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CASO FORENSE SOBRE PERFIL GENÉTICO DE DISTROFIA MUSCULAR DE DUCHENNE EN MEDICINA FORENSE Barajas-Calderón, Hélix Iván1; Morales-Hernández, Andrea Anahí2; Pérez-Estrada, Beatriz Natalia3 y Ortigoza-Guerrero, José Cristian4 1Maestrante en Ciencias Forenses y Criminología; Ex Perito A en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses; Perito tercero del tribunal federal de lo administrativo en el estado de Jalisco, Perito de la Junta de Conciliación y Arbitraje del Estado de Jalisco; Profesor de Asignatura Tipo A Universidad de Guadalajara; Centro Universitario de Ciencias de la Salud; Centro Universitario de Tonalá; Medico Adscrito de Servicios Médicos Municipales de San Pedro Tlaquepaque del H. Ayuntamiento de San Pedro Tlaquepaque, Jalisco, México. 2,3Licenciatura Médico Cirujano y Partero; Asignatura de Medicina Legal y Forense; Universidad de Guadalajara; Centro Universitario de Tonalá. 4Mtro en Ciencias Forenses, Licenciado en Criminalística y Biólogo experimental. Investigador y Divulgador en Colegio de Ciencias Forenses A.C., e Instituto Balear de la Historia de España, Docente en Universidades Públicas y Privadas, Especialista en Bioquímica Cadavérica y Mecánica de Hechos. Perito en Criminalística y Métodos de Identificación Humana, Consultor Forense. Correo electrónico: doc.helixbarajas@gmail.com Palabras clave: Perfil genético, síndrome de Duchenne, medicina forense, cromosoma X. INTRODUCCIÓN Las enfermedades genéticas poseen varios patrones que permiten identificar relaciones de parentesco y de vinculación. La genética forense se introduce en la medicina legal, como auxiliar en la resolución de conflictos de carácter forense, proporcionando una perspectiva enriquecedora en los problemas jurídicos. Ejemplos de estos son los casos de investigación biológica por paternidad, pericias de criminalística biológica y situaciones de identificación de individuos. Es debido a diversas técnicas moleculares, que se pueden identificar mediante fluidos corporales (sangre, semen, saliva), al presunto agresor o víctima; siendo recolectadas de la escena del crimen y cuyo objetivo principal es analizar su contenido genético. Cabe destacar que para la recolección de estos y otros materiales, son necesarias distintas pruebas y herramientas, como lo son, el Hemident, luz ultravioleta, luminol, entre otros. Sin embargo, es importante enfatizar la importancia del especialista forense, quien se encarga de analizar y correlacionar esta información, para dar una interpretación correcta de los resultados. El presente trabajo de revisión aborda un análisis de los perfiles genéticos del cromosoma X, cuya finalidad se basa en la identificación de las enfermedades utilizando herramientas de biología molecular. Se sirve de ejemplo a la enfermedad del caso clínico, la Distrofia Muscular de Duchenne, por su expresión exclusiva en varones. El presente caso destaca la importancia de los estudios confirmatorios que sirven de valor para descartar posibles causas de muerte. Su relevancia trasciende en la confirmación del deceso de la víctima por complicaciones relacionadas a la Distrofia Muscular de Duchenne (DMD), descartando así, la sospecha del padre, previamente vinculado de homicidio. Genética forense. El Ácido Desoxirribonucleico (ADN) es la carta de presentación individual de cada persona. Esto se debe a que ciertas regiones del genoma son altamente variables por lo que se puede asignar un genotipo a cada individuo. Estas variaciones o polimorfismos presentes son útiles para identificar a una persona en el momento de tomar la muestra de un sospechoso y compararla con la muestra obtenida en la escena del crimen [1]. De acuerdo con la definición que sostiene el Colegio Mexicano de Ciencias Forenses, “la genética forense es el análisis de los polimorfismos responsables de la variabilidad genética en la población humana aplicados a los problemas judiciales”; éstos pueden ser las investigaciones de paternidad, dadas por una reclamación por parte de uno de los progenitores del menor en cuestión; la criminalística, especializada en asesinatos y delitos sexuales con ayuda de los restos orgánicos humanos como son la sangre, el pelo, la saliva, el esperma y la piel; y en la identificación de restos cadavéricos en personas Artículos de Divulgación Científica Forense Red Internacional de Divulgación Científica Forense Especialistas en Investigación y Divulgación Forense Ciencias que Imparten Justicia desaparecidas, como en las narcofosas. El DNA también se utiliza para conocer la secuencia de eventos, los puntos clave del crimen e incluso el móvil. La genética forense trabaja con vestigios biológicos de un ser humano u otro ser vivo que pueda ser analizado por una técnica en el laboratorio. Estas muestras en general provienen de las personas implicadas en el delito [1]. Los tipos de pericia más solicitados al laboratorio de genética forense por los tribunales son casos de investigación biológica de paternidad, pericias de criminalística biológica (estudio de vestigios biológicos de interés criminal como manchas de sangre, esperma, pelos, etc.) y, finalmente problemas de identificación [1]. Herencia ligada al cromosoma X. Las parejas de la 1 a la 22 son iguales en hombres y en mujeres. Se componen de cromosomas llamados autosómicos. Sin embargo, la pareja número 23, está formada por los cromosomas conocidos como sexuales y es diferente en hombres y en mujeres. Hay dos cromosomas sexuales, el cromosoma X y el cromosoma Y. Las mujeres tienen dos cromosomas X (XX), mientras que los hombres tienen un cromosoma X y un cromosoma Y (XY). La mujer hereda un cromosoma X de su madre y un cromosoma X de su padre. El hombre hereda un cromosoma X de su madre y un cromosoma Y de su padre [2]. Marcadores del cromosoma X. En las células de las mujeres existe una pareja de cromosomas X, de forma que estos pueden recombinarse entre sí. No obstante, los individuos varones transmiten a su descendencia femenina todos los marcadores localizados en su cromosoma X en bloque, es decir, uno de los cromosomas X de cada mujer es idéntico al de su padre. Esta peculiaridad proporciona una herramienta útil en casos de paternidad con descendencia femenina, así como en estudios de filiación o identificación en los hay que recurrir a familiares en primer o segundo grado de parentesco [3]. Estructura del cromosoma. En los seres humanos y otros mamíferos, la identidad sexual es gobernada por un par de estos cromosomas conocidos como X e Y. Las mujeres poseen dos cromosomas X, mientras que los hombres heredan un cromosoma X y uno Y [3]. Cromosomas X e Y formaban una pareja de autosomas hace 300 millones de años. Los datos se apoyan en la Ley de Ohno que confirma el dimorfismo de los cromosomas sexuales en mamíferos que fue la fijación del gen del desarrollo del sexo masculino, lo que dio resultado al cromosoma Y. La limitación progresiva de recombinación entre ambos cromosomas condujo a una evolución separada, donde el gen Y se quedó con pocos genes. El cromosoma X se conservó mejor gracias a la existencia de recombinación entre las dos copias en mujeres. Actualmente ambos cromosomas sexuales solo se recombinan entre ellos en las dos pequeñas regiones pseudoautosómicas en los extremos de cada brazo [2, 3]. El cromosoma X mide más de 153 millones de pares de bases lo que representa un 5% total del ADN en mujeres y 2.5% en hombres. Se ha determinado el 99.3% de la secuencia y se han encontrado 1,098 genes, de los cuales 99 codifican para proteínas relacionadas con enfermedades. Se pueden apreciar dos regiones pseudoautosómicas además de una región conservada XCR (la secuencia más antigua que representa los restos del autosoma original de los prototerios. Se conoce que una pequeña porción en esta región se encuentra transpuesta al cromosoma Y (XTR, "X-transposedregión"), calculando que dicha transposición tuvo lugar hace 5 millones de años, después de la separación de humanos y chimpancés. De los aproximadamente 1000 genes que hay en el cromosoma X, 54 tienen un homólogo funcional en el cromosoma Y, 24 de ellos están en PAR1, 5 en PAR2 y 25 en las regiones no recombinantes de ambos cromosomas. De estos 25, 15 están en la región XAR y 3 en XTR; los 7 genes restantes se encuentran en XCR. Por eso se piensa que los perfiles genéticos del cromosoma X y su utilidad en el área forense descienden del autosoma central [2,3]. Enfermedades ligadas al cromosoma X. Una enfermedad ligada al sexo es aquella que tiene una mutación de un gen localizado en el cromosoma X. De sus 1098 genes, 99 codifican para proteínas relacionadas con enfermedades génicas principalmente en hombres, porque son hemicigotos. Puede variar según el sexo, mujeres pueden ser homocigotas o heterocigotas para el alelo mutante y pueden ser recesivas o dominantes, que puede ser variable por la inactivación de un cromosoma X; además, los hombres siempre muestran el fenotipo completo. Esto significa la ausencia de herencia de hombres a hijos varones, donde todas las hijas de un hombre afectado heredan el alelo mutante. Existen determinadas características genéticas que se transmiten a través de estos y que constituyen los casos de herencia ligada al sexo. Una mutación en un gen localizado en el cromosoma X se refiere a una enfermedad ligada a X. La mayoría de los hombres son hemicigotos para la mayoría de los genes del cromosoma X. Las características que tienen son: riesgo distinto según el sexo, las mujeres pueden ser homocigotas o heterocigotas para el alelo mutante, pueden ser recesivas o dominantes y los hombres muestran siempre el fenotipo completo. Todas las hijas de un hombre afectado heredan el alelo mutante [2, 3]. Enfermedades hereditarias recesivas ligadas al cromosoma X. La herencia afecta sobre todo a los varones, pues son portadores del alelo afectado en su cromosoma X, en cambio las mujeres solo enferman si son portadoras homocigotas del gen. En el estado heterocigoto son fenotípicamente sanas y se limitan a transmitir el gen causante de la enfermedad a su descendencia. Ejemplos de herencias recesivas ligadas al cromosoma X son el daltonismo, la hemofilia A y B, y la Distrofia Muscular de Duchenne [3]. Enfermedades hereditarias dominantes ligadas al cromosoma X. Se caracterizan por el hecho de que todas las hijas de un padre enfermo son portadoras del carácter hereditario. Por otra parte, todos los hijos varones de un padre enfermo son sanos, pues estos reciben el cromosoma Y. Las enfermedades hereditarias dominantes ligadas al cromosoma X son muy raras. Un ejemplo es el raquitismo vitaminorresistente: que causa hipoplasia del esmalte dentario y una anomalía del folículo piloso [2, 3]. Cuantificación y estimación de la pureza del ADN humano. En los trabajos de índole forense, muchas veces el ADN humano se encuentra mezclado con el ADN de otras fuentes, como bacterias, hongos, insectos y otros organismos. Esto puede generar falsas expectativas en la cuantificación del ADN total por espectrofotometría de luz UV, ya que la fracción de ADN humano puede ser ínfima, respecto al ADN de otras especies [3]. Distrofia muscular de Duchenne. La Distrofia Muscular de Duchenne es la más frecuente de la niñez. Es un desorden de carácter hereditario recesivo ligado al cromosoma X, caracterizada por debilidad muscular rápidamente progresiva, la cual empieza por los músculos de la pelvis y proximales de las piernas y posteriormente afecta todo el cuerpo. Es una enfermedad hereditaria, recesiva ligada al cromosoma del sexo. Afecta principalmente a hombres en una relación de 1 por cada 3000 a 4000 nacidos vivos, aunque en algunas situaciones puede afectar a mujeres a pesar de la naturaleza recesiva de la enfermedad, esto debido a la inactivación X, lo cual lleva a la mujer a un estado de X0, en lugar de XX, por lo que algunas mujeres portadoras pueden ser parcialmente afectadas, pero no con la misma severidad que los varones. Con este patrón de herencia los hijos de madres portadoras presentan un 50% de padecer la enfermedad y un 0% de ser portadores, mientras que las hijas tienen un 50% de ser portadoras [4]. Etiopatogenia. Es causada por mutaciones en el gen DMD (locus Xp21. 2), que codifica la proteína muscular distrofina. Los varones con DMD no tienen la proteína distrofina en sus músculos, corazón y en células nerviosas (neuronas) de ciertas regiones del cerebro. La DMD se hereda en una forma recesiva ligada al cromosoma X; sin embargo, también puede ocurrir por la primera vez en personas que no tienen otros familiares afectados con esta enfermedad [4, 5]. Cuadro clínico Los síntomas por lo general aparecen antes de los 6 años, pero también pueden darse la infancia temprana. Hay debilidad muscular progresiva de la pelvis y las piernas, la cual se asocia a pérdida de masa muscular. La debilidad muscular también se presenta en los brazos, cuello y otras áreas, pero no tan severamente ni tan temprano como en la mitad inferior del cuerpo. Inicialmente los músculos de la pantorrilla se agrandan, el cual es finalmente reemplazado por grasa y tejido conectivo, por lo cual se conoce también como distrofia pseudohipertrofia de Duchenne. El signo de Gower se presenta cuando el paciente apoya sus manos sobre los muslos para poder ponerse de pie. También se presentan contracturas musculares principalmente en los talones y piernas, produciendo incapacidad para utilizar los músculos debido al acortamiento de las fibras musculares y a la fibrosis del tejido conjuntivo. Hacia la edad de los 10 años, se requieren de prótesis ortopédicas para poder caminar y a la edad de 12 años, la mayoría de los pacientes están confinados a una silla de ruedas. Los huesos se desarrollan anormalmente, produciendo deformidades principalmente escoliosis. El 30% de los pacientes presentan leve retardo mental [4]. Síntomas más comunes. Retraso psicomotriz, debilidad muscular, dificultad para saltar, correr o subir escaleras, caídas frecuentes, atraso en el habla y problemas de conducta, necesita ayuda para levantarse del suelo, se apoya sobre sus piernas para levantarse (maniobra de Gower), pantorrillas con desarrollo exagerado (pseudohipertrofia), camina con marcha de pato y con postura lordótica lumbar [6]. Exámenes de laboratorio. Examen físico: permite ver la marcha [4]. Prueba de creatina quinasa (CK): La cantidad de una enzima (creatina quinasa) que se encuentra en la sangre. La creatina quinasa suele escaparse de las células musculares dañadas. Altos niveles de esta enzima en la sangre pueden indicar un problema muscular, pero no pueden confirmar la presencia de Duchenne [4]. Pruebas genéticas: Cuando la sospecha de DMD sea alta, se recomienda comenzar con un estudio genético que puede ser apto para evitar la biopsia muscular, cuya prueba de diagnóstico es muy invasiva. Se suele comenzar empleando la Multiplex Ligation-Dependent Probe Amplification (MLPA) para detectar los exones implicados en las deleciones y duplicaciones. Si los resultados son positivos y se presenta un fenotipo compatible, se puede establecer el diagnóstico de DMD. Si los resultados son negativos, debe secuenciarse el gen [III, C] para buscar mutaciones puntuales o pequeñas deleciones/duplicaciones. Es necesario caracterizar por completo la mutación para evaluar su influencia en el estado del marco de lectura de la proteína, principal determinante de la diversidad fenotípica de las distrofinopatías [7]. Si el estudio genético no identifica ninguna mutación, pero las concentraciones de CK se encuentran aumentadas y están presentes los signos o síntomas compatibles, se debe llevar a cabo una biopsia del músculo para confirmar o descartarel diagnóstico [7]. Sangre extraída con EDTA para separación de leucocitos sanguíneos, o tarjeta impregnada con muestra de sangre desecada en caso de diagnóstico postnatal, para diagnóstico prenatal de líquido amniótico [4]. Pruebas patológicas: Una biopsia abierta de músculo es necesaria si el diagnóstico diferencial incluye DMD, así como otros tipos de distrofia muscular. Una biopsia con aguja podría ser apropiada si la prueba es sólo para DMD. En aquellos centros en los que se hace, la técnica del conchotome tiene la ventaja de proporcionar una muestra más grande que una biopsia con aguja de un solo núcleo, y no requiere un procedimiento de cirugía abierta [8]. Las pruebas clave que se hacen en la biopsia muscular para DMD son la inmunocitoquímica y la inmunotransferencia de la distrofina, y deben ser interpretadas por un experimentado patólogo neuromuscular. Una biopsia muscular puede proporcionar información sobre la cantidad y el tamaño molecular de la distrofina, siempre y cuando la proteína esté presente. La diferenciación entre la ausencia total o parcial de la distrofina puede ayudar a distinguir DMD de un fenotipo leve de distrofinopatías. No se requiere el microscopio electrónico para confirmar la DMD [8]. Diagnóstico diferencial. El diagnóstico diferencial incluye la Distrofia Muscular de Becker (DMB) y las distrofias musculares de cintura. El diagnóstico prenatal es posible en las familias en las que el diagnóstico ha sido confirmado mediante análisis molecular [5]. Diagnóstico genético. El gen DMD es uno de los más grandes del genoma humano (2.4Mb), está compuesto por 79 exones y siete promotores, lo que lo ubica en la región Xp21.1. Su expresión se encuentra en el músculo esquelético, cardiaco, células neuronales y músculo liso, formando distrofina, proteína que forma parte del complejo proteico asociado a distrofina (DAP). Su función es estructural, porque estabiliza el sarcolema y protege a las fibras musculares del daño y necrosis ocasionados por la contracción a largo plazo [9]. Los casos de DMD son más graves debido a que la distrofina se presenta muy reducida, no funcional o en ausencia por variaciones fuera del marco de lectura en el gen DMD. Mientras que en los casos de DMB, las variaciones se encuentran dentro del marco de lectura, expresando una proteína incompleta pero funcional y por lo tanto existe un mejor pronóstico para el paciente [9]. Como la DMD es una enfermedad monogénica, todas las técnicas de diagnóstico confirmatorias están relacionadas a la detección directa de la distrofina in situ, como el análisis inmunohistoquímico o Western Blot, y a la identificación de las variantes patológicas del mismo gen DMD, usando la técnica de reacción en cadena de la polimerasa multiplex (PCR-multiplex) que detecta sólo presencia o ausencia de unos 9 a 11 exones por reacción. También se usa la técnica de amplificación múltiple dependiente de ligación por sondas (MLPA). Sin embargo, ésta detecta la presencia o ausencia y la dosis de los 79 exones y el promotor Dp427c en dos reacciones [9]. Se agregan dos más, la secuenciación Sanger que detecta pequeñas mutaciones en todas las regiones del gen DMD (una reacción por región) y la secuenciación de nueva generación (NGS) que identifica la ausencia de grandes regiones (multiexónicas) y pequeñas mutaciones en todo el gen en una sola reacción. Son poco recomendables las pruebas inmunohistoquímicas o de Western Blot, por las técnicas invasivas que se utilizan en la recolección de muestras de biopsia muscular [9]. Aun cuando la PCR multiplex se encuentra implementada desde hace varios años, la MLPA y el NGS no son de uso rutinario para el diagnóstico. Siguiendo esta vía, la secuenciación Sanger sólo es utilizada para el descarte de una mutación ya conocida, porque implica un mayor gasto de tiempo y dinero [9]. Se ha demostrado que la MLPA diagnostica 15% más de casos que la PCR-multiplex. Además, la MLPA confirma el 100% los casos detectados por PCR-multiplex y de estos un 80% se amplía y consigue un diagnóstico más exacto en cuanto al verdadero tamaño de la mutación. Otro punto importante es que la PCR-multiplex sólo es capaz de detectar deleciones. Sin embargo, con la MLPA se diagnostican deleciones y duplicaciones, cuyo estudio lo refleja con datos de un 43% y 10%, respectivamente [9]. Adicionalmente, la MLPA, al cuantificar el número de copias, también puede detectar mujeres portadoras de la enfermedad. En familias con un individuo afectado, puede estudiarse también a las mujeres (hijas o tías maternas) para saber si son portadoras de la mutación [9]. Los diferentes tipos de mutaciones en la DMD pueden ser la base genética de la DMD. Las pruebas genéticas comúnmente utilizadas para identificar las mutaciones de distrofina son la PCR multiplex, la Múltiplex Ligation-Dependent Probe Amplification (MLPA), la Single-Condition Amplification/Internal Primer (SCAIP), y la Multiplex Amplifiable Probe Hybridization (MAPH) [8]. La PCR multiplex está ampliamente disponible y es la menos costosa, pero sólo detecta deleciones y no cubre todo el gen, por lo que una deleción puede no estar siempre completamente caracterizada. La MLPA y la MPAH, detectan deleciones y duplicaciones y abarcan todos los exones. La SCAIP detecta deleciones y proporciona secuencias de datos [8]. Tratamiento. El manejo de la DMD continúa siendo de soporte. La terapia física y el estiramiento muscular diario pueden eliminar la necesidad de liberación quirúrgica de contracturas. El uso regular de un espirómetro puede prolongar la función pulmonar [4, 5]. Pronóstico. La expectativa de vida promedio es de 30 años, debido a las afecciones neuromusculares que presenta afectando a los órganos [10]. Conducta. La mayoría de los pacientes con DMD tienen inteligencia intacta, pero algunos tienen deficiencias intelectuales leves. En el 30% de los pacientes con DMD, el coeficiente intelectual promedio es de 18 puntos por debajo de lo normal, por lo que pueden presentar problemas de atención, aprendizaje verbal y memoria [11]. Genética. La enfermedad se debe a mutaciones del gen la distrofina, localizado en el brazo corto del cromosoma X (Xp21), cuya secuencia contiene 2,4 Mb; está constituido por 79 exones que transcriben un ARNm de 14 Kb y traducen una proteína de 427 Kd y 3.685 aminoácidos. Las deleciones y duplicaciones de uno o más exones son las mutaciones más frecuentes y se presentan en 80% de los casos, mientras que el 20% restante presenta mutaciones puntuales [12]. Caso clínico. El fallecido era un hombre de 34 años con aparente Distrofia Muscular de Duchenne. El inicio del primer síntoma clínico fue la alteración de la marcha, que comenzó en su adolescencia tardía. Su hermano mayor tenía la misma enfermedad y experimentó muerte cerebral después de un trauma en la cabeza donde murió después de que se interrumpiera la ventilación mecánica. Después de una autopsia, se encontró contractura de las articulaciones, pseudohipertrofia de la pantorrilla, desgaste y grasa. Hubo reemplazo del músculo del muslo, derrame pericárdico (80 ml), fibrosis y reemplazo de grasa de la pared ventricular cardíaca, edema pulmonar y espuma en el bronquio. La causa de la muerte fue la insuficiencia cardíaca y la disnea debido a problemas musculares. No hubo señales ni sospechas de asesinato. La causa subyacente de la enfermedad se explica por los trastornos cardiovasculares. Los autores tenían 34 años con distrofia muscular [13]. El hombre del presente caso fue encontrado solo en la casa donde vivió y murió. Se realizó una autopsia judicial para identificar la causa de la muerte. Se encontró una distrofia muscular a través autopsias, de las cuales pudo confirmarse con la revisión de registros médicos anteriores. Se catalogó primero como distrofia muscularprogresiva. Se notificó como persona con discapacidad sentada con la cabeza inclinada hacia la izquierda, inconsciente. Fue evacuado a un círculo y murió posterior a los 45 minutos de la llegada de las ambulancias. Todos sus familiares fallecieron hace 10 años, excepto su padre. Sus primos padecen la misma enfermedad. Posterior al ingreso al hospital, falleció de muerte cerebral. Luego de la hospitalización, el padre retiró el ventilador y lo levantó, pero fue condenado a libertad condicional por asesinato. El padre admitió que murió de esta enfermedad, y cuestionó la causa de muerte, por lo que se realizó una autopsia. Los resultados de la autopsia revelan un trauma notable y anormalidades en los músculos, cartílagos y columna cervical. Se aprecia una decoloración y rigidez de la piel de las articulaciones de las caderas, y tobillos. Se puede observar sangrado intramuscular en la pared torácica y fractura de costilla alta. Por ello se juzgó como insuficiencia cardíaca y disnea causada por distrofia muscular [13]. Las pruebas genéticas detectaron mutación en la banda del cromosoma X p21; así como para la proteína distrofina DMD [13]. CONCLUSIÓN La importancia del diagnóstico molecular de enfermedades relacionadas al cromosoma X, radica en la resolución forense de la causa de muerte de la víctima, como se presentó en el caso previo. Es debido al estudio postmortem del cadáver, al análisis de las muestras biológicas y el análisis genético, que se pueden explicar con criterios científicos, los motivos del fallecimiento, e incluso si se desea, establecer vínculos de parentesco entre la víctima y los involucrados en los hechos. Así, si el individuo fallece en circunstancias radicales, donde se pueden observar daños que no confirman del todo un diagnóstico, se puede optar por el uso de pruebas, para reafirmar o corroborar la mecánica del deceso. Si se sospecha de manera clínica de una patología causante del fallecimiento, se optar por realizar los procedimientos que permitan confirmarlo, y descartar la posibilidad de crimen. Si el individuo es auxiliado por familiares, se utiliza de igual manera, un estudio para confirmar su parentesco. Cuando hay sospecha de criminalidad, se sugiere realizar estudios genéticos con los principales sospechosos, a fin de determinar correlaciones con la información obtenida de las muestras encontradas. Las enfermedades genéticas pueden apoyar en la identificación, la causa de muerte, la posible vinculación a un delito, y las relaciones de consanguinidad entre los relacionados. Es gracias a estas nuevas técnicas, que se vislumbra un nuevo enfoque para la genética forense. Sin embargo, la nula o escasa normatividad en los países, que no tienen una clara regulación sobre los datos obtenidos, es lo que no permite confiar aún en el alcance de dichas pruebas y en el manejo posterior de la información. No obstante, se justifica su realización y estudio con fines legales y forenses. AGRADECIMIENTOS Jose Cristian Ortigoza Guerrero, RIDCF, Área divulgación e investigación de criminalística y ciencias forenses del colegio de ciencias forenses A.C. Conflicto de interés El autor declara que no existe conflicto de intereses con respecto a esta publicación de este artículo. © Cpyright. Julio 2020. REFERENCIAS 1.- Rodríguez-Carlin, C; Rodarte-Murguía, B; Monter-Rosales, M; Coss-Rojas, AC; Castañeda- Sortibrán, A; Rodríguez-Arnaiz. R (2010). Genética forense. Universidad Nacional Autónoma de México. Recuperado en 2 de junio de 2020 de http://fuente.uan.edu.mx/publicaciones/01-04/4.pdf 2.- Centro de Investigaciones Biológicas (2008). Herencia ligada al cromosoma X. EuroGentest, Madrid. Recuperado en 2 de junio de 2020 de http://www.eurogentest.org/fileadmin/templates/eugt /leaflets/pdf/spanish/x-linked.pdf 3.- Luna-Polo, CT; Solano-Nieto, AR (2013). Perfiles genéticos del cromosoma x y su utilidad en el área forense (tesis de pregrado). Universidad Nacional Autónoma de México, México. 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