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La premisa mayor de la psicología aplicada es el uso de las teo- rías y principios psicológicos para resolver problemas de relevancia social e individual. Cada campo de actuación da lugar a un perfil diferenciado en el ejercicio de la profesión. El conjunto de tales perfiles integra áreas de actividad tan antiguas como la del psicólogo clínico, la del psicólogo de la educación y la del psicólogo del trabajo y las organizaciones, junto a otras más nuevas como las del psicólogo del tráfico y la seguridad vial, el psicólogo jurídico, el psicólogo del deporte, el psicólogo del envejecimiento, otras de reciente desarrollo como la del psicólogo de la intervención en catástrofes y situaciones de emergencia, u otras de vieja raigambre pero de recentísimo reconocimiento oficial como la del psicó- logo general sanitario. En la actualidad el desarrollo del ejercicio de la psicolo- gía está adquiriendo tal relevancia que ya es posible hallar especializacio- nes dentro de las grandes áreas de trabajo que le son propias, así como de otras en las que el comportamiento humano desempeña un papel crucial. Tal es el caso de los psicólogos que trabajan en el contexto de equipos multiprofesionales en el ámbito de la reproducción humana o en el de la neurología, lo que ha dado lugar a la psicología de la reproducción y la neuropsicología clínica. En otros casos, la intensidad del quehacer psi- cológico reclama el reconocimiento de nuevos perfiles, como es el caso del psicólogo de familia, una cuestión cotidiana para los psicólogos que trabajan en el ámbito infanto-juvenil. El fin de esta obra es poner en manos de los lectores un trabajo en el que se proporciona una visión general de las fun- ciones que desempeñan los psicólogos y los campos en los que se aplican, los requisitos que requiere su formación y el proceso de actuación profe- sional. Se trata de una aproximación a la profesión del psicólogo útil tanto para quienes están formándose como para los que, llevando ya tiempo en ella, deseen administrarse una dosis de recuerdo y actualización para tener una visión de conjunto de la misma. Así mismo, este trabajo puede resultar de utilidad a quienes desde otras disciplinas deseen tener infor- mación sobre la labor de estos profesionales; tal puede ser el caso de los profesionales del resto de ciencias de la salud (especialidades biomédicas —medicina de familia, psiquiatría, oncología, pediatría, rehabilitación/ fisioterapia, enfermería, biología, etc.—), profesionales de las ciencias de la educación (pedagogos, maestros de Enseñanza Primaria, profesores de Enseñanza Secundaria Obligatoria, psicopedagogos, etc.), cargos ejecu- tivos de servicios públicos y privados relativos a la seguridad vial, de las fuerzas armadas y cuerpos de seguridad públicos y privados, del poder judicial, del ámbito deportivo o del estamento económico (recuérdese que el psicólogo Daniel Kahneman fue Premio Nobel de Economía en el año 2002). Todas estas y muchas más conforman las áreas de intervención de los profesionales de la psicología. J. O liv ar es • D . M ac ià • P . J . O liv ar es • A . I . R os a El ejercicio de la psicología aplicada PSICOLOGÍA PIRÁMIDE P S IC O LO G ÍA José Olivares Rodríguez Diego Macià Antón Pablo J. Olivares-Olivares Ana Isabel Rosa Alcázar PIRÁMIDE www.edicionespiramide.es E L E JE R C IC IO D E L A P S IC O LO G ÍA A P LI C A D A 0203225 9 7 8 8 4 3 6 8 2 6 7 6 0 ISBN 978-84-368-2676-0 José oLivares rodríguez es doctor en Psicología, catedrático de universidad, psicólogo clínico, profesor especialista en peda- gogía terapéutica, director de la Unidad de Terapia de Conducta del Servicio de Psicología Aplicada de la Universidad de Murcia e investigador principal del grupo de investigación E-069-02 Psicología Clínica y de la Salud. Cuenta con amplia y variada experiencia en el ámbito de la psicología aplicada, en cuyo campo posee numerosas publicaciones. diego macià antón es doctor en Psicología, profesor titular de universidad en la Universidad Miguel Hernández de Elche, psicólogo clínico, criminólogo, profesor invitado del máster universitario en Psicología Clínica y de la Salud de la Universi- dad de Murcia, miembro del equipo de investigación E-069-02 Psicología Clínica y de la Salud y de la Unidad de Terapia de Conducta del Servicio de Psicología Aplicada de esta última universidad. Editor, autor y coautor de un elevado número de publicaciones en el ámbito aplicado. pabLo J. oLivares-oLivares es doctor en Psicología y licencia- do en Biología. Es miembro del equipo de investigación E-069- 02 Psicología Clínica y de la Salud y de la Unidad de Terapia de Conducta del Servicio de Psicología Aplicada de la Universidad de Murcia en calidad de investigador. Es profesor invitado del máster universitario en Psicología Clínica y de la Salud de la Universidad de Murcia, y editor y coautor de varios libros, capí- tulos y artículos de investigación sobre materias psicológicas. ana isabeL rosa aLcázar es doctora en Psicología, profesora titular de universidad, coordinadora del máster universitario en Psicología Clínica y de la Salud, miembro del equipo de investi- gación E-069-02 Psicología Clínica y de la Salud y subdirectora de la Unidad de Terapia de Conducta del Servicio de Psicología Aplicada de la Universidad de Murcia. Cuenta con amplia expe- riencia como investigadora y psicóloga clínica, siendo además editora, autora y coautora de un amplio elenco de publicaciones en el campo de la psicología aplicada. La profesión de psicólogo PI00186901_digital.indd 1 29/02/12 16:28 El ejercicio de la psicología aplicada La profesión de psicólogo EDICIONES PIRÁMIDE El ejercicio de la psicología aplicada La profesión de psicólogo JOSÉ OLIVARES RODRÍGUEZ CATEDRÁTICO DE UNIVERSIDAD. UNIVERSIDAD DE MURCIA DIEGO MACIÀ ANTÓN PROFESOR TITULAR DE UNIVERSIDAD. UNIVERSIDAD MIGUEL HERNÁNDEZ DE ELCHE PABLO J. OLIVARES-OLIVARES PROFESOR INVITADO. UNIVERSIDAD DE MURCIA ANA ISABEL ROSA ALCÁZAR PROFESORA TITULAR. UNIVERSIDAD DE MURCIA COLECCIÓN «PSICOLOGÍA» Director: Francisco J. Labrador Catedrático de Modificación de Conducta de la Universidad Complutense de Madrid Edición en versión digital © José Olivares Rodríguez, Diego Macià Antón, Pablo J. Olivares-Olivares y Ana Isabel Rosa Alcázar, 2012 © Primera edición electrónica publicada por Ediciones Pirámide (Grupo Anaya, S. A.), 2012 Para cualquier información pueden dirigirse a piramide_legal@anaya.es Juan Ignacio Luca de Tena, 15. 28027 Madrid Teléfono: 91 393 89 89 www.edicionespiramide.es ISBN: 978-84-368-2676-0 Está prohibida la reproducción total o parcial de este libro electrónico, su transmisión, su descarga, su descompilación, su tratamiento informático, su almacenamiento o introduc- ción en cualquier sistema de repositorio y recuperación, en cualquier forma o por cual- quier medio, ya sea electrónico, mecánico, conocido o por inventar, sin el permiso expre- so escrito de los titulares del copyright. A don Enrique Pozón Lobato, profesor de Ciencias Naturales en la Universidad Laboral de Córdoba. A don Ángel Rodríguez González, profesor de Psicología Social. A don Enrique Fernández Bonillo, maestro y profesor de Enseñanza Secundaria Obligatoria A todos nuestros alumnos JOSÉ OLIVARES RODRÍGUEZ PI00176201_00b.indd 7PI00176201_00b.indd 7 06/02/12 15:3706/02/12 15:37 PI00176201_00b.indd 8PI00176201_00b.indd 8 06/02/12 15:3706/02/12 15:37 © Ediciones Pirámide Índice Prefacio ............................................................................................................................ 13 Prólogo ............................................................................................................................. 15 1. Consideraciones preliminares. La psicología aplicada ............................ 19 1.1. Funciones y perfi les profesionales del psicólogo .......................................19 1.1.1. Funciones ..................................................................................... 20 1.1.2. Perfi les profesionales .................................................................... 23 1.2. Habilidades y destrezas implicadas en la intervención psicológica ........... 44 1.3. El método científi co como salvaguarda de los derechos de las personas y del buen quehacer profesional .................................................................. 54 1.4. El código deontológico del psicólogo y el buen quehacer profesional ...... 59 2. Concepto de problemas y trastorno psicológico ...................................... 61 2.1. Antecedentes históricos ............................................................................ 61 2.2. Inicios de su delimitación actual: hacia un modelo psicológico ................ 69 2.2.1. Construcción de la alternativa psicológica en el contexto cien- tífi co ............................................................................................. 72 2.2.2. Características del modelo conductual-cognitivo: modelo psico- lógico ............................................................................................ 79 2.2.3. Enfoques que conforman el modelo conductual-cognitivo ........... 87 2.3. Evolución de las aportaciones al desarrollo de la Psicología desde España . 101 2.3.1. Precursores o antecedentes históricos .......................................... 101 2.3.2. Fase de restauración/implantación de la psicología científi ca ...... 107 2.3.3. Fase de consolidación y expansión ............................................... 109 2.4. La importancia de la teoría ...................................................................... 111 2.5. Problema y trastorno: delimitación actual ................................................ 114 3. El proceso de constatación de la existencia de un problema/trastorno psicológico ...................................................................................................... 119 3.1. Algunas consideraciones preliminares ...................................................... 119 3.2. El concepto de intervención psicológica ................................................... 126 PI00176201_00b.indd 9PI00176201_00b.indd 9 06/02/12 15:3706/02/12 15:37 3.3. Evaluación psicológica: síntesis de sus fases y pasos ................................ 128 3.4. La comunicación de resultados: el informe psicológico ............................ 132 3.5. El contrato terapéutico y la implicación del cliente/paciente .................... 136 4. El tratamiento psicológico ............................................................................ 139 4.1. Definición de tratamiento psicológico ...................................................... 139 4.1.1. Algunas consideraciones preliminares .......................................... 139 4.1.2. La psicoterapia y la definición de tratamiento psicológico ........... 141 4.2. Proceso de construcción, valoración y depuración/afinamiento de un tra- tamiento psicológico ................................................................................. 144 4.2.1. Fase de creación/construcción del programa de entrenamiento/ tratamiento ................................................................................... 146 4.2.2. Fase de valoración de los resultados ............................................. 147 4.2.3. Fase de depuración del programa de entrenamiento/tratamiento ... 151 4.3. Eficacia, eficiencia y efectividad de los tratamientos psicológicos ............. 152 4.4. Diferencias entre el ejercicio de la profesión «a demanda» y en el ámbito de la investigación .................................................................................... 155 4.5. Estrategias/modos para/de aplicar el tratamiento ..................................... 158 4.6. Estrategias para aplicar el tratamiento con niños y adolescentes .............. 164 4.6.1. El papel del desarrollo en la oportunidad/necesidad de trata- miento .......................................................................................... 166 4.6.2. El ambiente, la especificidad de las respuestas y el comportamien- to manifiesto................................................................................. 168 4.6.3. Los paraprofesionales................................................................... 170 4.6.4. Habilidades y destrezas del psicólogo infanto-juvenil................... 171 4.6.5. Selección de estrategias para la intervención ................................ 172 4.7. Estrategias para terminar el tratamiento y prevenir recaídas ................... 172 4.7.1. Estrategias para terminar el tratamiento ...................................... 172 4.7.2. Estrategias para prevenir recaídas ................................................ 174 Glosario .................................................................................................................. 177 Bibliografía............................................................................................................. 193 Índice de autores................................................................................................... 207 © Ediciones Pirámide 10 / Índice © Ediciones Pirámide Figuras 1.1. Diagrama de las principales funciones del psicólogo................................ 21 1.2. Funciones desempeñadas por el psicólogo clínico .................................... 28 1.3. Representación de la distribución del trabajo del psicólogo clínico en el ámbito anglófono ..................................................................................... 29 1.4. Distribución de los psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes y comunidad autónoma............................................................................... 30 1.5. Diagrama de las habilidades y destrezas en la intervención psicológica ... 55 2.1. Origen y tipos de enfermedades en el marco de la medicina psicoso- mática....................................................................................................... 63 2.2. Representación esquemática del modelo cognitivo-conductual. ............... 77 2.3. Mapa conceptual del modelo cognitivo-conductual ................................. 80 2.4. Interaccionismo recíproco ........................................................................ 93 2.5. Concepto de trastorno mental desde la perspectiva cognitivo-semántica .... 98 2.6. Esquema de la concepción cognitivista..................................................... 100 2.7. Secuencia del proceso de detección y diagnóstico del trastorno psico- lógico........................................................................................................ 116 3.1. Detección de desviaciones signifi cativas ................................................... 125 3.2. Detección de alteraciones de orden cuantitativo....................................... 125 3.3. Fases y pasos del proceso de la intervención psicológica.......................... 131 4.1. Diagrama de la construcción, valoración y depuración de un tratamiento psicológico................................................................................................ 145 4.2. Implicaciones de la autonomía para solicitar ayuda................................. 165 4.3. La familia a la luz del aprendizaje social. ................................................. 165 Tablas 1.1. Decálogo de las reglas para facilitar el éxito profesional .......................... 46 1.2. Habilidades implícitas en el ejercicio de la profesión................................ 47 2.1. Elementos signifi cativos de las psicoterapias contextualizadas en las tra- diciones históricas .................................................................................... 62 2.2. Características del concepto tradicional de enfermedad........................... 64 2.3. Características de la terapia psicodinámica hoy ....................................... 67Índice de figuras, tablas y cuadros PI00176201_00b.indd 11PI00176201_00b.indd 11 06/02/12 15:3706/02/12 15:37 2.4. Gestación, inicio, desarrollo, consolidación y expansión de la terapia/ modifi cación de conducta ...................................................................... 76 2.5. Funciones de los modelos teóricos ........................................................ 78 2.6. Características del modelo conductual-cognitivo ................................... 79 2.7. Dimensiones de la intervención psicológica ........................................... 86 3.1. Algunos criterios propuestos para identifi car problemas/trastornos psi- cológicos ................................................................................................ 127 3.2. Breve descripción de las recomendaciones a seguir para elaborar un informe psicológico ................................................................................ 133 4.1. Criterios para la valoración de los tratamientos psicológicos ................ 150 4.2. Algunos ejemplos de tratamientos psicológicos que requieren pocas se- siones ..................................................................................................... 154 4.3. Distribución de los psicólogos españoles por especialidad y orientación teórica .................................................................................................... 156 4.4. Etapas o fases en el proceso de cambio de Prochaska y DiClemente ..... 159 4.5. Algunas variables que pueden difi cultar la evaluación ........................... 169 Cuadros 1.1. Algunas de las especialidades del campo científi co número 61............... 25 1.2. Funciones y porcentaje de psicólogos clínicos que las realizan .............. 29 1.3. Actividades de los psicólogos clínicos .................................................... 29 1.4. Tasa de profesionales de la salud mental por cada 100.000 habitantes en España y Europa............................................................................... 31 1.5. Cuantifi cación de los ámbitos de intervención de los psicólogos jurí- dicos........................................................................................................... 35 1.6. Cuantifi cación de tareas y problemas en los que actúan los psicólogos de la educación ...................................................................................... 37 1.7. Distribución de los psicólogos especialistas en intervención social por áreas/temáticas laborales ........................................................................ 38 1.8. La psicología del trabajo y las organizaciones por áreas/temáticas labo- rales ....................................................................................................... 40 1.9. Actividad de los psicólogos expertos en la psicología del tráfi co y la se- guridad vial............................................................................................ 41 1.10. Distribución de los psicólogos del deporte y la actividad física por te- máticas laborales.................................................................................... 43 1.11. Distribución por especialidades o perfi les profesionales ........................ 44 © Ediciones Pirámide 12 / Índice de figuras, tablas y cuadros PI00176201_00b.indd 12PI00176201_00b.indd 12 06/02/12 15:3706/02/12 15:37 © Ediciones Pirámide Prefacio Tengo que reconocer que sentí una gran satis- facción cuando el doctor José Olivares se puso en contacto conmigo a fi n de realizar el prefacio del presente libro. El hecho de que desde la universi- dad se realicen intentos satisfactorios de vincular lo académico con lo profesional es siempre una buena noticia, sobre todo si, como en este caso, el trabajo que se presenta con formato de libro viene a describir cómo está la psicología españo- la, en sus distintas áreas y especialmente en el ámbito de clínica. Desde el Consejo General de Colegios Ofi - ciales de Psicólogos siempre ha existido un ge- nuino interés en defi nir las funciones, tareas y actividades vinculadas al desarrollo aplicado de la psicología en los distintos ámbitos de inter- vención profesional. Este verdadero interés ya se plasmó en un momento, en 1998, en la edición de un primer libro por parte del entonces Cole- gio Ofi cial de Psicólogos, que llevaba por nom- bre Perfi les profesionales del psicólogo, en el que se revisaban los distintos perfi les profesionales que en su momento constituían el ámbito apli- cado de la psicología en España. Este interés del Consejo se ha manifestado también en el ámbito de los colegios autonómicos y, cómo no, de las universidades. En este sentido hay que reconocer el interés que a lo largo del tiempo y de modo continuado ha mantenido el Colegio de Psicólo- gos de la Región de Murcia, y sobre todo la Uni- versidad de Murcia. Creo que en este sentido es esta universidad entre todas las universidades españolas la que ha demostrado un interés más genuino en que sus alumnos vinculen la acade- mia a la profesión y salgan, así, con una forma- ción holística, global, teórica y práctica de lo que signifi ca ser psicólogo. El interés del Consejo se mostró así mismo en los estudios posteriormente realizados en 1995 y publicados en la revista del consejo, Papeles del psicólogo. Pero, ¿por qué son tan importantes los perfi les profesionales? La respuesta es compleja, pero de un modo sucinto se puede contestar di- ciendo que su importancia radica en que en ellos confl uyen varios elementos de vital importancia para el desarrollo armónico de la profesión. Así pues, ayudan a combatir el intrusismo profesio- nal, ayudan a que los psicólogos no seamos una especie de todoterreno, permiten mejorar la cali- dad de la intervención profesional, delimitan el tipo de servicio que se ofrece a los pacientes-clien- tes según el área de especialización, y orientan el tipo de formación específi ca que es más adecuada para desarrollar las funciones, procedimientos y técnicas de intervención dependiendo del área en que desarrollamos nuestra actividad. Pienso que la aparición y lectura del presente libro, en estos momentos, representa un hecho esencial en la vida de los alumnos y profesionales en activo, dados los imperativos legales, los cam- bios de la normativa y los reglamentos vigentes, que en los próximos meses van a afectar a la pro- fesión. Me refi ero a la aparición del futuro título de Psicólogo Generalista Sanitario, que apareció PI00176201_00b.indd 13PI00176201_00b.indd 13 06/02/12 15:3706/02/12 15:37 a fi nales del pasado año como solución, al menos parcial, de las múltiples consecuencias de índole negativo que se han desprendido de diversas nor- mativas gubernamentales que en los últimos años han afectado a la profesión. Me refi ero a la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), y al Real De- creto de la Especialidad en Psicología Clínica, que se publicó en 1998, y que han hecho que en los últimos años el Consejo General de Colegios Ofi - ciales de Psicólogos haya mantenido una serie de «negociaciones» con el Ministerio de Sanidad, y también con el de Educación, a fi n de que tanto los profesionales como los estudiantes de psicolo- gía como futuros psicólogos, puedan seguir ejer- ciendo sus funciones en el ámbito de la salud tras la aplicación de la LOPS en el año 2003. Se puede decir que la estructura del presente libro actualiza, renueva, orienta e informa sobre lo que hacemos los psicólogos aportando impor- tante datos justifi cativos sobre las funciones y per- fi les profesionales de éstos; pero además profun- diza en los conceptos y modelos de desarrollo de la psicología española, haciendo énfasis sobre todo en el ámbito de la psicología clínica. Así, tras ha- cer una breve revisión histórica a lo largo de sus capítulos iniciales, analiza y profundiza en los ele- mentos más importantes dela dialéctica terapéu- tica, empezando por conceptualizar el término «problema» (cap. 2), mientras que en el siguiente capítulo enfatiza las funciones básicas del psicó- logo: la evaluación y comunicación de los resul- tados, el informe psicológico y el contrato terapéu- tico, siendo de interés la señalización que hace a lo largo del libro de la importancia del marco de referencia científi co de lo psicológico y de la vincu- lación entre el psicólogo y el paciente o cliente, así como la importancia de la implicación de este úl- timo en el tratamiento (cap. 3). El encuadre del tratamiento psicológico resaltando las variables de efi cacia, efi ciencia y efectividad de los mismos, así como la prevención de recaídas (cap. 4), sin olvidar una referencia en el primer capítulo a la importancia del código deontológico y el buen quehacer profesional (cap. 1), hacen que este libro sea de obligada lectura para todas aquellas per- sonas interesadas en el amplio ámbito que abar- can las intervenciones psicológicas. Sin duda alguna, es mi opinión, el presente texto es de importancia capital para saber, qué hacemos los psicólogos, de dónde venimos y a dónde nos dirigimos. FRANCISCO JOSÉ SANTOLAYA OCHANDO Presidente del Consejo General de Colegios Ofi ciales de España. 14 / Prefacio © Ediciones Pirámide PI00176201_00b.indd 14PI00176201_00b.indd 14 06/02/12 15:3706/02/12 15:37 © Ediciones Pirámide Prólogo La cita de Santiago Ramón y Cajal puede orientarse tanto al quehacer científi co, su referen- cia en aquel tiempo, como al de la propia forma- ción (contexto en el que la hizo), porque proba- blemente la obra más grande y de mayor difi cultad que puede realizar cualquier ser humano es la de su propia formación como tal. Ésta es la síntesis que mejor da cuenta de dicha obra, siempre sus- ceptible de mejora. Giner de los Ríos (1905) lo expresaba como sigue: «Dos momentos parece que desde luego se distinguen en la educación, como se distinguen en la vida, por lo que respecta a sus fi nes y al ejerci- cio de nuestra actividad en ellos. En el primero se forma el hombre, como hombre, en la integridad de sus varias fuerzas (...) Esta obra no tiene lími- te defi nido alguno, no se reduce a un período de- terminado de la vida, sino que comienza con ésta y dura tanto como ella dura (...) El hombre está siempre recibiendo nuevas impresiones, que exci- tan en él nuevas representaciones, sentimientos, reacciones de todas clases, y que a la vez educan su energía y aumentan sin cesar, así el contenido actual de su conciencia como la forma en que este contenido se entreteje con sus antecedentes (...) Pero sobre esta evolución, se desenvuelve y va con ella en mutua solidaridad (...) una orientación de- terminada, una vocación principal hacia un lado y fi n particular de la vida (...) El ejercicio habitual de este fi n en sus productos objetivos forma su profesión. Tampoco nuestra educación para ésta acaba, en rigor, en un momento dado (...) semper discentes, nunquam pervenientes. La vida entera es un continuo aprendizaje» (pp. 17-18). Este es el contexto en el que quiere situarse el presente libro: el del aprendizaje y la formación continua en el desarrollo profesional. Tanto en la construcción del conocimiento científi co como en la de uno mismo, la paciencia y la perseverancia son dos elementos cruciales. Éstas deberían ser las características principales del universitario que, habiendo probado ya ser inteligente, se enfrenta con la inconmensurable tarea de intentar construirse como científi co y como ser humano. En relación con la actitud que debería man- tener quien se forma, o actualiza sus conocimien- tos, Ramón y Cajal también señalaba que: «Aun en las ciencias más perfectas nunca deja de encon- trarse alguna doctrina exclusivamente mantenida por el principio de autoridad. Demostrar la false- dad de esta concepción y, a ser posible, refutarla con nuevas investigaciones, constituirá siempre un excelente modo de inaugurar la propia obra cien- «En resumen, toda obra grande es el fruto de la paciencia y de la perseverancia.» RAMÓN y CAJAL, 1920, p. 62. PI00176201_00b.indd 15PI00176201_00b.indd 15 06/02/12 15:3706/02/12 15:37 tífi ca» (p. 20). Esta afi rmación, relativa a la cons- trucción del conocimiento científi co, también pue- de tener una excelente lectura en la construcción personal; ambas son consustanciales al ser huma- no que quiere dedicarse a una profesión cuyo re- ferente son los demás y contribuir al desarrollo de una disciplina como la Psicología. Revisarse a sí mismo, poner a prueba nuestras atribuciones, so- meter a contraste nuestras creencias, enfrentarse al conocimiento establecido con actitud crítica, etcétera, es y será un modo excelente de progresar en la propia construcción, con carácter general, y en el ámbito profesional con carácter particular. Veintinueve años después de que Santiago Ra- món y Cajal publicase su libro «Reglas y consejos sobre la investigación científi ca. Los tónicos de la voluntad», del que hemos extraído la cita que encabeza esta introducción, se celebraba en 1949 en Boulder, la capital del Estado de Colorado (EE.UU.), una conferencia para tratar la forma- ción del psicólogo. De tal conferencia surgió lo que luego vino a conocerse como «El Modelo de Boulder», que considera al psicólogo como al- guien capaz de contribuir al desarrollo de los tra- tamientos/entrenamientos psicológicos a través de las pautas del método científi co, permitiendo la réplica de cualquier intervención psicológica, su validación experimental y la validación empírica de la teoría, así como de los tratamientos y de la propia intervención. Dicho modelo asume que esta forma de proceder es la mejor para proteger al cliente/paciente de intervenciones perjudiciales, para emplear la experiencia como guía de la toma de decisiones y orientar las actuaciones, así como el modo más adecuado para validar un tratamien- to psicológico. La conferencia celebrada en Boulder se halla entre los acontecimientos que han dado origen a los distintos intentos de dotar al quehacer psico- lógico cotidiano de soporte empírico y experi- mental; es decir, de garantías para los clientes/ pacientes y de credibilidad científi ca para la Psi- cología. Dos de estos intentos han fructifi cado, produciendo marcos de referencia para la valida- ción de los tratamientos psicológicos (la psicolo- gía basada en la evidencia empírica): el metaaná- lisis y los criterios consensuados por la Task Force; el primero de carácter descriptivo (revisión cuantitativa de la efi cacia de los tratamientos) y los segundos de orden experimental tanto en lo referido al tratamiento en grupo como al indivi- dual. En ambos casos el objetivo es el mismo: aportar indicadores cuantitativos y razonable- mente fi ables que permitan a los profesionales de la psicología guiarse en la (s)elección de los tra- tamientos que ya han probado al menos su efi ca- cia en situaciones controladas, así como respecto de las variables que han resultado más relevantes para la consecución de tal logro. Gracias al esfuerzo realizado por quienes nos han precedido (véase la excelente síntesis de Yela, 1994), hoy la psicología fi gura como materia bá- sica de las ciencias de la salud y de las ciencias sociales y jurídicas, dentro de las ramas de cono- cimiento del árbol de la ciencia: artes y humani- dades; ciencias; ciencias de la salud; ciencias so- ciales y jurídicas, e ingeniería y arquitectura. En el contexto internacional, dos de los pre- cursores de la psicología aplicada fueron el psicó- logo alemán Hugo Münsterberg (Danzig, 1863; Cambridge, 1916) y el estadounidense. Lightner Witmer. El primero discípulo de W. Wundt y el segundo discípulo de Cattell, pero también doc- torado en Psicología con W. Wundt en la Univer- sidad de Leipzig. Münsterberg se trasladó a EE.UU., donde inició en 1892 su trabajo como docente e investigador en la Universidad deHar- vard, dedicando una parte de su actividad al de- sarrollo de la psicología aplicada. Entre sus apor- taciones destacan las relativas a la psicología Jurídica y el problema de la fi abilidad de los tes- timonios, así como en el campo de la psicología Industrial, donde elaboró una prueba de capaci- dad profesional. Lightner Witmer también orien- tó su trabajo hacia el campo aplicado y montó en 1896 la primera clínica psicológica para el trata- miento de problemas de niños y adolescentes en la Universidad de Pensilvania. Este hecho es con- siderado el naci miento formal de la psicología Clínica, porque el trabajo de Witmer constituye el pri mer intento serio y sistemático de compren- der, evaluar y tratar los trastornos de conduc ta de 16 / Prólogo © Ediciones Pirámide PI00176201_00b.indd 16PI00176201_00b.indd 16 06/02/12 15:3706/02/12 15:37 los niños y adolescentes, lo que llevó a Garfi eld (1974) a señalar que «si al guien merece el título de fundador de la psicología clínica, ciertamente este hombre es Witmer» (p. 3). Witmer también impartió docencia de esta materia en dicha uni- versidad, fundando en 1907 la revista The Psycho- logical Clinic, primera en su género. En España, el inicio de la psicología aplicada se sitúa en 1914, año en el que se creó en Barce- lona la Secretaría de Aprendizaje, que se conver- tiría en 1919 en el Instituto de Orientación Pro- fesional. En 1924 se crea en Madrid el Instituto de Orientación Profesional y de Selección de Per- sonal. Otras dos fechas relevantes son los años 1921 y 1930, en los que se celebraron en Barcelo- na el segundo y el sexto Congreso Internacional de Psicología Aplicada. La actuación del psicólogo aplicado, en cual- quiera de los ámbitos que le son propios (véase el epígrafe 1.1 de este libro), se fundamenta tanto en su componente de formación y quehacer cotidia- no como en el relativo al desarrollo de una nor- mativa legal y reglamentaria que recoge sus dere- chos y obligaciones; la unión de ambos confi gura su perfi l profesional. Este perfi l se caracteriza por la investigación, el conocimiento y el dominio de la aplicación de los procesos de evaluación, pre- vención y tratamiento de los problemas y trastor- nos del comportamiento humano, en los ámbitos individual, grupal, organizacional y comunitario. Tal conocimiento y dominio de las destrezas son el resultado de un proceso de aprendizaje que se inicia en las facultades de Psicología, donde, por ejemplo, el futuro psicólogo clínico puede ad- quirir las denominadas «habilidades terapéuti- cas» e iniciarse en las «habilidades del terapeuta». Durante este proceso de aprendizaje, que conti- núa a lo largo de toda la vida profesional, el psi- cólogo irá integrando en sus repertorios básicos de conducta los resultados de su aprendizaje, fru- to tanto de su experiencia como de la asistencia a cursos de actualización, lecturas, participación en congresos y reuniones científi cas, etc. El fi n de toda esta actividad no es otro que promover e incrementar el bienestar de las perso- nas, ayudándoles mediante el aprendizaje a mejo- rar la adecuación de sus respuestas en los contex- tos en los que actúan cotidianamente o en los que se hallan circunstancialmente (clínico, educativo, laboral, jurídico, deportivo, sanitario, militar, cir- culación vial, etc). A su vez, este fi n se concreta en un objetivo general: promover el cambio y/o ayudar a cambiar, para que las personas puedan desarrollar, hasta donde les sea posible, sus po- tencialidades y funcionar de un modo autónomo y competente, es decir, capitalizando las oportu- nidades que se le presentan en su medio social y ajustándose de modo efi ciente a éste. El medio que utiliza el psicólogo para la con- secución del fi n que persigue es la intervención psicológica, la cual se presenta como un proceso a lo largo del cual el profesional evalúa, entrena/ trata y cuantifi ca tanto los efectos del entrena- miento/tratamiento como su estabilidad o persis- tencia temporal, la validez social de tales efectos, su generalización a través de situaciones distintas a aquella en la que se realizó el tratamiento/en- trenamiento, etc. El fi n del presente libro es poner en manos de nuestros lectores un trabajo en el que hemos pre- tendido proporcionar una visión general de las funciones que desempeñamos, los requisitos que requiere nuestra formación y el proceso que segui- mos en nuestra actuación profesional. Se trata de una aproximación a nuestra profesión que preten- de ser útil tanto a quienes están formándose para ejercerla como a los que, llevando ya tiempo en ella, deseen o crean necesario «administrarse una dosis» de recuerdo y/o actualización. Asimismo, este trabajo puede resultar útil a quienes desde otras disciplinas deseen tener información de pri- mera mano sobre lo que hacemos o deberíamos hacer los psicólogos y cómo actuamos o debería- mos actuar para lograrlo; tal puede ser el caso de los profesionales del resto de ciencias de la salud (especialidades biomédicas, medicina de familia, psiquiatría, oncología, pediatría, rehabilitación/ fi sioterapia, enfermería, biología, etc.), profesio- nales de las ciencias de la educación (pedagogos, maestros de Enseñanza Primaria, profesores de Enseñanza Secundaria Obligatoria, psicopedago- gos, etc.), cargos ejecutivos de servicios públicos Prólogo / 17 © Ediciones Pirámide PI00176201_00b.indd 17PI00176201_00b.indd 17 06/02/12 15:3706/02/12 15:37 y privados relativos a la seguridad vial, de las fuer- zas armadas y cuerpos de seguridad públicos y privados, del poder judicial, del ámbito deportivo, del estamento económico (recuérdese que el psi- cólogo Daniel Kahneman fue Premio Nobel de Economía del año 2002, véase León y Botella, 2002, y Quintanilla, 2003), etc. En síntesis, con carácter general esta aproximación puede resultar de interés para todo aquel que esté interesado en el comportamiento humano, porque éste es nues- tro objeto de estudio, y en particular o de manera especial a quienes se interesen por el comporta- miento humano alterado, trastornado o desadap- tado, porque es ahí donde más énfasis hace el pre- sente libro. En este contexto hemos abordado las funcio- nes y los perfi les profesionales del psicólogo, el papel del método científi co como salvaguarda de los intereses de nuestros clientes/pacientes, pasan- do por las cuestiones éticas, el código deontoló- gico y las habilidades y destrezas implicadas en el quehacer profesional. Asimismo, en el ámbito de la actuación nos hemos adentrado en su proceso tanto respecto de la construcción histórica como en el presente de nuestra disciplina. En este último sentido hemos tratado el concepto de problema/ trastorno psicológico, el proceso de la constata- ción de su existencia y los requisitos que ello lleva implícito, tanto respecto a las estrategias de eva- luación como en lo relativo a la comunicación de sus resultados y la ordenación, a través de un con- trato, de la relación entre quien presta el servi- cio (psicólogo) y quien lo recibe (cliente/paciente). Por último, realizamos una aproximación al tratamiento psicológico desde su delimitación conceptual (¿qué es y qué no es tratamiento psi- cológico?), pasando por la descripción de su cons- trucción y depuración (incluida la valoración de su efi cacia, efectividad y efi ciencia), las diferencias con las que se encontrará el futuro profesional de la psicología cuando trabaje en un contexto con- trolado como es el experimental, o cuando lo haga a demanda (en el ámbito asistencial). Aca- bamos centrándonos en cómo se debe de terminar el proceso de aplicación de un tratamiento, los efectos secundarios de los tratamientos psicológi- cos y qué es conveniente hacer para reducir/im- pedir la aparición de «recaídas». Por último, además de esperar que esta lectu- ra resulte provechosa, parafraseando nuestra cita de don Santiago Ramón y Cajal queremos desear tanto a nuestros futuroscolegas como a los que ya lo son toda la paciencia y perseverancia que precisen para lograr la obra más grande que pue- de realizar un psicólogo: el ejercicio honesto y riguroso de su profesión. JOSÉ OLIVARES DIEGO MACIÀ ANTÓN PABLO J. OLIVARES-OLIVARES ANA I. ROSA ALCÁZAR Referencias que se citan Garfi eld, S. L. (1974). Clinical Psychology: The Study of Personality and Behavior. Aldine (traducción al español: El Manual Moderno, 1979). Giner de los Ríos, F. (1905). Pedagogía universitaria. Barcelona: Imprenta Moderna de Guinart y Pujo- lar. León, O. F. y Botella, J. (2002). Daniel Kahneman. Un psicólogo Premio Nobel 2002. Psicothema, 15(3), 341-344. Quintanilla, I. (2003). Un premio Nobel para nuevas perspectivas en la investigación económica y psi- cológica. Papeles del Psicólogo, 84, 83-92. Ramón y Cajal, S. (1920). Reglas y consejos sobre la investigación científi ca (los tónicos de la voluntad, 5.ª ed.). Madrid: Imprenta y librería de Nicolás Moya. Yela, M. (1994). La enseñanza de la psicología en Es- paña. Breve apunte histórico y situación actual. Papeles del Psicólogo, 60 (www.papelesdelpsicolo- go.es/vernumero.asp?id=644). 18 / Prólogo © Ediciones Pirámide PI00176201_00b.indd 18PI00176201_00b.indd 18 06/02/12 15:3706/02/12 15:37 1.1. FUNCIONES Y PERFILES PROFESIONALES DEL PSICÓLOGO A fi nales del siglo XIX y principios del XX, de forma casi simultánea a la constitución de la Psi- cología como disciplina científi ca, se producen los primeros intentos de aplicar los hallazgos psico- lógicos que se iban alcanzando en los laboratorios de investigación a los distintos ámbitos de la rea- lidad social: Lightner Witmer pone en marcha la primera clínica psicológica en 1896; autores como J. McKeen Cattell o Alfred Binet desarrollan las primeras pruebas de evaluación psicológica; en 1903 Thorndike publica Educational Psychology, una primera aplicación de la psicología a la edu- cación, y ese mismo año Walter Dill Scott publi- ca The Theory of Advertising, aplicando la psico- logía a la publicidad. Si defi nimos la psicología como la ciencia dedicada al estudio de la conduc- ta —o el comportamiento humano— a través de las distintas manifestaciones en que éste pueda tener lugar: cognitivas, emocionales, motoras y psicofi siológicas—, es también psicología —apli- cada— la utilización práctica y positiva de este conocimiento en los distintos ámbitos o contextos en que las personas pueden desenvolverse. El término «psicología aplicada» implica dos elementos de interés (Goldstein y Krasner, 1987), pero siempre integrados: por un lado, la existen- cia de una ciencia básica de psicología que con- lleva la investigación rigurosa de laboratorio, a partir de la cual se desarrollan los modelos teóri- cos y los principios de la conducta humana; por otro, estos principios básicos son aplicados pos- teriormente a situaciones de la vida real fuera del laboratorio, para conseguir los cambios deseados en el comportamiento humano; la psicología como ciencia, profesión y como medio de promo- ver el bienestar humano. Tradicionalmente se ha venido considerando que la psicología centraba su aplicación en tres grandes ámbitos: el escolar, el industrial —orga- nizacional— y el clínico. En la actualidad, esta clasifi cación queda ampliamente desbordada; así, desde la perspectiva en la que se desarrolla el que- hacer profesional podríamos agrupar la aplica- ción de las funciones del psicólogo en torno a las siguientes áreas o ámbitos laborales (COP, 1998): psicología clínica y de la salud, psicología jurídi- ca, psicología de la educación, de las drogodepen- dencias, de la intervención social, del trabajo y las organizaciones, del tráfi co y la seguridad vial, y psicología de la actividad física y del deporte. No obstante, esta relación no agota todas las posibi- lidades ni muestra todas las actividades que rea- lizan los psicólogos. De hecho, cada vez aparecen con más frecuencia delimitaciones de nuevos per- fi les de actividad. En este contexto, en la actualidad los profe- sionales de la psicología realizamos nuestro queha- cer en un gran número de ámbitos, y el número de psicólogos que vivimos de esta profesión es cada vez mayor (véase Infocoop, 2009d). Ello es debido a que nuestra profesión ha experimentado en los últimos años un gran crecimiento en lo que respecta a las áreas o problemas sobre los que © Ediciones Pirámide 1Consideraciones preliminares. La psicología aplicada PI00176201_01.indd 19PI00176201_01.indd 19 06/02/12 15:2306/02/12 15:23 actuamos: se ha incrementado de forma muy no- table nuestra presencia en las instituciones y en los medios de comunicación social, mejorando nuestra imagen social (Buela-Casal, Bretón-López, Agude lo, Bermúdez, Sierra, Teva y Roales-Nieto, 2005, o Gutiérrez y Quintanilla, 1993). Con el fi n de aportar claridad, desde una pers- pectiva estrictamente didáctica vamos a diferen- ciar las que entendemos como funciones del psi- cólogo, es decir, las actividades de carácter ge neral que podrían aplicarse a cualquier problema den- tro de lo que son sus ámbitos de aplicación/ac- tuación o perfi les profesionales. Entendemos que ésta puede ser una buena manera de comenzar nuestra andadura en el conocimiento de la pro- fesión. 1.1.1. Funciones Podemos considerar que cada ámbito de apli- cación de los conocimientos psicológicos delimita una especialidad profesional de la psicología; sin embargo, no queremos apartarnos de la conside- ración realizada por Matarrazzo (1989) en el con- texto de la formación del psicólogo, cuando afi r- ma que no existen en la psicología distintas especialidades, sino la aplicación del cuerpo co- mún de conocimientos de la psicología a distintas áreas de aplicación, que dan lugar a los perfi les profesionales. El trabajo del psicólogo aplicado consiste en la aplicación de su conocimiento a los problemas de las personas y de los grupos humanos, con el fi n de promover soluciones satisfactorias tanto para unos como para los otros. Tal actividad es resultado de la aplicación de los procesos impli- cados en la investigación de los principios del comportamiento humano para comprender, ex- plicar, evaluar, prevenir y tratar los trastornos del comportamiento y los problemas de adaptación. En general, podemos decir que son activida- des generales o funciones propias del psicólogo la investigación, la evaluación, la prevención, el tra- tamiento, la enseñanza/entrenamiento, el consejo, la asesoría y las peritaciones, pudiendo también administrar instituciones o servicios (véase fi gu- ra 1.1). La investigación. Su objeto es desarrollar for- mulaciones teóricas en las que se sustenten las intervenciones, el desarrollo de los tratamientos, métodos de evaluación y estrategias para la me- dida de los resulta dos. En 1920, Ramón y Cajal, analizando las ra- zones del retraso de España respecto de Europa, indicaba que «otro de los vicios de pensamiento que importa combatir a todo trance es la falsa distinción entre ciencia teórica y ciencia práctica» (p. 30), subrayando que quienes realizan tal dis- tinción cometen un gran cúmulo de inepcias cuando «ven, por un espejismo extraño, el pro- greso en los efectos y no en las causas», dejando de advertir «esos hilos conductores que enlazan la fábrica con el laboratorio, como el arroyo a su manantial» (p. 31). En este sentido, conviene recordar que los es- fuerzos realizados por sistematizar la formación de los psicólogos tienen un referente importan- te en la conferencia celebrada en 1949 en Boul- der (Colorado, EE.UU.). El denominado Modelo Boulder, que surgió de allí, considera al psicó logo como alguien capaz de contribuir al desarrollo de los métodos y las técnicas de su profesión a través de la investigación. El modelo, basado en nuestra propia herencia científi ca, aconsejaba que los psi- cólogos se preparasen como profesiona les y como científi cos. La orientación científi co-profesionalque sur- ge en Boulder pretende reducir, hasta donde re- sulte posible, la separación entre las actividades del profesional y las del investi gador, porque se entiende que: a) la experiencia laboral plantea fre- cuentemente problemas para cuya solución («re- plicable») es necesaria la formulación de hipótesis que han de ser confi rmadas, y b) la investigación, además de permitir al profesional contribuir al desarrollo de nuestra ciencia, es también la base sobre la que debe desarrollarse una práctica labo- ral saludable (véanse, por ejemplo, buena parte de sus posibilidades para el N = 1 en Barlow y Her- sen, 1988). De hecho, cada vez que el psicólogo se enfrenta a un problema interviene formulando 20 / El ejercicio de la psicología aplicada © Ediciones Pirámide PI00176201_01.indd 20PI00176201_01.indd 20 06/02/12 15:2306/02/12 15:23 una hipótesis sobre éste y, coherentemente con ella, diseña o elige y aplica un modo de resolver- lo (intervención para el cambio), de forma que los resultados obtenidos validen o refuten la hipótesis que previamente se planteó. Asimismo, el modo o método empleado ha de permitir que cualquier otro profesional o investigador pueda replicar su intervención y llegar a conclusiones similares. Las hipótesis requieren establecer, en cada caso, una relación entre el problema o trastorno y las varia- bles implicadas en su mantenimiento, así como respecto del modo de resolverlo (actuación sobre las segundas para resolver el primero). La evaluación. Esta función supone estudiar científi camente la(s) respuesta(s) de una persona o un grupo, en sus interacciones con el ambiente físico y social, con el fi n de descubrir, clasifi car, predecir y, en su caso, explicar dicha(s) respuesta(s). Desde este punto de vista, la labor del psicó logo puede dedicarse tanto al análisis del medio social como a la evaluación de las respuestas de la per- sona o del grupo, o a ambas cosas. Desde el punto de vista histórico, esta activi- dad es propia del quehacer psicológico desde el mismo momento en el que se inicia la psicología científi ca. Ejemplos en este sentido son el de Hugo Münsterberg o Binet. El primero elaboró en 1891 una batería, compuesta por 14 pruebas, con la pretensión de llegar a evaluar la capacidad mental de los niños a través de funciones complejas como la lectura, clasifi cación de objetos o la realización de operaciones matemáticas (Münsterberg, 1911 Investigación Evaluación Describir, clasificar, predecir y, en su caso, explicar la respuesta humana. Intervención preventiva Intervención primaria. Prevención de problemas/trastornos psicológicos o biológicos en los que participa el comportamiento humano. Intervención para el cambio Intervención secundaria (temprana) y terciaria (tardía o de rehabilitación). Consejo/Asesoría/ Peritaciones Aconsejar a instituciones u organizaciones en la solución de problemas. Peritar o emitir informes de acuerdo a los resultados de la evaluación. Administración y gestión Dirigir el funcionamiento de instituciones o servicios como centros de salud, hospitales, recursos humanos, etc. Enseñanza/entrenamiento Instruir y entrenar a futuros profesionales y a para- profesionales. Funciones del psicólogo Figura 1.1.—Diagrama de las principales funciones del psicólogo. Consideraciones preliminares. La psicología aplicada / 21 © Ediciones Pirámide PI00176201_01.indd 21PI00176201_01.indd 21 06/02/12 15:2306/02/12 15:23 y 1915); el segundo, Alfred Binet, interesado por las posibilidades de reeducación y rehabili tación de los discapacitados intelectuales, confeccionó una batería de pruebas para la evaluación de las funciones mentales complejas tanto en niños con discapacidad como sin ella. Aún más, el trabajo del primer psicólogo clínico reconocido como tal, Lightner Witmer (1867-1956), estaba precedido generalmente por algún tipo de evaluación ten- dente a precisar la naturaleza del problema. Con el devenir del tiempo, la actividad eva- luadora ha terminado siendo una necesidad y un requisito previo a la aplicación de cualquier for- ma de intervención para resolver cualquier tipo de problema, así como una vía para contrastar su efi cacia (Fernández-Ballesteros, 1994). La intervención para el cambio. Consiste en la aplicación de una o más técnicas psicológicas a fi n de provocar un cambio benefi cioso para la perso- na o el grupo. Puede realizarse con carácter pre- ventivo o terapéutico, de forma individual o gru- pal, para propiciar los cambios necesarios en el manejo de un instrumento, de instituciones o as- pectos particulares del ambiente o de una situa- ción social concreta. De hecho, el profesional lo que hace es aplicar sus conocimientos a las distin- tos problemas para los que se solicita su interven- ción; variará el modo de proyectar la intervención en función del problema de que se trate, pero no el arsenal de técnicas y estrategias de las que dis- pone para confeccionar sus intervenciones; la in- tensifi cación en la aplicación de sus conocimientos a un ámbito concreto dará lugar a su especializa- ción en la evaluación y tratamiento de las circuns- tancias y el tipo de problemas que se presenten o puedan presentarse, lo que determinará social y laboralmente un perfi l, su perfi l profesional. La intervención preventiva. Esta actividad su- pone la elaboración de programas de interven ción que puedan infl uir bien en los aspectos del am- biente que se suponen o son causa de problemas de adaptación, bien en las personas, proporcionán- doles información, habilidades y destrezas (com- petencias) para prevenir los potenciales desajustes del medio o, en última instancia, saber cómo ha de resolverlos si llegaran a presentarse. Hasta la década de los setenta del siglo pasa- do, el psicólogo centraba su actividad en la eva- luación y el tratamiento en contextos clínicos, educativos o laborales. Sin embargo, los hallazgos psicológicos han permitido establecer relaciones funcionales entre ciertos comportamientos y cier- tos eventos ambientales que posibilitan intervenir de forma preventiva sobre el comportamiento futuro. Así, cuan do se dispone de estrategias e ins- trumentos, y además se puede elegir, parece una obviedad considerar que la prevención de enfer- medades, de problemas o trastornos de conducta, del deterioro medio ambiental, etc., es más desea- ble que el tratamiento de dichos trastornos perso- nales o sociales. La enseñanza/entrenamiento. Esta función es consustancial con el inicio mismo de las aplica- ciones de la psicología. Así, en 1897 la clínica que Witmer había fundado organizó, por primera vez, un curso de verano sobre psicología infantil. En estos cursos se formaba a los estudiantes en lo que Witmer llamó «método clínico», que era muy si- milar a lo que actualmente se realiza en el marco de la terapia de conducta. En la actualidad esta función se realiza en tres frentes distintos: la forma ción de futuros profe- sionales, la actualización de los conocimientos de los profesionales y el entrenamiento de parapro- fesionales. En el trabajo con niños y adolescentes, el papel de los paraprofesionales ha llegado a al- canzar tanta relevancia que ya en 1983 Kazdin lo incluía entre los tres grandes problemas a los que se tendría que enfrentar la psicología. Hemos incluido la doble entrada «enseñanza/ entrenamiento» porque queremos que el lector recuerde que la tarea educativa del psicólogo di- fi ere de la que puedan realizar otros expertos en el hecho de que la transmisión de información es sólo un componente de la enseñanza, no «el com- ponente»; en el ámbito psicológico, la transmi- sión de información es una condición necesaria, pero insufi ciente si no va acompañada del entre- namiento en habilidades y destrezas necesario para poder actuar de acuerdo con los requeri- mientos de la información suministrada (véase el capítulo 4). 22 / El ejercicio de la psicología aplicada© Ediciones Pirámide PI00176201_01.indd 22PI00176201_01.indd 22 06/02/12 15:2306/02/12 15:23 La administración. La administración de ins- tituciones o servicios es una función que desem- peñan cada vez más a menudo los profesionales de la psicología. Esta tarea supone la direc ción de una institución o servicio. En la actualidad pode- mos encontrar un psicólogo al frente de un centro de salud de la red sanitaria pública o privada, de un departamento de recursos humanos, de un de- partamento de servicios sociales, de un centro para personas mayores, etc. La formación del psi- cólogo le confi ere una alta capacitación para ejer- cer efi cazmente el liderazgo en distintos contextos y grupos humanos. Consejo, asesoría y peritaciones. Esta función consiste en proporcionar ayuda o consejo a per- sonas, orga nizaciones, instituciones y departa- mentos administrativos en la solución de distintos tipos de proble mas. Por ejemplo, la actuación como psicólogo forense en el sistema judicial en problemas relacionados con el comportamiento antisocial, custodia de hijos, peritajes psicológi- cos, etc., o en colectivos de deportistas como los clubes de fútbol, de atletismo, natación, etc., para orientar tanto a los propios deportistas como a sus entrenadores respecto a sus respuestas ade- cuadas e inadecuadas para la mejora del rendi- miento o de su motivación, etc. En el ámbito del tratamiento individual, la tarea de aconsejar (counseling) es la que ejerce un psicólogo cuando la persona le solicita asesoría respecto a cómo puede hacer frente a un proble- ma de orden personal o relacional (no a un tras- torno). Estas funciones se realizan tanto indi- vidualmente como con parejas en cuestiones que afectan a la convivencia, como la relación sexual, el reparto de las tareas del hogar, la admi- nistración de los recursos, etc., o respecto de su quehacer con los hijos en la aplicación del régi- men de premios y castigos, la formulación de acuerdos por escrito y redacción de contratos, etc. (véase por ejemplo Mearns y Thorne, 2009). Tomando como referencia este marco general de las funciones y sus variados ámbitos de apli- cación, se ha realizado una notable cantidad de trabajos para tratar de delimitar los perfi les pro- fesionales del psicólogo. En este esfuerzo hay que destacar muy especialmente el trabajo realizado por y desde el Colegio Ofi cial de Psicólogos de España, ahora federado y agrupado bajo la de- nominación de Consejo General de Colegios de Psicólogos y los trabajos realizados en los proyec- tos «Europsy-T» y «Europsych-EDP» bajo la su- pervisión de la European Federation of Psycho- logists Association (EFPA) y de la Unión Europea. De estos trabajos ha surgido la clasifi cación de los perfi les profesionales, a cuya presentación dedi- camos las páginas que siguen. 1.1.2. Perfiles profesionales Como hemos comentado, desde la perspectiva del quehacer profesional podríamos agrupar la aplicación de las funciones del psicólogo en torno a las siguientes áreas o ámbitos laborales: psico- logía clínica y de la salud, jurídica, de la educa- ción, de la intervención social, del trabajo y las organizaciones, del tráfi co y la seguridad vial, del envejecimiento, del deporte y de la intervención en catástrofes y situaciones de emergencia. No obstante, esta relación no agota todas las posibi- lidades ni muestra todas las actividades que rea- lizan los psicólogos. De hecho, cada vez aparecen con más frecuencia delimitaciones de nuevos per- fi les de actividad; es lo que ha ocurrido, por ejem- plo, con la neuropsicología clínica, respecto de la que Echeburúa y Quemada (2008) refl exionaban sobre sus funciones y el contenido formativo como subespecialidad clínica, detallando particu- laridades relativas al contexto de la evaluación, del tratamiento, del apoyo familiar y de la gestión o la psicología de la reproducción (Moreno-Ros- set, 2008), por citar sólo dos casos. Esta misma realidad era ya reconocida por Santolaya (1995) cuando, en la editorial/presenta- ción de la sección monográfi ca «Perfi les del psicó- logo» de Papeles del Psicólogo, publicado por la Junta de Gobierno Estatal del Colegio Ofi cial de Psicólogos (www.papelesdelpsicologo.es), indicaba que «nuestra profesión ha experimentado un rápi- do desarrollo y que las actividades del psicólogo se han expandido y desarrollado no sólo en áreas Consideraciones preliminares. La psicología aplicada / 23 © Ediciones Pirámide PI00176201_01.indd 23PI00176201_01.indd 23 06/02/12 15:2306/02/12 15:23 tradicionales como la psicología clínica, donde nuestras funciones, ya sea como evaluadores o psi- coterapeutas, están consolidadas, sino en cualquier otra área en la cual interaccione un ser humano». Además de servir para combatir el intrusismo profesional y cumplir con el imperativo legal, la delimitación de los perfi les profesionales del psi- cólogo permite que se oriente tanto a los psicólo- gos en el ejercicio de la profesión como a nuestros estudiantes sobre cuáles son sus funciones, proce- dimientos y técnicas de intervención según el área en la que se desarrolle nuestra actividad (Santo- laya, 1995), dado que nuestros ámbitos de actua- ción precisan de una adecuada formación que debe orientarse y guiarse por la delimitación de los perfi les respectivos (puede consultarse a este respecto la documentación del COP disponible en www.cop.es/perfi les/). Vamos a repasar brevemen- te el estado de los principales perfi les profesiona- les en la actualidad. Psicología clínica y de la salud Como ya hemos adelantado, desde una pers- pectiva histórica el inicio de la psicología clínica se sitúa en 1896, año en el que Lightner Witmer fundó en la Universidad de Pensilvania la prime- ra clínica psicológica. La fecha constituye u n hito porque es la primera vez, al menos que tengamos conocimiento, en la que el psicólogo deja de ser sólo un científi co que investiga para pasar a ser un científi co que practica una profesión, es decir, con un perfi l profesional. Hay que recordar que Lightner Witmer había hecho su tesis doctoral en Alemania con Wundt. La psicología clínica, si bien surgió por el in- terés en el estudio de la conducta anormal, en su desarrollo no sólo ha planteado su propia alter- nativa con conceptualizaciones y procedimientos terapéuticos propios en esta área, sino que su campo de aplicaciones se ha extendido a los as- pectos conductuales de los trastornos orgánicos (Macià y Méndez, 1999). Rachman (1980) indica que a partir de la década de los sesenta se va pro- duciendo, lentamente, un triple reconocimiento de gran importancia para la psicología: a) se re- conoce que los factores psicológicos infl uyen en todas las ramas de la medicina y que, por tanto, la psicología invade todas las partes de ésta; b) se admite que el psicólogo clínico no tiene que redu- cir su actividad necesariamente a los problemas psicopatológicos, y c) se acepta que la psicología puede suministrar concepciones propias sobre la salud y sus problemas. A la hora de delimitar la psicología clínica y la psicología de la salud existen distintos posiciona- mientos con implicaciones en el ámbito de la acti- vidad profesional. Como hemos dicho, la psicolo- gía de la salud es inicialmente la psicología (clínica) aplicada a problemas de salud física, y en este sen- tido sería una única disciplina que amplía su cam- po de actuación. Pero muchos autores han consi- derado desde el surgimiento de la psicología de la salud que los objetivos son claramente distintos (aunque comparten aspectos en común) y que son por tanto dos campos claramente separados de especialización, dos áreas independientes dentro de la psicología. La psicología clínica se preocupa- ría de la evaluación y tratamiento de los trastornos de la salud mental, y la psicología de la salud de los aspectos relacionados con la salud/enfermedad física. Otros autores destacan además el importan- te desarrollo de lapsicología de la salud en los últimos años (Buela-Casal y Castro, 2008), para defender que en la actualidad son dos áreas inde- pendientes dentro de la psicología, dos campos separados de especialización. Sin embargo, ese mismo argumento es utilizado para considerar que de una psicología clínica de la salud podemos, en plano de igualdad, utilizar la denominación psico- logía clínica y de la salud, considerándola un área común producto de la suma de las dos. El Colegio Ofi cial de Psicólogos (1998) esta- blece un perfi l profesional, el de psicólogo clínico y de la salud, al considerarla una sola área de in- tervención profesional. El COP considera que la psicología clínica y de la salud integra dos campos de especialización. La delimita como la disciplina o el campo de especialización de la psicología que aplica los principios, las técnicas y los conoci- mientos científi cos desarrollados por ésta para evaluar, diagnosticar, explicar, tratar, modifi car y 24 / El ejercicio de la psicología aplicada © Ediciones Pirámide PI00176201_01.indd 24PI00176201_01.indd 24 06/02/12 15:2306/02/12 15:23 prevenir las anomalías o los trastornos mentales o cualquier otro comportamiento relevante para los procesos de la salud y enfermedad, en los dis- tintos y variados contextos en que éstos puedan tener lugar. Desde un punto de vista institucional, pode- mos señalar que tanto la Organización de las Na- ciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como la Organización Inter- nacional del Trabajo sitúan la psicología clínica y de la salud en el marco de la formación científi ca básica y de la actuación profesional. La nomen- clatura internacional de la UNESCO para los campos de la ciencia y la tecnología (Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología, 1990) sitúa a la psicología en el campo científi co 61, subdividiéndolo en especialidades (algunas de las cuales se recogen en el cuadro 1.1). CUADRO 1.1 Algunas de las especialidades del campo científico número 61 Categoría Subdivisiones/Especialidades Patología (6101) 01 Trastornos del com- portamiento 02 Comportamiento desviado 03 Deficiencia mental 04 Psicopatología Psicología del niño y del adolescente (6102) — Asesoramiento y orienta- ción (subdivisiones clíni- cas) (6103) 01 Terapia de conducta 04 Terapia de grupo 06 Psicoanálisis 07 Psicoterapia Evaluación y diagnóstico en psicología (6105) — En la Clasifi cación Internacional Uniforme de Ocupaciones se indica que «Los psicólogos inves- tigan y estudian los procesos mentales y del com- portamiento de los seres humanos, individual- mente o como miembros de grupos o sociedades, y asesoran sobre estos conocimientos o los apli- can a fi n de promover la adaptación y desarrollo tanto individual como social, educativo o profe- sional de las personas» (Organización Internacio- nal del Trabajo, 1991, p. 88), señalando que, entre otras, son actividades del psicólogo «Estudiar los factores psicológicos en el diagnóstico, tratamien- to y prevención de enfermedades mentales y tras- tornos emocionales o de la personalidad». Así pues, la psicología clínica y de la salud es la disciplina o el campo de especialización de la psicología que aplica los principios, las técnicas y los conocimientos científi cos desarrollados por ésta y las ciencias afi nes para evaluar, explicar, tratar, modifi car y prevenir las alteraciones, los problemas o los trastornos psicológicos que son relevantes para los procesos de la salud y enfer- medad, en los contextos en los que éstos pueden presentarse. En el ámbito de este binomio, «clínica y sa- lud», el componente clínico se centra más en los problemas/alteraciones/trastornos que pueden te- ner o tienen signifi cado relativo al padecimiento y la interferencia en el desarrollo de la actividad cotidiana, mientras que el componente «salud» se refi ere a los problemas/alteraciones asociados(as) a enfermedades o problemas relativos a la salud física, así como a la adquisición, desarrollo y man- tenimiento de habilidades y destrezas que fortalez- can (prevengan) a la persona frente a la ocurren- cia de éstos (sedentarismo, consumo de sustancias tóxicas, excesos y defectos en la alimentación, etc.) e incrementen o mantengan su estado de bienes- tar, es decir, que le permitan adquirir, desarrollar y mantener pautas de conducta propias de un fun- cionamiento saludable en todas las áreas y etapas de la vida. En consecuencia, la psicología clínica y de la salud no se aplica o toma en consideración únicamente los fenómenos o procesos anormales o psicopatológicos, sino que también estudia y se aplica a los procesos y estados de salud y bienes- tar, tanto de los individuos como de los grupos humanos, para instaurarlos, mantenerlos o, en su Consideraciones preliminares. La psicología aplicada / 25 © Ediciones Pirámide PI00176201_01.indd 25PI00176201_01.indd 25 06/02/12 15:2306/02/12 15:23 caso, reinstaurarlos, así como a la prevención, la promoción y la educación para la salud. El tratamiento psicológico bien aplicado es benefi cioso, tanto por medio de la solución del problema/trastorno como a través de la ayuda a la persona, para que ésta consiga una vida más satisfactoria, pese a las difi cultades e interferen- cias que conlleve su estado. Actualmente, junto a las consultas/gabinetes privados, el marco principal de trabajo de los psi- cólogos clínicos que han realizado el PIR (forma- ción como psicólogos internos residentes en el Sistema Nacional de Salud de España) son los hospitales y las unidades de salud mental en los centros públicos de salud. Por lo que respecta a la presencia del psicólo- go en nuestro ámbito hospitalario, hay que indi- car que ésta es cada vez más frecuente y genera- lizada, aunque todavía escasa si se compara con el promedio europeo (véase en este mismo apar- tado el cuadro 1.4 relativo a la tasa por cada 100.000 habitantes en España y Europa). Este he- cho refl eja que los responsables de las administra- ciones públicas, los gestores de salud y los pro- fesionales sanitarios no pueden ya dejar de reconocer la relevancia de los efectos de los tra- tamientos psicológicos —psicología clínica—, así como la importancia de los aspectos psicológicos en los procesos de salud y enfermedad —psicolo- gía de la salud— (véase, por ejemplo, Joseph, Gierlach, Housley y Beutler, 2005). De hecho, la psicología como profesión sanitaria también cuenta con una excelente imagen en España (véa- se Buela-Casal, Teva, Sierra, Bretón-López, Agu- delo, Bermúdez y Gil Roales-Nieto, 2005 y Sierra et al., 2005), y ello pese a los problemas creados con la Ley 44/2003 de Ordenación de las Profe- siones Sanitarias (LOPS), resueltos con la crea- ción de la profesión denominada psicólogo gene- ralista sanitario, que se une a la de los psicólogos especialistas en psicología clínica. Estas son las razones por la que la intervención psicológica em- pieza a ocupar un lugar relevante en la estructura y en la organización de la asistencia en centros de salud y hospitales públicos y privados (véase Re- mor, Arranz y Ulla, 2007), además de contar ya con un bagaje lo sufi cientemente extenso y rico como para que empiecen a publicarse guías espe- cífi cas de psicología de la salud sobre la interven- ción en el ámbito hospitalario. Este último es el caso del excelente trabajo coordinado por Mon- salve, Soriano, Carbajo y Santolaya (2009) en el que los autores incluyen propuestas prácticas de intervención que ya han sido aplicadas con éxito en diferentes hospitales públicos españoles, desde un enfoque multidisciplinar y sobre cuestiones tan variadas como el rol del psicólogo en el ám- bito hospitalario, el estrés y la salud en enfermos hospitalizados, el dolor crónico, la intervención psicológica en el paciente oncológico crónico, la rehabilitación cardía ca, la intervención multidis- ciplinar en pacientes diagnosticados de enferme- dad infl amatoriaintestinal, la intervención psico- lógica en el paciente amputado, en pacientes con infección por VIH/SIDA, en la Unidad de Cuida- dos Intensivos o en la atención domiciliaria. El ámbito de aplicación de la psicología clíni- ca y de la salud abarca un rango tan amplio de problemas/trastornos psicológicos como las po- sibilidades que tienen éstos de presentarse cum- pliendo los requisitos exigidos para poder ser con- siderados como tales (véanse los conceptos de trastorno y de problema psicológico), a lo que hay que añadir todo el campo de trabajo relativo a la prevención o instauración, desarrollo y manteni- miento de pautas de conducta saludables. Entre estos problemas podemos recordar algunos como los de la respuesta sexual, del estado de ánimo, de ansiedad, psicóticos, de la personalidad, adaptati- vos, del control de los impulsos, de alimentación (obesidad, anorexia o bulimia), del sueño, de la adicción (alcoholismo, ludopatía o toxicomanías), de la pareja, propios del envejecimiento (problemas asociados al deterioro neuronal, como las demen- cias y otros trastornos cognitivos), de inicio y desa- rrollo en la infancia y la adolescencia (mutismo selectivo, trastorno obsesivo-compulsivo infantil, trastorno de ansiedad social o fobia social...), etc.; también participa en el cotratamiento de problemas de salud como el cáncer, la diabetes, el asma o de otras afecciones de orden inicialmente físico, tanto para mejorar la calidad de vida como para acom- 26 / El ejercicio de la psicología aplicada © Ediciones Pirámide PI00176201_01.indd 26PI00176201_01.indd 26 06/02/12 15:2306/02/12 15:23 pañar en el proceso de la enfermedad, facilitando la adherencia y el cumplimiento de los tratamientos biomédicos, reestructurando las creencias, distor- siones y errores cognitivos, entrenando en el mane- jo de la ansiedad y el estrés, etc., y todo ello tanto con los pacientes como con sus familiares. En este sentido, por ejemplo, el NICE (Natio- nal Institute for Health and Clinical Excellence) —organización independiente que, entre otras ac- tividades, asesora al sistema de salud público del Reino Unido sobre las estrategias de prevención y promoción de la salud pública, los avances en pro- cedimientos de intervención (diagnóstico, trata- miento, seguimiento), así como respecto de los tratamientos más adecuados, basándose en las evi- dencias clínicas—, recomienda el empleo del tra- tamiento psicológico para personas con un amplio rango de problemas de salud física, que van desde la diabetes hasta la esclerosis múltiple, pasando por las enfermedades cardíacas o las derivadas de las complicaciones médicas crónicas producidas por derrame cerebral, ya que entre otros benefi cios el tratamiento psicológico previene la ocurrencia de depresión, ya que en estos pacientes hay un alto riesgo de que aparezca. El tratamiento psicológico puede mejorar notablemente la disposición del pa- ciente para seguir las prescripciones biomédicas, así como mantener o incrementar su implicación tanto en la práctica de los ejercicios de rehabilita- ción como respecto de su autocuidado (promo- ción de la salud). El NICE concluye que el trata- miento psicológico también se muestra muy efi caz para mejorar la calidad de vida e incrementar la autonomía e independencia del paciente, y con ello también reduce la sobrecarga para la familia. En consecuencia, como habíamos adelantado, el psicólogo clínico y de la salud aplica el conoci- miento teórico, las habilidades y destrezas, las es- trategias, las técnicas y los instrumentos propor- cionados por la psicología (y ciencias afi nes) a los problemas y los trastornos psicológicos, así como a cualquier(a) otro(a) comportamiento/respues- ta relevante para la salud y la enfermedad, con el fi n de evaluar, explicar, tratar, modifi car o preve- nir éstos en los distintos contextos en que puedan presentarse. Habida cuenta del ámbito tan extenso de la psicología clínica y de la salud, cada vez es más frecuente hallar en su seno nuevas aplicaciones que, a su vez, orientan nuevos perfi les profesiona- les, en áreas donde hasta ese momento la única intervención era la biomédica. Tal fue el caso en su día, por ejemplo, del psicólogo que comenzó a formar parte de los equipos multiprofesionales que trataban las toxicomanías (psicólogo especia- lizado en drogodependencias —véase, por ejemplo, Graña, 1994 y Carcas, 1995—) o lo que es hoy la psicología de la reproducción (área de trabajo en el ámbito de la psicología de la salud). La psicología de la reproducción tiene por ob- jeto tanto la prevención como el tratamiento de los problemas psicológicos relacionados con el ciclo reproductivo. Es un campo que abarca des- de la pubertad hasta la vejez, desde la adrenar- quia a la menopausia. En este tramo evolutivo son muchos los momentos en los que pueden apa- recer problemas psicológicos asociados a varia- bles relacionadas con el ciclo reproductivo (así, por ejemplo, el síndrome premenstrual, la depre- sión posparto, la menopausia o la infertilidad y la esterilidad). En relación con la penúltima, es decir, con la infertilidad, en España se estima una tasa del 17 por 100 en población en edad fértil, habiendo aumentado en dos puntos desde el año 1999 (Moreno-Rosset, 2008), dato que por sí solo pone de manifi esto la relevancia de este ámbito aplicado; pero si además se tiene en cuenta el es- trés que este acontecimiento vital supone para la pareja, sus repercusiones en el ámbito emocional, así como respecto de las implicaciones que ello conlleva a la hora de la toma de decisiones, es fácil explicar/comprender la necesidad de la ac- tuación del psicólogo. La profesora Carmen Moreno-Rosset (Mo- reno-Rosset, 2008) ha realizado una excelente aproximación al estado del campo y la actividad profesional del psicólogo en esta parcela de la psi- cología de la salud. A lo largo del tiempo se han publicado distin- tos trabajos en lo que se ha intentado dar una visión cuantitativa de la distribución de la activi- dad del psicólogo clínico y de la salud. Así, en Consideraciones preliminares. La psicología aplicada / 27 © Ediciones Pirámide PI00176201_01.indd 27PI00176201_01.indd 27 06/02/12 15:2306/02/12 15:23 1985 Ferrezuelo publicó un trabajo sobre una muestra de psicólogos madrileños en el que éstos informaban sobre las que ellos entendían que eran entonces las funciones principales del psicó- logo clínico. Las más señaladas fueron el trata- miento de los problemas psicológicos (terapias y psicoterapias) y el diagnóstico clínico; en segundo lugar aparecían las funciones relativas al trata- miento de problemas psicosomáticos, evaluación, tratamiento o rehabilitación de minusvalías psí- quicas, tratamiento de problemas sexuales, psico- logía comunitaria, psicoprofi laxis y reeducación de problemas de aprendizaje con porcentajes que oscilaron entre un 20 y un 30 por 100; en ter cer lugar se situaron las funciones relativas a orien- tación y consejo, psicología experimental, estimu- lación precoz, psicomotricidad e investigación, con porcentajes que oscilaron entre un 10 y un 20 por 100; en último lugar aparecía la terapia ocu- pacional, que sólo fue considerada función del psicólogo clínico por un 6,4 por 100 de los psicó- logos consultados (véase fi gura 1.2). Dos años más tarde, Goldstein y Krasner (1987) daban a conocer su estimación en términos porcentuales de la actividad de l psicólogo clínico en el contexto anglófono (véase fi gura 1.3). Según D ia gn ós tic o cl ín ic o: 6 7, 2 % Te ra pi as y p sic ot er ap ia s: 74 ,8 % Tr at . p ro bl em as p sic os om át ic os : 2 9, 6 % Tr at . p ro bl em as se xu al es : 2 8, 8 % R ee du ca ci ón p ro b. a pr en di za je : 2 0, 4 % E v. y tr at . d e m in us va lía s p síq ui ca s: 29 ,6 % E st im ul ac ió n pr ec oz : 1 6 % Ps ic om ot ric id ad : 1 2, 8 % Te ra pi