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Resumen No hay duda alguna de que la ecografía mamaria juega un papel fundamental en el campo de la patología mama- ria, habiéndose convertido en un método diagnóstico indispensable. Aunque no ha demostrado evidencia de reducir la mortalidad por cáncer de mama cuando se utiliza como método de despistaje, la ecografía mamaria complementa a la mamografía e, incluso, la puede sustituir en casos concretos (embarazadas, pacientes jóve- nes). En este trabajo, se reseñan sus indicaciones, lo que puede aportar esta técnica diagnóstica, mejorando considerablemente la especificidad de la mamografía en cuanto a la caracterización de los nódulos (benignos, sospechosos de malignidad o malignos), las características que debe reunir el ecógrafo adecuado, su técnica correcta, para, finalmente, hacer hincapié en que el ginecólogo debe incorporarla a su práctica médica habitual. Artículo Especial Recibido: 09/07/2019 Aceptado: 27/01/2020 Gallo Vallejo JL, Mas Masats M. Rol de la ecografía mamaria en la práctica ginecológica habitual. Prog Obstet Ginecol 2020;63:224-230. Rol de la ecografía mamaria en la práctica ginecológica habitual Role of breast ultrasound in routine gynecological practice José Luis Gallo Vallejo1 y Manuel Mas Masats2 1Jefe Sección. Servicio de Obstetricia y Ginecología. Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada. Profesor Asociado de la Universidad de Granada. 2Servicio de Obstetricia y Ginecología. Clínica La Inmaculada. Granada. Revista Oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia P R O G R E S O S D E O b s t e t r i c i a G i n e c o l o g í a y Revista Oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Prog Obstet Ginecol 2020;63:224-230 Correspondencia: José Luis Gallo Vallejo Servicio de Ginecología y Obstetricia Hospital Universitario Virgen de las Nieves Av. de las Fuerzas Armadas, 2 18014 Granada e-mail: jgallov@sego.es Abstract There is no doubt that breast ultrasound plays a key role in the breast disease field, having become an indis- pensable diagnostic method. Although not shown evidence of reducing mortality from breast cancer when used as a method of screening, breast ultrasound complements mammography, and even may be substituted in specific cases (pregnant women, young patients). In this paper, indications are outlined, which can bring this diagnostic technique, considerably improving the specificity of mammography as to the characterization of nodules (benign, suspicious for malignancy or malignant), the characteristics required of the adequate ultra- sound scanner, the right technique, to finally emphasize that the gynecologist should incorporate it into their routine medical practice. Palabras clave: Ecografía mamaria. Práctica ginecológica habitual Key words: Breast ultrasound. Routine gynecological practice. 225ROL DE LA ECOGRAFÍA MAMARIA EN LA PRÁCTICA GINECOLÓGICA HABITUAL [Prog Obstet Ginecol 2020;63:224-230] La ecografía mamaria es un método diagnóstico indis- pensable en el campo de la patología mamaria. El ginecó- logo, como complemento de la exploración clínica, debe incluirla en su práctica habitual. INTRODUCCIÓN El diagnóstico por la imagen de las lesiones mamarias ha cambiado en los últimos años, tanto en lo que se refiere a las técnicas de imagen como a los procedimientos inter- vencionistas. La mamografía convencional se ha benefi- ciado de la tecnología digital, los ecógrafos han mejorado sustancialmente su calidad y la resonancia magnética se ha introducido en los algoritmos diagnósticos (1). No hay duda alguna de que la ecografía mamaria (EM) juega un papel fundamental en el campo de la patología mamaria, habiéndose convertido en un método diagnós- tico indispensable. Aunque no ha demostrado evidencia de reducir la mortalidad por cáncer de mama cuando se utiliza como método de despistaje, la EM complementa a la mamografía (Mx) e, incluso, la puede sustituir en casos concretos. La EM, hasta hace unos años, solo permitía caracterizar las lesiones en sólidas o líquidas. Actualmente, además, permite el estudio diferencial de benignidad o malignidad de nódulos o tumores (2) que puede palpar el ginecó- logo en la exploración clínica rutinaria de toda paciente que acude a una consulta de ginecología o a una consulta específica de mama. En estos casos, se nos plantean las siguientes cuestiones, cuestiones a las que se pretende dar respuesta en este trabajo: 1ª. ¿Cuándo es conveniente realizar una EM? En defi- nitiva, ¿cuáles son sus indicaciones? ¿Qué nos puede aportar la EM? 2ª. ¿Quién debe realizar la EM, el ginecólogo, el radió- logo, ambos? ¿Por qué el ginecólogo no realiza perso- nalmente la EM, al igual que de forma habitual realiza la ecografía ginecológica transvaginal a sus pacientes? ¿Es imprescindible derivar a la paciente al radiólogo para su realización? 3ª. ¿Cuál es el mejor modo de realizar correctamente esta técnica diagnóstica? ¿Qué condiciones debe reunir el ecógrafo? ¿Cómo caracterizar los hallazgos ecográficos tras la práctica de la EM? ¿QUÉ NOS APORTA LA ECOGRAFÍA MAMARIA? Para responder a la primera cuestión planteada, se indi- can los siguientes hechos: – La EM es fundamental en pacientes jóvenes, de menos de 30-35 años. En efecto, en este grupo de pacientes, la EM será la técnica diagnóstica de prime- ra elección, debido a que un alto porcentaje de estas mujeres tienen mamas muy densas a estas edades, que no dan buena imagen en Mx, y porque se debe evitar la radiación ionizante en mujeres jóvenes. Solo se les solicitará Mx si los hallazgos ecográficos la jus- tifica. – Del mismo modo, la EM es la técnica de elección ante la presencia de patología durante el embarazo y la lactancia, tanto por no utilizar radiaciones ionizantes como por ser de mayor rentabilidad diagnóstica en mamas con abundante tejido glandular. – La EM es también la técnica de elección para el estu- dio de patología inflamatoria de la mama, por una mayor tolerancia y una mejor identificación de colec- ciones que la Mx. Estaría indicada, no solo como téc- nica diagnóstica de imagen, sino también como guía de punción (drenaje de abscesos, por ejemplo) y pos- terior seguimiento a tratamiento médico. – Ante el hallazgo en la palpación de una masa, la EM puede perfectamente determinar si es sólida o quís- tica (2-4), con un valor predictivo positivo del 94-96%, convirtiéndose por ello en el estudio auxiliar más relevante de la Mx, especialmente en las lesiones no palpables de tamaño superior a 1 cm. – El manejo de la masa sólida está bien definido; no ocurre lo mismo si es quística, por lo que la EM de alta resolución puede definir sus características y ayudar a adoptar una conducta adecuada (5,6). – Si la masa ecográficamente es benigna, podrá usar- se la EM como método de seguimiento. Del mismo modo, la EM resulta ser muy útil para diferenciar los quistes simples de los quistes complicados y masas complejas mamarias (7) y también puede servir como guía para realizar la aspiración del quiste. Por otro lado, la EM puede evitar hacer biopsias innecesarias y reducir el número de exámenes de seguimiento a cor- to plazo (5,8), fundamentalmente en aquellos casos en los que, ecográficamente, se detecte un patrón quístico simple. – En muchas ocasiones, tras el estudio ecográfico, se modifica la categoría Breast Imaging Reporting and Data System (BI-RADS) previamente asignada por Mx. Está indicada la realización de una EM ante la presencia de una alteración mamográfica para una caracterización más precisa, como es la presencia de una densidad asimétrica focal que, cuando no es pal- pable, la lesión es categoría BI-RADS 3. También ante la evidencia de una distorsión arquitectural en el seno de áreas densas de tejido mamario, catalogada como BI-RADS 4. En definitiva, y como respuesta a la primera cuestión, sobre cuándo debe realizarse la EM, cuáles son su indica- ciones, se podrían resumir, básicamente, en cinco puntosfundamentales: 1. Es esencial, junto con la Mx, para la evaluación com- pleta de pacientes que presentan patología mamaria. 226 JL Gallo Vallejo et al. [Prog Obstet Ginecol 2020;63:224-230] 2. Mejora considerablemente la especificidad de la Mx en cuanto a la caracterización de los nódulos (benig- nos, sospechosos de malignidad o malignos). 3. La EM también nos puede ser de gran utilidad en el estudio de los ganglios axilares en pacientes que se les haya detectado un nódulo sospechoso de malig- nidad. Además de las zonas axilares, la ecografía per- mite el libre acceso a otras zonas no cubiertas por la Mx, como son la región infraclavicular y las cadenas mamarias internas, con el fin de evidenciar adenopa- tías patológicas. 4. Suele ser guía de elección en los procedimientos intervencionistas, tales como la punción-aspiración con aguja fina (PAAF) o la biopsia-aspiración con aguja gruesa (BAG). 5. La EM es básica para el diagnóstico de la ruptura de implantes mamarios, consulta frecuente y que con- lleva un desafío diagnóstico (9,10). Es importante reseñar que: – La EM no sustituye de ningún modo a la Mx de che- queo, salvo en casos puntuales (gestantes o mujeres jóvenes), pero permite distinguir entre nódulos sóli- dos y quistes, con un elevado valor predictivo positivo, de hasta el 94-96%. – Así mismo, mejora la caracterización de los nódulos sólidos y, además, la identificación de los mismos en aquellos casos tan frecuentes de encontrarse el radió- logo con mamas muy densas. – Los radiólogos saben muy bien que entre el 11-15% de las lesiones palpables pueden ser que no las iden- tifiquen en la Mx, por lo que, en estos casos, la EM dirigida sería la técnica de elección en la evaluación de este tipo de lesiones. Por todo ello, podríamos considerar a la EM como una técnica que complementa perfectamente a la Mx (11,12). Se ha indicado lo que nos puede aportar la EM, pero también es conveniente conocer sus limitaciones (11): – Las microcalcificaciones agrupadas que no se asocian a nódulo o zona densa, ya que no suelen ser visibles ecográficamente. – La hipertrofia mamaria, ya que dificulta y a veces impide la correcta exploración de las zonas profundas. – El patrón de base lipoide, que hace difícil la identifica- ción de nódulos sólidos inferiores a 10 mm. ¿QUIÉN DEBE REALIZAR LA ECOGRAFÍA MAMARIA? Quizás sea esta la cuestión más controvertida a respon- der. Hay que indicar que, hasta hace relativamente poco tiempo, éramos los ginecólogos los que realizábamos la EM. En concreto, en nuestro Servicio, existía una consulta de ecografía, al frente de la cual se encontraba un gine- cólogo, consulta a la que se derivaban, entre otras, las peticiones de ecografías mamarias. Posteriormente, y tras la implantación en Andalucía del Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama en el grupo de población de mujeres comprendido entre los 50 y los 65 años, después ampliado hasta los 69 años, fueron y son los radiólogos los que, tras la realización de la Mx, indican la convenien- cia o no de ampliar la exploración con una EM y, de for- ma continuada, si encuentran algún nódulo, o zona con microcalcificaciones sospechosas, realizan la BAG. A raíz de este hecho, y ya de forma habitual, el ginecólogo deriva al radiólogo a cualquier paciente que presente un nódulo, zona densa... En la exploración clínica mamaria, para que se le practique, dependiendo de la edad de la paciente o de las características del hallazgo clínico, una EM, una Mx o ambas técnicas y, si lo consideran adecuado, una BAG. El problema que existe, por lo menos en nuestro medio, es la gran lista de espera existente en el Servicio de Radiología para la realización de ecografías mamarias. Después de este periplo que ha seguido la realización de la EM, ¿por qué no volver a incluirla los ginecólogos en nuestra práctica médica habitual, fundamentalmente ante el hallazgo de un nódulo palpable en la exploración mamaria? A continuación, se expone la técnica ecográfica a seguir y los requisitos indispensables que debe reunir el ecógrafo disponible en la consulta, lo cual pretende res- ponder a la tercera cuestión planteada. TÉCNICA ECOGRÁFICA Y APARATAJE ADECUADO El examen ecográfico, lógicamente, vendrá precedido por una adecuada historia clínica y posterior exploración mamaria, siendo imprescindible examinar de mane- ra sistemática las dos mamas, incluyendo las regiones retroareolares, retromamilares y los cuatro cuadrantes, así como las regiones axilares y supraclaviculares. Una vez realizada la exploración y detectada una tumo- ración o una densidad anómala, se practica la EM, con la paciente en decúbito supino o leve decúbito, con los brazos elevados por detrás de la cabeza, siendo la técnica del examen radial, siguiendo una rotación horaria, en el sentido de las agujas del reloj, en contraposición a la téc- nica convencional de barridos longitudinales o sagitales de la mama (13) . Debe realizarse un rastreo metódico y sistemático de los cuatro cuadrantes y región retroareolar de ambas mamas. Es importante que la sonda, durante la exploración ecográfica, quede perpendicular a la mama, para no formar imágenes falsas. En los casos en que por EM se identifique una lesión con criterios de sospecha, se recomienda realizar de forma sistemática el estudio ecográfico de la axila y fosa supraclavicular en busca de ganglios (14). En los últimos años el ultrasonido ha experimentado avances importantes. Se ha mejorado significativamente la resolución axial y de contraste de las imágenes, al uti- lizar transductores de alta frecuencia que van desde 7.5 227ROL DE LA ECOGRAFÍA MAMARIA EN LA PRÁCTICA GINECOLÓGICA HABITUAL [Prog Obstet Ginecol 2020;63:224-230] MHz hasta 15 MHz y con sistemas de imágenes: armónica, Doppler Color, Power Doppler, 3D y 4D, así como el uso de los nuevos ecorrealzadores. El uso de estos últimos ha demostrado mayor exactitud diagnóstica para caracterizar masas malignas y benignas, sobrepasando a la ecografía en escala de grises. Por tanto, se precisará que nuestro ecógrafo tenga una sonda lineal de alta frecuencia (7,5 MHz o más) que, aunque tiene poca profundidad, nos permite visualizar estructuras pequeñas de la mama, como la anatomía ductal. Debe tener una muy buena capacidad de con- traste, así como una buena resolución y una penetra- ción óptima de 4 cm. Esta alta resolución nos permitirá distinguir pequeñas lesiones del resto de parénquima y los ductos. Sería ideal la posibilidad de realizar Doppler color de las lesiones, pues nos va a permitir caracterizar el patrón de vascularidad lesional como vascularidad periférica, central y de penetración, de modo que (15): – La presencia de vasos capsulares de calibre regular, de trayecto recto-curvilíneo y de distribución armonio- sa es un hallazgo frecuente en las lesiones benignas, tales como los fibroadenomas. – Signo de "arteria y vena juntas": una arteria acom- pañada por su vena en la periferia o espesor de un nódulo, de alto valor predictivo para benignidad. – Los vasos aferentes penetrantes que no cursan por vasos capsulares sino directamente al nódulo, repre- sentan un hallazgo altamente sugerente de maligni- dad. Del mismo modo, es deseable la posibilidad de dis- poner de ecografía 3D, que otorga nueva información y permite una mejor interpretación y caracterización de las masas mamarias sólidas que la ecografía convencio- nal 2D. Contando en la consulta, pues, con un ecógrafo adecua- do, debemos saber hacer una caracterización ecográfica de los hallazgos encontrados y seguir una clasificación de los mismos que nos permita unificar el diálogo entre gine- cólogos y radiólogos. CARACTERIZACIÓN ECOGRÁFICA DE LOS HALLAZGOS 1. Nódulos sólidos ecográficamente benignos. Deben cumplir los siguientes requisitos (Fig. 1 A y B) – Hiperecogenicidad homogénea. – Forma elipsoide, más ancha que alta, con orientación paralela a la piel. – Dos o tres lobulacionesy con una cápsula ecogénica delgada. 2. Nódulos sólidos ecográficamente malignos (Fig. 2) – Contorno espiculado, más alto que ancho (orienta- ción no paralela a la piel). – Márgenes angulados, marcadamente hipoecogénicos. – Con sombra acústica posterior. – Calcificaciones puntiformes, extensión ductal y micro- lobulación. 3. Tumoraciones quísticas – Se presentan redondeadas u ovaladas, con ecoes- tructura generalmente anecoica (Figs. 3 y 4), aunque pueden presentar otros aspectos como hipoecogé- nico con finos ecos internos, de contenido turbio o espeso, a veces con finos tabiques en su interior. – Sus bordes están bien definidos, su eje mayor suele ser horizontal y, con gran frecuencia, están presentes los signos indirectos (refuerzo acústi- co posterior y sombra acústica lateral), pudiendo ser, a veces, bilobuladas. No tienen ninguna señal Doppler interna. Figura 1. a) Nódulo sólido ecográficamente benigno. BI-RADS 2. b) Nódu- lo sólido ecográficamente benigno. Presencia de vasos capsulares en el Doppler color. A B 228 JL Gallo Vallejo et al. [Prog Obstet Ginecol 2020;63:224-230] Hay que indicar que la EM nos permitirá diferenciar con claridad los quistes simples de los quistes complejos. Estos últimos aparecen como imágenes sólidas de baja ecoge- nicidad o bien imágenes mixtas (sólidas y quísticas) (Figs. 5 y 6). Pueden mostrar ecos internos de baja intensidad y múltiples desechos de fluido, que pueden estar origi- nados por infección, hemorragia, células en suspensión, que pueden corresponder a material purulento o sangre, o calcificaciones en las paredes. Ecográficamente los ecos internos aparecen como líneas paralelas a la piel o bien en forma de copos de nieve finos en el interior. Aquellos quistes con intensa fibrosis o calcificaciones de la pared producen sombra acústica posterior. Figura 2. Nódulo sólido ecográficamente maligno. BI-RADS 5 Figura 3. Quiste simple de mama. BI-RADS 2. 4. Mastopatía fibroquística Entre un 45-85% de las pacientes que acuden a una consulta de mama lo hacen por este cuadro clínico. Cons- tituye, sin duda alguna, el proceso benigno más frecuente Figura 4. Quiste simple de mama en 3D. Figura 5. Quiste complejo de mama. BIRADS 3. Figura 6. Quiste complejo de mama (el mismo caso de la Fig. 4) en 4D. La anatomía patológica informó de hamartoma mamario. 229ROL DE LA ECOGRAFÍA MAMARIA EN LA PRÁCTICA GINECOLÓGICA HABITUAL [Prog Obstet Ginecol 2020;63:224-230] de la mama. En este grupo de pacientes, la ecografía es la técnica diagnóstica más efectiva, constituyéndose en la prueba diagnóstica de imagen de primera elección. En la EM se observan imágenes de similares características ecográficas que en las tumoraciones quísticas, diferen- ciándose en su número y en su diámetro máximo (Fig. 7). Ecográficamente, se clasifica en tres tipos (16): – Mastopatía fibroquística (MFQ) tipo I (de pequeñas formaciones): tumoraciones quísticas de diámetro < 0,5 cm. – MFQ tipo II (de medianas formaciones): entre 0,5-2 cm. – MFQ tipo III (de grandes formaciones): > 2 cm. Esta es la clasificación ecográfica según la terminología BI-RADS: – Categoría 0: Valoración Incompleta. Requiere evalua- ción adicional por otras modalidades de imagen. – Categoría 1: Valoración Completa. Hallazgo negativo. – Categoría 2: Hallazgo benigno. – Categoría 3: Hallazgo probablemente benigno: se sugiere seguimiento y control en tiempo corto. – Categoría 4: Sospecha de malignidad. Se debe consi- derar la posibilidad de biopsia. – Categoría 5: Altamente sospechosa de malignidad. Está indicada la biopsia. – Categoría 6: Maligno, con biopsia conocida. En resumen, y de forma consensuada, se podría llegar al siguiente acuerdo y manejo de las pacientes a las que clínicamente el ginecólogo ha encontrado en la explora- ción clínica un hallazgo patológico: – Si la paciente, por su edad, por las características clí- nicas y ecográficas sugerentes de benignidad, bien se trate de un nódulo sólido o formación quística (ecografía hecha por el propio ginecólogo en consul- ta tras exploración) no precisa de Mx, el ginecólogo puede hacerle, si la cree indicada, una PAAF o BAG y posterior seguimiento de la paciente. Un ejemplo al respecto es la MFQ, patología extraordinariamente frecuente. En este caso, ya se ha referido que la EM es la técnica diagnóstica de elección, que además va a permitir indicar en qué casos se debe realizar PAF y/o BAG (16,20). – Si claramente precisa de una Mx, por la edad de la paciente, por los hallazgos de la exploración clínica y/o por las características ecográficas halladas, es lógico derivarla, con carácter preferente, al radiólo- go, para que, tras la realización de la Mx, indique la Figura 7. Mastopatía fibroquística. BI-RADS 2. 5. Características ecográficas típicas del cáncer de mama (17) (Fig. 8) – Bordes irregulares. – Orientación de su eje mayor perpendicular a la piel. – Hipoecogenicidad. – Sombra acústica posterior. – Anillo ecogénico. – Vascularización. Nuestros informes ecográficos deben adaptarse a la clasificación BI-RADS desarrollada en 1993 por el Colegio Americano de Radiología (ACR) para estandarizar el len- guaje de los reportes de Mx y aclarar las interpretaciones mamográficas, así como para facilitar la comunicación entre los médicos (18). Las características ecográficas BI-RADS de márgenes espiculados, forma irregular y orientación no paralela muestran un alto valor predictivo de malignidad. Mien- tras que, márgenes circunscritos, forma oval y orientación paralela a la piel fueron altamente predictivos de benig- nidad (18,19). Figura 8. Cáncer de mama. BI-RADS 5. 230 JL Gallo Vallejo et al. [Prog Obstet Ginecol 2020;63:224-230] conveniencia o no de practicarle en el mismo acto una EM y posible BAG. – Ya se ha mencionado que todas las pacientes que entran en el Programa de Detección Precoz del Cán- cer de Mama existente en Andalucía, al ser los radió- logos los que informan las mamografías, es lógico que sean ellos los que indiquen la conveniencia o no de realizarle ecografía seguida de BAG en los casos de lesiones sospechosas de malignidad. En definitiva, y mediante este artículo, se pretende rei- vindicar de nuevo la realización de la EM por parte del ginecólogo en la consulta, al igual que realiza de manera sistemática la ecografía transvaginal a sus pacientes en las consultas de ginecología. Si como muy bien indican Torres y Feu en la Guía de Actuación para la realización de la Ecografía mamaria (14), esta debe realizarse de for- ma simultánea a la exploración física, quién mejor que el ginecólogo para hacerla cuando la paciente acude a la consulta refiriendo la posibilidad de presentar una pato- logía mamaria, o bien tras hallazgo casual, asintomático, detectado en el transcurso de la exploración mamaria. Para ello, será fundamental la realización de cursos de aprendizaje entre los médicos residentes que se forman en ginecología e, incluso, entre los mismos ginecólogos que han ido observando cómo esta técnica diagnóstica ha pasado en muchos centros hospitalarios a depender exclusivamente del Servicio de Radiología. Ya se ha seña- lado, a lo largo del trabajo aquí expuesto, cómo en bastan- tes ocasiones una buena exploración mamaria seguida en los casos en que esté indicada de una EM, puede ser sufi- ciente para diagnosticar y hacer un seguimiento correcto de muchas pacientes, sin necesidad de tener que recurrir a otras técnicas diagnósticas de imagen. BIBLIOGRAFÍA 1. Dromain C, Balleyguier C, Adler G, Garbay JR, Delaloge S. Contrast- enhanced digital mammography. Eur J Radiol 2009;69:34-42. 2. Mas M, Gallo JL, Herruzo A. Diagnóstico diferencial de las tumora- ciones benignas y malignas de mama por ultrasonidos. Progr Obstet Ginecol 1986;29:25-31. 3. Mas M, Gallo JL. Ecografía de las lesiones mamarias benignas. En: Clínica Ginecológica. Patología mamaria. Volumen 10/Número 1. Fernández-Cid A, Torralba J, LópezMarín, L. Salvat Edit SA. Barcelona 1986. pp 15-23. 4. Vargas HI, Vargas MP, González KD, Eldrageely K, Khalkhali I. Outco- mes of sonography-based management of breast cysts. 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