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SER VICIO AGRICOLA Y GANADERO
División Protección Agrícola y Forestal
Programa Moscas de la Fruta
LAS MOSCAS DE LAS FRUTAS
DORA VOLOSkY Y.
Ingeniero Agrónomo
SANTIAGO ‑ CHILE
2
Edición:
Programa Moscas de la Fruta.
División Protección Agrícola y Forestal.
SAG
Diseño:
Unidad Comunicación y Prensa.
SAG
Imagen de portada: Macho estéril de Mosca del Mediterráneo, 
producido en el CPIE – Valle de LLuta, Arica.
Primera Edición: Prensas de la Universidad de Chile, 1935
Segunda Edición: Servicio Agrícola y Ganadero, septiembre de 2010.
Tiraje: 20 ejemplares.
3
PRESENTACIÓN
 l problema de las moscas de la fruta de importancia económica y en particular 
de la mosca del Mediterráneo no es nuevo para nuestro país ya que se detectó por 
primera vez en el oasis de Pica en el año 1963. Desde aquel año, se han sucedido 
varias entradas de la plaga a Chile y siempre, en cada caso, se ha sido exitoso en erra‑
dicarla, manteniendo al país libre de estos dañinos tephritidos para la fruticultura.
Al reeditar el presente trabajo titulado “Las Moscas de la Fruta” que data del año 
1935, es decir, 75 años atrás, hemos querido reafirmar la preocupación que desde 
siempre han manifestado entomólogos y colegas profesionales del agro sobre el pe‑
ligro latente de la posibilidad del establecimiento de la plaga en forma permanente 
en el territorio nacional.
Es muy interesante y entretenido a su vez leer el presente trabajo reeditado ya que 
relata en forma visionaria qué se debe hacer para mantener a Chile como un oasis, 
aislado frente a la constante presión biológica desde otros países, en donde ya esta‑
ba la plaga y las posibles pérdidas que esto produciría en la agricultura nacional.
Los colegas, técnicos y público en general podrán apreciar en este trabajo, de revi‑
sión bibliográfica de hace 75 años atrás, que en lo esencial no ha cambiado la “lucha” 
contra la mosca del Mediterráneo; han variado la técnica, los productos, la vigilan‑
cia, su detección, etc., pero en lo primordial se trata de romper su ciclo biológico y 
aplicar medidas cuarentenarias. 
División Protección Agrícola y Forestal
Programa Moscas de la Fruta
Agosto 2010
E
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5
INDICE
Presentación 3
Introducción 7
 Generalidades 9
Anastrepha fraterculus. Wiedmann. Mosca antillana o sudamericana. 11
 Distribución 11
 Morfología 11
 Biografía 12
 Frutas huéspedes 16
 Inportancia 16
 Control 17
 Campaña de erradicación 19
 Destrucción biológica 20
 Acción de los agentes climatéricos 20
 Defensa legal 21
 La Anastrefa fraterculus en Chile 23
 Resumen del Decreto No12 25
 Campaña de erradicación en Chile 29
 Cálculo económico para una Campaña de Erradicación 33
 de la mosca en Azapa
 Crítica del Decreto No12 34
Anastrepha ludens. Loew o Trypeta ludens. Mosca mexicana de la fruta. 35
 Distribución 35
 Morfología 36
 Biografía 38
 Frutas huéspedes 40
 Importancia 41
 Control 42
 Defensa legal 43
 Otras especies del Género Anastrepha 44 
Ceratitis capitata, Wied. La mosca del Mediterráneo. 45
 Distribución 45
 Morfología 46
 Biografía 46
 Plantas huéspedes 49
 Importancia 51
6
 Control 52
 Agentes físicos 55
 Destrucción biológica 56
 Defensa legal 57
 Breve comentario sobre esta legislación 64
Dacus oleae. Mosca de la aceituna. 65
 Distribución 65
 Morfología 65
 Biografía 66
 Importancia 67
 Control 68
 Parásitos 70
 Dacus tsunconis. Miyake 71
 Dacus pectoralis. Wek. 72
Rhagoletis cingulata. Loew. Mosca de la cereza. 73
 Morfología 73
 Biografía 74
 Control 74
 Defensa legal 75
Rhagoletis pomonella. Walsh. Mosca de la manzana. 76
 Morfología 76
 Biografía 76
 Control 77
Rhagoletis juglandis. Cress. Mosca de la cáscara de la nuez. 78
Bractocera cucurbitae. Coq. Mosca del melón. 79
 Distribución 79
 Morfología 79
 Biografía 80
 Plantas huéspedes 80
 Importancia 81
 Control 83
Otros Tripetidos 84
 Epochra canadensis, Loew. Mosca del grosellero. 84
 Toxotrypana curvicauda. Gerst. Mosca de la papaya. 85
Resumen 86
Referencias 89
7
INTRODUCCION
 rica es un puerto libre: actualmente Chile, Perú y Bolivia hacen su comercio 
por él. Está rodeado de desiertos que se continúan unos a otros. Dispersos en estos 
desiertos se encuentran oficinas salitreras, donde se agrupan los obreros con sus fa‑
milias. Alejados por miles de kilómetros de la región agrícola del sur, no encuentran 
vegetación alguna sino al acercarse á los pequeuios oasis de Arica, LIuta y Pica.
Actualmente, la fruta del valle de Azapa es atacada por una plaga desagradable: 
larvas que se adueñan de su pulpa, la deshacen, la llenan de galerías, hasta llevarla 
a un estado de putrefacción que la hace incomible, botándola por último del árbol. 
La causante es la Anastrepha fraterculus, una de la moscas de la fruta y la, “única” 
establecida en Chile.
Cierto que para nuestro país no es una gran pérdida econó mica la destrucción de 
las guayabas (Psidium guayaba), naran jas, peras, sandías y toda las demás frutas y 
verduras que se en cuentran en el oasis de Azapa. Es una extensión muy pequeña.
Pero el gran peligro se presenta en la frutas provenientes de este foco de infesta‑
ción o que so1amente pasan por él, llegan a la región fruticola del sur ,y la mosca 
atraviesa el paralelo 29, para llegar a los valles de: Huasco y Elqui, famosísimos por 
su fruta seca (pasas; higos, huesillos descarozados, damascos); ataque a las frutas 
tempranas de los valles de Coquimbo, y Aconcagua; a los olivos que se diseñan en la 
costa de Valparaiso; a las hermosas naranjas, uvas, peras, duraznos, paltas, ciruelas, 
de la región. central; o al centro de producción de manzanas que se encuentran de 
Concepción al Sur.
Nuestra fruta está en condiciones espléndidas de sanidad, calidad, tamaño, presen‑
tación, de modo que todos los mercados abren ampliamente sus puertas a nuestra 
exportación, pero, bastaría que esa pequeñísima mosca hiciese su aparición para 
que esas grandes puertas se cerrasen de golpe, porque en todas partes temen una 
introducción por cualquier rendijita. M. Es trada (1923) decía: Cuando en una zona 
aparece la mosca de la fruta, el cultivo comercial es imposible”.
 
A
8
Chile es uno de los países más limpios de plagas en su agricultura, debido especial‑
mente a sus condiciones geográficas, ya la severa vigilancia del Servicio de Sanidad 
Vegetal, en la inspección de todo producto vegetal que llega al país.
Toda medida que se tome, para evitar el establecimiento de las “moscas de la fruta”, 
debe ser preventiva, porque una vez establecida, es muy, difícil defenderse y des‑
prenderse de ella. 
Aunque muchos países reclaman por las medidas demasía do, estrictas estábleci‑
das para impedir la introducción de la mos ca, ellas deben continuar. Chile podría 
abastecerse á sí mismoccon toda. clase de frutas gracias a los más variados climas 
que sé encuentran en su largo territorio; luego, si los productos que se importan no 
presentan todas las garantías de sanidad, no deben ser aceptados.
Es cierto que esta medida puede traer represalias de los países afectados, para con 
la fruta que nosotros enviamos a ellos, pero todo país que se ve libre de uaa plaga 
tan aplastante, se defiende de,igual modo. Por ejemplo. Estados Unidos se defiende 
contra uno de sus, propios estados e lde Florida, o contra un país extranjero: Méjico, 
dictando las cuarentenas más estrictas al tener conocimiento de la existencia de la 
Ceratitis capitata en Florida y de la Anastrepha ludens en México.
Perú ha comprendido nuestra actitud, según lo escribe klinge (1923) en la revis‑
ta “Vida Agrícola”: El gobierno de Chile toma medidas para impedir la entrada de 
la mosca de la fruta. Chile tiene una, industria frutícola muy importante y tiene la 
suerte de verse libré de la Mosca del Mediterráneo y de la Antillana.Aunque la prohi‑
bición de lá importación de frutas es una medida que va en contra nuestra, es muy 
justa, ya que en la mayoría de nuestros valles costanerosse ha establecido lá mosca 
del género Anastrepha.
Así como es muy fácil el establecimiento (de cualquiera Mosca de la Fruta, ya perte‑
nezca al Género Anastrepha, Ceratitis, Dacus, Rhagoietis, así también es sumamen‑
te difícil su extirpación.
La introducción de la Ceratitis en Hawai, por ejemplo, fué muy sencilla, debido a la 
transformación de Honolulo en puerto comercial situado en el medio del camino de 
San Francisco (EE.UU.) a Australia, sirve de receptor de los cargamentos que hacen 
ese trayecto durante dos semanas bajo un clima tropical que permite el rápido de‑
sarrollo de la larva que viene dentro de la fruta y que llega al estado adulto al tiempo 
de atracar al puerto de Honolulo, pasando así a tierra la mosca que se encon traba 
en Australia.
9
Su introducción a Florida (EE.UU.) se debe, según lo indicaba la comisión Coeley‑kis‑
liuk, al arrastre de la mosca adul ta, por el gran ciclón de 1928, desde las islas de 
Puerto Rico y Bermudas.
La mosca puede ser arrastrada por los vientos, transpor tada en las frutas, puede ve‑
nir en cualquier rincón de las cajas de embalaje, escondidas las pupas en cualquier 
parte del piso de las bodega de los trenes, vapores, en la tierra que acompa ña a 
cualquier planta.
Las pérdidas que ocasionan estas moscas, no se refieren so lamente a la destrucción 
de las cosechas sino al gran peligro del cierre de los mercados extranjeros. Hay, que 
agregar a éste los gastos que trae al Estado una campaña de erradicación.
GENERALIDADES
Las Moscas de las Frutas, pertenecen a la Familia Trypetidae, que se caracteriza por 
tener las alas manchadas; se ali mentan de jugos azucarados, que sacan de los frutos: 
la hem bra posee un ovopositor aguzado con el que atraviesa la cascara, de la fruta, 
para depositar los huevos a cierta distancia de la superficie. Las larvas de los Trypé‑
tidos se caracterizan por sus espiráculos posteriores que presentan seis estructuras 
de forma oval, dispuestos en dos grupos opuestos en forma de medialuna, con tres 
manchitas café. Estos espirácu!os se encuentran en la: superficie y no al extremo 
de un pedúnculo,como sucede en la mayoría de las larvas de los demás Dipteros 
(Quayle, 1929).
3. N. del E.: Ciudad de Los Andes, V Región de Chile.
10
11
Anastrepha fraterculus. Wiedmann
MOSCA ANTILLANA O SUDAMERICANA
De las veinte especies del Género Anastrepha tienen im portancia económica sola‑
mente las: Anastrepha fraterculus y la Anastrepha ludens.
La clasificación de este género ha variado desde 1830 en que Wiedmann las deno‑
mina “Dacus fraferculus”; Maquart y Walker (1849) las llaman: “Tophritis”, “Trypeta”, 
“Leptoxis” y “Utophora”. En 1873 Loew las denomina “Aerotoxa”, pero en 1868, Schi‑
ner había creado el género “Anastrepha”, nombre que se ha adoptado, aunque en 
1874 las vuelve a clasificar Weyenb como “Anthomya persicorum”.
DISTRIBUCION
La Anastrepha fraterculus se encuentra en los países tro picales y sub tropicales de la 
América Central y del Sur: Mé xico, Puerto Rico, Cuba, Colombia, Venezuela, Ecuador, 
Las Guayanas, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia (Camacho) (1930), Perú (en los valles 
del departamento de Lima, de lca y en los valles de la Costa en Tacna. Moquegua, 
departamento del sur, ha sido declarado “Zona libre de la mosca de la fruta”); Ar‑
gentina (en la zona noroeste, en las provincias de Buenos Aires, Mendoza, Córdova, 
Tucumán, donde la llaman “gusano de la fruta, gusano de la naranja del durazno”, en 
Salta y Ju juy) ; y en Azapa (Chile)
MORFOLOGIA
El adulto es un díptero de color amarillo anaranjado herrumbroso, La hembra tiene 
de 8 a 10 milímetros de largo y un ancho con las alas extendidas de 17 a 20 milíme‑
tros, el macho es de menores proporciones: 7 a 9 milímetros de largo.
La cabeza es de un color amarillo rojizo, con la frente de un amarillo mis intenso. 
Las antenas amarillas son casi del largo de la cara, presentan una pubescencia muy 
corta y delicada. Los ojos son grandes, hermosos, de color verde, con reflejos pur‑
pireos‑violáceos. Proboscis y palpes labiales amarillos, bas tante anchos. Labios algo 
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prolongados para, la succión. 
El tórax es de un color amarillo arcilloso, atravesado longi tudinalmente por tres fajas 
blanquizcas indistintas.
Las alas son largas y hialinas, con una faja costal en la ba se, una faja en forma de “S” 
y otra en forma de “V”, de un, bello color a herrumbre y en algunas partes obscureci‑
das de negro. La faja basal ocupa un ancho desde la costa hasta la cuarta ve na lon‑
gitudinal. La faja en “S” empieza detrás de la segunda célula basal para ir a reunirse 
con el borde costal, tocando un poca la faja costal hasta la extremidad del ala. La faja 
en “V” comienza y termina en el borde posterior del ala, su vértice alcanza a tocar a 
la tercera vena longitudinal.
El abdomen es amarillo rojizo. El oviducto de la hembra tiene forma cónica, es de 
dos milímetros de largo, algo ennegre cido en su extremidad.
Los huevos son blanquizcos, delgados, fusiformes, un poco acanalado, de un milí‑
metro de largo.
La larva, es en un principio de color blanco o amarillento según el pigmento de la 
fruta mesonera, adquiriendo más ade lante un tinte cada vez más obscuro Llega has‑
ta 1 centímetro de largo. La extremidad cefálica es acuminada y puntiaguda. El seg‑
mento de la cabeza es negruzco. Las placas espiraculares son visibles y presentan un 
color café claro característico. Los segmentos del cuerpo son marcados, aunque con 
la tensión de la piel desaparecen. Extremidad caudal larga y trunca de 2 milímetros 
de grueso.
La pupa es de forma de un barrilito de 3 a 5 milímetros de largo y de 2 a 2,5 milí‑
metros de ancho, redondeado hacia los extremos con la extremidad caudal más 
pronunciada. En un principio es de color ligeramente moreno y se va obscureciendo 
hasta el moreno rojizo obscuro o moreno chocolate.
BIOGRAFIA
El ciclo evolutivo de este insecto se inicia con la postura del huevo por la hembra. 
Después de 9 a 12 días que ella ha abando nado su crisálida, vuela entre los árboles 
frutales en busca de un huésped adecuado, explora la superficie de la fruta con un 
vuelo lento, al detenerse pliega un ala primero y después la otra (Elgueta, 1930). 
Elegido el punto, clava su ovopositor en ángulo recto, el abdomen permanece hori‑
zontal y el ovopósi tor doblado, apenas tocando la superficie, después con la ayu da 
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de los estiletes lo hunde en la cáscara de la fruta. Este pro ceso demora de 30 segun‑
dos a 1,5 minutos, descansa unos tres minutos y vuelve a clavar su aviscapto ya sea 
en la misma fruta o en otra, o varias moscas pueden atacar una sola fruta, de jando 
en la corteza las cicatrice de los estiletes. En cada nido colocan de uno a tres huevos 
blanquecinos, alargados, de 1 mi límetro de longitud a una distancia de 1 milímetro 
de la super ficie del fruto. Según observaciones en Azapa, la postura se efectúa en la 
mañana (Elgueta, 1930).
El período de incubación del huevo es de dos a cuatro días, pero bajo condiciones 
desfavorables, como ser una fruta verde puede tardar hasta un mes.
La larva vive como término medio tres semanas, período que puede alargarse o 
acortarse según sean las condiciones del medio ambiente: en invierno evoluciona 
en veinte a treinta días, en verano en doce a quince días
Las larvas que se encuentran al nacer cerca de la superfi cie, se dirijen a la pulpa del 
fruto haciendo galerías, destruyen do sus tejidos, formando en el interior una masa lí‑
quida (espe cialmente en los citrus) que luego entra en descomposición. En la mayoría 
de los casos de ataques por otras larvas, la pulpa no entra en putrefacción, solamente 
es atravesada de galerías, pero en el caso de las larvas de las Moscas de las frutas, la 
pulpa se descompone. Para explicar este fenómeno, se deberla suponer, la introduc‑
ción simultánea de algún hongo o bacterio, como lo explica el Dr. Graf, tal vez se debe 
a alguna diástasa secretada por las larvas de lasmoscas, y que disuelven los tejidos.
Es curioso notar, que las larvas generalmente inician sus galerías en la epidermis, 
por uno de los extremos de la frutar del cáliz o del pecíolo, de aquí se dirigen por el 
eje central a la parte carnosa, comienza la putrefacción de ésta y se comunica al eje 
central. Se debilita entonces la comunicación entre la fruta y la planta, como conse‑
cuencia el fruto cae.
Si la fruta no cae, aunque presente signos evidentes de putrefacción, indica que el 
eje central no ha sido dañado: la larva ha iniciado sus ataques por los lados de la 
fruta. En cam bio frutas con una pequeña porción descompuesta o que sólo mues‑
tran un poco de carie en la extremidad del pecíolo, o en la extremidad umbilical 
(naranjas navel), caen irremediable mente.
Las larvas necesitan aire en el interior de la fruta, al prin cipio tienen el suficiente, 
pero al llegar, al final de su desarrollo necesitan renovarlo, para lo cual perforan una 
nueva galleria hacia la cáscara, respiran y vuelven a alimentarse al interior por la 
misma galería que subieron o una nueva que parte del mismo punto.
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En muy raras ocasiones se ven frutos atacados, sin ninguna perforación en la cásca‑
ra, y en el interior se encuentran las lar vas muertas, debido a la retención de gases 
producidos por la descomposición de la pulpa. El medio putrefacto no molesta al 
desarrollo de la larva siempre que los gases tengan salida a la atmósfera.
Una vez caída la fruta, la larva la abandona y se dirige a tierra para crisalidar a una 
profundidad de 0,5 a 1 ó a 5 centí metros en los suelos más sueltos, aunque muchas, 
veces crisa lidan bajo el fruto caído o bajo cualquier objeto protector en los pisos de 
las cajas de embalaje, o en las mismas cajas de emla laje, etc.
En la última hora de transformación de pupa, la larva que da en reposo en el lugar 
escogido; la cubierta de su cuerpo se alisa se pone opaca, los extremos se enjutan 
dando al conjun to una forma oval, aumenta el diámetro del cuerpo, el color tostado 
sigue intensificándose, llega al pardo claro, que ,se obs curece cada vez más.
Si la crisálida se encuentra en su clima seco, las pupas se secan. La humedad am‑
biente favorece su evolución.
La emergencia del adulto puede efectuarse a los veinticinco a treinta días en invier‑
no, y a los doce a veinticinco días en ve rano. El color pardo obscuro indica su madu‑
rez. La crisálida es muy sensible al calor y no soporta una temperatura de 43o C. al ser 
expuesta a ella durante una hora.
Rompiendo longitudinalmente el extremo anterior del ca pullo, emerge la mosca 
adulta de la Anastrepha fraterculus. A veces deja una hendidura, y otras, rompe por 
completo la extremidad del capullo. A pesar de su cuerpo, blando puede abrirse 
camino entre las grietas y cavidades del suelo hasta salir al aire. Durante la primera 
hora de vida la mosca trata de com ponerse y extender sus alas, si falta la humedad, 
también las alas pueden quedar recogidas, dejando a la mosca inválida y como con‑
secuencia inmediata, su muerte.
Una vez extendidas las alas y habiendo adquirido su coloca ción normal, queda en 
reposo una hora o más. Enseguida vuela al árbol más cercano en busca de alimento 
azucarado, que saca de las frutas
La fecundación de la hembra se efectúa a los cuatro días de haber dejado la crisá‑
lida (Loew, 1927). M. Estrada (1923) dice: “La hembra es fecundada al segundo día, 
es capaz de poner algunos huevos al tercer día, pero el desovo principal se efectúa del 
séptimo al octavo día”.
15
La hembra prefiere los frutos maduros y de cáscara fina para colocar sus huevos, 
pero si no los encuentra, los deposita en las frutas verdes, o en los de cáscara gruesa, 
prolongándose entonces el período de evolución. En las regiones donde se ten ga 
duraznos, peras, guindos, damascos o cualquiera fruta de cáscara delgada, no ataca‑
rá a las frutas cítricas, o sólo lo hará cuando las primeras se. acaben. Siempre escoge 
las frutas más sanas y más grandes para desovar, por ejemplo, nunca atacará a una 
naranja enferma de Antracnosis, o atacada por cualquier otro hongo.
La duración de la vida de la mosca depende d e las condi ciones climatéricas y de la 
abundancia de alimentos. Son ellos los factores directos de su aumento o disminu‑
ción; Conservada en laboratorio vive veinticinco a treinta y tres días; sin alimen to 
muere a los tres o seis días; normalmente vive tres meses, alcanzando a poner de 
quinientos a ochocientos huevos. Muchas moscas han alcanzado a vivir hasta tres‑
cientos días.
Cada generación necesita un máximo de noventa días para desarrollarse, alcanzan‑
do a producirse cuatro generaciones por año. Si las frutas existen durante todo el 
año, la plaga aumen tará cada vez más, en cambio, si las estaciones son marcadas y 
no permiten mantener frutas en el invierno, el control será más fácil.
Con los primeros calores de primavera, aparecen las mos cas adultas que han logrado 
pasar el invierno, o las que recién abandonan la pupa. Inician su actividad poniendo 
sus huevos en los damascos y demás frutas tempranas. Como estas frutas en esta épo‑
ca están aún muy verdes, pues no alcanzan ni a la mitad de su desarrollo, no permiten 
la fácil evolución de la lar va, ya que ella necesita un medio ambiente blando y de fácil 
putrefacción. Estos frutos verdes al ser atacados por las moscas, se secan matando en 
su interior a las larvas. Las larvas que lo gran desarrollarse en los frutos más maduros, 
evolucionan rá pidamente hasta formar las moscas que originarán la segunda gene‑
ración. Ya los frutos han avanzado en su madurez, pues, aunque verdes y firmes, han 
perdido en parte el carácter duro, seco y astringente; ya está algo dulce a las 2 o 3 
semanas antes de madurar. La larva se encuentra en espléndidas condiciones.
Se alimenta de la pulpa y la parte de ella que no come, la corrompe, formándose un 
camino de podredumbre que la lleva hasta el centro del durazno. Esta fruta comien‑
za a colorearse, semejando en todo una fruta normal; pero se puede observar en la 
cáscara unas picaduras del tamaño de la punta de un alfile que las larvas han dejado 
para respirar. Bajo la presión de los dedos la fruta es blanda. Si se parte la fruta pre‑
senta una masa putrefacta, por donde circulan de 3 a 30 y más larvas blanquecinas. 
Cuando llega a este estado interno, la fruta madura prematuramente y cae. La fruta 
normal recién comienza a madurar.
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En 3 semanas se ha desarrollado la segunda generación y las nuevas moscas que 
aparecen si no encuentran duraznos visitarán las chirimoyas, guayabas; mas tarde a 
los kakes; en Otoño e Invierno atacarán a las frutas cítricas, ya que son las únicas que 
se producen en esa época.
Debido a la baja temperatura reinante de esta estación, la evolución es más lenta 
la larva demora de 15 a 28 días; él desarrollo completo se efectúa de 35 a 55 días 
y aumenta este periódo mientras más baja sea la temperatura, hasta que las larvas 
y crisálidas quedan en estado latente. Las moscas sigue alimentándose en los días 
que se presentan más calurosos, sobreviviendo a temperaturas de 7o C, bajo 0. Mu‑
chascaen heladas en la noche. 
 
Así, con la mosca que atraviesa la estación fría y que va a buscar los primeros damas‑
cos de la primavera, se cierra el ciclo anual de esta plaga.
FRUTAS HUESPEDES
Se puede decir que son muy pocas las frutas, ya sean sil vestre o cultivadas, inmunes 
al ataque de la Anaslrepha fra terculus. Prefiere a la de cáscara delgada que puede 
atravesar fácilmente con su taladro.
Entre las frutas huéspedes se puede indicar, las siguientes: durazno, ciruela, naranja, 
pomelo, mandarina, chirimoya, uva, sandía, chañar, membrillo, guayabas, mangos, 
peras, higos, ka kis, café, palta, níspero. El plátano maduro es atacado, pero no el 
verde. Sobre los tomates no se tiene seguridad. En la cascara de los limones se en‑
cuentran picaduras de la mosca, Pero nún ca se han encontrado larvas enla pulpa. La 
aceituna no se sabe con seguridad si es atacada o no; el Dr. Graf vió muchas moscas 
en los olivos de Azapa, tratando de poner sus huevos en las aceitunas (1932).
En los lugares en que se acaba la fruta de cáscara delgada, las de cáscara gruesa se‑
rán fuertemente atacadas, como sucedió con los citrus en el norte de Argentina.
IMPORTANCIA
Cuando en una región aparece la Anatrepha fraterculus, es necesario abrir una 
cuenta a pérdida. Su larva pequeñísima ha causado daños enormes: no sólo destru‑
ye una sola clase de fruta sino que está ligada a todas las demás frutas que existen 
en la misnia época y a las que vienen enseguida, causan así la destrucción de cose‑
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chas sucesivas. En el Perú, en un año, ha causado una pérdida de cerca de los dos 
millones de soles, con la perspectiva de un aumento.
En Tucumán (Argentina) se perdió el 50% de la cosecha de naranjas de 1928.
Por lo demás el porcentaje de cosecha perdida, por la acción de las larvas, es un 
detalle en comparación con las pérdidas clue ocasionan las cuarentenas y prohibi‑
ciones dictadas contra los productos provenientes de una zona infestada.
CONTROL
La posición estratégica de nuestro enemigo en cada una de sus faces evolutivas es 
la siguiente: la larva y el huevo es condidos en la pulpa de la fruta; la crisálida bajo 
tierra; la mos ca revolotea entre los frutos, para chupar el jugo azucarado o para de‑
positar sus huevos.
La mosca adulta, no causa danos directos, pero debemos combatirla por ser la pro‑
genitora de la especie: Por su gran fecundidad, cada mosca es capaz de infestar un 
término medio de cien frutas.
Se aprovecha su preferencia por los jugos azucarados para atacarla mediante pul‑
verizaciones con soluciones dulces enve nenadas. No se puede, fijar la fecha en que 
se debe hacer cada pulverización, ya que cada especie de fruta tiene su período 
de crecimiento en general se puede indicar así: En los frutos de cáscara delgada, la 
hembra coloca sus huevos en aquella fruta que se encuentra a dos o tres semanas 
de su madurez normal. Si el fruto está verde no hay que temer, ya que la larva no 
podrá desarrollarse. En los citrus inicia la postura en los meses de Abril adelante. Se 
aprovecha los ocho a diez días antes de la postura, en que ella se dedica a alimentar‑
se, para hacer las pulverizacíones.
Las substancias venenosas Más usadas para matar a la mosca son las sales arsenica‑
les y el carbonato de cobre.
Según lo informa la comisión Cooley‑kisliuk, el carbonato de cobre fue casúalmente 
descubierto; algunas moscas que se encontraban aprisionadas tras una rejilla de 
cobre, morían al lamer la rejilla; se hizo un análisis y se vió que las enzimas que se‑
creta la parte esponjosa de los órganos bucales inferiores transforman al cobre en 
carbonato de cobre.
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Una fórmula empleada en el Perú es la siguiente:
 Azúcar moscovada 160 gramos
 Melaza de caña ordinaria 250 cc.
 Carbonato de cobre 50 gramos
 Agua * litros
Fórmulas a base de sales arsenicales:
En Argentina:
 Miel 40 partes
 Melaza 40 partes
 Arsenito de sodio 2 partes
 Agua esterilizada18 partes
 La mezcla se disuelve en diez veces su cantidad de agua.
J. Liebernian (1931):
 Arseniato de plomo 300 gramos
 Azúcar, melaza, miel 5 kilógramos
 Agua 100 litros
 Las pulverizaciones se hacen en primavera, cada quince días o cada tres 
 semanas.
En Méjico, Loew (1927):
 Arseniato de plomo 460 gramos
 Azúcar corriente 2,700 gramos
 Agua 80 litros.
Ochenta litros de este insecticida alcanza para cien árboles y la pulverización de 
cada árbol cuesta $ 0,07. En caso de lluvia debe repetirse las pulverizaciones.
En el control de las demás moscas de las frutas, se indica otra serie de fórmulas de 
insecticidas, que también puede usarse contra la anastrepha fraterculus. Para el éxi‑
to en la des trucción de las moscas, es necesario hacer bien las pulveriza ciones: el 
insecticida debe encontrarse en cantidad convenien te, es decir que nó falte ni que 
haya en exceso; las proporciones de los ingredientes deben ser exactas; se debe usar 
una bomba pulverizadora; en caso de lluvia debe repetirse la pulverización.
Pero en general, el uso de insecticidas para exterminar la mosca, no es suficiente si 
se trata de una región fuertemente atacada y muy amplia. En ella se obtendrá éxito 
mediante una campaña de erradicación.
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CAMPAÑA DE ERRADICACION
La “erradicación” es la elimimción completa de una pla ga, lo cual se obtiene en este 
caso, por: la supresión del alimen to al insecto en cualquier estado de evolución; por 
la supresión de los frutos en los cuales la hembrá puede depositar sus huevos; y por 
destrucción de las pupas que se encuentran bajo tierra.
La supresión de la fruta, no permite que la mosca deposite sus huevos; los huevos y 
larvas que s encuentran en su inte rior son destruidos junto con la fruta al enterrarla, 
al sumer girla en agua fría o caliente, o esterilizar la fruta por el frío o calor.
Por eso este “período libre de mesonero” debe serlo suficientemente largo para con‑
seguir la evolución completa de los últimos individuos que queden rezagados, entre 
los árboles, o las pupas que queden bajo tierra.
Durante esta época no se suprime solamente la fruta cul tivada que esté en el árbol, 
en el suelo o almacenada sino que también las frutas silvestres y aun ornamentales 
susceptibles de ser infestadas por la mosca.
El “período libre de mesonero”, no permite el manteni miento de la plaga, porque el 
insecto no encuentra los medios necesarios para mantener su vida ni para su pro‑
creación
Las larvas y los huevos, se encuentran bien defendidos bajo la cáscara y en la pulpa 
del fruto, luego las pulverizaciones vene nosas no las atacarán.
Los medios empleados para su destrucción son: medios físicos (frío y calor), o bioló‑
gicos (parásitos), o si no la destruc ción completa del fruto que los contenga.
Los primeros ensayos para destruir la larva fueron a base de gas cianhídrico, en la 
proporción de 172,5 gramos de cianuro de potasio por 3 metros cúbicos de bode‑
ga, durante dos a tres días, pero sólo mataba un pequeño número de larvas. Según 
explicación del Dr. Gragf, esta desinfección no es posible, ya que este gas tiene poco 
poder de penetración y además, por ser soluble en agua, envenena la fruta al disol‑
verse en sus jugos.
Actualmente se somete la fruta atacada por la larva, a la refrigeración, tema que 
está actualmente en estudio. En las oficinas entomológicas de los distintos países, 
se hacen conti nuos ensayos para elevar la temperatura de refrigeración y acortar el 
tiempo de permanencia en el frigorífico. Cada especie de fruto es estudiado aparte.
20
Mayor éxito que el frío, ha tenido la esterilización por el calor: se mata la larva que 
está adentro de la fruta por la acción del vapor a 46o C. durante cuatro a cinco horas. 
Así tra tada, no hay temor que quede una larva viva, ni que la fruta se dañe.
La recolección de los frutos se hará antes que la larva se transforme en crisálida, es 
decir, tres a cinco días después de la caída de la fruta. La recolección debe hacerse 
una o dos ve ces por semana. Esta fruta se destruye por el fuego, o se en tierra a 0,40 
o 0,80 metros de profundidad, se puede completar cubriéndola con una capa de cal. 
También se destruye la larva por sumersión de la fruta infestada, en agua.
DESTRUCCION BIOLOGICA
Se han encontrado unos pocos parásitos de la larva, pero ninguno del huevo. Se 
puede adaptar los mismos que parasitan la larva de la Ceratitis capitata o de la 
Anastrepha ludens, entre los cuales se puede nombrar a Opius humilis Silv., DIa‑
chasma tryoni. Cam., Diachasma Fullawayi, Tetrastichus ffardianuss, Pheidole me-
gaosphala, Diachasma crapfordi, etc. (Williard. 1927).
Para destruir la crisálida que se encuentra bajo tierra, se harán labores superficiales 
del suelo, de modo que la pupa que de a la intemperie. Si el suelo está muy infesta‑
do, se puede des truir loscapullos, con aldehído fórmico (Florida).
ACCION DE LOS AGENTES CLIMATERICOS
El factor principal en el control de esta plaga, son las con diciones climatéricas. Una 
espléndida primavera, trae una co secha abundante de frutas, de modo que, aunque 
la mosca se presente en gran número, no alcanzará a atacar todas las frutas, pero esta 
misma abundancia de alimento favorece mucho la multiplicación de la Anastrepha, 
de la cual la fruta de segunda estación será víctima segura: así, las moscas que han 
atacado los abundantes duraznos de primavera, se multiplican sobre las numerosas 
frutas de verano, hasta formarse un número enor me de moscas que van a atacar las 
únicas frutas que existen en otoño, las cítricas. Por eso las naranjas son siempre las 
más infestadas, aunque se sabe que la mosca prefiere a la fruta de cáscara fina.
Si las cosechas de verano son poco abundantes toda fruta se encontrará infestada, 
lo cual será un fracaso. Una disminu ción de la infestación se podría obtener por la re‑
ducción brusca de la fruta de primera estación, para no dar alimento a la ge neración 
hambrienta que ha pasado el invierno en espera de los primeros frutos.
21
El frío del ambiente no afecta a la Anastrepha fraterculus adulta, ya que resiste a 
menos 7o C, las larvas dentro del fruto y la crisálida bajo tierra lo resisten mejor, 
(Massini y Brethes, 1918).
La humedad favorece a la mosca, ya que las lluvias de in vierno estimulan la vejeta‑
ción, la mosca tendrá más alimento, luego, los daños serán mayores.
Altitud, no tiene ninguna influencia, ya que la mosca se encuentra tan bien en su 
mesonero al nivel del mar, como a 1.200 metros de altura.
Calor y sequía, podrían reducir la cosecha por una escasa floración o caída de la 
fruta recién formada, luego, la menor cantidad de alimento reducirá el número de 
moscas, además, mueren muchas larvas y puas, acorta el período de desovo de la 
mosca. Al año siguiente la infestación será mucho menor.
Si la temperatura de exposición a los rayos solares es superior a 37,7o C, mata a la 
larva dentro del fruto; si alcanza a salir del fruto, en cualquier punto que la toque el 
sol, la matará.
Un verano caluroso y seco disminuirá notablemente la plaga, siempre que vaya se‑
guido de un invierno riguroso con cambios bruscos de temperatura y humedad.
DEFENSA LEGAL
Todos los medios de destrucción de la plaga no tienen nin gún resultado, si no se 
efectúan en unión de los propietarios de los huertos frutales, de la zona infestada, y 
del Gobierno: El Gobierno no sólo se encarga de exterminar la plaga ya esta blecida 
en una región, sino de impedir que ella penetre a cualquie quiera otra zona, dictan‑
do cuarentenas o prohibiciones que él establece de acuerdo con las instituciones 
competentes en la materia. 
Cada país ha legislado sobre las Moscas de la Fruta.
Las principales cuarentenas contra la Anatrepha fraterculus son:
Julio de 1925, Estados Unidos declaró en cuarentena al Territorio de Puerto Rico, 
para impedir la difusión de algunos insectos perjudiciales, incluyendo la mosca 
de la fruta (Anas trpeha fraterculus).
9 de Septiembre de 1926, Brasil; Decreto 17437:
 Se prohibe la internación de toda planta o parte de ella, atacada por una enfer‑
22
medad, insecto u otro parásito, sus huevos, larvas o crisálidas.
 Toda importación de vegetales debe venir acompañada de un Certificado del 
Cónsul respectivo y revisado después por el Servicio de Sanidad Vegetal del Bra‑
sil. En caso de duda, se someterá a cuarentena.
 Si el producto importado está prohibido, será devuelto al interesado por su cuen‑
ta, o destruido después de quince días, sin derecho a reclamar indemnización. 
 El Ministro de Agricultura, Industria y Comercio deter minará cuáles son los pro‑
ductos vegetales destinados a la ali mentación o industria, medicinales o de or‑
namentación, cuya libre entrada ,no constituye ningún peligro para los cultivos 
nacionales.
6 de Febrero de 1926. Cuarentena N°56. Estados Unidos: Cumpliendo con este re‑
glamento, podrán internarse las siguientes frutas: bananas, piñas, limones, limas 
agrias, uvas de variedad europea o vinífera, y cualquier legumbre no res tringida 
por ninguna otra cuarentena, siempre que esté de acuerdo con, el Departamento 
de Agricultura, al no estar ataca da por ninguna “mosca de la fruta”.
 Podrán ser importadas de Chile y Argentina, las frutas y legumbres enumeradas, 
siempre que no vengan de los puertos del norte.
Marzo de 1931. Ley de Cuarentena del Estado de Califor nia, exige:
 I. Inspección de los artículos traídos al Estado.
 II. Comunicación de su llegada.
 III. Autorización del Inspector para permitir la introduc ción del artículo.
 IV. Desinfección.
 V. Ningún artículo puede ser retirado antes de la desinfec ción.
 VI. Marcas que necesitan los artículos en transporte.
 VII. Destrucción de las materias infestadas.
 VIII. Transporte fuera del Estado, de los artículos infes tados que se encontraron en 
la inspección.
 IX. Transporte de artículos que pasan por el Estado.
 X. Nadie podrá traer al Estado de California, ninguna fruta, legumbre o planta 
mesonera de la mosca de la familia de los Trypetidae, de ningún país, estado o 
distrito, donde un Trypetidae exista, ni aun su envase o envoltura. Su entrada será 
rechazada e inmediatamente destruida, a cuenta del dueño de esa frutas.
Cuba. Como excepción a las Leyes Cuarentenarias ge nerales, establecidas por el De‑
partamento de Sanidad Vegetal, se permite ordinariamente, previa petición de 
permiso e ins pección a su llegada, la introducción de las siguientes frutas prove‑
nientes de Chile e importadas por el puerto de Habana: ciruelas, melones, duraz‑
nos, peras, manzanas (Apuntes iné ditos. Camacho, 1930).
En 1932 se permite la introducción, a Cuba, de las siguien tes frutas chilenas: cebo‑
llas, manzanas, peras, membrillos, du raznos, damascos, noctarinos, ciruelas, uvas, 
cerezas, melo nes, siempre que vengan acompañadas de un certificado fir mado 
23
por la Autoridad oficial competente, indicando que han sido revisadas antes de 
salir y que están sanas. (P. Q. C. A. 283, 1932).
LA Anastrepha fraterculus EN CHILE 
Camacho (1929) dice: “En Chile no tenemos en la actua lidad, ninguna especie de las 
Moscas de las Frutas, y es necesa rio tomar todas las medidas aconsejadas por la expe‑
riencia, para evitar su introducción”.
En Febrero de 1930 se notificó al Servicio de Sanidad Ve getal, la existencia de una 
mosca de la fruta en el Valle de Azapa.
El entomólogo del Servicio, parte inmediatamente a esa región en comisión con‑
fidencial. A su vuelta, dió cuenta de la existencia de la Anastrepha fraterculus en 
Tacna y Azapa (El gueta, 1930).
El 10 de abril de 1930 se dirige al norte la comisión Cama cho‑Elgueta, para reunirse 
en Tacna con el entomólogo del Perú, Wille, y demostrarle la existencia de la Mosca 
de la Fru ta en Tacna y Azapa. El entomólogo peruano había negado su existencia, 
porque no había tenido ocasión de encontrar la mosca, debido a esa estación del 
año (otoño), pero se encontra ba muy bien informado sobre los caracteres de las 
Moscas de las Frutas. Así que en esta ocasión, reconoció la existencia de la Mosca de 
la Fruta en Tacna y Azapa y se firmó un acuerdo para tomar medidas sanitarias en 
común. Por parte del Perú firmó J. Wille y por Chile, C. Camacho.
Más tarde, en Septiembre de 1930, se reune la siguiente comisión: de parte del Perú, 
los Ingenieros Agrónomos: Dr. J. Wille y G. Bowden; de parte de Chile el Sr. C. Ca‑
macho (en tonces Jefe del Servicio de San. Veg.), Sr. J. P. Rojas y el señor L. Moya, 
comisión que tomó las siguientes medidas, para com batir la plaga de la Mosca de 
la Fruta:
I. Declarar zona infestada, aquella en que se ha constata do la “mosca de la fruta”.
II. Declarar “Plaga de la Agricultura” a la “Mosca de la Fruta”.
III. Continuar los estudios con el objeto de determinar cuales son las especies exis‑
tentes y su estudio biológico.IV. Enseñanza a los agricultores de los medios de cultivo más convenientes para los 
huertos fruticolas y hortícolas.
V. Destrucción de aquellas plantas silvestres que puedan servir de mesoneras a la 
mosca de la fruta.
VI. Destrucción de los árboles abandonados, cuya fruta pueda servir de mesonero a 
24
las moscas, ya que están fuera del control de su propietario.
VII. Destrucción de las frutas y productos hortícolas caí dos o atacados por la mosca, 
por cualquier medio reconocido como eficaz.
VIII. Combatir el insecto adulto en el período de abun dancia, por medio de pulveri‑
zaciones de arseniato de plomo, carbonato de cobre, o cualquier otro veneno”.
Pero estas medidas fueron luego olvidadas, pues, se encon traba la infestación en una 
zona tan alejada de la región agrí cola del país. De lo que se tuvo buen cuidado fue de 
evitar la introducción de esta plaga al sur. Se comenzó a dictar una serie de decretos 
que exigen la prohibición de la internación de pro ductos vegetales que puedan ser 
portadores de las moscas de las frutas, en qualquier estado de desarrollo.
Desde luego, la Ley de Policía Sanitaria Vegetal (Decreto Ley No177), establece en 
forma general: “La internación de plantas, sarmientos,semillas,frutas o cualquier otro 
producto vegetal, se hará únicamente por los puertos que determinen los decretos su‑
premos, y de acuerdo con los reglamentos que se dicten al respecto. 
Los mismos reglamentos dispondrán lo necesario acerca de la internación de dichos 
productos por encomiendas, paquetes, certificados y demás medios postales de envío 
y recepción.
La internación de todos los productos vegetales capaces de transportar plagas para la 
agricultura, sólo podrán hacerse por los puertos de Valparaíso, Talcahuano y los Andes, 
donde exis ten oficinas que pueden controlar estas internaciones.
Los productos que se internan, quedan sometidos la juris dicción del Servicio de Policía 
San. Veg., encargado de velar escrupulosamente para evitar la introducción de las pla‑
gas de los vegetales. En caso de estar infestados o que ofrezcan sos pecha de estarlo, po‑
drán ordenar algunas de las siguientes me didas: desinfección, cuarentena, devolución 
o destrucción.”
El Artículo 5. de esta Ley dice: “Queda prohibida la internación de toda fruta que se 
estime pueda introducir cualquiera de los insectos conocidos con el nombre vulgar de 
mosca de las fru tas”:
 Rhagolotis pomonella 
 R. cingulata 
 Contarinia pyrivora
 Epochra canadonsis
 Ortalis (Tephritis) cerasi Ceratitis capitata
 Dacus olcae
25
 Trypeta ludone (*)
 T. acidusa
 Tephritis tryoni y otros.
Un decreto fijará los casos y las clases de frutas que se es time conveniente su introduc‑
ción o prohibición”.
Desde Febrero de 1930 se inició una serie de Decretos que se van derogando uno 
al otro, para completarse. Tenemos así los decretos N°536 (14 de Febrero de 1930); 
N°1.061 (5 de Abril de 1930); N°1.592 (2 de Junio de 1930); N°1.856 (4 de Julio de 
1930), y por último, el Decreto N°12 del 4 de Septiem bre de 1930.
RESUMEN DEL DECRETO N°12
Como en este Decreto se ha corregido y agregado algunas disposiciones que no 
existían en los anteriormente indicados, haremos un resumen separado de cada 
uno de sus artículos para su mejor comprensión y enseguida, un resumen general:
ARTÍCULO l° 
Prohibe la internación al país de todo producto vegetal fresco, cualquiera que sea su 
procedencia, capaz de ser portador de las “moscas de las frutas”. Se incluye toda clase 
de frutas frescas y las siguientes verduras: tomates, berengenas, zapallos, porotos 
verdes y ají.
ARTÍCULO 2° 
Se permite la internación de las frutas frescas pro venientes del Estado de California. 
Los plátanos, piñas, cocos, dátiles, paltas, sandías y pepinos provenientes del Ecua‑
dor, del Perú y del Brasil, siempre que sean originarias de una zona declarada “libre 
de la mosca”. Las mismas provenientes de Ar gentina, siempre que provengan de la 
zona “libre de la mosca”; se prohibe la internación de sus naranjas.
ARTÍCULO 3° 
La declaración de productos provenientes de zona “libre de la mosca”, debe constar 
en el Certificado de la Au toridad Sanitaria Vegetal del país de origen. 
Este certificado debe ser en duplicado y visado por el Cónsul de Chile en el país de 
procedencia.
(*) Actualmente se llama Anastrepha ludens.Lo curioso es que no nombra a la Anatrepha fraterculus.
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ARTÍCULO 4° 
Los productos, cuya internación es permitida, podrán internarse en la siguiente for‑
ma:
I. Por los puertos de la zona de Arica a Chañaral, esta fru ta vendrá acompañada del 
Certificado de Sanidad, de modo que se acredite haber sido inspeccionada en el 
puerto de embar que y visada por el respectivo Cónsul de Chile. Debe, además, 
llevar el Vo Bo del Inspector del Servicio de Sanidad Vegetal de Arica, solamente 
después de haberse hecho la inspección en el puerto de desembarque, se permi‑
tirá su introducción.
II. Por Chañaral se internan estos productos sin otro re quisito que el que sean des‑
tinados exclusivamente al consumo de los establecimientos mineros del interior, 
en id región com prendida de Pueblo Hundido al norte.
III. Al sur de Chañaral se internarán los productos enu merados en el artículo 2.°, pero 
se prohibirá la introducción de paltas, sandías y pepinos. La internación se hará 
por los puertos habilitados de Coquimbo, Valparaíso, Los Andes, San Antonio, Tal‑
cahuano y Valdivia, previa inspección establecida por la Ley de Pol. San. Veg. y 
presentación del Certificado a que se refiere en el Artículo 3°.
ARTÍCULO 5° 
La internación de frutas frescas por el puerto de Magallanes, cualquiera que sea su 
procedencia, requiere sola mente venir acompañada del Certificado indicado en el Ar‑
tículo 3°, y deben destinarse al consumo de los departamentos de Maga llanes, Nata‑
les, Tierra del Fuego, y esta terminantemente pro hibido su reembarque al norte.
ARTÍCULO 6° 
La naranja del Ecuador podrá internarse a la zona comprendida entre Anca y Taltal, 
siempre que el Certi ficado acredite venir de una “zona libre de la mosca”.
ARTÍCULO 7° 
No tiene limitación alguna el transporte de acei tunas en salmuera, proveniente de 
Arica.
ARTÍCULOS 8 y 9 
Los productos, ya sean de Chile, Perú o Bo livia, que salgan por Anca, deberán ser 
inspeccionados en ese puerto por los funcionarios de Serv. de San. Veg., y siempre 
que se compruebe que no están infestados por las “moscas de las frutas”, podrán 
internarse a Chile, en la zona comprendida de Arica a Taltal. Estos productos son: 
aceitunas frescas o sin preparar, naranjas, tomates, papas, berengenas pimientos, 
zapallos, sandías, melones, porotos, arvejas y verduras en ge neral.
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ARTÍCULO 10. 
Queda prohibido el reembarco o transporte por ferrocarril de estos productos al sur 
de Taltal.
ARTÍCULO 11. 
Las Compañías de Vapores sólo podrán transpor tar y permitir a sus tripulantes y pa‑
sajeros que lleven única mente los productos enumerados en el Artículo 2°.
ARTÍCULO 12. 
Igual disposición para el transporte en el Ferro carril Longitudinal.
ARTÍCULO 13. 
Los buques que tengan frutas y verduras, cuya internación está prohibida, no los 
podrá mantener a bordo, si hubiera de recalar en cualquier puerto situado al sur de 
Taltal, pero si estos productos están destinados exclusivamente a la alimentación de 
la tripulación y pasajeros, podrán conservarlos, pero en recintos cerrados bajo llave, 
mientras el buque perma nezca en el puerto. En ningún caso podrán mantener: to‑
mates, mangos, chirimoyas, guayabas y otras frutas tropicales, que no estén expesa‑
mente indicadas en el Artículo 2°. Un Inspector del Serv. de San. Veg., comprobará el 
cumplimiento de esta dis posición.
ARTÍCULO 14. 
Las Compañías de Transportes marítimos o te rrestres, los comerciantes o particu‑
lares. que contravinieren las disposiciones del presente Decreto, incurrirán en las 
sancio nes establecidas en el Artículo 12 de la Ley de Fol. San Veg.En resumen el Decreto N°12, trata de impedir la interna ción de cualquiera de las 
“moscas de las frutas”, en el país. Trata con igual severidad a los productos extranje‑
ros, como a los chilenos, que puedan venir infestados.
Para los productos que son admitidos en la zona norte, lejos de la zona agrícola (al 
norte de Taltal), se exige que vengan libres de la mosca de la fruta, lo cual se acredita 
mediante un Certificado otorgado en el puerto de embarque y por la in en el puerto 
de desembarque.
En cambio, en la región al sur de Taltal, no se admite sino aquella fruta que se ha de‑
clarado inmune al ataque de las mos cas (plátano, coco, piña, dátiles), provenientes 
de regiones don de cualquiera de las moscas está establedda, o se permite la inter‑
nación de frutas y verduras de regiones donde las moscas no existen (California).
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En esta región los productos se internan por puertos ha bilitados, donde se hace la 
inspección, se inspecciona además, los productos que vengan por el Longitudinal 
Norte, por vía aérea, o cualquier otro medio de transporte.
Los cambios que habría que hacerle al Decreto N°12 se indicarán, al final de la “cam‑
paña de erradicación”.
En Febrero del presente año, nos visitó una Comisión En tomológica, enviada por 
el Ministerio de Agricultura de Esta dos Unidos, para establecer las regiones en las 
cuales se encuen tran las moscas de las frutas.
Después de recorrer Bermudas, Cuba, Puerto Rico, Gua yanas, Brasil, Uruguay, Argen‑
tina, pasó a nuestro país para seguir en seguida al Perú, Ecuador, y regresar a Estados 
Unidos.
Para hacer la inspección de nuestro país los señores Max kisliuk y C. U. Cooley ins‑
pectores de “Plant Quarantine and Control Administration” de Estados, Unidos, re‑
corrieron el país de norte a sur. Junto con ellos viajó el Dr. Graf, jefe del Servicio de 
Sanidad Vegetal de Chile.
Iniciaron su inspección en el Valle de Tacna (Perú), siguie ron a Azapa, Lluta, Antofa‑
gasta, Calama, Toconao, San Pe dro de Atacara, valle del Elqui, Quillota, Valparaíso, 
alrededo res de Santiago y Angol.
Los resultados fueron los siguientes: se encontró la Anas trepha fraterculus en Tacna 
(Perú), en pequeña cantidad. En Azapa era abundante; el resto del país completa‑
mente libre.
Es muy curioso la mayor infestación de Azapa, ya que en Tacna la mosca está estable‑
cida hace dieciocho años (1914),(Graf ) y de allí fue traída a Azapa, hace solamente 
cinco años (1928). El Dr. Graf ha explicado esto de la siguiente manera: aunque Aza‑
pa se encuentra más al sur de Tacna, su temperatu ra local es más elevada, de modo 
que permite la existencia de la fruta durante todo el año. En cambio, la temperatura 
un poco menor de Tacna y bastante baja en invierno, no permite mantener sino 
unas pocas frutas cítricas durante esta estación, dejando sin alimento a la mosca; 
por esto son muy pocos los adultos que logran llegar hasta la primavera. Estas mos‑
cas se multiplican rápidamente y en cada nueva generación aumenta su número, de 
modo que al llegar el otoño, la mosca es muy abundante, pero la baja tem peratura 
del invierno en Tacna, vuelve a reducirlas en gran número.
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El establecimiento de la mosca en el sur del país, si llegase a ser traída, sería. difícil 
ya que aquí las estaciones son marcadas, el frío del invierno no permite el desarro‑
llo de fruta alguna, ex cepto algunos cultivos de citrus tardíos en los alrededores 
de Santiago. La interrupción en la rotación de frutas mesoneras ocasiona una gran 
mortandad de las moscas, y permite la erra dicación de la plaga, pero en el clima 
constantemente caliente y con el grado de humedad favorable de Azapa, es muy 
difícil la destrucción de esta plaga.
La zona infestada de Azapa se reduce a un valle de 17 km de largo por medio ki‑
lómetro de ancho, rodea do de desiertos por todas partes, se encuentra a 4 km del 
puerto de Arica, a 80 km al sur de Tacna. El valle chileno más cercano es Lluta, a 10 
km al norte, pero no tiene frutas sino alfalfa y maíz. Codpa queda a 17 km hacia el 
interior y 7 km hacia el sur.
Como se ve, Azapa está bastante aislado; es una reducida extensión de terreno, for‑
mada de pequeñas propiedades y que no tiene actualmente cosechas de gran valor 
comercial, fuera de las naranjas y olivos, pues, las demás frutas se encuentran com‑
pletamente infestadas.
Se trata de plantear las bases de “una campaña de erradica ción”, es decir, extirpar 
esta plaga de modo que no quede un solo punto del territorio chileno, en que exista 
la Anastrepha fraterculus.
CAMPAÑA DE ERRADICACION EN CHILE
Para ella se necesitará la cooperación de los propietarios, del Estado y del Servicio 
de Sanidad Vegetal.
El propietario cumplirá las instrucciones que indique el Servicio de Sanidad Vegetal. 
El Estado proporcionará los medios económicos que se necesitarán para esta cam‑
paña de erradi cación.
Para poder atacar a la mosca, expondremos antes los fac tores que favorecen el man‑
tenimiento de esta plaga en Azapa:
I. Temperatura elevada durante todo el año.
30
II. Importaciones de frutas infestadas.
 La temperatura elevada favorece enormemente el au mento de la plaga, ya que 
acorta el tiempo de evolución de los distintos estados metamorfósicos del insec‑
to, formándose rá pidamente cada generación, y este factor es aun más peligtoso, 
porque permite el mantenimiento de frutas durante todo el año, como ya se ha 
repetido más de una vez. Como la existencia con tinuada del mesonero es el fac‑
tor principal para la mantención de la plaga, se parte de él, para destruirla.
 Las épocas de maduración de las frutas mesoneras que exis ten en Azapa, según 
datos recogidos por el Dr. Graf son:
 ‑ Enero: uva, breva, tuna, sandia.
 ‑ Febrero: chañar, tuna, uva, higo, pera, sandía.
 ‑ Marzo: guayaba, pacay (Inga sp.) morera, durazno, pera, membrillo, pomelo, ci‑
ruela (spondias) sandías, tomates.
 ‑ Abril: todas las anteriores, menos los higos, tomates y sandías.
 ‑ Mayo: naranja, guayaba, membrillo, uva, pacay, sandía, pera, mango, manzana, 
limón y otros citrus, tomate, chirimoya.
 ‑ Junio: guayaba (todo el año), membrillo, naranja y otros frutos, ya no hay peras, 
manzanas, tomates, chirimoyas, lúcumas.
 ‑ Julio: citrus, aceitunas, lúcumas, chirimoya (casi todo el año), palta, pacay, mango.
 ‑ Agosto: citrus, pacay, (el último), tomate, palta, aceituna, chirimoya.
 ‑ Septiembre: citrus, (los últimos), plátanos.
 ‑ Octubre, Noviembre y Diciembre: algunas guayabas, chiri moyas y naranjas reza‑
gadas o invernizas.
 El censo de los árboles frutales de Azapa, hecho por el Agrónomo Regional, se‑
ñor Germán Valenzuela, indica:
 Olivos 15.055 árboles
 naranjos 4.649
 plátanos 1.628
 higueras 1.403
 chañares, el valle entero 
 chirimoyas 949
 granados 944
 guayabas 755
 membrillos 447
 ciruelas 436
 parras 316
 tunas 300
 duraznos 277
31
 limones. 259
 perales 146
 lúcumas 34
 dátiles 20
 mangos 14
 paltos 6
 Total, más o menos 28.500 árboles
De éstos, sólo los olivos y naranjos tienen precio, los demás han perdido todo su 
valor comercial, por encontrarse infestados por la mosca.
Cada olivo produce más o menos 1 qq. (46 kilogramos) de aceitunas con un valor 
medio de $50, de modo que el total de olivos produce más o menos $750.000.
Las naranjas producen más o menos $200.000.
Los olivos se encuentran apenas infestados, por una especie de Dacus. Las naranjas 
se encuentran casi libres del ataque de Anastrepha, ya que existe en su misma épo‑
ca, una serie de frutas, de cáscara delgada, que la mosca prefiere.
Se iniciaría la campaña de erradicación con el estableci miento de una poca libre de 
mesonero”.
Para que esta campaña no sea muy onerosa para el Esta do, ya que debería indem‑
nizar las cosechas que se destruyeren, sólo se destruirían aquellas frutas cuyo grado 
de infestación es tan aanzado, que ya no tienen ningún valor comercial. Así, dentro 
de un año, tal vez, los propietarios de lasquintas de Azapa, podrían gozar de frutas 
sanas y limpias, pero se exigiría de ellos, el cumplimiento y la ayuda en esta campa‑
ña, ya que bastará una fruta escondida en el follaje o caída en el suelo, para que la 
mosca pueda mantenerse.
Tomando en cuenta el cuadro de maduración de la fruta, se dejaría solamente los 
citrus y olivos. Habría siete meses li bres de mesonero: Octubre, Noviembre, Diciem‑
bre, Enero, Febrero, Marzo y Abril, en los cuales se eliminaría toda fruta. En los meses 
de Mayo, junio, julio, Agosto y Septiembre, quedarían los citrus y’olivos. Se eliminaría 
toda naranja tem prana o tardía, y las demás frutas que existan en la misma época.
Para que no hubiera ninguna fruta peligrosa, ni aún ver de, que también puede servirle 
de mesonero, se suprimiría la flor. Si no pudiera hacerse una recolección completa de 
ella, por ser árboles muy frondosos, se podaría el árbol hasta en sus ramas madres. Los 
chañares deberián arrasarse. El pacay, árbol silvestre, se cortaría en el tronco.
32
No debería dejarse ninguna cerca viva, ni ningún árbol abandonado que se encuen‑
tre en los caminos o terrenos incul tos y cuyos frutos pudieran servir de huésped a 
la mosca.
Durante los meses de Mayo a Septiembre se pulveriza rían los olivos y citrus con 
cualquiera de los insecticidas indica dos más adelante, con el que se mata a la Anas-
trepha fralerculus en su estado adulto.
Creo que no es necesaria la introducción de algún parásito de la larva, ya que con 
una activa campaña en esa reducida re gión, en un año, no quedará mosca alguna.
Después de recogida y destruida la fruta cítrica, de modo que no quede una sola 
olvidada en el suelo, en el árbol o en la bodega, se harán en el mes de Octubre las 
labores de suelo nece sarias para dejar a la crisálida a la intemperie, especialmente al 
pie del árbol. Esto se hará como medida de precaución, no es necesaria.
II. Importaciones de frutas infestadas:
Las frutas que producen los 28.500 árboles, no alcanzan para el abastecimiento de 
Anca y de las poblaciones cercanas, por eso es necesaria la importación de frutas.
Esta importación debería hacerse toda del sur del país, no sólo para favorecerá nues‑
tra fruticultura, sino que se obten dría fruta sana y libre de la mosca. No se aceptaría, 
la fruta infestada que viene de Tacna y la proveniente de Bolivia, cuyo estado de 
sanidad es incierto.
Además de las importaciones directas, pasan por Azapa una serie de transportes 
que van a Arica o salen de este puerto para el Perú y Bolivia.
Los cargamentos de frutas que estos dos países mandan a Arica, pueden ser porta‑
dores de la mosca, igualmente que aquellos que los demás países mandan a éstos, 
por el puerto de Arica. Para extirpar la mosca de Azapa no debería permitirse ni la 
importación por el puerto de Arica, ni el paso de esta fruta por él, ya que se encuen‑
tran muy cerca de Azapa.
La revisión de la fruta proveniente del Perú y Bolivia debería hacerse al atravesar 
nuestra frontera.
No sólo se debe inspeccionar el equipaje que venga por tren, sino que el de todo 
vehículo: auto, camión, carretela o animales que transporten frutas.
33
No sólo se controlará toda fruta que llegue a Arica o a Azapa, sino también las frutas 
que salgan de ellas para dirigir se al sur del país. Se haría la inspección y desinfección 
de, todo vehículo: vapores, automóviles, camiones, que se dirijan al sur. La vigilancia 
en los caminos la harían los carabineros.
Mientras durase la campaña de erradicación no se permiti ría el movimiento de nin‑
gún producto vegetal de Azapa, ni se permitirá la entrada a ella de ninguna fruta o 
legumbre prove niente de zona infestada o susceptible de ser atacada por la mosca.
CALCULO ECONOMICO PARA UNA CAMPAÑA DE ERRADICACION 
DE LA MOSCA EN AZAPA
 1 Director de la campaña $ 18.000
 2 Mayordomos, a $ 7.200 c/u $ 14.400
 12 Obreros, a $ 8 diarios cada uno $ 24.000
 Pulverizaciones (*):
 5.700 kgr. melaza o azúcar ordinaria 6.000
 700 kgr. carbonato de cobre 2.800
 2 bombas pulverizadoras 250
 65.450
(*) Según la fórmula usada en el Perú:
 Azúcar moscovada 160 gramos
 Melaza, caña ordinaria 250 gramos
 Carbonato de cobre 50 gramos
 Agua 10 litros
Se podría reemplazar el azúcar moscovada por miel.
Se emplearía un litro por árbol; para los 20.000 árboles (olivos y naranjos) necesita‑
ríamos veinte mil litros de insecti cida. Se hará una pulverización cada tres semanas, 
durante veinte semanas (5 meses) se harán siete pulverizaciones, luego se necesita‑
rían ciento cuarenta mil litros de insecticida.
Estas pulverizaciones deben ser preparadas por el Servicio de Sanidad Vegetal.
Para completar la campaña y como elementos externos a ella sería necesarios: un 
inspector en la frontera peruana y otro, en la boliviana. También sería importante 
atacar al mismo tiempo la Cochinilla de olivo (Saisectia olcae), ya que la melaza que 
ella segrega atrae a la mosca y puede servirle de mesonero
34
Esta campaña sería interesante iniciarla al hacer la actual cosecha de naranjas. Des‑
pués, no quedaría ninguna fruta. En tonces las pulverizaciones serían como urja me‑
dida secundaria, y aún no necesaria si se cumpliese con exactitud la recolección y 
limpieza de los huertos y caminos.
Además, una vez hecha la cosecha de naranjas y aceitunas, no quedarla ninguna 
fruta cuya destrucción significase una pérdida y el Estado se vería libre del pago de 
las indemniza ciones.
CRITICA DEL DECRETO N°12
ARTÍCULO 2° 
Permite la internación de frutas provenientes de California y el Decreto 3.055 (1929) 
agrega la prohibición de la internación de frutas de Florida. Sería conveniente tener 
una declaración oficial de la erradicación completa de la mosca de la fruta en Florida 
(Estados Unidos), para permitir la impor tación de frutas de esa región. Según datos 
dados por la última Comisión que nos visitó, desde julio de 1930 no ha sido encon‑
trado ningún ejemplar de la mosca de la fruta.
En el inciso d) del artículo 2°, se acepta la internación de frutas provenientes de Ar‑
gentina, excepto la naranja, a condi ción que proceda de una zona declarada libre 
de la mosca, pero sucede que todo cargamento para llegar a Chile, debe pasar por 
Mendoza, y sabemos que en Diciembre de 1931 se encontró la mosca en Mendoza 
(Lieberman, 1931). Luego, o se prohibe la total importación de frutas argentinas o 
se trae ésta dando la vuelta por Magallanes, o se obliga a enviar la fruta que parta de 
zonas libres de la mosca, en vagones cerrados y sellados.
En la Ley de Pol. San. Veg. se prohibe la introducción de tierra extranjera al país. Sería 
necesario ahora, prohibir traer la tierra que se encuentre adherida alas raíces o tallos, 
entre las hojas, o tierra en almácigos o viveros, provenientes de Anca o Azapa, por‑
que pueden traer las crisálidas de la mosca.
35
Anastrepha ludens LOEW. O Trypeta ludens
MOSCA MEXICANA DE LA FRUTA
México debería ser un país exportador de frutas, debido a la riqueza de su suelo y 
clima. Sin embargo, esta industria ha sido detenida por las numerosas cuarentenas a 
que se somete su fruta en los distintos países, por culpa de la Anastrepha ludens.
DISTRIBUCION
Esta mosca es de clima tropical, se encuentra esparcida en México, en algunas par‑
tes de Centro América y en el norte de Sud América.
En México la encontramos en toda región que,tenga una temperatura inferior a 38o 
C y un grado elevado de hu medad atmosférica, por eso no se ha establecido en la 
región árida del norte, sino que se ha distribuido al sur del paralelo 24.
Las regiones más infestadas de México son: parte del pe queño Estado de Morelos, 
el sur de la ciudad de México, y parte del Estado de Guerrero, llegando la infectación 
hasta el 50 a 70% de la cosecha, y no pasa del 5 al 10% en los Estados de Veracruz, 
Samauticas, Oaxaca y Chiapas (Crawford, 1927).
Ahora avanza hacia el norte, estableciéndose en Texas (1925), en el Valle inferior de 
Río Grande, debiendotemer el sur de California por su acercamiento.
Aunque la mosca era desconocida antes de 1850, ya había causado muchos daños 
en los mangos de Morelos. En 1875, el entomólogo austriaco Loew, la describe bajo 
el nombre de Trypeta ludens; el Dr. Howard en 1897, llama la atención sobre el peli‑
gro de introducir a California y a Florida la Mosca Mexicana. En 1899, California esta‑
bleció la cuarentena contra esta mosca. Siguieron estudios prolijos hechos tanto por 
entomólogos mexicanos como americanos, entre los cuales sobresalieron: Rangel, 
A. Herrera, de la Barreda, e I. Crawford que hizo uno de los estudios más completos.
La Asociación de Productores de Frutas Cítricas de la Costa del Golfo de México, 
junto con los Ferrocarriles Nacionales y del Gobierno Federal, auspiciaron un trabajo 
36
de Investigación de esta plaga, hecho por A. Dempf, Jefe de Entomología de México. 
(1913‑1914).
La aparición de la Anastrepha ludens en el Estado de Te xas, decidió en el acto al Go‑
bierno de Estados Unidos, en unión con el de México, a establecer un laboratorio de 
lo más completo, para determinar los insectos perjudiciales a las plantas tropica les y 
sub‑tropicales, y la erradicación de esta plaga.
La comisión se estableció en Cuernavaca (Estado de Morelos) y preparó el siguiente 
programa de estudio (Dempf, 1928):
I. Taxonomía o clasificación de las distintas moscas
II. Distribución
III. Distinción del adulto, larva y pupa
MORFOLOGIA
La Anastrepha ludens es algo más grande que la mosca común, 8 milímetros de 
largo. Presenta fajas visibles y colo readas sobre el cuerpo y las alas (Crawford, 1927). 
La hembra tiene cérca de 6 a 10 milímetros de longitud y de 17 a 20 milímetros de 
ancho. El macho es de menores pro porciones. La hembra se caracteriza por tener la 
proyección más larga y delgada de su abdomen, su último segmento en for ma de 
tubo y en él se encuentra su ovopositor. El color semeja a la naranja madura.
La cabeza es de un color amarillo rojizo, la frente amarillo más intenso, los pelos 
frontales, negros. Las antenas, amarillas, son casi del largo de la cara, de aristas del‑
gadas y con una pu bescencia muy corta y delicada. Los ojos son grandes, hermosos, 
verdes, con reflejos purpúreos‑violáceos. Proboscis y palpos la biales amarillos, sien‑
do los palpos bastante anchos, y los labios prolongados para la succión.
El tórax es de un color amarillo arcilloso, claro y brillante atravesado longitudinal‑
mente por tres rayas amarillentas in distintas, entre la base de las alas, una mediana 
de color aman lo azufrado, que se desvanece gradualmente hacia la parte anterior y 
se extiende hacia la posterior en forma de cuña. Un poco arriba de la raíz de las alas, 
se encuentran las otras dos. fajas que se extienden desde la sutura transversal hasta 
el borde su perior del tórax.
Las alas son largas y hialinas, se doblan hacia abajo, en forma muy característica. Las 
manchas que se destacan sobre el fondo hialino del ala, han sido descritas meticu‑
losamente por los entomólogos.
37
Según los entomólogos argentinos Massini y Brothes (1918), las manchas de las alas 
son de, la siguiente forma: una mancha basal, una en forma de “5” y otra en forma de 
V», de color herrumbre y en algunas partes obscurecidas de negro.
La faja basal ocupa el ancho comprendido desde la costa hasta la cuarta vena longi‑
tudinal. La faja en “S” empieza detrás de la segunda celda basal, para ir hasta el borde 
costal, tocando la faja costal y sigue este borde hasta la extremidad del ala. La faja en 
“V”, empieza y termina en el borde posterior del ala, su vértice toca algo a la tercera 
vena longitudinal.
Según Loew (1927)
“Las alas de la Anastrepha ludens presentan un color ama rillo algo moreno, con bordes 
angostos morenos, muchas ve ces imperceptibles cerca del borde posterior y en la base 
del ala, son enteramente morenas. Los espacios hialinos entre las fajas son:
I. Una banda oblicua interrumpida por la tercera vena longitudinal, cuya parte ante‑
rior forma inmediatamente des pués del estigma una mancha, que se extiende desde 
la tercera vena longitudinal, mientras que la parte posterior 1e la banda ocupa la 
porción de la celdilla basal que, se encuentra debajo del estigma de la base de la cel‑
dilla discal y la tercera basal.
II. Una mancha ancha en “S”: empieza en el margen pos terior del ala, entre los extremos 
de la quinta y sexta vena lon gitudinal, pasa entre las dos venas cruzadas, alcanza a 
la segunda vena longitudinal, vuelve hacia atrás y alcanza el mar gen cerca del final 
de la cuarta vena longitudinal.
III. Una mancha grande triangular, cerca del margen posterior, que llena una parte con‑
siderable de la segunda cel dilla posterior, pasa más allá de la cuarta vena longitu‑
dinal, y casi se junta en este punto con la banda hialina en forma de “S”; la celdilla 
costal externa es también hialina., excepto en su base, pero tiene un tinte más amari‑
llento que en los demás espacios hialinos.
El estigma es bastante largo, algo más obscuro que la par te que lo circunda”.
Recién salido el adulto de la crisálida, el color del cuerpo y de las alas es muy páli‑
do, las fajas de las alas son indistintas y no aparecen hasta después de tres o cuatro 
horas.
Las patas son de color amarillo igual al cuerpo; la parte posterior de los fémures 
frontales tiene pelos negruzcos.
El abdómen cubierto por un vello corto amarillento roji zo, con rayas circulares más 
38
claras; en la extremidad posterior del segmento tiene unos pelos negros. El oviducto 
de la hembra tiene forma cónica y 2 milímetros de largo.
Los huevos son blanquizcos, fusiformes, alargados, de un milímetro de largo y un 
poco acanalados.
La larva al principio es de color blanco amarillento, según el pigmento de la fruta 
mesonera, cuando ya madura tiene un color negruzco. Es de un centímetro de lar‑
go. La extremidad cefálica es acuminada y puntiaguda, el segmento de la cabeza es 
negro; la extremidad caudal es.larga, trunca de dos milíme tros de grueso. Las placas 
espiraculares son de color morado obscuro, bastante visibles. Los segmentos del 
cuerpo son marcados, aunque con la tensión de la piel desaparecen.
La pupa es de forma de un barrilito de tres a cinco milí metros de largo y de dos a 
dos y medio milímetros de grueso, redondeado hacia los extremos, con una curva 
más pronuncia da en el extremo caudal; color, en un principio, ligeramente moreno, 
se va obscureciendo hasta el moreno muy obscuro, o moreno chcolate al concluir 
su desarrollo.
BIOGRAFIA
La Mosca Mexicana necesita un grado más o menos ele vado de temperatura y de hu‑
medad para su desarrollo. Si la temperatura es superior a 38° C. dificulta su desarrollo, 
aun que se encuentre en espléndidas condiciones de alimentación (Crawford, 1927).
La mosca comienza su postura después de 9 a 12 días de, haber abandonado la 
pupa. La vida de la mosca e corta: la fecundación, la postura y la muerte de la mosca 
se efectúan en dos semanas; pero, si se ve obligada a pasar el invierno para colocar 
sus huevos, su vida puede prolongarse hasta cien días.
Con su oviscapto agudo la hembra atraviesa la cutícula de la fruta para colocar sus 
huevecillos en el número máximo de 6 a 8 en cada fruta, colocando cada hembra de 
50 a 70 huevos durante su vida.
El período de incubación es de tres a cuatro días, pero so bre una fruta verde demora 
hasta un mes.
El período de evolución de la larva es más o menos de tres a seis semanas, según las 
condiciones. En las primeras dos a tres semanas la larva vive en la epidermis de las 
39
frutas cítricas y sólo en las últimas semanas penetra a la pulpa y permanence más 
tiempo mientras mayor sea el grueso de la cáscara (pomelos o toronjas); en los de 
cáscara fina es fácil encóntrarlos en la pulpa (Loew, 1927).
La larvas al introducirse en la pulpa de los frutos críti cos, rompe un número conside‑
rable de los saquitos jugosos, y gran cantidad de este jugose junta en una parte de 
la fruta, parte de la cual huyen las larvas para internarse en la parte sólida de la pul‑
pa. También atacan al ojo central, de modo que generalmente el fruto cae. Después 
de tres o cuatro días de caí do el fruto comienzan a salir las larvas, que luego se entie‑
rran de 0,5 a 1,5 centímetros, llegando a veces hasta 5 centímetros de profundidad.
Muchas veces crisalidan debajo del fruto, sin introducirse a tierra, o bajo cualquier 
objeto protector. En climas muy se cos, las pupas son capaces de secarse, como ha 
sucedido en Ba ja California. La crisálida adquiere su color pardo obscuro en el mo‑
mento de emergencia del adulto, que sucede a los veinte a veinticinco días en vera‑
no y veinticinco a treinta días en in vierno.
Se puede decir que no hay período de reposo entre las ge neraciones, ya que el tiem‑
po medio de evolución de la mosca es de noventa días; de modo que en un año 
puede haber cuatro generaciones. En la costa del Golfo de México, la primera gene‑
ración se establece en los pomelos, de junio y julio, es la más abundante. La segunda 
generación en los meses de Julio y Agos to, y continúa la ovoposición mientras hay 
frutos, hasta alcan zar a las naranjas tardías, de modo que algunas larvas de esta se‑
gunda generación alcanzan a adquirir el desarrollo completo. La tercera generación 
tiene dos crías, con seis semanas de sepa ración (Octubre y Diciembre), dependiendo 
este período de re poso de la clase de fruta en la cual depositan sus huevos, ya que 
estas moscas prefieren las frutas cítricas, en las frutas ver des se prolonga el período 
de evolución. La segunda cría de esta generación tiene gran importancia, ya que es 
la que da origen a la primera generación del año siguiente.
Las moscas adultas aparecen en Marzo, Junio, Septiembre, Noviembre y Diciembre. 
La peor infestación de lá larva en México, es la de Agosto y Septiembre, ya que hay 
un gran número de frutas cítricas.
Al iniciar la larva su desarrollo, es muy difícil reconocer la infestación al exterior. El pri‑
mer síntoma externo se advierte cuando la larva ha llegado a las dos terceras partes 
de su desarrollo, mostrándose una ligera descoloración en la parte de la cáscara de la 
fruta, que ha sido atravesada por el oviscapto de la mosca, y llegando a ser una man‑
cha notoria cuando la larva,alcanza su completó desarrollo, de modo que el fruto que 
cae al suelo tiene un aspecto descolorido que lo diferencia de los frutos sanos.
40
En las casas de embalaje no pueden guiarse por estos síntomas, pues no son muy 
seguros: la larva puede no haber alcanzado aun su completo desarrollo, o la cáscara 
no descolorarse. Uno de los síntomas más seguros, es el reblandecimiento del fruto 
en las partes donde se encuentra la larva, y se percibe bajo la presión de la mano, 
especialmente en las frutas de cáscara fina.En los citrus se notan uno o más hoyitos, 
hechos por las larvasuna semana antes de abandonar el fruto, por los cuales se es‑
curre el jugo y se dice entonces que la fruta «llora». Al llegar a este estado, la fruta se 
pudre fácilmente.
El aspecto interno de la fruta infestada es más característico: si se hace un corte 
transversal, del cáliz al pedúnculo, se ven las galerías obscuras entrecruzadas, he‑
chas, por las larvas. Las dos mitades son anormales, pues presentan una parte muy 
deshecha, o completamente destruída.Los sacos jugosos rotos, arrugados, el jugo 
corre libremente y el fruto nunca se reseca, como sucede cuando es atacado por 
hongos. 
FRUTAS HUÉSPEDES
Se nombra entre ellas a toda clase de:
 Naranjas dulces (Citrus curantiurn)
 Naranjas agrias (Citrus vulgaris)
 Naranjas amargas (Citrus bigaradia)
 Mangos (Inangifera indica)
 Duraznos
 Guayabas
 Manzanas 
 Peras
 Membrillo
 Damasco 
 Ciruelas
 Toronja (Citrus documana), o pomelo, siendo ésta la fruta preferida de la Anas-
trepha ludens, como lo demuestra el hecho de que en los lugares en que están ma‑
durando las toronjas son ellas las únicas infestadas, las frutas de otras especies que 
se encuentran cerca de ellas están libres del ataque de las moscas. Sólo cuando la 
toronja se acaba, atacan a las naranjas dulces.
Grawford (1927) hizo algunos experimentos, para saber si la larva es capaz de sopor‑
tar la acidez del limón: sacó larvas de una toronja y las colocó sobre un corte hecho 
en un limón Eureka. Las larvas se hundieron sin vacilar y vivieron en su in terior por 
varias semanas, algunas salían a la superficie y volvían a entrar, excitadas, tal vez, por 
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la acidez del limón. La mayor parte de las larvas llegaron a su madurez, y se transfor‑
maron en adultos. Luego, la larva es capaz de vivir en el limón, pero nunca se ha 
visto a la mosca posando sobre el limón ni se los ha encontrado agusanados.
La Cuarentena N°64 de los Estados Unidos considera in munes a los limones y limas.
El mango se encuentra completamente agusanado: de dos cientos mangos recogi‑
dos en México, se encontró, sin excepción, de cuatro a diez larvas en cada fruta. En 
cambio, el mango fi no no se agusana.
En Morelos (Méjico), es difícil muchas veces encontrar guayabas sin larvas, especial‑
mente en los meses de verano.
En una nota de la “Rev. App. Ent.”, (1926) dice que la Anastrepha ludens ataca las uvas 
y paltas.
Es de notar que la mosca mejicana no tiene inconveniente en colocar sus huevos 
sobre las frutas verdes.
IMPORTANCIA
Las pérdidas que ocasiona la larva de esta mosca, son inversamente proporcionales 
a su pequeño tamaño.
Los florecientes huertos de citrus de México han perdido casi su valor, ya que esas 
frutas no podrán ser exportadas. Su mercado principal, Estados Unidos, ha cerrado 
sus puertas mediante la promulgación de una cuarentena, por temor a la interna‑
ción de la Anastrepha ludens.
La infestación en el Estado de Morelos ha destruido del cincuenta al setenta y cinco 
por ciento dé la cosecha, y en los demás estados de México destruye solamente del 
cinco al diez por ciento y aun menos. En Cuernavaca alcanza a atacar del 50 al 60% 
de los mangos y en la Costa del Golfo llega a la horrible proporción del 100% de las 
naranjas.
Se ha constatado un mínimo de $100.000 oro americano, de pérdidas anuales oca‑
sionadas por la mosca mexicana.
42
CONTROL
Para su destrucción se han adoptado las mismas medidas que para las demás mos‑
cas de la fruta.
Para acabar con la forma alada, se eliminará toda cerca viva o planta silvestre sobre 
la cual pueda poner sus huevos.
Las frutas huéspedes se pulverizarán con soluciones venenosas azucaradas. En Méxi‑
co se emplea la infusión de una planta na tiva venenosa, Haplophyton cinicidum. 
(Loew, 1921). Las pul verizaciones deben aplicarse oportunamente, apenas nacidas 
las moscas. Como la mosca prefiere la toronja, podría plantarse unos pocos de estos 
árboles en el huerto, como trampas, de mo do que la mosca ponga en ellos sus hue‑
vos y los demás árboles queden libres de su ataque. Se tendrá especial cuidado en 
des truir y recoger estas frutas o de agregar el suficiente veneno para la destrucción 
del insecto. También se puede preparar una tram pa con fruta madura podrida que 
la atrae, se dispersan algunas en el árbol y se recogen periódicamente.
En el estado de huevo o larva como se encuentra dentro de la fruta, se deberá re‑
coger la fruta caída por lo menos una vez por semana y destruida por cremación, 
entierro o sumersión en agua fría o caliente.
Como enemigos naturales de esta larva existe una avispi ta, Diachasma crawdfordi. 
Para no destruir al parásito, al ente rrar la fruta infestada conviene taparlas con una 
rejilla fina, por la cual sólo pueda pasar el Diachasma y nó la mosca.
En las frutas almacenadas, la larva es parasitada por un Bracónido bastante común 
en el Estado de Morelos, Gastrophila rudibunda. Existe además, una hormiga gran‑
de carnívora, que se come las larvas.
Las crisálidas se encuentran enterradas al pie del árbol, para destruirlas es necesario 
soltar

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