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TRABAJO DE DIPLOMA EN OPCIÓN AL TÍTULO DE LICENCIADO EN ESTUDIOS SOCIOCULTURALES Título: José Manuel Guarch Delmonte y su visión antropológica de las culturas cubanas precolombinas, y especialmente en Holguín Autor: RICARDO ALBERTO GALBAN VELAZQUEZ Tutora: Dra. NURYS DE LOS ANGELES VALCÁRCEL LEYVA Cotutora: MSc. ELENA GUARCH RODRIGUEZ HOLGUÍN 2012 AGRADECIMIENTOS A LA REVOLUCIÓN POR DARME LA POSIBILIDAD DE ELEVAR LA CULTURA GENERAL INTEGRAL. A MI TUTORA POR SU VALIOSA AYUDA. A LOS PROFESIONALES, POR LA AYUDA QUE ME BRINDARON EN LA INVESTIGACIÓN. A MI ESPOSA E HIJOS. A TODOS AQUELLOS QUE COLOBORARON CON LA INVESTIGACIÓN. A TODOS, MUCHAS GRACIAS DEDICATORIA A MIS QUERIDOS HIJOS POR HACERME FELIZ CON SU EXISTENCIA A MI ESPOSA POR SU COMPRENSIÓN Y AYUDA A LA MEMORIA DE MIS PADRES POR LA EDUCACIÓN QUE ME BRINDARON A TDOS LOS DOCENTES QUE HAN SIDO FUENTE PRINCIPAL DE INSPIRACIÓN A TODOS LOS FUTUROS PROFESIONALES DE LA CARRERA DE ESTUDIOS SOCIOCULTURALES RESUMEN El trabajo que se presenta tiene por título, José Manuel Guarch Delmonte y su visión antropología de las culturas cubanas precolombinas, y especialmente en Holguín, la investigación se realizó para favorecer el conocimiento de la visión antropológica que desplegara ese importante hombre de ciencias, a partir del análisis de evidencias arqueológicas. El estudio sobre el desarrollo de los conocimientos antropológicos y sus peculiaridades en Cuba y Holguín, así como la aproximación a la obra de Guarch, mediante la aplicación de métodos teóricos y empíricos, permitió valorar la evolución de la visión antropológica del Doctor José Manuel Guarch Delmonte y su contribución al conocimiento antropológico de esas culturas primigenias en estos contextos. SUMMARY The work that shows up has for title, José Manuel Guarch Delmonte and your vision anthropology of cultures pre-Columbian Cubans, and especially in Holguín, the investigation accomplished to favor the knowledge of the anthropological vision that that important man of sciences, as from the analysis of archeological proofs deploys. The study on the development of the anthropological knowledge and his peculiarities in Cuba and Holguín, as well as the approximation to the work of Guarch, by means of the application of theoretic and empiric methods, it allowed appraising the evolution of Dr. Joseph Emmanuel Guarch Delmonte's anthropological vision and your contribution to the anthropological knowledge of those primitive cultures in these contexts. Índice Pág Introducción……………………………………………………………………………... 1 CAPÍTULO I: . REFERENTES TEÓRICOS METODOLÓGICOS DE LOS ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS Y SUS PECULIARIDADES EN CUBA Y HOLGUÍN…………………………………………………….…..….……... 7 1.1 Fundamentos teóricos de la antropología cultural ……….…..……….……….......... 7 1.2 La antropología cultural en Cuba y Holguín. Las Culturas precolombinas........ 14 CAPÍTULO II: JOSÉ MANUEL GUARCH DELMONTE: VISIÓN ANTROPOLÓGICA SOBRE LAS CULTURAS CUBANAS PRECOLOMBINAS Y SUS PECULIARIDADES EN HOLGUÍN…………………………………….………… 31 2.1. Formación y evolución de la vida de José Manuel Guarch Delmonte………. 31 2.2. La obra del Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte. Visión antropológica………………..…………………………………………...…....……..…... 36 CONCLUSIONES………………………………...……………………………..……… 53 RECOMENDACIONES………………………………………………………............ 55 BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………… 56 ANEXOS ………………………………………………………………………………. 60 1 INTRODUCCIÓN En el transcurso del siglo XV se exploran nuevos campos del conocimiento, debido al descubrimiento por los exploradores europeos de los diferentes pueblos y culturas del Nuevo Mundo, África, el sur de Asia y los Mares del Sur, que dio como resultado la introducción de ideas revolucionarias acerca de la historia cultural y biológica de la humanidad. Durante el siglo XVIII, los estudiosos de la Ilustración francesa, como Anne Robert Jacques Turgot y Jean Antoine Condorcet comenzaron a elaborar teorías sobre la evolución y el desarrollo de la civilización humana desde sus albores. Estos planteamientos antropológicos y filosóficos chocaban con el relato bíblico de la creación y con los dogmas teológicos que afirmaban que determinadas culturas y pueblos no occidentales habían caído en desgracia divina y, por ello, habían degenerado hacia una situación denominada peyorativamente “primitiva”. La antropología surge como una rama de la filosofía, que se dedica al estudio de la historia de la diversidad humana. La antropología cultural se ocupa de la descripción y análisis de las culturas, siendo uno de sus cometidos principales abordar la relación entre los rasgos universales de la naturaleza humana y la forma en que se manifiestan sus peculiaridades en las distintas culturas. En el siglo XIX nace la antropología aplicada con organizaciones como la Sociedad Protectora de los Aborígenes (1837) y la Sociedad Etnológica de París (1838). Estas instituciones se preocuparon por despertar en Europa una conciencia contraria al tráfico de esclavos y a la matanza de pueblos indígenas americanos y australianos. 2 Sin embargo en Cuba, no es hasta finales del siglo decimonónico y precisamente durante la intervención norteamericana a la Isla que a través de la Orden Militar no. 212 del 4 de noviembre de 1899, se creó la Cátedra de Antropología General y Ejercicios Antropométricos de la Universidad de La Habana, siendo designado para dirigirla el destacado antropólogo cubano Luis Montané y Dardé. En esos espacios universitarios se gestan importantes estudios antropológicos, entre los cuales se destacan por su impacto científico y social los aportes de quien es reconocido como el “Tercer descubridor de Cuba”, Don Fernando Ortiz, el cual continuó la obra de los padres fundadores de la nación cubana, vinculando la investigación científica al proceso de reconocimiento y legitimación de la identidad nacional, frente a los afanes aculturantes del amo imperialista en la república neocolonial. En los años noventa del siglo XX ocurren dos cambios muy significativos: se constituye la Sociedad Cubana de Antropología Biológica y se funda la Cátedra Honorífica de Antropología “Luis Montané” de la Universidad de La Habana, instituciones que imprimen un considerable impulso a los estudios antropológicos en el país. En la provincia de Holguín, las primeras indagaciones revelan que: • Las investigaciones sobre antropología aborigen son muy escasas, y especialmente no se reconoce la visión antropológica que sustenta la obra científica del Dr. C. José Manuel Guarch Delmonte. • Los profesionales en formación de la carrera de Estudios Socioculturales, no cuentan con una bibliografía especializada que les facilite el acercamiento al conocimiento antropológico al contexto sociocultural holguinero. 3 • Las investigaciones que se realizan a partir de 1977, cuando se fundó en Holguín el Grupo de Arqueología, dirigido por el Dr. C. José Manuel Guarch Delmonte, aportan un componente social a los estudios arqueológicos sobre las culturas precolombinas. A partir de estas insuficiencias y exigencias se enfrenta una situación problémica que cuestiona: ¿Será que en la obra del arqueólogo José Manuel Guarch Delmonte se proyecta una visión antropológica de las culturas cubanas precolombinas? Para la fundamentación científica de esta interrogante se desarrolló un estudio bibliográfico preliminar en el cual se consultó“Las historias de vida como método de acercamiento a la realidad social” de Ángeles Arjona Garrido y Juan Carlos Checa Olmos, (2005), el artículo “Consideraciones sobre metodología de la investigación”, del Dr. C. Carlos Córdoba Martínez, (2005), las cuales aportaron organicidad y lógica argumentativa a la investigación. El acercamiento al tema, desde la Antropología, requirió profundizar en autores como Ramírez, L. (2011) y su obra La antropología en función de los estudios socioculturales, así como en el volumen Antropología Social. Selección de Lecturas, Colectivo de Autores. (2003). Para una primera visión de la obra de José M. Guarch, fue especialmente importante consultar El Taíno de Cuba, Guarch, J. M. (1978), así como Historia de los aborígenes de Cuba, de Guarch, J. M., Rey Estrella, Febles, J. (1995), investigaciones en las que se manifiesta un acucioso análisis de las características y manifestaciones culturales de las comunidades precolombinas estudiadas. 4 Las obras mencionadas permitieron fundamentar en la presente investigación, el PROBLEMA CIENTÍFICO: ¿Cómo se manifiesta en la obra científica del Doctor José Manuel Guarch Delmonte la visión antropológica sobre las culturas precolombinas cubanas? OBJETO DE ESTUDIO: La obra científica del Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte. OBJETIVO: Realizar un estudio de la obra científica del Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte para favorecer el conocimiento de su visión antropológica sobre las culturas precolombinas cubanas y particularmente en Holguín. CAMPO DE ACCIÓN: La visión antropológica del Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte sobre las culturas precolombinas cubanas y especialmente en Holguín. La investigación se estructurará a partir de: PREGUNTAS CIENTIFICAS 1. ¿Cuál es la situación que presentan los estudios antropológicos sobre las culturas precolombinas cubanas y particularmente en Holguín? 2. ¿Cómo se reconoce la evolución de la visión antropológica del Doctor José Manuel Guarch Delmonte sobre las culturas precolombinas cubanas y especialmente en Holguín? 3. ¿Cómo se manifiesta en la obra científica del Doctor José Manuel Guarch Delmonte la visión antropológica sobre las culturas precolombinas cubanas y en Holguín? 5 Desde la perspectiva que ofrecen estas preguntas científicas se formulan los siguientes objetivos específicos en funciones de tareas: 1. Sistematizar los conocimientos teóricos y metodológicos de los estudios antropológicos y sus peculiaridades en Cuba y Holguín. 2. Valorar referentes argumentativos en relación a la evolución de la visión antropológica del Doctor José Manuel Guarch Delmonte sobre las culturas precolombinas cubanas, y especialmente en Holguín. 3 Analizar la obra científica del Doctor José Manuel Guarch Delmonte y valorar la visión antropológica que en ellas se manifiesta sobre las culturas precolombinas cubanas y sus referentes en Holguín. Metodología investigativa: La presente investigación se sustenta en una concepción dialéctico- materialista, desde la cual se conjugan presupuestos de la investigación cualitativa y cuantitativa, de preferencia la primera. En el proceso investigativo se triangulan métodos, fuentes, paradigmas y concepciones, esa triangulación se implementa como una de las vías de valoración del presente estudio. Métodos teóricos: Como método integrador se utiliza el análisis y crítica de fuentes, el cual emplea a modo de procedimientos los métodos del pensamiento lógico: inducción- deducción, análisis-síntesis y el histórico-lógico, para la valoración de las fuentes durante todo el proceso investigativo. Métodos empíricos: 6 Se emplea las entrevistas a expertos, con el objetivo de acopiar información sobre la labor realizada por el Doctor José Manuel Guarch Delmonte y los criterios que pudo haber referido en torno al tema. También se realizaran encuestas a sus antiguos compañeros de trabajo. La información obtenida se procesará también mediante análisis de contenido y mediante la implementación de procedimientos estadísticos simples. Aporte de la Investigación El aporte se concreta en la elaboración de un material que refiera la visión antropológica del Doctor José Manuel Guarch sobre las culturas precolombinas cubanas y sus referentes en Holguín, el cual servirá para apoyar la contextualización de los conocimientos sobre antropología cultural en la carrera de Estudios Socioculturales y divulgar la obra de ese ilustre científico, camagüeyano de nacimiento y holguinero por convicción. La estructura del informe de diploma presenta la introducción, dos capítulos, las conclusiones, recomendaciones, bibliografía y anexos. El primer capítulo aborda los referentes teóricos metodológicos de los estudios antropológicos y sus peculiaridades en Cuba y Holguín. En el segundo capítulo se presentará una valoración de la visión antropológica del Doctor José Manuel Guarch Delmonte sobre las culturas precolombinas cubanas y sus referentes en Holguín. En la presente investigación se utiliza la denominación visión antropológica para caracterizar la manera particular de abordar las manifestaciones de las culturas precolombinas cubanas, sus peculiaridades y formas de expresión, en la obra científica del Doctor José Manuel Guarch Delmonte. 7 CAPITULO I REFERENTES TEÓRICOS METODOLÓGICOS DE LOS ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS Y SUS PECULIARIDADES EN CUBA Y HOLGUÍN 1.1 Fundamentos teóricos de la antropología cultural. Desde tiempos remotos, viajeros, historiadores y eruditos han estudiado y escrito sobre culturas de pueblos lejanos. El historiador griego Herodoto describió las culturas de varios pueblos del espacio geográfico conocido en su tiempo; interrogó a los informantes clave, observó y analizó sus formas de vida —al igual que los antropólogos modernos— e informó sobre las diferencias existentes entre ellas, en aspectos tan importantes como la organización familiar y las prácticas religiosas. Mucho más tarde, el historiador romano Tácito, en su libro Germania (hacia el 98 d.C.), reseñó el carácter, las costumbres y la distribución geográfica de los pueblos germánicos. (Guarch, E. 2006) Al abundar en las obras de los estudiosos sobre temas antropológicos, se observa el interés que siempre ha manifestado el conocimiento de las diferentes formas de vida y culturas de otros pueblos. Así, ya sea desde el punto de vista científico o desde el punto de vista bohemio, como es el caso del aventurero italiano Marco Polo quien en el siglo XIII, viajó a través de China y otras zonas de Asia, aportando con sus escritos una información muy amplia sobre los pueblos y costumbres del Lejano Oriente. Tanto eruditos, investigadores como aventureros, abrieron el camino para que durante el siglo XV se exploraran nuevos campos de conocimiento. Precisamente, el descubrimiento por los exploradores europeos de los diferentes pueblos y culturas del Nuevo Mundo, África, el sur de Asia y los Mares del 8 Sur, prepara el terreno para la introducción de ideas revolucionarias acerca de la historia cultural y biológica de la humanidad. A lo largo del siglo XVIII, los estudiosos de la Ilustración francesa, como Anne Robert Jacques Turgot y Jean Antoine Condorcet, comenzaron a elaborar teorías sobre la evolución y el desarrollo de la civilización humana desde sus albores. Estos planteamientos evidencian la perspectiva filosófica y antropológica de esos estudios, lo cual chocaba con el relato bíblico de la creación, y con los dogmas teológicos que afirmaban que determinadas culturas y pueblos no occidentales habían caído en desgracia divina y, por ello, habían degenerado hacia una situación denominada peyorativamente “primitiva”. Como madre de todas las ciencias, la Filosofía también engendra,y da vida al surgimiento de la antropología, para que se encargue de estudiar de manera más específica, de profundizar en el conocimiento de la vida humana y sus diversas formas de existencia. La etimología de la palabra antropología viene del griego, anthropos, que significa "ser humano", y logos, que se refiere al "conocimiento", es decir, es la Ciencia que se dedica al estudio del ser humano desde una perspectiva generalizadora, dedicándose al análisis de la vida del ser humano en el contexto sociocultural al que pertenece. Desde este enfoque integrador, la antropología se apoya en puntos de vistas aportados por las ciencias naturales, sociales y humanas, de manera tal que puedan desarrollarse interpretaciones generalizadoras que faciliten la comprensión de la relación sociedad-cultura en sus singularidades y especificidades, desde el contexto espacial y temporal que les asiste. 9 Ciertamente el campo de estudio de la antropología puede definirse en relación al análisis e interpretación de las diferentes formas en que pueden desarrollarse la vida del ser humano y los modos de comportamiento sociales en su relación espacio- tiempo. Los primeros trabajos sobre antropología ven la luz en virtud del auge que tomó el pensamiento positivista a inicios del siglo XIX en Francia1, para luego extenderse por toda Europa. Esta corriente de pensamiento se proponía legitimar el estudio del ser humano, su propia existencia y convivencia en sociedad, desde una óptica más integral y científica. Tal interés científico no por casualidad se revela en Francia, pues precisamente la Revolución Francesa mostró la urgencia de estudiar con mayor rigor científico al sujeto como ser social y el contexto en espacio y tiempo en el cual desarrolla sus formas de existencia. Todas estas circunstancias traen como resultado que las primeras investigaciones antropológicas tengan un marcado carácter social. Los descubrimientos científicos relacionados con el hallazgo de un fósil en Neandertal2 (Alemania) en 1856 y los restos del hombre de Java (Homo erectus)3 en la década de 1890, proporcionaron pruebas irrefutables del larguísimo proceso de evolución del hombre, pero también de las singularidades y especificidades que había 1 El positivismo tuvo como principales figuras al pensador francés Augusto Comte y el británico John Stuart Mill. 2 El Hombre de Neandertal es una Especie del género Homo que habitó Europa y partes de Asia occidental desde hace 230 mil hasta 29 mil años atrás, durante el Paleolítico Medio. 3 El género Homo incluye al ser humano moderno y a sus más cercanos parientes. La antigüedad del género se estima entre 1.5 y 2.5 millones de años. El Homo erectus es un homínido extinto, que vivió entre 1,9 millones de años y 50.000 años antes del presente. 10 tenido ese proceso, el cual requería de nuevos métodos y formas de estudio para arribar a su conocimiento científico. Tales descubrimientos evidenciaron también la necesidad de desarrollar investigaciones que propiciaran un conocimiento más profundo de las diferentes maneras en que se manifestaba esa vida en sociedad y las especificidades que han caracterizado la sociedad humana en sus diversos contextos de espacio y tiempo. Entre las ciencias que podían aportar a la satisfacción de tales necesidades se reconoce la arqueología. Esta ciencia, como la etimología de su palabra lo indica, pues en ella se funden dos vocablos griegos que significan viejo y explicación o argumentación, tiene como principal objeto de estudio establecer las relaciones y argumentaciones necesarias para el mejor conocimiento de las viejas civilizaciones. En su desarrollo, la arqueología pasó de ser considerada como ciencia auxiliar a la Historia, al definir su objeto de estudio en la investigación de los seres humanos a través de su cultura material y desarrollar sus propios métodos de investigación. Desde esta perspectiva, la antropología y la arqueología llegan a tener puntos de contacto en el desarrollo de su objeto de estudio. (Guarch, E.) Ya para mediados del siglo XIX se habían creado importantes fundaciones que promovían las investigaciones científicas sobre los hallazgos arqueológicos. Entre esas fundaciones se destacaban las que realizaban arqueólogos daneses del Museo Nacional de Antigüedades, Septentrionales en Copenhague, los cuales entre sus principales aportes exhiben el haber utilizado el método de excavaciones sistemáticas, lo cual les permitió llegar a descubrir la evolución de los utensilios y herramientas durante la edad de piedra, la edad del bronce y la edad del hierro. Por otra parte, el fundador de la escuela funcionalista de antropología, Bronislaw Malinowski, reconoce también la necesidad de aplicar una sistemática de 11 trabajo que permitiera el estudio de las organizaciones humanas, pero examinadas en el contexto de su cultura, de tal manera fue uno de los primeros antropólogos en convivir con los pueblos objeto de su estudio, los habitantes de las islas Trobriand4, cuya lengua y costumbres aprendió para comprender la totalidad de su cultura. A partir de sus conceptualizaciones, la escuela funcionalista de antropología puede decirse que se reencuentra con los historiadores y eruditos que como el griego Herodoto5 toman en cuenta la necesidad de introducir en las investigaciones las historias y vivencias que podían aportar informantes clave, desde la perspectiva de su propio contexto. Desde esa sistemática de trabajo se reconoce la necesidad de observar y analizar de forma cercana las costumbres y formas de vida de los pueblos estudiados, como vía para dar mayor objetividad y carácter científico al estudio de aspectos tan importantes como la organización económica, familiar, prácticas religiosas y otras peculiaridades que permitieran establecer semejanzas y diferencias entre culturas y pueblos, lo cual aporta un peso cultural importante al tratamiento de los estudios antropológicos. De manera más especial, se define el objeto de estudio de la antropología cultural, rama de la Antropología que se ocupa de la descripción y análisis de las culturas; y aunque existen diferentes formas de enfocar su objeto de estudio, para el desarrollo de la presente investigación se toma en cuenta una conceptualización más generalizadora. Se entiende entonces que la antropología cultural asume como interés mayor, el estudio e interpretación de la relación entre los rasgos que caracterizan a la 4 Islas Trobriand, llamadas oficialmente Islas Kiriwina, Se localizan al oriente de la costa de la isla de Nueva Guinea. 5 Historiador que describió las culturas de varios pueblos del espacio geográfico conocido en su tiempo. 12 civilización humana en su conjunto y la manera en que esta se manifiesta en diferentes contextos de espacio y tiempo (Valcárcel, N.). A diferencia del Homo erectus, que vivió entre 1,9 millones de años y 50.000 años antes del presente, y del Hombre de Neandertal, que habitó Europa y partes de Asia occidental desde hace 230 mil hasta 29 mil años atrás, durante el Paleolítico Medio, en el continente americano, sin embargo, no se tienen referencias de ningún rastro humano con más de 15.000 años, y los únicos ejemplares óseos que cuentan algunos miles de años pertenecen todos al Homo sapiens6. Por tanto, hasta el momento, parece que la evolución biológica que derivó en el hombre moderno, en América, tuvo lugar en el Viejo Mundo. Tradicionalmente, desde Herodoto hasta el presente, los estudios sobre antropología social y cultural, se fundamentan en la observación participante dentro del seno de una comunidad o sistema social. El antropólogo se introduce primero en la vida de la comunidad y, através de los contactos y las observaciones cotidianas, es aceptado por ella. Esa primera fase de la investigación de campo requiere semanas, incluso meses, sobre todo si hay que aprender la lengua local. Los primeros etnógrafos obtenían los datos a partir de entrevistas en profundidad con algunos informantes clave, personas expertas en la cultura y en el sistema social local. Así los datos obtenidos se verificaban y cruzaban con los de otros informantes y con las observaciones directas del propio trabajador de campo. Sin embargo, la investigación de las distintas sociedades y pueblos exige hoy otras herramientas metodológicas. Las entrevistas estructuradas (con muestreo) se 6 Seres que aparecieron hace alrededor de 200.000 años con aspecto humano y suficientemente moderno para que se les clasifique como pertenecientes a nuestra especie. 13 utilizan de forma rutinaria para la obtención de una información; por ejemplo, el consumo de alimentos, el comportamiento sanitario, los recursos económicos, los movimientos migratorios laborales, el tiempo libre y otros aspectos. Para analizar la conducta económica hay que registrar con minuciosidad las transacciones en el mercado, las horas de trabajo, las capturas de peces y animales de caza, así como los rendimientos de las cosechas. Cuando se tratan de estudiar los aspectos de la personalidad se utilizan pruebas psicológicas. También se someten a análisis los posibles datos de los registros parroquiales, los textos locales, los informes gubernamentales y otras fuentes escritas. A medida que los datos son más complejos e intrincados, y se hace necesario el tratamiento rutinario de miles o incluso cientos de miles de fragmentos de información, los arqueólogos han recurrido a las computadoras y equipos informáticos para dibujar las secuencias temporales, las relaciones espaciales y demás esquemas. Las tendencias del cambio cultural, la interacción entre las actividades económicas y sociales, las interrelaciones étnicas y otros patrones complejos se comprueban hoy mediante avanzados métodos estadísticos. Estos métodos técnicos y cuantitativos en la investigación no han sustituido a los estilos tradicionales de investigación de campo. Al contrario, las entrevistas en profundidad a los informantes clave, así como el complejo análisis cualitativo de los sistemas simbólicos, las ceremonias y otras prácticas culturales, constituyen todavía una parte esencial de la metodología holística (doctrina epistemológica que hace hincapié en el estudio de los elementos desde su totalidad). 14 La antropología moderna se está convirtiendo poco a poco en una ciencia aplicada, ya que los investigadores se están concentrando en aspectos sociales como la sanidad, la educación, protección del entorno y el desarrollo urbano. Hoy son muchos los antropólogos contratados por organismos públicos, empresas de investigación, grupos independientes de presión, organizaciones indigenistas y agencias sanitarias para realizar trabajos de campo en entornos culturales, ya sean proyectos educativos, sanitarios o programas de desarrollo agrícola a gran escala en regiones rurales. El desplazamiento hacia el estudio de sistemas heterogéneos y diversificados, así como el auge de los métodos cuantitativos de investigación han promovido la necesidad de la investigación en equipo. Anteriormente, una investigación, por lo general, sólo implicaba a un trabajador de campo que se aislaba durante meses en algún poblado remoto; hoy, por el contrario, la mayor parte de los proyectos de campo necesitan el apoyo de diferentes profesionales, incluidos los asesores estadísticos, biólogos, sociólogos y estudiantes colaboradores. Por cuestiones de metodología, los antropólogos han desarrollado vínculos sociales con las comunidades objeto de estudio. Estas relaciones muchas veces han pasado a ser verdaderas asociaciones que, en la mayoría de los casos, han beneficiado a estas comunidades. 1.2 La antropología cultural en Cuba y Holguín. Las Culturas precolombinas. En el contexto sociocultural cubano, los estudios sobre las culturas que han decursado en este contexto, por los diferentes espacios de la isla y en diferentes épocas, no ha recibido el mismo tratamiento. 15 Las peculiaridades del proceso de conquista y colonización que sufrió la isla no permiten que, como puede suceder en los pueblos de la parte continental de la América, donde aún subsisten las poblaciones aborígenes, los antropólogos puedan estudiar las singularidades de las manifestaciones sociales y culturales de esos primitivos pobladores conviviendo con ellos en sus comunidades. La isla de Cuba, la última y más preciada joya de la corona española, fue prácticamente despojada de su población autóctona, de la cual solo quedan voces plantadas en toponimias que hasta hoy conservan ríos, montañas, determinados lugares, ejemplares de la flora y la fauna y algún que otro plato típico, leyendas, etc. Aunque con un poco más de posibilidades, pues existen documentos y otros referentes, pero de igual forma, son escasos los estudios sobre las peculiaridades que manifestaron los grupos étnicos que se fueron incorporando a las diferentes regiones cubanas. Aún cuando la extensión territorial de la isla no es mucha y su expresión como país se manifiesta en una cultura mono nacional, cada región desarrolló sus propias características poblacionales, en consonancia con las actividades económicas, el momento en que se convirtieron en asentamientos humanos y los diferentes lugares de procedencia de las personas que los fueron poblando. Dadas tales circunstancias, los antecedentes de los estudios antropológicos en Cuba son escasos y se encuentran dispersos en las obras de pensadores, científicos e investigadores como Félix Valera, Luz y Caballero, Felipe Poey y otros quienes, ante la urgencia de pensar, conocer y hacer a Cuba, incursionaron en temas referidos a la cualificación y autenticidad de lo cubano. No obstante, por su importancia, no pueden dejar de mencionarse entre esos precursores de la antropología social y cultural en Cuba la obra de José Antonio Saco, uno de los primeros en desarrollar investigaciones sobre la sociedad cubana, y la obra 16 de Antonio Bachiller y Morales quien inició el estudio de algunos rasgos peculiares de la población negra de Cuba en 1887 con su libro “Los negros”. Aunque es imposible abarcar en el espacio de la presente investigación la fecunda obra de estos precursores, pero dado el objetivo que se persigue, y especialmente por la importancia que reviste para el acercamiento al campo de estudio, se considera indispensable presenta un esbozo de dos grandes figuras que incursionaron directamente en la Antropología cubana y aportaron no sólo conocimientos sino también formas y modos de abordar la sociedad cubana como objeto de estudio de la antropología y, por considerarse que marcaron pautas en su desarrollo en los siglos XIX y XX respectivamente. • Luís Montané y Dardé (1843-1936) Nació en La Habana, el 7 de abril de 1849. Llevado por sus padres a Francia a los dos años de edad, realizó sus primeros estudios, en ese país. Realizó el Bachillerato en Letras en el Liceo de Toulouse, para más tarde obtener el título de Bachiller en Ciencias en Paris. Matriculó la carrera de medicina en la Universidad de Paris y ya, en 1872, cuando aún era estudiante, fue nombrado Miembro Titular de la Société d´Anthropologie de París. Montané se graduó de Doctor en Medicina, en dicha Universidad en 1874, desarrollando como tema de su tesis un estudio sobre la anatomía del cráneo que fue muy bien acogida y altamente reconocida, la cual puede considerarse como obra de primerísima importancia para la antropología cubana y para la historiade la Craneología. 17 Montané fue discípulo de los destacados antropólogos franceses Broca, Hamy y Quatrefages, y otros como Topinard, Letourneau y Verneau. Sirvió como Médico Ayudante Mayor en la Guerra Franco Prusiana. Como médico recogió y publicó sus memorias sobre diversas patologías e informes médico-legales, no obstante su verdadera pasión fue la Antropología Física. En la obra de Montané se aprecia la manera en que ya se trabajaba en Cuba la antropología, y la forma en que se vincula a los más adelantados científicos de esa ciencia en su época. Sobre esta ciencia escribió diversos trabajos que comprenden estudios comparativos de razas, pero sobre todo descripciones y mediciones de cráneos aborígenes, microcéfalos, hidrocéfalos y huesos fósiles, así como otros que van desde narraciones de viajes hasta biografías. Como resultado de sus expediciones a distintas regiones de la Isla recolectó un buen número de piezas arqueológicas y antropológicas, que remitió a Francia para su estudio y las cuales pasaron posteriormente a formar parte de los Museos de la Academia y de la Universidad de La Habana. Estos fueron los primeros trabajos antropológicos que con un carácter científico se desarrollaron sobre las culturas precolombinas cubanas. Esos estudios se desarrollaron sobre la base de los hallazgos hechos por Montané en sus expediciones a la Cueva del Purial, Sancti Spíritus; investigaciones realizadas en Oriente; trabajo sobre el indio de la Ciénaga de Zapata. Algunos de los restos encontrados se consideraron erróneamente como pertenecientes a un hombre fósil, autóctono de América, que Hamy denominó “Hombre de Sancti Spíritus”, y Ameghino, “Homo Cubensis”, aunque el propio Montané no concordaba totalmente con tal criterio. 18 Toda esta labor de Montané, puede considerarse como un antecedente de lo que sería el desarrollo de la ciencia antropológica en Cuba, fundamentalmente dedicada a las comunidades precolombinas, estudios que alcanzaron un reconocimiento social más notorio en la primera mitad del siglo XIX, con la fundación de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. Posteriormente, en 1877, surge la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba, a partir de las cuales el perfil investigativo de la antropología cubana se abre hacia otros temas. Durante la intervención norteamericana en la Isla se registran nuevos impulsos al desarrollo de la antropología en el país. A través de la Orden Militar no. 212 del 4 de noviembre de 1899, se creó la Cátedra de Antropología General y Ejercicios Antropométricos de la Universidad de La Habana. Para dirigir esa institución fue designado el destacado antropólogo cubano Luís Montané y Dardé. En esos años, de manera general en el mundo, la investigación antropológica estuvo al servicio de los proyectos colonizadores. • Fernando Ortiz Fernández Nació en La Habana, el 16 de julio de 1881. Realizó sus primeros estudios en Menorca, Islas Baleares, y obtuvo el título de Bachiller en 1895. Comenzó la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana y la concluyó cinco años más tarde en la Universidad de Barcelona. En 1891 obtuvo el título de doctor en Derecho, por la Universidad de Madrid. Para 1906, ya en Cuba, se desempeña como Abogado Fiscal de la Audiencia de La Habana. Asimismo se vincula al magisterio y obtiene, por oposición, la plaza de Profesor en la Facultad de Derecho Público de la Universidad de La Habana, en 1909, así como también logró alcanzar la Cátedra de Etnografía Cubana en dicho centro de 19 estudios. Ortiz se incorporó también al proyecto de la Universidad Popular, siendo uno de sus iniciadores. Ortiz es otro científico cubano que dedicó sus mayores esfuerzos al desarrollo de la antropología en Cuba, manteniendo contacto con los más prestigiosos especialistas e investigadores de esa disciplina en el mundo. En 1936 fundó la Institución Hispanoamericana de Cultura y fue su presidente hasta la desaparición de esta, así como de la revista Ultra, órgano de difusión cultural, de la que fue editor y director durante once años. En 1937 creó y fue el presidente de la Sociedad de Estudios Afrocubanos. Organizó en 1941, la Alianza Cubana por un Mundo Libre, como órgano de lucha contra el fascismo. En 1942 dio inicio a un Seminario de Etnografía Cubana en la Universidad de La Habana. Ortiz también se valió del conocimiento aportado por la antropología sociocultural de su época. En el Segundo Congreso Nacional de Historia, celebrado en Matanzas en 1943, presentó su libro Las cuatro culturas indias de Cuba. Fernando Ortiz, asistió, como delegado oficial de Cuba, al Primer Congreso Demográfico Interamericano celebrado en México (1943). Fue fundador, ese mismo año, del Instituto Internacional de Estudios Afroamericanos. Ortiz, fue presidente del Instituto Cultural Cubano-Soviético (1945). Representó a Cuba en el Congreso Internacional de Arqueólogos del Caribe, celebrado en Honduras (1945), y en el Congreso Indigenista Interamericano de Cuzco. Más tarde, en 1952, representó a Cuba en el Congreso Internacional de Americanistas celebrado en Oxford (Inglaterra), y en el de Antropología y Etnología, de 20 Viena. Dos años más tarde participó en congresos americanistas, indigenistas y de folklore celebrados en São Paulo y en La Paz. En los primeros decenios del siglo XX el pensamiento antropológico ya había demostrado la significación básica del trabajo de campo y el papel decisivo de la convivencia temporal con las sociedades humanas que se pretendían conocer. Por esa época, se debatían los alcances y limitaciones teóricas del evolucionismo y el difusionismo, como iniciales corrientes del quehacer antropológico, y se reconocía el sentido relativo de cada cultura respecto a otra, independientemente de su grado de desarrollo. El funcionalismo abría una nueva alternativa para profundizar en el estudio concreto de los diversos componentes de la cultura y sus portadores. Sin embargo, la interpretación de los contactos interculturales y sus transformaciones esenciales trataban de ser explicados mediante conceptos insuficientes para revelar toda la riqueza y complejidad de estos cambios. Ortiz dedicó mucho interés al estudio de estos fenómenos y sus argumentaciones rebasaban ampliamente el contexto sociocultural de Cuba para insertarse, según como le fuera posible, en las categorías del conocimiento antropológico internacional. En sus trabajos, ofrecía mayores espacios a los contenidos referidos a los complejos estudios sobre los procesos inmigratorios que sirven de génesis al etnos cubano contemporáneo, a la interpretación de la impactante compactación de relaciones interculturales entre el nivel de desarrollo de los emisores europeos de la migración y el de los receptores aborígenes de este lado del Atlántico. 21 En ese sentido opinaba que el salto cultural que se desarrolló en la isla en menos de cuatro siglos constituía la síntesis que a viva fuerza se tuvo que asumir de todo aquel proceso desarrollado por Europa en más de cuatro milenios. Si bien los estudios hechos por Montané sirvieron de base al desarrollo del pensamiento antropológico en Cuba, el verdadero impulso en este campo del saber lo imprime Ortiz en los primeros años del siglo XX, referido fundamentalmente a la antropología como la ciencia del estudio del ser humano y su contextualidad de espacio y tiempo. Para la profundización de sus conceptualizaciones Fernando Ortiz estudió la obra de Claude Levy-Strauss, así como las investigaciones hechas por Lombroso, en lo referido a la antropología criminal y jurídica, con este último mantuvo relaciones amistosas y de trabajo. Ortiz rebasa los marcos ya sentados por los estudios de antropología física y forense, que iniciara Montané y susseguidores, para desarrollar la antropología cultural y social, fundamentalmente dirigida al estudio de los negros traídos de África. En el poblamiento de las diferentes regiones de la isla, como en otros países americanos, la trata negrera y el sistema esclavista al que fueron sometidos para forzarlos a realizar los trabajos más duros, fue el recurso empleado por los colonialistas desde el propio siglo XVI, cuando ya no existían aborígenes suficientes como para sostener el peso del desarrollo económico. Esencialmente, en el afán de lograr ese desarrollo económico, el conquistador europeo hizo saltar el natural proceso evolutivo de la isla y en pocos siglos Cuba se impone el decursar de las edades europeas. Los fenómenos socioculturales que tal situación genera, imponen la necesidad de adecuar los métodos y conocimientos de las ciencias antropológicas ya establecidos a esa realidad cubana. 22 Ortiz, al valorar esta realidad cubana y los procesos de formación y desarrollo de su sociedad hace notar las peculiaridades de su desarrollo: …con la fuerza o a la fuerza, todas sus clases, razas y culturas, todas exógenas (...) primero fue la cultura de los siboneyes y guanajabibes, la cultura paleolítica (…) Después la cultura de los indios taínos, que eran neolíticos; ya con los taínos llegan la agricultura, la sedentaridad, la abundancia, el cacique y el sacerdote. Llegan por conquista e imponen la primera transculturación (…) Luego un huracán de cultura; es Europa. Llegaron juntos y en tropel el hierro, la pólvora, el caballo, la rueda, la brújula, la moneda, el salario, la letra, la imprenta, el libro, el señor, el Rey, la iglesia, el banquero. (1940:275) Su libro Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar (1940), resultó polémico por la novedad del empleo y fundamentación del concepto transculturación, el cual sin embargo, vino a revolucionar las conceptualizaciones antropológicas que hasta el momento se habían establecido, pues el concepto de transculturación desarrollado por Ortiz, aporta una visión generalizadora que permite la argumentación científica sobre los cambios cualitativos de la cultura, así como también facilita la interpretación de la complejidad de esos procesos culturales, y, al mismo tiempo, remplaza otras conceptualizaciones más limitadas como "cambio cultural", "aculturación", "difusión", "migración u ósmosis de cultura", entre otros. Pero la concepción de Ortiz no fue objeto de tanta divulgación ni aceptación internacional por múltiples factores, fundamentalmente por su esencia revolucionaria en el proceso de interpretación, estudio y desarrollo de la antropología. Esas consideraciones chocaban con los preceptos y consideraciones de la antropología norteamericana que trató de desconocer todas esas aportaciones de Ortiz y no las tuvo en cuenta, a pesar de su alta capacidad divulgativa, las 23 limitaciones neocoloniales que sufría Cuba por aquella época también conspiraron contra el merecido reconocimiento internacional de Ortiz. Pero la historia se encarga de poner cada cosa en su debido lugar, y Ortiz al aplicar novedosos métodos y conceptualizaciones antropológicas, facilita el entendimiento y comprensión de las peculiaridades que condimentan ese gran ajiaco que amalgama razas y cultura en esta encrucijada geográfica y sociocultural cubana. A partir de la obra de Ortiz, llamado el tercer descubridor de Cuba, no sólo se puede entender mejor el proceso de desarrollo de la nación cubana, sino que el desarrollo que alcanza su pensamiento antropológico adquiere connotación universal y con ello la antropología cubana manifiesta una fisonomía propia, que rebasa los marcos de la nación. Después de Fernando Ortiz, otros cientistas cubanos como Lydia Cabrera y tantos otros hasta la actualidad, continuaron y continúan investigando las peculiares manifestaciones del desarrollo sociocultural cubano. El Triunfo de la Revolución Cubana en 1959 generó cambios significativos en las estructuras de investigación y docencia de las ciencias sociales en el país, al plantearle objetivos y funciones nuevas, en muy breve plazo alineadas con modificaciones en sus basamentos filosóficos. Los estudios arqueológicos encontraron en estas circunstancias un espacio de reconocimiento gubernamental capaz de confirmar su ubicación en el sistema de trabajo científico y de otorgarle posibilidades de profesionalización y organización institucional. El Departamento de Antropología de la Academia de Ciencias de Cuba, fundado en 1962, fue uno de los principales resultados de este proceso. Heredero de muchos de los logros de la práctica arqueológica prerrevolucionaria. 24 El doctor René Herrera Fritot fue un exponente clave en el desarrollo de ese proyecto, y fue el promotor, bajo la dirección del doctor Ernesto Tabío, de una intensa labor de investigación generadora a su vez, de nuevas herramientas metodológicas y de la preparación de personal científico. También, en 1962, el triunfo de la Revolución concibe la Reforma Universitaria y con ella la creación del Departamento de Antropología de la Escuela de Ciencias Biológicas en la Universidad de La Habana. Los criterios de Montané crearon una tradición dentro del ámbito universitario cubano, y la antropología física fue la rama que recibió un mayor impulso en su desarrollo por esa época. Para 1976, como producto de todos los cambios institucionales que ya se venían dando en la Universidad y la modificación de la estructura universitaria de La Habana, se propicia el surgimiento de la Facultad de Biología así como del Museo Antropológico Montané, el cual asume las funciones de Departamento de Antropología. En 1990 se constituye la Sociedad Cubana de Antropología Biológica y se funda la Cátedra Honorífica de Antropología Luis Montané, acciones que también constituyen un justo reconocimiento a ese pionero de la antropología cubana. La ACC (Academia de Ciencias de Cuba) así como el Centro de Estudios Fernando Ortiz, el Centro Juan Marinello y otras prestigiosas instituciones cubanas también cumplimentan programas de estudios antropológicos, los cuales responden a las necesidades e intereses del desarrollo de país. • Estudios antropológicos en Holguín. No existen antecedentes de estudios antropológicos en la región holguinera durante el siglo XIX, aunque sí debemos resaltar y reconocer que en la primera mitad 25 del siglo XX ha sido posible conocer la existencia de vínculos con los procesos históricos por personas como Eduardo García Feria, José García Castañeda, Orencio Miguel Alonso. A partir de la obra de García Castañeda, considerada punto de referencia obligado para entender el mundo precolombino de Cuba, creó entre muchos holguineros, un sentido de respeto por esta parte de la historia que se reflejó en la formación de un grupo de jóvenes que asumirían sus experiencias y continuarían su trabajo. Eduardo García Feria, formó una colección arqueológica en su vivienda, integrada principalmente por piezas aborígenes, que a inicios de los años 40 del siglo XX era la más importante de su tipo en Cuba y en las Antillas. Era además, un símbolo de la ciudad, un lugar de enseñanza e intercambio cultural visitado por muchas personas y por especialistas de toda Cuba y de diversos lugares del mundo. Después del Triunfo Revolucionario se crea el Grupo de Aficionados “Jóvenes Arqueólogos”, entre otros no menos destacados de los municipios Banes y Mayarí. Los “Jóvenes Arqueólogos”, luego derivado en el “Grupo García Feria”, quienes fundaron el Museo Guamá, primer museo público de la ciudad de Holguín, dedicado a la arqueología y la historia, colaboran en la fundación del Museo de Historia Natural “Carlos de la Torre y Huerta” y el Museo Provincial de Historia, donde siempre fue destacada la presencia arqueológicaen sus salas. En ese grupo se destaca la presencia de: Hirán Pérez, Georgelina Miranda , Milton Pino, y Pedro Pérez, quienes continuaron vinculados a las investigaciones arqueológicas desde la Comisión Provincial de Monumentos, el Centro Provincial de 26 Patrimonio Cultural y la Academia de Ciencias de Cuba. (Pérez, P. Comunicación personal). En 1976 llegó a Holguín el destacado investigador y científico Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte, para fundar el Departamento Centro Oriental de Arqueología, institución cuya dirección de trabajo fundamental es conducir el desarrollo de las investigaciones arqueológicas en este territorio. Ese fue un segundo momento en el desarrollo de la investigación científica en el territorio, pues por primera vez, se organiza y proyecta de manera científica el estudio de las comunidades aborígenes que poblaron estas tierras. Entre 1978 y 1979 se proyectan y desarrollan las investigaciones en Farallones de Seboruco, Mayarí, paralelas a las labores de medición de las potencialidades arqueológicas de la parte noroeste de la Provincia de Holguín. En esta última investigación ya se ponen en práctica principios metodológicos que revolucionan la manera de estudiar e interpretar los exponentes arqueológicos colectados, principios que Guarch expondrá más tarde en un texto donde sistematiza una concepción metodológica general de la investigación arqueológica. • Las culturas precolombinas en Holguín El arribo de los diferentes grupos humanos a las costas cubanas ha sido un tema polémico y que presenta también variadas aristas, pues no sólo implica las consideraciones en torno a por dónde o de qué manera llegaron, sino también en qué llegaron los primeros pobladores del archipiélago cubano. 27 Para acercarnos al tema se retoman las consideraciones emitidas por el Doctor en Ciencias Ernesto Tabío, quien señala la importancia de tener en cuenta que desde 1500 hasta el 8000 AP se produjeron cambios de importancia en algunos grandes sectores de las costas cubanas. Por ej. la costa norte desde la península de Hicacos hasta el norte de Nuevitas emergió en esa fecha, e incluía toda la cayería de las actuales bahías de Cárdenas, Santa Clara, Buena Vista, Cayo Coco, y otros cayos adyacentes, adentrándose unos 35 Km. como promedio, en el Canal Viejo de Bahamas. Por su parte, la gran isla de Bahamas, formada sobre el actual Banco de Bahamas, se aproximó tanto a nuestro litoral que apenas distaba unos 18 Km. (por la parte norte). En cambio, desde el 7000 al 5000 AP: a causa de un incremento en la temperatura, se aceleró la fusión de los glaciales y el mar subió de modo que para el 6 000 AP alcanzó la altura de +3m por encima del nivel actual, motivando que las áreas emergidas por el 8 000 AP quedaron cubiertas de nuevo; la configuración de las costas, a partir de entonces ha cambiado poco, en general pudiera decirse que sus trazos fueron muy similares a la forma en que la contemplamos hoy. (Tabío, E. 1988). Al tomar en cuenta todos estos eventos, de manera general los especialistas coinciden en definir tres rutas fundamentales para el acceso antillano desde tierra 28 firme en los tiempos pretéritos, una que parte de las costas venezolanas, otra ruta que pudo ser directa: Florida-Cuba, o tener escala, en ese caso la segunda variante: Florida-Bahamas-Cuba7 y la tercera: Centro América- Antillas Occidentales-Cuba, siendo muy probable que se utilizaran las tres a lo largo de la historia (Guarch, J. M. 1990). El cálculo de la población aborigen en Cuba, en tiempos de la conquista, se ha estimado en cifras que alcanzan diferentes valores según el criterio de quienes la calcularon, por ej. Para Pedro Mexía de Ovando eran 500 000 habitantes, Las Casa y Narváez calculaban unos 200 000, el historiador Arrate los estimaba en no más de 300 000, cifra que Humboldt dudaba, pues creía que no llegaban a 200 000. El especialista de nuestra época, Ángel Rosenblat plantea que para 1492 la población estuvo rondando los 80 000 habitantes, mientras Juan Pérez de la Riva los calculó en 112 000. En términos generales pudiera aceptarse que el poblamiento cubano al comenzar la conquista era superior a los 112 000 habitantes, en esta aseveración coincidimos con Morales, (1984). Estos pueblos ágrafos, han sido denominados con diversos vocablos, los primeros, fruto del entendimiento que pudo hacer de su lengua el oído europeo, así 7 Hacemos notar el hecho de la cercanía del territorio gibareño a esta ruta migratoria de los primeros aborígenes, pues el territorio que comprende en el litoral norte cubano es una zona próxima a Nuevitas, localidad que se encuentra a unos 220 Km de Gibara, distancia poco significativa si se tiene en cuenta la capacidad de traslación de estos grupos nómadas. 29 Bartolomé de las Casas estimó que había encontrado tres culturas diferentes entre aquellos pobladores a las que denominó Guanahatabey, Siboney o Sibuney (ciboney) y Tainos. Los arqueólogos, que trabajan sobre la base del conocimiento científico, requieren de una estructura que les permita vertebrar los distintos pasos de sus investigaciones, así han tenido la necesidad de establecer periodizaciones que faciliten el ordenamiento de las secuencias históricas en las cuales se reconstruyen los procesos de desarrollo de las comunidades que poblaron nuestro territorio. A través del tiempo se han dado a conocer varias de estas periodizaciones, establecidas a partir de diversos criterios, conceptos y grados de conocimiento. Sumariamente para el caso cubano podemos señalar las de M. Harrinton (1921), F. Ortiz (1943), J. A, Cosculluela (1946), I. Rouse (1951), H. Herrera (1951), F. Pichardo (1956), I. Rouse (1964), M. Rivero (1960-1963), E. Tabío y E Rey (1966), I. Rouse (1982) y J.M. Guarch (1986). En la presente obra trabajamos con la elaborada por el Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte en 1986, pues compartimos plenamente los criterios que la fundamentan. Este prestigioso hombre de ciencias rebasó los límites de un simple ordenamiento cronológico o periodización, y ofrece una estructura que refleja la idea de la esencia identitaria, distribución y orden en la historia de nuestros aborígenes. 30 E l Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte ofrece valoraciones sobre aspectos económicos característicos de cada grupo y su evolución general, así como también aborda de manera sucinta, los complejos culturales, y en la medida que las evidencias materiales se lo permiten, reflexiona sobre la base ética y elementos de la vida espiritual de estas comunidades, desde una perspectiva que relaciona, en lo fundamental la arqueología y la antropología. • Conclusiones parciales El análisis del desarrollo de los conocimientos sobre la antropología en Cuba y Holguín, permiten determinar los fundamentos teóricos para el estudio de la visión antropológica del Doctor en Ciencias José Manuel Guarch. Se interpreta, en la obra de pensadores y cientistas cubanos, el interés por profundizar en el conocimiento de lo cubano, lo cual permitió el surgimiento y desarrollo de la antropología en Cuba y manifiesta los estrechos vínculos de éstos, con lo más avanzado del pensamiento y la obra investigativa de ese campo en el mundo. Los estudios antropológicos en Cuba, aportaron importantes conceptualizaciones y metodologías investigativas para el desarrollo de la antropología a nivel internacional, pero los estudios sobre las culturas precolombinas cubanas y especialmente en Holguín son muy escasos. 31 CAPÍTULO II: JOSÉ MANUEL GUARCH DELMONTE: VISIÓN ANTROPOLÓGICA SOBRE LAS CULTURAS CUBANAS PRECOLOMBINAS Y SUS PECULIARIDADESEN HOLGUÍN 2.1 Formación y evolución de la vida de José Manuel Guarch Delmonte El Triunfo de la Revolución Cubana en 1959 generó cambios significativos en las estructuras de investigación y docencia de las ciencias sociales en el país, como ya se ha venido señalando, al plantearle objetivos y funciones nuevas, en muy breve plazo, alineadas con modificaciones en sus basamentos filosóficos. Los estudios arqueológicos encontraron en estas circunstancias un espacio de reconocimiento gubernamental capaz de confirmar su ubicación en el sistema de 32 trabajo científico y de otorgarle posibilidades de profesionalización y organización institucional. José Manuel Guarch Delmonte nació en Camagüey el 2 de marzo de 1931. En 1944, cuando aún seguía los estudios de segunda enseñanza, intentó matricular un curso de arqueología en la Universidad de la Habana. El doctor Carlos García Robiou, destacado investigador que dictaba el curso, le previno sobre los retos de esa profesión: mucho esfuerzo, poca comprensión social y escasa remuneración económica. Guarch persistió y le dedico su vida. Para 1947 ya expresa públicamente sus cualidades como escritor al fundar el periódico “Vocero Estudiantil”, más tarde en 1952 forma parte del consejo editorial y de redacción del periódico clandestino “La Luz de Yara”, así mismo es nombrado Subdirector del seminario de artes dramáticas y colabora con los periódicos “Acción Libre” y “El Viajante”. Desde muy joven José Manuel Guarch desarrolla una fuerte vocación por la cultura y la naturaleza y un especial interés por la Arqueología. En 1956 funda y preside en Camagüey, el grupo Yarabey de aficionados a las Ciencias Sociales y Naturales; en 1957 es nombrado delegado de la Sociedad Espeleológica Científica de Camagüey y en 1959 asume igual función por la Junta Nacional de Arqueología y Etnología. El Departamento de Antropología de la Academia de Ciencias de Cuba, fundado en 1962, fue uno de los principales resultados de este proceso. Heredero de muchos de los logros de la práctica arqueológica prerrevolucionaria, que tenían en el doctor René Herrera Fritot un exponente clave, inicia con la participación de este especialista y bajo la dirección del Doctor Ernesto Tabío, una intensa labor de investigación generadora, a su vez, de nuevas herramientas metodológicas y de la preparación de personal científico. 33 De tal manera, se integra José Manuel Guarch Delmonte al primer grupo de arqueólogos formados en estos años. También por esa época pasó a formar parte del Departamento de Antropología como auxiliar de investigación, y ya par 1964 ofrece su primera charla sobre arqueología en la Universidad de La Habana y publica su primera monografía que tiene como objeto de estudio la arqueología de Cuba, así mismo es nombrado miembro del consejo cubano de Filosofía y Estudios Humanísticos de la Comisión Cubana de la UNESCO, además en ese propio año, 1962, es nombrado Subdirector del departamento de Antropología de la Academia de Ciencias de Cuba. Así 1962 marca un importante momento en la vida de Guarch, quien se integra plenamente a la investigación arqueológica en el Departamento de Antropología, y a partir de 1963 cuando es designado Jefe de Excavaciones Arqueológicas de esa institución, imprime mayor impulso a su trabajo de investigación y proyección metodológica para el estudio de las comunidades aborígenes. Así trabaja en numerosos yacimientos arqueológicos entre los que se destacan, Cueva La Patana y San Lucas, en la actual Provincia de Guantánamo, Aguas Gordas, El Porvenir, Esterito, La Campana, Arroyo del Palo, Mejías, Farallones de Levisa I y Seboruco I, en la Provincia de Holguín, y Cueva Funche, en la Provincia de Pinar del Río, entre otros. Para 1967 funge como profesor del curso básico de arqueología de la ACC, dirige y es profesor del cursillo de superación técnica para el personal auxiliar del departamento de Antropología así como participa como profesor del curso para técnico medio de arqueología y en la especialidad de antropología en la escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de La Habana como profesor invitado. Paralelo a esas acciones docentes desarrolla su superación personalmente y 34 en 1968 se gradúa en el curso medio de arqueología. En 1969 es nombrado Director del departamento de Antropología. Transcurren algunos años realizando un gran número de actividades hasta que en 1972 es nombrado Director del Instituto de Arqueología de la ACC y Profesor del curso de superación de Arqueología de la ACC. Además en 1973 es designado Director del Instituto de Historia de la ACC manteniendo el nombramiento anterior y también nombrado Director del Instituto de Ciencias Sociales de la ACC. En 1975 dirige el Departamento de Investigaciones del Museo Nacional de Cuba, y organiza el Primer Encuentro Nacional de la Cultura Aborigen celebrado en Banes. Participa en el II Encuentro Nacional de la Cultura Aborigen celebrado en Banes y en 1976 llegó a Holguín para fundar el Departamento Centro Oriental de Arqueología. Resumiendo la labor realizada en estos años, podemos afirmar que con el extenso aval de trabajo en el campo de la arqueología y una amplia obra publicada, Guarch es uno de los principales exponentes de la arqueología realizada después del triunfo de la Revolución Cubana y del vínculo de esta ciencia con ese proceso político, del que fue protagonista activo. Ocupó altos puestos en la dirección del trabajo arqueológico y en otras instituciones de la Academia de Ciencias de Cuba, dirigió tres institutos y dos Departamentos regionales de Investigación, y 10 temas de investigación científica así como dos problemas de investigación que constituyeron Problemas Nacionales de Arqueología, fue miembro del Consejo Científico Superior de la Academia de Ciencias de Cuba, entre los años 1986 y 90. (Anexo II) Además, fue miembro de los consejos científicos de varios centros de investigación, además de un extenso número de asociaciones relacionadas con la arqueología, la historia y la cultura, en Cuba y en el extranjero. Participó de forma 35 activa en la investigación histórica, la labor de protección del patrimonio cultural del país y en el trabajo y fomento de la red de museos, fue presidente fundador en Holguín, de la delegación de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba. Guarch ocupó el cargo de Director del Departamento de Investigaciones del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba, y de dos campañas nacionales de preservación de los monumentos arqueológicos, así como miembro de la Comisión Nacional de Monumentos (1959 – 1976) y de la Comisión Provincial, en Holguín, y autor o asesor de proyectos de Museos y salas de exposición. Desarrolló una intensa labor docente a través de conferencias, cursos y postgrados; fue profesor invitado de la especialidad de antropología en la escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de La Habana y Profesor de Mérito, a solicitud del Instituto Superior Pedagógico José de la Luz y Caballero de Holguín. Logró alcanzar la categoría científica de Investigador Titular y los grados académicos de Doctor en Ciencias (Comisión Superior de Grados Científicos de la República de Cuba, 1990), Doctor en Ciencias Históricas, Ph. D (Comisión Superior de Grados Científicos de la República de Cuba, 1989), Doctor en Filosofía, Historia, Ph.D (Consejo Superior de Grados Científicos de la URSS, a solicitud del Instituto de Etnografía Miclkujo Maclay de la Academia de Ciencias de la URSS, 1971), Especialista en Ciencias Arqueológicas, M.Sc. (Universidad de la Habana, 1987) y Arqueólogo Especialista en Culturas Aborígenes de América (Ministerio de Educación de la República de Cuba a solicitud de la Academia de Ciencias de Cuba, 1972). Sus intereses culturalesfueron variados, y expresan la amplitud de su formación intelectual y un sentido de fuerte compromiso con la cultura cubana, que llevó a obras literarias y de teatro, y a su esfuerzo por lograr la inserción de ese perfil en el desarrollo del turismo. En tal sentido se convirtió en un teórico cuyos trabajos 36 son de imprescindible análisis si se quieren entender las peculiaridades de este fenómeno en la Provincia de Holguín. Por la relevancia de su trabajo científico y la magnitud de su contribución al conocimiento de la historia y la cultura cubana recibió múltiples reconocimientos del más alto nivel en Holguín, como el Hacha y el Escudo de la Provincia, conferidas por la Asamblea Provincial del Poder Popular de ese territorio, como otras de carácter nacional, entre las que se encuentran la Orden Carlos J. Finlay y la Medalla Jesús Menéndez, otorgadas por el Consejo de Estado de la República de Cuba, y la Medalla por la Cultura Nacional, otorgada por el Ministerio de Cultura de la República de Cuba. La fecunda obra del cientista y personalidad de la cultura, José Manuel Guarch Delmonte lo hizo acreedor de meritos, distinciones y reconocimientos sociales, por su aporte a la cultura y a la Ciencia en Cuba y especialmente en Holguín, ciudad que lo acogió como un hijo pródigo, al punto que él mismo se reconociera como camagüeyano de nacimiento y holguinero por convicción. 2.2- La obra del Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte. Visión antropológica Dentro de la amplitud y diversidad de su obra como hombre de ciencia y en un sentido mayor, como hombre de la cultura cubana, la arqueología aparece como elemento centralizador. Guarch abordó todas las esferas de esta especialidad, desde la metodología, en sus múltiples facetas, hasta su planeamiento, organización y formación de personal. Logró desarrollar una visión antropológica para el estudio de las comunidades aborígenes cubanas nunca antes empleada. La tarea de recorrer su extensa obra para Realizar un estudio de la obra científica del Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte para favorecer el 37 conocimiento de su visión antropológica sobre las culturas precolombinas cubanas y particularmente en Holguín, es una tarea difícil; sin embargo, es posible facilitar el cumplimiento de tal objetivo propiciando el acercamiento a las investigaciones que con mayor fuerza rebelan esa visión antropológica de ese connotado arqueólogo. En la presente investigación, antes de efectuar los análisis pertinentes, se considera indispensable definir qué se entiende por visión antropológica, así se acude al Diccionario de la lengua española, en el cual la palabra visión, se entiende como manera particular y personal de interpretar algo. De acuerdo con tal definición, la Dr. C. Nury Valcárcel Leyva nos señala que para el presente estudio: Por visión antropológica puede entenderse la manera particular de interpretar las evidencias arqueológicas, para cualificar las manifestaciones de las culturas precolombinas cubanas, sus peculiaridades y formas de expresión, en la obra científica del Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte. (Valcárcel, N. 2012). En el epígrafe anterior se explicaba como Guarch se involucra con fuerza en los estudios arqueológicos y trabaja en el desarrollo de metodologías de excavaciones capaces de aprovechar la diversidad de sistemas existentes en ese momento y de aportar mayor visión de los contextos de las comunidades en estudio. En esta proyección de trabajo este cientista aplica al contexto cubano, la proyección metodológica que desarrollan los llamados representantes de la Arqueología Social Latinoamericana, quienes abordan de manera especial el tratamiento al problema de la defensa y recuperación de la identidad americana, lo cual era tratado por dichos investigadores como un elemento clave de su trabajo. 38 En América Latina se originó una corriente investigativa que puso énfasis en el carácter ideológico y político de las ciencias sociales. Dado que las sociedades con las cuales trabaja el arqueólogo son pretéritas, su explicación servirá para conocer las particularidades del desarrollo histórico de la sociedad en general, y utilizará por tanto el marco de la teoría general de la historia (Vargas, 1990:4). Esta corriente de pensamiento que reconoce en la arqueología un campo del saber propicio para “conocer las particularidades del desarrollo histórico de la sociedad en general”, es reconocida en la comunidad científica internacional como la Arqueología Social Latinoamericana Guarch asume esta perspectiva de trabajo, pues se percata de la convergencia de estos razonamientos con las conceptualizaciones que sostiene la teoría materialista de la historia. De este modo, en tanto que las generaciones precedentes de arqueólogos estudiaban un antiguo útil de cerámica como un elemento cronológico que ayudaría a datar la cultura que era objeto de estudio, o simplemente como un objeto con un cierto valor estético, desde esta nueva perspectiva puede darse una visión antropológica a los estudios arqueológicos, pues los antropólogos estudian el mismo objeto, pero como un instrumento que les sirve para comprender el pensamiento, los valores y la cultura de quienes lo fabricaron. La obra de Guarch se inserta en una etapa de intensa reflexión teórica y de discusiones conceptuales en el ámbito arqueológico cubano y latinoamericano. Sus concepciones y novedosas interpretaciones se ponen de relieve en la obra que presenta en 1981 para optar por el Grado Científico de Doctor en Ciencias Históricas, “Cuba”. Antiguas tradiciones económicas y técnico – estilísticas. Etapa preagroalfarera”. 39 La referida obra no es aceptada en ese momento, pero tiempo después muchos investigadores reconocieron la riqueza informativa y lo novedoso de los enfoques que plantea. En esa obra Guarch perfila su visión antropológica de las comunidades cubanas precolombinas, específicamente las que se encontraban en la etapa preagroalfareras, pues en sus reflexiones e interpretaciones, el científico supera los tradicionales enfoques de caracterización de artefactos y objetos, para analizar además las peculiaridades que éstos manifiestan, y a partir de ello deducir los procesos de cambio y desarrollo por los que transitaron los seres humanos productores de tales artefactos y en especial penetrar en la síntesis de las situaciones de transculturación y evolución de sus comunidades. Guarch acude así a los elementos artefactuales culturales ya estudiados y conceptualizados por la literatura tradicional para seguir hurgar en esos procesos de relaciones socio-culturales e incorpora su peculiar visión sobre aspectos económicos tomando en cuenta el desarrollo técnico-estilístico que evidencian las piezas como elemento clave para entender el nivel de desarrollo cultural de ese determinado grupo y para discernir los posibles procesos de relaciones e interactuaciones que se produjeron en un determinado contexto de espacio y tiempo. La importancia que otorga Guarch al elemento económico, caracteriza de manera especial los rasgos fundamentales de su visión antropológica, considerados también en un sentido contextual, y responde también, en parte, a la intención de lograr un uso más profundo de las ideas del materialismo histórico, situación perceptible en toda la argumentación teórica del trabajo. En este sentido hay un autorreconocimiento de posición ortodoxa que refleja ciertas actitudes de las Ciencias Sociales Cubanas en esa época, determinantes 40 para entender el negativo alejamiento de Cuba, incluso en el plano arqueológico, de un amplio sector del marxismo latinoamericano. Entre 1978 y 1979 proyecta y desarrolla las investigaciones sobre el sitio denominado Farallones de Seboruco,en el municipio holguinero de Mayarí, investigación que unida a la tarea de prospección arqueológica de la parte noroeste de la provincia de Holguín, utilizará luego en una obra que sistematiza su concepción metodológica de manera general, la investigación, “Arqueología de Cuba. Métodos y sistemas”, que ve la luz en 1987. La obra anteriormente señalada aporta valiosas herramientas metodológicas para el trabajo arqueológico en Cuba, especialmente en lo referido a contextos aborígenes. Es necesario resaltar el hecho de que en la isla la antropología no tiene aplicación posible, desde la perspectiva real de que el antropólogo no puede convivir con las comunidades ni emplear las aportaciones que le ofrecerían informantes claves, de tal manera el sistema de conceptualizaciones y métodos que aporta Guarch desde su visión antropológica a partir de las inferencias que pueden hacer el arqueólogo resulta en verdad una fuerte contribución al estudio de las comunidades cubanas precolombinas. En el trabajo para la medición de potencialidades arqueológicas de yacimientos de la Provincia de Holguín, Guarch trabajó en la elaboración de una “Cartilla de control para la información básica para el censo arqueológico de Cuba”, que de la cual es autor principal, y que permitió luego llegar a la obra que facilitó el “Censo Arqueológico de Cuba por tratamiento computarizado” (Febles, Guarch y Rives, 1987). En la década de los ochenta además de su tesis de doctorado publica varios trabajos y otros interesantes artículos entre los cuales se destaca el que divulgara en 41 1989, en el cual hizo la presentación de una metodología para el estudio de la gestión subsistencial dependiente de la fauna (Guarch y Vázquez, 1989). El texto referido a las “Estructura para las comunidades aborígenes de Cuba”, publicado en 1990, es contentivo del pensamiento creador del cientista quien propone y argumenta un sistema de periodización y clasificación de las comunidades aborígenes precolombinas donde sostiene sus posiciones en relación a la importancia de la actividad económica e indaga en las peculiaridades que matizan cada contexto y sus tradiciones. Estas consideraciones suscitan un debate teórico desarrollado junto a los investigadores del Departamento Centro Oriental de Arqueología, en el cual enfatiza en una definición de etapas, a diferencia de la propuesta hecha por el Dr. C Ernesto E. Tabío en su periodización de 1979. La nueva estructura para la clasificación y periodización de las comunidades aborígenes cubanas precolombinas tomó en cuenta las etapa, fases y el desarrollo, como variante cultural, que alcanzaban las comunidades en cada uno de los períodos y años A.P. Esquema de estructura para las comunidades aborígenes de Cuba Etapa Fase y desarrollo Variante cultural Períodos Años AP ECONOMIA III – Maisí 700-500 PRODUCTORA: - Bayamo 850-500 -------------------------- AGRICULTORES (Comunidad gentilicia II - Cunagua 900-500 42 desarrollada, - Jagua 900-500 agricultura, pesca, caza, - Baní 1000-500 recolección y captura). I - Damajayabo 112-500 ----------------------------------------------------------------------------------------------------- ECONOMIA DE APROPIACIÓN: (Comunidad gentilicia PROTOAGRI- primitiva, pesca, caza, CULTORES recolección, captura, II – Mayarí 1500-700? cultivo incipiente de plantas) I - Canimar 3000-1500 PESCADORES – RECOLECTORES I - Guanahacabibes 3300-500 II- Guacanayabo 3500-900 CAZADORES Seboruco 10000-3300 La estructura desarrollada por Guarch atiende, en primer término, los aspectos económicos característicos y su evolución general, pero no exclusivamente, ya que aborda, de manera sucinta, los complejos culturales y en la medida de las posibilidades, la base étnica de la vida espiritual, con las limitaciones del caso, a través de una óptica, en lo fundamental arqueológica. Así las etapas pueden entenderse como: a) Etapa de la comunidad gentilicia primitiva (Economía de apropiación) 43 En esa etapa se incluyen todos aquellos grupos humanos que en Cuba tuvieron una economía basada en la pesca, la caza, la recolección y en ciertos casos, el cultivo incipiente de plantas, sin que este último implique el criterio de una agriculturización de las mismas. b) Etapa de la comunidad gentilicia desarrollada (Economía productiva) Esa etapa no es un producto neto de la etapa anterior como un desarrollo local, a partir de un período formativo, sino que sus elementos fundamentales arribaron a estas tierras perfectamente delimitados, aunque como es natural, evolucionaron en el espacio y en el tiempo, además de recibir, por contacto y por transculturación, un buen cúmulo de elementos transculturales en forma de tradiciones económicas y en especial, técnico-estadísticas de la etapa anterior. 44 En la obra Ecuaciones para establecer el proceso productivo de la gestión subsistencial dependiente de la fauna, el Doctor en Ciencias José Manuel Guarch realiza un análisis pormenorizado de las investigaciones hechos por varios científicos en relación con la gestión subsistencial de las comunidades estudiadas y de los hallazgos arqueológicos encontrados, a partir de lo cual elabora un conjunto de ecuaciones donde se puede conocer con un mayor grado de cientificidad las actividades productivas que se desarrollaban y los miembros de la comunidad que las realizaban. El proceso de gestión económica se medía por las cantidades de evidencias de cada especie animal halladas en las excavaciones, aplicándoles un cálculo porcentual para establecer la necesaria correlación relativa, entre números absolutos, y total general. Por otra parte, la identificación de los animales facilitaba además la reconstrucción histórica no sólo de las comunidades primitivas, sino que también aportaba datos sobre el contexto. Todo esto conllevaba al desarrollo de otro método más explicativo del fenómeno. De esta manera era imprescindible la identificación y cuantificación de la fauna presente en la muestra arqueológica obtenida mediante excavaciones controladas. Así era posible identificar mejor área de influencia económica de los antiguos moradores del sitio en estudio, al menos referida a los aspectos faunísticos. Era necesario también calcular el peso promedio de las especies representadas en el contexto, estos dos elementos, peso y número de ejemplares
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