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INFRAESTRUCTURA VERDE Y SOLUCIONES BASADAS EN LA NATURALEZA para la adaptación al cambio climático Prácticas inspiradoras en ciudades de Perú, Chile y Argentina INFRAESTRUCTURA VERDE Y SOLUCIONES BASADAS EN LA NATURALEZA para la adaptación al cambio climático Prácticas inspiradoras en ciudades de Perú, Chile y Argentina Autoras: Anna Zucchetti - PERIFERIA Nuria Hartmann - Adapt Chile Teresita Alcántara - Adapt Chile Paz Gonzales - Consultora Coautores y supervisión general: Mariela Cánepa - WWF Perú Cristian Gutierrez - Adapt Chile Con la contribución de: Sebastian Silva Yamile Sánchez Taícia Marques Diseño y diagramación: Kelly Villarreal Citación: Este Reporte debe citarse como Zucchetti, A, Hartmann, N, Alcantara, T, Gonzales, P, Cánepa, M, Gutierrez, C (2020). Infraestructura verde y soluciones basadas en la naturaleza para la adaptación al cambio climático. Prácticas inspiradoras en ciudades de Perú, Chile y Argentina. Plataforma MiCiudad, Red AdaptChile y ClikHub. Editado por: World Wildlife Fund INC Av. Gral. Trinidad Morán 853, Lince, Lima - Perú Primera edición digital, agosto 2020 ISBN: 978-612-46028-8-7 Libro electrónico disponible en www.miciudad.pe/infraestructura-verde Las opiniones expresadas en este libro son de responsabilidad de los autores. Ellos no representan necesariamente la opinión de WWF, Adapt Chile o las instituciones de los autores, los socios o los revisores. Información de contacto: WWF Perú www.wwfperu.org ciudades.sostenibles@wwfperu.org PERIFERIA, Territorios Vivos www.periferia.pe info@periferia.pe ADAPT CHILE www.adapt-chile.org info@adapt-chile.org INFRAESTRUCTURA VERDE Y SOLUCIONES BASADAS EN LA NATURALEZA PARA LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO Prácticas inspiradoras en ciudades de Perú, Chile y Argentina Este documento es un resumen de la sistematizacion de prácticas en infraestructura verde para la adaptación al cambio climático en ciudades de Perú, Chile y Argentina. Presenta un marco conceptual del tema y las características de las diferentes prácticas de 19 ciudades en los tres paises. Este documento fue elaborado por la Plataforma MiCiudad de Perú y la Red Chilena de Municipios ante el Cambio Climático en el marco del proyecto: Ciudades, infraestructura natural y cambio climático: construyendo compromisos locales, regionales y globales desde las Municipalidades y los actores no estatales. Este proyecto está financiado por la Alianza Clima y Desarrollo ( CDKN) en el marco del Centro Regional de Conocimiento sobre el Cambio Climatico (Clikhub) implementado por la Fundación Futuro Latinoamericano. La sistematización fue escrita por Anna Zucchetti, Directora de PERIFERIA/ Plataforma MiCiudad (Perú); Nuria Hartmann y Teresita Alcantara, profesionales de Adapt Chile y Paz Gonzales, consultora argentina. También colaboraron Mariela Cánepa, de WWF Perú/ Plataforma MiCiudad y Cristian Gutierrez, Director Ejecutivo de AdaptChile. Fue revisado por Maria Jose Pacha y Gabriela Villamarín de CDKN/FFLA. Para recolectar la información sobre el marco conceptual y las experiencias de los países, también colaboraron: Sebastian Silva, Ingeniero Forestal; Yamile Sánchez, Ingeniero Forestal y Taicia Marquez, Arquitecta. Para la realización de esta sistematización, se entrevistaron las siguientes personas: Perú: Alcalde de Huamanga, Yuri Alberto Gutiérrez Gutiérrez; Alcalde de Independencia, Yuri José Pando Fernández; Alcalde de Jauja, César Víctor Dávila Véliz; Alcalde de Macchu Picchu, Darwin Baca Leon; Alcalde de Arequipa, Omar Julio Candia Aguilar; Alcalde de Tahuamanu, Abraham Cardozo Mouzully; Doris Aspiazu, Gerente de Medio Ambiente de la Municipalidad de Miraflores; John Esteban Romero, Gerente de Medio Ambiente, Municipalidad de Tarapoto; Alejandro Hesse Martínez, Gerente de Medio Ambiente y Obras Públicas, Municipalidad de San Borja; Robert Jimenez, Coordinador Técnico Proyecto Lomas de Lima, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD. Chile: equipos ambientales encabezados por el Alcalde de Independencia, Gonzalo Durán Baronti, Vocero de la Red Chilena de Municipios ante el Cambio Climático; Alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei Fornet; Alcalde de Quilicura, Juan Carrasco Contreras; Alcalde de Renca, Claudio Castro Salas; Alcalde de San Pedro de la Paz, Audito Retamal Lazo; Alcalde de Valdivia, Omar Sabat Guzmán. Para mayor información, contactarse con: Anna Zucchetti, PERIFERIA/Plataforma MiCiudad (anna@ periferia.pe) o Mariela Cánepa, WWF Peru/Plataforma MiCiudad (Mariela.canepa@wwfperu.org). CONTENIDO Presentación Introducción: Ciudades y Cambio Climático 1. Infraestructura verde y provisión de servicios ecosistémicos en las ciudades 1.1. Infraestructura Verde 1.2. Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) 1.3. Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) 1.4. La forestería urbana y periurbana 2. Realidades de las ciudades de Perú, Chile y Argentina 2.1. Contexto de Perú 2.2. Contexto de Chile 2.3. Contexto de Argentina 3. La Infraestructura verde en Perú, Chile y Argentina 3.1. Perú 3.2. Chile 3.3. Argentina 4. Prácticas urbanas inspiradoras de infraestructura verde y cambio climático 4.1. Criterios para elegir las prácticas urbanas 4.2. Prácticas inspiradoras de las ciudades Perú Chile Argentina 5. Análisis de los casos presentados Bibliografía 01 02 05 06 07 08 09 11 12 13 13 15 16 17 19 22 23 28 51 60 66 77 PRESENTACIÓN En el marco de la agenda de la Plataforma MiCiudad, PERIFERIA y WWF Perú diseñaron en el año 2019 la iniciativa “Ciudades Verdes”, con la finalidad de visibilizar las iniciativas sobre infraestructura natural en las ciudades peruanas. “Ciudades Verdes” busca identificar prácticas inspiradoras, promover el intercambio de saberes y alimentar las políticas públicas orientadas a aumentar el verde urbano y a implementar soluciones basadas en la naturaleza en las urbes del país y de la Región, con un enfoque de adaptación al cambio climático. La oportunidad de reforzar esta agenda para ciudades verdes, se dio en el marco de la Vigésima Quinta Conferencia de las Partes (COP25) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) en Santiago de Chile, que motivó el incremento en la ambición climática y la urgencia en la implementación de los NDC’s a los gobiernos de nuestra región, movilizando las diferentes plataformas y redes de cambio climático. Así, la Plataforma MiCiudad forjó una alianza con la ONG Adapt-Chile, como coordinadores de la Red Chilena de Municipios ante el Cambio Climático (RedMuniCC), para un trabajo conjunto en los dos países y obtuvo el apoyo de la red latinoamericana Clik Hub del Climate Knowledge Development Network (CDKN), bajo el liderazgo de la Fundación Futuro Latinoamericano (FFLA), que generó la oportunidad para crear un espacio colaborativo entre Perú y Chile para fortalecer la agenda climática desde las autoridades subnacionales. Este reporte es el resultado de esta colaboración, lo cual permitió: a) el levantamiento de información de 19 iniciativas urbanas inspiradoras, incluyendo algunas de Argentina, b) un primer acercamiento a las soluciones basadas en la naturaleza aplicadas a contextos urbanos y c) un intercambio de experiencias sobre la gestión de la adaptación climática liderada por los gobiernos locales. A partir de ello, se generaron dos momentos de gran importancia: el primero en Lima, Perú (noviembre de 2019) y el segundo, en Concepción, Chile (febrero de 2020). Adicionalmente, este trabajo ayudó a identificar a un grupo importante de alcaldes de las ciudades del Perú y Chile, quienes son hoy los champions de Ciudades Verdes en sus países y con quienes seguiremos colaborando en los próximos años. Estamos seguros que el Reporte será un insumo valioso para contribuir a la construcción de saberes, la difusión de las prácticas y el debate sobre la importancia de la infraestructura naturalpara la adaptación al cambio climático en las ciudades de nuestra Región. 1 Cristian Gutierrez Pangui Adapt Chile RedMuniCC Mariela Cánepa WWF - Perú Plataforma MiCiudad 2 Casi 8 de cada 10 latinoamericanos vivimos en zonas urbanas1, y el impacto de las ciudades sobre los recursos naturales es, de hecho, desproporcionado en relación a su número de habitantes. Son las ciudades –a nivel regional y global- las que más gases de efecto invernadero (GEIs) emiten a la atmósfera y quienes más impactos sufrirán por el cambio del clima. Estimaciones de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE, 2012) apuntan a que las actividades urbanas representan alrededor del 70% de las emisiones de GEIs, y son responsables por una demanda intensa en recursos como el agua dulce, la madera y otras materias primas (CEPAL, 2015). Además, la alta demanda energética de las ciudades implica que éstas consumen el 67% de la energía producida en el planeta (IEA, 2016). América Latina es el subcontinente con los más altos niveles de urbanización del mundo (85% de la población es urbana); en los últimos años, el proceso de urbanización ha seguido creciendo, especialmente en las ciudades medianas y pequeñas2, cuyo aumento demográfico ha sido impulsado por dos vías: la migración del campo a la ciudad y la migración desde las grandes ciudades (CEPAL, 2015). Actualmente, en Perú, el 79.3% de la población es urbana (INEI, 2017); Chile, por su parte, tiene uno de los niveles de urbanización más altos del mundo con cerca del 90% de la población urbana (Ministerio del Medio Ambiente, 2018), mientras Argentina supera a Chile con una población urbana que alcanza el 92% de la población total (Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda, 2018). En la región, las ciudades son las responsables del grueso de la producción nacional medida a través del Producto Bruto Interno (ONU-Hábitat, 2012). INTRODUCCIÓN: CIUDADES Y CAMBIO CLIMÁTICO 1 Según ONU – HABITAT (2012), se espera que para el año 2050 este porcentaje aumente hasta un 90%. 2 La distinción entre los distintos tipos y tamaños de ciudades no se encuentra unificada. La Red Ciudades y Gobiernos Locales Unidos y ONU Hábitat (2012) definen a las ciudades pequeñas y medianas, como aque- llas que cuentan con entre cincuenta mil y un millón de habitantes. 3 3 La población vulnerable es clasificada de este modo, por sus condiciones socioeconómicas, de salud, educación, edad, género, etnia, medios de vida, ubicación y características de la vivienda, entre otros. 4 Según el IPCC (2014) se entiende por adaptación al: “Proceso de ajuste al clima real o proyectado y sus efectos. En los sistemas humanos, la adap- tación trata de moderar o evitar los daños o aprovechar las oportunidades beneficiosas. En algunos sistemas naturales, la intervención humana puede facilitar el ajuste al clima proyectado y a sus efectos.” Con el actual calentamiento global de 1°C, estamos experimentando en forma rápida e inequívoca impactos como el aumento del nivel del mar, la pérdida de biodiversidad, la alteración de los rendimientos de los cultivos, olas de calor más frecuentes y alteraciones de los patrones de lluvias (Intergovernmental Panel on Climate Change - IPCC, 2018). Como consecuencia, muchos de los servicios básicos de abastecimiento, las infraestructuras, la economía y la calidad de vida se ven afectados. También los ecosistemas ven alterado su ritmo natural y modificados los servicios que proveen (IPCC, 2018). Según el Reporte Tierra del Climate Knowledge Development Network (CDKN) sobre el Quinto Informe de Evaluación del IPCC, el cambio climático en la región incidirá principalmente en la disponibilidad del agua, en la propagación de enfermedades transmitidas por vectores y en la producción y calidad de los alimentos (CDKN, 2020). Los impactos de estos cambios tienden a caer desproporcionadamente en grupos de población vulnerable3, como es el caso de la mayoría de las personas de América Latina y el Caribe. Estos grupos están más expuestos, son más sensibles a los efectos de los cambios climáticos y tienen una capacidad de adaptación más limitada. Las ciudades latinoamericanas –donde existen altos índices de desigualdad y pobreza- poseen un alto nivel de vulnerabilidad y es aquí donde se manifestarán los efectos sobre un mayor número de personas. En este contexto, promover la adaptación4 al cambio climático en las ciudades es una necesidad urgente, tanto para reducir la vulnerabilidad de la población y la infraestructura estratégica, como para prevenir los impactos potenciales sobre la economía y el PBI de las naciones. A tal fin, se vuelve imperativo trabajar para lograr la resiliencia a escala urbana, entendida como “la capacidad de los sistemas sociales, económicos y ambientales de afrontar un suceso, tendencia o perturbación peligrosos, respondiendo o reorganizándose de modo que mantengan su función esencial, su identidad y su estructura, y conservando al mismo tiempo la capacidad de adaptación, aprendizaje y transformación” (IPCC, 2014). Esto implica, por un lado, preparar las ciudades para enfrentar el fenómeno climático y, por el otro, desarrollar la capacidad de recuperación y adaptación ante eventos y desastres difíciles de prever. Una de las estrategias que viene ganando más fuerza y difusión a nivel global, está relacionada a la valorización y manejo de los ecosistemas urbanos como forma de ampliar la oferta en cantidad y calidad de una serie de servicios ecosistémicos (SE). Definidos como las contribuciones directas e indirectas que favorecen el bienestar humano a partir de las funciones de los ecosistemas (TEEB, 2010), los SE son normalmente divididos en cuatro grupos: provisión, regulación, hábitat y soporte y cultural (Cuadro Nº 01). En áreas urbanas, algunos de estos servicios son esenciales para la sostenibilidad y calidad de vida urbana, como por ejemplo, la provisión y regulación de los flujos de agua, la mejora del microclima urbano, el almacenamiento y la remoción de carbono, la calidad del aire y los servicios culturales (FAO, 2018). 4 Para que estos servicios estén disponibles, los ecosistemas deben estar sanos y funcionales. Su provisión también dependerá de factores como la escala (por ejemplo, la provisión de agua potable puede tener un impacto regional, mientras el microclima será beneficiado a escala local) y la realidad socio-económica, ambiental y geográfica. Diversos conceptos vienen siendo desarrollados y aplicados para promover la conservación, ampliación y mejora de los ecosistemas y las áreas verdes urbanas y no urbanas, y así asegurar la provisión de los servicios ecosistémicos. Estos incluyen la infraestructura verde, natural o ecológica, las soluciones basadas en la naturaleza, la adaptación basada en ecosistemas y la forestería urbana, que se describirán a continuación. FUNCIÓN Regulación Producción Hábitat y soporte Culturales Cuadro Nº 01. Las funciones de los servicios ecosistémicos Fuente: Elaboración propia en base a Millennium Ecosystem Assessment (MEA, 2005) y Valdez y Luna (2012). EJEMPLO Purificación del aire, depuración de agua, regulación de flujos de agua y prevención de inundaciones, mantenimiento de fertilidad de suelo, secuestro de carbono, regulación del clima, polinización, protección costera, entre otros Agua fresca, alimentos (vegetales y animales), productos medicinales, fuentes de energía (madera, agua), fibra, recursos genéticos y bioquímicos, productos ornamentales, etc - Protección del suelo - Fotosíntesis - Producción primaria - Ciclo de nutrientes - Ciclo del agua - Diversidad cultural, espiritual y religiosa - Sistemas de conocimiento - Valores educativos - Inspiración - Valores estéticos - Sentido de pertenencia - Herencia cultural - Recreación DESCRIPCIÓN Capacidad para regular procesos ecológicos esenciales y sostener sistemas. Proporcionan muchosservicios directos e indirectos a la población Son una variedad de bienes y servicios para consumo humano, desde alimento y materia prima hasta recursos energéticos y medicinales Proporcionan hábitats de refugio y reproducción para plantas y animales contribuyendo a la conservación biológica y diversidad genética, de especies comerciales Contribuyen a la salud humana proporcionando oportunidades de enriquecimiento espiritual, desarrollo cognitivo, recreación y experiencias estéticas 5 INFRAESTRUCTURA VERDE Y PROVISIÓN DE SERVICIOS ECOSISTÉMICOS EN LAS CIUDADES1 6 1.1. Infraestructura Verde Recientemente, ha crecido el reconocimiento de la “infraestructura ecológica”, “infraestructura natural” e “infraestructura verde” en diversos espacios urbanos, en contraposición o como complemento de la “infraestructura gris” (edificios, carreteras, industrias, sistemas de alcantarillado, canales, sistemas de drenaje, plantas de tratamiento) o “azul” (ríos, lagos, redes de canales, etc.). Todas las ciudades comparten una estructura física similar que comprende las infraestructuras “gris”, “azul” y “verde”. A fin de construir ciudades capaces de responder a los desafíos urbanos y climáticos, es fundamental optimizar las interacciones entre estos elementos (FAO, 2017). Tradicionalmente el término infraestructura incluía únicamente todos los bienes hechos por el ser humano, para atender los sectores sociales (educación, salud, cultura y financiero) y económicos (energía, agua y desagüe, transporte). Éstos en conjunto generaban beneficios y bienestar que se distribuían a la sociedad. Sin embargo, a partir de los años 80, científicos y conservacionistas sugirieron que los ecosistemas también debían ser considerados un tipo de infraestructura (Cardoso da Silva y Wheeler, 2017). El sustento de esta propuesta fue que los ecosistemas sanos proveen de bienes y servicios, algunos consumidos directamente y otros a través de la interacción con otras infraestructuras hechas por el ser humano. Se asumió que, si la sociedad reconocía que los ecosistemas naturales protegidos son un tipo de infraestructura esencial para el desarrollo humano y la seguridad, se podría lograr una mayor inversión en la conservación de estos sistemas (Cardoso da Silva y Wheeler, 2017). El concepto de “infraestructura ecológica”, definido como la estructura constituida por el paisaje natural y las áreas naturales para organizar espacialmente las ciudades, fue considerado como uno de los cinco principios para guiar la planificación de ciudades ecológicas (UNESCO, 1984). El término “infraestructura verde” fue usado por primera vez en 2004 por la Comisión de Corredores Verdes de Florida y fue definido como “(…) una red interconectada de áreas naturales y otros espacios que conservan los valores y funciones de ecosistemas naturales, mantienen el aire y agua limpios y provee un amplio abanico de beneficios a la vida silvestre y humana” (Benedict y Mahón, 2006). El término “infraestructura natural” surgió de forma relativamente reciente y fue utilizado por primera vez para resaltar la importancia de los humedales en el manejo de sistemas de agua dulce (Sajaloli, 1996). La expresión es amplia y cubre una gama de temas, por lo que adquiere un significado distinto para diferentes usuarios dependiendo de la escala de su aplicación: funciones, servicios ambientales, beneficios sociales o en el planeamiento del territorio (Davies, 2013). Recuadro Nº 01. Definición de Infraestructura verde según la Comisión Europea (2013) Es una red estratégicamente planificada de áreas naturales y seminaturales con otras características ambientales diseñadas y administradas para ofrecer una amplia gama de servicios ecosistémicos tanto en entornos rurales como urbanos. Es una herramienta para proporcionar beneficios ecológicos, económicos y sociales a través de soluciones naturales, que nos ayudan a entender las ventajas que la naturaleza ofrece a la sociedad y a movilizar inversiones que sostengan y mejoren estos beneficios. Es un concepto que integra la conectividad de los ecosistemas, su protección y la provisión de servicios ecosistémicos, al mismo tiempo que aborda la mitigación y la adaptación al cambio climático. Contribuye a minimizar los riesgos de desastres naturales, mediante el uso de enfoques basados en los ecosistemas para la protección costera a través de la restauración de pantanos / llanuras de inundación en lugar de construir diques. La infraestructura verde ayuda a garantizar la provisión sostenible de bienes y servicios ecosistémicos al tiempo que aumenta la resiliencia de los ecosistemas (…) Fuente: Comisión Europea, 2013. INFRAESTRUCTURA VERDE 7 El concepto de “infraestructura verde” (y ecológica) es el más utilizado en estudios de ecosistemas terrestres, mientras que “infraestructura natural” se refiere a una visión más integral que abarca diferentes tipos de ecosistemas (Cardozo da Silva y Wheeler, 2017). Ambos son utilizados en estudios en el ámbito urbano. En general, se identifican dos elementos comunes a las distintas definiciones: conectividad y multifuncionalidad (Baró y Bon Pastoral, 2015). La conectividad está relacionada a la importancia de la infraestructura natural para mantener el funcionamiento de los ecosistemas y de esa forma asegurar la provisión de servicios ecosistémicos. La conectividad también permite el movimiento de especies a través del paisaje y promueve la conservación de la biodiversidad. La multifuncionalidad hace referencia a los múltiples usos y funciones que una infraestructura natural puede tener, como, por ejemplo, la protección frente a inundaciones, fines recreacionales o turísticos y la protección de la fauna silvestre (Marques, 2020). La capacidad de los ecosistemas de entregar los servicios ecosistémicos depende del estado o salud de los mismos, variables que están sujetas a procesos de transformación y producción de los sistemas humanos, como el cambio en el uso de la tierra, la expansión urbana, la extracción de materias primas, la producción de alimentos y las alteraciones atmosféricas que provocan el cambio climático (Adapt Chile, 2015). En las últimas décadas, ante la clara tendencia a la degradación de los ecosistemas y su capacidad de prestar servicios vitales, surgen diversas herramientas para promover el desarrollo sostenible con un enfoque basado en la infraestructura natural. Entre estos, se encuentran: 1.2. Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) Es un nuevo concepto que abarca a todas las acciones que se apoyan en los ecosistemas y los servicios que estos proveen, para responder a diversos desafíos de la sociedad como el cambio climático, la seguridad alimentaria o el riesgo de desastres (IUCN, 2019). Las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) son “acciones para proteger, gestionar y restaurar de manera sostenible los ecosistemas naturales o modificados que hacen frente a los desafíos sociales de manera efectiva y adaptativa, proporcionando simultáneamente beneficios para el bienestar humano y la biodiversidad” (Resolución de la UICN WCC-2016-Res-069). Las SbN están inspiradas y respaldadas por la naturaleza y utilizan o imitan los procesos naturales para contribuir a la gestión mejorada del agua, suelo, clima, los riesgos o la ciudad como conjunto. Una SbN puede implicar la conservación, restauración y manejo sostenible de los ecosistemas naturales y/o la mejora o creación de procesos naturales en ecosistemas modificados o artificiales. Se pueden aplicar a microescala (por ejemplo, un inodoro seco o un pequeño humedal) o a macroescala como por ejemplo, un río o el paisaje (Álvarez Laso, 2018). Actualmente, se están preparando los Estándares Globales para las SbN con la finalidad de implementar, evaluar, mejorar y escalar las intervenciones de SbN globalmente (Comunicación personal, Commission of ecosystem management CEM-UICN, 2020y Cohen-Shacham, 2019). Las SbN se pueden considerar como un “concepto paraguas” que incluye una serie de enfoques diferentes como la Adaptación basada en Ecosistemas (AbE), la forestería urbana o el biomimetismo. Estos enfoques nacen de distintas disciplinas pero comparten un mismo interés en utilizar las funciones de los ecosistemas para resolver los problemas que enfrentamos, en lugar de depender solamente de soluciones convencionales. Los enfoques de SbN pueden ser utilizados en combinación con otros tipos de intervenciones. Por ejemplo, los desafíos en seguridad alimentaria pueden ser resueltos de mejor forma si se combinan SbN (como los sistemas agro-forestales o la restauración de humedales) con soluciones más convencionales, como la mejora de la distribución y acceso a alimentos, o políticas de comercio que apoyan a productores locales (International Union for Conservation of Nature - IUCN, 2019). Estos enfoques también pueden generar múltiples beneficios para la población y la biodiversidad, puesto que movilizan el conocimiento tradicional o de la comunidad local sobre el funcionamiento del ecosistema y la interacción naturaleza-sociedad (Álvarez Laso, 2018). 8 El término de Soluciones basadas en la Naturaleza implica un cambio de perspectiva: la población no es solo un beneficiario pasivo de los productos y servicios de la naturaleza, sino que también puede proteger, gestionar y restaurar proactivamente los ecosistemas y la infraestructura urbana inspirándose en los principios de la naturaleza, ayudando así a resolver los desafíos del desarrollo, la adaptación al cambio climático y aumentando la resiliencia de las ciudades (UICN, 2019). En el ámbito urbano, las SbN se aplican en la planificación urbana, la gestión integrada de cuencas, la gestión del riesgo de desastres y también en el diseño urbano y arquitectónico. Algunos ejemplos cada vez más comunes de SbN incluyen la reforestación y restauración de ecosistemas riparios para estabilizar cauces de ríos y prevenir desbordamientos; la creación de zonas naturales de inundación para retener agua en episodios de lluvias extremas; o la depuración y mejora de la calidad del agua a través de sistemas de humedales (fito-remediación) (UICN, 2017). Otros ejemplos de SBN en el ámbito urbano incluyen la implementación o mejora de áreas verdes urbanas como parques y árboles en calles para reducir el efecto de isla de calor (Gill et al., 2007) o la instalación de techos y muros verdes que permiten la regulación de la temperatura en edificios, aumentan el confort térmico y reducen el uso de aire acondicionado (C40, 2017). 1.3. Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) La AbE se define como “el uso de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos como parte de una estrategia general de adaptación” (CBD, 2009). Es un enfoque de planificación y gestión basada en el uso de la diversidad biológica y los servicios ecosistémicos para la adaptación de personas u organizaciones frente a los efectos adversos del cambio climático (Colls et al. 2009, Adapt Chile y EUROCLIMA, 2017), que ha ido tomando vigencia a partir de la reflexión y la praxis en materia de adaptación al cambio climático. Es un enfoque de reciente emergencia que ha sido reconocido por reducir eficazmente la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia de las comunidades (Soluciones Prácticas y otros, s/f ). La UICN define la AbE como “un conjunto de estrategias, políticas y prácticas destinadas a la protección y restauración de los servicios de la naturaleza para reducir la vulnerabilidad de la sociedad frente al cambio climático (UICN, 2017)”. La AbE es uno de los componentes de las Soluciones Basadas en la Naturaleza que comprenden también la Mitigación basada en Ecosistemas (MbE) y la Reducción de Riesgos de Desastres basada en Ecosistemas (Eco-DRR por sus siglas en inglés). Según la CAF, Banco de Desarrollo de América Latina (2017), la AbE ofrece la oportunidad de promover ciudades que puedan migrar a economías bajas en carbono y sean resilientes al cambio climático, con conservación del capital natural e inclusión social. La AbE se reconoce como un enfoque que trae múltiples beneficios a los territorios y a las ciudades, apoyando a los gobiernos locales en sus esfuerzos de conservación, restauración y adaptación al cambio climático. Efectivamente, el diseño de medidas de AbE implica (Soluciones Prácticas, s/f): i. Mantener y conservar los ecosistemas interconectados para permitir su adaptación y las condiciones ambientales cambiantes, y mejorar la generación de servicios ecosistémicos; ii. Restaurar los ecosistemas degradados y volver a generar los procesos ambientales de importancia crítica; iii. Adaptar las estrategias y programas de manejo de recursos naturales para incorporar la noción de los impactos producidos por el clima. 9 1.4. La forestería urbana y periurbana Es la práctica de gestión de los bosques urbanos para asegurar su contribución óptima al bienestar de las sociedades urbanas. Es un enfoque integrado, interdisciplinario, participativo y estratégico de planificación y gestión de los bosques y árboles en y alrededor de las ciudades (FAO, 2017) que brinda múltiples beneficios a las ciudades (Cuadro Nº 02). Se complementa con la arborización urbana cuyos beneficios son ampliamente conocidos e incluyen: conservación de suelos, regulación de ciclos hídricos y de nutrientes, regulación de clima, protección de viento y radiación solar. Según la FAO, los bosques y los árboles de los entornos urbanos y periurbanos, pueden contribuir a que las ciudades se vuelvan: • más seguras - reduciendo la escorrentía del agua fluvial y las repercusiones causadas por el viento y las tormentas de arena, atenuando el efecto “isla de calor” y contribuyendo a la mitigación y adaptación al cambio climático; • más agradables - ofreciendo lugares para el recreo y sedes para eventos sociales y espirituales, y mejorando las condiciones meteorológicas extremas; • más saludables - mejorando la calidad del aire, ofreciendo zonas para el ejercicio físico y fomentando el bienestar psicológico; • más prósperas - ofreciendo oportunidades para la producción de alimentos, medicinas y madera y generando servicios ecosistémicos de gran valor económico; • más diversas y atractivas - ofreciendo experiencias naturales para los habitantes de las zonas urbanas y periurbanas, aumentando la biodiversidad, creando paisajes diversos y manteniendo las tradiciones culturales (FAO, 2017) DESAFÍOS URBANOS Y DEL CAMBIO CLIMÁTICO Seguridad alimentaria Eventos climáticos extremos y olas de calor Pérdida de la biodiversidad Falta de cohesión comunitaria y social Degradación del suelo y el paisaje Seguridad hídrica Emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) Cuadro Nº 02. Potencial contribución de los bosques urbanos para enfrentar desafíos urbanos y climáticos BENEFICIOS DE LOS BOSQUES URBANOS - Suministran alimentos, agua limpia y leña - Crean empleos y aumentan los ingresos de poblaciones vulnerables - Mitigan el clima local y fomentan la resiliencia - Preservan y aumentan la biodiversidad, contribuyen a mantener los ecosistemas sanos y conservar el stock de carbono - Ofrecen lugares para la interacción social y fortalecen la resiliencia comunitaria - Mejoran las condiciones del suelo y previenen la erosión - Regulan los flujos hidrológicos, retienen desbordes y mitigan las inundaciones - Permiten la infiltración y reutilización de las aguas residuales - Absorben y almacenan carbono. Remueven los contaminantes del aire, incluyendo partículas que amplifican el efecto invernadero Fuente: Elaboración propia a partir de FAO (2017) Directrices para la silvicultura urbana y periurbana. 10 En varios países de América Latina, en el marco de programas de adaptación al cambio climático, se han promovido iniciativas de reforestación y arborizaciónurbana utilizando especies nativas que incrementan la resiliencia ecosistémica, su capacidad de recuperarse ante perturbaciones climáticas y eventos extremos, reduciendo la vulnerabilidad de las ciudades (CAF, 2017). Fuente: Elaboración propia. Figura Nº 01. Relación entre Soluciones Basadas en la Naturaleza, Adaptación basada en Ecosistemas y Forestería Urbana La forestería urbana puede considerarse una SBN y, dentro de esta, una práctica de AbE (Figura Nº 01). Soluciones Basadas en la Naturaleza Adaptación basada en Ecosistemas Forestería urbana 11 REALIDADES DE LAS CIUDADES DE PERÚ, CHILE Y ARGENTINA2 12 2.1. Contexto de Perú El Perú es un país con poblaciones y ecosistemas altamente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático. Como informa la Tercera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático (Ministerio del Ambiente - MINAM, 2016), entre los años 2003 y 2014, se ha registrado un aumento de las emergencias climáticas del 25%, frente a una tendencia de estabilidad en las emergencias no climáticas (Instituto Nacional de Defensa Civil - INDECI, 2015). Las emergencias afectan principalmente a las poblaciones más vulnerables del país, sus actividades productivas, el acceso al agua y la ocurrencia de enfermedades. La pobreza, la baja articulación institucional y la débil gobernanza del desarrollo y una base productiva altamente dependiente de los fenómenos climáticos, condicionan y definen esta alta vulnerabilidad. En los últimos años, el país ha avanzado sustancialmente en diseñar y aprobar diversos instrumentos para la gestión del cambio climático: estos incluyen la Estrategia Nacional de Cambio Climático, el Plan de Acción de Mitigación y Adaptación, el Plan de Género y Cambio Climático, así como la Contribución Nacional Determinada (Nationally Determined Contribution) del país. Las regiones y los diferentes sectores como Economía y Finanzas, Agricultura, Salud, Pesca y Turismo5 han incorporado la gestión del riesgo en un contexto de cambio climático en las políticas, los instrumentos de planificación y el Sistema Nacional de Inversión Pública. Todos los instrumentos, hasta la fecha, han priorizado – como sectores vulnerables- la agricultura, la pesca y los sistemas de recursos hídricos para distintos usos, así como el sector salud (Ministerio del Ambiente - MINAM, 2016). Como ecosistemas vulnerables se han identificado los montañosos andinos, los forestales, los amazónicos y los marino costeros: muchos de ellos tienen como eje común y articulador al agua, como las cabeceras de cuencas, bofedales y cuerpos de agua, puna, humedales, praderas naturales, glaciares, etc. Por el lado de los grupos humanos vulnerables priorizados, se han identificado las poblaciones rurales ligadas a la agricultura familiar de subsistencia y los pescadores artesanales. Hasta el año 2016, se han desarrollado al menos 330 iniciativas a nivel nacional vinculadas a la gestión del cambio climático (programas, proyectos y/o acciones), 112 de las cuales han abordado la adaptación desde distintos enfoques (MINAM, 2016). De estas, solo el 4% atañe a las ciudades6. Así, las ciudades y los grandes bolsones de sectores vulnerables que habitan en las ciudades no han sido priorizados en los planes nacionales. Se espera que las ciudades -como territorios y como sector- asuman un rol más protagónico con la próxima actualización de los instrumentos de gestión y en el contexto de la nueva Ley Marco de Cambio Climático (2018) y su Reglamento (2019), que especifican el rol de los gobiernos locales en la gestión climática. Mientras tanto, diversos Municipios a nivel nacional han empezado a incorporar la narrativa y la acción climática a sus agendas. Esta acción se relaciona, generalmente, con los planes y proyectos de infraestructura verde que este reporte visibiliza. Existen 365 centros poblados en el Perú, de acuerdo a la clasificación del Sistema Nacional de Centros Poblados (SINCEP)7, con 196 gobiernos provinciales y 1874 gobiernos distritales. De estos, 276 son centros urbanos de diversos tamaños, desde ciudades menores (de 5 a 10 mil habitantes) a metrópolis nacionales (Lima y Callao con más de 9 millones de habitantes, MVCS, 2017). Según el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), ente rector de las políticas urbanas del país, 4 de cada 10 peruanos viven en condiciones precarias de 5 Ver, por ejemplo: MINAGRI. Plan Nacional de Gestión de Riesgos y Adaptación al Cambio Climático en el Sector Agrario. MINSA. Plan Integral de Mitigación y Adaptación frente a los efectos adversos del Cambio Climático en la Salud Pública. 6 Registro de iniciativas frente al cambio climático en el Perú (2009-2015) para la Tercera Comunicación Nacional de Cambio Climático” del Ministerio del Ambiente - MINAM (2016). 7 Los centros poblados considerados son los listados en el Sistema Nacional de Centros Poblados definido en el Reglamento de Acondicionamiento Territorial y Desarrollo Urbano Sostenible - D.S. No 022-2016-VIVIENDA. habitabilidad, y el ineficiente proceso de desarrollo urbano y territorial del país limita el acceso de la población a servicios públicos, equipamiento social, infraestructura colectiva, sistemas de movilidad, conectividad, espacios públicos, vivienda adecuada, seguridad ante riesgos de desastres, el uso racional del suelo en favor del interés común y la sostenibilidad ambiental (MVCS, 2018). 2.2. Contexto de Chile En Chile, el órgano encargado de proponer políticas y formular los planes y programas de acción en materia de cambio climático es, por ley, el Ministerio del Medio Ambiente (MMA). Este fue creado en enero del año 2010, como sucesor de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA, 1994). El Departamento de Cambio Climático se encarga de Mitigación, Adaptación y Financiamiento Climático. Desde la creación del MMA, la política climática se ha ido transversalizando a otras políticas e instituciones del Estado. Hoy, el único responsable legal desde el punto de vista institucional, es el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático. El Plan de Acción Nacional de Cambio Climático (PANCC 2017-2022) aprobado por este Consejo, sistematiza toda la política pública de cambio climático en Chile y presenta 79 compromisos transversales a nivel central y subnacional. Durante este año 2020, Chile ingresó al parlamento su proyecto de Ley Marco de Cambio Climático, la renovación de su NDC y actualmente se encuentra en la elaboración de la Cuarta Comunicación Nacional de Chile ante la Convención Marco de Naciones Unidas ante el Cambio Climático (CMNUCC): por primera vez, se incluye en el Capítulo de Adaptación la información producida por los municipios chilenos con la colaboración de Adapt-Chile y la Red Chilena de Municipios Ante el Cambio Climático, RedMuniCC. 13 Por sus características geográficas, Chile se encuentra sometido a múltiples y crecientes amenazas hidrometeorológicas, sísmicas y volcánicas que lo convierten además en un país altamente vulnerable al cambio climático (MMA, 2019). Las condiciones de la Región Metropolitana de Santiago y de otras ciudades del país justifican la pertinencia de adoptar soluciones de infraestructura verde asociadas a un plan estratégico (Vasquez, 2016 y MMA, 2011). Las soluciones de infraestructura verde pueden contribuir, además, a enfrentar los desafíos urbanos comunes a muchas ciudades chilenas, como los altos niveles de segregación social, los déficits de áreas verdes, el acceso desigual a los espacios abiertos, el deterioro de los ecosistemas urbanos y periurbanos y la contaminación ambiental. 2.3. Contexto de Argentina En Argentina, la Dirección Nacional de Cambio Climático dependiente del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable es el área operativa a cargo de llevar adelante los compromisos que el país ha asumido frente a la CMNUCC. A fin de promover un diálogo intersectorialy de avanzar en el desarrollo de las políticas de mitigación y adaptación del cambio climático, la República Argentina ha conformado el Gabinete Nacional de Cambio Climático (GNCC) el cual fue oficializado en el 2016 mediante el decreto del Poder Ejecutivo n° 891/2016. Este Gabinete brinda un marco técnico y político para la elaboración de planes sectoriales de cambio climático, que forman parte del Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático (PNAyMCC). Los planes sectoriales contienen la estrategia en materia de cambio climático de cada agencia de gobierno, según su competencia. A la fecha, se han desarrollado planes de acción para los siguientes sectores: Salud, Energía, Transporte, Producción Agropecuaria, Industria, Intraestructura y Bosques. Asimismo, en el año 2019 Argentina sancionó la Ley de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global con el propósito de fortalecer la institucionalización de la labor que viene desarrollando el GNCC desde 2016. La Argentina tiene como característica particular una gran extensión de territorio donde la densidad de población es baja: esta se concentra en unos pocos centros urbanos. La densidad poblacional media a nivel nacional es de 10.7 hab/km2, siendo máxima en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con 14.451 hab/km2 y mínima, de 0.1 hab/km2, en la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, 2019). En los últimos 20 años, Argentina ha vivido una serie de procesos referidos a los cambios que se han desarrollado en los patrones de urbanización y ocupación del suelo. En base a los datos resultantes de los dos últimos censos (2001 y 2010), podemos observar una evidencia de este proceso. En este período, los datos demuestran una tendencia generalizada hacia un fuerte crecimiento de la superficie urbanizada en contraste con un crecimiento 14 medio de la población y, como consecuencia, un marcado aumento en el promedio de superficie urbanizada por habitante. Argentina cuenta con un único nodo de jerarquía internacional (Gran Buenos Aires) y 5 nodos de jerarquía nacional (Córdoba, Rosario, Mendoza, Tucumán y La Plata), que reúnen más del 50% de la población urbana del país. El 47% de la población vive en ciudades intermedias y pequeñas. Al igual que en otros países de la región, Argentina ha experimentado un proceso de migración inversa ciudad – campo, lo cual genera grandes cambios en la morfología urbana y en la demanda y provisión de bienes y servicios. En lo que respecta al proceso argentino, se ha podido observar un aumento en el involucramiento de los gobiernos locales en lo que respecta a los aspectos ambientales y sociales. Si bien el gobierno nacional sigue contando con un rol relevante, se ha empezado a reconocer la necesidad de contar con un mayor involucramiento de múltiples actores reivindicando el rol de los gobiernos locales en el desarrollo de políticas públicas ambientales. LA INFRAESTRUCTURA VERDE EN PERÚ, CHILE Y ARGENTINA3 15 3.1. Perú En el Perú, el concepto oficialmente utilizado es el de “infraestructura natural”, que está definida como la “red de espacios naturales que conservan los valores y funciones de los ecosistemas” (Decreto Supremo N° 027- 2017-EF). Esta es reconocida por el Sistema Nacional de Programación Multianual y Gestión de Inversiones (SNPMGI). Los “Lineamientos para la incorporación de criterios sobre infraestructura natural y gestión del riesgo en un contexto de cambio climático” aprobados por el Gobierno del Perú8, identifican las acciones de inversión en infraestructura natural y se orientan esencialmente a espacios fuera del ámbito urbano: reforestación y revegetación con especies nativas, instalación de terrazas de formación lenta, enriquecimientos de suelo, construcción de qochas (reservorios de agua) y barreras rompeviento (SENACE, 2019). Sus beneficios, sin embargo, repercuten directamente sobre las ciudades. Así, no existe una definición oficial explícita relacionada a la infraestructura natural en los contextos urbanos. El Plan de Espacios Abiertos e Infraestructura Ecológica (PEAIE) de Lima (SERVICIO DE PARQUES DE LIMA - SERPAR y CAF, 2014)9, define la infraestructura ecológica como “la red de espacios naturales y espacios abiertos, planificada y gestionada estratégicamente para proteger y conservar ecosistemas estratégicos de un territorio y brindar servicios ambientales, sociales y económicos a su población…”. Identifica tres categorías y más de 20 tipos de espacios abiertos en diversas escalas que trascienden la infraestructura natural y los servicios ecosistémicos (Cuadro Nº03). La Ley de Cambio Climático del Perú hace mención al enfoque de adaptación basada en ecosistemas (AbE): en los principios de la Ley, se definen la mitigación y adaptación basada en ecosistemas, como las “acciones para la protección, manejo, conservación y restauración de ecosistemas, particularmente, de los ecosistemas frágiles, como los glaciares y ecosistemas de montaña; los ecosistemas marino costeros; y las áreas naturales protegidas, a fin de asegurar que estos continúen prestando servicios ecosistémicos” (art. 3, Ley 30754 del 2018). Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs) del Perú incluyen 91 medidas de adaptación, de las cuales, 8 RM 258-2018-MINAM. 9 Aún no aprobado formalmente por la Municipalidad de Lima Metropolitana. CATEGORÍA Estructura ecológica Espacios con poten- cial de uso público Espacios públicos Cuadro Nº 03. Tipologías de espacios abiertos e infraestructura ecológica de Lima Fuente: Servicio de Parques de Lima - SERPAR, 2014. TIPO DE ESPACIO - Valles costeros - Humedales costeros - Litoral marino - Lomas costeras - Montañas áridas andinas - Desierto y pampas áridas - Equipamientos deportivos - Patrimonio arqueológico prehispánico - Pasivos ambientales - Rellenos sanitarios - Faja marginal de ríos - Servidumbres - Canales de riego - Parques zonales - Parques metropolitanos - Parques distritales - Plazas - Calles locales - Avenidas y Alamedas - Vías expresas - Intercambios viales 16 37 están relacionadas directamente a la AbE y 18 contienen acciones vinculadas a la infraestructura natural (Ministerio del Ambiente - MINAM, 2020). Si bien la Ley incluye el principio de “Mitigación y adaptación basada en la planificación territorial” que incorpora la mitigación y adaptación en la planificación territorial a escala regional y local (…) para la construcción de ciudades sostenibles, resilientes y ambientalmente seguras (art. 3, Ley 30754), el enfoque urbano en las acciones y medidas identificadas en las NDCs no es explícito. En cambio, la promoción de la forestería urbana es una política nacional: la Ley Forestal (Ley 29763) establece que el Estado reconoce los beneficios de la existencia de árboles en las ciudades y promueve la forestería urbana. El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), como ente rector del sistema forestal nacional, tiene entre sus facultades, la promoción de la forestería urbana dentro de las ciudades y en el ámbito periurbano para la recuperación de áreas degradadas, creación de microclimas, disminución del polvo sedimentable, así como para programas de empleo temporal y desarrollo social10. Se basa en una institucionalidad descentralizada conformada por las autoridades regionales forestales y de fauna silvestre de los gobiernos regionales que deben brindar asistencia técnica a los gobiernos locales en actividades necesarias para el mantenimiento e incremento de las áreas forestales urbanas11. Este nivel de descentralización y cooperación entre gobiernos subnacionales, sin embargo, aún es incipiente. Más bien, muchas municipalidades provinciales y distritales ejecutan programas o proyectos de forestería urbana con recursos propios y el apoyo de la sociedad civil que, en muchoscasos, se implementan sin considerar ni garantizar condiciones básicas de sostenibilidad de las plantaciones. 3.2. Chile En Chile, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo define la infraestructura verde como un sistema interconectado de espacios verdes diversos que sostienen una variedad de funciones y beneficios (Universidad de Chile, 2017). El Ministerio del Medio Ambiente (MMA), según su Informe del Estado del Medio Ambiente (2016), establece que la infraestructura verde es una herramienta para “compatibilizar el crecimiento urbano con la protección del medio ambiente, destacando la importancia que los espacios verdes tienen como generadores de beneficios para los habitantes de las ciudades, como la regulación de temperatura, purificación del aire, disminución de ruidos, espacios para correr, caminar o andar en bicicleta, lugares para la recreación, el ocio y el contacto con la naturaleza, mejorar la calidad visual del paisaje, entre otros.”12 Asimismo, define como objetivo de la Infraestructura Verde Urbana “mejorar la capacidad de la naturaleza para generar bienes y servicios ecosistémicos en la ciudad, siendo la biodiversidad su eje central. Los beneficios otorgados permiten fomentar una mejor calidad de vida y bienestar humano, mejoran la biodiversidad, aumentan la protección contra el cambio climático y se desarrolla un enfoque integrado de desarrollo, que promueve un uso sustentable y planificado del territorio”.13 Pero la infraestructura verde no solamente se contempla en el ámbito urbano sino también en el ámbito rural y periurbano (Figura Nº 02). Por otro lado, el enfoque AbE aún no se utiliza en la normativa o los instrumentos oficiales de Chile. 10 Art. 77 D.S. 020-2017-MINAGRI 11 Art 132, Ley 29763. 12 MMA (2016) basado en Ribeiro y Barao, 2006; Conine et al., 2004; citado en www. corredoresverdes.cl, 2016. Online: https://sinia.mma.gob.cl/wp-con- tent/uploads/2017/08/IEMA2016.pdf 13 Ministerio del Medio Ambiente de Chile (2016): https://sinia.mma.gob.cl/wp-content/uploads/2017/08/IEMA2016.pdf 17 BOSQUE NATIVO / RESERVAS NACIONALES / RÍOS Y ESTEROS ÁREAS VERDES RIBEREÑAS HUMEDALES / QUEBRADAS Tipologías de Espacios Verdes REGIONAL LOCAL PARQUES URBANOS / CAMPUS UNIVERSITARIOS / JARDINES DE HOSPITALES / A. VERDES DEPORTIVAS PLAZAS Y PLAZOLETAS / CALLES ARBOLADAS / CICLOVÍAS / A. VERDES DE LÍNEAS DE METRO / JARDINES PRIVADOS CERROS ISLA / AGRÍCOLA / ÁREAS VERDES DE AUTOPISTA Elaborado en base a: Proyecto colaborativo Infraestructura Verde Santiago. (Ministerio de Vivienda y Urbanismo, Universidad de Chile, 2017). Figura Nº 02. Tipologías de Espacios Verdes según su nivel y ámbito territorial En cuanto a la forestería urbana, las competencias, funciones y atribuciones que existen en la materia provienen de la legislación forestal chilena, específicamente la Ley de Bosques de 1931 (Decreto 4363, 193114 ), la que entrega funciones y atribuciones directas a las municipalidades. La normativa local que rige el manejo del arbolado urbano en las ciudades tiene diversos enfoques y propósitos respecto del arbolado urbano, pero en muchos casos, el concepto de multifuncionalidad que cumple el arbolado urbano aún está ausente. En la mayoría de los casos, las aproximaciones al arbolado urbano se relacionan exclusivamente con conceptos como: ornato, área verde, descontaminación atmosférica. En el entendimiento y gestión de la forestería urbana prevalece una falta de conceptualización desde el enfoque de la planificación territorial, que permita la generación de instrumentos que coadyuven a que este tema logre la relevancia al nivel de gestión que el país necesita para la adaptación y mitigación del cambio climático. 14 https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=19422. 18 ÁMBITO RURAL ÁMBITO URBANOÁMBITO PERIURBANO 3.3. Argentina En Argentina, el concepto de infraestructura verde está integrado al Plan de Acción Nacional de Infraestructura, Territorio y Cambio Climático de 2019 (Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentale, 2019) que integra medidas de adaptación al cambio climático que contemplan la protección o restauración de infraestructura verde, incluyendo la adaptación basada en ecosistemas, como: • Promover un enfoque de adaptación basado en ecosistemas en la planificación de la infraestructura y sistemas resilientes: la medida plantea hacer uso de los ecosistemas (p.ej. humedales) para evitar y reducir el impacto de los eventos climáticos extremos. Este tipo de actuación es una medida de infraestructura verde, que conlleva la conservación, restauración y/o creación de los espacios naturales (Eje transversal). • Desarrollar un plan de forestación en urbanizaciones e incremento de la superficie permeable: esta medida propone aumentar el arbolado en las urbanizaciones, con el fin de aumentar la superficie permeable y las fuentes de sombra que reduzcan el asoleamiento excesivo (Eje Vivienda y Urbanismo). • Promover el desarrollo de infraestructura verde y otras soluciones basadas en la naturaleza para la adaptación al cambio climático: la medida propone aumentar la superficie con cubierta vegetal en zonas urbanas. Este tipo de medida regula el ciclo hidrológico del agua y aumenta la infiltración amortiguando los excesos hídricos, reduce el efecto de islas de calor, es fuente de sombra, etc. (Eje Vivienda y Urbanismo). En lo que respecta a los gobiernos locales, se puede mencionar el ejemplo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que, en su código urbanístico, ha incluido las siguientes estrategias de sustentabilidad urbana y sus respectivas herramientas: 1. Prevención de la isla de calor: techos fríos; techos verdes extensivos; techos verdes intensivos; muros verdes sin fertirriego en fachadas Norte, Oeste y Noroeste; aumento de superficies reflectantes; maximización de materiales y superficies que no absorban calor; y reducción de calor antropogénico; 2. Prevención de Riesgo Hídrico: ralentización; infiltración; recolección y reúso; superficie absorbente sobre el suelo natural o sobre losa; superficie semi absorbente sobre terreno natural o losa; 3. Restauración de la Biodiversidad con vegetación nativa y/o endémica; 4. Calidad Ambiental del Hábitat construido: confort visual (iluminación natural); confort acústico; calidad de aire interior; materiales constructivos y sustentabilidad; gestión Integral de residuos; gestión ambiental del proceso constructivo; 5. Eficiencia Energética: disminución en el consumo de energía eléctrica; medidores inteligentes; sistemas de acondicionamiento térmico eficiente; incorporación de energías renovables. Más allá de lo mencionado en el Plan de Acción de Cambio Climático e Infraestructura, Argentina no cuenta con una política pública nacional de promoción del arbolado urbano. El Plan Estratégico Territorial Nacional15 cuenta con un capítulo vinculado a la “Inversión y Gestión Integral para la Reducción de Riesgo de Desastres”, que plantea incluir el análisis de riesgo de desastre en los planes de ordenamiento y planes urbanos así como en los programas y proyectos de inversión pública y privada, considerando también la adaptación al cambio climático y la mitigación. Dentro de este objetivo no se observa que se hayan incluido aspectos vinculados con el aprovechamiento, manejo o conservación de la naturaleza. 15 Este Plan Nacional incluye planes regionales, en el caso del Plan Territorial Patagónico, se hace mención a la naturaleza pero considerando su aprove- chamiento forestal y el potencial de desarrollo turístico a partir de la naturaleza. Este plan nacional también incluye los planes provinciales. 19 Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) Aun no se utiliza oficialmente en ningún país. Nuevo concepto que abarca a todas las acciones que se apoyan en los ecosistemas y los servicios que estos proveen, para responder a diversos desafíos de la sociedad como el cambio climático, la seguridadalimentaria o el riesgo de desastres. Las SbN están inspiradas y respaldadas por la naturaleza y utilizan o imitan los procesos naturales para contribuir a la gestión mejorada del agua, suelo, clima, los riesgos o la ciudad como conjunto. Infraestructura Ecológica Perú: se utiliza en el Plan de Espacios Abiertos de la Municipalidad de Lima, aún no aprobado oficialmente. Estructura constituida por el paisaje natural y las áreas naturales para organizar espacialmente las ciudades. Por otro lado, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, cuenta con el Programa Ciudades Sustentables que, entre las metas que plantea para la Certificación de Sustentabilidad, se encuentra el de contar con un mínimo de 10 m² de espacios verdes por habitante. Un ejemplo local del avance en planificación urbana e inclusión y valorización de los espacios verdes, es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esta ciudad publicó en el 2014 su plan “Ciudad Verde” (Ministerio de Desarrollo Urbano, 2014). Entre otros temas relevantes, dicho documento define a los conectores verdes como piezas lineales (avenidas, bulevares, parques longitudinales) que vinculan nodos y áreas urbanas. Algunos se extienden hacia el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Otro caso interesante es el de la Provincia de Santa Fe, la cual cuenta con la Ley 13836, conocida como la Ley del Árbol (Cámara de Senadores de la Provincia de Santa Fe, 2018). Esta ley tiene por objeto establecer una política de estado en materia ambiental, a través de la promoción y la conservación del arbolado en todo el territorio provincial. En su artículo 7 establece que las municipalidades y comunas deberán elaborar un Plan de Gestión Integral del Arbolado Público, el cual debe incluir, entre otros aspectos, metas anuales de forestación del arbolado público. Asimismo, esta ley busca promover la creación de corredores biológicos en rutas y caminos y generar beneficios y oportunidades para el arbolado privado. El Cuadro Nº 04 a continuación resume los conceptos y su utilización en los documentos oficiales de los tres países. CONCEPTO Infraestructura Natural Infraestructura Verde Cuadro Nº 04. Resumen de conceptos y herramientas vinculados a la infraestructura verde UTILIZACIÓN EN PERÚ, CHILE, ARGENTINA Perú: Lineamientos para la incorporación de criterios sobre infraestructura natural y gestión del riesgo en un contexto de cambio climático (RM 258-2018-MINAM). Las acciones se orientan esencialmente a espacios fuera del ámbito urbano: reforestación y revegetación con especies nativas, instalación de terrazas de formación lenta, enriquecimientos de suelo, construcción de reservorios de agua y barreras rompeviento. La Contribución Prevista y Determinada a Nivel Nacional (iNDC) del Perú también incluye 18 acciones o medidas vinculadas a la infraestructura natural. Chile: el Ministerio de Vivienda y Urbanismo define a la infraestructura verde como un sistema interconectado de espacios verdes diversos que sostienen una variedad de funciones y beneficios. Contempla diversas tipologías de infraestructura verde en el ámbito urbano, periurbano y rural. Argentina: El Plan de Acción Nacional de Infraestructura, Territorio, y Cambio Climático (2019) integra medidas de adaptación al cambio climático que contemplan la protección o restauración de infraestructura verde, incluyendo la adaptación basada en ecosistemas. DEFINICIÓN/PRINCIPAL APORTE Inicialmente utilizado para enfatizar la importancia de los humedales en el manejo de sistemas de agua dulce. La expresión es amplia y cubre una gama de temas, por lo que adquiere un significado distinto para diferentes usuarios dependiendo de la escala de su aplicación: funciones, servicios ambientales, beneficios sociales o en el planeamiento del territorio. Red interconectada de áreas naturales y otros espacios que conservan los valores y funciones de ecosistemas naturales, mantienen el aire y agua limpios y proveen un amplio abanico de beneficios a la vida silvestre y humana. Red estratégicamente planificada de áreas naturales y seminaturales con otras características ambientales diseñadas y administradas para ofrecer una amplia gama de servicios ecosistémicos tanto en entornos rurales como urbanos. 20 Adaptación Basada en Ecosistemas (AbE) Forestería urbana Perú: La AbE se incluye como un principio básico de las acciones de mitigación y adaptación en la Ley de Cambio Climático. La iNDC del país incluye 37 medidas tipo AbE, además de 18 medidas vinculadas a la infraestructura natural. Chile: No utiliza este concepto en la normativa ni instrumentos oficiales. Argentina: El Plan de Acción Nacional de Infraestructura, Territorio, y Cambio Climático (2019) integra medidas de adaptación al cambio climático que contemplan la protección o restauración de infraestructura verde, incluyendo la adaptación basada en ecosistemas. Perú: la Ley Forestal 29763 establece que el Estado reconoce los beneficios de la existencia de árboles en las ciudades y promueve la forestería urbana. El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), como ente rector del sistema forestal nacional, tiene entre sus facultades, la promoción de la forestería urbana dentro de las ciudades y en el ámbito periurbano, para la recuperación de áreas degradadas, creación de microclimas, disminución del polvo sedimentable, entre otros. Chile: Las competencias, funciones y atribuciones que existen en la materia provienen de la legislación forestal chilena, específicamente de la Ley de Bosques de 1931, la que entrega funciones y atribuciones directas a las municipalidades. En la mayoría de los casos restantes, las aproximaciones al arbolado urbano no son directas y se relacionan exclusivamente con conceptos como: ornato, área verde, medio ambiente libre de contaminación, árboles fuera del bosque, producción de plantas, especies perennes, descontaminación atmosférica o bien nacional de uso público. El concepto de multifuncionalidad que cumple el arbolado urbano aún está ausente. Argentina: no cuenta con una política pública nacional de promoción del arbolado urbano. El Programa Ciudades Sustentables del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación tiene como objetivo “Promover las buenas prácticas de sustentabilidad en los gobiernos locales del país…”. La herramienta central es la mencionada Certificación de Sustentabilidad para los gobiernos locales que plantea, entre sus metas, el de contar con un mínimo de 10 m² de espacios verdes por habitante. El Plan Ciudad Verde de Buenos Aires y la Ley del Árbol de la provincia de Santa Fe, son dos ejemplos de instrumentos subnacionales en materia de planeamiento y regulación del verde urbano. El uso de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos como parte de una estrategia general de adaptación. Conjunto de estrategias, políticas y prácticas destinadas a la protección y restauración de los servicios de la naturaleza para reducir la vulnerabilidad de la sociedad frente al cambio climático. Enfoque integrado, interdisciplinario, participativo y estratégico de planificación y gestión de los bosques y árboles en y alrededor de las ciudades que brinda múltiples beneficios a las ciudades. Fuente: Elaboración Propia. 21 PRÁCTICAS URBANAS INSPIRADORAS DE INFRAESTRUCTURA VERDE Y DE ADAPTACIÓN Y MITIGACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO4 22 4.1. Criterios para elegir las prácticas urbanas Originalmente esta iniciativa se planteó sistematizar y analizar “buenas prácticas” de infraestructura verde y adaptación al cambio climático implementadas por parte de municipios de Perú, Chile y Argentina, con la finalidad de extraer modelos y lecciones para su réplica o escalamiento. Las definiciones comunes de “buenas prácticas” se refieren a experiencias exitosas, probadas y validadas, o conjuntos de acciones que han sido ejecutadas y han demostradoque funcionan, y por tanto pueden ser recomendadas como modelo (FAO, 2013). También consideran que las buenas prácticas han sido repetidas y merecen ser compartidas con el fin de que el mayor número de personas se beneficien y que su sistematización permita la identificación, valoración y documentación de la experiencia, posibilitando que esta pueda ser replicada y modificada para diferentes entornos sociales, económicos y ambientales (PNUD, 2017). De acuerdo con esta visión, una “buena práctica ambiental” promueve la protección del ambiente a través de la reducción del consumo de recursos naturales o la reducción del impacto negativo de las actividades humanas en el medio natural (reducción de huella ecológica) y la reducción de los efectos del cambio climático (Naciones Unidas, 2018). Un conjunto de buenas prácticas ambientales también permite que los servicios ambientales y ecosistémicos, que el entorno natural provee a la población urbana, sea continuos y mejoren a lo largo de los años, contribuyendo a la resiliencia y la adaptación al cambio climático. Como señalan Pacha y Gómez (2013), la comunidad internacional considera las “Buenas Prácticas” como iniciativas exitosas que: 1. tienen un impacto tangible en la mejora de la calidad de vida de las personas; 2. son sostenibles desde el punto de vista cultural, social, económico y ambiental; 3. resultan de una asociación efectiva entre actores de los sectores público, privado y sociedad civil. En esta línea, construimos una conceptualización sencilla que concebía una “buena práctica en infraestructura verde para la adaptación al cambio climático” como una experiencia que: 1) debería permitir la mejora del estado de los ecosistemas, a través de acciones basadas en los principios de Soluciones Basadas en la Naturaleza, Adaptación Basada en Ecosistemas, Forestería o Arboricultura Urbana, permitiendo también la adaptación al cambio climático; 2) debería integrar a las comunidades locales en la implementación, gestión y mantenimiento de las acciones generando beneficios para la población; 3) sus resultados deberían ser cuantificables en relación a variables de adaptación al cambio climático. También identificamos una serie de “características ideales” de una buena práctica municipal, como por ejemplo: • Contar con una línea base, incluyendo un análisis de amenazas/impactos, de vulnerabilidad y de riesgo frente al cambio climático. • Haber sido ejecutada en los últimos 5 años, pudiendo haber concluido o estar en ejecución, demostrando resultados parciales cuantificables y sustentables. • Contener componentes de innovación, presentando diferencias marcadas a las actividades que tradicionalmente se realizan. • Tener un enfoque participativo, habiéndose construido e implementado con la participación de la población y organizaciones sociales, demostrando sensibilidad a los asuntos de género, apuntando a reducir las brechas de género existentes. • Demostrar impactos y beneficios ambientales, sociales y/o económicos, contando con un plan de monitoreo y evaluación, para cuantificar los impactos positivos y negativos derivados. • Contribuir a disminuir la vulnerabilidad de las ciudades al cambio climático. • Estar institucionalizada como parte de un plan integral con visión a largo plazo. Ahora bien, en el proceso de identificación, sistematización y análisis de las prácticas municipales de Perú, Chile y Argentina, decidimos cambiar el enfoque de la 23 sistematización desde “buenas prácticas” hacia “prácticas inspiradoras” (Pacha y Gómez, 2013), puesto que este enfoque visibiliza y valora las prácticas no solamente a nivel de resultados, sino como proceso de aprendizaje y construcción colectiva de nuevos saberes y conocimientos, promoviendo el encuentro entre actores para analizar las experiencias (actuales o en construcción). Este enfoque permitió abrir el abanico de experiencias a analizar y posibilitó centrar la atención en la diversidad de estrategias y aprendizajes que de ellas se desprende, más que de sus resultados “exitosos”16. Así, definimos como prácticas inspiradoras, en el ámbito de infraestructura verde urbana y adaptación al cambio climático, a aquellas iniciativas, experiencias, programas o proyectos que cumplen con los siguientes criterios: • demuestran de modo tangible la mejora del estado de los ecosistemas urbanos y periurbanos, la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, a través de acciones basadas en los principios de Soluciones Basadas en la Naturaleza, Adaptación Basada en Ecosistemas, Forestería o Arboricultura Urbana; • demuestran la reducción actual o potencial de los efectos o impactos del cambio climático, como la regulación del ciclo hidrológico, la atenuación de los impactos de las olas de calor, la mejora de la calidad del aire, la conservación de la biodiversidad urbana, entre otros; • integran a las comunidades locales en la implementación, gestión y mantenimiento de las acciones, de manera equitativa, transparente, participativa e inclusiva, generando beneficios para la población; • movilizan voluntades, saberes y recursos, incorporando enfoques y estrategias innovadoras. Bajo este contexto, se identificaron y sistematizaron 19 prácticas inspiradoras (Mapa Nro 1 y Cuadro Nro 5), que se describen en la siguiente sección. 16 En este sentido, “exitoso” es el proceso de creación de los aprendizajes a través de la experiencia y no solo el resultado final. Mapa Nº 01. Ciudades comprendidas en el análisis de prácticas inspiradoras 24 Jauja Tahuamanu Ayacucho Machu Picchu Arequipa Independencia San Borja Miraflores Lomas de Lima Quilicura Providencia Renca Independencia San Pedro de la Paz Valdivia Santa Fe Rosario Buenos Aires Tarapoto 25 Cuadro Nº 05. Lista y principales características de las prácticas inspiradoras País PERÚ Enfoques principales Co-beneficios en la miti- gación del cambio climático y otros beneficios - Regulación del flujo hidrológico (escorrentías) - Reducción de deslizamientos - Regulación térmica (creación de sombra) - Mantenimiento, protección y mejora de hábitats naturales, vida silvestre y biodiversidad - Reducción de deslizamientos - Regulación térmica (Creación de sombra) - Reducción de la contaminación atmosférica - Regulación del flujo hidrológico - Reducción de deslizamientos - Regulación del flujo hidrológico y recarga de acuíferos - Reducción de deslizamientos -Seguridad alimentaria - Regulación térmica (creación de sombra) - Mejora de la permeabilidad ecológica (movimiento y refugio de especies) mediante la creación de redes ecológicas - Mantenimiento, protección y mejora de hábitats naturales, vida silvestre y biodiversidad - Recuperación de botaderos informales - Incremento de recursos / espacios para la formación y educación ambiental - Secuestro de carbono (efecto sumidero) - Mejora de calidad del aire - Creación de espacios de recreación pública - Mejora de la calidad del hábitat urbano - Secuestro de carbono (efecto sumidero) - Control de la erosión - Mejora de la productividad agrícola - Control de la erosión - Secuestro de carbono (efecto sumidero) - Mejora de calidad del aire - Promoción de la salud pública - Incremento de recursos / espacios para la formación y educación ambiental - Secuestro de carbono (efecto sumidero) - Incremento de recursos / espacios para la formación y educación ambiental Título Componentes vinculados a la adaptación al cambio climático Adaptando Ayacucho al Cambio Climático. Arborización urbana y periurbana de Huamanga Insectario de Miraflores. Cuidando el patrimonio arbóreo y la salud urbana con insectos benéficos El Cinturón Verde de Independencia. Forestación en laderas para múltiples servicios ecosistémicos 1 millón de árboles para Macchu Picchu. Promoviendo la resiliencia del Santuario Histórico Jauja Verde. Gestión del aguay forestería por microcuencas Sensores inteli- gentes para la protección de la salud de San Borja. Monitoreando el confort térmico y los beneficios del arbolado urbano Área de Conservación Regional Lomas de Lima. Adaptación basada en ecosistemas para la gran Región Metropolitana - Forestería urbana y periurbana - Gestión del riesgo - Conservación de la biodiversidad - Forestería urbana - Infraestructura verde - Gestión del riesgo - Forestería periurbana - Gestión del riesgo - Forestería urbana - Gestión de ecosistemas - Forestería urbana - Adaptación al cambio climático - Conservación de la biodiversidad - Adaptación Basada en Ecosistemas 26 - Regulación del flujo hidrológico (escorrentías) - Regulación térmica (creación de sombra) - Regulación del flujo hidrológico (escorrentías) - Regulación térmica (creación de sombra) - Mejora del ornato - Mejora de la calidad de los espacios públicos - Seguridad alimentaria - Secuestro de carbono - Mejora de calidad del aire - Mejora del ornato - Mejora de la calidad de los espacios públicos Adopta 1 Área Verde. Tarapoto recupera la infraestructura natural de la ciudad, paso a paso “Plantemos Juntos” Campaña comunal de arborización de calles y plazas en Independencia (Chile) - Forestería urbana - Horticultura - Forestería urbana CHILE - Regulación del flujo hidrológico (escorrentías) - Regulación térmica (creación de sombra) - Mantenimiento, protección y mejora de hábitats naturales, vida silvestre y biodiversidad - Reducción de deslizamientos - Regulación térmica (creación de sombra) - Mejora de la permeabilidad ecológica (movimiento y refugio de especies) mediante la creación de redes ecológicas - Mantenimiento, protección y mejora de hábitats naturales, vida silvestre y biodiversidad -Regulación del flujo hidrológico (prevención de inundaciones) -Mantenimiento, protección y mejora de hábitats naturales, vida silvestre y biodiversidad - Regulación del flujo hidrológico (prevención de inundaciones) - Mantenimiento, protección y mejora de hábitats naturales, vida silvestre y biodiversidad - Mejora de calidad del aire Mejora del ornato - Mejora de la calidad de los espacios públicos - Seguridad alimentaria - Incremento de recursos / espacios para la formación y educación ambiental - Adaptación climática de la biodiversidad - Incremento de recursos / espacios para la formación y educación ambiental - Secuestro de carbono - Mitigación - Mejora del ornato - Mejora de la calidad de los espacios públicos - Seguridad territorial - Secuestro de carbono (efecto sumidero) - Mejora del ornato - Mejora de la calidad de los espacios públicos - Creación de oportunidades productivas basadas en la agroforestería -Secuestro de carbono -Mitigación / Adaptación -Incremento de recursos / espacios para la formación y educación ambiental - Secuestro de carbono - Mitigación / Adaptación - Incremento de recursos / espacios para la formación y educación ambiental - Nuevas oportunidades de recreación pública Tejiendo una red verde para Arequipa. Promoviendo la participación ciudadana para una ciudad más verde Casas anideras para la conservación de aves urbanas de Providencia Reforestemos Chile Nativo. Renca De la ciudad a los bosques amazónicos. Tahuamanu se prepara para restaurar los bosques Salvemos los humedales. Quilicura Iniciativa inter-comunal La Ruta del Agua de San Pedro de la Paz - Forestería urbana - Horticultura - Conservación de la biodiversidad - Forestería urbana - Conservación del paisaje - Forestería urbana y rural - Gestión de ecosistemas - Gestión de ecosistemas - Regulación del flujo hidrológico (prevención de inundaciones) - Mantenimiento, protección y mejora de hábitats naturales, vida silvestre y biodiversidad - Regulación del flujo hidrológico (prevención de inundaciones) - Regulación térmica (creación de sombra) - Secuestro de carbono - Mitigación / Adaptación - Mejora del ornato - Mejora de la calidad de los espacios públicos Protegiendo los humedales. Valdivia Buenos Aires. Aumento de las superficies verdes y disminución de las Inundaciones - Conservación de la biodiversidad - Adaptación al cambio climático ARGENTINA - Seguridad alimentaria - Desarrollo de oportunidades económicas - Regulación del flujo hidrológico (prevención de inundaciones, regulación de escorrentías) - Incremento de recursos / espacios para la formación y educación ambiental - Mejora del ornato - Mejora de la calidad de los espacios públicos - Mejora de la salud y el bienestar Cultivando Rosario. La agricultura Urbana y Periurbana como forma de adaptarse al cambio climático y generar beneficios sociales Planificación y acción ante el riesgo de desastres en Santa Fe. Uniendo soluciones estructurales y no estructurales para enfrentar las inundaciones - Agricultura urbana, horticultura - Planificación y gestión del riesgo - Infraestructura verde 27 Resumen Ciudad / Población / Extensión Objetivo ¿Por qué se intervino? La Ciudad de Ayacucho, provincia de Huamanga, es una ciudad colonial con un lindo centro patrimonial, ubicada en el sur del Perú. Para paliar los efectos del aumento de la radiación solar, la Municipalidad diseñó un Plan de Arborización y arborizó calles y avenidas del centro histórico. Además, habilitó corredores verdes en las vías de acceso y salida a la ciudad, así como plantaciones en zonas de laderas para reducir el riesgo de deslizamientos, y en zonas de riberas para controlar los flujos hídricos y prevenir los desbordes. A fin de garantizar la disponibilidad de agua, la Municipalidad también empezó a implementar pequeños reservorios o qochas con las comunidades en las zonas aledañas a la ciudad. Huamanga, provincia de Ayacucho, al sur del Perú, cuenta con una extensión de 2 981.37 km² y abarca 16 distritos, donde habitan 282,194 personas (Censo 2017). Garantizar la sostenibilidad e incrementar la resiliencia frente al cambio climático de la provincia de Huamanga. La ciudad de Ayacucho ha identificado tres problemas principales vinculados al cambio climático: la alta radiación solar, las precipitaciones intensas y los deslizamientos vinculados a ellas, y la escasez de agua. En el centro de la ciudad, las mediciones de la escala de radiación UV son especialmente altas y llegan hasta la escala de 11 (la exposición máxima recomendada por la Organización Mundial de la Salud, OMS), así, los habitantes están expuestos a alta radiación solar. La falta de árboles y zonas de sombra agudizan este problema. En las zonas más periféricas, las poblaciones -particularmente aquellas en quebradas o laderas de alta pendiente- están expuestas a deslizamientos. PERÚ / AYACUCHO 4.2. Prácticas inspiradoras de las ciudades de Perú, Chile y Argentina Adaptando Ayacucho al Cambio Climático. Arborización urbana y periurbana de Huamanga. 28 29 ¿Qué se logró? ¿Qué se aprendió y qué desafíos existen? Duración El plan de arborización en el centro histórico ha logrado la plantación de más de 200 árboles y tiene planificado plantar 600 para fines del 2021. En la periferia se ha logrado plantar más de 5,000 árboles en faenas comunales y se tiene planificado plantar 10,000 árboles adicionales en laderas y ejes viales principales. Se han recuperado más de 2,000 m² de áreas degradadas que eran utilizadas como botaderos informales. La implementación de qochas se ha iniciado recientemente: ya se implementó una laguna y se tiene planificado implementar 50 qochas al final de la gestión (2022). Contar con un plan de arborización urbano y periurbano permitió organizar el trabajo por sectores de la ciudad, eligiendo las especies más oportunas y organizando las plantaciones con la población local. El trabajo con los vecinos propició la adopción de los árboles y así se pudo garantizar su mantenimiento y prendimiento adecuado. La
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