Logo Studenta

10_BIC_Octubre_2013_p93-96

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Vol. 24, Número 10, Octubre 2013 93
¿Tienen el suicidio y la
conducta suicida una base
biológica específica?
■ El suicidio es, sin lugar a dudas, un problema importante 
de salud pública a nivel mundial. Los datos epidemiológi-
cos calculan que en el mundo se suicidan alrededor de un 
millón de personas cada año. El problema adquiere particu-
lar importancia en el campo de la salud mental debido a que 
se estima que en el 90% de los casos hay asociación con 
algún padecimiento mental o con el consumo de sustancias 
adictivas. Sin embargo, no se puede dejar a un lado que 
en los fenómenos complejos, como éste, intervienen causas 
multifactoriales incluyendo a las psicosociales. Por ejem-
plo, hay evidencia documentada de que entre los suicidas 
con enfermedades mentales el 60% de los casos correspon-
den a individuos con trastornos del estado de ánimo como 
la depresión mayor y el trastorno bipolar; pero a pesar de 
que las ideas de muerte son frecuentes en estos pacientes, 
sólo una proporción intenta suicidarse y una cantidad aún 
más baja lo logra (entre el 3 y el 13%). Además de estos 
trastornos, otras condiciones patológicas relacionadas con 
el suicidio son la conducta impulsiva agresiva, el estrés y 
las situaciones de abuso durante la infancia. Con esto se in-
fiere entonces que aunque la enfermedad mental es el prin-
cipal factor de riesgo, para que el suicidio o la conducta 
suicida se presenten se requiere de la participación de otros 
elementos adicionales.
Muchos investigadores en este campo consideran que 
además de los factores psicosociales deben tomarse en 
cuenta a los determinantes biológicos de predisposición 
que, adicionados a los primeros, favorecerían la generación 
de esa conducta. Es por ello que en los últimos años se 
han incrementado las investigaciones para determinar qué 
factores genéticos y neurobiológicos muestran una mayor 
asociación con el suicidio. Es claro que la genética tiene 
una participación importante: el riesgo de suicidio es ma-
yor entre los familiares de individuos que han intentado o 
que han logrado suicidarse; también se ha podido demos-
trar que la predisposición genética al suicidio es indepen-
diente al de la predisposición a las mismas enfermedades. 
Diversos estudios en este tipo de casos han mostrado una 
asociación entre la actividad serotoninérgica y la conducta 
impulsiva y el estrés, datos que proporcionan información 
fundamental que asocia a la serotonina con la patofisiología 
del suicido.
El que no toda ideación o conducta suicida de los indi-
viduos con trastornos del estado de ánimo termine en un 
suicidio consumado, hace considerar que es muy posible 
que exista una diferencia neurobiológica entre la depresión 
y la conducta suicida propiamente dicha. Los primeros es-
tudios sobre el suicidio se enfocaron a estudiar a pacientes 
con conducta suicida a los cuales se les dio seguimiento, 
identificando a los que eventualmente se suicidaron. Estos 
trabajos han proporcionado información básica sustan-
cial que se ha complementado con estudios subsecuentes 
en tejido post mortem del cerebro de dichos individuos, y 
que ha permitido estudiar parámetros cerebrales en detalle. 
Muchos de ellos han proporcionado datos neurobiológicos 
de importancia relativos a ciertas anormalidades en el siste-
ma de la serotonina (5HT), el sistema neuroendócrino y en 
otros sistemas de neurotransmisión cerebral. Otro aspecto a 
considerar es que el suicidio es la segunda causa de muerte 
entre los adolescentes, por lo que los factores de riesgo en-
tre ellos y los adultos podrían ser iguales, o bien, diferentes. 
Por ejemplo, algunos factores psicosociales son exclusivos 
de los adolescentes como el estrés, el acoso y la victimiza-
ción entre compañeros. Sin embargo, los estudios neuro-
biológicos del suicidio en adolescentes son muy escasos y 
no proveen suficiente información para determinar si estos 
difieren o no del de los adultos. Sabemos de lo limitado que 
resulta estudiar al cerebro humano para identificar alguna 
psicopatología o respuesta clínica. Los estudios de tejido 
post mortem así como las técnicas de neuroimagen cerebral 
han aportado información útil, aunque limitada, sobre la 
bioquímica celular incluyendo la relacionada con recep-
tores y con mecanismos de señalización. Una aportación 
adicional es la llevada a cabo en modelos periféricos como 
las células de la sangre, el líquido cefalorraquídeo (LCR), 
el plasma y la orina. Éstos, aunque con las limitaciones de 
los modelos periféricos, han proporcionado información 
básica que ha sido de gran utilidad. A continuación se des-
criben algunas de estas aportaciones que aparecen en un 
importante artículo de revisión del tema.
Sistema de la serotonina.- Las principales neuronas que 
producen 5HT en el cerebro se localizan en los núcleos del 
rafé. Como se observa en la figura, a partir de esta área tienen 
una amplia distribución en diversas zonas del encéfalo so-
bresaliendo los ganglios basales y la neocorteza (figura 1).
Las anormalidades del sistema serotoninérgico son unas 
de las más implicadas en la conducta suicida y en el suicidio, 
generándose a partir de los primeros trabajos de medición 
de la 5HT y de su metabolito: el ácido 5-hidroxi-indol-acé-
tico (5HIAA) en el LCR y en la sangre. También la infor-
mación se derivó de los trabajos efectuados en plaquetas y 
en tejido cerebral post mortem, así como en estudios de reto 
neuroendocrinológico. El problema ha sido que muchas de 
las anormalidades encontradas (reducción de 5HIAA en 
94 Vol. 24, Número 10, Octubre 2013
LCR e incremento del receptor 5HT2A en plaquetas) no son 
exclusivas de este tipo de pacientes sino que también se han 
identificado en sujetos con esquizofrenia y con adicciones. 
Sin embargo, la relación que se ha establecido entre la 5HT 
y el suicidio se debe a que se ha identificado que la acción 
suicida se asocia tanto a la depresión como a los rasgos 
impulsivos y de agresividad, los cuales, a su vez, se aso-
cian a disfunciones de la 5HT. Muchos estudios sugieren 
un fuerte involucramiento de los mecanismos reguladores 
de la 5HT con el suicidio, si bien no todos los trabajos tie-
nen la misma consistencia. Indiscutiblemente el elemento 
que generó la relación entre la 5HT y el suicidio derivó de 
los trabajos efectuados sobre la medición de 5HIAA en el 
LCR en estos pacientes. Los estudios pioneros de Äsberg 
y colaboradores encontraron una distribución bimodal en 
los niveles de 5HIAA en pacientes deprimidos: quienes te-
nían antecedentes de intentos de suicidio se ubicaban pri-
mordialmente en el grupo con niveles bajos del metabolito. 
Estos datos se replicaron en algunos estudios posteriores 
pero no en todos. Sin embargo un meta-análisis demostró 
que tanto los pacientes con intentos como los de suicidio 
consumado mostraban niveles más bajos en comparación 
con los pacientes sin este tipo de condición. Los niveles 
de 5HT también se han determinado en el plasma y en las 
plaquetas, encontrándose una correlación negativa entre los 
intentos de suicidio y las concentraciones. En conjunto, los 
estudios de niveles de 5HT y de su metabolito principal en 
el LCR y en la sangre de sujetos con conducta suicida son 
consistentes y sugieren una relación entre niveles bajos de 
5HT en sangre y conducta suicida, lo que contrasta con los 
hallazgos post mortem en el cerebro en los que los datos no 
son lo suficientemente consistentes.
Figura 1. Sistema de la serotonina.
Hipotálamo
Ganglios basales
TálamoNeocortex
Núcleos del rafé
A la médula espinal
Lóbulo temporal
Cerebelo
Estudios con receptores.- A la fecha se han identificado 
13 subtipos de receptores de la 5HT. Se resumen en el si-
guiente esquema: 
Receptores de 5HT
 5HT1 5HT2 5HT3 5HT4 5HT5 5HT6 5HT7
 5HT-1A 5HT-2A
 5HT-1B 5HT-2B
 5HT-1D 5HT-2C
Entre ellos, los subtipos 5HT2A y 5HT1A son los que más 
se han estudiado en relación al suicidio. De ellos, sólo el 
primero tiene presencia en las fuentes periféricas. Varias 
investigacioneshan encontrado en forma consistente que el 
número máximo de sitios de unión de los receptores 5HT2A 
(Bmax) se encuentra elevado significativamente en los pa-
cientes deprimidos. Si se les divide entre suicidas y no sui-
cidas el incremento es definitivamente mayor en los prime-
ros. Estos mismos hallazgos con otros procedimientos se 
han corroborado también en pacientes suicidas con otro tipo 
de diagnóstico (esquizofrenia, bipolares, esquizoafectivos). 
Las diferencias más claras se han encontrado en los bipola-
res y en los esquizoafectivos. La determinación de la Bmax 
en estos receptores también se ha analizado como factor de 
predicción de la conducta suicida. De acuerdo con algunos 
estudios esta medición tiene una sensibilidad de 55% y una 
especificidad del 90% para predecir la conducta suicida. Sin 
embargo este mismo receptor estudiado en tejido post mor-
tem del cerebro de suicidas no ha encontrado diferencias en 
este parámetro entre víctimas y controles, pero se ha con-
siderado que estas discrepancias son debidas a diferencias 
metodológicas. Por el contrario, algunas investigaciones al 
estudiar la expresión del ARNm para receptores 5HT2A en 
la corteza prefrontal de suicidas, encuentran que éste mues-
tra una expresión significativamente elevada cuando se le 
compara contra sujetos no suicidas.
Estudios neuroendócrinos.- Los estudios neuroendócri-
nos, que se consideran como una “ventana al cerebro” son 
otro método útil para estudiar la función serotoninérgica 
central utilizando fuentes periféricas. Con la aplicación de 
estos procedimientos un estudio encontró que, comparados 
con los controles, los niveles de cortisol inducidos por el 
precursor de la 5HT, el 5-hidroxitriptofano, estuvieron sig-
nificativamente más aumentados en pacientes deprimidos 
Vol. 24, Número 10, Octubre 2013 95
con antecedentes de intentos de suicidio. De igual manera, 
otro trabajo mostró que los niveles de prolactina con el reto 
de la d-fenfluramina fueron más bajos que los controles en 
pacientes con antecedentes de intentos.
Sistema de la noradrenalina.- Tal como se mencionó pre-
viamente, los estudios de los neurotransmisores relacionados 
al suicidio se han llevado a cabo básicamente con la 5HT; sin 
embargo, algunas investigaciones han tratado de dilucidar el 
papel de la noradrenalina en este mismo fenómeno. Éstas se 
han dirigido a la determinación de su principal metabolito: 
el 3-metoxi-4-hidroxifenilglico (MHPG), tanto en sangre 
como en orina y en el LCR. Desafortunadamente estos es-
tudios han generado resultados muy discrepantes que hacen 
difícil llegar a datos precisos. Por ejemplo, mientras que en 
un estudio se reportó que los pacientes deprimidos con in-
tentos de suicidio tuvieron niveles más bajos de MHPG en 
orina y en plasma comparados con los pacientes sin intentos, 
otro trabajo encontró que los primeros mostraban niveles 
más elevados del mismo metabolito en LCR.
Estudios con receptores.- Se ha documentado una capaci-
dad aumentada de unión a los receptores β-adrenérgicos en 
la corteza frontal de pacientes que se suicidaron. También 
se ha encontrado un incremento de la Bmax de estos mismos 
receptores en las capas externas de la materia gris de los 
suicidas. Por lo que respecta a los receptores adrenérgicos 
α, los datos más claros corresponden a los del subtipo α-2 
los cuales se han identificado aumentados en la corteza y el 
hipocampo de suicidas.
Sistemas de segundos mensajeros.- El papel de los sis-
temas de señalización en los cerebros de los suicidas se ha 
determinado con el estudio de los componentes principa-
les de las cascadas de señalización: el fosfoinositol (PI), la 
adenilciclasa (AC), la vía Wnt y la vía de la proteíncinasa 
activada por mitógeno (MAP). Algunos ejemplos de estos 
trabajos son los siguientes: se ha identificado una reducción 
de la proteíncinasa C (PKC) en fracciones de la membrana 
y del citosol de cerebros de suicidas; también se han iden-
tificado reducciones en la actividad de la PKA; en cuanto 
al factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) se ha 
encontrado una reducción en la proteína y en la expresión 
de su ARNm en suicidas adolescentes, básicamente en la 
corteza prefrontal.
El eje hipotálamo-pituitaria-adrenal (HPA).- Este sistema 
endócrino también ha sido utilizado para estudiar los aspec-
tos biológicos del suicidio sobre todo en tejido post mortem 
(figura 2).
Se ha identificado una importante reducción del número 
de sitios de unión del receptor del factor liberador de la 
corticotropina (FLC) en la corteza frontal de sujetos depri-
midos, tanto fallecidos por suicidio como por otras causas; 
al momento es difícil identificar qué tipo de receptores es-
tán afectados y si esto difiere entre sujetos suicidas y no 
suicidas. Los estudios con los dos receptores intracelulares 
de los glucocorticoides: los mineralocorticoides y los glu-
cocorticoides, no han arrojado información útil, y aunque 
un solo estudio ha encontrado una expresión reducida de 
los primeros en adolescentes suicidas, este hallazgo no ha 
sido replicado por otros.
Sistema neuroinmune (citocinas).- Las citocinas son mo-
léculas de bajo peso molecular constituidas por 120-180 
aminoácidos, que si bien están producidas básicamente por 
los leucocitos, algunas pueden también ser secretadas por 
otros muchos tipos celulares. Sus efectos biológicos son 
muy variados: no sólo participan en las respuestas inmu-
nes, sino que algunas están implicadas en la embriogénesis 
y otras juegan un papel clave en procesos neuroinmunes y 
neuroendocrinos además de que funcionan como regulado-
ras de actividades celulares tales como la diferenciación, 
la migración, la supervivencia y la muerte celular. Hay 
cierta evidencia, tanto directa como indirecta, que sugiere 
una relación entre una disfunción inmune y el suicidio. Se 
ha encontrado, por ejemplo, en tejido cerebral de suicidas 
un incremento de microgliosis; se ha encontrado también 
en los suicidas un aumento de la expresión del ARNm de 
las interleucinas. No se han hecho estudios sistemáticos de 
citocinas en cerebros de suicidas, por lo que a la fecha no 
Figura 2. Figura esquemática del eje Hipotálamo-Pituitaria-Adrenal.
Hipotálamo - PVN
Pituitaria
Glándula adrenal
Médula
GLUCOCORTICOIDES
ACTH
CRH
AVP
96 Vol. 24, Número 10, Octubre 2013
hay un panorama claro sobre estos aspectos biológicos y su 
repercusión en la conducta suicida y los datos que se han 
obtenido sólo proporcionan indicios sugerentes de altera-
ciones en este nivel.
Toda esta información lleva a la conclusión de que posi-
blemente el principal objetivo de los estudios neurobiológi-
cos del suicidio sea el determinar si las alteraciones encon-
tradas puedan tener una aplicación clínica. Debido a que un 
factor principal del suicidio es su prevención, el contar con 
marcadores biológicos que identifiquen a sujetos de alto 
riesgo sería una aportación invaluable en este campo. No 
se debe dejar de considerar, como ya fue mencionado, que 
la conducta suicida es un fenómeno complejo y que el en-
tender mejor a sus aspectos neurobiológicos es una ayuda 
siempre que se integre al resto de los factores. Por otra par-
te, las aportaciones de la neurobiología podrían servir en un 
futuro para desarrollar medicamentos que tengan un efecto 
específicamente anti-suicida. Los trabajos que utilizan te-
jido post mortem de suicidio han servido para identificar 
algunos de estos aspectos, sin embargo no se puede dejar 
de mencionar que es difícil diferenciar si estos hallazgos 
son la causa o la consecuencia del suicidio. En conclusión, 
en las últimas décadas se han logrado avances importan-
tes para comprender mejor la neurobiología del suicidio, 
si bien aún es imposible determinar si estos factores sean 
realmente específicos del fenómeno. Es posible que en un 
futuro se cuente con conocimientos suficientes para poder 
aplicarlos clínicamente en la forma de marcadores bioló-
gicos, de prevención y de desarrollo de alternativas tera-péuticas.
Bibliografía
PANDEY GN: Biological basis of suicide and suicide behavior. Bipolar 
Disord, 15:524-541, 2013.

Continuar navegando