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Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) 174 actualmente manifiestan grados muy diferentes de avance en los tres países, como puede observarse en el cuadro II.6. Se observa cierta expansión de las exportaciones agrícolas no tradicionales de Guatemala y Honduras, en contraste con las exportaciones bastante menores de El Salvador, víctima de cierto abandono de la agricultura durante muchos años67. En este caso el desafío sería asegurar que un aumento de las exportaciones no tradicionales fuera acompañado de un traslado o migración de trabajadores agrícolas de menor productividad a actividades exportadoras no tradicionales intensivas en trabajo y de mayor productividad. Sería una transformación productiva dentro de la agricultura. Cuadro II.6 Exportaciones de productos agrícolas no tradicionales a los Estados Unidos (En miles de dólares corrientes) 1995 2000 2005 2010 2015 El Salvador 5 672 10 420 10 504 19 748 27 297 Guatemala 184 074 275 910 431 446 631 465 1 156 144 Honduras 134 945 100 165 188 777 260 523 391 916 Fuente: Elaboración propia sobre la base de Banco Internacional de Desarrollo (BID), Estadísticas Comerciales Detalladas [base de datos en línea] http://dataintal.intradebid.org/?lang=ESP. Nota: Incluye la suma de los capítulos 06, 07 y 08 del sistema armonizado. Como parte de estas exportaciones no tradicionales cabría incluir los productos llamados “nostálgicos”, que en buena parte son agroindustriales pero correspondientes a medianas y pequeñas empresas. La relación con la diáspora, como han señalado Orozco y Yansura (2015), puede ser central en este caso. Aparte de que ya se cuenta con cierta demanda externa establecida, en que el origen geográfico de los productos resulta determinante, requeriría apoyos en materia de investigación de mercados, asesoría de negocios, conocimiento de estándares de alimentos, educación financiera y acceso a servicios financieros (Orozco y Yansura, 2015). Podrían contemplarse apoyos por parte de aquellos inmigrantes ya establecidos con mayor experiencia empresarial. ii) Garantizar un acceso seguro a la tierra. La FAO (2018) identifica evaluaciones que apuntan a que la formalización de la propiedad de la tierra reduciría la dificultad de tener acceso a créditos, aumentaría el valor de las propiedades y fortalecería los incentivos para trabajar más la tierra y para invertir en ella —con la siembra de árboles, por ejemplo— para asegurar su sostenibilidad. Ello podría contribuir a aumentar su productividad. Se justificarían compras de tierra para pequeños productores, siguiendo el ejemplo del programa para atender a los refugiados guatemaltecos que retornaron después de más de 10 años en el exilio, como se verá más adelante. 67 El valor de las exportaciones no tradicionales se quintuplicó en el caso de El Salvador, pero a partir de una base muy pequeña, mientras que se triplicó en el caso de Honduras y se sextuplicó en el caso de Guatemala, a partir de una base mayor, lo que claramente refleja el mayor desarrollo de las exportaciones agrícolas no tradicionales en este país.
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