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Representaciones Sociales de Género construidas por Programas Mediáticos para la Infancia Jenny Tatiana Mancera Suárez Tutora: Ana Brizet Ramírez Universidad Distrital Francisco José de Caldas Facultad de Ciencias y Educación Maestría en Comunicación - Educación Línea de investigación: cultura política Bogotá, Colombia 2017 ii A Emily iii Resumen El siguiente documento da cuenta de un ejercicio investigativo sobre infancia y representaciones sociales de género en programas de televisión infantil realizado con niños y niñas de primer grado del colegio La Candelaria; cuyo objetivo principal es reconocer las representaciones sociales de género en torno al consumo de tres programas infantiles. Esta investigación se sirve de tres ejes temáticos: Género, Infancia y Representaciones Sociales; a los cuales se vincula el consumo cultural infantil; utilizando como componente metodológico las narrativas y el análisis de las RS. Palabras clave: Infancia, género, representaciones sociales, consumo cultural infantil ABSTRACT The following document gives an account of a research on childhood and social representations of gender in children's TV shows, developed with children of the first grade of La Candelaria school; which main objective is to recognize the Social Representations of gender around the consumption of three children’s TV shows. This research uses three thematic axes: Gender, Childhood and Social Representations; to which the cultural consumption of children is linked; using the narrative and the analysis of SR as a methodological component. Key Words: Childhood, Gender, Social Representations, childhood cultural consumption iv Contenido Introducción ............................................................................................................................... 1 Capítulo 1 ................................................................................................................................... 3 Contextualización del problema de investigación ...................................................................... 3 1.1 Planteamiento del problema ............................................................................................. 3 1.2 Justificación ...................................................................................................................... 4 1.3 Objetivos .......................................................................................................................... 5 1.3.1 Objetivo General ....................................................................................................... 5 1.3.2 Objetivos específicos ................................................................................................ 5 1.4 Estado del Arte ................................................................................................................. 6 1.4.1 Sobre infancia, medios y representaciones sociales .................................................. 6 1.4.2 Sobre género, medios y representaciones sociales .................................................. 17 1.4.3 Sobre infancia, medios y género ............................................................................. 25 Capítulo 2 ................................................................................................................................. 33 Marco Teórico .......................................................................................................................... 33 2.1 Género, medios y representaciones sociales .................................................................. 34 2.1.1 Noción de género, construcción de identidad y roles de género ............................. 34 2.1.2 Representaciones sociales y estereotipos de género en los medios ........................ 42 2.2 Infancias, mediaciones y consumo cultural ................................................................... 51 2.2.1 De la infancia moderna a las infancias contemporáneas ......................................... 51 v 2.2.2 Mediaciones y consumo cultura infantil ................................................................. 57 Capítulo 3 ................................................................................................................................. 63 Marco metodológico ................................................................................................................ 63 3.1 Enfoque, tipo de investigación y método ....................................................................... 63 3.1.1 Narrativa como perspectiva metodológica .............................................................. 64 3.1.2 Metodología de las Representaciones sociales ....................................................... 67 3.2 Técnicas e Instrumentos de Recolección de Información .............................................. 70 3.2.1 Técnicas interrogativas ............................................................................................ 71 3.2.2 Técnicas etnográficas .............................................................................................. 74 3.2.3 Técnicas asociativas ................................................................................................ 74 3.2.4 Técnicas de grupo ................................................................................................... 75 3.3 Criterios de sistematización y análisis de datos ............................................................. 75 3.4 Contextualización de la población objeto de investigación ........................................... 78 Capítulo 4 ................................................................................................................................. 80 Análisis e interpretación de resultados ..................................................................................... 80 4. 1 Símbolos y representaciones de género a través de narrativas ..................................... 83 4.1.1 Aproximación a la noción de género en niños y niñas ............................................ 83 4.1.2 ¿Quién ayuda a quién? ¿Quién manda a quién? Actividades y tareas de casa........ 88 4.1.3 Sueños e imaginarios de ser niño y niña. ................................................................ 90 4.2 Príncipes, princesas: producción de estereotipos de género en el mercado infantil. 102 vi 4.2.1 Infancia .................................................................................................................. 102 4.2.2 Otras infancias ....................................................................................................... 106 4.2.3 Soy lo que veo, soy lo que consumo ..................................................................... 109 4.2.4 Consumo cultural infantil ...................................................................................... 123 4.2.5 Roles y estereotipos de género producidos a través del consumo cultural infantil. ............................................................................................................................................. 127 Conclusiones .......................................................................................................................... 134 Bibliografía ............................................................................................................................ 140 Anexos .................................................................................................................................... 149 Introducción “La infancia tiene maneras de ver, de pensar, de sentir que le son propias” Rousseau El presente documento da respuesta a una inquietud investigativa sobre representacionessociales de género en niños y niñas de primer grado del colegio distrital La Candelaria; producidas por algunos programas de televisión. En el documento se podrán examinar conceptos y nociones relativos, en primer lugar, a infancia y género; en segundo lugar, a las representaciones sociales y el consumo cultural infantil. El ejercicio investigativo que aquí se relata, aborda además las representaciones sociales como mecanismo no solo teórico sino metodológico, junto a las narrativas infantiles y los discursos que en estas se encarnan. Para visibilizar en proceso se aplicaron diferentes instrumentos para dar cuenta del acceso que tiene esta población a entornos mediados, a los programas de televisión que ven; más adelante, para el tema de las Representaciones Sociales de género y su efecto en los roles de género producidos por el consumo de estos programas fue necesario tener en cuenta en el concepto de género en relación a la diferencia anatómica que se interpreta como una cuestión que marcará el destino de las personas. Este tipo de diferencias negociadas en algunos casos por la norma, donde el sujeto está obligado a comportarse según lo aceptado a partir de la diferenciación sexual; sin embargo, a pesar de la marca social y cultural existe más de una manera de ser niño y niña, ofreciendo así mismo más de una manera de ser hombre y mujer; es de esta manera que los niños y niñas se ven obligados a representar un rol culturalmente marcado por las diferencias biológicas, perpetuando las prácticas sociales constantemente; actuando más que otra cosa. El género en relación y funcionalidad de la normatividad que legitima, sanciona y además excluye lo que la norma social 2 dicta; en este sentido, se puede pensar en patrones de reproducción a los cuales están sometidos los niños y niñas incluso desde antes de nacer y que son fortalecidos por los diferentes estamentos que permiten este tipo de dinámicas. A partir de estas construcciones mentales se evidencian las representaciones sociales de género que se tienen para observar en el ejercicio investigativo; ya que, una representación social tiene como función elaborar comportamientos y comunicación entre individuos. Así mismo, los niños y las niñas reproducen esta imaginería de género a través del lenguaje, a través de las narraciones sobre sí mismos, estructurando estos conceptos y estas maneras de actuar, anclándolos en sus propias construcciones mentales. Estas narraciones adquieren gran importancia a la hora de evidenciar información sobre los objetivos de este proceso, haciéndolas parte primordial del proceso metodológico. Las narrativas son unos de los elementos primordiales para la creación y comunicación del significado; es desde estas que podemos encontrar los significados que los niños y niñas dan a su entorno inmediato y dejan ver su visión de mundo. Gracias a estas, fue posible evidenciar otra manera de ser y de estar en el mundo, a través de las infancias, cómo estas se han ido incorporando poco a poco a los entornos mediáticos, y cómo a partir de estos se configuran una serie de dinámicas en torno al consumo cultural infantil. Así pues, se presenta el siguiente documento, resultado de un arduo ejercicio investigativo. 3 Capítulo 1 Contextualización del problema de investigación 1.1 Planteamiento del problema Los medios masivos de comunicación configuran redes que fluctúan de muchas maneras alrededor de las dinámicas impuestas por el mercado; algunas de estas dinámicas se evidencian en la infancia, que, a su vez, se permea en gran medida de los elementos que los medios le brindan; esto se puede ver particularmente en la televisión, entendido como agente socializador; además de generar imaginarios y representaciones sociales mediados por un esquema de producción cultural. La televisión se vincula efectivamente como una alternativa implícita de crianza autónoma, en el sentido de la falta de una supervisión adulta de lo que se ve en casa, limitando una reflexión ante lo que producen los diferentes tipos de programas, donde fácilmente se pueden observar los roles ya impuestos por la sociedad, roles a partir de los cuales los niños y niñas se desenvuelven en la escuela. Existen los formatos de programas infantiles que permiten un lugar propicio para el desarrollo de las representaciones impuestas por la sociedad colombiana, siendo tránsito e inicio de la proyección e interiorización de estereotipos de género reproducidos por este medio. Esta reproducción es una fuente, en la que se evidencian micromachismos, invisibilización de la mujer por medio de representaciones sociales y culturales que son en sí mismas componente educativo y de interacción colectiva dentro del aula; preocupación que se hace pertinente en el ejercicio del docente sino en la sociedad permeada por estos mecanismos de control implantados desde la infancia y que se acrecientan fácilmente durante la adolescencia. 4 El lugar que ocupa la comunicación trae consigo un discurso que interviene en las representaciones y en las formaciones educativas, con elementos de significación; de los cuales, sin dejar de lado sus aportes positivos, es pertinente reconocer y contemplar la necesidad de cambiar la manera en la que se legitima el rol pasivo y se invisibiliza la mujer, limitándola en varios espacios, desdibujándola y conduciéndola a un desconocimiento de sí misma. En este sentido, se visualiza una problemática para desarrollar en el campo investigativo de la comunicación y educación, planteando la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las representaciones sociales y su efecto en los roles de género, que producen el consumo de programas de televisión infantiles en niños y niñas de primer grado del colegio La Candelaria? 1.2 Justificación Cada vez se hace más difícil reflexionar y mantener una postura crítica frente a las herramientas que los medios masivos de comunicación utilizan para fortalecer las dinámicas sexistas a través del consumo en niños y niñas ya que los medios permean en gran medida la estructura de las representaciones sociales. Se hace necesario entonces, plantear una serie de objetivos que se acerquen a las ideas y nociones de género contempladas en las representaciones sociales, a través del consumo cultural infantil. Estas representaciones devienen de una serie de elementos mentales que se producen y reproducen en las diferentes maneras de consumir, que no son sino el producto de unos procesos acelerados que han reconfigurado la noción de infancia para darle paso a un sin número de infancias donde actualmente convergen las diferentes maneras de transitar. 5 En este sentido, se evidencia la importancia de un estudio de aproximación a esas nuevas infancias bombardeadas por productos comerciales que guían y moldean las nuevas maneras de comportarse, los ideales, las nociones de ser niño, niña, hombre, mujer. Los roles de género, el consumismo, la dulcificación de la infancia y la violencia son temas cada vez más preocupantes en una sociedad en la que los padres dejan la educación de sus hijos en mano de la televisión y otros hipnóticos. Este consumo cultural infantil se ve reflejado en la escuela, lugar propicio de interacción, construcción y reproducción simbólica; a partir de diversas narrativas que hacen parte de estas nuevas infancias. Así pues, se visualiza una problemática para desarrollar en el campo investigativo de la comunicación y la educación; la de las representaciones sociales, y su efecto en los roles de género, promovidas por la gran gama de programas a los que tienen acceso los niños entre los 6 y 8 años en sus entornos mediáticos, como los niños y las niñas del colegio La Candelaria de primer ciclo; colegio ubicado en el centro de Bogotá. 1.3 Objetivos 1.3.1 Objetivo General Reconocer las representacionesde niños y niñas de primer grado del colegio La Candelaria en torno al consumo de programas infantiles y su efecto en los roles de género. 1.3.2 Objetivos específicos Indagar cuáles son los programas mediáticos que consumen los niños y niñas de primer grado del colegio La Candelaria. 6 Caracterizar las representaciones sociales de género que se producen en la relación entre consumo mediático e infancia. Analizar a partir de la teoría de las representaciones sociales la construcción de roles de género que se producen en las dinámicas de consumo mediático. Reflexionar sobre la construcción del concepto de género durante la infancia. 1.4 Estado del Arte El proceso investigativo se enriquece y se orienta a partir del rastreo de diferentes experiencias académicas y de vida sobre los tres ejes principales que pretende abordar la presente investigación: género, infancia y representaciones sociales en relación al consumo mediático. Con el objetivo de ampliar estos ejes se realizó una búsqueda de elementos conceptuales y metodológicos en trabajos de tesis de maestría y doctorado, clasificando este rastreo con el fin de brindar una mirada y enfoque hacia la construcción teórica del proceso investigativo. A pesar de contar con algunos supuestos y categorías teóricas en muchas investigaciones y artículos, no se halló una investigación que comprendiera los temas objeto en su totalidad. Sin embargo, se configuran aportes importantes no solo en los referentes teóricos sino en apuestas metodológicas pertinentes para trabajar el presente tema de investigación. 1.4.1 Sobre infancia, medios y representaciones sociales El trabajo de grado de la Maestría en Educación-Comunicación: Escuela y familia: representaciones sociales producidas por niños y niñas de grado quinto en entornos tecnomediados de July Sepúlveda (2015) muestra tres categorías: representaciones sociales, infancia desde la escuela, el impacto de las tecnologías de la información en la infancia. Uno de sus objetivos principales es el de identificar y caracterizar las representaciones sociales de 7 escuela y familia producidas por niños y niñas de grado quinto del colegio Alfredo Iriarte, para así describir las interacciones que realizan los niños y niñas con los entornos tecnomediados; además, propone rastrear el concepto de infancia con el fin de brindar algunos aportes teóricos. Las representaciones sociales se enfocan en esta investigación de manera teórica y metodológica, lo que permite una línea de trabajo en la investigación presentada. La metodología de las RS se plantea desde un enfoque procesual, recopilando material discursivo producido de manera espontánea como una conversación, o inducido como en un cuestionario o entrevista; y se observa a partir de análisis de contenido. Esto permite hacer énfasis en el proceso social, privilegiando dos formas de acceso al conocimiento: a través de métodos de recolección y análisis cuantitativo de datos; y a través de la triangulación, combinando múltiples técnicas, teorías e investigaciones para abordar de mejor manera el objeto de estudio. Un enfoque de aproximación cualitativa, hermenéutica (Araya Umaña, 2002). De igual manera, se vale de nociones de Serge Moscovici (1984), principal precursor de la Teoría de las Representaciones Sociales, quien argumenta que en función de las RS interactúan tanto sujeto como objeto, además de otros sujetos, los cuales sirven de mediadores en el proceso de construcción del conocimiento o sentido común, como lo denomina el autor, y es en esta relación con los otros y el objeto representado, lo que posibilita la construcción del significado, que conlleva a una representación social determinada. El conocimiento, lo considera como “fenómeno o fenómenos complejos que se generan en circunstancias y dinámicas de diversa índole y cuya construcción está multideterminada por relaciones sociales y culturales” (Araya Umaña, 2002, p 18). Los actores de estas dinámicas son entendidos como seres que piensan autónomamente, que producen y comunican constantemente representaciones, quienes participan activamente de la construcción y producción de estas RS. 8 Las técnicas de investigación para solidificar la teoría de las RS se encuentran sustentadas a partir del ejercicio de narrarse, donde se evidencia que los niños son capaces de dar significado a su realidad inmediata y esta significación aporta a la construcción de las representaciones sociales. La interacción con los medios constituye una forma de anclar las representaciones sociales a los objetos que las rodean. Un concepto que es clave en este trabajo, y está directamente relacionado a la idea de infancia, es el de la escuela y su papel frente a las dinámicas comunicativas de la sociedad; además de las condiciones variables a las que está expuesta la infancia, las cuales responden a unas dinámicas de mercado que ya han permeado su estructura. En el trascurso del rastreo que realiza Sepúlveda sobre el concepto de infancia, se encuentran autores como Philippe Ariès (1960), quien, citado por la autora, afirma que lo predominante en la época medieval con respecto a los niños “era una visión adultiforme, la infancia era un pasaje sin importancia, no existían mayores distingos entre el mundo de los niños y el de los adultos” p. 50); según Ariès, una vez alcanzada por el niño cierta movilidad y habilidad era incorporado al mundo del trabajo y de las diversiones de los adultos. Tanto el trabajo como la diversión se ponían en práctica sin contemplar diferencia de edades, el niño era la forma inmadura de un adulto. Por su parte, Amador (2012), sirve de diálogo al afirmar que: El niño moderno era un niño disciplinado y dócil que aceptaba ese ideal potencial y aprendía de acuerdo con los moldes establecidos. Vivía en su mundo de niño, con sus propios intereses y actividades ya que la división por edades era estricta y colocaba una frontera infranqueable entre el mundo infantil y el del adulto. Una de las actividades más importantes de la modernidad fue educar y cuidar a los niños ya que en ellos se depositaba el ideal de progreso y futuro. La infancia se constituyó en una especie de moratoria social, en un tiempo de preparación y espera. (p. 4) La relación entre infancia y representaciones sociales se empieza a visualizar cuando en el documento exploran a David Buckingham, entendiendo el concepto de infancia como una 9 construcción social, ya que implica a las instituciones escuela y familia y las transformaciones que éstas sufren en el seno de contextos histórico sociales específicos. Buckingham (2002) indica que la infancia es una construcción social y por lo mismo es variable desde el punto de vista histórico, cultural y social: El significado de infancia está sujeto a un proceso constante de lucha y negociación tanto en el discurso público como en las relaciones interpersonales, entre iguales y en la familia… Esos significados que se le vienen atribuyendo al concepto de infancia son el resultado de procesos sociales y discursivos que “se codifican en leyes y políticas, y se encarnan en formas particulares de prácticas institucionales y sociales que, a su vez, contribuyen a producir las formas de conducta que se consideran típicamente infantiles, y de forma simultánea generan formas de resistencia a ellas. (p. 18) Más adelante, nos nutre el rastreo con términos como infancias hiperrealizadas e infancias desrealizadas, conceptos de Mariano Narodowski; el primer término se refiere a la población infantil cercana a la realidad virtual, “se trata de chicos que realizan su infancia con Internet, computadores, canales de cable, video, family games, y que ya hace mucho tiempo dejaron de ocupar el lugar de no saber” (Narodowski, 1999, p. 47). Ese “no saber” se fundamentaba en la posibilidad de alfabetizaciónque tuvieron los niños con el advenimiento de la escuela, pues los sectorizaba en alfabetos y analfabetos. Por ello, la familia se preocupó por incluir al niño en las dinámicas escolares permitiéndole acceder a muchos tipos de información. Sin embargo, esa inclusión en el contexto escolar generó de alguna manera la exclusión del niño en el contexto familiar, ya que al aprender de letras la infancia dejó de ocupar un espacio de dependencia, dejó de ser un período de iniciación para la vida adulta y al conocimiento; y pasó a ejercer un protagonismo cultural y, más aún, generacional. En cuanto a las infancias desrealizadas, Narodowski las refiere como esos cambios vertiginosos que se generan en la sociedad a raíz de las diferentes prácticas sociales, culturales, políticas y económicas, entre otras; y que afectan directamente la concepción y el ejercicio de la 10 infancia. El discurso elevado de consumo que proviene de las industrias culturales, el advenimiento de los medios de comunicación, tecnologías digitales y Nuevos Repertorios Tecnológicos acrecienta la brecha existente entre la familia, la escuela y la sociedad en relación con el uso que hacen los infantes de este conjunto mediático y tecnológico. La imagen que plantea Narodowski (1999) al referirse a la infancia desrealizada, dibuja en nuestras representaciones mentales al joven de la calle, aquel que se encuentra en condición de abandono, de invisibilidad en las diferentes instituciones que alguna vez le acogieron; esto es, la familia y la escuela; ese desplazamiento también tiene su causa en el acceso a los medios, a las tecnologías digitales. Otra noción que explora Sepúlveda es la de la infancia mediática, argumentada por Cristina Corea e Ignacio Lewkowicz; esta infancia está relacionada con la idea de consumo que se establece entre los niños y niñas y los medios. Estos autores permiten una reflexión acerca de las instituciones sociales tales como familia y escuela: “los medios generan un tipo de socialización y cumplen funciones pedagógicas que antes desempeñaba la escuela; proveen referencias culturales para las identidades en construcción de los niños” (Corea & Lewkowicz, 1999, p. 76). Por otra parte, en esta investigación se toman elementos de Neil Postman para acercarse un poco al tema de medios y al cómo estos permiten desdibujar lo que divide la niñez y la adultez, dejando ver la posibilidad del consumo sin línea divisoria entre ambos públicos: (…) la televisión erosiona la línea divisoria entre la niñez y la adultez de tres maneras… primero, porque no requiere ninguna instrucción para captar su forma; segundo porque no plantea una demanda compleja a la mente o a la conducta”; y tercero porque no segrega a su audiencia. (Postman, 1982, p. 80) Esta investigación permite visualizar algunos referentes conceptuales sobre infancia, además de las nociones de representaciones sociales que hacen parte importante en la metodología y, por 11 ende, en el análisis de los datos y los resultados. El tema que plantea sobre infancia y los entornos mediados se ajusta a una de las líneas que se plantean en el presente proyecto, así como referentes teóricos tales como los propuestos por Moscovici. Como complemento al tema de infancias y RS, el trabajo de Glorias Cifuentes (2015) sobre escuela y familia permite recoger otros postulados teóricos como los trabajados por Thomas Luckman y Pilar Lacasa, donde se manifiesta una preocupación por el desarrollo de la infancia; en particular el implicado por la familia: la crianza, además de los procesos de socialización que se llevan en los diferentes contextos cotidianos. A saber: Contexto de desarrollo primario, el cual consiste en observar y asimilar patrones de aquellos con los que se ha generado un vínculo afectivo positivo. Contexto de desarrollo secundario, el cual ofrece a los niños y niñas, oportunidades, recursos y estímulos; donde no hay necesariamente una relación directa con la persona que guía. Desarrollo potencial de un escenario, en donde terceros apoyan las actividades de aquellos que participan en la interacción con el niño. Vínculo con otros escenarios, incrementa el potencial de desarrollo de un escenario de crianza (Cifuentes, 2015, p. 12). Lacasa (1997), por su parte, amplia los elementos de este concepto, transportándolo a los escenarios de crianza y la adquisición de patrones culturales; en donde se considera a la familia como el contexto de crianza más importante, ya que en este se adquieren las primeras habilidades y los valores que permiten determinar cuándo una acción puede juzgarse como buena o mala. A estos elementos se suman los postulados de Moscovici sobre las RS, ya que se ligan de manera inevitable a la adquisición, producción y reproducción de valores y normas. Para Moscovici, las RS son entendidas como esos conceptos, enunciados, explicaciones que se dan en la cotidianidad a través de las interacciones de cada comunidad. “En nuestra sociedad se corresponden con los mitos y los sistemas de creencias de las sociedades tradicionales, incluso se podría decir que son la versión contemporánea del sentido común... constructos cognitivos 12 compartidos en la interacción social cotidiana que proveen a los individuos de un entendimiento de sentido común” (Moscovici, 1981, p.56). Por otro lado, podemos abordar a Astrid Zacipa (2015) en su investigación de maestría en comunicación y medios de la Universidad Nacional, titulada “Consumo mediático, representaciones y memoria sociocultural”, en la que aborda la línea de culturas mediáticas y las categorías de infancia, representaciones y memoria; y donde se propone comprender cómo los niños y niñas de 9 a 11 años del barrio La Florida, en el municipio de Soacha, víctimas directas o por segunda generación del desplazamiento, construyen sus representaciones y memoria social del desplazamiento a partir de las mediaciones comunicativas a las que tienen acceso; además de identificar el consumo mediático que hacen los niños y niñas del sector de La Florida en Soacha. Esto implica la identificación del acceso a los diferentes medios de comunicación (televisión, teléfono celular, internet, entro otros); así como describir los usos y significados que los niños y niñas de La Florida otorgan a los medios. Entre los objetivos propuestos, estaban el de determinar los avances de la incursión de las nuevas tecnologías en comunidades marginadas habitadas por familias que fueron desplazadas por el conflicto armado vivido en el país por más de cuarenta años; identificar cómo las interacciones mediáticas contribuyen o no a la representación social de las historias del desplazamiento en una sociedad adultocéntrica; y determinar las formas comunicativas que se encuentran en su contexto familiar actual que pueden contribuir o contribuyen a la re-construcción de su memoria sobre el desplazamiento. Uno de los temas relacionados con este ejercicio investigativo tiene que ver con el concepto de audiencia, Zacipa en su marco teórico desarrolla la noción audiencia, concebida como activa; es decir, una parte importante del uso de los medios masivos está dirigido a una finalidad (Katz- Blumler- Gurevitch, 1974). Esto implica que en el proceso de comunicación de masas gran parte 13 de la iniciativa de conexión de las necesidades y la elección de los medios depende del destinatario. Desde esta perspectiva, el abordaje representa un intento para explicar algunos de los modos en que se producen ciertos usos “individuales” de los medios de comunicación, entre otras fuentes y su entorno; usos que realizan los sujetos para satisfacer sus necesidades y para alcanzar sus metas. Como complemento a la idea de consumo, se hace referencia a Cantú y Cimadevilla (1998), quienes proponen los conceptos de consumo, recepción, uso y orientación referidosa los medios de comunicación. Según esa definición los sujetos inmersos en una situación sociocultural dada, reelaboran y resignifican los contenidos conforme a su experiencia cultural; pero como no todo lo que se recepta tiene una atribución de sentido, el uso no coincide con la recepción, sino que este último concepto lo abarca. Sin embargo, los usuarios de las tecnologías interactivas, pueden también realizar otro tipo de operaciones que viabilizan el establecimiento de relaciones de intercambio entre diferentes agentes y, con ellas, la actualización de diversos tipos de prácticas comunicativas. Volviendo la mirada hacia el consumo en relación a las RS, se entiende por palabras de Guillermo Orozco que de los actos de consumo pasamos a unas: prácticas comunicativas que generan hábitos y promueven regularidades que los actores sociales desarrollan, a veces hasta de manera automatizada, en la medida en que han interiorizado comportamientos y modelos o patrones de reacción frente a los referentes comunicativos. A veces lo más difícil de modificar son esas costumbres colectivas e individuales frente a los referentes informativos, mediáticos y no mediáticos, que son los que sustentan lo que aquí entiendo como la ritualidad comunicativa. (Orozco, 2002, p. 106) Estas ritualidades comunicativas que generan hábitos, además de valores y normas, donde se sitúan las RS como guías para la acción, construyen nuestros gustos y nuestros disgustos con respecto a nuestro medio ambiente y nos induce a rechazar o aceptar determinadas cosas. De 14 acuerdo con Zacipa, “nuestras representaciones van a permitir el primer paso para aproximarnos a tal o cual grupo… la voluntad de insertarse en un grupo, así como la aceptación de insertar al solicitante o de excluirlo depende de las representaciones de los diferentes actores” (Zacipa, 2015, p. 62). Teniendo en cuenta las categorías propuestas en la investigación: consumo mediático, representaciones y memoria, se establecen tres diferentes momentos y formas de aproximación al público sujeto de esta investigación: una primera que permitió un diagnóstico en el consumo de medios por parte de los niños y niñas de 9 a 11 años y pertenecientes a familias desplazadas asentadas en el barrio La Florida de Soacha; una segunda fase se desarrolló con un grupo de niños y niñas segmentado del que participó en la primera fase con el propósito de trabajar con ellos el tema de identidad y representación; y una tercera y última fase en la cual se trabajó con las familias de cinco de los niños y niñas participantes en las fases anteriores. Mediante entrevistas a profundidad se buscó determinar la existencia de materiales comunicativos o prácticas que pudieran contribuir a la pervivencia de la memoria familiar del desplazamiento. Para el análisis de los datos se utilizaron técnicas cuantitativas y cualitativas; así como experiencias a través del dibujo en las que se observó la categoría de identidad y se evidenciaron cuatro dimensiones: Identidad Personal, Identidad dentro del entorno, Dimensión Cognitiva- Emocional-Cultural y Dimensión Físico-Estética. También se trabajó la categoría de representaciones, en la que se evidenciaron la Representación Emocional-Cognitiva y la Representación Física-Estética. Algunos de los hallazgos fueron: que la televisión sigue siendo el medio por excelencia de distracción, recreación e inversión del tiempo libre de los niños; la mayoría de los niños entrevistados confunden la pregunta sobre los programas favoritos respondiendo a los canales que sintonizan; la mayoría de los niños, 75%, está sentado frente a la 15 pantalla un máximo de tres horas diarias, el 14% está entre 4 y 6 horas, el 5% más de 6 horas y sólo el 4% está menos de una hora; el 63% de ellos ven televisión todos los días, el 8% la ven 5 días a la semana, el 16% 3 días a la semana y el 5% un día a la semana; el 34,7% de los niños ven la televisión sin ninguna compañía, el 40% la ve en compañía de un adulto y el 30.3% la ve con los hermanos; la mayoría están solos cuando están en su casa por lo que pueden ver programas de dibujos animados, aunque los que ellos mencionan no son los recomendados para niños y niñas de la edad en la que ellos se encuentran sino que son programas para adultos. La encuesta comprobó una vez más la falencia en los hábitos de lectura de impresos en nuestra población infantil. Este documento será de consulta base tanto en los referentes teóricos como en los metodológicos, ya que permite establecer parámetros para el diseño de instrumentos, además de orientar algunas nociones conceptuales como televisión e infancia. Otro documento que aporta al tema de infancias y RS es el de Esmeralda Guerrero (2014), donde se pretende identificar la imagen de infancia y representaciones infantiles que son proyectadas por los noticieros nacionales, RCN y Caracol. Guerrero inicia la discusión sobre las representaciones sociales y cómo estas son construidas, en este caso por la infancia. En primer lugar, abre el debate con la noción de infancia, socialmente hablando, tomando autores como Corea & Lewkowicz (1999), quienes aportan grandes elementos al referirse a un conjunto de significaciones en donde se entiende la condición de infancia como aquella en la que el ser humano es inocente, dócil, incluso de latencia; significaciones que nacieron como resultado de prácticas estatales burguesas en donde el niño no existía en el presente sino como promesa del futuro, por lo cual debía pasar por una serie de etapas de formación hasta hacerse hombre o ciudadano. 16 Así mismo, refiere autores como Cecilia Satriano, quien determina el quiebre de la infancia como la conocemos cuando se evidencia la crisis de la modernidad. En sus palabras: El acceso indiferenciado a la información y al consumo mediático, distinguen cada vez menos las clases de edad. En la actualidad, tanto este concepto de infancia como el discurso pedagógico han declinado. Se asiste a una decadencia de la pedagogía moderna: el fin de la infancia caracterizada por el quiebre del modelo de dependencia y heterónoma respecto del adulto. (Satriano, 2008, p. 4) Sobre medios, Guerrero cita a López de la Roche (2000) para mostrar el papel de la televisión en la producción de las RS. El autor enfatiza que la televisión es el medio que más intensamente interviene en la rutina de las familias; y la realidad cotidiana constituye un mundo intersubjetivo que es construido en gran parte gracias a los medios. Para ampliar la categoría de las RS, Guerrero se vale de los elementos teóricos brindados en la obra de Denise Jodelet, quien se aproxima a la significación de la construcción de RS en términos psicológicos y sociales desde diferentes vías. La primera se limita a la actividad puramente cognitiva a través de la cual el sujeto construye su representación y, a su vez, ésta presenta dos dimensiones: una dimensión de contexto donde el sujeto se halla en situación de interacción social o ante un estímulo y la representación aparece entonces como un caso de cognición social; y otra dimensión de pertenencia que nos dice que el sujeto se vale de las ideologías transmitidas por la sociedad para crear sus ideas, valores e ideologías (Jodelet, 1984). Esta investigación abre una mirada hacia el posible análisis sobre las RS y la relación con los medios, ya que habla además de una “irrealización del mundo”: cuando la información del mundo exterior llega a las casas y toma un carácter imaginario, es aquí donde se entiende la irrealización de los universos referenciales de la información televisiva. Lo que pasa dentro de la casa donde el espectador ve las noticias, para él es más real que lo que aparece en las noticias, aunque no duda de la realidad de lo que se muestra en la televisión. 17 1.4.2 Sobre género, medios y representacionessociales En esta categoría se enmarcan cuatro documentos de investigación. El primero de ellos es el artículo de Mitzy Flores (2008) cuyo objetivo principal es el de analizar la subjetivación de lo femenino expresada simbólicamente a través del lenguaje, inclinándose hacia la psicología social construccionista de Serge Moscovici para el estudio de la construcción de las representaciones sociales e imaginarios femeninos. Para este estudio se diferenciaron al menos tres campos de investigación o líneas definitorias: la primera, relacionada con la formación del conocimiento vulgar y las ideas científicas popularizadas; la segunda, compuesta por el extenso campo de los objetos culturalmente construidos a través de una larga historia y sus equivalentes modernos; y la tercera, vinculada con los hechos propiamente políticos y sociales en los que ellas mismas (las RS) cambian rápidamente de significación. En cuanto al tema de género, Flores (2008), afirma que “la construcción de género, identidad y condición social se arraiga en las actividades cotidianas que son compartidas, inteligibles, descriptibles y analizables” (p.134); citando a Calonge: Una RS es siempre la representación de alguna cosa por alguien, entonces la representación no existe en tanto que realidad objetiva, sino en tanto que construcción del sistema cognitivo de los individuos en interacción social que pertenecen a una sociedad o grupo… es decir, que son una realidad subjetiva. Eso significa también que esa construcción integra el conjunto de valores y de actitudes ya existentes en esos grupos. (Calonge, 2002, p. 3) De igual forma, Flores afirma que el individuo construye realidad desde su propia representación del mundo, permitiendo la posibilidad de preguntarse a sí mismo y a otros sobre aquellos asuntos que le interesan; vinculando el lenguaje como herramienta cultural de aprendizaje, aprendiendo a construir a través de un diálogo constante con otros seres humanos en una sociedad dentro de una cultura y en una época histórica particular. Por ello “la construcción 18 mental de significados” se hace altamente improbable si no existe el armazón externo dado por un agente social que resulta finalmente ser el punto de inflexión en el que encaja el pensamiento constructivo (Flores, 2008). A estos elementos, se adhiere Kenneth Gergen (1996) y su postulado sobre las representaciones sociales; quien propone en uno de sus ejemplos los roles sexuales para explicar que estas representaciones hacen inteligible el mundo a miembros de los grupos sociales y culturales, lo que no sólo recrea los objetos mismos, sino que define también a los actores como partes complementarias de los objetos. Además, proporcionan a los sujetos sociales la impresión de pertenecer a culturas y comunidades específicas, mostrando un alto interés en el lenguaje y en el discurso, rasgo propio de los postmodernos. Este artículo brinda algunas nociones teóricas sobre RS, además de los autores ya explorados anteriormente, plantea, a su vez, una apuesta metodológica en cuanto a representaciones mediáticas. La pertinencia de esta investigación conjuntamente descansa en aspectos cualitativos como por ejemplo conocer cómo se autodefine la mujer, cómo construye su identidad, cómo se representa en los escenarios público y privado en un determinado contexto histórico social. Interrogantes que dan cuenta del interés científico hacia la propia naturaleza de la construcción de la subjetividad en los grupos humanos. Otra contribución a esta categoría es la del proyecto promovido por la Dirección General de la Mujer, de la Consejería de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid. Su autora, Ruth Mateos (2007), tiene como interés estudiar, a través de un análisis de contenidos, la presencia de la mujer en la prensa digital española con el propósito de conocer si la progresiva incorporación de la mujer a la vida pública y laboral y el debilitamiento de algunos estereotipos, han sido reproducidos por un tipo de medio que ofrece facilidades (formatos específicos, sistemas 19 interactivos, contenidos multimedia, etc.) para dar cabida a informaciones que destaquen la generación de contenidos innovadores, donde ciertos colectivos y fuentes hasta ahora infrarrepresentados, como el de las mujeres, tuvieran la oportunidad de emerger. Mateos realiza un análisis de las noticias de algunos periódicos de la prensa española archivados en las hemerotecas; y a través de este indaga sobre los estereotipos de género, valiéndose de los postulados de Bach: La acción de estereotipar es la de fijar de manera permanente y de identificar lo estereotipado como el seguimiento de un modelo preestablecido, conocido y formalizado que se adopta de una manera fija (Bach Arus et al., 2000, p. 44). Refiriéndose en el documento a Manuel López (1995), la cultura viene a ser la conjunción de esas diferentes clasificaciones con las que cada sociedad ha ido elaborando sus normas, valores y significados. Esto tiene como consecuencia que a lo largo de la historia se han ido conformando unas formas de concebir e interpretar la realidad y que, según las palabras del sociólogo francés Émile Durkheim (1982), constituyen la conciencia colectiva. Los papeles o roles hacen referencia a las características y atributos de los sujetos sociales. Todos esos roles se corresponden con una posición económica y social; es decir, un estatus. Y ambas figuras serán conceptos muy relacionados entre sí; o, lo que es lo mismo, estarán interconectados. En relación con las implicaciones de los medios en la construcción de las RS de género y los estereotipos, se afirma que los medios de comunicación de masas asumen la función de estabilización e integración de roles, valores, normas y símbolos. “Estos medios, además, son considerados un importante instrumento para la socialización y la transmisión de valores, ya que muestran pautas de comportamiento de forma consciente o inconsciente, que se convierten en ocasiones en modelos de referencia para una sociedad y de forma inevitable acaban creando una “realidad” que afecta a nuestra visión del mundo y a su comprensión” (Mateos, 2007, p. 4). De 20 entre todos los temas, escenarios y personajes posibles, que son muchos, los medios eligen aquellos que por razones económicas (ventas, expansión, audiencia), políticas (intereses y estrategias de grupo) o sociales (creencias, valores, tradiciones) consideran dignos de ser sometidos a un seguimiento informativo regular. Se concluye y se evidencia en el proceso de este proyecto que, en los primeros años del siglo XXI, todavía se sigue señalando a los medios como uno de los principales responsables de la transmisión de valores estereotipados y patriarcales sobre las mujeres y los valores femeninos. De hecho, los medios de comunicación asumen en sus informaciones la desigualdad hombre- mujer como una realidad (Consejería de Empleo y Mujer, 2006). Como complemento a estas evidencias sobre las implicaciones de los medios en la construcción de representaciones sociales de género, se plantea la postura de Gallego, quien afirma que las diferentes posturas, casi siempre no declaradas, que los medios mantienen respecto a los asuntos de género “recorren una sutil escala cuya posición extrema sería la de negar toda diferencia debida al género, y, la más comprensiva, aceptarlas permitiendo la inclusión de secciones” (Gallego, 2002, p.406). A su vez, afirma que: En concreto, cabe distinguir cuatro tipos de “abordajes”: 1. “Abordaje desde la negación de las diferencias debidas al género”. Basado en el principio de igualdad, consiste en negar las diferencias debidas al género, ya que pueden percibirse como trato discriminatorio si se remarcan. Cualquier referencia a las discrepancias entre los géneros es la manera de no aceptar la incorporación de las mujerescon naturalidad. 2. “Abordaje desde la indiferencia ante las diferencias debidas al género”. Considera las cuestiones de género un tema irrelevante ante lo que constituye el objetivo principal del soporte (por ejemplo, defensa del nacionalismo). 3. “Abordaje desde el desconocimiento de las diferencias debidas al género”. Cada profesional, ante la ausencia en el soporte de un proyecto político o ideológico concreto, opta por incidir en la medida en que su propia sensibilidad le aconseja. 4. “Abordaje desde la aceptación de las diferencias de género”. Consiste en aceptar las diferencias de género y reconocerlas de forma explícita, si bien sin ser integrado como sustrato ideológico de todo el medio ni de toda la redacción”. Ninguno de estos “abordajes” es exclusivo de un diario en concreto, todos los cuales pueden mezclar posturas, e incluso incluir posiciones contradictorias en un mismo ejemplar del diario, ya 21 que “no existe ningún posicionamiento global, ni directrices sobre el tema, ni siquiera concienciación de que tal posicionamiento sea o no posible. (p. 406) Esta investigación recoge datos importantes sobre medios de comunicación y género en España, que permiten abordar el tema de una manera similar, ya que los medios de comunicación de masas muestran unos escenarios principales y otros secundarios y menos privilegiados que a duras penas consiguen atraer la mirada del espectador y que van a influir en la percepción de la “realidad” ofrecida por los distintos medios al receptor de la información. Se representa un escenario global que puede tener distintos matices en función del sexo del protagonista que elabora la información. Por su parte, el trabajo de maestría de Sergio Abello y Hollman Hernández sobre la Construcción de identidades de género de algunos integrantes de la comunidad Colombia Diversa a través de la mediación YouTube, aporta en algunos aspectos a la noción de construcción de identidades y de representaciones. Esta investigación tiene como objeto analizar la construcción de identidad de género y, así mismo, plantea establecer las relaciones posibles entre las prácticas desarrolladas a través de la mediación YouTube y la construcción de identidades de género en algunos integrantes de la comunidad Colombia Diversa. Para la categoría de género, los autores toman como referencia a Marta Lamas (1986), para quien el sexo biológico, salvo raras excepciones, es claro y constante, comprendiendo así que las características correspondientes al género en lo que corresponde a los aspectos tanto masculinos y femeninos son determinados por el entorno y asumidos mediante un proceso individual, social y cultural, en donde el único aspecto de orden biológico diferenciador de género está determinado por la maternidad (Lamas 1986). Por demás, se establece que todas aquellas divisiones y roles de género son diferencias de tipo cultural, así como lo contempla Alfonso 22 Hernández (1995): “la estructuración del género llega a convertirse en un hecho social de tanta fuerza que inclusive se piensa como natural; lo mismo pasa con ciertas capacidades o habilidades supuestamente biológicas, que son construidas y promovidas social y culturalmente” (p. 67). En esta misma perspectiva, abordan a Judith Butler con uno de sus postulados teóricos que sirve de profundización a la discusión, dándole sentido a la noción de género desde la esfera de lo representado, ya que abarca la discusión inicial de la diferencia y se incorpora bajo la premisa del hecho fáctico del rol sexual ya asumido en la subjetividad del cuerpo, entendiendo todo lo que se construye activamente bajo esta perspectiva como diferentes actos performativos que allí se derivan (Butler,1982). Esta investigación brinda varios aportes a nivel teórico sobre el concepto de género y estereotipos de género, además de las discusiones referentes a los medios de comunicación frente al mismo. Aborda autoras como Lamas y Butler que serán consignadas en la presente investigación, de hecho, se puede contemplar el impacto que pueden tener plataformas como YouTube en acciones de desnaturalización de los diferentes discursos, supone una influencia aún mayor de los sujetos y los grupos a través de la web, que ha conllevado a una forma de empoderamiento de varias plataformas por parte de distintos movimientos y comunidades que circundan el territorio colombiano. Por último, se tomó en cuenta en este rastreo para la categoría de medios en relación al consumo, el trabajo de Diana Lozano (2015) sobre Crítica y prosumo: transformación de las representaciones sociales de identidad femenina del discurso publicitario en juventudes escolares. En este, se pretende consolidar procesos de audiencia crítica y producción mediática en el contexto educativo desde el análisis crítico del discurso publicitario de la televisión en relación con la representación social de lo femenino; además de caracterizar la identidad 23 femenina desde los referentes culturales presentados en los mensajes publicitarios de la televisión. Esta investigación se plantea dentro del método cualitativo, etnográfico, que hace un fuerte énfasis en la exploración de la naturaleza particular de los fenómenos sociales y trabaja con datos “inestructurados”, una metodología aplicable a grupos pequeños. En cuanto a referentes teóricos, se cita a Jesús Martin-Barbero en relación con los medios y roles de género. Martin-Barbero (2004) señala cómo la política perpetúa modelos de sociedades patriarcales en los que las labores “serias” están reservadas para el hombre y esto se traduce en su participación en la vida pública, mientras que la vida privada, asociada a lo doméstico, queda adjudicada a la mujer. Lo que se traduce en una visión en la que se sitúa lo racional como lo importante y fundamental, mientras que lo doméstico es todo aquello que carece de relevancia y es a su vez con lo que se identifica a la mujer. No obstante, la mujer ha empezado a subvertir los modelos a través de los cuales se le han asignado ciertos roles. Según el teórico: Hoy día, la mujer no es sólo la madre de sus hijos ni la esposa de su marido, es además una profesional que tiene su propia visión del mundo, su propia posición en términos políticos, ideológicos o estéticos, y cada una de esas afiliaciones significa una desestabilización de aquella mismidad del sujeto desde el que hablaba un yo de ama de casa-madre de familia. (Martin-Barbero, 2004, p.39) En esta misma línea, se sigue a Manuel Castells: Los roles (por ejemplo, ser trabajadora, madre, vecina, militante socialista, sindicalista, jugadora de baloncesto, feligresa y fumadora al mismo tiempo) se definen por normas estructuradas por las instituciones y organizaciones de la sociedad. Su peso relativo para influir en la conducta de la gente depende de las negociaciones y acuerdos entre los individuos y esas instituciones y organizaciones. (Castells, 2006, p. 29) Continúan algunos de los referentes conceptuales que sirven a esta categoría con Orozco, quien puntualiza que es posible sugerir que las identidades de las audiencias están presentes, 24 reafirmándose o transformándose en sus actos televisivos y configuran en direcciones particulares sus procesos de televidencia. En sus palabras: El rescate de estos y otros fragmentos identificativos y la comprensión de la mediación que ejercen en las audiencias, se presenta entonces como otro de los principales objetivos de su educación que sin soslayar sus identidades las asume explícitamente como base para el diseño de cualquier estrategia pedagógica de intervención de sus televidencias. (Orozco, 2001, p.166) Ahora bien, en la línea de RS tomaron de base a Durkheim por un lado y a Hernández por otro. Este último plantea que la noción de representación alude también al hecho de que las expresionessociales son representaciones de lo social. “Se enfatiza en el acto de representar, de hacer presente un objeto idea o una instancia social como una nueva presentación. (…) la representación es independiente y externa respecto a la conciencia de los individuos, pero que actúa sobre ellos” (Fernández M., y Hernández, A, 2005. p.20). Se explica también, de la mano de Jodelet, que el hecho de representar implica unas características específicas. La representación siempre es la representación de un objeto, tiene carácter de imagen y la propiedad de poder intercambiar lo sensible y la idea, la percepción y el concepto, tiene carácter simbólico y significante, tiene un carácter constructivo, autónomo y creativo. Por último, la representación siempre conlleva algo social, a lo que afirma la autora: La representación mental, social, conlleva igualmente este carácter significante. No solamente restituye de modo simbólico algo ausente, sino que puede sustituir lo que está presente, (…). Debido a ello no es simple reproducción, sino construcción y conlleva en la comunicación una parte de autonomía y de creación individual o colectiva. (Jodelet, 1984, p. 476) De igual manera, Jean Claude Abric (2001) identifica la significación como componente fundamental de la representación. Dicha significación está determinada por efectos del contexto, los cuales son: contexto discursivo, que implica el análisis de las condiciones de producción del 25 discurso; contexto social: implica a su vez el contexto ideológico y el lugar que ocupa el individuo en la sociedad. Al respecto, señala el autor que: “Los elementos de una representación pueden ser activados o no en un contexto dado y tener contradicciones aparentes, los componentes «extraños» pueden estar ligados directamente a sus efectos de contexto.” (Abric, 2001, p.15) Fueron también relevantes los postulados de Estramiana y Fernández (2006) en cuanto a las RS del cuerpo de la mujer dentro de los imaginarios y cómo estos sirven de pretexto para argumentar un orden social ligado a un orden natural para los roles de género anclados en la sociedad. Dicen los autores: El análisis de las representaciones del cuerpo de la mujer a través del estudio de las imágenes pictóricas como ser monstruoso o imaginario no sólo sirve como elemento que contribuye a aplicar una teoría psicosociológica, sino, fundamentalmente, a desvelar cómo la imagen de la mujer ha sido utilizada como símbolo en el que grabar las normas morales con las que hemos ido justificando un orden social como si de un orden natural se tratara. (Estramiana y Fernández, 2006, p.75) 1.4.3 Sobre infancia, medios y género El artículo presentado por Pilar López Díez es el compendio de los resultados de dos investigaciones: la primera, una realizada en 1998 en Alemania sobre cómo se representan a niñas y niños en la programación infantil; y la segunda, en los mismos términos de representaciones, en este caso sobre la publicidad y los cómics. El documento entrelaza tres categorías mediante los conceptos de representación, estereotipo y roles sociales de género. El objetivo principal de estas investigaciones es el de desarrollar la relación que existe entre los comportamientos, actitudes y valores que, de forma mayoritaria, se fomentan en la programación infantil (según los resultados de las investigaciones citadas) y la violencia que se ejerce contra las adolescentes (según un estudio realizado en EE.UU.); y, por extensión, contra las mujeres. 26 Esta investigación fue realizada con metodología tanto cuantitativa como cualitativa, sobre una muestra seleccionada al azar de 438 horas de nueve canales de televisión; tomada los sábados, domingos y martes. Algunos de los resultados fueron: infrarrepresentación de las niñas: en el área de ficción, casi el 70% de las figuras centrales eran masculinas; los hombres son los héroes de la programación infantil; los rasgos estereotipados de la personalidad de las figuras femeninas son absolutamente necesarias en la narración, ya que sin ellas, los personajes masculinos no podrían derrochar todas las características que se asocian a la masculinidad: la protección y la salvación de los personajes femeninos. El papel (mayoritario) de los personajes femeninos es estimular en los personajes masculinos los deseos de aventura, de sentirse libres y de probarse a sí mismos. En los canales más importantes es donde menos cambios se han producido en las representaciones de género; los cambios están concentrados en pocos canales no representativos en el mercado alemán. Pero incluso en las nuevas chicas protagonistas, ciertos aspectos continúan, tales como la estereotipación estrecha y exagerada de la belleza. En esta medida, un cambio profundo en la representación de género en muchas áreas de la televisión para el público infantil, todavía no ha ocurrido. Según este estudio sobre los cómics, los varones son principalmente representados como fuertes, conquistadores, valientes, astutos y coléricos; mientras que a las mujeres se les asigna la imagen de seductoras, entregadas, sexis y sumisas. El gran poder de representación que tienen los medios de comunicación, y en especial la programación infantil, afecta a la forma en que las niñas y niños perciben la realidad social y su propia vida. La construcción de la feminidad y la masculinidad se realiza, además de en función de la experiencia personal de los modelos familiares y educativos de identificación, a través de las representaciones que elaboran los medios de comunicación, en particular la televisión que 27 ocupa un lugar privilegiado en la socialización, especialmente durante la infancia y la juventud. Permitiendo con este análisis vislumbrar mucho más el camino para acercarse a los estereotipos y al concepto de representación desde los medios de comunicación. Cabe resaltar un trabajo realizado en España donde se evidencia la presencia de estereotipos en los medios de comunicación, específicamente en la prensa de dicho país; este documento responde a un proyecto de investigación promovido y financiado por la Dirección General de la Mujer de la Consejería de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid. Dentro de las categorías que aborda, están: mujer y medios de comunicación, la representación de la mujer y la mujer en la producción informativa; categorías que une en dos grandes ejes: los estereotipos de género y medios de comunicación de masas, y la imagen femenina a través de los medios de comunicación: principales roles. En cuanto a la metodología se realizó un análisis de las noticias archivadas en las hemerotecas de algunos diarios digitales como elmundo.es, elpais.es, abc.es y libertaddigital.es, durante el periodo comprendido entre el 1 de marzo de 2006 y el 31 de mayo de 2006. La elección de los diarios se hizo en función del número medio de visitantes únicos registrado por la consultora Nielsen durante el periodo comprendido entre noviembre de 2005 y abril de 2006. A partir del análisis de los instrumentos analizados se pudo concluir que en la medida en que la prensa escrita de información general es un reflejo de la sociedad y del entorno, y a su vez un posible factor de cambio de esta, siendo, por lo tanto responsable de fenómenos sociales; el análisis de la presencia de la mujer en las secciones digitales de los periódicos convencionales constituye un elemento clave para orientar unas prácticas comunicativas no discriminatorias y aprovechar las ventajas que ofrecen los formatos específicos y los sistemas interactivos de Internet (hipertextualidad, recursos multimedia, etc.) para propiciar la generación de contenidos 28 innovadores donde nuevos/as protagonistas y nuevas fuentes hasta ahora infrautilizadas tuvieran una oportunidad de emerger. Otro trabajo de investigación que permite explorar algunas estrategiasen educación en género para las escuelas es el artículo Educando a los muchachos: nuevas investigaciones sobre masculinidad y estrategias de género para las escuelas. Este documento se aproxima a la nueva investigación socio científica sobre masculinidad con el fin de desarrollar un marco que permita entender las cuestiones de género en la educación de los muchachos. El género es construido en medio de contextos sociales y culturales que producen múltiples formas de masculinidad, una de las cuales generalmente ejerce hegemonía sobre las otras. Las escuelas juegan un papel activo en la formación de masculinidades. Los regímenes globales de género de estas instituciones, normalmente refuerzan la dicotomía de género, aunque algunas prácticas la reducen. Las prácticas masculinizantes están concentradas en ciertos escenarios: las divisiones de currículo, los sistemas disciplinarios y los deportes. Los pupilos también participan en la construcción de masculinidades. Las culturas estudiantiles generalmente enfatizan las relaciones heterosexuales y construyen jerarquías de género. Dentro de las categorías abordadas en el artículo se evidencian las relaciones de poder, su eje temático es: las escuelas como agentes en la construcción de masculinidades; en el documento se plantea la noción de régimen de las escuelas: relaciones de poder que incluyen supervisión y autoridad entre los maestros; así como patrones de dominación, acoso y control de recursos entre los pupilos. La asociación de masculinidad con autoridad y el predominio de hombres en los cargos de supervisión en los sistemas escolares son dos patrones familiares e importantes. Las escuelas tienen una capacidad considerable para hacer y rehacer el género; pero no son la máquina de revolución de género que las feministas, enfocadas en la tarea de cambiar las 29 actitudes y normas, alguna vez creyeron que eran. Sin embargo, el sistema escolar es una institución de peso, un empleador muy importante, y un medio clave para transmitir la cultura de generación en generación. Este sistema ejerce un control directo sobre sus propios regímenes de género, los cuales tienen un impacto considerable en la experiencia de los niños en crecimiento. Además, éste puede establecer estándares, plantear preguntas y proporcionar conocimiento para otras esferas de la vida. Es importante tener en cuenta las dinámicas directas e indirectas que ejerce la escuela a través de la reproducción de discursos excluyentes y de regímenes opresores y dominantes para hacer un paralelo y visualizar un panorama amplio del género en la escuela. En el artículo Los fragmentos del calidoscopio. Una propuesta teórico-metodológica para el análisis cualitativo de las relaciones de género en la escuela, se expone la elaboración teórica del paradigma analítico de Arco Iris: una mirada transformadora a las relaciones de género en la escuela, proyecto de investigación etnográfica sobre la acción y la interacción en la cultura escolar con perspectiva de género. En este documento de investigación describen cómo a través de observación en diferentes contextos escolares de Bogotá se desarrollan las relaciones de género en la escuela. La propuesta metodológica que plantea Ángela María Estrada, magister en investigación y tecnologías educativas, directora de la línea de género y cultura de la universidad de los Andes, llevó a desarrollar una mirada conceptual de la cultura escolar que hiciera posible comprender, sin reduccionismos, la heterogeneidad de la trama de significados que configura el contexto en el cual actúan e interactúan cotidianamente los distintos actores escolares; así como a aceptar que las subjetividades puestas en juego en ese contexto, y que implican el ejercicio de unos roles específicos, podían ser comprendidas desde las lógicas peculiares que operan en él. 30 Uno de los objetivos de la investigación consistió en alcanzar niveles explicativos mediante la búsqueda de la interdependencia entre los sistemas de significado individuales y sociales, o culturales, mediante la observación de determinada acción y la interacción en contextos específicos; la acción y la interacción observadas no podían ser inmediata ni directamente reflejadas ni asumidas como valor. Por el contrario, la experiencia de los actores sociales, y aun con mayor énfasis en el campo de los estudios de género, debía ser reconstruida en un nivel de análisis más amplio, dentro de marcos culturales y de relaciones de poder (Henwood y Pidgeon, 1995). Una de las conclusiones, o mejor decisiones, a partir de este trabajo fue construir una noción que vinculara la idea de pedagogía a la construcción de los géneros en la escuela, cosa que no fue nada sencilla, no sólo porque la paideia griega fundó un campo que ha sido preocupación explícita del pensamiento filosófico occidental, sino porque contemporáneamente ha sido fortín de quienes sostienen que la enseñanza escolar puede definirse por la suma de “las ofertas oficiales” (Giroux y Penna, 1990). Los roles sociales construidos en el ámbito del aula, un espacio privilegiado, aunque no exclusivo, para el estudio de las relaciones de género en la escuela, configuran patrones de comportamiento de estabilidad variable, y este artículo de investigación muestra evidentemente las dinámicas que se ejercen dentro del aula, además de los roles que son normalizados, elementos importantes a la hora de acercarse al objeto de estudio. Un documento que permite vislumbrar el tema de los repertorios frente a la infancia, es el artículo Infancia y nuevos repertorios tecnológicos. Debates y perspectivas (2013); que sirve de rastreo, además de sintetizar la búsqueda de estudios e investigaciones en el marco del proyecto de doctorado Infancia(s), nuevos repertorios tecnológicos y narratividades; mostrando las 31 tendencias entre la relación en infancia y sus interacciones con los nuevos repertorios tecnológicos; haciendo una revisión global de documentos. Dentro de los conceptos y categorías que aborda el documento, es de importancia la relación infancia-medios, donde da cuenta de “una infancia mediática” en la cual sus experiencias cotidianas están “repletas de historias, imágenes y artículos producidos por unas empresas mediáticas gigantes y globales” (Buckingham, 2002, p.9) que inciden en la recreación del significado de infancia en las sociedades actuales y, por ende, en la reorganización de su naturaleza diversa y provisional. La documentación revisada en Colombia, sirve de base para desarrollar el concepto de infancia frente a la sociedad de medios; investigaciones como las de Delgadillo et al. (2007), Jiménez (2012) y Amador (2009), en torno a la relación entre infancia y nuevos repertorios tecnológicos, muestran cómo los infantes también pertenecen a las lógicas del consumo actual con narrativas particulares. Se muestra que la infancia es otra cuando se interactúa mediáticamente, puesto que los medios de comunicación procuran producciones de sentido que “definen contornos particulares de subjetivación, complejizando aún más las relaciones entre los sujetos, la política, los modos de vida social y los hábitos cotidianos” (Jiménez, 2012). De igual manera, el eje de los nuevos repertorios tecnológicos permite una mirada más amplia a la problemática de estudio, entrelazando estas producciones con las relaciones que se desarrollan entre infancia y escuela. 32 El anterior rastreo de documentos para su posterior revisión posibilitó expandir los referentes tanto conceptuales como metodológicos a trabajar. Se evidencia que la categoría de infancia es un campo de investigación teórica donde confluyen varias miradas y postulados, donde se puede abordar la noción de género a partir de las Representaciones Sociales, a través de la televisión. Teniendo en cuenta algunosde los planteamientos anteriores, es posible afirmar que el presente proyecto de investigación complementa no sólo los antecedentes generados alrededor del problema, sino que brinda una perspectiva transversal a los ejes conceptuales. 33 Capítulo 2 Marco Teórico Para la presente investigación se abordaron dos grandes ejes: el primero de ellos, género, medios y representaciones sociales; y el segundo, infancias, mediaciones y consumo cultural. A partir del rastreo realizado y la ampliación de algunos de los conceptos claves se generan los referentes teóricos divididos por categorías que hacen parte fundamental de los dos ejes mencionados anteriormente. Para el primer eje se plantea la categoría de género, abarcando la noción y construcción de identidades y roles de género; posteriormente, se abre una segunda categoría, sobre las representaciones sociales: cómo en estas se reproducen los roles y estereotipos de género a través de los medios de comunicación, específicamente en la televisión. Autoras como Judith Butler y Marta Lamas guiarán y darán sentido a la noción de género; así mismo, en la teoría de las representaciones sociales se explorarán conductos teóricos según Serge Moscovci y Denise Jodelet para ponerlas en diálogo con los estereotipos de género según la mirada de Flores, De Lauretis y Carlos García; y las implicaciones de los medios en estas reproducciones. Para el segundo gran eje, se generan dos categorías: la primera relacionada al paso de la infancia moderna a las infancias contemporáneas, de la mano de Corea & Lewkowicz, Narodowski y Amador; haciendo un rastreo de la concepción y construcción de infancias para darle paso a nuestra segunda categoría sobre mediaciones con postulados de Jesús Martín Barbero y Néstor García Canclini; finalizando con el consumo cultural infantil, al lado de Guillermo Sunkel, Shirley R. Steinberg, Joe L. Kincheloe y Eduardo Bustelo. 34 2.1 Género, medios y representaciones sociales 2.1.1 Noción de género, construcción de identidad y roles de género Género “El sexo se refiere a lo biológico, el género a lo construido socialmente, a lo simbólico” (Marta Lamas, 1996) En primer lugar, se hará una aproximación a la categoría de género, la diferenciación que varios autores han hecho sobre sexo/género, para pensarlo en debate sobre si es algo inherentemente biológico o si se trata de algo construido socialmente. Me serviré de un ejemplo de Lamas: si se dice «la menstruación es una cuestión de género», hay que pensar, ¿es algo construido o algo biológico? Obviamente es algo biológico; entonces es una cuestión relativa al sexo, y no al género. En cambio, decir «las mujeres con menstruación no pueden bañarse», nos hace pensar que esa idea no tiene que ver con cuestiones biológicas, sino con una valoración cultural, por lo tanto, es de género (Lamas, 1996, p. 220) Este ejemplo nos permitirá entender bajo que perspectiva se hablará de esta categoría. No obstante, es necesario abordar este término desde sus albores; los primeros esbozos de esta noción según Teresa Aguilar (2008), se dieron desde la psicología con John Money en 1955, quien propuso el término “papel de género” [gender role] para describir el conjunto de conductas atribuidas a los varones ya las mujeres (Dio Bleichmar, 1996); término que más adelante, Robert Stoller retomaría en 1955 en sus estudios médicos sobre trastornos de identidad sexual. Stoller, concluye que la asignación y adquisición de una identidad es más importante que la carga genética, hormonal y biológica. A partir de esta conclusión se articulan tres momentos o estados sobre la categoría de género: la asignación de género, la identidad de género y el rol de género. La asignación entendida como la imposición directamente relacionada con a la apariencia externa de los genitales; la 35 identidad que se empieza a perfilar a partir del lenguaje y la interacción con los otros, según la estructura de las experiencias que atraviesen a cada sujeto, ligados a los sentimientos, comportamientos y dinámicas que lo van constituyendo como niño o niña; en este momento es donde se rechazan o se aprueban ciertos comportamientos o elementos de acuerdo a lo que han vivido en su entorno inmediato, es entonces “donde se empiezan a perfilar, construir y producir los roles de género, desde de las normas que regula la sociedad y la cultura sobre los comportamientos “femeninos” o “masculinos” (Lamas, 1986, p. 188). Este último elemento de la categoría de género nos lleva a la idea de estereotipos y roles de género que se han venido imponiendo desde la visión primitiva de la división sexual de tareas, en la que el lugar que ocupaba la mujer era dentro, aquí me refiero al hogar, al cuidado de los niños, a las funciones de tipo domésticas; y el hombre era quien salía a la caza, el responsable de la comida, experto en los lugares exteriores y rodeado de “peligro”, quien podía reaccionar gracias a su fuerza física. División que nos han llevado a limitar y condicionar los papeles de cada persona, rotulándonos con estereotipos que se han venido afincando como “naturales”, aun cuando esto ha sido un proceso de construcción social, lejos de la relación biológica del sexo. La asignación, identidad y roles de género son las expresiones personales de la sexualidad, estas, junto con las expresiones sociales se refieren al concepto de género, que es representado de manera colectiva: el comienzo de estas formaciones y construcciones vienen desde el nacimiento con la atribución sexual de cada individuo. Sin embargo, esta distinción sexual ha perdurado y ha permitido la discriminación de las mujeres en diferentes espacios con la justificación “biológica” de una anatomía diferente, designando papeles dentro de la sociedad; una sociedad que recoge y trasmite estas prácticas, donde el género según Lamas (2000) “es el conjunto de ideas, representaciones, prácticas y 36 prescripciones sociales que se elaboran a partir de la diferencia anatómica entre los sexos”. (Lamas, p. 59). El género se reproduce mediante costumbres y valores desde el nacimiento, atravesado por la cultura y el lenguaje. Más adelante, dice Lamas (2002), “también los mandatos de género se encarnan en el cuerpo, por lo que es como una armadura que constriñe las actitudes y acciones corporales” (p. 59). Otro postulado teórico sobre la categoría de género que se pone en diálogo en el presente escrito, es el de Judith Butler, desde la postura de los actos performativos que se desprenden desde el rol de género a partir de la diferencia. Butler (2002) afirma que “el género también es el medio discursivo/cultural a través del cual la naturaleza sexuada o un sexo natural se forma y establece como «prediscursivo», anterior a la cultura, una superficie políticamente neutral sobre la cual actúa la cultura” (p. 57). Igualmente, la autora plantea la relación entre sexo y género en su libro el género en disputa (1999), “si el género es relativo a los significados culturales que acepta el cuerpo sexuado, entonces no puede afirmarse que un género únicamente sea producto de un sexo. Llevada hasta su límite lógico, la distinción sexo/género muestra una discontinuidad radical entre cuerpos sexuados y géneros culturalmente construidos” (Butler, 2000, 54) Lamas hace hincapié en los estudios y las maneras de abordar diferentes temáticas a partir de una perspectiva de género: La perspectiva de género implica reconocer que una cosa es la diferencia sexual y otra cosa son las atribuciones, ideas, representaciones y prescripciones sociales que se construyen tomando como referencia esa diferencia sexual. Todas las sociedades estructuran su vida y construyen su cultura en torno a la diferencia sexual. Esta diferencia anatómica se interpreta como una cuestión sustantiva que marcará el destino
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