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Valoracion_de_la_edad_osea_Su_importancia_en_Medic

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Valoración de la edad ósea. Su importancia en Medicina del Deporte
Article · January 1998
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Fernando Santonja
University of Murcia
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7 (3): 160-168,1998 Selección 
Ortopedia 
Valoración de la edad ósea. Su importancia en 
Medicina del Deporte 
 
S. García de la Rubia*, F. Santonja Medina**, A. Pastor Clemente*** 
Bone age evaluation and sports medicine 
 
Resumen 
El médico del deporte maneja tanto los criterios 
del entrenamiento como los de la salud del depor-
tista en crecimiento, por lo que necesita saber cuál 
es su estado madurativo a fin de valorar en 
qué medida el ejercicio físico está influyendo en la 
maduración del niño y, por otro lado, cuál es la in-
fluencia que ese estado madurativo va a tener so-
bre su rendimiento físico con el objetivo de no in-
terferir los procesos fisiológicos que se están pro-
duciendo, con el fin de optimizar el proceso de en-
trenamiento. Asimismo, precisamos conocer el po-
tencial de crecimiento que tiene un deportista afecto 
de una desalineación ortopédica, para reorientar 
su entrenamiento, así como calcular la implicación 
que las terapias pueden ocasionar sobre su futuro 
deportivo. En el momento actual el método más 
preciso para valorar el desarrollo real durante el 
crecimiento es la determinación de la edad ósea. 
Selección, 1998; 7 (3): 160-168 
Summary 
The medical sport that manages trainning crite-
ria as well as the health of the still growing sport-
man needs to know the maturity of his patient in 
order to be able to evalúate how physical exercises 
are affecting him. And on the other hand, the in-
fluence that this maturity stand is going to have on 
physical performance with the aim lo not interfere 
on going physiological proceses optimizing the 
trainning process. 
That is the reason why he needs to know and do-
mínate a method able to help him to evalúate the 
real development stand of the sportsman. The most 
accurate method in the present moment its the de-
te rmination ofthe bone age. 
Key words: Sports. Bone age. Maturity orthopae-
dics. 
 
Palabras clave: Deporte. Edad ósea. Maduración. 
Problemas ortopédicos. 
Médico Pediatra del Ambulatorio de la Seguridad Social de la 
Alberca (Murcia). Doctor en Medicina y Cirugía. Profesor Titular 
de la Universidad de Murcia. Traumatólogo del Hospital 
Comarcal del Noroeste de Murcia y Especialista en Medicina de la 
Educación Física y el Deporte. Director del Servicio de Medicina 
del Deporte del Excmo. Ayuntamiento de Cartagena y 
Especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte. 
Introducción 
La práctica de una actividad deportiva intensa des-
de edades tempranas es un requisito necesario para 
destacar en el deporte. Los principios del proceso de 
entrenamiento determinan que el deportista debe reali-
zar una serie de cargas (unidades de entrenamiento), 
que con el paso del tiempo conducen a una mejora en 
su rendimiento deportivo. 
56 
Valoración de la edad ósea. Su importancia en 
Medicina del Deporte 7 (3): 160-168,1998 Selección 
 
Para lograr destacar en determinados deportes se 
precisan unas condiciones fisiológicas y antropométri-
cas determinadas. Los deportes de resistencia precisan 
elevadas prestaciones del sistema aeróbico. La altura 
es un factor determinante para poder destacar en de-
portes como el baloncesto, balonvolea o natación, pe-
ro una talla normal puede ser excluyente en otros de-
portes como las carreras de caballos. 
Los niños con un desarrollo precoz pueden rendir 
más que el resto de sus compañeros, en deportes en 
los que el peso, talla y fuerza son un factor determi-
nante (1, 2) ya que la maduración avanzada facilitará 
en ambos sexos el éxito deportivo. Por contra, la falta 
de maduración que se aprecia en las gimnastas que 
conduce a escaso peso y talla, les hace obtener mejo-
res resultados (3), siendo las más retrasadas en su es-
tado madurativo las que obtienen los mejores resulta-
dos (4). Estos extremos son los que pueden hacer que 
padres y entrenadores alberguen esperanzas infunda-
das sobre el futuro deportivo de algunos niños, o por 
el contrario, que se infravalore y descarte de los pro-
gramas deportivos a los niños con un proceso madura-
tivo retardado al comparar sus resultados con los que 
tienen un mayor desarrollo, aunque su misma edad 
cronológica. 
El ejercicio de forma regular incrementa la densi-
dad ósea en jóvenes, preparando por tanto al esqueleto 
para resistir los rigores de la actividad física a lo largo 
de la vida (5, 6). Necesitamos saber cuál es el estado 
de maduración del niño a fin de poder adecuar las car-
gas de entrenamiento hasta intensidades no lesivas 
(7). 
Los trabajos que estudian la influencia de la activi-
dad física sobre la maduración ósea del niño reflejan 
una gran disparidad en cuanto a sus resultados, desta-
cando un acercamiento importante si los agrupamos 
según el sexo y la actividad deportiva practicada. 
El entrenamiento rutinario de baja intensidad esti-
mula el crecimiento en longitud del hueso, pero si los 
entrenamientos son de alta intensidad puede incluso 
inhibirlo (8, 9). 
Varios estudios reflejan adelantos de maduración 
ósea en varones deportistas en relación a su edad cro-
nológica (2, 10, 11, 12, 13, 14), en tanto que en chicas 
son frecuentes los retrasos de la maduración ósea en 
relación a la edad cronológica (2, 4, 15, 16, 17); así el 
retraso de la menarquia en niñas que realizan una acti-
vidad deportiva intensa es un hallazgo frecuente (16, 
18, 19, 20, 21), aunque con puntualizaciones impor-
tantes acerca de la posible relación de la aparición de 
la menarquia con el porcentaje de la grasa corporal de 
la niñas (22) y con el tiempo de entrenamiento de altaintensidad antes de la menarquia (23). 
Las gimnastas presentan un retraso evidente en su 
maduración y desarrollo (2, 4, 15, 17, 23, 24); Theintz 
y col (25) afirman que el entrenamiento de gimnasia 
deportiva de alta intensidad y elevado volumen inicia-
do antes de la pubertad y mantenido durante ésta, pue-
de alterar el crecimiento y no conseguir la talla adulta 
definitiva predicha. Las gimnastas adolescentes son de 
talla corta y presentan retraso de la pubertad (17, 26, 
27). 
Por contra, trabajos realizados en nadadores refle-
jan que con mayor frecuencia presentan estados ma-
durativos avanzados en relación a su edad cronológica 
(2,4,10,12,14,15). 
Esta introducción lleva a plantearnos, la necesi-
dad de vigilar con mayor diligencia al individuo en 
crecimiento, así Como a entender y conocer los pro-
cesos fisiológicos que en él se están produciendo, 
para no interferirlos con la práctica de actividades 
deportivas. 
Maduración ósea 
La maduración ósea se produce en tres fases: 
1. Maduración prenatal, con osificación de las diá- 
fisis, cuboides, centros epifisarios del fémur y tibia en 
la rodilla y cabeza del húmero. 
2. Maduración postnatal o de la primera infancia, 
en la que se produce la osificación de los pequeños 
huesos del carpo y del tarso, de la bóveda del cráneo 
y particularmente de las epífisis de los huesos lar- 
gos. 
3. Maduración de la adolescencia, en la que se osi- 
fican los cartílagos de crecimiento. 
El estado madurativo del esqueleto es un valor de 
referencia bastante preciso para medir la edad biológi-
ca del individuo (23), siendo la medición del centro 
epifisario o edad ósea el aspecto de la maduración 
biológica más fácilmente mensurable en la biometría 
del ser humano, considerándose como el único indica-
dor global con el que cuenta la especie humana (29). 
Hay además una correlación positiva entre la madura-
ción sexual y la maduración ósea. 
La edad ósea será la principal herramienta con la 
que contemos para evaluar el crecimiento y desarrollo 
del niño deportista (30). El nivel de rendimiento de 
numerosos deportes está estrechamente ligado a la 
edad del esqueleto, más que a la edad cronológica (31, 
32). 
Malina y col (2) consideran la edad de 9 a 16 años 
como la más adecuada para valorar la maduración del 
niño deportista. 
Está claro que la realización de una edad ósea im-
plica una radiación, unos medios técnicos mínimos, 
57 
Selección 7 (3):160-168, 1998 S. García de la Rubia y cols. 
 
así como un proceso de estudio de la radiografía, pero 
sus ventajas son tan evidentes que su uso es aconseja-
do por la mayoría de los autores cuando necesitemos 
saber con una cierta exactitud, cual es el estado madu-
rativo del deportista (33, 34, 35). 
Lapieza (36) plantea la necesidad de acometer estu-
dios longitudinales en amplios grupos de niños para 
evaluarlos desde el inicio de su actividad deportiva y 
así poder elaborar métodos de detección precoz de las 
alteraciones que se produzcan. 
Indicadores de maduración ósea 
En el estudio de la maduración ósea se ha obser-
vado que el esqueleto de las mujeres osifica antes 
que el de los hombres, que la osificación es simétri-
ca y que hay variaciones individuales de la osifica-
ción que son de origen y carácter hereditario. Para 
realizar esta valoración del desarrollo es preciso sa-
ber qué cambios en la evolución del individuo serán 
útiles medir. 
Todd, en 1937 (37), describe el término de "deter-
minadores de la madurez", al referirse a los cambios 
que ocurren en la placa de crecimiento del cartílago 
durante la fusión de la epífisis y la diáfisis. 
Greulich y Pyle (38) los denominan "indicadores de 
madurez", definiéndolos como: aquellos caracteres de 
determinados huesos que son reconocidos en las ra-
diografías y que por producirse de una manera regular 
y en un orden definido marcan su avance hacia la ma-
durez. 
Acheson (39) introduce la definición de "indicado-
res universales" condicionando que cada indicador 
que se describe en un hueso debería constituir una eta-
pa imprescindible en el desarrollo de cualquier indivi-
duo en crecimiento. El conocimiento de estos indica-
dores y su evolución serán muy importantes para estu-
diar anomalías del desarrollo y del crecimiento. Se 
analizará la aparición de los núcleos de osificación, 
las modificaciones de su forma y dimensiones, y las 
soldaduras diáfiso-epifisarias. 
Sempe (40) describe tres etapas en la evolución de 
la osteogénesis: auxogénesis (creación), morfogénesis 
y sinostogénesis. Estableciendo 22 estados distintos 
en la evolución de cada núcleo de osificación. Lo en-
gorroso que en un principio parecería el método, lo 
salva automatizándolo mediante un microordenador 
"Chronos". 
La maduración esquelética puede ser valorada por 
comparación de radiografías de determinadas partes 
del esqueleto de un niño, con las estandarizadas en 
una población comparable de niños en varios estados 
de su progreso hacia la maduración. Existe un consen- 
so universal, sobre todo a partir del segundo año de 
vida, en utilizar la radiografía de la mano para la eva-
luación rutinaria de la edad ósea (41, 42). 
Métodos de valoración de la edad ósea 
Existen investigaciones que intentan conseguir nue-
vos métodos que faciliten la lectura radiológica y nos 
aproximen con la mayor exactitud a la valoración de 
la edad ósea, como el método métrico de Ebri (43) o 
los computerizados por Argemí (44). Los métodos 
analíticos basados en la valoración de al menos las ra-
diografías de la mitad del esqueleto, han sido descar-
tados por la dependencia que tienen de la experiencia 
del observador y por el exceso de radiación que se ad-
ministra. 
Los métodos cualitativos basados en el atlas de 
Greulich y Pyle (G-P) (38) y los métodos de puntua-
ción basados en el atlas de Tanner-Whitehouse (45) 
son los que se siguen utilizando en la actualidad para 
la valoración de la edad ósea. 
A) Métodos cualitativos 
Greulich y Pyle en 1959 (38) recogen en un atlas la 
recopilación de estándares de radiografías para la ma-
no y la muñeca, disponiendo de análisis estadísticos 
para valorar el grado de variación con respecto a la 
normalidad. La desviación estándar de la edad ósea se 
aproxima a un año por encima o por debajo de la me-
dia, a excepción de los primeros años de la vida en 
que es menor. Esto implica que durante la mayor parte 
de la infancia una variación en la edad ósea de hasta 
dos años puede considerarse como normal. 
¿ Cómo proceder a la valoración de una radiogra-
fía por el método de Greulich y Pyle? Se inicia el es-
tudio comparando la radiografía del deportista a valo-
rar con los estándares del atlas del mismo sexo que se-
an los más próximos cronológicamente. A continua-
ción se compara la radiografía con los estándares ad-
yacentes, el anterior y posterior más cercano al de la 
edad cronológica. Se selecciona la que tenga más pa-
recido. A continuación se estudia la radiografía más 
detalladamente, comparando individualmente los hue-
sos y epífisis que son visibles. Es importante el seguir 
un orden en esta valoración. Un buen método es co-
menzar por los extremos distales del radio y cubito, 
continuando por los huesos del carpo, seguido por los 
metacarpianos y terminando por las falanges. 
Las críticas que se le han realizado a este método 
son las siguientes. 
1. El método tiene un alto grado de subjetividad, 
que nos lleva a errores frecuentes. Para minimizar este 
58 
Valoración de la edad ósea. Su importancia en 
Medicina del Deporte 7 (3): 160-168,1998 Selección 
 
problema las observaciones seriadas de un mismo pa-
ciente han de ser realizadas por el mismo observador. 
2. Supone un patrón de desarrollo fijo, para todos 
los centros secundarios de la región estudiada, mien- 
tras que en la práctica ocurren variaciones considera 
bles en los diferentes individuos. Ignora la existencia 
de variaciones genéticamente determinadas. 
3. El estudio fue realizado en unas muestras de ni- 
ños norteamericanosblancos, normales, de clase so- 
cial media-alta. Existen diferencias cuando estos es 
tándares se comparan con los obtenidos con niños de 
otros países menos desarrollados, o con una escala so- 
cial baja (46). 
4. Se critica este método por calcular la maduración 
esquelética en términos de tiempo en lugar de en sus 
propias unidades, debido a que, a menudo, suele haber 
una disociación entre el crecimiento y la edad esque- 
lética. 
5. Por último, el intervalo de tiempo entre las radio 
grafías patrón es excesivo. 
B) Métodos de puntuación 
Acheson en 1957 (39) introdujo el concepto de "in-
dicadores" (hallazgos de los centros individuales mos-
trados en radiografías seriadas y que ocurren en un or-
den regular, definitivo e irreversible, marcando el pro-
ceso de osificación de ese centro hasta la maduración 
total), formando así las bases de los métodos de pun-
tuación. 
Los métodos numéricos ofrecen la ventaja respecto 
a los morfológicos de una mayor exactitud, con lo que 
reducen gran parte de la subjetividad del observador 
cuando utiliza el atlas. Los atlas utilizan como unidad 
de medida la edad cronológica, lo que presupone que 
la maduración ósea tiene un ritmo propio que se acele-
ra en determinadas edades, como en la pubertad, no 
siendo igual durante todos los años de la maduración 
(47). 
El principal de los métodos numéricos es el de Tan-
ner y Whitehouse, que en 1962 publican como método 
el TW1 (47), en el que cada hueso de la mano y mu-
ñeca se clasificaban en uno de los 8 a 9 estados a los 
que se asignaba una puntuación. 
Este método fue criticado por Andersen (43) ya que 
en los últimos estadios del carpo hay grandes saltos de 
puntuación, por lo que un estadio de diferencia puede 
suponer una dificultad manifiesta para reconocerlo, de-
bido a la superposición de los núcleos y a la no estricta 
universalidad de algunos de los índices descritos. 
El método TW2 presentado en 1972 (34) es una 
versión revisada, en el que se otorgó una puntuación 
para cada centro de osificación del carpo, epífisis dis- 
tales del cubito y radio y de los dedos (falanges y me-
tacarpianos) lº, 3º y 5º, suponiendo un total de 20 
huesos. Se eliminan los centros de osificación del 2° y 
4º dedos, el pisiforme y los sesamoideos. Se puede 
abreviar el método mediante estudio de la variante CR 
(sólo los huesos del carpo a excepción del pisiforme) 
o RUS (radio, cubito y huesos cortos), en la que estu-
diamos a todos los huesos enumerados a excepción 
del carpo). 
Se ha demostrado que la puntuación RUS es más 
eficaz para la predicción de la talla adulta que la pun-
tuación de los huesos del carpo o la del TW2 de 20 
huesos. Posiblemente las diferencias entre las puntua-
ciones RUS y las de los huesos del carpo puedan re-
flejar diferencias hormonales (49). 
Todos los huesos se valoran según una escala que 
va desde la A a la I. Si no está presente el hueso se va-
lora como A. Las puntuaciones o estadios se asignan 
por comparación del hueso en estudio con las ilustra-
ciones, diagramas o descripciones que se encuentran 
en el método. Se calcula la puntuación para cada hue-
so, basándose en su presencia, forma y tamaño. La su-
ma total se expresa como edad ósea. 
Estudios sobre la fiabilidad del sistema de puntua-
ción, en que se valoraría la objetividad de la lectura 
por un mismo observador y por dos distintos, fueron 
realizados por Beunen y Cameron en 1980 (35) y 
Wenzel y Melsen en 1982 (50) demostrando que un 
mismo observador otorgaría la misma puntuación en 
el 90% de los casos y dos observadores distintos coin-
cidirían en el 75 a 85% de los casos. 
Sánchez Villares (51) dice que comparando el mé-
todo de TW con el de Greulich y Pyle, el error tras re-
petir la lectura el mismo observador (error intraobser-
vador) es menor en el método TW mientras que el 
error interobservador (analizar un número de radio-
grafías por varios observadores) es superior en este 
método. 
Las diferencias entre la parte derecha e izquierda de 
la anatomía son mínimas a menos que exista alguna 
patología local (52). 
Indicaciones de valoración de la edad ósea en 
Medicina del Deporte 
Generalmente la valoración de la maduración 
ósea en Medicina del Deporte se ha realizado con 
los atlas de Tanner (RUS), aunque también es con-
veniente realizar el estudio con el atlas de Greulich 
y Pyle ya que ambos expresan edades óseas diferen-
tes (46, 53, 54). 
Las situaciones en las que a nosotros nos puede in-
teresar su realización son: 
59 
Selección 7 (3):160-168, 1998 S. García de la Rubia y cols. 
 
1. Conocer el estado actual de maduración del niño 
deportista a fin de adecuar las cargas de entrenamiento 
con arreglo a su grado de maduración, de tal forma 
que no quememos etapas, o por el contrario quedarnos 
cortos en las mismas. 
2. Detección del talento deportivo. Valorar las mar 
cas o logros deportivos del niño en el justo valor que 
su maduración determine. 
3. Predicción de talla definitiva con lo que podre 
mos aconsejar sobre los deportes más adecuados a sus 
características antropométricas. 
4. Personalización de las pautas de tratamiento en 
aquellos jóvenes deportistas con problemas ortopédi- 
cos como cifosis de Scheuermann, escoliosis, disme- 
tría de miembros inferiores, osteonecrosis de creci- 
miento, o cortedad de la musculatura isquiosural para 
que la terapia obtenga el máximo resultado pero con 
la menor interacción con los entrenamientos. 
Población de referencia 
Debido a las características particulares de cada po-
blación, que se ve influenciada por factores medioam-
bientales (étnicos, sociales y económicos), se nos 
plantea el problema de utilizar estándares de madura-
ción ósea lo más próximos al medio en que habita-
mos, por lo que será importante acomodar las tablas 
que utilicemos a estándares similares a las característi-
cas de nuestra población. Diversos estudios se han 
efectuado en España, así Sarria y cois (53) en el estu-
dio en Aragón, Rodríguez y cois (55) en niños de Na-
varra, Hernández y cois (56) en niños del País Vasco y 
nuestro grupo para niños de Murcia (57). 
En nuestra población de Murcia las diferencias en 
la valoración de la edad ósea son manifiestas. Así, 
comparando la edad cronológica con la edad ósea ob-
tenida por el método de Greulich y Pyle, ésta siempre 
está más avanzada en los niños, no siendo superior a 
los doce meses entre los 6 y 13 años de edad. En las 
niñas ocurre algo similar, aunque la cuantía del ade-
lanto es algo menor entre los 11 y 13 años, existiendo 
incluso una inversión entre los 7 y 8 años. La edad 
RUS siempre está adelantada respecto a la cronológica 
tanto en niños como en niñas (57). 
Ejemplos de aplicación a la Medicina del Deporte 
Aplicando al medio deportivo lo referido anterior-
mente vamos a presentar tres ejemplos ilustrativos: El 
primero, se refiere a una niña con una edad de 10,6 
años que practica la gimnasia rítmica; a la que se le 
realiza un reconocimiento médico-deportivo y estudio 
de la edad ósea por el método de Grulich y Pyle y el 
de Tanner (RUS), junto a una predicción de su talla 
definitiva (Tabla I), repitiéndose un año después. 
Podemos apreciar que en 12 meses ha sufrido una 
notable aceleración en su proceso de maduración, al 
avanzar su edad ósea en 2,3 años con el método de G-
P y 2,6 años con el TW2-RUS, por lo que ha dismi-
nuido su predicción de talla definitiva en 4,4 cm. Esto 
 
E. Cron: (Edad cronológica); E.Gr-Py: (Edad según atlas Greulich y 
Pyle); E. Rus: (Edad según método RUS); Pr. Talla TWMark II: (Pre-
dicción de la talla según el método TW Mark II); H. Sem: (Horas a la 
semana); A. Ent.: (Años de entrenamiento). 
 
Fig. 1. Radiografía de la mano izquierda de la niña con edad 
cronológica de 10,6 años y con edad ósea por G-P de 11,3 
años (Tabla I). 
60 
Valoración de la edad ósea. Su importancia en 
Medicina del Deporte 7 (3): 160-168,1998 Selección 
 
 
F¿g. 2. Radiografía de la mano izquierda de la misma niña del 
ejemplo pero con edad cronológicade 11,6 años. Ahora la 
edad ósea es de 13,6 años (Tabla I). 
indica que esta niña no sigue el típico patrón de enlen-
tecimiento del crecimiento propio de las gimnastas rít-
micas que recuperarán años más tarde, sino que va 
adelantada respecto a sus compañeras por lo que cada 
año será más baja que el resto de las componentes del 
equipo. El estudio de la edad ósea ha permitido dar 
una adecuada información deportiva en esta gimnasta, 
ya que su mayor maduración supone un inconveniente 
para esta disciplina. 
El segundo ejemplo hace referencia a dos niñas na-
dadoras en la categoría de infantil de primer año, am-
bas campeonas regionales en sus respectivas pruebas, 
del mismo club y que siguen un entrenamiento similar 
(Tabla II). 
Se aprecia que ambas presentan una edad cronoló-
gica similar. La edad ósea presenta una diferencia de 
3,2 años según el método de Greulich y Pyle y de 3,7 
años según el método TW2-RUS, por lo que estaría-
mos ante una posible sobrevaloración de D.O.G ya 
que está muy cerca de su máxima talla definitiva, y 
 
F. Rec: (fecha reconocimiento); E. Cron: (Edad cronológica); E.Gr-Py: 
(Edad según atlas Greulich y Pyle); E. Rus: (Edad según método RUS); 
Pr. Talla TWMark II: (Predicción de la talla según el método TW Mark 
II); H. Sem: (Horas a la semana); A. Ent.: (Años de entrenamiento). 
 
Fig. 3. Radiografía de la mano izquierda de D.O.G. con edad 
ósea de 12,7 años (Tabla II). 
por el contrario, la nadadora con un verdadero talento 
deportivo es M.H.L, a pesar de tener una marca algo 
inferior, ya que presenta un notable retraso es su desa-
rrollo y las previsiones apuntan a que le falta casi 20 
cm por crecer, por lo que es esperable que sus marcas 
mejoren notablemente con el desarrollo. 
El tercer ejemplo es un ciclista de 14,8 años, con 
muy buena proyección deportiva al que se le detecta 
tras el Reconocimiento Médico-Deportivo una esco- 
61 
Selección 7 (3): 160-168,1998 
 
S. García de la Rubia y cols. 
 
 
Fig. 4. Radiografía de la mano izquierda de M.H.L con edad 
ósea de 9,5 años (Tabla II). 
liosis lumbar. En el estudio radiográfico se evidencia 
un inicio de estructuración y una curva de 23° Cobb. 
El problema que nos plantea este caso es si se reduce 
su entrenamiento, sobre todo con bicicleta, y se aplica 
un corsé entre otras medidas, o si esperamos para apli-
car el corsé. El estudio de la edad ósea nos orienta 
porque al existir un notable adelantamiento (16,9 
años), ya no existe prácticamente probabilidad de pro-
gresión, por lo que no precisa el corsé. Si, por el con-
trario, hubiese estado claramente retrasado (Ej: 12,7 
años) su posibildad de agravación sería notable por lo 
que sí precisaría un más exhaustivo seguimiento y tra-
tamiento ortésico y reducción de su entrenamiento. 
Estos interrogantes ahora planteados son solamente 
una muestra para reseñar la importancia del segui-
miento madurativo de los niños deportistas, del que en 
una gran parte, el médico del deporte es responsable. 
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https://www.researchgate.net/publication/242513255
	Métodos de valoración de la edad ósea

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