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Universitas Médica ISSN: 0041-9095 revistascientificasjaveriana@gmail.com Pontificia Universidad Javeriana Colombia CORREA P, ALEJANDRO Depresion y estrógenos: ¿son los estrógenos una opción terapéutica? Universitas Médica, vol. 48, núm. 3, 2007, pp. 277-290 Pontificia Universidad Javeriana Bogotá, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=231018668008 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto http://www.redalyc.org/revista.oa?id=2310 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=231018668008 http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=231018668008 http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=2310&numero=18668 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=231018668008 http://www.redalyc.org/revista.oa?id=2310 http://www.redalyc.org 277 UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3 Resumen La depresión existe hace cientos de años y, actualmente, representa un gran problema de salud pública. Se ha visto que las mujeres padecen de trastornos depresivos dos veces más que los hombres y se estima que en la población general hasta 5 de cada 100 individuos padecen de algún trastorno depresivo. En este trabajo se revisa la acción de los estrógenos en el sistema nervioso central y en el afecto, y se realiza una revisión de la literatura sobre su posible aplicación terapéutica en estos trastornos. Los estrógenos exógenos demostra- ron ser útiles como coadyuvante al tratamiento farmacológico de la depresión posparto. Los moduladores selectivos de receptores de estrógeno (selective estrogen receptor modulators, SERM) no han demostrado beneficio en el tratamiento de los trastornos depresivos. La información disponible es insuficiente para recomendar el uso de los estrógenos exógenos en el tratamiento de la depresión, aunque en grupos selectos con otras indicaciones para la terapia hormonal, se puede considerar el uso de estrógenos como alternativa en el tratamiento de los trastornos depresivos. Palabras clave: hormonas, estrógenos, trastorno depresivo, depresión, agentes antidepre- sivos. Depresión y estrógenos: ¿son los estrógenos una opción terapéutica? ALEJANDRO CORREA P1 1 Estudiante de Medicina, IX semestre, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá D. C., Colombia Recibido: marzo 01/2007. Revisado: abril 9/2007. Aceptado: junio 29/2007. 278 CORREA A., DEPRESIÓN Y ESTRÓGENOS: ¿SON LOS ESTRÓGENOS UNA OPCIÓN TERAPÉUTICA? Abstract Depression has existed for centuries and it represents nowadays an important public health issue. Women suffer twice as much depression as men, and it is estimated that up to 5 out of every 100 individuals are affected by a form of depressive disorder. In this article, the effect of estrogens in the central nervous system and mood is reviewed; and a review of the literature is made on the possible therapeutic use of estrogens in these disorders. Exogenous estrogens have demonstrated to be useful as coadjutant treatment in the pharmacological treatment of postpartum depression. Selective estrogen receptor modulators (SERM) have not demonstrated any benefit in treatment of depressive disorders. Current evidence is not sufficient to recommend the use of estrogens in treatment of depression, however, in select groups with other indications for hormone therapy the use of estrogens might be considered as an alternative for treatment of depressive disorders. Key words Hormones, estrogens, depressive disorder, depression, antidepressive agents Las enfermedades mentales represen- tan el 8,1% de todos los problemas de salud, entre los cuales, la depresión aporta la mayor carga con un aporte global cercano al 20%. Actualmente, es una de las 10 primeras enfermeda- des responsables de la carga global de enfermedades (overall global disease burden), junto con la enfermedad cerebrovascular, el VIH/sida y la en- fermedad cardiaca isquémica, entre otras; se espera que para el año 2020 sea la primera o segunda causa de morbilidad en el mundo[1]. Diversos estudios han demostrado que la depresión es una enfermedad de alta prevalencia, tanto en la pobla- ción general (en promedio de 3 a 5%) como en la consulta médica de aten- ción primaria (12,2 a 25% de todos los pacientes); es decir, que aproximada- mente, de cada 10 pacientes que con- sultan al médico general o familiar en el nivel primario, uno de ellos padece de algún tipo de depresión. El proble- ma actual es el subdiagnóstico y las bajas tasas de tratamiento de pacien- tes con trastornos depresivos. En Co- lombia, la prevalencia de la depresión en general es de 1,9%; se calcula que es de 5 a 12% en hombres y de 10 a 25 % en mujeres[2, 3]. Las mujeres sufren dos veces más que los hombres de cualquier trastor- no depresivo; además, la prevalencia es mayor durante la menopausia o la perimenopausia y, también, tienen mayor riesgo suicida. La edad de apa- rición en hombres es entre los 40 y 70 años, mientras que la máxima frecuen- cia en las mujeres está entre los 30 y 60 años[3, 4]. La mayor prevalencia en mujeres se ha atribuido a la transmisión genética, la fisiología endocrina, el simple hecho de que consulten más que los hombres y las desventajas psi- cológicas del papel femenino en nues- tra sociedad (por ejemplo, en los Amish no hay diferencias de sexo para la depresión). Las mujeres presentan un amplio espectro de trastornos de- presivos, que incluye trastornos 279 UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3 catameniales, puerperales y perimeno- páusicos, entre los cuales se encuen- tran el síndrome premenstrual (del inglés premenstrual syndrome, PMS), el síndrome disfórico premenstrual, la depresión posparto y la depresión pe- rimenopáusica (la perimenopausia o climaterio es el periodo que precede a la menopausia y se caracteriza por ci- clos menstruales irregulares, disminu- ción de la fertilidad y disminución en la producción de estrógenos)[4-6]. Todos los anteriores trastornos están en relación con la regulación del sistema endocrino, más precisamente con las hormonas esteroideas ováricas o sexua- les: estrógenos y progestágenos. Estrategia de búsqueda y criterios de selección Se realizó una búsqueda, en MEDLINE, PubMed y la Biblioteca Cochrane, de trabajos publicados re- levantes para esta revisión con las si- guientes palabras de búsqueda: “depresión”, “trastorno depresivo”, “hormonas”, “estrógenos”, “agentes antidepresivos”, “tratamiento”. Se limitó la búsqueda a artículos publicados en inglés, francés o espa- ñol entre el año 2001 y noviembre de 2006. Se seleccionaron artículos ori- ginales, ensayos clínicos aleatorios, revisiones basadas en la evidencia, metaanálisis y revisiones sistemáticas de la literatura para su análisis. Estrógeno: ¿hormona o neurotransmisor? Desde hace ya algún tiempo está de- mostrado que el estrógeno no sólo cumple funciones endocrinas en hue- so, glándula mamaria, útero, ovarios y el sistema cardiovascular, sino que también afecta directamente la expre- sión de genes en neuronas del sistema nervioso central (SNC)[7]. Se ha do- cumentado su acción sobre los siste- mas adrenérgico, serotoninérgico y colinérgico, aunque se sabe que no actúa directamente como un neurotransmisor. Como todas las hormonas esteroideas, el estradiol (principal y más potente estrógeno endógeno) es transportado en sangre por diferentes tipos de proteínas, y en el SNC se han identificado dos receptores específicos (receptores estrogénicos, ER, tipo α y β) ubicados en diversos lugares (amíg- dala medial, hipocampo y sistema límbico) de manera que, al encontrar la célula, el estradiol penetra por difu- sión simple y puede interactuar con los receptores ERα o ERβ[5, 8]. Los efec- tos inmediatos del estradiol son produc- to de su interacción con los receptores de membrana, son de corta duración y se han descrito como aumento de la excitabilidadneuronal y una disminu- ción del umbral convulsivo. Estos efectos de excitación de los estrógenos en algunas áreas cerebra- 280 CORREA A., DEPRESIÓN Y ESTRÓGENOS: ¿SON LOS ESTRÓGENOS UNA OPCIÓN TERAPÉUTICA? les ocurren por dos mecanismos: al reducir la glutámico decarboxilasa del ARNm se disminuye la inhibición neuronal mediada por GABA (acido γ-amino butírico); y, por otro lado, los estrógenos pueden actuar como agonistas del receptor NMDA (N- metil-D-aspartato). Una vez en el cito- plasma, el estradiol se une a los receptores nucleares ERα o ERβ (se necesitan dos) que, posteriormente, se unen a elementos de respuesta a estrógenos para, finalmente, modificar la expresión génica (figura 1) [5, 7, 8]. De esta manera, el estradiol puede acceder directamente al genoma, evi- tando el largo camino de segundos mensajeros que deben seguir las hor- monas proteicas, para finalmente ac- tivar o inactivar la expresión de Figura 1. Mecanismo de acción del estradiol, una hormona esteroidea. FTL-D: factores de transcripción ligando-dependientes nucleares (receptores estrogénicos α y β); ERE: elemento de respuesta a estrógenos; mARN: ácido ribonucleico mensaje- ro. Finalmente, la expresión génica resulta en la síntesis de diversas proteínas, como receptores, factores de crecimiento, enzimas, factores neurotróficos derivados del cere- bro y muchas otras proteínas que regulan el funcionamiento celular y la neurotransmi- sión, en el caso de la serotonina: aumento en la síntesis de triptófano-hidroxilasa (TH), disminución de transportador para la recaptación de serotonina (TRS)(ver texto). Origi- nal (Correa, 2007). 281 UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3 algunos genes; se puede, entonces, decir que el estradiol es, en sí mismo, un factor de transcripción. Asimismo, se ha podido demostrar que uno de los efectos últimos de esta regulación génica por parte del estró- geno es el aumento en la síntesis de la enzima triptófano-hidroxilasa (T-H), paso limitante en la síntesis de serotonina, y la disminución de la sín- tesis del transportador para la recaptación de serotonina (TRS)[5, 8, 9]. El efecto último de los estrógenos es agonista sobre la actividad serotoninérgica; aumentan el número de receptores, transportadores e inhiben la recaptación de serotonina. También, realizan inducción de recep- tores (up regulation) 5-HT 1 y, en opo- sición, down regulation de receptores 5-HT 2 , así como disminuyen la activi- dad de la monoaminooxidasa (MAO)[9, 10]. Por otro lado, se han identificado receptores estrogénicos tipo β (ERβ) en los núcleos del rafé, lo cual puede sugerir que es aquí donde los estrógenos ejercen su acción reguladora directa sobre la serotonina. También, se ha encontrado de manera independiente que los estrógenos y los progestágenos disminuyen la expre- sión del autorreceptor 5-HT 1A en el rafé dorsal, y que los estrógenos aumen- tan la densidad de receptores 5-HT 2A en las áreas cerebrales relacionadas con el afecto[5, 8, 9]. Los estrógenos tienen la capacidad de inducir cierta plasticidad sináptica al regular los factores neurotróficos y neuropéptidos (neuropéptido Y, hormo- na liberadora de corticotropina o CRH) y estimular la sinaptogénesis en áreas específicas del cerebro, todo esto en tan sólo unas semanas, el tiempo que dura un ciclo menstrual. Inversamente, la ausencia de estrógenos, e incluso la presencia de progesterona –una hormo- na con efectos casi opuestos– dismi- nuye la posterior formación de nuevas sinapsis y, por medio de un mecanis- mo excitotóxico con glutamato, destru- ye las nuevas uniones previamente formadas[5, 8]. Todo esto nos permite pensar que los efectos directos del estrógeno so- bre la plasticidad neuronal y los dife- rentes sistemas de neurotransmisión (como la serotonina, por ejemplo) po- drían alterar la transmisión en estas vías (mesencéfalo, corteza, locus ceruleus, ganglios basales) durante los cambios del ciclo hormonal y así afectar el com- portamiento, el afecto o las funciones cognitivas; o eventualmente, alterar – favorablemente o no– la acción de los psicofármacos que intervienen en es- tas vías, particularmente los antidepre- sivos del grupo de los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina, entre otros. Finalmente, el estrógeno es un neuromodulador que permite explicar la aparición del síndrome premens- 282 CORREA A., DEPRESIÓN Y ESTRÓGENOS: ¿SON LOS ESTRÓGENOS UNA OPCIÓN TERAPÉUTICA? trual (PMS), la depresión posparto o blues, y los cambios perimenopáusi- cos en el afecto, debido a las fluctua- ciones fisiológicas de esta hormona[5, 6, 11]. Esto también permite suponer que los cambios hormonales pueden des- encadenar una enfermedad mental, particularmente con compromiso del afecto. Los estrógenos como antidepresivos Desde hace mucho tiempo se ha visto que la depresión y los cambios hor- monales se comportan de manera si- milar. Primero se vio que, en general, durante la vida de una mujer, los cam- bios del ciclo hormonal se asemejan bastante a los de las tasas de depre- sión (figuras 2 y 3)[11]: son similares en la medida en que se observa un aumento en las tasas de depresión cuando hay cambios en los niveles de estrógenos; esto no quiere decir que si aumentan los niveles hormonales aumenta la tasa de depresión. Lo ob- servado entre niveles hormonales y depresión en las mujeres es diferente de lo que ocurre en los hombres cuan- do se comparan los niveles de testosterona con las tasas de depre- sión[11]. Posteriormente surgieron nuevas hipótesis y se empezó a estudiar la fisiopatología de la depresión y la re- Figura 2. Riesgo de depresión durante el ciclo hormonal femenino. Las flechas negras indican el momento de mayor riesgo de depresión. PMS: síndrome premenstrual. Modificado de: Stahl SM. Natural estrogen as an antidepressant for women. J Clin Psychiatry 2001; 62: 404-5. 283 UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3 lación con la regulación hormonal, primero en animales y, luego, en hu- manos con diversos estudios epidemiológicos. Desde la publicación de la Women’s Health Initiative en junio de 2002[12], estudio que mostró un aumento del riesgo de cáncer de mama y enferme- dad cardiovascular en mujeres que participaban en el estudio y recibían estrógeno/progesterona, se vio un gran cambio en el uso de la terapia de remplazo hormonal. No sólo los mé- dicos cambiaron de parecer a la hora de prescribirla, sino que las pacientes que se encontraban en este tratamien- to lo descontinuaron de manera abrup- ta. Al cabo de dos meses de la publicación del estudio, en aquellas pacientes con una antigua historia de depresión que estaban en remisión de sus síntomas, fue evidente la reactivación de sus síntomas al poco tiempo de haber suspendido la tera- pia. Desde los primeros hallazgos que indicaban la posible potenciación de los antidepresivos por parte del estró- geno, se han venido haciendo diver- sos estudios, de diversos tipos, con Figura 3. Correlación entre tasas de depresión y niveles de estrógenos en mujeres. Modificado de: Stahl SM. Natural estrogen as an antidepressant for women. J Clin Psychiatry 2001; 62: 404-5. 284 CORREA A., DEPRESIÓN Y ESTRÓGENOS: ¿SON LOS ESTRÓGENOS UNA OPCIÓN TERAPÉUTICA? diferentes resultados e, infortunada- mente de calidad muy variable, lo cual no permite sacar conclusiones abso- lutas –como es costumbre en la medi- cina. Luego de varios estudios[5, 6, 9,13], se ha encontrado que la terapia de remplazo hormonal con estrógenos puede aumentar los niveles de los an- tidepresivos en las mujeres con depre- sión refractaria al tratamiento farmacológico usual. Otros estudios[9, 14] reportan que algunas terapias de remplazo o de anticoncepción oral, con progestáge- nos, pueden originar cambios menstruales como la exacerbación de los síntomas de una enfermedad sub- yacente, o de base, que la paciente padecía previamente (como la diabe- tes, la migraña, el asma o trastornos mentales como la depresión) o, inclu- so, desencadenar un trastorno mental previamente ausente peropara el cual tenía una determinada vulnerabilidad. Entre otros beneficios de la terapia de remplazo hormonal, se encontró que puede disminuir significativamen- te la aparición de la enfermedad de Alzheimer. Una de las dificultades actuales es la gran variabilidad en la presentación farmacéutica de los estrógenos; exis- ten como formas farmacéuticas: table- tas, parches, aplicaciones intranasales o sublinguales, así como inyecciones e implantes intradérmicos[9]. Esto di- ficulta enormemente la investigación clínica sobre los posibles beneficios de los estrógenos como agente terapéuti- co antidepresivo. Además, las sustan- cias usadas hoy en día (la mayoría sintéticas) son diferentes y cada día aparecen nuevas moléculas cuyos efectos pueden ser opuestos, aunque provengan del mismo origen. En oposición, algunos estudios[10] demuestran que los estrógenos pueden tener un efecto teóricamente inverso al previamente descrito. Al disminuir la piridoxina, un importante cofactor enzimático, los estrógenos pueden dis- minuir la síntesis de serotonina; sin embargo, los estudios no sustentan esta hipótesis. ¿Qué dicen los datos de los estudios? Como ya se mencionó, existen varios estudios de diferentes tipos y de dife- rente calidad que evalúan la efectivi- dad de los estrógenos como coadyuvantes en el tratamiento antidepresivo. Una revisión sistemáti- ca de la literatura publicada en la Bi- blioteca Cochrane[15] evaluó sólo 2 ensayos clínicos aleatorios (en Sudáfrica y en el Reino Unido) que te- nían resultados clínicamente significa- tivos. Uno demostró que los progestágenos aumentaban el riesgo de 285 UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3 depresión posparto y el otro demostró que los estrógenos disminuían la inci- dencia de depresión posparto, compa- rados con placebo. Así, es posible que la administración concomitante de estrógenos exógenos con antidepresi- vos sea beneficiosa en algunas muje- res con depresión posterior al parto. En un estudio de Cohen et al.[13], 22 mujeres (10 en edad perimenopáu- sica y 12 en edad posmenopáusica) con diagnóstico de trastorno depresi- vo mayor, menor o “distimia” (según criterios del DSM-IV), recibieron tra- tamiento con estradiol durante 4 se- manas. Las 20 mujeres que completaron el estudio tenían un puntaje medio de 20 (entre 15 y 32) en la escala Montgomery-Åsberg al comienzo del estudio y de 11,50 (en- tre 1,0 y 31,0) al cabo de 4 semanas (p<0,01). Esta mejoría fue consistente con aquélla reportada por las mujeres en la escala de Beck (Beck Depression Inventory) (p<0,01). La remisión de la depresión (definida como un descen- so mayor de 10 en la escala de Montgomery-Åsberg) se vio en la to- talidad de las 20 pacientes. Sin embar- go, otro estudio[14] demostró que en 57 mujeres posmenopáusicas con de- presión leve a moderada tratadas con estradiol durante 8 semanas, no hubo una mayor disminución de los sínto- mas depresivos en comparación con el placebo, utilizando la escala de Hamilton (disminución de 40% para grupo de estradiol vs. 44% para el gru- po de placebo). En los últimos años han aparecido varias alternativas terapéuticas, como algunas intervenciones no hormona- les (en teoría, menos riesgosas), entre las cuales están los nuevos modula- dores selectivos de receptores de es- trógeno como el tamoxifeno (selective estrogen receptor modulators, SERM). Estos moduladores son compuestos sintéticos no hormonales que actúan como agonistas del estrógeno en al- gunos órganos (sistema cardiovascu- lar y hueso) y como antagonistas de éste en otros (tejido mamario). La utilidad actual de estos com- puestos es su gran efectividad en el carcinoma de mama, puesto que no ha sido posible demostrar su utilidad en los cambios en el afecto; los pocos datos que se tienen son controversiales y muchas veces con resultados opues- tos, algunos incluso demuestran que tienen efectos depresores en el afecto. Su potencial eficacia radica en la mo- dulación serotoninérgica que realizan; sin embargo, aún falta mucho para poder sacar conclusiones al respec- to[10]. Discusión La investigación en el área de la en- docrinología, la psiquiatría, la neuroinmunología y otras especialida- 286 CORREA A., DEPRESIÓN Y ESTRÓGENOS: ¿SON LOS ESTRÓGENOS UNA OPCIÓN TERAPÉUTICA? des afines nos ha permitido saber que los estrógenos tienen efectos directos en el SNC y regulan directa o indirec- tamente la neurotransmisión en áreas que tienen que ver con el afecto. Sin embargo, las numerosas limitaciones metodológicas impiden la realización de grandes estudios clínicos que nos permitan llegar a una sola conclusión. Debemos ser cuidadosos en el mo- mento de afirmar las implicaciones de esta regulación del afecto por parte de los estrógenos. Con la enorme y abru- madora variabilidad entre las mujeres, los cambios y ciclos hormonales, la anatomía y fisiología femenina son impredecibles y biológicamente úni- cos. Algunos estudios son particular- mente enfáticos al mencionar los efec- tos benéficos de los estrógenos en el afecto; sin embargo, se debe proceder con cautela en el momento de formu- lar recomendaciones pues, como ya es bien sabido, los estrógenos no son sustancias inocuas y pueden tener efectos más deletéreos que beneficio- sos sobre la salud de la mujer, muchos de los cuales actualmente desconoce- mos. Es sensato decir que, por ahora, con- viene mejor acogerse a los tratamien- tos antidepresivos actuales, que están sustentados por pruebas contundentes y suficientes para hacer recomendacio- nes generales en el tratamiento de los trastornos depresivos. Conclusión Teniendo en cuenta los pocos indicios existentes, y dado que los pocos estu- dios realizados hasta el día de hoy tie- nen varios problemas metodológicos (muestras pequeñas, diferentes técni- cas para la evaluación de la depresión, diferentes grados para la evaluación de la depresión), no se puede llegar a una conclusión certera en cuanto a la utilidad de los estrógenos como anti- depresivos. Debemos esperar mejores estudios y guías de manejo para acogernos al uso adecuado de los estrógenos en los trastornos depresivos. No obstante, en grupos de pacientes seleccionadas que tengan indicada la terapia hormonal con estrógenos por otros motivos (te- rapia de remplazo hormonal o pacien- tes con trastornos hormonales), el uso de estrógenos podría mejorar el ma- nejo de los síntomas depresivos. Igual- mente, sería posible considerar el uso de estrógenos como coadyuvantes en el tratamiento farmacológico de la de- presión posparto. 287 UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3 Tabla 1. Efectos de los estrógenos Original (Correa, 2007) Tabla 2. Resumen de estudios sobre la relación entre anticonceptivos orales y afecto. 288 CORREA A., DEPRESIÓN Y ESTRÓGENOS: ¿SON LOS ESTRÓGENOS UNA OPCIÓN TERAPÉUTICA? 289 UNIVERSITAS MÉDICA 2007 VOL. 48 Nº 3 290 CORREA A., DEPRESIÓN Y ESTRÓGENOS: ¿SON LOS ESTRÓGENOS UNA OPCIÓN TERAPÉUTICA? Bibliografía 1. López AD, Mathers CD, Ezzati M, Jamison DT, Murray CJ. Global and regional burden of disease and risk factors, 2001: systematic analysis of population health data. 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