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José Manuel Guarch Delmonte y su visión antropológica de las culturas cubanas precolombinas-Ricardo Galbán Velázquez

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TRABAJO DE DIPLOMA EN OPCIÓN AL TÍTULO 
DE LICENCIADO EN ESTUDIOS 
SOCIOCULTURALES 
Título: José Manuel Guarch Delmonte y su visión 
antropológica de las culturas cubanas precolombinas, y 
especialmente en Holguín 
 
Autor: RICARDO ALBERTO GALBAN VELAZQUEZ 
 
Tutora: Dra. NURYS DE LOS ANGELES VALCÁRCEL LEYVA 
Cotutora: MSc. ELENA GUARCH RODRIGUEZ 
 
HOLGUÍN 
2012 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
A LA REVOLUCIÓN POR DARME LA POSIBILIDAD DE ELEVAR LA CULTURA GENERAL INTEGRAL. 
 
A MI TUTORA POR SU VALIOSA AYUDA. 
 
A LOS PROFESIONALES, POR LA AYUDA QUE ME BRINDARON EN LA INVESTIGACIÓN. 
 
A MI ESPOSA E HIJOS. 
 
A TODOS AQUELLOS QUE COLOBORARON CON LA INVESTIGACIÓN. 
 
 
A TODOS, 
 
 
MUCHAS GRACIAS 
 
 
 
 
 
 
 
 
DEDICATORIA 
 
 
A MIS QUERIDOS HIJOS POR HACERME FELIZ CON SU EXISTENCIA 
 
 
A MI ESPOSA POR SU COMPRENSIÓN Y AYUDA 
 
 
A LA MEMORIA DE MIS PADRES POR LA EDUCACIÓN QUE ME BRINDARON 
 
 
A TDOS LOS DOCENTES QUE HAN SIDO FUENTE PRINCIPAL DE INSPIRACIÓN 
 
 
A TODOS LOS FUTUROS PROFESIONALES DE LA CARRERA DE ESTUDIOS 
 
SOCIOCULTURALES 
 
 
 
 
 
 
RESUMEN 
El trabajo que se presenta tiene por título, José Manuel Guarch Delmonte y su 
visión antropología de las culturas cubanas precolombinas, y especialmente en 
Holguín, la investigación se realizó para favorecer el conocimiento de la visión 
antropológica que desplegara ese importante hombre de ciencias, a partir del análisis de 
evidencias arqueológicas. El estudio sobre el desarrollo de los conocimientos 
antropológicos y sus peculiaridades en Cuba y Holguín, así como la aproximación a la obra 
de Guarch, mediante la aplicación de métodos teóricos y empíricos, permitió valorar la 
evolución de la visión antropológica del Doctor José Manuel Guarch Delmonte y su 
contribución al conocimiento antropológico de esas culturas primigenias en estos 
contextos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
SUMMARY 
The work that shows up has for title, José Manuel Guarch Delmonte and your 
vision anthropology of cultures pre-Columbian Cubans, and especially in Holguín, the 
investigation accomplished to favor the knowledge of the anthropological vision that 
that important man of sciences, as from the analysis of archeological proofs deploys. 
The study on the development of the anthropological knowledge and his peculiarities 
in Cuba and Holguín, as well as the approximation to the work of Guarch, by means 
of the application of theoretic and empiric methods, it allowed appraising the 
evolution of Dr. Joseph Emmanuel Guarch Delmonte's anthropological vision and 
your contribution to the anthropological knowledge of those primitive cultures in these 
contexts. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Índice 
 Pág 
 
Introducción……………………………………………………………………………... 1 
CAPÍTULO I: . REFERENTES TEÓRICOS METODOLÓGICOS 
DE LOS ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS Y SUS PECULIARIDADES 
 EN CUBA Y HOLGUÍN…………………………………………………….…..….……...
 
 
7 
1.1 Fundamentos teóricos de la antropología cultural ……….…..……….……….......... 7 
1.2 La antropología cultural en Cuba y Holguín. Las Culturas precolombinas........ 14 
CAPÍTULO II: JOSÉ MANUEL GUARCH DELMONTE: VISIÓN 
ANTROPOLÓGICA SOBRE LAS CULTURAS CUBANAS PRECOLOMBINAS Y 
SUS PECULIARIDADES EN HOLGUÍN…………………………………….………… 
 
 
31 
2.1. Formación y evolución de la vida de José Manuel Guarch Delmonte………. 31 
2.2. La obra del Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte. Visión 
antropológica………………..…………………………………………...…....……..…... 
36 
CONCLUSIONES………………………………...……………………………..……… 53 
RECOMENDACIONES………………………………………………………............ 55 
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………… 56 
ANEXOS ………………………………………………………………………………. 60 
 
 
 
1 
 
 
INTRODUCCIÓN 
En el transcurso del siglo XV se exploran nuevos campos del conocimiento, 
debido al descubrimiento por los exploradores europeos de los diferentes pueblos y 
culturas del Nuevo Mundo, África, el sur de Asia y los Mares del Sur, que dio como 
resultado la introducción de ideas revolucionarias acerca de la historia cultural y 
biológica de la humanidad. 
Durante el siglo XVIII, los estudiosos de la Ilustración francesa, como Anne 
Robert Jacques Turgot y Jean Antoine Condorcet comenzaron a elaborar teorías 
sobre la evolución y el desarrollo de la civilización humana desde sus albores. 
Estos planteamientos antropológicos y filosóficos chocaban con el relato 
bíblico de la creación y con los dogmas teológicos que afirmaban que determinadas 
culturas y pueblos no occidentales habían caído en desgracia divina y, por ello, 
habían degenerado hacia una situación denominada peyorativamente “primitiva”. 
La antropología surge como una rama de la filosofía, que se dedica al estudio 
de la historia de la diversidad humana. La antropología cultural se ocupa de la 
descripción y análisis de las culturas, siendo uno de sus cometidos principales 
abordar la relación entre los rasgos universales de la naturaleza humana y la forma 
en que se manifiestan sus peculiaridades en las distintas culturas. 
En el siglo XIX nace la antropología aplicada con organizaciones como la 
Sociedad Protectora de los Aborígenes (1837) y la Sociedad Etnológica de París 
(1838). Estas instituciones se preocuparon por despertar en Europa una conciencia 
contraria al tráfico de esclavos y a la matanza de pueblos indígenas americanos y 
australianos. 
 
2 
 
Sin embargo en Cuba, no es hasta finales del siglo decimonónico y 
precisamente durante la intervención norteamericana a la Isla que a través de la 
Orden Militar no. 212 del 4 de noviembre de 1899, se creó la Cátedra de 
Antropología General y Ejercicios Antropométricos de la Universidad de La Habana, 
siendo designado para dirigirla el destacado antropólogo cubano Luis Montané y 
Dardé. 
En esos espacios universitarios se gestan importantes estudios 
antropológicos, entre los cuales se destacan por su impacto científico y social los 
aportes de quien es reconocido como el “Tercer descubridor de Cuba”, Don 
Fernando Ortiz, el cual continuó la obra de los padres fundadores de la nación 
cubana, vinculando la investigación científica al proceso de reconocimiento y 
legitimación de la identidad nacional, frente a los afanes aculturantes del amo 
imperialista en la república neocolonial. 
En los años noventa del siglo XX ocurren dos cambios muy significativos: se 
constituye la Sociedad Cubana de Antropología Biológica y se funda la Cátedra 
Honorífica de Antropología “Luis Montané” de la Universidad de La Habana, 
instituciones que imprimen un considerable impulso a los estudios antropológicos 
en el país. 
En la provincia de Holguín, las primeras indagaciones revelan que: 
• Las investigaciones sobre antropología aborigen son muy escasas, y 
especialmente no se reconoce la visión antropológica que sustenta la obra científica 
del Dr. C. José Manuel Guarch Delmonte. 
• Los profesionales en formación de la carrera de Estudios 
Socioculturales, no cuentan con una bibliografía especializada que les facilite el 
acercamiento al conocimiento antropológico al contexto sociocultural holguinero. 
 
3 
 
• Las investigaciones que se realizan a partir de 1977, cuando se 
fundó en Holguín el Grupo de Arqueología, dirigido por el Dr. C. José Manuel 
Guarch Delmonte, aportan un componente social a los estudios arqueológicos 
sobre las culturas precolombinas. 
A partir de estas insuficiencias y exigencias se enfrenta una situación 
problémica que cuestiona: 
¿Será que en la obra del arqueólogo José Manuel Guarch Delmonte se 
proyecta una visión antropológica de las culturas cubanas precolombinas? 
Para la fundamentación científica de esta interrogante se desarrolló un 
estudio bibliográfico preliminar en el cual se consultó“Las historias de vida como 
método de acercamiento a la realidad social” de Ángeles Arjona Garrido y Juan 
Carlos Checa Olmos, (2005), el artículo “Consideraciones sobre metodología de la 
investigación”, del Dr. C. Carlos Córdoba Martínez, (2005), las cuales aportaron 
organicidad y lógica argumentativa a la investigación. 
El acercamiento al tema, desde la Antropología, requirió profundizar en 
autores como Ramírez, L. (2011) y su obra La antropología en función de los 
estudios socioculturales, así como en el volumen Antropología Social. Selección de 
Lecturas, Colectivo de Autores. (2003). 
Para una primera visión de la obra de José M. Guarch, fue especialmente 
importante consultar El Taíno de Cuba, Guarch, J. M. (1978), así como Historia de 
los aborígenes de Cuba, de Guarch, J. M., Rey Estrella, Febles, J. (1995), 
investigaciones en las que se manifiesta un acucioso análisis de las características y 
manifestaciones culturales de las comunidades precolombinas estudiadas. 
 
 
4 
 
Las obras mencionadas permitieron fundamentar en la presente investigación, 
el PROBLEMA CIENTÍFICO: 
¿Cómo se manifiesta en la obra científica del Doctor José Manuel Guarch 
Delmonte la visión antropológica sobre las culturas precolombinas cubanas? 
OBJETO DE ESTUDIO: La obra científica del Doctor en Ciencias José 
Manuel Guarch Delmonte. 
OBJETIVO: Realizar un estudio de la obra científica del Doctor en Ciencias 
José Manuel Guarch Delmonte para favorecer el conocimiento de su visión 
antropológica sobre las culturas precolombinas cubanas y particularmente en 
Holguín. 
CAMPO DE ACCIÓN: La visión antropológica del Doctor en Ciencias José 
Manuel Guarch Delmonte sobre las culturas precolombinas cubanas y 
especialmente en Holguín. 
La investigación se estructurará a partir de: 
PREGUNTAS CIENTIFICAS 
1. ¿Cuál es la situación que presentan los estudios antropológicos sobre 
las culturas precolombinas cubanas y particularmente en Holguín? 
2. ¿Cómo se reconoce la evolución de la visión antropológica del Doctor 
José Manuel Guarch Delmonte sobre las culturas precolombinas cubanas y 
especialmente en Holguín? 
3. ¿Cómo se manifiesta en la obra científica del Doctor José Manuel 
Guarch Delmonte la visión antropológica sobre las culturas precolombinas cubanas 
y en Holguín? 
 
5 
 
 
Desde la perspectiva que ofrecen estas preguntas científicas se formulan los 
siguientes objetivos específicos en funciones de tareas: 
1. Sistematizar los conocimientos teóricos y metodológicos de los estudios 
antropológicos y sus peculiaridades en Cuba y Holguín. 
2. Valorar referentes argumentativos en relación a la evolución de la visión 
antropológica del Doctor José Manuel Guarch Delmonte sobre las culturas 
precolombinas cubanas, y especialmente en Holguín. 
3 Analizar la obra científica del Doctor José Manuel Guarch Delmonte y 
valorar la visión antropológica que en ellas se manifiesta sobre las culturas 
precolombinas cubanas y sus referentes en Holguín. 
 
Metodología investigativa: 
La presente investigación se sustenta en una concepción dialéctico-
materialista, desde la cual se conjugan presupuestos de la investigación cualitativa y 
cuantitativa, de preferencia la primera. En el proceso investigativo se triangulan 
métodos, fuentes, paradigmas y concepciones, esa triangulación se implementa 
como una de las vías de valoración del presente estudio. 
Métodos teóricos: 
Como método integrador se utiliza el análisis y crítica de fuentes, el cual 
emplea a modo de procedimientos los métodos del pensamiento lógico: inducción-
deducción, análisis-síntesis y el histórico-lógico, para la valoración de las fuentes 
durante todo el proceso investigativo. 
Métodos empíricos: 
 
6 
 
Se emplea las entrevistas a expertos, con el objetivo de acopiar información 
sobre la labor realizada por el Doctor José Manuel Guarch Delmonte y los criterios 
que pudo haber referido en torno al tema. También se realizaran encuestas a sus 
antiguos compañeros de trabajo. 
 La información obtenida se procesará también mediante análisis de 
contenido y mediante la implementación de procedimientos estadísticos simples. 
Aporte de la Investigación 
El aporte se concreta en la elaboración de un material que refiera la visión 
antropológica del Doctor José Manuel Guarch sobre las culturas precolombinas 
cubanas y sus referentes en Holguín, el cual servirá para apoyar la contextualización 
de los conocimientos sobre antropología cultural en la carrera de Estudios 
Socioculturales y divulgar la obra de ese ilustre científico, camagüeyano de 
nacimiento y holguinero por convicción. 
La estructura del informe de diploma presenta la introducción, dos capítulos, 
las conclusiones, recomendaciones, bibliografía y anexos. El primer capítulo aborda 
los referentes teóricos metodológicos de los estudios antropológicos y sus 
peculiaridades en Cuba y Holguín. En el segundo capítulo se presentará una 
valoración de la visión antropológica del Doctor José Manuel Guarch Delmonte 
sobre las culturas precolombinas cubanas y sus referentes en Holguín. 
En la presente investigación se utiliza la denominación visión antropológica 
para caracterizar la manera particular de abordar las manifestaciones de las culturas 
precolombinas cubanas, sus peculiaridades y formas de expresión, en la obra 
científica del Doctor José Manuel Guarch Delmonte. 
 
 
 
7 
 
CAPITULO I 
REFERENTES TEÓRICOS METODOLÓGICOS DE LOS ESTUDIOS 
ANTROPOLÓGICOS Y SUS PECULIARIDADES EN CUBA Y HOLGUÍN 
1.1 Fundamentos teóricos de la antropología cultural. 
Desde tiempos remotos, viajeros, historiadores y eruditos han estudiado y 
escrito sobre culturas de pueblos lejanos. 
El historiador griego Herodoto describió las culturas de varios pueblos del 
espacio geográfico conocido en su tiempo; interrogó a los informantes clave, observó y 
analizó sus formas de vida —al igual que los antropólogos modernos— e informó 
sobre las diferencias existentes entre ellas, en aspectos tan importantes como la 
organización familiar y las prácticas religiosas. Mucho más tarde, el historiador romano 
Tácito, en su libro Germania (hacia el 98 d.C.), reseñó el carácter, las costumbres y la 
distribución geográfica de los pueblos germánicos. (Guarch, E. 2006) 
Al abundar en las obras de los estudiosos sobre temas antropológicos, se 
observa el interés que siempre ha manifestado el conocimiento de las diferentes 
formas de vida y culturas de otros pueblos. 
Así, ya sea desde el punto de vista científico o desde el punto de vista bohemio, 
como es el caso del aventurero italiano Marco Polo quien en el siglo XIII, viajó a 
través de China y otras zonas de Asia, aportando con sus escritos una información 
muy amplia sobre los pueblos y costumbres del Lejano Oriente. 
Tanto eruditos, investigadores como aventureros, abrieron el camino para que 
durante el siglo XV se exploraran nuevos campos de conocimiento. 
 Precisamente, el descubrimiento por los exploradores europeos de los 
diferentes pueblos y culturas del Nuevo Mundo, África, el sur de Asia y los Mares del 
 
8 
 
Sur, prepara el terreno para la introducción de ideas revolucionarias acerca de la 
historia cultural y biológica de la humanidad. 
A lo largo del siglo XVIII, los estudiosos de la Ilustración francesa, como Anne 
Robert Jacques Turgot y Jean Antoine Condorcet, comenzaron a elaborar teorías 
sobre la evolución y el desarrollo de la civilización humana desde sus albores. 
Estos planteamientos evidencian la perspectiva filosófica y antropológica de 
esos estudios, lo cual chocaba con el relato bíblico de la creación, y con los dogmas 
teológicos que afirmaban que determinadas culturas y pueblos no occidentales habían 
caído en desgracia divina y, por ello, habían degenerado hacia una situación 
denominada peyorativamente “primitiva”. 
Como madre de todas las ciencias, la Filosofía también engendra,y da vida al 
surgimiento de la antropología, para que se encargue de estudiar de manera más 
específica, de profundizar en el conocimiento de la vida humana y sus diversas formas 
de existencia. 
La etimología de la palabra antropología viene del griego, anthropos, que 
significa "ser humano", y logos, que se refiere al "conocimiento", es decir, es la Ciencia 
que se dedica al estudio del ser humano desde una perspectiva generalizadora, 
dedicándose al análisis de la vida del ser humano en el contexto sociocultural al que 
pertenece. 
Desde este enfoque integrador, la antropología se apoya en puntos de vistas 
aportados por las ciencias naturales, sociales y humanas, de manera tal que puedan 
desarrollarse interpretaciones generalizadoras que faciliten la comprensión de la 
relación sociedad-cultura en sus singularidades y especificidades, desde el contexto 
espacial y temporal que les asiste. 
 
9 
 
Ciertamente el campo de estudio de la antropología puede definirse en relación 
al análisis e interpretación de las diferentes formas en que pueden desarrollarse la 
vida del ser humano y los modos de comportamiento sociales en su relación espacio-
tiempo. 
Los primeros trabajos sobre antropología ven la luz en virtud del auge que tomó 
el pensamiento positivista a inicios del siglo XIX en Francia1, para luego extenderse 
por toda Europa. 
Esta corriente de pensamiento se proponía legitimar el estudio del ser humano, 
su propia existencia y convivencia en sociedad, desde una óptica más integral y 
científica. 
Tal interés científico no por casualidad se revela en Francia, pues precisamente 
la Revolución Francesa mostró la urgencia de estudiar con mayor rigor científico al 
sujeto como ser social y el contexto en espacio y tiempo en el cual desarrolla sus 
formas de existencia. 
Todas estas circunstancias traen como resultado que las primeras 
investigaciones antropológicas tengan un marcado carácter social. 
Los descubrimientos científicos relacionados con el hallazgo de un fósil en 
Neandertal2 (Alemania) en 1856 y los restos del hombre de Java (Homo erectus)3 en 
la década de 1890, proporcionaron pruebas irrefutables del larguísimo proceso de 
evolución del hombre, pero también de las singularidades y especificidades que había 
 
1 El positivismo tuvo como principales figuras al pensador francés Augusto Comte y el británico John Stuart 
Mill. 
2 El Hombre de Neandertal es una Especie del género Homo que habitó Europa y partes de Asia occidental 
desde hace 230 mil hasta 29 mil años atrás, durante el Paleolítico Medio. 
 
3 El género Homo incluye al ser humano moderno y a sus más cercanos parientes. La antigüedad del género se 
estima entre 1.5 y 2.5 millones de años. El Homo erectus es un homínido extinto, que vivió entre 1,9 millones 
de años y 50.000 años antes del presente. 
 
10 
 
tenido ese proceso, el cual requería de nuevos métodos y formas de estudio para 
arribar a su conocimiento científico. 
Tales descubrimientos evidenciaron también la necesidad de desarrollar 
investigaciones que propiciaran un conocimiento más profundo de las diferentes 
maneras en que se manifestaba esa vida en sociedad y las especificidades que han 
caracterizado la sociedad humana en sus diversos contextos de espacio y tiempo. 
Entre las ciencias que podían aportar a la satisfacción de tales necesidades se 
reconoce la arqueología. Esta ciencia, como la etimología de su palabra lo indica, 
pues en ella se funden dos vocablos griegos que significan viejo y explicación o 
argumentación, tiene como principal objeto de estudio establecer las relaciones y 
argumentaciones necesarias para el mejor conocimiento de las viejas civilizaciones. 
En su desarrollo, la arqueología pasó de ser considerada como ciencia auxiliar 
a la Historia, al definir su objeto de estudio en la investigación de los seres humanos a 
través de su cultura material y desarrollar sus propios métodos de investigación. 
Desde esta perspectiva, la antropología y la arqueología llegan a tener puntos de 
contacto en el desarrollo de su objeto de estudio. (Guarch, E.) 
Ya para mediados del siglo XIX se habían creado importantes fundaciones que 
promovían las investigaciones científicas sobre los hallazgos arqueológicos. 
Entre esas fundaciones se destacaban las que realizaban arqueólogos daneses 
del Museo Nacional de Antigüedades, Septentrionales en Copenhague, los cuales 
entre sus principales aportes exhiben el haber utilizado el método de excavaciones 
sistemáticas, lo cual les permitió llegar a descubrir la evolución de los utensilios y 
herramientas durante la edad de piedra, la edad del bronce y la edad del hierro. 
Por otra parte, el fundador de la escuela funcionalista de antropología, 
Bronislaw Malinowski, reconoce también la necesidad de aplicar una sistemática de 
 
11 
 
trabajo que permitiera el estudio de las organizaciones humanas, pero examinadas en 
el contexto de su cultura, de tal manera fue uno de los primeros antropólogos en 
convivir con los pueblos objeto de su estudio, los habitantes de las islas Trobriand4, 
cuya lengua y costumbres aprendió para comprender la totalidad de su cultura. 
A partir de sus conceptualizaciones, la escuela funcionalista de antropología 
puede decirse que se reencuentra con los historiadores y eruditos que como el griego 
Herodoto5 toman en cuenta la necesidad de introducir en las investigaciones las 
historias y vivencias que podían aportar informantes clave, desde la perspectiva de su 
propio contexto. 
Desde esa sistemática de trabajo se reconoce la necesidad de observar y 
analizar de forma cercana las costumbres y formas de vida de los pueblos estudiados, 
como vía para dar mayor objetividad y carácter científico al estudio de aspectos tan 
importantes como la organización económica, familiar, prácticas religiosas y otras 
peculiaridades que permitieran establecer semejanzas y diferencias entre culturas y 
pueblos, lo cual aporta un peso cultural importante al tratamiento de los estudios 
antropológicos. 
De manera más especial, se define el objeto de estudio de la antropología 
cultural, rama de la Antropología que se ocupa de la descripción y análisis de las 
culturas; y aunque existen diferentes formas de enfocar su objeto de estudio, para el 
desarrollo de la presente investigación se toma en cuenta una conceptualización más 
generalizadora. 
Se entiende entonces que la antropología cultural asume como interés mayor, 
el estudio e interpretación de la relación entre los rasgos que caracterizan a la 
 
4 Islas Trobriand, llamadas oficialmente Islas Kiriwina, Se localizan al oriente de la costa de la isla de Nueva Guinea. 
5 Historiador que describió las culturas de varios pueblos del espacio geográfico conocido en su tiempo. 
 
12 
 
civilización humana en su conjunto y la manera en que esta se manifiesta en 
diferentes contextos de espacio y tiempo (Valcárcel, N.). 
A diferencia del Homo erectus, que vivió entre 1,9 millones de años y 50.000 
años antes del presente, y del Hombre de Neandertal, que habitó Europa y partes de 
Asia occidental desde hace 230 mil hasta 29 mil años atrás, durante el Paleolítico 
Medio, en el continente americano, sin embargo, no se tienen referencias de ningún 
rastro humano con más de 15.000 años, y los únicos ejemplares óseos que cuentan 
algunos miles de años pertenecen todos al Homo sapiens6. Por tanto, hasta el 
momento, parece que la evolución biológica que derivó en el hombre moderno, en 
América, tuvo lugar en el Viejo Mundo. 
Tradicionalmente, desde Herodoto hasta el presente, los estudios sobre 
antropología social y cultural, se fundamentan en la observación participante dentro 
del seno de una comunidad o sistema social. 
El antropólogo se introduce primero en la vida de la comunidad y, através de 
los contactos y las observaciones cotidianas, es aceptado por ella. 
Esa primera fase de la investigación de campo requiere semanas, incluso 
meses, sobre todo si hay que aprender la lengua local. Los primeros etnógrafos 
obtenían los datos a partir de entrevistas en profundidad con algunos informantes 
clave, personas expertas en la cultura y en el sistema social local. 
Así los datos obtenidos se verificaban y cruzaban con los de otros informantes y 
con las observaciones directas del propio trabajador de campo. 
Sin embargo, la investigación de las distintas sociedades y pueblos exige hoy 
otras herramientas metodológicas. Las entrevistas estructuradas (con muestreo) se 
 
6 Seres que aparecieron hace alrededor de 200.000 años con aspecto humano y suficientemente moderno para 
que se les clasifique como pertenecientes a nuestra especie. 
 
13 
 
utilizan de forma rutinaria para la obtención de una información; por ejemplo, el 
consumo de alimentos, el comportamiento sanitario, los recursos económicos, los 
movimientos migratorios laborales, el tiempo libre y otros aspectos. 
Para analizar la conducta económica hay que registrar con minuciosidad las 
transacciones en el mercado, las horas de trabajo, las capturas de peces y animales 
de caza, así como los rendimientos de las cosechas. 
Cuando se tratan de estudiar los aspectos de la personalidad se utilizan 
pruebas psicológicas. También se someten a análisis los posibles datos de los 
registros parroquiales, los textos locales, los informes gubernamentales y otras fuentes 
escritas. 
A medida que los datos son más complejos e intrincados, y se hace necesario 
el tratamiento rutinario de miles o incluso cientos de miles de fragmentos de 
información, los arqueólogos han recurrido a las computadoras y equipos informáticos 
para dibujar las secuencias temporales, las relaciones espaciales y demás esquemas. 
Las tendencias del cambio cultural, la interacción entre las actividades 
económicas y sociales, las interrelaciones étnicas y otros patrones complejos se 
comprueban hoy mediante avanzados métodos estadísticos. 
Estos métodos técnicos y cuantitativos en la investigación no han sustituido a 
los estilos tradicionales de investigación de campo. Al contrario, las entrevistas en 
profundidad a los informantes clave, así como el complejo análisis cualitativo de los 
sistemas simbólicos, las ceremonias y otras prácticas culturales, constituyen todavía 
una parte esencial de la metodología holística (doctrina epistemológica que hace 
hincapié en el estudio de los elementos desde su totalidad). 
 
14 
 
La antropología moderna se está convirtiendo poco a poco en una ciencia 
aplicada, ya que los investigadores se están concentrando en aspectos sociales como 
la sanidad, la educación, protección del entorno y el desarrollo urbano. 
Hoy son muchos los antropólogos contratados por organismos públicos, 
empresas de investigación, grupos independientes de presión, organizaciones 
indigenistas y agencias sanitarias para realizar trabajos de campo en entornos 
culturales, ya sean proyectos educativos, sanitarios o programas de desarrollo 
agrícola a gran escala en regiones rurales. 
El desplazamiento hacia el estudio de sistemas heterogéneos y diversificados, 
así como el auge de los métodos cuantitativos de investigación han promovido la 
necesidad de la investigación en equipo. 
Anteriormente, una investigación, por lo general, sólo implicaba a un trabajador 
de campo que se aislaba durante meses en algún poblado remoto; hoy, por el 
contrario, la mayor parte de los proyectos de campo necesitan el apoyo de diferentes 
profesionales, incluidos los asesores estadísticos, biólogos, sociólogos y estudiantes 
colaboradores. 
Por cuestiones de metodología, los antropólogos han desarrollado vínculos 
sociales con las comunidades objeto de estudio. Estas relaciones muchas veces han 
pasado a ser verdaderas asociaciones que, en la mayoría de los casos, han 
beneficiado a estas comunidades. 
1.2 La antropología cultural en Cuba y Holguín. Las Culturas 
precolombinas. 
En el contexto sociocultural cubano, los estudios sobre las culturas que han 
decursado en este contexto, por los diferentes espacios de la isla y en diferentes 
épocas, no ha recibido el mismo tratamiento. 
 
15 
 
Las peculiaridades del proceso de conquista y colonización que sufrió la isla no 
permiten que, como puede suceder en los pueblos de la parte continental de la 
América, donde aún subsisten las poblaciones aborígenes, los antropólogos puedan 
estudiar las singularidades de las manifestaciones sociales y culturales de esos 
primitivos pobladores conviviendo con ellos en sus comunidades. 
La isla de Cuba, la última y más preciada joya de la corona española, fue 
prácticamente despojada de su población autóctona, de la cual solo quedan voces 
plantadas en toponimias que hasta hoy conservan ríos, montañas, determinados 
lugares, ejemplares de la flora y la fauna y algún que otro plato típico, leyendas, etc. 
Aunque con un poco más de posibilidades, pues existen documentos y otros 
referentes, pero de igual forma, son escasos los estudios sobre las peculiaridades que 
manifestaron los grupos étnicos que se fueron incorporando a las diferentes regiones 
cubanas. 
Aún cuando la extensión territorial de la isla no es mucha y su expresión como 
país se manifiesta en una cultura mono nacional, cada región desarrolló sus propias 
características poblacionales, en consonancia con las actividades económicas, el 
momento en que se convirtieron en asentamientos humanos y los diferentes lugares 
de procedencia de las personas que los fueron poblando. 
Dadas tales circunstancias, los antecedentes de los estudios antropológicos en 
Cuba son escasos y se encuentran dispersos en las obras de pensadores, científicos 
e investigadores como Félix Valera, Luz y Caballero, Felipe Poey y otros quienes, ante 
la urgencia de pensar, conocer y hacer a Cuba, incursionaron en temas referidos a la 
cualificación y autenticidad de lo cubano. 
No obstante, por su importancia, no pueden dejar de mencionarse entre esos 
precursores de la antropología social y cultural en Cuba la obra de José Antonio Saco, 
uno de los primeros en desarrollar investigaciones sobre la sociedad cubana, y la obra 
 
16 
 
de Antonio Bachiller y Morales quien inició el estudio de algunos rasgos peculiares de 
la población negra de Cuba en 1887 con su libro “Los negros”. 
Aunque es imposible abarcar en el espacio de la presente investigación la 
fecunda obra de estos precursores, pero dado el objetivo que se persigue, y 
especialmente por la importancia que reviste para el acercamiento al campo de 
estudio, se considera indispensable presenta un esbozo de dos grandes figuras que 
incursionaron directamente en la Antropología cubana y aportaron no sólo 
conocimientos sino también formas y modos de abordar la sociedad cubana como 
objeto de estudio de la antropología y, por considerarse que marcaron pautas en su 
desarrollo en los siglos XIX y XX respectivamente. 
• Luís Montané y Dardé (1843-1936) 
 Nació en La Habana, el 7 de abril de 1849. Llevado por sus padres a Francia a 
los dos años de edad, realizó sus primeros estudios, en ese país. Realizó el 
Bachillerato en Letras en el Liceo de Toulouse, para más tarde obtener el título de 
Bachiller en Ciencias en Paris. 
Matriculó la carrera de medicina en la Universidad de Paris y ya, en 1872, 
cuando aún era estudiante, fue nombrado Miembro Titular de la Société 
d´Anthropologie de París. 
Montané se graduó de Doctor en Medicina, en dicha Universidad en 1874, 
desarrollando como tema de su tesis un estudio sobre la anatomía del cráneo que fue 
muy bien acogida y altamente reconocida, la cual puede considerarse como obra de 
primerísima importancia para la antropología cubana y para la historiade la 
Craneología. 
 
17 
 
Montané fue discípulo de los destacados antropólogos franceses Broca, Hamy y 
Quatrefages, y otros como Topinard, Letourneau y Verneau. Sirvió como Médico 
Ayudante Mayor en la Guerra Franco Prusiana. 
Como médico recogió y publicó sus memorias sobre diversas patologías e 
informes médico-legales, no obstante su verdadera pasión fue la Antropología Física. 
En la obra de Montané se aprecia la manera en que ya se trabajaba en Cuba la 
antropología, y la forma en que se vincula a los más adelantados científicos de esa 
ciencia en su época. 
Sobre esta ciencia escribió diversos trabajos que comprenden estudios 
comparativos de razas, pero sobre todo descripciones y mediciones de cráneos 
aborígenes, microcéfalos, hidrocéfalos y huesos fósiles, así como otros que van desde 
narraciones de viajes hasta biografías. 
Como resultado de sus expediciones a distintas regiones de la Isla recolectó un 
buen número de piezas arqueológicas y antropológicas, que remitió a Francia para su 
estudio y las cuales pasaron posteriormente a formar parte de los Museos de la 
Academia y de la Universidad de La Habana. 
Estos fueron los primeros trabajos antropológicos que con un carácter científico 
se desarrollaron sobre las culturas precolombinas cubanas. 
Esos estudios se desarrollaron sobre la base de los hallazgos hechos por 
Montané en sus expediciones a la Cueva del Purial, Sancti Spíritus; investigaciones 
realizadas en Oriente; trabajo sobre el indio de la Ciénaga de Zapata. 
Algunos de los restos encontrados se consideraron erróneamente como 
pertenecientes a un hombre fósil, autóctono de América, que Hamy denominó 
“Hombre de Sancti Spíritus”, y Ameghino, “Homo Cubensis”, aunque el propio 
Montané no concordaba totalmente con tal criterio. 
 
18 
 
Toda esta labor de Montané, puede considerarse como un antecedente de lo 
que sería el desarrollo de la ciencia antropológica en Cuba, fundamentalmente 
dedicada a las comunidades precolombinas, estudios que alcanzaron un 
reconocimiento social más notorio en la primera mitad del siglo XIX, con la fundación 
de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. 
Posteriormente, en 1877, surge la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba, a 
partir de las cuales el perfil investigativo de la antropología cubana se abre hacia otros 
temas. 
Durante la intervención norteamericana en la Isla se registran nuevos impulsos 
al desarrollo de la antropología en el país. A través de la Orden Militar no. 212 del 4 de 
noviembre de 1899, se creó la Cátedra de Antropología General y Ejercicios 
Antropométricos de la Universidad de La Habana. 
Para dirigir esa institución fue designado el destacado antropólogo cubano Luís 
Montané y Dardé. En esos años, de manera general en el mundo, la investigación 
antropológica estuvo al servicio de los proyectos colonizadores. 
• Fernando Ortiz Fernández 
 Nació en La Habana, el 16 de julio de 1881. Realizó sus primeros estudios 
en Menorca, Islas Baleares, y obtuvo el título de Bachiller en 1895. 
Comenzó la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana y la concluyó 
cinco años más tarde en la Universidad de Barcelona. En 1891 obtuvo el título de 
doctor en Derecho, por la Universidad de Madrid. 
Para 1906, ya en Cuba, se desempeña como Abogado Fiscal de la Audiencia 
de La Habana. Asimismo se vincula al magisterio y obtiene, por oposición, la plaza de 
Profesor en la Facultad de Derecho Público de la Universidad de La Habana, en 1909, 
así como también logró alcanzar la Cátedra de Etnografía Cubana en dicho centro de 
 
19 
 
estudios. Ortiz se incorporó también al proyecto de la Universidad Popular, siendo uno 
de sus iniciadores. 
Ortiz es otro científico cubano que dedicó sus mayores esfuerzos al desarrollo 
de la antropología en Cuba, manteniendo contacto con los más prestigiosos 
especialistas e investigadores de esa disciplina en el mundo. 
En 1936 fundó la Institución Hispanoamericana de Cultura y fue su presidente 
hasta la desaparición de esta, así como de la revista Ultra, órgano de difusión cultural, 
de la que fue editor y director durante once años. 
En 1937 creó y fue el presidente de la Sociedad de Estudios Afrocubanos. 
Organizó en 1941, la Alianza Cubana por un Mundo Libre, como órgano de lucha 
contra el fascismo. 
En 1942 dio inicio a un Seminario de Etnografía Cubana en la Universidad de 
La Habana. Ortiz también se valió del conocimiento aportado por la antropología 
sociocultural de su época. 
En el Segundo Congreso Nacional de Historia, celebrado en Matanzas en 1943, 
presentó su libro Las cuatro culturas indias de Cuba. 
Fernando Ortiz, asistió, como delegado oficial de Cuba, al Primer Congreso 
Demográfico Interamericano celebrado en México (1943). Fue fundador, ese mismo 
año, del Instituto Internacional de Estudios Afroamericanos. 
Ortiz, fue presidente del Instituto Cultural Cubano-Soviético (1945). Representó 
a Cuba en el Congreso Internacional de Arqueólogos del Caribe, celebrado en 
Honduras (1945), y en el Congreso Indigenista Interamericano de Cuzco. 
Más tarde, en 1952, representó a Cuba en el Congreso Internacional de 
Americanistas celebrado en Oxford (Inglaterra), y en el de Antropología y Etnología, de 
 
20 
 
Viena. Dos años más tarde participó en congresos americanistas, indigenistas y de 
folklore celebrados en São Paulo y en La Paz. 
En los primeros decenios del siglo XX el pensamiento antropológico ya había 
demostrado la significación básica del trabajo de campo y el papel decisivo de la 
convivencia temporal con las sociedades humanas que se pretendían conocer. Por 
esa época, se debatían los alcances y limitaciones teóricas del evolucionismo y el 
difusionismo, como iniciales corrientes del quehacer antropológico, y se reconocía el 
sentido relativo de cada cultura respecto a otra, independientemente de su grado de 
desarrollo. 
El funcionalismo abría una nueva alternativa para profundizar en el estudio 
concreto de los diversos componentes de la cultura y sus portadores. 
Sin embargo, la interpretación de los contactos interculturales y sus 
transformaciones esenciales trataban de ser explicados mediante conceptos 
insuficientes para revelar toda la riqueza y complejidad de estos cambios. 
Ortiz dedicó mucho interés al estudio de estos fenómenos y sus 
argumentaciones rebasaban ampliamente el contexto sociocultural de Cuba para 
insertarse, según como le fuera posible, en las categorías del conocimiento 
antropológico internacional. 
En sus trabajos, ofrecía mayores espacios a los contenidos referidos a los 
complejos estudios sobre los procesos inmigratorios que sirven de génesis al etnos 
cubano contemporáneo, a la interpretación de la impactante compactación de 
relaciones interculturales entre el nivel de desarrollo de los emisores europeos de la 
migración y el de los receptores aborígenes de este lado del Atlántico. 
 
21 
 
En ese sentido opinaba que el salto cultural que se desarrolló en la isla en 
menos de cuatro siglos constituía la síntesis que a viva fuerza se tuvo que asumir de 
todo aquel proceso desarrollado por Europa en más de cuatro milenios. 
Si bien los estudios hechos por Montané sirvieron de base al desarrollo del 
pensamiento antropológico en Cuba, el verdadero impulso en este campo del saber lo 
imprime Ortiz en los primeros años del siglo XX, referido fundamentalmente a la 
antropología como la ciencia del estudio del ser humano y su contextualidad de 
espacio y tiempo. 
Para la profundización de sus conceptualizaciones Fernando Ortiz estudió la 
obra de Claude Levy-Strauss, así como las investigaciones hechas por Lombroso, en 
lo referido a la antropología criminal y jurídica, con este último mantuvo relaciones 
amistosas y de trabajo. 
Ortiz rebasa los marcos ya sentados por los estudios de antropología física y 
forense, que iniciara Montané y susseguidores, para desarrollar la antropología 
cultural y social, fundamentalmente dirigida al estudio de los negros traídos de África. 
En el poblamiento de las diferentes regiones de la isla, como en otros países 
americanos, la trata negrera y el sistema esclavista al que fueron sometidos para 
forzarlos a realizar los trabajos más duros, fue el recurso empleado por los 
colonialistas desde el propio siglo XVI, cuando ya no existían aborígenes suficientes 
como para sostener el peso del desarrollo económico. 
 Esencialmente, en el afán de lograr ese desarrollo económico, el conquistador 
europeo hizo saltar el natural proceso evolutivo de la isla y en pocos siglos Cuba se 
impone el decursar de las edades europeas. Los fenómenos socioculturales que tal 
situación genera, imponen la necesidad de adecuar los métodos y conocimientos de 
las ciencias antropológicas ya establecidos a esa realidad cubana. 
 
22 
 
Ortiz, al valorar esta realidad cubana y los procesos de formación y desarrollo 
de su sociedad hace notar las peculiaridades de su desarrollo: 
…con la fuerza o a la fuerza, todas sus clases, razas y culturas, todas exógenas 
(...) primero fue la cultura de los siboneyes y guanajabibes, la cultura paleolítica 
(…) Después la cultura de los indios taínos, que eran neolíticos; ya con los 
taínos llegan la agricultura, la sedentaridad, la abundancia, el cacique y el 
sacerdote. Llegan por conquista e imponen la primera transculturación (…) 
Luego un huracán de cultura; es Europa. Llegaron juntos y en tropel el hierro, 
la pólvora, el caballo, la rueda, la brújula, la moneda, el salario, la letra, la 
imprenta, el libro, el señor, el Rey, la iglesia, el banquero. (1940:275) 
Su libro Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar (1940), resultó polémico 
por la novedad del empleo y fundamentación del concepto transculturación, el cual sin 
embargo, vino a revolucionar las conceptualizaciones antropológicas que hasta el 
momento se habían establecido, pues el concepto de transculturación desarrollado por 
Ortiz, aporta una visión generalizadora que permite la argumentación científica sobre 
los cambios cualitativos de la cultura, así como también facilita la interpretación de la 
complejidad de esos procesos culturales, y, al mismo tiempo, remplaza otras 
conceptualizaciones más limitadas como "cambio cultural", "aculturación", "difusión", 
"migración u ósmosis de cultura", entre otros. 
Pero la concepción de Ortiz no fue objeto de tanta divulgación ni aceptación 
internacional por múltiples factores, fundamentalmente por su esencia revolucionaria 
en el proceso de interpretación, estudio y desarrollo de la antropología. 
Esas consideraciones chocaban con los preceptos y consideraciones de la 
antropología norteamericana que trató de desconocer todas esas aportaciones de 
Ortiz y no las tuvo en cuenta, a pesar de su alta capacidad divulgativa, las 
 
23 
 
limitaciones neocoloniales que sufría Cuba por aquella época también conspiraron 
contra el merecido reconocimiento internacional de Ortiz. 
Pero la historia se encarga de poner cada cosa en su debido lugar, y Ortiz al 
aplicar novedosos métodos y conceptualizaciones antropológicas, facilita el 
entendimiento y comprensión de las peculiaridades que condimentan ese gran ajiaco 
que amalgama razas y cultura en esta encrucijada geográfica y sociocultural cubana. 
A partir de la obra de Ortiz, llamado el tercer descubridor de Cuba, no sólo se 
puede entender mejor el proceso de desarrollo de la nación cubana, sino que el 
desarrollo que alcanza su pensamiento antropológico adquiere connotación universal y 
con ello la antropología cubana manifiesta una fisonomía propia, que rebasa los 
marcos de la nación. Después de Fernando Ortiz, otros cientistas cubanos como Lydia 
Cabrera y tantos otros hasta la actualidad, continuaron y continúan investigando las 
peculiares manifestaciones del desarrollo sociocultural cubano. 
El Triunfo de la Revolución Cubana en 1959 generó cambios significativos en 
las estructuras de investigación y docencia de las ciencias sociales en el país, al 
plantearle objetivos y funciones nuevas, en muy breve plazo alineadas con 
modificaciones en sus basamentos filosóficos. 
Los estudios arqueológicos encontraron en estas circunstancias un espacio de 
reconocimiento gubernamental capaz de confirmar su ubicación en el sistema de 
trabajo científico y de otorgarle posibilidades de profesionalización y organización 
institucional. 
 El Departamento de Antropología de la Academia de Ciencias de Cuba, 
fundado en 1962, fue uno de los principales resultados de este proceso. Heredero de 
muchos de los logros de la práctica arqueológica prerrevolucionaria. 
 
24 
 
El doctor René Herrera Fritot fue un exponente clave en el desarrollo de ese 
proyecto, y fue el promotor, bajo la dirección del doctor Ernesto Tabío, de una intensa 
labor de investigación generadora a su vez, de nuevas herramientas metodológicas y 
de la preparación de personal científico. 
También, en 1962, el triunfo de la Revolución concibe la Reforma Universitaria y 
con ella la creación del Departamento de Antropología de la Escuela de Ciencias 
Biológicas en la Universidad de La Habana. 
Los criterios de Montané crearon una tradición dentro del ámbito universitario 
cubano, y la antropología física fue la rama que recibió un mayor impulso en su 
desarrollo por esa época. 
Para 1976, como producto de todos los cambios institucionales que ya se 
venían dando en la Universidad y la modificación de la estructura universitaria de La 
Habana, se propicia el surgimiento de la Facultad de Biología así como del Museo 
Antropológico Montané, el cual asume las funciones de Departamento de 
Antropología. 
En 1990 se constituye la Sociedad Cubana de Antropología Biológica y se 
funda la Cátedra Honorífica de Antropología Luis Montané, acciones que también 
constituyen un justo reconocimiento a ese pionero de la antropología cubana. 
La ACC (Academia de Ciencias de Cuba) así como el Centro de Estudios 
Fernando Ortiz, el Centro Juan Marinello y otras prestigiosas instituciones cubanas 
también cumplimentan programas de estudios antropológicos, los cuales responden a 
las necesidades e intereses del desarrollo de país. 
• Estudios antropológicos en Holguín. 
No existen antecedentes de estudios antropológicos en la región holguinera 
durante el siglo XIX, aunque sí debemos resaltar y reconocer que en la primera mitad 
 
25 
 
del siglo XX ha sido posible conocer la existencia de vínculos con los procesos 
históricos por personas como Eduardo García Feria, José García Castañeda, Orencio 
Miguel Alonso. 
A partir de la obra de García Castañeda, considerada punto de referencia 
obligado para entender el mundo precolombino de Cuba, creó entre muchos 
holguineros, un sentido de respeto por esta parte de la historia que se reflejó en la 
formación de un grupo de jóvenes que asumirían sus experiencias y continuarían su 
trabajo. 
 Eduardo García Feria, formó una colección arqueológica en su vivienda, 
integrada principalmente por piezas aborígenes, que a inicios de los años 40 del siglo 
XX era la más importante de su tipo en Cuba y en las Antillas. 
Era además, un símbolo de la ciudad, un lugar de enseñanza e intercambio 
cultural visitado por muchas personas y por especialistas de toda Cuba y de diversos 
lugares del mundo. 
Después del Triunfo Revolucionario se crea el Grupo de Aficionados “Jóvenes 
Arqueólogos”, entre otros no menos destacados de los municipios Banes y Mayarí. 
Los “Jóvenes Arqueólogos”, luego derivado en el “Grupo García Feria”, quienes 
fundaron el Museo Guamá, primer museo público de la ciudad de Holguín, dedicado a 
la arqueología y la historia, colaboran en la fundación del Museo de Historia Natural 
“Carlos de la Torre y Huerta” y el Museo Provincial de Historia, donde siempre fue 
destacada la presencia arqueológicaen sus salas. 
En ese grupo se destaca la presencia de: Hirán Pérez, Georgelina Miranda , 
Milton Pino, y Pedro Pérez, quienes continuaron vinculados a las investigaciones 
arqueológicas desde la Comisión Provincial de Monumentos, el Centro Provincial de 
 
26 
 
Patrimonio Cultural y la Academia de Ciencias de Cuba. (Pérez, P. Comunicación 
personal). 
En 1976 llegó a Holguín el destacado investigador y científico Doctor en 
Ciencias José Manuel Guarch Delmonte, para fundar el Departamento Centro Oriental 
de Arqueología, institución cuya dirección de trabajo fundamental es conducir el 
desarrollo de las investigaciones arqueológicas en este territorio. 
Ese fue un segundo momento en el desarrollo de la investigación científica en el 
territorio, pues por primera vez, se organiza y proyecta de manera científica el estudio 
de las comunidades aborígenes que poblaron estas tierras. 
Entre 1978 y 1979 se proyectan y desarrollan las investigaciones en Farallones 
de Seboruco, Mayarí, paralelas a las labores de medición de las potencialidades 
arqueológicas de la parte noroeste de la Provincia de Holguín. 
En esta última investigación ya se ponen en práctica principios metodológicos 
que revolucionan la manera de estudiar e interpretar los exponentes arqueológicos 
colectados, principios que Guarch expondrá más tarde en un texto donde sistematiza 
una concepción metodológica general de la investigación arqueológica. 
 
• Las culturas precolombinas en Holguín 
 El arribo de los diferentes grupos humanos a las costas cubanas ha sido 
un tema polémico y que presenta también variadas aristas, pues no sólo implica las 
consideraciones en torno a por dónde o de qué manera llegaron, sino también en qué 
llegaron los primeros pobladores del archipiélago cubano. 
 
27 
 
Para acercarnos al tema se retoman las consideraciones emitidas por el Doctor 
en Ciencias Ernesto Tabío, quien señala la importancia de tener en cuenta que desde 
1500 hasta el 8000 AP se produjeron cambios de importancia en algunos grandes 
sectores de las costas cubanas. Por ej. la costa norte desde la península de Hicacos 
hasta el norte de Nuevitas emergió en esa fecha, e incluía toda la cayería de las 
actuales bahías de Cárdenas, Santa Clara, Buena Vista, Cayo Coco, y otros cayos 
adyacentes, adentrándose unos 35 Km. como promedio, en el Canal Viejo de 
Bahamas. 
Por su parte, la gran isla de Bahamas, formada sobre el actual Banco de 
Bahamas, se aproximó tanto a nuestro litoral que apenas distaba unos 18 Km. (por la 
parte norte). 
En cambio, desde el 7000 al 5000 AP: a causa de un incremento en la 
temperatura, se aceleró la fusión de los glaciales y el mar subió de modo que para el 
6 000 AP alcanzó la altura de +3m por encima del nivel actual, motivando que 
las áreas emergidas por el 8 000 AP quedaron cubiertas de nuevo; la configuración 
de las costas, a partir de entonces ha cambiado poco, en general pudiera decirse que 
sus trazos fueron muy similares a la forma en que la contemplamos hoy. (Tabío, E. 
1988). 
Al tomar en cuenta todos estos eventos, de manera general los especialistas 
coinciden en definir tres rutas fundamentales para el acceso antillano desde tierra 
 
28 
 
firme en los tiempos pretéritos, una que parte de las costas venezolanas, otra ruta 
que pudo ser directa: Florida-Cuba, o tener escala, en ese caso la segunda variante: 
Florida-Bahamas-Cuba7 y la tercera: Centro América- Antillas Occidentales-Cuba, 
siendo muy probable que se utilizaran las tres a lo largo de la historia (Guarch, J. M. 
1990). 
El cálculo de la población aborigen en Cuba, en tiempos de la conquista, se ha 
estimado en cifras que alcanzan diferentes valores según el criterio de quienes la 
calcularon, por ej. Para Pedro Mexía de Ovando eran 500 000 habitantes, Las Casa y 
Narváez calculaban unos 200 000, el historiador Arrate los estimaba en no más de 300 
000, cifra que Humboldt dudaba, pues creía que no llegaban a 200 000. 
El especialista de nuestra época, Ángel Rosenblat plantea que para 1492 la 
población estuvo rondando los 80 000 habitantes, mientras Juan Pérez de la Riva los 
calculó en 112 000. En términos generales pudiera aceptarse que el poblamiento 
cubano al comenzar la conquista era superior a los 112 000 habitantes, en esta 
aseveración coincidimos con Morales, (1984). 
Estos pueblos ágrafos, han sido denominados con diversos vocablos, los 
primeros, fruto del entendimiento que pudo hacer de su lengua el oído europeo, así 
 
7 Hacemos notar el hecho de la cercanía del territorio gibareño a esta ruta migratoria de los primeros aborígenes, pues el 
territorio que comprende en el litoral norte cubano es una zona próxima a Nuevitas, localidad que se encuentra a unos 
220 Km de Gibara, distancia poco significativa si se tiene en cuenta la capacidad de traslación de estos grupos nómadas. 
 
 
29 
 
Bartolomé de las Casas estimó que había encontrado tres culturas diferentes entre 
aquellos pobladores a las que denominó Guanahatabey, Siboney o Sibuney (ciboney) 
y Tainos. 
Los arqueólogos, que trabajan sobre la base del conocimiento científico, 
requieren de una estructura que les permita vertebrar los distintos pasos de sus 
investigaciones, así han tenido la necesidad de establecer periodizaciones que 
faciliten el ordenamiento de las secuencias históricas en las cuales se reconstruyen 
los procesos de desarrollo de las comunidades que poblaron nuestro territorio. 
A través del tiempo se han dado a conocer varias de estas periodizaciones, 
establecidas a partir de diversos criterios, conceptos y grados de conocimiento. 
Sumariamente para el caso cubano podemos señalar las de M. Harrinton (1921), F. 
Ortiz (1943), J. A, Cosculluela (1946), I. Rouse (1951), H. Herrera (1951), F. Pichardo 
(1956), I. Rouse (1964), M. Rivero (1960-1963), E. Tabío y E Rey (1966), I. Rouse 
(1982) y J.M. Guarch (1986). 
En la presente obra trabajamos con la elaborada por el Doctor en Ciencias José 
Manuel Guarch Delmonte en 1986, pues compartimos plenamente los criterios que la 
fundamentan. Este prestigioso hombre de ciencias rebasó los límites de un simple 
ordenamiento cronológico o periodización, y ofrece una estructura que refleja la idea 
de la esencia identitaria, distribución y orden en la historia de nuestros aborígenes. 
 
30 
 
E l Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte ofrece valoraciones 
sobre aspectos económicos característicos de cada grupo y su evolución general, así 
como también aborda de manera sucinta, los complejos culturales, y en la medida que 
las evidencias materiales se lo permiten, reflexiona sobre la base ética y elementos de 
la vida espiritual de estas comunidades, desde una perspectiva que relaciona, en lo 
fundamental la arqueología y la antropología. 
• Conclusiones parciales 
 El análisis del desarrollo de los conocimientos sobre la antropología en Cuba y 
Holguín, permiten determinar los fundamentos teóricos para el estudio de la visión 
antropológica del Doctor en Ciencias José Manuel Guarch. 
Se interpreta, en la obra de pensadores y cientistas cubanos, el interés por 
profundizar en el conocimiento de lo cubano, lo cual permitió el surgimiento y 
desarrollo de la antropología en Cuba y manifiesta los estrechos vínculos de éstos, 
con lo más avanzado del pensamiento y la obra investigativa de ese campo en el 
mundo. 
Los estudios antropológicos en Cuba, aportaron importantes 
conceptualizaciones y metodologías investigativas para el desarrollo de la 
antropología a nivel internacional, pero los estudios sobre las culturas precolombinas 
cubanas y especialmente en Holguín son muy escasos. 
 
 
 
 
31 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO II: JOSÉ MANUEL GUARCH DELMONTE: VISIÓN 
ANTROPOLÓGICA SOBRE LAS CULTURAS CUBANAS PRECOLOMBINAS Y 
SUS PECULIARIDADESEN HOLGUÍN 
2.1 Formación y evolución de la vida de José Manuel Guarch Delmonte 
 El Triunfo de la Revolución Cubana en 1959 generó cambios significativos en 
las estructuras de investigación y docencia de las ciencias sociales en el país, como 
ya se ha venido señalando, al plantearle objetivos y funciones nuevas, en muy breve 
plazo, alineadas con modificaciones en sus basamentos filosóficos. 
Los estudios arqueológicos encontraron en estas circunstancias un espacio 
de reconocimiento gubernamental capaz de confirmar su ubicación en el sistema de 
 
32 
 
trabajo científico y de otorgarle posibilidades de profesionalización y organización 
institucional. 
José Manuel Guarch Delmonte nació en Camagüey el 2 de marzo de 1931. 
En 1944, cuando aún seguía los estudios de segunda enseñanza, intentó matricular 
un curso de arqueología en la Universidad de la Habana. El doctor Carlos García 
Robiou, destacado investigador que dictaba el curso, le previno sobre los retos de 
esa profesión: mucho esfuerzo, poca comprensión social y escasa remuneración 
económica. Guarch persistió y le dedico su vida. 
Para 1947 ya expresa públicamente sus cualidades como escritor al fundar el 
periódico “Vocero Estudiantil”, más tarde en 1952 forma parte del consejo editorial y 
de redacción del periódico clandestino “La Luz de Yara”, así mismo es nombrado 
Subdirector del seminario de artes dramáticas y colabora con los periódicos “Acción 
Libre” y “El Viajante”. 
Desde muy joven José Manuel Guarch desarrolla una fuerte vocación por la 
cultura y la naturaleza y un especial interés por la Arqueología. En 1956 funda y 
preside en Camagüey, el grupo Yarabey de aficionados a las Ciencias Sociales y 
Naturales; en 1957 es nombrado delegado de la Sociedad Espeleológica Científica 
de Camagüey y en 1959 asume igual función por la Junta Nacional de Arqueología 
y Etnología. 
 El Departamento de Antropología de la Academia de Ciencias de Cuba, 
fundado en 1962, fue uno de los principales resultados de este proceso. Heredero 
de muchos de los logros de la práctica arqueológica prerrevolucionaria, que tenían 
en el doctor René Herrera Fritot un exponente clave, inicia con la participación de 
este especialista y bajo la dirección del Doctor Ernesto Tabío, una intensa labor de 
investigación generadora, a su vez, de nuevas herramientas metodológicas y de la 
preparación de personal científico. 
 
33 
 
 De tal manera, se integra José Manuel Guarch Delmonte al primer grupo de 
arqueólogos formados en estos años. También por esa época pasó a formar parte 
del Departamento de Antropología como auxiliar de investigación, y ya par 1964 
ofrece su primera charla sobre arqueología en la Universidad de La Habana y 
publica su primera monografía que tiene como objeto de estudio la arqueología de 
Cuba, así mismo es nombrado miembro del consejo cubano de Filosofía y Estudios 
Humanísticos de la Comisión Cubana de la UNESCO, además en ese propio año, 
1962, es nombrado Subdirector del departamento de Antropología de la Academia 
de Ciencias de Cuba. 
Así 1962 marca un importante momento en la vida de Guarch, quien se 
integra plenamente a la investigación arqueológica en el Departamento de 
Antropología, y a partir de 1963 cuando es designado Jefe de Excavaciones 
Arqueológicas de esa institución, imprime mayor impulso a su trabajo de 
investigación y proyección metodológica para el estudio de las comunidades 
aborígenes. 
 Así trabaja en numerosos yacimientos arqueológicos entre los que se 
destacan, Cueva La Patana y San Lucas, en la actual Provincia de Guantánamo, 
Aguas Gordas, El Porvenir, Esterito, La Campana, Arroyo del Palo, Mejías, 
Farallones de Levisa I y Seboruco I, en la Provincia de Holguín, y Cueva Funche, 
en la Provincia de Pinar del Río, entre otros. 
Para 1967 funge como profesor del curso básico de arqueología de la ACC, 
dirige y es profesor del cursillo de superación técnica para el personal auxiliar del 
departamento de Antropología así como participa como profesor del curso para 
técnico medio de arqueología y en la especialidad de antropología en la escuela de 
Ciencias Biológicas de la Universidad de La Habana como profesor invitado. 
Paralelo a esas acciones docentes desarrolla su superación personalmente y 
 
34 
 
en 1968 se gradúa en el curso medio de arqueología. En 1969 es nombrado Director 
del departamento de Antropología. 
Transcurren algunos años realizando un gran número de actividades hasta 
que en 1972 es nombrado Director del Instituto de Arqueología de la ACC y Profesor 
del curso de superación de Arqueología de la ACC. Además en 1973 es designado 
Director del Instituto de Historia de la ACC manteniendo el nombramiento anterior y 
también nombrado Director del Instituto de Ciencias Sociales de la ACC. 
En 1975 dirige el Departamento de Investigaciones del Museo Nacional de 
Cuba, y organiza el Primer Encuentro Nacional de la Cultura Aborigen celebrado en 
Banes. Participa en el II Encuentro Nacional de la Cultura Aborigen celebrado en 
Banes y en 1976 llegó a Holguín para fundar el Departamento Centro Oriental de 
Arqueología. 
Resumiendo la labor realizada en estos años, podemos afirmar que con el 
extenso aval de trabajo en el campo de la arqueología y una amplia obra publicada, 
Guarch es uno de los principales exponentes de la arqueología realizada después 
del triunfo de la Revolución Cubana y del vínculo de esta ciencia con ese proceso 
político, del que fue protagonista activo. 
Ocupó altos puestos en la dirección del trabajo arqueológico y en otras 
instituciones de la Academia de Ciencias de Cuba, dirigió tres institutos y dos 
Departamentos regionales de Investigación, y 10 temas de investigación científica 
así como dos problemas de investigación que constituyeron Problemas Nacionales 
de Arqueología, fue miembro del Consejo Científico Superior de la Academia de 
Ciencias de Cuba, entre los años 1986 y 90. (Anexo II) 
Además, fue miembro de los consejos científicos de varios centros de 
investigación, además de un extenso número de asociaciones relacionadas con la 
arqueología, la historia y la cultura, en Cuba y en el extranjero. Participó de forma 
 
35 
 
activa en la investigación histórica, la labor de protección del patrimonio cultural del 
país y en el trabajo y fomento de la red de museos, fue presidente fundador en 
Holguín, de la delegación de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba. 
Guarch ocupó el cargo de Director del Departamento de Investigaciones del 
Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba, y de dos campañas nacionales de 
preservación de los monumentos arqueológicos, así como miembro de la Comisión 
Nacional de Monumentos (1959 – 1976) y de la Comisión Provincial, en Holguín, y 
autor o asesor de proyectos de Museos y salas de exposición. 
Desarrolló una intensa labor docente a través de conferencias, cursos y 
postgrados; fue profesor invitado de la especialidad de antropología en la escuela de 
Ciencias Biológicas de la Universidad de La Habana y Profesor de Mérito, a solicitud 
del Instituto Superior Pedagógico José de la Luz y Caballero de Holguín. 
Logró alcanzar la categoría científica de Investigador Titular y los grados 
académicos de Doctor en Ciencias (Comisión Superior de Grados Científicos de la 
República de Cuba, 1990), Doctor en Ciencias Históricas, Ph. D (Comisión Superior 
de Grados Científicos de la República de Cuba, 1989), Doctor en Filosofía, Historia, 
Ph.D (Consejo Superior de Grados Científicos de la URSS, a solicitud del Instituto de 
Etnografía Miclkujo Maclay de la Academia de Ciencias de la URSS, 1971), 
Especialista en Ciencias Arqueológicas, M.Sc. (Universidad de la Habana, 1987) y 
Arqueólogo Especialista en Culturas Aborígenes de América (Ministerio de 
Educación de la República de Cuba a solicitud de la Academia de Ciencias de Cuba, 
1972). 
Sus intereses culturalesfueron variados, y expresan la amplitud de su 
formación intelectual y un sentido de fuerte compromiso con la cultura cubana, que 
llevó a obras literarias y de teatro, y a su esfuerzo por lograr la inserción de ese perfil 
en el desarrollo del turismo. En tal sentido se convirtió en un teórico cuyos trabajos 
 
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son de imprescindible análisis si se quieren entender las peculiaridades de este 
fenómeno en la Provincia de Holguín. 
Por la relevancia de su trabajo científico y la magnitud de su contribución al 
conocimiento de la historia y la cultura cubana recibió múltiples reconocimientos del 
más alto nivel en Holguín, como el Hacha y el Escudo de la Provincia, conferidas por 
la Asamblea Provincial del Poder Popular de ese territorio, como otras de carácter 
nacional, entre las que se encuentran la Orden Carlos J. Finlay y la Medalla Jesús 
Menéndez, otorgadas por el Consejo de Estado de la República de Cuba, y la 
Medalla por la Cultura Nacional, otorgada por el Ministerio de Cultura de la 
República de Cuba. 
La fecunda obra del cientista y personalidad de la cultura, José Manuel 
Guarch Delmonte lo hizo acreedor de meritos, distinciones y reconocimientos 
sociales, por su aporte a la cultura y a la Ciencia en Cuba y especialmente en 
Holguín, ciudad que lo acogió como un hijo pródigo, al punto que él mismo se 
reconociera como camagüeyano de nacimiento y holguinero por convicción. 
2.2- La obra del Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte. 
Visión antropológica 
Dentro de la amplitud y diversidad de su obra como hombre de ciencia y en 
un sentido mayor, como hombre de la cultura cubana, la arqueología aparece como 
elemento centralizador. 
Guarch abordó todas las esferas de esta especialidad, desde la metodología, 
en sus múltiples facetas, hasta su planeamiento, organización y formación de 
personal. Logró desarrollar una visión antropológica para el estudio de las 
comunidades aborígenes cubanas nunca antes empleada. 
La tarea de recorrer su extensa obra para Realizar un estudio de la obra 
científica del Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte para favorecer el 
 
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conocimiento de su visión antropológica sobre las culturas precolombinas cubanas 
y particularmente en Holguín, es una tarea difícil; sin embargo, es posible facilitar el 
cumplimiento de tal objetivo propiciando el acercamiento a las investigaciones que 
con mayor fuerza rebelan esa visión antropológica de ese connotado arqueólogo. 
En la presente investigación, antes de efectuar los análisis pertinentes, se 
considera indispensable definir qué se entiende por visión antropológica, así se 
acude al Diccionario de la lengua española, en el cual la palabra visión, se entiende 
como manera particular y personal de interpretar algo. De acuerdo con tal definición, 
la Dr. C. Nury Valcárcel Leyva nos señala que para el presente estudio: 
Por visión antropológica puede entenderse la manera particular de interpretar 
las evidencias arqueológicas, para cualificar las manifestaciones de las 
culturas precolombinas cubanas, sus peculiaridades y formas de expresión, 
en la obra científica del Doctor en Ciencias José Manuel Guarch Delmonte. 
(Valcárcel, N. 2012). 
 
 
En el epígrafe anterior se explicaba como Guarch se involucra con fuerza en 
los estudios arqueológicos y trabaja en el desarrollo de metodologías de 
excavaciones capaces de aprovechar la diversidad de sistemas existentes en ese 
momento y de aportar mayor visión de los contextos de las comunidades en estudio. 
En esta proyección de trabajo este cientista aplica al contexto cubano, la 
proyección metodológica que desarrollan los llamados representantes de la 
Arqueología Social Latinoamericana, quienes abordan de manera especial el 
tratamiento al problema de la defensa y recuperación de la identidad americana, lo 
cual era tratado por dichos investigadores como un elemento clave de su trabajo. 
 
38 
 
En América Latina se originó una corriente investigativa que puso énfasis en 
el carácter ideológico y político de las ciencias sociales. Dado que las sociedades 
con las cuales trabaja el arqueólogo son pretéritas, su explicación servirá para 
conocer las particularidades del desarrollo histórico de la sociedad en general, y 
utilizará por tanto el marco de la teoría general de la historia (Vargas, 1990:4). 
Esta corriente de pensamiento que reconoce en la arqueología un campo 
del saber propicio para “conocer las particularidades del desarrollo histórico de la 
sociedad en general”, es reconocida en la comunidad científica internacional como 
la Arqueología Social Latinoamericana 
Guarch asume esta perspectiva de trabajo, pues se percata de la 
convergencia de estos razonamientos con las conceptualizaciones que sostiene 
la teoría materialista de la historia. 
De este modo, en tanto que las generaciones precedentes de 
arqueólogos estudiaban un antiguo útil de cerámica como un elemento cronológico 
que ayudaría a datar la cultura que era objeto de estudio, o simplemente como un 
objeto con un cierto valor estético, desde esta nueva perspectiva puede darse una 
visión antropológica a los estudios arqueológicos, pues los antropólogos estudian 
el mismo objeto, pero como un instrumento que les sirve para comprender el 
pensamiento, los valores y la cultura de quienes lo fabricaron. 
La obra de Guarch se inserta en una etapa de intensa reflexión teórica y de 
discusiones conceptuales en el ámbito arqueológico cubano y latinoamericano. 
Sus concepciones y novedosas interpretaciones se ponen de relieve en la 
obra que presenta en 1981 para optar por el Grado Científico de Doctor en Ciencias 
Históricas, “Cuba”. Antiguas tradiciones económicas y técnico – estilísticas. Etapa 
preagroalfarera”. 
 
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La referida obra no es aceptada en ese momento, pero tiempo después 
muchos investigadores reconocieron la riqueza informativa y lo novedoso de los 
enfoques que plantea. 
En esa obra Guarch perfila su visión antropológica de las comunidades 
cubanas precolombinas, específicamente las que se encontraban en la etapa 
preagroalfareras, pues en sus reflexiones e interpretaciones, el científico supera los 
tradicionales enfoques de caracterización de artefactos y objetos, para analizar 
además las peculiaridades que éstos manifiestan, y a partir de ello deducir los 
procesos de cambio y desarrollo por los que transitaron los seres humanos 
productores de tales artefactos y en especial penetrar en la síntesis de las 
situaciones de transculturación y evolución de sus comunidades. 
Guarch acude así a los elementos artefactuales culturales ya estudiados y 
conceptualizados por la literatura tradicional para seguir hurgar en esos procesos de 
relaciones socio-culturales e incorpora su peculiar visión sobre aspectos económicos 
tomando en cuenta el desarrollo técnico-estilístico que evidencian las piezas como 
elemento clave para entender el nivel de desarrollo cultural de ese determinado 
grupo y para discernir los posibles procesos de relaciones e interactuaciones que se 
produjeron en un determinado contexto de espacio y tiempo. 
La importancia que otorga Guarch al elemento económico, caracteriza de 
manera especial los rasgos fundamentales de su visión antropológica, considerados 
también en un sentido contextual, y responde también, en parte, a la intención de 
lograr un uso más profundo de las ideas del materialismo histórico, situación 
perceptible en toda la argumentación teórica del trabajo. 
En este sentido hay un autorreconocimiento de posición ortodoxa que refleja 
ciertas actitudes de las Ciencias Sociales Cubanas en esa época, determinantes 
 
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para entender el negativo alejamiento de Cuba, incluso en el plano arqueológico, de 
un amplio sector del marxismo latinoamericano. 
Entre 1978 y 1979 proyecta y desarrolla las investigaciones sobre el sitio 
denominado Farallones de Seboruco,en el municipio holguinero de Mayarí, 
investigación que unida a la tarea de prospección arqueológica de la parte noroeste 
de la provincia de Holguín, utilizará luego en una obra que sistematiza su 
concepción metodológica de manera general, la investigación, “Arqueología de 
Cuba. Métodos y sistemas”, que ve la luz en 1987. 
La obra anteriormente señalada aporta valiosas herramientas metodológicas 
para el trabajo arqueológico en Cuba, especialmente en lo referido a contextos 
aborígenes. Es necesario resaltar el hecho de que en la isla la antropología no tiene 
aplicación posible, desde la perspectiva real de que el antropólogo no puede convivir 
con las comunidades ni emplear las aportaciones que le ofrecerían informantes 
claves, de tal manera el sistema de conceptualizaciones y métodos que aporta 
Guarch desde su visión antropológica a partir de las inferencias que pueden hacer el 
arqueólogo resulta en verdad una fuerte contribución al estudio de las comunidades 
cubanas precolombinas. 
 
En el trabajo para la medición de potencialidades arqueológicas de 
yacimientos de la Provincia de Holguín, Guarch trabajó en la elaboración de una 
“Cartilla de control para la información básica para el censo arqueológico de Cuba”, 
que de la cual es autor principal, y que permitió luego llegar a la obra que facilitó el 
“Censo Arqueológico de Cuba por tratamiento computarizado” (Febles, Guarch y 
Rives, 1987). 
En la década de los ochenta además de su tesis de doctorado publica varios 
trabajos y otros interesantes artículos entre los cuales se destaca el que divulgara en 
 
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1989, en el cual hizo la presentación de una metodología para el estudio de la 
gestión subsistencial dependiente de la fauna (Guarch y Vázquez, 1989). 
El texto referido a las “Estructura para las comunidades aborígenes de Cuba”, 
publicado en 1990, es contentivo del pensamiento creador del cientista quien 
propone y argumenta un sistema de periodización y clasificación de las comunidades 
aborígenes precolombinas donde sostiene sus posiciones en relación a la 
importancia de la actividad económica e indaga en las peculiaridades que matizan 
cada contexto y sus tradiciones. 
Estas consideraciones suscitan un debate teórico desarrollado junto a los 
investigadores del Departamento Centro Oriental de Arqueología, en el cual enfatiza 
en una definición de etapas, a diferencia de la propuesta hecha por el Dr. C Ernesto 
E. Tabío en su periodización de 1979. 
La nueva estructura para la clasificación y periodización de las comunidades 
aborígenes cubanas precolombinas tomó en cuenta las etapa, fases y el desarrollo, 
como variante cultural, que alcanzaban las comunidades en cada uno de los 
períodos y años A.P. 
 
 Esquema de estructura para las comunidades aborígenes de Cuba 
 
 Etapa Fase y desarrollo Variante cultural Períodos Años AP 
 
 ECONOMIA III – Maisí 700-500 
 
 PRODUCTORA: - Bayamo 850-500 
 
 -------------------------- AGRICULTORES 
 (Comunidad gentilicia II - Cunagua 900-500 
 
 
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 desarrollada, - Jagua 900-500 
 
 agricultura, pesca, caza, 
 - Baní 1000-500 
 recolección y captura). 
 I - Damajayabo 112-500 
----------------------------------------------------------------------------------------------------- 
 
ECONOMIA DE APROPIACIÓN: 
(Comunidad gentilicia PROTOAGRI- 
primitiva, pesca, caza, CULTORES 
recolección, captura, II – Mayarí 1500-700? 
cultivo incipiente de 
plantas) I - Canimar 3000-1500 
 
 
 PESCADORES – 
 RECOLECTORES 
 I - Guanahacabibes 3300-500 
 
 II- Guacanayabo 3500-900 
 
 CAZADORES 
 Seboruco 10000-3300 
La estructura desarrollada por Guarch atiende, en primer término, los 
aspectos económicos característicos y su evolución general, pero no 
exclusivamente, ya que aborda, de manera sucinta, los complejos culturales y en la 
medida de las posibilidades, la base étnica de la vida espiritual, con las limitaciones 
del caso, a través de una óptica, en lo fundamental arqueológica. 
Así las etapas pueden entenderse como: 
 a) Etapa de la comunidad gentilicia primitiva (Economía de apropiación) 
 
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 En esa etapa se incluyen todos aquellos grupos humanos que en Cuba 
tuvieron una economía basada en la pesca, la caza, la recolección y en ciertos 
casos, el cultivo incipiente de plantas, sin que este último implique el criterio de una 
agriculturización de las mismas. 
b) Etapa de la comunidad gentilicia desarrollada (Economía productiva) 
Esa etapa no es un producto neto de la etapa anterior como un desarrollo 
local, a partir de un período formativo, sino que sus elementos fundamentales 
arribaron a estas tierras perfectamente delimitados, aunque como es natural, 
evolucionaron en el espacio y en el tiempo, además de recibir, por contacto y por 
transculturación, un buen cúmulo de elementos transculturales en forma de 
tradiciones económicas y en especial, técnico-estadísticas de la etapa anterior. 
 
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En la obra Ecuaciones para establecer el proceso productivo de la gestión 
subsistencial dependiente de la fauna, el Doctor en Ciencias José Manuel Guarch 
realiza un análisis pormenorizado de las investigaciones hechos por varios 
científicos en relación con la gestión subsistencial de las comunidades estudiadas y 
de los hallazgos arqueológicos encontrados, a partir de lo cual elabora un conjunto 
de ecuaciones donde se puede conocer con un mayor grado de cientificidad las 
actividades productivas que se desarrollaban y los miembros de la comunidad que 
las realizaban. 
El proceso de gestión económica se medía por las cantidades de evidencias 
de cada especie animal halladas en las excavaciones, aplicándoles un cálculo 
porcentual para establecer la necesaria correlación relativa, entre números 
absolutos, y total general. Por otra parte, la identificación de los animales facilitaba 
además la reconstrucción histórica no sólo de las comunidades primitivas, sino que 
también aportaba datos sobre el contexto. 
Todo esto conllevaba al desarrollo de otro método más explicativo del 
fenómeno. De esta manera era imprescindible la identificación y cuantificación de la 
fauna presente en la muestra arqueológica obtenida mediante excavaciones 
controladas. Así era posible identificar mejor área de influencia económica de los 
antiguos moradores del sitio en estudio, al menos referida a los aspectos faunísticos. 
Era necesario también calcular el peso promedio de las especies representadas en 
el contexto, estos dos elementos, peso y número de ejemplares

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