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Palabras Sabias para Mamás (Spanish Edition)

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PALABRAS SABIAS PARA MAMÁS
Ginger Hubbard
© 2016 por Poiema Publicaciones, publicación electrónica
Traducido del libro Wise Words for Moms © 2001 de Shepherd Press con el debido per‐
miso por Poiema Publicaciones, traducido por Alicia Pelliccione. La Introducción titu‐
lada “El poder de la Palabra de Dios para llegar al corazón de tu hijo” ha sido extraída
del libro Don’t Make Me Count to Three © 2004 de Shepherd Press.
A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas han sido tomadas de La Santa Bi‐
blia, Nueva Versión Internacional (NVI) ©1999 por Bíblica, Inc. Las citas marcadas con
la sigla RVC han sido extraídas de La Santa Biblia, Versión Reina Valera Contemporánea
©2009, 2011 por Sociedades Bíblicas Unidas. Las marcadas con la sigla RV60, de La
Santa Biblia, Versión Reina Valera ©1960 por Sociedades Bíblicas Unidas. Las marcadas
con la sigla NBLH, de la Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy ©2005 por The Lockman
Foundation.
Prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio visual o
electrónico sin permiso escrito de la casa editorial. Escanear, subir o distribuir este li‐
bro por internet o por cualquier otro medio es ilegal y puede ser castigado por la ley.
Poiema Publicaciones
info@poiema.co
www.poiema.co
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Contenido
Página de derechos
El Poder la Palabra de Dios para transformar el corazón de tu
hijo
Cómo utilizar este material
Comportamientos del niño
1. Causar conflictos, meterse con los demás
2. Malas amistades
3. Culpar a los demás
4. Alardear, presumir
5. Queja
6. Resolución de conflictos: el ofendido
7. Resolución de conflictos: el ofensor
8. Codicia, descontento
9. Derrota, darse por vencido
10. Actitud desafiante, mirada desafiante
11. Destructivo con los jugetes y otras pertenencias
12. Desobediencia
13. Miedo
14. Mentira, engaño
15. Rechazar la instrucción
16. Pelear, discutir
17. Venganza
18. Egoísmo, "Yo primero"
19. Delatar a otros
20. Burlarse o hablar mal de otros
21. Lloriqueo
22. Preocupación
El poder de la Palabra de Dios
para llegar al corazón de tu hijo
La razón por la cual debemos utilizar la Escritura al instruir a
nuestros hijos se encuentra en 2 Timoteo 3:16: “Toda la Escritu‐
ra es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender,
para corregir y para instruir en la justicia”. El Espíritu Santo ha‐
bla a través de la Palabra de Dios y revela el mal, da convicción a
los culpables y promueve la justicia. Para que nuestros hijos pue‐
dan caminar en rectitud, primero deben confesar sus pecados y
admitir que son culpables. Dicho de otro modo, cuando nuestros
hijos pecan, debemos usar la Palabra de Dios para que experi‐
menten que son pecadores y que deben arrepentirse.
Es cierto que la ley de Dios no es fácil de cumplir para el ser
humano en sus propias fuerzas. La ley de Dios es el más alto es‐
tándar: un estándar santo que no podemos alcanzar sin la gracia
sobrenatural de Dios. Pero ese es el punto. Es la ley de Dios que
encontramos en Su Palabra la que nos muestra nuestra necesi‐
dad de Su gracia. Cuando le enseñamos la Palabra de Dios (Su
ley) a nuestros hijos, les estamos ayudando a entender que son
pecadores necesitados de la misericordia y de la intervención de
Dios en sus vidas. La Biblia nos dice que la ley de Dios lleva a los
pecadores a Cristo.
Gálatas 3:24 dice: “Así que la ley vino a ser nuestro guía encar‐
gado de conducirnos a Cristo, para que fuéramos justificados por
la fe”. Por tanto, cada vez que tu hijo quebranta la ley de Dios,
tienes una oportunidad de mostrarle su necesidad de Cristo.
Cuando tu hijo te hable usando un tono irrespetuoso, no le di‐
gas solamente: “Te estás portando mal”. Háblale usando las pa‐
labras que Dios usa. Dile a tu hijo lo que Dios dice acerca de ese
comportamiento en particular y hacia dónde lleva el mismo.
“Cariño, estás siendo irrespetuoso y no me estás honrando. No
te irá bien si me deshonras de esa manera. Ahora, inténtalo de
nuevo de una forma que demuestre honra”.
Estas palabras no me las inventé yo; ya estaban escritas en
Deuteronomio 5:16. Utilicé las palabras de Dios, pero nota cómo
las utilicé sin sonar como un predicador hablándole a una iglesia
desde el púlpito. Deuteronomio 6:6-7 nos dice que los manda‐
mientos de Dios deben estar en nuestros labios y que debemos
enseñárselos a nuestros hijos, hablándoles de ellos todo el día,
cada día, “cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino,
cuando te acuestes y cuando te levantes” (v 7). Eso no significa
que cada vez que nuestros hijos nos hablen de manera irrespe‐
tuosa tenemos que hablar de manera formal y decirles: “Niños,
abran sus Biblias en Deuteronomio 5:16 y repitan: ‘Honra a tu
padre y a tu madre, como el Señor tu Dios te lo ha ordenado,
para que disfrutes de una larga vida y te vaya bien en la tierra
que te da el Señor tu Dios’”.
Creo que debemos conocer la Palabra de Dios y hablarla con
tanta frecuencia delante de nuestros hijos que salga de una for‐
ma cómoda en nuestras conversaciones. La idea no es crear una
enseñanza formal, estricta o legalista, sino un estilo de vida que
esté continuamente en nuestros corazones, mentes y labios. Usa
la Palabra de Dios para enseñarles a tus hijos desde tu corazón.
Podemos cansarnos de siempre tomarnos el tiempo de ins‐
truirles usando la Palabra de Dios, y más en esos días donde pa‐
rece que estás repitiendo lo mismo una y otra vez. Es fácil llegar
a sentir que instruirles todo el día, cada día, una y otra vez, es
una carga o una prueba; pero Santiago 1:2-4 dice: “Hermanos
míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentar‐
se con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe
produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la
obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada”.
De acuerdo a estos versículos, deberíamos sentirnos alegres y
agradecidos cada vez que se nos da la oportunidad de mostrarle a
nuestros hijos su necesidad de Cristo por medio de la Palabra. Si
llegáramos a ver cada uno de sus comportamientos pecaminosos
como preciosas oportunidades para enseñarles, seríamos mucho
más justos y eficaces en nuestra instrucción. Nos alegraríamos y
estaríamos dispuestos en vez de estar enojados o frustrados.
Ahora, yo sé mejor que nadie que es más fácil decirlo que hacer‐
lo, pero debemos esforzarnos por reflejar la actitud de Cristo en
nuestra actitud (ver Filipenses 2:5).
Cada vez que tu hijo falla, no te desalientes ni lo veas como
una tragedia. Recuerda que sería antinatural que tu hijo no pe‐
que porque, después de todo, es un pecador.
Me apasiona mucho poder alentar y enseñarle a los padres a
instruir a sus hijos bíblicamente, pero no les enseño basándome
en mi propia autoridad o en mi propia habilidad, porque no la
tengo. Enseño basándome en la autoridad de la Palabra de Dios.
De hecho, si hubieras ido a mi casa y visto mis fracasos, proba‐
blemente no hubieras comprado este libro. Soy una madre que
está creciendo, al igual que tú, y aunque mi deseo es ser santa y
perfecta al instruir a mis hijos, estoy muy lejos de lograrlo. Me
esfuerzo por enseñarles diligentemente la Palabra para que se
acerquen a Cristo, pero yo no soy perfecta, ni ellos tampoco.
Lo cierto es que todos los niños son pecadores y se comporta‐
rán de manera pecaminosa. La pregunta no es: “¿Pecarán?”. La
pregunta es: “Cuando pequen, ¿qué vas a hacer al respecto?”.
¿Les ignorarás, les gritarás, te inventarás excusas para que se
salgan con la suya, o les vas a instruir en el camino correcto?
(Proverbios 22:6).
Deberíamos aprovechar cada oportunidad para mostrarles a
nuestros hijos su necesidad de Cristo. La mayor necesidad que
tienen nuestros hijos es la de nacer de nuevo. La salvación de
nuestros hijos no depende de lo que hagamos como padres. Su
salvación es algo entre ellos y Dios. Aunque sí somos responsa‐
bles ante Dios en mostrarles al Salvador de sus vidas, es Dios
quien toca sus corazones.
Por muchos años creí que si tomaba en serio mi responsabili‐
dad de instruirles conla Escritura, entonces aseguraría que vi‐
nieran a los pies de Cristo. Cuando mi hijo tenía siete años de
edad, me di cuenta de que podía citar todos los versículos bíbli‐
cos apropiados para cada uno de los pecados con los que lucha‐
ba; al final, lograba que él obedeciera de acuerdo a esas Escritu‐
ras, pero solo Dios podía cambiar su corazón.
Mi hijo se volvió un experto en responder correctamente. Yo
le instruía y él ya sabía todo lo que tenía que decir, pero su cara
me decía: “Ya dije todo lo que querías que dijera, ¡ahora déjame
en paz!”. Fue durante este tiempo que Dios me enseñó a dejar de
confiar en mis propias habilidades. Tenía que dejar de intentar
controlar su corazón y dejar que Dios obrara en su vida. Fue un
tiempo muy duro. Parecíamos estar separados por un océano.
Estoy muy agradecida por ese tiempo porque me ayudó a depen‐
der mucho más de Dios. Le busqué con todo mi corazón y le pedí
que restaurara nuestra relación; que obrara en Wesley para que
recibiera mi instrucción con el amor con que pretendía hacerlo.
Dios me llevó a hacer dos cosas. La primera era pasar tiempo a
solas con Wesley cada noche antes de dormir. A tomar el tiempo
necesario. A no pasar ese tiempo instruyéndolo, sino solo sen‐
tarme en su cama y escuchar todo lo que quisiera decirme. La se‐
gunda era regresar a su habitación cada noche antes de acostar‐
me y orar por él mientras él dormía. Cada noche oraba para que
Dios tocara su corazón. Y así lo hizo.
Deberíamos ayudar a nuestros hijos a obedecer a Dios, exigién‐
doles que obedezcan a papá y a mamá. Si no somos capaces de
exigirle obediencia a nuestros hijos, nos convertimos en una pie‐
dra de tropiezo para ellos. Lucas 17:2 nos explica que sería mejor
que fuéramos arrojados al mar con una piedra de molino atada a
nuestros cuellos, y no que seamos de tropiezo para un niño. Si
no les exigimos obediencia, estamos impidiendo que nuestros hi‐
jos reciban las bendiciones que Dios quiere para ellos.
Efesios 6:1-3 dice:
Hijos, obedezcan en el Señor a sus padres,
porque esto es justo.
“Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer mandamiento con
promesa—para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la
tierra”.
Lo anterior es una pequeña porción de un capítulo del libro
NO ME HAGAS CONTAR HASTA TRES
por Ginger Hubbard
Cómo utilizar este material
Este material fue diseñado para ayudarte a utilizar las Escrituras
con el fin de erradicar la necedad “ligada al corazón de tu hijo”
(Proverbios 22:15 RVC). No contiene todo lo que necesitas saber
sobre los comportamientos pecaminosos que aquí se encuen‐
tran, ni tampoco habla sobre todos los comportamientos peca‐
minosos que puedas enfrentar. Es por esto que cuando se trate
de enseñar, reprender, corregir y entrenar a tus hijos en justicia,
esto debe ser utilizado como una herramienta—no un sustituto
—en tu estudio personal de la Biblia.
Comportamiento del niño
Hay diferentes maneras de lidiar con cada uno de estos compor‐
tamientos. Por ejemplo, yo escogí la alternativa de la “relación”
para lidiar con la mentira. La mentira destruye nuestra relación
con Dios y con los demás. La confianza es la base de las relacio‐
nes. Cuando esa confianza se ve afectada, las relaciones se dete‐
rioran. Otra alternativa pudo haberse enfocado más en el temor
al hombre versus el temor a Dios. Lo que usualmente motiva a
una persona a mentir es el temor al hombre (temor a las conse‐
cuencias). No importa qué tanto tu hijo le tema a las consecuen‐
cias, puedes utilizar la Escritura para animarle a que diga la ver‐
dad. Por ejemplo, el libro de Proverbios dice: “Temer a los hom‐
bres resulta una trampa...” (29:25). También dice: “El temor del
Señor es corrección y sabiduría; la humildad precede a la honra”
(15:33).
La Biblia está llena de sabiduría para manejar todas las situa‐
ciones de las que hablamos aquí. Te he dado suficiente informa‐
ción como para abrir tu apetito y motivarte a profundizar más
en los tesoros de la Palabra de Dios. Por favor, no permitas que
esta herramienta se convierta en una muleta que te lleve a des‐
cuidar tu responsabilidad personal de escudriñar y conocer las
Escrituras para saber cómo entrenar a tus hijos.
Examinando su
corazón
Un padre no tiene el derecho de juzgar los pensamientos y moti‐
vaciones de sus hijos. Los padres sabios le enseñarán a sus hijos
a examinar y evaluar sus propios corazones para encontrar sus
motivaciones pecaminosas. Pero si les haces algunas buenas pre‐
guntas puedes ayudarles a ver esa necedad que está tan arraiga‐
da en su corazón.
Reprensión
(“Quitarse”) y
Estímulo
(“Ponerse”)
No basta con utilizar las Escrituras para reprender el mal com‐
portamiento. Reprender el mal comportamiento sin enseñar el
comportamiento correcto terminará exasperando a tus hijos.
Enséñales a tus hijos a “quitarse” el comportamiento pecamino‐
so y “ponerse” un comportamiento justo.
Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que
debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está co‐
rrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la acti‐
tud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza,
creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.
– Efesios 4:22-23
Los padres necesitan corregir el mal comportamiento en sus
hijos y animarles a que se comporten de manera justa.
Es mi oración que esta herramienta te llene de pasión y emo‐
ción por estudiar la Palabra de Dios; que estés mejor equipado
para entrenar a tus hijos en los caminos del Señor.
RECUERDA:
Al hablar palabras sabias
debemos hacerlo con un
corazón amoroso y una voz tierna.
Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado,
ustedes que son espirituales deben restaurarlo
con una actitud humilde.
— Gálatas 6:1a
Causar conflictos,
meterse con los demás
Examinando su
corazón
1. ¿Te estás proponiendo en tu corazón el promover la paz, o es‐
tás causando conflictos?
2. ¿Cómo podrías mostrar amor y buscar la paz en esta situa‐
ción?
Reprensión
(“Quitarse”)
Conflicto. Una de las siete cosas que Dios odia es a aquel que
siembra conflictos entre hermanos (Proverbios 6:19).
Estímulo
(“Ponerse”)
Buscar la paz. Dios da gozo a los que promueven la paz (Prover‐
bios 12:20).
Versículos
adicionales
El odio es motivo de disensiones,
pero el amor cubre todas las faltas.
– Proverbios 10:12
... que se aparte del mal y haga el bien;
que busque la paz y la siga.
– 1 Pedro 3:11
Malas amistades
Examinando su
corazón
1. ¿Crees que este amigo te va animar a que sigas a Jesús?
2. ¿Crees que pasar tiempo con este amigo es una decisión sa‐
bia?
NOTA: Ten cuidado de no condenar su necedad, sino de orar por
ellos con un amor y compasión desmedidos.
Reprensión
(“Quitarse”)
Malas compañías. Deberías de alejarte de aquellos cuyas vidas
son contrarias a la enseñanza que has recibido o te descarriarás
y sufrirás daños (Romanos 16:17; Proverbios 12:26; 13:20).
Estímulo
(“Ponerse”)
Sabiduría. Si caminas con los sabios serás sabio (Proverbios
13:20).
Versículos
adicionales
No te hagas amigo de gente violenta,
ni te juntes con los iracundos,
no sea que aprendas sus malas costumbres
y tú mismo caigas en la trampa.
– Proverbios 22:24-25
Necio es el que confía en sí mismo;
el que actúa con sabiduría se pone a salvo.
– Proverbios 28:26
Les ruego, hermanos, que se cuiden de los que causan divisiones y di‐
ficultades, y van en contra de lo que a ustedes se les ha enseñado.
Apártense de ellos.
– Romanos 16:17
Culpar a los demás;
dar excusas
Examinando su
corazón
1. ¿Puede ser que estés tratando de esconder tu propio pecado?
2. Sin culpar a otro o darme excusas, quiero que examines tu
propio corazón y me digas lo que hiciste.
3. ¿Qué pudiste haber hecho diferente?
Reprensión
(“Quitarse”)
Orgullo. Si tratas de esconder tu pecado no te va a ir bien. Dios
sabe lo que hay en tu corazón (Proverbios 28:13).
Estímulo
(“Ponerse”)
Humildad. Si confiesas la verdad y te apartas de tu pecado, serás
perdonado y recibirás amor (Proverbios 28:13; 1 Juan 1:9).
Versículosadicionales
La sabiduría te librará
del camino de los malvados,
de los que profieren palabras perversas,
– Proverbios 21:2
He pecado contra el Señor, así que soportaré Su furia hasta que Él
juzgue mi causa y me haga justicia. Entonces me sacará a la luz y go‐
zaré de Su salvación.
– Miqueas 7:9
Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros,
para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.
– Santiago 5:16
Alardear, presumir
Examinando su
corazón
1. ¿Esas palabras dan gloria y honor a Dios o a ti mismo?
Reprensión
(“Quitarse”)
Orgullo. “No te jactes de ti mismo; que sean otros los que te ala‐
ben” (Proverbios 27:2). Dios no tolera un corazón orgulloso (Sal‐
mo 101:5).
Estímulo
(“Ponerse”)
Humildad. Sé humilde y considera a los demás como mejores
que tú (Filipenses 2:3).
Versículos
adicionales
“La gente se fija en las apariencias,
pero Yo me fijo en el corazón”, [dice el Señor].
– 1 Samuel 16:7b
Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino
más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe
que Dios le haya dado.
– Romanos 12:3
En cuanto a mí, jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la
cruz de nuestro Señor
Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para
el mundo.
– Gálatas 6:14
Queja
Examinando su
corazón
1. ¿Tu actitud está demostrando gratitud y contentamiento?
2. En vez de quejarte, ¿por cuáles cosas podrías dar gracias en
esta situación?
Reprensión
(“Quitarse”)
Queja. “Háganlo todo sin quejas ni contiendas” (Filipenses 2:14).
Estímulo
(“Ponerse”)
Gratitud. Dios quiere que seas agradecido y estés gozoso en toda
circunstancia.
Versículos
adicionales
Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda si‐
tuación, porque esta es Su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.
– 1 Tesalonicenses 5:16-18
Gran remedio es el corazón alegre,
pero el ánimo decaído seca los huesos.
– Proverbios 17:22
Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del
Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de Él [...] Hagan
lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como
para nadie en este mundo.
– Colosenses 3:17,23
RESOLUCIÓN DE
CONFLICTOS:
El ofendido
Examinando su
corazón
1. ¿Hablaste con tu hermano(a) antes de venir a mí?
2. ¿Respondiste de la manera en que Dios quiere que respon‐
das?
3. ¿Estás dispuesto a perdonar de la manera en que Jesús perdo‐
na?
Reprensión
(“Quitarse”)
Venganza/Indisposición a perdonar. “No devuelvan mal por
mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto
fueron llamados, para heredar una bendición” (1 Pedro 3:9).
Estímulo
(“Ponerse”)
Amor/ Perdón. “Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y
hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano”
(Mateo 18:15).
Sólo puedes venir a mí si ya has confrontado a tu hermano(a) y
él o ella no te escucha (Mateo 18:17).
Versículos
adicionales
El buen juicio hace al hombre paciente;
su gloria es pasar por alto la ofensa.
– Proverbios 19:11
Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónen‐
se mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
– Efesios 4:32
RESOLUCIÓN DE
CONFLICTOS:
El ofensor
Examinando su
corazón
1. ¿Crees que le demostraste amor al decirle eso a tu herma‐
no(a)?
2. ¿Qué pudiste haber hecho diferente?
Reprensión
(“Quitarse”)
Orgullo/Crueldad. “El amor no se deleita en la maldad sino que
se regocija con la verdad” (1 Corintios 13:6).
Estímulo
(“Ponerse”)
Humildad/ Bondad. Confiesa tu pecado a Dios y busca Su perdón
y el del que has ofendido (Salmos 32:5; Santiago 5:16).
Versículos
adicionales
El que quiera amar la vida
y gozar de días felices,
que refrene su lengua de hablar el mal
y sus labios de proferir engaños
que se aparte del mal y haga el bien;
que busque la paz y la siga.
– Salmo 34:11-14
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en su lugar santo?
Solo el de manos limpias y corazón puro...
– Salmo 24:3-4
Codicia, descontento
Examinando su
corazón
1. ¿Crees que Dios te ha dado todo lo que necesitas?
2. ¿Cuáles son algunas de las cosas que Dios te ha suplido fiel‐
mente?
3. ¿Qué cosas realmente necesitas que no tengas?
Reprensión
(“Quitarse”)
Descontento. No ames las cosas de este mundo. Aquellos que co‐
dician no encontrarán satisfacción (1 Juan 2:15; Hageo 1:6).
Estímulo
(“Ponerse”)
Contentamiento. Conténtate con lo que tienes; el contentamien‐
to te permitirá disfrutar lo que Dios te ha dado (Hebreos 13:5; 1
Timoteo 6:6-8).
Versículos
adicionales
No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su escla‐
vo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca.
– Éxodo 20:17
¡Tengan cuidado!
—advirtió [Jesús] a la gente—.
Absténganse de toda avaricia;
la vida de una persona
no depende de la abundancia de sus bienes.
– Lucas 12:15
Derrota,
darse por vencido
Examinando su
corazón
1. ¿ Qué hizo Jesús cuando fue tentado a darse por vencido?
2. ¿Qué hubiese pasado si Jesús se hubiese dado por vencido?
3. ¿Qué debes hacer cuando eres tentado a darte por vencido?
Reprensión
(“Quitarse”)
Desánimo. No te des por vencido y no te apoyes de tus propias
fuerzas (2 Tesalonicenses 3:13).
Estímulo
(“Ponerse”)
Perseverancia. Ora por la voluntad y las fuerzas para perseverar
cuando las cosas se pongan difíciles. Permite que el poder de
Dios se perfeccione en tu debilidad (2 Corintios 12:9; Efesios 6:18;
Santiago 5:13).
Versículos
adicionales
Y no solo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sa‐
bemos que el sufrimiento produce perseverancia.
– Romanos 5:3
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
– Filipenses 4:13
Así, pues, consideren a Aquel que perseveró frente a la oposición por
parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo.
– Hebreos 12:3
Actitud desafiante,
mirada desafiante
Examinando su
corazón
1. ¿Estás obedeciendo o desobedeciendo con tu actitud?
2. ¿Realmente estás obedeciendo cuando no obedeces con ale‐
gría?
Reprensión
(“Quitarse”)
Desafío. Mirarme de esa manera es algo malvado y menospre‐
ciar la instrucción es una necedad (Proverbios 21:29; 12:1).
Estímulo
(“Ponerse”)
Sumisión. Un corazón sabio obedece las órdenes y un corazón
alegre hace que el rostro se vea alegre (Proverbios 10:8; 15:13).
Versículos
adicionales
Con el orgullo viene el oprobio;
con la humildad, la sabiduría.
– Proverbios 11:2
¡Dichoso el que siempre teme al Señor!
Pero el obstinado caerá en la desgracia.
– Proverbios 28:14
La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús […] se rebajó
voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose se‐
mejante a los seres humanos.
– Filipenses 2:5, 7
Destructivo con los juguetes u otras
pertenencias
Examinando su
corazón
1. ¿Crees que deberíamos permitirte tener esto si lo vas a des‐
truir?
2. ¿Estás siendo considerado con la persona que lo compró?
3. ¿Esto es un acto de bondad o de maldad?
Reprensión
(“Quitarse”)
Destrucción. El despilfarro lleva a la pobreza y un hombre necio
destruye lo que tiene (Lucas 15:12-14; Proverbios 21:20).
Estímulo
(“Ponerse”)
Buena mayordomía. Serás bendecido y se te confiará más cuan‐
do cuides lo que tienes (Mateo 23:29).
Versículos
adicionales
Ahora bien, a los que reciben un encargo
se les exige que demuestren
ser dignos de confianza.
– 1 Corintios 4:2
Desobediencia
Examinando su
corazón
1. ¿Estás obedeciendo o desobedeciendo?
2. ¿Cómo desobedeciste?
3. ¿Cómo quiere Dios que obedezcas?
NOTA:
• Completamente
• Inmediatamente
• Con un corazón alegre
Reprensión
(“Quitarse”)
Desobediencia. Cuando me desobedeces estás desobedeciendo a
Dios y no te va a ir bien. Te amo demasiado como para permitir‐
te desobedecer (Efesios 6:1-3).
NOTA: Sé consistente en llevar a cabo las consecuencias que
amerita el desobedecer directamente (Proverbios 23:13-14).
Estímulo
(“Ponerse”)
Obediencia. “Hijos, obedezcan a sus padres en todo,porque esto
agrada al Señor”
(Colosenses 3:20).
Versículos adicionales
Quien se burla de la ins‐
trucción
tendrá su merecido;
quien respeta el mandamiento
tendrá su recompensa […]
El que desprecia a la disciplina
sufre pobreza y deshonra;
el que atiende a la corrección
recibe grandes honores.
– Proverbios 13:13,18
Rechazar la corrección
es despreciarse a sí mismo;
atender a la reprensión
es ganar entendimiento.
– Proverbios 15:32
Miedo
Examinando su
corazón
1. ¿Dios te ha dado un espíritu de temor?
2. ¿Qué quisiera Dios que hicieras en esta o cualquier situación
en la que sientes temor?
Reprensión
(“Quitarse”)
Miedo. Cuando vives lleno de miedo no estás confiando en Dios
(Mateo 8:26).
Estímulo
(“Ponerse”)
Confianza. Dios ha dicho: “Nunca te dejaré; jamás te abandona‐
ré” (Hebreos 13:5b).
Versículos
adicionales
Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten […] pues el Señor su
Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará.
– Deuteronomio 31:6
El Señor es mi luz y mi salvación;
¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida;
¿quién podrá amedrentarme?
– Salmos 27:1
Temer a los hombres resulta una trampa,
pero el que confía en el Señor sale bien librado.
– Proverbios 29:25
Mentira, engaño
Examinando su
corazón
1. ¿Sabes quién es el padre de mentiras?
2. ¿Quién quieres que sea tu Padre?
3. ¿Crees que mintiendo estás honrando a tu Padre (Dios) y a tu
familia?
Reprensión
(“Quitarse”)
Mentir. Cuando mientes estás dañando la relación con tu familia
y Dios odia a los mentirosos, así que debes “quitarte” la mentira
(Efesios 4:25; Proverbios 6:17).
Estímulo
(“Ponerse”)
Veracidad. El Señor se deleita en aquellos que dicen la verdad
(Proverbios 12:22).
Versículos
adicionales
Sean, pues, aceptables ante Ti
mis palabras y mis pensamientos,
oh Señor, roca mía y redentor mío.
– Salmos 19:14
El testigo falso no quedará sin castigo;
el que esparce mentiras no saldrá bien librado.
– Proverbios 19:5
Dejen de mentirse unos a otros,
ahora que se han quitado el ropaje de
la vieja naturaleza con sus vicios.
– Colosenses 3:9
Rechazar la instrucción
Examinando su
corazón
1. ¿Tu actitud está demostrando respeto hacia mí y honrando a
Jesús?
2. ¿Rechazar mi instrucción es sabio o necio de tu parte?
Reprensión
(“Quitarse”)
Necedad. Dios dice que rechazar la sabiduría de mis palabras es
necio de tu parte (Proverbios 23:9).
Estímulo
(“Ponerse”)
Sabiduría. Serás sabio si escuchas el consejo y aceptas la instruc‐
ción (Proverbios 19:20).
Versículos
adicionales
Pero el que me obedezca vivirá tranquilo,
sosegado y sin temor del mal.
– Proverbios 1:33
El que ama la disciplina ama el conocimiento,
pero el que la aborrece es un necio.
– Proverbios 12:1
El necio [menosprecia] la corrección de su padre;
el que la acepta demuestra prudencia […]
El corazón entendido va tras el conocimiento;
la boca de los necios se nutre de tonterías.
– Proverbios 15:5,14
Pelear, discutir
Examinando su
corazón
1. ¿Estás siendo fuerte y evitando el pleito o estás siendo débil y
siendo parte de él?
2. ¿Qué puedes hacer o decir para mantener la paz entre tú y tu
hermano(a) ahora mismo?
NOTA: Pregúntale a todos los niños involucrados.
Reprensión
(“Quitarse”)
Pelear. Las palabras agresivas provocan enojo. Necesitas apar‐
tarte del mal y hacer el bien porque Dios dice que pelear es una
necedad (Proverbios 15:1b; 20:3b; Salmos 34:14).
Estímulo
(“Ponerse”)
Promover la paz. La respuesta amable calma el enojo. Evitar el
pleito y vivir en paz con todos te trae honra (Proverbios 20:3a;
15:1a; Romanos 12:18).
Versículos
adicionales
No tengas nada que ver
con discusiones necias y sin sentido,
pues ya sabes que terminan en pleitos.
– 2 Timoteo 2:23-24
No entres apresuradamente en pleito,
no sea que no sepas qué hacer al fin
después que tu prójimo te haya avergonzado.
– Proverbios 25:8 RV60
El corazón alegre se refleja en el rostro,
el corazón dolido deprime el espíritu.
– Proverbios 15:13
Venganza
Examinando su
corazón
1. ¿Qué haría Jesús?
2. ¿Cómo puedes honrar a Jesús y bendecir a las personas que te
hicieron daño?
Reprensión
(“Quitarse”)
Venganza. “Nunca digas: «¡Me vengaré de ese daño!» Confía en
el Señor, y él actuará por ti” (Proverbios 20:22).“No devuelvan
mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque
para esto fueron llamados, para heredar una bendición” (1 Pedro
3:9).
Estímulo
(“Ponerse”)
Perdón. Tu gloria es pasar por alto la ofensa y cuando vences el
mal con el bien estás obedeciendo a Dios (Proverbios 19:11; Ro‐
manos 12:21).
Versículos
adicionales
Ustedes, por el contrario, amen a sus enemigos, háganles bien y den‐
les prestado sin esperar nada a cambio. Así tendrán una gran recom‐
pensa y serán hijos del Altísimo, porque Él es bondadoso con los in‐
gratos y malvados. Sean compasivos, así como su Padre es compasi‐
vo.
– Lucas 6:35-36
Bendigan a quienes los persigan;
bendigan y no maldigan.
– Romanos 12:14
Egoísmo,
“Yo primero”
Examinando su
corazón
1. ¿Estás poniendo a tu hermano(a) antes que a ti mismo, o estás
siendo egoísta?
2. ¿Qué podrías hacer para que fuera amoroso y generoso?
Reprensión
(“Quitarse”)
Egoísmo. “No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con
humildad consideren a los demás como superiores a ustedes
mismos” (Filipenses 2:3). “No niegues un favor a quien te lo
pida, si en tu mano está el otorgarlo” (Proverbios 3:27).
Estímulo
(“Ponerse”)
Generosidad. “Amémonos unos a otros con amor fraternal; res‐
petemos y mostremos [generosidad] hacia los demás” (Romanos
12:10 RVC). “Dios ama a quien da con alegría” (2 Corintios 9:7b).
Versículos
adicionales
El egoísta busca su propio bien;
contra todo sano juicio se rebela.
– Proverbios 18:1
Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a
todos, y en especial a los de la familia de la fe.
– Gálatas 6:10
Cada uno debe velar no solo
por sus propios intereses sino también
por los intereses de los demás.
– Filipenses 2:4
Delatar a otros
Examinando su
corazón
1. ¿Puede ser que estés disfrutando el meter a tu hermano(a) en
problemas?
2. En vez de delatarlo(a), ¿cómo podrías estimularlo(a) hacia el
amor y las buenas obras?
Reprensión
(“Quitarse”)
Chismear. Si estás intentando meter a tu hermano(a) en proble‐
mas, también estarás en problemas. “El que se alegra de verlo en
la ruina no quedará sin castigo” (Proverbios 17:5b).
Estímulo
(“Ponerse”)
Animar. “Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimu‐
larnos al amor y a las buenas obras” (Hebreos 10:24).
NOTA: El niño debe venir directamente hacia a su mamá cuando
otro niño está en peligro, poniendo a otros en peligro o destru‐
yendo las pertenencias de alguien.
Versículos
adicionales
La gente chismosa revela los secretos;
la gente confiable es discreta.
– Proverbios 11:13
El perverso provoca contiendas,
y el chismoso divide a los buenos amigos.
– Proverbios 16:28
El amor no se deleita en la maldad
sino que se regocija con la verdad.
– 1 Corintios 13:6
Burlarse o
hablar mal de otros
Examinando su
corazón
1. ¿Esas palabras demuestran amor y edifican a tu hermano(a) o
lo(a) destruyen?
2. ¿Qué podrías decir para edificar a tu hermano(a)?
Reprensión
(“Quitarse”)
Malas conversaciones. “No salga de la boca de ustedes ninguna
palabra mala (corrompida)…” (Efesios 4:29a NBLH).
Estímulo
(“Ponerse”)
Palabras edificantes. Las palabras de tu boca deben de ayudar a
edificar a otros según sus necesidades (Efesios 4:29b).
Versículos
adicionales
… que se aparte del mal y haga el bien;
que busque la paz y la siga.
– Salmos 34:14
Como loco que dispara
mortíferas flechas encendidas
es quien engaña a su amigo y explica:
«¡Tan sólo estaba bromeando!»
– Proverbios 26:18-19
El Señor se burla de los burlones,
pero muestra su favor a los humildes.
– Proverbios 3:34
Lloriqueo
Examinando su
corazón
1. ¿Tu voz está demostrando dominio propio?
2. ¿Cómo quiere Dios que te comuniques?
Reprensión
(“Quitarse”)
Impiedad. El lloriqueo es unaforma pecaminosa de comunica‐
ción (Tito 2:12a).
Estímulo
(“Ponerse”)
Dominio propio. Dios quiere que ejerzas dominio propio, hasta
con tu voz (Tito 2:12b).
Versículos
adicionales
En cambio, el fruto del Espíritu es […] dominio propio. No hay ley que
condene estas cosas.
– Gálatas 5:22-23
Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras
contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quie‐
nes escuchan.
– Efesios 4:29
Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su vir‐
tud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio…
– 2 Pedro 1:5-6
Preocupación
Examinando su
corazón
1. ¿Se te está olvidando quién hizo todas las cosas?
2. ¿Quién es todopoderoso? ¿Qué puede hacer Dios en esta si‐
tuación?
Reprensión
(“Quitarse”)
Ansiedad. No es la voluntad de Dios que estés preocupado (Ma‐
teo 6:31).
Estímulo
(“Ponerse”)
Confianza. Si oras y crees que Dios puede quitarte esta ansiedad
Él lo hará porque Él cuida de ti (1 Pedro 5:7).
Versículos
adicionales
Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan
en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen
ustedes mucho más que ellas?
– Mateo 6:26-27
Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo
respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno
de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio.
Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo
que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes.
– Filipenses 4:8-9
	Página de derechos
	Tabla de contenido
	El Poder la Palabra de Dios para transformar el corazón de tu hijo
	Cómo utilizar este material
	Comportamientos del niño
	1. Causar conflictos, meterse con los demás
	2. Malas amistades
	3. Culpar a los demás
	4. Alardear, presumir
	5. Queja
	6. Resolución de conflictos: el ofendido
	7. Resolución de conflictos: el ofensor
	8. Codicia, descontento
	9. Derrota, darse por vencido
	10. Actitud desafiante, mirada desafiante
	11. Destructivo con los jugetes y otras pertenencias
	12. Desobediencia
	13. Miedo
	14. Mentira, engaño
	15. Rechazar la instrucción
	16. Pelear, discutir
	17. Venganza
	18. Egoísmo, "Yo primero"
	19. Delatar a otros
	20. Burlarse o hablar mal de otros
	21. Lloriqueo
	22. Preocupación

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