Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
ORLANDO ALBORNOZ Mitos, tabúes y realidades de las universidades VOLUMEN V Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030 ORLANDO ALBORNOZ Mitos, tabúes y realidades de las universidades VOLUMEN V Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030 Cambios en la antinomia de la universidad: razón y creencia Caracas, 2018 Servicio de Información y Documentación. UNESCO-IESALC. Catalogación en fuente. ©Orlando Albornoz Mitos, tabúes y realidades de las universidades Volumen V. Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030. Cambios en la antinomia de la universidad: razón y creencia © UNESCO-IESALC / UCV, 2018 1. Universidad. 2 Educación superior 3. Reforma universidad latinoamericana. 4. Cambio social. 5. Calidad. 6. Universidad venezolana contemporánea. 7. Calidad institucional. Los resultados, interpretaciones y conclusiones que se expresan en esta publicación corresponden al autor y no reflejan los puntos de vista oficiales del UNESCO-IESALC. Los términos empleados, así como la presentación de datos, no implican ninguna toma de decisión del Secretariado de la Orga- nización sobre el estatus jurídico de tal o cual país, territorio, ciudad o región, sobre sus autorida- des, ni tampoco en lo referente a la delimitación de las fronteras nacionales. Este libro está disponible en el sitio del UNESCO-IESALC www.iesalc.unesco.org.ve, de donde puede ser descargado de manera gratuita. Dirección: Edificio Asovincar Av. Los Chorros c/c Calle Acueducto, Altos de Sebucán Apartado Postal 68.394 Caracas 1062-A, Venezuela Teléfono: [58 212] 2861020 Fax: [58212] 2860326 Correo electrónico: iesalc@unesco.org.ve Sitio Web: http://www.iesalc.unesco.org.ve Coordinación y producción editorial: Carmen Verde Arocha/ Rafael González Diseño: Elena Roosen Depósito Legal: DC 2018000595 ISBN: ISBN: 978-980-7175-43-2 3 HOJA DE VIDA DE ORLANDO ALBORNOZ El doctor Orlando Albornoz, (Caracas, Venezuela, 1932) fue profesor titular en la Escuela de Sociología y en la de Educación, en la Universidad Central de Vene- zuela. Es ganador del Premio Interamericano de Educación Andrés Bello. Cursó estudios universitarios en Caracas (Universidad Central de Venezuela), Mérida, Venezuela (Universidad de los Andes) y Londres, Inglaterra (The London School of Economics and Political Sciences). Ha sido profesor en universidades tales como Harvard University (Department of Social Research), University of Flori- da (Gainesville), University of California (Berkeley) y Londres (Institute of Latin American Affairs), Oxford (St. Antony ś College), París (Maison de Sciences de l´Homme), Hamburgo (Latin American Studies) y en New Delhi (Department of Sociology). Autor de obras en su campo de trabajo, las propias universidades en un plano comparativo, su última publicación es la presente (2018) Mitos, tabúes y rea- lidades de las universidades, en cinco volúmenes. Conferencista y consultor inter- nacional, en el área de la producción de conocimientos. Es Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (San Cristóbal, Venezuela) y de la Universidad Cecilio Acosta (Maracaibo, Venezuela). Fue miembro del Admi- nistrative Board de la Asociación Internacional de Universidades y Coordinador de Investigaciones de la Asociación Internacional de Sociología. Recibió la Orden “Diego Carbonell Espinal” de la Universidad de Los Andes y Orden “José María Vargas” que, a su vez, otorga la Universidad Central de Venezuela. Recibió el Pre- mio “Francisco De Venanzi” a la Trayectoria del Investigador Universitario, por parte de la Asociación para el Progreso de la Investigación Universitaria (APIU), quizás el galardón más estimado en la academia venezolana pues es otorgado por los propios investigadores universitarios. Obras recientes, por publicar y en pro- ceso: Competitividad y solidaridad: las tendencias de la universidad contemporá- nea (2011). Las múltiples funciones de la universidad: crear, transferir y compartir conocimiento (2012). Los polos de la discordia. Estado y mercado en las univer- sidades (2018). Saber y conocimiento. La sociedad de los saberes y la sociedad del conocimiento: retos y dilemas frente a las necesidades del crecimiento y el desarrollo socio-económico (2018). Kammerer y el destino de la universidad venezolana (2018). 1918-2018: La fabula de la universidad latinoamericana. (2019) ¿Cómo mejorar la calidad de las universidades de Venezuela. Una hipótesis empírica acerca del creci- miento/decrecimiento del haber de conocimientos en las universidades venezolanas (2019). La formación de las clases sociales: una interpretación sociológica (2020). CONTENIDO Introducción 13 La fundamentación de la universidad venezolana CAPÍTULO I La sociedad y las universidades: la larga crisis de transformación social y académica en Venezuela, desde 1999 65 CAPÍTULO II Cambios en los fundamentos de la universidad latinoamericana: razón y creencia. El problema del conocimiento en la revolución venezolana bolivariana, socialista, zamorana, chavista, 1999-2030 77 CAPÍTULO III Objetivos y propósitos del libro 103 CAPÍTULO IV El tránsito de la universidad de creencia a la universidad de razón y de nuevo a la universidad de creencia: su justificación y legitimación 183 CAPÍTULO V Los cambios en la sociedad venezolana y en sus universidades, de 1958 a 2030 229 CAPÍTULO VI Los términos de la protesta civil y el control militar 279 CAPÍTULO VII La sociedad venezolana, contexto y clima social contemporáneo: los signos de la revolución bolivariana y socialista 325 Conclusión 369 Epílogo 383 7 Neutrality presupposes a conflict and at the same time that the neutral person is not a party to it. Neutrality cannot be conceived, therefore, as a character trait or as an aspect of personal disposition. 1 can be neutral only in relation to a particular situation of conflict. I am neutral in relation to a conflict when 1 purposely behaves in such a way so as not to influence its out come. Leszek Kolakowski (1975). Neutrality and academic values A Hernán Cortés, como a toda otra personalidad histórica, no hay que elogiarlo sin más ni más, ni insultarlo sin menos ni menos. Hay que explicarlo. José Luís Martínez (1922). Hernán Cortés A veces yo veo el mapa de temas que ustedes proponen, y de verdad en la mayoría de ellos, digo el 95%, no hay justificación para problemas que se nos han acumulado, y tenemos que asumirlo autocríticamente frente al país, no tenemos justificación de algunos problemas que se acumulan, bueno a veces por burocratismo, por desorden, por falta de prioridades, por falta de seguimiento. Nicolás Maduro (2014) presidente de la República Bolivariana de Venezuela, en una reunión con empresarios. 9 A la memoria de mis colegas mexicanos Eduardo Ibarra Colado y Rafael Campos Sánchez, manos amigas y fraternas en la reflexión acerca de la universidad VOLUMEN V / Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030 11 Este texto, ahora bajo el formato de libro, fue originalmente escrito para una conferencia dictada en el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el 11 de junio de 2014. La misma fue parte de una actividad efectuada en dicha universidad para discutir la obra del autor en una Mesa de Diálogo: “Pensar la universidad latinoamericana. Diálogos con Orlando Albornoz”. Participaron en la misma los profesores Hugo Casanova Cardiel, Raquel Glazman Nowalski, Armando Alcántara y la entonces directora del instituto, Lourdes M. Chehaibar. VOLUMEN V / Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030 13 INTRODUCCIÓN LA FUNDAMENTACIÓN DE LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA Pienso a menudo que la noción de cómo la universidades en Venezuela una especie de mito, es un concepto ambiguo e impreciso. De la misma no se puede decir que arriba y sale de una situación de crisis, pues la misma es permanente, en el sentido de un libro incisivo y sólido, escrito por el colombiano Antonio García Nossa (1912-1982) La crisis de la universidad. La universidad en el proceso de la so- ciedad colombiana1 (1985) o en la propia interpretación de Nancy Scheper-Hughes, quien al referirse a la universidad de California (Berkeley) señalaba que “The crisis at Berkeley is about the failed promise of reasonably attainable higher education. It is about the escalating costs of college that are turning a younger generation into debt-peons, and about the difficulty of obtaining jobs after graduation.”2 Es posible que más que un mito la universidad, al menos la que opera en Venezue- la, sea un tótem, un objeto inamovible, perenne, que satisface ciertas y solo cier- tas funciones, mientras que la sociedad desconoce aquellas que deja de cumplir. ¿Cómo es que se justifica ante la sociedad que la universidad venezolana fallida sea tan apreciada por la población? Quizá porque es el mecanismo por excelencia que legitima la incorporación a una clase social, o el reforzamiento de esa legiti- mación, hablando en metáfora de la clase social de los doctores. Las universidades entrenan profesionales pero no ocupan espacio en la vida intelectual del país, que se produce en otros espacios. No está contemplada la actividad deportiva en las universidades, excepto que sus instalaciones para los deportes son empleadas por equipos profesionales de deportes de masa, lo cual crea fondos que supuestamente son usados para las necesidades institucionales de las universidades, cuando esto ocurre. El mito es el de creer que lo que la universidad hace es lo que tiene que ha- cer, sobre todo el mito de la creación, el de egresar profesionales, que tienen el éxito asegurado y para lo cual las familias hacen a veces enormes sacrificios, de todo tipo. Las universidades venezolanas han ido perdiendo protagonismo, en la misma medida en que su expansión incontrolada ha disminuido su solidez institucional, y la misma ha ido reduciendo su dinámica a la del aula, proletarizando una insti- tución pero sin la aristocracia, y abaratándola en la misma medida en que se dota a las universidades de planta física precaria y una academia mediocre, a la vez que el discurso se politiza cada vez mas. En la sociedad venezolana bajo la revolución hay una concentración de poder extraordinaria y el presidente de la República es la cúspide de un sistema jerárquico que obvia competencias. El discurso político es un monopolio de la narrativa nacional, un sistema en donde el actual Presidente dicta cátedra cotidianamente, en radio y televisión, y sus ministros toman nota de todo aquello que dice el oráculo del caso. La academia, estupefacta, según percibo, rumia su inconformidad en el silencio, porque no tiene voz en la sociedad, pues los gobernantes menosprecian la tecnocracia, la complejidad y privilegian el pen- Mitos, tabúes y realidades de las universidades / ORLANDO ALBORNOZ14 samiento alternativo, que de momento es el pensamiento doctrinario, de creencia, tendencia que, obviamente se refleja en la práctica que sustituye la razón con la creencia. Dicho lo anterior, efectivamente, la universidad se halla en crisis. Leo sobre la crisis de la universidad, esta vez en África del Sur, un artículo que muestra toda la carga de conflicto que suele afectar a las universidades: Universities in crisis: Runs much deeper than free tuition, decolonisa- tion. South African universities are in deep crisis. A government an- nouncement that university fee increases should be capped at 8% has not gone down well among student activists. Ultimately the demand is for free higher education. If the government can’t provide this, the next step is to demand that the public sector covers the costs of providing univer- sity tuition for all students. Violent protests have escalated to the extent that university authorities fear for the safety of their staff and students and are prioritising protecting property –including libraries. Normal learning and teaching activities can no longer continue. These protests are not only against tuition fees; added to the mix are demands to chan- ge the colour of institutions. Students would like a significant overhaul, from the removal of plaques allegedly celebrating “white supremacists” to a shift in entrance policies so that they blatantly favour applicants on skin colour– and specifically black students – rather than academic perfor- mance and aptitude. It’s not just students who are stirring up discontent.3 Ahora bien, las instituciones son fundamentadas por la sociedad que las pone a funcionar. Forma parte de la ideología de la misma, como ocurre en la universi- dad venezolana, tema elaborado a profundidad por el educador venezolano Rafael Fernández Heres (1933-2010) en su discurso de incorporación a la Academia de la Historia: “Vertientes Ideológicas de la Educación en Venezuela”, leído el 14 de marzo de 1985. Destaca Fernández Heres el íntimo vínculo entre Iglesia y Univer- sidad, en Venezuela, vínculo tan arraigado que aun en el año que corre el estado venezolano subsidia escuelas religiosas católicas: El 4 de Mayo de 1964, Su Eminencia el Cardenal Quintero al agradecer a las autoridades académicas el doctorado honoris causa que le otorgaba la Universidad Central de Venezuela, desarrolló como idea primaria de su discurso, la vinculación existencial entre la Iglesia y la Universidad durante aquel su primer siglo de vida. En los trazos de su buena prosa dibujó la escena de aquel memorable acto, donde el Obispo de Caracas, previa lectura del Breve Apostólico de Inocencio XIII y de la Real Cédula de Felipe V, posesionó como Rector al que ejercía el empleo en el Colegio Seminario para que lo fuese a su vez de la Universidad que se instituía. La memoria de este acontecimiento, donde el Colegio Seminario servía de núcleo y sostén de la nueva fundación, que llevaba el cognomento de Real y Pontificia, como aditivos que identificaban el carácter de la aso- ciación que le daba el ser, la una de naturaleza civil o temporal, y la otra religiosa o supra temporal, hace que Su Eminencia a manera de corolario recuerde la unión estrecha entre la Iglesia caraqueña y la Universidad en VOLUMEN V / Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030 15 grado tal, que conforma un vínculo sagrado, como el que liga a padres e hijos, que podrá algunas veces olvidarse o silenciarse pero que jamás podrá destruirse. En el texto Fernández Heres destaca, a su vez, que hay “un vínculo sagrado, como el que liga a padres e hijos, que podrá algunas veces olvidarse o silenciarse pero que jamás podrá destruirse”. Ciertamente, la Iglesia caraqueña tiene un papel importante, construido en la oposición al gobierno revolucionario Bolivariano, pero en el sistema escolar la Iglesia tiene un papel menor, frente al del estado y frente a las necesidades escolares de nivel superior, porque si bien la Iglesia tiene varias universidades –en Caracas, Puerto Ordaz, Maracaibo y San Cristóbal -, son al parecer más bien instituciones pragmáticas que compiten por el mercado pero que no tienen como articular un discurso académico. Es imperativo señalar que la Iglesia Católica disminuye el volumen de su feligresía, sobre todo por el empuje de los evangélicos, fuerte en las pequeñas comunidades y creciendo en seguidores a un ritmo notable. En efecto, decía el Cardenal Quintero que: Este suceso de constituir la universidad, que era una réplica aunque fuese en miniatura del modelo universitario, entonces vigente en la Metrópoli, trasladaba una vez más a esta parte del mundo hispano, los símbolos y el espíritu de una tradición de unidad político-religiosa que se afincaba so- bre un soporte de carácter filosóficoy teológico, cuál era el de la armonía entre verdad natural o de razón y verdad sobrenatural o teologal, entre razón y fe. Decía el Cardenal de ‘la armonía entre verdad natural o de razón y verdad so- brenatural o teologal, entre razón y fe’. Este párrafo complica el análisis acerca de la relación entre razón y fe. De mi parte trabajo la relación entre razón y creencia, dejando de lado el tema de la fe, relacionada al dogma, (que entonces sí se ensartan, creencia, dogma y fe) aclarando que la creencia puede ser religiosa, como propone la Iglesia o política, como propone el chavismo, en ambos casos instancias de fe, en los elementos específicos que señalan la universidad religiosa y la política, ambas de presencia ideológica, lógico, y advirtiendo que hay una tercera forma de creen- cia, la empresarial, cada una de estas instancias según sus códigos correspondien- tes. Recuerda Fernández Heres la célebre cita de Aristóteles en su Política: “Proveer a la educación de los jóvenes, debe ser uno de los principales cometidos del legisla- dor. Siempre y cuando se descuida la educación, el Estado sufre daños. Ahora bien, puesto que el Estado es uno y uno es su fin, la educación debe necesariamente ser única e igual para todos”. Las realidades del día nos llevan a observar que el estado tiene ahora un formidable cometido, el mercado, y ambos han de coexistir, y en ese mercado, como tal, coexisten el estado e instituciones tales como las religiosas y las empresariales, porque las hay distintas como diversas interpretaciones de cada variable de las citadas. La dicotomía que proponía Fernández Heres, ‘lealtad y obediencia a la Corona y de conservación y pureza de la fe religiosa’ no estuvo contemplada en las normas del gobierno de Juan Vicente Gómez, cuando quedó establecido en Venezuela que la razón era un problema del estado, la fe de las familias. Uno de los ministros de Mitos, tabúes y realidades de las universidades / ORLANDO ALBORNOZ16 Educación de Gómez, el también tachirense –al igual que el Presidente- Rubén González Cárdenas (1875-1939) en efecto, es una instancia extraordinaria en la historia de las políticas públicas referentes a las universidades. González Cárdenas fue Ministro de Instrucción Pública (1922-1929) y Ministro de Relaciones Interio- res (1929-1931). Antes, dos hechos importantes se suceden, llamados a crear condiciones para desestabilizar el orden académico imperante: el discurso de 1866 del Doctor Vi- llavicencio, ante el profesorado y alumnado de la Universidad de Caracas, donde expone las bondades del método positivista para examinar el desarrollo del fe- nómeno natural, incluyendo a la sociedad, e invitándolos a despreciar a los que tomen el camino de la fantasía en lugar del análisis objetivo para el conocimiento de la naturaleza y el mundo, que era plantear la reforma de los estudios universita- rios; y la reforma radical que debe sufrir la Universidad caraqueña planteada por el Licenciado Teófilo Rodríguez en 1867, recordada ahora en 1869 por Villavicencio, “para acomodarse al espíritu verdadero”. Hasta aquí las menciones al riquísimo texto de Fernández Heres, que permi- te, entonces, observar cómo la universidad venezolana se fundamenta en un pen- samiento que surgido bajo el manto de la Iglesia fue adquiriendo la práctica del pensamiento liberal, que la nutre hasta el día de hoy, porque revolución al margen el ideario universitario venezolano es sencillamente plural y tiende a la búsqueda de la libertad como principio, ambos cuestionados pero presentes en la actual co- yuntura. El tema de la fundamentación de las universidades en Venezuela tiene, adicionalmente, otra perspectiva alternativa a la de Fernández Heres, que debemos citar en esta oportunidad. Me refiero a las ideas de Jesús Andres-Lasheras, expues- tas en su libro (1997) Educación y estado en Venezuela: historia de las bases ideo- lógicas. Con el mismo cuidadoso enfoque metodológico Andrés-Lasheras ofrece un análisis que permite apoyar nuestros argumentos: la reforma de la escolaridad y de las universidades es un proceso continuo hecho en sí más importante que las cimas y simas que puedan observarse a lo largo del tiempo. En este sentido, en for- ma taxativa, no cabe el asombro ante unas y otras sino en qué medida ese proceso es identificable en los momentos que, por decir algo, podemos llamar estelares, pero siempre atados al proceso en sí mismo. Un sistema nacional de universida- des, entonces, opera según un plano táctico pero mantiene uno estratégico. Cada táctica es parte de un proceso secuencial de forma tal que puede establecerse una secuencia sobre las cimas y simas citadas y en el caso venezolano, ya no la escuela universitaria sino la escolaridad misma ha seguido ciertos elementos que identifi- can el proceso de reforma. En el caso venezolano puede establecerse un patrón de reforma de la universidad, desde su trasplante originario (1721), luego la creación de la universidad republicana (1826) y desde esa fecha hasta el año 1953 el estado mantendrá el monopolio de las universidades, como entes propios del estado. Pero esos años entre 1826 y 1953 la institución universitaria estuvo llena de reformas tan importantes como el decreto de instrucción pública, gratuita y obligatoria. En efecto, el 27 de junio de 1870 el presidente Antonio Guzmán Blanco dicta su famoso Decreto de Instrucción Pública Gratuita y Obligatoria para todos los ve- nezolanos, anticipándose así a los países europeos más avanzados e impulsando enormemente la educación en el país. En 1924 se efectuó una reforma amplia y detallada del sistema escolar. Se aprobó ese año la Ley Orgánica de la Instrucción, VOLUMEN V / Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030 17 30 de mayo de 1924; Ley de Exámenes y de Certificados y Títulos Oficiales, 4 de junio de 1924; Ley de Instrucción Primaria, Secundaria y Normalista, 4 de junio de 1924; Ley de Instrucción Superior y Especial, 4 de junio de 1924. La universi- dad asumió el positivismo que había interesado a los educadores de su tiempo y la universidad debió acoger las siguientes áreas: ciencias médicas, ciencias políticas, ciencias eclesiásticas, ciencias físicas, matemáticas y naturales y filosofía y letras. Andrés-Lasheras destaca el espíritu de reforma de la escolaridad venezolana y la discusión de temas esenciales que muestran la dinámica de cambio de aquel sis- tema escolar: “Así lo manifestó el Presidente Provisiónal de los Estados Unidos de Venezuela, Doctor V. Márquez Bustillos en su mensaje al Congreso en abril de 1915: En lo relativo a la Instrucción Pública resolvió el Gobierno adoptar un plan de radicales reformas mediante el sistema de libertad de enseñanza, que aún cuando proclamado por las varias Constituciones que desde 1864 nos han regido, había sido sin embargo descartado de las Leyes especiales que organizaban la instrucción haciéndola monopolio del Estado. A este fin, previa la declaratoria de colisión pronunciada por la Corte Federal y de Casación entre gran número de artículos del Código respectivo con la Carta Fundamental, se dictó el 19 de diciembre último, un Decreto Ejecutivo reorganizando la enseñanza conforme al principio constitucio- nal citado. En la Memoria presentada el mismo mes y año, el Ministro Guevara Rojas repite, amplía y explica los razonamientos del Ejecutivo. Según el Ministro el origen del conflicto se situaba en que “no estaban bien definidos” (…) “la verdadera situación de la Instrucción Pública su significación y alcance, sus fueros y deberes, y, sobre todo, sus relaciones con la enseñanza privada (…) En tanto que la Constitución de la Repúbli- ca venía consagrando desde 1864 la libertad de enseñanza, el Código de Instrucción Pública, en sus sucesivas reencarnaciones, ha rodeado la en- señanza privada de una multitud de cortapisas y restricciones, y concedi- do a los planteles oficiales una serie de privilegios, incompatibleslas unas y los otros, con el expresado canon constitucional. (Subrayado del autor). Lo interesante del párrafo anterior es la referencia de cómo la ideología de la escolaridad venezolana ha incluido la noción de reforma, aún durante gobiernos dictatoriales, como los de Gómez, quien cuidó, curiosamente, el estatuto jurídico de la sociedad, como de hecho han ejecutado los gobiernos el proceso de reforma que se caracteriza, a menudo, por lo que llamo la reforma silenciosa, porque suele ser inesperada e imprevista. Las reformas tecnológicas son, por ejemplo, las de ín- dole tecnológica, ergo el Internet, mientras que las reformas políticas causan ruido y generan interés en la arena política de las sociedades. La reforma política suele ser ‘anormal’ y por ello llama la atención e interés de la opinión pública, no así la normalidad, que no es noticia. La visión reformista, entonces, ha prevalecido en esta sociedad desde 1830, cuando efectivamente se crea Venezuela como estado independiente, y del mismo modo demuestran las reformas que han tenido lugar, que el sistema no ha sido estático sino dinámico y que al hablar de reforma no de- bemos buscar los momentos estelares, el 5 de diciembre de 1958 uno de ellos, sino las reformas del día a día, así como nos percatamos que el lenguaje revolucionario Mitos, tabúes y realidades de las universidades / ORLANDO ALBORNOZ18 del reformismo chavista se equivoca al pensar que solo con el gobierno de Chávez comienzan los cambios que, en el manejo de la escolaridad, eran lo común y la regla. Por ejemplo, bajo el gobierno ministerial de Rubén González se establece que “La educación es problema social”, frente a la postura de muchos que creen que lo social de la escolaridad se resuelve solo desde 1999 en adelante. Reitero que, en 1937, el go- bierno ratifica estas ideas de la escolaridad como una cuestión social: “La educación es una función social”. En la ideología escolar venezolana ha habido espacio para la escuela unificada, tesis que ejecutó en Chile el gobierno de la Unidad Popular y, por supuesto, fue también puesta en práctica en Cuba, pero si bien ha sido planteada en Venezuela no ha habido intento alguno para ejecutar tal criterio, ya que para mu- chos observadores la misma no forma parte de la propuesta chavista, que hubiere significado definitivamente un criterio revolucionario, pues más bien la revolución Bolivariana acató el principio del reformismo, en el manejo de la escolaridad. Por supuesto, los líderes del gobierno Bolivariano no aceptan que hayan asu- mido propuestas reformistas; todo lo contrario, el reformismo, según el propio Maduro, sería una propuesta de traición. Han surgido por ahí tendencias reformistas de derecha, algunas enca- bezadas por tradiores abiertos, y tienen asesores de marketing y mucho dinero detrás… ¡Alerta, pueblo! ¡Alerta, chavistas! ¡Alerta, Bolivariano, que a Nicolás Maduro le quieren meter una puñalada por la espalda trai- dores de nuevo cuño para asumir un proyecto reformista para entregar la Revolución Bolivariana al capitalismo internacional! No se dejen que yo no me dejo. Vamos a desenmascararlo, vamos a avanzar por el cami- no de la Revolución que es el camino que nos dejó el Comandante Hugo Chávez. ¡Alerta con la traición, con los traidores!”.4 Da la impresión, sin embargo que Maduro asume propuestas populistas, de izquierda. Por ejemplo, impone un estilo de gobierno en esa dirección, porque de ese modo se acerca al gusto popular. El presidente de la república, Nicolás Maduro, inspeccionó este jueves los estudios de grabación que serán uti- lizados por el movimiento Corazón Salsero, ubicados en el Poliedro de Caracas. A través de su cuenta en Facebook, el Jefe de Estado mencionó que los estudios de grabación permitirán reunir y plasmar, en formato digital, toda la cultura popular salsera del país. “Estamos preparando el lanzamiento del movimiento Corazón Salsero, un gran movimiento de cultura popular que recoja toda la salsa, toda la creación del tambor, pro- veniente de nuestra amada África”, expresó el mandatario nacional en un video difundido en la red. En este sentido, mencionó que las agrupaciones del Caribe podrán grabar sus sencillos en las instalaciones e invitó a todo el pueblo caraqueño a asistir este fin de semana, 18 y 19 de marzo, a la Plaza Diego Ibarra, donde se llevará a cabo el primer gran concierto que reunirá a más de 300 artistas. Entre los invitados especiales que se darán cita en este conciertos están Dimensión Latina, Los Hermanos Lebrón de República Dominicana, Federico y su combo, Porfi Baloa y sus Adoles- centes, Orquesta Malecón, Orquesta Noche Caliente, Mariana la Sonera, Bailatino, El Klan de Porfi, orquesta Magia Caribeña, Hildemaro, Banny Costa, Raulín Rosendo, Salserín, Willman Cano y Marianella. Así mismo, VOLUMEN V / Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030 19 el Presidente inspeccionó los espacios del Poliedro de Caracas destinados a la agricultura urbana, donde se encuentran actualmente 260 gallinas ponedoras de huevos y sembradíos de maíz, lechosa y pimentón “poco a poco vamos lejos, Venezuela, la agricultura urbana y el esfuerzo unido provocarán el milagro económico. 5 En cuanto a los fundamentos ideológicos de la escolaridad venezolana justa- mente Guzmán Blanco (1870) había encontrado para difundir el pensamiento libe- ral, enriquecido con el caudal de la filosofía positivista, el de la educación, porque ésta “es a no dudarlo la garantía más sólida de nuestras instituciones, condición indispensable del bienestar social y palanca poderosa del progreso”, por lo que ha llegado el momento, escribía Martín J. Sanabria a las autoridades regionales, de realizar un gran esfuerzo educacional para que el país “no quede rezagado en el gran movimiento de la época”.6 Nada es más útil en los actuales momentos de negación del pasado que consta- tar que es un desatino creer que Bolívar y Chávez son los únicos actores del drama histórico venezolano. Todo lo contrario, precisamente la escolaridad ha sido un interés permanente de la sociedad venezolana, porque, sencillamente hablando, la escuela forma parte del aparato institucional, no obstante, nunca hallamos los venezolanos el Nirvana en la materia y debemos enfrentar que en las últimas tres décadas el sistema nacional de universidades ha ido perdiendo el impulso que traía desde 1958 y en este momento está operando casi por inercia, pero sin el aparato inteligente del caso. Por ello más que una reforma lo que se requiere es una remo- delación, tipo over-haul-reacondicionamiento. Más aún, es el momento de precisar que el tema de la reforma del sistema nacional de universidades no puede tener como objetivo reformar la universidad en relación a lo acontecido entre 1998 y 2017 sino que un proyecto de reforma tiene que abarcar lo que venía ocurriendo entre 1958-1998. Dicho en otras palabras, la reforma tiene que ser estructural y para que ello fuese posible el país tendría que hacer un ejercicio técnico de alta en- vergadura, que comienza por reconocer que el problema no consiste en un sistema que fue ‘destrozado’ por el chavismo sino que las políticas públicas del chavismo en la materia se añadieron a las elaboradas entre el paso ya citado a partir de 1958, cuando se cometieron errores de origen a los cuales se fueron agregando errores de proceso, todo ello hasta esta monumental acumulación de políticas públicas que conducen en forma progresiva a que el sistema sea disfuncional. Cabe insistir en que en Venezuela no hay en la actualidad ni es posible en el fu- turo un proyecto de estado para la dinámica universitaria. Ello debido a que hay al menos dos posturas básicas en la dialéctica entre mercado y estado en el país, dos líneas de pensamiento que estaban vigentes desde el momento en el cual se ‘descu- bre’ el Continente, porque es absolutamente indispensable recordar y recalcar que los viajes de descubrimientoeran empresas de mercado, amparadas por el estado y si bien las universidades fueron creadas como un proyecto de estado, a la larga el mercado materializó su participación, después del final de la Segunda Guerra Mundial y el surgimiento de la llamada guerra fría. Si algún escenario es perfecto para observar esa dialéctica es el libro de Rodolfo José Cárdenas (1988) Copei en la Constituyente. La tentación totalitaria de Acción Democrática. Una vez más, deseo reintroducir en mi libro que en el país ha habido un debate de ideas que ilustra una Mitos, tabúes y realidades de las universidades / ORLANDO ALBORNOZ20 intelligentsia interesante, una cuña que es menester introducir ante el hecho de que observando todo el proceso de continuidad histórica se ha hecho creer por parte de los líderes de la revolución bolivariana que el mundo comenzó con los trabajos de estos líderes y que nada ha transcurrido entre la muerte del Libertador en 1830 y el ‘nacimiento’ de la revolución bolivariana en 1992, día del golpe de estado fallido de aquel momento, cuando se inició esta perspectiva que atribuyo a un grupo más que un movimiento revolucionario, lideriza una revolución pequeño-burguesa re- formista, visible sobre todo en el manejo del sistema nacional de universidades. En el caso venezolano el gobierno revolucionario ha intentado intervenir más que regular el sistema nacional de universidades. Ha creído, además, para malestar de los objetivos de la excelencia académica necesaria, que las universidades son ba- ratas, de poco costo, que basta cubrir los sueldos y salarios de los docentes y otor- gar becas a los estudiantes, ni siquiera considerando otras necesidades. De modo y manera que el sistema sufre atrofia y poco a poco deja de prestar a la sociedad las funciones previstas. Ahora se adiciona el factor Trump, un populista de derecha, por así decirlo, cuya influencia en Venezuela puede causar más desequilibrios que a su vez van a afectar a las universidades. Un reporte elaborado por The Economist Intelligence Unit ilustra este delicado elemento: Good neighbour gone bad: policy risks for México and Latin América un- der Trump. There is a strong chance that Latin América will fly under Mr Trump’s radar if he focuses primarily on other global hotspots such as the Middle East and Asia. However, a potential return to excessive meddling in domestic issues –if not outright bullying– would generate considerable resentment, especially when contrasted with the Obama administration’s treatment of the region as equals. For example, the US government stayed on the sidelines during the 2009 Honduras coup and has largely ignored anti-US provocations by the Venezuelan governments of Hugo Chávez and Nicolás Maduro. Mr Obama also managed to shake off decades of enmity with Cuba through a gradual rapprochement that has been widely applauded. Although a return to the “gunboat diplomacy” that was practi- ced a century earlier or even the interventionism seen during the cold war is out of the question today, a belligerent attitude by the US towards Latin América would likely lead to a deepening of intra-regional co-operation, as well as a strengthening of partnerships with Asia and Europe. In the longer term, this would accelerate the ongoing trend of diminishing US influence in a region that was long seen as its backyard. La universidad como tal no puede tomar ninguna iniciativa en este material, y de hecho es una institución reactiva, que debe adaptarse a los cambios que se pro- duzcan al interno de las mimas, como en este caso de alta política, pues envuelve las relaciones entre estados y su efecto en instituciones como las universidades. La estrategia del gobierno Bolivariano es la de crear un sistema paralelo, que sea barato ya que tiene como centro del gasto el factor aula, que es igual al espacio físico –un salón- un actor de costo –el docente-, y los estudiantes reciben un per cápita por becas mínimo, promedio, y de resto la unidad de la escuela superior venezolana es óptima porque carece de gastos correlativos. La universidad vene- VOLUMEN V / Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030 21 zolana no solo es barata sino que perfecta pues tiene cero costo de calidad, en los términos de la Vega y Garza (1994) y es fácil para administrarla porque la ficción básica se reduce a un solo factor, el factor aula. No hay como aspecto de calidad el concepto de biblioteca, un espacio en donde circulan los libros y otras fuentes de aprendizaje como la electrónica, ya que los mismos son parte de los costos que hacen los interesados, docentes y alumnos. Es el caso de los costos de calidad el caso norteamericano bajo el gobierno de un presidente populista como Donald Trump, un miembro de las posturas anti intelectuales que terminan asumiéndose como anti académicas. Contrario al caso norteamericano, en donde una disminución del volumen de la ayuda federal podría hacer estragos en los niveles de calidad, ya que estos acogen al menos siete tracks/rutas, en Venezuela tenemos solo el factor variable los estu- dios conducentes a las profesiones, y habida cuenta de la ausencia de supervisión escolar las instituciones, oficiales y privadas, no tienen que prestar atención a otras variables. Una manera de incrementar la calidad podría ser simplemente el elevar los estudios de calidad de al menos dos o tres factores, como, por ejemplo, regular que por cada estudiante la institución provea digamos tres títulos de libros, del año anterior a la evaluación o que la institución publique cada año un numero de libros según el volumen de la matrícula, otra que cada institución tenga una propor- ción de docentes internacionales y al menos un proyecto de investigación por cada tanto volumen de estudiantes matriculados. Pero dicho en términos crematísticos todo ello tiene un costo financiero, elevado, en muchos casos. Y en Venezuela la producción de conocimiento se aprecia solo en instituciones ad hoc, como el IVIC o el CENDES, si bien es una obligación de toda institución de nivel superior, pero tampoco se aborda ese gasto. La Universidad de los Trabajadores, por ejemplo, es una institución que como la UNEFA o la UBV, o la UNERG, ha sido creada como universidad de creencia solo para formar cuadros y ser parte del andamiaje de propaganda política e ideológica del gobierno revolucionario, la Universidad Boli- variana de los Trabajadores “Jesús Rivero”. Fue creada como Universidad Experimental, en el marco de la Misión Alma Mater, por Decreto Presidencial No 6.499, publicado el 04 de noviembre de 2008: “Para profundizar el proceso de independencia de la patria y acelerar la marcha hacia el socialismo, la revolución bolivariana requiere de la formación integral, colectiva, de calidad, continua y permanente, de hombres y mujeres con pensa- miento crítico, capaces de impulsar la producción de la ciencia y la tecnología, que consolide la autonomía e independencia económica, científica y tecnológica, en función de la construcción de nuevas relaciones sociales de producción”. Uno de los Considerando del decreto de creación de esta universidad reza que: …los conocimientos generados y acumulados por la clase trabajadora como colectivo social, aunados a la experiencia política adquirida en el curso de años de lucha contra los regímenes políticos que sirvieron a la oligarquía y al imperialismo, así como los años de construcción del poder popular en el marco de la revolución bolivariana, la convierten en sujeto social capaz de asumir la autoformación colectiva de los profesionales integrales que generen la ciencia y la tecnología requerida para la profun- dización de la revolución. Mitos, tabúes y realidades de las universidades / ORLANDO ALBORNOZ22 Esto es, la ciencia y la tecnología son ciencia y tecnología de clase, concreta, sin las abstracciones propias de la ciencia y la tecnología, supongo, de la burguesía.7 En Venezuelaes sencillo para un gobierno intervenir a las unidades, que ope- ran con el modo: aula, docente y estudiante. En sociedades más complejas esa in- tervención es menos posible pero tiene el mismo efecto devastador, como ocurre en USA bajo el gobierno Trump. Las noticias son desalentadoras: President Donald Trump laid out the spending priorities for his adminis- tration on Thursday, releasing a budget ‘blueprint’ that includes a US$9 billion cut for the United States Department of Education, more than 13%, as well as decreases at several agencies that provide money for aca- demic research, such as the National Institutes of Health and the National Science Foundation. The administration’s outline also calls for elimina- ting the National Endowment for the Arts and the National Endowment for the Humanities. The deep reductions in discretionary spending fall on nearly every executive agency, in order to offset more than US$50 bi- llion in increases for the departments of Defense, Homeland Security, and Veterans Affairs. The proposed cuts at the Education Department include plans to axe several programmes that aid primarily low-income and minority students, while increasing spending for school-choice pro- grammes in elementary and secondary education. Although the admi- nistration recommends largely preserving the existing Pell Grant pro- gramme – the primary form of federal aid for needy undergraduates – it may sacrifice the possibility of year-round grants that many in Congress and higher education have called for. Lo que se intuye es que la infraestructura institucional de un país avanzado, como es USA, puede no llegar a sufrir lesiones en el funcionamiento de su aparato académico, pues el mismo es no solo autónomo sino independiente, si bien las me- didas que propone el Presidente vayan a causar daño cualitativo al sistema de uni- versidades y a las posibilidades para que el país mantenga fluidez en cuanto a su gestión internacional. Ocurre lo contrario en países como Venezuela y eventual- mente México, y de hecho es posible que las medidas que propone Trump tengan más efecto cualitativo en AL&C que en el propio país. Lo contrario tiene lugar en Venezuela, en donde las medidas del actual gobierno pueden llegar a tener efectos devastadores. En este país hay un ‘derrumbe institucional’, en las palabras de un antiguo ministro de hacienda del primer gabinete de Hugo Chávez Frías, en 1999.8 La situación nacional en este país suramericano parece ser grave y es menester correlacionarla con la situación del sistema nacional de universidades. En los ini- cios del año 2017 un organismo como la OEA ha comenzado a tomar decisiones que afectan la estabilidad institucional de Venezuela. El Secretario General, Luis Almagro ha escrito sobre ello: No se puede seguir mirando hacia el costado. Hoy, mientras usted lee estas líneas, en un país suramericano de más de 30 millones de personas hay una dictadura. Su gobierno –violando la Constitución– no permi- te votar a la gente (suspendió el referéndum revocatorio y las elecciones VOLUMEN V / Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030 23 para gobernadores en 2016), tiene más de 100 personas encarceladas por sus ideas (entre ellas a un principal líder político opositor), el Parlamento está intervenido y sus leyes son anuladas por el Poder Judicial (completa- mente dominado por el gobierno), al tiempo que las fuerzas de seguridad del Estado pueden detener y torturar arbitrariamente a cualquier ciuda- dano por sola decisión de los gobernantes. Por ello, he hecho un llama- do a una salida electoral, transparente y equitativa, con los presos fuera de las cárceles, con libertades individuales aseguradas y con un canal de asistencia humanitaria funcionando. Restaurarle al pueblo sus derechos es lo básico y lo único que puede permitir que Venezuela vuelva a ser parte del conjunto de naciones democráticas del continente.9 Para el mes de marzo de 2017 el gobierno venezolano trata de profundizar la ejecución de sus políticas públicas en el área de las universidades, colocando el debate entre la burguesía y la clase obrera. Un caso a mencionar es la presen- cia de la Universidad Bolivariana de los Trabajadores “Jesús Rivero”, que propone una curiosa interpretación del papel de una universidad obrera, que tiene para el mes de Marzo de 2017 la cantidad de seis mil estudiantes. El objetivo parece ser profesionalizar al individuo de la clase obrera –en este caso se entiende por clase obrera la acepción de la tipología marxista-, caso en el cual lo que está haciendo el gobierno es hacer que individuos de la clase obrera asciendan de clase social y se incorporen a la clase media. Según los postulados de esta universidad la clase obrera ha diseñado y ejecutado todos los avances en ciencia y tecnología, pero la burguesía secuestró esos conocimientos, los patentó y luego los vende a nuestros países. La citada universidad no funciona como una institución convencional sino que trabaja por proyectos; esto es, no hay actividad de aula, ni de biblioteca, sino de discusión y se elimina la relación docente-estudiante y se aplica la metodología del compañero profesor y el compañero en el proyecto que desarrollen. Tanta im- portancia le concede el gobierno Bolivariano que a los actos de graduación asiste el Presidente de la República, haciendo honor a su condición de ‘presidente obrero’.10 En cuanto al documento emanado de la OEA cabe decir que quizás cree más que menos inestabilidad. El Informe citado no dice ni una línea sobre educación.11 Deseo intercalar, en este momento, el concepto de Knowledge assets of a na- tion, un tema desarrollado por Yogesh Malhotra “Measuring Knowledge Assets of a Nation”. Esto es, en los términos de la sociedad del entrenamiento de los recursos humanos el punto en cuestión era el número de egresados, pues estos eran conside- rados el eje del desarrollo. En la sociedad del conocimiento no es el recurso humano lo que cuenta sino el volumen de producción y del valor agregado de ello en función de un mercado internacional de ideas y en consecuencia un país tiene valor en la medida en que aporta conocimientos; Venezuela exporta conocimiento en función del potencial de los profesionales que emigran pero no en términos de valor agrega- do, de ideas, de lo que Malhotra llama Knowledge assets of a nation. Por ello pudiera decirse que la Universidad Bolivariana de los Trabajadores no va a contribuir con el desarrollo de la república ya que a la larga y a la corta entrenar profesionales es una función que carece de valor si estos no forman parte de la cadena de producción. Más aun, dada la fuga de talento de profesionales de toda índole encontraremos plausible la hipótesis según la cual Venezuela está disminuyendo su Knowledge assets y de Mitos, tabúes y realidades de las universidades / ORLANDO ALBORNOZ24 ese modo se impedirá el desarrollo de la nación.12 El porqué Venezuela mantuvo la ruta de la sociedad del entrenamiento y no se animó a entrar en la sociedad del conocimiento forma parte de las interrogantes que desbocan los propósitos de este libro y mis propias competencias para responderla, porque Venezuela tenía que ir a la etapa del fortalecimiento de los conocimientos como stock de ideas de una so- ciedad y no insistir en lo que ya era rutina, entrenar recursos humanos. El procedi- miento empleado por la citada universidad obrera no tiene parámetro pedagógico visible sino un escenario político-ideológico que, es probable, está completamente equivocado y no comprender los términos de la ecuación hará que se profundicen los errores de proceso, al error de origen de 1958, tema el cual hemos abordado en este volumen de mi libro.13 MÉDICOS EXPRÉS. Aún es de interés referir mis argumentos a una situación que ocurre en la mis- ma conceptualización del proceso de aprendizaje en el sistema nacional de univer- sidades, la cual es que se proporcionael nivel de especialización y post profesión antes de que el estudiante reciba el pregrado. Fue denunciado en un diario de cir- culación nacional que se están otorgando diplomas de neonatólogo a estudiantes que no habían cursado pediatría, del mismo modo que se otorgaban credenciales de doctores a estudiantes que no habían cursado el nivel profesional en el área de educación. Más aún, no solamente ocurre que del sistema egresan médicos que de- nominan médicos exprés, con bajo nivel de entrenamiento, sino que se observa un desnivel, entre los médicos que egresan de las universidades de primer nivel, como la UCV, ULA, LUZ y UC, para mencionar algunas de las universidades de primera línea, en el país, y otros de segundo nivel, que egresan de programas ad hoc, sin exigencia profesional, como ocurre que hay profesores de idiomas que no manejan incluso el nivel más elemental. El manejo de un idioma es fácil de medir, pues se conoce o no, pero no hay niveles intermedios. En general el entrenamiento de los profesionales que cursan en las instituciones del sistema nacional de universidades pareciera ser bajo, pues la sociedad misma no exige calidad, sino la prestación de los servicios, añadiendo que los artesanos y prestadores de servicio no tienen refe- rencia profesional ninguna. VENEZUELA Y EL CONCEPTO DE AMÉRICA LATINA. No cabe duda alguna de que Venezuela es un país latinoamericano, pero es también un país suramericano y también un país caribeño, como es un país an- dino, pero el concepto que mejor recoge la identidad de este país es el de un país de América Latina y el Caribe. Empleo en el título de este volumen de mi libro la noción de América Latina y el Caribe bajo el entendido de que lo hago desde las perspectiva de un país del área, aquel de donde soy originario y soy residente: Venezuela. No es un país líder en esa región, en la materia de las universidades. Ninguna universidad venezolana ocupa lugares de distinción en el mapa de las universidades de excelencia de esta región, advirtiendo que aquellas que lo son no VOLUMEN V / Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030 25 guardan correspondencia con sus lugares en los rankings mundiales, en donde aparecen más bien en un segundo rango de dicha clasificación. Las universidades venezolanas parecen, más bien, en publicaciones, sumamente modestas. Nuestra contribución al producto académico mundial es igualmente modesta. Además el país atraviesa en los años recientes por una profunda crisis socio-económica, que lesiona gravemente a su haber profesional y académico, por el debilitamiento del stock de recursos humanos, muchos de los cuales se fugan al exterior y lo que les sustituyen carecen de las competencias adecuadas, sobre todo porque una política pública del gobierno ha sido la de crear más universidades, sin disponer de los recursos suficientes como para garantizar un estándar mínimo de calidad acadé- mica, en planta física y en el área de los recursos humanos, incluyendo deficiencias en el caso de los gerentes (rectores). América Latina y el Caribe es una noción abstracta que se hace concreta en cada experiencia institucional. Ello ocurre con la universidad en la región, pues la noción de una universidad latinoamericana es una abstracción que se hace concre- ta en la experiencia del modelo histórico que siga cada país, muy distinto uno del otro, caso en el cual es básico ir al nivel macro del análisis y estudiar los modelos de universidad que operan en la región, antes de ir al nivel micro que especifica la operatividad de cada modelo. La universidad en esta región es un caso excéntrico a la dinámica mundial del conocimiento. En prácticamente todos los países de la región la universidad es tan- to un éxito extraordinario como un rotundo fracaso. En el primer caso porque la universidad ha entrenado las élites profesionales que la sociedad ha requerido, y en segundo lugar porque la universidad no ha producido conocimientos capaces de crear, en forma masiva industrial, los bienes y servicios que ha requerido. Ha en- trenado a las élites políticas e ideológicas pero no ha contribuido con el necesario catecismo a los industriales, en el sentido de producción, capaz de crear riqueza.14 Tal como ocurre en el caso venezolano las universidades exigen apoyos de la sociedad y los gobiernos sufren los aumentos en el costo de operación de estas instituciones, sin que las mismas satisfagan las expectativas de la población produ- ciendo bienes y servicios adecuados a las necesidades de la población. Ciertamente que la producción de los mismos es responsabilidad de los gobiernos y de la in- dustria, pero las universidades han de contribuir con la producción endógena o la adquisición en el mercado internacional de tales, resolviendo de manera favorable el comprar a menor costo y mayor calidad. AL&C es una región que se debilita, que ve desacelerar las posibilidades del desarrollo y que evidencia un deterioro que amplía las desigualdades sociales y la ineficiencia de las instituciones incluidas las universidades. ¿Necesitan éstas una sociedad próspera para crecer y desarrollarse? Es probable, si bien hay ejemplos de ambas posibilidades, pero en general la universidad tiene una dinámica en donde el estado y la sociedad le aportan la mayor parte de sus recursos, incluyendo las políticas públicas en el área –el sector privado no ha contribuido con el desarrollo del conocimiento si bien lo ha hecho al nivel institucional, como ya reseñamos-. La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) ha puesto en evidencia, una vez más, la situación de las universidades de la región, al referirse al paraguas socio-económico que las sustenta. Este organismo, digno de toda confianza, ha publicado en mayo de 2016 su informe Horizontes 2030: la igualdad en el centro Mitos, tabúes y realidades de las universidades / ORLANDO ALBORNOZ26 del desarrollo sustentable (23-27 de Mayo de 2016, Ciudad de México). Este sólido material reporta un hecho que ha de tener consecuencias en el ámbito universi- tario: la región pierde peso en la economía mundial y en ello aparece Venezuela como un país en decrecimiento, hecho este que habrá de incidir en la calidad de sus universidades. Queda pues establecido que mi interpretación es que si bien pueda existir una entidad geopolítica y demográfica que podemos llamar América latina y el Caribe, que el análisis de las instituciones debe hacerse según los efectos analíticos de la variable país. Carmen García Guadilla elabora su pensamiento bajo esta perspecti- va, admitiendo, obviamente, que la mayoría de los analistas de las universidades en la región emplean la noción de América latina como un ente homogéneo. Escribe García Guadilla (2008) que: La afirmación –siempre reiterada– de que «América Latina no es una realidad homogénea», se plasma de una manera diáfana en la lectura de los estudios contenidos en este libro, realizados en los 20 países que cons- tituyen esta región tan diversa y a la vez con tantas similitudes o denomi- nadores comunes en historia, lengua, tradiciones, arraigos, creencias. La diversidad de experiencias de los personajes que aparecen en el entrama- do de historias de universidades de cada uno de los países, orientados al desarrollo de una institución bastante homogénea en cuanto a su esencia, nos proporciona una variedad de matices para entender la complejidad y los códigos que han configurado el desarrollo de esta institución tan que- rida y a la vez tan criticada y sometida, desde el principio de su historia, al escrutinio social de exigencias no pocas veces por encima de sus propios límites. Estos estudios, de país por país, nos proporcionan una muestra de cómo se fueron configurando las distintas historias de las universida- des y de cómo en ese proceso se patentizan la voluntad y los esfuerzos de personajes que tuvieron un rol activo en la vida de estas instituciones.15 El educadorvenezolano más sobresaliente del siglo XX, Luís Beltrán Prieto Figueroa, establece que en la región, como tal, se cuentan ‘rasgos comunes… tam- bién existen características que nos diferencian’. Corrientemente se señala la América Latina como una unidad geográfica y como una mancomunidad de pueblos, herederos de una cultura y acto- res de un proceso histórico que conforma su estructura política y deter- mina su evolución social, sus virtudes y sus defectos. Pero si es cierto que existen rasgos comunes que nos identifican, también existen característi- cas que nos diferencian. La unidad de América es una aspiración de sus ideólogos y de sus mejores hombres. Se encuentra en el pensamiento de los Libertadores, que, no obstante, después de la independencia, atendien- do a las rencillas localistas y a los intereses contrapuestos hicieron varias patrias donde Bolívar quería una sola patria para todos los americanos. La tardía capacidad de entendimiento, origen de nuestras tensiones, es un signo negativo de nuestra cultura. Por ello, las semejanzas y las diferencias de nuestros pueblos determinan, para la orientación y organización del VOLUMEN V / Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030 27 proceso educativo Americano, frente a principios generales aplicables en todos los países, normas especiales que den satisfacción a los particula- rismos, porque si la educación es un proceso social que emerge de la raíz de cada pueblo, su estructura y orientación debe ser dada por las aspira- ciones y por los ideales del pueblo donde crece y se arraiga. Conservado- ra de valores dados en la tradición la educación es también instrumento eficaz para promover el progreso. En aquellos pueblos donde la tradición es ancla para detener la marcha, la educación suele tener sentido perenne, pero en aquellos donde el impulso del progreso predomina, la educación hincha las velas para acelerar la marcha.16 Luís Beltrán tenía un criterio lúcido acerca de las universidades, ciertamen- te, y creía que ‘La universidad latinoamericana quedó retrasada en el proceso de transformación de nuestros países y puede considerarse que ya no corresponde al tipo de institución dinámica que nuestra época requiere’, que es exactamente el reclamo que podemos hacerle a las universidades, cuarenta años después de que el educador venezolano expresase tan taxativa afirmación: La educación superior en nuestro continente estuvo confinada a las uni- versidades, cuya estructura arranca de la edad media, donde tuvieron nacimiento estas instituciones. La universidad latinoamericana quedó retrasada en el proceso de transformación de nuestros países y pue- de considerarse que ya no corresponde al tipo de institución dinámica que nuestra época requiere. En América Latina, las universidades, desde principios de siglo vienen luchando por realizar una reforma, pero ésta se engolfó demasiado en los aspectos políticos implicados en esa reforma, dejando muchas veces de lado los aspectos técnicos y científicos que apa- rejan las transformaciones universitarias. La Universidad se caracterizó y se caracteriza en América por su apego a los intereses de la clase social dominante, que por otra parte era y es la que puede pagar los estudios de nivel superior. La lucha contra esta clase implicaba desalojarla de las universidades. Se planteó la necesidad de lograr una autonomía para la universidad y se interpretó ésta como una forma de gobierno propio en el cual participan profesores y alumnos, a la manera de las comunidades de la Edad Medía. Esta voluntad de segregación mermó la influencia de las universidades, que se quedaron enquistadas librando sus pleitos de campanario para lograr más o menos independencia del Estado en su funcionamiento y una menor o mayor participación de los estudiantes y de los profesores en su administración.17 Prieto Figueroa es el defensor de la tesis del estado docente, adoptada en todos su términos por la revolución Bolivariana, sin percatarse que la misma es, si se quiere, obsoleta, porque no hay estado alguno que pueda cubrir con solvencia to- das las exigencias de la población en la materia educativa/escolar, aparte del hecho de si la justicia incluye financiar a través de la gratuidad, un principio inalterable de la tesis del estado docente, los mismos intereses que se combaten, la cual es, en síntesis, la clase dominante. La dialéctica del asunto nos debe dejar ver, por cierto, Mitos, tabúes y realidades de las universidades / ORLANDO ALBORNOZ28 que la clase dominante no es una abstracción sino una referencia histórica concre- ta, como es el caso de la burguesía criolla que ha surgido de la revolución Boliva- riana y que se ha incorporado a la burguesía tradicional o convencional, surgida entre 1945 y 1998. Luís Beltrán decía en 1977 que: En una tesis que presenté a la Convención Nacional del Magisterio reu- nida en la ciudad de Valencia en 1943, dije que en un país cualquiera, en una época cualquiera, es inconcebible que el Estado deje abandonadas al capricho de las actividades particulares la orientación y formación de la conciencia de los ciudadanos. Esto que decía entonces es doctrina funda- mental en la educación y en la política educacional de todos los pueblos civilizados de la tierra. Entra en nuestra política docente esta doctrina fundamental de la organización escolar. El Estado interviene, por dere- cho propio, en la organización de la educación del país, y orienta, según su doctrina política, esa educación. Depende la orientación de una escue- la de la orientación política del Estado. Si el Estado es fascista, la escuela es fascista. Si el Estado es nazista, la escuela es nazista. Si el Estado es falangista, la escuela es falangista. Y si el Estado es democrático, la orien- tación de la escuela necesariamente tiene que ser democrática. En efecto, en toda sociedad la educación sirve a elevados fines sociales, pero no le corresponde fijar autónomamente sus propias metas. Obedece su orien- tación a la sociedad donde actúa. Es la clase social que dirige el Estado y para cuyo servicio actúa éste la que orienta la educación. Decía Carlos Marx: “Los pensamientos de la clase dominante constituyen en todas las épocas los pensamientos predominantes, es decir, la clase que constituye el poder material dominante de la sociedad, constituye al mismo tiempo su poder intelectual predominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material, dispone con ello al mismo tiempo de los medios de la producción intelectual”. Los fascistas por boca de su teórico educativo Giovanni Gentil, expresarán: “La Conciencia activa y dinámica del Estado es un sistema de pensamiento, de ideas, de intereses que hay que satisfacer y de moralidad que hay que realizar. De aquí que el Estado sea, como debe ser, un maestro, mantiene y mejora escuelas para fomentar esa moralidad. En la escuela, el Estado llega a la concien- cia de su verdadero ser”. Lenin, inspirador del régimen soviético aclara y amplía el pensamiento de Marx explicando: “Cuando más culto era el Estado burgués, más sutilmente mentía al declarar que la escuela podía mantenerse por encima de la política y servir a la sociedad en conjunto. La realidad de los hechos es que la escuela fue convertida en nada menos que un instrumento del régimen de clases de la burguesía. Su propósito era proveer a los capitalistas de lacayos obedientes y de inteligentes traba- jadores… Públicamente declaramos que la escuela divorciada de la vida y la política es una mentira y una hipocresía. En cuanto a la percepción de la región como una unidad hay una larga y ex- tensa bibliografía, a la cual se añade recientemente el trabajo de Liliana Olmos y Carlos Alberto Torres, quienes publicaron en el año 2016 un trabajo referido “A la VOLUMEN V / Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030 29 Sombra de Bologna.Educación Superior en la América Latina del Siglo Veintiuno” como capítulo de un libro editado por Zaira Navarrete Cazales y Marco Aure- lio Navarro Leal: “Globalización, internacionalización y educación comparada”. Texto que tomo como ejemplo del sesgo que usualmente tiene cada trabajo que propone como unidad de análisis América Latina. Es un texto que, sin entrar en detalles, tiene un sesgo hacia la actividad universitaria del Cono Sur y que de un modo u otro obvia situaciones particulares, como el caso de Venezuela, en donde la hipótesis de los autores se cumple ya que la hegemonía neoliberal no es tal en Ve- nezuela, pues el estado ocupa una matrícula superior o cercana al 80 por ciento y, no obstante, el 20 por ciento que ocupa la solución neoliberal tiene una influencia desproporcionada en la sociedad. Elegir el análisis sobre una supuesta hegemo- nía neoliberal tiene el riesgo de que se generen preguntas difíciles de responder, como, por ejemplo: ¿Son todas las universidades privadas neoliberales? ¿Acaso el neoliberalismo no es una ideología de la sociedad y estas permiten instituciones como las universidades que se acogen a tales principios ideológicos? En todo caso, la región tiene que ser examinada no solamente eligiendo una variable tal, sino viendo cómo funciona dicha variable según el contexto conceptual teórico de la variable transversal en cada unidad nacional. El sesgo esencial es el de suponer que los neoliberales son los que llenan de defectos a las universidades en busca de beneficios, olvidando mencionar que cuando el estado ejerce el monopolio del caso, como en Cuba y ahora en Venezuela, no se elimina la corrupción ni las malas prácticas sino que se acentúan, más bien. La universidad venezolana del sector privado no invita a su comunidad a participar, por ejemplo, en la designación de sus autoridades, pero, del mismo modo, el sector oficial venezolano designa sus autoridades en medio de la oscuridad administrativa propia del monopolio, sin participación de la comunidad. El sector privado de las universidades, en Vene- zuela, es un sector desregulado, que opera al margen de la más elemental justicia social. Además, se tienen las más severas dudas acerca del comportamiento ético del sector estatal como ha demostrado el factor Odebrecht, que ha desnudado la secuela de incorrecciones en los Presidentes que en sus ataques al neoliberalismo solo aprovecharon para enriquecerse, a costa de los dineros públicos, como se ha podido observar, esta vez usando el concepto en forma correcta, de México a la Argentina, pasando por Venezuela, y Brasil, dos ‘gigantes’ de la corrupción. VIEJOS PROBLEMAS, NUEVAS SOLUCIONES. Me propongo, en esta Introducción, hacer algunas reflexiones que abarquen la problemática que trato en este volumen. El mismo es el quinto volumen del libro sobre Mitos, tabúes y realidades de las universidades, a través de los cuales he he- cho un viaje de aventura que narre y analice las vicisitudes de las universidades en Venezuela. Es un enfoque que procura tomar como unidad de análisis a la univer- sidad en un país específico, Venezuela, elaborando unas consideraciones tales que permitan al lector observar la liason entre la universidad venezolana y el impreciso concepto de la universidad latinoamericana. Cabe una interrogante: ¿la reforma es un procedimiento técnico o es una acción y actividad de componente político e ideológico? Más aun, ¿cuándo reformar? ¿Cómo identificar qué, cuándo y cómo Mitos, tabúes y realidades de las universidades / ORLANDO ALBORNOZ30 reformar? ¿Los ámbitos –después de todo reformar significa cambiar- pueden ser sucesivos y secuenciales o las instituciones tendrán ámbitos bruscos y si se quiere agresivos? El código de la reforma universitaria, en Venezuela, ha sido manejado por Foción Febres Cordero en sus dos monografías sobre el tema: (1959) Autono- mía universitaria y (1959) Reforma universitaria. La universidad venezolana, en términos generales, atraviesa por una larga cri- sis, que comenzó, según mi interpretación, el 5 de diciembre de 1958, cuando el para entones nuevo gobierno democrático proporcionó a las universidades el es- pacio para que abrieran esquemas de reforma universitaria, que reparase la inmo- vilidad que había tenido en esta materia la dictadura militar, cuya doctrina era El Nuevo Ideal Nacional y que gobernó el país entre el 24 de noviembre de 1948 y el 23 de enero de 1958, el primer quinquenio como una Junta de Gobierno, el segun- do bajo el esquema ya de Presidencia del país.18 En aquel acto del 5 de diciembre de 1958 la república exhibió sus mejores galas democráticas. Se promulgó entonces una nueva Ley de Universidades, que resca- taba la autonomía de la universidad, negada por el gobierno militar que gobernó al país entre 1948 y 1958. Se reunieron aquel día, en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, el presidente de la Junta de Gobierno el Dr. Edgar Sana- bria, El Ministro de Educación Dr. Rafael Pizani, El Dr. Francisco De Venanzi, presidente de la Comisión reorganizadora de la universidad venezolana y quien sería el primer rector de la Universidad Central de Venezuela en el nuevo período republicano y a quien se le puede recordar, sin sonrojo, como lo que fue, Rector Magnificus. Finalmente, el Dr. Edmundo Chirinos, entonces representante de los estudiantes, y quien años después sería, también, rector de la UCV. Aceptando que la comparación es forzosa podría permitirme la licencia de señalar cómo, en aquel instante republicano, de respeto y veneración por el alma de la universidad, la autonomía garantizaba que la universidad funcionase “libre de interferencias ex- trañas a su esencia universal”, mientras que en el momento de terminar este libro, Abril de 2015, la universidad venezolana se halla maniatada ante la imposición de una universidad de creencia, que, precisamente, elimina la autonomía de la insti- tución, en nombre de inaceptables argumentos según los cuales la universidad es también un espacio político al servicio del gobierno y no de la república. Si aquella fue una ‘hora luminosa’, como la calificó De Venanzi, la del momento viene a ser una hora triste en la historia de la universidad venezolana y latinoamericana, ins- titución ésta vinculada a la lucha por sus derechos académicos y sociales, en ese largo siglo de encuentros y desencuentros universitarios, que va desde 1918, año de la rebelión universitaria de Córdoba, y el año 2018, año que seguramente hallará a la universidad venezolana aún más hundida en este predicamento de corto plazo y de efectos sin embargo duraderos, como es el proyecto chavista de la universidad, una institución que al parecer el gobierno actual la quiere maniatada, ajena al ethos y espíritu que define lo que es una universidad. Me es absolutamente indispensable reseñar cómo, en modo alguno, menos- precio que una sociedad, en este caso la venezolana, tenga su esquema de creen- cias, pues estas son aquello que provee las posibilidades de la necesaria cohesión social, el famoso glue social, que mantiene compacto a los ciudadanos –esto es, en equilibrio dado-, que si se perturba se crean situaciones de caos y violencia, bajo el formato de la guerra civil o la propia guerra entre naciones. El paradigma del caso VOLUMEN V / Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030 31 fue enunciado por el sociólogo francés Émile Durkheim, en su tesis doctoral: De la division du travail social (1893). Desde entonces se supone que la tesis del francés es la respuesta a las del marxismo, de la lucha de clases. Las creencias, los símbolos, los mecanismos de organización social alrededor de valores compartidos, son la esencia de la sociedad. Lo que se disputa es que instituciones de perfecta raciona- lidad, sometidas a las exigencias del pensamiento plural y crítico, sean gobernadas según aquellos de las creencias, que son asunto de fe, unidimensionales, emotivos,indiscutidos, discutidos ya en nuestro tiempo por Eric Dacheux y Daniel Goujon en su documento (2010) La cohésion sociale source de la richesse économique: pour une approche interdisciplinaire de l’apport théorique de l’économie solidaire à la compréhension des transformations du capitalisme. Por su parte, el tema de la ne- cesaria objetividad en la cosa universitaria ha sido planteada a lo largo de los años desde la creación de la Universidad de Berlín, en 1810, por diversos autores: Dewey, 1916; Israel Scheffler, 1965, en su libro Conditions of Knowledge; Jaakko Hintikka, (1962) –en el espléndido libro del filósofo finlandés Knowledge and belief, al que se añade su libro (1999). Inquiry as Inquiry: A Logic of Scientific Discovery; Gilbert Ryle (1949) The concept of mind; A. J. Ayer (1956) The problem of knowledge; Wi- lliam James (1910) Prgmatism; Rudolf Carnap (1947) Meaning and necesity –en donde se plantea el problema del conocimiento como una necesidad, más allá de su significado, libro este que he asociado a menudo con el libro de Jacques Monod (1970) El Azar y la necesidad y el influyente libro de M. Polanyi (1958) Personal knowledge, sin dejar de mencionar cómo prácticamente en todo el pensamiento universitario venezolano, ya en el siglo XIX, desde quien fuera rector de la Uni- versidad Central de Venezuela, José María Vargas (1827-1829) hasta Ernesto Mayz Vallenilla, rector a su vez de la Universidad Simón Bolívar (1969-1979) se apuntaba hacia la necesaria pluralidad y autonomía de la universidad. Una lectura perturba- dora sobre el tema de mi trabajo es el libro póstumo de Ludwig Wittgenstein (1969) On Certainty, porque allí se plantea cómo a veces la duda es un obstáculo para la comprensión lógica de las cosas. En otras palabras: ¿cuánto de lo que sabemos está libre de ser creencia? Personalmente añado el artículo que juzgo preliminar de Friedrich A. Hayek (1945) “The Use of Knowledge in Society”, y de Robert S. Lynd (1939) su libro Knowledge for what?, uno de los libros fundamentales en el tema, y del filósofo español José Ortega y Gasset (1949) su luminoso libro sobre Ideas y creencias, así como de mi antiguo discípulo Edgardo Lander su artículo “¿Conoci- miento para qué? ¿Conocimiento para quién? Reflexiones acerca de la geopolítica de los saberes hegemónicos”, del 2002.19 Entonces, el mundo de las ideas incluye el pensamiento académico, objetivo y plural, pero también el pensamiento que se apoya en la creencia, en la fe, en lo in- dubitable. Del mismo modo como, debo dejarlo bien claro al inicio de mi libro, se entiende que el conocimiento académico es solo una expresión simbólica que tiene sus propias reglas y patrones pero que, simultáneamente, hay otras expresiones del pensamiento, de grupos humanos que obedecen a sus propias configuraciones simbólicas, como el pensamiento de las poblaciones indígenas, y en general el del llamado pueblo. Por ello el problema se concentra en una sola pregunta: ¿Qué debe ser considerado conocimiento académico y qué en consecuencia entra a la univer- sidad y qué debe quedar fuera de la misma, por irrelevante, banal y superficial o no es todo ello en sí la argamasa del conocimiento académico? En forma capciosa Mitos, tabúes y realidades de las universidades / ORLANDO ALBORNOZ32 puede, quizás, hacerse la pregunta en otros términos: ¿Debe ser desalojado de la universidad el pensamiento lógico propio de la universidad de la razón y en este caso sustituirlo por el pensamiento propio de la universidad de creencia, en el caso venezolano el pensamiento de Hugo Chávez y de hecho el Plan de la Patria que elaboró con tanto esmero como con tanta vacuidad?20 Ahora bien, para Abril de 2017 la situación académica y financiera de la uni- versidad venezolana es un simple ejemplo de decadencia intelectual e institucional, en la misma medida en que el modelo de universidad de razón es sustituido por aquel de la universidad de creencia. La sociedad venezolana no logró consolidar un aparato propio del mundo de las ideas, que al mismo tiempo que fuese rico y original en sí mismo contribuyese al desarrollo nacional a través de la innovación y calidad correspondientes. Se crearon las instituciones, se las dotó de recursos, las mismas fueron útiles al desarrollo, pero nunca se constituyó un aparato autónomo e independiente, y para 2015 las universidades enfrentan déficits fiscales impor- tantes, el stock académico se reduce, ante la imposibilidad de mantener activo el flujo de la generación de relevo y retener el personal, que busca desplazarse hacia otros sitios más amigables –ergo fuga de cerebros.21 Los profesores demandan aumentos de sueldos y salarios que no guardan correspondencia con las posibilidades del estado que ve mermar los mismos en proporciones tales que sus ingresos han de disminuir a menos del cincuenta por ciento del ingreso de apenas hace un año, señalando que el aparato económico del país muestra graves indicios de una crisis cada vez más perniciosa. La insegu- ridad y violencia de la sociedad afecta al comportamiento de las universidades y éstas se hallan incapacitadas de responder a la seguridad de las instituciones y a la seguridad social de su personal. El gobierno de las universidades se halla en un limbo, ya que las autoridades de las universidades autónomas han permanecido en sus cargos al no aplicarse en las mismas las normas legales de la Ley Orgáni- ca de Educación, espacio en donde se hallan las universidades del resto del país, designadas sin participación de las comunidades, unas por el gobierno como si fuesen funcionarios públicos, las universidades privadas por sus propietarios y en general hay una discrepancia entre autoridad y Auctoritas.22 Cabe observar que las universidades no forman parte del master plan del gobierno venezolano, como, del mismo modo, no participa en el mismo –si este existe como tal, más allá del objetivo de preservar el poder- el stock del conocimiento nacional, ya que en toda instancia el conocimiento se importa, como los capitales y el propio ingreso nacio- nal, que depende prácticamente en su totalidad, en cuanto a divisas extranjeras, de la industria petrolera. En este sentido el caso venezolano es probablemente único, en cuanto esta sociedad ha incrementado en estos quince años de gobierno revo- lucionario la dependencia del conocimiento foráneo y la desutilización del talento nacional, cuando las sociedades proceden al revés, empleando primero el talento nacional y luego el internacional, proceso inevitable en el ámbito actual de la glo- balización e internacionalización. Venezuela pareciera, en este orden de ideas, ser víctima de un experimento en recolonización, tal es el género de dependencia que ha promovido en estos años, no obstante que el discurso político se observe lleno de nociones tales como patria y soberanía. La universidad venezolana, entonces, se halla en una situación inequívoca- mente negativa y hallo, según mis reflexiones, improbable que salga de este ámbito VOLUMEN V / Los fundamentos y dinámica de la universidad latinoamericana, caso de Venezuela: 1958-2030 33 de la crisis en los próximos años, porque no se trata de cambiar unas autoridades o que el gobierno satisfaga demandas de las instituciones como dotar a las universi- dades de recursos suficientes –nunca serán suficientes en tanto sean dependientes del aporte estatal-, o que las universidades del sector privado pudiesen cobrar una matrícula acorde con los valores que estipule el mercado, sino que se trata de que el sistema nacional de universidades en Venezuela responde a una dinámica que califico la dinámica del error, ya que desde 1958 hasta el día de hoy, año 2017, el sistema ha sido consecuencia de errores que llamo de origen y de proceso. Explicar esta dinámica es, probablemente, el propósito de este libro, en donde califico al concepto del error como una dinámica incremental, que marcha según su propia inercia hasta hacerse irreversible.
Compartir