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01 _La_Trampa_del_Padre

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Sinopsis 
Julián, el amado príncipe del poderoso reino de Belkeren. 
Al crecer con la gracia de su padre Enrique, y poco después de haber 
cumplido la mayoría de edad se preparaba para lo que esperaba fuera el inicio 
de un matrimonio estable y feliz. 
Pero la noche anterior a la boda, la familia de su prometida fue encarcelada 
bajo acusaciones de cometer traición a la corona real. 
Enrique le hace una impactante confesión a Julián, quien fue desesperado a 
buscarlo por ayuda. 
“Yuli”. 
Cuando Julián se percató de la expresión en el rostro de su padre, ya estaba 
siendo desnudado. Julián miró al hombre que estaba encima de él con un 
rostro pálido lleno de miedo. 
“Uh, uh…” 
 
Enrique miraba a Julián como un hombre. 
“Uh, uh…” 
“Te amo”. 
“¿Qué?” 
“Te amo Yuli”. 
Enrique inclinó su rostro dejando caer en cascada la hermosa y prominente 
cabellera negra. Mientras sus dedos comenzaban a desabotonar la camisa de 
Julián. 
Enrique miró a Julián con un rostro melancólico, mientras su mano actuaba 
con más fuerza. 
“Me he enamorado de ti, Julián”. 
Los botones de la camisa se rompieron. 
 
 
 
Capítulo 1-Realmente es mi hijo. 
“Este es realmente mi hijo”. 
Esas palabras fueron expresadas por el rey Enrique de Belkeren cuando vio 
por primera vez al príncipe Julián que acababa de nacer. Ante esa expresión 
de cariño la reina se rió y dijo. 
“Por supuesto que es un hijo de Su Majestad, ¿de quién más podría ser?” 
Sin responder a las palabras de la reina, Enrique se marchó silenciosamente 
sosteniendo en sus brazos a Julián. Ante eso la reina preguntó con voz 
temblorosa. 
“¿Su Alteza?” 
La reina de Belkeren no volvió a ver el rostro de su hijo hasta su muerte. 
 
 
 
 
 
Capítulo 2-Un feliz Julián. 
El príncipe de Belkeren, Julián fue criado por su padre Enrique, no por su 
madre Mary. Fue porque ella era una princesa de un reino enemigo de 
Belkeren, Revoltan. Enrique el rey de Belkeren, se mostró reacio a permitir 
que la educación de Julián fuera influenciada por Belkeren. 
La reina Mary amaba la cultura natal de su reino lo suficiente como para ser 
capaz de enseñársela al príncipe. En especial el modelo político que regía la 
corte en Revoltan, el cual era muy opuesto al de Belkeren. Desde el principio 
Enrique apartó a Julián del regazo de su madre. 
Aunque el príncipe fue criado sin ver a su madre, Julián tuvo una infancia 
feliz. 
Enrique le dio suficiente amor como para llenar el espacio vacío que pudiera 
haber por una madre ausente. 
De hecho, Enrique era por naturaleza un hombre frío y autoritario. Él era un 
militarista. Los hombres que están familiarizados con los asuntos militares 
 
solían dar órdenes a sus familias como si estuvieran dándolas a su propio 
ejército. 
El medio hermano de Julián; Arturo, tenía virtudes que eran difíciles de 
encontrar en Enrique, como la “Bondad” y la “Misericordia”. 
Sin embargo, todo fue muy diferente cuando se trataba exclusivamente de 
Julián. 
Enrique, que estaba resentido con la personalidad virtuosa de Arturo y lo 
trataba con severidad, se volvió infinitamente dulce y amoroso con el 
pequeño príncipe que creció sin una madre. Le consentía en todo y le daba 
mimos que Julián, en su inocencia aceptada. 
“¡Julián!” 
Enrique sonrió alegremente cuando el príncipe de pelo dorado como una 
hermosa espiga de trigo, rizado y suave como el pelaje de una oveja, corrió 
hacía él y enredo sus brazos alrededor de su cuello. 
“Julián, mi alegría, mi sol”. 
 
Enrique dijo esas palabras con amor y besó la mejilla del rostro sonriente de 
Julián. Entonces Julián frotó su nariz en el cuello de Enrique con una risita 
chirriante, que los oídos de Enrique era un sonido que le hacía volar sobre el 
cielo. 
Era el hombre más rico. 
Enrique y Julián tenían un aura radiante entre ellos. 
La gente disfrutaba ver su buena relación y envidiaban esa armónica 
convivencia. Sin embargo, el amigo de Enrique, el Capitán de las fuerzas 
armadas Walther, reaccionó de una manera muy diferente. 
“Enrique”. 
Enrique que estaba acariciando a Julián, mientras este se quedaba dormido 
en sus brazos, levantó la cabeza y lo miró. Walther miraba a Julián dormir 
en los brazos del rey de manera oscura y fría. Julián era un niño que parecía 
haber salido del más hermoso lienzo pintado a mano. Un hermoso príncipe, 
más hermoso que las representaciones de Cupido. 
 
Walther había visto a Enrique besar con afecto la suave cabellera dorada del 
hermoso príncipe. Era hermoso como una antorcha brillante en la oscuridad 
que guiaba el camino. 
Pero entonces, Walther se estremeció. Su Señor y amigo desde hace mucho 
tiempo había cambiado. Walther leyó algo diferente en esa imagen de un 
padre amoroso que daba afecto a su hijo. 
Después de pensar seriamente en sus palabras, abrió sus labios. 
“No lo mires con esos ojos”. 
Enrique parpadeó lentamente con sus ojos azules. Sus ojos vacíos, que daban 
la impresión de no pertenecer a un humano, miraron a Walther con esa 
sensación fría que hizo temblar su corazón. La mirada que lo atravesó era 
penetrante y le infundió temor. 
Walther nunca había visto esa mirada antes. Enrique tenía una expresión que 
nunca antes en su vida le había mostrado a nadie. 
“¿Cuál es el problema?” 
 
Walther se mordió los labios con fuerza, y una voz temblorosa fluyó. 
“Es una mirada que refleja las malas intenciones de su mente”. 
Enrique murmuró en voz baja, mientras continuaba acariciando el cabello 
castaño de Julián en sus brazos. 
“Lo sé”. 
Esa voz levemente enterrada, tenía un afligido tono de dolor. 
“Julián es mi precioso hijo”. 
Enrique susurró en voz baja, mientras descendía hasta que sus labios tocaron 
la frente del príncipe. 
“No lastimare a este niño”. 
**********************************************+ 
Entonces este era el problema. 
Enrique viajó por el campo de batalla desde su juventud y cuando nació su 
primogénito Arturo, aceptó que su destino como primogénito estaba en el 
campo de batalla. Cuando regresó de la guerra, Arturo se había mudado a la 
 
mansión de su abuelo materno para escapar de la plaga que se extendía por 
el reino. 
Arturo no pudo reunirse con él sino hasta siete años después. Enrique fue 
quien lo entrenó desde una edad temprana. Durante los entrenamientos 
constantemente le decía con rudeza “Se un adulto”. 
Pero con Julián era diferente… 
Fue criado por las manos de Enrique desde que nació. El mismo rey, quien 
tomó a Julián de las manos de su madre, puso al príncipe suave y delicado 
en su regazo y lo miró. Era obvio que Enrique le tenía cariño. 
Además, Julián era débil por naturaleza y se apoderó de la compasión de 
Enrique. No recibió la formación militar oficial y, a diferencia de Arturo, 
Enrique decidió no entrenarlo. 
Así, con el favor del rey, Julián creció como un hermoso niño de porcelana 
pura. 
 
 
A diferencia de Enrique, que es claramente un hombre de mucho atractivo y 
que tenía una personalidad fría y autoritaria, Julián creció como un niño 
encantador que se parecía a su madre. 
Su cabello dorado como el trigo, que era tan suave como una nube de 
ensueño, brazos y piernas tan blancos como la nieve y dos ojos color 
esmeralda que parecían contener la hermosa y fresca primavera. 
Enrique sostuvo al cálido chico en sus brazos y trató de no soltarlo. 
Sin castigarlo, lo sentó en su regazo y lo alimentó. Sin abofetear sus mejillas, 
temeroso que se quebrara, lo tomó en sus brazos y lo acarició. 
“¿Es Julián el único hijo del rey?” 
El amor de Enrique era tan profundo que Arturo se quejaba constantemente. 
El amor se había profundizado. 
El cariño se convirtió en amor. 
“¡Padre!” 
Así que un día Enrique realmente se enamoró. 
 
“Por favor, besa a Julián en la mejilla”. 
El amor por el joven príncipe que corría hacia él con sus sonrojadas mejillas, 
era innegable. 
************************************************ 
Enrique cerró los ojos.Estaba recargado en el respaldo de una silla, en una habitación solitaria sin 
iluminación. El rostro del rey que yacía en la oscuridad estaba mucho más 
sombrío y tenso de lo habitual, aunque parecía extrañamente calmado. 
Enrique masticó palabras al aire con sus ojos cerrados. 
Walther se había dado cuenta. 
En su mente el rostro preocupado de su capitán de la guardia y mejor amigo 
se esclareció. 
El desprecio, ira, frustración y una extraña compasión se mezclaron en el 
rostro del hombre. Las pestañas de Enrique revoloteaban levemente. 
Walther se dio cuenta. 
 
Recargo su rostro entre sus manos mientras expulsaba un aliento áspero que 
fluyó violentamente de sus labios. Era una prueba de un corazón nublado por 
el deseo. Con un pálido rostro, los labios del rey temblaron. 
Walther se dio cuenta… 
Trató de borrarlo de su mente, pero no lo logró. 
Así que trató de ocultarlo. 
¿Incluso eso falló? 
En ese momento, los dientes de Enrique rechinaron. 
¡Walther lo notó! 
El rey, atrapado en el pecado de su corazón, movió su mano con ojos 
inyectados en sangre. 
“¡Maldición!” 
Tiró el tintero y la pluma estilográfica sobre su escritorio. Al mismo tiempo, 
se abrió la puerta. Fue cuando los ojos de Enrique se abrieron de par en par. 
“¡Ahhhhhhh!” 
 
!Crash! 
El tintero impactó la puerta y se rompió en pedazos. Enrique se asustó y 
corrió hasta la puerta. 
“Julián”. 
El cálido chico de cabello color trigo temblaba suavemente, tapándose los 
oídos, Enrique perdió la cabeza y lo palmeó, sosteniendo en sus brazos. 
“Lo siento”. 
Julián tembló con las palmaditas de Enrique durante mucho tiempo, incapaz 
de recobrar el sentido tras el impacto. 
“Lo siento”. 
Enrique sostuvo a su hijo con firmeza en sus brazos y nuevamente añadió. 
“Lo siento, Yuli.” 
Con el paso del tiempo, Julián se calmó y abrió los ojos, comenzando a reír 
suavemente. 
“Estoy bien”. 
 
“Yuli”. 
“¿Estás enojado?” 
Enrique no respondió y puso su brazo debajo de la cadera de Julián. Enrique 
puso su mano en la delicada espalda, envolviendo a Julián en un abrazo 
protector. Julián se rió mientras frotaba su mejilla contra el pecho de Enrique. 
“Padre”. 
Enrique susurró, mirando cálidamente a Julián, que era encantador. 
“Puedes llamarme papá”. 
Julián se rió alegremente al sentir el roce de unos suaves labios en sus 
mejillas, luego cerró los ojos y Julián negó con su cabeza. 
“Pero ya he crecido”. 
Luego agarró los tensos hombros de Enrique con sus manos. Para un rey de 
treinta y seis años los hombros de ese hombre todavía estaban en su mejor 
momento, eran fuertes, tan fuertes como piedras, así era todo su tonificado 
cuerpo. Julián dijo unas suaves palabras con sus pequeños labios. 
 
“Ahora que ya tuve una ceremonia de mayoría de edad. No deberías tratarme 
como un niño”. 
Enrique murmuró con una pequeña sonrisa hacía Julián, quien estaba 
sonrojado. 
“Bien”. 
Julián estaba sonriendo mientras se enfrentaba a los ojos azules de Enrique, 
que solo se mostraban cálidos frente a él. Enrique murmuró, tocando las 
suaves mejillas de Julián. 
“De hecho…” 
Julián tuvo su ceremonia de mayoría de edad hace tres días. 
La confusión galopante que iba y venía dentro de su corazón. 
Era lo que volvía loco a Enrique. 
********************************************** 
“Walther, ¿tengo que hacer eso?” 
 
Un día, Enrique le habló a Walther con un rostro enojado. Walther, además 
de su título como Capitán de la Guardia, tenía el título de Señor del Ducado 
de Shooter Mahone. Era una posición suficientemente fuerte como para 
influenciar a toda la corte. 
Walther habló con cinismo. 
“¿Qué hay de malo en casar a su hijo mayor de edad?” 
“Julián está enfermo. No se puede celebrar una boda ahora. Estaba tratando 
de ser paciente, solo hasta que estuviera saludable…” 
Su voz autoritaria sonó molesta. 
“Pero Walther, ¿No has ya incitado a la corte?” 
“¡Enrique!” 
Fue la atropellada y rápida respuesta de Walther. 
“Mi señor y amigo”. 
Walther abrió los labios alarmado. 
“Hablo con honestidad. Amo a Julián y odio esa idea de dejarlo ir”. 
 
Enrique cerró los labios con un rostro pálido. Walther lo miró y se tocó sus 
labios como si temiera por las palabras que saldrían. 
“Envíalo con ella”. 
“…” 
“¡Enrique!” 
“…” 
“Si realmente amas a Julián, deja que se case con ella”. 
Enrique jadeó. 
“Deja ir a Julián”. 
Hubo un sollozo. 
Enrique se agarró la cabeza y habló. 
“Lo amo”. 
Walther susurró en voz baja 
“Si lo amas, hazlo por la felicidad de Julián”. 
 
“… ” 
“Por favor, libere a Julián, Su Majestad.” 
**************************************************** 
Julián está comprometido. 
Era Elizabeth, la hija de un viejo duque. 
A Julián le agradaba. 
Elizabeth también parecía considerar que Julián no era un mal partido. 
Enrique los miró en silencio. Julián, quien había sido mimado con el gran 
amor de su padre, inicialmente considero incomoda la presencia de 
Elizabeth. Como si no conociera el concepto de que significaba tener una 
prometida. Julián solo consideraba a Elizabeth como una amiga de la 
infancia, nada diferente. 
Desde ese día, Julián llamó a Elizabeth “Liz”. 
Le pregunto a Enrique sobre el día que visitó el palacio. 
Cuando hablo con ella, sus mejillas se colorearon de un sutil rosado pastel. 
 
“¡Padre!” 
Julián se le acercó con una sonrisa llena de alegría, mientras se sentaba a los 
pies de Enrique. Julián envolvió sus brazos alrededor de las piernas del rey 
y habló suavemente. 
Habló sobre montar a caballo con Liz. 
También dijo que había recibido una invitación para visitar el castillo del 
viejo duque. 
“Bien”. 
Enrique, que escuchó en silencio, abrió los labios y respondió en voz baja. 
“¿Ella te gusta?” 
Julián vaciló un rato, luego asintió con una sonrisa tímida. Enrique asintió 
en silencio ante la respuesta de su hijo. 
Poco después, Julián pudo darse cuenta del significado de esa pregunta. 
“Yuli, te amo”. 
“¿Padre…?” 
 
Capítulo 3-El amor de Enrique. 
Amor… ¡No sé! 
Fueron los sentimientos de Julián hacia Elizabeth. 
Ella era una chica vivaz e inteligente. 
La hermosa señorita, quien era un año mayor que Julián, era lo opuesto al 
introvertido príncipe. Montaba a caballo, disfrutaba del aire fresco y asistía 
a elegantes y concurridas fiestas. 
Para Elizabeth, Julián era todo un caballero, fascinante y divertido. 
Julián era su más querido amigo, con quien desde la infancia disfrutaba de 
muchas horas de juego. Cuando entró al salón para ser presentada como su 
prometida, ella estaba muy nerviosa, pero Julián se acercó rápidamente a 
darle seguridad. A medida que su convivencia aumentaba, un imán se colocó 
en el centro de Elizabeth y Julián que hacía que se acercaran más y más. 
Julián se preguntaba si eso era el amor. 
 
Pero al menos podía estar seguro de una cosa. 
Elizabeth era la mejor doncella con la que pudieron haberlo comprometido. 
Su padre también estaba preocupado por él. 
El rey Enrique dijo que había elegido a la prometida de Julián sin considerar 
las ganancias o pérdidas políticas. No era ese su objetivo, sino darle felicidad 
y seguridad a su hijo. Cuando escuchó esas palabras de su padre, Julián 
quedó impresionado. 
El matrimonio de la familia real. Era algo realmente difícil no aprovecharse 
del único príncipe soltero que quedaba en la línea directa al trono. 
“En realidad, los otros miembros de la corte querían que te casaras con la 
Princesa de Navian”. 
Arturo le explicó además a Julián, que estaba a punto de irse del palacio. 
“¿Sabes?” La princesa de Navian está sufriendo una enfermedad terminal y 
cuando ella muera, el reino de Navian sería tuyo. Navian es un territorio de 
gran riqueza. Es una gran ventaja para ti y tu reino”. 
 
Con una expresión sombría, esas fueron las palabras expresadas mientras el 
tabaco se quemaba en la comisura de la boca. 
“Pero el problema es que hay que partir hacia una lejana travesíapor el 
desierto, para que puedas casarte con la Princesa”. 
Julián trató de reprimir un gemido. 
“Padre”. 
Arturo lo miró por unos momentos y murmuró. 
“Tu padre te ama”. 
Había amargura en su corazón. No quería alejarse de su amado Julián. El 
príncipe, que no tenía asignaciones reales, pudo despertarse hasta tarde y no 
podía dejar de pensar en eso. 
Arturo fue separado por la fuerza de su amiga de la infancia a la que amaba 
desde que tenía memoria y fue comprometido con la Princesa de Miglen, a 
la que ni siquiera le conocía el rostro. Julián miró a Arturo con ojos brillantes. 
 
El príncipe de cabello negro que estaba recargado en la pared, era muy 
diferente a Julián. Arturo era la copia de su padre. 
“Quieres vivir una vida diferente a la mía Julián”. 
Arturo sonrió y acarició la suave cabellera de Julián. 
Julián vaciló, luego abrazó la cintura de Arturo con fuerza y frotó sus mejillas 
contra su pecho. 
La amistad entre ellos era buena. 
Si, Enrique se preocupaba terriblemente por Julián, mientras trataba con 
severidad a su otro hijo Arturo. La fraternidad podría haberse quebrantado. 
Sin embargo, Julián era tan noble y amable, mientras que Arturo era un 
hombre de personalidad recta pero secretamente galopante. La relación entre 
los dos había sido pacífica, sin enfrentamiento hasta ahora. 
El desplazar a Julián a una posición bastante alejada de la política, fue una 
jugada inteligente por parte de Enrique que mantuvo una sana amistad entre 
el hermano heredero al trono y el príncipe Julián. 
 
“Lo siento, hermano”. 
Ante los murmullos, Arturo habló con voz franca. 
“No digas eso”. 
La mano del príncipe heredero que había sido criado en un campamento 
militar y peleado en guerras era áspera. Arturo, que había sido entrenado 
desde niño como un militar y vivió como un soldado, no sabía cómo cuidar 
adecuadamente a su hermano menor. 
Pero definitivamente lo amaba. 
“Es suficiente para mí que seas feliz”. 
Julián era torpe, pero sonreía con dulzura ante el toque amistoso. 
Lamentablemente, las palabras de Arturo no se cumplieron. 
Sucedió de forma repentina un día. 
Fue la noche antes de celebrarse la boda del príncipe Julián. 
Abruptamente la boda de Julián fue cancelada y Elizabeth y su familia fue 
encarcelada acusada de complot en contra de la familia real. 
 
“¡Padre!” 
Cuando Julián escuchó la noticia, se asombró y fue de inmediato a la 
habitación de Enrique. 
“Ah, padre… Liz es inocente”. 
Gritó y suplicó a Enrique por misericordia. 
“Liz es inocente. No lo hizo, padre”. 
Enrique, su hermoso y fuerte padre, nunca, nunca, nunca había ignorado los 
deseos de Julián. Llegó a la habitación de Enrique con la creencia de que ese 
día sería lo mismo. 
“Ayúdame, Por favor, sálvala”. 
No debió haber hecho eso. 
“No. Yuli”. 
Un alma inocente y pura se arrojó a las garras de una bestia. 
“Ella hizo algo muy malo”. 
 
“¿Eh? ¿Padre?” 
“Se llevó mi tesoro”. 
Julián cerró fuertemente los labios. Su cuerpo tembló con terror. Enrique 
hizo contacto visual con él mientras sostenía esas tersas mejillas sonrojadas. 
Las paredes ahora le resultaban a Enrique demasiado frías, sólidas y crueles. 
Todo su mundo era cálido por la presencia de Julián. 
“Lo dejé por un tiempo y traté de recuperarlo… Intentaron tomar todo, 
incluido el corazón, lo más valioso”. 
Julián se tapó la boca. 
“Ah, padre”. 
Julián sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, algo andaba mal. La expresión 
en el rostro de Enrique estaba tan fría como de costumbre, pero todavía había 
amor por él en sus ojos, pero Julián estaba confundido. 
Enrique movió la mano que sostenía suavemente la cálida mejilla de Julián. 
Mientras barría sus labios con la yema de su pulgar, susurró en voz baja. 
 
“No puedo estimar el precio, Yuli”. 
Era una expresión que Julián nunca había visto en Enrique y abrió los labios 
con dificultad. 
“¿Por qué estás haciendo esto?” 
Mientras una sonrisa se formaba en el rostro de Enrique, las lágrimas 
empezaron a correr del rostro de Julián. 
“Estoy asustado”. 
 Enrique, quien mantuvo la mirada sobre Julián, notó cómo el cuerpo del 
príncipe temblaba como un cordero atrapado frente a un cazador. Fue en el 
momento en que se hincharon las venas de las manos que estaban tocando 
las mejillas de Julián, cuando Enrique robó brusca y violentamente los labios 
de Julián. 
Fue una acción que hizo que Julián abriera sus ojos de par en par. 
“ !¿…?!” 
Enrique, jadeó. 
 
 
Actuó como si estuviera tratando de absorber todo el aliento que quedaba en 
la boca de Julián. Sus ojos que estaban paralizados y temblaban de miedo 
miraron a los ojos de una feroz bestia. 
Padre. 
¡¿Qué está haciendo mi padre ahora?! 
Era algo que la mente de Julián no podía creer. 
El padre, que le dijo a Julián que lo amaba, ahora estaba devorando con 
codicia su carne con una expresión de lujuria. 
“¡Me duele!” 
Cuando los labios de Enrique se separaron de la carne inflamada de Julián, 
este jadeó sin aliento ante un beso feroz que nunca antes había 
experimentado. Se quedó sin aliento y su respiración se detuvo por un 
momento. Enrique, mirando con amor a esos ojos desenfocados que 
temblaban, de repente abrazó el cuerpo de Julián. 
Y lo arrastró a la cama. 
 
“Yuli”. 
Cuando Julián se percató del movimiento, ya era tarde. 
Se encontraba siendo desnudado, Julián miró al hombre que estaba encima 
de él con una expresión temerosa. 
“Uh, uh…” 
Si, era un hombre. 
Enrique estaba mirando a Julián como un hombre; no, como a un amante. 
“Uh, uh…” 
“Amor”. 
“Oh…” 
“Te amo Yuli”. 
Enrique inclinó la cabeza, y su larga cabellera negra cayó en cascada a un 
lado del cuerpo de Julián. Un dedo toco el botón de la camisa de Julián, quien 
solo podía jadear. El horror recorrió su rostro. 
 
“Finalmente podré amarte, Julián”. 
Los botones de la camisa se rompieron. 
“¡Ah… Ah…!” 
Julián apenas pudo recordar lo que pasó esa noche. 
Su mente bloqueo la mayoría de esos recuerdos tan terribles. 
Enrique, que permanecía en un recuerdo fragmentado e incompleto, brillaba 
como una bestia, jadeando con un aliento caliente, el rey codiciaba los labios 
de Julián tenaz y persistentemente con una expresión de excitación. 
El beso fue tan largo y espantoso que al final, Julián se quedó sin aliento y 
sus piernas temblaron. 
“Oh, Dios mío, Yuli”. 
Murmuró Enrique, mientras mordía los labios rojos de Julián. 
“Estás en peligro”. 
Fue una oración muy contradictoria. 
 
Julián estaba sufriendo y llorando desde el momento de la inserción hasta 
ahora. 
“¡Me… duele… ahg!” 
Pero Enrique se negó a escuchar. El rey movió su cintura con un rostro 
cubierto de éxtasis, mientras respiraba entrecortadamente. Cada vez que 
movía la espalda Julián gritaba de dolor al sentir como sus caderas se 
resquebrajaban. 
“¡Ahhhhh!” 
“Shhh”. 
“No, por favor, no… no…” 
Julián gritó, golpeando el grueso pecho de Enrique. 
Enrique inclinó suavemente su mirada y se rió en voz baja. Había una carne 
firme y gruesa alojada entre las piernas de Julián. 
Enrique agarró el culo de Julián y lo abrió de par en par. Cuando el estrecho 
agujero se abrió para facilitar el movimiento, Enrique aumentó la velocidad 
 
 
de movimiento de sus caderas. El interior de Julián era caliente, suave y 
encantador. 
El placer que le brindó fue más dulce y adictivo de lo que jamás imaginó. 
Enrique se negó a salir del suave interior de Julián. Solo empujó, empujó y 
empujó más y más fuerte dentro de las suaves paredes de Julián. Cuando el 
rey despertó de su descanso, el príncipe estaba llorando, retorciéndose en la 
cama. La gran mano de Enrique sostuvo los delgados tobillos de Julián y los 
extendió hasta donde el frágil cuerpo lo permitió. 
Su mirada estaba perdida, mirando la cabecera de esa cama, mientras su 
cuerpo era manipulado en contra de su voluntad. El cuerpo del rey ultrajó el 
delicado cuerpo de Julián. Su pesado cuerpo seenterró y golpeó al príncipe 
una y otra vez, y Julián no podía hacer nada más que llorar, sintiendo su 
cuerpo destrozado. 
“Papá”. 
 
Le dio el título que Enrique tanto deseaba oír hasta ahora. Un sollozo fluyó 
a través de los labios rosados mordisqueados. 
“Ah, papá, papá…” 
“Yuli, lo siento…” 
“¿Por qué…?” 
Julián le tocó los labios mientras su mirada estaba llena de lágrimas. 
“¿Por qué…?” 
Enrique susurró en voz baja, haciendo contacto visual con los ojos de Julián, 
que lo miraban con un profundo sentido de traición. 
“Te lo dije”. 
Enrique mostraba una extraña expresión de amor y remordimiento. 
“Te amo”. 
Entonces Enrique esbozó una sonrisa lúgubre. Un grito salió de los labios de 
Julián. El pene que se hinchó a través del pequeño orificio de Julián estaba 
 
atascado. El tobillo de Julián, sostenido por la mano de Enrique no paraba 
de temblar. 
La sábana blanca estaba empapada en sangre. 
Julián, recibió, recibió y recibió el amor de su padre. 
Fue así hasta el momento en que el semen fluyó entre sus nalgas y Enrique 
dejó de masturbarlo. Sin embargo, no quería sacar el pene atascado en los 
intestinos de Julián. El príncipe yacía tumbado en la cama, sin moverse. 
Enrique, que estaba jugando con los hinchados y rojos pezones de Julián, le 
hacía cosquillas con las yemas de sus dedos, y de la nada expresó unas suaves 
palabras. 
“Julian”. 
“…” 
“De ahora en adelante, llámame Enrique”. 
El cuerpo de Julian tembló delicadamente. Enrique agarró la pequeña cabeza 
de Julian con su mano y continuó con su discurso. 
 
“Conviértete en el amante del rey”. 
Entonces Enrique inclinó la cabeza y besó profundamente los labios de 
Julián. EL príncipe, llorando entre gemidos ahogados; finalmente, se quebró 
y comenzó a llorar en voz alta. Enrique palpó suavemente su espalda y lo 
escuchó llorar. 
********************************************** 
Julián se convirtió en el amante del rey Enrique. 
Por supuesto, esta decisión fue independiente a los deseos de Julián. 
Enrique, visitaba la habitación de Julián todas las noches. Luego lo violaba. 
Julián se resistía pateando el vientre de su amado padre y arañando su rostro, 
pero todo era en vano. 
“¡Lo odio… odio…!” 
Enrique hizo caso omiso de las lágrimas de Julián. No escuchaba sus gritos. 
El rey aplastó al príncipe con su pesado cuerpo y lo perforó con su pene. 
El interior de Julián fue profanado con fuerza. 
 
“Ugh,uh…” 
Durante todo el acto romántico, Julián no paró de llorar de dolor. 
Enrique suavizó el agarre que tenía en el cuello del príncipe, no quería 
lastimarlo, pero al verlo sollozar su corazón comenzó a sentir remordimiento. 
El rey colocó un paño bruscamente entre sus labios. 
La lujuria de Enrique ardía incesantemente. 
El corazón de Julián se llenó de odio. 
“Padre… ¿por qué me estás haciendo esto?” 
Julián gritó, mientras su cuerpo de apariencia desastrosa se retorcía después 
del acto romántico. Los dedos del rey que jugaban dentro del agujero 
sangrante del príncipe se retorcieron y fueron acompañados de un susurro. 
“¿No me lo vas a decir?” 
El semen comenzó a derramarse por todo el exterior del dilatado agujero de 
Julián. Fluyó entre los dedos de Enrique que mantenían abierto el ano de par 
en par, por ambos lados. 
 
“Te amo”. 
La expresión del rey, ardiendo en pasión, estaba distorsionada. Enrique 
sonrió y nuevamente abrió el culo de Julián. Luego enterró su rostro allí. 
Julián gritó. 
Enrique viendo como los ojos de Julián lo miraban atónitos, se comió 
vorazmente sus blancos y suaves muslos. Sonidos sucios salieron mientras 
se chupaba ese agujero. 
Una lengua caliente y serpenteante atravesó el agujero de Julián, y no pudo 
evitar gemir. 
“Bueno, yo… soy… el hijo de mi padre”. 
Julián tembló mientras explotaba un placer forzado por la lengua de su padre. 
Enrique quitó los labios y le respondió. 
“Bien”. 
Había una leve sonrisa de maldad en ese rostro viejo y cansado. 
“Esto fue tu culpa Yuli”. 
 
Julián no podía entenderlo. 
La razón por la que Enrique decía esas palabras. 
¿Qué diablos había hecho mal? 
¿Por qué su dulce padre estaba tan loco por él? 
Pasaron días infernales. 
Enrique visitaba la habitación de Julián todos los días. 
“Yuli, te amo amor”. 
Luego confesaba su amor, mientras violaba a Julián. 
Era una tontería. Julián gemía y luchaba por escapar del fuerte agarre de 
Enrique. En su momento, al verse hundido en la desesperación, suplicó por 
primera vez, y en algún momento usó la torpeza y le lanzó una maldición a 
su padre Enrique. 
“¿Amor? ¿Qué amor? ¡Papá estás loco! ¡Cómo!, ¡cómo!, es así, mi…” 
Enrique escuchó en silencio las merecidas acusaciones vertidas sobre él. 
 
Luego mandó a cortar el cuello de Elizabeth y se lo entregó a Julián como 
regalo. 
Julián, que vio la cabeza de Liz, guardó silencio. 
Ya no se rebelaría. 
Como si hubiera perdido su alma, fue sostenido por esos brazos, temblando 
con un rostro perdido, vacío y Enrique lloró en silencio sobre el cuerpo de 
su hijo, ahora su amante. 
“Te amo, Yuli”. 
Julián vomitó después del acto romántico de ese día. 
Enrique no se enojó con Julián y silenciosamente limpió el vómito de su 
cuerpo. 
La vida cotidiana de Julián había cambiado. 
Ya no salía a caminar. Ya no montaba a caballo. Ni siquiera tomaba sus 
lecciones de piano. 
En cambio, tomó la vara del rey con su boca. 
 
Cuando Enrique veía asuntos políticos en su oficina, Julián se escondía 
debajo de su escritorio y atendía el pene del rey con sus labios. Sin apresurar 
los movimientos de su lengua, sin sacudir la cabeza, solo sosteniendo 
profundamente la vara en su garganta y exhalando el aire caliente por su 
nariz. Permaneció hincado durante horas dando servicio al rey, hasta que su 
saliva se secó y Enrique, quien terminó el papeleo, agarró la cabeza de Julián 
y movió su mano. 
Luego en lo más profundo de la garganta de Julián, enterró su pene y dejó 
estallar su semen. 
“Yuli”. 
“¡Oye!… ¡maldición!” 
“Te amo”. 
El cuerpo de Julián sentado de rodillas cosechaba el semen del rey. Mientras 
un susurro en voz baja era emitido, Enrique barrió los jugosos labios con las 
yemas de sus dedos. 
 
“Te amo”. 
Julián temblaba intermitentemente. Sus ojos miraban al vacío. Estaba 
llorando por dentro y por fuera. 
“¡¿Qué tipo de amor es este?!” 
El rostro de Enrique mostraba una expresión de tristeza. La expresión 
distorsionada del rey estaba llena de deseos sinceros. Un hombre de aspecto 
lúgubre lamió la sucia boca de Julián. 
“Incluso si Dios me quitara la vida en este instante, no me arrepiento de este 
pecado”. 
Enrique murmuró con una leve sonrisa en sus labios. 
“Soy el único pecador”. 
Más tarde, Julián pudo vislumbrar esa psicología incoherente y repugnante 
de Enrique. El cual le susurraba palabras de amor mientras acariciaba el 
cuerpo de Julián. Ese amor era un pecado ante Dios. Sin embargo, para 
Enrique eso ya no importaba. 
 
Soy yo quien comete el pecado. 
Soy el único pecador aquí. 
Esas palabras enloquecieron al príncipe Julián. 
“¡Por qué!… ¡Por qué me haces esto! ¡Por qué!” 
Julián perdió a su amado padre. 
Recibía el pene de su padre en su vientre y tomaba su semen. 
Julián ya no era un niño inocente. 
Porque la iniquidad más sucia había profanado ese cuerpo inocente y puro. 
Julián estaba fuera de sí. 
El deseo de Enrique, estaba consumiendo a Julián. 
Lo estaba calcinando hasta convertirlo en polvo de ceniza. 
Pasaron una serie de días terribles. 
Julián, recordaba uno que fue particularmente terrible de entre todos ellos. 
“¡Oye, Enrique…!” 
 
Sus piernas estaban alrededor de la cintura de Enrique y abrazaba su cuello. 
Luego gritó su nombre con odio mientras un fierro caliente perforaba su 
cadera. Las amenazas de Enrique de atarle los pezones con un hilo y 
torturarlo, se cumplieron. 
“¡Leche…! ¡La leche de Yuli! por favor déjame chuparla… ¡Oh!” 
El corazón de Julián estabatan dolido que no podía soportarlo más. Entonces 
Julián sujetó su pecho con sus propias manos y empujó los hinchados 
pezones hacia la boca de Enrique. El rey se rió mientras barría suavemente 
con su áspera lengua los pezones como si fueran las uvas más dulces del 
reino. 
Julián gimió como un gato. Inclinó su cabeza hacia atrás y sollozó. 
Luego, abrió sus ojos como platos y miró hacia la puerta. 
“¡Ah.!” 
Y sus ojos se enfrentaron a los de Arturo, quien miraba esa escena atónito. 
Ese día Julián se volvió un hombre sucio a los ojos de su hermano Arturo. 
 
Era su más grande temor hecho realidad. 
Era algo inevitable, desde que se convirtió en el amante del rey Enrique. 
Arturo, quien levantó sus puños contra su padre con ira, fue detenido por 
Enrique, quien lo miró con ojos fríos. 
Julián conocía bien a su padre ahora. 
Él era capaz de deshacerse de cualquier obstáculo que le impidiera poseer a 
Julián. Por eso Walther, que lo conocía mejor que nadie, eligió el silencio. 
Enrique matará a Arturo. 
“¡Eres un sucio bastardo!” 
“¡Basta hermano!!” 
“¿Qué?” 
Palabras terribles saldrían de la boca de Julián 
Julián gritó mientras besaba el pecho del terrible hombre que lo llevó al 
infierno. 
“Amo a esta persona. ¿Cuál es tu problema hermano con nuestra relación?” 
 
“Tú, tu… ¿Qué estás diciendo…?” 
“¿Por qué dices que amas a Enrique? ¡¿Por qué mi hermano está haciendo 
esto?!” 
Pobre Arturo. 
Pobre del hermano mayor de Julián. 
EL corazón de Arturo se quebró, como si una daga se clavara en su pecho. 
Pensó en su padre como un hombre recto. Le encantaba. Dijo que preferiría 
vivir bajo el gobierno de un rey digno que vivir como el hijo de un padre 
indulgente. 
Julián se sintió aliviado por la línea que se formaba lentamente alrededor de 
la boca de Enrique. 
Sin embargo, Arturo colapsó de una manera inesperada. 
“¿Tú… cómo…?” 
No trató de apartarme del hombre que me miraba con una expresión de 
deseo. 
 
Arturo se fue en silencio, y Enrique susurró en voz baja, acariciando el 
cabello color trigo de Julián en sus brazos. 
“Dilo de nuevo.” 
Apoyándose en su fuerte pecho, mientras lloraba. Julián susurró en voz baja. 
“Dijiste que me impedirás caer en el pecado…” 
Enrique soltó una voz sigilosa en silencio. 
“Esa… es una excusa”. 
Julián cerró los ojos. Enrique abrazó ese cuerpecito y se inclinó. Dejó a 
Julián en la cama y movió su cintura. 
Fue el segundo día terrible. 
************************************************** 
No podía recordar todo lo que vivió en ese día tan terrible. 
Solo quedaron las secuelas. 
El día que Enrique fue a cazar. 
 
Un grupo de nobles borrachos visitó la habitación de Julián. 
Arturo estaba a la cabeza. Arturo fue el primero en aplastar a Julián. 
Ató sus brazos mientras gritaba al poste de la cama y le llevó un pañuelo a 
la boca. 
En ese estado, fueron siete. 
Al menos dos veces cada uno. 
Siete penes erectos lo profanaron. 
“Lindo.” 
Después del final de la aventura, Arturo habló con voz despectiva. 
Escupió sobre el sucio cuerpo de Julián justo antes de salir de la habitación. 
Una mirada fría permaneció en la mente de Julián. 
Julián se quedó un rato en una habitación oscura. 
Ah. Entonces lo pensó. 
‘Tengo que vengarme’. 
 
Capítulo 4-Manipulación. 
No podía tolerarlo más. 
“¿Por qué debería seguir la autoridad de su padre?” 
Lo más inimaginable sucedió. 
Su padre, en el que más confiaba, lo violó. 
El mundo de Julián colapsó. 
Y su hermano mayor, a quien amaba, guió a sus amigos hacia él. 
Quería venganza. 
No podía soportarlo más. 
“Me vengaré” 
¿Pero cómo lo haría? 
Enrique; mataría a su padre. 
¿Julian tenía el poder para hacer eso? 
 
¡Mataría su corazón! 
Oh, lo estaba pensando. 
¡Julian sabía el camino! 
Ya no era un príncipe ingenuo. 
No era puro ni inocente. 
“Walther”. 
“Príncipe…” 
“Por favor… sálvame, por favor ayúdame…” 
Julián ahora conocía la malicia. 
**************************************************** 
Sr. Walther Shooter Mahone, Capitán de la Guardia. 
Había protegido a Julián desde su infancia. El hombre recto y franco solía 
ser el único que se reía frente a Julián. Walther era como su familia. 
Luego traicionó a Julián y eligió guardar silencio. 
 
El hombre que conocía al rey mejor que nadie decidió no enfrentarse a 
Enrique por temor a su vida y la de su familia. 
“Lo siento”. 
Walther, un hombre que tenía el cabello castaño corto como un soldado, puso 
una expresión rígida. 
Julián derramó lágrimas cristalinas y hundió su rostro en la cama. Entonces 
pensó, 
Caerás al infierno, maldito. 
Walther miró a Julián, llorando en silencio, con los dientes apretados. 
Suspiró vacilante, se acercó a la cama y abrazó a Julián y le dio unas 
palmaditas. 
Walther era un cobarde… un cobarde hijo de puta. 
No lo admitiría nunca, pero lo era. 
Fue porque trató de aliviar su culpa consolando a un afligido y roto Julián. 
Enrique no detenía el sufrimiento de Julián, solo lo ignoraba. 
 
Al mismo tiempo, Walther curaba a Julián, que estaba sufriendo. 
“¡Bastardo!” 
Julián se reía por dentro, mientras jugaba con su frágil figura delante de 
Walther fingiendo ser reconfortado por esos asquerosos brazos. 
Walther era un idiota. 
Le tomó un mes a Julián hacer que Walther le besara los pies. 
Era un hombre realmente patético. 
“En este caso… oh no. Walther”. 
“Yuli”. 
Walther sostuvo los pies exhaustos de Julián en sus brazos, mientras 
susurraba, acariciando los labios, mientras reflexionaba esas delicadas 
rodillas. 
“Es difícil para mí continuar soportándolo”. 
Julián se rió de ver como Walther estaba rendido a sus pies. Continuó con 
una voz patética que no encajaba en esa actuación ridícula. 
 
“No, Walther, Padre… te matará”. 
Walther rechinó los dientes. 
Julián se retorcía y trataba de zafar sus tobillos del agarre de Walther. El 
Capitán de la Guardia del rey miró los pequeños y suaves pies del príncipe 
con un rostro perdido en el éxtasis. Julián se enrolló en la cama fingiendo no 
ver esa expresión depravada en los ojos del hombre. Dejó sus muslos 
expuestos a través de su pijama. 
“Yuli…” 
Walther se tambaleó y levantó su cuerpo inclinado. 
Julián recibió el pene de su tío esa noche. 
Después de esa aventura Julian chupó el pene de Walther, que tenía una 
venosidad prominente varias veces. Como un ángel del amor, A los ojos de 
Walther Julian seguía siendo inocente y puro. Era un ángel apoyado contra 
la cama con unos ojos ardientes. Mientras frotaba el pene con sus delgados 
 
y finos dedos, Julián se lo metió en la boca fingiendo una expresión de 
felicidad, era como si chupara un dulce. 
La saliva se derramó. Julián se metió en la boca los pesados testículos de 
Walther y los chupo. Un gemido salió de los labios de Walther. El semen se 
derramó en el angelical rostro de Julián. 
Walther no pudo soportarlo. 
“¡Ah…! Yuli”. 
Julián obedeció a su tío, que lo aplastó de espaldas. Se inclinó sobre la cama 
y levantó sus caderas por encima del cielo. 
Walther atravesó su pequeño y peludo trasero con un objeto de tamaño 
despiadado. Julián gritó, y su pequeño cuerpo luchaba contra un robusto 
cuerpo. 
Cuando la relación sexual que comenzó de nuevo fue realmente consumada, 
Walther pudo darse cuenta de que Julián derramó lágrimas debajo de él. 
 
Walther, que estaba congelado, vaciló, sin saber qué hacer. Julián lloró, y 
Walther se mordió el labio inferior con fuerza. 
Finalmente abrazó a Julián en un intento desesperado de lavar su 
remordimiento. 
******************************************** 
Arturo. 
Su amado hermano 
Fue más fácil. 
“¡Yuli, Oh, Yuli!” 
“¡No, duele, no…!” 
El príncipe ya conocía todo el camino. Julián aprendió a manejar la mente 
humana a través de Enrique y Walther. 
“¡Detente! ¡Detente!” 
Se dio cuenta al hacer girar su mente inteligentemente. 
 
La estrategia para Arturo es… ¡Qué sienta culpa! 
Es fácil incitar la culpa. 
Sólotenía que hacérselo saber. 
Su culpa… Nacerá con un malentendido. 
“Cállate, Yuli”. 
“Duele, detente… padre”. 
“¡Mírame Yuli!”. 
Enrique frunció el ceño en su hermoso rostro y perforó su espalda. Julián 
torció su cintura. Gritó, y Enrique finalmente suspiró y amordazó los labios 
de Julián. 
“¡Ugh!“ 
“Julian. ¿No sabes que gritar es inútil?.” 
Cada vez que Enrique golpeaba su cuerpo, había un crujido en el trasero de 
Julián. Los fluidos se derramaban. A través del sonido húmedo, fluyó el 
rugido de una bestia hambrienta. 
 
“¡Guau!” 
Enrique abrió el cajón y sacó una caja, molesto por la reacción de Julián, que 
fue particularmente intensa ese día. Estos objetos fueron los que se utilizaron 
para domesticar a Julián, que inicialmente se estaba rebelando. 
“Yo tampoco quería hacer esto, Julián”. 
Enrique murmuró y empujó una gran cuenta de vidrio por su ano, y sus ojos 
inyectados en sangre miraban a través de los huecos de la puerta. 
Julián sacudió su cintura, consciente de su mirada. Enrique aplastó el culo 
blanco de Julián, gimiendo como si fuera doloroso, y metió cinco cuentas en 
él. 
Julián dio a luz una enorme canica frente a Arturo. 
Enrique volvió a ponerla dentro. Julián sollozó y suplicó por misericordia. 
“Yuli”. 
“Eh, eh… duele, me duele…” 
“Shh, cariño.” 
 
Enrique sostuvo a Julián en sus brazos para calmarlo. Julián puso su rostro 
entre sus brazos y lloró. 
“Te quiero”. 
Sentía unos ojos extraños. 
“Te quiero. Amor…” 
El rostro de Arturo se tiñó de culpa. 
“… Enrique”. 
Enrique mantuvo una leve sonrisa sobre su rostro frío. Susurró, barriendo los 
ojos de Julián. 
“Otra vez”. 
“Te amo, Enrique”. 
“De nuevo, Yuli”. 
“Te amo mi amor…” 
Julián repitió esa palabra sin cesar. 
 
“Te quiero. Te amo. Amor…” 
No se ha visto a Arturo en el palacio durante mucho tiempo. 
Enrique se enamoró de Julián y no pudo soportarlo verlo llorar. 
En un día tormentoso, Arturo entró en la habitación de Julián. 
“Yuli”. 
“¡No me toques!” 
“Yuli, Yu-Yuli”. 
“Allí… ¡huyamos…!” 
El hombre recto, alto y con el pelo negro mojado. Excepto por su cabello 
corto y una apariencia un poco más joven, Arturo, que se parece a Enrique, 
agarró el hombro de Julián y abrió sus labios. 
“Yuli”. 
Hubo una voz pesada. 
“Huyamos”. 
 
“Esto, deja ir esto…” 
“Huyamos de nuestro padre”. 
Julián luchó, como si no pudiera despertar a Arturo, que había estado 
llamando a Julián varias veces presa del pánico, lo abrazó con malas 
palabras. Julián gritó. Arturo murmuró sollozando. 
“Yo… lo siento”. 
“No no…” 
“Lo siento. De verdad Yuli “. 
“… No.” 
El rostro de Arturo estaba distorsionado. Julián se emocionó al ver que ese 
rostro parecido al de Enrique se desmoronaba. Tragando saliva seca, cerró 
los ojos. 
Arturo susurró en voz baja mientras le secaba los ojos a Julián, que estaba 
llorando en silencio. 
“Yuli”. 
 
Julián ya no habló más. 
2La voz ronca de Arturo se derramó, sosteniendo un cuerpo pequeño y frágil 
que estaba estirado en sus brazos sin fuerzas. 
“Sabía que mentiste por mí”. 
Julián hizo temblar sus pestañas finamente. Arturo suplicó patéticamente. 
“Ahora déjame protegerte”. 
Y así fue. 
“Yo… mentí.” 
Los ojos de Julian se abrieron y su rostro se enfrió. 
“¿Qué?” 
Fue cuando Arturo, abrumado por esos ojos fríos, parpadeó. Julián 
cínicamente extendió la mano entre la ingle de Arturo. Julián gritó 
ferozmente, agarrando fuertemente un objeto grande y pesado. 
Su hermano lo amaba. 
 
“Yuli… ¡Puaj!” 
“No seas ridículo”. 
Arturo, asombrado, apartó a Julián y lo empujó por el hombro. Julián no 
podía ser controlado. Con un bufido, frotó el pesado y fuerte objeto en su 
mano. Continuó la voz quebrantada y dolida. 
“Todo eso que haces, ¿dices que es por mí? ¡¿No ves que también me estás 
codiciando?!” 
Julián torció el pene en su mano para revelar el contorno grueso de entre los 
pantalones. 
“Yuli, Yuli…” 
“¡Prefiero que seas honesto! ¿Quieres abrazarme?” 
Arturo apretó los dientes y murmuró entre lágrimas. 
“Yuli”. 
Su mirada cruel se volvió hacia él. 
El pálido rostro de Arturo estaba profundamente manchado de pesar. 
 
Julián dudó por un momento, pero finalmente bajó la cabeza y lamió el 
contorno de sus pantalones. 
La lengua felina humedeció opacamente los pantalones grises. Julián 
desenvolvió su cinturón con la mano y bajó el botón con la lengua. Julián 
tenía una habilidad competente que ha demostrado lo que sucedió en el 
último año y seis meses. 
Julián acercó su rostro a la ingle de Arturo y se frotó la mejilla. Movió la 
lengua con el rostro enterrado en el lugar donde nacía el olor íntimo de ese 
hombre. Cuando la ropa interior se mojó, Julián miró a Arturo con los ojos 
muy abiertos. 
“¡Mira! Así es tu naturaleza”. 
Le quitó su ropa interior con la mano, mientras Julián gritaba con malicia. 
“¡Es lo mismo que ese día! Es lo mismo que cuando me aplastas. ¡Aquí!” 
Las suaves manos de Julián limpiaron bruscamente el pene de Arturo. 
Entonces preguntó Julián con los labios abiertos como pétalos. 
 
Arturo extendió la mano y agarró la cabeza de Julián. Su mano vacilante se 
movió. 
El movimiento de repente se volvió brusco. 
“¡Hugh, eup! ¡ahg…!“ 
“Ah… Oh… Yuli…” 
Julián ya lo sabía. 
El hecho de que Arturo se parezca tanto a Enrique. 
“¡Yuli, ah, Yuli!” 
“¡Ugh, uh!” 
Su hermano Arturo, era igual que todos los demás. 
Arturo metió su pene en el culo de Julián, su amado hermano. Y lo sacudió 
con emoción. Julián fue perforado por Arturo hasta que el ano sangró y no 
pudo cerrarse. 
 
Al final de su historia de amor, Arturo golpeó su rostro en el trasero de Julián. 
Lamió el semen que fluía por el ano mezclado con sangre como si una chica 
estuviera teniendo su primera relación sexual. 
Con el rostro enterrado en la sábana, Julián pensó para sus adentros que su 
hermano se parecía tanto a Enrique. 
Sintió un rico estremecimiento. 
“¡Oh, eh…!” 
“Uh, eh… Oh no… bien…! ¡Hermano…!” 
El corazón profundamente escondido se quebró por el remordimiento. Julián 
sacudió su trasero y escupió el semen de su hermano. Arturo exhaló un 
aliento caliente, empujando su rostro contra el trasero de Julián. Luego chupó 
el agujero como una bestia. 
“¡Ah ah!” 
Julián gritó y se revolcó en el semen derramado por su pene. 
 
Incluso después de que Julián se inclinó, Arturo lo lamió y se lo comió sin 
quitar su rostro del culo por un rato. 
Hombre rico y sucio. 
“Voy a matar a mi papá”. 
Al final de la historia de amor, Arturo pellizcaba los pequeños pezones de 
Julián en su mano. Las gotas de sangre salpicaban los ojos de Arturo. Julián 
lo miró sin comprender, luego murmuró con voz débil. 
“Ayúdame”. 
Arturo levantó la cabeza y miró a Julián. Julián era como un ángel. Su 
querido hermano. 
Pero ahora estaba completamente arruinado. 
Arturo soltó una voz partida después del silencio. 
“Sí, Yuli”. 
Luego mordió los lindos pezones de Julián en su boca. 
 
 
Capítulo 5-La trampa para la mosca. 
¡Feliz fiesta del té! 
Mientras disfrutaba de un refrigerio, Enrique de repente puso a Julián sobre 
la mesa. Julián se agarró suavemente de la esquina de la mesa. Enrique le 
quitó los pantalones a Julián, dejando al descubierto su trasero tan blanco 
como la nieve. 
Enrique estaba detrás de Julián como un mendigo hambriento en busca del 
más dulce de los pasteles. La mano que sostenía el pastel se movió. Enrique 
frotó un pastel en el agujero de Julián. La crema batida blanca y pura se 
derritió entre las suaves y arrugadas nalgas de Julián. 
Enrique abrió los labios y metió la crema en el agujero con un rostro 
inexpresivo. 
“Yuli”. 
Fresas frescas en el pastel. 
“¿Por qué hiciste eso?” 
 
Enrique gritó en voz baja mientras lo empujaba con su dedo índice. 
“¿Por qué me traicionaste?” 
Julián exhaló un suspiro rápido. Enrique miró el culo con la crema batida 
derretida y, mientras tanto, derramó el hielo del vaso de jugo que habíaterminado de tomar sobre él príncipe. Julián escupió un pequeño gemido y 
se estremeció. 
Enrique llenó silenciosamente el estómago de Julián con siete trozos de 
hielo. 
A Julián le temblaron las piernas como si fuera a colapsar, luego gritó y 
derramó el hielo. 
El vientre y los muslos de Enrique fueron aplastados con hielo y cayeron 
sobre la hierba. Enrique presionó la boca de la tetera en el agujero de Julián 
con un débil gemido. Lentamente, apresurado, la fue metiendo. 
¿No estaba rellena de té con leche fría? 
Julián sirvió nata fresca, té con leche y fresas. 
 
Fue cuando Enrique intentaba meterle las uvas. 
“Ja, Enrique”. 
Las palabras fluyeron junto con los gemidos. Enrique dejó de ponerse de pie 
ante las palabras. Enrique. El nombre pronunciado con esa dulce y suave voz 
fue lo único que detuvo a Enrique, que había perdido la cabeza. 
Continuó con una voz suave y dulce. 
“No te traicioné”. 
Enrique lo miró en silencio. 
Anoche fue testigo de cómo Julián se burlaba de él mientras recibía el pene 
de Arturo. Julián, su amado tesoro, era un ser verdaderamente placentero. 
La serpiente en su estómago se retorció. Sintiendo un fuerte impulso de 
estrangular la garganta de Arturo, corrió a su habitación y trató de olvidarse 
de eso. 
Pero Enrique no pudo. 
 
La imagen del encantador Julián mirándolo y recibiendo esa vara con su 
agujero. 
‘¡Oh Dios!‘ 
¡Por qué Julián!, que retorcía la cintura como si quisiera provocarlo y hacerlo 
gemir lascivamente. 
Y en ese mismo momento, Julián le estaba diciendo palabras a Enrique con 
esos dulces labios. 
“Probé tu amor”. 
Mientras miraba a Julián con una leve sonrisa, Enrique abrazó firmemente la 
cintura del príncipe. Enrique, sentado en una silla, se desabrochó el cinturón 
y sacó su pene hinchado. Era el asiento de Julián. 
“¡Me duele!” 
Julián agarraba los hombros duros de Enrique. Su mano se deslizó hacia 
abajo de su hombro con botones dorados en su uniforme. Poco a poco, el 
 
enorme pene avanzaba dentro de Julián. Ahora, el ano, que era bueno para 
las relaciones sexuales, se abrió y agarró con fuerza el pene. 
Julián tocó el hermoso rostro de Enrique mientras él le profesaba su 
devoción. 
Nariz alta, rostro helado, ojos fríos y labios rectos. 
Parece un poco complicado y se ve sensible. 
Julián susurró, pinchando las cejas arrugadas. 
“¿Puedes hacer algo por mí, Enrique?” 
Enrique movió su cintura. 
Gritó con voz seria después del silencio. 
“Por supuesto”. 
Julián gimió en voz baja. 
Enrique cerró los ojos, sintiendo como si cayera al pantano. Los 
movimientos de la cadera de Julián eran lentos. Un pequeño gemido fluyó 
 
de la boca de Enrique. Un espíritu que invade lentamente debajo de la 
superficie del agua y corrompe toda la pureza del mundo. 
A medida que pasaba el tiempo, susurró en voz baja. 
“¿Qué quieres?” 
Julián respondió en voz baja. 
“Amor”. 
Los ojos de Enrique se movieron. Con un aliento caliente, miró el pequeño 
torso con finos vellos de color castaño. Vaciló y acarició el hermoso cabello, 
esponjoso como el de una oveja. 
Era suave. 
Estaba satisfecho con el hecho de que podía tocar esa cosa encantadora. 
“Tú, lo tienes, amor, amor…” 
“…” 
“… Démelo todo, usted puede”. 
 
Eso fue suficiente para conseguirlo todo. 
************************************************* 
Estalló la guerra civil en el Reino de Belkeren. 
Los sujetos principales fueron el duque de Baltanburg y el duque de Shooter 
Mahone 
El príncipe Arturo intentó asesinar a su padre, el rey Enrique, durante la cena. 
Enrique fue golpeado por sorpresa con una espada, pero derrotó hábilmente 
al príncipe Arturo. 
El príncipe Arturo, encarcelado, se dirigió al duque de Baltanburg, su abuelo 
materno, quien lo crio de niño con la ayuda de Walther Shooter. 
El duque de Baltanburg, los rebeldes de Walther, Arturo y el rey Enrique 
libraron una guerra civil por un año. 
Mucha gente murió. 
El ganador fue el ejército real. 
*************************************** 
 
No había ningún guardia en la mazmorra. 
Su Hermano Arturo, que había abusado de él, fue castigado, quedando 
lisiado. Sin esperanzas de escapar en el momento en que se abrió la puerta. 
El hombre derrotado de cabello negro arrodillado en el suelo sucio se sintió 
humillado y levantó la cabeza. Y soltó una voz temblorosa. 
“Yuli”. 
Sonó una voz fuerte. 
“Hola”. 
Había un joven de apariencia dulce y encantadora. Julián, con su pelo sedoso 
color trigo que ahora estaba tan largo, que alcanzaba a cubrir ligeramente su 
cuello, curvó suavemente sus ojos color esmeralda que estaban brillando en 
la oscuridad. Una piel que parece una joya triturada que brilla en la 
oscuridad. Arturo lo miró a la cara por un momento. 
Luego se rió y escupió. 
“¿Te gusto ahora?” 
 
Julián negó con la cabeza ante las significativas palabras. Arturo soltó una 
risa triste. 
“Será difícil”. 
No se necesitaron más palabras. Julián salió de la prisión. Caía mucha nieve. 
Julián, le había dedicado una última mirada a su hermano, esa fue la 
despedida y caminó en silencio por las calles cubiertas de nieve. El aliento 
fluía a través de los pequeños labios abiertos. Mientras avanzaba, pensaba en 
todo lo que había trabajado durante el año pasado. 
Walther Shooter Mahone muerto. 
Julián Kshevilz se convirtió en príncipe heredero. 
Enrique le otorgó su gracia como gobernante. 
Y se comunicó con sus sirvientes. 
Vulgarmente, vendió su cuerpo. 
Siempre que Enrique se enteraba, expulsaba a sus sirvientes. Degollarlos con 
sus propias manos reveló los feos celos del hombre. 
 
Agarró la mandíbula de Julián y gritó. 
También lo abofeteó en la mejilla y lo azotó. Pero ahora Julián sabía cómo 
disfrutar del dolor. Se despojó de su dignidad mientras era azotado y sonrió 
a Enrique. Enrique lanzó una vez más el látigo que lo azotaba y corrió hacia 
Julián. 
Walther y Arturo fueron derrotados por Enrique. 
Y Enrique fue derrotado por Julián. 
Esa fue la dinámica que le dió la victoria. 
Cuando Julián llegó al palacio, su rostro se hundió en paz. Después de entrar 
a la habitación, se quitó la capa con la ayuda de un sirviente. Mientras le 
cepillaba el cabello, el asistente habló. 
“Su Majestad del rey lo está llamando”. 
Julián asintió con una sonrisa. 
El asistente se sonrojó y volvió la cabeza. 
“¿Dónde está?” 
 
“Está en la catedral, la catedral…” 
“¿Por qué está la catedral?” 
“Se arrepentirá”. 
El asistente murmuró con un rostro sombrío. 
“¿Viste mucha sangre?” 
Julián rió. Cada uno de ellos llamó su atención, y el asistente tuvo que 
intentar controlar su miedo. 
“Guíame”. 
Julián caminaba promiscuamente como un gato caminando sobre una pared. 
El rostro de Julián con una leve barbilla levantada era puro e inocente, pero 
en algún lugar había una atmósfera impresionante y precaria. 
El asistente tuvo que hacer un esfuerzo por no mirarlo con ojos de deseo. 
Era un noble, pero Julián era el príncipe amado del rey. 
Según los rumores, incluso tuvo una relación irreverente. 
 
El asistente inclinó la cabeza frente a la catedral. 
Julián entró silenciosamente a la iglesia. 
La puerta se abrió con un sonido. 
Mientras escuchaba el sonido de la puerta cerrándose, Julián se paró frente a 
la puerta de la iglesia y miró dentro por un momento. 
El hombre de pelo largo estaba arrodillado frente a la cruz, recibiendo la luz 
colorida de las vidrieras. Parecía reverente. Comparado con las líneas 
delgadas y la gente común, el cuerpo parecía pequeño frente a una enorme 
cruz y el colorido cristal. Su uniforme no parecía brillar en comparación con 
el hermoso color del cristal tintado. 
Enrique Kshevilz. 
El pecador ante Dios abrió los labios después de un largo silencio. 
“Te dije que no te haría pecar”. 
Julián se rió con sangre. 
Eso es gracioso. 
 
Enrique no volvió la cabeza, pero pareció adivinar la expresión de Julián. 
Hubo una voz silenciosa. 
“No he cumplidomi promesa”. 
Los ojos de Julián estaban más delgados. 
Susurró Enrique. 
“Corté a mi hijo, a mi amigo y a mis soldados con mis propias manos. El 
reino que amaba está dividido. La sangre de mi pueblo corre por mis manos. 
Está en juego la vida de las personas que han confiado en mí a lo largo de 
sus vidas”. 
En ese momento, Julián no pudo soportar el aburrimiento y levantó la voz. 
“Oh, entonces no es que el país se vaya a arruinar”. 
¿Cuánto tiempo te quejarás de mí? 
“¿Entonces a qué te refieres?” 
Murmuró con voz irritada. 
 
“¿Incluso traes al rey de un país de al lado a la cama? Entonces, ¿funcionará? 
Si es lo que quieres…” 
“¡Cállate!” 
Enrique encendió sus ojos. El hombre que levantó lentamente su cuerpo se 
inclinó ante la cruz y lo miró. Su fuerza, que no vio al agacharse, se reveló. 
Es una apariencia hermosa, pero esconde el corazón de una bestia. 
Enrique hizo brillar sus ojos. 
Mientras miraba a Julián, haciendo pucheros con la cara ensangrentada por 
un tiempo, lloró en voz baja. 
“Acércate.” 
Julián rió. Corrió hacia Enrique. Enrique, naturalmente, envolvió sus brazos 
alrededor de la cintura y lo levantó con facilidad. Julián picoteó los labios de 
Enrique como un pollito picoteando comida. 
El rostro endurecido de Enrique se liberó en éxtasis, y un profundo suspiro 
salió de sus labios. 
 
Julián rió. Enrique de repente le dio fuerza a la mano de Julián alrededor de 
su cintura, y una voz baja y grave fluyó. 
“¿Estás satisfecho?” 
Julián miró a Enrique con una cara sonriente. Luego endureció fríamente su 
rostro y masticó. 
“No”. 
¿Por qué todos me preguntan eso? 
“Mas, más”. 
No puede estar satisfecho con eso. Julián agarró las mejillas suaves como el 
marfil de Enrique. Julián esbozó una encantadora sonrisa con los ojos, 
haciendo coincidir sus labios con su afilada nariz. 
“Tienes que dármelo todo”. 
Enrique gimió. 
“No debería haberte alejado de Mary”. 
“Tienes que darme tu alegría”. 
 
“Tú, tú… Debería haberlo dejado feliz”. 
“Soy quien… te hará daño”. 
El uno al otro solo se estaban diciendo las palabras que querían escuchar. En 
tal situación, Julián murmuró con una leve sonrisa en los labios. 
“Como si una terrible enfermedad corrosiva”. 
Julián derramó lágrimas mientras acariciaba el rostro de Enrique. 
“Como si fuera una plaga… Te consumiré”. 
Entonces Julián se dejó caer al suelo de la catedral y lloró. Fue cuando el 
rostro de Enrique se distorsionó. Una luz compleja brilló en su rostro, luego 
desapareció y se repitió. La luz del cristal tintado era morada y se esparcía 
por su pálido rostro. Enrique, que miró a Julián en silencio, se agachó y lo 
abrazó por el hombro. Enrique susurró mientras levantaba su cuerpo. 
“Me duele más de lo que podrías imaginar”. 
Enrique puso a Julián en el altar. 
Le quitó el abrigo y lo inclinó. 
 
Epílogo 
A Arturo le cortaron el cuello. 
En su testamento había una carta que decía “lo siento”. 
Las palabras que en secreto le dejó como testamento a Julián fueron palabras 
pronunciadas con remordimiento. 
Lo siento mucho. 
Lo que hizo en ese momento fue estúpido e impulsivo. Desde ese día, se 
arrepintió mucho. Julián mató a todos los nobles que lo habían poseído en 
grupo. Excepto por una persona, no hay violadores en este mundo que lo 
hubieran contaminado tanto como ese día. 
Y ahora el último pecador feo que queda desaparecerá 
Basrak y Julián se burlaron de él mientras él doblaba su testamento. 
“Lo siento, Julián”. 
Estúpido. 
 
“Por favor, mi sangre se convertirá en alimento y te hará feliz.” 
“Incluso si no dices eso, seré feliz”. 
Ya estaba usando su mano. 
Están tomando el poder del rey poco a poco y buscando oportunidades. 
Si tuviera a Enrique completamente a su alcance, no lo iba a matar. 
Esa es una venganza tan fácil. 
Julián ha aprendido el sabor de la verdadera venganza con la experiencia que 
vivió el año pasado. 
El alma de Enrique derramará lágrimas. 
Prefirió hacerlo llorar que matarlo. 
Julián volvió la cabeza en silencio y miró por la ventana. La gente se reunía 
alrededor del escuadrón de ejecución. Julián, mirando la cabeza del hombre 
que rodaba, de repente se volvió hacia la mano envuelta alrededor de su 
hombro. 
Había un hombre con una impresión fría. 
 
Enrique Kshevilz. 
“Padre”. 
Enrique entrecerró las cejas. Julián se rió un rato, luego corrigió y susurró. 
“Enrique”. 
Luego puso el dedo en la mano que estaba sobre su hombro. Lo golpeó 
suavemente como si estuviera tocando la tecla de un piano, y luego aplicó 
fuerza para rascarle el dorso de la mano con las uñas. 
Enrique se rió un poco. 
Julián se rió a carcajadas viendo el sangriento espectáculo. 
<La Trampa del padre > 
- FIN -

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