EL PARTIDO ELECTORERO QUE EL BUROCRATISMO NECESITa

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“¿Qué quieren: construir partido o salir a pelear con la derecha?”, “Es que
Uds. quieren pasar sólo en el internismo”, “Ejército que no pelea no gana
batalla”, “Ahora lo estratégico es obtener buenos resultados en 2021”, “Un
partido es para ganar elecciones, sino hagan una iglesia o una ONG”, “Las
elecciones para concejos municipales y diputados son la prueba de fuego
del partido”.
Estas son algunas frases que se dicen en debates al interior de las filas
efemelenistas, principalmente por quienes priorizan la lucha política sólo
desde una perspectiva electoral, negando (consciente o inconscientemente)
las diferentes dimensiones de la disputa del poder político. Y obviando que,
en otro tiempo, la combinación de las formas de lucha fue una virtud de las
estrategias del FMLN.
“De nuestra experiencia y de la experiencia de las revoluciones triunfantes
en América Latina –dice Schafik-, se deduce que la vía de la revolución
consiste en la aplicación simultánea de distintas formas de lucha y en su
profunda e inteligente integración, partiendo del hecho objetivo de que una
de ellas se transforma en principal durante un período más o menos largo y
las otras en secundarias, pero que no se estancan, de modo que la que ha
sido principal deja de serlo y las otras pasan a ser prioritarias y principales.”
En las palabras anteriores de Schafik, se reafirma el carácter objetivo de las
formas de lucha, que no se eligen al azar, a conveniencia, capricho o
voluntad; éstas tienen carácter objetivo, no dependen de la voluntad de la
organización ni de su membresía. Lo que sí tiene carácter subjetivo, es decir,
depende de la voluntad de las organizaciones y sus militantes, es la lucha
política. Llevar a cabo la lucha política por transformar revolucionariamente
a El Salvador es una decisión de quienes estén comprometidos a hacerlo.
Absolutizar una forma de lucha es negar las otras, y cuando eso ha sucedido
es cuando más aislado ha estado el FMLN del resto de fuerzas progresistas
contra su enemigo principal y estratégico y menos opciones ha tenido para
lograr sus objetivos. Absolutizar una forma de lucha, por ejemplo, la electoral,
conlleva a determinadas prácticas que se alejan de los objetivos de
transformación social abanderados por el FMLN.
Es menester recordar que el Frente obtuvo grandes victorias por su
capacidad de articular diversas estrategias de acumulación y disputa del
poder, sin negar la vía que objetivamente estaba abierta para la toma del
poder después de la década el sino que por el contrario, la prioridad han sido
las estrategias electorales aisladas de una agenda de lucha social y de
construcción de poder popular.
A lo largo de estos 27 años de vida legal el FMLN ha sufrido la mutación
orgánica más nociva con respecto a su objetivo histórico: la desviación
electorera, que lo ha llevado de instrumento de lucha política, social, militar y
diplomática a un aparato electorero, sustituyendo el programa de revolución
por su plataforma electoral, la organización de base por comandos de
campaña y el respaldo popular por caudal
de votos.
Esta es una de las principales causas de la pérdida de respaldo popular y
credibilidad, expresadas el 18 de marzo de 2018 y 3 de febrero de este año,
que unida a otras se han convertido en un cóctel molotov contra el FMLN y
su razón de ser.
Algunas diferencias entre lucha política electoral y desviación electorera
Es importante identificar las diferencias entre lucha política por la vía
electoral de lo que es una desviación electorera, que permita ajustar las
estrategias, concepciones organizativas y métodos de trabajo político, por
tanto aquí se pretende enunciar algunas:
Lucha política por la vía electoral
!Comprende que la lucha es política, correspondiéndose con los fines que la organización
se traza. Y que las vías son las formas para lograr esos fines políticos, pero que no se
pueden elegir a voluntad o capricho, sino que son objetivamente viables y no a
conveniencia.
!Asume creativamente la combinación de diferentes formas de lucha que contribuyan a la
consecución del objetivo trazado.
!Aplica una mirada integral de la realidad ponderando las diferentes formas de
acumulación política.
!Comprende que existen diversas dimensiones sociales del poder (que van desde formas
estatales hasta las que conciernen al ámbito cultural hegemónico que tienen expresión
diversa en la cotidianidad), por tanto, las orienta en la consecución de los objetivos
polvticos.
!Entabla relaciones democráticas y éticas con las organizaciones del pueblo, sin la
manipulación de ofrecer beneficios para recibir el respaldo popular.
!Ocupa los espacios de poder estatal para acumular fuerzas y luchar contra el sistema
político burgués, pero simultáneamente acompaña al pueblo en sus luchas y tareas sin
sustituirlo.
!Comprende que las revoluciones las hacen los pueblos y que la participación popular en
el control, gestión y deleite de la producción de la vida material y espiritual es
imprescindible para lograr los fines socialistas.
Desviación Electorera
!Aunque tenga los mismos fines políticos, asume únicamente la vía electoral para
lograrlos. Es decir, reduce la lucha política a la lucha electoral, confundiendo los fines con
los medios inconsciente o conscientemente.
!Absolutiza las elecciones como la única o mejor forma de lucha política, menospreciando
otras y su combinación creativa.
!Al absolutizar la vía electoral, reduce la realidad a una interpretación desde y para las
elecciones.
!Asume como única la concepción estatista y elitista del poder, por tanto, quienes asumen
una posición electorera de la lucha política son enajenados por el poder estatal (cargos
públicos).
!Esta desviación ocupa métodos clientelares de relacionarse con la base y con el pueblo,
aduciendo que los burócratas que ocupan los cargos públicos son los elegidos para dirigir y
decidir por el pueblo.
! Idealiza los cargos de poder público y el sistema democrático burgués representativo,
olvidando y sustituyendo al pueblo organizado como sujeto de transformación social.
!Como no comprende que son los pueblos los que hacen las revoluciones, excluye y
sustituye a este de la participación política y de todo papel protagónico en la dirección de
sus destinos.
¿Por qué no se corrige? ¿Acaso no hay voluntad o consciencia real del
problema? ¿Contra qué intereses atenta corregir esta desviación?
Reconocer los errores son un gran paso para superarlos. Y si los espacios de
debate existieran, sobrarían los argumentos que sustenten la superación de
la desviación electorera que hoy padece el FMLN. Muchos militantes hace
tiempo identificaron este fenómeno haciéndolo ver en diversos momentos,
pero sufrieron censura, e incluso expulsiones del registro de afiliados,
acusandose indisciplina, que se acumuló en una larga factura.
La no superación en su debido momento ha heredado este problema a las
nuevas autoridades del partido, que deberán enfrentarse a los intereses de
quienes se benefician de esta desviación electorera, estos que prefieren siga
el orden de las cosas de igual manera, aunque el FMLN se desnaturalice de
su razón de ser y termine siendo un partido funcional al sistema democrático
burgués.
Combatir esta desviación electorera exige un profundo y duro debate desde
la militancia de base hasta la dirección nacional, que concluya con la
necesidad urgente de recuperar los métodos de organización
revolucionarios del partido, esos que se desvanecieron y dieron paso a
mecanismos clientelares para organizar un aparato electoral en beneficio de
una burocracia enquistada en los cargos públicos.
Toda la militancia del FMLN debe identificar las desviaciones electoreras,
sus causas y consecuencias porque alejan cada vez más al partido de la
consecución de su misión histórica; así como ayudar a quienes
inconscientemente son víctimas de esta desviación. A quienes, con
conciencia de causa, son reproductores de concepciones y prácticas
electoreras para beneficiarse de los privilegios de ejercer cargos públicos a
nombre del pueblo y el FMLN, lamilitancia debe desenmascararlos y
ponerlos en evidencia.
Si el FMLN desea recuperar el respaldo popular y volver a ser opción real de
transformación socialista debe de aprender de sus errores e insuficiencias,
ante lo cual, corregir la desviación electorera es de primer orden.