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Redacción académica: Fundamentos y estrategias
	 
	
	 
	
	03 / 2005
	Agradecer la deferencia. Felicitar a Mauricio Aguirre y Paúl Llaque por la excelente obra que presenta la UPC. 
Con desarrollos, argumentos y derroteros muy sencillos, van haciendo del aprendizaje y la ejercitación guiada de la redacción académica, el objetivo principal del material que hoy se presenta. 
El tema no puede ser de lo más oportuno. Cuatro razones que justifican plenamente la importancia del libro.
1. Que un país tenga habitantes con un buen nivel de redacción es un excelente indicador de desarrollo cultural, especialmente de lectura. Lo contrario, que las personas no escriban, o no puedan hacerlo bien, es un obstáculo para toda suerte de cometidos individuales y colectivos.
En un mundo en el que la información adquiere cada vez mayor protagonismo, donde constantemente estamos exigidos a hacer de manera correcta solicitudes, informes, cartas, certificados, currículos vitae, llenar formularios, y un sinnúmero de otros documentos, dominar la redacción permite desenvolvernos con mayor soltura y eficiencia.
2. Redactar o escribir bien, dejó de ser un lujo, pasando más bien a ser una necesidad imprescindible para tener éxito laboral y profesional. Las personas que llegan a dominar la redacción, y desarrollar una comprensión lectora y un vocabulario rico, tienen más posibilidades de encontrar un empleo y de recibir mayores salarios promedio. Por ello, no resulta extraño observar que el requisito más insistentemente demandado por las medianas y grandes empresas al momento de decidir a quién reclutar para un puesto de trabajo sea la capacidad de comunicarse, lo que incluye redactar bien.
3. El país ha sido declarado en emergencia educativa porque los alumnos de primaria y secundaria salen muy mal en las pruebas no sólo las internacionales sino también las nacionales del área de comunicación. Dos ejemplos de rendimientos asociados a la redacción, en las últimas pruebas aplicadas por el Ministerio de Educación a los alumnos de 4º de secundaria: 
- El 10% de los alumnos alcanza nivel suficiente en la realización de tareas relativas al manejo de elementos que dan cohesión y sentido a los textos.
- Menos del 1% de los alumnos logra nivel suficiente en el manejo articulado y sistemático de signos de puntuación.
4. Consecuencia de los resultados que se acaban de citar, para la mayoría de quienes ingresan a la educación superior, la capacidad de comunicarse, es según diversos diagnósticos, una de las debilidades mayores. Ellos, por lo general, cuentan con habilidades mal desarrolladas o débilmente potenciadas para poner por escrito sus aprendizajes e ideas en forma ordenada y consistente, o para redactar resúmenes, monografías, ensayos o artículos.
La situación se agrava cuando se constata que el lenguaje coloquial, utilizado para la redacción académica, no tiene siempre una interpretación unívoca para los lectores. La existencia de más de una interpretación a un texto que hemos producido puede conducirnos a que los fines para los cuales se ha redactado un documento académico y los mensajes que se desean transmitir, no se alcancen plenamente.
Diferente es el caso de la matemática vista como lenguaje, la cual tiene su gramática, sintaxis y semántica, y que conduce a una única interpretación.
¿Qué pueden hacer las universidades ante esta situación? Hay de las que consideran que formar bien a un estudiante en el área de comunicación es una tarea de la enseñanza básica. Otras, a través de profesores que hoy nos reúnen en la UPC, deciden atacar el problema creando material apropiado y práctico como el que hoy se presenta, pues de ello depende parte del éxito profesional de sus egresados. Deseable sería que la universidad peruana apoye la producción de otros materiales como el editado por Mauricio Aguirre y Paúl Llaque.
Y es que redactar bien tiene un valor formativo muy especial, pues contribuye en forma considerable a formar el pensamiento organizado y a construir conocimientos. Como lo dice el libro, citando a Hayakawa, "Aprender a escribir es aprender a pensar. Usted no sabe nada con claridad a menos que lo pueda citar por escrito". Redactar implica haber alcanzado un dominio suficiente de la lengua al ponerse en juego capacidades de análisis, de autocorrección, ser suficientemente severos y críticos con lo que queremos decir, con nuestra ortografía y puntuación, transformar y saber sintetizar y destacar ideas y lo realmente es significativo. En síntesis: comunicarnos de la manera eficaz a través de un texto.
Para un estudiante, un profesor o para cualquier persona, poseer un léxico apropiado y lleno de contenidos significativos dentro de cualquier área del conocimiento humano es fundamental. Ellos enfrentan el reto de la redacción académica cuando tienen que comunicar por escrito un conjunto de ideas sustentadas, en donde la redacción exige orden, lógica y claridad de expresión.
En realidad una de las cosas que trata de alcanzar el material que hoy se presenta es que quienes lo tengan a su disposición sean más participantes que lectores. Es un material de auto aprendizaje o de mejora de la práctica de una buena redacción, pero también una guía para quienes enseñan estos temas. 
En el se busca que quienes siguen sus orientaciones, desarrollen o perfeccionen un estilo formal de redacción académica. Hacerles comprender que ella implica seguir ciertos procesos que atañen a la construcción de una estructura general y de estructuras específicas, así como la selección de métodos de redacción y modalidades textuales, que hagan de los documentos que redactamos algo personal y especial. 
En el libro, todos esos aspectos están muy bien definidos, desmenuzados, ejemplificados y aplicados en diferentes contextos, de manera que puedan aprenderse y ejercitarse hasta alcanzar un nivel que se plasma en la producción de documentos. 
Lo más destacado del libro es que la guía que han estructurado para conseguir una buena redacción, lo han hecho tratando de dar al libro un estilo sobrio, sencillo, claro, coherente, preciso y concreto, además de un nivel de interactividad que permita al lector practicar paso a paso con cada uno de los elementos que intervienen en la redacción académica.
Cabe resaltar también el acierto que se ha tenido en la elección de los ejemplos y los textos elegidos, pues ellos no solamente son pertinentes e ilustran el concepto y la estructura que se están tratando, sino que además son culturalmente representativos y actualizados. Existe amplia evidencia que demuestra que es más efectivo empezar la práctica de una buena redacción empleando situaciones reales. Y eso es lo que pretende el libro.
Todos los que seremos lectores de esta obra nos beneficiaremos no sólo con las definiciones, explicaciones, ejemplos y ejercicios de los elementos textuales, la estructura del texto y los métodos de redacción, sino que también podremos desarrollar las modalidades textuales de descripción, narración, explicación y argumentación.
En suma, es un encomiable esfuerzo de los editores Mauricio Aguirre, Paúl Llaque y de todos aquellos que participaron en la construcción de este libro que no puede dejar de valorarse, reconocerse y ser objeto de una nueva felicitación de mi parte. Asimismo, no puede olvidarse el invalorable apoyo de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en ésta y otras publicaciones hechas, lo que seguirá crecientemente siendo reconocido por la comunidad educativa en general.

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