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CONTEXTOS EDUCATIVOS, 32 (2023): 91-108. http://doi.org/10.18172/con.5684 
 
Copyright © 2023, Los autores. Artículo en acceso abierto con 
licencia CC BY (http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 91 Contextos Educ., 32 (2023) 91-108 
DE DRAGONES Y CABALLERÍAS: LA LITERATURA MEDIEVAL PARA 
LECTORES INFANTILES A TRAVÉS DEL ÁLBUM ILUSTRADO 
Josep Ballester Roca 
Universitat de València 
josep.ballester@uv.es 
Jeroni Méndez Cabrera 
Universitat de València 
jeronimo.mendez@uv.es 
 
RESUMEN: Considerando la tradición cultural y literaria que contextualiza los 
personajes del dragón como bestia maléfica y el caballero como figura heroica, y 
teniendo en cuenta las características del álbum ilustrado actual, el presente trabajo 
pretende analizar, mediante un estudio cualitativo y contrastivo, una selección de 
treinta títulos representativos a partir de un corpus basado en criterios tematológicos 
y formales; con el objetivo de observar cómo se representan estos personajes de la 
tradición medieval y legendaria en los libros ilustrados y qué implicaciones supone 
en la función de la literatura destinada a la infancia como conservadora del 
patrimonio literario. Se estudia la configuración narrativa y las relaciones 
intertextuales de unas obras que preservan y al mismo tiempo actualizan el 
patrimonio literario a favor de procesos de lectura e interpretación propios de la 
postmodernidad. Se concluye que los álbumes ilustrados analizados presentan 
diversas reescrituras de las figuras más icónicas de la literatura medieval, basadas en 
la oposición inicial entre nociones del mundo adulto o convencional (tópicos y 
motivos literarios) y el universo infantil, en significativos juegos paródicos con la 
tradición, y se reivindican este tipo de lecturas en el marco de la educación literaria. 
PALABRAS CLAVE: álbum ilustrado, educación literaria, literatura medieval, 
patrimonio literario, literatura infantil. 
 
http://doi.org/10.18172/CON.
http://orcid.org/0000-0002-1995-3253
https://orcid.org/0000-0003-2248-6577
JOSEP BALLESTER ROCA, JERONI MÉNDEZ CABRERA 
Contextos Educ., 32 (2023) 91-108 92 
ABOUT DRAGONS AND CHIVALRY: MEDIEVAL LITERATURE FOR 
CHILDREN READERS THROUGH PICTURE BOOKS 
ABSTRACT: Considering the cultural and literary tradition that contextualizes the 
characters of the dragon as an evil beast and the knight as a heroic figure, and taking 
into account the features of the current picture books, this paper aims to analyze, 
through a qualitative and contrastive study, a selection of thirty representative titles 
from a corpus based on thematic and formal criteria; with the aim of observing how 
these characters from the medieval and legendary tradition are represented in 
illustrated books and what implications this has for the role of children's literature as 
a preserver of the literary heritage. We study the narrative configuration and 
intertextual relations of works that preserve and at the same time update the literary 
heritage in favor of reading and interpretation processes typical of postmodernity. It 
is concluded that the picture books analyzed present diverse rewritings of the most 
iconic figures of medieval literature, based on the initial opposition between notions 
of the adult or conventional world (clichés and literary motifs) and the children's 
universe, in significant parodic games with tradition, and this type of reading is 
vindicated within the framework of literary education. 
KEYWORDS: Picture books, literary education, medieval literature, literary 
heritage, children’s literature. 
 
Recibido: 2/03/2023 
Aceptado: 13/06/2023 
 
1. INTRODUCCIÓN 
Los personajes medievales del caballero y el dragón derivan de arquetipos 
universales (el ser humano y el monstruo, el guerrero virtuoso y la sierpe del infierno, 
el bien y el mal) que, tras una serie de reinterpretaciones adaptativas, han resultado 
realmente prolíficos en las obras literarias destinadas a lectores infantiles. Desde 
finales del siglo XX hasta la actualidad, existen numerosos títulos que suponen 
relecturas dispares de este transcultural binomio de actantes míticos que vienen a 
representar, de manera estereotipada y mediante la inclusión de temáticas 
contemporáneas, una determinada concepción de la literatura medieval –o al menos 
de algunos de sus protagonistas popularmente más representativos– en el marco de 
la literatura infantil y juvenil. 
En este sentido, resulta interesante observar cómo el patrimonio literario se 
conserva y se transforma a un mismo tiempo en los diferentes géneros, formatos y 
medios actuales. A este respecto, el álbum ilustrado resulta una de las opciones más 
fecundas cuando se trata de recoger, adaptar y revisar elementos de la tradición 
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TRAVÉS DEL ÁLBUM ILUSTRADO 
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literaria para trasladarlos, a través de claves de lectura diversas, a marcos narrativos 
que son más bien propios de la postmodernidad (Durán, 2009), tanto por la 
multimodalidad y las relaciones de complementariedad entre texto e imagen que el 
género implica para la creación de significados literarios e interpretaciones (Durán, 
2010; Gil, 2011; Moya Guijarro y Pinar Sanz, 2007; Prades, 2017; Silva Díaz, 2006; 
Turrión, 2012), como por la inclusión de perspectivas intertextuales mediante la 
parodia o la ironía (Díaz-Armas, 2010; Dueñas-Lorente, 2022), aunque el lector 
infantil requiera de una adecuada mediación para entenderlas o aprovecharlas 
(Lluch, 2008); o incluso por las posibles reescrituras subversivas a través del juego 
con la focalización y la voz narrativa (Vouillamoz, 2022). 
Cabe recordar que, en el marco de la educación literaria como paradigma de 
enseñanza, la literatura infantil incluye la tradición popular y el folklore (Ballester, 
2015, p. 176; Colomer, 2010, pp. 102-110); y el álbum ilustrado como género-
formato secuencial (Santiago-Ruiz, 2021), en este sentido, ofrece en la actualidad 
una serie de títulos que suponen algunas propuestas interesantes de recuperación y 
difusión de ciertos tópicos y personajes medievales, relacionados con cuentos 
clásicos y leyendas, a través de procesos de reescritura y revisión de la tradición 
literaria. 
 
2. OBJETIVO DE LA INVESTIGACIÓN 
Considerando, por un lado, la tradición cultural y literaria que enmarca las figuras 
del dragón como bestia infernal y el caballero como figura heroica, así como las 
características del álbum ilustrado actual, el presente trabajo pretende analizar 
algunos títulos representativos a partir de un corpus basado en criterios de selección 
temática y formal (álbumes narrativos con combinación de texto e imagen), con el 
objetivo de estudiar cómo se representan estos personajes de configuración medieval 
en los libros infantiles y qué implicaciones supone esto en la función de la literatura 
destinada a la infancia como conservadora del patrimonio literario. 
 
3. MARCO TEÓRICO 
3.1. El dragón en la literatura occidental 
Obras como el Physiologus o la Historia natural de Plinio el Viejo, así como algunos 
de los relatos mitológicos más conocidos, como el de Perseo y Andrómeda, ya 
presentaban con fascinación y terror la figura del dragón en la Antigüedad clásica. 
Aristóteles teorizó sobre el monstruo como algo fuera de la norma, como ser que no 
tenía sentido en el mundo por su deformidad. Y en la Biblia, en el libro del Apocalipsis, 
aparece el Dragón de siete cabezas como encarnación del diablo, además del Leviatán 
y otras bestias del averno. El largo período de la Edad Media recuperará y difundirá 
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textos como el Physiologus, que inspirará diferentes obras y géneros, presentando una 
diversidad de monstruos que nutrirán el imaginario colectivo europeo con formas y 
terrores diversos a través de bestiarios, libros de viajes, libros de caballerías,cartas de 
navegación y mapas (“Hic sunt dracones”), e incluso en relatos hagiográficos como el 
de San Jorge o San Teodoro; sin olvidar la importancia divulgativa de la iconografía 
religiosa (Kappler, 1984). A partir del siglo XVI, la influencia oriental en el arte será 
notoria en este sentido y aparecerán con más frecuencia dragones monstruosos como 
símbolos del mal, pero con algunas características y rasgos heredados de culturas 
donde el dragón, inicialmente, no estaba asociado con la oscuridad, como son la 
cultura china o la japonesa (Baltrusaitis, 1994). El Romanticismo del XIX se interesará 
por la recuperación de leyendas centroeuropeas relacionadas con seres fantásticos y 
la pintura gótica procederá a la reescritura iconográfica de mitos y monstruos diversos. 
Asimismo, los cuentos populares antologados durante este siglo y principios del XX 
significarán una provechosa tarea de publicación de obras ilustradas que constituirán, 
a su vez, precedentes significativos e influirán posteriormente en los álbumes ilustrados 
y las obras de literatura infantil y juvenil del siglo XX y XXI, sobre todo en las obras de 
fantasía épica, los álbumes ilustrados, las sagas juveniles más mediáticas, etc. (De la 
Ossa, 2020; Narro, 2020). 
 
3.2. El caballero medieval como héroe 
El caballero medieval supone, en las obras literarias de los siglos XV y XVI, la 
excelencia en una serie de rasgos actitudinales y destrezas que configuran el 
personaje como positivamente excepcional (Flori, 2001; Vallejo Naranjo, 2010). El 
caballero medieval es el milles, el uno entre mil. La cultura medieval europea adopta, 
con este fin, las características de los héroes clásicos y los reviste de las virtudes 
propias del buen cristiano y los preceptos de la filosofía moral, basándose además 
en modelos bíblicos como San Miguel o hagiográficos como San Jorge. De este 
modo, obras como Tirante el Blanco (Tirant lo Blanc), el clásico caballeresco del 
siglo XV, y sobre todo los libros de caballerías castellanos como el Amadís de Gaula, 
el Belianís de Grecia, el Clarián de Landanís o el Tristán de Leonís, entre otros, 
resultan ejemplos paradigmáticos (Lucía Megías, 2010). En los álbumes ilustrados, 
el caballero (infantil o no) también será, normalmente, un personaje que representa 
virtudes o valores positivos. Sin embargo, en ciertos títulos encarnará las 
convenciones de la tradición literaria de los cuentos de hadas y las leyendas donde 
el guerrero se enfrenta a la bestia y salva a la doncella y será sometido, por ello, a 
una revisión paródica, constituyéndose en personaje ridiculizado o desfasado ante 
nuevas perspectivas de interpretación y claves lectoras. 
 
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3.3. La LIJ y el patrimonio literario 
El patrimonio literario implica el conjunto de obras literarias de una cultura que 
son consideradas de gran importancia y valor estético por los lectores para su 
identidad y herencia cultural. Estas obras pueden ser de diferentes épocas y géneros 
literarios, y destacan por su relevancia artística, histórica, social o cultural. Cabe 
añadir que el patrimonio literario, especialmente cuando hablamos de la literatura 
medieval, no solo incluye las obras literarias en sí mismas, sino también su contexto 
histórico y cultural, los autores y las corrientes literarias a las que pertenecen, los 
tópicos y motivos literarios más recurrentes, y la influencia que han tenido en la 
sociedad y la cultura, en general, hasta la época actual (Méndez Cabrera y Ballester 
Roca, 2022). 
En muchas ocasiones, el patrimonio literario es protegido y preservado por las 
instituciones culturales y gubernamentales, quienes se encargan de su estudio, 
conservación y difusión para garantizar su continuidad y valoración en el tiempo. 
La didáctica de la lengua y la literatura y, más concretamente, el paradigma de la 
educación literaria considera que el patrimonio literario es importante porque 
permite la comprensión y el conocimiento de la historia cultural y la tradición oral 
y textual, la conexión temática con los intereses de los lectores actuales y, además, 
supone una fuente de inspiración y modelos de referencia para los escritores y 
lectores de todas las edades. En este sentido, muchas obras literarias infantiles son 
consideradas patrimonio literario, mientras que otras plantean de algún modo su 
preservación (Soto, Cremades y García Manso, 2017). De hecho, algunos de los 
libros más conocidos de la literatura infantil son considerados obras clásicas que 
forman parte del patrimonio literario de una cultura y de los cánones escolares 
(Cerrillo, 2013), ya que a menudo incluyen elementos culturales y tradiciones que 
son importantes para la caracterización de una comunidad, incluyendo referencias 
a cuentos de hadas y fábulas populares. 
Por otra parte, el imaginario colectivo se refiere a las imágenes, ideas, símbolos, 
mitos y creencias que comparten las personas de una sociedad o cultura en 
particular. Se trata de una especie de patrimonio cultural simbólico que se transmite 
de generación en generación y que influye en la forma en que las personas piensan, 
sienten y actúan. El imaginario colectivo está compuesto por elementos tanto reales 
como ficticios, y puede expresarse en diferentes formas culturales, como la literatura, 
el cómic, el arte, la religión, la música, el cine, la televisión y la publicidad, entre 
otros. Este imaginario cultural compartido tiene un gran poder de influencia en las 
personas, ya que puede moldear su forma de percibir el mundo y de interactuar con 
él. Por lo tanto, es importante tener en cuenta que el imaginario colectivo no es algo 
fijo e inmutable, sino que puede evolucionar y cambiar a lo largo del tiempo, a 
medida que la sociedad y la cultura se transforman. 
JOSEP BALLESTER ROCA, JERONI MÉNDEZ CABRERA 
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La literatura infantil supone una de las formas más significativas en las que se 
transmiten y se moldean los elementos del imaginario colectivo, a pesar de la 
influencia cada vez mayor de los medios audiovisuales y las redes sociales en este 
sentido. En la literatura infantil, los autores utilizan a menudo elementos simbólicos 
y míticos que forman parte del acervo imaginativo de una sociedad o cultura. Estos 
elementos pueden incluir personajes arquetípicos, animales antropomórficos, seres 
y criaturas sobrenaturales, entre otros. La literatura infantil, por lo tanto, puede ser 
vista como una forma de expresión del imaginario colectivo, que ayuda a transmitir 
valores, creencias, mitos y tópicos a los niños y jóvenes. Al mismo tiempo, sin 
embargo, la literatura infantil también puede contribuir a la transformación del 
imaginario colectivo: al presentar personajes y situaciones que rompen con los 
estereotipos y prejuicios de género, raza, clase social, etc., mediante procesos de 
adaptación o reescritura de las convenciones literarias y culturales. De este modo, 
la literatura infantil puede ayudar a los niños y jóvenes a ampliar su comprensión 
del mundo y a cuestionar las ideas preconcebidas que han recibido de la sociedad 
o la tradición literaria (Cerrillo, 2016; Colomer, 2010; Hernández Delgado, 2022). 
 
4. METODOLOGÍA DE ESTUDIO 
4.1. Método 
Se ha llevado a cabo un análisis cualitativo y contrastivo de un corpus de estudio 
consistente en treinta álbumes ilustrados, con doble código textual e icónico, 
seleccionado atendiendo a criterios tematológicos y de calidad estética y 
representatividad. Se trata de obras narrativas que han sido publicadas en español 
entre 2006 y 2021, a excepción de tres títulos (en catalán); obras que incluyen los 
personajes del caballero medieval y el dragón, bien juntos o por separado, de 
manera literal o mediante algún tipo de adaptación o reescritura. Se ha pretendido, 
así, estudiar la configuración y relaciones intertextuales de unasobras que, 
enmarcadas en la literatura infantil, preservan y al mismo tiempo actualizan el 
patrimonio literario a favor de procesos de lectura e interpretación propios de la 
postmodernidad. 
 
4.2. Corpus de estudio 
El corpus de estudio consta de una treintena de títulos. La mayoría son obras 
traducidas al español de originales en inglés (también del francés y del alemán), 
aparecidos entre 2006 y 2021, aunque se incluyen cinco obras publicadas 
originalmente en español: El dragón que cambiaba de cuento cada vez que 
estornudaba (Prado y Aceituno, 2014), El caballero Nacho y el dragón ruidoso (Soler 
y Durán, 2019), El caballero que no tenía caballo (Pinillos y Sáez del Arco, 2017), 
¿Dónde está el dragón? (Ronda y Gómez, 2020) y Pichín-Pichón, caballero y dragón 
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(Parrondo y Alabareda, 2021); y otras tres publicadas en catalán: La princesa, els 
llibres i el drac (Manso y Fortuny, 2018), Bruna i el drac (Miralles y Zolotic, 2019) y 
la traducción del francés L’aventura de l’heroic cavaller Filibert per vencer el drac i 
acabar amb l’avorriment (Balpe y Plantevin, 2019). Se consideran también títulos 
publicados en la década de los ochenta que suponen significativos precedentes en 
la representación ilustrada para niños del binomio dragón-caballero y dragón-
princesa: The Knight and The Dragon (De Paola, 1980) y La princesa vestida con una 
bolsa de papel (Munsch y Martchenko, 1980; publicado en 1992 en español, y en 
2020 en catalán como La princesa paperina). Además de la obra pionera de Munsch 
y Martchenko (1980), que influirá en otras obras del corpus (como La princesa 
rebelde), merece especial mención El dragón perezoso (Grahame y Shepard, 2010), 
publicado como The reluctant dragon en 1940, que inspirará un corto animado de 
Disney y posteriormente un largometraje en 1941 (El dragón chiflado), e inspirará 
otros títulos cinematográficos posteriores como Pedro y el dragón Elliot (1977) o 
Peter y el dragón (2016). A continuación, se ofrece una lista de los álbumes 
estudiados, siguiendo un orden cronológico de acuerdo con la edición analizada. 
1. Si yo tuviera un dragón/If I had a dragon, de Tom Ellery (2006). 
2. Ese fastidioso dragón, Julie Skyes y Melanie Williamson (2008). 
3. El caballero y el dragón, de Jane Clarke y Jane Massey (2008). 
4. ¡Tiemblen, dragones!, de Robert Munsch y Juan Gedovius (2008). 
5. Un perfecto caballero para dragones, Jolly Roger Bradfield (2009). 
6. El dragón perezoso, de Kenneth Grahame y E. H. Shepard (2010) (The 
reluctant dragon, 1998). 
7. El rey Hugo y el dragón (King Jack and the dragon), de Peter Bentley y Helen 
Oxenbery (2011). 
8. Una princesa diferente: princesa caballero, Amy Potter y Linda Sheppard 
(2013). 
9. El dragón que cambiaba de cuento cada vez que estornudaba, Miquelanxo 
Prado y David Aceituno (2014). 
10. El pequeño dragón Coco y el caballero negro, Ingo Seigner (2014). 
11. Exquisiteces del caballero y el dragón, Martin Klein (2016). 
12. El dragón y el caballero apetitoso, Eli Woollard y Benji Davies (2016). 
13. El caballero que no tenía caballo, de J. S. Pinillos y Ana Sáez del Arco (2017). 
14. El caballero que no quería luchar, de Helen y Thomas Docherty (2017). 
15. En este cuento no hay ningún dragón, de Lou Carter y Deborah Allwright 
(2017). 
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16. El caballero que dijo “¡no!”, Lucy Rolland y Kate Hindley (2018). 
17. El correo del dragón, de Emma Yarlett (2018). 
18. La princesa, els llibres i el drac, de Anna Manso y Liliana Fortuny (2018). 
19. La librería voladora de Franklin, de Jen Campbell y Katie Harnett (2018). 
20. En busca del beso, de David Melling (2018). 
21. L’aventura de l’heroic cavaller Filibert per véncer el drac i acabar amb 
l’avorriment, de Anne-Gaëlle Balpe y Guillaume Plantevin (2019). 
22. Bruna i el drac, Josep V. Miralles y Aleksandar Zolotic (2019). 
23. El caballero Nacho y el dragón ruidoso, Rafa Soler y Cristina Durán (2019). 
24. La princesa rebelde, Anna Kemp y Sara Ogilvie (2019). 
25. Hay una dragona en tu libro, de Tom Fletcher y Greg Abbot (2019). 
26. La princesa paperina, de Robert Munsch y Michael Martchenko (2020). 
27. El dragón se esconde… ¿dónde?, Leo Timmers (2020). 
28. ¿Dónde está el dragón?, de Magela Ronda y Ana Gómez (2020). 
29. No despiertes a la dragona, Bianca Schulze y Samara Hardy (2020). 
30. Pichín-Pichón, caballero y dragón, Raquel Parrondo y Laia Albareda (2021). 
 
5. ANÁLISIS DE LIBROS ILUSTRADOS 
5.1. El juego paródico con la tradición literaria 
Nos encontramos, en primer lugar, con algunas obras que, utilizando personajes 
medievales, realizan una inversión de convenciones y tópicos literarios a favor de 
un ejercicio paródico apto para lectores infantiles. Así, por ejemplo, en El caballero 
que no tenía caballo (Pinillos y Sáez del Arco, 2017) nos encontramos con una 
deconstrucción del dúo típico por excelencia cuando se trata de aventuras 
caballerescas: el noble guerrero vestido de armadura y su inseparable cabalgadura 
aquí no se hallan por ninguna parte. Algo previsto en el horizonte de expectativas, 
desde el punto de vista de la tradición literaria, se trunca a favor del humor y la 
sorpresa cuando el lector descubre la historia de un caballero sin caballo que, en 
busca de montura, acaba adoptando una vaca como fiel corcel. Se trata de libros 
donde, o bien se elimina el enfrentamiento tradicional entre caballero como héroe 
y dragón como bestia, o bien se reescribe esta lucha en aras de un final que pretende 
la reconciliación entre las diferencias que suponen uno y otro desde el punto de 
vista de las convenciones literarias. 
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También encontramos otros libros que, aunque humorísticos, pretenden romper 
con estereotipos en cuanto a la representación del caballero y el dragón, pero no 
rehúyen, sin embargo, la reivindicación de valores como la amistad, el perdón o la 
empatía. En El dragón y el caballero apetitoso (Wollard y Davies, 2016), además, se 
observa claramente la oposición entre el mundo adulto (como el marco de 
conformidades y valores tradicionales desfasados) y el mundo infantil (que aboga por 
la valoración de la diferencia y la reconciliación entre opuestos), donde el niño 
caballero y el pequeño dragón rompen con la tradicional enemistad, algo similar a lo 
que ocurre en otros álbumes como El caballero y el dragón (Clarke y Massey, 2008), 
donde se prioriza la representación infantil de los personajes; Un perfecto caballero 
para dragones (Bradfield, 2009), donde se puede percibir la ironía ya en el título; El 
pequeño dragón Coco y el caballero negro (Seigner, 2014), donde la prosopopeya es 
máxima en la personalización del dragón como protagonista, otorgándole incluso 
nombre propio; Exquisiteces del caballero y el dragón (Klein, 2016), donde ambos 
personajes dejan sus habituales rencillas a un lado y deciden dedicarse al noble arte 
de la repostería; o Pichín-Pichón, caballero y dragón (Parrondo y Albareda, 2021), un 
caso representativo, junto con otros títulos del corpus, del niño que se convierte en 
caballero y, en su relación con la alteridad que supone el dragón como inicial 
amenaza, se invierten códigos literarios y estereotipos heredados de un enfoque 
tradicional de los personajes medievales para revalorizar el planteamiento narrativo 
de aventura caballeresca en favor del entendimiento y el afecto. 
En estos casos, la resolución del conflicto argumental siempre se produce de 
manera pacífica y reconciliadora en finales que suponen la asimilación de la 
monstruosidad draconiana desde perspectivas inclusivas no exentas de comicidad y 
cierta ironía (al menos, para el lector adulto). Otros títulosrealizan planteamientos 
paródicos de la tradición literaria basándose en las mismas premisas (aventura 
caballeresca inicial y amistad final entre caballero y dragón), pero resultan de mayor 
complejidad y elaboración literaria y artística; y no insisten tanto en una mirada 
infantil de los personajes, sino que revisan la tradicional queste o aventura 
caballeresca. Se trata de casos como En busca del beso (Melling, 2018) o L’aventura 
del l’heroic cavaller Filibert (Balpe y Plantevin, 2019). En el primero, el caballero no 
se lanzará a la búsqueda mítica del santo grial o luchará por el ósculo transcendente 
de una princesa encerrada en una torre, sino que buscará y obtendrá un infantil, 
cálido y reconfortante beso de buenas noches. En el segundo, existe un 
planteamiento inicial tópico: el heroico caballero protagonista, deseoso de nuevas 
aventuras en época de paz, conoce la existencia de una cueva donde, según 
cuentan, se esconde un terrible reptil e irá a la búsqueda del monstruo; al llegar, se 
encontrará con una cría de dragón, que cuidará y educará, con el fin de poder 
enfrentarse con él en el futuro; poco a poco, sin embargo, se irá construyendo una 
bonita e inquebrantable relación de amistad entre ambos. 
 
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5.2. El juego intertextual con la tradición del cuento popular 
En otro tipo de obras, la complicidad intertextual se establece no tanto con los 
tópicos y motivos de la tradición medieval sino con la tradición del cuento popular 
(estrechamente relacionada, en cualquier caso). En estos títulos, es la figura del 
dragón la que conectará, a través de un proceso de personificación y truncamiento 
respecto al rol del monstruo enemigo, con diferentes cuentos clásicos, para 
cuestionarlos desde la focalización en la voz narrativa del personaje, que conducirá 
al lector infantil a través de referencias diversas, en un recorrido humorístico y 
paródico que no funciona sin la apelación al intertexto del lector y el conocimiento 
del patrimonio literario. Un caso paradigmático es el álbum En este cuento no hay 
ningún dragón (Carter y Allwright, 2017), donde encontramos el reptil monstruo que 
se queja de la ausencia del personaje dragón en diferentes cuentos clásicos e irá 
interpelando a sus protagonistas a este respecto, reivindicando así un papel 
protagonista benigno para el que ha sido convencionalmente considerado contrario 
al héroe y personaje hostil, como estereotipo representante de la bestialidad y la 
maldad en la tradición popular y legendaria. Planteamientos intertextuales similares 
nos encontramos en ¿Dónde está el dragón? (Ronda y Gómez, 2020) y El dragón que 
cambiaba de cuento cada vez que estornudaba (Prado y Aceituno, 2014). 
Por otra parte, existen propuestas que realizan versiones de cuentos y leyendas 
populares, y acercan la narrativa caballeresca a planteamientos de reconciliación 
desde una perspectiva infantil, de manera equivalente a los títulos que se analizaban 
en el apartado anterior, aunque con mayor voluntad de creación artística (con 
marcados estilos autorales en la calidad estética de las ilustraciones): El caballero 
Nacho y el dragón ruidoso (Soler y Durán, 2017) o Bruna i el drac (Miralles y Zolotic, 
2019), entre otros, serían ejemplos de este tipo de álbum, donde nos encontramos 
un dragón temido por la colectividad pero que resultará finalmente inofensivo y 
necesitado de ayuda por parte del protagonista infantil. 
 
5.3. Dragones, caballeros y libros 
Además de los álbumes que reescriben la tradición medieval y juegan con las 
referencias a la tradición del cuento clásico, existen otros pocos títulos que plantean 
la aparición de la pareja del dragón y el caballero, juntos o por separado, en historias 
que presentan la lectura literaria como tema. En este sentido, podemos contar con 
un precedente, no traducido al español, titulado The Knight and the Dragon (De 
Paola, 1980), donde nos encontramos, inicialmente, la asunción de la tradición 
legendaria medieval (un caballero y un dragón que, como opuestos, han de 
enfrentarse) para, mediante un cierto juego paródico, reescribirla a favor de la lectura 
y la concordia, gracias a la mediación de un personaje femenino: en esta historia, ni 
el caballero ni el dragón saben muy bien cómo plantear la tradicional lucha entre el 
hombre y la bestia, y recurren a la biblioteca para consultar antiguos libros y 
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manuscritos que expliquen esta cuestión; sin embargo, a la hora de seguir las 
instrucciones leídas y enfrentarse, ambos descubren que son un desastre y será la 
bibliotecaria (una versión de la princesa del cuento) quién les proporcionará la 
solución a sus problemas vitales: la lectura de otro tipo de libros quizá más útiles 
para ambos, relacionados con el disfrute de la comida y la amistad (algo que vincula 
este título con el anteriormente citado Exquisiteces del caballero y el dragón). 
El caballero que no quería luchar (Docherty y Docherty, 2017) supone otro 
ejemplo paradigmático, donde el personaje protagonista opta decididamente por la 
lectura literaria en lugar de aceptar su papel tradicional de caballero violento que ha 
de enfrentarse al dragón, en una historia repleta de intertextualidades. Algo diferente 
es La librería voladora de Franklin (Campbell y Harnett, 2018), de bellísimas 
ilustraciones, donde nos encontramos con un dragón algo personificado que acabará 
entablando amistad con la niña protagonista y los habitantes del pueblo donde se 
ubica la narración, gracias a replantearse su función respecto a los libros, la lectura 
literaria y su relación con los demás. 
 
5.4. Princesas, dragones y estereotipos de género 
Una de las vertientes más interesantes de reescritura de los personajes medievales 
en el álbum ilustrado es aquella que asume nuevos códigos de interpretación y revisa 
los tópicos literarios a la luz de los roles de género para cuestionarlos desde el humor 
y la parodia, aceptando una perspectiva que pretende romper con estereotipos 
heredados de la tradición, para asumir nuevos enfoques más igualitarios o feministas. 
Estos títulos ofrecen, desde la literatura infantil, planteamientos de inversión o 
ruptura respecto al imaginario heredado de la literatura medieval y los cuentos 
populares. De este modo, presentan la figura del héroe en femenino, desbancando 
el personaje masculino del caballero o relegándolo a secundario, como 
representativo de valores anticuados, o incluso asumiendo el personaje de la 
princesa como protagonista activa de la narración. Podemos citar, en este sentido, 
el que quizá pueda servir como álbum iniciático, La princesa vestida con una bolsa 
de papel (Munsch y Martchenko, 1980), pero también otras propuestas como Una 
princesa diferente: princesa caballero (Potter y Sheppard, 2013), ¡Tiemblen 
dragones! (Munsch y Gedovius, 2008) o la narración en verso de La princesa rebelde 
(Kemp y Ogilvie, 2019), donde una princesa no acepta su papel de personaje sumiso 
como tópico literario de la tradición medieval, rechaza el matrimonio con un 
caballero medieval y acaba forjando una amistad liberadora con un dragón. 
 
5.5. Dragonas interactivas y metatextuales 
Otros títulos, más escasos, ofrecen un planteamiento de interacción con el libro 
álbum a través de estrategias metatextuales, donde el acto lector se convierte, a 
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través de la función fática del lenguaje y la apelación directa al lector infantil (y en 
detrimento del marco narrativo), en un juego de diálogo con los personajes y las 
páginas, a través de indicaciones que rompen la cuarta pared y ofrecen 
planteamientos lúdicos y metaficcionales. Es el caso de Hay una dragona en tu libro 
(Fletcher y Abbot, 2019), donde nos encontramos una dragonaque va dando 
órdenes al lector, o No despiertes a la dragona (Schulze y Hardy, 2020), donde 
también existe este planteamiento de lectura-juego, algo que también ocurre en 
algunas páginas del ya citado Pichín-Pichón, caballero y dragón. Este planteamiento 
lúdico y metaliterario es algo, por otra parte, que sucede con frecuencia en los libros 
destinados a primeros lectores o lectores en una fase inicial de desarrollo de la 
competencia lectoliteraria. En cualquier caso, cabe añadir que los buenos álbumes 
metaficcionales pueden ser disfrutados por lectores de un amplio rango de edades 
(Silva Díaz, 2005). 
 
5.6. El dragón en la vida infantil 
Por otra parte, un tipo de libro álbum que figura en el corpus de análisis es aquel 
donde se produce la incursión de un elemento fantástico (concretamente, el 
personaje del dragón) en un marco narrativo realista que representa la vida de un 
protagonista infantil (normalmente, monótona, problemática o carente de suficientes 
estímulos para la imaginación del niño). En este sentido, el estereotipo del dragón 
como monstruo se rompe al insertarse en una narrativa de la cotidianeidad y suele 
incluir, aunque no siempre, la reivindicación de alguna enseñanza vital o algún valor 
de convivencia como la amistad aunque, por otra parte, también podemos encontrar 
alguna historia donde destaca el juego infantil, la curiosidad y el diálogo imprevisto 
entre el niño personaje y el dragón, que se mueve entre la condición de personaje 
real o imaginario (y, por ende, se trata de un diálogo con el lector infantil, que asiste 
a una serie de conversaciones y situaciones inesperadas y cómicas entre el humano 
y la bestia). Es el caso del clásico El dragón perezoso (Grahame y Shepard, 2010), 
que servirá de precedente para otros títulos posteriores como Ese fastidioso dragón 
(Skyes y Williamson, 2008), El rey Hugo y el dragón (Bentley y Oxenbery, 2011) o 
el más reciente El correo del dragón (Yarlett, 2018). 
Existen otros títulos similares a los anteriores pero que, sin embargo, no suponen 
la discontinuidad de un contexto realista, sino que el dragón aparece en una 
narrativa que temáticamente se centra en algún aspecto del desarrollo infantil o en 
alguna problemática de convivencia. El personaje infantil, en estos casos, puede o 
no ser un niño ordinario o un pequeño caballero, algo que no importa demasiado, 
ya que los libros de este tipo pretenden, en última instancia, una finalidad educativa 
relacionada con alguna fase de la vida del niño a nivel emocional, familiar o social. 
Podríamos citar, en esta línea, obras como El caballero que dijo “¡No!” (Rolland y 
Hindley, 2018) o Si yo tuviera un dragón (Ellery, 2006), que cuentan cómo el 
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TRAVÉS DEL ÁLBUM ILUSTRADO 
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protagonista infantil hace frente a emociones como la ira, el enfado y la frustración 
antes situaciones cotidianas, o cómo se resuelve, a través de la hipotética adopción 
de un dragón, los conflictos psicológicos que supone la llegada de un nuevo 
miembro a la familia. 
 
5.7. Dragones catalanes y valencianos 
Cabe añadir que existe una particular relación con los personajes medievales del 
caballero, la princesa y el dragón en la cultura catalana, ya que la leyenda de San 
Jorge forma parte del imaginario colectivo de los lectores y supone, así, una 
referencia clásica en cuanto a las reescrituras literarias y las propuestas lectoras en 
contextos educativos. Tanto es así que en algunas colecciones editoriales pensadas 
para lectores infantiles se incluye, junto a versiones de la leyenda hagiográfica, la 
adaptación de clásicos medievales como la novela caballeresca del Tirant lo Blanc 
(Sala i Vila y Calafell, 2017). De este modo, la literatura infantil en catalán se plantea, 
en ocasiones, la actualización de esta leyenda a través de historias como La princesa, 
els llibres i el drac (Manso y Fortuny, 2018), donde se realiza una reescritura del mito 
de San Jorge y se actualizan los roles de género. Encontramos también títulos como 
El drac del Patriarca (Casanova Belda y González, 2018) que relacionan folklore y 
patrimonio urbano en una historia que hace referencia a una de las leyendas 
valencianas más conocidas (Labrado, 2009). Se trata, por tanto, de casos sugestivos 
donde observar cómo la literatura infantil realiza una función de conservación y 
reescritura del patrimonio literario a través del libro ilustrado. 
 
6. CONCLUSIONES 
A modo de conclusión, podemos afirmar que, en su función de conservación y 
reescritura del patrimonio literario, al menos en cuanto a los personajes medievales 
más prototípicos y difundidos (coincidentes en leyendas y cuentos populares), los 
álbumes ilustrados analizados presentan ciertas tendencias narrativas basadas en el 
enfrentamiento inicial entre nociones del mundo adulto o convencional (prejuicios, 
tópicos y motivos literarios) y el mundo infantil (valores como la amistad, la empatía 
o la bondad), en juegos paródicos con la tradición literaria. En algunos casos 
significativos, esta revisión se produce mediante la inclusión de una perspectiva 
feminista que invierte los roles de género o que reivindica los personajes femeninos, 
y mediante una evidente personificación de la concepción tópica del monstruo: el 
dragón asume, por tanto, el papel de protagonista o coprotagonista. También 
encontramos que los personajes del caballero y el dragón sirven para protagonizar 
historias que no tienen que ver tanto con la tradición literaria como con el desarrollo 
infantil y ciertos valores de convivencia. Existen también algunas propuestas más 
corales y lúdicas en las que el dragón es un personaje más y donde se reescriben o 
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cuestionan, desde una perspectiva metaficcional y humorística, algunos cuentos 
clásicos. 
Aunque en este trabajo se ha ofrecido una panorámica sucinta de las opciones 
que ofrece el álbum ilustrado para la recuperación de ciertos personajes propios de 
las leyendas y las obras de tradición cultural, podemos afirmar que estos álbumes 
repercuten en la transmisión de una idea popular de la cultura medieval alejada de 
la concepción tópica de la Edad Media como período histórico oscuro. De esta 
manera, el héroe de armadura y el reptil fabuloso se convierten, así, en personajes 
infantiles que promueven, a través del juego paródico con la tradición literaria, 
aspectos como la identificación del lector con los protagonistas en historias que, 
aunque humorísticamente transgresoras, reivindican comportamientos socialmente 
aceptados; la inclusión de perspectivas educativas sirviéndose de los personajes 
tradicionales para superar las convenciones literarias (como metáfora de prejuicios 
o convenciones sociales poco inclusivas) y fomentar el denominado final feliz; y, en 
última instancia, la función cultural y socializadora de la literatura (Cerrillo, 2007; 
Colomer et al., 2018, Senís Fernández, 2014). 
En este sentido, más allá de establecer una oposición entre la tradición literaria y 
la literatura infantil, se puede observar cómo estos álbumes ilustrados preservan, 
reescriben y muestran, a través de modos distintos, los personajes más icónicos de 
la literatura medieval a lectores en edades tempranas. Gracias a esto, se trata de 
lecturas que podrían ser incluidas en planteamientos formativos de alfabetización 
multimodal, aprovechamiento didáctico y proyectos de dinamización del 
patrimonio literario (Palmer, 2020; Vega Rodríguez, 2019). De hecho, el corpus 
estudiado, aunque heterogéneo en sus temáticas y en sus planteamientos 
intertextuales y metaficcionales, desde una perspectiva de educación literaria, puede 
servir como un estupendo punto de partida, a modo de selección de propuestas 
lectoras, para vincular la lectura de estos álbumes con las adaptaciones de obras, 
culturalmente más significativas,que conforman el acervo de los denominados 
clásicos medievales; ampliando, así, las posibilidades de fomento lector y de 
desarrollo de la competencia literaria que estas obras presentan, y contribuyendo 
positivamente a la formación de un imaginario cultural compartido (Cerrillo y 
Sánchez Ruiz, 2019). 
 
AGRADECIMIENTOS 
El presente artículo se enmarca en el proyecto de investigación “Educación 
lectora, literaria, lingüística e inclusión: una investigación a través de la LIJ 
multimodal entorno a la diversidad y la sostenibilidad” del Ministerio de Ciencia e 
Innovación, ref. PID2022-139640NB-I00. 
 
DE DRAGONES Y CABALLERÍAS: LA LITERATURA MEDIEVAL PARA LECTORES INFANTILES A 
TRAVÉS DEL ÁLBUM ILUSTRADO 
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