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Trabajo de Investigación. Reporte final. ______________________________________________________________ Investigación médica. Índice de Quetelet y consumo de bebidas de acuerdo a la Jarra del buen beber, en alumnos de primaria. Verenice Zarahí González Mejía*, Javier David Prado Rodríguez*, Ana Laura Jiménez Matínez*. Resumen Objetivo: Conocer la asociación del consumo de bebidas por nivel de la Jarra del buen beber y el Índice de Quételet en alumnos de primaria. Material y métodos: Estudio analítico transversal prospectivo. La población incluyó alumnos de quinto y sexto de primaria de Hacienda Guadalupe N.L, diciembre 2016. Los principales factores medidos fueron peso, talla, Índice de Masa Corporal (IMC), la preferencia de consumo, cantidad, frecuencia y clasificación del nivel de bebida. Se realizó estadística descriptiva y correlación de Spearman como estadística inferencial. SPSS v.20. Resultados: Se realizaron 59 encuestas, el rango de edad fue de 9 a 12 años (m 10.39 ± DE 1.067).Se encontró que existe mayor porcentaje de pacientes con peso normal (54.2%), seguido de aquellos con sobrepeso (23.7%), después los que tenían obesidad (20.4%) y por último aquellos con presencia de bajo peso (1.7%). La estadística inferencial reportó asociación entre IMC y preferencia de consumo de red bull (ρ.311, Sig .016), agua natural (ρ-.332, Sig .01), así también coca cola light con IMC (ρ.430, Sig .001) y peso (ρ .369, Sig.004). Discusión: Anteriormente la relación entre bebidas azucaradas y peso corporal era controversial; en la actualidad la mayoría de los estudios científicos y revisiones de la literatura sugieren que la ingesta de bebidas azucaradas o con edulcorantes artificiales contribuye a la ganancia de peso. Palabras clave: IMC, Jarra del buen beber. Index of Quetelet and consumption of beverages according to the good drink jar. Abstract Objective: To know the association of the consumption of beverages by level of good drink jar and the Quetelet Index in elementary students. Material and methods: Prospective cross-sectional analytical study. The population included students of fifth and sixth grade of Hacienda Guadalupe N.L. In December 2016. Main factors measured were weight, height, body mass index (BMI), consumption preference, quantity, frequency and classification of beverage level. Descriptive statistics and Spearman correlation were performed as inferential statistics. SPSS v.20. Results: 59 surveys were performed, ranging from 9 to 12 years (m10.39±SD 1.067). A higher percentage of patients with normal weight (54.2%) were found, followed by those with overweight (23.7%), obese (20.4%) and those with low weight (1.7%). Inferential statistics reported an association between BMI and preference for red bull consumption (ρ.311, Sig .016), water (ρ-.332, Sig .01), also coca cola light with BMI (ρ.430, Sig .001) and weight (ρ .369, Sig.004). Discussion: Previously, the relationship between sugary drinks and body weight was controversial. At present most of the scientific studies and reviews of the literature suggest that the intake of sugary drinks or with artificial sweeteners contributes to weight gain. Key words: BMI, good drinking jar. *Medicina, Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Montemorelos. Correspondencia: daics@um.edu.mx . Avenida Libertad 1300 pte. Barrio Zaragoza. C.P.67530 Montemorelos, Nuevo León. Tel. 826 30955 ext.4007. Introducción La epidemia de obesidad en los niños sigue aumentando y está afectando a todos los continentes. Según el informe 2010 de la IASO/International Obesity Task Force, se estima que a nivel mundial 40-50 millones de niños en edad escolar se clasifican como obesos y 200 millones padecen exceso de peso. La obesidad infantil ha sido denominada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una “epidemia emergente”. Existen múltiples factores implicados en la obesidad, los de mayor importancia son los hábitos dietéticos y la actividad física, en cuanto a los patrones de alimentación con el tiempo han ido cambiando desfavorablemente, donde la ingesta de alimentos de alta densidad energética ricos en grasa, azúcares y de bebidas azucaradas está aumentando en todo el mundo, explicando en parte el continuo aumento de la adiposidad en niños y probablemente contribuyendo al incremento mundial de la obesidad.1 Se estima que para el año 2018 los niños de México tendrán los índices más altos de obesidad a nivel mundial y aproximadamente entre 30 y 35% de la población infantil menor de dos años padecerá problemas de sobrepeso. Esta situación se ha relacionado con las transiciones demográficas, epidemiológicas y nutricionales, que nos explican cambios importantes en la cultura alimentaria de nuestro país. Otros factores asociados son la adopción de estilos de vida poco saludables y los acelerados procesos de urbanización en los últimos años. De seguir la tendencia como hasta ahora, no habrá recursos suficientes que alcancen a paliar los estragos que esta pandemia puede causar a la sociedad mexicana. Ya que esta predice la obesidad en el adulto y es un factor de riesgo para enfermedades crónicas degenerativas que son las principales causas de internamiento, ingreso-egreso hospitalario y muerte.1 La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012 reportó que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población infantil fue de 34.4 % (19.8 y 14.6 %, respectivamente); 32 % para las niñas (20.2 y 11.8 %, respectivamente) y 36.9 % para los niños (19.5 y 17.4 %, respectivamente). Estas prevalencias en niños en edad escolar representan alrededor de 5,664,870 niños con sobrepeso y obesidad en el ámbito nacional, y la región noroeste de México es la que tiene la mayor prevalencia, la cual está 12 % arriba de la media nacional, en donde el estado de Nuevo León cuenta con una prevalencia de 13.2% en menores de 5 años.2 En el estado de Nuevo León, 7 de cada 100 niños y niñas menores de cinco años de edad tienen sobrepeso. Poco más de una cuarta parte de los niños en edad escolar y un tercio de los adolescentes presentan exceso de peso, es decir, una combinación de sobrepeso más obesidad.3 En las últimas décadas, el consumo de bebidas azucaradas ha estado incrementando alarmantemente alrededor del mundo.4, 5,6 México no ha sido la excepción, convirtiéndose en el mayor consumidor de refrescos a nivel mundial, rebasando a los Estados Unidos con un consumo mayor a los 163 litros por persona al año y nuestra población infantil ya rebasa en sobrepeso y obesidad a la estadounidense ocupando también el primer lugar. El consumo de bebidas en México es la principal fuente de calorías, cerca de una cuarta parte provienen de estas bebidas. La Secretaría de Salud ha señalado que el alto consumo de energía a través de las bebidas es una de las causas principales de la epidemia de sobrepeso y obesidad. Donde las consecuencias de la obesidad han rebasado ya la capacidad de respuesta del sistema de salud pública y se prevé que en 6 años requerirán 170 mil millones de pesos, todo el presupuesto de la Secretaría de Salud.7 Las bebidas azucaradas tienen un alto contenido energético, un alto índice glucémico y un bajo índice de saciedad, lo que puede producir mayor consumo de alimentos después a su ingesta.8 Hallazgos de diversos estudios epidemiológicos, han mostrado consistentes asociaciones entre consumo de refrescos y ganancia de peso y obesidad, tanto en niños, adolescentes, y en adultos.9, 10,11 En el estudio de Schulze, se comprobó que la ingestión de 450 Kcal a partir de bebidas azucaradas a base de frutas producía un significativo aumento del IMC, aumento que no se produjo cuando la misma cantidad de fruta era consumida en forma sólida por los mismos 1 individuos. Se propone que en líquido se podría consumir más calorías incluso que en alimentos sólidos, lo que puede estar asociado con un aumento del Índice de Masa Corporal (IMC) o Quételet.1 A pesar de ello, es un factor de riesgo de obesidad que no ha recibido suficiente atención.4 Los resultadosde un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública de México revelaron que, según lo declarado por los niños, solamente 28,1% de su consumo total de líquidos corresponde a agua o infusiones sin cafeína ni azúcar, contra 44% correspondiente a bebidas de alto valor calórico tales como líquidos azucarados con y sin gas (refrescos), aguas de sabores, bebidas endulzadas con sabor a fruta y néctares.2 Maupome y col. mostraron que, en la Ciudad de México, 82.5% de sujetos mayores de 10 años tomaban en promedio 1.7 (612 ml) refrescos al día (488 refrescos por persona al año).12 Las guías nutricionales en México se han enfocado hasta el momento en los alimentos, a pesar de que la ingestión de energía proveniente de las bebidas azucaradas representa 21% del consumo total de energía de adolescentes mexicanos, siendo una verdadera preocupación para la salud pública en México. Por esta razón se crea “La Jarra del Buen Beber”, que es una guía en la cual se ilustran las recomendaciones de bebidas saludables para la población mexicana, donde se clasifican las bebidas por 6 niveles, colocándose al agua en el nivel 1 (es decir, las bebidas que deben consumirse con frecuencia) y las bebidas azucaradas, con alto valor energético, en el nivel 6 (siendo las bebidas que deben consumirse de forma esporádica),13 cada nivel representa la proporción de cuanto se debe tomar de cada líquido, formándose la clasificación siguiente: Figura 1. Jarra del Buen beber: Niveles de las bebidas de acuerdo a azúcares. Los estudios publicados recientemente en la revista New England Journal of Medicine, mostraron que niños escolares y adolescentes que consumían una bebida azucarada (8 onzas/250 ml) por día durante un lapso de 12 a 18 meses, aumentaron de peso más que los niños y adolescentes de la misma edad que recibieron bebidas libres de azúcar, sin calorías.14 Por lo que se tuvo por objetivo, contestar la pregunta de investigación: ¿Hay asociación entre el consumo de bebidas por nivel de la Jarra del Buen Beber y el Índice de Quételet en los alumnos de Hacienda Guadalupe N.L. en el periodo diciembre 2016? Material y Métodos Se realizó un estudio analítico, transversal, correlacional, prospectivo de tipo epidemiológico. Se aplicaron 59 encuestas con muestreo no probabilístico, seleccionando a todos los alumnos que cubrieron los siguientes criterios: niños de ambos géneros, que cursan el quinto o sexto año de primaria, edad entre 9 a 12 años y ser residente de Hacienda Guadalupe, Nuevo León. Se excluyeron a los alumnos con falta de consentimiento y asentimiento informado, aquellos que no desearon participar y/o con presencia de hipotiroidismo. Se eliminarían encuestas con datos insuficientes y negativa a participar en el estudio.El instrumento recolector de datos contenía los siguientes aspectos: factores socio-demográficos (edad, sexo), factores confusores (hipotiroidismo), variables clínicas (talla, peso e IMC), factores de consumo (preferencia, cantidad, frecuencia y clasificación del nivel de bebida). La hipótesis nula fue: no existe 2 asociación entre el consumo de bebidas por nivel de la Jarra del buen beber y el Índice de Quetelet (IMC) por tablas de percentiles en niños de quinto y sexto de Hacienda Guadalupe, Nuevo León. Para el análisis estadístico se utilizó el paquete IBM SPSS Statistics 20 donde se obtuvo la estadística descriptiva y la correlación de Spearman como estadística inferencial.La recolección de datos fue mediante una encuesta que contenía los aspectos anteriormente mencionados, la cual fue aplicada por el médico pasante, previa a su realización se recibió consentimiento informado de los padres o tutores con su autorización, toda la información obtenida se manejó con confidencialidad, sin presentar algún riesgo físico, social o legal. Resultados La población de estudio estuvo compuesta por 59 alumnos, de los cuales ninguno fue eliminado ya que todos cumplieron con los criterios previamente establecidos. En donde 42.4% fueron masculinos (n=25) y 57.6% fueron femeninos (n=34). El rango de edad de los alumnos fue de 9 a 12 años (m 10.39, DE 1.067) siendo la edad de 10 años la de mayor frecuencia con 33.9% y la de menor frecuencia con 20.3% aquellos con 12 años; tal como representa la gráfica 1. Gráfica 1. Pirámide poblacional. Gráfica 2. Porcentajes de índice de masa corporal. El rango de talla (cm) fue de 130 a 160 cm (m 146.02± DE 7.696) en donde 1.7% presentó talla baja, 69.5% obtuvo talla promedio siendo la más frecuente, 13.6% presentó talla normal alta y 15.2% talla alta. Ver tabla 1. El rango de peso (kg) fue de 22 a 66 kg (m 43.56±DE 10.839) en donde 1.7% presentó desnutrición y delgadez para cada uno, 57.6% obtuvo peso normal siendo el más frecuente, 23.7% presentó sobrepeso y 15.3% resultó con obesidad. Ver tabla 1. Variables Mínimo Máximo Media Desviación estándar Edad 9 12 10.39 1.067 Talla (cm) 130 160 146.02 7.696 Peso (kg) 22 66 43.56 10.839 IMC (kg/m2) 13 28 20.23 3.775 Tabla 1. Datos descriptivos de la muestra. El rango de IMC fue de 12.7 a 27.6 kg/m2 (m 20.229± DE 3.7), en donde se encontró que 1.7% presentó bajo peso, 54.2% obtuvo peso normal siendo este el más frecuente. El percentil acumulado de arriba del peso normal es de 43.8% distribuido de la siguiente manera: 23.7% 3 sobrepeso y 20.4% obesidad. Gráfica 2. En la tabla 2, se presenta las veces que es consumida una bebida por semana, llama la atención el consumo de cada bebida, sobresaliendo refrescos de sabor con 93.2%, contrastando que según el nivel de Jarra del buen beber (6) se deben consumir 0 vasos y siendo el menor; el consumo de agua (nivel 1) con 62.7%, que de acuerdo a la Jarra del buen beber debería de ser el mayor consumo. Hay un porcentaje de 37.3% que reporta nunca consumir agua, solamente 27.1% la consume más de una vez al día, cuando según el nivel de la Jarra del buen beber, el nivel 1 se deberían consumir de 6-8 vasos. Bebida Nivel 1 a 2 veces 3 o 4 veces 5 a 6 veces Cada díaMás de 1 vez Consumo total Nunca Refresco de sabor 6 59.3% 16.9%6.8 % 1.7% 8.5% 93.2% 6.8% Aguas frescas caseras 5 33.9% 22% 10.2% 0% 13.6 79.7% 20.3% Jugos naturales 5 30.5% 15.3%11.9% 5.1% 13.6% 76.4% 23.7% Coca cola 6 28.8% 15.3%11.9% 5.1% 11.9% 73% 27.1% Agua natural 1 16.9% 10.2%5.1% 3.4% 27.1% 62.7% 37.3% Bebidas edulcorantes 4 30.5% 11.9%5.1% 0% 13.6% 61.1% 39% Licuados de frutas con azúcar o miel 5 35.6% 3.4%6.8% 3.4% 11.9% 61.1% 39% Tabla 2. Porcentajes de frecuencia por semana de consumo de bebidas de acuerdo a la Jarra del buen beber. De 32 alumnos que reportan nulo y bajo consumo de agua destacan que 66% (n=21) se encuentran en sobrepeso y obesidad según su IMC vs 34%(n=11) de peso normal e IMC. (Asociación lineal por lineal Sig .011). Estadística Inferencial Se utilizó la correlación de Rho de Spearman para correlacionar las variables ordinales, buscando asociación entre IMC (peso y talla) y la preferencia (frecuencia de consumo por tipo de refrescos). Se encontró asociación entre el IMC y coca cola light (ρ.430, Sig .001) y red bull (ρ.311, Sig .016). Interpretando que a mayor consumo de coca cola light y red bull, habrá mayor IMC. Ver gráfica 5 y 6. 4 Gráfica 5 y 6. Distribución por consumo de coca cola light y red bull según el IMC. La asociación existente entre la preferencia sobre el IMC también reportó correlaciones negativas, tales como: jugos naturales (ρ-.370, Sig .004) y agua natural (ρ-.332, Sig .01). Por lo que a menor consumo de jugos naturales y agua natural habrá un mayor IMC en los escolares. Ver gráfica 7 y 8. Gráfica 7 y 8. Distribución por consumo de jugos naturales y agua natural según el IMC. El resto de las bebidas cruzadas a IMC presentó valores no significativos, sin embargo mostró tendencias negativas que llaman la atención, Ver tabla 3. Interpretando que: a menor consumo de las bebidas de la tabla, hay una tendencia a mayor IMC y/o a mayor IMC menor consumo. 5 Bebidas Correlación (ρ) Refresco de sabor -0,009 Gatorade -0,178 Café con azúcar -0,082Leche entera -0,128 Bebidas endulcorantes -0,128 Licuados de frutas con azúcar o con miel -0,182 Aguas frescas caseras -0,235 Tabla 3. Tendencias de IMC y bebidas, con valor negativo. Para analizar esas tendencias, se separó peso de talla, buscando las asociaciones significativas y las tendencias. La variable peso, reportó correlación estadísticamente significativa con coca cola light (ρ.369, Sig. 0.004) y jugos naturales (ρ -.283, Sig.0.03). Interpretando que: a mayor consumo de coca cola light y menor consumo de jugos naturales hay mayor peso. En cuanto a la asociación entre la talla de la muestra y la preferencia del consumo de bebidas, solamente se encontraron tendencias negativas: coca cola (ρ -0,113), pepsi cola (ρ -0,186), red bull (ρ -0,018), gatorade (ρ-0,121), jugos naturales (ρ -0,059), café sin azúcar (ρ -0,028), bebidas edulcorantes (ρ-0,076), agua natural (ρ -0,079), leche descremada (ρ -0,051), aguas frescas caseras (ρ -0,035). Estadísticamente no significativo. La tendencia sugiere que a mayor talla (que repercute en el IMC) y edad, menor consumo de estos productos. La edad y el género mostraron correlaciones negativas como se muestran en la tabla 4, en donde los escolares menores, prefieren el consumo de refrescos de sabor, coca cola, jugos naturales, bebidas edulcorantes, agua natural, licuados de frutas y aguas frescas caseras, no así el consumo de coca cola, el cual incrementa al igual que la edad del que la consume. Los alumnos de sexo masculino prefieren el consumo de café con azúcar y licuados de frutas. Bebidas Edad Género Correlación (ρ) Sig. Correlación (ρ) Sig. Refresco de sabor -.288 0.027 -.078 0.555 Coca cola light .278 0.033 -.008 0.953 Coca cola -.333 0.01 -.137 0.299 Pepsi cola -.028 0.833 -.196 0.138 Gatorade -.111 0.403 -.253 0.054 Jugos enlatados -.182 0.167 -.254 0.052 Jugos naturales -355 0.006 -.091 0.494 Café con azúcar -.065 0.625 -.310 0.017 Leche entera -.195 0.139 -.015 0.909 Té con azúcar -.013 0.924 -.216 0.1 Té sin azúcar -.001 0.993 -.111 0.401 Bebidas edulcorantes -301 0.02 .044 0.739 Agua natural -.504 0 .014 0.918 Licuados de frutas con azúcar o miel -.311 0.016 -.289 0.027 Aguas frescas caseras -.399 0.002 -.031 0.815 Tabla 4. Correlaciones de edad y género según la bebida de preferencia. 6 Discusión Se encontró que más de la mitad de los escolares estudiados se encontraban en peso normal. Sin embargo, aquellos con edad de 10 años (33.9%) tuvieron mayor frecuencia de presentar obesidad. En la estadística inferencial se encontró asociación de IMC y peso con la preferencia de consumo de coca cola light y red bull, concluyendo que a mayor consumo de estas bebidas, existirá mayor IMC y peso. Anteriormente la relación entre bebidas azucaradas y peso corporal era controversial. La mayoría de los estudios científicos y revisiones de la literatura sugieren que la ingesta de bebidas azucaradas o con edulcorantes artificiales no contribuyen a la pérdida de peso, y en lugar de eso son vinculados al aumento de peso.8, 14 Los resultados de una revisión sistemática y meta-análisis de estudios prospectivos de cohorte y ensayos clínicos mostraron una asociación directamente proporcional entre el consumo global de bebidas azucaradas y el aumento de peso corporal en niños y adultos.15 En 2010 el Yale Journal of Biology and Medicine y su revisión de la literatura sobre los edulcorantes artificiales concluye que, "los estudios de investigación sugieren que los edulcorantes artificiales pueden contribuir al aumento de peso”.16 También según un artículo de International Journal of Pediatric Obesity de revisión de 2010 establece que "Los datos de grandes estudios epidemiológicos apoyan la existencia de una asociación entre el consumo de bebidas endulzadas artificialmente y el aumento de peso en los niños”; 17en esta muestra se identificó correlaciones positivas significativas específicamente a coca cola light y red bull. El resultado coca light asociado a un aumento de peso, concuerda con los reportes de consumo de bebidas entre los niños y adolescentes de 6 a 19 años, en donde el IMC se correlaciona positivamente con el consumo de bebidas dietéticas 18. En un estudio realizado en los EE.UU. con una muestra de más de 10.000 niños de 9-14 años de edad encontró que, para los niños, la ingesta de refrescos de dieta se asocia significativamente con el aumento de peso; todo esto como lo encontrado con la en escolares estudiados.19 Por otra parte en una revisión se encontró que algunas de las bebidas comerciales de mayor consumo en los niños superan la recomendación de azúcar de la OMS.20 Un reporte clínico expone, que la ingesta frecuente de bebidas energéticas deportivas en niños y adolescentes, ocasiona un exceso de calorías lo que conduce a un mayor riesgo de padecer sobrepeso u obesidad, así como los resultados obtenidos en el presente estudio sobre el consumo de red bull.21 En esta población no se encontraron asociaciones significativas acerca de la preferencia del consumo de bebidas y la talla de los escolares, sin embargo de acuerdo a los resultados se puede interpretar que los niños más grandes (con tallas más altas y por lo tanto mayores IMC) tienen tendencia a menor consumo de leche descremada, bebidas edulcorantes, aguas frescas caseras y natural. Eso puede concordar con selecciones propias de los adolescentes. Sin embargo la tendencia de pepsi cola, red bull (que si son bebidas que consumen los adolescentes) con talla inversamente proporcional, pudiera estar asociada al contenido de fósforo de las bebidas gaseosas. Desde años atrás se sabe que un aporte alto de fósforo impide la absorción de calcio y aumenta la cantidad de hormona paratiroidea, la cual puede disminuir la formación de huesos. El consumo habitual de refresco supone un aporte extra de fósforo, teniendo un efecto desmineralizante (descalcificación) del hueso. No se describe en los componentes del red bull el fósforo y es interesante entonces ver la tendencia que a talla más alta van consumiendo más red bull o visceversa. El red bull, como todas las bebidas energéticas, incluyendo el café con azúcar, no son consideradas para niños, por su contenido de cafeína, taurina. 20-23 En cuanto a las bebidas de mayor consumo en esta población, obtuvo el primer lugar el refresco de sabor con 93.2% de consumo total (alto contenido en fósforo y azúcares) y la de menor consumo fue el agua natural. Estas bebidas corresponden al nivel 6 y nivel 1 respectivamente de la jarra del buen beber y sin embargo es alarmante los hallazgos encontrados; denotando la discordancia de los malos hábitos que predominan en la población de escolares comparado con las recomendaciones del consumo de bebidas para la población 7 mexicana. Se sabe que el consumo de agua está implicados en procesos fisiológicos importantes en el organismo, por lo que cuando esta se consume poco afecta la salud de quien practica este mal hábito.13 Sugiere un papel potencialmente importante para el consumo agua en la reducción de la ingesta de energía, y por este medio un papel en la prevención de la obesidad, apoyando los resultados obtenidos sobre la ingesta de agua.22 En Alemania se realizó un ensayo aleatorizado para la promoción del consumo de agua con el objetivo de prevenir el sobrepeso. En el estudio se incluyeron 32 escuelas, aleatoriamente se seleccionaron 15 escuelas para el grupo control y 17 para el grupo de intervención. Después de la intervención, el sobrepeso se redujo en 31% en el grupo de intervención y el consumo de agua fue de 1,1 vasos por día mayor, en comparación con el grupo control, corroborando lo encontrado en el presente estudio en donde un menor consumo de agua habrá mayor tendencia al sobrepeso obesidad y viceversa.24 Los concentrados de jugo de frutas y bebidas carbonatadas, con alto contenido energético, alto índice glucémico y bajo índice de saciedad, inducen a mayor consumo de alimentos después de su ingesta, por consiguiente causando un aumento de peso y del IMC 25 así también en un estudio realizadoen Australia, se encontró que los niños que diariamente consumen jugos de frutas o bebidas azucaradas, de dos veces o más al día, tenían 1,7 (IC 95% 1,2-2,4) veces más probabilidades de tener sobrepeso u obesidad en comparación con aquellos que tomaban estas bebidas una vez o menos por semana.25-27 Hay concordancia con los hallazgos encontrados de jugo natural y agua en la presente investigación. Los resultados de un estudio realizado en adolescentes de edad escolar en Colombia, reportaron que en ambos sexos, la prevalencia de obesidad abdominal fue mayor en los escolares que respondieron consumir diariamente bebidas carbonatadas (23,3%), jugos ultra-procesados (13,2%) y bebidas té (9,7%).28 Las recomendaciones que se deben hacer hacia ésta población vulnerable son: salir a ejercitarse por los menos 30 minutos diarios y fomentar el hábito de cambiar las bebidas azucaradas y/o energéticas por agua natural. 8 Referencias 1. Rodríguez MA. Alarmante consumo de bebidas azucaradas y su asociación con la obesidad infantil. Nutrición (en línea) 2013; 1 (1001): 6-11. Disponible en: www.audyn.org.uy/sitio/repo/arch/Nutricinfebrero.pdf (consultado el 16 de febrero de 2015). 2. Théodore F, Bonvecchio A, Blanco I, Irizarry L, Nava A, Carriedo A. Significados culturalmente construidos para el consumo de bebidas azucaradas entre escolares de la Ciudad de México. Rev Panam Salud Pública. 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Por lo tanto, si fuera solamente colaborador, la investigación pertenece a la institución de quien depende el adscrito, (SSA, IMSS, ISSSTE, Instituto de la visión, en vinculación con la Universidad de Montemorelos). Siendo el autor principal, coautor o asociado, autorizo con el derecho parcial que me corresponde, a la Carrera de Medicina, utilizar la investigación para uso didáctico. También doy mi consentimiento, en dado caso que se considere oportuno, que mi trabajo sea enviado a concurso o a publicación, por parte de la Carrera de Medicina; en el entendido que cooperaré en lo que pueda o deba y que se me dará el crédito correspondiente, y de haber un reconocimiento gráfico o monetario será de mi pertenencia como autor principal y de mis asociados o asesores, si así firmáramos por convenio ellos y yo. Enterado, que si no hago ninguna actividad en pro de comunicar los resultados, pasado un año los asociados o asesores tienen ese derecho, según el comité Internacional de Médicos Editores (ICMJE) y Word Association Medical Editors. Entiendo además, que si la investigación que estoy entregando, es una investigación a la que me estoy anexando en mis prácticas clínicas, la investigación no pertenece a la Escuela por no ser autor principal, ni ser partícipes ninguno de mis asesores UM, la investigación presentada, habrá sido para uso exclusivamente ejercicio didáctico en mi persona, pero no puede apoyarme en la publicación o envío a concurso por no ser su derecho ni obligación. Dependiendo de la calificación que se me haya asignado en la Escuela por el Trabajo de Investigación, tengo derecho a solicitar una carta de “Realización de trabajo de Investigación” aunque no fuera presentado en Concurso o revista, que pueda anexar a mi currículum. Leyendo detalladamente, habiendo preguntado al surgir dudas, y haciendo notas aclaratorias correspondientes, firmo libre y con derecho. MPSS de Medicina Testigo. Dr. 11
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