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1 
INTERVENCIÓN GRUPAL EN FOCO MEDIANTE IMAGINERÍA EN 
NIÑOS/ADOLESCENTES CON DIFICULTADES EN EL MANEJO DE LA IRA 
 
 
1
Sally Vanega Romero 
Universidad Autónoma de Yucatán. Facultad de Psicología 
Correspondencia: svanega@uady.mx 
2
Ricardo Castillo Ayuso 
Universidad Autónoma de Yucatán. Facultad de Psicología. 
Correspondencia: rcastilloayuso@gmail.com 
3
José Paulino Dzib Aguilar. 
Universidad Autónoma de Yucatán. Facultad de Psicología 
Correspondencia: daguilar@uady.mx 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1 
Psic. Sally Venega Romero. 
Licenciatura en Enfermería por Universidad de la República (Uruguay). Lic. En Psicología (Promedio general 98.7) Con 
Reconocimiento otorgado por el Colegio de Psicólogos de Yucatán por haber obtenido el mejor promedio de Escuelas 
de Psicología de Yucatán.Testimonio de desempeño sobresaliente de CENEVAL (EGEL Psicología Clínica). Maestría 
en Psicología Clínica Infantil por la Facultad de Psicología de la UADY. (Promedio general 98.61). Doctorado 
Institucional en Ciencias de la Salud. (UADY). En proceso de redacción de tesis doctoral. 
2 
Psic. Ricardo Castillo Ayuso. 
Lic. en Psicología y Maestro en psicología Educativa por la Universidad Autónoma de Yucatán. 
Actualmente, ejerce como Psicólogo Clínico y es "Profesor Titular C", de la Facultad de Psicología de la Universidad 
Autónoma de Yucatán. 
Tiene la certificación como Psicoterapeuta por la Federación Latinoamericana de psicoterapia con el aval de la World 
Council for Psychotherapy. 
3 
Mtro. en Psic. José Paulino Dzib-Aguilar. 
Estudiante del Doctorado en Análisis Psicológico de los Problemas Sociales en la Facultad de Psicología de la 
Universidad Autónoma de Yucatán en convenio con la Universidad de Granada, España. Perito en Psicología. Maestría 
en Psicología por parte de la Universidad Autónoma de Yucatán. Especialidad en Psicología Clínica Infantil (UADY). 
Diplomado en Derecho de la Familia y Mediación Familiar. Diplomado en Terapia Breve. Diplomado en Criminología. 
Líneas de Investigación: “Psicofisiología de la Mentira”, “Validez, confiabilidad y objetividad de las metodologías 
periciales”, “Credibilidad del Testimonio”. 
mailto:svanega@uady.mx
mailto:rcastilloayuso@gmail.com
mailto:daguilar@uady.mx
2 
RESUMEN 
 
 
 
 
La Ira o enojo es una experiencia humana natural, universal y común. Es un estado 
emocional que puede variar desde una leve molestia o irritación hasta la furia o violencia 
desatada (Chon, 2000). Es una experiencia subjetiva y no siempre es señal de inestabilidad 
emocional, a veces suele ser saludable y funcional. En un nivel de intensidad leve o moderada 
es útil para el individuo, funciona como defensa y lo hace actuar de forma adecuada. Sin 
embargo, cuando se pierde el control, el enojo se torna destructivo tanto para el individuo como 
para quienes lo rodean (Allan, 2005). Los niños y adolescentes son especialmente propensos 
a enfrentar dificultades con la Ira ya que en esas edades se experimentan intensos 
sentimientos, fuertes cambios en el estado de ánimo y falta de experiencia en el manejo de 
emociones (Golden, 2003). El presente trabajo pretende brindar orientación a aquellas 
personas que en el cumplimiento de sus labores diarias enfrentan la responsabilidad de guiar a 
los pacientes o usuarios contra las reacciones de enojo. Plantea una revisión teórica de la 
emoción de Ira y de algunos programas que han resultado efectivos; finalmente se expone una 
propuesta de intervención terapéutica grupal, Intervención Grupal en Foco, que puede ser 
modificada o adecuada para su aplicación tanto en la práctica privada como en contextos 
institucionales. 
 
Palabras clave: Ira-Imaginería-Intervención Focal en Grupo-Emoción-Control de la ira 
 
 
 
 
ABSTRACT 
 
 
 
 
Anger is a natural and universal human experience. It is an emotional state that may 
range from mild discomfort or irritation to rage or violence unleashed (Chon, 2000). It is a 
subjective experience and not always a sign of emotional instability, often is usually healthy and 
functional. In a mild or moderate intensity is useful for the individual, works as a defense and 
does act appropriately. However, when you lose control, anger becomes destructive to both the 
individual and those around him (Allan, 2005). Children and adolescents are especially faces 
difficulties with anger because they experienced intense feelings, severe changes in mood and 
lack of experience in managing emotions (Golden, 2003). This document wants to provide 
guidance for people who work with patients with anger difficulties . Proposes a review and 
evaluation of the theoretical foundations of the emotion of anger and some programs that have 
shown effective in the area and finally the approach of a proposed therapeutic intervention 
group, Focused Group Intervention, that can be modified or suitable for application both in 
private practice as in institutional settings. 
 
Key words: Anger-Imaginary-Focused Group Intervention-Emotion- Anger control 
3 
INTRODUCCIÓN 
 
 
La Ira es un estado emocional compuesta por sentimientos de variada intensidad 
desde una ligera irritación a una rabia o furia intensa (Spilberger, 1999), donde intervienen una 
serie de elementos tales como: activación fisiológica, tensión muscular, proceso cognitivo, 
experiencia subjetiva y conductas motoras manifiestas. Es un estado interno que tiene la 
función de regular la interacción con el ambiente, relacionada primariamente con la defensa y 
supervivencia, pero usada también como una función de autoafirmación (Del Barrio, 2002). Con 
frecuencia suele ir acompañada de otras emociones tales como, frustración, culpa, tristeza, 
vergüenza y rechazo (Golden, 2003). 
 
Su función básica es instintiva y está encaminada a responder agresivamente ante 
posibles amenazas. Al igual que otras emociones viene acompañada de cambios fisiológicos y 
biológicos, tales como el aumento del ritmo cardíaco y la presión arterial, así como un aumento 
en los niveles de adrenalina y noradrenalina. Si bien esto puede resultar en un mecanismo 
defensivo que protege la vida humana, al vivir en una civilización con órdenes, reglas y leyes, 
nos libera de tener que utilizar tales mecanismos en nuestra vida cotidiana. Por contrario, el 
estrés y la tensión de vivir en actitud defensiva constantemente, es un factor importante en la 
predisposición a padecer diferentes trastornos de salud física y mental (Remor, Amorós y 
Carrobles, 2006). 
 
 
 
 
CONSECUENCIAS DE LA IRA 
 
 
 
 
Aunque quizá sean útiles en la selva, como mecanismo defensivo, las emociones de 
enojo y hostilidad primitivos y exagerados están fuera de lugar en la vida doméstica cotidiana, 
donde matar o ser matado no son conductas aceptables (Beck, 1990). La Ira o enojo es una 
emoción poderosa y peligrosa. De todas las emociones que experimentan los seres humanos, 
la Ira es la que hace más daño, a corto y a largo plazo, y causa mayor destrucción en el propio 
individuo, las parejas, familias, entre grupos sociales e incluso entre naciones (Carr, 2007). A 
referir esto, probablemente se piensa en los individuos que sienten enojo hacia diferentes 
objetos y que pueden reaccionar de forma agresiva, explotando ante ciertas provocaciones del 
entorno, agrediendo física o verbalmente. No obstante, el enojo clínicamente significativo, no 
siempre conduce a comportamientos violentos, lo cual no excluye a la persona de otras 
consecuencias tan graves como la conducta violenta (Smeke, 2006). 
 
La Ira puede provocar trastornos cardiacos y otros padecimientos somáticos. Cuando 
la persona se enoja, se ponen en marcha reacciones de emergencia, que generan cambios 
físicos, como por ejemplo, incremento de la presión arterial, tensión muscular, aumento del 
ritmo cardiaco respiratorio y del metabolismo que ayuda a prepararse para la acción. También 
la adrenalina fluye al flujo sanguíneo, y la sangre llega hasta los músculos más importantesdel 
cuerpo. Remor y col. (2006) han identificado correlaciones positivas y significativas entre las 
puntuaciones de expresión interna de ira y la alta presión arterial. 
 
Es común que las personas hablen de la necesidad que sienten de golpear lo que 
consideran el blanco de su Ira. Así, la Ira puede ayudar a enfrentar cualquier cosa que 
amenace la vida, pero no tiene sentido cuando estas reacciones se dan ante alguna frustración 
habitual de la vida cotidiana; en efecto, seguir activando el sistema generador de Ira podría 
tener un coste muy elevado para el cuerpo. Cuando se provocan repetidamente los cambios 
físicos que siguen a la Ira, se puede dañar el sistema cardiovascular. Los aumentos repentinos 
en la presión arterial que acompañan a la Ira incrementa la fuerza con la que fluye la sangre 
por las arterias y pueden llegar a dañarlas (Ellis, 2007). 
4 
Además de las dificultades con la presión arterial y cardiacas, la Ira crónica puede 
generar nauseas, vómito, dolor de estómago, úlceras gástricas, diarrea, indigestión, pérdida de 
apetito, constipación, dolor de cabeza, dolores musculares en cuello y espalda, zumbido de 
oídos, migraña y acné entre otros padecimientos (Carr, 2007). 
Además de los diferentes problemas de salud la Ira puede conducir al suicidio. 
Ejemplo de ello es el caso del cantante del grupo musical Nirvana, Kurt Cobain, quien en 
diferentes momentos de su vida declaró enfrentar dificultades en el manejo de la ira. Esta 
dificultad se combinó con una adicción a la heroína y por ende a marcados problemas de salud. 
Uno de los factores que se cree le condujeron a su muerte, fue precisamente la ira sin resolver 
(Licata, 2003). 
 
La Ira fomenta las agresiones. Una de las principales razones para mantener la Ira 
bajo control es porque puede conducir fácilmente a la hostilidad o agresividad. Los actos de 
fuerza bruta, riñas, abusos o incluso homicidios son cada vez más frecuentes en la sociedad 
actual, lo que convierte a la violencia interpersonal en uno de los problemas más importantes 
para la sanidad (Ellis, 2007; Wilkowski y Robinson, 2008). 
 
Diversos autores (Licata, 2003 y Chapman, 2007) refieren que desafortunadamente, 
es común que las personas pierdan el control y descarguen su ira con las personas más 
cercanas, como lo son sus familiares y allegados. La Ira interfiere con la comunicación positiva 
entre individuos (Carr, 2007). Afecta las Relaciones Laborales, y/o Escolares. El trabajo en si 
puede llegar a ser a menudo algo frustrante. Jefes o maestros demasiado exigentes, 
compañeros envidiosos, plazos inflexibles, injusticias, etc., son motivo que podría disparar el 
enojo. Si esto ocurre pueden afectarse las relaciones con el grupo de pares, entorpecer el 
desempeño y el éxito laboral o escolar. También puede generar bloqueos a la hora de abordar 
cuestiones importantes y limitar la capacidad para realizar un trabajo de buena calidad. La Ira 
hace también que se desvíe la energía y atención del trabajo (Ellis, 2007). En algunas 
ocasiones provoca rumiaciones, deseos de venganza y hasta algún sabotaje sutil o bien que la 
persona realice un sobreesfuerzo para descalificar o destruir la tarea de otros. A los individuos 
iracundos le resulta más difícil establecer relaciones amistosas dentro del ámbito escolar (Von 
Salisch y Vogelgesang, 2005). 
 
 
Ira Rasgo/ Ira Estado 
 
 
Spielberger (1995), distingue entre dos formas de Ira: una transitoria y reactiva 
vinculada con la reacción específica a una situación actual, la cual se denomina Ira Estado y 
otra que se define como una disposición inscrita en la naturaleza de los sujetos que les hace 
propensos a desarrollar más intensos y frecuentes estados emocionales o episodios de Ira, a la 
cual se ha denominado Ira Rasgo. La Ira Estado es definida como un estado o condición 
emocional psicobiológico, marcado de sentimientos subjetivos, generalmente acompañado de 
tensión muscular y activación del sistema nervioso autónomo. 
 
 
Agresión Hostil y Agresión Instrumental 
 
 
Existe una marcada diferencia entre la Agresión hostil y la agresión instrumental, ya 
que la primera es afectiva o reactiva, es decir, se caracteriza por la presencia de ira, deseos de 
lastimar a otros e impulsividad. Por el contrario, en la agresión instrumental, depredadora o 
proactiva, no hay ira, ni intentos de lastimar a otros y se calculan detenidamente los costos y 
beneficios de la agresión; la motivación de la agresión es obligar a otros a proveer al agresor 
de los recursos que desea. 
 
El apoyo para esta distinción proviene de la neurociencia, puesto que se ha 
comprobado que existen tres rutas neuronales en nuestro cerebro que controlan la agresión. 
5 
El concepto de “agresión hostil” ha dominado los diagnósticos en psiquiatría que intentan 
relacionar ira y agresión. Ejemplo: la presencia de agresión impulsiva define al “desorden 
explosivo intermitente”. 
El manual DSM-IV no reconoce a la agresión planificada o vengativa como un 
desorden. El grupo criminal más ligado a la agresión instrumental son los psicópatas, quienes 
son poco emocionales, actúa sin culpa y tienen pocos lazos interpersonales; sin embargo, a su 
vez son muy propensos a la ira. 
 
 
La ira y el riesgo de cometer delitos 
 
 
Como se ha mencionado anteriormente, la ira se ha relacionado con la agresión, la 
violencia, la respuesta verbal aversiva, los problemas en las relaciones laborales y sociales, la 
pobre solución de problemas, toma de riesgo, abuso de drogas y problemas de salud entre 
otros. Los constructos relacionados con la ira y hostilidad, así como con la conducta agresiva, 
no solo aparecen asociados a determinados trastornos psicológicos y en diversos problemas 
psicosociales, como lo son el trastorno antisocial de la personalidad o el trastorno negativista 
desafiante (DSM-IV), sino que también se relacionan con problemas psicosociales tan 
relevantes en nuestros días como la violencia de género, el acoso laboral o escolar, el deterioro 
social, problemas académicos, laborales, delitos y problemas legales. (Sanz, Magán y García- 
Vera, 2006). 
 
Uno de los crímenes más graves, quizá sea el de homicidio. Diversos autores han 
encontrado que el resentimiento y enojo es clave generadora de asesinatos, asaltos o abusos. 
Una de las principales causas subyacentes se encuentra el haber sido víctima de rechazos, 
abuso o maltrato en épocas anteriores, lo cual genera un notable resentimiento. Muchos 
homicidas han sido víctima de historias abusivas y de abandono. En estos casos el agresor 
tiene fuertes deseos de herir a otros como forma de disminuir su dolor y sufrimiento que él ha 
experimentado. 
 
El asalto sexual, abuso o violación es un delito que se encuentra estrechamente 
vinculado al enojo. De forma parecida a los asesinos seriales, los abusadores experimentan 
enojo. El enojo es uno de los determinantes principales para este tipo de delito, el otro es el 
deseo de poder. Otros estudios han revelado que la violación y otro tipo de abuso sexual se 
vinculan a otro aspecto central, el deseo revancha o venganza. La violencia doméstica es uno 
de los delitos que se ve con mayor frecuencia y que se vincula con el problema del enojo. Al 
igual que los homicidas, las personas que ejercen violencia doméstica, con frecuencia tienen 
un historial de abusos, rechazos y abandono (DiGiusseppe, 2007). 
 
Las guerras entre diferentes poblados o países y los conflictos entre grupos, como por 
ejemplo las riñas por temas políticos, religiosos o de las minorías, se vinculan estrechamente al 
problema del enojo y más específicamente al control y expresión del mismo. 
Al tratar con los perpetradores de crímenes violentos o con los agresores y ofensores 
domésticos surgen varios problemas: pese a tener experiencias intensas y disruptivas de Ira y 
conductas agresivas, la mayoría de estos pacientes no encajan en una categoría diagnóstica 
específica, generalmente creen que ellos no ameritan cambiar y culpan mayormentea alguien 
más de sus problemas. 
 
 
Emoción de Ira en niños y adolescentes 
 
 
Las emociones constituyen uno de los elementos clave para la comprensión de la 
conducta humana. Todos los teóricos que han abordado su estudio subrayan el valor 
motivacional, el sentido comunicativo y el efecto adaptativo que las emociones tienen en sus 
6 
dimensiones medias o moderadas, así como su capacidad perturbadora en sus niveles 
extremos. La emoción de la Ira no escapa a ello y la etapa de la niñez tampoco (Del Barrio, 
2002). 
 
Muchos niños suelen tener un temperamento fuerte, lo cual se acepta como una 
conducta normal y se puede abordar. La conducta desaparece, en general, cuando se ignora, 
sin embargo, cuando los estallidos de Ira son demasiado intensos, la agresión que surge en 
estos casos tiene otra cualidad y se describe como agresión de Ira, que no es lo mismo que la 
agresividad necesaria para sobrevivir en la vida cotidiana. 
 
Durante la adolescencia, los disparadores de la Ira se vuelven aún más sensibles, 
haciendo más propensos a los individuos a experimentar Ira. La adolescencia es una época de 
intensos sentimientos y fuertes cambios en el estado de ánimo, los adolescentes están en 
proceso de decidir lo que desean lograr, sus logros forman parte de su identidad y si se ven 
frustrados en sus intentos, pueden reaccionar con Ira, y sentirse especialmente furiosos. 
Suelen considerar justificada su Ira y creen que no solo es aceptable vengarse, sino que su 
obligación es hacerlo. A menudo son intolerantes ante sus propias limitaciones y ante los 
fracasos de los demás, tienen un gran orgullo personal y contemplan con seriedad cualquier 
amenaza. Las reacciones más frecuentes son las protestas verbales, el escapismo, las 
fantasías y la agresión física (Train, 2004). 
 
En cualquiera de las etapas del desarrollo, la Ira es una emoción relevante, puesto que 
representa el primer paso de la escala hacia la agresión, y ésta se está convirtiendo en una de 
las preocupaciones primordiales de la conducta infantil en los últimos tiempos. La agresividad 
como una de las consecuencias negativas de mayor peso relacionadas con la Ira, se produce 
cuando un individuo ataca sin necesidad, es decir, cuando la situación no exige en modo 
alguno defenderse. Estas conductas representan un continuo cuya secuencia va desde una 
emoción (Ira) que pasa por una actitud negativa hacia otros (hostilidad) y que puede 
desembocar en una acción violenta con consecuencias negativas para otros (agresión) (Del 
Barrio, 2002). 
 
Lamentablemente la mayoría de los niños no tienen ejemplos positivos sobre qué hacer 
con su enojo. Muchos de ellos, posee escaso control sobre su enojo, expresándolo de formas 
poco saludables, y experimentando las consecuencias que esto les acarrea: por otra parte, 
otros son exageradamente controlados, inhibiendo cualquier expresión vinculada a dicha 
emoción. Ambas situaciones suelen ser nocivas para la salud (Wright, 2005). 
 
Un niño-adolescente enojado, es algo difícil de sobrellevar, ya que generalmente 
conduce a dificultades de diferente índole (familiar, escolar, social, legal, etc.). Queda claro que 
toda persona experimenta enojo alguna vez, sin embargo algunos parecen tener una “bomba 
de tiempo” a punto de explotar en cualquier momento. Es así como, un niño enojado parece 
tener también la capacidad de provocar emociones similares en quienes lo rodean. Un 
adolescente enojado es capaz de moldear las reacciones de otros hacia ellos. Afectado de 
forma directa al entorno que lo rodea, sea escolar, laboral, social o familiar. 
 
El enojo distorsiona la forma de ver al mundo que nos rodea y la realidad. En una 
mente enojada fluyen pensamientos repetitivos, rumiantes que generan un círculo vicioso de 
enojo. Si se enseñara a los niños y adolescentes a manejar adecuadamente su enojo, desde 
etapas tempranas de la vida, podrían desarrollarse formas más saludables de expresarlo y por 
ende nos encaminaríamos hacia una juventud y adultez emocionalmente más equilibrada. 
 
 
ALGUNAS INTERVENCIONES EXITOSAS 
 
 
Caso 1: Tratamiento Grupal en Foco en una población clínica con Ira de un Centro 
Especializado en la Aplicación de Medidas para Adolecentes (CEAMA). 
 
Los objetivos propuestos por Gutiérrez (2011) para este caso fueron, diseñar, evaluar y 
comparar la utilidad de un tratamiento de Intervención Grupal en Foco (IGF), cognitivo 
7 
conductual que incidiera sobre los niveles de Ira de dicho grupo, contra los niveles de Ira de un 
grupo de lista de espera de una muestra clínica con problemas de Ira. Para ello se realizaron 
entrevistas semiestructuradas para la integración de una Conceptualización de Caso elaborada 
mediante el Modelo Funcional de Análisis clínico de Casos de Haynes (en Nezu, Maguth, 
Peacock, & Rirwood, 2004); se emplearon registros semanales sobre los antecedentes, 
mediaciones cognitivas y consecuentes en relación a la Ira. De la misma forma, se emplearon 
reportes de conducta de los pacientes y del grupo de lista de espera elaborados por los 
custodios que describen los episodios de Ira del paciente; lo mismo que una evaluación 
comparativa entre los nivel de Ira de los sujetos mediante el STAXI-2 (Tobal, Cano y 
Spielberger, 2001) y el impacto de ésta en el Bienestar Psicológico de los sujetos, medido por 
medio de la escala BIEPS-J (Casullo, 2002). 
 
Dicho estudio se realizó con 8 sujetos. Los criterios de selección fueron: a) Haber 
mostrado en los últimos 6 meses conductas disruptivas, b) Haber expresado con sus 
psicólogos dificultades con la expresión y/o control de la Ira. Posteriormente se realizaron 
entrevistas semiestructuradas, mediante un guion temático de entrevista con los jóvenes que 
fueron recomendados para el tratamiento y se seleccionó a aquellos que cumplieran con los 
siguientes criterios de inclusión: a) Manifestación de dificultades en el control y/o expresión de 
la Ira; b) Malestar significativo por dichas dificultades; c) Afección en su ámbito familiar, o 
académico o laboral; d) Deseo de participar voluntariamente; e) Manifestar acuerdo de realizar 
los registros de reporte de antecedentes, cogniciones y consecuentes de Ira sesión con sesión. 
De este modo, se procedió a obtener los registros de Faltas y Sanciones de los 8 candidatos y 
se conformaron dos grupos de 4 adolescentes en cada uno. 
 
A partir de la información recabada se realizaron las Conceptualizaciones de los Casos 
y posteriormente se diseñó la intervención de acuerdo a las características particulares de cada 
paciente. Se realizó la IGF, tal y como lo proponen Vanega y Castillo (2009), realizando entre 
sesiones los registros de Antecedentes, Cogniciones y Consecuentes de la Ira. Se registraron 
nuevamente los incidentes del registro de Faltas y Sanciones para obtener los datos 
correspondientes a las fechas durante el período de intervención. 
 
Los análisis post intervención muestran los efectos que la IGF tuvo en la Expresión, 
Control y Niveles de ira, así como en los niveles de Bienestar Psicológico de los participantes. 
En cuanto al Control externo se puede ver que en la pre prueba era menor (M=14; P.= 35) que 
en la post prueba (M=16; P=55) en el grupo experimental. También puede observarse que en 
relación al Control Interno se observa un fuerte incremento entre la pre prueba (M=12.5; P = 
55) y la post prueba del mismo grupo (M=19 P= 99). 
En relación a la Expresión Externa de la Ira se observa una pre prueba con registros 
inferiores (M=12.25; P.= 45) a la postprueba (M=13.5; p= 55). En lo que respecta a la Expresión 
Interna de la Ira se observa una tendencia a la baja, con una preprueba inferio (M=13, P.= 60) 
a la postprueba (M=11.5, P.=40). 
 
El Índice de Expresión de la Ira (IEI) mostró una disminución notoria, siendo en la 
preprueba de M=37, P.= 65 y en la post prueba de M=29.5, P.= 35. En relación al Bienestar 
Psicológico se puede ver un ligero aumento entre la pre prueba (M=34.5) y post prueba (M=35)del grupo experimental. 
El tratamiento empleado mostró capacidad para disminuir las conductas y 
manifestaciones de Ira de los pacientes, así mismo coadyuvo a que lograsen desarrollar un 
mayor control interno sobre sus pensamientos, rumiaciones, y creencias disparadoras de Ira, 
así como ayudó a desarrollar estrategias externas para manejar la Ira. Dichos avances 
permitieron que los pacientes disminuyeran su expresión interna, pero no fue suficiente para 
manejar su expresión externa de Ira. Es por esto que se puede suponer algún factor externo 
del medio ambiente que mantenga e incluso incremente dicha variable, sin embargo esto 
tendría que ser revisado mediante otro estudio. 
 
 
Caso 2: Intervención en Foco usando la Imaginería con una población de niños 
iracundos en edad escolar. 
8 
 
Los objetivos propuestos por Vanega (2010) para el presente caso fueron, elaborar, 
ejecutar y evaluar un programa de intervención terapéutica individual y focalizada que 
permitiera disminuir los indicadores de Ira disfuncional y el impacto de los episodios iracundos 
en un grupo de niños en edad escolar. El trabajo se realizó con 9 sujetos, 5 niños y 4 niñas 
entre 9 y 13 años de edad, los cuales obtuvieron puntuaciones elevadas en el Inventario de 
Expresión de la Ira Rasgo-Estado (Del Barrio, Spilberger y Aluja, 2005), es decir que obtuvieran 
registros por encima del percentil 75 para el Rasgo Total de Ira y por debajo del percentil 25 
para el Control de Ira Total. Otro criterio de inclusión fue que las declaraciones de padres y 
maestros revelaran dificultades interpersonales, emocionales, sociales, escolares, familiares, 
y/o toma de riesgos inapropiados entre otras consecuencias. 
 
La información se obtuvo por medio de tres fuentes principales: el propio sujeto, con 
quien se realizaron entrevistas, ejercicios de imaginería y registros sobre la frecuencia, 
intensidad, duración e impacto que los episodios iracundos generaban en su vida; los padres 
y maestros con quienes se realizaron entrevistas y registros semanales. Esta información 
permitió realizar una adecuada Conceptualización de Caso, paso fundamental para poder 
realizar una Intervención Terapéutica en Foco, es decir, enfocada en las necesidades 
particulares de cada sujeto. 
 
Las variables sobre las que se trabajó fueron el Rasgo de Ira Total, el Control de Ira 
total, frecuencia, intensidad y duración de los episodios iracundos, así como las necesidades 
encubiertas subyacentes a los episodios iracundos. La intervención clínica se implementó 
basándose principalmente en la técnica de Imaginería (Lazarus, 1984; Young, 2003). 
El centro de interés del presente proyecto estuvo dirigido hacia la intervención y la 
obtención de resultados individuales, es decir, se centró en la evolución de cada caso a lo largo 
del proceso y en evaluar la eficacia del tratamiento propuesto. No obstante, después de realizar 
el análisis de resultados de cada uno de los sujetos que participaron en el proceso, se tomaron 
algunos datos cuantitativos que permitieran obtener conclusiones grupales. Se realizó un 
análisis de diferencias a través de la prueba de los rangos con signos, T de Wilcoxon para 
conocer si existen diferencias entre el puntaje de diagnóstico de la Ira Rasgo Total antes y 
después de la intervención. Los resultados mostraron que la puntuación antes de la 
intervención (M=86.44; DE=6.69) fue mayor a la puntuación posterior (M= 47.33; DE= 12.15) 
(Z= -2.33., p= .008). Para el caso de la variable Control Ira Total, igualmente se encontraron 
diferencias significativas en etapa previa y posterior a la intervención. Los resultados mostraron 
que la puntuación antes de la intervención (M= 22.33; DE= 6.91) difiere de la encontrada 
posterior (M= 52.33; DE= 14.36) (Z= -2.33., p= .008). 
 
La técnica de imaginería demostró ser un recurso útil y económico que permite realizar 
intervenciones prácticas, adecuadas a la problemática y necesidades de cada paciente, 
brindando la oportunidad de acceder a las situaciones conflictivas de una forma “virtual o 
imaginaria”. El trabajo con imágenes cumplió con diversas funciones; en la etapa de 
diagnóstico permitió que los individuos identificaran sus necesidades subyacentes a los 
episodios iracundos, así como los disparadores, el impacto que tenía la Ira en sus vidas, etc. 
Durante la etapa de intervención, facilitó el ataque a los pensamientos, sentimientos y 
conductas que la persona acostumbraba experimentar y permitió el ensayo de nuevas 
alternativas. Así en imágenes los sujetos trabajaron y se movilizaron enfrentando situaciones 
reales e hipotéticas, es decir, encontraron mejores estrategias para las dificultades que 
enfrentan y las generalizaron a otras posibles situaciones hipotéticas lo cual contribuyó al a 
prevención de recaídas. 
 
Después del entrenamiento inicial en este tipo de ejercicios, el rol del terapeuta fue 
mínimo, lo cual podría considerarse una importante ventaja ya que esta intervención apuntó a 
que los propios individuos aprendieran a controlar su enojo por sí solos, y así puedan 
generalizar esta habilidad a otras emociones y otros ámbitos. 
 
 
PROPUESTA DE INTERVENCIÓN 
9 
 
Luego de la revisión teórica de los trabajos de diferentes autores y de los resultados de 
los programas de intervención realizados con sujetos que han sufrido los estragos de la ira, se 
plantean algunas sugerencias para el abordaje de la presente problemática. En primer lugar es 
necesario obtener información profunda de diversas fuentes, que pueden ser los propios 
sujetos, la familia, amigos, custodios u otras personas cercanas. Es recomendable que esa 
información sea tanto de tipo cuantitativo (generalmente obtenida por medio de escalas 
estandarizadas) como cualitativo. Lo cual nos dará la oportunidad de tener información 
profunda y abundante sobre cada caso. 
 
El primer paso será identificar los disparadores más frecuentes, las formas en que se 
vive y se manifiesta el enojo, así como el impacto y daño que esté generando en la vida de 
cada sujeto y su entorno. En esta etapa se utilizan diferentes técnicas e instrumentos. Las 
entrevistas semiestructuradas son una de las herramientas más valiosas para alcanzar este 
objetivo. De igual manera, los autoregistros y autobservaciones son ampliamente 
recomendables. En esta misma etapa se recomienda también obtener información de tipo 
cuantitativo, por medio de algunas escalas ya estandarizadas. 
 
El siguiente paso, es realizar una adecuada Concetualización del Caso, la cual va a 
variar acorde a los objetivos de la intervención y las necesidades de cada terapeuta. En todo 
caso, permite tener una visión general y detallada de la situación de cada participante lo cual 
brinda la posibilidad de intervenir focalizándose en las necesidades de cada sujeto, sin perder 
de vista el protocolo general establecido para dicha intervención. 
 
Cuando el terapeuta realiza una adecuada Conceptualización de cada caso, estará en 
condiciones de realizar una intervención terapéutica exitosa, el pasar por alto el paso previo, 
podría complicar el proceso de intervención. 
Para el abordaje de los problemas con la Ira, en poblaciones de adolescentes y jóvenes 
se ha visto que la técnica de Imaginería puede resultar adecuada. La imaginería es una técnica 
que guía a la persona paso a paso usando imágenes mentales sobre objetos, personas o 
situaciones que no están presentes. Es una técnica que vincula la mente y el cuerpo, ya que se 
le indica a la persona que viva la situación imaginaria, haciendo conciencia de los 
pensamientos, autoverbalizaciones, sensaciones, las reacciones emocionales y corporales que 
se van generando. “Son una especie de fotos o videos que nos conecta con un evento” 
(Cooper y Stollings, 2009). Golden (2003), utiliza esta técnica a la cual le llama ejercicios con 
un Video Imaginario, para identificar las necesidades que subyacen a los episodios iracundos. 
En él, la persona manejará su video imaginariopudiendo retroceder, adelantar, fijarse en un 
punto específico, etc. 
 
Esta técnica se vale de la fantasía para generar hábitos y superar dificultades tales 
como miedos, ansiedad, depresión, Ira, sentimientos de inferioridad y otras muchas emociones 
negativas, para las cuales se ha demostrado su efectividad. Con el uso de la imaginación es 
posible alcanzar muchas realidades que están físicamente ausentes (Lazarus, 1984). Los usos 
terapéuticos de las imágenes han sido reconocidos de diferentes formas por la mayoría de las 
ramas de la psicología y la psicoterapia, al igual que en otras áreas, tales como medicina, 
deportes, pedagogía, negocios y formación de la creatividad entre otros (Glouberman, 1989). 
Se ha probado también su efectividad en una población de adolescentes Yucatecos con 
Esquemas Maladaptativos de Abandono- Rechazo durante un proceso de reparentalización 
(Vanega y Castillo, 2009). 
 
El proceso de intervención puede variar en extensión, no obstante se recomienda que 
cumpla con las etapas de ilustración o explicación del modelo, intervención propiamente dicha, 
generalización de los resultados obtenidos y la prevención de recaídas. El seguimiento de los 
sujetos después de cierto tiempo de la intervención, también podría ser recomendable. 
 
Sin lugar a dudas, el problema de la Ira y todo lo que ésta acarrea es algo serio. Las 
dificultades que genera tanto para los sujetos como para los diversos grupos y la sociedad en 
general son muchos. Una de las consecuencias más desfavorables quizá sean las relacionadas 
con los delitos, de los cuales pueden derivarse situaciones que generen daño y altos costos 
10 
para muchas personas. El trabajo con Intervención Grupal en Foco (IGF), otorga las ventajas 
de acceder a los sujetos de forma grupal, lo cual ahorra recursos económicos, personales, de 
tiempo, etc. Al mismo tiempo se beneficia, de la retroalimentación y opiniones que los 
miembros del grupo puedan emitir a cada sujeto, enriqueciendo el proceso. Al ser una 
intervención en Foco, permite tratar a cada miembro del grupo como un ser individual, con sus 
particularidades y necesidades específicas, evitando que éste “pierda la identidad” dentro de un 
grupo. 
 
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