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Biologia de los microorganismos (1535)

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910 L A S E N F E R M E D A D E S I N F E C C I O S A S Y S U T R A N S M I S I Ó N
para garantizar el control de la enfermedad varía con la infecti-
vidad y la virulencia del patógeno y con las condiciones de vida 
de la población (por ejemplo, hacinamiento).
Las epidemias de sarampión ofrecen un ejemplo de los efec-
tos de la inmunidad de grupo. La reaparición ocasional del con-
tagiosísimo virus del sarampión (R
0
 = 18, Tabla 28.3) resalta la 
importancia de mantener unos niveles de inmunización ade-
cuados contra un patógeno determinado. Hasta 1963, año en 
el que se autorizó una vacuna eficaz contra el sarampión, casi 
todos los niños estadounidenses pasaban el sarampión por 
infección natural, lo que daba lugar a más de 300.000 casos al 
año. Después de introducir la vacuna, el número de infeccio-
nes de sarampión anuales disminuyó rápidamente (Figura 28.8). 
El número de casos alcanzó un mínimo de 1.497 en 1983. Sin 
embargo, hacia 1990, el porcentaje de niños inmunizados con-
tra el sarampión descendió al 70 % y el número de casos nuevos 
ascendió a 27.786. Un esfuerzo coordinado para elevar el nivel 
de inmunización frente al sarampión por encima del 90 % eli-
minó virtualmente la transmisión del sarampión autóctono en 
los Estados Unidos, y en 1993 se describieron solo 312 casos. 
Actualmente se notifican unos 100 casos de sarampión al año 
en los Estados Unidos, la mayoría debidos a infecciones impor-
tadas por los visitantes de otros países.
La mayoría de los niños estadounidenses están ya inmuniza-
dos adecuadamente, pero hasta el 80 % de los adultos carecen 
de una inmunidad eficaz contra las enfermedades infecciosas 
importantes porque la inmunidad que confieren las vacunacio-
nes de la infancia disminuye con el tiempo. Cuando las enfer-
medades infantiles se producen en los adultos, pueden tener 
efectos devastadores. Por ejemplo, si una mujer embarazada 
contrae la rubeola (una enfermedad vírica que se previene con 
una vacuna) (  Sección 29.6) el feto puede sufrir trastornos 
graves de desarrollo y neurológicos. El sarampión, las paperas 
y la varicela son también enfermedades más graves en los adul-
tos que en los niños.
Se recomienda que todos los adultos revisen su estado de 
inmunización y comprueben sus datos médicos para confirmar 
cuándo se inmunizaron, en especial quienes viajan al extranjero. 
(enfermedad de las vacas locas) causada por un prión (véanse 
Secciones 9.13 y 31.14) en el ganado vacuno en Reino Unido, 
Canadá y Estados Unidos. De paso, se ha mejorado la salud de 
la población de animales domésticos.
La erradicación es mucho más dif ícil cuando el reservorio 
de la enfermedad es un animal salvaje. La rabia, por ejemplo, 
es una enfermedad tanto de animales salvajes como domésticos 
que se transmite principalmente a los domésticos desde los sal-
vajes. Así pues, el control de la rabia en los animales domésti-
cos y en humanos se puede conseguir mediante la inmunización 
de los animales domésticos. Sin embargo, como la mayoría de 
casos de rabia en los Estados Unidos se da en animales salvajes 
(  Sección 30.1), la erradicación de la rabia requeriría la inmu-
nización o la eliminación de todos los animales salvajes reser-
vorios, entre los que se incluyen especies tan diversas como 
mapaches, murciélagos, mofetas y zorros. Aunque la inmuniza-
ción oral contra la rabia es práctica y recomendada para su con-
trol en poblaciones restringidas de animales salvajes, su eficacia 
no se ha probado en poblaciones animales amplias y diversas 
como las reservas de animales salvajes en los Estados Unidos.
Cuando insectos como los mosquitos vectores que transmi-
ten la malaria también son hospedadores necesarios, se puede 
lograr el control efectivo de la enfermedad eliminando el vec-
tor-hospedador con insecticidas u otros agentes. Sin embargo, 
el uso de sustancias químicas tóxicas o carcinógenas debe ajus-
tarse a los intereses ambientales porque, en algunos casos, la 
eliminación de un problema de salud pública crea otro. Por 
ejemplo, el insecticida diclorodifeniltricloroetano (DDT) es 
muy eficaz contra los mosquitos y se le atribuye la erradica-
ción de la fiebre amarilla y la malaria en América del Norte. Su 
uso, sin embargo, fue prohibido en los Estados Unidos en 1972 
debido a sus efectos nocivos sobre la vida salvaje y el medio 
ambiente. El DDT se sigue usando en muchos países en vías de 
desarrollo para controlar las enfermedades transmitidas por los 
mosquitos, si bien se usa cada vez menos por todo el mundo.
Cuando los humanos somos el reservorio de la enfermedad 
(como, por ejemplo, en el caso del SIDA), el control y la erra-
dicación pueden resultar dif íciles, en especial si hay portado-
res asintomáticos. En cambio, hay enfermedades exclusivas de 
humanos que no tienen una fase asintomática. Si estas se pue-
den evitar mediante la inmunización o el tratamiento con fár-
macos antimicrobianos, la enfermedad puede ser erradicada 
si aquellos que han contraído la enfermedad y todos los posi-
bles contactos son puestos en cuarentena estricta, inmuniza-
dos y tratados. Esta estrategia fue empleada con éxito por la 
Organización Mundial de la Salud para erradicar la viruela y en 
la actualidad se está utilizando para erradicar la poliomielitis, 
como se explicará más adelante.
Inmunización
La viruela, la difteria, el tétanos, la tosferina, el sarampión, las 
paperas (parotiditis), la rubeola y la poliomielitis se han contro-
lado principalmente mediante la inmunización. La difteria, por 
ejemplo, ya no se considera una enfermedad endémica en los 
Estados Unidos. Se dispone de vacunas para otras muchas enfer-
medades infecciosas (  Tabla 24.4). Tal y como explicamos en 
la Sección 28.2, no se necesita que la inmunización alcance el 
100 % para poder controlar la enfermedad en una población 
gracias a la inmunidad de grupo, aunque el porcentaje necesario 
Figura 28.8 Inmunización contra el sarampión en los Estados Unidos.
La introducción de una vacuna contra el sarampión eliminó la enfermedad 
como infección infantil habitual en 20 años.
Año
1955 1960 1965 19751970 1980 19851950
200
100
300
400
500
Autorización
de la vacuna, 1963
600
700
800
900
0
C
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