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Política redistributiva y crecimiento económico* Alberto Alesina** Dani Rodrik*** En este artículo se estudia la relación entre política y crecimiento econó- mico mediante un modelo simple de crecimiento endógeno en el que hay conflicto distributivo entre agentes dotados de capital y trabajo en distin- tas proporciones. Se llega a varios resultados relativos a la propiedad de factores del individuo mediano -aquel cuyo ingreso equivale a la mediana de la distribución del ingreso- y el nivel de tributación, redistribución y crecimiento. Las políticas que maximizan el crecimiento son óptimas sólo para los gobiernos que se preocupan de manera exclusiva de los capitalis- tas puros. A mayor desigualdad en la riqueza y el ingreso mayor tasa de tributación y menor crecimiento. También se presentan resultados em- píricos que señalan que la inequidad en la propiedad de la tierra y del ingreso está relacionada inversamente con el crecimiento económico. Agradecemos las útiles sugerencias de: James Alt, Olivier Blanchard. Alex Cukierman. Allan Drazen, Kiminori Matsuyama, Maurice Obstfeld, Roberto Perotti, Torsten Persson, Lant Pritchett, Andrei Shleifer y de quienes participaron en seminarios en las universidades de California en Berkeley, Boston College, Cornell, George Masan y Harvard, en el Fondo Monetario Internacional, las universidades de Bruselas, Co- lorado, Pennsylvania, Stanford, Tufts, California en Los Angeles, Yale y el National Bureau of Economic Research. Así mismo agradecemos a Gerald Cohen y a Nazrul Islam su excelente asistencia de investigación. Alesina agradece el apoyo financiero de la Sloan Foundation y Rodrik el apoyo financiero de NBER Olin Fellowship y de Hoover National Fellowship. f! 1994 Presidrnt wzd F'e/lows o(Haruard College and thc Massachusetts Institute of Teclmology. Tlze Quarterly Jmmza! o( Economics, l\lay 1994. Investigador de Harvard University. '.'Jational Bureau of Economic Research y Cen- tre for Economic Policy Research. Investigador de Columbia University, National Bureau of Economic Research y Cen- tre for Economic Policy Research. Política redistributiva y crecimiento económico* En términos sencillos se puede decir que la diferencia entre la economía y la política es que mientras la primera busca aumen- tar la torta, la segunda busca distribuirla. En este artículo se analiza la relación en- tre una y otra. También estudia cómo la configuración inicial de los recursos de una economía moldea la lucha política por la dis- tribución del ingreso y la riqueza, y cómo esta pugna afecta el crecimiento a largo plazo. La conclusión principal es que la des- igualdad es conducente a la adopción de po- líticas que retardan el crecimiento. Este re- sultado se deduce de un modelo simple de economía política en el que se analiza el crecimiento, con base en datos de diferen- tes países consistentes con dicho modelo. La característica fundamental de nuestro modelo es que los agentes difieren en su dotación relativa de factores. Se distinguen dos tipos de factores: uno acumulado -de- nominado "capital"-y uno no acumulado - denominado "trabajo"-. El crecimiento es impulsado por la expansión del acervo de capital que, a su vez, está determinada por decisiones individuales relativas al ahorro. El crecimiento de largo plazo es endóge- no, ya que se toma la función de produc- ción agregada de modo que sea linealmen- te homogénea en capital y servicios públicos -productivos- considerados con- juntamente. Los servicios públicos se fi- nancian con un impuesto sobre el capital. 120 Como los servicios públicos son producti- vos un pequeño impuesto al capital benefi- cia a todo el mundo. Sin embargo, como la propiedad de los factores es heterogénea la tasa impositiva ideal no es la misma para todos los agentes. Como el impuesto al capital afecta la acumulación y el crecimien- to esta diferencia también se transmite a las preferencias de los agentes respecto a la tasa ideal de crecimiento. Un agente cu- yos ingresos provienen exclusivamente del capital prefiere una tasa impositiva que maximice la tasa de crecimiento de la eco- nomía. Los demás agentes preferirían un impuesto más alto y, por tanto, una tasa de crecimiento menor. Mientras menos ingre- so proveniente del capital perciba un agen- te -en relación con su ingreso laboral- mayor será su tasa impositiva ideal y me- nor su tasa de crecimiento ideal. ¿cómo las preferencias individuales deter- minan las opciones políticas? El teorema del votante mediano -el votante cuyo in- greso equivale a la mediana de la distribu- ción del ingreso- según el cual la tasa im- positiva que el gobierno escoge es la que prefiere el votante mediano es un punto de referencia de gran utilidad. A partir de este teorema se llega al resultado princi- pal de nuestro trabajo en cuanto a la rela- ción entre distribución del ingreso y creci- miento. Mientras más equitativa sea la distribución de recursos de una economía PLANEACIÓN & DESARROLLO Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 mejor dotado con capital estará el votante mediano. En consecuencia, menor será el nivel de equilibrio del impuesto al capital y mayor el crecimiento de la economía. Ade- más, en nuestro modelo hay una relación monótona entre la distribución del ingreso y la del capital. Así el principal resultado teórico que debemos someter a prueba es que la desigualdad del ingreso y la riqueza está relacionada inversamente con el cre- cimiento económico. Mientras que un modelo analítico explíci- to es indispensable para exponer la lógica de nuestra historia la formalización que escogimos debe entenderse como la ilus- tración de una idea más general. Por ejem- plo, cuando usamos el término capital nos referimos a todos los bienes que producen crecimiento, incluido el capital físico, el humano y la tecnología patentada. Por tra- bajo entendemos trabajo no calificado. Y algo aún más importante, el impuesto al capital al que nos referimos debe ser in- terpretado como una metáfora de cualquier tipo de política redistributiva que transfie- ra ingresos al trabajo no calificado y, a la vez, reduzca el incentivo para acumular. Los gobiernos cuentan con una gran varie- dad de políticas de este tipo, algunas de las cuales se mencionarán más adelante. De manera similar nuestro recurso al teo- rema del votante mediano no debería to- 121 marse como una descripción literal del pro- ceso político que tenemos en mente. Se recurrió a este teorema para captar la idea básica según la cual cuando están en juego temas claves relativos a la distribución es probable que todo gobierno responda a los deseos de la mayoría. Ni siquiera los dicta- dores pueden ignorar totalmente las de- mandas sociales por el temor a ser derro- cados. Así, hasta en una dictadura los temas relativos a la distribución, que afectan a la mayoría de la población, tendrán influen- cia en las decisiones políticas. Con estas aclaraciones en mente la idea central se vuelve una idea simple e intuitiva: es más probable que haya pugnas distributivas que son perjudiciales para el crecimiento cuan- do los recursos están distribuidos de ma- nera dispar. Al final de este artículo se presentan re- sultados empíricos consistentes con nues- tro modelo. Este supone una relación in- versa entre el crecimiento y los niveles iniciales de equidad de ingreso y riqueza. Las medidas de distribución de la riqueza son difíciles de encontrar, excepto en el caso de la distribución de la propiedad de la tierra. Por tanto nos centramos en esta última medida y en medidas de distribu- ción del ingreso. Al controlar los niveles iniciales de ingreso y capital humano se halla una correlación negativa y estadísti- camente significante entre desigualdad en Política redistributiva y crecimiento económico* la distribución de la tierra -medida alrede- dor de 1960- y crecimiento económico en las siguientes dos décadas y media. En cuanto a la distribucióndel ingreso se ob- tiene el mismo tipo de resultado: la des- igualdad inicial del ingreso está correlacio- nada de manera negativa con el crecimiento posterior. Este trabajo tiene relación con cuatro dife- rentes ramas de la literatura económica. Primero, nuestro modelo concuerda con la tradición de la nueva bibliografía sobre cre- cimiento endógeno (Romer 1986; Lucas 1988; Barro 1990; Barro y Sala-i-Martin 1990), y la amplía al mostrar cómo en un equilibrio político las consideraciones re- lativas a la distribución influyen en la op- ción de crecimiento. Segundo, las ideas básicas de este trabajo se relacionan con la literatura de la economía política sobre la votación de la mayoría respecto de los im- puestos (Romer 1975; Roberts 1977; Meltzery Richard 1981; Mayer 1984) y sir- ven de puente entre esta literatura y los nuevos modelos de crecimiento. Si bien la bibliografía sobre la votación de la mayoría respecto de los impuestos es estática nues- tro modelo es dinámico. Tercero, las pre- guntas que estudiamos evocan temas que son permanentes en la literatura sobre el desarrollo (Kuznets 1955; Fields 1980). Tradicionalmente este campo se ha dedi- cado a estudiar los efectos del crecimiento 122 sobre la distribución. Aquí invertimos el problema y nos preguntamos cómo la dis- tribución afecta el crecimiento. Por último, una serie de artículos recientes han desta- cado los vínculos entre distribución del in- greso y crecimiento que operan mediante canales no políticos. En particular, Murphy, Shleifer y Vishny (1989) fueron los prime- ros en señalar que la distribución del in- greso influye en el tamaño de la demanda de los hogares y, por tanto, en el potencial para la industrialización. En este artículo la relación entre distribución del ingreso y crecimiento tiene implicaciones empíricas que son similares a las de nuestro trabajo. Así mismo, Galor y Zeira (1993) muestran que en modelos con restricciones de liqui- dez la distribución del ingreso determina qué parte de la población puede invertir en educación: la relación entre desigualdad y crecimiento es positiva en los niveles de ingreso bajos, pero negativa en los otros. En los últimos años, en varios artículos se han explorado modelos políticos que vincu- lan distribución del ingreso y crecimiento. Los dos artículos que más se asemejan con el nuestro son el de Bertola (1993) y el de Persson y Tabellini (1991), ambos indepen- dientemente del nuestro. El modelo de Bertola se centra en la distinción entre fac- tores de producción acumulados y no acu- mulados, y apunta al conflicto de intereses que, con respecto al crecimiento, existe PLANEACIÓN & DESARROLLO Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 entre personas con diferentes fuentes de ingreso. Persson y Tabellini desarrollan un modelo que, a pesar de tener implicaciones empíricas similares a las del nuestro, es bastante diferente. Ellos usan una estruc- tura simple de generaciones traslapadas en la cual los agentes viven dos períodos, el impuesto a la renta se aplica sólo con fines redistributivos y la tributación afecta la in- versión en capital humano. En nuestro modelo los agentes tienen un horizonte infinito y los impuestos no se usan sólo con fines redistributivos. Con los ingresos pro- venientes de los impuestos se proporciona un bien público necesario a la producción privada. Entonces a diferencia del de Persson y Tabellini nuestro modelo es con- sistente con la relación de curva en U in- vertida que hay entre impuestos y creci- miento según Barro (1990). Persson y Tabellini también presentan evidencia empírica consistente con la nuestra al usar conjuntos de datos algo diferentes de los que empleamos. Así debe considerarse que sus resultados empíricos y los nuestros se refuerzan en forma mutua. Para concluir, Perotti (1993), Saint-Paul y Verdier (1992) y Fernández y Rogerson (1992) desarrollan varios modelos de eco- nomía política en los cuales la distribución del ingreso influye en el nivel de equili- brio de la inversión en capital humano y así, en último término, determina el creci- miento. Benhabib y Rustichini (1991) pre- sentan un modelo de teoría de juegos en el cual los agentes pueden apropiarse de los recursos de la sociedad para su propio be- neficio -a costa de la posterior represalia de otros- y analiza la relación entre el ni- vel de riqueza, la distribución del ingreso y el crecimiento1• Este artículo se organiza de la siguiente manera: Primero se expone el marco teó- rico básico, con referencia a los vínculos entre la dotación de factores, la política distributiva y el crecimiento económico; luego se presenta la evidencia empírica, para finalizar con las conclusiones. La teoría Se usó un modelo simple de crecimiento endógeno con trabajo y capital como los factores primarios de producción. Además, se supone que para la producción privada se necesitan servicios públicos que en tér- minos concretos se pueden denominar ser- vicios legales y de orden. Para que haya cre- cimiento endógeno se requiere que los recursos económicos que puedan reprodu- cirse no tengan rendimientos decrecientes. Obtenemos esa característica al suponer 1 Perotti (1992) hace una breve reseña de esta bibliografía que crece a gran velocidad. 123 Política redistributiva y crecimiento económico* que el producto es lineal en capital y servi- cios públicos considerados de manera con- junta. Esto conduce a la siguiente función de producción agregada: (1) que ha sido adaptada, con pocas modifica- ciones, de Barro (1990) y Barro y Sala-i- Martin (1990).A es un parámetro tecnoló- gico, k y l son los acervos agregados de capital y trabajo, respectivamente, y g es el nivel agregado de gasto público en ser- vicios productivos. Todo bien que se pro- duzca en esta economía puede ser usado para consumo o para inversión y su precio se fija en l. No se mostrará la dependencia temporal de cada variable a menos que sea necesario para evitar confusiones. El atrac- tivo que para nuestro propósito tiene este modelo es que le atribuye un papel cons- tructivo al gobierno. En consecuencia, las políticas redistributivas actuarán en con- junto con las que estimulan el crecimien- to. Esta es una característica realista: la redistribución fiscal se hace en general mediante programas de gasto que sobre- pasan y están más allá de las transferen- cias directas de dinero. Para financiar el gasto en servicios públi- cos el gobierno tiene acceso a un impues- to a la renta proveniente del capital, -r. El presupuesto está equilibrado en todo mo- mento, por lo que g=-rk (2) Las opciones de política están restringi- das en dos aspectos importantes. Prime- ro, se excluye la expropiación de capital. Como la tributación al capital produce dis- torsiones el gobierno podría mejorar el bienestar mediante la expropiación del acervo de capital para luego administrarlo y distribuir sus ganancias. Otra alternati- va es que éste podría expropiar el acervo de capital y arrendarlo. Estas políticas al- canzarían el nivel óptimo en el uso de los recursos y maximizarían el bienestar, in- cluso desde el punto de vista de un gobier- no que sólo se preocupara por los dueños del capital2. Se excluyen consideraciones relativas a la expropiación a fin de no te- ner que tratar problemas de inconsisten- cia temporal relacionados con la tributa- ción del capital que no constituyen nuestro punto central. La razón por la cual la ex- propiación no es más común en la vida real está claramente fuera del alcance del mo- delo. Segundo, sólo se permite un impues- to lineal sobre el capital y de manera con- secuente se excluye el aspecto progresivo de las tasas de impuesto sobre el capital. ' Con relación a la inconsistencia temporal de este tipo véase Fischer (1980) y el debate que aparece en Rodrik (1993) concerniente a un gobierno que tiene un objetivo de redistribución. 124 PLANEACIÓN & DESARROLLO Vol. XXX, No. 2, abril- junio 1999 En este tipo de modelo el votante media- no tiene un incentivo para imponer la tri- butación progresiva que, en primer lugar, recae sobre aquellos cuyos ingresos son más altos que la mediana. Sin embargo, cabe notar que incluso con una tasa impo- sitiva lineal sobre el capital, mientras el ingreso salarial esté distribuido de mane- ra relativamente pareja nuestro modelo genera una forma de tributación progresi- va, en la cual los agentes más ricos -con mayor ingreso de capital- pagan más im- puestos que los más pobres. El capital debe ser interpretado en el sen- tido amplio indicado en la introducción, es decir, debe incluir el capital físico, el hu- mano y toda la tecnología patentada. En- tonces el impuesto al capital debe ser con- siderado como un impuesto sobre todos los recursos que se acumulan, incluido el ca- pital humano. La fuerza de trabajo -no ca- lificada- que tomamos como constante no está sujeta a tributación. Este supuesto se introduce en el modelo para permitir que el gobierno discrimine entre estos dos ti- pos de factores de producción y lleve a cabo políticas redistributivas. En principio, tam- bién se podría permitir impuestos al ingre- so proveniente del trabajo sin alterar de- masiado nuestras conclusiones cualitativas, pero el análisis se volvería mucho más com- plicado3. Más adelante damos más razones que justifican esta asimetría. Se supone que en los mercados de facto- res hay competencia perfecta en forma que los salarios y las tasas de rendimiento del capital son determinados por las condicio- nes habituales de productividad marginal. Si en la ecuación (1) se sustituye g por la expresión de la ecuación (2) y se toman las derivadas parciales apropiadas se obtiene: dy + w = - = (1-a)A-r 1·ªk= w( -r)k az (3) (4) También se supone que la oferta de traba- jo es inelástica, lo que permite fijar la dota- ción agregada de trabajo de la economía igual a l. Cabe señalar que, una vez que se 3 En particular, surgirían dos complicaciones analíticas. Primero, se tendría que permitir una decisión rela- tiva a la oferta de trabajo -por ejemplo, la elección entre trabajo y ocio- para asegurarnos de que el impuesto al trabajo genera costos. Segundo, no se podría recurrir en forma directa al teorema del votante mediano, ya que debería haber dos votaciones para decidir sobre dos tasas impositivas distintas. Para que el teorema del votante mediano sea válido en problemas de votación multidimensionales se necesitan restricciones en las preferencias. Nuestro punto principal de que diferentes agentes tienen distintas pre- ferencias sobre el impuesto al capital se mantiene con esta generalización. Por tanto, pensamos que fijar el impuesto al trabajo en O es una solución aceptable. 125 Política redistributiva y crecimiento económico* considera el impuesto sobre el capital que financia el gasto público, la productividad marginal del capital (k) es independiente del acervo de capital. Esto evita que surjan rendimientos decrecientes. Además, las productividades marginales del trabajo y del capital son ambas crecientes en la tasa de impuesto al capital, ya que impuestos más altos permiten mayor gasto público en servicios productivos para cualquier nivel dado de k. El salario también crece con el acervo de capital. Libres de impuestos los ingresos del capital y del trabajo están da- dos por: tasa impositiva mayor le permite al gobier- no aumentar el gasto en servicios que in- crementan la productividad. Aunque aquí se ha modelado un instrumen- to específico de política -un impuesto al ingreso proveniente del capital- y un ca- nal a través del cual este instrumento au- menta el ingreso laboral -el gasto público en servicios productivos- nuestro marco pretende captar un conjunto mucho más amplio de políticas redistributivas. De he- cho, el tipo de políticas redistributivas que hay en mente toma muchas formas en la práctica, y puede ser modelado de muy di- ( 5) versas maneras. Consideremos algunos ejemplos: l=w(.:)k (6) Para que la identidad del ingreso nacional sea satisfecha es necesario que yk + yl + g= y, que de hecho es lo que ocurre aquí. Al arribar a este punto cabe notar que en este modelo el impuesto sobre el capital adquiere dos papeles decisivos. Primero, y más directamente, influye sobre el ren- dimiento neto de los dueños del capital y por ello modifica el incentivo para acumu- lar. Segundo, aumenta el nivel instantáneo de ingreso salarial -al tiempo que reduce su tasa de crecimiento porque induce una tasa menor de acumulación de capital. El ingreso salarial es creciente en porque una 126 l. En una economía donde el ingreso sala- rial está distribuido de manera relativa- mente pareja un impuesto progresivo a la renta conduce a una tasa de tributa- ción efectiva más alta sobre el ingreso proveniente del capital que sobre el in- greso laboral. Esto transfiere la carga impositiva del trabajo al capital. Además, si el capital incluye el capital humano un impuesto progresivo al ingreso laboral genera una redistribución desde quienes poseen capital humano hacia los traba- jadores no calificados. 2. En una economía abierta los aranceles redistribuyen el ingreso del factor de PLANEACIÓN & DESARROLLO Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 producción abundante en la economía al factor de producción escaso (Stolper y Samuelson 1944). Por tanto, en una eco- nomía como la de Estados Unidos, rica en capital, las restricciones a las importacio- nes son en efecto un impuesto al capital y un subsidio al trabajo no calificado. 3. En economías donde las relaciones la- borales están organizadas en forma corporativista -por ejemplo, en algunos países de Europa Occidental- las inter- venciones estatales directas en la nego- ciación colectiva pueden alterar los términos contractuales -salarios, pres- taciones, etc.- para beneficio de los tra- bajadores, disminuyendo el rendimiento del capital. Así no es que este modelo sugiera que los gobiernos, además de los impuestos al ca- pital no tienen otros. Tampoco sugerir que los impuestos al capital constituyen la úni- ca política que puede ser redistributiva. Simplemente estamos diciendo que, en la práctica, la mayoría de la políticas redistri- butivas del capital al trabajo tendrán el mis- mo impacto cualitativo que el impuesto al capital considerado aquí. Determinantes del crecimiento Se supone que las personas son semejan- tes entre sí en todos los aspectos, excepto en la participación inicial que tienen en el acervo agregado de capital y trabajo de la economía. A cada persona le corresponde un índice según su dotación relativa de fac- N o existe un modelo que pueda captar de tores cri: manera simultánea esa y otras formas bajo las cuales la redistribución se produce en la práctica. Sin embargo, lo que debería quedar claro es que todas las políticas enun- l, cr' = k'/k ' cr 1=E [O,oo) (7) ciadas con anterioridad funcionarían prác- -Se debe recordar que se normaliza la do- ticamente como un impuesto directo so- tación agregada de trabajo de la economía bre el capital4 • a l. Un agente con un cr alto es pobre en 4 Cabe señalar que se podría modelar el mecanismo de transferencia de manera muy diferente, sin contar con los servicios públicos. Supongamos, por ejemplo, que g representa un parámetro de productividad ( externo a las firmas individuales). Supongamos también que la productividadg aumenta linealmente en k. Entonces con estos supuestos se asegura que el modelo será de crecimiento endógeno. Para modelar la transferencia del capital al trabajo se podría de manera simple suponer que los recursos provenientes del impuesto al capital son gastados bajo la forma de un subsidio salarial. Con estos cambios se tendría un modelo muy similar al descrito en el texto. 127 Política redistributiva y crecimiento económico* capital, mientras que uno con un cr bajo es e'= (r( -c)--c)-p, (10) rico en capital.En principio, cri puede va- riar con el tiempo, sin embargo, en nues- tro caso sucede crique permanece constan- te. Todo agente puede percibir ingresos del capital y del trabajo. Por tanto, al usar (5) y (6) se obtiene: para todo i donde el circunflejo representa cambios proporcionales (por ejemplo, x=(dx x)). Ahora supongamos que 1 permanece inal- terado a lo largo del tiempo -en la próxima y'= w(-c)kl' + [r( 1)--c]k' = w(-c)k'a'+ [r(1)-1]k 1 ( 8) sección se mostrará queeste es el caso cuando hay equilibrio-. Entonces cada per- Nótese que el ingreso depende de la pro- piedad de capital del agente y del acervo agregado de capital. Se supone que todas las personas tienen la misma función de utilidad logarítmica. Las decisiones relativas al ahorro y al consu- mo del iésimo agente se determinan re- solviendo el siguiente problema: sona acumula a lo largo de una trayectoria estable dada por: (11) Esto implica que las personas acumulan a la misma tasa. Por tanto, hay una tasa de crecimiento común a toda la economía y( 1), que es independiente de la distribución ini- cial de los factores cri. Además, la dotación max U'= J log c'e-P1dt (9) de factores permanece constante a lo lar- go del tiempo y la distribución de la pro- de tal forma que: dk; dt= w( 1 )k ;a;+ [r( 1 )-1 ]k '-e', donde e' representa el consumo y p es la tasa de descuento. El consumidor indivi- dual tomar, k y 1 como dados. La solución a este problema está dada por la siguiente ecuación: 128 piedad de factores no varía. Estos resultados son comunes a toda fun- ción de utilidad isoelástica y separable en el tiempo. Supongamos que la utilidad instan- tánea toma la forma más general (cH-1)/ (1-r¡), en lugar de log(c). La tasa de acumu- lación correspondiente-con 1 constante- se habría vuelto k1=c'=r¡-1(r-1-p), que tam- bién es independiente de la proporción en PLANEACIÓN & DESARROLLO Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 que los factores están distribuidos inicial- mente. La implicación fundamental de esta función de utilidad, por la que este modelo es manejable, es que la distribución de la ri- queza -y del ingreso- es constante en el tiempo. Si no lo fuera el proceso de votación se complicaría mucho más, puesto que la identidad del votante mediano cambiaría con el tiempo al conducir a una votación in- Por ello la relación entre tasa de crecimien- to de la economía e impuesto sobre el ca- pital está representada por una curva en forma de U invertida. La tasa de crecimien- to primero aumenta y luego decrece cuan- do T sube en forma progresiva. La tasa de impuesto que maximiza el crecimiento está dada por: tertemporal estratégica, como se aclarará a T * = [ a( 1-a)A] 1 ª (12) continuación. De acuerdo con la ecuación (11) el creci- miento es lineal en la diferencia entre el rendimiento del capital después de impues- tos y la tasa de descuento y tiene las si- guientes propiedades: ay dr y=- =--1> <0 cuando t dT dT 1> < [a(l-a)A]11" Mientras mayor es el rendimiento del ca- pital después de impuestos mayor es la tasa de crecimiento de la economía. El impues- to al capital tiene un efecto no lineal sobre el crecimiento. Para tasas de impuesto ba- donde 1' está determinada por parámetros tecnológicos y es invariable en el tiempo. Preferencias en cuanto a políticas con heterogeneidad en la propiedad de factores ¿cuál es la política preferida de una perso- na, y cómo ésta depende de cri? Para res- ponder a esta pregunta se considera el pro- blema de un gobierno que escoge 1 a fin de maximizar el bienestar de i. En primer lu- gar señalamos que junto con el camino óp- timo, el nivel instantáneo de consumo está dado por: jas domina el efecto de aumento de la pro- e'= [w(1)cr'+ p]k' ductividad del gasto público, y el rendi- (13) miento del capital después de impuestos aumenta con 1. Para tasas de impuesto al- tas el rendimiento del capital después de impuestos cae mientras T sigue subiendo. 129 (de [9] y [10]). Por ello la persona i con- sume la totalidad del ingreso de su tra- bajo (w(1)cr'k 1) más una fracción de su acervo de capital (pk'). El problema de Política redistributiva y crecimiento económico* maximización de dicho gobierno se vuel- 0i (.) es la parte que corresponde al com- ve entonces: ponente de ingreso laboral en los gastos de consumo del individuo i, que crece en de modo que ( 14) ai5• Como el tiempo no interviene en estas expresiones la política óptima del gobier- no involucra una tasa de impuesto cons- tante en el transcurso del tiempo. Por ello el comportamiento individual basado en una 't fija concuerda totalmente con el equi- librio efectivo. k=y(-r) Con las restricciones se aclara que la op- ción de política influye tanto en el nivel de consumo como en su tasa de crecimiento. La ecuación del crecimiento de toda la eco- nomía k = y( 1) aparece aquí como una res- tricción porque k entra en la definición de cr'. Este ejercicio conduce a la siguiente ca- racterización implícita del impuesto que la persona i prefiere, 1;: -ri{ 1-aA(l-a)(-ri)-ª} =p(l-a)0i(-ri) (15) donde (16) Es posible verificar que (15) y (16) condu- cen a una única 't; que aumenta con cri. Di- cho en otra forma, mientras más pobre en capital sea una persona más alta será su tasa ideal de impuesto al capital. Un caso interesante es el del capitalista puro que no tiene ningún ingreso laboral. En este caso, d'=O, donde el superíndice identifi- ca al tipo de agente. A partir de la ecuación (15) se llega al impuesto ideal del capita- lista puro: (17) En vista del papel que asumen los servi- cios públicos en la función de producción agregada no es sorprendente que el capi- talista desee una tasa de impuesto positi- va. Pero como lo indica en forma clara esta expresión su impuesto ideal es precisa- 5 Una versión preliminar del presente artículo, el documento de trabajo [Alesina y Rodrik, 1991], contiene más detalles sobre las derivaciones de estos resultados. 130 PLANEACIÓN & DESARROLLO Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 mente el que maximiza el crecimiento de la economía, -r*. Como 'ti está aumentando en d una impli- cación directa de esto es que un agente con algún ingreso laboral -esto es, con d > O- independientemente de cuán peque- ño sea ese ingreso prefiere una tasa de impuesto que exceda -r' y una tasa de cre- cimiento que sea inferior al máximo, y(-r'). En particular, si la riqueza estuviese me- jor repartida en la economía el agente re- presentativo -con cr'=l- escogería 1;>1*. En consecuencia, un gobierno que maxi- mice el bienestar del agente representati- vo no querrá maximizar la tasa de creci- miento de la economía. Esto indica que en nuestro contexto crecimiento y bienestar no son lo mismo. La intuición subyacente en estos resulta- dos se aprecia mejor al distinguir entre los efectos de nivel y crecimiento de la política tributaria. En la trayectoria del consumo óptimo un capitalista puro -con d =0- con- sume una parte constante de su acervo de capital -dado por p ki; ver (13)- y el nivel instantáneo de su consumo es entonces in- dependiente de 't. El valor de su flujo de consumo se maximiza simplemente al se- leccionar el nivel de 't que maximiza la tasa de acumulación de capital. 131 Para los demás agentes el nivel instantá- neo de consumo también tiene un compo- nente de ingreso laboral que depende de 't -ver (13)-. Cada vez que 1>1' un aumento en los impuestos tiene dos efectos distin- tos. Primero, incrementa el nivel de con- sumo de todo agente que perciba algún in- greso laboral y, segundo, reduce la tasa de crecimiento del ingreso agregado -inclui- dos los salarios reales- y el consumo. Ahora, consideremos una situación inicial en la que se ha fijado 'ten el nivel que maxi- miza el crecimiento -r'. Un pequeño incre- mento de 't sólo tendrá un efecto de se- gundo orden en la acumulación -puesto que el crecimiento está en su máximo- y, por tanto, también tendrásólo un efecto de se- gundo orden en la tasa de crecimiento del consumo. Pero habrá un efecto positivo de primer orden en el nivel de consumo ins- tantáneo de todo agente que perciba algún ingreso laboral. En esencia, este aumento en -r favorece a todos excepto al capitalista puro. Esto explica por qué la elección en- tre impuesto y crecimiento siempre resul- tará en un nivel de impuestos superior al nivel que maximiza el crecimiento, excep- to en el caso límite de un capitalista puro. Más aún, mientras mayor sea la proporción de ingreso laboral que recibe un agente más significativo es el efecto de nivel y mayor su impuesto ideal. Política redistributiva y crecimiento económico* Selección de políticas por mayoría simple Supongamos que la tasa de impuesto se decide por mayoría simple comparando dos opciones. En este caso se puede aplicar el teorema del votante mediano porque se vota para decidir un solo tema, las pref e- rencias tienen un único óptimo y existe una relación monótona entre las políticas idea- les y la dotación de factores de los votan- tes. Además, como las políticas ideales y la distribución de los factores son constan- tes en el tiempo no importa si la votación tiene lugar sólo una vez en el momento O o si se repite en cada período6• Se puede con- cluir que la tasa de impuesto escogida por mayoría, -¡;m está definida de manera implí- cita en la ecuación siguiente, donde am de- nota la participación del votante mediano en la dotación de factores: -¡;m{ l-aA(l-a)(1:m)-ª} = p(l-a)Om(-¡;m) (18) donde (similar a (15) y (16)). Cuando se escoge por mayoría el equilibrio político conduce a una tasa impositiva que es la tasa de impuesto ideal del votante mediano, iden- tificado por su dotación relativa de facto- res cr. La ecuación (18) establece una relación entre la distribución de la propiedad de fac- tores y el crecimiento. En una sociedad totalmente igualitaria cada cual tiene la misma proporción de trabajo capital, o sea, crm=cr;= 1 para todo i. En las distribucio- nes del mundo real la proporción de traba- jo capital del votante mediano es superior a la proporción promedio, esto es, am-l > O. Además, si hay más desigualdad es proba- ble que la diferencia entre la mediana y el promedio de la distribución sea mayor. Así en el contexto de este modelo podemos tratar (crrn-1) como el indicador de desigual- dad pertinente. Esta medida refleja cuánto más abajo de la proporción promedio está la proporción mediana de propiedad de ca- pital. Por ejemplo, un am muy elevado im- plica que 50% de los votantes son propie- tarios de una parte muy pequeña del acervo de capital de la economía. Como se mencionó antes, en este modelo la propiedad de factores está relacionada en forma directa con el ingreso. De hecho nuestros resultados pueden ser fácilmen- te reformulados en términos de desigual- dad del ingreso. Para ver esto nótese que 6 Con esto queda clara la importancia de las restricciones que impusimos en la función de utilidad que condujeron a una distribución de la riqueza invariable en el tiempo. 132 PLANEACIÓN & DESARROLLO Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 al reordenar (8) se puede expresar el in- posible imaginar distribuciones con diver- greso del agente i como: sos grados de desigualdad en las que la di- Como nuestro modelo se refiere a trabajo no calificado parece natural que todos los agentes tienen más o menos el mismo va- lor del' (esto es, 24 horas). Una implica- ción directa es que y' estará relacionado en forma inversa con cr'. Así mientras mayor sea la brecha entre am y 1 mayor será tam- bién entrela mediana y el promedio del in- greso. Por tanto, la ecuación (18) conduce al siguiente resultado. ferencia de ingreso entre el votante me- diano y el votante promedio permanece idéntica. El papel clave que en nuestro modelo tiene la brecha entre la mediana y el promedio proviene de la aplicación del teorema del votante mediano. Tal como se enfatizó en la introducción se percibe este teorema como una manera fácil y adecua- da de plantear un asunto más general. El índice específico de desigualdad ( cr'"-1) que resulta de este teorema debe considerar- se en la misma forma. Para que el crecimiento sea el máximo po- Mientras más lejos am esté por encima sible se necesita que el votante mediano de 1 menor será la tasa de crecimiento tenga la mayor cantidad de capital posible, de la economía. O bien, en términos y que tenga el ingreso más alto posible con más prácticos, mientras más desigual relación al promedio. Si un importante seg- sea la distribución del ingreso menor mento del electorado no tiene acceso a los será la tasa de crecimiento. activos que generan ingreso y expanden la economía hay mayor probabilidad de que En el contexto de nuestro modelo la des- dicho segmento quiera que haya impues- igualdad está dada por cuán pobre es el tos a la renta generada por esos activos y votante cuyo ingreso corresponde a la me- que se reduzca el crecimiento 7. Nótese que diana con respecto al votante cuyo ingreso en un sistema de mayoría simple es prác- corresponde al promedio. Desde luego, es ticamente imposible que se escoja la tasa 7 Esto está relacionado con el trabajo de Romer (1975), Roberts (1977) y Meltzer y Richards (1981) en cuanto a las votaciones relativas a los impuestos lineales al ingreso laboral. Estos autores analizan un modelo estadístico en el cual se debe escoger un impuesto a la renta, y muestran que mientras más desigual es la distribución de las productividades -por tanto, el ingreso antes de los impuestos- mayor es la tasa impositiva -y el nivel de transferencia- deseado por el votante mediano. De manera similar, Mayer (1984) establece un vínculo entre la propiedad de factores y las intervenciones relativas al comercio. Nuestro debate amplía esos resultados a un marco dinámico con crecimiento endógeno. 133 Política redistributiva y crecimiento económico* de crecimiento máximo de la economía. El crecimiento máximo se alcanza sólo si el votante mediano no tiene ninguna dotación de factor laboral, lo que no es realista. Sin embargo, como se discutió antes, este re- sultado tiene poca significancia normativa ya que en este contexto maximizar el cre- cimiento no maximiza el bienestar del agente representativo. Para terminar, una palabra acerca de las dictaduras y las democracias. En principio, nuestro modelo debería ser más aplicable a las democracias, donde las elecciones tie- nen un papel importante en la elaboración de políticas. En consecuencia, la relación entre distribución del ingreso y crecimien- to debería ser más fuerte en las democra- cias que en las dictaduras. Sin embargo, las decisiones políticas de los dictadores tam- bién se ven influidas por las demandas y los conflictos sociales. Por ejemplo, un importante grupo de trabajadores empobre- cidos o de campesinos sin tierra puede amenazar la estabilidad de un régimen y exigirle a los dirigentes la aplicación de medidas redistributivas que retarden el crecimiento. Nuestro modelo no considera ninguna re- lación entre tipo de régimen -democracia o dictadura- y crecimiento. Esto por dos motivos. En primer lugar, como se indicó antes las presiones redistributivas pue- den influir no sólo en la política de las de- mocracias sino también de las dictaduras. En segundo lugar, el peso que tenga el crecimiento en una dictadura dependerá de la naturaleza del régimen y de sus pre- ferencias. Un régimen que da prioridad al capital -tecnocrático- minimizará la dis- tribución y maximizará el crecimiento, mientras que un régimen populista hará lo contrario8 • Entonces el modelo no predi- ce una diferencia sistemática en las tasas de crecimiento promedio de las democra- cias y aquellas de los regímenes no demo- cráticos. La evidencia empírica La conclusión básica de nuestro modelo es que mientras más desigual es la distribu- ción de los recursos en una sociedad me- nor es latasa de crecimiento económico. La relación entre distribución y crecimien- to está dada por las políticas redistributi- vas. En sociedades menos igualitarias la mayoría de la población busca más redis- tribución. Sin embargo, las políticas redis- tributivas reducen el crecimiento al intro- ducir distorsiones económicas. 8 En el documento de trabajo (Alesina y Rodrik, 1991) que es una versión preliminar del presente artículo desarrollamos este tema con más detalles. 134 PLANEACIÓN & DESARROLLO Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 La manera más directa de comprobar la teoría es relacionar mediciones de des- igualdad en el ingreso -riqueza- con me- diciones de políticas redistributivas. El pro- blema que se presenta al proceder así es que en diferentes países y períodos las po- líticas redistributivas se han aplicado de distintas maneras. Nuestro modelo se cen- tra en el impuesto al capital porque ésta es la forma más simple de formalizar una po- lítica redistributiva. Tal como se señaló antes se puede redistribuir de muchos modos, por ejemplo: con un sistema de impuesto a la renta progresivo, con leyes que definan un salario mínimo, imponien- do restricciones al comercio y al capital y mediante la composición del gasto públi- co. Es casi imposible construir un índice que incluya todas estas medidas para dife- rentes países y que tenga sentido. Para nuestros fines no importa qué instrumen- tos de política se utilicen para conseguir la redistribución. Lo único importante es que las políticas redistributivas generan distor- siones y por ello disminuyen el crecimien- to. Por tanto, centramos nuestro análisis de manera directa en la relación que hay entre distribución de los recursos y creci- miento. Intentamos determinar si la des- igualdad inicial es un predictor estadísti- camente significativo del crecimiento a lar- go plazo en diferentes países. No hay datos que permitan comparar la dis- tribución de la riqueza de una muestra su- ficientemente extensa de países. Lo que sí hay son indicadores de distribución del in- greso y de la tierra. Respecto del ingreso hay varias compilaciones de coeficientes de Gini y otros índices provenientes de en- cuestas nacionales (Jain 1975; Lecallion et al 1984; Fields 1989). En algunos países hay indicadores de distribución para dif e- rentes períodos, pero la comparación de los datos de varias naciones a través del tiem- po resulta difícil. Recientemente Fields (1989) revisó las estimaciones relativas a las fuentes de distribución del ingreso para 70 países en vías de desarrollo y encontró que sólo 35% de ellos tiene datos que sa- tisfacen los criterios mínimos de calidad y comparabilidad9• El problema de la calidad en los datos es menos agudo para los paí- ses desarrollados. Por ello se define y se usa una muestra de alta calidad que com- prende todos los países OECD para los cuales tenemos datos (de Jain, 1975) y los países en vías de desarrollo escogidos por 9 Los cuatro criterios empleados por este autor son: (i) que las estimaciones se basen en encuestas o censos a hogares reales; (ii) que las encuestas o censos tengan cobertura nacional; (iii) que los datos sean tabulados en un número de categorías suficiente para calcular un índice útil, en caso de haber uno publica- do; y (iv) que si se va a considerar más de un año las encuestas deben ser comparables. Véase Fields y Jakubson (1993, pp. 3-4). 135 Política redistributiva y crecimiento económico* Fields (1989)1º. Además, se presentan los resultados de una muestra más extensa, que incluye todos los países para los cua- les tenemos datos relativos a la distribu- ción. En los apéndices figuran las listas de países y las fuentes. Con respecto a la distribución de la tierra hay sólo un compendio (Taylor y Hudson, 1972) y esta fuente proporciona el coefi- ciente de Gini de distribución de la tierra calculado alrededor de 1960 para 54 paí- ses11. Como la tierra es sólo un componen- te de la riqueza el coeficiente de Gini de propiedad de la tierra es sólo un sustituto muy imperfecto de la verdadera medición de la distribución de la riqueza. Además, la tierra no encaja de manera exacta en la noción de capital que tiene nuestro mode- lo, esto es, como un activo acumulable. Sin embargo, es probable que la desigualdad en la propiedad de la tierra también esté altamente correlacionada con la desigual- dad en la distribución de los activos acu- mulables. Como para la tierra sólo se dis- pone de los coeficientes de Gini para el ingreso también limitamos la presentación de los resultados de los coeficientes de Gini -sin embargo, también hemos traba- jado con mediciones de quintiles de distri- bución del ingreso y hemos obtenido re- s u l tad os muy similares que están a disposición de quienes los soliciten. La correlación entre el coeficiente de Gini para la tierra y para el ingreso es 0.35 en la muestra de 41 países para los cuales existen ambos indicadores. A fin de evitar el problema de causalidad desde el crecimiento hacia la distribución se limitó la muestra a los países para los cuales se tenían los coeficientes de Gini, medidos más o menos al mismo tiempo en que comienzan los datos obtenidos para el crecimiento. En cuanto a los coeficientes de Gini para la tierra esto no resultó ser un problema porque la entrada más recien- te proviene de 1964 y la mayoría de sus coeficientes es anterior a de 1960. Sin em- bargo, muchos de los más antiguos coefi- cientes de Gini para el ingreso fueron me- didos en los años sesenta, y algunos en los 10 De los 35 países que comprende la muestra de Fields sólo pudimos usar 29 porque 4 de ellos -Bahamas, Puerto Rico, Isla de la Reunión, Seychelles- no estaban en el conjunto de datos de Barro-Wolf (1989) y 2 -Costa de Marfil y Perú- sólo tenían datos para los años ochenta. La muestra de alta calidad está hecha con esos 29 países más los 17 desarrollados de la muestra de Jain, 1975. En el apéndice aparece una lista completa de estos y las fuentes. Turquía, que es miembro de OECD, aparece en la muestra de países en vías de desarrollo de Fields. 11 En realidad, en nuestras regresiones sólo usamos 49 países ya que el resto -Puerto Rico, Libia, Vietnam, Polonia y Yugoslavia- no aparecen en el conjunto de datos de 118 países de Barro-Wolf, del cual provie- nen los otros datos que presentamos. 136 PLANEACIÓN & DESARROLLO Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 setenta -los apéndices contienen más de- talles. Si se hubiesen eliminado todos esos casos la muestra se habría reducido en for- ma considerable. Por otra parte, se trata el tema de la simultaneidad de dos maneras: primero, estimando regresiones con el mé- todo de mínimos cuadrados en dos etapas y usando variables instrumentales para los coeficientes de Gini12, y segundo, estiman- do regresiones para los períodos 1970-1985 y 1960-1985. Además de los coeficientes de Gini en las regresiones se incluyeron dos variables explicativas que aparecen en trabajos re- cientes sobre crecimiento (Barro 1991): (i) el nivel inicial de ingreso per cápita y (ii) el porcentaje de niños matriculados en la educación primaria. La primera variable debe dar cuenta de la posibilidad de con- vergencia, y la segunda es una medida del nivel inicial de capital humano. En las re- gresiones no se incluye la inversión ya que en este modelo ésta es una variable endó- gena. A excepción de los coeficientes de Gini todos los datos provienen de Heston y Summers (1988) y Barro y Wolf (1989). El Cuadro 1 muestra los resultados para el período de 1960 a 1985. Las columnas 1 y 2 restringen la muestra a los países para los cuales los datos relativos a la distribu- ción del ingreso son más confiables: ésta es la muestra de alta calidad que describi- mos anteriormente. Las columnas 3 y 4 son las regresiones hechas con las muestras más extensas donde a la anterior se le agre- gan 24 países en vías de desarrollo. Las columnas 5 y 8 son las regresionesen las que se incluye el coeficiente de Gini para la tierra, ya sea separadas, o en conjunto con el coeficiente de Gini para el ingreso -columnas 6 a 8. Los resultados indican que la desigualdad en el ingreso está correlacionada en forma negativa con el crecimiento posterior. Cuando se incluye uno de los dos coeficien- tes de Gini de manera aislada, el coeficien- te que corresponde es casi siempre estadís- ticamente significativo al 5% o mejor y tiene el signo esperado -negativo. La única ex- cepción es la regresión de mínimos cuadra- dos ordinarios, MCO, para la muestra ex- tensa -columna 3-, donde el ingreso de Gini es estadísticamente significativo solo al 10%. También se observa que los estadís- ticos t para los coeficientes de Gini de la tierra son notoriamente altos -están por encima de 4- como lo son los R2 para las regresiones que incluyen los Gini de la tie- rra. Cuando los coeficientes de Gini para la 12 Los instrumentos utilizados aparecen en las notas del Cuadro l. Experimentamos con diferentes conjun- tos de variables instrumentales y encontramos que en general los resultados son robustos. 137 Política redistributiva y crecimiento económico* Cuadro 1 Regresiones de crecimiento para el período de 1960 a 1985 Mdeatra de ala Muestra IO más Muestra IOmás emnsa•plblé calidad' .... pé!s1ble (N•46) (N = 49) (N =4') MCO MC2E MCO .MC2E MCO MCO MCQ Meo (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) Constante 3.60 8.66 1.76 6.48 3.71 6.22 6.24 6.21 (2.66) (3.33) (1.50) (2.93) (3.86) (4.69) (4.63) (4.61) PIB60 -0.44 -0.52 -0.48 -0.58 -0.38 -0.38 -0.39 -0.38 (-3.28) (-3.17) (-3.37) (-3.47) (-3.61) (-3.25) (-3.06) (-2.95) PRIM60 3.26 2.85 3.98 3.70 3.85 2.66 2.62 2.65 (3.38) (2.43) (4.66) (3.72) (4.88) (2.66) (2.53) (2.56) GINl60 -5.70 -15.98 3.58 -12.93 -3.47 -3.45 -3.47 (-2.46) (-3.21) (-1.81) (-3.12) (-1.82) (-1.79) (-1.80) GINILND -5.50 -5.23 -5.24 -5.21 (-5.24) (-4.38) (-4.32) (-4.19) DEMOC* 0.12 (0.12) GINILND 0.02 (0.05) DEMOC R2 0.28 0.27 0.25 0.26 0.53 0.53 0.51 0.51 Fuente: Cálculos de los autores. La variable dependiente es la tasa de crecimiento promedio per cápita durante el período 1960-1985. Los estadísticos t aparecen entre paréntesis. Las variables independientes se definen de la siguiente manera: PIB60: PIB per cápíta en 1960 PRIM60: Porcentaje de niños matriculados en la educación primaria en 1960 GINl60: Coeficiente de Gini para la desigualdad en el ingreso, medido alrededor de 1960 -las fechas aparecen en el apéndice. GINILND: Coeficiente de Gini para la desigualdad en la distribución de la tierra, medido alrededor de 1960 -las fechas aparecen en el apéndice. DEMOC: Dummy para democracias. En las regresiones de mínimos cuadrados en dos etapas se usan los siguientes instrumentos: PIB60, PRIM60, tasa de alfabetización de 1960, mortalidad infantil en 1965, porcentaje de matriculados en la educación secundaria, fertilidad en 1965 y una dummy en el caso de Africa. 138 PLANEACIÓN & DESARROLLO Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 tierra y para el ingreso se incluyen juntos el primero se mantiene significativo al 1 %, mientras que el segundo es significativo sólo al 10% -en este caso, el tamaño de la muestra se reduce a 41 países, ya que para muchos se tiene sólo uno de los dos indica- dores. Los coeficientes estimados indican que un aumento de una desviación estándar en el coeficiente de Gini para la tierra -un incremento de 0,16 en el índice de Gini- conduce a una reducción del crecimiento de 0,8 puntos porcentuales al año. La columna 7 contiene los resultados ob- tenidos al incluir tanto una variable dummy para los países democráticos como el co- eficiente de Gini para tierra. El coeficiente no es estadísticamente significativo, lo que rechaza la hipótesis según la cual la rela- ción entre desigualdad y crecimiento es diferente en las democracias y en los paí- ses no democráticos. Hemos incluido esta dummy relativa al régimen político en to- das las otras regresiones; en los demás casos los resultados fueron no significa- tivos. En contraste con eso, Persson y Tabellini (1991) encuentran que mientras la relación inversa se cumple para las de- mocracias no lo es para los países no de- mocráticos. La diferencia en los resultados surge principalmente porque las bases de datos relativos a la desigualdad son dife- rentes y, en menor medida, por algunas diferencias en la especificación y definición de lo que es una democracia13• Para termi- nar, la columna 8 indica que las democra- cias no crecen ni más rápido ni más lento que las dictaduras. El resultado negativo en la columna 7 pue- de interpretarse en dos formas. Una, como se dijo anteriormente, es que la presión que la mayoría ejerce para que haya redistri- bución no sólo está presente en las demo- cracias sino también en otros regímenes. Según esto, algunos dictadores estarían sometidos a influencias políticas similares a aquellas que experimentan los represen- tantes elegidos. El punto de vista alterna- tivo es que las desigualdades en el ingreso influyen en el crecimiento por medio de canales distintos al canal político. Por ejem- plo, Murphy, Shleifer y Vishny (1989) des- tacan el papel que asume el hecho de que la demanda de los hogares esté moldeada por la distribución del ingreso. 13 En una versión anterior de este artículo, en la que usamos una base de datos más parecida a la de Persson y Tabellini (1991), los resultados sustentan en forma débil la diferencia que podría haber entre democra- cias y países no democráticos, en cuanto a la relación entre distribución de ingreso y crecimiento. El presente trabajo utiliza una base de datos revisada y mejorada, a partir de la reciente investigación de Fields (1993). 139 Política redistributiva y crecimiento económico* El Cuadro 2 repite esas regresiones para el período 1970-1985 -excepto para las re- gresiones de mínimos cuadrados en dos etapas. Tal como se mencionó antes éste puede ser un período más apropiado para probar nuestra explicación, puesto que mu- chos de los coeficientes de Gini para el in- greso se midieron en los años sesenta -y algunos durante los setenta. Los resulta- dos son aún más categóricos: el coeficien- Cuadro 2 Regresiones de crecimiento para el período de 1970 a 1985 Muestra de alta Muestra lo más Muestra lo más eldensa posible calidad extensa posible (N =46) º(N = '10) (N •49) (N = 41) MCO MCO MCO MCO MCO MCO .(9) (10) (11) {1~ (13} (14) Constante 4.56 2.80 4.88 7.22 7.18 7.22 PIB70 PRIM70 GINl70 GINILND DEMOC* GINILND DEMOC R2 (2.67) -0.29 (-2.60) 3.28 (2.46) -9.71 (-3.62) 0.28 (2.00) (3.16) -0.27 -0.21 (-2.33) (-2.09) 3.79 3.45 (3.52) (2.65) -7.95 (-3.49) -8.14 (-5.49) 0.23 0.43 (3.79) (3.69) (3.74) -0.28 -0.28 -0.27 (-2.58) (-2.23) (-2.15) 2.77 2.81 2.81 (1.83) (1.79) (1.80) -5.71 -5.74 -5.73 (-2.33) (-2.30) (-2.30) -6.41 -6.39 -6.46 (-3.79) (-3.69) (-3.71) -0.11 (-0.13) -0.09 (-0.15) 0.46 0.45 0.45 Fuente: Cálculos de los autores. La variable dependiente es la tasa de crecimiento promedio per cápita durante el período 1970-1985. Los estadísticos t aparecen entre paréntesis. Las variables independientes se definen de la siguiente manera: PIB70: PRIM70: GINl70: GINILND: PIB per cápita en 1970 Porcentaje de niños matriculados en la educación primaria en 1970 Coeficiente de Gini para la desigualdad en el ingreso, medido alrededor de 1960 -las fechas aparecen en el apéndice. Coeficiente de Gini para la desigualdad en la distribución de la tierra, medido alrededor de 1970 -las fechas aparecen en el apéndice. DEMOC: Dummy para democracias. 140 PLANEACIÓN & DESARROLLO Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 te de Gini es siempre significativo al 5% o más. Además, tanto el coeficiente de Gini para la tierra como para el ingreso siguen siendo estadísticamente significativos -al 1 % y 5%, respectivamente-cuando se los incluye juntos. La magnitud de los coefi- cientes es similar a la de los que aparecen en el Cuadro l. Según estos resultados en los países don- de hubo reforma agraria después de la Se- gunda Guerra Mundial, y donde por ello se redujo la desigualdad en la propiedad de la tierra el crecimiento debió haber sido ma- yor que en los países donde no operó tal reforma. En muchos textos sobre desarro- Clarke encuentra que el resultado de una relación negativa entre desigualdad y cre- cimiento es grande con diferentes medi- das de desigualdad del ingreso -por quin- tiles, coeficientes de Gini, índice de Theil, etc.- y diversas especificaciones de la re- gresión de crecimiento. En la mayoría de éstas se rechaza la hipótesis según la cual las democracias y los países no democrá- ticos difieren en la relación entre desigual- dad y crecimiento. Sus conclusiones, así como las nuestras, suscitan dudas sobre la posibilidad de generalizar los resulta- dos de Persson y Tabellini (1991) a este respecto. llo económico se menciona la reforma agra- Conclusiones ria como un factor que explica el éxito de varios países asiáticos, como Japón, Corea del Sur o Taiwan, comparado con el des- empeño menos brillante que ha tenido la mayoría de los países latinoamericanos - ver, por ejemplo Ranis (1990) y Wade (1990, capítulo 8). A diferencia de los paí- ses asiáticos los países latinoamericanos no tuvieron reforma agraria. Desde que se escribió y difundió nuestro artículo como documento de trabajo se rea- lizó más estudio empírico sobre la rela- ción entre desigualdad del ingreso y cre- cimiento. En particular, Clarke (1993) ha analizado qué tan densa es la relación ne- gativa entre desigualdad y crecimiento. 141 El mensaje básico de nuestro modelo es que en sociedades, donde una parte impor- tante de la población no tiene acceso a los recursos productivos de la economía ha- brá una gran demanda por redistribución. Generalmente este conflicto por la distri- bución afecta el crecimiento. Nuestros re- sultados empíricos apoyan estas dos hipó- tesis: indican que la desigualdad en el ingreso y en la distribución de la tierra es- tán asociados de manera negativa con pos- terior el crecimiento. Nuestro modelo podría extenderse a fin de examinar más de cerca la interconexión dinámica que existe entre distribución y Política redistributiva y crecimiento económico* crecimiento. En él la distribución de acti- vos está predeterminada y permanece constante. En realidad el mismo creci- miento influye en la distribución del ingre- so. El agudo problema técnico que se in- troduce en este caso radica en que cuando la distribución del ingreso varía con el tiempo, como función del crecimiento, no se puede considerar cada decisión electo- ral de manera aislada. En todo período las 142 decisiones electorales influyen en el cre- cimiento de los períodos siguientes que, a su vez, influyen en la distribución y en las futuras decisiones electorales. Entonces el resultado de lo que la sociedad escoja en el futuro depende de las decisiones elec- torales que se tomen hoy. Por ello, al vo- tar hoy, los votantes racionales deben internalizar este problema dinámico de cómo escoge la sociedad. PLANEACIÓN & DESARROLLO Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 Apéndices Apéndice 1 Coeficiente de GINI para el ingreso - Países y fechas (Muestra de alta calidad N = 46) Fecha medición Fecha medición País Muestra Muestra Fuente País Muestra Muestra Fuente 1960-1985 1970-1985 1960-1985 1970-1985 Alemania (D) 68 70 J Israel (D) 57-58 69 J Australia (D) 67-68 67-68 J Jamaica (D) 68 68 F Bangladesh 68-69 68-69 F Japón (D) 62 71 J Brasil 60 70 F Malasia (D) 57-58 70 F Canadá (D) 61 65 J México 58 69 F Chile (D) 68 68 F Nepal 76-77 76-77 F Colombia (D) 71 71 F Noruega (D) 57 63 J Corea 65 70 F Nueva Zelandia Costa Rica (D) 61 71 F (D) 66 70 J Dinamarca (D) 63 66 J Países Bajos (D) 62 67 J Egipto 58-59 64-65 F Pakistán 63-64 69-70 F El Salvador 76-77 76-77 F Panamá 70 70 F España (D) 64 64 J Reino Unido (D) 60 68 J Estados Unidos Sierra Leona 67-68 67-68 F (D) 60 70 J Singapur 72-73 72-73 F Fiji 77 77 F Sudáfrica 65 65 J Filipinas 57 71 F Sri Lanka (D) 53 73 F Finlandia (D) 62 62 J Suecia (D) 63 70 J Francia (D) 62 62 J Taiwan 64 72 F Grecia (D) 57-58 57-58 J Tailandia 62-63 68-69 Honduras 67-68 67-68 F Trinidad y Hong Kong 66 71 F Tobago 71-72 71-72 F India (D) 75-76 75-76 F Túnez 74-75 74-75 F Indonesia 64 70 F Turquía (D) 68 68 F Irán 73-74 73-74 F Fuentes: F = Fields (1993), J = Jain (1975). * D = democracias; los otros no son países democráticos. 143 Política redistributiva y crecimiento económico* Apéndice 2 Coeficiente de GINI para el ingreso Países y fechas Muestra extensa (N = 70 en total) Además de los países anteriores incluye los siguientes: Fecha medición Pafs* Muestra Muestra 1960-1985 1970-1985 Argentina 61 61 Barbados 69-70 69-70 Birmania 58 58 Botswana 71 71 Costa de Marfil 59 70 Chad 58 58 Chipre 66 66 Ecuador 65 70 Gabón 60 68 Guatemala 66 66 Guyana 55-56 55-56 Iraq 56 56 Kenia 69 69 Malawi 69 69 Perú 70 70 República Dominicana 69 69 Senegal 60 60 Sudán 63 63 Surinam 62 62 Tanzania 67 69 Uruguay 67 67 Venezuela 62 71 Zambia 59 59 Zimbabwe 68 68 Fuente:Jain (1975). * Ninguno de estos países es democrático. 144 PLANEACIÓN & DESARROLLO Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 Apéndice 3 Países y fechas - coeficiente de GINI para la tierra (N = 49) Pais Fecha de medición País Fecha de medición Alemania Occidental 1960 Kenia 1960 Argentina 1960 Luxemburgo 1960 Australia 1960 Malasia 1960 Austria 1960 Malí 1960 Bélgica 1960 Malta 1960 Brasil 1960 México 1960 Colombia 1960 Nicaragua 1963 Corea del Sur 1961 Noruega 1959 Costa Rica 1963 Nueva Zelandia 1960 Dinamarca 1959 Países Bajos 1959 Ecuador 1954 Pakistán 1960 El Salvador 1961 Panamá 1961 España 1960 Perú 1961 Estados Unidos 1959 Reino Unido 1960 Filipinas 1960 República Arabe Unida 1964 Finlandia 1959 República Dominicana 1960 Guatemala 1950 Sudáfrica 1960 Honduras 1952 Suecia 1961 India 1955 Tailandia 1963 Irán 1959 Taiwan 1960 Iraq 1958 Trinidad y Tobago 1963 Irlanda 1963 Turquía 1960 Italia 1960 Uruguay 1961 Jamaica 1960 Venezuela 1956 Japón 1960 145 Política redistributiva y crecimiento económico* Referencias bibliográficas Alesina, Alberto, y Dani Rodrik; Distribu- tive Politics and Economic Growth, NBER Working Paper No. 3668, 1991. 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