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Problemas de disregulación emocional en adolescentes durante la pandemia por COVID-19. Trabajo de grado Ángela María Prada Acosta Laura Sofía Sánchez Gómez Directora: Claudia Carolina Botero García Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Psicología Bogotá, Colombia Noviembre de 2021 1 Resumen El objetivo de la presente investigación fue Identificar y analizar los posibles efectos emocionales que experimentan algunos adolescentes en el marco actual de la pandemia por COVID-19. Para esto se desarrolló una metodología de investigación cualitativa en la que, por medio de un cuestionario autoadministrado, se recolectó información sobre el proceso de acompañamiento psicológico que llevaron a cabo ocho practicantes de psicología de la Pontificia Universidad Javeriana vinculados a la Práctica de Atención Psicológica en Contextos. Durante los procesos previamente mencionados cada practicante atendió a uno o dos adolescentes pertenecientes a una institución educativa pública. La revisión de los datos obtenidos se realizó por medio de la técnica de análisis de contenido usando una matriz de análisis que contaba con categorías previamente establecidas y definidas. En las categorías de adolescencia, regulación emocional y COVID-19 se identificaron patrones que se presentaban con frecuencia en los adolescentes. Se concluye que la contingencia dada por la pandemia por COVID-19 agudizó las dificultades existentes en algunos adolescentes en las áreas de interacción con pares, convivencia familiar y regulación emocional. Palabras Clave: Acompañamiento psicológico, adolescentes, COVID-19, psicología clínica, cuarentena, regulación emocional, telepsicología. 2 Tabla de Contenido Resumen 1 Introducción 3 Planteamiento del problema 4 Justificación 7 Estado del arte 11 Marco teórico 21 Objetivos 38 Metodología 38 Tipo de investigación 38 Diseño de Investigación 39 Población y Muestra 40 Instrumento 41 Procedimiento 42 Consideraciones éticas 44 Categorías de Análisis 44 Subcategorías 45 Resultados 46 Adolescencia 46 Regulación Emocional 51 Pandemia por COVID-19 56 Discusión 63 Conclusiones y recomendaciones 74 Limitaciones y alcances 76 Referencias 78 Anexos 88 Anexo A. Tabla descripción de los participantes 88 Anexo B. Formato de preguntas enviado a los participantes 90 Anexo C. Formato de validación de preguntas entregado a jueces 94 Anexo D. Consentimiento informado para participantes 103 Anexo E. Asentimiento informado para los adolescentes 105 Anexo F. Consentimiento informado para cuidadores 107 Anexo G. Definición de subcategorías 109 Anexo H. Matriz de análisis de resultados 114 3 Introducción El brote del COVID-19 comenzó en diciembre del 2019 en China y se declaró pandemia el 11 de marzo del 2020 (OMS, 2020). El contagio es muy rápido y el virus se transmite principalmente por medio de contactos estrechos entre personas. Es por esto que esta pandemia trajo situaciones inesperadas para la mayoría de la población, teniendo en cuenta que una de las medidas adoptadas a nivel global para frenar el número de contagios fue el aislamiento total preventivo, por lo que personas de todas las edades se vieron obligadas a no salir de su casa por un periodo de aproximadamente seis meses. Se reconoce a los adolescentes como población vulnerable debido a que se encuentran expuestos a diferentes riesgos como exclusión social, cambios en la familia y verse inmersos en un ambiente fracturado, y/o, diversas contradicciones encontradas en la educación frente a su paso a la adultez (Rodríguez Vignoli, 2001). Es por lo anterior que se reconoce la importancia de realizar una investigación que describa la forma en la que se caracterizan los problemas de disregulación emocional en los adolescentes teniendo en cuenta el marco de pandemia y los cambios que esta ha traído a su cotidianidad. El presente trabajo investigativo constituye una sistematización de práctica, por lo tanto, está enmarcado en la práctica de “Atención Psicológica en Contextos” con enfoque comportamental de la carrera de psicología en la Pontificia universidad Javeriana, un espacio formativo donde estuvieron vinculadas las autoras de este trabajo, que se desarrolla en el séptimo y octavo semestre del pregrado de la carrera de Psicología, en el que los estudiantes realizan acompañamientos psicológicos individuales e intervenciones grupales en diferentes instituciones educativas ubicadas en Bogotá que se encuentran vinculadas con la universidad. Este documento está compuesto por la revisión detallada de teoría que se relaciona con la pregunta de investigación, junto con el análisis cualitativo del cuestionario que llenaron los practicantes respecto al proceso de acompañamiento psicológico en modalidad 4 remota que llevaron a cabo durante un semestre con un o una adolescente. De este modo la investigación cuenta con introducción, justificación, objetivos, metodología, categorías de análisis, resultados, discusión y conclusiones; teniendo en cuenta el desarrollo y análisis de ejes centrales como la Adolescencia, los Estilos de crianza, la Regulación emocional, los Cambios generados por el COVID-19, Tele psicología y finalmente el Telestudio. Los resultados obtenidos en este estudio aportarán al conocimiento respecto a los efectos que ha tenido la pandemia y sus implicaciones a nivel emocional en los jóvenes. Planteamiento del problema La adolescencia se caracteriza por ser una etapa fundamental para la generación y establecimiento de habilidades para mantener relaciones interpersonales, la efectividad en la resolución de problemas, aprender a manejar las emociones y hábitos saludables como hacer ejercicio y tener una dieta balanceada. Los adolescentes son población vulnerable, ya sea esto por el momento en que se encuentran de su ciclo vital y los rasgos intrínsecos que conlleva como la labilidad emocional, el desarrollo de su personalidad e identidad y las desventajas procedentes de su relación asimétrica con las instituciones del mundo adulto (Oliveira et al., 2017). Por otra parte, un adolescente es vulnerable cuando se encuentra inmerso en un ambiente invalidante, debido a que puede llegar a cuestionarse acerca del entendimiento de sus propias experiencias y aprender que sus sentimientos y emociones son inaceptables para los demás. De esta manera, se propicia la disregulación emocional en el adolescente al no desarrollar de manera efectiva estrategias para lograr la regulación de sus emociones, lo que puede llegar a generar que éste presente conductas de riesgo (Miller y Rathus, 2015). Paralelamente, existe evidencia acerca de la relación entre la disregulación emocional y la aparición de conductas de riesgo y trastornos del estado de ánimo en población adolescente (Burwell y Shirk, 2007). Esto tiene gran relevancia en el contexto colombiano si 5 se tiene en cuenta que, en la encuesta nacional acerca de salud mental (ENSM, 2015), las tasas más altas de suicidios corresponden a los hombres que se encuentran en la edad de 20- 29 años y en las mujeres, las tasas de suicidio más altas son de los 10 a 29 años, así mismo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2020, el suicidio se sitúa como la cuarta causa de muerte en individuos entre los 15 y los 19 años y entre el 10% y 20% de la población mundial de los adolescentes sufre de algún trastorno mental. Por lo tanto, se constituye “un problema de salud pública, en tanto los trastornos mentales (incluidos los que involucran procesos emocionales), cuando no son tratados durante la adolescencia, perduran hasta la edad adulta y deterioran progresivamente la salud física, mental y la calidad de vida” (Espitia, 2020, p.11). También, se ha evidenciadoque cuando un adolescente se ve en la necesidad de demorar constantemente el sentimiento de gratificación frente a una situación o acción, se pueden llegar a generar dificultades emocionales severas como el manejo del enojo, problemas de ansiedad o depresión (Miller y Rathus, 2015). Se asume que una gran parte de la población adolescente se ha visto afectada por la dificultad para tener sentimientos placenteros en la actualidad, dado que por el aislamiento derivado por la pandemia por COVID-19 no se ven expuestos a situaciones que generen gratificación inmediata como la relación con sus pares y el distanciamiento de sus cuidadores en búsqueda de independencia (Gaete, 2015). A pesar de esto, la literatura en el campo de la regulación emocional en adolescentes es escasa, ya que no se ha investigado a profundidad de qué manera experimentan los adolescentes la disregulación emocional y, por lo tanto, este vacío teórico dificulta que las disciplinas aplicadas tengan evidencia para desarrollar programas y políticas de prevención e intervención, tanto con padres, pedagogos, como en otros contextos. 6 Por otra parte, se entiende que la cuarentena implica el aislamiento propio en un solo lugar. De esta manera, las personas tienden a encerrarse por un periodo de tiempo (que suele ser el expedido por una autoridad) con las personas que viven en su residencia, lo que puede generar que se presenten con mayor frecuencia conflictos de convivencia al encontrarse con la imposibilidad de interactuar con otros individuos. Otro factor estresor, se encuentra en el hecho de que las actividades que se realizan de manera cotidiana en otros espacios se ven en la necesidad de adaptarse para ser realizadas en el espacio de residencia o en algunos casos se ven totalmente interrumpidas. Por esta razón, se ha investigado acerca de los efectos que tiene la cuarentena en el ser humano encontrando un alto porcentaje de efectos psicológicos como: …agotamiento, desapego de los demás, ansiedad, irritabilidad, insomnio, falta de concentración, indecisión, deterioro del rendimiento laboral y trastornos emocionales, destacando por su mayor prevalencia el ánimo bajo y la irritabilidad (…) temor, nerviosismo, tristeza y culpabilidad y sólo un porcentaje bajo refería sentimientos positivos y de bienestar. (Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, 2020, p.25) También se observó en otro estudio llevado a cabo en Estados Unidos después de la pandemia dada por H1N1, que cerca de un-tercio de niños que eran sometidos a cuarentena en una epidemia, cumplian en general con los criterios establecidos para estrés postraumático y mostraron tasas significativamente altas de síntomas en todas las subescalas evaluadas para el mismo (Silman y Sprang, 2013). Paralelamente, diversos estudios evidencian que a mayor duración del confinamiento hay más riesgo de desarrollo de problemas de salud mental, por lo tanto, es necesario investigar qué efectos podría tener esta cuarentena para los adolescentes al ser la más larga registrada históricamente. 7 Por lo expuesto anteriormente, la presente investigación pretende comprender ¿Cómo se caracterizan los problemas de disregulación emocional y de qué manera experimentan algunos adolescentes los cambios derivados por la pandemia por Covid-19? Para así, por medio del reconocimiento e identificación de factores y patrones que se dan en los procesos de regulación y disregulación emocional de esta población, se puedan desarrollar programas de prevención e intervención frente a problemas emocionales. Por otra parte, esta investigación busca ofrecer más información acerca del acompañamiento psicológico en adolescentes de manera virtual y de la percepción que ellos tienen frente a esta nueva modalidad. Justificación La presente investigación que aborda las implicaciones que ha traído la crisis de salud pública durante el último año y medio en la regulación emocional de los adolescentes, permite tener más información respecto al estado de salud mental de los jóvenes, lo que apoya la comprensión del fenómeno de la de regulación emocional en el marco de pandemia por COVID-19. Siendo la Psicología una disciplina que “tiene como finalidad el mejoramiento de algunos problemas humanos que han sido categorizados como problemas de salud mental, o problemas en el desarrollo de las personas” (Peña, 2016, p.2), se ve la necesidad de contar con información sobre el impacto de diferentes factores sobre la salud mental de las personas tras la situación generada por el COVID-19. Esta situación es entendida en el presente estudio como la pandemia ocasionada por la enfermedad de Coronavirus causada por el SARS-CoV-2, se ha evidenciado que este virus tiene un alto índice de infección generando que las medidas de prevención para la propagación del mismo decretadas por la Organización Mundial de la Salud sean el constante lavado de manos, la desinfección de artículos y el distanciamiento social, reconociendo este 8 último como determinante para las nuevas dinámicas sociales, políticas y económicas desarrolladas a la largo de los años transcurridos. A nivel nacional, se han estudiado los efectos que la pandemia ha traído en las y los colombianos a nivel psicológico, teniendo en cuenta factores como el nivel educativo de los encuestados, así como la situación económica en la que se encontraban antes de la pandemia. En una encuesta realizada por el DANE en octubre del 2020 se encuentran algunos datos interesantes sobre el impacto de la pandemia sobre la salud mental de los jóvenes. Por ejemplo, se pudo evidenciar que los estudiantes que poseen formación educativa técnica eran quienes presentaban mayor preocupación y nerviosismo en el contexto de pandemia por COVID-19, respecto a quienes se encontraban en el nivel de educación media se pudo evidenciar que el 37% reportaba sentirse preocupado-nervioso, el 20, 1% reportaba sentirse triste y el 18, 6% reportaba sentirse cansado. Adicionalmente, en la misma encuesta frente a la categoría de bienestar subjetivo, expectativas, pobreza y salud mental, se pudo reconocer que el 46% de los encuestados consideraban que su situación económica era mucho peor comparándola con la del año anterior, así mismo el 47% creia que la situación económica en el hogar del momento en el que se realizó la encuesta a un año sería mucho peor. Los problemas que traen las dificultades económicas en el hogar se pueden ver representados en las mayores tasas de preocupación, tristeza, dificultades para dormir y cansancio que presentan en el 2020 las personas que ya se encontraban en situación de pobreza monetaria en el 2019. En este sentido, es evidente como diversos factores que aparecieron como consecuencia de la pandemia han afectado a la población general, facilitando la aparición de dificultades emocionales que se deben investigar en pro de la búsqueda de mayor bienestar psicológico. Una de las problemáticas más grandes que trajo consigo la pandemia por COVID-19, es el mayor índice de desempleo en el contexto colombiano, país en el que las tasas de 9 desempleo ya eran altas antes de la crisis de salud pública. Por lo tanto, es importante analizar los cambios que se dieron en el aspecto laboral en las vidas de las y los colombianos. De acuerdo con Vallejo (2021) observamos que en octubre de 2018 el desempleo fue del 9.1 %, mientras que para el mismo mes de 2019 ascendió a 9.8 % y para febrero de 2020, antes del confinamiento obligatorio para contener el avance de la pandemia, el desempleo alcanzó el 12.2 %. A su vez, con el agravamiento de la pandemia en octubre de 2020 el desempleo llegó al 14.7 % (p. 7). Teniendo en cuenta el aumento en las cifras de desempleo, es fundamental estudiar los posibles efectos que pudieron traer la pérdida del trabajo a los jóvenes, ya que esta pudogenerar cambios desde aspectos como el estilo de vida y el acceso a determinadas comodidades hasta la posibilidad de consumir la cantidad requerida de alimentos. Los estudios sobre intervención psicológica en infancia y adolescencia durante la pandemia por COVID-19 permiten identificar los posibles efectos que tiene el vivir en este contexto para esta población. Fernández (2019) expone que: La salud mental de niños y adolescentes es dinámica y el resultado de la compleja relación entre recursos y habilidades personales, factores contextuales y determinantes sociales, que en la dimensión diaria están directamente involucrados en las posibilidades de participación, disfrute, reconocimiento y enfrentamiento de desafíos (como se citó en Barboza, et al., 2020, p. 180). Los factores contextuales y los determinantes sociales se encuentran alterados y son probablemente diferentes a las expectativas que tenían los adolescentes para el momento en el que comenzó la pandemia, por lo que, aspectos como la participación en espacios de desarrollo como el colegio y la familia junto con la capacidad de enfrentar desafíos se ven alterados en la actualidad para los jóvenes. 10 Teniendo en cuenta las cifras revisadas previamente que permiten evidenciar algunas problemáticas en términos de salud mental y de situación económica en los hogares de los jóvenes adolescentes, es necesario entender cómo la vulnerabilidad social puede agravar las dificultades que se presentan en términos de regulación emocional. Lázaro (2020) menciona que “También la calidad de las relaciones con los iguales tiene un gran impacto en la salud mental del niño y del adolescente” (p.4), lo que invita a estudiar los cambios de interacción que se han dado entre los adolescentes debido a las medidas de aislamiento preventivo y consecuentemente y la dificultad para encontrarse presencialmente con sus pares, tanto en las instituciones educativas como otros espacios sociales. En cuanto a la pertinencia interdisciplinar, el presente estudio permitirá que disciplinas como la pedagogía puedan nutrirse de información sobre lo que pasa a nivel emocional en los adolescentes en la actualidad y hacer uso de esta para su quehacer. Por otra parte, esta investigación también será útil para las disciplinas del área de la salud, ya que aporta una caracterización de los problemas emocionales que presentan los jóvenes y aporta un acercamiento al estado de salud mental de los adolescentes en el contexto de pandemia. Los resultados que arroje el presente estudio serán útiles para la creación y adaptación de políticas públicas que generen espacios para la promoción, prevención e intervención de la salud, en donde se vele por el bienestar y desarrollo de las y los jóvenes en Colombia, gracias a la identificación y profundización en las problemáticas que se presentan en las vidas de estos. En términos sociales, el desarrollo de una investigación que devela la complejidad de dificultades a nivel emocional que se pueden presentar en los adolescentes en el contexto actual, fomenta la experiencia de empatía y cuidado por el otro gracias al reconocimiento y la comprensión de las vivencias de los y las adolescentes. 11 Estado del arte En el presente apartado se abordarán investigaciones realizadas en torno a las disregulación emocional y su relación con el apego, el estilo de crianza, la adolescencia. Adicionalmente teniendo en cuenta el contexto de pandemia por COVID-19 se presentan estudios elaborados alrededor del COVID-19 y la salud mental, el tele estudio y la tele psicología. Dis/ Regulación Emocional y apego El tipo de apego juega un papel fundamental en el desarrollo y la forma de relacionarse de los seres humanos, por lo tanto, es fundamental reconocer cómo este se relaciona con la regulación emocional o los problemas en la misma. Las personas con estilos de apego seguro suelen tener buen desempeño social y poseen los recursos para lidiar con los retos de la etapa vital (Olivia, 2011) lo que apoya a la expresividad afectiva, esfuerzos por modular la excitación y la búsqueda de otros cuándo necesitan apoyo, por lo general suelen ser personas que se sienten cómodas con la expresión emocional de sus afectos y no muestran restricciones emocionales (Garrido-Rojas, 2006). Se ha encontrado que las personas con apego ansioso presentan diversas dificultades en el aspecto emocional; con los padres cuando se da el proceso de búsqueda autonomía presentan miedo de enfrentar a la figura de autoridad, en el aspecto social tienen altos niveles de ansiedad para interactuar con otros y presentan una tendencia a verse desbordados por sus emociones, lo que refleja la dificultad para regular sus estados anímicos (Oliva, 2011). Asimismo, las personas con apego ansioso suelen tener dificultades con la expresión emocional y un alto nivel de preocupación y angustia por estar lejos de sus figuras vinculares (Garrido-Rojas, 2006). En el caso de las personas con apego evitativo, se evidencia poco contacto con los padres y una expectativa negativa sobre los demás, lo que hace que eviten el apoyo de otros 12 cuando se sienten angustiados (Oliva, 2011). También presentan baja expresión emocional y alta presencia de afecto negativo, con dificultades para reconocer las experiencias emocionales internas y un constante intento de regulación emocional que busca evitar por completo los diferentes estados emocionales (Garrido-Rojas, 2006). En el estudio realizado por Hanoos (2020) donde se midió la relación entre los diferentes estilos de apego y la desregulación emocional en una muestra de 607 sujetos, se encontró que los participantes que cuentan con un apego seguro no presentan dificultad a la hora de regularse emocionalmente al ser comparados con los que tienen un apego inseguro. Así mismo, se encontró una relación entre la disregulación emocional y los apegos inseguros de tipo evitativo y ansioso. Esto va acorde con los resultados de Guzmán-Gonzáles et al. (2016), donde en una muestra 548 estudiantes en Chile, se encuentra que las características del apego están relacionadas con la aparición de dificultades en la regulación emocional. También, en recientes estudios se ha encontrado que “existe una correlación negativa entre el estilo de apego preocupado con la reevaluación cognitiva; y positiva con la supresión emocional” (Mayorga-Parra y Vega, 2021, p. 54) Lo anterior permite evidenciar que dependiendo del estilo de apego que tengan los adolescentes, estos tendrán la posibilidad de desarrollar habilidades de regulación emocional, identificando así, los tipos de apego evitativo y preocupado como los que más dificultan la identificación, nominación y expresión emocional. Es evidente que el tipo de apego está implicado en la forma en la que una persona se relaciona con otros y afecta casi todas las áreas de la vida, resaltando que las personas con afecto evitativo y ansioso suelen tener varias dificultades a nivel de identificación y expresión emocional, lo que implica una mayor dificultad para que se presenten procesos en los que las personas puedan desarrollar estrategias de regulación emocional. 13 Dis/ Regulación Emocional y estilo de crianza Teniendo en cuenta la revisión teórica realizada por Jorge y González (2017) y la realizada por las investigadoras en el presente estudio acerca de estilos de crianza, se evidencia la necesidad de investigar sobre la relación existente entre la regulación emocional en adolescentes y la forma en la que fueron criados. A partir de lo planteado por Quesada (2014) “se reafirma que la familia es el primer grupo del que forma parte un niño a lo largo de su desarrollo, donde aprenderá e imitará todo tipo de experiencias” (como se citó en Jorge y González, 2017, p. 54). Los padres en su relación con los hijos son los modelos de referencia másimportantes de su vida, por lo que la falta de apoyo y de responsabilidad parental son actos que ocasionan graves consecuencias para un desarrollo equilibrado (Torío-López et al., 2008). Otro estudio realizado en Canadá, confirma la importancia del apoyo y control parental en la adaptación psicológica de los jóvenes, allí se destacó el efecto significativo de las prácticas parentales durante un período de cuatro años además de distinguir los efectos del apoyo emocional y el control coercitivo, tanto de las madres como de los padres donde se concluyó que para promover una mejor autoestima y reducir la angustia psicológica entre los adolescentes, es importante que los padres ofrezcan su apoyo durante la adolescencia y eviten el control abusivo. Asimismo, las pautas educativas parentales han sido asociadas con otras variables tales como rendimiento escolar, agresividad, hiperactividad, síntomas depresivos, ansiedad y conductas disruptivas (Guzmán et al., 2016). Como se ha visto anteriormente, este tipo de conductas desadaptativas son el resultado de la disregulación emocional. Es pertinente enunciar que una de las causas de la disregulación emocional señaladas por Linehan (2015) es que un individuo se encuentre en un entorno invalidante para él, siendo esto comúnmente encontrado en el estilo de crianza autoritario, dado que prevalecen las críticas y la falta de comunicación y afecto (Dion et al., 2016). Apoyando lo anterior, se encuentra un estudio 14 realizado por Betancourt y Palos (2011) en donde los resultados muestran que las estrategias del control psicológico parental (e. g., inducción de culpa, chantaje, intromisión, críticas excesivas) son poco recomendables, puesto que se asocian de forma significativa con los problemas tanto emocionales como de conducta en adolescentes. Viendo la incidencia que el estilo de crianza tiene en la regulación emocional de los adolescentes; es necesario en primera instancia, realizar más investigaciones para poder observar el alcance que la crianza puede tener en el desarrollo de estrategias de regulación emocional. En segunda instancia, realizar psicoeducación a los padres acerca de cómo ejercer su autoridad sin necesidad de generar espacios invalidantes o que no fomenten la autonomía y por último, incentivar con mayor fuerza el implemento de la validación emocional como herramienta terapéutica. Dis/ Regulación Emocional y Adolescencia Recientemente ha aumentado el interés por el estudio de la regulación emocional y la influencia de la misma en la etapa de la adolescencia. Se plantea que el rol mediador de la regulación emocional puede ser diferente durante la adolescencia que en la adultez (De France y Hollenstein, 2020) del mismo modo, hay evidencia que sugiere que la experiencia de la regulación emocional durante la adolescencia es diferente a la que se tiene en la adultez (De France y Hollenstein, 2019; Iwanski y Zimmermann, 2014). De acuerdo con esto, se ha observado que los adolescentes refieren más cambios en sus estados de ánimo, más intensidad en sus experiencias emocionales y reacciones más rápidas hacia estímulos emocionales, junto a respuestas fisiológicas más intensas (Silk et al., 2009). La psicóloga Carol Dweck (2017) plantea una categorización de la mentalidad que cada individuo posee, básicamente, explica la “mentalidad fija” en donde las personas creen que sus habilidades, personalidad, talento e inteligencia son rasgos innatos que poseen y que por ende son poco o inmodificables y con la “mentalidad de crecimiento” se entiende que 15 diversos aspectos se pueden desarrollar y cambiar a través del esfuerzo y/o la enseñanza. Aplicando esto al contexto de la presente investigación, diversos autores (De France y Hollenstein, 2019; Skymba et al., 2020) han encontrado que individuos con una mentalidad de crecimiento (frente a las emociones) tienden a mostrar menores niveles de síntomas depresivos y que cuando experimentan una emoción negativa, tienden a pensar a profundidad acerca de qué está mal, buscan observar y comprender la situación desde otras perspectivas, todo en un intento de reducir esta sensación de malestar. Lo que sugiere que la creencia de maleabilidad cognitiva puede ser un factor importante que explica las diferencias individuales en el uso de adaptadores de regulación de las emociones como la reevaluación cognitiva, por ende, los relatos que nos decimos sobre nosotros mismos y las experiencias vividas cambian la forma en que interactuamos con nuestras emociones cuando enfrentamos retos o situaciones desafiantes. Un estudio realizado en China (Zhu et al., 2020), se centró en la asociación entre la creencia en la maleabilidad cognitiva, la regulación de las emociones y el bienestar observado en 735 jóvenes inmigrantes entre 11-17 años y 285 jóvenes entre 10 – 19 años. Se encontró que los individuos que creen que la cognición puede cambiar son más propensos a adaptar sus pensamientos. Del mismo modo, la creencia en la maleabilidad cognitiva puede incrementar el sentido de control sobre los pensamientos y fomentar la reevaluación de estos, junto con el aumento de la confianza en el uso de la reevaluación cognitiva dada su eficacia. Los avances anteriormente mencionados, son de especial pertinencia en el campo de la intervención y la psicoeducación, ya que, evidencian la necesidad de fomentar en la población adolescente una mayor flexibilidad en cuanto a sus emociones. Siguiendo las terapias de Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y Terapia Dialéctica Conductual- DBT (por sus siglas en inglés) las cuales se orientan a facilitar una mayor aceptación de las emociones, para posteriormente, por medio del desarrollo de diversas habilidades lograr un 16 mayor control y equilibrio de estas. Es necesario resaltar, que la mayoría de los estudios mencionados en este apartado fueron realizados con una población de origen caucásico, por lo que es relevante recrearlos en diferentes contextos como el latinoamericano, para observar de qué manera influye el contexto en los resultados. Por otra parte, se ha visto que la disregulación emocional, puede vincularse (Kring y Sloan, 2009) o verse como predictor (Beauchaine et al., 2007) de diversas conductas desadaptativas o trastornos mentales como el consumo de sustancias (Fox et al., 2008), con los trastornos de la ansiedad (Roemer et al., 2009), el trastorno de estrés postraumático y con las autolesiones (Gratz y Tull, 2010). También, se ha demostrado que los problemas de regulación emocional influyen en la sintomatología depresiva y ansiógena, así como en los comportamientos disruptivos (motricidad excesiva, déficit de control atencional o conductas de desobediencia, paralelamente sugieren que la regulación emocional es un factor central en el desarrollo y mantenimiento de trastornos mentales en adolescentes (Caqueo et al., 2020, p.213) Se observa que es necesario investigar más acerca de la influencia que tienen las variables de género en la regulación emocional aunque se haya encontrado en algunos estudios que las mujeres tienden a presentar más síntomas depresivos desde el comienzo de la adolescencia (Barra et al., 2006). Por otro lado, se observó en un estudio de tipo cualitativo llevado a cabo por Sesma (2017) con 20 estudiantes de España entre los 14 y 17 años, que la aparición recurrente de un mecanismo desadaptativo como la disregulación emocional, puede dar lugar en un segundo tiempo a la aparición de trastornos de ánimo, trastornos de conducta y conductas autodestructivas (autolesiones). Así mismo, se enuncia que los adolescentes se ven afectados por la disregulación emocional directamente en las esferas social, familiar y escolar. También se deja en claro la importancia de la validación en el proceso terapéutico al afirmar que un elemento bastante problemático es el entorno invalidanteen el que a veces se ven inmersos. 17 Teniendo en cuenta lo abordado en este apartado, se reconoce que un tipo de entorno invalidante dado por la familia, los estilos de crianza, la sociedad y otros factores, aún mantienen un estigma negativo frente a la importancia de la salud mental. Por lo tanto, es necesario trabajar desde la psicoeducación con la población general y promover la creación de espacios para los jóvenes que tienen dificultades en la regulación emocional. COVID- 19 y salud mental La propagación del virus por COVID-19, la cual es considerada desde el 11 de marzo de 2020 una pandemia, ha generado grandes cambios en la vida de la población mundial, principalmente por la importancia de evitar el contacto físico con otros. El aislamiento preventivo que se ha establecido en varios países con el fin de evitar el aumento en contagios ha generado múltiples dificultades a nivel emocional en los individuos, sumadas a la constante preocupación e incertidumbre por la salud propia y de los seres queridos. En el marco de las condiciones actuales, los adolescentes son considerados uno de los grupos poblacionales más vulnerables, ya que se ve dificultado el proceso de interacción con pares y búsqueda de autonomía, los cuales son algunas de las metas principales en esta etapa del ciclo vital. En sus planteamientos, Hernández-Rodríguez (2020) menciona que debido a la falta de interacción con pares y la imposibilidad de participación física en clases, se ha visto un aumento en los niveles de ansiedad en los jóvenes, resaltando también las dificultades que pueden tener algunos para unirse a las clases virtuales por la falta de conexión a internet o acceso a dispositivos electrónicos. Se ha evidenciado desde el inicio de la pandemia un aumento en problemáticas psicosociales como la depresión, la ansiedad y el insomnio (OMS, 2020) sumado a dificultades para concentración, irritabilidad, nerviosismo, entre otros, en niños niñas y adolescentes (Ausín et al., 2020), estos planteamientos se ven apoyados por lo que menciona Sánchez (2012) cuando expone que “Los niños y adolescentes constituyen un colectivo de 18 especial vulnerabilidad, la cual puede incrementarse si presentan características familiares, educacionales, socioeconómicas o condiciones físicas y/o mentales desfavorables” (p. 137). Así mismo, un sondeo realizado por la UNICEF en septiembre del 2020 muestra que la crisis del COVID-19 ha tenido un importante impacto en la salud mental de las y los adolescentes y jóvenes de Latinoamérica y el Caribe; también, se reporta que “entre las y los participantes, 27% reportó sentir ansiedad y 15% depresión en los últimos siete días (...) también el 46% reporta tener menos motivación para realizar actividades que normalmente disfrutaba y que 36% se sienten menos motivados para realizar actividades habituales. Así mismo, en un estudio realizado en España e Italia donde se midió el impacto de la cuarentena en niños y adolescentes, se encontró que el 85.7% de los cuidadores encuestados reportan un cambio en el estado emocional y en los comportamientos presentados (aburrimiento, irritabilidad, sentimiento de soledad, mayor propensión a pelear, etc.) por los adolescentes y niños durante la cuarentena (Espada et al., 2020). La investigación realizada por Reyes y Trujillo (2020) expone testimonios de estudiantes universitarios de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, que expresan presentar complicaciones relacionadas con la depresión, angustia, miedo y ansiedad que han surgido a causa de la pandemia. En este sentido, también se debe tener en cuenta que las medidas restrictivas para evitar la suma en los contagios cómo las cuarentenas, tienen impactos negativos en el bienestar global de los individuos que no sólo se presentan durante las cuarentenas sino también mucho tiempo después de que concluyen (Broche-Pérez et al., 2020). Tele estudio Actualmente, diferentes entidades gubernamentales y no gubernamentales, docentes, estudiantes y padres de familia, dirigen grandes esfuerzos para dar respuesta a las demandas y exigencias que trae la educación virtual, especialmente en el contexto de pandemia por 19 COVID-19 que dificulta o incluso imposibilita la realización de clases presenciales. Por esto, es necesario reconocer que las diferencias observadas en el nivel socioeconómico de las poblaciones junto con la falta de recursos electrónicos en las áreas rurales podrían aumentar tras la implementación global del telestudio (Bueno, 2021; Lloyd, 2020; ONU, 2020; Vivanco-Saraguro, 2020). La nueva realidad que trae la pandemia involucra la toma de decisiones y el empleo de estrategias de innovación educativa para que los estudiantes tengan acceso a la educación a través de herramientas tecnológicas, facilitando que las redes sociales y los entornos virtuales de aprendizaje tomen relevancia, teniendo en cuenta que las anteriores son las herramientas óptimas para acceder a una educación vía online (Sornoza y Yánez, 2020). La implementación de la educación virtual es un reto para instituciones educativas y docentes ya que apareció de forma sorpresiva y sobre el cual se deben aportar soluciones rápidas y eficaces. Ceberio (2020) expresa que “Sobre estas bases de virtualidad absoluta, un docente debe ingeniárselas para maniobrar diferentes formas de implicar al alumnado en la información que propone” (p.17), para lo que resalta la importancia del uso de estímulos visuales y preguntas para captar el interés de los alumnos durante las clases en modalidad remota. La adaptación de los maestros y alumnos a la modalidad remota es un proceso que continúa en desarrollo a nivel mundial, por lo que estudios realizados en países como Indonesia resaltan que a pesar de que los colegios brinden el apoyo de los profesores a distancia por medios como WhatsApp, los estudiantes y padres no sienten que sea suficiente y perciben una actitud pasiva por parte de las instituciones ante las necesidades de los estudiantes (Putra et al., 2020). Es importante resaltar que no se encontraron publicaciones que ahonden en los efectos emocionales que el telestudio puede tener en los adolescentes, sin embargo, si se contrasta con el teletrabajo y sus similares características, se podría presentar 20 mayor esfuerzo y sobrecarga en las labores, incremento en los niveles cotidianos de estrés, irritabilidad, fatiga mental, entre otros (Aliaga et al., 2021). Situándose en el contexto socio demográfico en el que se desarrolla la presente investigación, se debe tener en cuenta la infraestructura tecnológica que posee la ciudad de Bogotá, ya que, si bien es cierto que existe acceso a internet en la mayoría de las zonas, cabe destacar que en el 2019 el 25.1% de hogares en Bogotá no contaban con acceso a este servicio (DANE, 2020). Por lo tanto, es necesario realizar un sondeo actualizado para evidenciar qué parte de la población no ha tenido la posibilidad de vincularse al telestudio de forma efectiva durante la pandemia. Tele psicología De acuerdo con lo planteado por Traverso y Salem (2020) la tele psicología es una forma de ejercer la psicología por medio de dispositivos tecnológicos que pueden ser desde teléfono hasta cámaras y aplicaciones tecnológicas que faciliten las video conferencias. El uso de la tele psicología ha sido indispensable para poder continuar o comenzar procesos de acompañamiento psicológico en el marco de la pandemia por COVID-19 debido a las restricciones como aislamientos para evitar contagios que impiden la realización de sesiones presenciales entre terapeuta y consultante. En los casos de niños y adolescentes, se debe tener en cuenta que el contexto de pandemia trae como consecuencia que los entornos de desarrollo de niños y adolescentes se vean totalmente alterados y a su vez, que estos se encuentren expuestosa riesgos como el estrés psicosocial y problemas psicológicos a causa del brote de la enfermedad infecciosa, adicionalmente, la ansiedad que genera el confinamiento en los niños y adolescentes se puede ver expresada en conductas desafiantes, lo que en conjunto con el estrés que experimentan los padres (Espada et al., 2020), puede resultar en situaciones conflictivas en el hogar, dificultando aún más la convivencia entre los integrantes de la familia y empeorando los 21 sentimientos de malestar en padres e hijos. En cuanto a la afectación que tendrá la pandemia sobre la salud mental de jóvenes y niños, se resalta principalmente que en los individuos con rasgos de introversión preexistentes, podría aumentar la timidez y el evitar estar inmersos en contextos sociales; y que en los individuos que presentan tendencia a preocuparse se mantengan reacciones ansiosas y anticipaciones de amenaza posterior al final de las cuarentenas (Espada et al., 2020). En este sentido, se debe encontrar una forma de brindar atención psicológica efectiva y de calidad a esta población vulnerable; según Traverso y Salem (2020) “los estudios de eficacia que han comparado la práctica de la tele psicología clínica con la práctica presencial indican que no hay diferencias significativas entre una y otra”, esto sumado a la amplia cobertura que tiene la atención tele psicológica, permite evidenciar las ventajas de esta extensión de la práctica psicológica, como la disminución de barreras para recibir acompañamiento psicológico, donde se encuentran factores como la distancia, el transporte y el tiempo. Marco teórico En el presente capítulo, se presentarán las bases teóricas que fundamentan la investigación realizada acerca de la disregulación emocional en adolescentes en el contexto generado por el COVID-19. Del mismo modo, se presentan los diversos factores que pueden influir en el desarrollo de la regulación emocional y sus estrategias. En primera instancia, se hablará acerca de las emociones, el cómo son entendidas en la investigación y las funciones que poseen en el ser humano. En segunda instancia, se presentará la definición de regulación emocional, las diferentes estrategias para emplearla y algunas terapias psicológicas relacionadas con este constructo (Terapia de aceptación y compromiso, Terapia dialéctica comportamental). Posteriormente, se abordará el concepto de la adolescencia junto con los diversos factores influyentes en la regulación emocional durante 22 esta etapa. Por último, se presentará la tele psicología de la mano con su implementación, al ser este el modo en que se dieron las diferentes intervenciones a lo largo de la investigación. Emociones Las emociones son una característica inherente al ser humano, cada persona las puede experimentar y expresar de manera diferente, así mismo estas influyen en las decisiones que se toman en el día a día. De acuerdo con Hockenbury y Hockenbury (2007) “Una emoción es un estado psicológico complejo que implica tres componentes distintos: una experiencia subjetiva, una respuesta fisiológica, y una respuesta conductual o expresiva”. Por su parte, Antoni y Zenter (2014) plantean que las emociones son respuestas evolutivas que otorgan información respecto a lo que ocurre en el aquí y en el ahora, lo que permite generar respuestas con funciones de conservación, relacionamiento y socialización. Con base en lo anterior, se reconoce que las emociones son necesarias para la supervivencia y adaptación del ser humano en un contexto social. En términos adaptativos las emociones permiten al ser humano dar un tipo de respuesta específica al estímulo que tiene frente a él, a esto se le conoce como “tendencias de acción asociadas”; un ejemplo de esto es el miedo, que tiene como tendencias asociadas la huida, la lucha o la paralización (Aguado, 2014). Por otra parte, en torno a su función social, las emociones sirven como medio de comunicación para expresar necesidades o pensamientos. Al mismo tiempo, son un mecanismo efectivo de regulación del comportamiento ajeno. Debido a esto es importante conocer las emociones propias, el efecto que la comunicación de estas tiene en otros individuos y saber cómo determinan la forma en la cual percibimos nuestro entorno. Ser conscientes de las emociones propias y tener un adecuado manejo de ellas propiciará una buena calidad de vida en el individuo (Fernández y Ramos, 2016). 23 Regulación emocional A continuación, se abordará la regulación y la disregulación emocional, se definirán estos conceptos, sus aspectos relevantes y la relación que tienen con los trastornos psicológicos de ánimo. Contar con un repertorio de habilidades que permitan el manejo de emociones es fundamental. La regulación emocional puede entenderse entonces como “el proceso a través del cual los individuos modulan sus emociones y modifican su comportamiento para alcanzar metas, adaptarse al contexto o promover el bienestar tanto individual como social” (Bello y Pérez, 2017, p.96). En otras palabras, son las estrategias que buscan controlar los eventos afectivos. Por su parte Gross (1999) establece que en la regulación emocional se encuentran involucrados “aquellos procesos por los cuales las personas ejercemos una influencia sobre las emociones que tenemos, sobre cuándo las tenemos, y sobre cómo las experimentamos y las expresamos” (p. 275). Hervás y Moral proponen que la regulación emocional puede ser concebida como un proceso adaptativo; sin embargo, es necesario tener en cuenta que “los esfuerzos por controlar estados emocionales pueden ser efectivos y adaptativos, pero también ineficaces, disfuncionales e incluso contraproducentes” (2017, p.3). Finalmente, Linehan y Shearin (1994) sugieren que la regulación emocional hace referencia a “un sistema complejo de respuesta que implica aspectos bioquímicos, fenomenológicos, de expresión facial, cognitivos y conductuales” (como se citó en Vargas y Muñoz, 2013, p. 230). Así, el modelo de Gross acerca de la regulación emocional (1999) se plantea basado en la forma en que se genera una emoción, es decir, según este autor, este se puede dividir en varias fases: Situación > Atención > Interpretación > Respuesta. De este modo Gross plantea que la regulación emocional se expresa de diversas formas en cada fase. En primera instancia, el individuo puede decidir a qué situaciones exponerse tomando como referencia los aprendizajes que ha adquirido en vivencias pasadas, esta primera fase se ha denominado 24 teoría de selectividad socioemocional (Carstensen et al., 1999 como se citó en Hervás y Moral, 2017, p. 5). En el caso en que la persona ya se encuentre inmersa en una situación que exija una respuesta de regulación emocional puede intentar cambiar algunos elementos de esta, ya sea por medio de ciertas acciones o de la omisión de estos, a esto se le conoce como la “modificación de la situación”. Así mismo, algunos estudios demuestran que la atención se puede entrenar y en cierta medida automatizar para construir mecanismos de regulación emocional (Isaacowitz y Wadlinger, 2011). Por lo anterior, si una persona se ve inmersa en una situación poco modificable, tiene la capacidad de dirigir la atención a ciertos elementos con el fin de modular la respuesta emocional. Por otra parte, se puede optar por una “reevaluación cognitiva” en donde se realice una interpretación diferente de la situación en la que la persona se encuentra nuevamente con el fin de modular la respuesta emocional. Por último, se encuentra la regulación de la respuesta emocional, en donde la persona puede actuar con base en su reacción fisiológica y la manifestación comportamental de la misma (control de la expresión facial entre otras). Lograr regular las emociones es una habilidad que se desarrolla desde la infancia hasta la vejez, no se trata de una habilidadúnica que una vez alcanzada se mantiene en todo momento, por el contrario, está en constante entrenamiento. La regulación emocional se ve reflejada en el intento que tienen los niños de controlar las expresiones emocionales como el llanto o el grito, buscando responder de forma adecuada a los distintos escenarios de la vida. Así mismo, a temprana edad la mayoría de los niños aprenden que es en ciertos contextos donde es apropiado llorar con tranquilidad, mientras que, en otros se recibe un aversivo del ambiente por llorar sin control (Lombardo y Pantusa, 2013). 25 Aceptación emocional Se debe señalar la importancia de la aceptación emocional como una estrategia de regulación emocional no señalada por Gross. El modelo de regulación emocional basado en el procesamiento emocional plantea que Procesar las emociones -que implica abrirse a ellas, aceptarlas y comprenderlas-, es un proceso indisoluble a la regulación emocional. Tratar de regular las emociones sin abrirse a ellas, sin aceptarlas o sin comprenderlas, inevitablemente genera a corto, y sobre todo a medio plazo, dinámicas desadaptativas. (Hervás y Morales, 2017, p.8) Así mismo, en ella se han basado diversas terapias como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) en donde se busca la regulación emocional del consultante por medio de la aceptación de lo sucedido junto con las emociones que se presentan allí, también, se hace énfasis en una mirada al pasado pero desde el aquí y el ahora, de manera que se pueda normalizar de alguna forma lo sucedido (evento traumático o que genera dolor) y se empiece a ver el sufrimiento como parte de la vida cotidiana que todos enfrentan; con el fin de entender que tanto sufrimiento como bienestar, forman parte de la vida y de la normalidad. El sufrimiento no se debe comprender como anormalidad, enfermedad mental ni como incapacidad de un buen actuar, ya que se busca romper este emparejamiento social que asocia el sufrimiento con la incapacidad de actuar y la impotencia para dirigir la vida propia con relación a los valores (Wilson y Luciano, 2002). De esta forma, ACT tiene como finalidad que los clientes aprendan a tener serenidad para aceptar lo que no pueden cambiar, el coraje para cambiar lo que pueden y la sabiduría para conocer la diferencia. Esta serenidad es un marco de distanciamiento de los propios eventos privados, y es una 26 serenidad cargada de trascendencia como único marco en el que la elección es posible (Wilson y Luciano, 2002, p.258). Por otra parte, Terapia Dialéctica Comportamental (DBT), reconoce que hay un problema con la forma en la que el cliente piensa, pero el terapeuta debe en primera instancia motivar al cliente a aceptar esto en lugar de juzgarlo, y luego ayudarlo a analizar cómo puede hacer cambios para que su pensamiento logre estar más equilibrado (Van Dijk, 2012). Disregulación emocional Opuesta a la regulación emocional, la disregulación emocional se comprende como la incapacidad, incluso cuando se aplican los mejores esfuerzos, para cambiar o regular las señales emocionales, experiencias, acciones, respuestas verbales y/o expresiones no verbales en condiciones normativas. Así mismo, la disregulación generalizada de las emociones se ve cuando la incapacidad para regularlas ocurre en una amplia gama de emociones, la adaptación problemas y contextos situacionales (Linehan, 2015, p 6). Lo que sugiere que la disregulación se presenta cuando una persona no puede hacer frente a las emociones negativas o positivas que experimenta en determinadas situaciones de su vida. Por su parte Ciccetti et al. (1995) plantean que los problemas de regulación emocional se dividen en dos categorías, una que implica dificultades para modular la experiencia y expresión emocional y otra que se relaciona con intentos frecuentes de control o supresión de la experiencia y expresión emocional (como se citó en Muñoz-Martínez y Vargas-Gutiérrez, 2013), lo que se relaciona con algunos intentos ineficaces de modular las emociones que terminan generando mayor malestar. Lo anterior se ve reflejado en la definición que plantea Linehan (1993) para disregulación emocional; donde dicha disfunción involucra la presencia de dificultades para: 1. identificar experiencias emocionales específicas, 2. modular la activación fisiológica asociada, 3. tolerar el malestar y 4. confiar en las respuestas 27 emocionales como interpretaciones válidas de experiencias vitales” (como se citó en Tejada et al., 2012, p.2). Posteriormente Mennin et al. (2004) formularon un modelo de regulación emocional en el que buscan explicar algunos de los problemas relacionados con la ansiedad y el estado de ánimo; establecen entonces que la disregulación emocional se ve reflejada en cuatro aspectos fundamentales, 1. alta intensidad de emociones, 2. pobre comprensión de las emociones, 3. reacción negativa al estado emocional propio y 4. respuestas de manejo emocional inadecuadas (como se citó en Muñoz-Martínez y Vargas-Gutiérrez, 2013); este modelo apoya a una comprensión más detallada de algunos de los componentes de la disregulación emocional, teniendo en cuenta la reacción, comprensión y respuestas del sujeto en relación a su estado emocional. Palacios y Navarro (2016) exponen los fundamentos de la DBT y explican detalladamente el funcionamiento de la terapia propuesta utilizando como ejemplo algunos casos de individuos con TLP (trastorno límite de personalidad). En este, se aborda la disregulación emocional exponiendo las dificultades que tienen los individuos en la regulación de sus emociones y se relaciona con reacciones intensas y complicaciones para volver a su línea de base emocional. De este modo Palacios y Navarro (2016) mencionan que una persona con disregulación emocional “sufriría una alta vulnerabilidad a la intensidad emocional combinada con una incapacidad para regular las respuestas emocionales internas” (p.19). En este sentido, es pertinente resaltar la relación que se ha encontrado en los últimos años entre disregulación emocional y diversos trastornos psicológicos, en tanto que la falta de activación de estrategias de regulación podría estar contribuyendo a que, en determinadas personas, un estado anímico negativo pueda ir agravándose con el tiempo; observado en casos de depresión, la ansiedad, el trastorno límite de personalidad, entre otros (Tejada et al., 2012). 28 Adolescencia La regulación emocional también se ve atravesada por la etapa vital en la que se encuentra una persona y las habilidades que ha desarrollado a lo largo de su vida para lograr tener una modulación de emociones adecuada. Teniendo en cuenta esto, la adolescencia es concebida por Deval y Garcia (2010) como “un periodo de la vida tradicionalmente comprendido entre el comienzo de los cambios puberales y la adquisición de roles adultos” (p. 327). A pesar de lo anterior, es necesario realizar la aclaración de que la concepción de adolescencia está sujeta a cuestiones sociales que imposibilitan mantener una claridad y generalidad de los límites. En términos generales, la adolescencia se ha comprendido como el transcurso desde el inicio de la maduración física y hormonal que se presenta en la pubertad hasta la culminación del desarrollo reproductivo, sin embargo, como se mencionaba previamente el concepto de adolescencia depende en gran medida de determinantes culturales, sociales y biológicos. Por lo tanto, se ha establecido que la adolescencia puede transcurrir desde los 10 hasta los 22 años (Deval y García, 2010). Independientemente de las especificidades biológicas en cuanto a la edad de maduración del adolescente, existen algunas implicaciones psicológicas que acompañan el paso por la nueva etapa vital que impactan a los individuos. En primera instancia, los cambios físicos que suponen una apariencia externa adulta traen comoconsecuencia que “adultos cercanos comiencen a tratar al adolescente como adulto y no como niño... Esta diferencia de trato, de expectativas y de exigencias de madurez reportará un impacto psicológico en el chico o la chica adolescente” (Deval y García, 2010, p. 332). Adicionalmente, la etapa de la adolescencia se caracteriza por una búsqueda constante de autonomía e independencia que conlleva a que el joven procure pasar más tiempo con los pares (amigos y compañeros) y evite la cercanía con los padres. En la adolescencia aparecen 29 componentes emocionales más complejos acompañados por una creciente impulsividad, a pesar de esto, se espera que los adolescentes desarrollen mecanismos de regulación como el poder anticiparse a situaciones futuras, lo que les permite tener control en muchos escenarios (Lombardo y Pantusa, 2013). Pese a esto, muchos adolescentes tienen dificultades para mantener el control de sus respuestas emocionales; lo anterior puede generar malestar y consecuentemente la evitación de determinadas emociones. Así mismo, se empieza a hablar de madurez psicológica, la cual se caracteriza por la búsqueda de la identidad acerca de la cual Moreno (2007) plantea que “esta nueva identidad implica un nuevo concepto de uno mismo, la autonomía emocional, el compromiso con un conjunto de valores y la adopción de una actitud frente a la sociedad” (p.14). de este modo, el adolescente se ve inmerso en la búsqueda de mayor privacidad, autonomía e independencia de sus padres. Paralelamente, en la búsqueda de autonomía se reflejan “el choque entre la necesidad de apoyo parental en un momento en el que tienen que afrontar muchas tareas evolutivas, y la exigencia de exploración que requiere la resolución de dichas tareas” (Oliva, 2011, p.57). Por otra parte, se observa que en la adolescencia se busca principalmente la aprobación por parte de los pares más que de los padres, ya que se le da mayor importancia a la búsqueda de proximidad y de apoyo emocional en las relaciones de amistad. En este sentido Como han señalado Mayseless y Scharf (2007), este proceso normativo de acercamiento al grupo de iguales cumple tres funciones diferentes. En primer lugar, ayuda al adolescente a relajar los lazos con los padres y a conseguir cierta autonomía emocional. En segundo lugar, es una experiencia en relaciones igualitarias que le va a preparar el camino para el comienzo de las relaciones de pareja. Y, en tercer lugar, va a suponer una diversificación de la inversión emocional en distintas figuras de apego, 30 lo que puede resultar muy útil en situaciones de estrés en que algunas de estas figuras pudieran no estar disponibles (como se citó de Oliva, 2011, p.58). De este modo, en las nuevas relaciones que el ser humano empieza a establecer con los pares en su adolescencia (amorosas o de índole amistoso), se evidencia el tipo de apego que se ha ido desarrollando a lo largo de su ciclo vital. Por medio de estas interacciones se observa en qué manera responde cada individuo al ambiente determinado en el que se encuentra, es por lo anterior que se aborda a continuación la relación existente entre el apego y la regulación emocional que cada individuo posee. Apego y la regulación emocional. En este apartado se define la teoría del apego junto con los diferentes tipos existentes, posteriormente se expone la relación que existe entre estos y la regulación o disregulación emocional. Una de las bases fundamentales que permiten comprender la regulación emocional es la teoría del apego definida por John Bowlby (1998) como una forma de conceptualizar la propensión de los seres humanos a formar vínculos afectivos fuertes con los demás y de extender las diversas maneras de expresar emociones de angustia, depresión, enfado, cuando son abandonados o viven una separación o pérdida (como se citó en Gago, 2014, p.2). Bowlby define el apego como los primeros lazos afectivos que se generan entre el niño y su madre o cuidador principal, haciendo énfasis en las consecuencias que tiene el vínculo creado en el desarrollo socioemocional posterior del infante (Aguilar-Luzón et al., 2012). Posteriormente, basándose en los planteamientos de Bowlby et al. (1991) trabajaron en el desarrollo del modelo de cuatro estilos de apego: seguro, preocupado, desentendido y temeroso, en los que subyacen dos dimensiones: ansiedad y evitación (Guzmán-González et al., 2015). 31 Con base en lo anterior, se establece que en el apego seguro el niño desarrolla un modelo positivo tanto de sí mismo como del otro; lo que genera que este tipo de apego se encuentre asociado con bajos niveles de ansiedad y evitación. Por su parte, el apego preocupado genera que el niño desarrolle un modelo negativo de sí mismo y positivo del otro, este tipo de vínculo está relacionado con alto niveles de ansiedad y bajos niveles de evitación. En el apego desentendido o evitativo indiferente, el niño desarrolla modelos de sí mismo y de los demás positivos y negativos, este tipo de apego está relacionado con bajos niveles de ansiedad y altos niveles de evitación. Finalmente, en el apego temeroso el niño desarrolla un modelo negativo tanto de sí mismo como del otro y consecuentemente se presentan altos niveles de ansiedad y evitación (Guzmán-González et al., 2015). Los estilos de apego son fundamentales para el análisis de la regulación emocional en adolescentes y adultos ya que, la base para el despliegue de estrategias de regulación ante una situación de estrés se encuentra en la naturaleza de la primera relación vincular de las características individuales de cada persona. De este modo, Mikulincer y Shaver (2003) plantean que las personas con estilos de apego seguro acuden a la estrategia primaria que consiste en buscar proximidad con la figura de apego con el fin de encontrar protección y bienestar cuando se encuentran en una situación que genera estrés; mientras que, quienes tienen estilos de apego inseguros recurren a la estrategia secundaria que se caracteriza por la hiperactivación o desactivación de las necesidades de apego como forma de evitar el posible abandono en un caso y el rechazo en el otro. Es así como las estrategias de hiperactivación se presentan principalmente en las personas que experimentan ansiedad asociada al apego; estas estrategias se suelen expresar en una constante exageración de los signos de amenaza y reacciones de intenso malestar ante situaciones que les generan estrés. Adicionalmente, en la hiperactivación se presenta una constante búsqueda de proximidad ya que la distancia se experimenta como peligrosa o 32 indicadora de potencial abandono. Por otra parte, las personas que presentan rasgos de evitación acuden a las estrategias de desactivación, donde buscan suprimir y reprimir pensamientos y emociones negativas, lo que demuestra un intento por desactivar las conductas de apego como consecuencia del miedo a obtener resultados aversivos por la proximidad con la figura de apego, debido a esto la persona intenta minimizar el contacto con ella bien sea en la realidad o en su imaginación. A pesar de que estas dos tendencias (hiperactivación y desactivación) tienen finalidades opuestas, ambas suelen dar como resultado la disregulación emocional (Mikulincer y Shaver, 2003). En este sentido, es evidente que la relación que tienen los individuos con sus padres o cuidadores juega un papel fundamental en el desarrollo de la regulación emocional, ya que como se mencionaba previamente, el tipo de apego puede desembocar en dificultades en el aspecto emocional. Sin embargo, el tipo de apego no es el único factor familiar que está relacionado con la disregulación emocional, por esto se presentan a continuación los estilos de crianza y las implicaciones que tienen en la regulación emocional. Estilo de crianza y la regulación emocional. Sumadoal tipo de apego adquirido por el niño, el estilo de crianza es un determinante a la hora de desarrollar efectivamente la regulación emocional. Por lo tanto, los padres o cuidadores son fundamentales para el desarrollo de los hijos debido a que son los que establecen el estilo de crianza y, por lo tanto, las metas y las estrategias de socialización de los niños. Jorge y González (2017) mencionan que “los estilos de crianza se definen como los conocimientos, actitudes y creencias que los padres asumen en relación con la salud, la nutrición, la importancia de los ambientes físico y social y las oportunidades de aprendizaje de sus hijos en el hogar” (p.41). Teniendo en cuenta esto, la crianza influye en el desarrollo psicosocial de los niños, ya que se establecen las pautas, prácticas y creencias de crianza, es decir, las reglas que siguen los padres frente al comportamiento de los hijos, la educación que 33 los padres o cuidadores brindan y los comportamientos que fueron aprendidos por los padres, son una guía para criar a los niños. Se reconocen cuatro modelos en la crianza: autoritario, permisivo, democrático y negligente. El tipo de crianza autoritario se caracteriza por favorecer el castigo y restringir la autonomía de los niños, en este estilo de crianza se presenta un constante intento de controlar los comportamientos del niño. Así mismo, en la comunicación entre padres e hijos el diálogo no es facilitado. De hecho, Jorge y Gonzáles (2017) resaltan que en este estilo de crianza se presentan principalmente la falta de comunicación y afecto, los padres suelen ser extremadamente estrictos y primar el control y la obediencia en el hogar, estableciendo normas rígidas que los hijos deben cumplir sin opción de escoger. El estilo autoritario es el que tiene las consecuencias más negativas sobre la socialización de los hijos, debido a que genera que los niños sean inseguros, menos cariñosos, comunicativos y afectuosos y que tengan poca motivación para alcanzar metas. Además, puede afectar su autoestima y autonomía negativamente ya que les es difícil tomar decisiones de forma independiente. Por otro lado, el estilo de crianza permisivo se caracteriza por dar al niño altos niveles de autonomía. Tiene como objetivo evitar la autoridad, por ejemplo, en pocas ocasiones los padres recurren a las restricciones y al castigo, prefieren no ejercer el control ni establecer reglas. En cuanto a las expectativas frente a la responsabilidad y madurez, los padres que manejan un estilo de crianza permisivo no son muy exigentes, permiten que los niños controlen sus propias acciones y consecuentemente, no establecen normas que estructuren la vida de los niños. Los hijos toman decisiones que implican alto nivel de responsabilidad a pesar de no estar preparados para ello. Adicionalmente, los niños con este estilo de crianza, se caracterizan por ser muy afectuosos, acudir a la mínima demanda de atención y tener altos niveles de comunicación. Este tipo de crianza educa niños alegres pero dependientes, además 34 “se pueden presentar conductas antisociales, bajos niveles de madurez y éxito profesional” (Jorge y González, 2017, p. 47). Por otra parte, se encuentra el estilo de crianza democrático que se caracteriza por promover la comunicación y el razonamiento; allí, los padres respetan tanto la individualidad de los niños como su personalidad e intereses y los motivan a valerse por sí mismos, además, establecen valores y disciplina. Consideran que cada miembro de la familia tiene derechos y responsabilidades con respecto al otro, se interesan por desarrollar autonomía e independencia y no desean el control total sobre sus hijos. Asimismo, los padres democráticos se presentan afectuosos frente a sus hijos y definen reglas en el hogar compartiendo sus opiniones. Pretenden valorar y reforzar el buen comportamiento más no centrarse en la mala conducta. Según Jorge y Gonzáles (2017) en el estilo democrático hay una claridad sobre las expectativas que los padres tienen sobre sus hijos, lo que “Produce, en general, efectos positivos en la socialización: desarrollo de competencias sociales, índices más altos de autoestima y bienestar psicológico, un nivel inferior de conflictos entre padres e hijos, entre otras”(p. 48). Se resalta también que los niños con este tipo de crianza suelen tener buen desempeño en sus interacciones sociales. Finalmente se encuentra el tipo de crianza negligente, que se caracteriza por la constante indiferencia de los padres hacia los hijos, allí los cuidadores muestran muy poco afecto y no plantean con claridad las expectativas sobre sus hijos (Aguirre, 2016), presentando así falencias en el establecimiento de normas y valores en el hogar. En este sentido, se evidencia que los padres negligentes presentan baja intensidad en el apego y que los niveles de atención, cuidado y sensibilidad en la interacción con los hijos son también bajos (Arcos y Flores, 2017), por lo que los niños con este estilo de crianza presentan pocas respuestas afectivas en situaciones de la cotidianidad. 35 Los problemas de regulación emocional relacionados con el apego, estilos de crianza u otros factores, traen como consecuencia que algunos adolescentes requieran acompañamiento psicológico que favorezca el desarrollo de habilidades en torno a la identificación, nominación y expresión emocional. Por lo tanto, es necesario entender la forma en la que se están realizando las intervenciones psicológicas en la actualidad con el contexto de pandemia por COVID-19. Tele psicología Es necesario tener en cuenta el contexto en el que la investigación se desarrolla. Debido a la situación actual de pandemia por COVID-19, se ha visto la necesidad de realizar la mayoría de las intervenciones psicológicas de forma remota; lo que significa que los encuentros consultante-terapeuta no se dan de forma presencial, sino por medio de videoconferencias, llamadas u otros medios electrónicos. Es por esto que consideramos pertinente realizar un abordaje conceptual sobre la tele psicología. En los últimos años se ha incrementado el uso de las Tecnologías de la información y de la comunicación (Tics) considerablemente. En Colombia, “en 2018, el 52,7% de los hogares poseía conexión a Internet para el total nacional” (DANE, 2018, p. 34). Es por esto que la Psicología como disciplina, se ha visto obligada a integrar el uso de las mismas en sus diversos enfoques, sin embargo, para efectos de este estudio y teniendo en cuenta el marco actual de pandemia y aislamiento preventivo a causa del COVID-19, nos centraremos en la implementación de las Tics en el campo de la psicología clínica. Se puede definir la tele psicología como “la prestación de servicios psicológicos empleando tecnologías de la información y de la telecomunicación, mediante el procesamiento de la información por medios eléctricos, electromagnéticos, electromecánicos, electroópticos o electrónicos” (Ramos et al., 2017, p. 8). A pesar de que esta forma de intervención no era comúnmente utilizada en años pasados la aproximación que se ha tenido 36 ella durante los últimos meses ha suscitado la necesidad de comprender a profundidad cómo funciona y cuál es la mejor forma de realizar intervenciones en esta modalidad. Teniendo en cuenta esto, Ramos et al. (2017) establecen que Dentro de estos medios podemos incluir los dispositivos móviles, los ordenadores personales, los teléfonos, las videoconferencias, el correo electrónico, webs de autoayuda, blogs, redes sociales, etc. La información puede ser transmitida tanto por vía oral como escrita, así como por imágenes, sonidos u otros tipos de datos. La comunicación puede ser síncrona (videoconferencia interactiva, llamada telefónica) o asíncrona (e-mail). (p. 8) Esto permite reconocer que la tele psicología abarca un gran campo de medios decomunicación y diferentes formas de realizar intervenciones de manera sincrónica o asincrónica. Hoy en día, existen múltiples términos para describir las intervenciones dirigidas a la salud psicológica a través de internet. Son habituales los términos e-terapia, ciber terapia, terapia online, telesalud, Tele Psicología, intervenciones psicológicas online (Barak et al., 2009; Eysenbach, 2001; tomado de Martí y Pardo, 2018). Entendemos tele psicología como “la prestación de servicios psicológicos mediante las tecnologías de la información y comunicación” (Consejo General de la Psicología España, 2017, p.8) aquí, se encuentran dispositivos móviles, computadores, herramientas como videollamadas, entre otros. Las TIC, en el momento presente, han logrado un nivel de desarrollo tal que posibilitan una comunicación eficaz y permiten llevar a cabo un tratamiento psicológico efectivo, del mismo modo permiten un acceso a mayor parte de la población. Por otra parte, la intervención Tele psicológica tiene como desventaja “la pérdida de información no verbal del cliente y la dificultad de establecer una adecuada alianza terapéutica, así como los riesgos en la confidencialidad” (Martí y Pardo, 2018). 37 Teniendo en cuenta lo anterior, es pertinente mencionar que los acompañamientos psicológicos (comprendidos por un encuentro semanal entre el practicante y el adolescente de aproximadamente 45 minutos, en el cual se trabajaba alrededor del motivo de consulta inicial) sobre los que se realiza el presente trabajo de investigación se llevaron a cabo por medio de modalidad remota, en donde se trabajó principalmente por medio de videoconferencias con adolescentes con problemas de disregulación emocional. Por lo tanto, en este estudio se tendrá en cuenta el análisis de los casos previamente mencionados y se realizarán recomendaciones para un plan de intervención en modalidad remota con adolescentes con disregulación emocional que logre ser útil para otros profesionales que trabajen de forma virtual. En términos generales, durante esta revisión se reconoció que a lo largo del ciclo vital las personas adquieren diferentes estrategias para convivir con sus emociones y enfrentarlas de manera sana. Una fase crucial para el desarrollo de estas estrategias es la adolescencia; durante esta etapa se presenta el inicio de la maduración física, el distanciamiento con los padres y/o cuidadores y paralelamente se da la búsqueda de independencia e identidad. Al mismo tiempo, el desarrollo de estas estrategias se ve influenciado por diversos factores como el tipo de crianza, las relaciones familiares establecidas, junto con el tipo de apego que tiene el individuo. Así mismo, teniendo en cuenta el contexto en el que se desarrolló la investigación, se observó el confinamiento dado por el COVID-19 como otro factor influyente en la vivencia de la etapa de la adolescencia y en la regulación emocional. 38 Objetivos Objetivo general Identificar y analizar los posibles efectos emocionales que experimentan algunos adolescentes en el marco actual de la pandemia por COVID-19. Objetivos Específicos ● Reconocer las categorías que agrupan factores asociados a los problemas de disregulación emocional. ● Identificar el impacto psicológico que tienen las implicaciones del COVID-19 en los adolescentes. ● Describir las conductas problemáticas que evidencian disregulación emocional en estudiantes de bachillerato que realizaron un proceso de acompañamiento psicológico. Metodología Tipo de investigación La presente investigación se realizó en el marco de la metodología cualitativa definida por Bogdan y Taylor (1987) como “la investigación que produce datos descriptivos: las propias palabras de las personas, habladas o escritas, y la conducta observable” (pp.19-20). Se consideró pertinente esta metodología ya que tiene en cuenta la forma en la que los individuos experimentan los fenómenos que los rodean (Hernández-Sampieri et al., 2014). Lo que permite tener una comprensión más detallada y completa de las vivencias de los participantes. Teniendo en cuenta que “la investigación cualitativa se enfoca en comprender los fenómenos, explorándolos desde la perspectiva de los participantes en un ambiente natural y en relación con su contexto” (Hernández-Sampieri, et al., 2014, p.358) , para este tipo de investigación, la recolección de datos se presenta en ambientes que hacen parte de la cotidianidad de los participantes; en donde los investigadores recolectan datos por medios 39 escritos, verbales, no verbales, conductas observables e imágenes (Hernández-Sampieri, et al., 2014) . Adicionalmente, Marshall (2011) y Preissle (2008) establecen que “el enfoque cualitativo es recomendable cuando el tema del estudio ha sido poco explorado o no se ha hecho investigación al respecto en ningún grupo social específico” (como se citó en Hernández-Sampieri, et al., 2014, p. 358) ; como es el caso de la presente investigación ya que la pandemia por COVID-19 ha generado nuevas problemáticas a nivel económico, social, de salud pública, entre otras, y se reconoce la necesidad de hacer un estudio en el que se tenga en cuenta la forma en que una población vulnerable (como lo son los adolescentes) experimentan los cambios que trae consigo el aislamiento. Diseño de Investigación Respecto al diseño de investigación cualitativa se implementó un diseño de tipo exploratorio-descriptivo. Los estudios exploratorios buscan examinar un tema de investigación que ha sido poco estudiado o se realizan cuando se desea indagar sobre un tema desde una nueva perspectiva (Hernández-Sampieri et al., 2014). En este sentido la presente investigación pretende realizar un acercamiento inicial y comprender la disregulación emocional en adolescentes en el marco de la pandemia por COVID-19. Por otra parte, los estudios descriptivos resultan útiles para especificar propiedades o características de grupos, personas, comunidades; lo que permite evidenciar con precisión las dimensiones del fenómeno estudiado (Hernández-Sampieri et al., 2014). Cabe resaltar que el presente estudio se encuentra dentro de la categoría de diseño no experimental, dado que el investigador observa el fenómeno o acontecimiento tal y como se da en su contexto natural, para después analizarlo. En este sentido, se enviaron cuestionarios escritos a los psicólogos en formación, en los que estos refirieron información sobre los procesos y los comportamientos de los adolescentes con los que desarrollaron los 40 acompañamientos psicológicos durante la práctica; el abordaje de la información obtenida en dichos cuestionarios se realizará por medio de un análisis de contenido. Población y Muestra La investigación contó con dos tipos de participantes y se implementó un muestreo no probabilístico intencional por conveniencia. Es importante señalar que el instrumento de recolección de información solo fue aplicado a los psicólogos en formación que se encuentran vinculados a la práctica de Atención Psicológica en Contextos en la Pontificia Universidad Javeriana, quienes desarrollan su trabajo por medio de procesos de acompañamiento psicológico abordados principalmente desde un enfoque comportamental. Tipo A: Diez estudiantes de secundaria cuya edad está comprendida entre los 12 a 17 años, siete mujeres y tres hombres, que recibieron acompañamiento psicológico de forma voluntaria y remota, como parte de los procesos de acompañamiento realizados por los psicólogos en formación. Este espacio formativo se desarrolló en dos instituciones educativas distritales; una de ellas ubicada en la localidad de Suba, a donde pertenecían seis adolescentes y la otra en la localidad de San Cristóbal con cuatro adolescentes (ver anexo A). Estos participantes son codificados como: C1, C2, C3, C4, C5, C6, C7, C8, C9 y C10. Como
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