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Casas, Adrián Evaluaciones y pautas de entrenamiento para el deporte de alto rendimiento EN: R. Peidro. (2022). Cardiología, ejercicio y deportes. Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Journal. pp. 377-388 Casas, A. (2022). Evaluaciones y pautas de entrenamiento para el deporte de alto rendimiento. EN: R. Peidro.. Cardiología, ejercicio y deportes. Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Journal. pp. 377-388. En Memoria Académica. Disponible en: https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/libros/pm.5385/pm.5385.pdf Información adicional en www.memoria.fahce.unlp.edu.ar Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/ Capítulo 26. Evaluaciones y pautas de entrenamiento para el deporte de alto rendimiento. Adrián Casas (PhD) 1. Introducción. El deporte de alto rendimiento experimenta una constante transformación a través del tiempo y espacio. El desarrollo de la excelencia y maestría deportiva parece no tener límites, los deportistas alcanzan sus objetivos y metas, superan obstáculos impensados, vencen al elemento (agua, terreno, viento) o al más difícil oponente. Estos resultados motorizan aún más la construcción social y económica del fenómeno deportivo, que transforma e impulsa en muchos aspectos a la sociedad contemporánea. Los Juegos Olímpicos son considerados la principal competición del mundo deportivo, con más de doscientas naciones participantes. En los JJOO de Río (2016) participaron 11.400 atletas de 205 países. La mitad de la población mundial siguió los juegos olímpicos por los medios de comunicación. La magnitud de impacto que tiene el deporte es incomparable. Al mismo tiempo, el interés científico por el estudio de los atletas y su desempeño se ha visto acrecentado y diversificado. Las ciencias del deporte, estudian, desde una perspectiva interdisciplinar y con metodología científica, el rendimiento deportivo y sus condicionantes para el entrenamiento y la competición. Los avances en tecnología e innovación amplían aún más el conocimiento vinculado al rendimiento de los deportistas. Por ejemplo, en el motor de búsqueda PubMed, la frase: elite athletes performance, muestra un resultado de más de 3500 publicaciones, la primera es del año 1979 y cada década, hasta la fecha, crecen ininterrumpida y significativamente. En este capítulo, analizaremos los aspectos principales relacionados con el entrenamiento y la evaluación del deportista de alto rendimiento. Definiremos el proceso de entrenamiento, el rendimiento deportivo, la preparación física, las capacidades fuerza, velocidad y resistencia, sugiriendo algunas pautas para su desarrollo. También, nos ocuparemos de las evaluaciones deportivas, cuáles y cómo realizar dentro de los diversos deportes y expondremos sus aspectos más salientes para optimizar el proceso del rendimiento deportivo. 2. El deporte de alto rendimiento y los perfiles fisiológicos deportivos. De acuerdo con el Comité Olímpico Español: “el deportista de élite es un individuo excepcional, con una dotación genética muy favorable para la práctica de ese deporte pero que, además, llega a alcanzar ese nivel a través de un proceso largo, laborioso y esforzado. Posee una gran fortaleza mental y no se conforma con ser un gran deportista y tener buenos rendimientos, sino que quiere ser mejor que los demás”. En la actualidad se compite de manera organizada en más de 50 disciplinas deportivas en todo el mundo, cada una de éstas requiere de habilidades específicas para su desarrollo. Por ejemplo, en los Juegos Olímpicos de Río (2016), compitieron 28 deportes con 41 disciplinas, considerando que las modalidades son tan diferentes entre sí, prácticamente se trata de deportes distintos. Las características particulares de cada deporte demandan al proceso de entrenamiento el desarrollo de un perfil deportivo específico para lograr el máximo rendimiento. La fisiología del ejercicio propuso hace más de 3 décadas, el análisis de perfiles fisiológicos deportivos como herramienta para resolver los problemas prácticos del rendimiento. Uno de sus precursores fue el brillante Prof. Dr. Antonio Dal Monte, en ese momento director del Instituto de Fisiología y Biomecánica del Comité Olímpico Italiano (CONI). Este instrumento permitió analizar la estructura de rendimiento de cada deporte, tanto en competición como en entrenamiento, identificando las características fisiológicas específicas de la disciplina, analizando su comportamiento en competición y su relevancia, también, describió el compromiso de los sistemas metabólicos y de las fuerzas mecánicas interactuantes. En síntesis, permitió focalizar la investigación científica interdisciplinaria y construir una teoría y metodología específica. Existen diversos criterios para clasificar a los deportes y estudiarlos en profundidad. En 1960, Farfel propuso clasificar a las habilidades deportivas en tres grupos de ejercicios: cíclicos, acíclicos y acíclicos combinados. Por su parte, Bompa(1) describe que las habilidades cíclicas se utilizan en deportes que emplean la caminata, carrera, natación, ciclismo, remo y canotaje. La principal característica es que la acción motriz implica movimientos repetitivos, el deportista aprende el ciclo de movimiento y puede repetirlo durante un tiempo prolongado, cada ciclo es idéntico durante la competición. Mientras que las habilidades acíclicas se emplean en deportes como lanzamiento de disco, gimnasia, deportes de conjunto, de lucha, boxeo y combate. Estas habilidades consisten en integrar funciones en una acción, por ejemplo, al lanzar el disco, se produce el balanceo preliminar, la transición, el giro, el lanzamiento y el paso final de equilibrio, todo esto en un sólo ciclo o secuencia de movimiento. Finalmente, las habilidades acíclicas combinadas, consisten en un movimiento cíclico seguido de uno acíclico, por ejemplo, los saltos (en alto, en largo, con garrocha) y el monopatinaje (skateboarding). Además de esta clasificación de las habilidades, la teoría del entrenamiento deportivo propone clasificar a los deportes en grupos según diversos criterios, con el objetivo de focalizar el desarrollo y la investigación científica específica para cada uno de ellos. Bompa(1) describe la propuesta de Gandelsman y Smirnov del año 1970, en la que los autores clasifican a los deportes en 7 grupos, basándose en los objetivos de entrenamiento, el tipo de habilidad, la intensidad prevalente, y las demandas funcionales. Otros metodólogos del entrenamiento deportivo e investigadores aportaron distintos criterios y clasificaciones con el mismo propósito. En la tabla 26-1, se puede observar una síntesis de algunas clasificaciones y sus principales características. Para profundizar en este tema se sugiere la lectura de Manno(2). Tabla 26.1. Clasificación de los deportes. Criterios. Categorías/grupos. Fuente. Nivel de generalización y especificidad. Juegos deportivos, deportes de combate, de resistencia, de fuerza y fuerza rápida, técnicos. Verkhoshansky(3). Aspectos fisiológicos y biomecánicos. De compromiso prevalentemente anaeróbico/ aeróbico/ aeróbico-anaeróbico alternado, de potencia, de destreza, según el compromiso % de masa muscular, según el tipo de gestos o acciones prevalentes (impulsivos, propulsivo). Dal Monte. Exigencia táctica. Individuales ( de ejecución consecutiva simultánea aislada y simultánea en grupo); de adversario (intercambio, combate); de equipo (agregado sucesivo, agregado simultáneo, adversario colectivo). Compilación del Centro Olímpico de Estudios Superiores (España), Máster en Alto Rendimiento Deportivo.Exigencias de adaptación al esfuerzo. De velocidad; de fuerza- velocidad; de resistencia (de larga, media o corta duración). Compilación del Centro Olímpico de Estudios Superiores (España), Máster en Alto Rendimiento Deportivo. 3. Consideraciones acerca del entrenamiento deportivo y las evaluaciones. El entrenamiento deportivo es un proceso complejo de actividades, dirigido al desarrollo planificado de ciertos estados de rendimiento deportivo y a su exhibición en situaciones de verificación deportiva, especialmente en la actividad competitiva(4). A su vez, el rendimiento deportivo es una variable multifactorial, que depende de diversos aspectos que no pueden aislarse, sino que interactúan unos con otros, produciendo un efecto único y singular en cada deportista. El rendimiento, como resultado de la actividad deportiva dentro del deporte de competición, está conformado por 4 grandes componentes: Técnico; Físico; Mental y Táctico. Figura 26.1. Componentes del rendimiento deportivo. La teoría del entrenamiento deportivo, como disciplina de las ciencias del deporte, se ocupa de analizar, describir, estudiar y fundamentar las tareas, proposiciones metodológicas y técnicas para actuar sobre el rendimiento deportivo. Al mismo tiempo, este proceso es controlado y cualificado por las evaluaciones. De acuerdo con De Rose y Pinto Ribeiro, “cada individuo posee un conjunto de aptitudes y limitaciones propias de su potencial genético, de las actividades físicas previas y de sus eventuales disfunciones orgánicas. Se torna imprescindible que esas cualidades y limitaciones sean diagnosticadas, analizadas, clasificadas y orientadas adecuadamente, este proceso, fundamental para una mayor eficacia y rendimiento, caracteriza la evaluación funcional”. En efecto, las evaluaciones nos permiten: identificar las fortalezas y debilidades de los deportistas; precisar y monitorizar sus progresos; proveer un feedback tanto sobre los objetivos como sobre las motivaciones del entrenamiento; fortalecer el aprendizaje de entrenadores y deportistas; predecir y pronosticar mejoras y desarrollos. En síntesis, la evaluación periódica debe estar integrada al proceso de entrenamiento, constituyendo la herramienta básica sobre la cual tomar decisiones. En la actualidad, la evolución de la teoría del entrenamiento deportivo acompañó y potenció a la evolución de los protocolos de evaluación del deportista. 4. La especificidad y sus implicancias en el entrenamiento y las evaluaciones. La especificidad de las acciones cíclicas y acíclicas en los diferentes deportes es determinante para las evaluaciones y el entrenamiento de los deportistas. El principio de la especificidad se refiere a las características de los componentes neuro-muscular y metabólico, que intervienen durante las acciones y cómo éstas inciden en los demás sistemas corporales. En los deportes acíclicos, las acciones musculares presentan variaciones significativas en su intensidad, duración, frecuencia, cinética y cinemática, con implicancias directas sobre los sistemas cardiovascular, neuromuscular y metabólico (5). Estos deportes basan sus acciones en patrones de movimiento muy específicos, que requieren, por ejemplo, cambios de dirección a gran velocidad y el desarrollo de la capacidad para repetir aceleraciones y frenadas bruscas (corporales o segmentarias), acciones complejas combinadas con participación de procesos perceptivos y decisionales, todas a máxima intensidad(6). A estos deportes se los denomina de dinámica intermitente. Durante la carrera, en un deporte acíclico, los sistemas cardiovascular, respiratorio, neuromuscular y metabólico participan activamente en el ejercicio. Si la duración del esfuerzo es igual o inferior a 1 min, el sistema cardiovascular será importante a lo largo de las repeticiones (y en las pausas), pero no dispondrá del tiempo necesario (en cada repetición, principalmente en las primeras) para sumarse al sistema neuromuscular. Se puede decir que existe “un retraso fisiológico” en la respuesta y ajuste entre los sistemas cardiovascular y neuromuscular, durante el ejercicio intermitente (5,7). Los ejercicios intermitentes enfatizan el estrés periférico (neuro-muscular, vascular y metabólico), es decir, actúan sobre los factores musculares del VO2. Esto es muy importante, ya que durante décadas el modelo de estudio aplicado en el campo de la fisiología del ejercicio y del entrenamiento deportivo exacerbó el papel de los factores centrales (cardíacos) por encima de los periféricos (musculares) en los rendimientos de resistencia de todas las disciplinas deportivas(5). Al realizar ejercicios intermitentes, el VO2max es implicado principalmente desde sus componentes periféricos (musculares), de manera que resulta más importante para el rendimiento del deportista la cinética del VO2 que el consumo máximo de oxígeno(6). Efectivamente, este tipo de ejercicios incrementa la cinética del VO2 muscular(5,8–10). Los trabajos de Tordi y col.(11) demostraron que la cinética del VO2 es más rápida durante ejercicios que superan el 85% del VO2max y en aquéllos que alternan aceleraciones o sprints repetidos. Por el contrario, en los deportes cíclicos, durante la carrera (en una competición de resistencia, > 1500 a 5000m) las acciones musculares imponen una demanda predominante, máxima y constante sobre el VO2máx. Es así, como la potencia aeróbica máxima y el tiempo capaz de sostenerla serán determinantes del rendimiento deportivo. Así, podemos decir que el VO2máx. es determinante del rendimiento cíclico en las competiciones que duren entre 3 y 15 minutos, mientras que en los deportes acíclico, el VO2máx. es limitante pero no determinante. Esta consideración debe influir en el momento de las evaluaciones. En la figura 26.2, se ejemplifica el resultado de las cargas de la competición de diferentes deportes sobre el sistema neuromuscular, metabólico y cardiovascular. Se observan 5 tipos de impactos metabólicos diferentes, según la prevalencia sea: 1) sobre el VO2; 2) VO2 + NM; 3) VO2 + Glucólisis anaeróbica; 4) VO2 + Glucólisis anaeróbica + NM y 5) Factores musculares del VO2 + Sistema fosfagénico + NM. Además, un sexto impacto sobre el sistema NM excluyentemente. También, se aprecia cómo los deportes cíclicos (carrera, natación, remo y ciclismo) tendrán diferentes impactos según la duración de la competición, por ejemplo: impacto metabólico 1 para competiciones entre > 3 a 15 minutos; impacto metabólico 3 para competiciones entre 50 seg. a < 3minutos. Igualmente, el impacto metabólico 1 con viento en contra o terreno en ascenso se convierte en impacto metabólico 2. Figura 26.2. Impacto de las acciones específicas y predominantes de los deportes. 5. Las capacidades físicas: fuerza muscular, resistencia y velocidad. Consideraciones para el entrenamiento y las evaluaciones. El componente físico del rendimiento deportivo (figura 26.1) es el resultado de la interacción de los procesos energéticos corporales y musculares, y se manifiesta a través de las capacidades de fuerza muscular, resistencia, velocidad, flexibilidad y otras. En este capítulo nos ocuparemos de tres capacidades físicas: fuerza muscular, resistencia y velocidad. 5.1. La fuerza muscular. En términos simples, la fuerza es la habilidad para generar tensión muscular, considerando que, cuando las tensiones musculares se relacionan con una situación específica de práctica deportiva, se denominan régimen de trabajo muscular(1,12). Los rendimientos deportivos son ante todo motrices, y descansan sobre el efecto acelerador de las fuerzas. De acuerdo con Naclerio(13), la fuerza muscular es una capacidad neuromotora esencial. En la mayoría de las acciones deportivas, la fuerzase aplica para acelerar, desacelerar u oponerse a las cargas determinadas por el propio peso del cuerpo, un implemento o la acción de un adversario. Por consiguiente, su desarrollo y evaluación es fundamental para el incremento del rendimiento deportivo. Podemos considerar dos grandes orientaciones para el entrenamiento de la fuerza muscular, por un lado, el incremento del rendimiento deportivo y por el otro, la prevención de lesiones y adaptación anatómica. Debido a la magnitud y extensión de ambas orientaciones, a continuación, nos ocuparemos sólo de algunos aspectos esenciales de la primera de ellas. El incremento del rendimiento deportivo mediado por el entrenamiento de la fuerza muscular requiere de algunas premisas: Primero, las relaciones establecidas entre la magnitud de la resistencia a vencer (%1MR), la velocidad de la acción y la potencia producida en cada ejercicio, determinan zonas de manifestación de la fuerza. Cada una de ellas con distinta relevancia sobre el rendimiento y efectos de entrenamiento específicos. La tabla 26.2, propone las “zonas de fuerza” para los ejercicios de empuje o tracción, cuando se trata de ejercicios secuenciales (por ejemplo, de levantamiento olímpico) estas relaciones cambian, se sugiere profundizar el tema en Naclerio(13). Tabla 26.2. “Zonas de fuerza”, para ejercicios de empuje o tracción. % 1MR 15 a 20 30 a 55 60 a 80 90 a 100 Máxima aceleración Técnica y control del movimiento. Fuerza explosiva. Fuerza potencia. Fuerza máxima. <10% de aceleración máxima. Resistencia de fuerza con pesos bajos. Resistencia de fuerza con pesos altos. Segundo, los distintos tipos de ejercicio ejercen influencia diferente sobre el rendimiento. Los ejercicios, según el grado de similitud con el gesto deportivo se denominan: generales (difieren cinética y cinemáticamente con el gesto deportivo); específicos (mantienen similitudes cinéticas y cinemáticas con el gesto deportivo) y deportivos (14,15). La figura 26.3, muestra un ejemplo de ellos aplicado con nadadores. La elección de éstos está relacionada principalmente con el período de entrenamiento del año. Además, dentro de los ejercicios específicos, debemos destacar las diferencias sustanciales que presentan en la producción de potencia, los ejercicios de cadena secuencial (por ejemplo, cargada) versus los de empuje (por ejemplo, sentadilla), en favor de los primeros (~40%). Figura 26.3. Tipos de ejercicio y similitud con el gesto deportivo. Tercero, la mayoría de las acciones se producen mediante la interacción constante de las fuerzas internas y externas que determinan eventos de impacto, estiramientos o acortamientos musculares. En los diferentes gestos deportivos, las acciones musculares no aparecen aisladas, sino que se comportan como una unidad indivisible (excéntrica/ isométrica/concéntrica), denominada Ciclo de Estiramiento Acortamiento (CEA)(13). Cuarto, la evidencia científica demuestra que tanto los deportes cíclicos como acíclicos, mejoran notablemente su rendimiento deportivo por el entrenamiento de la fuerza muscular. En el caso de los deportes cíclicos, la fuerza y la potencia muscular no son determinantes, pero sí limitantes del rendimiento deportivo. Por ejemplo, cuando los niveles de potencia disminuyen afectan negativamente la eficiencia mecánica de corredores y ciclistas(16,17). Además, el incremento de la fuerza y la potencia muscular, aumenta la velocidad de carrera y la resistencia, incrementa el VO2máx., la capacidad anaeróbica, retrasa la fatiga y no produce ningún efecto negativo sobre el rendimiento en ambos deportes (17). Durante mucho tiempo, la evaluación de la fuerza muscular fue asociada con el test de 1 máxima repetición (1MR). De acuerdo con Bosco(18), “la fuerza real de un sujeto es confundida con el peso (kg) movilizado en una acción, pero en realidad, la habilidad de producir un trabajo muscular efectivo es el resultado de aplicar la mayor aceleración posible a una resistencia determinada, de modo de lograr/generar la velocidad de movimiento más idónea, con la cual se obtendrá la potencia óptima para el esfuerzo”. Resulta claro que la capacidad de desarrollar gradientes de fuerza elevados en muy poco tiempo, es una demanda casi constante de las acciones deportivas, entonces, su evaluación es esencial. En la actualidad, existen diferentes sistemas de medida, electromecánicos o electrónicos, capaces de calcular y registrar la velocidad de ejecución de los movimientos y otras variables derivadas. Los transductores de posición y de velocidad constituyen uno de los instrumentos más utilizados. Cuando una persona aplica fuerza a un objeto externo y la masa es constante, éste sufrirá una aceleración proporcional a la fuerza aplicada. El doctor Naclerio desarrolló un interesante test progresivo cuyo objetivo es la evaluación de la fuerza, potencia mecánica y velocidad alcanzada con diferentes magnitudes de peso (%1MR). Para implementar el test es requerido el uso de un transductor de velocidad compuesto por un encoder óptico rotatorio conectado a un ordenador. En la figura 4, se esquematiza el test. La velocidad (V) es registrada en metros/segundo, la fuerza (N) es expresada en Newton y la potencia (W) se registra en vatios. Para mayores detalles se sugiere la referencia bibliográfica(19), capítulo 7. Figura 26.4. Test progresivo de fuerza, velocidad y potencia. Debido a la participación predominante y determinante dentro de las acciones deportivas del ciclo de estiramiento acortamiento (CEA), y a su estrecha y directa relación con el salto, otra de las valoraciones de la fuerza que proponemos es mediante los test con saltos. En el año 1980, Bosco(20) propuso una batería de test compuesta por una serie de saltos verticales, cuyo objetivo fue valorar las características morfo-funcionales y neuromusculares de los miembros inferiores, a través de distintas pruebas. El investigador incluyó diversas técnicas de salto y el uso de una alfombra conectada mediante una interface a una computadora, con un dispositivo que registraba el tiempo de vuelo, fue el primer investigador en usar este novedoso sistema. Una de las contribuciones más notables del test de Bosco, es que permite discriminar el rendimiento neuromuscular y metabólico, informando acerca de los aportes mecánicos, del uso de la energía visco-elástica, del reflejo miotático y de la resistencia a la fatiga. Originalmente, se realizaban 6 saltos: squat jump (SJ); SJ con carga externa (entre 20 a 100 Kg); countermovement jump (CMJ); drop jump (DJ) desde 20 a 100cm; repeated jump (RJ) entre 5 a 60 segundos y RJ con rodillas rígidas, entre 5 a 7 segundos. En la figura 26.5, se ejemplifican estos saltos. Actualmente, los test de salto han ido evolucionando e incorporando diversas alternativas y variantes (unipodales; partidas desde flexión profunda; variante para valorar la potencia de brazos “push up”; etc.) También se aplican índices para optimizar el análisis y las relaciones entre las evaluaciones y los programas de entrenamiento. Para profundizar en este aspecto, se sugiere la referencia bibliográfica(19), capítulo 11. Figura 26.5. Batería de Bosco para valorar salto. 5.2. La resistencia. En los textos especializados en entrenamiento deportivo, puede encontrarse alrededor de una treintena de definiciones de la resistencia. La gran mayoría de ellas están relacionadas con la capacidad para oponerse a la fatiga o para realizar esfuerzos de duración prolongada(6). Esteve Lanao(21), expone una serie de características que definen a la resistencia: a. Es una capacidad física y mental. b. Tiene la competencia de retrasar la fatiga y sus efectos. c. Puede mantener un esfuerzo sin que disminuya la intensidad de trabajo, o bienser la facultad de recuperarse rápidamente, después de un esfuerzo físico o psíquico. d. En ella influye la interacción de los sistemas de producción de energía o potencia. e. Su factor clave es el tiempo. Además de estas características, la resistencia, tiene dos funciones muy importantes para el deporte en general: incrementa la capacidad de soportar y acumular cargas crecientes de competición y entrenamiento, sin desgaste significativo; y estabiliza la técnica específica y la capacidad de concentración y competición. En el ámbito del deporte, la resistencia no existe como un objetivo en sí mismo, sino que forma parte del objetivo deportivo, es decir del rendimiento buscado por ese deporte(4). Los estudios y las evidencias relacionados con las complejas interacciones metabólicas, neuromusculares, mecánicas y cardiovasculares, indican cómo esta capacidad se manifiesta de modo diferente en los deportes cíclicos y acíclicos. Esta condición, impone considerar esas diferencias para entrenar y evaluar a los deportistas cíclicos y acíclicos. El entrenamiento de la resistencia en el deporte debe estar relacionado con la estructura del rendimiento deportivo(22). Es preciso considerar la especificidad y particularidad del modelo de rendimiento (competición) y no asumir un modelo “universal” para el entrenamiento de la resistencia, como ha ocurrido durante décadas. Es un error emplear para el entrenamiento de la resistencia de las disciplinas deportivas acíclicas los sistemas de entrenamiento de los deportes cíclicos como el atletismo, el ciclismo y la natación. Esta práctica se ha difundido mucho y aún persiste en la actualidad. Los rendimientos de resistencia, como cualquier otro rendimiento corporal, son el resultado de la utilización coordinada de la fuerza muscular(4). Verkhoshansky(3) expresa que la resistencia, en los deportes acíclicos, está determinada no sólo y no tanto por la cantidad de O2 que llega al músculo, sino por la adaptación de éste a una actividad intensa y prolongada. De este modo, queda claro que los factores musculares de la resistencia son esencialmente condicionantes y modelan las adaptaciones al entrenamiento. En los deportes acíclicos, la resistencia está relacionada con la capacidad para repetir aceleraciones y desaceleraciones durante la competición(23,24) y, con el desarrollo de otras acciones musculares repetitivas (como los cambios rápidos de dirección, las detenciones bruscas, los intervalos irregulares de esfuerzos intensos, las combinaciones de saltos, los lanzamientos, golpes, las carreras, etc.)(5). En los deportes de conjunto, la carrera implica mayores fases de aceleración y desaceleración, si se compara con otras disciplinas en las que las carreras son lineales y cíclicas, o bien la frecuencia e intensidad de las acciones mencionadas son menores. Las carreras intermitentes de los deportes acíclicos conllevan un mayor gasto energético. La cinética y cinemática de las acciones musculares es siempre cambiante (por la diversidad de situaciones) y esto implica efectos neuro-musculares y metabólicos también diferentes(5). El concepto de resistencia específica expresa una capacidad compleja, que permite movilizar y disponer el rendimiento óptimo de la resistencia dentro de las exigencias específicas de una modalidad deportiva y sus demandas en la competición(14). El entrenamiento de la resistencia específica desarrolla la capacidad de soportar y sostener altas tasas e intensidades de acciones específicas durante la competición deportiva, desarrolla las condiciones volitivas para soportar el desgaste de los esfuerzos y asegura la máxima disponibilidad corporal del deportista durante toda la competición. Para Balsom(25), la resistencia específica en los deportes de conjunto es la capacidad de poder realizar esfuerzos de corta duración y alta intensidad alternados con períodos aleatorios de baja intensidad y descanso de mucha mayor duración. Los deportes de conjunto se basan en el ejercicio acíclico e intermitente y, por tanto, el entrenamiento de la resistencia debe contemplar esencialmente este aspecto. La carrera no lineal, las aceleraciones y desaceleraciones cortas, intensas y repetitivas, con recorridos similares a los que realiza el deportista dentro de la competición, la alternancia de esfuerzos cortos e intensos (aeróbicos y anaeróbicos alácticos) con pausas de recuperación variables, los cambios de dirección a una velocidad elevada y otras acciones, caracterizan los contenidos esenciales del entrenamiento de la resistencia de los deportes de conjunto. La distancia de cada una de estas carreras estará principalmente limitada por las dimensiones del campo de juego, por ejemplo, los jugadores de baloncesto recorrerán distancias menores que los de fútbol o hockey. Otro factor de importancia es el análisis de la estructura de juego del deporte, por ejemplo, el rugby, presenta un alto nivel de especialización en sus puestos, y por ello, se observa mucha diversidad en las acciones dentro de un mismo equipo. Los jugadores participan en actividades que implican la locomoción (carrera con distintas velocidades) y otras acciones específicas de no locomoción (scrum, ruck, maul), ambas con alto nivel de intensidad y coste energético, mientras que otras como los pases, saltos y patear la pelota, implican un menor gasto energético(26). Si se compara el fútbol con el rugby, se observa que ambos se desarrollan en campos de juego con dimensiones y una duración de las competiciones similares, sin embargo, al analizar la estructura del juego, las similitudes desaparecen. Por ello, el diseño de la carga de entrenamiento deberá contemplar las particularidades mencionadas La resistencia específica en el deporte de conjunto debe modelar las adaptaciones esenciales para que el deportista pueda soportar las exigencias físicas, técnicas y tácticas de cualquier sistema de juego (planteado por el entrenador), y expresar su mejor versión de rendimiento, tanto durante el partido como a lo largo de todo el torneo. Por otro lado, en los deportes cíclicos, la resistencia es intenso-dependiente y tiempo- dependiente. Dado que las competiciones no se realizan por tramos temporales sino por distancia, la resistencia demanda sostener una potencia relativa elevada (sin que decaiga) durante el tiempo de la competición. Los factores que determinan el rendimiento en la resistencia en estos deportes son: la Velocidad Aeróbica Máxima (VAM) y Potencia Aeróbica Máxima (PAM), entendidas como velocidad de carrera o nado y la potencia en vatios asociada al VO2máx., respectivamente. Otro factor de importancia, relacionado con el anterior, es el Tiempo límite VAM o PAM, es decir, el tiempo máximo de sostenimiento de esa velocidad o potencia. El tiempo límite tiene un rango fisiológico entre 3 y 9 minutos. El VO2máx. es un factor determinante en pruebas de corta duración (entre 3 y 15 minutos) y es limitante en pruebas más largas (30 minutos a horas), en estas pruebas es más influyente la economía de carrera y el umbral de lactato. La economía de carrera es otra de las variables relacionadas con el rendimiento de resistencia cíclico, ésta se refiere al VO2 empleado a una intensidad determinada, según lo conceptualizaron Conley y col. (1980). Finalmente, el umbral de lactato, es el otro factor que determina el rendimiento de la resistencia cíclica. Es la intensidad o magnitud de esfuerzo, a partir de la cual, los mecanismos de producción y remoción de lactato rompen su equilibrio y la producción se hace exponencial. Este punto de quiebre metabólico está asociado con el reclutamiento de fibras musculares de tipo FT2b, netamente glucogenolíticas y de alta fatigabilidad. En síntesis, la evaluación de la resistencia en los deportistas de alto rendimiento comienza por respondernos una pregunta:¿es un deportista de disciplina cíclica o acíclica? En la tabla 26.3, se resumen las diferentes variables a considerar para la evaluación de la resistencia de los deportistas. En la columna “referencias” se citan fuentes recomendadas para profundizar el tema. Tabla 26.3. DEPORTE VARIABLES A EVALUAR. REFERENCIAS CÍCLICOS VO2máx. VAM/PAM. Tlim.VAM/PAM. Esteve Lanao(19) cap. 12 y 13. (Carrera, Ciclismo y Natación) Economía de carrera. Potencia crítica. UL. Tlim.UL. Test de 30 minutos. Eficiencia de nado. CAL y PAL Gore(27) ACÍCLICOS (Rugby, Fútbol, Básquet, Hándbol, Hockey) Course Navette. YoYo IR1. RSA Barbero Álvarez(19) cap.15. VO2máx. (Consumo máximo de oxígeno); VAM (velocidad aeróbica máxima); PAM (potencia aeróbica máxima); Tlim.VAM (tiempo máximo de sostenimiento de la velocidad aeróbica máxima); Tlim. PAM (tiempo máximo de sostenimiento de la potencia aeróbica máxima); UL (umbral de lactato); TLim.UL (tiempo máximo de sostenimiento de la intensidad de umbral de lactato); CAL (capacidad anaeróbica láctica); PAL (potencia anaeróbica láctica); YoYo IR1 (yoyo de recuperación intermitente 1) y RSA (habilidad para repetir esprint). 5.3.Velocidad. Los diferentes investigadores y metodólogos del entrenamiento deportivo, han propuesto diversas definiciones acerca de la velocidad. Una síntesis de ellas reúne las siguientes consideraciones: es una capacidad que permite realizar acciones motrices en un lapso mínimo de tiempo. Con la resistencia activa de un rival. Actuando con uno o más elementos del cuerpo y libre de sobrecarga. Es múltiple, no sólo implica reacción en salidas y gestos rápidos sino también conocimiento del juego y rápida valoración de las decisiones. Es importante destacar que la metodología del entrenamiento habla sólo de la velocidad cuando las resistencias exteriores son escasas. Este concepto delimita y diferencia a los rendimientos de velocidad de los de fuerza(4). Sin embargo, existe una interacción sinérgica entre ambas indiscutible. Para ser más rápido, entre otras cosas, hay que ser más fuerte. En las acciones deportivas, particularmente acíclicas, se destaca otra capacidad junto a la velocidad, la agilidad, definida como la capacidad de cambiar de dirección en velocidad. Esta puede tomar muchas formas, desde simples acciones de engaño con los pies hasta mover todo el cuerpo en la dirección opuesta mientras se desplaza a alta velocidad. Por lo tanto, la agilidad tiene un componente de velocidad, pero no es el componente más importante de este rasgo. Actualmente, se piensa que es mucho más compleja e involucra no solo la velocidad, sino también el equilibrio, la coordinación y la capacidad de reaccionar ante un cambio del entorno. Si observamos un rendimiento de velocidad, en general, podemos identificar las siguientes fases: de reacción; de aceleración positiva; de velocidad constante y de velocidad decreciente. Este modelo es enteramente aplicable a una acción de velocidad en un deporte cíclico, por ejemplo, la carrera de 100 metros llanos. En cambio, si lo aplicamos durante un combate de taekwondo, un partido de voleibol o de rugby, no nos será útil. Tal como precisamos con el entrenamiento de la Resistencia, tampoco es posible generalizar un mismo modelo de entrenamiento de la velocidad para deportes cíclicos y acíclicos. El entrenamiento de la velocidad persigue los siguientes objetivos: - Mejorar el tipo de velocidad requerida según la modalidad (cíclica/acíclica) y disciplina deportiva. - Desarrollar los mecanismos de atención, percepción y procesamiento de la información y la coordinación intra e intermuscular para acciones específicas. Entonces, para precisar y encuadrar la velocidad en el deporte, proponemos distinguir tres manifestaciones básicas de esta capacidad: a-Velocidad de reacción: es la capacidad de actuar en el menor tiempo posible frente a un estímulo. Se diferencian reacciones simples y reacciones complejas (discriminativas), en ambas, es muy importante la capacidad de anticipación del deportista. b-Velocidad de acción o de movimiento: son todos los movimientos aislados dentro de secuencias motrices veloces, cíclicas o acíclicas, realizados contra resistencias de escasa magnitud. c-Velocidad de aceleración: es la capacidad de llegar lo antes posible a la máxima velocidad de movimientos. La fuerza explosiva tiene una gran incidencia en este tipo de velocidad. Finalmente, los programas de entrenamiento de la velocidad pueden proporcionar notables incrementos del rendimiento actuando sobre numerosos factores: aumentan la velocidad de reacción y desarrollan “procesos de anticipación”, los que permiten al deportista con solo unas pocas informaciones responder más rápido; incrementan la velocidad de aceleración y transición a la velocidad máxima; aumentan la amplitud y frecuencia de la zancada en la carrera. Debido a que los entrenamientos de velocidad imponen grandes demandas metabólicas, neuromusculares y de coordinación, deben realizarse cuando el atleta tiene niveles mínimos de fatiga. Además, es muy importante recordar el efecto sinérgico que tienen el entrenamiento de la técnica, de la potencia muscular y de la flexibilidad sobre la velocidad. 6. Conclusiones. El estudio de los perfiles fisiológicos deportivos permite resolver los problemas prácticos del rendimiento. Las características particulares de cada deporte demandan al proceso de entrenamiento el desarrollo de un análisis específico para lograr el máximo rendimiento deportivo. La estructura de cada deporte, sus características fisiológicas específicas, el compromiso y desempeño de los sistemas metabólicos, de las fuerzas mecánicas interactuantes y las demandas físicas de fuerza, resistencia y velocidad, tanto en competición como entrenamiento, identifican la especificidad para el entrenamiento y las evaluaciones de los deportistas. Los rendimientos deportivos son ante todo motrices, y descansan sobre el efecto acelerador de las fuerzas. En los deportes acíclicos, las acciones musculares presentan variaciones significativas en su intensidad, duración, frecuencia, cinética y cinemática, con implicancias directas sobre los sistemas cardiovascular, neuromuscular y metabólico. Estos deportes se denominan, de dinámica intermitente. Por el contrario, en los deportes cíclicos, las competiciones se realizan por distancia y ello demanda sostener una potencia relativa elevada (sin que decaiga) durante el tiempo de la competición. El esfuerzo es intenso/tiempo dependiente y las acciones musculares no presentan variaciones significativas durante la competición en el alto nivel. Las diferencias entre las acciones musculares de los deportes acíclicos versus cíclicos, provocan efectos de entrenamiento diferentes, que deben ser considerados tanto para programar como para controlar la evolución del rendimiento. Finalmente, quiero recordar que este proceso de rendimiento deportivo de alto nivel es controlado y cualificado por las evaluaciones. En efecto, las evaluaciones nos permiten identificar las fortalezas y debilidades de los deportistas; precisar y monitorizar sus progresos; proveer un feedback tanto sobre los objetivos como sobre las motivaciones del entrenamiento; fortalecer el aprendizaje de entrenadores y deportistas; predecir y pronosticar mejoras y desarrollos. Por lo tanto, la evaluación periódica debe estar integrada al proceso de entrenamiento, constituyendo la herramienta básica sobre la cual tomar decisiones. 7. Bibliografía. 1. Bompa T. Periodization. Theory and methodology of training. 4°. Human Kinetics; 1999. 2. Manno R. Fundamentos del entrenamiento deportivo. Paidotribo; 1991. 23-30 p. 3. Verkhoshanky Y. Un nuovo sistema di allenamento negli sport ciclici.Riv Cult Sport. 1992;27:33-45. 4. Martin D, Carl K, Lehnertz K. MANUAL DE METODOLOGÍA DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO. Editorial Paidotribo; 2007. 202-208 p. 5. Casas A. Physiology and methodology of intermittent resistance training for acyclic sports. J Hum Sport Exerc. 2008;3(1):23-52. 6. Casas A. Entrenamiento de resistencia para deportes de conjunto. En: Entrenamiento deportivo, fundamento y aplicaciones en diferentes deportes. Médica Panamericana; 2011. 7. Seiler S. Understanding intervals: matching training characteristics to physiological changes. 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