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AE-ecografia-mamaria_V02

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Resumen
No hay duda alguna de que la ecografía mamaria juega un papel fundamental en el campo de la patología mama-
ria, habiéndose convertido en un método diagnóstico indispensable. Aunque no ha demostrado evidencia de 
reducir la mortalidad por cáncer de mama cuando se utiliza como método de despistaje, la ecografía mamaria 
complementa a la mamografía e, incluso, la puede sustituir en casos concretos (embarazadas, pacientes jóve-
nes). En este trabajo, se reseñan sus indicaciones, lo que puede aportar esta técnica diagnóstica, mejorando 
considerablemente la especificidad de la mamografía en cuanto a la caracterización de los nódulos (benignos, 
sospechosos de malignidad o malignos), las características que debe reunir el ecógrafo adecuado, su técnica 
correcta, para, finalmente, hacer hincapié en que el ginecólogo debe incorporarla a su práctica médica habitual.
Artículo Especial
Recibido: 09/07/2019
Aceptado: 27/01/2020
Gallo Vallejo JL, Mas Masats M. Rol de la ecografía mamaria en la práctica ginecológica 
habitual. Prog Obstet Ginecol 2020;63:224-230.
Rol de la ecografía mamaria en la práctica ginecológica habitual
Role of breast ultrasound in routine gynecological practice
José Luis Gallo Vallejo1 y Manuel Mas Masats2 
1Jefe Sección. Servicio de Obstetricia y Ginecología. Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada. Profesor Asociado de la Universidad de 
Granada. 2Servicio de Obstetricia y Ginecología. Clínica La Inmaculada. Granada.
Revista Oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia
P R O G R E S O S D E
O b s t e t r i c i a G i n e c o l o g í a
y
Revista Oficial de la Sociedad Española
de Ginecología y Obstetricia
Prog Obstet Ginecol 2020;63:224-230
Correspondencia: 
José Luis Gallo Vallejo
Servicio de Ginecología y Obstetricia
Hospital Universitario Virgen de las Nieves
Av. de las Fuerzas Armadas, 2
18014 Granada
e-mail: jgallov@sego.es
Abstract
There is no doubt that breast ultrasound plays a key role in the breast disease field, having become an indis-
pensable diagnostic method. Although not shown evidence of reducing mortality from breast cancer when 
used as a method of screening, breast ultrasound complements mammography, and even may be substituted 
in specific cases (pregnant women, young patients). In this paper, indications are outlined, which can bring this 
diagnostic technique, considerably improving the specificity of mammography as to the characterization of 
nodules (benign, suspicious for malignancy or malignant), the characteristics required of the adequate ultra-
sound scanner, the right technique, to finally emphasize that the gynecologist should incorporate it into their 
routine medical practice.
Palabras clave: 
Ecografía 
mamaria. Práctica 
ginecológica 
habitual
Key words: 
Breast ultrasound. 
Routine 
gynecological 
practice.
225ROL DE LA ECOGRAFÍA MAMARIA EN LA PRÁCTICA GINECOLÓGICA HABITUAL
[Prog Obstet Ginecol 2020;63:224-230]
La ecografía mamaria es un método diagnóstico indis-
pensable en el campo de la patología mamaria. El ginecó-
logo, como complemento de la exploración clínica, debe 
incluirla en su práctica habitual.
INTRODUCCIÓN
El diagnóstico por la imagen de las lesiones mamarias ha 
cambiado en los últimos años, tanto en lo que se refiere a 
las técnicas de imagen como a los procedimientos inter-
vencionistas. La mamografía convencional se ha benefi-
ciado de la tecnología digital, los ecógrafos han mejorado 
sustancialmente su calidad y la resonancia magnética se 
ha introducido en los algoritmos diagnósticos (1).
No hay duda alguna de que la ecografía mamaria (EM) 
juega un papel fundamental en el campo de la patología 
mamaria, habiéndose convertido en un método diagnós-
tico indispensable. Aunque no ha demostrado evidencia 
de reducir la mortalidad por cáncer de mama cuando se 
utiliza como método de despistaje, la EM complementa a 
la mamografía (Mx) e, incluso, la puede sustituir en casos 
concretos. 
La EM, hasta hace unos años, solo permitía caracterizar 
las lesiones en sólidas o líquidas. Actualmente, además, 
permite el estudio diferencial de benignidad o malignidad 
de nódulos o tumores (2) que puede palpar el ginecó-
logo en la exploración clínica rutinaria de toda paciente 
que acude a una consulta de ginecología o a una consulta 
específica de mama. En estos casos, se nos plantean las 
siguientes cuestiones, cuestiones a las que se pretende 
dar respuesta en este trabajo:
1ª. ¿Cuándo es conveniente realizar una EM? En defi-
nitiva, ¿cuáles son sus indicaciones? ¿Qué nos puede 
aportar la EM?
2ª. ¿Quién debe realizar la EM, el ginecólogo, el radió-
logo, ambos? ¿Por qué el ginecólogo no realiza perso-
nalmente la EM, al igual que de forma habitual realiza la 
ecografía ginecológica transvaginal a sus pacientes? ¿Es 
imprescindible derivar a la paciente al radiólogo para su 
realización?
3ª. ¿Cuál es el mejor modo de realizar correctamente 
esta técnica diagnóstica? ¿Qué condiciones debe reunir 
el ecógrafo? ¿Cómo caracterizar los hallazgos ecográficos 
tras la práctica de la EM?
¿QUÉ NOS APORTA LA ECOGRAFÍA MAMARIA?
Para responder a la primera cuestión planteada, se indi-
can los siguientes hechos:
 – La EM es fundamental en pacientes jóvenes, de 
menos de 30-35 años. En efecto, en este grupo de 
pacientes, la EM será la técnica diagnóstica de prime-
ra elección, debido a que un alto porcentaje de estas 
mujeres tienen mamas muy densas a estas edades, 
que no dan buena imagen en Mx, y porque se debe 
evitar la radiación ionizante en mujeres jóvenes. Solo 
se les solicitará Mx si los hallazgos ecográficos la jus-
tifica.
 – Del mismo modo, la EM es la técnica de elección ante 
la presencia de patología durante el embarazo y la 
lactancia, tanto por no utilizar radiaciones ionizantes 
como por ser de mayor rentabilidad diagnóstica en 
mamas con abundante tejido glandular.
 – La EM es también la técnica de elección para el estu-
dio de patología inflamatoria de la mama, por una 
mayor tolerancia y una mejor identificación de colec-
ciones que la Mx. Estaría indicada, no solo como téc-
nica diagnóstica de imagen, sino también como guía 
de punción (drenaje de abscesos, por ejemplo) y pos-
terior seguimiento a tratamiento médico.
 – Ante el hallazgo en la palpación de una masa, la EM 
puede perfectamente determinar si es sólida o quís-
tica (2-4), con un valor predictivo positivo del 94-96%, 
convirtiéndose por ello en el estudio auxiliar más 
relevante de la Mx, especialmente en las lesiones no 
palpables de tamaño superior a 1 cm.
 – El manejo de la masa sólida está bien definido; no 
ocurre lo mismo si es quística, por lo que la EM de alta 
resolución puede definir sus características y ayudar 
a adoptar una conducta adecuada (5,6). 
 – Si la masa ecográficamente es benigna, podrá usar-
se la EM como método de seguimiento. Del mismo 
modo, la EM resulta ser muy útil para diferenciar los 
quistes simples de los quistes complicados y masas 
complejas mamarias (7) y también puede servir como 
guía para realizar la aspiración del quiste. Por otro 
lado, la EM puede evitar hacer biopsias innecesarias y 
reducir el número de exámenes de seguimiento a cor-
to plazo (5,8), fundamentalmente en aquellos casos 
en los que, ecográficamente, se detecte un patrón 
quístico simple.
 – En muchas ocasiones, tras el estudio ecográfico, se 
modifica la categoría Breast Imaging Reporting and 
Data System (BI-RADS) previamente asignada por 
Mx. Está indicada la realización de una EM ante la 
presencia de una alteración mamográfica para una 
caracterización más precisa, como es la presencia de 
una densidad asimétrica focal que, cuando no es pal-
pable, la lesión es categoría BI-RADS 3. También ante 
la evidencia de una distorsión arquitectural en el seno 
de áreas densas de tejido mamario, catalogada como 
BI-RADS 4.
En definitiva, y como respuesta a la primera cuestión, 
sobre cuándo debe realizarse la EM, cuáles son su indica-
ciones, se podrían resumir, básicamente, en cinco puntosfundamentales:
1. Es esencial, junto con la Mx, para la evaluación com-
pleta de pacientes que presentan patología mamaria.
226 JL Gallo Vallejo et al.
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2. Mejora considerablemente la especificidad de la Mx 
en cuanto a la caracterización de los nódulos (benig-
nos, sospechosos de malignidad o malignos). 
3. La EM también nos puede ser de gran utilidad en el 
estudio de los ganglios axilares en pacientes que se 
les haya detectado un nódulo sospechoso de malig-
nidad. Además de las zonas axilares, la ecografía per-
mite el libre acceso a otras zonas no cubiertas por la 
Mx, como son la región infraclavicular y las cadenas 
mamarias internas, con el fin de evidenciar adenopa-
tías patológicas.
4. Suele ser guía de elección en los procedimientos 
intervencionistas, tales como la punción-aspiración 
con aguja fina (PAAF) o la biopsia-aspiración con aguja 
gruesa (BAG).
5. La EM es básica para el diagnóstico de la ruptura de 
implantes mamarios, consulta frecuente y que con-
lleva un desafío diagnóstico (9,10).
Es importante reseñar que:
 – La EM no sustituye de ningún modo a la Mx de che-
queo, salvo en casos puntuales (gestantes o mujeres 
jóvenes), pero permite distinguir entre nódulos sóli-
dos y quistes, con un elevado valor predictivo positivo, 
de hasta el 94-96%.
 – Así mismo, mejora la caracterización de los nódulos 
sólidos y, además, la identificación de los mismos en 
aquellos casos tan frecuentes de encontrarse el radió-
logo con mamas muy densas.
 – Los radiólogos saben muy bien que entre el 11-15% 
de las lesiones palpables pueden ser que no las iden-
tifiquen en la Mx, por lo que, en estos casos, la EM 
dirigida sería la técnica de elección en la evaluación 
de este tipo de lesiones. 
Por todo ello, podríamos considerar a la EM como una 
técnica que complementa perfectamente a la Mx (11,12).
Se ha indicado lo que nos puede aportar la EM, pero 
también es conveniente conocer sus limitaciones (11):
 – Las microcalcificaciones agrupadas que no se asocian 
a nódulo o zona densa, ya que no suelen ser visibles 
ecográficamente.
 – La hipertrofia mamaria, ya que dificulta y a veces 
impide la correcta exploración de las zonas profundas.
 – El patrón de base lipoide, que hace difícil la identifica-
ción de nódulos sólidos inferiores a 10 mm.
¿QUIÉN DEBE REALIZAR LA ECOGRAFÍA MAMARIA?
Quizás sea esta la cuestión más controvertida a respon-
der. Hay que indicar que, hasta hace relativamente poco 
tiempo, éramos los ginecólogos los que realizábamos la 
EM. En concreto, en nuestro Servicio, existía una consulta 
de ecografía, al frente de la cual se encontraba un gine-
cólogo, consulta a la que se derivaban, entre otras, las 
peticiones de ecografías mamarias. Posteriormente, y tras 
la implantación en Andalucía del Programa de Detección 
Precoz del Cáncer de Mama en el grupo de población de 
mujeres comprendido entre los 50 y los 65 años, después 
ampliado hasta los 69 años, fueron y son los radiólogos 
los que, tras la realización de la Mx, indican la convenien-
cia o no de ampliar la exploración con una EM y, de for-
ma continuada, si encuentran algún nódulo, o zona con 
microcalcificaciones sospechosas, realizan la BAG. A raíz 
de este hecho, y ya de forma habitual, el ginecólogo deriva 
al radiólogo a cualquier paciente que presente un nódulo, 
zona densa... En la exploración clínica mamaria, para que 
se le practique, dependiendo de la edad de la paciente o 
de las características del hallazgo clínico, una EM, una Mx 
o ambas técnicas y, si lo consideran adecuado, una BAG. El 
problema que existe, por lo menos en nuestro medio, es la 
gran lista de espera existente en el Servicio de Radiología 
para la realización de ecografías mamarias. 
Después de este periplo que ha seguido la realización 
de la EM, ¿por qué no volver a incluirla los ginecólogos 
en nuestra práctica médica habitual, fundamentalmente 
ante el hallazgo de un nódulo palpable en la exploración 
mamaria? A continuación, se expone la técnica ecográfica 
a seguir y los requisitos indispensables que debe reunir el 
ecógrafo disponible en la consulta, lo cual pretende res-
ponder a la tercera cuestión planteada. 
TÉCNICA ECOGRÁFICA Y APARATAJE ADECUADO
El examen ecográfico, lógicamente, vendrá precedido 
por una adecuada historia clínica y posterior exploración 
mamaria, siendo imprescindible examinar de mane-
ra sistemática las dos mamas, incluyendo las regiones 
retroareolares, retromamilares y los cuatro cuadrantes, 
así como las regiones axilares y supraclaviculares.
Una vez realizada la exploración y detectada una tumo-
ración o una densidad anómala, se practica la EM, con 
la paciente en decúbito supino o leve decúbito, con los 
brazos elevados por detrás de la cabeza, siendo la técnica 
del examen radial, siguiendo una rotación horaria, en el 
sentido de las agujas del reloj, en contraposición a la téc-
nica convencional de barridos longitudinales o sagitales 
de la mama (13) . Debe realizarse un rastreo metódico y 
sistemático de los cuatro cuadrantes y región retroareolar 
de ambas mamas. Es importante que la sonda, durante la 
exploración ecográfica, quede perpendicular a la mama, 
para no formar imágenes falsas. En los casos en que por 
EM se identifique una lesión con criterios de sospecha, 
se recomienda realizar de forma sistemática el estudio 
ecográfico de la axila y fosa supraclavicular en busca de 
ganglios (14).
En los últimos años el ultrasonido ha experimentado 
avances importantes. Se ha mejorado significativamente 
la resolución axial y de contraste de las imágenes, al uti-
lizar transductores de alta frecuencia que van desde 7.5 
227ROL DE LA ECOGRAFÍA MAMARIA EN LA PRÁCTICA GINECOLÓGICA HABITUAL
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MHz hasta 15 MHz y con sistemas de imágenes: armónica, 
Doppler Color, Power Doppler, 3D y 4D, así como el uso 
de los nuevos ecorrealzadores. El uso de estos últimos ha 
demostrado mayor exactitud diagnóstica para caracterizar 
masas malignas y benignas, sobrepasando a la ecografía 
en escala de grises.
Por tanto, se precisará que nuestro ecógrafo tenga una 
sonda lineal de alta frecuencia (7,5 MHz o más) que, 
aunque tiene poca profundidad, nos permite visualizar 
estructuras pequeñas de la mama, como la anatomía 
ductal. Debe tener una muy buena capacidad de con-
traste, así como una buena resolución y una penetra-
ción óptima de 4 cm. Esta alta resolución nos permitirá 
distinguir pequeñas lesiones del resto de parénquima y 
los ductos. Sería ideal la posibilidad de realizar Doppler 
color de las lesiones, pues nos va a permitir caracterizar 
el patrón de vascularidad lesional como vascularidad 
periférica, central y de penetración, de modo que (15):
 – La presencia de vasos capsulares de calibre regular, de 
trayecto recto-curvilíneo y de distribución armonio-
sa es un hallazgo frecuente en las lesiones benignas, 
tales como los fibroadenomas.
 – Signo de "arteria y vena juntas": una arteria acom-
pañada por su vena en la periferia o espesor de un 
nódulo, de alto valor predictivo para benignidad.
 – Los vasos aferentes penetrantes que no cursan por 
vasos capsulares sino directamente al nódulo, repre-
sentan un hallazgo altamente sugerente de maligni-
dad. 
Del mismo modo, es deseable la posibilidad de dis-
poner de ecografía 3D, que otorga nueva información y 
permite una mejor interpretación y caracterización de 
las masas mamarias sólidas que la ecografía convencio-
nal 2D.
Contando en la consulta, pues, con un ecógrafo adecua-
do, debemos saber hacer una caracterización ecográfica 
de los hallazgos encontrados y seguir una clasificación de 
los mismos que nos permita unificar el diálogo entre gine-
cólogos y radiólogos.
CARACTERIZACIÓN ECOGRÁFICA DE LOS 
HALLAZGOS
1. Nódulos sólidos ecográficamente benignos. Deben 
cumplir los siguientes requisitos (Fig. 1 A y B)
 – Hiperecogenicidad homogénea. 
 – Forma elipsoide, más ancha que alta, con orientación 
paralela a la piel.
 – Dos o tres lobulacionesy con una cápsula ecogénica 
delgada. 
2. Nódulos sólidos ecográficamente malignos (Fig. 2)
 – Contorno espiculado, más alto que ancho (orienta-
ción no paralela a la piel). 
 – Márgenes angulados, marcadamente hipoecogénicos.
 – Con sombra acústica posterior.
 – Calcificaciones puntiformes, extensión ductal y micro-
lobulación.
3. Tumoraciones quísticas
 – Se presentan redondeadas u ovaladas, con ecoes-
tructura generalmente anecoica (Figs. 3 y 4), aunque 
pueden presentar otros aspectos como hipoecogé-
nico con finos ecos internos, de contenido turbio o 
espeso, a veces con finos tabiques en su interior. 
 – Sus bordes están bien definidos, su eje mayor 
suele ser horizontal y, con gran frecuencia, están 
presentes los signos indirectos (refuerzo acústi-
co posterior y sombra acústica lateral), pudiendo 
ser, a veces, bilobuladas. No tienen ninguna señal 
Doppler interna. 
Figura 1. a) Nódulo sólido ecográficamente benigno. BI-RADS 2. b) Nódu-
lo sólido ecográficamente benigno. Presencia de vasos capsulares en el 
Doppler color.
A
B
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Hay que indicar que la EM nos permitirá diferenciar con 
claridad los quistes simples de los quistes complejos. Estos 
últimos aparecen como imágenes sólidas de baja ecoge-
nicidad o bien imágenes mixtas (sólidas y quísticas) (Figs. 
5 y 6). Pueden mostrar ecos internos de baja intensidad 
y múltiples desechos de fluido, que pueden estar origi-
nados por infección, hemorragia, células en suspensión, 
que pueden corresponder a material purulento o sangre, 
o calcificaciones en las paredes. Ecográficamente los ecos 
internos aparecen como líneas paralelas a la piel o bien 
en forma de copos de nieve finos en el interior. Aquellos 
quistes con intensa fibrosis o calcificaciones de la pared 
producen sombra acústica posterior.
Figura 2. Nódulo sólido ecográficamente maligno. BI-RADS 5
Figura 3. Quiste simple de mama. BI-RADS 2.
4. Mastopatía fibroquística
Entre un 45-85% de las pacientes que acuden a una 
consulta de mama lo hacen por este cuadro clínico. Cons-
tituye, sin duda alguna, el proceso benigno más frecuente 
Figura 4. Quiste simple de mama en 3D.
Figura 5. Quiste complejo de mama. BIRADS 3.
Figura 6. Quiste complejo de mama (el mismo caso de la Fig. 4) en 4D. 
La anatomía patológica informó de hamartoma mamario.
229ROL DE LA ECOGRAFÍA MAMARIA EN LA PRÁCTICA GINECOLÓGICA HABITUAL
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de la mama. En este grupo de pacientes, la ecografía es 
la técnica diagnóstica más efectiva, constituyéndose en 
la prueba diagnóstica de imagen de primera elección. En 
la EM se observan imágenes de similares características 
ecográficas que en las tumoraciones quísticas, diferen-
ciándose en su número y en su diámetro máximo (Fig. 7). 
Ecográficamente, se clasifica en tres tipos (16):
 – Mastopatía fibroquística (MFQ) tipo I (de pequeñas 
formaciones): tumoraciones quísticas de diámetro < 
0,5 cm.
 – MFQ tipo II (de medianas formaciones): entre 0,5-2 
cm.
 – MFQ tipo III (de grandes formaciones): > 2 cm.
Esta es la clasificación ecográfica según la terminología 
BI-RADS:
 – Categoría 0: Valoración Incompleta. Requiere evalua-
ción adicional por otras modalidades de imagen.
 – Categoría 1: Valoración Completa. Hallazgo negativo.
 – Categoría 2: Hallazgo benigno.
 – Categoría 3: Hallazgo probablemente benigno: se 
sugiere seguimiento y control en tiempo corto.
 – Categoría 4: Sospecha de malignidad. Se debe consi-
derar la posibilidad de biopsia.
 – Categoría 5: Altamente sospechosa de malignidad. 
Está indicada la biopsia.
 – Categoría 6: Maligno, con biopsia conocida.
En resumen, y de forma consensuada, se podría llegar 
al siguiente acuerdo y manejo de las pacientes a las que 
clínicamente el ginecólogo ha encontrado en la explora-
ción clínica un hallazgo patológico:
 – Si la paciente, por su edad, por las características clí-
nicas y ecográficas sugerentes de benignidad, bien 
se trate de un nódulo sólido o formación quística 
(ecografía hecha por el propio ginecólogo en consul-
ta tras exploración) no precisa de Mx, el ginecólogo 
puede hacerle, si la cree indicada, una PAAF o BAG y 
posterior seguimiento de la paciente. Un ejemplo al 
respecto es la MFQ, patología extraordinariamente 
frecuente. En este caso, ya se ha referido que la EM 
es la técnica diagnóstica de elección, que además va 
a permitir indicar en qué casos se debe realizar PAF 
y/o BAG (16,20).
 – Si claramente precisa de una Mx, por la edad de la 
paciente, por los hallazgos de la exploración clínica 
y/o por las características ecográficas halladas, es 
lógico derivarla, con carácter preferente, al radiólo-
go, para que, tras la realización de la Mx, indique la 
Figura 7. Mastopatía fibroquística. BI-RADS 2.
5. Características ecográficas típicas del cáncer de 
mama (17) (Fig. 8)
 – Bordes irregulares.
 – Orientación de su eje mayor perpendicular a la piel.
 – Hipoecogenicidad.
 – Sombra acústica posterior.
 – Anillo ecogénico.
 – Vascularización.
Nuestros informes ecográficos deben adaptarse a la 
clasificación BI-RADS desarrollada en 1993 por el Colegio 
Americano de Radiología (ACR) para estandarizar el len-
guaje de los reportes de Mx y aclarar las interpretaciones 
mamográficas, así como para facilitar la comunicación 
entre los médicos (18).
Las características ecográficas BI-RADS de márgenes 
espiculados, forma irregular y orientación no paralela 
muestran un alto valor predictivo de malignidad. Mien-
tras que, márgenes circunscritos, forma oval y orientación 
paralela a la piel fueron altamente predictivos de benig-
nidad (18,19).
Figura 8. Cáncer de mama. BI-RADS 5.
230 JL Gallo Vallejo et al.
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conveniencia o no de practicarle en el mismo acto una 
EM y posible BAG.
 – Ya se ha mencionado que todas las pacientes que 
entran en el Programa de Detección Precoz del Cán-
cer de Mama existente en Andalucía, al ser los radió-
logos los que informan las mamografías, es lógico que 
sean ellos los que indiquen la conveniencia o no de 
realizarle ecografía seguida de BAG en los casos de 
lesiones sospechosas de malignidad. 
En definitiva, y mediante este artículo, se pretende rei-
vindicar de nuevo la realización de la EM por parte del 
ginecólogo en la consulta, al igual que realiza de manera 
sistemática la ecografía transvaginal a sus pacientes en 
las consultas de ginecología. Si como muy bien indican 
Torres y Feu en la Guía de Actuación para la realización 
de la Ecografía mamaria (14), esta debe realizarse de for-
ma simultánea a la exploración física, quién mejor que 
el ginecólogo para hacerla cuando la paciente acude a la 
consulta refiriendo la posibilidad de presentar una pato-
logía mamaria, o bien tras hallazgo casual, asintomático, 
detectado en el transcurso de la exploración mamaria. 
Para ello, será fundamental la realización de cursos de 
aprendizaje entre los médicos residentes que se forman 
en ginecología e, incluso, entre los mismos ginecólogos 
que han ido observando cómo esta técnica diagnóstica 
ha pasado en muchos centros hospitalarios a depender 
exclusivamente del Servicio de Radiología. Ya se ha seña-
lado, a lo largo del trabajo aquí expuesto, cómo en bastan-
tes ocasiones una buena exploración mamaria seguida en 
los casos en que esté indicada de una EM, puede ser sufi-
ciente para diagnosticar y hacer un seguimiento correcto 
de muchas pacientes, sin necesidad de tener que recurrir 
a otras técnicas diagnósticas de imagen.
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