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“Constelaciones Familiares” Fundamentación sistémica de Bert Hellinger Carmen Cecilia Vargas sierra Mónica Giraldo Paérez Área: Educación Primera edición: Bogotá, Colombia, abril de 2012 ISBN. 978-958-991-211-9 AGRADECIMIENTOS A Dios por mi existencia en el universo. A mis padres por el amor, la vida que me dieron y la fuerza que me dan para vivirla. A mis hermanos por su amor, ejemplo y presencia. A mi esposo por su apoyo, acompañamiento y permanencia. A mis hijos por el impulso y motor de vida. A tu papá y a ustedes: gracias por existir y estar en mi vida. Hija gracias por tu estímulo y apoyo. Hijo, gracias por tu tiempo. A mis maestros y maestras: Gerardo, Guillermo, Luz Ángela, Luis, Carmen, Marianela, Angélica y el grupo del CUDEC; por mostrarme el camino y a Bert Hellinger cuyas enseñanzas me permitieron estar en este lugar e inspiraron esta obra. A mis compañeras de recorrido por su fuerza, profesionalismo y solidez. A Mónica por estar y volver a estar. Carmen Cecilia Vargas Sierra A ti mamá por decir sí, y por tu amor y apoyo incondicionales. A ti papá por la semilla, el amor, y estar siempre ahí. A mamá Elvira por el amor de abuela y madre. Esto comenzó en complicidad tuya hace 30 años. A papá Emilio por el ejemplo amoroso. A mamá Amanda por la posibilidad de ver, y a papá Roberto por la sabiduría y el soporte. A Juan por despertar a la mujer y la madre, y por nuestros 3 hijos. A mis hijos Manuela, Alberto y Andrés Felipe: ustedes son mi vida. A Diego, Lina María, María Claudia, Mabel, Adriana, Claudia, y el grupo de los lunes por la eterna conexión y apoyo. A Carmen Cecilia por confiar y persistir. A mis maestros: Daniel, Gerardo, Ignacio, Francisco, Joy, Dananda, Luis, Marshall, Carmen, Marianela, todos los del CUDEC y especialmente Bert Hellinger. A mis consultantes por la oportunidad y lo aprendido. A Sergio por ser tú y lo que las palabras no pueden expresar. Mónica Giraldo Paérez A nuestro grupo de estudio de consteladoras de los lunes, por su confianza, aliento y amistad. A César A. Ortiz Cortés, nuestro editor, por su paciencia y por creer en nosotras. Carmen Cecilia y Mónica PROPÓSITO Este libro fue diseñado con el propósito de dar a conocer al lector las teorías que sobre el Orden y el Amor nos plantea Berth Hellinger, con el fin de facilitar su aplicación a quienes deseen hacer una revisión de ellos en sus vidas para lograr más armonía y fluidez. Para una mejor comprensión de las dinámicas sistémicas dentro del contexto familiar y de cualquier otro contexto, a más de Hellinger su columna vertebral; también nos apoyamos en otros autores que amplían y soportan dicha comprensión. Está dirigido a las personas que deseen conocer y/o profundizar sobre los planteamientos de la sistémica familiar, su dinámica y ordenamiento. A quienes deseen introducirse en los principios fundamentales de los Movimientos Sistémicos y las Constelaciones Familiares y a quienes deseen realizar un trabajo comprometido con su desarrollo y crecimiento interior. “CONSTELACIONES FAMILIARES. Fundamentación Sistémica de Bert Hellinger” surge de la necesidad de contar con un material escrito en un lenguaje sencillo y secuencial, sobre los contenidos de los talleres del mismo nombre que realizamos en siete módulos de un día al mes. Dicho taller es un trabajo teórico-práctico en el que la teoría se basa en la comprensión de los Órdenes del Amor, los órdenes de la ayuda, el tomar la vida, y cuyo fundamento práctico son los Movimientos Sistémicos; base a las Constelaciones Familiares. Simultáneamente, nuestro lector tiene la oportunidad de poner en práctica lo que dicta la teoría y ahondar en las vivencias ampliando la mirada, el reconocimiento y la comprensión de los fenómenos para interiorizarlos en su Ser, a la manera como lo enseña Luis Díaz en su formación de Liberación de Memoria Celular: “pasándolo por el cuerpo”. CONTENIDO PROPÓSITO CAPÍTULO 1 INTRODUCCIÓN A LA SISTÉMICA ¿Cómo se comportan los sistemas? Propiedades del sistema El Sistema Familiar Los límites dentro del sistema familiar La fenomenología La Mirada y el Movimiento Sistémico ¿Cómo funciona? Las Constelaciones Familiares CAPÍTULOS 2 ÓRDENES DEL AMOR El Amor Primer Orden: Pertenencia Los vínculos Vinculación Inclusión Exclusión Lealtades invisibles Amor Ciego Segundo Orden: Jerarquía Ocupar el lugar Órdenes de la ayuda Condiciones de la ayuda Tercer Orden: Equilibrio entre el Tomar y el Dar. Compensación positiva Compensación neutra Compensación negativa: Desórdenes y alteraciones en el equilibrio entre el tomar y el dar CAPÍTULO 3 CONCIENCIA CAPÍTULO 4 ETAPAS DE DESARROLLO Tomar la vida Etapas de desarrollo personal La vida Vínculo con la madre Ver la madre Reconocer a la madre Permiso para ir al padre Reconociendo los géneros Ver al padre Reconocer al padre y los antepasados CAPÍTULO 5 ENFERMEDAD Y MUERTE Enfermedad Dolores de cabeza Dolores de espalda Enfermedades de la piel Cáncer Neurosis Las psicosis Trastornos del habla Anorexia Bulimia Esclerosis múltiple Adicciones Muerte BIBLIOGRAFÍA PRESENTACION Se puede decir que el invaluable valor de las enseñanzas que Hellinger nos ha entregado, y su ilimitada aplicabilidad, son una filosofía de vida que contribuye al orden personal, familiar, social y mundial desde su base fundamental, “Los Órdenes del Amor”, que son órdenes de paz, que están al servicio de la paz en las familias y los grupos, ampliando el mismo concepto expresado por Hellinger sobre el Orden de Jerarquía. Cuando el lector se deje impregnar de los contenidos del libro, ellos le facilitarán desarrollar la habilidad para afinar la percepción, conocer las fuerzas que dirigen su Sistema Familiar y si lo desea, puede realizar los pequeños movimientos internos que sugeridos a manera de ejercicios, que le permitan identificar y ocupar el lugar que le corresponde dentro de su sistema, armonizando la vida a medida que gana fuerza y crece en amor. En el Primer Capítulo presentamos las bases científicas que conducen a la comprensión de lo que sucede al interior de los sistemas. Los hallazgos científicos a través del tiempo ayudan a que el lector se compenetre con los mecanismos de acción, regulación, ajuste, caos y orden de que se vale el universo para mantener el equilibrio a nivel macro y micro en los sistemas sociales, familiares u organizacionales. En el Segundo Capítulo el lector entra al corazón de los Órdenes del Amor identificados por Hellinger como: Orden de Pertenencia, Orden de Jerarquía y Orden del Equilibrio entre el tomar y el dar. En él se compagina al detalle con cada uno de ellos, lo que le permitirá saber en qué consisten, cuándo están ordenados y cuándo no, y cómo se logra un nuevo orden. En el Tercer Capítulo, interactuando con los Órdenes del Amor está la conciencia, que es aquella voz que nos acompaña siempre para decirnos: está bien, está mal, eres culpable o eres inocente. En el transcurso de la vida la buena y la mala conciencia, la culpa y la inocencia se convierten en impulsadores de la conducta o en frenadores de ella. La conciencia está presente en todos los órdenes y es una excelente aliada para la toma de decisiones y el crecimiento personal. El Cuarto Capítulo comprende las Etapas de Desarrollo desde el punto de vista sistémico. Pone de manifiesto lo que significa aquello de que la vida viene de papá y mamá, y qué es saberla tomar para hacer algo bueno con ella. Comprenderlo se convierte en toda una ciencia que exige claridad de su significado, reconocimiento del origen, agradecimiento por lo acaecido, coherencia en el actuar y saber decir SÍ o NO ante los hechos. Por último encontramos la salud, la enfermedad y la muerte desde lo sistémico. La enfermedad, sea física, mental o emocional, proviene de los desórdenes que de generación en generación se trasmiten y se perpetuán en las familias, sin que nadie se ocupe de mirarlos, verlos y quererlos ordenar en sí mismos. Cuando un integrante de la familia ordenasu sistema personal contribuye al orden en el sistema familiar y en el de las generaciones venideras. Estos son los temas que nos ocupa el contenido de este libro: “Constelaciones familiares”. Bert Hellinger CREADOR DE LAS CONSTELACIONES FAMILIARES. Acogiendo los principios sistémicos, damos a conocer la biografía de la persona que desarrolla, promulga, aplica y difunde tanto los Órdenes del Amor como las Constelaciones Familiares y Organizacionales. Berth Hellinger nació en Alemania en 1926. Desde los 5 años de edad manifestó su deseo de ser sacerdote, y a los 10 años ingresa al internado de los misioneros de Mariannehill en Lohr, donde permanece hasta los 15 años. A los 17 años se enlistó en el ejército. Vuelve de la guerra a los 20 años e ingresa a la orden religiosa con la que más tarde iría de misión a Sudáfrica y donde hace realidad su sacerdocio. Allí asiste a la universidad por espacio de 3 años para prepararse como docente universitario, actividad que desempeñó siempre en ascenso, y regresa a Alemania como Rector del Seminario de sacerdotes de Mariannehill, donde estuvo interno en su adolescencia. Como experto en dinámica de grupos y con autorización de la orden, por sus propios medios estudia Psicoanálisis y Psicoterapia. En una demostración con una experta en Gestáltica, se da cuenta que dejaría el sacerdocio y contraería matrimonio. Fue sacerdote por 25 años hasta que a los 45 abandona la orden. Al poco tiempo conoce a su esposa y decide casarse. Continúa su formación psicoanalítica en Viena. Posteriormente se radica en Alemania cerca de la frontera con Austria frente a Saltzburgo, donde se suma al grupo de trabajo sobre Psicología del Inconsciente. A finales de los 60 y comienzos de los 70 deja este grupo, viaja a Estados Unidos y se presenta en Janove para capacitarse en Terapia Primaria. Conoce el Análisis Transaccional a través del Análisis de Guión. Hace hipnoterapia según Milton Ericsson y la PNL. De Ericsson le impresionó el respeto por el paciente y el acompañamiento en sus movimientos. Al respecto se refiere en los siguientes términos: “Para Ericsson los pequeños movimientos son lo más importante, está atento a las más mínimas señas corporales, extrae de ellas el problema real del paciente para llevarlo sin rodeos hasta lo que se corresponde con él en lo más profundo”. Asistió a seminarios de Less Kadis y Ruth Mc Clendon. Al cabo de un año sus grupos de trabajo se transforman en Terapia Familiar y a partir de allí desarrolla las Constelaciones Familiares. Capítulo 1 INTRODUCCIÓN A LA SISTÉMICA Damos por sentado el mundo en el que estamos y creemos que lo que percibimos es el mundo. Tocamos nuestro cuerpo o una pared y experimentamos la solidez de lo físico de manera contundente. Son nuestros sentidos los que nos permiten esta experiencia: palpamos, vemos, olemos, pero ¿cómo estar seguros de que lo que percibimos es lo real? Para contestar a esta pregunta el ser humano se adentró en la ciencia para descubrir los ladrillos de los que está hecho el mundo, y se encontró con los átomos y sus partículas subatómicas. Pero no nos detuvimos allí; quisimos saber de qué están hechas estas partículas, y en el siglo pasado la física cuántica se encontró con una respuesta sorprendente: las partículas no están hechas de materia: son energía. Lo que creíamos que eran partículas son realmente ondas de energía, vibraciones. No hay partículas vibrando, solo están las ondas que interactúan unas con otras y que nosotros percibimos como partículas. Más increíble aún es el hecho de que estas ondas de las que está hecho todo y que conocemos como partículas subatómicas tienen una distancia entre ellas de unos 32 km a escala, lo que significa que si ampliáramos una partícula de las que se encuentran en el núcleo de los átomos al tamaño de un balón de baloncesto, el primer electrón que gira a su alrededor estaría a 32 km. La pregunta que sigue es: ¿Qué hay en medio? Los científicos nos responden: espacio vacío. Sintamos esto por un momento. Todo lo que conocemos está hecho de átomos, los átomos están formados por partículas, las partículas son energía, la distancia entre ellas es equivalente (a escala) a unos 32 km y en medio de ellas lo único que hay es espacio vacío, es decir que la mayor parte de lo que consideramos materia sólida es realmente espacio vacío, y al estudiar este espacio vacío los mismos científicos encontraron que el vacío es realmente energía, una energía muchísimo más poderosa que la que está contenida en la materia. Entonces lo real es que la materia no es un edificio hecho de ladrillos llamados átomos, sino que es una madeja de ondas de energía que interactúan con otras ondas de energía en medio del espacio vacío que es energía pura. De estas interacciones entre las ondas se van formando las diferentes clases de átomos, los que a su vez interactúan con otras clases de ondas dando lugar a las moléculas de las que todo está hecho. Aquí podemos ver la diferencia entre aquello de lo que está hecho el mundo, y la forma que adquiere. Ya los científicos nos han mostrado que el mundo está hecho de energía, y lo que percibimos con nuestros sentidos es la forma que esta energía adquiere. La sustancia no cambia, es la misma, sin embargo su forma está en constante cambio, las ondas interactúan unas con otras organizándose en diversos patrones que les dan formas diferentes, y estos patrones interactúan con otros patrones creando a su vez nuevas formas. Nuestro cuerpo es un aparato diseñado para percibir estas ondas y nuestro cerebro es el órgano que las procesa e interpreta dándonos la imagen que tenemos del mundo y su solidez. Es como una pantalla de computador que usa la información que le llega para formar una imagen acorde con ella. Si cambiamos la información que llega a la pantalla la imagen también cambiará; cuando la información que nuestro cuerpo percibe cambia, la imagen que nuestro cerebro proyecta de él también lo hace. Otra forma en la que puede cambiar la imagen que vemos en la pantalla del computador es que voluntariamente lo programemos para que traduzca la información que le llega de forma diferente, entonces, a pesar de que a la pantalla llega la misma información que antes, ahora veremos algo diferente. Pues bien, sucede lo mismo con nuestro cerebro. El mundo allá afuera no necesita ser diferente, pues con solo cambiar la programación que tiene nuestro cerebro éste traducirá la información que recibe de otra manera y entonces cambiará el mundo a nuestro alrededor. Ejercicio Este ejercicio permite hacernos una idea de cómo funciona nuestro cerebro. Haz una pequeña lista de aquellas cosas que en este momento de tu vida te molestan, inquietan o entristecen. Una vez terminada léela en detalle. Cierra tus ojos e imagina estas situaciones y la contundencia de ellas en tu vida actual. Imagina que te vas a dormir... que al despertar en la mañana tienes amnesia y no recuerdas absolutamente nada: ni tu nombre, ni quién eres, ni tu vida o la gente que te rodea. Imagina que todo recuerdo de tu vida tal cual es ha desaparecido completamente. Ahora pregúntate: ¿Puedes sentirte de la misma forma que antes respecto a los aspectos de tu vida si pierdes la memoria? Siéntelo por un momento…. Mira cada tema de tu lista imaginando que no tienes recuerdo alguno sobre él o las personas involucradas, y revisa qué sucede y cómo te sientes. Al cambiar la programación de tu cerebro la forma en que ves el mundo también cambia. En la situación del ejercicio sería imposible que pudieras llegar a ver el mundo de la misma forma que antes, salvo que recuperaras tu memoria, y aun así la experiencia vivida haría que algo de la imagen que tienes de él sea diferente a partir de ahora. La información es la que permite que todo esto suceda. Cuando vemos la solidez del mundo físico o la contundencia de los hechos de nuestra vida lo que estamos viendo es la imagen que nuestro cerebro crea al traducir la información que nuestro cuerpo percibe con los sentidos. Una delas imágenes más contundentes que crea nuestro cerebro es la de la individualidad. Vemos las cosas separadas unas de otras y creemos que realmente interactúan entre ellas solo en la medida en que se acercan entre sí o crean estímulos que les permita actuar a distancia. Por ejemplo, un aparato de radio que está en la sala de tu casa solo tendrá relación contigo cuando al encenderlo emita las ondas que percibirás con tus oídos, así te encuentres en una habitación diferente. Desde esta perspectiva de separación, lo que en este momento suceda al otro lado del mundo no te afectará, a menos que al encender el radio escuches una noticia y tu reacción a ella sea la evidencia de que de alguna manera dicha situación entró en contacto contigo y te afectó. La capacidad del radio de emitir estas ondas y la de tu sentido de la audición de percibirlas y procesarlas es lo que permite este intercambio, sin embargo la capacidad del radio no tendría sentido alguno si no hubiera un receptor, el oyente, y la de tu cuerpo tampoco tendría ningún sentido si no hubiera algo que le estimulara. Es la relación entre ambas la que le da sentido a la existencia de cada una de ellas. Nuestro cerebro proyecta una imagen en la que vemos un emisor, el radio con su noticia, separado de un receptor, la persona que la escucha, cada uno con sus propiedades intrínsecas. Si lo vemos de esta manera fraccionada nos perdemos la imagen ampliada o la totalidad en la que la relación entre ellos es muchísimo más que la suma de estas propiedades, y en este caso podríamos llamar a esta suma “la comunicación” y al analizarlo nos damos cuenta que una lista de las propiedades de cada parte no sería suficiente para explicar su efecto. Ahora veamos lo que es un sistema: es una suma de partes cuyas propiedades solo tienen sentido con base en la relación entre ellas y cuya totalidad es mucho mayor que la suma de sus partes. En un sistema no hay un emisor y un receptor como tal, pues todas las partes se encuentran interconectadas al mismo tiempo y se relacionan entre ellas simultáneamente, sin embargo esto nosotros no lo percibimos fácilmente debido a que nuestro cerebro no está programado para darnos una imagen sistémica del mundo sino para darnos una imagen individualista de él, razón por la que se dice que los sistemas no pueden ser comprendidos por medio del análisis. Lo anterior es válido tanto para los objetos materiales como para las situaciones que experimentamos a lo largo de nuestra vida. Nuestro cerebro nos da una imagen fragmentada de los hechos, las causas y los efectos, y nos perdemos la perspectiva mayor en la que los hechos pasados, presentes y futuros se encuentran conectados unos a otros simultáneamente y en la que cada uno de nosotros está en permanente relación con ellos y con todas las personas que a su vez tuvieron relación con dichas situaciones. Nuestra vida, entonces, podría verse bajo una mirada mucho más amplia que la que nuestro cerebro ha permitido hasta ahora. Podríamos ver que somos parte de muchos sistemas, que permanentemente interactuamos con aquellos que también pertenecen a ellos y que el verdadero sentido de nuestra vida no está dado por las características especiales que cada uno de nosotros posee, sino por la relación que existe entre estas características y las de todos los demás miembros. El sistema a su vez posee propiedades que no existen en sus elementos, ya que son el efecto de la suma de las relaciones entre ellas. Cada una de las partes del sistema existe por medio de las otras, y la expresión de cada una se da por medio del sistema como un todo. Podemos verlo en el cuerpo humano: el corazón es un órgano fundamental para su perfecto funcionamiento, sin embargo no tendría mucho sentido sin su relación con las venas y las arterias, ya que gracias a ellas la sangre que bombea puede circular por todo nuestro cuerpo. Sin el hígado limpiando la sangre el mismo corazón no podría funcionar adecuadamente. Si observamos nuestro cuerpo como un todo, nos damos cuenta que es mucho más que la suma de sus partes. La circulación del cuerpo humano es algo más que los órganos que componen el sistema circulatorio. A lo largo de este libro verás cómo tu cerebro comienza a desarrollar una mirada sistémica, donde las relaciones entre las partes se hacen cada vez más evidentes. Podrás reconocer cómo constantemente te estás relacionando, no con individuos u objetos separados de ti, sino con todas las redes de relaciones a las que ellos están interconectados. Comenzarás a ver todo en el contexto de algo superior que le dará más sentido y claridad. También verás cómo tu propósito en la vida y el lugar que ocupas en ella van adquiriendo cada vez más sentido al comprender los entornos sistémicos en que te desenvuelves, comenzando por el familiar. Podríamos decir que el mundo va a cambiar ante tus ojos, no porque antes fuera de una manera y hoy sea de otra, aunque esto sea cierto, sino porque poco a poco irás cambiando la forma en que tu cerebro procesa la información y se hará evidente lo que antes permanecía oculto. ¿Cómo se comportan los sistemas? Los sistemas constantemente están retroalimentándose, auto organizándose y auto regulándose. La red que forman los elementos del sistema no está organizada en forma lineal, los elementos que la conforman no están en una línea uno al lado del otro. Ninguna propiedad de ninguna de las partes de la red es fundamental, todas se derivan de las propiedades de las demás partes y la suma de todas sus interrelaciones determina la estructura de toda la red. Estas redes están organizadas de forma más parecida a la de las telas que tejen las arañas, donde un punto puede estar unido a muchos otros al mismo tiempo. Entonces la información fluye por los sistemas de forma circular y en ella la retroalimentación consiste en que todos los elementos del sistema están conectados de manera que lo que sucede en alguno de ellos genera que la información circule por toda la red hasta que retorna al elemento en el que se inició el estímulo. De tal manera que los seres humanos compartimos la información concerniente a nuestro patrón como tales, y a la vez compartimos la que tiene que ver con el hecho de ser mamíferos con muchísimas especies sobre el planeta, y con todos los seres que llamamos vivos compartimos la información relevante a la respiración celular. También compartimos información sobre los procesos de oxidación con los seres no vivos o inertes, es decir con aquellos procesos en que los átomos pierden o ganan electrones. Así, vemos cómo nos organizamos con base en patrones de información diversos que compartimos con todos los demás miembros de los sistemas a los que pertenecemos. A medida que los sistemas se retroalimentan y la información recorre toda la red de relaciones nos autoregulamos y el sistema va creando nuevas estructuras y modelos de comportamiento. La configuración de relaciones características de un determinado sistema es su patrón. El patrón de un sistema va desde la forma en que se organizan las redes de relaciones hasta el comportamiento que ellas adquieren. Un sistema puede conservar la misma forma (los elementos que lo constituyen) y cambiar su patrón de organización constantemente. Pertenecemos a estas redes de relaciones en diferentes niveles. En una mujer sólo está la información relevante para el patrón de su cuerpo y sus posibilidades. En su cuerpo no está la información para el patrón de una rama de roble, pero sí la necesaria para llevar a cabo el proceso de gestación de un hijo así en el momento no esté embarazada. Aunque parte de la información que está en ella no se manifieste, sí está contenida en sus átomos y será transmitida a su descendencia con la posibilidad de que se manifieste en ellos. Gracias a la retroalimentación y auto organización, el sistema puede auto regularse, buscando siempre acercarse a un equilibrio que le permita mantenerse en el tiempo. Los seres humanos funcionamos de esta misma forma; nos organizamos en sistemasque cumplen con las características anteriormente descritas. El sistema básico es la familia, de allí venimos todos; luego comenzamos a conformar otros sistemas como los del colegio, los amigos, el lugar de trabajo, etc. Cada familia se organiza con base en un patrón diferente y también tiene patrones de comportamiento particulares a ella. Cuando sucede algo a uno de sus miembros, esta información fluye de manera circular por todos los demás hasta que la red completa la haya recibido, y con base en ella creará nuevos patrones buscando su permanencia en el tiempo. A esta búsqueda la hemos llamado supervivencia, y es tan antigua como nuestra historia sobre el planeta. Es así como la ciencia, al investigar y analizar nuestros ancestros evolutivos con la ayuda del ADN, compara los restos de Neandertales o Cromañones que vivieron hace más de 27.000 años. Encontraron que tanto en los unos como en los otros las similitudes en la información alcanzan niveles superiores al 95%, y que la información contenida en el ADN es constantemente influenciada y modificada por la experiencia, el entorno y el medio ambiente. Entonces, ¿Cómo vivían los hombres de las cavernas? Se organizaban en clanes que buscando sobrevivir usaban cuevas como vivienda, y practicaban la caza y la recolección como sustento. Se dividían las labores entre los hombres y las mujeres, y usaban el conocimiento transmitido de sus ancestros y la superstición. La única forma de sobrevivir era en grupo, así que si alguien quería permanecer en él debía cumplir con las normas que dictaban la superstición y los líderes. El mayor castigo era el destierro; verse enviado a la hostilidad del mundo sin un lugar dónde dormir, sin con quién cazar para comer, sin abrigo del frío y expuesto a los animales salvajes era lo mismo que verse enfrentado a la muerte, por lo que estos hombres desarrollaron una fuerte lealtad con las costumbres y las formas de hacer las cosas del clan, y éstas quedaban como improntas en la herencia que se transmitía a las generaciones posteriores. La pertenencia al clan era cuestión de vida o muerte. Esta fuerte necesidad de pertenecer perdura hasta nuestros días en nuestra memoria inconsciente. En nuestro instinto de supervivencia está la impronta de nuestros ancestros hace más de 7.000 generaciones, y desde entonces y hasta hoy todo lo que amenaza la pertenencia amenaza la vida. En ellos existía también el reconocimiento y el respeto a las jerarquías. Los ancianos eran los poseedores de la experiencia que permitía la supervivencia, eran ellos los que tenían más fresco el recuerdo de los antiguos que ya habían partido y por eso podían transmitirlo a los jóvenes para así garantizar la continuidad del clan. Los jóvenes observaban a los grandes aprendiendo de ellos y reconociendo su conocimiento y sus enseñanzas. De esta manera podía fluir la sabiduría que, una vez más, permitiría la supervivencia del grupo que era lo más importante, lo único importante. Los niños se hacían hombres observando y aprendiendo de los grandes, de los que llegaron primero y que por ello saben más. Las niñas se quedaban con sus madres aprendiendo de ellas a ser mujeres, a cuidar de los pequeños y mantener la unidad del grupo, ya que ellas por su experiencia podían enseñarles. El proceso de enseñanza-aprendizaje era fundamental para la supervivencia: si todos tenían los conocimientos y las habilidades necesarias el clan tendría más posibilidades de seguir existiendo. Quien no aprende no sobrevive y amenaza la supervivencia de los demás. En estos clanes ancestrales ya se evidenciaba la manera en que funcionan los sistemas familiares actuales. Tu eres parte de un sistema familiar con una configuración de relaciones características, es decir con un patrón propio. Tu sistema familiar se retroalimenta permanentemente de manera circular por medio de la red que lo conforma, y donde todos los miembros están unidos entre sí en forma simultánea más allá de la distancia y el tiempo. No importa hace cuánto tiempo no veas a uno de ellos, si lo conociste o no, incluso si no sabes de su existencia; estás conectado a todos y el sistema se retroalimenta con base en la información de todos. A medida que tu sistema familiar se retroalimenta, así mismo se van creando nuevas estructuras y modelos de comportamiento que pueden ser más o menos armónicos que los de antes. El estado ideal de equilibrio y armonía es el que Bert Hellinger describe en Los Órdenes del Amor y que veremos en detalle en este libro. Cuando el patrón de nuestro sistema familiar va en contravía de estos órdenes, se generan desequilibrios que experimentamos como dificultades a nivel personal, familiar, y en los demás sistemas a los que pertenecemos. Otros sistemas como el colegio o la empresa también tienen sus propios patrones de organización que pueden ir en armonía o no con estos órdenes. En la medida en que una persona experimenta cambios en su vida, toma decisiones o vive experiencias, esta información es compartida con todos los de su entorno, el sistema se retroalimenta a sí mismo y hace los ajustes necesarios en su organización para buscar el equilibrio, es decir para auto regularse. Asi es como muchas de las situaciones que experimentamos a lo largo de la vida son el producto de nuestro sistema familiar buscando equilibrar lo que está en desbalance, incluso si éste fue ocasionado por otra persona, incluyendo los parientes que vivieron en nuestro antepasado. Los que vivieron hace mucho tiempo también influyen en el sistema a través de lo que se conoce como un campo mórfico (Rupert Sheldrake), que es como la memoria del sistema en el que se almacenan todos los datos concernientes a la manera cómo se relaciona cada parte con las demás; ésta es una memoria dinámica, pues está en constante cambio, enriqueciéndose y adecuándose con la vivencia del momento, con la información de experiencias anteriores y con la del sistema con el que esté interactuando. Tú accedes permanentemente a esta información de manera inconsciente, porque ella está siempre disponible en tu campo mórfico, contenido en el entorno de cada uno de los sistemas con los que interactúas, su modo de expresión es por medio de todos los pensamientos y actos que tienes a lo largo de tu vida y la forma de enriquecerse y alimentarse es con todas las decisiones que tomas, con tus pensamientos y tus acciones. Los campos mórficos tienen la capacidad de influenciar la forma en que están organizados los sistemas, pues al alimentarse de la información que sus miembros han aportado en el pasado los nuevos miembros tienden a organizarse de la misma forma, o por lo menos de manera similar. Lo anterior lo puedes comprobar al observar tu sistema familiar o el de alguien que conozcas, en el que los hijos o nietos repiten las historias de sus padres o abuelos; se casan de la misma manera, con el mismo tipo de parejas, trabajan y progresan o fracasan de forma similar, o contraen las mismas enfermedades. Ejercicio En una libreta que destines para tus ejercicios y descubrimientos, escribe aquellas situaciones en tu familia donde es evidente para ti la repetición de un patrón. Las fechas y edades te pueden ayudar. Observa a qué edad se casaron tus padres, o a qué edad se separaron, si así ha sido. Qué edad tenían ellos cuando tuvieron a su primer hijo y a qué edad tuviste tu primer hijo, o lo tuvieron tus hermanos o hermanas. Ten en cuenta las profesiones que se repiten en la familia, o eventos trágicos como accidentes, enfermedades o muertes. La repetición de nombres también aplica: ¿te llamas como alguno de tus padres o abuelos? Mira qué tantos eventos se repiten, qué tantos se relacionan o se parecen y tenlos presentes para ti Al hacer esta lista puedes notar que lo que parecen casualidades son realmente situaciones o eventos interconectados entre sí que se relacionan unos con otros, esto es lo que se llama un patrón. No es necesario saber por qué sucede de esta manera o juzgar si debió ser así o de forma diferente; simplementebasta verlos como fenómenos interconectados e influenciados por algo más grande que ellos mismos. Al no estar programado nuestro cerebro para ver la realidad de manera sistémica, o sea en todo su conjunto, con todos sus elementos integrados, él interpretará estas situaciones como el resultado de acciones individuales o como eventos fortuitos sin conexión alguna entre ellos, ni con nosotros y nuestra familia. Al aprender de qué manera funcionan los sistemas humanos, cuál es el patrón de organización que les permite estar cerca del equilibrio y mantenerse en el tiempo, podremos empezar a reconocer el patrón de organización específico de nuestro sistema familiar, y en él, el origen de muchas situaciones que anteriormente escapaban a nuestra percepción. A partir de este reconocimiento comenzaremos a hacer pequeños ajustes en nosotros mismos que harán que nueva información entre al proceso de retroalimentación y se creen nuevas estructuras y comportamientos que le permitan auto regularse y acercarse al equilibrio armónico, es decir, ordenarse. No importa qué miembro de la familia, o del sistema, o del clan haga el reconocimiento y los ajustes, en virtud de la interconexión y las propiedades de los sistemas, todos sus miembros se verán beneficiados de la nueva configuración y la experimentarán de acuerdo con la imagen que su cerebro les proporcione, bien sea hechos individuales o hechos propios de un contexto sistémico. Los sistemas actúan como una red de redes en la que todos sus miembros están vinculados entre sí inevitablemente, aun sin que lo sepamos o lo comprendamos. “Está comprobado que cuando uno de esos miembros muestra algún tipo de síntoma o malestar, le está enviando al sistema un mensaje de que hay algo que no funciona para el bienestar colectivo y personal”. Las redes que conforman los sistemas son circulares y se retroalimentan, lo que explica por qué desde un solo punto de ella se afecta toda la red, por qué una sola causa produce muchos efectos y por qué un efecto tiene origen en muchas causas. Esta red sistémica es la que se encarga de enseñarnos a mirar, a ubicarnos y a relacionarnos adecuadamente con los sistemas humanos que nos rodean y a los que pertenecemos, sean ellos escolares, familiares, sociales, organizacionales, etc., y es también la que permite apreciar el funcionamiento de cada uno de los sistemas y descubrir cómo sus miembros se relacionan entre sí. “La idea es darle un giro a la manera como nos comunicamos y nos relacionamos con las personas que hacen parte de cada uno de los sistemas con los que interactuamos, lo que exige que a cada persona se la vea dentro de un contexto” y no como un ente aislado. Podemos concluir entonces, que el enfoque sistémico conduce al reconocimiento y respeto de la persona dentro de la totalidad de subsistemas o espacios que conforman su sistema. Propiedades del sistema Adaptación de notas directas tomadas en el Diplomado de Pedagogía Sistémica. CUDEC México, Corporación Neopsicología Marianela Vallejo, 2009, Bogotá, Colombia. • Unicidad: cada sistema es único, característica primordial de los sistemas. Cada uno de ellos, aunque esté íntimamente unido entre sí a otro sistema o a algo más grande es único, y posee características propias que lo identifican, lo cohesionan y lo consolidan. • Componente: es un elemento constitutivo de algo y de un todo. Si lo aplicamos por ejemplo al ser humano, encontramos que está compuesto por células, tejidos, órganos, sistemas, etc. Si lo tomamos como ser individual, podemos comprobar que es parte de un sistema familiar de donde se origina un mundo de interacciones. • Pertenencia: toda unidad sistémica pertenece a algo, es parte de algo: como maestro, pertenece a un cuerpo docente; como alumno, por ejemplo, pertenece a un cuerpo estudiantil de una institución; como hijo pertenece a un sistema familiar y como padre, de igual manera, pertenece a un sistema familiar. • Totalidad: el sistema es un todo donde no se excluye ninguna de sus partes porque cada parte contiene la totalidad, cualidad que no se puede manifestar por sí sola sino por medio de la interacción con las demás partes del mismo sistema o de otros sistemas. • Coherencia: en cada sistema existe una conexión o relación lógica entre las partes. Esta es la coherencia que le da la unidad que tiene. • Complejidad: un sistema, aunque único, está constituido por diversos elementos que se entrelazan entre sí. El tejido, la trama, su composición y conexión conforman una red de relaciones que se conecta multidimensionalmente. Cada dimensión de ser se abre a una red de relaciones con diferentes vínculos y diferentes grados de complejidad. • Apertura y límites: la apertura da posibilidad de intercambio, flexibilidad y comprensión. El intercambio abre múltiples posibilidades de relación. Los límites se originan en cada sistema y desde allí se ve hasta dónde se llega y qué tanto se admite. De hecho, toda acción tiene límites. Todo lo que se sale de la organización afecta el sistema. Cada uno puede hacer lo que quiera, incluso traspasar límites, pero no puede evadir las consecuencias. • Historicidad: Todas las historias tienen un origen y un comienzo, se desarrollan y tienen un fin. El propio discurrir de la vida lo tiene implícito, así vemos cómo se introducen los cambios que conllevan a otra forma (patrón) de ser. En los sistemas familiares es evidente cómo cada evento, hecho o suceso influye históricamente en la medida en que padre y madre están unidos por siempre en cada hijo, y la historia traspasa lo generacional. • Orden: Podemos decir que cualquier orden es perfecto en sí mismo, dado que permite una configuración de relaciones que da lugar a una organización cuya manifestación es un patrón o forma. El trabajo de Bert Hellinger sobre los Órdenes del Amor, nos ha aportado una pauta de orden que como configuración de relaciones genera una organización cuya forma o patrón es armónica. El Sistema Familiar La familia es un sistema organizado de manera estable, compuesto por elementos humanos que conforman una unidad funcional regida por normas y por una historia propia e irrepetible en constante evolución. Las familias se fortalecen y crecen gracias a la relación de sus miembros entre sí y a la interrelación con otros sistemas diferentes a ella como el académico, laboral, social, etc. que le proveen información y retroalimentación. Según Luis Cibanal: “La familia como sistema, opera a través de pautas que al repetirse establecen la manera, el cuándo, el cómo y con quién relacionarse, con el fin de preservar su integridad tanto tiempo cuanto más le sea posible”. Preservar la integridad y la unidad familiar requiere que el sistema ejerza cierto control sobre los que a él pertenecen, permitiéndoles que se movilicen dentro de un rango o radio de acción que no amenace la estructura existente, sus creencias, normas, leyes, maneras de ser cuyo conjunto es lo que le da identidad a cada familia y la diferencia de las demás. Es fácil observar cómo el Sistema Familiar se comporta de la misma manera que cualquier otro sistema auto regulándose y auto equilibrándose, y cómo las pautas de comportamiento y las normas de conducta al interior de cada familia se constituyen en la herramienta de primer orden que consolida, tonifica y fortalece la estructura que sostiene el andamiaje en el que se desarrolla la vida familiar. Si comparamos esta estructura familiar con las nuevas estructuras arquitectónicas que soportan las modernas edificaciones, podemos decir que ambas guardan en su interior cierto nivel de flexibilidad y tolerancia a los vaivenes del entorno, lo que les permite ajustarse y adecuarse (autorregularse) a nuevas circunstancias sin que se derrumben. Sin embargo, cuando en las familias alguno de sus integrantes sobrepasa los niveles de tolerancia interiormente establecidos, el sistema familiar se resiente y pone de manifiesto la necesidad de desarrollar estrategias para restituir el orden, conservar la armonía y fortalecer de nuevola estructura. A esta búsqueda del equilibrio dentro del sistema familiar es que alude Hellinger en toda su teoría sobre “Los Órdenes del Amor”, y es a la que Luis Cibanal se refiere cuando dice: que “toda desviación del umbral de tolerancia del sistema, genera mecanismos homeostáticos que restablecen el nivel habitual, por medio de requerimientos de lealtad familiar y maniobras de culpabilidad, así la familia se transforma, adapta y reestructura para seguir funcionando y respondiendo a nuevas circunstancias sin perder la continuidad”. El mecanismo lealtad-culpabilidad, del que nos ocuparemos en detalle más adelante, se encuentra presente en todos los sistemas humanos y actúa como factor equilibrante y catalizante de situaciones que puedan amenazar o afectar la estabilidad del sistema. Es precisamente el sistema familiar el objeto principal en el que se basa este estudio, constituyéndose en la columna vertebral donde confluyen todos los conceptos y todas las teorías. Iremos a lo largo del libro encontrando conexiones y entrelazándolas en procura del orden sistémico. Continuamos entonces profundizando en las características de los sistemas familiares y retomamos el cómo funcionan las normas y las pautas al interior de ellos. Las pautas, normas o mandatos del sistema familiar no necesariamente tienen que ser verbalizadas, no hay que poner de manifiesto expresamente cuáles son, pues ellas se encuentran implícitas en el campo de información del sistema, los integrantes de la familia ya las tienen interiorizadas y saben qué es lo que se puede hacer y qué no. Muchas de ellas ya vienen escritas en el ADN de cada quien y otras se incorporan con la convivencia y el accionar del día a día familiar. El sistema familiar desempeña sus funciones a través de subsistemas o subdivisiones que definen la manera como se reorganiza la familia. En cada subsistema de los que forma parte, el individuo desempeña un rol diferente y a diferente nivel. Los subsistemas familiares más conocidos son: • El “subsistema conyugal” (matrimonio), que se instituye cuando dos adultos de sexo diferente se unen con la intención expresa de constituir una familia compartiendo intereses, metas y objetivos. Cada uno deberá ceder parte de su individualidad para la construcción de este proyecto de vida sobre bases sólidas cimentadas en el sentido de pertenencia y el equilibrio de la relación. • El “subsistema parental” (padres), que se constituye al nacer el primer hijo. Requiere que padres e hijos acepten que el uso diferenciado de autoridad es un ingrediente necesario para la formación social de los niños, quienes necesitan aprender cómo autorregularse y relacionarse en situaciones de poder desigual como la que se da entre padres e hijos, o entre jefes y subalternos. • El “subsistema fraterno o filial” (hermanos), que es la plataforma en la que los niños experimentan relaciones con sus iguales y en la que aprenden a negociar, cooperar y competir. • También existe el suprasistema, que engloba los sistemas con los que la familia mantiene contacto. Incluye la familia de origen, el colegio, el trabajo, los amigos, las asociaciones de todo tipo, los antepasados, etc. Es el todo que contiene. Las informaciones que allí se originan, enriquecen el sistema familiar y contribuyen a su crecimiento. Los límites dentro del sistema familiar Los límites son acuerdos que se establecen de manera implícita o explícita y que condicionan los comportamientos. En toda organización existen “límites”, y dentro de un sistema constituyen las reglas que definen quiénes y de qué manera participan. Su función consiste en proteger y preservar todo aquello que amenace la diferenciación de roles dentro del sistema y las características particulares de ellos, así cada uno conoce cuál es su lugar, el papel que desempeña y la manera como lo hace. Con los siguientes ejemplos Luis Cibanal nos ilustra cómo operan los límites y el rol de cada quien: “Cuando la madre le dice a su hijo mayor: «No eres ni el padre, ni la madre de tu hermano; si él hace algo indebido me informas y yo lo reprenderé, pero no le vuelvas a gritar», el límite del subsistema parental queda definido de forma clara: es la madre la que va a ejercer la función ejecutiva: «yo lo reprenderé». “Si el subsistema parental incluye un hijo en «rol parental», o sea haciendo las veces de uno de los padres, el límite será definido por uno de ellos, por ejemplo, al decirle al hijo: «Hasta que yo vuelva, Ana se ocupa de todo»”. Este rol parental delegado debe cumplir con una premisa fundamental que es “la temporalidad”, con el fin de que el hijo elegido para tal fin no se identifique con ese rol de autoridad frente a sus hermanos. La manera como se determinan los límites en un sistema familiar brinda información de cómo se relacionan sus miembros entre sí. Para favorecer el funcionamiento familiar adecuado, los límites de los sistemas deberían ser: • Claros. La claridad da seguridad y sentido de pertenencia a todos sus integrantes. Los límites claros se constituyen en un parámetro útil para la evaluación de su funcionamiento, lo que permite hacer los ajustes requeridos en el momento oportuno y facilita que cada quien se ubique en su lugar y actue en consonancia con él. • Precisos. Condición que permite el desarrollo de las funciones sin malos entendidos o interferencias. Si no se cumple con ello el sistema se ve abocado a confusión e inseguridad, y sus integrantes corren el riesgo de ver amenazados los cimientos de su autonomía, precisamente porque los mensajes que se reciben al interior del sistema son difusos. • En su justa medida, para que permitan el contacto y la relación normal, armónica y espontánea entre ellos y otros sistemas o subsistemas. La rigidez en los límites lleva a la automatización y pérdida del sentido de pertenencia. Los límites contribuyen a la autorregulación del sistema y a la conservación de los acuerdos, normas y principios dentro del mismo. “Las familias carentes de reglas y estructuras estables facilitan emocionalmente el abandono, malos tratos, abusos sexuales y se constituyen en terreno abonado para las psicopatías y múltiples problemas” (Juan Max Gonzáles Gallegos). La fenomenología La fenomenología estudia la relación que existe entre los hechos o fenómenos y el ámbito en que se hace presente esta realidad es decir, la conciencia. En otras palabras, es la relación que existe entre un hecho o fenómeno como tal y la manera como nosotros lo interpretamos a la luz de nuestra conciencia. La fenomenología es uno de los aspectos más relevantes dentro de los procesos de ordenamiento de los sistemas humanos. Los hechos y la conciencia no son excluyentes, no están separados, por lo tanto al hablar de un fenómeno es indispensable hablar de la conciencia, y a la inversa, para hablar de la conciencia siempre habrá que hacerlo con respecto a un fenómeno. Cuando se define la fenomenología como la capacidad de ver los hechos tal cual como son, hay que tener en cuenta que existe un intermediario entre el fenómeno y la conciencia, este intermediario es “el punto de vista” del observador. Por lo general el punto de vista de cualquier persona está impregnado de intención, juicio e interés, lo que hace la diferencia entre la interpretación que cada quien le da a los hechos o fenómenos. Se trata entonces de aproximarse a ellos para observarlos y verlos sin juicio, ni intención, sin preconceptos ni calificativos. Lo fenomenológico implica estar presente con mente, percepción y corazón abiertos, respecto a lo que se pueda encontrar y sin predisposición hacia lo que pueda surgir. Amerita también aceptar de igual forma lo que aparece, más allá de la mirada humana. Es soltarse y comprender que estamos inmersos en algo más grande que nos cobija y de lo que todos hacemos parte. El carácter fenomenológico induce a soltar todo control o idea previa y dejarse llevar humildemente por la fuerza de eso más grande que inspira al campo familiar y es emanado del propio sistema. Así,sin peso ni carga, ligeros, livianos y claros, se puede ver que un choque es un choque, que alguien de mal genio es alguien que en el momento está de mal genio, pero que ese alguien no es el mal genio. En todos los hechos existe un orden; lo que está alterada es la armonía. Al verlo de esta manera, al permitir que el fenómeno impacte la conciencia sin juicio podemos acceder a este patrón de orden y verlo claramente, y entonces nos abrimos a la posibilidad de modificar dicho patrón en uno nuevo de mayor armonía, que en virtud de la forma en que funcionan los sistemas quedará a disposición de todos sus integrantes. Cuando la aproximación a un fenómeno se hace de esta manera, la intuición opera y la persona ya sabe qué hacer. La intuición utiliza la información que ya tiene, la que está dentro del Campo Mórfico del sistema, para que el hacer se convierta en un movimiento natural, no pensado ni elaborado. No es necesario ni siquiera darse cuenta. A muchas personas les ha pasado que algunos aspectos de su vida le cambian de un momento a otro sin saber por qué, que de un momento a otro se sienten mejor y no saben por qué. De la mayoría de las cosas ni nos damos cuenta. Lo fundamental no es darse cuenta porque la conciencia de la persona sí se da cuenta en el instante, y porque el darse cuenta depende de los condicionamientos, las creencias y los prejuicios de cada uno. Lo fundamental es que la nueva información ya se instaló. Ejercicio Cierra tus ojos. Elige una posición lo más cómoda posible, preferiblemente sin cruzar brazos ni piernas. Respira profundamente… Visualiza frente a ti una persona con la que has tenido un disgusto y por la que sientes algún malestar o incomodidad. Permite que tu cuerpo sienta la emoción negativa que te produce lo ocurrido con esta persona, y toma nota en tu libreta de lo que experimentas. Tómate el tiempo que consideres necesario. Revisa lo que escribiste. Mírala de nuevo a los ojos y percíbela sin la condición negativa que hayas encontrado. Toma solo una por vez. Toma nota de cómo es ahora para ti: cómo la percibes y cómo te sientes cuando no hay juicio ni crítica. Encuentra la diferencia. Al terminar el ejercicio le dices: “Ahora te veo como eres”. Respira profundo impregnándote de la nueva sensación y vivencia. La sistémica como la propone Hellinger pide que observemos fenomenológicamente los hechos y los acontecimientos. Al hacerlo así, observamos patrones que no eran evidentes. Para esta corriente filosófica “los fenómenos son simplemente las cosas tal y como se muestran, tal y como se ofrecen a la conciencia. De ahí que promueva la intuición como instrumento fundamental de conocimiento. La intuición es la experiencia cognoscitiva en la cual el objeto conocido se nos hace presente, se nos muestra «en persona». La virtud del buen fenomenólogo es su perfección en el mirar, el saber disponer adecuadamente su espíritu y sus sentidos para captar cada tipo de realidad”. La Mirada y el Movimiento Sistémico Al captar cada realidad en su momento de una manera fenomenológica, nos abrimos a la posibilidad de ver el hecho en sí y de intuir algo más. Reconocemos que en esa realidad existen aspectos más grandes que la contienen, que puede tener múltiples causas y generar muchos efectos, que no se trata de algo aislado sino siempre perteneciente a un contexto más grande y que trasciende el tiempo y el espacio. La capacidad de incluir todos estos aspectos al relacionarme con la realidad es a lo que se llama Mirada Sistémica. Gracias a ella es más fácil ver las interconexiones entre eventos y personas, y nos ayuda a adoptar una posición de apertura frente a lo desconocido de cada situación o a lo que “aún no vemos claramente”. La Mirada Sistémica es indispensable para seguir el Movimiento Sistémico. Hellinger tomó claramente de Ericsson la importancia que le daba a los pequeños movimientos del paciente, porque de allí extractaba valiosa información sobre lo que acontecía en el sistema. Los Movimientos Sistémicos son una herramienta rápida y fluida de orden y reconciliación sobre un hecho concreto que permite observar dinámicas internas que no se perciben a simple vista, pero que son origen de conflictos y desorden en las relaciones. Conlleva dos componentes fundamentales: la acción (movimiento) y un profundo sentimiento de amor. ¿Cómo funciona? Cuando estás en disposición de “ver sistémicamente” lo que te inquieta, puedes seguir este procedimiento: • Visualiza frente a ti a la persona o hecho objeto de tu inquietud. • Te sueltas, te distensionas y te dispones a hacer una conexión profunda con lo más íntimo de tu Ser y con lo más íntimo del Ser o del hecho que tienes al frente. • Lo miras a la manera como nos lo enseña la fenomeno- logía: sin juicio, ni crítica, ni intención, ni lastima sólo con apertura total. • Así permaneces mirando hasta que algo en tu interior encaje, o sea que encontraste, conectaste y viste lo que necesitabas ver para ubicarte y saber qué hacer. En el lenguaje sistémico y fenomenológico se dice que el “alma siempre sabe”, y esto es real. Es el ego, la personalidad, el orgullo, la mente con sus interpretaciones los que no nos permiten ver lo que es tan evidente a la luz de la Mirada Sistémica. Aunque el fin mismo del Movimiento Sistémico no es terapéutico, el hecho de evidenciar algo, aclara y da opciones de solución al generar con el “movimiento” un nuevo modo de relación. El Movimiento Sistémico no necesariamente tiene que ser un movimiento físico, en la mayoría de los casos lo es, pero en ocasiones puede ser solo un movimiento al interior de la persona lo que le permita “ver” lo que está en desorden y es necesario ordenar. Los Movimientos Sistémicos se pueden presentar de diferentes maneras: Directamente con la persona como protagonista. Con representantes de cuerpo presente. Por medio de figuras o imágenes que representan personas o aspectos del sistema. En ocasiones, cualquier elemento que se tenga a mano puede cumplir con el propósito. Las Constelaciones Familiares Hacemos énfasis en que los Movimientos Sistémicos son la base de las Constelaciones ya sean Familiares u Organizacionales. Bert Hellinger con los nuevos avances de las Constelaciones Familiares adopta por las que él denomina Constelaciones del Espíritu en las que los Movimientos Sistémicos son el eje fundamental en el que se sustentan. El propósito de este libro y del Entrenamiento que con base en su contenido realizamos; es el de proporcionar al lector una herramienta que él mismo pueda aplicar para sí al tenor de la comprensión de los conceptos teóricos, y que al hacerlo realice un trabajo interior que le permita ordenar-se y contribuir a ordenar-su sistema familiar y el de las generaciones futuras. Una Constelación es la configuración o representación de algo que tiene relación con el tema motivo de consulta. Fundamentalmente se trata de “configurar un sistema”, surge en un espacio terapéutico y en su desarrollo se dan los llamados “movimientos sistémicos”. Se requiere de un terapeuta debidamente entrenado para realizarla, del desarrollo de la habilidad de la “mirada sistémica” para tener un panorama completo del sistema, con el fin de ver la conexión e interrelación con las partes. Requiere del desarrollo de la percepción e intuición; de la profundización en conocimientos específicos en el tema, y de la disposición a estar enteramente al servicio del sistema del consultante o persona a constelar. En las constelaciones se miran en detalle todos los movimientos de quien consulta, de su representante y de los demás representantes porque son los que contienen y nos muestran la información del hecho. En ocasiones, al desplegar una constelación basta un movimiento sistémico para que el asunto sea “reconocido” o se vea una posibilidad de solución, pero en otros casos es necesario mirar con mucha mas profundidad y cuidado la secuencia de movimientos que se den. A partir de la información que el campo que se ha desplegado nos muestra, elfacilitador o Constelador puede orientar los movimientos hacia la restitución del orden, aunque en algunas ocasiones el constelado con solo observar el desarrollo de la constelación lo logra ver por sí mismo y en su interior el orden se restituye. Entonces, al saber de qué manera funcionan los sistemas humanos, cuál es el patrón de organización que les permite estar cerca del equilibrio y mantenerse en el tiempo, podremos empezar a reconocer el patrón de organización específico de nuestro sistema familiar, y en él el origen de muchas situaciones que anteriormente escapaban a nuestra percepción. Desde este lugar interior de reconocimiento podemos hacer pequeños ajustes en nosotros mismos que harán que nueva información entre al proceso de retroalimentación del sistema familiar, y se creen nuevas estructuras y comportamientos que le permitan autorregularse y acercarse al equilibrio armónico, es decir, ordenarse. De acuerdo con Bert Hellinger un sistema ordenado es aquel donde se ha reconocido la pertenencia de cada uno de sus integrantes dándoles el lugar que les corresponde, donde se honra a los ancestros y se establecen dinámicas de compensación que propenden por el fortalecimiento de las relaciones. Los ajustes que hacemos consisten en encontrar nuevas formas de orden al interior de nuestros sistemas familiares, mediante las que podamos experimentar mayor armonía en nuestras vidas.No importa qué integrante de la familia, del sistema o del clan haga el reconocimiento y los ajustes. En virtud de la interconexión por la red de redes y las propiedades de los sistemas, todos sus miembros se verán beneficiados de la nueva configuración y la experimentarán de acuerdo con la imagen que su cerebro les proporcione; bien sea traducida en hechos particulares o bien sea en hechos propios del contexto sistémico familiar. Capítulos 2 ÓRDENES DEL AMOR Todos los seres humanos actuamos por amor, ya sea por amor a mamá, a papá, a un hermano, abuelo, tío, pareja, hijos, o por amor a nosotros mismos, pero no siempre las manifestaciones de ese amor producen los mejores resultados. Para que los efectos de las manifestaciones del amor se traduzcan en vitalidad, energía, salud, armonía y felicidad, se requiere que exista orden, un orden en el amor, un amor ordenado. Con el propósito de alcanzar para nuestras vidas los efectos de las manifestaciones del amor ordenado, iremos de la mano de Berth Hellinger en este libro para seguir sus enseñanzas. Según Hellinger participamos de un destino familiar colectivo y nos encontramos sujetos a unos órdenes esenciales que llamó “Órdenes del Amor”, y que para mayor claridad clasificó de la siguiente manera: Primer Orden: Pertenencia. Segundo Orden: Jerarquía. Tercer Orden: Equilibrio entre el Tomar y el Dar. Ellos son la piedra angular de su teoría. Los Órdenes del Amor o el amor ordenado fluyen a través de los vínculos que se tienen con las personas o entidades con las que nos relacionamos, y con los hechos o circunstancias que vivimos. Los vínculos a su vez están regulados por leyes que responden a un orden preestablecido, ese orden se deriva de una fuerza superior que lo regula más allá de lo que podemos percibir a simple vista y cuya manera de actuar es más fácil de entender a través de los efectos que obtenemos en nuestras relaciones tanto con personas significativas en nuestra vida como con nosotros mismos. Así, los resultados que obtenemos de la manera como nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás, se convierten en un indicador que señala qué tan en orden se encuentran en nuestro interior y en nuestro sistema familiar los principios fundamentales de la pertenencia, la jerarquía y el equilibrio, y de qué manera nuestra conciencia y la del grupo interactúan con ellos. Estos órdenes son leyes que están siempre presentes como telón de fondo en todo comportamiento, red familiar o en cualquier sistema. Todo sistema familiar que alinea los Órdenes del Amor, permite el fluir de la energia vital. Hellinger también observó que cuando en las organizaciones (empresas, negocios, centros educativos, asociaciones, grupos y otros) se tienen en cuenta estos órdenes, ellas funcionan mejor y se reducen o desaparecen los conflictos. ÓRDENES DEL AMOR Pertenencia Jerarquía Equilibrio Fluyen por los vínculos. Obedecen a leyes. Sus efectos se ven por los resultados en las relaciones El Amor El amor impulsa la conducta, pero si hay desorden se oculta y solo puede aflorar al restablecerse el orden. Cuando no se encuentra alineado se distorsiona, enmascarándose en conductas infantiles, y desde esta actitud infantil se paga cualquier precio por obtener amor. Si bien es cierto que todos actuamos por amor, es importante tener en cuenta que en nombre del amor se construye y se destruye indiscriminadamente. Para que el amor construya debe tener orden, estructura y sostén. Primero es el Orden y después el amor, principio que permite comprobar cómo sólo a través del orden fluyen el amor y todos los demás órdenes. Los integrantes del sistema familiar están unidos por un amor innato y profundo que, aunque no se ve, se siente; que aunque no se exprese con palabras se revela en actitudes de correspondencia o de mutualidad, y que también asegura la satisfacción de las necesidades de dicho sistema. Estas necesidades son: vínculo, orden y compensación. Las conductas infantiles enmascaran y distorsionan el amor. En nombre del amor se construye y destruye indiscriminadamente. Para que fluya, primero es el orden y luego el amor. Cuando el patrón de organización del sistema va en contra de los Órdenes del Amor, es decir cuando uno de sus participantes tiene una conducta que atenta contra el amor y el orden, uno o varios de ellos comienzan a experimentar bloqueos o dificultades en forma de malestar físico, emocional o mental, se sienten desubicados, reniegan de la vida y de las personas con las que se relacionan, tienen experiencias difíciles o traumáticas, a veces incluso repetitivas, que no pueden entender y de las que no pueden salir y resolver. A estos bloqueos y dificultades Hellinger las llamó Implicaciones Sistémicas. En otras palabras, estas personas están implicadas con un hecho familiar pendiente de resolver en el que cualquiera de los Órdenes del Amor ha sido alterado, y hasta que ese hecho no salga a la luz, se haga evidente y se resuelva, la implicación permanecerá vigente y se seguirá manifestando como un patrón de información de generación en generación. Entonces, si tenemos en cuenta lo que significa para cualquier persona la supervivencia del clan o la propia dentro de un grupo, muchas de las situaciones que experimentamos como bloqueos o dificultades las podemos ver y analizar desde un punto de vista menos personal y más colectivo. Estas Implicaciones Sistémicas son el resultado de un sistema tratando de auto regularse para alcanzar la armonía y el equilibrio, y mantenerse vigente en el tiempo y el espacio. Estas implicaciones no pueden ser comprendidas ni resueltas a menos que sean miradas en el contexto de algo más grande, o sea el sistema, y en ausencia de juicio o culpa. Primer Orden: Pertenencia Ejercicio En tu libreta de notas escribe una lista de las ocasiones en tu vida en las que te has sentido excluido(a): en la familia, en el colegio o la universidad, en un trabajo o un grupo de amigos. ¿Cómo te sentiste? ¿Qué hiciste al respecto? ¿Qué razones pudieron tener quienes hicieron esto? Ahora recuerda algunas ocasiones en las que fuiste tú quien excluyó y reflexiona sobre: ¿Cómo seleccionas a tus amigos o colaboradores? ¿Cómo decides a quién invitas a una fiesta o a participar de un proyecto? Siente la diferencia en cada una de las situaciones. Pertenecer significa ser parte de algo, de una empresa, una familia, una junta de acción comunal, etc. Este ser parte o pertenecer cobija tanto a los vivos como a los muertos, y aun a quienes por pérdida o aborto no han llegado a ver la vida, es decir, a los bebés que no alcanzarona nacer, ya que ellos también pertenecen al sistema familiar, como lo ampliaremos más adelante. Desde la pertenencia se agrupa una familia o cualquier sistema más allá de cualquier consideración moral, socioeconómica o política. El Orden de Pertenencia dice: cualquier persona de la familia tiene el mismo derecho a pertenecer que todos los demás. Pertenecer también significa que ocupamos un lugar en la familia, otorgado por el imperativo biológico innegable de la concepción. La pertenencia no es opcional sino que es inherente a la existencia misma. A la red familiar pertenecen: • Los hermanos y medios hermanos, incluso los que no llegaron a nacer, nacieron y murieron o nacieron muertos. • Los padres, tíos, abuelos y bisabuelos. • Aquellos que tuvieron un destino difícil, como los que fueron asesinados, estuvieron en la cárcel, fueron torturados, esclavizados, padecieron hambruna, miseria, etc. • Aquellos que pertenecieron a la familia o al sistema y que cedieron el lugar para que otros lo ocuparan, como es el caso de las primeras parejas de padres o abuelos u otras relaciones significativas como novios o amantes. Estas personas voluntaria o involuntariamente dejaron su espacio de pareja para que fuera ocupado por quien vino después. • Incluye relaciones de alianza más allá de las meramente consanguíneas, como las que se dan con algunos socios: los del pasado o los actuales. Estos miembros llegan a pertenecen por el simple hecho de haberse vinculado de esta manera con la red familiar. • También incluye a aquellos que desde el dolor han afectado al sistema y así quedan vinculados a él, por ejemplo un perpetrador, violador o asesino. • Y los benefactores, ellos han desempeñado un papel importante en nuestra vida puesto que desde su actuar, han facilitado o permitido nuestro desarrollo personal o familiar. No es posible no pertenecer. Lo que es posible es no ser reconocido como perteneciente a un determinado sistema, donde las consideraciones morales, socioeconómicas o políticas tienen cabida y desde allí, en ocasiones, el incuestionable hecho de pertenecer a un grupo se ve amenazado por sentimientos de vergüenza social, culpa y castigo. Pertenecer es ser parte de algo. “Cualquier integrante de la familia tiene el mismo derecho a pertenecer” Si se niega la pertenencia: otro ocupa el lugar. Se restituye: dando el lugar y reconociendo la igualdad Los vínculos En esta red de redes que es el sistema familiar y que ejemplificamos como una telaraña, los puntos en que se une cada hilo con los demás corresponden a cada persona que pertenece al sistema, y cada hilo que une a esta persona con las demás es un vínculo. Los vínculos son los lazos que nos unen al sistema al que pertenecemos, son las arterias por las que circulan las relaciones sistémicas operan lo sepamos o no y se manifiestan por medio de sus efectos. Existe diversidad de vínculos y todos son permanentes, no se pierden, solo se fortalecen o se debilitan. La información viaja por estos vínculos sin límites de espacio o tiempo poniendo de manifiesto un eterno presente. Por ejemplo: puede existir una relación débil o nula con un hermano lo que no significa que eso que los vincula como hermanos se destruya o desaparezca. El ser hijos del mismo papá y la misma mamá, o de uno de los dos progenitores, sigue siendo una realidad sin importar que como hermanos decidan no relacionarse. Estamos vinculados con personas con las que no nos relacionamos y podemos relacionarnos con personas sin que exista una vinculación. Es el caso de la abuela que no conocí: estoy vinculada con ella por ser la madre de mi padre o madre, aunque nunca nos relacionamos porque cuando yo nací ya había muerto. Otro ejemplo es el de las parejas que se separan, quienes siguen vinculados por siempre y así no se vuelvan a ver, ese vínculo no se acaba. Pueden existir relaciones muy intensas sin vinculación, como sucede con los compañeros de estudio, de trabajo, o los amigos. Se puede estar vinculado y relacionado a la vez, por ejemplo entre padres e hijos, parejas o hermanos. La intensidad de la energía con que nos relacionamos es directamente proporcional al sentido de la relación que vincula. Sabemos que la relación de un hijo con su madre es muy grande y que la relación de esa madre con su hermano también lo es, sin embargo la relación que los vincula, o la naturaleza del vínculo en los dos casos, es diferente. Lo anterior evidencia que las relaciones vinculares son modificables en razón de la calidad de la naturaleza del vínculo, pues es precisamente esa calidad la que determina la energía que los une y que el vínculo se puede debilitar o fortalecer. Por ejemplo: una madre que cría sola a su hijo e internamente propicia que se desarrolle un vínculo fuerte de su hijo con su padre: cuando le habla bien de él, de sus cualidades, cuando le cuenta del amor con que lo procrearon; aunque el hijo no lo conozca puede desarrollar un fuerte vínculo con su padre. El caso contrario se da cuando la madre, a pesar de tener a su esposo consigo, se queja de él delante del hijo, se refiere en malos términos, resalta sus defectos, etc. El vínculo de este hijo hacia su padre estará debilitado a pesar de tenerlo presente, y aún atendiendo sus necesidades. Cuando miremos con quién estamos vinculados tengamos en cuenta: • Todos los vínculos generan emociones diferentes. • No todas las relaciones que establezcas son vinculantes es decir, que no estás vinculado con todas las personas con la que te relacionas. • Los vínculos se fortalecen con el permiso de quien lo requiere o lo necesita. Dar el permiso es permitirse, abrirse disponerse a ello solamente se fortalece el vínculo si la persona lo desea. • La naturaleza de los vínculos anteriores determina la naturaleza de las relaciones posteriores. La experiencia anterior queda grabada en la memoria celular e influye en la experiencia posterior. • Cuando el vínculo se establece es para siempre, aunque sea en una relación breve, como en el caso de una violación. Repasemos quiénes están vinculados a la red familiar: • Papá, mamá, hijos, hermanos, medios hermanos. • Aquellos que murieron, nacieron muertos o no nacieron. • Los abuelos, bisabuelos y aun más atrás. • Parejas anteriores de los padres o abuelos. • Toda relación anterior importante sea consanguínea o no, por ejemplo un socio o benefactor. Vinculación Existen tres grandes fuerzas vinculantes: la sexualidad, el intercambio y la violencia. La sexualidad establece el primer vínculo, es el que ocurre entre las parejas o cónyuges. Luego vienen los vínculos que se dan al tener hijos y por el que nos hacemos padres. Luego los de los pares o entre iguales, donde están los hermanos. Cuando el vínculo se presenta ya no se puede negar, y para que se mantenga el orden hay que darle su lugar en la historia personal y familiar. La sexualidad trae o expone la vida. En una relación sexual siempre está presente la posibilidad de dar vida, y todo lo que expone a la vida o muerte es muy vinculante. La sexualidad tiene mucho peso, es una fuerza poderosa de unión que crea un vínculo indisoluble e irrepetible. Ningún otro quehacer humano tiene consecuencias más graves ni riesgos más abundantes, es de una dimensión tan grande que representa a la vez nuestro hacer más humilde, pues en ninguna otra circunstancia nos descubrimos tanto, ni exponemos nuestros puntos más vulnerables, confiando y revelando lo más íntimo. Energéticamente es la relación más fuerte que existe, está por encima del amor, y por encima de los hijos. Cualquier persona que haya tenido relaciones sexuales con otra crea un vínculo que permanece por siempre sin importar la duración de la relación, porque lo que se encuentra implicado es el potencial de vida. En el momento de la fecundación, cuando el óvulo y el espermatozoide se unen para formar una única célula a partir de la cual se desarrolla nuestro cuerpo durante la gestación, se establecenlos primeros vínculos, los más importantes y los que nos acompañan por toda la vida: los vínculos con nuestro padre y nuestra madre biológicos. Al estar ellos vinculados de la misma forma con sus respectivos padres: nuestros abuelos, automáticamente nuestro vínculo se extiende hasta ellos, y así mismo hacia nuestros bisabuelos, tatarabuelos y todos los ancestros. En el ADN los científicos han encontrado la información que está allí desde los primeros hombres y que a través de los vínculos ha viajado hasta nosotros y nuestra descendencia. También estamos vinculados por sexo con aquellos que comparten un origen común, es decir nuestros hermanos y tíos. El vínculo establecido en la pareja se consolida cuando se concibe un hijo. La procreación, nacimiento y crianza generan lazos mucho más fuertes que cuando no se tienen hijos. Cuanto más relaciones sexuales tiene una persona, su capacidad de crear un vínculo fuerte se debilita, pues la energía del vínculo con cada relación se hace más débil. Esto no quiere decir que no ame más, incluso su amor puede ser más grande que el que hubo en cualquier relación anterior, pero le es más fácil romper con la relación si es el caso. Casarse es respetar el vínculo y los orígenes de cada uno de los que conforman una pareja. Cuando una persona se casa o legaliza su unión por cualquier religión o rito, desde el punto de vista sistémico lo que hace es honrar el vínculo que se creó entre los dos y honrar aquello que le permitió al otro estar ahí para vincularse con ella, o sea que honra a sus ancestros. Por eso el matrimonio tiene tanta fuerza desde lo vincular. Cuando me caso digo: “honro mi genealogía, honro la tuya, doy un paso hacia ti para crear un nuevo sistema juntos”. Este nuevo sistema va a primar sobre los anteriores. También interiormente digo: “Reconozco a esta persona como mi pareja, me comprometo con esta relación, cierro un ciclo en mi vida e inicio otro”. Cuando una persona se va a vivir con otra sin el ritual del matrimonio; si bien es cierto que ha dado un nuevo paso, también es cierto que seguira siendo “hijo o hija de papá y mamá” y deja el ciclo abierto, como cuando se es adolescente, quizá esperando a ver si aparece algo mejor. ¿Quiénes están vinculados por sexo? • Los hijos de la familia y sus padres. • Los hermanos de los padres, los abuelos, los bisabuelos y aún más atrás. • Parejas anteriores de padres y abuelos (porque hicieron espacio a la pareja actual o posterior, aun sufriendo por ello). No están vinculados por sexo (pero pertenecen al sistema): • Los hijos de los hermanos de los padres, o sea los primos hermanos. • Los que entraron a la familia por casamientos, o sea las parejas de los tíos. El intercambio es un tomar y un dar, y a través de él se crean obligaciones y vínculos mutuos que se hacen evidentes cuando el sistema recibe un beneficio que no puede compensar o pagar o cuando ese beneficio significa pérdida o sufrimiento para quien lo otorga: benefactores, esclavos, empleadas del servicio doméstico, nanas, institutrices. El intercambio puede ser amoroso, de convivencia, de amistad, de pareja, laboral, de filiación, comercial u otros. En todos es diferente la energía, la naturaleza del vínculo y la manera de relacionarse. La violencia es la intención de hacer daño, vincula porque expone a la muerte, y todo lo que expone a la vida o a la muerte es muy vinculante. Ella no tiene la capacidad de mirar el dolor del otro, ni le importa lo que le pasa o siente. La Violencia marca, es difícil de olvidar y queda vigente, sin embargo hay que verla en su contexto porque la violencia tiene un sentido y cumple una función que se debe reconocer para encontrar cómo conciliar la situación. Sistémicamente se dice que el asesino deja de pertenecer a su familia y empieza a vincularse a la familia del perpetrado. Cuando alguien con quien estamos vinculados pierde la vida por un acto violento de otro, quien muere, o sea la víctima, queda vinculada con el perpetrador. Al estar nosotros vinculados con la víctima también lo estamos con su perpetrador, y si nuestro vínculo es con el perpetrador, por su acción quedamos vinculados con su víctima. En una constelación se ve que cuando el asesino se tiende al lado de la víctima entra en compensación. En palabras de Hellinger, “en esta dinámica de lo más hondo surge algo, una fuerza increíble que al final reconcilia lo que era opuesto y estaba en enemistad. Perpetradores y víctimas se disponen al mismo nivel, ninguno de los dos más alto ni más bajo. Cuando un asesino mira a los ojos a su víctima, y viceversa, de repente se encuentran los dos en un dolor compartido y en la muerte también encuentran la paz”. El que se cree víctima se estanca, no puede avanzar y ve victimarios por doquier. Lo peor que le puede pasar a alguien es creerse víctima con derechos, porque fácilmente se convierte en perpetrador. Los salvadores, los que le quieren solucionar todo a todos son perpetradores disfrazados porque minimizan las capacidades y habilidades de sus víctimas, las inutilizan y destruyen su autoestima. Cuando hay una víctima en ella misma hay un victimario, porque la victimización es manipuladora y la manipulación también es una forma de violencia. Ejercicio En tu libreta de notas escribe una lista de las personas con las que estás vinculado: Primero tus padres, luego tus hermanos incluyendo a tus medios hermanos, y si ellos son mayores que tu escribe a las parejas con las que fueron engendrados. Si tus medios hermanos son menores que tu, con esas parejas de tus padres no estás vinculado aunque sí pertenecen al sistema. Relaciona a tus abuelos y tíos abuelos, y si sabes de parejas anteriores de tus abuelos, también. Incluye a tus tíos, los hermanos de tus padres. Las parejas de tus tíos no entran por no estar vinculadas contigo y sus hijos, tus primos, tampoco, aunque unos y otros también pertenecen al sistema. Continúa con tus parejas, recuerda que debes incluir todas tus parejas sexuales aunque no hayas tenido hijos con ellas, y por supuesto relaciona tus hijos aunque no hayan nacido. Por último relaciona los benefactores o personas que han servido a tu familia, y no olvides los socios. Si deseas puedes elaborar un árbol genealógico, hay programas que se ofrecen en línea para que puedas organizar la información de manera sistemática, incluyen fechas, edades, datos históricos, etc. Como regla general se ubica sobre el papel la generación más joven en el extremo inferior, los hermanos mayores hacia la izquierda y los menores hacia la derecha. En las parejas (padres, abuelos, tu), los hombres a la izquierda de la hoja y las mujeres a la derecha para cuando la hoja esté en posición vertical mirando de frente; hombres quedan ubicados a la derecha y las mujeres a la izquierda. Durante este ejercicio puedes experimentar alguna dificultad para recordar nombres o personas, o incluso podrás omitir algunos de ellos. No te preocupes por eso, más adelante volveremos sobre esta información varias veces. También encontrarás que forman parte de tu sistema familiar muchas más personas de las que pensabas, y que es difícil hacerlas caber en una sola hoja de papel, puedes hacer varios cuadros o listas para facilitar su visualización. Observa en conjunto el cuadro ya concluido y percibe cómo te sientes con ello. Inclusión Incluir significa contener y es el camino más adecuado para la integración del sistema, puesto que hace presente todo. La inclusión permite la integración y la integración permite la libertad. Cuando no se ha incorporado internamente la presencia de los ancestros, por ejemplo, el crecimiento personal es falso porque el que no ha tomado a sus ancestros se excluye a sí mismo al excluir sus raíces y sus orígenes. Para ser yo mismo necesito ser parte de algo. Cuando tomo por completo mis orígenes y mis raíces puedo decir: “Puedo ser yo, porque los tengo a ustedes” y eso libera y da fuerza. Incluir es contener, incluir integra Exclusión El excluido es aquel cuyo
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