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Desarrollo y migración: desafíos y oportunidades en los países del norte de Centroamérica 183 corporativos, por lo que no tienen la necesidad de acudir al banco central para obtener recursos adicionales74. El tercer rasgo macroeconómico de países altamente dependientes de remesas es que uno de sus flujos financieros más importantes —las remesas— no dependen de la tasa de interés, a diferencia del capital financiero internacional. Al estar orientadas al consumo dependen de estrategias familiares dirigidas a atender las necesidades básicas de los beneficiarios de las remesas y no de inversiones financieras rentables. Como indica Singer (2010), las remesas —a diferencia de los flujos de capital financiero— no crean un dilema que obligue a las autoridades a escoger entre una política monetaria autónoma, que al alterar la tasa de interés provoca entradas o salidas de capital financiero, y la estabilidad cambiaria, que puede variar con ingresos o salidas de capital financiero provocados por los cambios de la tasa de interés. La presencia importante de remesas no solo condiciona la naturaleza de los problemas que se enfrentan sino también las opciones de política para enfrentarlos. Los tres rasgos macroeconómicos de economías altamente dependientes de remesas —prevalencia de un régimen de tipo de cambio estable, inoperancia de la tasa de interés como principal instrumento de política monetaria, y ausencia de relación entre el principal flujo financiero, las remesas, y las tasas de interés— tienen implicaciones de política concretas. Entre estas implicaciones está la existencia del espacio para devaluar las monedas nacionales75, es decir, se puede corregir la apreciación cambiaria. La inoperancia de la tasa líder de interés como principal instrumento de política y la ausencia de una relación entre flujos de remesas y tasas de interés implica que no es necesario contar con un tipo de cambio continuamente flexible. Sería factible un tipo de cambio estable o ajustable cuando surjan desequilibrios externos, en línea con lo establecido originalmente en el régimen Bretton Woods. A la luz de las políticas estratégicas de favorecer el turismo y la agricultura no tradicional habría cuatro efectos positivos de esta medida: a) aumentar el valor de las remesas distribuidas en cada país centroamericano; b) favorecer su inversión; c) crear un incentivo a favor del retorno de migrantes, y d) hacer más atractivo para la inversión a los sectores que sustituyen importaciones o que generan exportaciones. Primero, la devaluación de la moneda permitiría que los hogares que recibieran las remesas pudieran contar con mayores recursos expresados en moneda nacional. Para aquellas comunidades con una historia larga de migraciones podría esperarse una reducción gradual del costo de emigrar debido a la difusión de información sobre las prácticas de emigración más convenientes (Stark y otros, 1986). Dada la historia relativamente larga de migraciones procedentes de los países del NCA, ello significaría que familias en condiciones de extrema pobreza o cercanas a ella podrían estar entre los 74 La propuesta del FMI de que Honduras adopte una política de metas de inflación (véase FMI, 2018), pareciera contraponerse a lo encontrado por economistas del FMI (Barajas y otros, 2016). 75 En el caso de El Salvador tendría que abandonarse el dólar como moneda nacional, lo que requiere una evaluación aparte.
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