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PradaSánchez Trabajo de Grado

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Problemas de disregulación emocional en adolescentes 
durante la pandemia por COVID-19. 
 
 
Trabajo de grado 
Ángela María Prada Acosta 
Laura Sofía Sánchez Gómez 
Directora: Claudia Carolina Botero García 
 
 
 
 
 
 
Pontificia Universidad Javeriana 
 Facultad de Psicología 
Bogotá, Colombia 
Noviembre de 2021 
 
1 
 
Resumen 
El objetivo de la presente investigación fue Identificar y analizar los posibles efectos 
emocionales que experimentan algunos adolescentes en el marco actual de la pandemia por 
COVID-19. Para esto se desarrolló una metodología de investigación cualitativa en la que, 
por medio de un cuestionario autoadministrado, se recolectó información sobre el proceso de 
acompañamiento psicológico que llevaron a cabo ocho practicantes de psicología de la 
Pontificia Universidad Javeriana vinculados a la Práctica de Atención Psicológica en 
Contextos. Durante los procesos previamente mencionados cada practicante atendió a uno o 
dos adolescentes pertenecientes a una institución educativa pública. La revisión de los datos 
obtenidos se realizó por medio de la técnica de análisis de contenido usando una matriz de 
análisis que contaba con categorías previamente establecidas y definidas. En las categorías de 
adolescencia, regulación emocional y COVID-19 se identificaron patrones que se 
presentaban con frecuencia en los adolescentes. Se concluye que la contingencia dada por la 
pandemia por COVID-19 agudizó las dificultades existentes en algunos adolescentes en las 
áreas de interacción con pares, convivencia familiar y regulación emocional. 
 
Palabras Clave: Acompañamiento psicológico, adolescentes, COVID-19, psicología 
clínica, cuarentena, regulación emocional, telepsicología. 
 
 
 
 
 
 
2 
 
Tabla de Contenido 
Resumen 1 
Introducción 3 
Planteamiento del problema 4 
Justificación 7 
Estado del arte 11 
Marco teórico 21 
Objetivos 38 
Metodología 38 
Tipo de investigación 38 
Diseño de Investigación 39 
Población y Muestra 40 
Instrumento 41 
Procedimiento 42 
Consideraciones éticas 44 
Categorías de Análisis 44 
Subcategorías 45 
Resultados 46 
Adolescencia 46 
Regulación Emocional 51 
Pandemia por COVID-19 56 
Discusión 63 
Conclusiones y recomendaciones 74 
Limitaciones y alcances 76 
Referencias 78 
Anexos 88 
Anexo A. Tabla descripción de los participantes 88 
Anexo B. Formato de preguntas enviado a los participantes 90 
Anexo C. Formato de validación de preguntas entregado a jueces 94 
Anexo D. Consentimiento informado para participantes 103 
Anexo E. Asentimiento informado para los adolescentes 105 
Anexo F. Consentimiento informado para cuidadores 107 
Anexo G. Definición de subcategorías 109 
Anexo H. Matriz de análisis de resultados 114 
3 
 
Introducción 
 
El brote del COVID-19 comenzó en diciembre del 2019 en China y se declaró 
pandemia el 11 de marzo del 2020 (OMS, 2020). El contagio es muy rápido y el virus se 
transmite principalmente por medio de contactos estrechos entre personas. Es por esto que 
esta pandemia trajo situaciones inesperadas para la mayoría de la población, teniendo en 
cuenta que una de las medidas adoptadas a nivel global para frenar el número de contagios 
fue el aislamiento total preventivo, por lo que personas de todas las edades se vieron 
obligadas a no salir de su casa por un periodo de aproximadamente seis meses. 
Se reconoce a los adolescentes como población vulnerable debido a que se encuentran 
expuestos a diferentes riesgos como exclusión social, cambios en la familia y verse inmersos 
en un ambiente fracturado, y/o, diversas contradicciones encontradas en la educación frente a 
su paso a la adultez (Rodríguez Vignoli, 2001). Es por lo anterior que se reconoce la 
importancia de realizar una investigación que describa la forma en la que se caracterizan los 
problemas de disregulación emocional en los adolescentes teniendo en cuenta el marco de 
pandemia y los cambios que esta ha traído a su cotidianidad. 
El presente trabajo investigativo constituye una sistematización de práctica, por lo 
tanto, está enmarcado en la práctica de “Atención Psicológica en Contextos” con enfoque 
comportamental de la carrera de psicología en la Pontificia universidad Javeriana, un espacio 
formativo donde estuvieron vinculadas las autoras de este trabajo, que se desarrolla en el 
séptimo y octavo semestre del pregrado de la carrera de Psicología, en el que los estudiantes 
realizan acompañamientos psicológicos individuales e intervenciones grupales en diferentes 
instituciones educativas ubicadas en Bogotá que se encuentran vinculadas con la universidad. 
Este documento está compuesto por la revisión detallada de teoría que se relaciona 
con la pregunta de investigación, junto con el análisis cualitativo del cuestionario que 
llenaron los practicantes respecto al proceso de acompañamiento psicológico en modalidad 
4 
 
remota que llevaron a cabo durante un semestre con un o una adolescente. De este modo la 
investigación cuenta con introducción, justificación, objetivos, metodología, categorías de 
análisis, resultados, discusión y conclusiones; teniendo en cuenta el desarrollo y análisis de 
ejes centrales como la Adolescencia, los Estilos de crianza, la Regulación emocional, los 
Cambios generados por el COVID-19, Tele psicología y finalmente el Telestudio. Los 
resultados obtenidos en este estudio aportarán al conocimiento respecto a los efectos que ha 
tenido la pandemia y sus implicaciones a nivel emocional en los jóvenes. 
Planteamiento del problema 
La adolescencia se caracteriza por ser una etapa fundamental para la generación y 
establecimiento de habilidades para mantener relaciones interpersonales, la efectividad en la 
resolución de problemas, aprender a manejar las emociones y hábitos saludables como hacer 
ejercicio y tener una dieta balanceada. 
Los adolescentes son población vulnerable, ya sea esto por el momento en que se 
encuentran de su ciclo vital y los rasgos intrínsecos que conlleva como la labilidad 
emocional, el desarrollo de su personalidad e identidad y las desventajas procedentes de su 
relación asimétrica con las instituciones del mundo adulto (Oliveira et al., 2017). Por otra 
parte, un adolescente es vulnerable cuando se encuentra inmerso en un ambiente invalidante, 
debido a que puede llegar a cuestionarse acerca del entendimiento de sus propias experiencias 
y aprender que sus sentimientos y emociones son inaceptables para los demás. De esta 
manera, se propicia la disregulación emocional en el adolescente al no desarrollar de manera 
efectiva estrategias para lograr la regulación de sus emociones, lo que puede llegar a generar 
que éste presente conductas de riesgo (Miller y Rathus, 2015). 
Paralelamente, existe evidencia acerca de la relación entre la disregulación emocional 
y la aparición de conductas de riesgo y trastornos del estado de ánimo en población 
adolescente (Burwell y Shirk, 2007). Esto tiene gran relevancia en el contexto colombiano si 
5 
 
se tiene en cuenta que, en la encuesta nacional acerca de salud mental (ENSM, 2015), las 
tasas más altas de suicidios corresponden a los hombres que se encuentran en la edad de 20-
29 años y en las mujeres, las tasas de suicidio más altas son de los 10 a 29 años, así mismo, 
según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2020, el suicidio se sitúa como la 
cuarta causa de muerte en individuos entre los 15 y los 19 años y entre el 10% y 20% de la 
población mundial de los adolescentes sufre de algún trastorno mental. Por lo tanto, se 
constituye “un problema de salud pública, en tanto los trastornos mentales (incluidos los que 
involucran procesos emocionales), cuando no son tratados durante la adolescencia, perduran 
hasta la edad adulta y deterioran progresivamente la salud física, mental y la calidad de vida” 
(Espitia, 2020, p.11). 
También, se ha evidenciadoque cuando un adolescente se ve en la necesidad de 
demorar constantemente el sentimiento de gratificación frente a una situación o acción, se 
pueden llegar a generar dificultades emocionales severas como el manejo del enojo, 
problemas de ansiedad o depresión (Miller y Rathus, 2015). Se asume que una gran parte de 
la población adolescente se ha visto afectada por la dificultad para tener sentimientos 
placenteros en la actualidad, dado que por el aislamiento derivado por la pandemia por 
COVID-19 no se ven expuestos a situaciones que generen gratificación inmediata como la 
relación con sus pares y el distanciamiento de sus cuidadores en búsqueda de independencia 
(Gaete, 2015). 
A pesar de esto, la literatura en el campo de la regulación emocional en adolescentes 
es escasa, ya que no se ha investigado a profundidad de qué manera experimentan los 
adolescentes la disregulación emocional y, por lo tanto, este vacío teórico dificulta que las 
disciplinas aplicadas tengan evidencia para desarrollar programas y políticas de prevención e 
intervención, tanto con padres, pedagogos, como en otros contextos. 
6 
 
Por otra parte, se entiende que la cuarentena implica el aislamiento propio en un solo 
lugar. De esta manera, las personas tienden a encerrarse por un periodo de tiempo (que suele 
ser el expedido por una autoridad) con las personas que viven en su residencia, lo que puede 
generar que se presenten con mayor frecuencia conflictos de convivencia al encontrarse con 
la imposibilidad de interactuar con otros individuos. Otro factor estresor, se encuentra en el 
hecho de que las actividades que se realizan de manera cotidiana en otros espacios se ven en 
la necesidad de adaptarse para ser realizadas en el espacio de residencia o en algunos casos se 
ven totalmente interrumpidas. Por esta razón, se ha investigado acerca de los efectos que 
tiene la cuarentena en el ser humano encontrando un alto porcentaje de efectos psicológicos 
como: 
…agotamiento, desapego de los demás, ansiedad, irritabilidad, insomnio, falta de 
concentración, indecisión, deterioro del rendimiento laboral y trastornos emocionales, 
destacando por su mayor prevalencia el ánimo bajo y la irritabilidad (…) temor, 
nerviosismo, tristeza y culpabilidad y sólo un porcentaje bajo refería sentimientos 
positivos y de bienestar. (Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, 2020, 
p.25) 
También se observó en otro estudio llevado a cabo en Estados Unidos después de la 
pandemia dada por H1N1, que cerca de un-tercio de niños que eran sometidos a cuarentena 
en una epidemia, cumplian en general con los criterios establecidos para estrés postraumático 
y mostraron tasas significativamente altas de síntomas en todas las subescalas evaluadas para 
el mismo (Silman y Sprang, 2013). Paralelamente, diversos estudios evidencian que a mayor 
duración del confinamiento hay más riesgo de desarrollo de problemas de salud mental, por 
lo tanto, es necesario investigar qué efectos podría tener esta cuarentena para los adolescentes 
al ser la más larga registrada históricamente. 
7 
 
Por lo expuesto anteriormente, la presente investigación pretende comprender ¿Cómo 
se caracterizan los problemas de disregulación emocional y de qué manera experimentan 
algunos adolescentes los cambios derivados por la pandemia por Covid-19? 
Para así, por medio del reconocimiento e identificación de factores y patrones que se 
dan en los procesos de regulación y disregulación emocional de esta población, se puedan 
desarrollar programas de prevención e intervención frente a problemas emocionales. Por otra 
parte, esta investigación busca ofrecer más información acerca del acompañamiento 
psicológico en adolescentes de manera virtual y de la percepción que ellos tienen frente a esta 
nueva modalidad. 
Justificación 
La presente investigación que aborda las implicaciones que ha traído la crisis de salud 
pública durante el último año y medio en la regulación emocional de los adolescentes, 
permite tener más información respecto al estado de salud mental de los jóvenes, lo que 
apoya la comprensión del fenómeno de la de regulación emocional en el marco de pandemia 
por COVID-19. 
Siendo la Psicología una disciplina que “tiene como finalidad el mejoramiento de 
algunos problemas humanos que han sido categorizados como problemas de salud mental, o 
problemas en el desarrollo de las personas” (Peña, 2016, p.2), se ve la necesidad de contar 
con información sobre el impacto de diferentes factores sobre la salud mental de las personas 
tras la situación generada por el COVID-19. 
Esta situación es entendida en el presente estudio como la pandemia ocasionada por la 
enfermedad de Coronavirus causada por el SARS-CoV-2, se ha evidenciado que este virus 
tiene un alto índice de infección generando que las medidas de prevención para la 
propagación del mismo decretadas por la Organización Mundial de la Salud sean el constante 
lavado de manos, la desinfección de artículos y el distanciamiento social, reconociendo este 
8 
 
último como determinante para las nuevas dinámicas sociales, políticas y económicas 
desarrolladas a la largo de los años transcurridos. 
A nivel nacional, se han estudiado los efectos que la pandemia ha traído en las y los 
colombianos a nivel psicológico, teniendo en cuenta factores como el nivel educativo de los 
encuestados, así como la situación económica en la que se encontraban antes de la pandemia. 
En una encuesta realizada por el DANE en octubre del 2020 se encuentran algunos datos 
interesantes sobre el impacto de la pandemia sobre la salud mental de los jóvenes. Por 
ejemplo, se pudo evidenciar que los estudiantes que poseen formación educativa técnica eran 
quienes presentaban mayor preocupación y nerviosismo en el contexto de pandemia por 
COVID-19, respecto a quienes se encontraban en el nivel de educación media se pudo 
evidenciar que el 37% reportaba sentirse preocupado-nervioso, el 20, 1% reportaba sentirse 
triste y el 18, 6% reportaba sentirse cansado. 
Adicionalmente, en la misma encuesta frente a la categoría de bienestar subjetivo, 
expectativas, pobreza y salud mental, se pudo reconocer que el 46% de los encuestados 
consideraban que su situación económica era mucho peor comparándola con la del año 
anterior, así mismo el 47% creia que la situación económica en el hogar del momento en el 
que se realizó la encuesta a un año sería mucho peor. Los problemas que traen las dificultades 
económicas en el hogar se pueden ver representados en las mayores tasas de preocupación, 
tristeza, dificultades para dormir y cansancio que presentan en el 2020 las personas que ya se 
encontraban en situación de pobreza monetaria en el 2019. En este sentido, es evidente como 
diversos factores que aparecieron como consecuencia de la pandemia han afectado a la 
población general, facilitando la aparición de dificultades emocionales que se deben 
investigar en pro de la búsqueda de mayor bienestar psicológico. 
Una de las problemáticas más grandes que trajo consigo la pandemia por COVID-19, 
es el mayor índice de desempleo en el contexto colombiano, país en el que las tasas de 
9 
 
desempleo ya eran altas antes de la crisis de salud pública. Por lo tanto, es importante analizar 
los cambios que se dieron en el aspecto laboral en las vidas de las y los colombianos. De 
acuerdo con Vallejo (2021) 
observamos que en octubre de 2018 el desempleo fue del 9.1 %, mientras que para el 
mismo mes de 2019 ascendió a 9.8 % y para febrero de 2020, antes del confinamiento 
obligatorio para contener el avance de la pandemia, el desempleo alcanzó el 12.2 %. 
A su vez, con el agravamiento de la pandemia en octubre de 2020 el desempleo llegó 
al 14.7 % (p. 7). 
Teniendo en cuenta el aumento en las cifras de desempleo, es fundamental estudiar 
los posibles efectos que pudieron traer la pérdida del trabajo a los jóvenes, ya que esta pudogenerar cambios desde aspectos como el estilo de vida y el acceso a determinadas 
comodidades hasta la posibilidad de consumir la cantidad requerida de alimentos. 
Los estudios sobre intervención psicológica en infancia y adolescencia durante la 
pandemia por COVID-19 permiten identificar los posibles efectos que tiene el vivir en este 
contexto para esta población. Fernández (2019) expone que: 
La salud mental de niños y adolescentes es dinámica y el resultado de la compleja 
relación entre recursos y habilidades personales, factores contextuales y determinantes 
sociales, que en la dimensión diaria están directamente involucrados en las 
posibilidades de participación, disfrute, reconocimiento y enfrentamiento de desafíos 
(como se citó en Barboza, et al., 2020, p. 180). 
Los factores contextuales y los determinantes sociales se encuentran alterados y son 
probablemente diferentes a las expectativas que tenían los adolescentes para el momento en 
el que comenzó la pandemia, por lo que, aspectos como la participación en espacios de 
desarrollo como el colegio y la familia junto con la capacidad de enfrentar desafíos se ven 
alterados en la actualidad para los jóvenes. 
10 
 
Teniendo en cuenta las cifras revisadas previamente que permiten evidenciar algunas 
problemáticas en términos de salud mental y de situación económica en los hogares de los 
jóvenes adolescentes, es necesario entender cómo la vulnerabilidad social puede agravar las 
dificultades que se presentan en términos de regulación emocional. Lázaro (2020) menciona 
que “También la calidad de las relaciones con los iguales tiene un gran impacto en la salud 
mental del niño y del adolescente” (p.4), lo que invita a estudiar los cambios de interacción 
que se han dado entre los adolescentes debido a las medidas de aislamiento preventivo y 
consecuentemente y la dificultad para encontrarse presencialmente con sus pares, tanto en las 
instituciones educativas como otros espacios sociales. 
En cuanto a la pertinencia interdisciplinar, el presente estudio permitirá que 
disciplinas como la pedagogía puedan nutrirse de información sobre lo que pasa a nivel 
emocional en los adolescentes en la actualidad y hacer uso de esta para su quehacer. Por otra 
parte, esta investigación también será útil para las disciplinas del área de la salud, ya que 
aporta una caracterización de los problemas emocionales que presentan los jóvenes y aporta 
un acercamiento al estado de salud mental de los adolescentes en el contexto de pandemia. 
Los resultados que arroje el presente estudio serán útiles para la creación y adaptación de 
políticas públicas que generen espacios para la promoción, prevención e intervención de la 
salud, en donde se vele por el bienestar y desarrollo de las y los jóvenes en Colombia, gracias 
a la identificación y profundización en las problemáticas que se presentan en las vidas de 
estos. En términos sociales, el desarrollo de una investigación que devela la complejidad de 
dificultades a nivel emocional que se pueden presentar en los adolescentes en el contexto 
actual, fomenta la experiencia de empatía y cuidado por el otro gracias al reconocimiento y la 
comprensión de las vivencias de los y las adolescentes. 
11 
 
Estado del arte 
En el presente apartado se abordarán investigaciones realizadas en torno a las 
disregulación emocional y su relación con el apego, el estilo de crianza, la adolescencia. 
Adicionalmente teniendo en cuenta el contexto de pandemia por COVID-19 se presentan 
estudios elaborados alrededor del COVID-19 y la salud mental, el tele estudio y la tele 
psicología. 
Dis/ Regulación Emocional y apego 
El tipo de apego juega un papel fundamental en el desarrollo y la forma de 
relacionarse de los seres humanos, por lo tanto, es fundamental reconocer cómo este se 
relaciona con la regulación emocional o los problemas en la misma. 
Las personas con estilos de apego seguro suelen tener buen desempeño social y 
poseen los recursos para lidiar con los retos de la etapa vital (Olivia, 2011) lo que apoya a la 
expresividad afectiva, esfuerzos por modular la excitación y la búsqueda de otros cuándo 
necesitan apoyo, por lo general suelen ser personas que se sienten cómodas con la expresión 
emocional de sus afectos y no muestran restricciones emocionales (Garrido-Rojas, 2006). 
Se ha encontrado que las personas con apego ansioso presentan diversas dificultades 
en el aspecto emocional; con los padres cuando se da el proceso de búsqueda autonomía 
presentan miedo de enfrentar a la figura de autoridad, en el aspecto social tienen altos niveles 
de ansiedad para interactuar con otros y presentan una tendencia a verse desbordados por sus 
emociones, lo que refleja la dificultad para regular sus estados anímicos (Oliva, 2011). 
Asimismo, las personas con apego ansioso suelen tener dificultades con la expresión 
emocional y un alto nivel de preocupación y angustia por estar lejos de sus figuras vinculares 
(Garrido-Rojas, 2006). 
En el caso de las personas con apego evitativo, se evidencia poco contacto con los 
padres y una expectativa negativa sobre los demás, lo que hace que eviten el apoyo de otros 
12 
 
cuando se sienten angustiados (Oliva, 2011). También presentan baja expresión emocional y 
alta presencia de afecto negativo, con dificultades para reconocer las experiencias 
emocionales internas y un constante intento de regulación emocional que busca evitar por 
completo los diferentes estados emocionales (Garrido-Rojas, 2006). 
En el estudio realizado por Hanoos (2020) donde se midió la relación entre los 
diferentes estilos de apego y la desregulación emocional en una muestra de 607 sujetos, se 
encontró que los participantes que cuentan con un apego seguro no presentan dificultad a la 
hora de regularse emocionalmente al ser comparados con los que tienen un apego inseguro. 
Así mismo, se encontró una relación entre la disregulación emocional y los apegos inseguros 
de tipo evitativo y ansioso. Esto va acorde con los resultados de Guzmán-Gonzáles et al. 
(2016), donde en una muestra 548 estudiantes en Chile, se encuentra que las características 
del apego están relacionadas con la aparición de dificultades en la regulación emocional. 
También, en recientes estudios se ha encontrado que “existe una correlación negativa 
entre el estilo de apego preocupado con la reevaluación cognitiva; y positiva con la supresión 
emocional” (Mayorga-Parra y Vega, 2021, p. 54) Lo anterior permite evidenciar que 
dependiendo del estilo de apego que tengan los adolescentes, estos tendrán la posibilidad de 
desarrollar habilidades de regulación emocional, identificando así, los tipos de apego 
evitativo y preocupado como los que más dificultan la identificación, nominación y expresión 
emocional. 
 Es evidente que el tipo de apego está implicado en la forma en la que una persona se 
relaciona con otros y afecta casi todas las áreas de la vida, resaltando que las personas con 
afecto evitativo y ansioso suelen tener varias dificultades a nivel de identificación y expresión 
emocional, lo que implica una mayor dificultad para que se presenten procesos en los que las 
personas puedan desarrollar estrategias de regulación emocional. 
13 
 
Dis/ Regulación Emocional y estilo de crianza 
Teniendo en cuenta la revisión teórica realizada por Jorge y González (2017) y la 
realizada por las investigadoras en el presente estudio acerca de estilos de crianza, se 
evidencia la necesidad de investigar sobre la relación existente entre la regulación emocional 
en adolescentes y la forma en la que fueron criados. 
A partir de lo planteado por Quesada (2014) “se reafirma que la familia es el primer 
grupo del que forma parte un niño a lo largo de su desarrollo, donde aprenderá e imitará todo 
tipo de experiencias” (como se citó en Jorge y González, 2017, p. 54). Los padres en su 
relación con los hijos son los modelos de referencia másimportantes de su vida, por lo que la 
falta de apoyo y de responsabilidad parental son actos que ocasionan graves consecuencias 
para un desarrollo equilibrado (Torío-López et al., 2008). Otro estudio realizado en Canadá, 
confirma la importancia del apoyo y control parental en la adaptación psicológica de los 
jóvenes, allí se destacó el efecto significativo de las prácticas parentales durante un período 
de cuatro años además de distinguir los efectos del apoyo emocional y el control coercitivo, 
tanto de las madres como de los padres donde se concluyó que para promover una mejor 
autoestima y reducir la angustia psicológica entre los adolescentes, es importante que los 
padres ofrezcan su apoyo durante la adolescencia y eviten el control abusivo. 
Asimismo, las pautas educativas parentales han sido asociadas con otras variables 
tales como rendimiento escolar, agresividad, hiperactividad, síntomas depresivos, ansiedad y 
conductas disruptivas (Guzmán et al., 2016). Como se ha visto anteriormente, este tipo de 
conductas desadaptativas son el resultado de la disregulación emocional. Es pertinente 
enunciar que una de las causas de la disregulación emocional señaladas por Linehan (2015) 
es que un individuo se encuentre en un entorno invalidante para él, siendo esto comúnmente 
encontrado en el estilo de crianza autoritario, dado que prevalecen las críticas y la falta de 
comunicación y afecto (Dion et al., 2016). Apoyando lo anterior, se encuentra un estudio 
14 
 
realizado por Betancourt y Palos (2011) en donde los resultados muestran que las estrategias 
del control psicológico parental (e. g., inducción de culpa, chantaje, intromisión, críticas 
excesivas) son poco recomendables, puesto que se asocian de forma significativa con los 
problemas tanto emocionales como de conducta en adolescentes. 
 Viendo la incidencia que el estilo de crianza tiene en la regulación emocional de los 
adolescentes; es necesario en primera instancia, realizar más investigaciones para poder 
observar el alcance que la crianza puede tener en el desarrollo de estrategias de regulación 
emocional. En segunda instancia, realizar psicoeducación a los padres acerca de cómo ejercer 
su autoridad sin necesidad de generar espacios invalidantes o que no fomenten la autonomía y 
por último, incentivar con mayor fuerza el implemento de la validación emocional como 
herramienta terapéutica. 
Dis/ Regulación Emocional y Adolescencia 
Recientemente ha aumentado el interés por el estudio de la regulación emocional y la 
influencia de la misma en la etapa de la adolescencia. Se plantea que el rol mediador de la 
regulación emocional puede ser diferente durante la adolescencia que en la adultez (De 
France y Hollenstein, 2020) del mismo modo, hay evidencia que sugiere que la experiencia 
de la regulación emocional durante la adolescencia es diferente a la que se tiene en la adultez 
(De France y Hollenstein, 2019; Iwanski y Zimmermann, 2014). De acuerdo con esto, se ha 
observado que los adolescentes refieren más cambios en sus estados de ánimo, más 
intensidad en sus experiencias emocionales y reacciones más rápidas hacia estímulos 
emocionales, junto a respuestas fisiológicas más intensas (Silk et al., 2009). 
La psicóloga Carol Dweck (2017) plantea una categorización de la mentalidad que 
cada individuo posee, básicamente, explica la “mentalidad fija” en donde las personas creen 
que sus habilidades, personalidad, talento e inteligencia son rasgos innatos que poseen y que 
por ende son poco o inmodificables y con la “mentalidad de crecimiento” se entiende que 
15 
 
diversos aspectos se pueden desarrollar y cambiar a través del esfuerzo y/o la enseñanza. 
Aplicando esto al contexto de la presente investigación, diversos autores (De France y 
Hollenstein, 2019; Skymba et al., 2020) han encontrado que individuos con una mentalidad 
de crecimiento (frente a las emociones) tienden a mostrar menores niveles de síntomas 
depresivos y que cuando experimentan una emoción negativa, tienden a pensar a profundidad 
acerca de qué está mal, buscan observar y comprender la situación desde otras perspectivas, 
todo en un intento de reducir esta sensación de malestar. Lo que sugiere que la creencia de 
maleabilidad cognitiva puede ser un factor importante que explica las diferencias individuales 
en el uso de adaptadores de regulación de las emociones como la reevaluación cognitiva, por 
ende, los relatos que nos decimos sobre nosotros mismos y las experiencias vividas cambian 
la forma en que interactuamos con nuestras emociones cuando enfrentamos retos o 
situaciones desafiantes. 
Un estudio realizado en China (Zhu et al., 2020), se centró en la asociación entre la 
creencia en la maleabilidad cognitiva, la regulación de las emociones y el bienestar observado 
en 735 jóvenes inmigrantes entre 11-17 años y 285 jóvenes entre 10 – 19 años. Se encontró 
que los individuos que creen que la cognición puede cambiar son más propensos a adaptar 
sus pensamientos. Del mismo modo, la creencia en la maleabilidad cognitiva puede 
incrementar el sentido de control sobre los pensamientos y fomentar la reevaluación de estos, 
junto con el aumento de la confianza en el uso de la reevaluación cognitiva dada su eficacia. 
Los avances anteriormente mencionados, son de especial pertinencia en el campo de 
la intervención y la psicoeducación, ya que, evidencian la necesidad de fomentar en la 
población adolescente una mayor flexibilidad en cuanto a sus emociones. Siguiendo las 
terapias de Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y Terapia Dialéctica Conductual- 
DBT (por sus siglas en inglés) las cuales se orientan a facilitar una mayor aceptación de las 
emociones, para posteriormente, por medio del desarrollo de diversas habilidades lograr un 
16 
 
mayor control y equilibrio de estas. Es necesario resaltar, que la mayoría de los estudios 
mencionados en este apartado fueron realizados con una población de origen caucásico, por 
lo que es relevante recrearlos en diferentes contextos como el latinoamericano, para observar 
de qué manera influye el contexto en los resultados. 
Por otra parte, se ha visto que la disregulación emocional, puede vincularse (Kring y 
Sloan, 2009) o verse como predictor (Beauchaine et al., 2007) de diversas conductas 
desadaptativas o trastornos mentales como el consumo de sustancias (Fox et al., 2008), con 
los trastornos de la ansiedad (Roemer et al., 2009), el trastorno de estrés postraumático y con 
las autolesiones (Gratz y Tull, 2010). También, se ha demostrado que los problemas de 
regulación emocional influyen en la sintomatología depresiva y ansiógena, así como en los 
comportamientos disruptivos (motricidad excesiva, déficit de control atencional o conductas 
de desobediencia, paralelamente sugieren que la regulación emocional es un factor central en 
el desarrollo y mantenimiento de trastornos mentales en adolescentes (Caqueo et al., 2020, 
p.213) Se observa que es necesario investigar más acerca de la influencia que tienen las 
variables de género en la regulación emocional aunque se haya encontrado en algunos 
estudios que las mujeres tienden a presentar más síntomas depresivos desde el comienzo de la 
adolescencia (Barra et al., 2006). 
Por otro lado, se observó en un estudio de tipo cualitativo llevado a cabo por Sesma 
(2017) con 20 estudiantes de España entre los 14 y 17 años, que la aparición recurrente de un 
mecanismo desadaptativo como la disregulación emocional, puede dar lugar en un segundo 
tiempo a la aparición de trastornos de ánimo, trastornos de conducta y conductas 
autodestructivas (autolesiones). Así mismo, se enuncia que los adolescentes se ven afectados 
por la disregulación emocional directamente en las esferas social, familiar y escolar. También 
se deja en claro la importancia de la validación en el proceso terapéutico al afirmar que un 
elemento bastante problemático es el entorno invalidanteen el que a veces se ven inmersos. 
17 
 
Teniendo en cuenta lo abordado en este apartado, se reconoce que un tipo de entorno 
invalidante dado por la familia, los estilos de crianza, la sociedad y otros factores, aún 
mantienen un estigma negativo frente a la importancia de la salud mental. Por lo tanto, es 
necesario trabajar desde la psicoeducación con la población general y promover la creación 
de espacios para los jóvenes que tienen dificultades en la regulación emocional. 
COVID- 19 y salud mental 
La propagación del virus por COVID-19, la cual es considerada desde el 11 de marzo 
de 2020 una pandemia, ha generado grandes cambios en la vida de la población mundial, 
principalmente por la importancia de evitar el contacto físico con otros. 
El aislamiento preventivo que se ha establecido en varios países con el fin de evitar el 
aumento en contagios ha generado múltiples dificultades a nivel emocional en los individuos, 
sumadas a la constante preocupación e incertidumbre por la salud propia y de los seres 
queridos. En el marco de las condiciones actuales, los adolescentes son considerados uno de 
los grupos poblacionales más vulnerables, ya que se ve dificultado el proceso de interacción 
con pares y búsqueda de autonomía, los cuales son algunas de las metas principales en esta 
etapa del ciclo vital. En sus planteamientos, Hernández-Rodríguez (2020) menciona que 
debido a la falta de interacción con pares y la imposibilidad de participación física en clases, 
se ha visto un aumento en los niveles de ansiedad en los jóvenes, resaltando también las 
dificultades que pueden tener algunos para unirse a las clases virtuales por la falta de 
conexión a internet o acceso a dispositivos electrónicos. 
Se ha evidenciado desde el inicio de la pandemia un aumento en problemáticas 
psicosociales como la depresión, la ansiedad y el insomnio (OMS, 2020) sumado a 
dificultades para concentración, irritabilidad, nerviosismo, entre otros, en niños niñas y 
adolescentes (Ausín et al., 2020), estos planteamientos se ven apoyados por lo que menciona 
Sánchez (2012) cuando expone que “Los niños y adolescentes constituyen un colectivo de 
18 
 
especial vulnerabilidad, la cual puede incrementarse si presentan características familiares, 
educacionales, socioeconómicas o condiciones físicas y/o mentales desfavorables” (p. 137). 
Así mismo, un sondeo realizado por la UNICEF en septiembre del 2020 muestra que la crisis 
del COVID-19 ha tenido un importante impacto en la salud mental de las y los adolescentes y 
jóvenes de Latinoamérica y el Caribe; también, se reporta que “entre las y los participantes, 
27% reportó sentir ansiedad y 15% depresión en los últimos siete días (...) también el 46% 
reporta tener menos motivación para realizar actividades que normalmente disfrutaba y que 
36% se sienten menos motivados para realizar actividades habituales. Así mismo, en un 
estudio realizado en España e Italia donde se midió el impacto de la cuarentena en niños y 
adolescentes, se encontró que el 85.7% de los cuidadores encuestados reportan un cambio en 
el estado emocional y en los comportamientos presentados (aburrimiento, irritabilidad, 
sentimiento de soledad, mayor propensión a pelear, etc.) por los adolescentes y niños durante 
la cuarentena (Espada et al., 2020). 
La investigación realizada por Reyes y Trujillo (2020) expone testimonios de 
estudiantes universitarios de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, que expresan 
presentar complicaciones relacionadas con la depresión, angustia, miedo y ansiedad que han 
surgido a causa de la pandemia. En este sentido, también se debe tener en cuenta que las 
medidas restrictivas para evitar la suma en los contagios cómo las cuarentenas, tienen 
impactos negativos en el bienestar global de los individuos que no sólo se presentan durante 
las cuarentenas sino también mucho tiempo después de que concluyen (Broche-Pérez et al., 
2020). 
Tele estudio 
Actualmente, diferentes entidades gubernamentales y no gubernamentales, docentes, 
estudiantes y padres de familia, dirigen grandes esfuerzos para dar respuesta a las demandas y 
exigencias que trae la educación virtual, especialmente en el contexto de pandemia por 
19 
 
COVID-19 que dificulta o incluso imposibilita la realización de clases presenciales. Por esto, 
es necesario reconocer que las diferencias observadas en el nivel socioeconómico de las 
poblaciones junto con la falta de recursos electrónicos en las áreas rurales podrían aumentar 
tras la implementación global del telestudio (Bueno, 2021; Lloyd, 2020; ONU, 2020; 
Vivanco-Saraguro, 2020). 
La nueva realidad que trae la pandemia involucra la toma de decisiones y el empleo 
de estrategias de innovación educativa para que los estudiantes tengan acceso a la educación 
a través de herramientas tecnológicas, facilitando que las redes sociales y los entornos 
virtuales de aprendizaje tomen relevancia, teniendo en cuenta que las anteriores son las 
herramientas óptimas para acceder a una educación vía online (Sornoza y Yánez, 2020). La 
implementación de la educación virtual es un reto para instituciones educativas y docentes ya 
que apareció de forma sorpresiva y sobre el cual se deben aportar soluciones rápidas y 
eficaces. Ceberio (2020) expresa que “Sobre estas bases de virtualidad absoluta, un docente 
debe ingeniárselas para maniobrar diferentes formas de implicar al alumnado en la 
información que propone” (p.17), para lo que resalta la importancia del uso de estímulos 
visuales y preguntas para captar el interés de los alumnos durante las clases en modalidad 
remota. 
La adaptación de los maestros y alumnos a la modalidad remota es un proceso que 
continúa en desarrollo a nivel mundial, por lo que estudios realizados en países como 
Indonesia resaltan que a pesar de que los colegios brinden el apoyo de los profesores a 
distancia por medios como WhatsApp, los estudiantes y padres no sienten que sea suficiente 
y perciben una actitud pasiva por parte de las instituciones ante las necesidades de los 
estudiantes (Putra et al., 2020). Es importante resaltar que no se encontraron publicaciones 
que ahonden en los efectos emocionales que el telestudio puede tener en los adolescentes, sin 
embargo, si se contrasta con el teletrabajo y sus similares características, se podría presentar 
20 
 
mayor esfuerzo y sobrecarga en las labores, incremento en los niveles cotidianos de estrés, 
irritabilidad, fatiga mental, entre otros (Aliaga et al., 2021). 
Situándose en el contexto socio demográfico en el que se desarrolla la presente 
investigación, se debe tener en cuenta la infraestructura tecnológica que posee la ciudad de 
Bogotá, ya que, si bien es cierto que existe acceso a internet en la mayoría de las zonas, cabe 
destacar que en el 2019 el 25.1% de hogares en Bogotá no contaban con acceso a este 
servicio (DANE, 2020). Por lo tanto, es necesario realizar un sondeo actualizado para 
evidenciar qué parte de la población no ha tenido la posibilidad de vincularse al telestudio de 
forma efectiva durante la pandemia. 
Tele psicología 
De acuerdo con lo planteado por Traverso y Salem (2020) la tele psicología es una 
forma de ejercer la psicología por medio de dispositivos tecnológicos que pueden ser desde 
teléfono hasta cámaras y aplicaciones tecnológicas que faciliten las video conferencias. El 
uso de la tele psicología ha sido indispensable para poder continuar o comenzar procesos de 
acompañamiento psicológico en el marco de la pandemia por COVID-19 debido a las 
restricciones como aislamientos para evitar contagios que impiden la realización de sesiones 
presenciales entre terapeuta y consultante. 
En los casos de niños y adolescentes, se debe tener en cuenta que el contexto de 
pandemia trae como consecuencia que los entornos de desarrollo de niños y adolescentes se 
vean totalmente alterados y a su vez, que estos se encuentren expuestosa riesgos como el 
estrés psicosocial y problemas psicológicos a causa del brote de la enfermedad infecciosa, 
adicionalmente, la ansiedad que genera el confinamiento en los niños y adolescentes se puede 
ver expresada en conductas desafiantes, lo que en conjunto con el estrés que experimentan los 
padres (Espada et al., 2020), puede resultar en situaciones conflictivas en el hogar, 
dificultando aún más la convivencia entre los integrantes de la familia y empeorando los 
21 
 
sentimientos de malestar en padres e hijos. En cuanto a la afectación que tendrá la pandemia 
sobre la salud mental de jóvenes y niños, se resalta principalmente que en los individuos con 
rasgos de introversión preexistentes, podría aumentar la timidez y el evitar estar inmersos en 
contextos sociales; y que en los individuos que presentan tendencia a preocuparse se 
mantengan reacciones ansiosas y anticipaciones de amenaza posterior al final de las 
cuarentenas (Espada et al., 2020). 
En este sentido, se debe encontrar una forma de brindar atención psicológica efectiva 
y de calidad a esta población vulnerable; según Traverso y Salem (2020) “los estudios de 
eficacia que han comparado la práctica de la tele psicología clínica con la práctica presencial 
indican que no hay diferencias significativas entre una y otra”, esto sumado a la amplia 
cobertura que tiene la atención tele psicológica, permite evidenciar las ventajas de esta 
extensión de la práctica psicológica, como la disminución de barreras para recibir 
acompañamiento psicológico, donde se encuentran factores como la distancia, el transporte y 
el tiempo. 
Marco teórico 
En el presente capítulo, se presentarán las bases teóricas que fundamentan la 
investigación realizada acerca de la disregulación emocional en adolescentes en el contexto 
generado por el COVID-19. Del mismo modo, se presentan los diversos factores que pueden 
influir en el desarrollo de la regulación emocional y sus estrategias. 
En primera instancia, se hablará acerca de las emociones, el cómo son entendidas en 
la investigación y las funciones que poseen en el ser humano. En segunda instancia, se 
presentará la definición de regulación emocional, las diferentes estrategias para emplearla y 
algunas terapias psicológicas relacionadas con este constructo (Terapia de aceptación y 
compromiso, Terapia dialéctica comportamental). Posteriormente, se abordará el concepto de 
la adolescencia junto con los diversos factores influyentes en la regulación emocional durante 
22 
 
esta etapa. Por último, se presentará la tele psicología de la mano con su implementación, al 
ser este el modo en que se dieron las diferentes intervenciones a lo largo de la investigación. 
Emociones 
Las emociones son una característica inherente al ser humano, cada persona las puede 
experimentar y expresar de manera diferente, así mismo estas influyen en las decisiones que 
se toman en el día a día. De acuerdo con Hockenbury y Hockenbury (2007) “Una emoción es 
un estado psicológico complejo que implica tres componentes distintos: una experiencia 
subjetiva, una respuesta fisiológica, y una respuesta conductual o expresiva”. Por su parte, 
Antoni y Zenter (2014) plantean que las emociones son respuestas evolutivas que otorgan 
información respecto a lo que ocurre en el aquí y en el ahora, lo que permite generar 
respuestas con funciones de conservación, relacionamiento y socialización. Con base en lo 
anterior, se reconoce que las emociones son necesarias para la supervivencia y adaptación del 
ser humano en un contexto social. 
En términos adaptativos las emociones permiten al ser humano dar un tipo de 
respuesta específica al estímulo que tiene frente a él, a esto se le conoce como “tendencias de 
acción asociadas”; un ejemplo de esto es el miedo, que tiene como tendencias asociadas la 
huida, la lucha o la paralización (Aguado, 2014). Por otra parte, en torno a su función social, 
las emociones sirven como medio de comunicación para expresar necesidades o 
pensamientos. Al mismo tiempo, son un mecanismo efectivo de regulación del 
comportamiento ajeno. Debido a esto es importante conocer las emociones propias, el efecto 
que la comunicación de estas tiene en otros individuos y saber cómo determinan la forma en 
la cual percibimos nuestro entorno. Ser conscientes de las emociones propias y tener un 
adecuado manejo de ellas propiciará una buena calidad de vida en el individuo (Fernández y 
Ramos, 2016). 
23 
 
Regulación emocional 
A continuación, se abordará la regulación y la disregulación emocional, se definirán 
estos conceptos, sus aspectos relevantes y la relación que tienen con los trastornos 
psicológicos de ánimo. 
Contar con un repertorio de habilidades que permitan el manejo de emociones es 
fundamental. La regulación emocional puede entenderse entonces como “el proceso a través 
del cual los individuos modulan sus emociones y modifican su comportamiento para alcanzar 
metas, adaptarse al contexto o promover el bienestar tanto individual como social” (Bello y 
Pérez, 2017, p.96). En otras palabras, son las estrategias que buscan controlar los eventos 
afectivos. Por su parte Gross (1999) establece que en la regulación emocional se encuentran 
involucrados “aquellos procesos por los cuales las personas ejercemos una influencia sobre 
las emociones que tenemos, sobre cuándo las tenemos, y sobre cómo las experimentamos y 
las expresamos” (p. 275). Hervás y Moral proponen que la regulación emocional puede ser 
concebida como un proceso adaptativo; sin embargo, es necesario tener en cuenta que “los 
esfuerzos por controlar estados emocionales pueden ser efectivos y adaptativos, pero también 
ineficaces, disfuncionales e incluso contraproducentes” (2017, p.3). Finalmente, Linehan y 
Shearin (1994) sugieren que la regulación emocional hace referencia a “un sistema complejo 
de respuesta que implica aspectos bioquímicos, fenomenológicos, de expresión facial, 
cognitivos y conductuales” (como se citó en Vargas y Muñoz, 2013, p. 230). 
Así, el modelo de Gross acerca de la regulación emocional (1999) se plantea basado 
en la forma en que se genera una emoción, es decir, según este autor, este se puede dividir en 
varias fases: Situación > Atención > Interpretación > Respuesta. De este modo Gross plantea 
que la regulación emocional se expresa de diversas formas en cada fase. En primera instancia, 
el individuo puede decidir a qué situaciones exponerse tomando como referencia los 
aprendizajes que ha adquirido en vivencias pasadas, esta primera fase se ha denominado 
24 
 
teoría de selectividad socioemocional (Carstensen et al., 1999 como se citó en Hervás y 
Moral, 2017, p. 5). 
En el caso en que la persona ya se encuentre inmersa en una situación que exija una 
respuesta de regulación emocional puede intentar cambiar algunos elementos de esta, ya sea 
por medio de ciertas acciones o de la omisión de estos, a esto se le conoce como la 
“modificación de la situación”. Así mismo, algunos estudios demuestran que la atención se 
puede entrenar y en cierta medida automatizar para construir mecanismos de regulación 
emocional (Isaacowitz y Wadlinger, 2011). Por lo anterior, si una persona se ve inmersa en 
una situación poco modificable, tiene la capacidad de dirigir la atención a ciertos elementos 
con el fin de modular la respuesta emocional. Por otra parte, se puede optar por una 
“reevaluación cognitiva” en donde se realice una interpretación diferente de la situación en la 
que la persona se encuentra nuevamente con el fin de modular la respuesta emocional. Por 
último, se encuentra la regulación de la respuesta emocional, en donde la persona puede 
actuar con base en su reacción fisiológica y la manifestación comportamental de la misma 
(control de la expresión facial entre otras). 
Lograr regular las emociones es una habilidad que se desarrolla desde la infancia 
hasta la vejez, no se trata de una habilidadúnica que una vez alcanzada se mantiene en todo 
momento, por el contrario, está en constante entrenamiento. La regulación emocional se ve 
reflejada en el intento que tienen los niños de controlar las expresiones emocionales como el 
llanto o el grito, buscando responder de forma adecuada a los distintos escenarios de la vida. 
Así mismo, a temprana edad la mayoría de los niños aprenden que es en ciertos contextos 
donde es apropiado llorar con tranquilidad, mientras que, en otros se recibe un aversivo del 
ambiente por llorar sin control (Lombardo y Pantusa, 2013). 
25 
 
Aceptación emocional 
Se debe señalar la importancia de la aceptación emocional como una estrategia de 
regulación emocional no señalada por Gross. El modelo de regulación emocional basado en 
el procesamiento emocional plantea que 
Procesar las emociones -que implica abrirse a ellas, aceptarlas y 
comprenderlas-, es un proceso indisoluble a la regulación emocional. Tratar de 
regular las emociones sin abrirse a ellas, sin aceptarlas o sin comprenderlas, 
inevitablemente genera a corto, y sobre todo a medio plazo, dinámicas desadaptativas. 
(Hervás y Morales, 2017, p.8) 
 Así mismo, en ella se han basado diversas terapias como la Terapia de Aceptación y 
Compromiso (ACT) en donde se busca la regulación emocional del consultante por medio de 
la aceptación de lo sucedido junto con las emociones que se presentan allí, también, se hace 
énfasis en una mirada al pasado pero desde el aquí y el ahora, de manera que se pueda 
normalizar de alguna forma lo sucedido (evento traumático o que genera dolor) y se empiece 
a ver el sufrimiento como parte de la vida cotidiana que todos enfrentan; con el fin de 
entender que tanto sufrimiento como bienestar, forman parte de la vida y de la normalidad. El 
sufrimiento no se debe comprender como anormalidad, enfermedad mental ni como 
incapacidad de un buen actuar, ya que se busca romper este emparejamiento social que asocia 
el sufrimiento con la incapacidad de actuar y la impotencia para dirigir la vida propia con 
relación a los valores (Wilson y Luciano, 2002). De esta forma, ACT tiene como finalidad 
que 
los clientes aprendan a tener serenidad para aceptar lo que no pueden cambiar, el 
coraje para cambiar lo que pueden y la sabiduría para conocer la diferencia. Esta 
serenidad es un marco de distanciamiento de los propios eventos privados, y es una 
26 
 
serenidad cargada de trascendencia como único marco en el que la elección es posible 
(Wilson y Luciano, 2002, p.258). 
Por otra parte, Terapia Dialéctica Comportamental (DBT), reconoce que hay un 
problema con la forma en la que el cliente piensa, pero el terapeuta debe en primera instancia 
motivar al cliente a aceptar esto en lugar de juzgarlo, y luego ayudarlo a analizar cómo puede 
hacer cambios para que su pensamiento logre estar más equilibrado (Van Dijk, 2012). 
Disregulación emocional 
Opuesta a la regulación emocional, la disregulación emocional se comprende como la 
incapacidad, incluso cuando se aplican los mejores esfuerzos, para cambiar o regular las 
señales emocionales, experiencias, acciones, respuestas verbales y/o expresiones no verbales 
en condiciones normativas. Así mismo, la disregulación generalizada de las emociones se ve 
cuando la incapacidad para regularlas ocurre en una amplia gama de emociones, la 
adaptación problemas y contextos situacionales (Linehan, 2015, p 6). Lo que sugiere que la 
disregulación se presenta cuando una persona no puede hacer frente a las emociones 
negativas o positivas que experimenta en determinadas situaciones de su vida. 
Por su parte Ciccetti et al. (1995) plantean que los problemas de regulación emocional 
se dividen en dos categorías, una que implica dificultades para modular la experiencia y 
expresión emocional y otra que se relaciona con intentos frecuentes de control o supresión de 
la experiencia y expresión emocional (como se citó en Muñoz-Martínez y Vargas-Gutiérrez, 
2013), lo que se relaciona con algunos intentos ineficaces de modular las emociones que 
terminan generando mayor malestar. Lo anterior se ve reflejado en la definición que plantea 
Linehan (1993) para disregulación emocional; donde dicha disfunción involucra la presencia 
de dificultades para: 1. identificar experiencias emocionales específicas, 2. modular la 
activación fisiológica asociada, 3. tolerar el malestar y 4. confiar en las respuestas 
27 
 
emocionales como interpretaciones válidas de experiencias vitales” (como se citó en Tejada 
et al., 2012, p.2). 
Posteriormente Mennin et al. (2004) formularon un modelo de regulación emocional 
en el que buscan explicar algunos de los problemas relacionados con la ansiedad y el estado 
de ánimo; establecen entonces que la disregulación emocional se ve reflejada en cuatro 
aspectos fundamentales, 1. alta intensidad de emociones, 2. pobre comprensión de las 
emociones, 3. reacción negativa al estado emocional propio y 4. respuestas de manejo 
emocional inadecuadas (como se citó en Muñoz-Martínez y Vargas-Gutiérrez, 2013); este 
modelo apoya a una comprensión más detallada de algunos de los componentes de la 
disregulación emocional, teniendo en cuenta la reacción, comprensión y respuestas del sujeto 
en relación a su estado emocional. 
Palacios y Navarro (2016) exponen los fundamentos de la DBT y explican 
detalladamente el funcionamiento de la terapia propuesta utilizando como ejemplo algunos 
casos de individuos con TLP (trastorno límite de personalidad). En este, se aborda la 
disregulación emocional exponiendo las dificultades que tienen los individuos en la 
regulación de sus emociones y se relaciona con reacciones intensas y complicaciones para 
volver a su línea de base emocional. De este modo Palacios y Navarro (2016) mencionan que 
una persona con disregulación emocional “sufriría una alta vulnerabilidad a la intensidad 
emocional combinada con una incapacidad para regular las respuestas emocionales internas” 
(p.19). En este sentido, es pertinente resaltar la relación que se ha encontrado en los últimos 
años entre disregulación emocional y diversos trastornos psicológicos, en tanto que la falta de 
activación de estrategias de regulación podría estar contribuyendo a que, en determinadas 
personas, un estado anímico negativo pueda ir agravándose con el tiempo; observado en 
casos de depresión, la ansiedad, el trastorno límite de personalidad, entre otros (Tejada et al., 
2012). 
28 
 
Adolescencia 
La regulación emocional también se ve atravesada por la etapa vital en la que se 
encuentra una persona y las habilidades que ha desarrollado a lo largo de su vida para lograr 
tener una modulación de emociones adecuada. Teniendo en cuenta esto, la adolescencia es 
concebida por Deval y Garcia (2010) como “un periodo de la vida tradicionalmente 
comprendido entre el comienzo de los cambios puberales y la adquisición de roles adultos” 
(p. 327). A pesar de lo anterior, es necesario realizar la aclaración de que la concepción de 
adolescencia está sujeta a cuestiones sociales que imposibilitan mantener una claridad y 
generalidad de los límites. 
En términos generales, la adolescencia se ha comprendido como el transcurso desde el 
inicio de la maduración física y hormonal que se presenta en la pubertad hasta la culminación 
del desarrollo reproductivo, sin embargo, como se mencionaba previamente el concepto de 
adolescencia depende en gran medida de determinantes culturales, sociales y biológicos. Por 
lo tanto, se ha establecido que la adolescencia puede transcurrir desde los 10 hasta los 22 
años (Deval y García, 2010). 
 Independientemente de las especificidades biológicas en cuanto a la edad de 
maduración del adolescente, existen algunas implicaciones psicológicas que acompañan el 
paso por la nueva etapa vital que impactan a los individuos. En primera instancia, los 
cambios físicos que suponen una apariencia externa adulta traen comoconsecuencia que 
“adultos cercanos comiencen a tratar al adolescente como adulto y no como niño... Esta 
diferencia de trato, de expectativas y de exigencias de madurez reportará un impacto 
psicológico en el chico o la chica adolescente” (Deval y García, 2010, p. 332). 
Adicionalmente, la etapa de la adolescencia se caracteriza por una búsqueda constante 
de autonomía e independencia que conlleva a que el joven procure pasar más tiempo con los 
pares (amigos y compañeros) y evite la cercanía con los padres. En la adolescencia aparecen 
29 
 
componentes emocionales más complejos acompañados por una creciente impulsividad, a 
pesar de esto, se espera que los adolescentes desarrollen mecanismos de regulación como el 
poder anticiparse a situaciones futuras, lo que les permite tener control en muchos escenarios 
(Lombardo y Pantusa, 2013). Pese a esto, muchos adolescentes tienen dificultades para 
mantener el control de sus respuestas emocionales; lo anterior puede generar malestar y 
consecuentemente la evitación de determinadas emociones. 
Así mismo, se empieza a hablar de madurez psicológica, la cual se caracteriza por la 
búsqueda de la identidad acerca de la cual Moreno (2007) plantea que “esta nueva identidad 
implica un nuevo concepto de uno mismo, la autonomía emocional, el compromiso con un 
conjunto de valores y la adopción de una actitud frente a la sociedad” (p.14). de este modo, el 
adolescente se ve inmerso en la búsqueda de mayor privacidad, autonomía e independencia 
de sus padres. Paralelamente, en la búsqueda de autonomía se reflejan “el choque entre la 
necesidad de apoyo parental en un momento en el que tienen que afrontar muchas tareas 
evolutivas, y la exigencia de exploración que requiere la resolución de dichas tareas” (Oliva, 
2011, p.57). 
Por otra parte, se observa que en la adolescencia se busca principalmente la 
aprobación por parte de los pares más que de los padres, ya que se le da mayor importancia a 
la búsqueda de proximidad y de apoyo emocional en las relaciones de amistad. En este 
sentido 
Como han señalado Mayseless y Scharf (2007), este proceso normativo de 
acercamiento al grupo de iguales cumple tres funciones diferentes. En primer lugar, 
ayuda al adolescente a relajar los lazos con los padres y a conseguir cierta autonomía 
emocional. En segundo lugar, es una experiencia en relaciones igualitarias que le va a 
preparar el camino para el comienzo de las relaciones de pareja. Y, en tercer lugar, va 
a suponer una diversificación de la inversión emocional en distintas figuras de apego, 
30 
 
lo que puede resultar muy útil en situaciones de estrés en que algunas de estas figuras 
pudieran no estar disponibles (como se citó de Oliva, 2011, p.58). 
De este modo, en las nuevas relaciones que el ser humano empieza a establecer con 
los pares en su adolescencia (amorosas o de índole amistoso), se evidencia el tipo de apego 
que se ha ido desarrollando a lo largo de su ciclo vital. Por medio de estas interacciones se 
observa en qué manera responde cada individuo al ambiente determinado en el que se 
encuentra, es por lo anterior que se aborda a continuación la relación existente entre el apego 
y la regulación emocional que cada individuo posee. 
Apego y la regulación emocional. 
En este apartado se define la teoría del apego junto con los diferentes tipos existentes, 
posteriormente se expone la relación que existe entre estos y la regulación o disregulación 
emocional. Una de las bases fundamentales que permiten comprender la regulación 
emocional es la teoría del apego definida por John Bowlby (1998) como 
una forma de conceptualizar la propensión de los seres humanos a formar vínculos 
afectivos fuertes con los demás y de extender las diversas maneras de expresar 
emociones de angustia, depresión, enfado, cuando son abandonados o viven una 
separación o pérdida (como se citó en Gago, 2014, p.2). 
Bowlby define el apego como los primeros lazos afectivos que se generan entre el 
niño y su madre o cuidador principal, haciendo énfasis en las consecuencias que tiene el 
vínculo creado en el desarrollo socioemocional posterior del infante (Aguilar-Luzón et al., 
2012). Posteriormente, basándose en los planteamientos de Bowlby et al. (1991) trabajaron 
en el desarrollo del modelo de cuatro estilos de apego: seguro, preocupado, desentendido y 
temeroso, en los que subyacen dos dimensiones: ansiedad y evitación (Guzmán-González et 
al., 2015). 
31 
 
Con base en lo anterior, se establece que en el apego seguro el niño desarrolla un 
modelo positivo tanto de sí mismo como del otro; lo que genera que este tipo de apego se 
encuentre asociado con bajos niveles de ansiedad y evitación. Por su parte, el apego 
preocupado genera que el niño desarrolle un modelo negativo de sí mismo y positivo del otro, 
este tipo de vínculo está relacionado con alto niveles de ansiedad y bajos niveles de evitación. 
En el apego desentendido o evitativo indiferente, el niño desarrolla modelos de sí mismo y de 
los demás positivos y negativos, este tipo de apego está relacionado con bajos niveles de 
ansiedad y altos niveles de evitación. Finalmente, en el apego temeroso el niño desarrolla un 
modelo negativo tanto de sí mismo como del otro y consecuentemente se presentan altos 
niveles de ansiedad y evitación (Guzmán-González et al., 2015). 
Los estilos de apego son fundamentales para el análisis de la regulación emocional en 
adolescentes y adultos ya que, la base para el despliegue de estrategias de regulación ante una 
situación de estrés se encuentra en la naturaleza de la primera relación vincular de las 
características individuales de cada persona. De este modo, Mikulincer y Shaver (2003) 
plantean que las personas con estilos de apego seguro acuden a la estrategia primaria que 
consiste en buscar proximidad con la figura de apego con el fin de encontrar protección y 
bienestar cuando se encuentran en una situación que genera estrés; mientras que, quienes 
tienen estilos de apego inseguros recurren a la estrategia secundaria que se caracteriza por la 
hiperactivación o desactivación de las necesidades de apego como forma de evitar el posible 
abandono en un caso y el rechazo en el otro. 
Es así como las estrategias de hiperactivación se presentan principalmente en las 
personas que experimentan ansiedad asociada al apego; estas estrategias se suelen expresar en 
una constante exageración de los signos de amenaza y reacciones de intenso malestar ante 
situaciones que les generan estrés. Adicionalmente, en la hiperactivación se presenta una 
constante búsqueda de proximidad ya que la distancia se experimenta como peligrosa o 
32 
 
indicadora de potencial abandono. Por otra parte, las personas que presentan rasgos de 
evitación acuden a las estrategias de desactivación, donde buscan suprimir y reprimir 
pensamientos y emociones negativas, lo que demuestra un intento por desactivar las 
conductas de apego como consecuencia del miedo a obtener resultados aversivos por la 
proximidad con la figura de apego, debido a esto la persona intenta minimizar el contacto con 
ella bien sea en la realidad o en su imaginación. A pesar de que estas dos tendencias 
(hiperactivación y desactivación) tienen finalidades opuestas, ambas suelen dar como 
resultado la disregulación emocional (Mikulincer y Shaver, 2003). 
En este sentido, es evidente que la relación que tienen los individuos con sus padres o 
cuidadores juega un papel fundamental en el desarrollo de la regulación emocional, ya que 
como se mencionaba previamente, el tipo de apego puede desembocar en dificultades en el 
aspecto emocional. Sin embargo, el tipo de apego no es el único factor familiar que está 
relacionado con la disregulación emocional, por esto se presentan a continuación los estilos 
de crianza y las implicaciones que tienen en la regulación emocional. 
Estilo de crianza y la regulación emocional. 
Sumadoal tipo de apego adquirido por el niño, el estilo de crianza es un determinante 
a la hora de desarrollar efectivamente la regulación emocional. Por lo tanto, los padres o 
cuidadores son fundamentales para el desarrollo de los hijos debido a que son los que 
establecen el estilo de crianza y, por lo tanto, las metas y las estrategias de socialización de 
los niños. Jorge y González (2017) mencionan que “los estilos de crianza se definen como los 
conocimientos, actitudes y creencias que los padres asumen en relación con la salud, la 
nutrición, la importancia de los ambientes físico y social y las oportunidades de aprendizaje 
de sus hijos en el hogar” (p.41). Teniendo en cuenta esto, la crianza influye en el desarrollo 
psicosocial de los niños, ya que se establecen las pautas, prácticas y creencias de crianza, es 
decir, las reglas que siguen los padres frente al comportamiento de los hijos, la educación que 
33 
 
los padres o cuidadores brindan y los comportamientos que fueron aprendidos por los padres, 
son una guía para criar a los niños. 
Se reconocen cuatro modelos en la crianza: autoritario, permisivo, democrático y 
negligente. El tipo de crianza autoritario se caracteriza por favorecer el castigo y restringir la 
autonomía de los niños, en este estilo de crianza se presenta un constante intento de controlar 
los comportamientos del niño. Así mismo, en la comunicación entre padres e hijos el diálogo 
no es facilitado. De hecho, Jorge y Gonzáles (2017) resaltan que en este estilo de crianza se 
presentan principalmente la falta de comunicación y afecto, los padres suelen ser 
extremadamente estrictos y primar el control y la obediencia en el hogar, estableciendo 
normas rígidas que los hijos deben cumplir sin opción de escoger. 
El estilo autoritario es el que tiene las consecuencias más negativas sobre la 
socialización de los hijos, debido a que genera que los niños sean inseguros, menos cariñosos, 
comunicativos y afectuosos y que tengan poca motivación para alcanzar metas. Además, 
puede afectar su autoestima y autonomía negativamente ya que les es difícil tomar decisiones 
de forma independiente. 
Por otro lado, el estilo de crianza permisivo se caracteriza por dar al niño altos niveles 
de autonomía. Tiene como objetivo evitar la autoridad, por ejemplo, en pocas ocasiones los 
padres recurren a las restricciones y al castigo, prefieren no ejercer el control ni establecer 
reglas. En cuanto a las expectativas frente a la responsabilidad y madurez, los padres que 
manejan un estilo de crianza permisivo no son muy exigentes, permiten que los niños 
controlen sus propias acciones y consecuentemente, no establecen normas que estructuren la 
vida de los niños. Los hijos toman decisiones que implican alto nivel de responsabilidad a 
pesar de no estar preparados para ello. Adicionalmente, los niños con este estilo de crianza, se 
caracterizan por ser muy afectuosos, acudir a la mínima demanda de atención y tener altos 
niveles de comunicación. Este tipo de crianza educa niños alegres pero dependientes, además 
34 
 
“se pueden presentar conductas antisociales, bajos niveles de madurez y éxito profesional” 
(Jorge y González, 2017, p. 47). 
Por otra parte, se encuentra el estilo de crianza democrático que se caracteriza por 
promover la comunicación y el razonamiento; allí, los padres respetan tanto la individualidad 
de los niños como su personalidad e intereses y los motivan a valerse por sí mismos, además, 
establecen valores y disciplina. Consideran que cada miembro de la familia tiene derechos y 
responsabilidades con respecto al otro, se interesan por desarrollar autonomía e 
independencia y no desean el control total sobre sus hijos. Asimismo, los padres 
democráticos se presentan afectuosos frente a sus hijos y definen reglas en el hogar 
compartiendo sus opiniones. Pretenden valorar y reforzar el buen comportamiento más no 
centrarse en la mala conducta. Según Jorge y Gonzáles (2017) en el estilo democrático hay 
una claridad sobre las expectativas que los padres tienen sobre sus hijos, lo que “Produce, en 
general, efectos positivos en la socialización: desarrollo de competencias sociales, índices 
más altos de autoestima y bienestar psicológico, un nivel inferior de conflictos entre padres e 
hijos, entre otras”(p. 48). Se resalta también que los niños con este tipo de crianza suelen 
tener buen desempeño en sus interacciones sociales. 
Finalmente se encuentra el tipo de crianza negligente, que se caracteriza por la 
constante indiferencia de los padres hacia los hijos, allí los cuidadores muestran muy poco 
afecto y no plantean con claridad las expectativas sobre sus hijos (Aguirre, 2016), 
presentando así falencias en el establecimiento de normas y valores en el hogar. En este 
sentido, se evidencia que los padres negligentes presentan baja intensidad en el apego y que 
los niveles de atención, cuidado y sensibilidad en la interacción con los hijos son también 
bajos (Arcos y Flores, 2017), por lo que los niños con este estilo de crianza presentan pocas 
respuestas afectivas en situaciones de la cotidianidad. 
35 
 
Los problemas de regulación emocional relacionados con el apego, estilos de crianza 
u otros factores, traen como consecuencia que algunos adolescentes requieran 
acompañamiento psicológico que favorezca el desarrollo de habilidades en torno a la 
identificación, nominación y expresión emocional. Por lo tanto, es necesario entender la 
forma en la que se están realizando las intervenciones psicológicas en la actualidad con el 
contexto de pandemia por COVID-19. 
Tele psicología 
Es necesario tener en cuenta el contexto en el que la investigación se desarrolla. 
Debido a la situación actual de pandemia por COVID-19, se ha visto la necesidad de realizar 
la mayoría de las intervenciones psicológicas de forma remota; lo que significa que los 
encuentros consultante-terapeuta no se dan de forma presencial, sino por medio de 
videoconferencias, llamadas u otros medios electrónicos. Es por esto que consideramos 
pertinente realizar un abordaje conceptual sobre la tele psicología. 
En los últimos años se ha incrementado el uso de las Tecnologías de la información y 
de la comunicación (Tics) considerablemente. En Colombia, “en 2018, el 52,7% de los 
hogares poseía conexión a Internet para el total nacional” (DANE, 2018, p. 34). Es por esto 
que la Psicología como disciplina, se ha visto obligada a integrar el uso de las mismas en sus 
diversos enfoques, sin embargo, para efectos de este estudio y teniendo en cuenta el marco 
actual de pandemia y aislamiento preventivo a causa del COVID-19, nos centraremos en la 
implementación de las Tics en el campo de la psicología clínica. 
Se puede definir la tele psicología como “la prestación de servicios psicológicos 
empleando tecnologías de la información y de la telecomunicación, mediante el 
procesamiento de la información por medios eléctricos, electromagnéticos, electromecánicos, 
electroópticos o electrónicos” (Ramos et al., 2017, p. 8). A pesar de que esta forma de 
intervención no era comúnmente utilizada en años pasados la aproximación que se ha tenido 
36 
 
ella durante los últimos meses ha suscitado la necesidad de comprender a profundidad cómo 
funciona y cuál es la mejor forma de realizar intervenciones en esta modalidad. Teniendo en 
cuenta esto, Ramos et al. (2017) establecen que 
Dentro de estos medios podemos incluir los dispositivos móviles, los 
ordenadores personales, los teléfonos, las videoconferencias, el correo electrónico, 
webs de autoayuda, blogs, redes sociales, etc. La información puede ser transmitida 
tanto por vía oral como escrita, así como por imágenes, sonidos u otros tipos de datos. 
La comunicación puede ser síncrona (videoconferencia interactiva, llamada 
telefónica) o asíncrona (e-mail). (p. 8) 
 Esto permite reconocer que la tele psicología abarca un gran campo de medios decomunicación y diferentes formas de realizar intervenciones de manera sincrónica o 
asincrónica. 
Hoy en día, existen múltiples términos para describir las intervenciones dirigidas a la 
salud psicológica a través de internet. Son habituales los términos e-terapia, ciber terapia, 
terapia online, telesalud, Tele Psicología, intervenciones psicológicas online (Barak et al., 
2009; Eysenbach, 2001; tomado de Martí y Pardo, 2018). Entendemos tele psicología como 
“la prestación de servicios psicológicos mediante las tecnologías de la información y 
comunicación” (Consejo General de la Psicología España, 2017, p.8) aquí, se encuentran 
dispositivos móviles, computadores, herramientas como videollamadas, entre otros. 
Las TIC, en el momento presente, han logrado un nivel de desarrollo tal que 
posibilitan una comunicación eficaz y permiten llevar a cabo un tratamiento psicológico 
efectivo, del mismo modo permiten un acceso a mayor parte de la población. Por otra parte, 
la intervención Tele psicológica tiene como desventaja “la pérdida de información no verbal 
del cliente y la dificultad de establecer una adecuada alianza terapéutica, así como los riesgos 
en la confidencialidad” (Martí y Pardo, 2018). 
37 
 
Teniendo en cuenta lo anterior, es pertinente mencionar que los acompañamientos 
psicológicos (comprendidos por un encuentro semanal entre el practicante y el adolescente de 
aproximadamente 45 minutos, en el cual se trabajaba alrededor del motivo de consulta 
inicial) sobre los que se realiza el presente trabajo de investigación se llevaron a cabo por 
medio de modalidad remota, en donde se trabajó principalmente por medio de 
videoconferencias con adolescentes con problemas de disregulación emocional. Por lo tanto, 
en este estudio se tendrá en cuenta el análisis de los casos previamente mencionados y se 
realizarán recomendaciones para un plan de intervención en modalidad remota con 
adolescentes con disregulación emocional que logre ser útil para otros profesionales que 
trabajen de forma virtual. 
En términos generales, durante esta revisión se reconoció que a lo largo del ciclo vital 
las personas adquieren diferentes estrategias para convivir con sus emociones y enfrentarlas 
de manera sana. Una fase crucial para el desarrollo de estas estrategias es la adolescencia; 
durante esta etapa se presenta el inicio de la maduración física, el distanciamiento con los 
padres y/o cuidadores y paralelamente se da la búsqueda de independencia e identidad. Al 
mismo tiempo, el desarrollo de estas estrategias se ve influenciado por diversos factores 
como el tipo de crianza, las relaciones familiares establecidas, junto con el tipo de apego que 
tiene el individuo. Así mismo, teniendo en cuenta el contexto en el que se desarrolló la 
investigación, se observó el confinamiento dado por el COVID-19 como otro factor 
influyente en la vivencia de la etapa de la adolescencia y en la regulación emocional. 
 
 
 
38 
 
Objetivos 
Objetivo general 
Identificar y analizar los posibles efectos emocionales que experimentan algunos 
adolescentes en el marco actual de la pandemia por COVID-19. 
Objetivos Específicos 
● Reconocer las categorías que agrupan factores asociados a los problemas de 
disregulación emocional. 
● Identificar el impacto psicológico que tienen las implicaciones del COVID-19 en los 
adolescentes. 
● Describir las conductas problemáticas que evidencian disregulación emocional en 
estudiantes de bachillerato que realizaron un proceso de acompañamiento psicológico. 
Metodología 
Tipo de investigación 
La presente investigación se realizó en el marco de la metodología cualitativa definida 
por Bogdan y Taylor (1987) como “la investigación que produce datos descriptivos: las 
propias palabras de las personas, habladas o escritas, y la conducta observable” (pp.19-20). 
Se consideró pertinente esta metodología ya que tiene en cuenta la forma en la que los 
individuos experimentan los fenómenos que los rodean (Hernández-Sampieri et al., 2014). Lo 
que permite tener una comprensión más detallada y completa de las vivencias de los 
participantes. 
Teniendo en cuenta que “la investigación cualitativa se enfoca en comprender los 
fenómenos, explorándolos desde la perspectiva de los participantes en un ambiente natural y 
en relación con su contexto” (Hernández-Sampieri, et al., 2014, p.358) , para este tipo de 
investigación, la recolección de datos se presenta en ambientes que hacen parte de la 
cotidianidad de los participantes; en donde los investigadores recolectan datos por medios 
39 
 
escritos, verbales, no verbales, conductas observables e imágenes (Hernández-Sampieri, et 
al., 2014) . 
Adicionalmente, Marshall (2011) y Preissle (2008) establecen que “el enfoque 
cualitativo es recomendable cuando el tema del estudio ha sido poco explorado o no se ha 
hecho investigación al respecto en ningún grupo social específico” (como se citó en 
Hernández-Sampieri, et al., 2014, p. 358) ; como es el caso de la presente investigación ya 
que la pandemia por COVID-19 ha generado nuevas problemáticas a nivel económico, social, 
de salud pública, entre otras, y se reconoce la necesidad de hacer un estudio en el que se 
tenga en cuenta la forma en que una población vulnerable (como lo son los adolescentes) 
experimentan los cambios que trae consigo el aislamiento. 
Diseño de Investigación 
Respecto al diseño de investigación cualitativa se implementó un diseño de tipo 
exploratorio-descriptivo. Los estudios exploratorios buscan examinar un tema de 
investigación que ha sido poco estudiado o se realizan cuando se desea indagar sobre un tema 
desde una nueva perspectiva (Hernández-Sampieri et al., 2014). En este sentido la presente 
investigación pretende realizar un acercamiento inicial y comprender la disregulación 
emocional en adolescentes en el marco de la pandemia por COVID-19. 
Por otra parte, los estudios descriptivos resultan útiles para especificar propiedades o 
características de grupos, personas, comunidades; lo que permite evidenciar con precisión las 
dimensiones del fenómeno estudiado (Hernández-Sampieri et al., 2014). 
Cabe resaltar que el presente estudio se encuentra dentro de la categoría de diseño no 
experimental, dado que el investigador observa el fenómeno o acontecimiento tal y como se 
da en su contexto natural, para después analizarlo. En este sentido, se enviaron cuestionarios 
escritos a los psicólogos en formación, en los que estos refirieron información sobre los 
procesos y los comportamientos de los adolescentes con los que desarrollaron los 
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acompañamientos psicológicos durante la práctica; el abordaje de la información obtenida en 
dichos cuestionarios se realizará por medio de un análisis de contenido. 
Población y Muestra 
La investigación contó con dos tipos de participantes y se implementó un muestreo no 
probabilístico intencional por conveniencia. Es importante señalar que el instrumento de 
recolección de información solo fue aplicado a los psicólogos en formación que se 
encuentran vinculados a la práctica de Atención Psicológica en Contextos en la Pontificia 
Universidad Javeriana, quienes desarrollan su trabajo por medio de procesos de 
acompañamiento psicológico abordados principalmente desde un enfoque comportamental. 
Tipo A: Diez estudiantes de secundaria cuya edad está comprendida entre los 12 a 17 
años, siete mujeres y tres hombres, que recibieron acompañamiento psicológico de forma 
voluntaria y remota, como parte de los procesos de acompañamiento realizados por los 
psicólogos en formación. Este espacio formativo se desarrolló en dos instituciones educativas 
distritales; una de ellas ubicada en la localidad de Suba, a donde pertenecían seis adolescentes 
y la otra en la localidad de San Cristóbal con cuatro adolescentes (ver anexo A). Estos 
participantes son codificados como: C1, C2, C3, C4, C5, C6, C7, C8, C9 y C10. 
Como

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