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1 Planificación A partir de los problemas identificados, y del árbol de problemas correspondiente, se determina la política rectora de la planificación a realizar. Política: se redacta a modo de objetivo e implica una línea directriz, con un nivel alto de abstracción, que guiará la planificación. Existen diferentes niveles en la abstracción/concreción de la planificación. Para operacionalizar la política, se incluyen los siguientes puntos: Planes: Gran nivel de abstracción. Engloba programas y proyectos con una misma direccionalidad. Se enuncian a modo de título y establecen un recorte muy general del ámbito en el marco del cual se planificará. Ej.: Plan de alfabetización provincial Buenos Aires 2002. Programas: Conjunto coherente, integrado y organizado de proyectos. En el nivel de los programas deberán especificarse sus objetivos y las metas a alcanzar. Las metas se establecen a partir de los objetivos de cada programa, ya que son una expresión cuantitativa del logro de los mismos. No es necesario plantear una meta por objetivo, es posible que se pretenda alcanzar una misma meta a partir del trabajo en 2 o más objetivos. Las metas se enuncian de modo cuantitativo (generalmente por porcentajes) y es posible considerarlas como referentes empíricos del cambio que se pretende alcanzar a partir de la planificación. Es importante tratar de ser realistas con las metas que se esperan, teniendo en cuenta que si no logramos aquello que escribimos en las mismas, posiblemente se considere que la planificación no ha resultado “exitosa”. Ej: Que para septiembre de 2002 el 90% del personal esté informado sobre las nuevas directrices en materia organizacional. Proyectos: Nivel de concreción mayor. Comprende la realización de actividades para la obtención de un resultado o producto concreto.
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