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Política redistributiva y 
crecimiento económico* 
Alberto Alesina** 
Dani Rodrik*** 
En este artículo se estudia la relación entre política y crecimiento econó-
mico mediante un modelo simple de crecimiento endógeno en el que hay 
conflicto distributivo entre agentes dotados de capital y trabajo en distin-
tas proporciones. Se llega a varios resultados relativos a la propiedad de 
factores del individuo mediano -aquel cuyo ingreso equivale a la mediana 
de la distribución del ingreso- y el nivel de tributación, redistribución y 
crecimiento. Las políticas que maximizan el crecimiento son óptimas sólo 
para los gobiernos que se preocupan de manera exclusiva de los capitalis-
tas puros. A mayor desigualdad en la riqueza y el ingreso mayor tasa de 
tributación y menor crecimiento. También se presentan resultados em-
píricos que señalan que la inequidad en la propiedad de la tierra y del ingreso 
está relacionada inversamente con el crecimiento económico. 
Agradecemos las útiles sugerencias de: James Alt, Olivier Blanchard. Alex Cukierman. 
Allan Drazen, Kiminori Matsuyama, Maurice Obstfeld, Roberto Perotti, Torsten 
Persson, Lant Pritchett, Andrei Shleifer y de quienes participaron en seminarios en 
las universidades de California en Berkeley, Boston College, Cornell, George Masan 
y Harvard, en el Fondo Monetario Internacional, las universidades de Bruselas, Co-
lorado, Pennsylvania, Stanford, Tufts, California en Los Angeles, Yale y el National 
Bureau of Economic Research. Así mismo agradecemos a Gerald Cohen y a Nazrul 
Islam su excelente asistencia de investigación. Alesina agradece el apoyo financiero 
de la Sloan Foundation y Rodrik el apoyo financiero de NBER Olin Fellowship y de 
Hoover National Fellowship. 
f! 1994 Presidrnt wzd F'e/lows o(Haruard College and thc Massachusetts Institute of 
Teclmology. 
Tlze Quarterly Jmmza! o( Economics, l\lay 1994. 
Investigador de Harvard University. '.'Jational Bureau of Economic Research y Cen-
tre for Economic Policy Research. 
Investigador de Columbia University, National Bureau of Economic Research y Cen-
tre for Economic Policy Research. 
Política redistributiva 
y crecimiento económico* 
En términos sencillos se puede decir que 
la diferencia entre la economía y la política 
es que mientras la primera busca aumen-
tar la torta, la segunda busca distribuirla. 
En este artículo se analiza la relación en-
tre una y otra. También estudia cómo la 
configuración inicial de los recursos de una 
economía moldea la lucha política por la dis-
tribución del ingreso y la riqueza, y cómo 
esta pugna afecta el crecimiento a largo 
plazo. La conclusión principal es que la des-
igualdad es conducente a la adopción de po-
líticas que retardan el crecimiento. Este re-
sultado se deduce de un modelo simple de 
economía política en el que se analiza el 
crecimiento, con base en datos de diferen-
tes países consistentes con dicho modelo. 
La característica fundamental de nuestro 
modelo es que los agentes difieren en su 
dotación relativa de factores. Se distinguen 
dos tipos de factores: uno acumulado -de-
nominado "capital"-y uno no acumulado -
denominado "trabajo"-. El crecimiento es 
impulsado por la expansión del acervo de 
capital que, a su vez, está determinada por 
decisiones individuales relativas al ahorro. 
El crecimiento de largo plazo es endóge-
no, ya que se toma la función de produc-
ción agregada de modo que sea linealmen-
te homogénea en capital y servicios 
públicos -productivos- considerados con-
juntamente. Los servicios públicos se fi-
nancian con un impuesto sobre el capital. 
120 
Como los servicios públicos son producti-
vos un pequeño impuesto al capital benefi-
cia a todo el mundo. Sin embargo, como la 
propiedad de los factores es heterogénea 
la tasa impositiva ideal no es la misma para 
todos los agentes. Como el impuesto al 
capital afecta la acumulación y el crecimien-
to esta diferencia también se transmite a 
las preferencias de los agentes respecto a 
la tasa ideal de crecimiento. Un agente cu-
yos ingresos provienen exclusivamente del 
capital prefiere una tasa impositiva que 
maximice la tasa de crecimiento de la eco-
nomía. Los demás agentes preferirían un 
impuesto más alto y, por tanto, una tasa de 
crecimiento menor. Mientras menos ingre-
so proveniente del capital perciba un agen-
te -en relación con su ingreso laboral-
mayor será su tasa impositiva ideal y me-
nor su tasa de crecimiento ideal. 
¿cómo las preferencias individuales deter-
minan las opciones políticas? El teorema 
del votante mediano -el votante cuyo in-
greso equivale a la mediana de la distribu-
ción del ingreso- según el cual la tasa im-
positiva que el gobierno escoge es la que 
prefiere el votante mediano es un punto 
de referencia de gran utilidad. A partir de 
este teorema se llega al resultado princi-
pal de nuestro trabajo en cuanto a la rela-
ción entre distribución del ingreso y creci-
miento. Mientras más equitativa sea la 
distribución de recursos de una economía 
PLANEACIÓN & DESARROLLO 
Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 
mejor dotado con capital estará el votante 
mediano. En consecuencia, menor será el 
nivel de equilibrio del impuesto al capital y 
mayor el crecimiento de la economía. Ade-
más, en nuestro modelo hay una relación 
monótona entre la distribución del ingreso 
y la del capital. Así el principal resultado 
teórico que debemos someter a prueba es 
que la desigualdad del ingreso y la riqueza 
está relacionada inversamente con el cre-
cimiento económico. 
Mientras que un modelo analítico explíci-
to es indispensable para exponer la lógica 
de nuestra historia la formalización que 
escogimos debe entenderse como la ilus-
tración de una idea más general. Por ejem-
plo, cuando usamos el término capital nos 
referimos a todos los bienes que producen 
crecimiento, incluido el capital físico, el 
humano y la tecnología patentada. Por tra-
bajo entendemos trabajo no calificado. Y 
algo aún más importante, el impuesto al 
capital al que nos referimos debe ser in-
terpretado como una metáfora de cualquier 
tipo de política redistributiva que transfie-
ra ingresos al trabajo no calificado y, a la 
vez, reduzca el incentivo para acumular. 
Los gobiernos cuentan con una gran varie-
dad de políticas de este tipo, algunas de las 
cuales se mencionarán más adelante. 
De manera similar nuestro recurso al teo-
rema del votante mediano no debería to-
121 
marse como una descripción literal del pro-
ceso político que tenemos en mente. Se 
recurrió a este teorema para captar la idea 
básica según la cual cuando están en juego 
temas claves relativos a la distribución es 
probable que todo gobierno responda a los 
deseos de la mayoría. Ni siquiera los dicta-
dores pueden ignorar totalmente las de-
mandas sociales por el temor a ser derro-
cados. Así, hasta en una dictadura los temas 
relativos a la distribución, que afectan a la 
mayoría de la población, tendrán influen-
cia en las decisiones políticas. Con estas 
aclaraciones en mente la idea central se 
vuelve una idea simple e intuitiva: es más 
probable que haya pugnas distributivas que 
son perjudiciales para el crecimiento cuan-
do los recursos están distribuidos de ma-
nera dispar. 
Al final de este artículo se presentan re-
sultados empíricos consistentes con nues-
tro modelo. Este supone una relación in-
versa entre el crecimiento y los niveles 
iniciales de equidad de ingreso y riqueza. 
Las medidas de distribución de la riqueza 
son difíciles de encontrar, excepto en el 
caso de la distribución de la propiedad de 
la tierra. Por tanto nos centramos en esta 
última medida y en medidas de distribu-
ción del ingreso. Al controlar los niveles 
iniciales de ingreso y capital humano se 
halla una correlación negativa y estadísti-
camente significante entre desigualdad en 
Política redistributiva 
y crecimiento económico* 
la distribución de la tierra -medida alrede-
dor de 1960- y crecimiento económico en 
las siguientes dos décadas y media. En 
cuanto a la distribucióndel ingreso se ob-
tiene el mismo tipo de resultado: la des-
igualdad inicial del ingreso está correlacio-
nada de manera negativa con el crecimiento 
posterior. 
Este trabajo tiene relación con cuatro dife-
rentes ramas de la literatura económica. 
Primero, nuestro modelo concuerda con la 
tradición de la nueva bibliografía sobre cre-
cimiento endógeno (Romer 1986; Lucas 
1988; Barro 1990; Barro y Sala-i-Martin 
1990), y la amplía al mostrar cómo en un 
equilibrio político las consideraciones re-
lativas a la distribución influyen en la op-
ción de crecimiento. Segundo, las ideas 
básicas de este trabajo se relacionan con la 
literatura de la economía política sobre la 
votación de la mayoría respecto de los im-
puestos (Romer 1975; Roberts 1977; 
Meltzery Richard 1981; Mayer 1984) y sir-
ven de puente entre esta literatura y los 
nuevos modelos de crecimiento. Si bien la 
bibliografía sobre la votación de la mayoría 
respecto de los impuestos es estática nues-
tro modelo es dinámico. Tercero, las pre-
guntas que estudiamos evocan temas que 
son permanentes en la literatura sobre el 
desarrollo (Kuznets 1955; Fields 1980). 
Tradicionalmente este campo se ha dedi-
cado a estudiar los efectos del crecimiento 
122 
sobre la distribución. Aquí invertimos el 
problema y nos preguntamos cómo la dis-
tribución afecta el crecimiento. Por último, 
una serie de artículos recientes han desta-
cado los vínculos entre distribución del in-
greso y crecimiento que operan mediante 
canales no políticos. En particular, Murphy, 
Shleifer y Vishny (1989) fueron los prime-
ros en señalar que la distribución del in-
greso influye en el tamaño de la demanda 
de los hogares y, por tanto, en el potencial 
para la industrialización. En este artículo 
la relación entre distribución del ingreso y 
crecimiento tiene implicaciones empíricas 
que son similares a las de nuestro trabajo. 
Así mismo, Galor y Zeira (1993) muestran 
que en modelos con restricciones de liqui-
dez la distribución del ingreso determina 
qué parte de la población puede invertir en 
educación: la relación entre desigualdad y 
crecimiento es positiva en los niveles de 
ingreso bajos, pero negativa en los otros. 
En los últimos años, en varios artículos se 
han explorado modelos políticos que vincu-
lan distribución del ingreso y crecimiento. 
Los dos artículos que más se asemejan con 
el nuestro son el de Bertola (1993) y el de 
Persson y Tabellini (1991), ambos indepen-
dientemente del nuestro. El modelo de 
Bertola se centra en la distinción entre fac-
tores de producción acumulados y no acu-
mulados, y apunta al conflicto de intereses 
que, con respecto al crecimiento, existe 
PLANEACIÓN & DESARROLLO 
Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 
entre personas con diferentes fuentes de 
ingreso. Persson y Tabellini desarrollan un 
modelo que, a pesar de tener implicaciones 
empíricas similares a las del nuestro, es 
bastante diferente. Ellos usan una estruc-
tura simple de generaciones traslapadas en 
la cual los agentes viven dos períodos, el 
impuesto a la renta se aplica sólo con fines 
redistributivos y la tributación afecta la in-
versión en capital humano. En nuestro 
modelo los agentes tienen un horizonte 
infinito y los impuestos no se usan sólo con 
fines redistributivos. Con los ingresos pro-
venientes de los impuestos se proporciona 
un bien público necesario a la producción 
privada. Entonces a diferencia del de 
Persson y Tabellini nuestro modelo es con-
sistente con la relación de curva en U in-
vertida que hay entre impuestos y creci-
miento según Barro (1990). Persson y 
Tabellini también presentan evidencia 
empírica consistente con la nuestra al usar 
conjuntos de datos algo diferentes de los 
que empleamos. Así debe considerarse que 
sus resultados empíricos y los nuestros se 
refuerzan en forma mutua. 
Para concluir, Perotti (1993), Saint-Paul y 
Verdier (1992) y Fernández y Rogerson 
(1992) desarrollan varios modelos de eco-
nomía política en los cuales la distribución 
del ingreso influye en el nivel de equili-
brio de la inversión en capital humano y 
así, en último término, determina el creci-
miento. Benhabib y Rustichini (1991) pre-
sentan un modelo de teoría de juegos en el 
cual los agentes pueden apropiarse de los 
recursos de la sociedad para su propio be-
neficio -a costa de la posterior represalia 
de otros- y analiza la relación entre el ni-
vel de riqueza, la distribución del ingreso 
y el crecimiento1• 
Este artículo se organiza de la siguiente 
manera: Primero se expone el marco teó-
rico básico, con referencia a los vínculos 
entre la dotación de factores, la política 
distributiva y el crecimiento económico; 
luego se presenta la evidencia empírica, 
para finalizar con las conclusiones. 
La teoría 
Se usó un modelo simple de crecimiento 
endógeno con trabajo y capital como los 
factores primarios de producción. Además, 
se supone que para la producción privada 
se necesitan servicios públicos que en tér-
minos concretos se pueden denominar ser-
vicios legales y de orden. Para que haya cre-
cimiento endógeno se requiere que los 
recursos económicos que puedan reprodu-
cirse no tengan rendimientos decrecientes. 
Obtenemos esa característica al suponer 
1 Perotti (1992) hace una breve reseña de esta bibliografía que crece a gran velocidad. 
123 
Política redistributiva 
y crecimiento económico* 
que el producto es lineal en capital y servi-
cios públicos considerados de manera con-
junta. Esto conduce a la siguiente función 
de producción agregada: 
(1) 
que ha sido adaptada, con pocas modifica-
ciones, de Barro (1990) y Barro y Sala-i-
Martin (1990).A es un parámetro tecnoló-
gico, k y l son los acervos agregados de 
capital y trabajo, respectivamente, y g es 
el nivel agregado de gasto público en ser-
vicios productivos. Todo bien que se pro-
duzca en esta economía puede ser usado 
para consumo o para inversión y su precio 
se fija en l. No se mostrará la dependencia 
temporal de cada variable a menos que sea 
necesario para evitar confusiones. El atrac-
tivo que para nuestro propósito tiene este 
modelo es que le atribuye un papel cons-
tructivo al gobierno. En consecuencia, las 
políticas redistributivas actuarán en con-
junto con las que estimulan el crecimien-
to. Esta es una característica realista: la 
redistribución fiscal se hace en general 
mediante programas de gasto que sobre-
pasan y están más allá de las transferen-
cias directas de dinero. 
Para financiar el gasto en servicios públi-
cos el gobierno tiene acceso a un impues-
to a la renta proveniente del capital, -r. El 
presupuesto está equilibrado en todo mo-
mento, por lo que 
g=-rk (2) 
Las opciones de política están restringi-
das en dos aspectos importantes. Prime-
ro, se excluye la expropiación de capital. 
Como la tributación al capital produce dis-
torsiones el gobierno podría mejorar el 
bienestar mediante la expropiación del 
acervo de capital para luego administrarlo 
y distribuir sus ganancias. Otra alternati-
va es que éste podría expropiar el acervo 
de capital y arrendarlo. Estas políticas al-
canzarían el nivel óptimo en el uso de los 
recursos y maximizarían el bienestar, in-
cluso desde el punto de vista de un gobier-
no que sólo se preocupara por los dueños 
del capital2. Se excluyen consideraciones 
relativas a la expropiación a fin de no te-
ner que tratar problemas de inconsisten-
cia temporal relacionados con la tributa-
ción del capital que no constituyen nuestro 
punto central. La razón por la cual la ex-
propiación no es más común en la vida real 
está claramente fuera del alcance del mo-
delo. Segundo, sólo se permite un impues-
to lineal sobre el capital y de manera con-
secuente se excluye el aspecto progresivo 
de las tasas de impuesto sobre el capital. 
' Con relación a la inconsistencia temporal de este tipo véase Fischer (1980) y el debate que aparece en 
Rodrik (1993) concerniente a un gobierno que tiene un objetivo de redistribución. 
124 
PLANEACIÓN & DESARROLLO 
Vol. XXX, No. 2, abril- junio 1999 
En este tipo de modelo el votante media-
no tiene un incentivo para imponer la tri-
butación progresiva que, en primer lugar, 
recae sobre aquellos cuyos ingresos son 
más altos que la mediana. Sin embargo, 
cabe notar que incluso con una tasa impo-
sitiva lineal sobre el capital, mientras el 
ingreso salarial esté distribuido de mane-
ra relativamente pareja nuestro modelo 
genera una forma de tributación progresi-
va, en la cual los agentes más ricos -con 
mayor ingreso de capital- pagan más im-
puestos que los más pobres. 
El capital debe ser interpretado en el sen-
tido amplio indicado en la introducción, es 
decir, debe incluir el capital físico, el hu-
mano y toda la tecnología patentada. En-
tonces el impuesto al capital debe ser con-
siderado como un impuesto sobre todos los 
recursos que se acumulan, incluido el ca-
pital humano. La fuerza de trabajo -no ca-
lificada- que tomamos como constante no 
está sujeta a tributación. Este supuesto se 
introduce en el modelo para permitir que 
el gobierno discrimine entre estos dos ti-
pos de factores de producción y lleve a cabo 
políticas redistributivas. En principio, tam-
bién se podría permitir impuestos al ingre-
so proveniente del trabajo sin alterar de-
masiado nuestras conclusiones cualitativas, 
pero el análisis se volvería mucho más com-
plicado3. Más adelante damos más razones 
que justifican esta asimetría. 
Se supone que en los mercados de facto-
res hay competencia perfecta en forma que 
los salarios y las tasas de rendimiento del 
capital son determinados por las condicio-
nes habituales de productividad marginal. 
Si en la ecuación (1) se sustituye g por la 
expresión de la ecuación (2) y se toman las 
derivadas parciales apropiadas se obtiene: 
dy + 
w = - = (1-a)A-r 1·ªk= w( -r)k az 
(3) 
(4) 
También se supone que la oferta de traba-
jo es inelástica, lo que permite fijar la dota-
ción agregada de trabajo de la economía 
igual a l. Cabe señalar que, una vez que se 
3 En particular, surgirían dos complicaciones analíticas. Primero, se tendría que permitir una decisión rela-
tiva a la oferta de trabajo -por ejemplo, la elección entre trabajo y ocio- para asegurarnos de que el 
impuesto al trabajo genera costos. Segundo, no se podría recurrir en forma directa al teorema del votante 
mediano, ya que debería haber dos votaciones para decidir sobre dos tasas impositivas distintas. Para que 
el teorema del votante mediano sea válido en problemas de votación multidimensionales se necesitan 
restricciones en las preferencias. Nuestro punto principal de que diferentes agentes tienen distintas pre-
ferencias sobre el impuesto al capital se mantiene con esta generalización. Por tanto, pensamos que fijar 
el impuesto al trabajo en O es una solución aceptable. 
125 
Política redistributiva 
y crecimiento económico* 
considera el impuesto sobre el capital que 
financia el gasto público, la productividad 
marginal del capital (k) es independiente 
del acervo de capital. Esto evita que surjan 
rendimientos decrecientes. Además, las 
productividades marginales del trabajo y 
del capital son ambas crecientes en la tasa 
de impuesto al capital, ya que impuestos 
más altos permiten mayor gasto público en 
servicios productivos para cualquier nivel 
dado de k. El salario también crece con el 
acervo de capital. Libres de impuestos los 
ingresos del capital y del trabajo están da-
dos por: 
tasa impositiva mayor le permite al gobier-
no aumentar el gasto en servicios que in-
crementan la productividad. 
Aunque aquí se ha modelado un instrumen-
to específico de política -un impuesto al 
ingreso proveniente del capital- y un ca-
nal a través del cual este instrumento au-
menta el ingreso laboral -el gasto público 
en servicios productivos- nuestro marco 
pretende captar un conjunto mucho más 
amplio de políticas redistributivas. De he-
cho, el tipo de políticas redistributivas que 
hay en mente toma muchas formas en la 
práctica, y puede ser modelado de muy di-
( 5) versas maneras. Consideremos algunos 
ejemplos: 
l=w(.:)k (6) 
Para que la identidad del ingreso nacional 
sea satisfecha es necesario que yk + yl + g= 
y, que de hecho es lo que ocurre aquí. 
Al arribar a este punto cabe notar que en 
este modelo el impuesto sobre el capital 
adquiere dos papeles decisivos. Primero, 
y más directamente, influye sobre el ren-
dimiento neto de los dueños del capital y 
por ello modifica el incentivo para acumu-
lar. Segundo, aumenta el nivel instantáneo 
de ingreso salarial -al tiempo que reduce 
su tasa de crecimiento porque induce una 
tasa menor de acumulación de capital. El 
ingreso salarial es creciente en porque una 
126 
l. En una economía donde el ingreso sala-
rial está distribuido de manera relativa-
mente pareja un impuesto progresivo a 
la renta conduce a una tasa de tributa-
ción efectiva más alta sobre el ingreso 
proveniente del capital que sobre el in-
greso laboral. Esto transfiere la carga 
impositiva del trabajo al capital. Además, 
si el capital incluye el capital humano un 
impuesto progresivo al ingreso laboral 
genera una redistribución desde quienes 
poseen capital humano hacia los traba-
jadores no calificados. 
2. En una economía abierta los aranceles 
redistribuyen el ingreso del factor de 
PLANEACIÓN & DESARROLLO 
Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 
producción abundante en la economía al 
factor de producción escaso (Stolper y 
Samuelson 1944). Por tanto, en una eco-
nomía como la de Estados Unidos, rica en 
capital, las restricciones a las importacio-
nes son en efecto un impuesto al capital 
y un subsidio al trabajo no calificado. 
3. En economías donde las relaciones la-
borales están organizadas en forma 
corporativista -por ejemplo, en algunos 
países de Europa Occidental- las inter-
venciones estatales directas en la nego-
ciación colectiva pueden alterar los 
términos contractuales -salarios, pres-
taciones, etc.- para beneficio de los tra-
bajadores, disminuyendo el rendimiento 
del capital. 
Así no es que este modelo sugiera que los 
gobiernos, además de los impuestos al ca-
pital no tienen otros. Tampoco sugerir que 
los impuestos al capital constituyen la úni-
ca política que puede ser redistributiva. 
Simplemente estamos diciendo que, en la 
práctica, la mayoría de la políticas redistri-
butivas del capital al trabajo tendrán el mis-
mo impacto cualitativo que el impuesto al 
capital considerado aquí. 
Determinantes del crecimiento 
Se supone que las personas son semejan-
tes entre sí en todos los aspectos, excepto 
en la participación inicial que tienen en el 
acervo agregado de capital y trabajo de la 
economía. A cada persona le corresponde 
un índice según su dotación relativa de fac-
N o existe un modelo que pueda captar de tores cri: 
manera simultánea esa y otras formas bajo 
las cuales la redistribución se produce en 
la práctica. Sin embargo, lo que debería 
quedar claro es que todas las políticas enun-
l, 
cr' = k'/k ' cr
1=E [O,oo) (7) 
ciadas con anterioridad funcionarían prác- -Se debe recordar que se normaliza la do-
ticamente como un impuesto directo so- tación agregada de trabajo de la economía 
bre el capital4 • a l. Un agente con un cr alto es pobre en 
4 Cabe señalar que se podría modelar el mecanismo de transferencia de manera muy diferente, sin contar 
con los servicios públicos. Supongamos, por ejemplo, que g representa un parámetro de productividad 
( externo a las firmas individuales). Supongamos también que la productividadg aumenta linealmente en k. 
Entonces con estos supuestos se asegura que el modelo será de crecimiento endógeno. Para modelar la 
transferencia del capital al trabajo se podría de manera simple suponer que los recursos provenientes del 
impuesto al capital son gastados bajo la forma de un subsidio salarial. Con estos cambios se tendría un 
modelo muy similar al descrito en el texto. 
127 
Política redistributiva 
y crecimiento económico* 
capital, mientras que uno con un cr bajo es e'= (r( -c)--c)-p, (10) 
rico en capital.En principio, cri puede va-
riar con el tiempo, sin embargo, en nues-
tro caso sucede crique permanece constan-
te. Todo agente puede percibir ingresos del 
capital y del trabajo. Por tanto, al usar (5) y 
(6) se obtiene: 
para todo i 
donde el circunflejo representa cambios 
proporcionales (por ejemplo, x=(dx x)). 
Ahora supongamos que 1 permanece inal-
terado a lo largo del tiempo -en la próxima y'= w(-c)kl' + [r( 1)--c]k' = 
w(-c)k'a'+ [r(1)-1]k 1 ( 8) sección se mostrará queeste es el caso 
cuando hay equilibrio-. Entonces cada per-
Nótese que el ingreso depende de la pro-
piedad de capital del agente y del acervo 
agregado de capital. 
Se supone que todas las personas tienen la 
misma función de utilidad logarítmica. Las 
decisiones relativas al ahorro y al consu-
mo del iésimo agente se determinan re-
solviendo el siguiente problema: 
sona acumula a lo largo de una trayectoria 
estable dada por: 
(11) 
Esto implica que las personas acumulan a 
la misma tasa. Por tanto, hay una tasa de 
crecimiento común a toda la economía y( 1), 
que es independiente de la distribución ini-
cial de los factores cri. Además, la dotación 
max U'= J log c'e-P1dt (9) de factores permanece constante a lo lar-
go del tiempo y la distribución de la pro-
de tal forma que: 
dk; 
dt= w( 1 )k ;a;+ [r( 1 )-1 ]k '-e', 
donde e' representa el consumo y p es la 
tasa de descuento. El consumidor indivi-
dual tomar, k y 1 como dados. La solución 
a este problema está dada por la siguiente 
ecuación: 
128 
piedad de factores no varía. 
Estos resultados son comunes a toda fun-
ción de utilidad isoelástica y separable en el 
tiempo. Supongamos que la utilidad instan-
tánea toma la forma más general (cH-1)/ 
(1-r¡), en lugar de log(c). La tasa de acumu-
lación correspondiente-con 1 constante- se 
habría vuelto k1=c'=r¡-1(r-1-p), que tam-
bién es independiente de la proporción en 
PLANEACIÓN & DESARROLLO 
Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 
que los factores están distribuidos inicial-
mente. La implicación fundamental de esta 
función de utilidad, por la que este modelo 
es manejable, es que la distribución de la ri-
queza -y del ingreso- es constante en el 
tiempo. Si no lo fuera el proceso de votación 
se complicaría mucho más, puesto que la 
identidad del votante mediano cambiaría 
con el tiempo al conducir a una votación in-
Por ello la relación entre tasa de crecimien-
to de la economía e impuesto sobre el ca-
pital está representada por una curva en 
forma de U invertida. La tasa de crecimien-
to primero aumenta y luego decrece cuan-
do T sube en forma progresiva. La tasa de 
impuesto que maximiza el crecimiento está 
dada por: 
tertemporal estratégica, como se aclarará a T * = [ a( 1-a)A] 1 ª (12) 
continuación. 
De acuerdo con la ecuación (11) el creci-
miento es lineal en la diferencia entre el 
rendimiento del capital después de impues-
tos y la tasa de descuento y tiene las si-
guientes propiedades: 
ay dr 
y=- =--1> <0 cuando 
t dT dT 
1> < [a(l-a)A]11" 
Mientras mayor es el rendimiento del ca-
pital después de impuestos mayor es la tasa 
de crecimiento de la economía. El impues-
to al capital tiene un efecto no lineal sobre 
el crecimiento. Para tasas de impuesto ba-
donde 1' está determinada por parámetros 
tecnológicos y es invariable en el tiempo. 
Preferencias en cuanto a 
políticas con heterogeneidad 
en la propiedad de factores 
¿cuál es la política preferida de una perso-
na, y cómo ésta depende de cri? Para res-
ponder a esta pregunta se considera el pro-
blema de un gobierno que escoge 1 a fin de 
maximizar el bienestar de i. En primer lu-
gar señalamos que junto con el camino óp-
timo, el nivel instantáneo de consumo está 
dado por: 
jas domina el efecto de aumento de la pro- e'= [w(1)cr'+ p]k' 
ductividad del gasto público, y el rendi-
(13) 
miento del capital después de impuestos 
aumenta con 1. Para tasas de impuesto al-
tas el rendimiento del capital después de 
impuestos cae mientras T sigue subiendo. 
129 
(de [9] y [10]). Por ello la persona i con-
sume la totalidad del ingreso de su tra-
bajo (w(1)cr'k 1) más una fracción de su 
acervo de capital (pk'). El problema de 
Política redistributiva 
y crecimiento económico* 
maximización de dicho gobierno se vuel- 0i (.) es la parte que corresponde al com-
ve entonces: ponente de ingreso laboral en los gastos 
de consumo del individuo i, que crece en 
de modo que 
( 14) ai5• Como el tiempo no interviene en estas 
expresiones la política óptima del gobier-
no involucra una tasa de impuesto cons-
tante en el transcurso del tiempo. Por ello 
el comportamiento individual basado en 
una 't fija concuerda totalmente con el equi-
librio efectivo. 
k=y(-r) 
Con las restricciones se aclara que la op-
ción de política influye tanto en el nivel de 
consumo como en su tasa de crecimiento. 
La ecuación del crecimiento de toda la eco-
nomía k = y( 1) aparece aquí como una res-
tricción porque k entra en la definición 
de cr'. 
Este ejercicio conduce a la siguiente ca-
racterización implícita del impuesto que la 
persona i prefiere, 1;: 
-ri{ 1-aA(l-a)(-ri)-ª} =p(l-a)0i(-ri) 
(15) 
donde 
(16) 
Es posible verificar que (15) y (16) condu-
cen a una única 't; que aumenta con cri. Di-
cho en otra forma, mientras más pobre en 
capital sea una persona más alta será su 
tasa ideal de impuesto al capital. Un caso 
interesante es el del capitalista puro que 
no tiene ningún ingreso laboral. En este 
caso, d'=O, donde el superíndice identifi-
ca al tipo de agente. A partir de la ecuación 
(15) se llega al impuesto ideal del capita-
lista puro: 
(17) 
En vista del papel que asumen los servi-
cios públicos en la función de producción 
agregada no es sorprendente que el capi-
talista desee una tasa de impuesto positi-
va. Pero como lo indica en forma clara esta 
expresión su impuesto ideal es precisa-
5 Una versión preliminar del presente artículo, el documento de trabajo [Alesina y Rodrik, 1991], contiene 
más detalles sobre las derivaciones de estos resultados. 
130 
PLANEACIÓN & DESARROLLO 
Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 
mente el que maximiza el crecimiento de 
la economía, -r*. 
Como 'ti está aumentando en d una impli-
cación directa de esto es que un agente 
con algún ingreso laboral -esto es, con 
d > O- independientemente de cuán peque-
ño sea ese ingreso prefiere una tasa de 
impuesto que exceda -r' y una tasa de cre-
cimiento que sea inferior al máximo, y(-r'). 
En particular, si la riqueza estuviese me-
jor repartida en la economía el agente re-
presentativo -con cr'=l- escogería 1;>1*. 
En consecuencia, un gobierno que maxi-
mice el bienestar del agente representati-
vo no querrá maximizar la tasa de creci-
miento de la economía. Esto indica que en 
nuestro contexto crecimiento y bienestar 
no son lo mismo. 
La intuición subyacente en estos resulta-
dos se aprecia mejor al distinguir entre los 
efectos de nivel y crecimiento de la política 
tributaria. En la trayectoria del consumo 
óptimo un capitalista puro -con d =0- con-
sume una parte constante de su acervo de 
capital -dado por p ki; ver (13)- y el nivel 
instantáneo de su consumo es entonces in-
dependiente de 't. El valor de su flujo de 
consumo se maximiza simplemente al se-
leccionar el nivel de 't que maximiza la tasa 
de acumulación de capital. 
131 
Para los demás agentes el nivel instantá-
neo de consumo también tiene un compo-
nente de ingreso laboral que depende de 't 
-ver (13)-. Cada vez que 1>1' un aumento 
en los impuestos tiene dos efectos distin-
tos. Primero, incrementa el nivel de con-
sumo de todo agente que perciba algún in-
greso laboral y, segundo, reduce la tasa de 
crecimiento del ingreso agregado -inclui-
dos los salarios reales- y el consumo. 
Ahora, consideremos una situación inicial 
en la que se ha fijado 'ten el nivel que maxi-
miza el crecimiento -r'. Un pequeño incre-
mento de 't sólo tendrá un efecto de se-
gundo orden en la acumulación -puesto que 
el crecimiento está en su máximo- y, por 
tanto, también tendrásólo un efecto de se-
gundo orden en la tasa de crecimiento del 
consumo. Pero habrá un efecto positivo de 
primer orden en el nivel de consumo ins-
tantáneo de todo agente que perciba algún 
ingreso laboral. En esencia, este aumento 
en -r favorece a todos excepto al capitalista 
puro. Esto explica por qué la elección en-
tre impuesto y crecimiento siempre resul-
tará en un nivel de impuestos superior al 
nivel que maximiza el crecimiento, excep-
to en el caso límite de un capitalista puro. 
Más aún, mientras mayor sea la proporción 
de ingreso laboral que recibe un agente más 
significativo es el efecto de nivel y mayor 
su impuesto ideal. 
Política redistributiva 
y crecimiento económico* 
Selección de políticas por 
mayoría simple 
Supongamos que la tasa de impuesto se 
decide por mayoría simple comparando dos 
opciones. En este caso se puede aplicar el 
teorema del votante mediano porque se 
vota para decidir un solo tema, las pref e-
rencias tienen un único óptimo y existe una 
relación monótona entre las políticas idea-
les y la dotación de factores de los votan-
tes. Además, como las políticas ideales y 
la distribución de los factores son constan-
tes en el tiempo no importa si la votación 
tiene lugar sólo una vez en el momento O o 
si se repite en cada período6• Se puede con-
cluir que la tasa de impuesto escogida por 
mayoría, -¡;m está definida de manera implí-
cita en la ecuación siguiente, donde am de-
nota la participación del votante mediano 
en la dotación de factores: 
-¡;m{ l-aA(l-a)(1:m)-ª} = p(l-a)Om(-¡;m) 
(18) 
donde 
(similar a (15) y (16)). Cuando se escoge 
por mayoría el equilibrio político conduce 
a una tasa impositiva que es la tasa de 
impuesto ideal del votante mediano, iden-
tificado por su dotación relativa de facto-
res cr. 
La ecuación (18) establece una relación 
entre la distribución de la propiedad de fac-
tores y el crecimiento. En una sociedad 
totalmente igualitaria cada cual tiene la 
misma proporción de trabajo capital, o sea, 
crm=cr;= 1 para todo i. En las distribucio-
nes del mundo real la proporción de traba-
jo capital del votante mediano es superior 
a la proporción promedio, esto es, am-l > O. 
Además, si hay más desigualdad es proba-
ble que la diferencia entre la mediana y el 
promedio de la distribución sea mayor. Así 
en el contexto de este modelo podemos 
tratar (crrn-1) como el indicador de desigual-
dad pertinente. Esta medida refleja cuánto 
más abajo de la proporción promedio está 
la proporción mediana de propiedad de ca-
pital. Por ejemplo, un am muy elevado im-
plica que 50% de los votantes son propie-
tarios de una parte muy pequeña del acervo 
de capital de la economía. 
Como se mencionó antes, en este modelo 
la propiedad de factores está relacionada 
en forma directa con el ingreso. De hecho 
nuestros resultados pueden ser fácilmen-
te reformulados en términos de desigual-
dad del ingreso. Para ver esto nótese que 
6 Con esto queda clara la importancia de las restricciones que impusimos en la función de utilidad que 
condujeron a una distribución de la riqueza invariable en el tiempo. 
132 
PLANEACIÓN & DESARROLLO 
Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 
al reordenar (8) se puede expresar el in- posible imaginar distribuciones con diver-
greso del agente i como: sos grados de desigualdad en las que la di-
Como nuestro modelo se refiere a trabajo 
no calificado parece natural que todos los 
agentes tienen más o menos el mismo va-
lor del' (esto es, 24 horas). Una implica-
ción directa es que y' estará relacionado en 
forma inversa con cr'. Así mientras mayor 
sea la brecha entre am y 1 mayor será tam-
bién entrela mediana y el promedio del in-
greso. Por tanto, la ecuación (18) conduce 
al siguiente resultado. 
ferencia de ingreso entre el votante me-
diano y el votante promedio permanece 
idéntica. El papel clave que en nuestro 
modelo tiene la brecha entre la mediana y 
el promedio proviene de la aplicación del 
teorema del votante mediano. Tal como se 
enfatizó en la introducción se percibe este 
teorema como una manera fácil y adecua-
da de plantear un asunto más general. El 
índice específico de desigualdad ( cr'"-1) que 
resulta de este teorema debe considerar-
se en la misma forma. 
Para que el crecimiento sea el máximo po-
Mientras más lejos am esté por encima sible se necesita que el votante mediano 
de 1 menor será la tasa de crecimiento tenga la mayor cantidad de capital posible, 
de la economía. O bien, en términos y que tenga el ingreso más alto posible con 
más prácticos, mientras más desigual relación al promedio. Si un importante seg-
sea la distribución del ingreso menor mento del electorado no tiene acceso a los 
será la tasa de crecimiento. activos que generan ingreso y expanden la 
economía hay mayor probabilidad de que 
En el contexto de nuestro modelo la des- dicho segmento quiera que haya impues-
igualdad está dada por cuán pobre es el tos a la renta generada por esos activos y 
votante cuyo ingreso corresponde a la me- que se reduzca el crecimiento 7. Nótese que 
diana con respecto al votante cuyo ingreso en un sistema de mayoría simple es prác-
corresponde al promedio. Desde luego, es ticamente imposible que se escoja la tasa 
7 Esto está relacionado con el trabajo de Romer (1975), Roberts (1977) y Meltzer y Richards (1981) en 
cuanto a las votaciones relativas a los impuestos lineales al ingreso laboral. Estos autores analizan un 
modelo estadístico en el cual se debe escoger un impuesto a la renta, y muestran que mientras más 
desigual es la distribución de las productividades -por tanto, el ingreso antes de los impuestos- mayor es 
la tasa impositiva -y el nivel de transferencia- deseado por el votante mediano. De manera similar, Mayer 
(1984) establece un vínculo entre la propiedad de factores y las intervenciones relativas al comercio. 
Nuestro debate amplía esos resultados a un marco dinámico con crecimiento endógeno. 
133 
Política redistributiva 
y crecimiento económico* 
de crecimiento máximo de la economía. El 
crecimiento máximo se alcanza sólo si el 
votante mediano no tiene ninguna dotación 
de factor laboral, lo que no es realista. Sin 
embargo, como se discutió antes, este re-
sultado tiene poca significancia normativa 
ya que en este contexto maximizar el cre-
cimiento no maximiza el bienestar del 
agente representativo. 
Para terminar, una palabra acerca de las 
dictaduras y las democracias. En principio, 
nuestro modelo debería ser más aplicable 
a las democracias, donde las elecciones tie-
nen un papel importante en la elaboración 
de políticas. En consecuencia, la relación 
entre distribución del ingreso y crecimien-
to debería ser más fuerte en las democra-
cias que en las dictaduras. Sin embargo, las 
decisiones políticas de los dictadores tam-
bién se ven influidas por las demandas y 
los conflictos sociales. Por ejemplo, un 
importante grupo de trabajadores empobre-
cidos o de campesinos sin tierra puede 
amenazar la estabilidad de un régimen y 
exigirle a los dirigentes la aplicación de 
medidas redistributivas que retarden el 
crecimiento. 
Nuestro modelo no considera ninguna re-
lación entre tipo de régimen -democracia 
o dictadura- y crecimiento. Esto por dos 
motivos. En primer lugar, como se indicó 
antes las presiones redistributivas pue-
den influir no sólo en la política de las de-
mocracias sino también de las dictaduras. 
En segundo lugar, el peso que tenga el 
crecimiento en una dictadura dependerá 
de la naturaleza del régimen y de sus pre-
ferencias. Un régimen que da prioridad al 
capital -tecnocrático- minimizará la dis-
tribución y maximizará el crecimiento, 
mientras que un régimen populista hará lo 
contrario8 • Entonces el modelo no predi-
ce una diferencia sistemática en las tasas 
de crecimiento promedio de las democra-
cias y aquellas de los regímenes no demo-
cráticos. 
La evidencia empírica 
La conclusión básica de nuestro modelo es 
que mientras más desigual es la distribu-
ción de los recursos en una sociedad me-
nor es latasa de crecimiento económico. 
La relación entre distribución y crecimien-
to está dada por las políticas redistributi-
vas. En sociedades menos igualitarias la 
mayoría de la población busca más redis-
tribución. Sin embargo, las políticas redis-
tributivas reducen el crecimiento al intro-
ducir distorsiones económicas. 
8 En el documento de trabajo (Alesina y Rodrik, 1991) que es una versión preliminar del presente artículo 
desarrollamos este tema con más detalles. 
134 
PLANEACIÓN & DESARROLLO 
Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 
La manera más directa de comprobar la 
teoría es relacionar mediciones de des-
igualdad en el ingreso -riqueza- con me-
diciones de políticas redistributivas. El pro-
blema que se presenta al proceder así es 
que en diferentes países y períodos las po-
líticas redistributivas se han aplicado de 
distintas maneras. Nuestro modelo se cen-
tra en el impuesto al capital porque ésta es 
la forma más simple de formalizar una po-
lítica redistributiva. Tal como se señaló 
antes se puede redistribuir de muchos 
modos, por ejemplo: con un sistema de 
impuesto a la renta progresivo, con leyes 
que definan un salario mínimo, imponien-
do restricciones al comercio y al capital y 
mediante la composición del gasto públi-
co. Es casi imposible construir un índice 
que incluya todas estas medidas para dife-
rentes países y que tenga sentido. Para 
nuestros fines no importa qué instrumen-
tos de política se utilicen para conseguir la 
redistribución. Lo único importante es que 
las políticas redistributivas generan distor-
siones y por ello disminuyen el crecimien-
to. Por tanto, centramos nuestro análisis 
de manera directa en la relación que hay 
entre distribución de los recursos y creci-
miento. Intentamos determinar si la des-
igualdad inicial es un predictor estadísti-
camente significativo del crecimiento a lar-
go plazo en diferentes países. 
No hay datos que permitan comparar la dis-
tribución de la riqueza de una muestra su-
ficientemente extensa de países. Lo que sí 
hay son indicadores de distribución del in-
greso y de la tierra. Respecto del ingreso 
hay varias compilaciones de coeficientes de 
Gini y otros índices provenientes de en-
cuestas nacionales (Jain 1975; Lecallion et 
al 1984; Fields 1989). En algunos países 
hay indicadores de distribución para dif e-
rentes períodos, pero la comparación de los 
datos de varias naciones a través del tiem-
po resulta difícil. Recientemente Fields 
(1989) revisó las estimaciones relativas a 
las fuentes de distribución del ingreso para 
70 países en vías de desarrollo y encontró 
que sólo 35% de ellos tiene datos que sa-
tisfacen los criterios mínimos de calidad y 
comparabilidad9• El problema de la calidad 
en los datos es menos agudo para los paí-
ses desarrollados. Por ello se define y se 
usa una muestra de alta calidad que com-
prende todos los países OECD para los 
cuales tenemos datos (de Jain, 1975) y los 
países en vías de desarrollo escogidos por 
9 Los cuatro criterios empleados por este autor son: (i) que las estimaciones se basen en encuestas o 
censos a hogares reales; (ii) que las encuestas o censos tengan cobertura nacional; (iii) que los datos sean 
tabulados en un número de categorías suficiente para calcular un índice útil, en caso de haber uno publica-
do; y (iv) que si se va a considerar más de un año las encuestas deben ser comparables. Véase Fields y 
Jakubson (1993, pp. 3-4). 
135 
Política redistributiva 
y crecimiento económico* 
Fields (1989)1º. Además, se presentan los 
resultados de una muestra más extensa, 
que incluye todos los países para los cua-
les tenemos datos relativos a la distribu-
ción. En los apéndices figuran las listas de 
países y las fuentes. 
Con respecto a la distribución de la tierra 
hay sólo un compendio (Taylor y Hudson, 
1972) y esta fuente proporciona el coefi-
ciente de Gini de distribución de la tierra 
calculado alrededor de 1960 para 54 paí-
ses11. Como la tierra es sólo un componen-
te de la riqueza el coeficiente de Gini de 
propiedad de la tierra es sólo un sustituto 
muy imperfecto de la verdadera medición 
de la distribución de la riqueza. Además, 
la tierra no encaja de manera exacta en la 
noción de capital que tiene nuestro mode-
lo, esto es, como un activo acumulable. Sin 
embargo, es probable que la desigualdad 
en la propiedad de la tierra también esté 
altamente correlacionada con la desigual-
dad en la distribución de los activos acu-
mulables. Como para la tierra sólo se dis-
pone de los coeficientes de Gini para el 
ingreso también limitamos la presentación 
de los resultados de los coeficientes de 
Gini -sin embargo, también hemos traba-
jado con mediciones de quintiles de distri-
bución del ingreso y hemos obtenido re-
s u l tad os muy similares que están a 
disposición de quienes los soliciten. La 
correlación entre el coeficiente de Gini 
para la tierra y para el ingreso es 0.35 en 
la muestra de 41 países para los cuales 
existen ambos indicadores. 
A fin de evitar el problema de causalidad 
desde el crecimiento hacia la distribución 
se limitó la muestra a los países para los 
cuales se tenían los coeficientes de Gini, 
medidos más o menos al mismo tiempo en 
que comienzan los datos obtenidos para el 
crecimiento. En cuanto a los coeficientes 
de Gini para la tierra esto no resultó ser 
un problema porque la entrada más recien-
te proviene de 1964 y la mayoría de sus 
coeficientes es anterior a de 1960. Sin em-
bargo, muchos de los más antiguos coefi-
cientes de Gini para el ingreso fueron me-
didos en los años sesenta, y algunos en los 
10 De los 35 países que comprende la muestra de Fields sólo pudimos usar 29 porque 4 de ellos -Bahamas, 
Puerto Rico, Isla de la Reunión, Seychelles- no estaban en el conjunto de datos de Barro-Wolf (1989) y 2 
-Costa de Marfil y Perú- sólo tenían datos para los años ochenta. La muestra de alta calidad está hecha 
con esos 29 países más los 17 desarrollados de la muestra de Jain, 1975. En el apéndice aparece una lista 
completa de estos y las fuentes. Turquía, que es miembro de OECD, aparece en la muestra de países en 
vías de desarrollo de Fields. 
11 En realidad, en nuestras regresiones sólo usamos 49 países ya que el resto -Puerto Rico, Libia, Vietnam, 
Polonia y Yugoslavia- no aparecen en el conjunto de datos de 118 países de Barro-Wolf, del cual provie-
nen los otros datos que presentamos. 
136 
PLANEACIÓN & DESARROLLO 
Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 
setenta -los apéndices contienen más de-
talles. Si se hubiesen eliminado todos esos 
casos la muestra se habría reducido en for-
ma considerable. Por otra parte, se trata el 
tema de la simultaneidad de dos maneras: 
primero, estimando regresiones con el mé-
todo de mínimos cuadrados en dos etapas 
y usando variables instrumentales para los 
coeficientes de Gini12, y segundo, estiman-
do regresiones para los períodos 1970-1985 
y 1960-1985. 
Además de los coeficientes de Gini en las 
regresiones se incluyeron dos variables 
explicativas que aparecen en trabajos re-
cientes sobre crecimiento (Barro 1991): (i) 
el nivel inicial de ingreso per cápita y (ii) 
el porcentaje de niños matriculados en la 
educación primaria. La primera variable 
debe dar cuenta de la posibilidad de con-
vergencia, y la segunda es una medida del 
nivel inicial de capital humano. En las re-
gresiones no se incluye la inversión ya que 
en este modelo ésta es una variable endó-
gena. A excepción de los coeficientes de 
Gini todos los datos provienen de Heston 
y Summers (1988) y Barro y Wolf (1989). 
El Cuadro 1 muestra los resultados para 
el período de 1960 a 1985. Las columnas 1 
y 2 restringen la muestra a los países para 
los cuales los datos relativos a la distribu-
ción del ingreso son más confiables: ésta 
es la muestra de alta calidad que describi-
mos anteriormente. Las columnas 3 y 4 son 
las regresiones hechas con las muestras 
más extensas donde a la anterior se le agre-
gan 24 países en vías de desarrollo. Las 
columnas 5 y 8 son las regresionesen las 
que se incluye el coeficiente de Gini para 
la tierra, ya sea separadas, o en conjunto 
con el coeficiente de Gini para el ingreso 
-columnas 6 a 8. 
Los resultados indican que la desigualdad 
en el ingreso está correlacionada en forma 
negativa con el crecimiento posterior. 
Cuando se incluye uno de los dos coeficien-
tes de Gini de manera aislada, el coeficien-
te que corresponde es casi siempre estadís-
ticamente significativo al 5% o mejor y tiene 
el signo esperado -negativo. La única ex-
cepción es la regresión de mínimos cuadra-
dos ordinarios, MCO, para la muestra ex-
tensa -columna 3-, donde el ingreso de Gini 
es estadísticamente significativo solo al 
10%. También se observa que los estadís-
ticos t para los coeficientes de Gini de la 
tierra son notoriamente altos -están por 
encima de 4- como lo son los R2 para las 
regresiones que incluyen los Gini de la tie-
rra. Cuando los coeficientes de Gini para la 
12 Los instrumentos utilizados aparecen en las notas del Cuadro l. Experimentamos con diferentes conjun-
tos de variables instrumentales y encontramos que en general los resultados son robustos. 
137 
Política redistributiva 
y crecimiento económico* 
Cuadro 1 
Regresiones de crecimiento para el período de 1960 a 1985 
Mdeatra de ala Muestra IO más Muestra IOmás emnsa•plblé 
calidad' .... pé!s1ble 
(N•46) (N = 49) (N =4') 
MCO MC2E MCO .MC2E MCO MCO MCQ Meo 
(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) 
Constante 3.60 8.66 1.76 6.48 3.71 6.22 6.24 6.21 
(2.66) (3.33) (1.50) (2.93) (3.86) (4.69) (4.63) (4.61) 
PIB60 -0.44 -0.52 -0.48 -0.58 -0.38 -0.38 -0.39 -0.38 
(-3.28) (-3.17) (-3.37) (-3.47) (-3.61) (-3.25) (-3.06) (-2.95) 
PRIM60 3.26 2.85 3.98 3.70 3.85 2.66 2.62 2.65 
(3.38) (2.43) (4.66) (3.72) (4.88) (2.66) (2.53) (2.56) 
GINl60 -5.70 -15.98 3.58 -12.93 -3.47 -3.45 -3.47 
(-2.46) (-3.21) (-1.81) (-3.12) (-1.82) (-1.79) (-1.80) 
GINILND -5.50 -5.23 -5.24 -5.21 
(-5.24) (-4.38) (-4.32) (-4.19) 
DEMOC* 0.12 
(0.12) 
GINILND 0.02 
(0.05) 
DEMOC 
R2 0.28 0.27 0.25 0.26 0.53 0.53 0.51 0.51 
Fuente: Cálculos de los autores. 
La variable dependiente es la tasa de crecimiento promedio per cápita durante el período 1960-1985. Los 
estadísticos t aparecen entre paréntesis. Las variables independientes se definen de la siguiente manera: 
PIB60: PIB per cápíta en 1960 
PRIM60: Porcentaje de niños matriculados en la educación primaria en 1960 
GINl60: Coeficiente de Gini para la desigualdad en el ingreso, medido alrededor de 1960 -las fechas 
aparecen en el apéndice. 
GINILND: Coeficiente de Gini para la desigualdad en la distribución de la tierra, medido alrededor de 1960 
-las fechas aparecen en el apéndice. 
DEMOC: Dummy para democracias. 
En las regresiones de mínimos cuadrados en dos etapas se usan los siguientes instrumentos: PIB60, PRIM60, 
tasa de alfabetización de 1960, mortalidad infantil en 1965, porcentaje de matriculados en la educación 
secundaria, fertilidad en 1965 y una dummy en el caso de Africa. 
138 
PLANEACIÓN & DESARROLLO 
Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 
tierra y para el ingreso se incluyen juntos 
el primero se mantiene significativo al 1 %, 
mientras que el segundo es significativo 
sólo al 10% -en este caso, el tamaño de la 
muestra se reduce a 41 países, ya que para 
muchos se tiene sólo uno de los dos indica-
dores. Los coeficientes estimados indican 
que un aumento de una desviación estándar 
en el coeficiente de Gini para la tierra -un 
incremento de 0,16 en el índice de Gini-
conduce a una reducción del crecimiento de 
0,8 puntos porcentuales al año. 
La columna 7 contiene los resultados ob-
tenidos al incluir tanto una variable dummy 
para los países democráticos como el co-
eficiente de Gini para tierra. El coeficiente 
no es estadísticamente significativo, lo que 
rechaza la hipótesis según la cual la rela-
ción entre desigualdad y crecimiento es 
diferente en las democracias y en los paí-
ses no democráticos. Hemos incluido esta 
dummy relativa al régimen político en to-
das las otras regresiones; en los demás 
casos los resultados fueron no significa-
tivos. En contraste con eso, Persson y 
Tabellini (1991) encuentran que mientras 
la relación inversa se cumple para las de-
mocracias no lo es para los países no de-
mocráticos. La diferencia en los resultados 
surge principalmente porque las bases de 
datos relativos a la desigualdad son dife-
rentes y, en menor medida, por algunas 
diferencias en la especificación y definición 
de lo que es una democracia13• Para termi-
nar, la columna 8 indica que las democra-
cias no crecen ni más rápido ni más lento 
que las dictaduras. 
El resultado negativo en la columna 7 pue-
de interpretarse en dos formas. Una, como 
se dijo anteriormente, es que la presión que 
la mayoría ejerce para que haya redistri-
bución no sólo está presente en las demo-
cracias sino también en otros regímenes. 
Según esto, algunos dictadores estarían 
sometidos a influencias políticas similares 
a aquellas que experimentan los represen-
tantes elegidos. El punto de vista alterna-
tivo es que las desigualdades en el ingreso 
influyen en el crecimiento por medio de 
canales distintos al canal político. Por ejem-
plo, Murphy, Shleifer y Vishny (1989) des-
tacan el papel que asume el hecho de que 
la demanda de los hogares esté moldeada 
por la distribución del ingreso. 
13 En una versión anterior de este artículo, en la que usamos una base de datos más parecida a la de Persson 
y Tabellini (1991), los resultados sustentan en forma débil la diferencia que podría haber entre democra-
cias y países no democráticos, en cuanto a la relación entre distribución de ingreso y crecimiento. El 
presente trabajo utiliza una base de datos revisada y mejorada, a partir de la reciente investigación de 
Fields (1993). 
139 
Política redistributiva 
y crecimiento económico* 
El Cuadro 2 repite esas regresiones para 
el período 1970-1985 -excepto para las re-
gresiones de mínimos cuadrados en dos 
etapas. Tal como se mencionó antes éste 
puede ser un período más apropiado para 
probar nuestra explicación, puesto que mu-
chos de los coeficientes de Gini para el in-
greso se midieron en los años sesenta -y 
algunos durante los setenta. Los resulta-
dos son aún más categóricos: el coeficien-
Cuadro 2 
Regresiones de crecimiento para el período de 1970 a 1985 
Muestra de alta Muestra lo más Muestra lo más eldensa posible 
calidad extensa posible 
(N =46) º(N = '10) (N •49) (N = 41) 
MCO MCO MCO MCO MCO MCO 
.(9) (10) (11) {1~ (13} (14) 
Constante 4.56 2.80 4.88 7.22 7.18 7.22 
PIB70 
PRIM70 
GINl70 
GINILND 
DEMOC* 
GINILND 
DEMOC 
R2 
(2.67) 
-0.29 
(-2.60) 
3.28 
(2.46) 
-9.71 
(-3.62) 
0.28 
(2.00) (3.16) 
-0.27 -0.21 
(-2.33) (-2.09) 
3.79 3.45 
(3.52) (2.65) 
-7.95 
(-3.49) 
-8.14 
(-5.49) 
0.23 0.43 
(3.79) (3.69) (3.74) 
-0.28 -0.28 -0.27 
(-2.58) (-2.23) (-2.15) 
2.77 2.81 2.81 
(1.83) (1.79) (1.80) 
-5.71 -5.74 -5.73 
(-2.33) (-2.30) (-2.30) 
-6.41 -6.39 -6.46 
(-3.79) (-3.69) (-3.71) 
-0.11 
(-0.13) 
-0.09 
(-0.15) 
0.46 0.45 0.45 
Fuente: Cálculos de los autores. 
La variable dependiente es la tasa de crecimiento promedio per cápita durante el período 1970-1985. Los 
estadísticos t aparecen entre paréntesis. Las variables independientes se definen de la siguiente manera: 
PIB70: 
PRIM70: 
GINl70: 
GINILND: 
PIB per cápita en 1970 
Porcentaje de niños matriculados en la educación primaria en 1970 
Coeficiente de Gini para la desigualdad en el ingreso, medido alrededor de 1960 -las fechas 
aparecen en el apéndice. 
Coeficiente de Gini para la desigualdad en la distribución de la tierra, medido alrededor de 1970 
-las fechas aparecen en el apéndice. 
DEMOC: Dummy para democracias. 
140 
PLANEACIÓN & DESARROLLO 
Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 
te de Gini es siempre significativo al 5% o 
más. Además, tanto el coeficiente de Gini 
para la tierra como para el ingreso siguen 
siendo estadísticamente significativos -al 
1 % y 5%, respectivamente-cuando se los 
incluye juntos. La magnitud de los coefi-
cientes es similar a la de los que aparecen 
en el Cuadro l. 
Según estos resultados en los países don-
de hubo reforma agraria después de la Se-
gunda Guerra Mundial, y donde por ello se 
redujo la desigualdad en la propiedad de la 
tierra el crecimiento debió haber sido ma-
yor que en los países donde no operó tal 
reforma. En muchos textos sobre desarro-
Clarke encuentra que el resultado de una 
relación negativa entre desigualdad y cre-
cimiento es grande con diferentes medi-
das de desigualdad del ingreso -por quin-
tiles, coeficientes de Gini, índice de Theil, 
etc.- y diversas especificaciones de la re-
gresión de crecimiento. En la mayoría de 
éstas se rechaza la hipótesis según la cual 
las democracias y los países no democrá-
ticos difieren en la relación entre desigual-
dad y crecimiento. Sus conclusiones, así 
como las nuestras, suscitan dudas sobre 
la posibilidad de generalizar los resulta-
dos de Persson y Tabellini (1991) a este 
respecto. 
llo económico se menciona la reforma agra- Conclusiones 
ria como un factor que explica el éxito de 
varios países asiáticos, como Japón, Corea 
del Sur o Taiwan, comparado con el des-
empeño menos brillante que ha tenido la 
mayoría de los países latinoamericanos -
ver, por ejemplo Ranis (1990) y Wade 
(1990, capítulo 8). A diferencia de los paí-
ses asiáticos los países latinoamericanos no 
tuvieron reforma agraria. 
Desde que se escribió y difundió nuestro 
artículo como documento de trabajo se rea-
lizó más estudio empírico sobre la rela-
ción entre desigualdad del ingreso y cre-
cimiento. En particular, Clarke (1993) ha 
analizado qué tan densa es la relación ne-
gativa entre desigualdad y crecimiento. 
141 
El mensaje básico de nuestro modelo es 
que en sociedades, donde una parte impor-
tante de la población no tiene acceso a los 
recursos productivos de la economía ha-
brá una gran demanda por redistribución. 
Generalmente este conflicto por la distri-
bución afecta el crecimiento. Nuestros re-
sultados empíricos apoyan estas dos hipó-
tesis: indican que la desigualdad en el 
ingreso y en la distribución de la tierra es-
tán asociados de manera negativa con pos-
terior el crecimiento. 
Nuestro modelo podría extenderse a fin de 
examinar más de cerca la interconexión 
dinámica que existe entre distribución y 
Política redistributiva 
y crecimiento económico* 
crecimiento. En él la distribución de acti-
vos está predeterminada y permanece 
constante. En realidad el mismo creci-
miento influye en la distribución del ingre-
so. El agudo problema técnico que se in-
troduce en este caso radica en que cuando 
la distribución del ingreso varía con el 
tiempo, como función del crecimiento, no 
se puede considerar cada decisión electo-
ral de manera aislada. En todo período las 
142 
decisiones electorales influyen en el cre-
cimiento de los períodos siguientes que, a 
su vez, influyen en la distribución y en las 
futuras decisiones electorales. Entonces el 
resultado de lo que la sociedad escoja en 
el futuro depende de las decisiones elec-
torales que se tomen hoy. Por ello, al vo-
tar hoy, los votantes racionales deben 
internalizar este problema dinámico de 
cómo escoge la sociedad. 
PLANEACIÓN & DESARROLLO 
Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 
Apéndices 
Apéndice 1 
Coeficiente de GINI para el ingreso - Países y fechas 
(Muestra de alta calidad N = 46) 
Fecha medición Fecha medición 
País Muestra Muestra Fuente País Muestra Muestra Fuente 
1960-1985 1970-1985 1960-1985 1970-1985 
Alemania (D) 68 70 J Israel (D) 57-58 69 J 
Australia (D) 67-68 67-68 J Jamaica (D) 68 68 F 
Bangladesh 68-69 68-69 F Japón (D) 62 71 J 
Brasil 60 70 F Malasia (D) 57-58 70 F 
Canadá (D) 61 65 J México 58 69 F 
Chile (D) 68 68 F Nepal 76-77 76-77 F 
Colombia (D) 71 71 F Noruega (D) 57 63 J 
Corea 65 70 F Nueva Zelandia 
Costa Rica (D) 61 71 F (D) 66 70 J 
Dinamarca (D) 63 66 J Países Bajos (D) 62 67 J 
Egipto 58-59 64-65 F Pakistán 63-64 69-70 F 
El Salvador 76-77 76-77 F Panamá 70 70 F 
España (D) 64 64 J Reino Unido (D) 60 68 J 
Estados Unidos Sierra Leona 67-68 67-68 F 
(D) 60 70 J Singapur 72-73 72-73 F 
Fiji 77 77 F Sudáfrica 65 65 J 
Filipinas 57 71 F Sri Lanka (D) 53 73 F 
Finlandia (D) 62 62 J Suecia (D) 63 70 J 
Francia (D) 62 62 J Taiwan 64 72 F 
Grecia (D) 57-58 57-58 J Tailandia 62-63 68-69 
Honduras 67-68 67-68 F Trinidad y 
Hong Kong 66 71 F Tobago 71-72 71-72 F 
India (D) 75-76 75-76 F Túnez 74-75 74-75 F 
Indonesia 64 70 F Turquía (D) 68 68 F 
Irán 73-74 73-74 F 
Fuentes: F = Fields (1993), J = Jain (1975). 
* D = democracias; los otros no son países democráticos. 
143 
Política redistributiva 
y crecimiento económico* 
Apéndice 2 
Coeficiente de GINI para el ingreso 
Países y fechas 
Muestra extensa 
(N = 70 en total) 
Además de los países anteriores 
incluye los siguientes: 
Fecha medición 
Pafs* Muestra Muestra 
1960-1985 1970-1985 
Argentina 61 61 
Barbados 69-70 69-70 
Birmania 58 58 
Botswana 71 71 
Costa de Marfil 59 70 
Chad 58 58 
Chipre 66 66 
Ecuador 65 70 
Gabón 60 68 
Guatemala 66 66 
Guyana 55-56 55-56 
Iraq 56 56 
Kenia 69 69 
Malawi 69 69 
Perú 70 70 
República Dominicana 69 69 
Senegal 60 60 
Sudán 63 63 
Surinam 62 62 
Tanzania 67 69 
Uruguay 67 67 
Venezuela 62 71 
Zambia 59 59 
Zimbabwe 68 68 
Fuente:Jain (1975). 
* Ninguno de estos países es democrático. 
144 
PLANEACIÓN & DESARROLLO 
Vol. XXX, No. 2, abril - junio 1999 
Apéndice 3 
Países y fechas - coeficiente de GINI para la tierra 
(N = 49) 
Pais Fecha de medición País Fecha de medición 
Alemania Occidental 1960 Kenia 1960 
Argentina 1960 Luxemburgo 1960 
Australia 1960 Malasia 1960 
Austria 1960 Malí 1960 
Bélgica 1960 Malta 1960 
Brasil 1960 México 1960 
Colombia 1960 Nicaragua 1963 
Corea del Sur 1961 Noruega 1959 
Costa Rica 1963 Nueva Zelandia 1960 
Dinamarca 1959 Países Bajos 1959 
Ecuador 1954 Pakistán 1960 
El Salvador 1961 Panamá 1961 
España 1960 Perú 1961 
Estados Unidos 1959 Reino Unido 1960 
Filipinas 1960 República Arabe Unida 1964 
Finlandia 1959 República Dominicana 1960 
Guatemala 1950 Sudáfrica 1960 
Honduras 1952 Suecia 1961 
India 1955 Tailandia 1963 
Irán 1959 Taiwan 1960 
Iraq 1958 Trinidad y Tobago 1963 
Irlanda 1963 Turquía 1960 
Italia 1960 Uruguay 1961 
Jamaica 1960 Venezuela 1956 
Japón 1960 
145 
Política redistributiva 
y crecimiento económico* 
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