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M I C R O B I O L O G Í A D I A G N Ó S T I C A 891 U N ID A D 5 el incumplimiento del tratamiento por parte del paciente. Muchos dejan de tomar la medicación, especialmente antibió- ticos, tan pronto como se sienten mejor. Por ejemplo, la apari- ción de la tuberculosis resistente a la isoniazida guarda relación con el fallo del paciente en tomar la medicación oral todos los días durante todo el tratamiento de 6 a 9 meses ( Sección 29.4). La exposición de patógenos virulentos a dosis subletales de antibióticos durante períodos de tiempo inadecuados selec- ciona las cepas resistentes a los medicamentos. Otros estudios recientes, sin embargo, indican que esta tendencia está cam- biando en los EE.UU. Los médicos recetan alrededor de un ter- cio menos de antibióticos para el tratamiento de infecciones de la infancia que lo que recetaron en el año 2000. Esta reducción se debe en gran parte a una mejor educación de médicos, ser- vicios de salud y pacientes sobre el uso apropiado de la terapia con antibióticos. Agentes patógenos resistentes a los antibióticos Desde el comienzo del uso generalizado de medicamentos antimicrobianos en la década de 1950, y en gran parte como consecuencia de los fallos en utilizarlos adecuadamente y en monitorizar la aparición de resistencias, muchos patógenos han desarrollado resistencia a algunos agentes antimicrobianos (Figura 27.35). La penicilina y las sulfamidas, los primeros agentes antimicrobianos de mayor utilización, no se utilizan tanto hoy porque muchos patógenos han adquirido resistencia. Incluso los organismos que aún son sensibles uniformemente a la peni- cilina, como Streptococcus pyogenes (la causa de la faringitis estreptocócica, la escarlatina, y la fiebre reumática, Sección 29.2), ahora requieren mayores dosis de penicilina para que el tratamiento tenga éxito. Unos pocos patógenos han desarrollado resistencia a todos los agentes antimicrobianos conocidos (Figura 27.35). Entre estos se encuentran varias cepas aisladas de Staphylococcus promotoras del crecimiento y agentes profilácticos en la agri- cultura. En correlación con este uso, han surgido cepas de Campylobacter jejuni resistentes a las fluoroquinolonas como un patógeno de transmisión alimentaria en las aves de corral ( Sección 31.12), probablemente debido al tratamiento ruti- nario de explotaciones de aves de corral con este antibiótico para prevenir enfermedades respiratorias. Por ello, los produc- tores de aves de corral y los de medicamentos están utilizando directrices voluntarias para controlar y reducir el uso de fluoro- quinolonas con el objetivo de prevenir la aparición de resisten- cias a nuevos antibióticos de este grupo. Cada vez más a menudo, el agente antimicrobiano prescrito para el tratamiento de una infección en particular debe ser cam- biado debido al aumento de resistencia del microorganismo causante de la enfermedad. Un ejemplo clásico es el desarrollo de resistencia a la penicilina y otros fármacos antimicrobianos en Neisseria gonorrhoeae, la bacteria que causa la gonorrea, una enfermedad de transmisión sexual (Figura 27.34b). La penici- lina, utilizada extensamente para el tratamiento de la gonorrea hasta después de 1980, fue sustituida por ciprofloxacina, pero su eficacia en el tratamiento de la enfermedad en determinadas poblaciones solo duró unos diez años. Esto provocó un cam- bio en las recomendaciones de tratamiento y la utilización de ceftriaxona, un �-lactámico resistente a la penicilinasa (Figura 27.34c). Las pautas de tratamiento se actualizan casi cada año para hacer frente a la continua aparición de resistencia a los antibióticos de N. gonorrhoeae ( Sección 29.12). Los antibióticos se utilizan en la práctica clínica con más fre- cuencia de lo necesario. El tratamiento con antibióticos se jus- tifica en aproximadamente el 20 por ciento de las personas que buscan tratamiento, pero los antibióticos se prescriben hasta en un 80 por ciento de las ocasiones. Además, en hasta el 50 por ciento de los casos, las dosis prescritas o la duración de los tratamientos no son correctas, un problema agravado por 9 8 7 6 5 4 3 2 1 0 P o rc e n ta je d e c e p a s d e N . g o n o rr h o e a e re s is te n te s (a) (b) 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 Año 8 10 12 14 16 6 4 2 0 P o rc e n ta je d e c e p a s d e N . g o n o rr h o e a e re s is te n te s (c) Hombres que tienen sexo con hombres Hombres heterosexuales Nueva York Población general Uso de antibióticos (toneladas) 20 80 100 125 150 20 40 60 80 P o rc e n ta je d e c e p a s f e c a le s r e s is te n te s G e n ta m ic in a Á c id o n a lid íx ic o C lo ra n fe n ic o l A m p ic ili n a S u lf o n a m id a s K a n a m ic in a E s tr e p to m ic in a T e tr a c ic lin a Mujeres Figura 27.34 Patrones de resistencia a los medicamentos en patógenos. (a) Relación entre el uso de antibióticos y el porcentaje de bacterias resistentes a los antibióticos aisladas de pacientes con diarrea. Los agentes que han sido utilizados en cantidades mayores, como se indica por la cantidad comercializada, son aquellos para los que las cepas resistentes son más frecuentes. (b) Porcentaje de casos notificados de gonorrea causada por cepas resistentes a los antibióticos. El número real de casos resistentes notificado en 1985 en los EE. UU. fue de 9.000. Este número se elevó hasta 59.000 para 1990. Más del 95 por ciento de casos resistentes se debieron a cepas de Neisseria gonorrhoeae productoras de penicilinasa. Desde 1990, la penicilina no se recomienda para el tratamiento de la gonorrea debido a la aparición de resistencias a este fármaco. (c) Prevalencia de N. gonorrhoeae resistente a fluoroquinolonas en ciertas poblaciones de los EE. UU. en 2003. Ciprofloxacino, una fluoroquinolona, ya no se recomienda como antibiótico de primera elección para el tratamiento de las infecciones por N. gonorrhoeae. https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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