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Alteracionesdentarias

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Clínica
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Alteraciones Dentarias de Número y 
Forma, en niños sin malformaciones 
ni síndromes
Artículo nacional
* Dra. Ana Sanz Coarasa (LDS)
* Dra. Andreína Pérez Vera (LDS)
** Dra. Elena Barbería Leache (MD, DMD, PhD, DDS)
* Magíster en Odontopediatría. Colaboradora del Programa de Atención Odontológica de pacientes en 
Edad Infantil. Facultad de Odontología. Universidad Complutense de Madrid. España.
** Catedrático. Directora del Programa de Atención Odontológica de pacientes en Edad Infantil. Facultad de 
Odontología. Universidad Complutense de Madrid. España.
 Autora del libro “Atlas de Odontología Infantil para Pediatras y
 Odontólogos”.
RESUMEN
La frecuencia de anomalías dentarias, en niños que 
no presentan ningún síndrome parece incrementar, por 
lo que se hace necesario que el clínico disponga de co-
nocimientos amplios de estas anomalías.
Se realiza una revisión de la literatura con el fin de sis-
tematizar la aproximación clínica de las alteraciones den-
tarias de número y forma, en pacientes no sindrómicos. 
INTRODUCCIÓN
En el trabajo clínico diario encontramos niños con de-
terminadas enfermedades, malformaciones y síndromes 
que presentan anomalías dentarias únicas o múltiples. Sin 
embargo, es frecuente que estas anomalías estén presen-
tes también en niños que no presentan síndromes y su-
ponen un reto para el profesional menos acostumbrado. 
El progreso científico realizado en los últimos años, 
relativo al conocimiento de los aspectos moleculares de 
la odontogénesis, permite afirmar que el desarrollo de 
la dentición está sujeto a un estricto control genético, el 
cual determina la posición, número y forma de las dife-
rentes piezas dentarias1. Dicho de otro modo, las alte-
raciones que observamos en la clínica responden a alte-
raciones genéticas que, a día de hoy, no son totalmente 
conocidas y no podemos abordar terapéuticamente con 
terapia génica pero de las que, es de esperar, tendremos 
mucha más información y nuevas alternativas terapéu-
ticas en el futuro.
Mientras llega ese futuro, la frecuencia de estas 
anomalías, en los niños que no presentan ningún sín-
drome parece incrementar, por lo que se hace nece-
sario que el clínico disponga de unos conocimientos 
amplios de estas anomalías en odontopediatría debido 
a las consecuencias clínicas, estéticas y funcionales de 
las mismas.
Se revisan por tanto, las alteraciones dentarias de nú-
mero y forma, en pacientes no sindrómicos, con el fin 
de sistematizar la aproximación clínica a ellas. 
ALTERACIONES DEL NÚMERO
Las variaciones numéricas de los dientes parecen ser 
el resultado de trastornos locales en los fenómenos de 
inducción y diferenciación de la lámina dental durante el 
proceso de la formación dentaria2. La acción del agente 
causal sobre la lámina dentaria o sobre los gérmenes 
dentarios puede tener como consecuencia un aumento 
o una disminución del número de dientes. 
A. Alteraciones por aumento del número de dientes
Los dientes supernumerarios o hiperodoncia se han 
definido como dientes que exceden de la fórmula den-
tal normal, independientemente de su localización y 
forma3,4 (Figs. 1, 2).
La etiología de esta alteración es materia de contro-
versia y existen varias teorías de las cuales la más acep-
tada es la hiperactividad en la lámina dental dando 
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lugar a uno o varios órganos dentarios en una o más 
localizaciones anatómicas3,4,5,6,7. Esta anomalía parece 
tener componente hereditario4. 
La presencia de dientes supernumerarios suele ser fre-
cuentemente única (Figs. 2, 3), en menor proporción 
doble y raramente múltiple5,2 (Fig. 1a). La prevalencia 
es mayor en la dentición permanente (Figs. 2, 3) que en 
la temporal (Fig. 1b) y su presencia es más frecuente 
en hombres. La localización más común es en la zona 
anterior del maxilar situados por palatino2,3,4,5,7. Por su 
morfología se clasifican en: suplementarios, que tienen 
una morfología similar a los dientes adyacentes (Fig. 
1b), y rudimentarios que suelen ser dismórficos y con 
formas atípicas4,5 (Fig. 2).
Los dientes supernumerarios más frecuentes son los 
denominados mesiodens, localizados típicamente en el 
maxilar en la línea media entre los incisivos centrales; 
suelen tener forma cónica, ser pequeños3,6,2,8,9 y a me-
nudo tienen una posición invertida8 (Fig. 3).
Clínicamente pueden estar erupcionados total o par-
cialmente, o bien estar incluidos y pasar desapercibidos 
(Fig. 3), siendo un hallazgo radiológico casual ó causar 
trastornos locales de diversa índole como las alteracio-
nes de la erupción y/u oclusión3,4,5,6,8 (Fig. 1). El diagnós-
tico temprano de estos dientes es esencial para prevenir 
estos problemas, minimizar las complicaciones y tener 
un pronóstico favorable17,21.
El tratamiento es, por regla general, la extracción de 
estos dientes a fin de evitar complicaciones9, aunque se 
discute todavía cuál es el mejor momento para la inter-
vención quirúrgica3,4. En todo caso será necesaria una 
estricta relación multidisciplinar entre odontopediatras, 
ortodoncistas y cirujanos5.
B. Alteraciones por disminución del número de 
dientes
Se entiende como agenesia la falta de formación o 
de desarrollo de los gérmenes dentales, teniendo como 
Fig. 1. Anomalías dentarias múltiples. En la radiografía panorámica (a) se observan dientes supernumerarios tem-
porales erupcionados y no erupcionados en la zona anterior del maxilar. Los primeros molares temporales infe-
riores presentan tres raíces y se aprecia dilaceración del 62. En la fotografía oclusal del mismo paciente (b), se 
observan dos caninos suplementarios (53s, 63s) compatibles con gemelación.
Fig. 2. Fotografía oclusal superior donde se observa un 
talón cuspídeo en el 11 y un diente supernumerario ru-
dimentario por palatino.
Fig. 3. Radiografía panorámica donde se evidencia la 
presencia de un mesiodens, hipotaurodontismo en los 
primeros y segundos molares permanentes superiores y 
dilaceración en múltiples dientes permanentes.
a b
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consecuencia que una o más piezas dentales se encuen-
tren ausentes (Figs. 4-7). Su causa es multifactorial, 
viéndose implicados factores genéticos y ambientales10. 
La frecuencia de agenesia es mayor en la dentición per-
manente y en mujeres1,2,10. La ausencia de un diente 
temporal no implica necesariamente la del permanente 
pero conduce a un aumento del predominio de agene-
sia en el sucesor2,10,11.
Respecto al enfoque terapéutico en la hipodoncia, se 
requiere un abordaje multidisciplinar11 interviniendo ci-
rujano, ortodoncista y odontopediatra. El diagnóstico 
precoz es importante para comenzar la terapia multidis-
ciplinar lo antes posible11.
El análisis detallado incluirá la valoración de los pro-
blemas estéticos y funcionales para determinar si se re-
Fig. 4. Radiografía panorámica donde se observan múltiples agenesias dentarias e hipertaurodontismo (a). Foto-
grafía de incisivos centrales superiores en destornillador.
Fig. 7. Radiografía panorámica mostrando fusión 62 – 63 (a) y fotografía del diente fusionado (b).
Fig. 5. Vista oclusal mostrando la asociación de incisivo 
lateral conoide y agenesia del contralateral.
Fig. 6. Radiografía panorámica donde se puede obser-
var la asociación de taurodontismo, agenesias dentarias 
y diente conoide.
a
a
b
b
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pone el diente faltante mediante prótesis o se cierran 
los espacios con ortodoncia.
ALTERACIONES DE LA FORMA
Las alteraciones de la forma dentaria pueden afectar a 
todo el diente o solamente a una parte de él, sea la coro-
na o la raíz. Las implicaciones clínicas pueden ser diferen-
tes por lo que nos vamos a referir a ellas separadamente.
ALTERACIONES GENERALES
A. Fusión y concrescencia
Estas anomalías son catalogadas por algunos autores 
como “anomalías por unión”12. Consiste en la unión 
embriológica o en fases preeruptivas de dos o más gér-
menes dentarios adyacentes. Cuando el resultado es lo 
que se conoce como fusión clínicamente se observa-
rá unúnico diente, ya sea de tamaño normal o mayor 
(Figs. 7, 8). La unión incluye esmalte y dentina; en esca-
sas ocasiones es exclusivamente de esmalte2,12,13,14. 
Cuando la fusión ha sido total la morfología del dien-
te resultante puede ser normal. Cuando la fusión es in-
completa en la cara vestibular puede aparecer un surco 
vertical más o menos marcado que indica la línea de 
fusión de ambos dientes y por palatino pueden presen-
tarse uno o dos cíngulos que se abren en abanico hacia 
incisal. El tamaño del diente dependerá de la etapa en 
la que se produjo la fusión2,12,13.
Según la fase del desarrollo dental en que se produce 
la unión, la fusión podrá ser total o parcial y pueden 
existir una o dos cámaras pulpares2,12.
La etiología de estas anomalías no está clara. Resul-
tan de acontecimientos anormales en el desarrollo em-
brionario del diente2,12,13. Ocurre mayoritariamente en 
la dentición temporal, con una clara predilección por las 
zonas anteriores maxilares12. 
Entre las consecuencias clínicas cabe destacar que 
al ocurrir esta anomalía generalmente en la zona inte-
rincisiva puede provocar problemas estéticos de difícil 
solución si la fusión se extiende radicularmente. Otros 
problemas asociados son la posible alteración de la 
oclusión y la erupción retrasada o ectópica de los dien-
tes permanentes, maloclusiones así como la acumula-
ción de placa produciendo caries a lo largo de la línea 
de unión y abscesos periodontales12,13.
Las posibilidades terapéuticas dependen del estado 
del diente y del grado de fusión, pudiendo desde no ser 
necesario ningún tratamiento hasta precisar la extrac-
ción del diente13.
Cuando dos gérmenes en desarrollo alteran su for-
mación y se unen, pero únicamente por el cemento, 
se denomina concrescencia. En la exploración clínica no 
se verán alteraciones de los dientes pero sí radiológica-
mente12.
B. Gemación
Un germen dentario puede alterar su desarrollo, divi-
diéndose total o parcialmente.
La gemación o geminación es una anomalía definida 
como la tentativa de un germen dental a dividirse resul-
tando la formación incompleta de dos dientes. Se pro-
duce en el momento del desarrollo de la corona2,11,13,14 
(Fig. 8). 
El diente resultante presenta una corona con el diá-
metro mesiodistal superior al normal y marcado por un 
surco de incisal a vestibular (corona bífida). Radiográfi-
camente, solo existe una raíz y un único canal radicular. 
Respecto a las implicaciones clínicas, son similares a las 
ya comentadas en la fusión11. 
Cuando se produce una división completa del germen 
dando lugar a dos dientes idénticos se denomina geme-
lación o duplicación (Fig. 1b). Se considera que ambos 
dientes son la imagen en espejo uno de otro11.
En cuanto al diagnóstico diferencial entre fusión y 
gemación la mayoría de autores proponen contar el 
número de dientes, que estará disminuido en la fusión 
salvo excepciones2,12.
Fig. 8. Imágenes clínicas (a-b) y radiográfica (c) mostrando fusión del 11 con un supernumerario; además, se ob-
serva que presenta un talón vestibular y otro palatino (b). El diente 21 presenta gemación.
a b c
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La etiología es desconocida y la mayoría de los au-
tores coinciden en que tiene un origen multifactorial. 
Hay cierta evidencia de un patrón hereditario del tipo 
autosómico dominante con poca penetración. La alte-
ración puede aparecer aisladamente tanto en dentición 
temporal como permanente2.
C. Taurodontismo
Esta anomalía morfológica se caracteriza porque el 
cuerpo del diente se alarga, las raíces se acortan y la 
furca se desplaza hacia apical. La cámara pulpar en 
estos dientes es muy amplia en sentido ápico oclusal, 
sin embargo no se altera la morfología coronal ni la 
porción radicular intraósea, por tanto esta alteración 
sólo puede detectarse radiográficamente2,11,15,16,17,18 
(Figs. 3, 4, 6). Puede tener lugar en ambas denticiones, 
siendo mas frecuente en los molares permanentes2,16. 
La malformación se produce por el retraso de la vaina 
radicular de Hertwig en invaginarse horizontalmente 
teniendo como consecuencia que la diferenciación de 
las raíces no se inicia hasta que está más cerca del ápi-
ce2,11,15,17,18.
Puede clasificarse según el grado de afectación y la 
extensión de la cámara pulpar en Hipotaurodontismo 
(Fig. 3) cuando alcanza la parte superior del tercio me-
dio, Mesotaurodontismo (Fig. 4a) cuando llega a la par-
te inferior del tercio medio radicular e Hipertaurodontis-
mo (Fig. 6) si la raíz se divide cerca del ápice o no llega 
a dividirse2,17,18.
Esta anomalía no produce trastornos clínicos, por lo 
que no requiere tratamiento11,18. Es conveniente tenerlo 
en cuenta como alerta de otras patologías asociadas18 
y en el caso de necesitar realizar tratamientos pulpares, 
extraer el molar o utilizarlo como pilar de prótesis18.
D. Diente invaginado (Dens in dente)
Es una anomalía del desarrollo que resulta de una in-
vaginación en la superficie de la corona dental antes de 
la calcificación. Se caracteriza por la inversión o pliegue 
hacia el interior del esmalte y la dentina hacia la cámara 
pulpar, normalmente se presenta como una apertura en 
la superficie de la corona11,19,20 (Fig. 9). 
Es más frecuente en la dentición permanente en con-
creto en lo incisivos laterales superiores seguido de inci-
sivos centrales superiores, y menos frecuente en dientes 
posteriores2,20. 
Se han barajado diferentes teorías etiopatogénicas 
basadas en: presión sobre el germen, retardo pasivo en 
una zona localizada, invasión del conjuntivo que rodea 
el germen, fusión y traumas o infecciones2,11.
Se clasifican según la profundidad de penetración y 
comunicación o no con el ligamento periodontal y los 
tejidos periapicales20. 
Radiográficamente se observa una imagen en forma 
de pera del esmalte y de la dentina20 (Fig. 9). A menudo 
es un hallazgo radiológico casual2,20, ya que clínicamen-
te es difícil de diagnosticar, se sospechará por un agu-
jero ciego muy marcado2. Es posible que se desarrolle 
caries en el interior del diente invaginado sin ninguna 
lesión clínicamente detectable. Como el revestimiento 
de esmalte es delgado, una lesión de caries podría fá-
cilmente perforar la cámara pulpar por su proximidad20. 
Estos problemas suelen aparecer frecuentemente tras 
la erupción2, por lo que es fundamental un diagnóstico 
precoz y una inmediata intervención para evitar la ne-
crosis y pérdida potencial del diente20.
DE LA CORONA DEL DIENTE
A. Cúspides y tubérculos accesorios
Son crecimientos anormales de la corona del diente. 
Pueden aparecer en cualquier grupo dentario11. En la 
literatura se recogen varios tipos de Cúspides y Tubércu-
los accesorios que reciben los siguientes nombres:
• Talón cuspídeo: Anomalía dentaria caracterizada 
por la presencia de una cúspide accesoria en el 
área del cíngulo de incisivos y caninos morfológi-
camente bien delineada que se extiende al menos 
hasta la mitad de la distancia de la unión ame-
locementaria al borde incisal21 (Fig 10-12). El ta-
lón cuspídeo está formado por esmalte y dentina 
siendo frecuente también encontrar una exten-
sión de tejido pulpar21,22.Fig. 9. Imagen radiográfica de un Dens invaginado.
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Se clasifican por el grado de extensión y forma 
de la anomalía pudiendo ser: talón, semitalón o 
vestigio de talón22,23.
Si el cíngulo acentuado se une por los rebordes 
marginales con el borde incisal del diente, este se 
denomina diente en Y o en T. Esta anomalía se 
observa con mayor frecuencia en el incisivo lateral 
superior2 (Fig. 13).
El manejo clínico puede ser muy diferente de-
pendiendo del tamaño, del tipo, de que incluya 
un cuerno pulpar y de los problemas de oclusión 
que cause. El diagnóstico y el manejo tempranos 
son importantes para prevenir caries e infeccio-
nes pulpares, ya que tanto éstas como la necrosis 
pulpar son frecuentes por la extensión de tejido 
pulpar presente22.
• Cúspides centrales o intersticiales: son prominen-
cias dentariasque se localizan sobre la cara oclu-
sal de las piezas posteriores, ya sea temporales o 
permanentes2,11 (Fig. 14).
Fig. 10. Cúspide accesoria presente en un premolar in-
ferior.
Fig. 12. Imagen de una arcada superior en la que se 
puede observar la asociación de un diente conoide con 
talón cuspídeo (22), lateral microdóncico con talón cus-
pídeo (12) y tubérculos de Carabelli en los molares per-
manentes (16-26).
Fig. 11. Talón cuspídeo en un canino permanente infe-
rior. Es poco frecuente.
Fig. 13. Incisivo permanente con severa alteración de 
la forma. En la literatura se le denomina diente en “T 
o Y”.
Fig. 14. Tubérculos de Carabelli presentes tanto en el 
molar temporal como en el permanente.
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• Tubérculos paramolares: son cúspides accesorias 
que se localizan en la cara vestibular de los mo-
lares2,11.
• Tubéculo de Carabelli: es una cúspide accesoria 
localizada en posición mesiopalatina del segundo 
molar temporal o de los molares permanentes. 
Es más frecuente en población caucásica2,11 (Figs. 
12,14).
• Diente evaginado (dens evaginatus): se denomi-
nan así a las protuberancias coronarias que in-
cluyen esmalte, dentina y pulpa11,15,13. Se produce 
por una evaginación del epitelio del esmalte debi-
da a una hiperplasia focal del mesénquima pulpar 
primitivo, lo que origina un área evaginada sobre 
la superficie oclusal del diente afectado. 
La frecuencia de aparición del diente evaginado 
está ligado a factores raciales, con predominio en 
la raza mongólica.
Clínicamente es relevante porque puede producir 
interferencias oclusales, y dar lugar a patología 
pulpar precoz, al desgastarse rápidamente por 
efecto de la masticación, exponiéndose el cuerno 
pulpar que presenta en su interior13. Para evitar 
esto algunos autores proponen el tallado selec-
tivo del diente antagonista, cuando es posible11.
C. Otras anomalías coronarias
Existen otras anomalías que afectan a la morfología 
externa de la corona, dando lugar a formas atípicas; 
pueden presentarse aisladas o asociadas a otras patolo-
gías. Entre ellas están:
• Diente en tecla de piano: en este caso las anchu-
ras mesiodistales del diente a nivel cervical e inci-
sal son similares11.
• Diente en destornillador o clavija: la anchura del 
diente es mayor a nivel cervical que incisal, dando 
lugar a una inversión de los diámetros mesiodis-
tales del diente11 (Fig. 4b). 
• Diente ovoideo: la corona dentaria presenta un 
perfil ovalado y el borde incisal curvo11. 
• Conoidismo: Es una anomalía frecuente. Son 
dientes rudimentarios en los que la corona y la 
raíz tienen forma de conos, unidos por sus bases. 
Es mas frecuente en los incisivos laterales superio-
res. El mayor problema de estos dientes es la es-
tética y la alteración de la oclusión. Su tratamien-
to se realiza con resinas compuestas o coronas de 
recubrimiento total11 (Figs. 5, 6).
ALTERACIONES RADICULARES
A. Raíces supernumerarias
Es la existencia de un número de raíces superior a lo 
normal para ese grupo dentario (Fig. 15). La causa es 
una hiperactividad de la vaina de Hertwig2,11,15,24. Se 
pueden encontrar raíces supernumerarias totalmente 
normales en tamaño y forma, mientras otras veces se-
rán rudimentarias a modo de apéndice. Respecto a las 
implicaciones clínicas, los tratamientos endodóncicos 
en estos dientes se hacen más complicados así como las 
extracciones. Las radiografías diagnósticas y una plani-
ficación cuidadosa del tratamiento evitan estas compli-
caciones24.
B. Reducción del número de raíces
Esta anomalía se denomina también raíz piramidal2. 
Se debe a la fusión de las raíces que puede ser parcial o 
total, dando lugar a la aparición de una raíz piramidal 
que se estrecha desde el cuello hasta el ápice, con cavi-
dad pulpar única y un único conducto o con dos o más 
conductos independientes2. 
C. Otras alteraciones radiculares
• Dilaceración: se denomina así a una curvatura o 
angulación excesiva de las raíces respecto al eje 
largo. Si bien la curvatura en dirección distal es 
una característica general de todos los dientes, 
sólo se hablará de dilaceración cuando ésta sea 
excesiva2,11,15 (Fig. 16). Se debe a un trastorno 
durante la fase de morfodiferenciación, desenca-
denado por noxas traumáticas o por obstáculos 
mecánicos que interfieren en el crecimiento de 
la vaina epitelial de Hertwig15. El motivo más fre-
cuente suelen ser los traumatismos en la denti-
ción temporal2.
• Acodadura radicular: es en realidad una variante 
de la dilaceración, en la cual la curvatura excesi-
va no se encuentra en la unión corona-raíz como 
sucede en la dilaceración propiamente dicha, sino 
a lo largo de la raíz a cualquier nivel de ésta2,11,15.
• Raíz en bayoneta: es una doble acodadura2,11,15. 
Es común en segundos premolares superiores2. 
Entre los factores etiológicos se barajan trauma-
tismos en la zona, exodoncias precoces de dien-
tes temporales e incluso presencia de un seno 
maxilar voluminoso2 (Fig. 17).
• Sinostosis radicular: es una convergencia radicu-
lar en su grado máximo2, son raíces individualiza-
das pero que convergen y se unen en la zona api-
cal debido a una pronunciada curvatura2,11,15. La 
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unión es por cemento y a veces también por den-
tina. Plantean problemas en las extracciones2,11.
ALTERACIONES ASOCIADAS DE FORMA Y NÚMERO 
La existencia de asociaciones entre anomalías den-
tarias es clínicamente relevante y estadísticamente de-
mostrada. 
Las hipodoncias tienen un marcado patrón genético, 
y suele repetirse con el mismo patrón en diferentes in-
dividuos del mismo grupo familiar. En ocasiones, la age-
nesia no se manifiesta totalmente, debido a la diferente 
expresividad del gen causal, y en unos individuos del 
mismo grupo familiar pueden existir agenesias de un 
determinado diente, mientras en otros familiares pue-
den encontrarse microdoncias o dientes conoides15.
La asociación de hipodoncia y microdoncia es común. 
El ejemplo típico es la agenesia congénita del incisivo 
lateral superior asociada a un contralateral microdónci-
Fig. 15. Imágenes clínicas (a-b) y radiográficas (c-d) de raíces supernumerarias en dientes del sector posterior y 
tanto en dentición temporal como permanente.
Fig. 16. Lateral permanente inferior con severa dilace-
ración. El intento de colocación ortodóncica no fue po-
sible y el diente se perdió (Imágenes cedidas por la Dra. 
M. Maroto).
a
c
b
d
Clínica
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co10. Hay autores que asocian la hipodoncia con el tau-
rodontismo10,25 (Fig. 4) y con incisivos laterales cónicos25 
(Fig. 6). Varios autores refieren asociación entre macro-
doncia e hiperodoncia; y microdoncia con hipodoncia25. 
La macrodoncia además de poder ir asociada a la hi-
perodoncia puede presentarse junto a anomalías mor-
fológicas como tubérculos y cúspides accesorias, dens 
evaginatus, dens in dente, fusión y gemación14. La co-
existencia de agenesias y supernumerarios es compa-
tible4,5, por eso es importante determinar el número de 
dientes por grupo además del total de la fórmula den-
taria5. La anomalía morfológica más frecuente asociada 
a los dientes supernumerarios es el conoidismo, sobre 
todo en los mesiodens3,6,8,9 (Fig. 3).
Otra asociación frecuente es la fusión de un germen 
dental con un germen supernumerario12. Cuando esto 
ocurre el diagnóstico es difícil ya que el número de dien-
tes será normal pudiéndose confundir entonces con una 
gemación13,26. El tamaño del diente fusionado depende 
de la etapa en la que se produjo la fusión; si fue tardía-
mente, tendrá un tamaño el doble que el normal12. 
Se han asociado otras posibles anomalías dentarias 
a los dientes fusionados: dientes supernumerarios, hi-
podoncia, incisivos laterales conoides y dens in dente12 
(Fig. 7). Se cree que hay una tendencia a que la fusión 
en dientes temporales se repita en la dentición perma-
nente y/o a la ausencia congénita de sus sucesores per-
manentes, impactación y dientes supernumerarios2,12,26. 
Sin embargo se ha observado que los sucesores de losdientes geminados habitualmente están presentes y 
no suelen ir asociados a anomalías en la dentición per-
manente26. Sí es importante tener en cuenta la posi-
ble aparición de un diente supernumerario debido a la 
duplicación a partir de un germen único (gemelación)12 
(Fig. 1b).
Se concluye que estas anomalías por unión pueden 
acarrear otras anomalías, ya sea en el número, tamaño 
o forma de los dientes15.
Numerosos autores han asociado el talón cuspídeo a 
otras anomalías dentarias, como caninos no erupciona-
dos, odontomas complejos, dientes supernumerarios, 
agenesias, macrodoncia, diente invaginado, dientes im-
pactados, incisivos en forma de pala, clavija, tubérculos 
adicionales en incisivos, tubérculo de Carabelli exagera-
do, microdoncia, etc.23 (Fig. 2). 
Asimismo, se ha asociado el talón cuspídeo con un in-
tento de gemación2, o con el resultado de una fusión de 
un diente supernumerario y uno normal27. El talón cus-
pídeo en incisivos temporales maxilares, especialmente 
el lateral, probablemente afecte al número o morfolo-
gía del sucesor permanente27. Los incisivos en forma de 
Y o T (Fig. 13), además de ser frecuentes en el incisivo 
lateral superior, también lo son en los mesiodens2.
El diente invaginado o dens in dente (Fig. 9) es una 
malformación que puede ocurrir como ya se ha descrito 
tanto en dentición temporal como permanente, y tam-
bién en dientes supernumerarios2,19. Se ha observado 
que el diente invaginado ocurre concomitantemente 
con el diente evaginado en los incisivos permanentes 
superiores y también se han observado en los incisivos 
en forma de pala y talones cuspídeos20.
Por último a pesar de que las anomalías puedan pre-
sentarse de forma aislada, el hallazgo de una de ellas 
según muchos de los autores debe conducir sistemáti-
camente a la búsqueda de otras combinadas así como a 
analizar si se presentan en el contexto de un síndrome 
malformativo o no.
CONCLUSIONES
• Las anomalías dentarias de número o forma, ais-
ladas o asociadas, son hallazgos frecuentes en la 
práctica diaria odontológica.
• Es necesario realizar un diagnóstico precoz, va-
lorar las implicaciones clínicas de las mismas e 
iniciar una terapéutica temprana para evitar las 
complicaciones que, muchas de ellas, pueden te-
ner sobre el desarrollo de la oclusión.
• Ante el diagnóstico de una anomalía dentaria hay 
que sospechar, y en todo caso descartar, la pre-
sencia de otras anomalías asociadas.
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