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Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 168 personas migrantes que pueden calificarse como exitosas, entrevistadas en los aeropuertos centroamericanos, y las deportados, además de datos más generales sobre personas migrantes centroamericanas en los Estados Unidos. Al analizarlos, existen tres sectores que concentran el empleo de personas migrantes de los países del NCA: servicios (incluyendo comercio), construcción y agricultura57. Además, en concordancia con lo planteado anteriormente, la información disponible sugiere que existe una mayor proporción de hombres en trabajos temporales legales, por el tipo de ocupación estacional en que están (especialmente agrícola y construcción). Las ocupaciones no estacionales en las que están las mujeres no favorecen su participación en regímenes temporales legales y, por consiguiente, las hace más vulnerables a abusos y condiciones de trabajo arbitrarias. En síntesis, lo que se observa es el predominio de trabajos en el área de servicios (limpieza, comercio, hospitalidad, cuidado y trabajo doméstico) y construcción, que en su mayor parte no están sujetos a regímenes temporales. También ha predominado el empleo en la agricultura, en parte sujeto a regímenes temporales, y en parte a otro tipo de empleo, formal o informal. Estas serían las actividades donde se puede identificar una “ventaja comparativa revelada” de los trabajadores de los tres países, principalmente de mano de obra poco calificada. Es una ventaja comparativa que estaría reflejando las habilidades y voluntad de los trabajadores centroamericanos que, en un contexto de superior capacidad empresarial, de infraestructura y de estado de derecho (los Estados Unidos, el Canadá y en alguna medida México), tienen una productividad mayor que cuando están ocupados en su país de origen. 57 Una encuesta de los deportados guatemaltecos a principios de 2017 encontró que el 83% eran hombres y que, aunque la mayor proporción de los deportados provenía de trabajar en Guatemala en la agricultura (32,1%), seguido de un 20,8% sin ocupación previa, posteriormente la mayoría había trabajado en Estados Unidos en construcción (44,5%) y servicios (30,5%) y solamente 6,6% en agricultura (DGE 2017). El porcentaje menor en agricultura probablemente refleje el hecho que cierto número de trabajadores agrícolas estaba registrado en el régimen 2HA y por consiguiente no estaba sujeto a ser deportado. En el caso de El Salvador otra encuesta de deportados realizada en 2013 reportó que el 91,4% del total de deportados que se encuestaron eran hombres y que el 21,4% trabajó en Estados Unidos en la agricultura (hay pocos salvadoreños en el régimen 2HA), 15,2% en la construcción, 14,3% en servicios (incluyendo oficios de diverso tipo) y 4% en comercio (USCR y UTC, 2013). Aunque la encuesta de deportados salvadoreños no identificó el tiempo que habían permanecido, el informe de ASIES y otros (2016) apunta a la dificultad de obtener conclusiones sobre esta variable, puesto que en un año (2011), más del 50% de deportados eran migrantes que habían permanecido más de tres años en los Estados Unidos, pero en 2014 se había reducido a 8,5%, y la mayor parte de deportados (75,3%) correspondía a migrantes que habían permanecido en Estados Unidos menos de tres meses. No se pudo obtener datos individuales de Honduras, pero la comparación de la información disponible confirma la importancia de la construcción y de servicios, como área de concentración, así como de la agricultura, ya sea de manera informal y posiblemente irregular. Como se explicó previamente, los regímenes de trabajo temporal para extranjeros en Canadá, Estados Unidos y México han empleado principalmente a trabajadores agrícolas, aunque en el caso de los Estados Unidos también hay una proporción importante de trabajadores temporales en servicios.
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