de la belleza/ Excelencia 2 Amor por el conocimiento 8 Perseverancia/ Laboriosidad/ Diligencia 11 Amar/ Dejarse amar 13 Imparciali- dad/ Equidad 16 Prudencia/ Discreción/ Cautela 19 Gratitud 3 Juicio/ Pensamiento crítico/ Mentalidad abierta 9 Integridad/ Autenticidad/ Honestidad 14 Liderazgo 17 Humanidad/ Modestia 20 Esperanza/ Optimismo/ Previsión 4 Ingenio/ Originalidad/ Inteligencia práctica/ Perspicacia 21 Espiritualidad/ Fe/ Religiosidad 5 Inteligencia social/ Personal/ Emocional 22 Perdón/ Clemencia 6 Perspectiva 23 Picardía/ Sentido del humor 24 Brío/ Pasión/ Entusiasmo Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 22 de 61 En cuanto a la aplicación del estudio de las fortalezas, la propuesta no plantea que una persona deba cultivar todas o gran parte de ellas. Es decir, se trata de poner en práctica y aplicar aquellas fortalezas que uno ha desarrollado naturalmente, es decir, sus fortalezas principales. Por lo tanto, no consiste en detectar deficiencias para intentar reducirlas, sino que se destacan los recursos de las persona para aprovecharlos. Favorecer que el individuo tome conciencia y las aplique más que destacar e intervenir en sus debilidades, lo que implica confiar en que esas debilidades disminuirán como consecuencia de dirigir el crecimiento de la persona sobre sus cualidades naturales. ii. FLOW (Nota: Seguiremos las indicaciones que Mihaly Csikszentmihalyi describe sobre la experiencia óptima en su libro “Flow, una psicología de la felicidad” (1990) Csikszentimihalyi aporta el concepto de flujo (flow) en el año 1990. Es un concepto que ha sido seguido e investigado por muchos autores coetáneos, tales como Martin Seligman y Howard Gardener, entre otros y que se ha convertido en uno de los soportes de la psicología positiva y el estudio de la felicidad. Este autor define este concepto de flujo como “el estado en el cual las personas se hayan tan involucradas en la actividad que nada más parece importarles. La experiencia por sí misma, es tan placentera que las personas la realizarán incluso aunque tenga un gran coste, por el puro motivo de hacerla”. Flow es por lo tanto, un estado óptimo que surge durante la realización de una tarea que se caracteriza por una sensación posterior de gran libertad, de disfrute, de satisfacción y de habilidad. Durante ese estado de flujo, las habilidades se utilizan al máximo, las preocupaciones temporales (como la comida, las hipotecas, el trabajo, la familia, etc…) se pasan por alto, el ego desaparece, el tiempo vuela y cada acción, movimiento o pensamiento sigue inevitablemente al anterior. Las condiciones para una experiencia óptima son: Sensación de que las propias habilidades son adecuadas para enfrentarnos con los desafíos que se nos presentan. Una actividad que se dirige hacia unas metas y regulada por normas que nos ofrece pistas para saber si lo estamos haciendo bien o no. La concentración es tan intensa que no se puede prestar atención en pensamientos irrelevantes respecto a la actividad que se está realizando o para preocuparse. La conciencia de uno mismo desaparece y el sentido del tiempo se distorsiona Una actividad que produce tales experiencias es tan agradable que las personas desean realizarla por sí misma y se preocupan poco por lo que van a obtener de ella, incluso aunque esta actividad sea difícil o peligrosa.Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 23 de 61 Actividades que producen flujo: Como ejemplos pueden citarse, la creación musical, el baile, el ajedrez, la escalada… aunque en realidad no importa el tipo de actividad. Lo que interesa para obtener una experiencia de flujo es: Que estas actividades se hayan diseñado para hacer fácil lograr la experiencia óptima. Que tengan unas reglas que requieran aprendizaje de habilidades. Que establezcan metas, produzcan retroalimentación, y que hagan posible el control. Y finalmente que faciliten la concentración y la involucración haciendo que la actividad sea los más distinta posible de la realidad de la existencia cotidiana. En cualquier caso, la función primaria de tales actividades de flujo es la de ofrecer experiencias agradables, por lo que toda actividad de flujo tiene un punto en común: ofrecer una sensación de descubrimiento, un sentimiento creativo que transporte a la persona a una nueva realidad, empujándola a niveles óptimos de rendimiento y a estados de conciencia antes no experimentados. No obstante, no debemos caer en el error de creer que cuando una persona se involucra objetivamente en una actividad de flujo, necesariamente obtendrá la experiencia apropiada. De hecho, no es fácil transformar la experiencia ordinaria en flujo, aunque casi todos podemos mejorar nuestra capacidad para hacerlo. Impedimentos para fluir: Unos están dentro de la misma individualidad de cada sujeto: Como los desórdenes de la atención y el exceso de estímulos que impiden el flujo porque la energía psíquica es demasiado fluida y errática. La persona que tiene excesivo miedo al ridículo y-o la persona centrada en sí misma: Impiden el fluir pero por la razón opuesta: la atención es demasiado rígida. Ninguno de estos dos extremos permite que una persona controle la atención. Pero contra el disfrute también hay otros obstáculos ambientales muy importantes: algunos naturales y otros sociales. Estos últimos quizás más difíciles de superar (como la esclavitud, la explotación o la destrucción de los valores culturales por ejemplo, que eliminan el disfrute). En este orden de cosas, Csikszentimihalyi incluye dos términos que describen ciertos estados de patología social: la anomia, y la alienación. Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 24 de 61 La anomia. Es una condición social en la que no hay normas de comportamiento claras, por lo que el comportamiento se convierte en algo errático y sin sentido. Situaciones de anomia pueden darse cuando la economía se derrumba, cuando la cultura es destruida por otra, o cuando la prosperidad aumenta tan rápido que los valores como el ahorro o el trabajo duro ya no tienen sentido. Cuando una sociedad sufre de anomia, es complicado conseguir flujo porque no se sabe en qué merece la pena invertir la energía psíquica. La alienación: es en general el concepto opuesto al anterior. Se trata de una condición en la que las personas se ven abocadas por el sistema social a actuaciones que son contrarias a sus propios fines. Así por ejemplo, un trabajador que debe realizar miles de veces la misma tarea sin sentido, en una cadena de montaje para llevar un sueldo a casa con el que alimentar a su familia, puede hacerle sentir alienado. Cuando una sociedad sufre de alienación el problema radica que las personas no pueden invertir energía psíquica en lo que realmente desean. Nótese que estos obstáculos ambientales, son funcionalmente equiparables a dos patologías de la personalidad: los desórdenes de la atención y el egoísmo, antes citados en el nivel individual. Por lo tanto, tanto el nivel colectivo como el individual impiden que suceda el flujo debido a la fragmentación de los procesos de atención (anomia y desórdenes de atención) o bien por exceso de rigidez (alienación y egoísmo). A nivel individual, la anomia correspondería a la ansiedad, y la alienación al aburrimiento. La personalidad autolética. No es fácil transformar la experiencia ordinaria en flujo, pero casi todos podemos mejorar nuestras capacidades para hacerlo. La diferencia entre alguien que disfruta de la vida y alguien que esa abrumado por ella, es producto de la combinación entre los factores externos y la manera en la que la persona los interpreta; es decir, si ve los desafíos como amenazas o como oportunidades para la acción. La personalidad autolética traduce por lo tanto, las amenazas en desafíos agradables manteniendo el equilibrio interno. Una persona que no se aburre, que no siente ansiedad y que se encuentra implicada en lo que sucede y que está en flujo la mayor parte del tiempo puede decirse que tiene una personalidad autolética. Esta personalidad transforma las experiencias potencialmente entrópicas en flujo. Para desarrollar este tipo de personalidad hay ciertas reglas que derivan del modelo de flujo: Definir metas. Tener claras las metas a lograr. Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 25 de 61 Sentirse inmerso en la actividad. Involucrarse con profundidad en todo lo que se haga. Prestar atención a lo que esta sucediendo. A través de la concentración. Aprender a disfrutar de la experiencia inmediata. Disfrutar de la vida incluso cuando las circunstancias objetivas son desagradables. D.INSTITUCIONES POSITIVAS La tercera ruta a diferencia de las dos anteriores esta menos desarrollada. Es la vía de acceso o vida con significado (meannignfull life). Tiene relación con la búsqueda de sentido, por lo que su comprensión implica: contextualización y amplitud. En esta tercera vía, son de aplicación las fortalezas personales para el desarrollo más allá de uno mismo. Es poder aplicar las fortalezas para ayudar a los demás y hacer que éstos puedan desarrollar sus potencialidades. Este proceso se puede dar a través de las instituciones típicas (familia, trabajo, escuela y comunidad) se trata por lo tanto, de poner las capacidades al servicio de los otros para obtener significado vital. i. PSICOLOGIA POSITIVA Y CRIANZA. Seligman nos da tres principios de la práctica de la paternidad surgidos de la psicología positiva: El primero es que las emociones positivas pueden desarrollar las capacidades intelectuales, sociales y físicas para que los niños puedan disponer de ellas cuando sean adultos. El segundo principio, es que si se aumentan estas emociones positivas se puede iniciar “una espiral ascendente de sentimientos positivos”. El tercero es, que los rasgos positivos que demuestran los niños son tan auténticos como los negativos. En este sentido Seligman aventura a decir que la emotividad positiva aparece antes que las fortalezas y virtudes y que estas últimas se desarrollan a partir de ello. Lo que se extrae de estos principios, es que la educación de los niños es mucho más efectiva cuando hacerlo es disfrutable. Seligman citó 8 técnicas para incrementar las emociones positivas en la crianza: Dormir con su bebé. Juegos sincrónicos. No y sí. Elogio y castigo. Rivalidad entre hermanos. Antes de dormir. Hacer un trato. Los buenos propósitos para el año nuevo. Todas estas técnicas estudian las formas de aumentar el nivel de sentimientos positivos de los hijos pequeños. La base teórica para explicarlos es que las Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 26 de 61 emociones positivas “conducen a la exploración, que a su vez lleva al dominio, y éste conduce no sólo a mas emociones positivas, sino al descubrimiento de las fortalezas personales de nuestros hijos”. (Seligman, 2002). Así pues, hasta los siete años, la principal meta de la educación positiva de los hijos consiste en incrementar las emociones positivas. ii. PSICOLOGÍA POSITIVA Y EDUCACIÓN. Desde que Seligman estableciese estos sencillos principios, (en anterior epígrafe (i. Psicología positiva y crianza)se han venido poniendo en práctica ejercicios infantiles sobre emociones positivas, (flow, optimismo…). Parece que es la panacea de la nueva pedagogía desde el enfoque de la psicología positiva. De hecho, habiendo pasado ya varios años de esta declaración de principios, se han puesto en marcha numerosas experiencias educativas a nivel mundial basadas en la disciplina de la Psicología positiva, y se ha descubierto que se obtienen grandes beneficios en la salud física, psicológica y social de los niños y jóvenes, aplicando de forma sistemática las prácticas de psicología positiva para que éstos se desarrollen en la felicidad. Esto conduce a los niños y jóvenes a ser más resilientes. B. Fredickson (2004) en su teoría de “ensanchar y construir”, sostiene que los sentimientos positivos amplían nuestro repertorio de ideas y de acciones y nos ayudan a construir recursos mentales duraderos para poderlos usar en experiencias futuras. Desde esta perspectiva, durante los últimos años, se han ido elaborando múltiples propuestas de aplicación educativa dentro del marco de la psicología positiva. Estas contribuciones han abierto nuevas vías de crecimiento y progreso hacia nuevos caminos educativos. En España autores como R. Bisquerra (2003), J.A Marina (2004) o el mediático E. Punset (2006) entre otros, nos hablan de las implicaciones de este enfoque científico sobre el ámbito educativo. Pero ¿qué se puede aprender para llevar una vida feliz?: J.A Marina (2004) da seis factores: 1. Elegir metas adecuadas. 2. Resolver problemas. 3. Capacidad de esfuerzo. 4. Capacidad para recuperarse de los fracasos. 5. Valorar las cosas apropiadamente y disfrutar las cosas buenas. 6. Tender lazos afectivos interpersonales y mantener autonomía adecuada según la situación. A tenor de lo anteriormente escrito, nuestro sistema educativo debería fijar su principal objetivo en lograr niños-as felices, traspasando la frontera puramente lectiva; desarrollando una actitud positiva hacia la vida. iii. PSICOLOGIA POSITIVA Y ORGANIZACIONES. Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 27 de 61 En general las personas buscan cierta satisfacción personal en su trabajo (esto ocurre con menor énfasis cuando el trabajo escasea y se buscan otros objetivos de corte más pragmático, como ocurre en la actualidad crítica de España), pero para experimentar esta satisfacción, la Psicología positiva nos dice que hay que poner en práctica las fortalezas antes referidas, a ser posible de forma continuada. Poner en práctica cada día estas fortalezas y virtudes no solo hace más agradable el trabajo sino que la rutina y el tedio cotidiano se transforman en vocación y por lo tanto en gratificación. Dice Seligman (2002) que cuando la vida y la libertad están cubiertas, todo indica que se marcha hacia políticas que van más allá de la seguridad elemental, tomando muy en serio la búsqueda de la felicidad. Como se comentó anteriormente, la Psicología se ha centrado tradicionalmente en los aspectos más negativos de la conducta humana, y este sesgo también se observa en el ámbito de la gestión de la salud en el trabajo y las organizaciones, pues éstas, tradicionalmente, han venido centrándose en el lado negativo del estrés laboral e inspirándose como no, en el modelo médico. Pero esta perspectiva se limita a analizar la mitad del ámbito de la psicología organizacional, por lo que existe la necesidad creciente de una aproximación positiva que se centre más en las fortalezas del empleado y del funcionamiento organizacional óptimo. Desde esta perspectiva positiva, se podrán ofrecer respuestas a las demandas emergentes derivadas de los cambios que están sucediendo en las organizaciones de las sociedades de hoy. Unas sociedades cambiantes que impactan en los tipos de puestos de trabajo y por lo tanto influyen en la salud y bienestar de los empleados. Estos cambios deben ser bien gestionados para la no aparición de organizaciones enfermas poco efectivas o adaptativas. Desde la psicología positiva se considera que la salud del trabajador es un fin en sí mismo y meta a incluirse en las políticas organizacionales. El punto de mira se halla entonces, en descubrir las características de la vida organizacional positiva (Salanova, Martinez y Llorens, 2005). E.VINCULOS POSITIVOS Esta última vía fue agregada en el año 2009 por Seligman. Los vínculos positivos o vida social, como vía de acceso a la felicidad surgen de los estudios sobre el bienestar psicológico e identifican a las personas más sociables como también las más felices. Veamos algunos: AMOR B Fredrickson, (profesora de la Universidad de Carolina del Norte), ha estudiado arduamente las emociones positivas. En uno de sus libros más recientes Love 2.0: How Our Supreme Emotion Affects Everything We Feel, Think, Do, and Become (Amor 2.0: Cómo nuestra emoción suprema afecta Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 28 de 61 todo lo que sentimos, pensamos, hacemos y en lo que nos convertimos) nos explica qué es en verdad el amor y desbarata algunas de las creencias más instauradas sobre el mismo. Según esta autora, el amor es un proceso que involucra a la mente y el cuerpo de manera dinámica, una sensación biológica donde el cariño interpersonal y el bienestar nos rodean. Uno se conecta con el otro compartiendo la misma emoción, y mientras dura esa emoción, más felices, saludables y sabios nos volvemos. Cuando conectamos amorosamente con alguien aparece el fenómeno de resonancia positiva, una sincronía entre ambos donde los gestos y la bioquímica comienzan a imitarse. Esta resonancia fortalece la conexión entre nuestro corazón y cerebro y hace cada día más saludable a la persona que la experimenta. Así que aquellas personas que están más “conectadas” viven más felices y más sanas. Frederickson en su obra dice que podemos brindar amor fuera de nuestro círculo íntimo para mejorar nuestro bienestar. También explica que el amor debe cultivarse día a día y que se debe intentar generar el máximo de micro- momentos de conexión, puesto que estos micro-momentos amorosos tienen un efecto a largo plazo en nuestra biología (en nuestra salud y longevidad). Además, al hacernos más saludables, también aumenta nuestra capacidad de amar. Frederickson además aclara que el amor no es romance, ni deseo sexual, no dura para siempre y tampoco es incondicional. Como consejo, la autora nos deja claro que el amor hay que alejarlo de falsas expectativas para poder conectarnos con los demás de una manera realista y saludable. ii. COMPASIÓN, VALIDACIÓN Y EMPATÍA La empatía es la capacidad para sentir las emociones que otros individuos están experimentando, así como comprender aquello que piensan respecto a su mundo. Esta habilidad compleja forma parte de nuestro repertorio en el momento de nacer. La empatía evoluciona hasta caracterizarse por la presencia de sentimientos de ternura, compasión y cercanía, y alcanza su nivel óptimo llegando a ser un fin en sí misma. Cuando la empatía es observadora y no se inmiscuye en los sentimientos de los otros, el ser humano consigue un nivel óptimo de salud mental que se manifiesta en unas relaciones sociales satisfactorias.(Fernández Berrocal, Ramos Díaz, 2004). iii. ESPIRITUALIDAD La espiritualidad es un constructo al que se le ha prestado poca atención desde la psicología tradicional. La psicología positiva quiere llenar este vacío y la revaloriza para decir que la espiritualidad es una forma profunda de ver la vida, Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 29 de 61 de la capacidad para tener fe, de conexión con “algo” más grande que uno mismo. Quienes son capaces de vivir la espiritualidad demuestran mayor fortaleza interna y un modo de percibir la vida positivamente, hallando la paz incluso en los momentos más duros. La espiritualidad ofrece creencias sobre la existencia,que conllevan una sensación de pertenencia, de significado y valor de la vida. Diversos estudios han descubierto que cuando el nivel de espiritualidad disminuye, otros valores quedan afectados, como la autoestima o el valor que encontramos a nuestra vida. Encontrar un significado a la existencia de cada uno, es desde esta perspectiva, una experiencia gratificante. iv. RESILIENCIA Resilencia designa la capacidad para volver a recomenzar. En el campo de la psicología dos son los factores fundamentales: la resistencia a los traumas y lo que podría llamar dinámica existencial. Una persona va elaborando su propia vida y ésta va deviniendo según las interpretaciones que se hagan de los sucesos que se van encontrando. Ante estos sucesos, aparece la resilencia para afrontar las dificultades posibles. Desde esta perspectiva, darle sentido a una experiencia negativa, significa comprender sus causas y al hacerlo se transforma en un elemento clave de la resilencia (Manciaux (2003). Este constructo no debe mirarse en términos de carencias o determinismos; a este respecto Tomkiewicz (2003) advierte sobre el buen y mal uso de la resiliencia, pues advierte de la naturaleza probabilística de la misma y aclara que no se trata de constatar la existencia de un problema, sino de hacer la apuesta -a partir de esa constatación- de que uno logrará sobreponerse a él. La resilencia no te hace invulnerable a todo. Además este mismo autor previene contra los excesos de la rigidez, puesto que negar las dificultades puede impedir la propia resiliencia. La resiliencia es por lo tanto, la capacidad de una persona o grupo para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves. Aunque durante mucho tiempo las respuestas de resiliencia han sido consideradas patológicas, sin embargo hoy en día, los expertos científicos han demostrado que la resiliencia es una respuesta común y su aparición no indica patología, sino un ajuste saludable a la adversidad. "A pesar de traumas graves, incluso muy graves, o de desgracias más comunes, la resiliencia parece una realidad confirmada por muchísimas trayectorias existenciales e historias de vida exitosas. De hecho, por nuestros encuentros, contactos profesionales y lecturas, todos conocemos niños, adolescentes, familias y comunidades que "encajan" shocks, pruebas y rupturas, y las superan y siguen desenvolviéndose y Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 30 de 61 viviendo -a menudo a un nivel superior- como si el trauma sufrido y asumido hubiera desarrollado en ellos, a veces revelado incluso, recursos latentes y aun insospechados". (Manciaux M. La resiliencia ¿mito o realidad? En: Manciaux M. La resiliencia: Resistir y rehacerse. Barcelona: Gedisa; 2003) Personalidad resistente (hardiness): este concepto apareció por primera vez en 1972 como una forma de protección frente a los estresores. Su concepto fue desarrollado por autores como Khoshaba y Maddi, (1999) quienes estudiaron personas que ante hechos vitales traumáticos parecían tener unos rasgos de personalidad que les protegían. En general, es considerado como un constructo multifactorial con tres elementos importantes: compromiso, control y reto. Las personas con compromiso, control y flexibles tienden a interpretar lo estresante y el sufrimiento como una parte más de la dinámica existencial. v. HUMOR El sentido del humor es un rasgo positivo porque hace que la persona que lo tiene pueda experimentar la risa; y el placer subjetivo asociado a la risa tiene diversos beneficios tanto psíquicos como fisiológicos. Por otra parte hacer reír a los demás es muy gratificante, fomenta un mayor bienestar y disfrute de la vida... Se trata de disfrutar de la risa, de las bromas, sonreír con frecuencia, ver el lado positivo de la vida. El humor genera un espacio para estar con uno mismo, vivir el aquí y ahora, ya que cuando reímos es imposible pensar, nos ayuda a descubrir nuestras virtudes, abrirnos horizontes, vencer miedos, llenarnos de fuerza, de ilusión, de sentido del humor, de gozo y aprender a vivir una vida positiva, intensa y sincera. El uso del humor ayuda a tener gran objetividad, da a lugar a puntos de vista diferentes y abiertos, puede fomentar la alianza terapéutica, da claves para percibir y experimentar la vida de una forma novedosa, promueve el insight, hace que los procesos terapéuticos sean menos monótonos, a la auto aceptación, y distrae de los pensamientos perturbadores. El humor nos conecta con otros, nos acerca y enseña a tomar las cosas menos en serio, es una fuente de disfrute y de bienestar para los momentos duros y estresantes de la vida. El humor "sirve como una válvula interna de seguridad que nos permite liberar tensiones, disipar las preocupaciones, relajarnos y olvidarnos de todo", nos dice el investigador de la salud y el buen humor Lee Berk, profesor de patología en la Universidad de Loma Linda, en California. El Dr. Lee S. Berk y otros Neurólogos y Científicos, han experimentado con alumnos de medicina, para medir el impacto de la risa en el sistema neuroendocrino y el sistema inmunológico, resultando ésta muy efectiva, pues sirve para eliminar bloqueos emocionales, físicos, mentales y sexuales. La risa es un elemento fundamental del humor pues provoca una liberación de endorfinas (“hormonas de la felicidad”); al reírnos liberamos serotonina, dopamina y adrenalina. La Eva Gracia Navarro. TFG. 2013 Página 31 de 61 carcajada aporta vitalidad, y aumenta la actividad cerebral y física en tanto que mueve muchos músculos inactivos la mayor parte del tiempo. Es un estímulo eficaz contra el estrés, la depresión y la tristeza. La sonrisa Duchenne (sonrisa verdadera) es la expresión fácil de este constructo y es diferente de la social o la de compromiso por ejemplo. Para su identificación, uno se debe fijar en las pequeñas arrugas que aparecen en el contorno de los ojos ocasionadas por el movimiento del músculo orbicular. vi. INTELIGENCIA EMOCIONAL Y SOCIAL La inteligencia emocional es un constructo que surge con Salovey y Mayer, quienes publicaron el primer artículo científico sobre inteligencia emocional en 1990, con el título Emotional Intelligence. Sin embargo, fue D. Goleman (1995) quien difundió el constructo cinco años después con su obra “Inteligencia emocional: ¿qué puede importar más que la inteligencia?”. No obstante muchos son los estudiosos de la inteligencia a lo largo de la historia. El concepto de Inteligencia Emocional, tiene a un claro precursor en el concepto de Inteligencia Social del psicólogo Edward Thorndike (1927) quien la definió como "la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas". Para Thorndike, además de la inteligencia social, existen también otros dos tipos de inteligencias: la abstracta –habilidad para manejar ideas- y la mecánica -habilidad para entender y manejar objetos-. Asimismo, destaca Howard Gardner quien entre 1979 y 1983 estudio el potencial humano culminando sus investigaciones con la obra Frames of mind: The theory in practice donde distingue inicialmente 7 inteligencias: musical, cinético-corporal, lógico-matemática, lingüística, espacial, interpersonal e intrapersonal; luego añadiría, inteligencia existencial e inteligencia naturalística. De todas ellas, son la Inteligencia social (Interpersonal) y la personal (Intrapersonal), las que más tarde se denominarían Inteligencia emocional. La Inteligencia interpersonal incluye la capacidad de observar y comprender a los demás, de relacionar con ellos productivamente. La intrapersonal se refiere a la habilidad de formarse un modelo precioso de sí mismo y de utilizarlo de forma apropiada para interactuar de