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485 BIOGEOGRAFÍA Y CONSERVACIÓN Biogeografía y conservación de los mamíferos TANIA ESCALANTE, GERARDO RODRÍGUEZ, NIZA GÁMEZ, LIVIA LEÓN-PANIAGUA, OMAR BARRERA Y VÍCTOR SÁNCHEZ-CORDERO Resumen. Investigaciones realizadas en el pasado sobre la regionalización biogeográfica de México han reconocido a la Faja Volcánica Transmexicana (FVT) como una unidad biótica. En este capítulo se usaron modelos de nicho ecológico proyectados como mapas de distribución potencial de las especies de mamíferos y un Análisis de Parsimonia de Endemismos (PAE), con el objetivo de probar si la FVT es una unidad homogénea, usando los mamíferos terrestres como caso de estudio. Se identificaron dos zonas mayores, localizadas al este y al oeste de la FVT, respectivamente, y tentativamente identificadas como distritos diferentes. La FVT puede ser reconocida como un nodo biogeográfico ma- yor compuesto por nodos locales más pequeños, lo cual refleja sus afinidades bióticas complejas. Las acciones de conservación en la FVT son necesarias y urgentes dado que su alta deforestación amenaza su biodiversidad. Abstract. Previous research on the biogeographic regionalization of Mexico has recog- nized the Transmexican Volcanic Belt (TVB) as a biotic unit. We used ecological niche modeling projected as species potential distributions and a Parsimony Analysis of Ende- micity (PAE) to investigate whether the TVB is a homogenous unit using terrestrial mam- mals as a case study. We identified two major zones located at the east and west of the TVB, respectively, and tentatively identified them as different districts. The TVB can be recognized as a major biogeographic node composed by smaller local nodes, reflecting its complex biotic affinities. Conservation actions in the TVB are urgently needed as high deforestation threatens its rich biodiversity. INTRODUCCIÓN El reconocimiento de unidades geográficas natura- les, utilizadas para elaborar esquemas de regiona- lización, es una de las tareas básicas de la biogeo- grafía. Sin embargo, en México existen pocos traba- jos que involucran el reconocimiento de patrones de homología espacial para algunos taxones a escala nacional (Contreras-Medina y Eliosa 2001; Luna et al. 2001; Morrone y Márquez 2001; Álvarez-Mon- dragón y Morrone 2004; Escalante et al. 2004), y sólo algunos al nivel de provincia (Península de Yucatán: Espadas-Manrique et al. 2003; Península de Baja California: Rojas-Soto et al. 2003; Sierra Madre Oriental: Cifuentes et al. 2004, Espinosa et al. 2004, Gutiérrez-Velázquez y Acosta-Gutiérrez 2004, León-Paniagua et al. 2004, Márquez y Morrone 2004, Navarro et al. 2004). Además, en ocasiones, los trabajos carecen de la integración de los enfo- ques biológico y geológico. La Faja Volcánica Transmexicana (FVT) es un área que ha sido objeto de múltiples análisis desde hace décadas (v. gr. Moore 1945). Generalmente se la considera una unidad, más o menos homogénea, tra- dicionalmente conocida como Eje Neovolcánico Mexi- cano, cuyo nombre ha sido sustituido por el de Faja Volcánica Transversal (FVT), que es más adecuado (Morán-Zenteno 2003; ver Ferrusquía-Villafranca en este volumen). A pesar de que solo en pocas publi- caciones se cuestiona la identidad de la provincia de la FVT (Flores-Villela 1991, Morafka 1977), es co- mún que no se detallen sus límites ni sus criterios de delimitación, y que la nomenclatura utilizada para referirse a esta porción del país sea inexacta. Lo an- terior conlleva a que los trabajos realizados en la zona no sean completamente equivalentes al mo- mento de realizar comparaciones. La FVT constituye una expresión fisiográfica de unos 920 km, que se divide tradicionalmente en tres sec- ciones con base en su geología y tectónica: occiden- tal, central y oriental (Aguayo y Trápaga 1996, Gómez- Tuena et al. 2005). La individualización de la provin- cia ocurrió durante el Mioceno medio y tardío, y de manera sintética su historia geológica se divide en LUNA, I., J.J. MORRONE Y D. ESPINOSA (EDS.), 2007, BIODIVERSIDAD DE LA FAJA VOLCÁNICA TRANSMEXICANA, UNAM, MÉXICO, D.F. 486 ESCALANTE, T., G. RODRÍGUEZ, N. GÁMEZ, L. LEÓN-PANIAGUA, O. BARRERA Y V. SÁNCHEZ-CORDERO cuatro episodios: (1) instauración de un arco en el Mioceno medio y tardío, (2) episodio máfico en el Mio- ceno tardío, (3) episodio silícico del Mioceno tardío y Plioceno temprano, y (4) reinstauración de un arco a partir del Plioceno tardío (Gómez-Tuena et al. 2005). La FVT equivale en límites a la provincia Neovol- canense delimitada con criterios morfotectónicos de Ferrusquía-Villafranca (1990). Se ubica en el centro del país, abarcando el Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Mo- relos, Puebla, Querétaro, Tlaxcala y Veracruz. Sus coordenadas extremas aproximadas son: 18°40' - 20° 55' latitud N y 96° 30' - 105° 20' longitud W, y atraviesa el país de costa a costa. La FVT se encuen- tra entre los 1000 y poco más de 5000 m, predomi- nando altitudes entre los 1500 y 2500 m (Ferrusquía- Villafranca 1993). Los tipos de vegetación más ca- racterísticos son los bosques de pino-encino y zaca- tonales (Rzedowski 1978). La FVT se ha relacionado biogeográficamente con las provincias bióticas de la Costa Pacífica Mexicana, Cuenca del Balsas y Sierra Madre del Sur, con base en las distribuciones de plantas, insectos y aves (Mo- rrone et al. 1999). Respecto a los patrones de distri- bución de mamíferos, en un análisis de parsimonia, esta provincia se encontró estrechamente relacio- nada con la provincia de la Sierra Madre Oriental y con las provincias de la Sierra Madre del Sur, Chiapas y la región Neotropical (Escalante et al. 2005). Los mamíferos que se distribuyen en la parte cen- tral de México se hallan relativamente bien estudia- dos (Fa y Morales 1991, Monroy-Vilchis et al. 1999, Ceballos y Chávez 2000, Escalante et al. 2002). En la FVT se han registrado dos géneros cuya área de distribución está confinada a sus límites, que son Romerolagus y Zygogeomys, así como otros seis gé- neros exclusivos del país: Habromys, Hodomys, Me- gadontomys, Nelsonia, Osgoodomys y Xenomys (Fa y Morales 1991). No obstante que esta zona no es una de las que poseen mayor riqueza específica del país, se ha reportado que existe gran cantidad de especies exclusivas, constituyendo una zona evolu- tivamente activa (Fa y Morales 1991, Escalante et al. 2004). Algunas especies y subespecies que se han reportado como exclusivas de esta área son Cra- togeomys gymnurus, C. merriami, C. tylorhinus, C. zinseri, Cryptotis goldmani alticola, Marmosa canes- cens oaxacae, Nelsonia goldmani, Neotoma nelsoni, Neotomodon alstoni, Orthogeomys lanius, Pappo- geomys alcorni, P. bulleri, Peromyscus aztecus hylo- cetes, P. leucopus, P. mekisturus, Reithrodontomys chrysopsis, R. hirsutus, Romerolagus diazi, Spermo- philus mexicanus mexicanus, S. perotensis, Sorex vagrans orizabae, Sylvilagus floridanus aztecus y Zygogeomys trichopus (Morrone 2001; Escalante et al. 2003, 2005). Las distribuciones geográficas individuales de las especies de mamíferos, cuando son analizadas en conjunto, frecuentemente revelan patrones, y la iden- tificación de patrones biogeográficos depende de los datos básicos que brindan las etiquetas de los ejem- plares de colecciones. Estos datos pueden presentar sesgos taxonómicos y geográficos que en ocasiones subestiman el área de distribución de los taxones, lo cual puede ocultar los patrones (Sánchez-Cordero et al. 2001, Escalante 2005). Algunos métodos re- cientes de modelado del nicho ecológico de las es- pecies, proyectado como su distribución potencial, permiten mejorar la identificación de patrones bio- geográficos (Espadas-Manrique et al. 2003; Rojas- Soto et al. 2003; Escalante et al. 2005, 2007). El Genetic Algorithm for Rule-set Prediction (GARP) es un algoritmo genético que integra datos puntuales de registro, variables ambientales y Sistemas de In- formación Geográfica para modelar el nicho ecológico geográfico de una especie y proyectarlo como su dis- tribución potencial(Stockwell y Peters 1999). Se ha demostrado que GARP predice significativamente las distribuciones de las especies por lo que ha sido am- pliamente utilizado con mamíferos (Peterson et al. 1999, 2000, 2002; Illoldi-Rangel et al. 2004; Sán- chez-Cordero et al. 2004, 2005 a, b). Empleando GARP, Munguía (2004) modeló las distribuciones de 106 especies de mamíferos de la FVT, y encontró las siguientes especies restringidas a esta provincia, a las que consideró como microendémicas: Cratogeomys gymnurus, C. tylorhynus, Microtus quasiater, Neotoma nelsoni, Pappogeomys alcorni, Peromyscus aztecus, P. boylii, P. bullatus, Reithrodontomys chrysopsis, R. hirsutus, R. megalotis, R. mexicanus, R. microdon, R. sumichrasti, Romerolagus diazi, Sorex macrodon, Spermophilus perotensis y Zygogeomys trichopus. Tradicionalmente, se considera a la provincia de la FVT como un área de endemismo muy importante para los mamíferos, debido a la gran cantidad de especies exclusivas (Fa 1989; Monroy-Vilchis et al. 1999), sin embargo, dos trabajos recientes no la iden- tificaron como área de endemismo (Escalante et al. 2003, 2007). Por otro lado, Escalante et al. (2004) encontraron cuatro nodos biogeográficos en la FVT, indicando una zona de confluencia tectónica y biótica, parte de la Zona de Transición Mexicana. Además, se ha mencionado que entre los mamíferos que ha- bitan esta provincia, se encuentran tanto especies neárticas como neotropicales (Monroy-Vilchis et al. 1999). Con base en lo anterior, se postula a la FVT como una zona transicional, que requiere caracteri- zación, evaluación del conocimiento de su mastofauna y de sus relaciones biogeográficas internas. Un úni- co estudio que explora los patrones de la mastofauna al interior de la provincia es el análisis de similitud de Fa y Morales (1991), quienes encontraron que las faunas de mamíferos de las porciones del oeste y sur son las más parecidas entre sí (~90%); también existe similitud importante entre las del norte y cen- tro (~80%) y la zona este difiere en mayor medida respecto de las demás (~70%). Se ha propuesto que la biogeografía proporciona criterios científicos para establecer prioridades en la conservación de la biodiversidad, principalmente en 487 BIOGEOGRAFÍA Y CONSERVACIÓN áreas propensas a perturbación (Morrone y Espino- sa 1998, Morrone 2000), como es el caso de la pro- vincia de la FVT (Munguía 2004). Para los mamíferos terrestres de México, solo existen dos trabajos des- de una perspectiva biogeográfica: el primero invo- lucra la incorporación de criterios biogeográficos (re- conocimiento de áreas de endemismo), la catego- rización de riesgo de las especies, el actual Sistema de Áreas Naturales Protegidas (ANP), las Regiones Terrestres Prioritarias (RTP) y la información de uso de suelo de los hábitats (Escalante 2003). El segun- do (Munguía 2004) analiza las áreas bajo protección ubicadas en la FVT empleando predicciones de dis- tribución potencial de los mamíferos identificando tres ANP y tres RTP con prioridad de conservación. Mun- guía (2004) adicionalmente reconoció que la Región Centro de la FVT posee cuatro ANP, a partir de las cuales propone la creación de una red de Reservas, basada en métodos de similitud. Dado el panorama anterior, en este trabajo anali- zamos los patrones de distribución geográfica de los mamíferos de la provincia biogeográfica de la Faja Volcánica Transmexicana, particularmente los de ri- queza y endemismo, y evaluamos las prioridades de conservación de su mastofauna. MATERIAL Y MÉTODOS Elegimos como mapa-base el polígono de la provin- cia biótica Neovolcanense con énfasis en criterios morfotectónicos de Ferrusquía-Villafranca (1990; dis- ponible en http://www.conabio.gob.mx/; Fig. 1). Esta elección está basada en el hecho que los límites morfotectónicos hacen referencia a la historia geoló- gica de la zona sin el sesgo que implican los compo- nentes bióticos y ambientales. Para elaborar la lista preliminar de los mamíferos que habitan la FVT, rea- lizamos una búsqueda bibliográfica exhaustiva si- guiendo la lista de Ramírez-Pulido et al. (2005). Con base en ésta, construimos los modelos de distribu- ción potencial para cada especie, a partir de una base de datos con 19 058 registros de ejemplares de co- lecciones (ver Agradecimientos). Los modelos se ob- tuvieron con el algoritmo GARP y siete mapas digi- tizados de variables ambientales: elevación, pendien- te y aspecto (U.S. Geological Survey’s Hydro-1K data set; www.usgs.gov); parámetros climáticos que in- cluyen precipitación media anual, precipitación me- dia diaria, precipitación diaria máxima, precipitación media diaria, temperaturas diaria máxima y míni- Fig. 1. Límites morfotectónicos de la Faja Volcánica Transmexicana (Ferrusquía-Villafranca 1990), superpuestos a una cuadrícula con cuadros de 0.5° de latitud x 0.5° de longitud. Los números representan los identificadores de cada cuadro. 488 ESCALANTE, T., G. RODRÍGUEZ, N. GÁMEZ, L. LEÓN-PANIAGUA, O. BARRERA Y V. SÁNCHEZ-CORDERO ma, y temperatura media anual (Conabio, www. conabio.gob.mx); y vegetación natural (Rzedowski 1990). Se generaron 100 modelos para cada espe- cie y se eligieron los diez mejores (best subsets) de nicho ecológico, de acuerdo con los criterios míni- mos de errores de omisión y aquellos que mostraron valores cercanos a la media de los errores de comi- sión (Anderson et al. 2003). Los mejores modelos se sumaron en un único mapa que contiene solo sus coincidencias. Para proyectar el modelo de nicho ecológico como mapa de distribución potencial de cada especie, se refinaron los modelos usando las provincias fisiográficas (Cervantes-Zamora et al. 1990; www.conabio.gob.mx) donde la especie ha sido recolectada (Escalante et al. enviado). Para evaluar los patrones de distribución de ri- queza de especies y endemismo, se superpuso a la provincia una cuadrícula de 0.5° de latitud x 0.5° longitud. Esta decisión está basada en el estudio rea- lizado por Morrone y Escalante (2002), donde para los mamíferos terrestres de México, en una escala nacional, una cuadrícula de 1° de latitud x 1° de lon- gitud resultó adecuada, por lo que una cuadrícula más pequeña será apropiada para el nivel de provin- cia. A cada uno de los cuadros que componen la cua- drícula se asignó la presencia (codificada con “1”) o ausencia (codificada con “0”) de cada una de las es- pecies, de acuerdo con los mapas de distribución potencial, elaborándose una matriz de datos binaria de cuadros (renglones) x especies (columnas). Con estos datos se analizaron los patrones de riqueza y de endemismo. Para identificar los patrones de ri- queza de especies, se obtuvo el número total de es- pecies de cada cuadro y se clasificaron en cinco cla- ses iguales de intervalos iguales. Para analizar las relaciones internas de la FVT e identificar áreas de endemismo, se llevó a cabo un Análisis de Parsimo- nia de Endemismos (PAE) (Rosen 1988, Rosen y Smith 1988, Morrone 1994; detalles de esta meto- dología y aplicaciones en Escalante y Morrone 2003). Se aplicó una búsqueda heurística (Multiple TBR + TBR) en WinClada (Nixon 1999) y Nona (Goloboff 1993) para obtener un cladograma de áreas, a par- tir del cual se identificaron las especies endémicas o sinapomorfías geográficas (especies con índices de consistencia y retención mayores a 0.33). Se desa- rrolló un PAE secuencial eliminando las especies in- formativas que resultaran distribuidas en cuadros marginales, y también aquellos cuadros que consi- deramos que probablemente no pertenecían a la pro- vincia por la composición de su biota, los cuales ge- neralmente poseían especies con distribución mar- ginal y riqueza alta. El análisis secuencial finalizó cuando fueron sensiblemente menores tanto el nú- mero de cladogramas obtenidos, como el número de especies informativas con distribución marginal den- tro de la FVT. Los modelos de distribución potencial de las sina- pomorfías geográficas correspondientes al último análisis de PAE fueron superpuestos (sumados) para identificarlas áreas de endemismo. Los patrones de riqueza y endemismo de la FVT fueron analizados para la delimitación de la provincia biótica respecto a sus tipos de vegetación natural (Rzedowski 1990; www.conabio.gob.mx) y transformada (INE-IG, UNAM 2000; www.conabio.gob.mx), hidrogeología (Marín y Torres-Ruata 1990; www.conabio.gob.mx), clima (García-Conabio 1998; www.conabio.gob.mx), y ele- vación (Conabio 1997; www.conabio.gob.mx). Final- mente, para caracterizar en términos de su mastofauna a los nodos biogeográficos identificados para las especies neárticas localizados en la FVT (Escalante et al. 2004), se elaboraron las listas de especies potenciales para los nodos. A las especies se les asignó la categoría de conservación según la NOM-059-ECOL-2001 (Semarnat 2002) y su afinidad geográfica respecto a su ubicación en las regiones Neártica, Neotropical y Zona de Transición Mexicana, respectivamente. Los patrones de endemismo fueron contrastados respecto a las áreas naturales protegi- das (ANP) (INE-Semarnat 2001) y las regiones te- rrestres prioritarias (RTP) de Conabio (2000). En to- dos los casos, para la visualización y operaciones en- tre los mapas, se empleó ArcView 3.2 (ESRI 1999). RESULTADOS Y DISCUSIÓN Se elaboró una lista preliminar de 217 especies de mamíferos terrestres de la FVT, de las que se obtu- vieron los modelos de distribución potencial. Des- pués de superponer los modelos al mapa base de la FVT, se corroboró la presencia potencial de 198 es- pecies. Existen 77 cuadros de 0.5° de latitud x 0.5° de longitud que se superponen al polígono de la FVT y que presentan al menos una especie (cada cuadro posee un identificador numérico, Fig. 1). El cuadro con mayor riqueza tuvo 139 especies (cuadro con identificador 30875), y la menor riqueza de especies fue de 18 (cuadro 30394), sin embargo, este cuadro sólo abarca una pequeña porción de la FVT (Fig. 2). La riqueza total para este polígono de la FVT fue de 198 especies, y el promedio de especies por cuadro fue de 94.5. Se observan tres zonas con alta riqueza de especies: (1) centro-suroeste, (2) sur y (3) ex- tremo este. Estas zonas limitan hacia el sur y el este del país, donde la integración de los elementos neotropicales es mayor (región Neotropical, Escalante et al. 2004). Por otro lado, las zonas con menor ri- queza de especies se hallan hacia el norte de la pro- vincia, donde los elementos neárticos son mayores. Esto coincide con el patrón latitudinal de la riqueza de especies que ya ha sido documentado para los mamíferos de México (Fa y Morales 1991), del mun- do (ver citas en Vaughan et al. 2000), otros taxones y a diferentes escalas (Willig et al. 2003). La matriz de datos elaborada está compuesta de 78 cuadros de 0.5° de latitud x 0.5° de longitud (77 más el área para enraizar el cladograma del PAE) x 489 BIOGEOGRAFÍA Y CONSERVACIÓN Fig. 2. Riqueza de especies de mamíferos en cuadros de 0.5° de latitud x 0.5° de longitud de la provincia de la FVT, en cinco clases de intervalos iguales. Los números indican el número de especies de cada cuadro. 198 especies. En el análisis inicial se encontraron cuatro especies que sólo están en un cuadro (llama- das “especies características” por Escalante et al. 2003): Enchistenes hartii, Galictis vittata, Megadon- tomys nelsoni y Nelsonia goldmani, y una que está en todos los cuadros (Liomys irroratus), las cuales no son informativas para las relaciones entre las áreas por lo que fueron desactivadas. Los resultados de los PAE secuenciales se muestran en el Cuadro I. En el primer análisis, el cladograma de consenso mostró una dicotomía: aquellos cuadros que se ubi- can en el centro-sur de la provincia (nueve cuadros) y el resto de los cuadros. Ninguno de los dos agru- pamientos presentó sinapomorfías geográficas. En seguida existe otra dicotomía: aquellos cuadros que se encuentran al oeste y los que se encuentran al este. Estos patrones coinciden parcialmente con los encontrados por Fa y Morales (1991), donde se dis- tinguen al menos los agrupamientos del oeste, sur, norte, centro y este. De las especies no informativas o características, se observó que tres estaban en un solo cuadro, y éste era marginal, por lo que conclui- mos que su distribución geográfica no corresponde a la provincia de la FVT. Por otro lado, Nelsonia goldmani estaba localizada en la parte central de la provincia. Entre las especies que en el cladograma de consenso tuvieron un índice de consistencia ma- yor a 0.33, se encontraron cuatro que sólo están en cuadros marginales del oeste, seis del este, y otras cuatro se distribuyen en ambos extremos oeste y este. La mayoría de estas especies tienen distribu- ción preferentemente hacia las costas neotropicales, y sólo se ubican en las tierras bajas de la provincia. Ocho especies solo se distribuyen al norte o al sur y tienen distribuciones básicamente neárticas o de pro- vincias montañosas. Adicionalmente se encontraron 18 especies con índice de consistencia mayor a 0.33 que ocupan toda la provincia, excepto algunos cua- dros del centro-norte, mientras que otras ocupan por- ciones importantes al centro, oeste y este (Cuadro I). Para el segundo análisis de parsimonia, se eli- minaron las tres especies no informativas marginales del anterior, más las 22 con índice de consistencia mayor a 0.33 que sólo se encuentran en cuadros mar- ginales para cuadros extremos (que se supone no per- tenecen a la FVT). En general, se mantuvo la topolo- gía del cladograma, encontrándose 24 especies con índice de consistencia mayor a 0.33 (Cuadro I). En el tercer análisis secuencial, eliminamos seis cuadrículas con alta riqueza de especies que se en- cuentran en el extremo este, porque consideramos que probablemente sean diferentes del resto de la provincia. Estas cuadrículas presentan un tipo de vegetación predominante de bosque tropical cadu- cifolio y bosque mesófilo de montaña (Rzedowski, 1990), aunque una gran parte de esta vegetación natural ha sido transformada en áreas de agricultura (INE-IG, UNAM 2000). Se encontraron 41 especies con índice de consistencia mayor a 0.33; en esta ocasión se identificaron 13 especies que se encuen- tran en cuadros marginales del oeste y suroeste, en la parte donde limita con las provincias de la Cuenca del Balsas y la Costa del Pacífico (algunas de ellas también estaban en los cuadros del extremo este, lo que indica una distribución típica neotropical, siguien- do las costas del país). También se encontraron cua- 490 ESCALANTE, T., G. RODRÍGUEZ, N. GÁMEZ, L. LEÓN-PANIAGUA, O. BARRERA Y V. SÁNCHEZ-CORDERO Cuadro I. Resultados de PAE secuenciales elaborados a partir de una matriz de datos inicial de 78 cuadros y 198 especies de mamíferos terrestres de la FVT. L, longitud (pasos) del cladograma; CI, índice de consistencia; RI, índice de retención. N, Número del análisis; C, número de cladogramas; E, estadísticos de los cladogramas resultantes; EC, estadísticos del cladograma de consenso; SP, especies características; I, especies informativas (CI>0.33); D, especies desactivadas; M, especies informativas marginales (CI>0.33). N 1 2 SP Enchistenes hartii, Galictis vittata, Megadontomys nelsoni y Nelsonia goldmani. C 22 24 E L= 1060 CI= 0.18 RI= 0.78 L= 1017 CI= 0.17 RI= 0.77 EC L= 1078 CI= 0.17 RI= 0.77 L= 1029 CI= 0.16 RI= 0.77 I Corynorhinus mexica- nus, Cryptotis mexi- cana, Molossus sina- loae, Myotis carteri, M. volans, Oryzomys alfaroi, O.chapmani, Pappogeomys bulleri, Peromyscus spicilegus, Pteronotus dauyi, Sciurus colliaei, S. oculatus, Sigmodon leucotis, Sorex ma- crodon, Spermophilus annulatus, S. pero- tensis, Urocyon cine- roargenteus y Zygo- geomys trichopus. Oeste: Baiomys mus- culus, Peromyscus spicilegus, Sciurus aureogaster, Sylvila- gus floridanus, Choe- ronycteris mexicana, Myotis velifera, M. carteri, Pappogeomys bulleri, Pteronotus davyi, Sciurus colliaei y Spermophilus annu- latus. Este: Cryptotis mexi- cana, Urocyon cine- reoargenteus y Sciu- rus oculatus. Baiomys musculus, Choeronycteris mexi- cana, Corynorhinusmexicanus, Cryptotis mexicana, Molossus sinaloae, Myotis car- teri, M. velifer, M. vo- lans, Oryzomys alfa- roi, O. chapmani, Pa- ppapogeomys bulleri, Peromyscus levipes, P. spicilegus, Ptero- notus davyi, Sciurus aureogaster, S. collia- ei, S. oculatus, Sig- modon leucotis, D Enchistenes hartii, Galictis vittata, Megadontomys nelso- ni, Nelsonia golmani y Liomys irroratus. Bauerus dubiaquer- cus, Eptesicus furi- nalis, Glyphonycteris sylvestris y Molossus aztecus. Este: Coendou mexi- canus, Diphilla ecau- data, Molossus rufus, Myotis elegans, Or- thogeomys hispidus y Peromyscus leucopus. Extremos Este y Oeste: Glossophaga soricina, Leopardus pardalis, Nyctinomops M Bauerus dubiaquercus, Eptesicus furinalis, Glyphonycteris syl- vestris y Molossus aztecus. Este: Coendou me- xicanus, Diphilla ecaudata, Molossus rufus, Myotis elegans, Orthogeomys hispi- dus y Peromyscus leucopus. Extremos oeste y este: Glossophaga soricina, Leopardus pardalis, Nyctinomops laticaudatus, Panthe- ra onca, Cratogeomys zinseri y Peromyscus eremicus. Sur: Orthogeomys grandis, Peromyscus megalops, P. mekis- turus, P. melanocar- pus y P. melano- phrys. P. winkelmanni 491 BIOGEOGRAFÍA Y CONSERVACIÓN Cuadro I. Continuación. N 3 4 SPC 24 4 E L= 897 CI= 0.19 RI= 0.80 L=801 CI=0.19 RI= 0.81 EC L= 909 CI= 0.19 RI= 0.80 L=807 CI= 0.19 RI= 0.81 I Sorex macrodon, Spermophilus an- nulatus, S. pero- tensis, Sylvilagus floridanus, Urocyon cinereoargenteus y Zygogeomys tricho- pus. Artibeus lituratus, Ba- iomys musculus, Cen- turio senex, Choero- nycteris mexicana, Corynorhinus mexi- cana, Cratogeomys merriami, C. tylorhi- nus, Cryptotis mexi- cana, Glosophaga commissarisi, Hodo- mys alleni, Lasiurus ega, Leopardus wie- dii, Mephitis macro- ura, Molossus sina- loae, Mormoops me- galophilla, Myotis car- teri, M. lucifugus, M. velifer, M. volans, Neotoma nelsoni, Oryzomys alfaroi, O. chapmani, Pappogeo- mys bulleri, Peromys- cus bullatus, P. levi- pes, P. spicilegus, Pteronotus davyi, P. parnellii, Sciurus aureogaster, S. collia- ei, S. oculatus, Sig- modon leucotis, So- rex macrodon, S. monticolus, Spermo- philus annulatus, S. perotensis, Sylvilagus cunicularius, S. flori- danus, Tylomys nudi- caudus, Urocyon ci- nereoargenteus y Zy- gogeomys trichopus. Baiomys musculus, Choeronycteris mexi- cana, Corynorhinus mexicanus, Crato- geomys tylorhinus, D laticaudatus, Panthe- ra onca, Cratogeomys zinseri y Peromyscus eremicus. Sur: Orthogeomys grandis, Peromyscus megalops, P. mekis- turus, P. melanocar- pus, P. melanophrys y P. winkelmanni. Artibeus lituratus, Centurio senex, Glo- sophaga commissari- si, Hodomys alleni, Lasiurus ega, M Artibeus lituratus, Centurio senex, Glo- sophaga commissari- si, Hodomys alleni, Lasiurus ega, Leopar- dus wiedii, Mormoops megalophylla, Oryzo- mys alfaroi, O. chap- mani, Pteronotus davyi, P. parnellii, Spermophilus annu- latus y Tylomys nudi- caudus. Artibeus intermedius, Balantiopteryx plica- ta, Glossophaga mo- renoi, Marmosa mexi- cana, 492 ESCALANTE, T., G. RODRÍGUEZ, N. GÁMEZ, L. LEÓN-PANIAGUA, O. BARRERA Y V. SÁNCHEZ-CORDERO tro especies con distribuciones parecidas, pero no en cuadros tan extremos; nueve especies que se encuentran en una gran parte de la FVT; once en los cuadros de la mitad este y cuatro en los cuadros de la mitad oeste (Cuadro I). En el último análisis se eliminaron las 13 espe- cies marginales del oeste y suroeste, así como los 13 cuadros marginales donde se distribuyen, mis- mos que poseen alta riqueza de especies y postula- mos que tampoco pertenecen a la FVT. En el clado- grama de consenso encontramos una dicotomía de la FVT (Fig. 3; Cuadro I). Las especies con índice de consistencia mayor a 0.33 fueron Baiomys musculus, Choeronycteris mexicana, Corynorhinus mexicanus, Cratogeomys tylorhinus, Cryptotis mexicana, Epte- sicus fuscus, Glaucomys volans, Microtus mexicanus, Molossus sinaloae, Myotis auriculus, M. carteri, M. lucifugus, M. velifer, M. volans, Pappogeomys bulleri, Peromyscus bullatus, P. levipes, P. spicilegus, Pro- mops centralis, Reithrodontomys hirsutus, Sciurus aureogaster, S. colliaei, S. oculatus, Sigmodon leu- cotis, Sorex macrodon, S. monticolus, Spermophilus perotensis, Spilogale putorius, Sylvilagus cunicula- rius, S. floridanus, Tadarida brasiliensis, Urocyon ci- nereoargenteus y Xenomys nelsoni. En este clado- grama seguimos encontrando especies cuyas distri- buciones son marginales del eje, y probablemente no pertenecen a la FVT: Artibeus intermedius, Ba- lantiopteryx plicata, Glossophaga morenoi, Marmosa mexicana, Oryzomys melanotis, Molossus sinaloae, Platyrrhinus helleri y Rhogeessa parvula. Por lo tanto, concluimos que sólo existen alrede- dor de 152 especies que pertenecen a nuestros lími- tes propuestos de la FVT, es decir, considerando la eliminación de los cuadros donde hay especies mar- ginales. En el Cuadro II se muestra la comparación de esta riqueza respecto al total mundial y nacional en diferentes categorías taxonómicas. Fa y Morales (1991) encontraron alrededor de 90 especies y 50 subespecies en la FVT, mientras que Munguía (2004) reporta 106 especies. Al parecer, nosotros encontra- mos mayor número de especies que los estudios an- teriores, pero desafortunadamente los tres trabajos no son comparables, ya que difieren en los límites de la FVT sobre los que se hicieron las cuantificaciones. No obstante, consideramos nuestra lista confiable, a pesar de que podemos estar sobrestimando el núme- ro de especies dado el empleo de los modelos de dis- tribución potencial. Por lo anterior, proponemos que deben realizarse más estudios en la zona, ya que sólo Cuadro I. Continuación. N SPC E EC I Cryptotis mexicana, Eptesiscus fuscus, Glaucomys volans, Microtus mexicanus, Molossus sinaloae, Myotis auriculus, M. carteri, M. lucifugus, M. velifer, M. volans, Pappogeomys bulleri, Peromyscus bullatus, P. levipes, P. spicile- gus, Promops centra- lis, Reithrodontomys hirsutus, Sciurus au- reogaster, S. colliaei, S. oculatus, Sigmo- don leucotis, Sorex macrodon, S. monti- colus, Spermophilus perotensis, Spilogale putorius, Sylvilagus cunicularius, S. flori- danus, Tadarida bra- siliensis, Urocyon ci- nereoargenteus y Xenomys nelsoni. D Leopardus wiedii, Mormoops megalo- phylla, Oryzomys alfaroi, O. chapmani, Pteronotus davyi, P. parnellii Spermophi- lus annulatus y Tylo- mys nudicaudus. M Oryzomys melanotis, Molossus sinaloae, Platyrrhinus helleri y Rhogeessa parvula. 493 BIOGEOGRAFÍA Y CONSERVACIÓN Fig. 3. Cladograma de consenso para 59 cuadros y 160 especies de mamíferos en la FVT. DW, distrito oeste; DE, distrito Este. un mayor muestreo y la corroboración en campo de nuestros modelos permitirá obtener la lista real de especies de la FVT tal como es delimitada aquí. Los órdenes más ricos en especies fueron Rodentia (68 especies) y Chiroptera (47), seguidos de Carni- vora (16), Soricomorpha (10), Lagomorpha (5), Di- delphimorphia (4), Artiodactyla (1) y Cingulata (1). Las familias más ricas fueron Muridae (43), Vesper- tilionidae (21), Phyllostomidae (18) y Geomyidae (15); mientras que los géneros con más especies 494 ESCALANTE, T., G. RODRÍGUEZ, N. GÁMEZ, L. LEÓN-PANIAGUA, O. BARRERA Y V. SÁNCHEZ-CORDERO fueron Peromyscus (15 especies), Myotis (10) y Rei- throdontomys (7). Todos los géneros que se han re- portado como exclusivos de México fueron encon- trados en la FVT (sólo Hodomys resultó marginal de nuestro polígono final y es posible que no se encuen- tre en los límites de la FVT); y el 30% de las espe- cies exclusivas del país se encuentra en esta provin- cia. De las 152 especies de la FVT, sólo dos se pue- den considerar de filiación básicamente neártica, 32 son de afinidad preferentemente neotropical, y 18 se ubican solamente en la Zona de Transición Mexica- na. Las demás tienen distribuciones de afinidades compartidas: neártica-transicional (23 especies), neo- tropical-transicional (34), y de amplia distribución (neártica-transicional-neotropical; 43) (Cuadro III). Respecto a los límites geográficosde la provincia biótica de la Faja Volcánica Transmexicana, conside- ramos que son muy parecidos a los límites morfo- tectónicos, ya que la evolución de los taxones y sus áreas de distribución están fuertemente relaciona- das al espacio geográfico y la dinámica del mismo en el tiempo geológico. Sin embargo, las variaciones ambientales y las relaciones ecológicas entre las es- pecies, han modificado esas distribuciones al igual que los eventos únicos e irrepetibles que han ocurri- do en la Tierra. Los límites morfotectónicos que se utilizaron inicialmente en este trabajo resultaron ser una buena aproximación para la delimitación de la provincia biótica de la FVT, aunque las modificacio- nes que a continuación presentamos, con mayor can- tidad de datos y análisis, permitirán elaborar un es- quema de límites más precisos, pero sin perder de vista que esos límites no pueden ser estrictamente delineados, ya que las diferentes provincias aledañas se entremezclan en zonas de transición y ecotonos. Así, el polígono de la FVT fue redefinido en sus límites usando el Modelo Digital de Terreno (Conabio 1997; www.conabio.gob.mx) en los 19 cuadros eli- minados, donde se eligieron todas aquellas áreas que tuvieran una altitud mayor a los 1000 m (según Fe- rrusquía-Villafranca 1993), aunque consideramos que quizá la cota altitudinal que hace que difieran sus componentes bióticos respecto de otras provincias, se encuentra entre los 1000 y 1500 m. Entre estas altitudes, la diferenciación de la mastofauna y las variables ambientales entre lo que se halla dentro de nuestro polígono redelimitado y fuera de él son notorias: (1) Hay diferencias en la composición mastofau- nística: existen más especies neotropicales en altitu- des menores a los 1000-1500 m, muchas de las cua- les terminan ahí su distribución, que proviene de las costas del Golfo (al este) y del Pacífico (al oeste), o de la Cuenca del Balsas (al centro-sur); (2) Existe mayor riqueza de especies de mamífe- ros en los cuadros donde hay altitudes menores a los 1000-1500 m; (3) Hacia el extremo este del polígono, y por de- bajo de los 1000-1500 m, la vegetación predomi- nante (bosque mesófilo de montaña y bosque tropi- cal perennifolio), es sensiblemente diferente de lo encontrado arriba de esta altitud en la FVT (bosque tropical caducifolio, bosque de coníferas y encinos, pastizal, bosque espinoso, y matorral xerófilo). Ha- cia el extremo oeste, y por debajo de los 1500 m, existe una sección de bosque tropical subcaducifolio y manchones de bosque mesófilo de montaña, que tampoco coincide con lo encontrado en el resto del polígono (Rzedowski 1990, INE-IG, UNAM 2000); (4) En cuanto a su hidrogeología, la porción ex- trema este posee rocas del Jurásico, mientras que en el margen oeste existen rocas intrusivas del Cenozoico, Mesozoico y Paleozoico, cuando, en ge- neral, en la FVT predominan elementos volcánicos del Cenozoico Superior y del Pleistoceno y Reciente. En el centro-sur y oeste también existen pequeños manchones de Mesozoico, Paleozoico y Precámbrico, y amplias extensiones de Cenozoico medio volcáni- co (Marín y Torres-Ruata 1990); (5) En el extremo este, y por debajo de los 1500 m, se ha registrado climas A(f) (cálido húmedo), (A)C(fm) (semicálido húmedo) y C(f) (templado hú- medo); mientras que en el extremo oeste y hacia el centro-sur los climas más comunes son Aw o , Aw 1 y Aw 2 (cálido subhúmedo). En el polígono determina- do por la cota altitudinal superior a los 1500 m pre- dominan los climas (A)C(w o ) (semicálido subhúme- do), C(w 1 ) y C(w 2 ) (templados subhúmedos), BS 1 kw (semiárido templado) y Cb’(w 2 ) (semifrío subhú- medo) (García-Conabio 1998). Cuadro II. Comparación de la riqueza de mamíferos terrestres de la FVT (con límites modificados), en diferentes niveles taxonómicos, respecto a los totales mundial y nacional. En todas las comparaciones se exceptúan los marinos. 1 Datos de Cole et al. (1994) y Vaughan et al. (2000); 2 según Ramírez-Pulido et al. (2005); entre paréntesis se muestran los exclusivos del territorio nacional; 3 se refiere al porcentaje de taxones en la FVT respecto del total nacional. Categoría taxonómica Mundial1 Nacional2 FVT % Nacional3 Orden 24 12 8 66.6 Familia 130 34 18 52.9 Género ~1074 165 (13) 82 (13) 49.6 (100) Especie ~4513 475 (169) 152 (50) 32 (29.5) 495 BIOGEOGRAFÍA Y CONSERVACIÓN Especie Afinidad Nodo NEA NEO ZTM Anoura geoffroyi X X 1,2,3,4 Antrozous pallidus X X 4 Artibeus hirsutus X X 3 A. jamaicensis X X 1,2,3,4 Baeodon alleni X X 1,2,3,4 Baiomys musculus X X 1,2,3,4 B. taylori X X X 3,4, Bassariscus astutus X X X 1,2,3,4 Canis latrans X X X 1,2,3,4 Carollia perspicillata X 3 Chaetodipus hispidus X X 1,2 Chiroderma salvini X X 3,4 Choeronycteris mexicana X X X 1,2,3,4 Conepatus leuconotus X 1,2,3,4 Corynorhinus mexicanus X X 1,2,4 Cratogeomys fumosus X - C. gymnurus c X 1,2 C. merriami b X X 1,2,3,4 C. tylorhinus a X 1,2,3,4 Cryptotis goldmani X 1,2,3,4 C. mexicana X 1,2,3,4 C. parva X X X 1,2,3,4 Dasypus novemcinctus X X X 3,4 Dermanura azteca X X 1,2,3,4 D. phaeotis X X 1,2,4 D. tolteca X X 1,2,3,4 Desmodus rotundus X X X 3,4 Didelphis marsupialis X 1,2,3,4 D. virginiana X X X 1,2,3 Dipodomys ordii X X 1,2,3 D. phillipsii X X 1,2,3,4 Eptesicus fuscus X X X 1,2,3,4 Eumops underwoodi X X X 1,2,3 Glaucomys volans X X X 1,2,3,4 Glossophaga leachii X X 1,2,3,4 Habromys simulatus X 3,4 Herpailurus yagouaroundi X X X 1,2,4, Hylonycteris underwoodi X - Lasiurus blossevillii X 1,2,3,4 L. cinereus X X X 1,2,3,4 L. intermedius X X X 1,2,3,4 L. xanthinus X X X 1,2,3,4 Leptonycteris curasoae X X X 1,2,3,4 L. nivalis X X X 1,2,3,4 Lepus californicus X X 1,2,3,4 Liomys irroratus X X X 1,2,3,4 L. pictus X X X 1,2,3,4 L. spectabilis c X - Lontra longicaudis X X 1,2,3,4 Lynx rufus X X X 1,2,3,4 Macrotus waterhousii X X X 1,2,3 Cuadro III. Lista de las 152 especies de mamíferos potencialmente presentes en la Faja Volcánica Transmexicana. a b c , se refiere a su pertenencia como endémica alguna de las áreas de endemismo; a, FVT; b, FVT-DE; c, FVT-DW. Afinidad: se refiere a la ubicación primordial de la distribución geográfica de la especie, en las regiones Neártica (NEA), Neotropical (NEO) o de la Zona de Transición Mexicana (ZTM) (los límites de las tres regiones según Escalante et al. 2004). Nodo biogeográfico: se refiere a su presencia potencial en alguno de los nodos biogeográficos (1, 2, 3 ó 4) identificados por Escalante et al. (2004). Especie Afinidad Nodo NEA NEO ZTM Megadontomys thomasi X 1,2,3 Megasorex gigas X X 1,2,3 Mephitis macroura X X X - Microtus mexicanus X X X 1,2,3 Musonycteris harrisoni X 3 Mustela frenata X X X 1,2,3,4 Myotis auriculus X X X 1,2,3,4 M. californicus X X 1,2,3,4 M. carteri X - M. keaysi X 1,2 M. lucifugus X 1,2,3 M. nigricans X 4 M. thysanodes X X X 1,2,3,4 M. velifer X X X 1,2,3,4 M. volans X X 1,2,3,4 M. yumanensis X X 1,2,3,4 Nasua narica X X X 1,2,3,4 Natalus stramineus X X 3,4 Nelsonia goldmania X - Neotoma albigula X X 1,2 N. mexicana X X X 1,2,3,4 N. micropus X 1,2 N. nelsoni X 4 Neotomodon alstonia X 1,2,3,4 Notiosorex crawfordi X X - Nyctinomops femorosaccus X X X 3 N. macrotis X X X 1,2,3 Nyctomys sumichrasti X 1,2,3,4 Odocoileus virginianus X X X 1,2,3,4 Oligoryzomys fulvescens X X 1,2,3,4 Oryzomys couesi X 1,2,3,4 Osgoodomys banderanus X X 1,2,3 Pappogeomys bulleri X - Parastrellus hesperus X X 4, Perognathus flavescens X 1,2,3,4 P. flavus X X 1,2,4 Peromyscus aztecus X 1,2,3,4 P. beatae X 1,2,3,4 P. boylii X X X - P. bullatus b X 1,2,3,4 P. difficilis X X X 1,2,3,4 P. furvus X 1,2,3,4 P. gratus X 1,2,3,4 P. levipes X X 1,2,3,4 P. maniculatus X X X 1,2,3,4 P. melanotis X X 1,2,3,4 P. mexicanus X X 3,4 P. pectoralis X X - P. perfulvus X X 1,2,3 P. spicilegus X X 1,2 P. truei X X 1,2,3,4 496 ESCALANTE, T., G. RODRÍGUEZ, N. GÁMEZ, L. LEÓN-PANIAGUA, O. BARRERA Y V. SÁNCHEZ-CORDERO Respecto a la regionalización interior de la FVT,y a partir de la superposición de las distribuciones in- dividuales de las especies informativas del cladogra- ma final, observamos que la FVT no es una unidad homogénea. Por ejemplo, únicamente existen tres especies cuyas distribuciones se consideran cuasien- démicas de toda la FVT, ya que su área de superpo- sición no abarca toda la provincia, y se ubica hacia el centro y el extremo este: Cratogeomys tylorhinus, Neotomodon alstoni y Reithrodontomys chrysopsis (Fig. 4). Esto refleja que la FVT es un área suma- mente compleja y heterogénea, donde es difícil dis- tinguir una única área de endemismo determinada por las distribuciones de los mamíferos. Aunque no- sotros encontramos muchas especies que efectiva- mente son exclusivas de la FVT, ninguna de ellas ocupa toda el área de la provincia y, por lo tanto, no existe superposición exacta de al menos dos de ellas. Esto se debe a que la mayoría de las especies exclu- sivas tienen distribuciones muy pequeñas y alopá- tridas, por lo que una condición de homopatría es difícil de encontrar. Con base en el cladograma y la superposición cartográfica de las distribuciones de sus especies informativas, identificamos que existen al menos dos zonas diferentes dentro de la FVT, determinadas por Cuadro III. Continuación. Especie Afinidad Nodo NEA NEO ZTM Peropteryx macrotis X - Philander opossum X X 1,2,4 Potos flavus X 4 Procyon lotor X X X 1,2,3,4 Promops centralis X 3 Pteronotus personatus X 3,4 Puma concolor X X X 3 Reithrodontomys chrysopsisa X 1,2,3,4 R. fulvescens X X X 1,2,3,4 R. hirsutusc X - R. megalotis X X X 1,2,3,4 R. mexicanus X X 1,2,3,4 R. microdonb X 1,2,3,4 R. sumichrasti X X 1,2,3,4 Rhogeessa gracilis X 1,2,3 R. tumida X 1,2,3,4 Romerolagus diazib X 1,2,3,4 Saccopteryx bilineata X 1,2,3,4 Sciurus aureogaster X X 1,2,3,4 S. colliaei X - S. deppei X X 1,2,3,4 S. nayaritensis X X - S. oculatus X 1,2,3,4 Sigmodon alleni X X 1,2 S. fulviventer X X 1,2 Especie Afinidad Nodo NEA NEO ZTM S. hispidus X X X 1,2,3,4 S. leucotis X X 1,2,3,4 S. mascotensis X X 1,2,3 Sorex macrodonb X 1,2,3,4 S. monticolus X X 1,2,3,4 S. oreopolus X 1,2,3,4 S. saussurei X 1,2,3,4 S. ventralisb X 4 Spermophilus adocetus X 1,2,3 S. mexicanus X X 1,2,3 S. perotensisb X 1,2,3,4 S. variegatus X X 1,2,3,4 Spilogale putorius X X X 1,2,3,4 Sturnira lilium X X 1,2,3,4 S. ludovici X X 1,2,3,4 Sylvilagus audubonii X X 1,2,3 S. cunicularius X X 1,2,3,4 S. floridanus X X X 1,2,3,4 Tadarida brasiliensis X X X 1,2,3,4 Taxidea taxus X X 3 Thomomys umbrinus X X 1,2,3,4 Tlacuatzin canescens X X 1,2,3,4 Urocyon cinereoargenteus X X 1,2,3 Xenomys nelsoni X - Zygogeomys trichopusc X - su composición de especies: una preferentemente del este y otra del oeste. Dada su condición, ambas secciones de la FVT pueden ser elevadas a la cate- goría de provincia o ser tratadas como distritos den- tro de la FVT. Nosotros optamos por la segunda op- ción, ya que consideramos que la propuesta de ser consideradas como provincias independientes requie- re más estudios que incluyan otros taxones, un aná- lisis detallado de sus características ambientales pasadas y presentes, y la evaluación conjunta con su historia geológica. El distrito Este (FVT-DE) está delimitado por siete especies endémicas: Cratogeomys merriami, Pero- myscus bullatus, Reithrodontomys microdon, Rome- rolagus diazi, Sorex macrodon, S. ventralis y Spermo- philus perotensis. Los modelos de distribución de las especies del FVT-DE tuvieron una amplia superposi- ción, lo cual permitió delimitar un área de endemismo que probablemente se extiende hacia el sureste de Puebla y el norte de Oaxaca (Fig. 5). El distrito Oes- te (FVT-DW) tiene cinco especies endémicas: Crato- geomys gymnurus, Liomys spectabilis, Nelsonia gold- mani, Reithrodontomys hirsutus y Zygogeomys tri- chopus. Sin embargo, existe muy poca superposi- ción de sus áreas de distribución por lo que no se pudo delimitar apropiadamente un área de endemis- 497 BIOGEOGRAFÍA Y CONSERVACIÓN Fig. 4. Área de endemismo de la FVT, identificada por la presencia de tres especies cuasiendémicas (Cratogeomys tylorhinus, Neotomodon alstoni y Reithrodontomys chrysopsis). Los colores representan el número de modelos de distribución potencial superpuestos. Fig. 5. Distrito Este (FVT-DE) de la FVT, definido por la superposición de las distribuciones de más de dos especies. Se indica el número de modelos de distribución potencial superpuestos. 498 ESCALANTE, T., G. RODRÍGUEZ, N. GÁMEZ, L. LEÓN-PANIAGUA, O. BARRERA Y V. SÁNCHEZ-CORDERO mo, ya que, en general, estas especies tienen distri- buciones alopátridas (Fig. 6). Por otro lado, detectamos algunos patrones en- tre las especies informativas que se encuentran en la FVT: (a) especies que están en el FVT-DE y conti- núan su distribución hacia la Sierra Madre Oriental; (b) especies que se distribuyen en las costas del Pa- cífico y del Golfo, y se unen por las tierras bajas de la FVT (patrón neotropical); (c) distribuciones de es- pecies del FVT-DW que se extienden hacia la Sierra Madre Occidental; (d) especies que se extienden por las provincias de la Zona de Transición Mexicana; y (e) especies que se distribuyen hacia el Altiplano (patrón neártico). La mayoría de las especies que nosotros identifi- camos como endémicas de la FVT se distribuyen en bosques de coníferas del W de la FVT y entre los 1000 y 2500 m de altitud. La mayoría de estas tam- bién fueron identificadas por Escalante et al. (2003, 2005), Morrone (2001) y Munguía (2004). Las ex- cepciones más destacadas fueron: Microtus quasiater, la cual según nuestros modelos continúa su distribu- ción hacia Oaxaca; Neotoma nelsoni, que se eliminó en los cuadros marginales de la tercera corrida; Orthogeomys lanius, cuyo modelo no se intersectó con el polígono inicial; Pappogeomys alcorni, que no estaba en nuestra base de datos; y Peromyscus mekisturus, que fue marginal del polígono que usa- mos inicialmente y eliminado en la segunda corrida del PAE. Además, consideramos que es necesario confirmar la presencia de Peromyscus bullatus en el distrito Este (FVT-DE), ya que el modelo de distribu- ción potencial predice la mayor parte de su distribu- ción en la Sierra Madre Oriental y marginal dentro de la FVT. El hallazgo de dos distritos dentro de la FVT ha sido documentado anteriormente en la literatura. Flores-Villela (1991) identificó 15 regiones herpe- tofaunísticas en México, ninguna de las cuales co- rresponde a la FVT como una unidad similar al polí- gono que usamos inicialmente; de hecho, este autor encontró una sección al extremo este discriminada del extremo oeste de la FVT mediante un análisis de clasificación. Flores-Villela (1991) mencionó que la FVT (Eje Volcánico Transversal) es una región muy compleja que requiere de estudios detallados, lo cual coincide con nuestros resultados. Por otra parte, la provincia mastofaunística Volcánico Transversa fue reconocida empleando métodos cuantitativos por Ramírez-Pulido y Castro-Campillo (1992), la cual coincide en buena parte con nuestra propuesta a ni- vel de provincia, pero con diferencias en el noroeste y sureste. Morrone (2001) y Morrone et al. (2002) describieron a la provincia del Eje Volcánico Trans- mexicano, y la ubicaron en la subregión Caribeña, como perteneciente a la región Neotropical. Sin em- bargo, evidencia reciente justifica su ubicación en la Zona de Transición Mexicana (Escalante et al. 2004, 2007; Morrone 2005). Nuestros resultados, auna- dos a lo anterior, sugieren que en los distritos que encontramos se ubican especies con diferentes his- torias evolutivas, reflejadas en sus patrones de dis- tribución. Los nodos biogeográficos de Escalante et al. (2004) en la FVT se localizaron principalmente en los cuadros con alta riqueza de especies al este y sur de la provincia (nodos 1 y 2: 124 especies; nodo 3: Fig. 6. Distrito Oeste (FVT-DW) de la FVT. No hay superposición completa de al menos dos especies. Se indica cada una de las especies con distribuciones poco coincidentes. 499 BIOGEOGRAFÍAY CONSERVACIÓN 141 especies; nodo 4: 133 especies), en los límites de los cuadros cuya composición de especies difiere del resto de la FVT. Esto refuerza la idea de que existe una zona transicional en la FVT, y que esos cuadros pertenecen a la condición limítrofe de la provincia. En relación con el estado de conservación de las 152 especies de la FVT, 14 especies están amenaza- das, 13 son especies raras sujetas a protección es- pecial, tres están en peligro de extinción y una suje- ta a protección especial (Semarnat 2002). De las especies endémicas (las que delimitaron las áreas de endemismo FVT, FVT-DE y FVT-DW), Reithrodon- tomys microdon y Spermophilus perotensis tienen la categoría de amenazadas; Liomys spectabilis, Nelsonia goldmani, Peromyscus bullatus y Sorex ma- crodon son especies raras sujetas a protección es- pecial; y Romerolagus diazi y Zygogeomys trichopus están en peligro de extinción. Es decir, el 53% de las especies endémicas tiene prioridad de conservación debido al estatus de sus poblaciones. Al superponer las áreas de distribución potencial de las 15 especies endémicas con las 119 áreas naturales protegidas (ANP) (INE- Semarnat 2001) y las 151 regiones te- rrestres prioritarias (RTP) de Conabio (2000), en- contramos que de las 15 especies, solo nueve (60%) coincidieron con las ANP y 12 con las RTP (80%). Sin embargo, esto no garantiza su protección, ya que estas últimas áreas aún no cuentan con un decreto federal y existe un alto deterioro en las ANP de la FVT, ya que incluso algunas no presentan vegetación natural remanente dentro de ellas (Munguía 2004). Estudios de complementariedad y el establecimien- to de corredores biológicos (v. gr. Munguía 2004), así como la implementación de planes de manejo y conservación de las especies in situ, permitirán el mantenimiento de las especies y sus patrones de distribución a largo plazo. CONCLUSIONES La zona reconocida como la FVT es una zona rica en especies de mamíferos con un alto número de espe- cies que le son exclusivas, y también posee casi to- dos los géneros exclusivos del país. La FVT no es una unidad homogénea en cuanto a su composición de especies de mamíferos, por lo que su condición de unidad natural y provincia biótica debe revisarse, así como sus límites geográficos. Existen dos porcio- nes distintas de la FVT identificadas con base en la distribución geográfica de su mastofauna: una al este y otra al oeste, que fueron asignadas a la categoría de distrito, pero que requieren evaluación más deta- llada para analizar si deben ser consideradas provin- cias bióticas separadas. La FVT está constituida por varios nodos biogeográficos y se trata de un área compleja, con componentes bióticos que señalan afi- nidades de biotas diferentes, dado lo cual debe con- siderarse como un área con alta prioridad de conser- vación. Las acciones de conservación de los mamífe- ros de la FVT deben incluir los siguientes aspectos de sus patrones de distribución: los sitios de mayor riqueza de especies, la presencia de especies exclu- sivas y de distribución restringida (alopátridas), las áreas de endemismo y sus especies endémicas (ho- mopátridas) y la condición transicional de su biota (nodos biogeográficos). Aunado a lo anterior, es ne- cesario tener en cuenta la transformación de los hábitats naturales, las áreas naturales que ya se encuentran decretadas, el estado de conservación de sus especies y aspectos sociales y económicos de las comunidades que se encuentran en la zona. AGRADECIMIENTOS T. Escalante agradece la beca posdoctoral 2004-2006 otorgada por DGAPA-UNAM. Miguel Linaje nos ayu- dó a elaborar los modelos de nicho ecológico y sus opiniones sobre la FVT han sido muy enriquecedo- ras. Agradecemos a Efraín García Celis y René Ra- mos Álvarez su colaboración en el manejo del MDT. Ismael Ferrusquía-Villafranca, Oscar Flores-Villela y Dante Morán-Zenteno nos proporcionaron literatura sobre la FVT. Este trabajo contó con el apoyo parcial del Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (proyecto SEMARNAT-CONACyT 2002-C01-314-A1 a VS-C). Los datos de registro de los ejemplares se obtuvieron de la Comisión Nacional para el Conoci- miento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO, www. conabio.gob.mx), y las siguientes colecciones: Co- lección Nacional de Mamíferos, Universidad Nacional Autónoma de México; Colección de Mamíferos del Museo de Zoología de la Facultad de Ciencias, UNAM; Colección de Mamíferos, Universidad Autónoma Me- tropolitana-Iztapalapa; Centro Interdisciplinario de Investigación y Desarrollo Regional de Oaxaca; Uni- versity of Kansas Natural History Museum; American Museum of Natural History, New York; National Mu- seum of Natural History, Washington, D.C.; Field Mu- seum of Natural History, Chicago, Illinois; Museum of Zoology, University of Michigan, Ann Arbor; Mi- chigan State University Museum, East Lansing; Museum of Vertebrate Zoology, University of Califor- nia, Berkeley; Texas Tech University Museum, Lub- bock; Texas Cooperative Wildlife Collections; y Texas A and M University, College Station. 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