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MANUAL DE TAXIDERMIA 2
La taxidermia de aves está considerada por muchos como el trabajo más 
complejo de los que se realizan en este mundo. Y es que se necesita mucha 
destreza y conocimiento de la profesión para conseguir un resultado 
adecuado; pero cuando se consigue, el animal disecado puede considerarse 
una auténtica obra de arte.
Merece por tanto la pena que prestemos especial atención a la taxidermia de 
aves. Esperamos que todo lo comentado le resulte interesante.
LAS AVES
Como hemos dicho, el trabajo de taxidermia con aves es quizás el más 
complicado que existe en cuanto a naturalización de animales. Resulta 
necesario tener especial precaución con el animal desde el principio, puesto 
que su constitución es mucho más débil que la de los mamíferos, lo que 
supone que el riesgo de causar daños irreparables es mucho mayor.
Por otro lado, las plumas complican enormemente el trabajo del taxidermista.
En este sentido siempre se recomienda que para naturalizar un ave ésta sea 
ya adulta, puesto que su cuerpo y plumaje estarán "más hechos", lo que 
facilita el trabajo enormemente. 
 
Teniendo en cuenta esto, los pasos a seguir en la taxidermia de un ave son los 
siguientes:
- En primer lugar habrá que "limpiar el ave": nos referimos a revisar y limpiar 
el pico. En aves acuáticas es preciso limpiar, además del pico, el buche y el 
esófago. Para la limpieza del buche se debe abrir el pico y con una pinza se
Extraen todos los elementos que contenga. Para otros tipos de aves debe 
procederse de la siguiente manera: se suspende cabeza abajo tomándolas de 
las extremidades, se las oprime comenzando en el pecho y se va bajando 
hasta el pico, con cuidado de no desordenar las plumas. Así se obliga a los 
alimentos ha salir por el pico.
Luego y con un algodón mojado, se deberán humedecer todas las manchas, 
para después frotarlas (en lo posible siguiendo la dirección del plumaje), 
hasta que las manchas desaparezcan totalmente. Muchas veces es necesario 
ayudarse con una aguja para disolver los coágulos de sangre. No es 
conveniente usar para esta labor jabón ni detergente, puesto que arruinan el 
plumaje.
- Desuello: la piel del ave es mucho más fina que la de los mamíferos, en 
consecuencia es mucho más fácil que al tirar alarguemos la piel mucho más de
lo deseado y casi sin ser conscientes de lo que estamos haciendo.
Hay que tener en cuenta que la piel después no vuelve a su sitio, lo que 
significará que posteriormente habrá muchos problemas debido a la 
descompensación de tamaño que existirá. Para evitar futuros conflictos se 
recomienda que antes de extraer la piel se tomen completas medidas del 
animal, calcando su contorno en un papel donde las iremos anotando.
El desuelle comenzará con una incisión que deberá ir desde el ano hasta el 
punto en el que comienza el cuello. Conviene que el corte no sea demasiado 
profundo. Tras esto habrá que separar la piel y acceder a las articulaciones 
que unen los muslos con el cuerpo.
Poniendo mucho cuidado en los cortes que se necesitarán para desprender las 
alas, se saca el cuerpo de la piel, la cual quedará únicamente con el cráneo, 
los huesos de las alas, las patas con sus huesos y el cuello.
Podemos sacar el cráneo tirando del cuello, si bien muchas especies tienen la 
cabeza más grande que el cuello y debemos optar por hacer un corte en la 
piel, detrás de la cabeza y sacarlo por arriba.
-E cuerpo se limpia el cráneo y se rellena de arcilla, para después dejarlo en 
su ubicación El cuerpo suele recrearse con viruta de madera (hay quien lo 
hace con algodón o lana), la cual deberá moldearse hasta conseguir un 
tamaño y diseño al original del ave. Para conseguirlo la viruta deberá ir 
atándose con hilo
Este "cuerpo artificial" se reviste con la piel antes curtida. Tras esto, se
Alambran las alas, las patas, la cola y la cabeza (habitualmente por ese 
orden). Se trata de crear algo así como un esqueleto de alambre que nos dé la
consistencia y firmeza que necesitamos. Para ello utilizaremos alambre 
galvanizado, el cual previene la oxidación y de un grosor adecuado al tamaño 
del animal.
El paso siguiente será el de coser el ave y cuando se finalice esta tarea, se 
moldea y acentúan los rasgos faciales con arcilla, utilizando para ello las 
cuencas de los ojos y de la boca
El aspecto final deberá presentarse con ojos de cristal que deberán ser del 
mismo tamaño y color que los originales. Este punto deberá cuidarse al 
extremo puesto que es sin duda lo que más puede resaltar en el resultado 
final del trabajo; no conviene por tanto que se escatime en la calidad de este 
pequeño "adorno". Curtido: conviene limpiar toda la materia orgánica que 
haya podido quedar en la piel. La limpieza debe ser muy meticulosa, poniendo
especial cuidado de eliminar toda la grasa que pueda tener esta piel, pero sin 
dañarla (recordamos que se trata de una piel muy fina).
Se utilizan materiales como la cal, la sal, jabones, champús…poniendo 
muchísimo cuidado en el secado para evitar que quede el más mínimo signo 
de humedad.
Acabado: para muchos es aquí donde realmente comienza el trabajo del 
"artista". En muchas ocasiones resulta necesaria la recolocación de todas las 
plumas, una a una, una labor sin duda complicada puesto que será necesario 
ir situándolas en su ubicación original para que conserve la línea intacta que 
el ave tenía en vida. Ni que decir tiene que también resultará importante 
colocar al animal en su entorno natural, recreando el hábitat del ave en 
cuestión (aquí entra en el juego el conocimiento del taxidermista y la 
colaboración con el cazador que ha encargado el trabajo, con el fin de 
presentar al animal de la forma más natural posible). Para conseguir el 
acabado más realista del trabajo siempre se recomienda contar con fotos del 
animal que nos permita comprobar sus características y de su entorno
CONSEJOS PARA EL CAZADOR
Al igual que al hablar de los mamíferos expusimos toda una serie de consejos 
a tener en cuenta para facilitar el trabajo del taxidermista y conseguir el 
resultado ideal que buscamos, en el tema de las aves deberán tenerse en 
consideración unas pequeñas "normas" que nos permitirán conseguir los 
resultados ansiados. Las más importantes son:
- No eviscere el animal
- No lleve las aves colgada
- Resulta recomendable
abajo, en un cucurucho de papel a ser posible (poniendo cuidado en acomodar
bien las plumas). 
- Evite que su perro juegue con la captura o que se recree al cogerla y
Llevársela
- Nunca la guarde en una bolsa de plástico. 
- Si tenemos oportunidad, recomendable guardar la captura en frío hasta
Entregarla al taxidermista. 
- Siempre que le resulte posible, convendrá colocar algodón en las partes que 
sangren, para
evitar manchar las plumas. 
- Tenga en cuenta que para disecar un ave resulta preferible que esta sea 
adulta 
Usted mismo podrá valorar de manera aproximada si un ave es o no apta para 
ser disecada. Para ello haga un pequeño experimento: tire de las plumas del 
abdomen suavemente, si éstas se desprenden fácilmente la pieza es casi 
irrecuperable, no merece la pena llevarla a un taxidermista. 
CONSEJOS DE CONSERVACIÓN
Si queremos que nuestra ave naturalizada presente en su mejor aspecto por 
mucho tiempo, convendrá tener en cuenta unos consejos básicos de 
conservación:
- Las plumas son muy delicadas y especialmente sensibles al polvo y a la 
suciedad, por lo que convendrá aislarlas de estos elementos lo mejor posible. 
En este sentido el uso de vitrinas es mucho más que recomendable. 
- En cuanto a la limpieza, convendrá limpiarlas con un plumero, siempre a 
favor de la pluma. Para las patas y los picos utilizaremos un trapo húmedo
- Prestar especial atención a la humedad, teniendo en cuenta que la humedad
provoca moho. Si el lugar reservado para su trofeo puede presentar humedad,
deberá hacerse con un buen deshumidificador.
- Busque ambientes donde la temperatura seaconstante. 
- Nunca le exponga directamente a la luz del sol.
CRÁNEOS
Una de las tareas más habituales del taxidermista es la preparación de 
cráneos como trofeo.
Aunque labor puede ser de menor entidad que la naturalización de un animal 
completo, también requiere de una serie de pasos que deberán realizarse con 
el mayor de los cuidados para conseguir un buen resultado. Se comienza por 
limpiar el cráneo de toda la carne, para ello se cuece la cabeza y cuando la 
carne esté blanda se descarna, dejando la parte ósea completamente limpia 
de cualquier resto orgánico. 
Para blanquear, mientras el hueso está caliente, se riega con agua oxigenada, 
poniendo especial atención en que no quede ningún resto de grasa puesto que
si es así con el tiempo el hueso tenderá a amarillear estropeando la estética 
del trabajo realizado. 
Tras blanquear el hueso se procederá a secarlo correctamente para después 
lijarlo. El lijado debe ser también un trabajo muy meticuloso, en el que se 
comienza con una lija gruesa para ir a otras más mejor sea el lijado, mejor 
será el pulido de la pieza y el resultado final del trabajo. 
- El siguiente paso es, por tanto, el del pulido, para el cual 
necesitaremos pastas y grasas de pulir. Tras el pulido, se abrillanta con 
algodón.
Por último se procede a su montaje, que podrá realizarse de dos formas:
- De frontal: cortando el cráneo en su base
- De cráneo: colocando el cráneo entero.
En cualquiera de los casos se colocará en una tabla que estará ya preparada y 
en la que suele colocarse una placa con la fecha de la captura.
COLMILLOS
Aunque menos habitualmente que los cráneos, los colmillos son otra piezas 
que llegan al estudio del taxidermista.
Para trabajarlos es necesario separarlos de la cabeza, para lo cual habrá que 
ponerla a cocer para después extraer los colmillos cortando las mandíbulas y 
tirando de ellos (siempre empujando en sentido contrario a su forma natural 
de crecimiento). Algunos taxidermistas utilizan el método de la maceración, 
que consiste en meter la cabeza en agua y esperar su descomposición, 
momento en el que se tira del colmillo y saldrá con cierta facilidad. El 
problema de esta técnica es que requiere de mucho más tiempo y suele 
desprender un olor realmente malo. 
Tras su extracción hay que limpiar bien los colmillos y secarlos 
concienzudamente
Después se rellenan para evitar que al dilatar o contraer se rajen o surjan 
las temidas aberturas.
Convendrá tener en cuenta el uso de los "casquillos", estos son abrazaderas
que se colocan a lo largo del cuerno dejando espacio entre ellos y que 
sirven para que no se abra. Pueden ser de alpaca, de plata o de oro.

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