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P ub lic D is cl os ur e A ut ho riz ed P ub lic D is cl os ur e A ut ho riz ed P ub lic D is cl os ur e A ut ho riz ed P ub lic D is cl os ur e A ut ho riz ed 2 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú El presente volumen ha sido producido por personal del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial. Los resultados, interpretaciones y conclusiones expresados no necesariamente reflejan la opinión de los directores ejecutivos del Banco Mundial ni de los Gobiernos que representan. Derechos y permisos El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial fomenta la difusión de su trabajo y permite la reproducción de partes de este libro, siempre y cuando se cite la fuente. Atribuciones Banco Mundial (2023). Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú. Oficina de Lima, Perú: Grupo Banco Mundial. Ilustraciones y diseño Ximena Collado Diseño interno y diagramación David Maxi Impresión Primera edición, abril del 2023 Tiraje: 200 ejemplares Imprenta: Vertice Preprensa Digital SAC RUC 20477865098 Av. Boulevard No. 1040, Urb. El Artesano, Ate Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2023-03431 Copyright @ 2023 por Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento Banco Mundial Banco Mundial Oficina en el Perú. Av. Álvarez Calderón 185, piso 7, San Isidro (511) 622-2300 www.bancomundial.org.pe 3Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Tabla de Contenidos 4 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Tabla de gráficos, figuras y mapas Agradecimientos Resumen Ejecutivo 1. Pobreza y desigualdad despúes de la crisis 2. ¿Qué explica la fragilidad del Perú en cuanto a logros sociales? a. A pesar de las mejoras en el acceso a servicios públicos, el acceso y la calidad son inadecuados b. A pesar de algunas mejoras en el mercado laboral, la calidad del empleo es baja c. Sistema de tributación y transferencias: capacidad limitada de redistribución d. Exposición excesiva a los choques, especialmente a los desastres naturales, en la población más pobre y vulnerable 3. ¿De qué manera puede el Perú reducir la fragilidad de los logros sociales? Referencias 6 9 10 18 44 45 48 52 57 62 78 5Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Tabla de gráficos, figuras y mapas 6 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Gráfico 1. Tasa de pobreza nacional y tasa de pobreza extrema, 2012-21 Gráfico 2. Pobreza nacional por región natural, 2019–21 Gráfico 3. Tasa de crecimiento promedio anual del gasto per cápita, 2004–13 and 2013–19 Gráfico 4. Curvas de incidencia de crecimiento, a nivel nacional, urbano y rural, 2004–19 Gráfico 5. Exceso de muertes en 2020 y 2021 en relación a 2019 Gráfico 6. Cambios de movilidad por categoría, 2020–22 Gráfico 7. Análisis ANOVA: varianza en las tasas de mortalidad Gráfico 8. Exceso de muertes por 1,000, población 65+, por región y quintil de gasto Gráfico 9. Participación en la fuerza laboral, por sexo, 2004–21 Gráfico 10. Lima Metropolitana: tasa de desempleo, por grupo de edad, 2004–21 Gráfico 11. Transferencias sociales per cápita, 2019–21 Gráfico 12. Curva de incidencia de crecimiento, por componente de ingreso, 2019–21 Gráfico 13. La urbanización de la pobreza: pobreza por área, 2004–21 Gráfico 14. Porcentaje de personas pobres, por área urbana y rural, 2021 Gráfico 15. Características de la población urbana, por situación de pobreza, 2021 Gráfico 16. Características de las personas en situación de pobreza, por ubicación, 2021 Tabla 1. Perfil de la población urbana pobre y no pobre, 2013 y 2021 Gráfico 17. Personas pobres (US$6.85) y vulnerables (US$6.85–US$14.00), 2004–21 Mapa 1. Vulnerabilidad por distrito, 2021 Gráfico 18. Respuestas a desastres naturales, por gasto per cápita y quintil, 2021 Gráfico 19. Cobertura de seguro y cuidado de la salud, 2019–21 Gráfico 20. Características de la población, por autoidentificación con grupos étnicos, 2021 Gráfico 21. Distribución laboral, por sexo y tipo de empleo, 2021 Gráfico 22. Distribución laboral, por sexo y tipo de empleo, 2021 Gráfico 23. Distribución laboral, por sexo y situación de empleo o desempleo, 2021 Gráfico 24. Tasa de pobreza, por composición de los hogares, 2021 Gráfico 25. Composición de los hogares, por situación de pobreza, 2021 Gráfico 26. Contribución relativa del crecimiento y la redistribución a la reducción de la pobreza Gráfico 27. Crecimiento del PBI y reducción de la pobreza, 2005–21 19 19 20 20 21 21 23 23 24 25 25 26 27 27 29 29 30 31 31 33 34 35 35 36 36 37 37 38 38 7Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Gráfico 28. Inflación del índice de precios al consumidor, por componente Gráfico 29. Cambios esperados en pobreza ($6.85), 2022 con y sin crisis inflacionaria Tabla 2. Perfil de los nuevos pobres y los nuevos vulnerables por la inflación adicional Gráfico 30. Hogares con acceso a un paquete de servicios básicos, 2004, 2013, 2021 Gráfico 31. Hogares con acceso a un paquete de servicios básicos, por ubicación rural o urbana, 2021 Gráfico 32. Índice de pobreza multidimensional: acceso a servicios, 2004–21 Gráfico 33. Calidad del acceso al agua, educación y salud Mapa 2. Médicos por cada 10,000 habitantes, por región, 2021 Mapa 3. Desempeño satisfactorio en lectura y matemáticas, 2019 Gráfico 34. Descomposición de ingresos, por componente de ingresos (PPA 2017), 2004–21 Gráfico 35. Comparación de productividad laboral Gráfico 36. Productividad, por tamaño de empresa, 2018 Gráfico 37. Empleo, por tipo, 2004-2021 Gráfico 38. Informalidad laboral, por sector, 2007-2021 Gráfico 39. Índice de calidad laboral, por país, 2019–21 Gráfico 40. Índice Gini por concepto de ingreso Gráfico 41. Efecto redistributivo del ingreso de mercado al ingreso consumible Gráfico 42. América Latina y el Caribe: ingresos fiscales generales, 2021 Gráfico 43. América Latina y el Caribe: gastos generales gubernamentales, 2021 Gráfico 44. Efectos directos e indirectos del IGV por decil de ingresos de mercado per cápita, 2019 Gráfico 45. Exoneración del IGV y efectos del mercado informal, por decil de ingresos de mercado per cápita, 2019 Gráfico 46. Ingresos fiscales y gastos: incidencia y porcentajes de concentración Gráfico 47. Choques reportados, por quintil de gasto per cápita y área, 2021 Gráfico 48. Transiciones dentro y fuera de la pobreza, 2017–18 Gráfico 49. Olas de calor y tasa de pobreza, área de Lima Metropolitana Mapa 4. Olas de calor y tasa de pobreza, área de Lima Metropolitana Gráfico 50. Cambios proyectados en la temperatura futura, por categoría de distrito Gráfico 51. Caídas proyectadas en las precipitaciones a 2050, por categoría de distrito Gráfico 52. Las políticas necesarias para un sistema adaptativo y resiliente de protección social 39 39 40 45 46 46 46 47 47 49 50 50 51 51 52 53 53 54 54 55 55 56 58 58 60 60 61 61 74 8 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Agradecimientos El informe de Evaluación de Pobreza y Equidad en el Perú ha sido elaborado por un equipo dirigido por Carlos Rodríguez-Castelán. El equipo central estuvo compuesto por Luciana de la Flor Giuffra y Yulia Daniela Valdivia Rivera, con importantes contribuciones de Oscar Eduardo Barriga Canabillas, Julian Arteaga, Carmen de Paz, Benny Istanto, Koichi Ito, Miriam Müller y Hernan Jorge Winkler. Este trabajo ha sido elaborado a pedido y bajo la dirección del Banco Mundial. El equipo agradece a Marianne Fay (Directora de país, LCC6C), Ximena Del Carpio (Gerente de la Práctica, ESAPV), Luis Felipe López-Calva (Director Global, EPVDR) y Robert Taliercio (Director Regional, GPVDR) por el apoyo y ladirección permanente proporcionados durante la preparación de la Evaluación de Pobreza y Equidad en el Perú. Los documentos de investigación utilizados en este informe fueron elaborados por Fernando Aragón y Hernan Winkler, “The Long-Term Impact of a Resource-Based Fiscal Windfall: Evidence from the Peruvian Canon”; Florencia Pinto, Yulia Valdivia y Hernan Winkler, “Is the Enforcement of Labor Regulations Effective in Promoting Formal Employment? The Peruvian Case”; y Yulia Valdivia, “The CEQ Assessment for Peru 2019”. El equipo agradece los valiosos comentarios ofrecidos por Ekaterina Vostroknutova (Economista Líder, ELCMU), Nancy Lozano (Economista Líder, SLCDR) y María Eugenia Genoni (Economista Senior, EMNPV). Se han recibido comentarios detallados, sugerencias y observaciones de Daniel Barco (Economista Senior, ELCMU), Gaston Mariano Blanco (Especialista Senior en Protección Social, HLCSP), Bledi Celiku (Economista Senior, ELCMU), Tanja K. Goodwin (Economista Senior de País, ELCDR), Gabriel Lara Ibarra (Economista Senior, ELCPV), María Ana Lugo (Economista Senior, EEAPV), Eduardo Alonso Malasquez Carbonel (Economista Senior, EAWPV), Ursula Milagros Martinez Angulo (Especialista en Protección Social, HLCSP), Hugo Rolando Ñopo Aguilar (Economista Senior, ELCPV), Truman Packard (Líder de la Práctica, HLCDR), Jun Rentschler (Economista Senior, GGSCE), James Robert Ezequiel Sampi Bravo (Economista, GGEVP) y Maria Laura Sanchez Puerta (Economista Líder, Líder del Programa, HLCDR). Pablo Lavado, Oswaldo Molina y Carolina Trivelli han ofrecido comentarios en su calidad de lectores externos. El equipo también contó con el invalorable apoyo de Desiree Gonzalez. 9Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Resumen Ejecutivo 10 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú El Perú ha sido uno de los países más afectados por la pandemia de la COVID-19 en términos de impactos económicos y de salud, y del deterioro de las mejoras sociales alcanzadas durante la década anterior. A julio de 2022, el Perú había registrado más de 6,000 muertes por millón de habitantes a causa de la COVID-19, ubicándose entre los países con las tasas de mortalidad más altas per cápita debido a la pandemia. La economía se contrajo en 11 por ciento en 2020, su mayor caída en 30 años y la más grande en América Latina ese año. Como resultado, la tasa de pobreza nacional se incrementó a 30.1 por ciento, un nivel que no se había visto desde 2010, y la pobreza extrema alcanzó 5.1 por ciento en 2020, comparable con la tasa de 2013. Para fines de 2021 la economía se había recuperado, pero la pobreza y la pobreza extrema mantuvieron los niveles de 2012 y 2015, respectivamente. La magnitud de la pérdida de bienestar durante la crisis reveló la fragilidad de las mejoras sociales alcanzadas en las dos décadas anteriores. Los altos niveles de informalidad y la limitada protección social dejaron a los trabajadores desprotegidos ante el choque económico de la crisis por COVID-19, y millones de personas perdieron sus trabajos. Durante el pico de la pandemia (segundo trimestre de 2020), se perdieron aproximadamente 6.7 millones de puestos de trabajo. Sin embargo, las pérdidas económicas variaron ampliamente entre la población ocupada. Los trabajadores independientes y las personas empleadas en empresas pequeñas –mayormente informales– sufrieron la caída más grande en términos de empleo. Por el contrario, aquellos que pudieron trabajar desde casa y que contaban con conectividad a internet –mayormente formales– tuvieron menos probabilidad de perder su trabajo. Los jóvenes, con tasas de informalidad más altas en relación con el resto de la población, perdieron su trabajo a tasas más elevadas. Las mujeres se vieron desproporcionadamente afectadas, ya que abandonaron la fuerza laboral a una tasa más alta que los hombres, principalmente porque proporcionaron cuidado a niños y ancianos en los hogares. A pesar de la importante respuesta del gobierno a la crisis, el Perú afronta una mayor pobreza ahora que antes de la pandemia. En el pico de la pandemia, el sistema de salud colapsó, y nadie, sin importar su capacidad de pago, pudo acceder a una atención adecuada. Diversos elementos de la respuesta gubernamental sirvieron como amortiguadores contra la pérdida de ingresos, evitando un aumento de la tasa de pobreza de 3.6 puntos porcentuales adicionales. Sin embargo, si bien el paquete de mitigación en el Perú fue uno de los más grandes de la región, éste resultó insuficiente para proteger a los pobres y vulnerables y pobres de caer (o caer aún más) en la pobreza. La pobreza se ha convertido en un fenómeno predominantemente urbano. Si bien la tendencia hacia la urbanización de la pobreza antecedió a la pandemia, la crisis aceleró dicho proceso. Desde 2013 en adelante, el porcentaje de personas pobres en áreas urbanas superó el 50 por ciento. En 2019, el 56.7 por ciento de la población en situación de pobreza residía en áreas urbanas y con la pandemia, esta proporción se elevó al 68.7 por ciento en 2021. El aumento de la pobreza urbana es consistente con el hecho de que la mayor densidad poblacional en áreas urbanas generó mayor riesgo de contagio, y con la necesidad de medidas de contención más estrictas. La urbanización de la pobreza y su concentración en núcleos urbanos revelaron la urgencia de actualizar la estrategia para reducir la pobreza y reformular el sistema de protección social, que no está equipado para responder al fenómeno de la urbanización de la pobreza. 11Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú La vulnerabilidad a la pobreza en el Perú ha alcanzado su nivel más alto en dos décadas, lo que pone a un porcentaje importante de la población en riesgo inminente frente a cualquier choque. Durante las dos últimas décadas, la vulnerabilidad a la pobreza –medida como el porcentaje de la población viviendo con un ingreso entre US$6.85 y US$14.00 dólares al día en términos de paridad de poder adquisitivo (PPA) de 2017– ha venido en aumento. En 2021, dos de cada cinco peruanos estaban en riesgo de caer en la pobreza, la tasa más elevada desde 2004. Esta alta tasa de vulnerabilidad provocó la pérdida de 10 años de progreso social durante la crisis de COVID-19, lo que representó el mayor retroceso en América Latina y el Caribe. Al igual que la pobreza, la vulnerabilidad se concentra en áreas urbanas. Las personas pobres y vulnerables no tienen mecanismos formales y adecuados de mitigación y dependen de sus familias para cubrir sus necesidades de alimentación durante los choques. La crisis también ha acentuado las desigualdades territoriales persistentes, así como las diferencias en el acceso a activos productivos y servicios públicos entre minorías: Mujeres, pueblos indígenas y afroperuanos. La población indígena y afroperuana cuenta con menos activos productivos, lo que restringe su capacidad para convertirse en trabajadores de alta productividad. Su nivel educativo es relativamente bajo; tienen menos acceso a internet, a electricidad y a servicios financieros; y están sobrerrepresentados en trabajos informales e independientes. Como resultado, la tasa de pobreza es 7 a 8 puntos porcentuales más alta entre la población indígena y afroperuana que entre blancos y mestizos. De igual modo, las persistentes brechas de género limitan la capacidad de las mujeres de aprovechar las oportunidades económicas. Las mujeres peruanas tienen más probabilidad de dedicarse a trabajos de baja calidad y baja productividad. Asimismo, destinan más horas al trabajo doméstico y participan en menor medida en el mercado laboral, una tendencia que se agudizó por la pandemia, el ingreso laboral promedio también es menor entre las mujeres que entre los hombres y se ha recuperado más lentamente desde la pandemia. A pesar de que lastasas de pobreza entre hombres y mujeres son similares, los hogares encabezados por mujeres tienen mayor probabilidad de ser pobres que los hogares encabezados por hombres. Estas brechas persistentes, sumadas a la inestabilidad política desde 2016, se han convertido en una fuente de descontento social. Desde 2016, debido a la crisis política, el país ha tenido seis presidentes, el entorno político y las perspectivas de una gobernanza estable y sostenible se han deteriorado y el desempeño económico y las bases para la inversión se han debilitado. La crisis de gobernanza y las pérdidas ocasionadas por la pandemia han preparado el terreno para expresiones de descontento popular: las brechas sociales se han acentuado, mientras que se percibe que las instituciones políticas le dan la espalda a las necesidades del país. Las protestas se han intensificado en las calles. Estos problemas han afectado a las personas pobres y vulnerables de manera desproporcionada. Las presiones inflacionarias y la incertidumbre política serán un obstáculo para la recuperación económica. La crisis política y el alza de los combustibles y fertilizantes han tenido repercusiones importantes en la economía del Perú. La subida de precios en el país empezó a mediados de 2021, como resultado del considerable aumento de liquidez para contrarrestar la caída de la demanda durante la crisis de COVID-19. La inflación se exacerbó 12 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú en 2022 debido a la guerra en Ucrania. En mayo de 2022, la inflación alcanzó 8.3 por ciento, la tasa más alta en 30 años. La mayor parte de esta inflación está asociada con los alimentos y la energía. Esto ha erosionado los ingresos disponibles de trabajadores y familias, afectando su poder adquisitivo. Según estimaciones, la inflación adicional tuvo un efecto negativo en la pobreza, lo que llevó a una disminución de 1.4 puntos porcentuales en la tasa de reducción de la pobreza en 2021. Las proyecciones para 2022 sugieren que la inflación adicional ha tenido un efecto negativo de 2 puntos porcentuales en la reducción de la pobreza. Los bloqueos de carreteras y las protestas han empeorado la crisis alimentaria y limitado las oportunidades económicas. La incertidumbre política ha retrasado la recuperación económica a través de la ausencia de un programa económico claro y de las reformas necesarias para mejorar el empleo y la inversión. Sin un crecimiento económico importante y las reformas necesarias, la pobreza no se recuperará a los niveles previos a la pandemia en el corto plazo. En el pasado, el crecimiento sostenido e inclusivo impulsó un proceso sustancial de reducción de la pobreza y desigualdad. Según estimados del impacto directo del crecimiento económico impulsado por los ingresos, 85 por ciento de la reducción de la pobreza (usando la línea de US$6.85 por día) entre 2004 y 2019 se debió al crecimiento económico, mientras que una redistribución más efectiva explicó el 15 por ciento restante. Hacen falta medidas para comprometer al país con una nueva ruta inclusiva hacia la reducción de la pobreza y desigualdad y abordar los daños causados por la pandemia en el desarrollo. Si bien la economía ha empezado a recuperarse de los impactos de la pandemia de corto plazo, los potenciales impactos adversos a largo plazo en la acumulación de capital humano, seguridad alimentaria, salud, empleo y la capacidad de aplicar mecanismos de mitigación exitosos amenazan el futuro desarrollo del país. La pandemia también ha generado un aumento estimado del 20 por ciento en el número de huérfanos, cuyas necesidades deben atenderse. Este informe resalta cuatro fuentes de fragilidad que el gobierno y las instituciones deben abordar para establecer una nueva ruta hacia la reducción de la pobreza y la desigualdad. ¿Qué hay detrás de la fragilidad de los logros sociales en el Perú? En primer lugar, el acceso desigual a los bienes y servicios públicos ha impedido que la población acumule activos productivos. Esto ha generado brechas sustanciales entre diferentes grupos socioeconómicos y entre las regiones. Si bien el acceso a los servicios básicos y a la infraestructura ha mejorado en las últimas dos décadas, la cobertura está todavía lejos de ser universal. El acceso a un paquete básico de agua potable, saneamiento, electricidad e internet se ha duplicado en la última década, pero menos de la mitad de hogares tiene acceso a dicho paquete. Además, las desigualdades geográficas en el acceso a servicios básicos son importantes. Más de la mitad de los hogares urbanos tiene acceso a un paquete básico, pero solo el 6 por ciento de los hogares rurales disfruta de dicho acceso. 13Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú La calidad de los servicios es baja y desigual en el país. El suministro de agua potable y electricidad es afectado por interrupciones de cobertura y cortes de energía. El acceso al agua se ve limitado porque no siempre es segura para su consumo. La calidad de los servicios de salud está por debajo de los estándares de la Organización Mundial de la Salud en casi todo el país, y la calidad de la educación es baja, sobre todo en la selva y en la sierra. La calidad de dichos servicios es desigual a lo largo del territorio. Así, mientras que el número de médicos per cápita en Lima está al nivel recomendado por la Organización Mundial de la Salud, las demás regiones están rezagadas. De manera similar, mientras que la mitad de los estudiantes en la región de Tacna han obtenido un puntaje satisfactorio en lectura y matemáticas, en Loreto solo el 4 por ciento obtienen calificaciones satisfactorias. El bajo y desigual acceso a estos servicios amenaza la capacidad de las personas de salir de la pobreza y hacer frente a los choques. En segundo lugar, la acumulación limitada de activos productivos por parte de los segmentos más pobres de la población está vinculada a trabajos de mala calidad y al estancamiento de la productividad laboral, lo que deja a los trabajadores desprotegidos frente a futuros choques. La economía peruana se caracteriza por una excesiva informalidad en comparación con otros países de ingreso mediano alto, dado el producto bruto interno (PBI) per cápita del país. La informalidad se ha mantenido alta en las últimas dos décadas, alcanzando su pico durante la pandemia. La productividad laboral es baja y ha estado estancada por años. Durante la expansión económica, la productividad mejoró poco en el Perú, en comparación con el incremento de otros países de ingreso mediano alto. La mayoría de los trabajadores peruanos están empleados en microempresas de baja productividad. En 2021, a pesar de la recuperación gradual de la economía y el nivel de empleo, la calidad de los trabajos aún no había vuelto a los niveles previos a la pandemia. Los trabajos han sufrido en muchas dimensiones, como el ingreso, los beneficios, la estabilidad y la satisfacción laboral, como se refleja en el índice de calidad del empleo, que cayó drásticamente, de 0.57 en 2019 a 0.53 en 2021. La alta tasa de informalidad afecta la capacidad del gobierno para recaudar impuestos, la que está por debajo del resto de países de la región. El gobierno del Perú recauda relativamente menos ingresos que otros países con un PBI per cápita similar. La recaudación de impuestos está debajo de su potencial en el Perú por la estrecha base tributaria, la alta tasa de informalidad y la poca eficiencia en la recaudación. La alta tasa de informalidad y el umbral alto para el pago de impuestos sobre los ingresos laborales genera que solo 8 de cada 100 trabajadores paguen impuesto a la renta. También se estima que la evasión fiscal es alta en relación con otras economías de la Alianza del Pacífico, limitando aún más la recaudación. En tercer lugar, la capacidad de redistribución del sistematributario y de transferencias es limitada debido a la dependencia de impuestos indirectos regresivos y a las filtraciones en las transferencias sociales. El sistema tributario en el Perú se encuentra entre los sistemas de países de ingreso mediano alto que tienen el menor impacto en los esfuerzos por reducir la desigualdad. Esto se debe en parte a que la mayoría de los ingresos recaudados proviene de impuestos indirectos (sobre todo del Impuesto General a las Venta o IGV), los que son la forma más regresiva de tributación. Además, las exoneraciones del IGV, si bien 14 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú son progresivas, presentan filtraciones y están disponibles para personas en la parte superior de la distribución de ingresos. Otros beneficios, como las transferencias en efectivo, también registran filtraciones, lo que limita la capacidad de redistribución por parte del gobierno. En cuarto lugar, la exposición del Perú a choques agregados negativos aumenta la probabilidad de los hogares de caer en la pobreza o de seguir siendo pobres. El Perú está particularmente expuesto a choques naturales debido a su ubicación y topología, y su exposición al riesgo climático ha aumentado en las últimas dos décadas. Los hogares rurales y de ingresos bajos están más expuestos a desastres naturales, mientras que los hogares urbanos y de mayores ingresos sufren más choques idiosincráticos a nivel económico. Entre los hogares rurales y de ingresos bajos, la probabilidad de salir de la pobreza disminuye frente a un desastre natural. Y entre los hogares urbanos y de mayores ingresos, la probabilidad de caer en la pobreza aumenta frente a un choque económico. Es probable que las personas pobres y vulnerables enfrenten mayores variaciones climáticas en el futuro, lo que incrementará la desigualdad inducida por este fenómeno. El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú estima que, para el año 2050, el nivel de precipitaciones descenderá hasta un 40 por ciento en algunas áreas del país. De igual modo, se espera que la temperatura aumente hasta en 3.5°C. Se espera que los aumentos más pronunciados de temperatura y disminución de lluvias ocurran en distritos con mayor proporción de personas pobres (distritos con pobreza crónica) y vulnerables (distritos con alta vulnerabilidad). ¿Cómo pueden el gobierno y las instituciones reducir la fragilidad de los logros sociales? Para reducir la fragilidad de los avances sociales en el Perú, el gobierno y las instituciones deben promover un nuevo tipo de crecimiento, uno que sea inclusivo y se centre en la reducción de la pobreza y la desigualdad, pero que también aborde las debilidades reveladas por la pandemia. El crecimiento debe enfocarse en mejorar la capacidad productiva de las personas pobres y vulnerables. Los esfuerzos deben dirigirse a levantar las limitaciones persistentes, como los obstáculos que impiden que las empresas crezcan y que los trabajadores se formalicen. Promover la formalidad impulsando el crecimiento de las empresas elevaría la productividad, lo que se esperaría que beneficie a las personas pobres y vulnerables, las cuales están sobrerrepresentadas en trabajos informales y de mala calidad, reduciendo con ello las desigualdades. En este sentido, se debe considerar priorizar la inversión en sectores con alto potencial de crecimiento. Apostar por la agricultura, la silvicultura y el turismo, donde hay un importante porcentaje de personas pobres y vulnerables, ayudaría a desarrollar el potencial de estas personas en todo el país. También podría fomentar un desarrollo resiliente frente al clima para prepararse para el futuro, si los trabajadores adaptan sus actividades en función al cambio climático, disminuyen el peligro de despidos, y los sectores se van volviendo más verdes y competitivos. Estas políticas deben tenerse en cuenta incluso si toman más tiempo en implementarse. 15Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú En el mediano y largo plazo, el gobierno necesitará más recursos fiscales para financiar la provisión de servicios de calidad y acelerar la acumulación de activos productivos en los hogares. Esto implicaría apoyo sobre todo para la acumulación de capital humano, sin importar la ubicación geográfica o las características sociodemográficas. Uno de los esfuerzos iniciales debe enfocarse en cerrar la brecha de infraestructura en conectividad, tecnología, salud y educación. Las inversiones relevantes necesitan una mirada geográfica porque las principales brechas en infraestructura y en el suministro de servicios se encuentran en áreas remotas. Los pasos necesarios para este esfuerzo deben incluir reformas a nivel local basadas en definiciones claras de responsabilidad del gasto, en la articulación de presupuestos de diversas agencias en torno a proyectos compartidos y en la promoción de gastos relevantes. De igual modo, los servicios de calidad requieren más recursos fiscales. El gobierno debe enfocarse en políticas para reducir la evasión fiscal, aumentar la base tributaria, y aumentar la progresividad del sistema tributario (impuestos y transferencias). Mientras tanto, en el corto plazo, se deben abordar los daños causados por la pandemia. La COVID-19 afectó de manera negativa la atención médica y la salud, la asistencia escolar y el aprendizaje, la calidad del empleo y el empleo de los jóvenes. Un primer paso para abordar los daños en la salud sería ofrecer atención de seguimiento para las personas que no se han recuperado del todo e invertir en programas de salud mental. Otra prioridad debería ser brindar apoyo a través de programas sociales a los niños que han perdido a sus cuidadores primarios. Para abordar las deficiencias de aprendizaje a raíz de la pandemia, es necesario implementar estrategias de recuperación. También se debería incentivar la recuperación de trabajos formales perdidos durante la pandemia y ayudar a los jóvenes a mejorar su nivel de empleabilidad ofreciendo programas de capacitación. Asimismo, se necesitarán inversiones para cerrar las desigualdades que se ampliaron durante la pandemia, como la brecha de oportunidades económicas que afecta a las mujeres. La agenda de corto plazo debe incluir la transición a un sistema de protección social adaptativo. El objetivo debe ser crear un sistema más resiliente contra choques futuros e identificar formas de proteger las ganancias sociales dentro de la economía. Sin embargo, dado que los choques no se distribuyen de manera uniforme en el país y que los diversos grupos de la población requieren una serie de herramientas en respuesta a los choques, es necesario un conjunto de políticas de protección social. Este conjunto debe incluir políticas de asistencia social para reducir la pobreza, políticas de seguro social para proteger a personas vulnerables, medidas para aumentar las oportunidades económicas para todos, y medidas para mejorar la capacidad de las personas para manejar riesgos y hacer frente a los choques. 16 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú 17Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Pobreza y desigualdad después de la crisis 01 18 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Después de décadas de progreso social y económico, el Perú tiene ahora tasas de pobreza más altas que antes de la pandemia. A fines de 2021, la tasa de pobreza en el Perú era de 25.9 por ciento, un nivel comparable con el de 2012 (Gráfico 1). La pobreza extrema se mantuvo en 4.1 por ciento, igual que la tasa de 2015. En términos absolutos, esto significa que, en 2021, había 8.6 millones de personas pobres, mientras que en 2019 solo había 6.6 millones (comparado con 8.3 millones en 2011). La tasa de pobreza es ahora más alta en casi todas las regiones del país. En 2021, uno decada cuatro peruanos era pobre, pero un análisis geográfico muestra diferencias en todo el país. En la sierra norte y central, las tasas de pobreza ascendieron a 42 por ciento y 32 por ciento, respectivamente, mientras que en la costa central y sur la tasa fue de alrededor del 17 por ciento. En Lima fue de 25 por ciento. Además, en todas las áreas, excepto en la sierra norte, la tasa de pobreza fue más alta en 2021 que en 2019 (Gráfico 2). El retroceso vino luego de dos décadas de una importante reducción de la pobreza. Entre 2004 y 2019, el porcentaje de la población que vivía por debajo de la línea nacional de pobreza cayó de 58.7 por ciento a 20.2 por ciento.1 La mayor parte del avance corresponde al periodo de comienzos de la década de 2000 a 2013, cuando la tasa de pobreza cayó de 58.7 por ciento a 23.9 por ciento (34.8 puntos porcentuales). En los seis años siguientes, entre 2013 y 2019, la pobreza descendió solo 3.7 puntos porcentuales adicionales, a 20.2 por ciento. Siguiendo el mismo patrón, la mayor caída de la pobreza extrema fue durante 2004–13, de 16.4 por ciento a 4.7 por ciento (11.7 puntos porcentuales). Entre 2013– 19, la reducción fue de 1.9 puntos porcentuales adicionales, a un nivel de 2.9 por ciento. Las dos décadas anteriores a la pandemia se caracterizaron por un crecimiento más alto que el promedio de la región. Mientras que la región tuvo una tasa de crecimiento real promedio del producto bruto interno (PBI) de 3.6 por ciento entre 2004 y 2013, Gráfico 1. Total de pobreza nacional y tasa de pobreza extrema, 2012–21 Porcentaje de la población total 25.8% 20.2% 30.1% 25.9% 4.1% 2.9% 5.1% 4.1% 0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35% 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 Pobreza total Pobreza extrema Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares. Gráfico 2. Pobreza nacional por región natural, 2019–21 Porcentaje de la población total Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares. 16% 17% 25% 20% 26% 27% 26% 34% 42% 7% 10% 14% 16% 20% 23% 26% 29% 45% 0% 10% 20% 30% 40% 50% Costa Central Costa Sur Lima Metropolitana Costa Norte Total Sierra Sur Amazonía Sierra Central Sierra Norte 2019 2021 1. En el Perú, el consumo per cápita de los hogares y las líneas de pobreza monetaria se usan para medir la pobreza. Las líneas de pobreza se elaboran en base al costo mínimo de la canasta básica de alimentos necesarios para vivir en condiciones adecuadas. El costo varía según la región, así como en función a la ubicación rural o urbana. La línea de pobreza nacional en moneda local en 2021 fue de S/ 378 per cápita al mes, mientras que la línea de pobreza extrema en 2021 fue de S/. 201 per cápita al mes. 2. En base a la SEDLAC (Socio-Economic Database for Latin America and the Caribbean), Center for Distributive, Labor, and Social Studies, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Argentina y Equity Lab, Team for Statistical Development, Banco Mundial, Washington, DC, https://www.cedlas.econo.unlp.edu.ar/wp/estadisticas/sedlac/. 19Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú el Perú registró un promedio del 6.6 por ciento.2 El desempeño económico sobresaliente se explica por exitosas reformas macroestructurales, una política fiscal y monetaria adecuada y condiciones externas favorables por el auge de los precios de las materias primas, esto acompañado de una importante entrada neta de inversión extranjera directa.3 Incluso después de la desaceleración de la economía por el final del auge de los precios de las materias primas, la desaceleración económica en China y el descenso de la inversión privada, el crecimiento promedio real del PBI fue tres veces más alto en el Perú que el promedio regional.4 Como resultado del crecimiento, el PBI per cápita se duplicó a S/ 17,012. El crecimiento durante esos años favoreció a los pobres y permitió reducir la desigualdad. El crecimiento del bienestar para el 40 por ciento más pobre de la distribución de ingresos estuvo por encima del promedio, sobre todo en los años de mayor expansión económica. En el periodo 2004–13, el promedio del crecimiento del consumo per cápita para el 40 por ciento más pobre fue de 6.2 por ciento en comparación con el crecimiento promedio anual de 4.9 por ciento (Gráfico 3). De igual modo, el ingreso per cápita de los hogares creció a una tasa mayor entre los percentiles más bajos de la distribución de ingresos que en los percentiles más altos, tanto en áreas urbanas como rurales, como lo muestra la curva de incidencia de crecimiento del ingreso (Gráfico 4). 3. Se implementaron diversas reformas estructurales en la década de 1990, tales como la adopción de normas fiscales, inflación objetivo y el establecimiento de un marco legal para inversiones extranjeras y privadas. En consecuencia, el país firmó acuerdos comerciales clave, como con Estados Unidos (2006), Japón (2011) y la Unión Europea (2012). Las principales políticas implementadas incluyeron la autonomía del Banco Central, flexibilidad del tipo de cambio y apertura comercial y financiera. Durante ese periodo, los precios de los commodities se incrementaron significativamente, lo que favoreció las exportaciones de minerales. Como resultado, el sector privado incrementó su contribución al crecimiento económico y la participación de la inversión privada en el PBI aumentó de 12 por ciento del PBI en 1993 y 18 por ciento en 2019. Asimismo, los flujos netos de inversiones extranjeras directas en 2019 fueron de US$6.8 mil millones (2.8 por ciento del PBI), lo que equivale a ocho veces los niveles de 2000. 4. El crecimiento promedio del PBI entre 2013 y 2019 fue de 3.1 por ciento en el Perú y de 1.0 por ciento en América Latina y el Caribe. 5. Este análisis se basa en el censo de población de 1993, 2007 y 2017 usando la medición de necesidades básicas insatisfechas. Ver Censos Nacionales 1993: XI de Población y VI de Vivienda (tablero de mando), Instituto Nacional de Estadística e Informática, Lima, Perú, http://censos. inei.gob.pe/censos1993/redatam/; Censos Nacionales 2007: XI de Población y VI de Vivienda (tablero de mando), Instituto Nacional de Estadística e Informática, Lima, Perú, http://censos.inei.gob.pe/Censos2007/redatam/; Censos Nacionales 2017: XII de Población, VII de Vivienda y III de Comunidades Indígenas (tablero de mando), Instituto Nacional de Estadística e Informática, Lima, Perú, https://censo2017.inei.gob.pe/resultados- definitivos-de-los-censos-nacionales-2017/. 6.2% 1.8% 4.9% 1.6%0.0% 2.0% 4.0% 6.0% 8.0% 2004 - 2013 2013 - 2019 40 inferior Promedio del gasto per cápita Gráfico 3. Tasa de crecimiento promedio anual del gasto per cápita, 2004–13 y 2013–19 Fuente: Elaboración en base de información de la SEDLAC 2004–19. Percentil del ingreso per cápita de los hogares 3.8 0.0 2.0 4.0 6.0 5 15 25 35 45 55 65 75 85 95 C re ci m ie nt o 2004 - 2019 Promedio 2004 – 2019 Urbano Rural Gráfico 4. Curvas de incidencia de crecimiento, a nivel nacional, urbano y rural, 2004–19 Fuente: Elaboración en base de información de la SEDLAC 2004–19. Durante este periodo, se obtuvieron importantes logros sociales. En cuanto al acceso a servicios básicos e infraestructura, como vivienda adecuada, saneamiento y educación, el porcentaje de personas con al menos una necesidad básica insatisfecha cayó de 56.8 por ciento en 1993 a 40.7 por ciento en 2007 y a 25.3 por ciento en 2017.5 20 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Mientras tanto, el tiempo que las personas pasaba en casa aumentó en casi 40 por ciento inmediatamente después del inicio del confinamiento (Gráfico 6). El confinamiento y las restricciones de movilidad estuvieron entre los más estrictos de la región. La falta de acceso que registró una mejora notable fue la de los servicios de alcantarillado, que cayóen 30.7 puntos porcentuales, de 36.5 por ciento en 1993 a 5.8 por ciento en 2017. También se observó considerable progreso en el acceso a agua potable y a electricidad, que aumentó de 62 por ciento a 87 por ciento y de 76 por ciento a 96 por ciento, respectivamente, entre 2004 y 2021. De igual manera, la mejora en los indicadores del mercado laboral contribuyó a la reducción de la pobreza. Los mayores ingresos laborales explicaron el 56 por ciento de la reducción de la pobreza entre 2004 y 2021 y el 48 por ciento de la reducción de la pobreza extrema. La COVID-19 reveló la fragilidad de los logros sociales Las mejoras a largo plazo en el bienestar de los hogares se detuvieron repentinamente cuando el Perú registró una de las tasas de mortalidad por COVID-19 más altas del mundo e impuso los confinamientos más estrictos. De acuerdo con el Ministerio de Salud, 3.5 millones de peruanos se contagiaron de COVID-19 entre 2020 y 2021, y más de 213,000 murieron por dicha causa, ubicando al Perú como el país con el porcentaje más alto (o el segundo con el porcentaje más alto) de muertes por COVID-19 per cápita en el mundo, con una tasa de 6,000 personas por millón de habitantes (Gráfico 5).6 Las estrictas medidas de cuarentena en el Perú alejaron a las personas de las actividades económicas y sociales, y la movilidad recién recuperó los niveles previos a la pandemia a mediados de 2022. Según las tendencias de movilidad de Google (Google Mobility Trends), las actividades del comercio minorista y recreación, actividades en parques y lugares de trabajo y el número de personas en estaciones de transporte público descendieron en al menos 72 por ciento.7 6. Según Our World in Data (Nuestro Mundo en Datos), el Perú figura primero entre los países con mayor número de muertes por millón de habitantes. Ver Coronavirus (COVID-19) Muertes (tablero de mando), Our World in Data, Global Change Data Lab, University of Oxford, Oxford, UK, https://ourworldindata.org/covid-deaths. Según estimados recientes en Lancet, el Perú aparece en segundo lugar, después de Bolivia. (COVID-19 Cumulative Infection Collaborators 2022). 7. Ver COVID-19: Google Mobility Trends (tablero de mando), Our World in Data, Global Change Data Lab, University of Oxford, Oxford, UK, https:// ourworldindata.org/covid-google-mobility-trends. Antes de la pandemia (2019) Pandemia (2020 - 2021) 0 200 400 600 800 1000 1200 1400 En e- 20 M ar -2 0 M ay -2 0 Ju l-2 0 Se t- 20 N ov -2 0 En e- 21 M ar -2 1 M ay -2 1 Ju l-2 1 Se t- 21 N ov -2 1 M ue rt es D ia ria s 2020 2021 1273 deaths 1097 deaths Gráfico 5. Exceso de muertes en 2020 y 2021 en relación a 2019 Fuentes: información del SINADEF. -100 -80 -60 -40 -20 0 20 40 60 2/ 17 /2 02 0 4/ 17 /2 02 0 6/ 17 /2 02 0 8/ 17 /2 02 0 10 /1 7/ 20 20 12 /1 7/ 20 20 2/ 17 /2 02 1 4/ 17 /2 02 1 6/ 17 /2 02 1 8/ 17 /2 02 1 10 /1 7/ 20 21 12 /1 7/ 20 21 2/ 17 /2 02 2 4/ 17 /2 02 2 Comercio minorista y recreación Bodegas y farmacias Residencial Tránsito Parques Lugares de trabajo Gráfico 6. Cambios de movilidad por categoría, 2020–22 Fuentes: COVID 19: Google Mobility Trends. 21Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Como resultado de la pandemia global y las estrictas medidas de confinamiento, la economía se contrajo 11 por ciento en 2020. Esta fue la caída más grande en los últimos 30 años y la mayor registrada en América Latina ese año. Los sectores más afectados fueron construcción, comercio y otros servicios. El PBI en estos sectores cayó en términos reales en 13.3 por ciento, 16.0 por ciento y 10.0 por ciento en 2020, respectivamente. Además, el empleo en estos sectores también cayó en 11.1 por ciento, 20.5 por ciento y 26.2 por ciento, respectivamente. La crisis borró en un solo año más de una década de progreso en la reducción de la pobreza, revelando la fragilidad de los logros sociales. En 2020, la tasa de pobreza nacional subió a 30.1 por ciento, equivalente al nivel de 2010. La tasa de pobreza extrema también se incrementó, de 2.9 por ciento en 2019 a 5.1 por ciento en 2020. Las difíciles condiciones del mercado laboral dieron lugar a menores ingresos laborales y menor gasto per cápita de los hogares. El ingreso laboral promedio se redujo en 21.0 por ciento y el gasto mensual per cápita de los hogares cayó en 15.9 por ciento.8 La calidad de los trabajos también bajó. El porcentaje de trabajadores con empleos adecuados descendió de 55.8 por ciento en 2019 a 45.5 por ciento en 2020.9 Los efectos negativos fueron más pronunciados entre las personas en el nivel más bajo de la distribución de ingresos. Para 2022, dos años después del inicio de la pandemia, la actividad económica se ha recuperado, pero los hogares perciben menos ingresos laborales y la calidad del empleo es menor. El PBI creció a una tasa de 13.4 por ciento en 2021 y 2.7 por ciento en 2022, volviendo a la tasa de crecimiento del 2019. Sin embargo, entre 2019 y 2021, la tasa de informalidad pasó de 72.7 por ciento a 76.8 por ciento, lo que representa 693,500 nuevos trabajos informales. El ingreso laboral mensual promedio todavía era 5 por ciento más bajo en 2021 que antes de la pandemia y el gasto fue en promedio 3 por ciento más bajo en 2021 que antes de la pandemia. Los ingresos no protegieron a los peruanos de los choques de salud por la COVID-19 Para entender los impactos distributivos de las defunciones por la COVID-19, se realizó un emparejamiento novedoso entre diversos conjuntos de datos. Los fallecimientos en el Perú se reportan al Sistema Informático Nacional de Defunciones (SINADEF), junto con algunas características socioeconómicas como fecha de defunción, sexo, lugar de residencia, estado civil y nivel educativo.10 Sin embargo, no existe información sobre los ingresos o gastos de los hogares de los fallecidos, variables cruciales para el cálculo de la incidencia distributiva. La Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) contiene esta información. Por lo tanto, se realizó un ejercicio de emparejamiento para identificar las características socioeconómicas de las personas fallecidas y sus familias.11 Si bien hay consideraciones metodológicas respecto al análisis, los resultados –como mucho– subestiman la magnitud de las diferencias. La edad y la región de residencia explican la mayor parte de las diferencias en tasas de mortalidad, mientras que el ingreso no influyó en la probabilidad de morir de COVID-19. Un análisis de varianza sobre las tasas de mortalidad por características individuales muestra que la edad y la región de residencia son los principales determinantes de la probabilidad de morir de COVID-19. El Gráfico 7 muestra la descomposición del exceso de tasas de mortalidad por variable incluida en la estimación. 8. A precios constantes en el área de Lima Metropolitana en 2021 (INEI 2022a). 9. Un empleo de calidad, según el índice de calidad del empleo, es definido como un empleo con el que el trabajador percibe un ingreso suficiente (por encima de la línea de pobreza), beneficios (salud y jubilación), estabilidad (un contrato) y satisfacción (Gammarano 2020). 10. Ver SINADEF (Sistema Informático Nacional de Defunciones) (sitio web), Ministerio de Salud, Lima, Perú, https://www.minsa.gob.pe/defunciones/. 11. El detalle de la metodología y las limitaciones se puede encontrar en el capítulo 2 de la Evaluación de Pobreza y Equidad en el Perú del Banco Mundial, anexo B. 22 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú La edad de la población explica gran parte de la varianza en el exceso de mortalidad (cerca de 60 por ciento). Otro 7 por ciento se explica por las regiones donde vivían las personas. La educación y el sexo tuvieron poco poder explicativo y el ingreso no explicó nada de la varianza. Los peruanos por encima de los 40 años tuvieronuna probabilidad tres veces más alta de morir durante la pandemia que en un año normal, pero ésta se mantuvo por debajo del 1 por ciento, mientras que los peruanos por encima de los 65 años tuvieron una probabilidad dos veces más alta de morir durante la pandemia, y su tasa de mortalidad superó el 4 por ciento. Antes de la pandemia, se reportaron 24,000 muertes en el grupo de edad de 40–65 años, mientras que en 2021 fueron casi 72,000 muertes. Entre el grupo de 65+ años, se reportaron 72,000 muertes antes de la pandemia, mientras que en 2021 fueron 151,000. Las tasas de mortalidad fueron homogéneas a lo largo de la distribución de ingresos, pero se diferenciaron sobre todo por región de residencia. En la mayoría de regiones, la población urbana de 65 años o más no mostró diferencias en las tasas de mortalidad entre el quintil de gasto más alto y el quintil más bajo (Gráfico 8). La diferencia en las tasas de mortalidad fue mucho más notoria de una región a otra. El exceso de muertes en regiones como Piura duplicó las de Cajamarca y Huánuco y fue cuatro veces más alto que en Apurímac y Huancavelica, sin importar el nivel de ingresos de los hogares.12 El empleo no protegió por igual a los trabajadores de las pérdidas económicas Los trabajadores sufrieron pérdidas económicas de diferentes magnitudes, dependiendo de su situación laboral. En el pico de la pandemia (segundo trimestre de 2020) se perdieron aproximadamente 6.7 millones de trabajos.13 El impacto en el empleo fue heterogéneo y dependió sobre todo del nivel Gráfico 7. Análisis ANOVA: varianza en las tasas de mortalidad 0% H om br es 40 -6 4 añ os Re si du al In gr es os Re gi ón A lta m en te ca lif ic ad os 65 o m ás 10% 20% 30% 40% 50% 60% 0.7% 0.6% 0.6% 0.1% 21.5% 57.5% 7.4% 70% 80% 100% 90% Fuente: elaboración en base a información de la Encuesta Nacional de Hogares y el SINADEF. Gráfico 8. Exceso de muertes por 1,000 habitantes, población 65+, por región y quintil de gasto 0 5 10 15 20 25 30 35 40 Pi ur a La m ba ye qu e M ad re d e D io s C al la o Lo re to Li m a U ca ya li A nc as h Tu m be s La L ib er ta d C aj am ar ca H ua nu co Ic a* ** Sa n M ar tin Ta cn a A re qu ip a Pa sc o C uz co Pu no Ju ni n A ya cu ch o M oq ue gu a A pu rim ac H ua nc av el ic a A m az on as Personas mayores y urbanas Q1 Personas mayores y urbanas Q5 Fuente: Elaboración en base a información de la Encuesta Nacional de Hogares y el SINADEF. 12. Una mayor urbanización en ciudades grandes dentro de Piura en comparación con Apurímac y Cajamarca y un porcentaje más alto de personas mayores en una población podrían haber influido en las diferencias regionales. La COVID-19 se propagó más rápido en áreas densamente pobladas y las personas mayores estuvieron expuestas a mayor riesgo. Mayor información en la próxima Evaluación de la Pobreza en el Perú, capítulo 2. 13. INEI (2020b). 23Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú de formalidad e informalidad de los trabajadores y sus puestos. Por ejemplo, en el área de Lima Metropolitana, los trabajadores independientes y empleados en empresas con menos de 10 trabajadores (mayormente informales) mostraron la caída más pronunciada en el empleo (63 por ciento y 66 por ciento, respectivamente).14 Los trabajadores informales tuvieron 12.4 por ciento más probabilidades de quedar desempleados. Los trabajadores que dependían del transporte público, sobre todo en áreas urbanas, fueron particularmente afectados por la pandemia.15 Por el contrario, las personas que podían trabajar desde casa y tenían conectividad de internet (en su mayoría formales) fueron menos propensas a perder sus empleos en 2020. Los trabajadores ocupados en sectores esenciales tuvieron 22.2 por ciento más de probabilidades de conservar su empleo.16 Las mujeres y los jóvenes fueron desproporcionadamente afectados por las pérdidas económicas. Las mujeres tuvieron 9 por ciento más probabilidades de perder su trabajo17 Y también dejaron de trabajar a una tasa más alta que los hombres, en parte por cuidar a niños y personas mayores debido al cierre de escuelas y a un menor apoyo de los sistemas de atención y cuidado. El Gráfico 9 muestra que la caída en términos de participación laboral entre las mujeres, 11.2 puntos porcentuales, fue mayor que en el caso de los hombres, 8.6 puntos porcentuales. Esto coincide con la evidencia de la Encuesta Telefónica de Alta Frecuencia del Banco Mundial (High Frequency Phone Survey) 14. INEI (2020d). 15. (Cueva, Del Carpio y Winkler 2021). Los estimados son en base al componente longitudinal de la Encuesta Nacional de Hogares (2020). La probabilidad de que las mujeres pierdan su trabajo está en función de las características que permiten que los empleados puedan trabajar desde la casa y de las características individuales como grupo de edad, residencia urbana o rural y nivel educativo. 16. Los estimados son en base al componente longitudinal de la ENAHO (2020). La probabilidad de que las mujeres pierdan su trabajo está en función de las características que permiten que los empleados puedan trabajar desde la casa y de las características individuales como grupo de edad, residencia urbana o rural y nivel educativo (Cueva, Del Carpio y Winkler 2021). 17. Cueva, Del Carpio y Winkler (2021). 18. La Encuesta Telefónica de Alta Frecuencia fue un instrumento implementado en medio de la pandemia por el Banco Mundial, en un esfuerzo en conjunto con oficinas estadísticas de América Latina y el Caribe y otras regiones (Mejía-Mantilla et al. 2021). Las encuestas se llevaban a cabo por teléfono en un formato de panel en tres olas. En promedio, se desarrollaron mil entrevistas en cada país durante cada ola. Las encuestas recogían información sobre múltiples dimensiones, tales como cambios en empleo e ingresos, la prevalencia de seguridad alimentaria, acceso a servicios de salud, educación y financieros, mecanismos de afrontamiento, etc. realizada durante la pandemia, que reportó que el 31 por ciento de las mujeres tenía mayor carga de trabajo doméstico en comparación con el 20 por ciento de hombres.18 Los jóvenes (14–24 años) también perdieron sus trabajos a tasas más elevadas. El Gráfico 10 muestra que la tasa de desempleo entre los jóvenes en Lima Metropolitana se duplicó entre 2019 y 2020. También aumentó más que la tasa entre los adultos: 20 puntos porcentuales entre los jóvenes, en comparación con 10 puntos porcentuales entre los adultos. Además, la tasa de informalidad entre los jóvenes, que ya era 8 puntos porcentuales más alta que la de los adultos, aumentó durante la pandemia. Gráfico 9. Participación en la fuerza laboral, por sexo, 2004–21 Población total de 14 años o más, % 77.7% 69.5% 78.1% 61.1% 50.3% 61.5% 45% 50% 55% 60% 65% 70% 75% 80% 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08 20 09 20 10 20 11 20 12 20 17 20 18 20 19 20 20 20 21 20 13 20 14 20 15 20 16 Hombre Mujer Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares. 24 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Las transferencias sirvieron parcialmente para amortiguar la reducción del ingreso laboral. El gráfico 11 muestra que, para los hogares en el decil inferior, las transferencias representaron más de un tercio del ingreso per cápita en 2020, un incremento de 26 puntos porcentuales en relación a un año regular sin pandemia (2019). Para los hogares en el decil superior, las transferencias representaron únicamente el 3 por ciento de sus ingresos en 2019 y 2020. El Gráfico 12 muestra un patrón similar. El ingreso laboral per cápita disminuyó a lo largo de todos los deciles en alrededor de 9 por ciento. Sin embargo, el ingreso no laboral per cápita (que incluye transferencias) subió 6 por ciento entre los deciles más bajos, lo que mitigó la caída del ingresototal per cápita entre los hogares pobres. Si bien las transferencias sirvieron como amortiguador y estuvieron focalizadas, no fueron lo suficientemente grandes para contrarrestar la magnitud sin precedentes del choque económico y los pobres igualmente experimentaron una disminución de sus ingresos, lo que llevó a más personas a caer en la pobreza. 19. Según el Ministerio de Economía y Finanzas, las medidas fiscales y de gasto público representan el 7.8 por ciento del PBI. 20. Las transferencias de efectivo para mitigar la pandemia fueron el bono para hogares en extrema pobreza, el bono independiente, el bono rural, el bono familiar universal, el Bono 600 y el Bono Yanapay (Gob.pe 2021). La respuesta del gobierno solo mitigó parcialmente los efectos de la COVID-19 En respuesta a la pérdida de empleo e ingresos, el gobierno implementó importantes transferencias de efectivo para las personas pobres y vulnerables. Entre marzo de 2020 y setiembre de 2021, el gobierno puso en marcha uno de los mayores planes económicos de la región, que ascendió a 21.6 por ciento del PBI. Éste consistió en la inyección de liquidez para empresas a través de préstamos garantizados, transferencias de efectivo a grupos vulnerables, mayor gasto en bienes y servicios y la flexibilización del acceso a cuentas de ahorro por tiempo de servicio y cuentas de pensión privada.19 Se lanzaron un total de seis programas de transferencias de efectivo para mitigar los efectos de la pandemia.20 En total, el 72.6 por ciento de los hogares recibió al menos un tipo de beneficio. La incidencia entre los hogares pobres fue de 84.1 por ciento, mientras que entre los hogares en pobreza extrema fue de 85.7 por ciento. Fuente: Información del Banco Central de Reserva del Perú. Gráfico 10. Lima Metropolitana: tasa de desempleo, por grupo de edad, 2004–21 Media móvil tres meses, % 0 5 10 15 20 25 30 35 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08 20 09 20 10 20 11 20 12 20 13 20 14 20 15 20 16 20 17 20 18 20 19 20 20 20 21 14-24 24-44 Mayores de 45 años 3% 36% 20% 3% 0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35% 40% 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 P or ce nt aj e de l i ng re so to ta l p er c áp ita Deciles de ingreso total per cápita 2019 2020 2021 10% Gráfico 11. Transferencias sociales per cápita 2019–21 % del ingreso total per cápita de los hogares Fuente: Estimados en base a información de la SEDLAC. Nota: Las transferencias incluyen tanto transferencias de efectivo condicionadas y no condicionadas. Los ingresos totales per cápita excluyen el alquiler imputado. 25Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Gráfico 12. Curva de incidencia de crecimiento, por componente de ingreso, 2019–21 -3.3 -8.8 -9.0 -8.1 6.3 -11.8 -15 -10 -5 0 5 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 C re ci m ie nt o an ua liz ad o (% ) Deciles de ingreso total per cápita de los hogares Total per cápita de los hogares Laboral per cápita No laboral per cápita Fuente: Estimados en base a información de la SEDLAC. Nota: Los ingresos totales per cápita excluyen el alquiler imputado. Los ingresos no laborales incluyen transferencias, pensiones, ingresos de capital y otras fuentes de ingresos, tales como donaciones. Sin la respuesta del gobierno, la pandemia podría haber sido más devastadora en términos de pobreza, especialmente para la población rural y la población indígena y afroperuana.21 Las estimaciones en base a información de la ENAHO de 2020 muestran que la tasa de pobreza podría haber sido 3.6 puntos porcentuales más alta sin las transferencias del gobierno.22 La tasa de pobreza en áreas urbanas habría sido 3 puntos porcentuales más alta, mientras que en áreas rurales habría sido cerca de 5.5 puntos porcentuales mayor. Si bien las medidas de mitigación más importantes se dieron en 2020, el gobierno continuó con sus esfuerzos en 2021. El Bono Yanapay cubrió al 67 por ciento del total de hogares. De no ser por estos beneficios, en 2021 las tasas de pobreza nacional y urbana podrían haber sido 2 puntos porcentuales más altas, mientras que en áreas rurales ésta habría alcanzado casi 3 puntos porcentuales más. Los beneficios también ayudaron a evitar mayores impactos de pobreza en la población indígena y afroperuana, ya que las medidas de mitigación previnieron incrementos adicionales de 3.3 y 2.4 puntos porcentuales en la tasa de pobreza en los años 2020 y 2021, respectivamente.23 La pobreza se ha vuelto más urbana que nunca antes Luego de la crisis, la pobreza se ha vuelto predominantemente urbana. La tendencia hacia la urbanización de la pobreza empezó antes de la crisis de la COVID-19. Sin embargo, el proceso se aceleró con la pandemia. De 2013 en adelante, el Perú experimentó un proceso de urbanización de la pobreza, ya que el porcentaje de personas pobres que viven en áreas urbanas aumentó a más del 50 por ciento. Para 2019, las áreas urbanas representaban el 56.7 por ciento del total de personas pobres. Debido a la pandemia, el porcentaje aumentó de manera significativa a 68.7 por ciento en 2021 (Gráfico 14). Esto es consistente con el hecho de que la densidad poblacional en áreas urbanas generó un riesgo más alto de contagio y una mayor necesidad de medidas de contención. Mientras tanto, los niveles de la pobreza rural ya se han recuperado, mientras que pobreza urbana está impulsando el estancamiento en la reducción de la pobreza. La pobreza urbana está concentrada en Lima (24 por ciento de pobres), y Lima junto con las otras 12 ciudades más grandes del país, representan el 40 por ciento de toda la población pobre (Gráfico 15). La urbanización de la pobreza y su concentración en núcleos urbanos demandan una estrategia actualizada para reducir la pobreza. La desaceleración de la actividad económica, los choques externos, la baja productividad y la alta informalidad en el mercado laboral, así como la migración a nivel nacional e internacional son algunos de los principales factores asociados con el aumento de la pobreza y la vulnerabilidad urbana (Recuadro 1). 21. Una persona es considerada indígena o afroperuana si vive en un hogar donde el jefe de familia considera que la familia es quechua, aimara, amazónica o afrodescendiente en virtud de sus costumbres o ancestros. 22. Estimados usando la línea internacional de pobreza de paridad de poder adquisitivo (PPA) de $6.85 por día de 2017 y ENAHO. 23. Estimados usando la línea internacional de pobreza de PPA de $6.85 por día de 2017. 26 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú 47% 57% 68% 40% 45% 50% 55% 60% 65% 70% 75% 0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08 20 09 20 10 20 11 20 12 20 13 20 14 20 15 20 16 20 17 20 18 20 19 20 20 20 21 Po br ez a ur ba na (p or ce nt aj e to ta l d e po br es ) Ta sa d e po br ez a Tasa de pobreza rural Tasa de pobreza urbana Pobres urbanos (porcentaje de pobres totales), eje derecho Gráfico 13. La urbanización de la pobreza: pobreza por área, 2004–21 % de la población total, porcentaje total de pobres Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares. Gráfico 14. Porcentaje de personas pobres, por área urbana y rural, 2021 % total de pobres 27% 12% 21% 24% 3% 3% 3% Otros urbanos Lima Tacna Iquitos Cusco Chiclayo Chimbote Cajamarca Pucallpa Huancayo Callao Trujillo Piura Arequipa Rural Semi urbano Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares. Nota: La información de personas pobres por distrito proviene de estimados de áreas pequeñas en base a la Encuesta Nacional de Hogares de 2017 y 2021 y el censo de 2017. En el caso de las 13 ciudades más grandes, los distritos están agrupados a nivel de ciudad. Los demás distritos se agrupan como otras áreas urbanas, áreas semiurbanas y áreas rural, de acuerdo a la definición del Instituto Nacional deEstadística e Informática. Recuadro 1. Migración venezolana en el Perú Alrededor de 6.8 millones de personas han abandonado la República Bolivariana de Venezuela para escapar de la crisis económica, social y política; estos migrantes representan la segunda crisis de desplazamiento externo más grande del mundo.a Después de Colombia, el Perú ha recibido más migrantes y refugiados venezolanos que cualquier otro país de la región y es el primero en el número de solicitantes de refugio. Aproximadamente 1.4 millones de migrantes y refugiados venezolanos vivían en el Perú en 2022 (R4V 2023). La población de migrantes y refugiados se ha establecido sobre todo en la costa y cerca del 84 por ciento en Lima y Callao. a. “Situación de Venezuela,” Emergencias, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Ginebra, https://www.acnur.org/situacion- en-venezuela.html. 27Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú El flujo de migrantes y refugiados venezolanos representó un reto importante para la provisión de servicios públicos, en particular en áreas con mayor concentración de migrantes. En respuesta, los sistemas de educación y salud pública tuvieron que realizar esfuerzos orientados a satisfacer el aumento de la demanda. En 2019, se estimaba que el sistema de educación pública necesitaría 118,000 espacios adicionales para acomodar a los estudiantes venezolanos, de los cuales solo 35,000 estaban asistiendo a la escuela en ese momento. Los migrantes y refugiados venezolanos registrados que llegan al Perú tienen en promedio un mayor nivel educativo que los peruanos. Sin embargo, su ingreso al mercado laboral se ha dado en condiciones desfavorables y con cierto grado de problemas en el emparejamiento de habilidades.b Los trabajadores venezolanos ganaban 37 por ciento menos por hora en comparación con los trabajadores peruanos con funciones similares. La mayoría de trabajadores venezolanos dependientes no tenía contrato y trabajaba en empresas pequeñas. Así, no contaban con un seguro de salud por sus empleos. La vulnerabilidad de sus trabajos se explica sobre todo por su situación migratoria y su limitada capacidad para homologar sus títulos. Los migrantes y refugiados venezolanos parecen haber sido afectados por la pandemia más seriamente que los peruanos. La concentración de migrantes y refugiados venezolanos en áreas urbanas aumentó su exposición al COVID-19. De igual modo, la mayor incidencia de pobreza y una menor base de activos productivos entre ellos antes de la pandemia (18 por ciento en comparación al 13 por ciento entre los peruanos en regiones similares) limitaron su capacidad para hacer frente a la crisis. Los migrantes y refugiados venezolanos enfrentaron la pandemia bajo condiciones laborales y de vivienda más vulnerables, con menos acceso al seguro de salud. Además, ellos no eran elegibles para recibir transferencias de efectivo del gobierno para protegerlos contra los choques de ingresos asociados con la crisis de la COVID-19. b. Esto según resultados de la encuesta dirigida a la población venezolana residente en Perú en 2018 (INEI 2022b). Los pobres urbanos poseen significativamente menos activos productivos y tienen menos acceso a servicios y mercados en comparación con la población no pobre. En 2021, los pobres urbanos eran más vulnerables y tenían menos capital humano, físico e institucional que los no pobres urbanos (Gráfico 15). Por ejemplo, el porcentaje de pobres urbanos en hogares cuyos jefes del hogar cuentan con educación superior es de solo 12 por ciento, mientras que la proporción correspondiente entre los hogares no pobres es de 33 por ciento. Asimismo, solo el 68 por ciento de los pobres urbanos tiene acceso al agua, saneamiento y electricidad, mientras que el porcentaje correspondiente entre los no pobres es de 82 por ciento. Los pobres urbanos también carecen de acceso a internet. Solo el 42 por ciento de los pobres urbanos tiene acceso a internet, en comparación con el 67 por ciento de los no pobres. Los pobres urbanos tienen menos acceso a títulos de propiedad y servicios financieros (36 y 38 por ciento respectivamente), mientras que entre los no pobres 49 por ciento y 55 por ciento tienen acceso a títulos de propiedad y servicios financieros, respectivamente. Los pobres y no pobres urbanos exhiben tasas 28 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú similares de atención en centros de salud, pero la baja afiliación a un sistema de pensión y la presencia de tasas más altas de informalidad y de empleo independiente entre las personas pobres significa que tienen mayores privaciones en cuanto al acceso a protección social y a los mercados financieros y laborales.24 24. Lavado y Miranda (2022). Gráfico 15. Características de la población urbana, por situación de pobreza, 2021 % de la población No pobre Pobre Tasa de dependencia Nivel superior (Cabeza fam.) Agua, saneamiento y electricidad Internet Vehículos Título de propiedadAlgún servicio financiero Asiste a centro de salud Afiliación a sistema de pensiones Informalidad Trabajo independiente 0 20 40 60 80 100 Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares. Nota: El ratio de dependencia es la proporción de personas que generan ingresos en el hogar en relación a todos los miembros del hogar. Gráfico 16. Características de las personas en situación de pobreza, por ubicación, 2021 % de la población 53% 26% 99% 19% 19% 10% 16% 88% 10% 17% Agricultura Trabajo independiente Informalidad Sin acceso a servicios de salud* Al menos un niño en edad escolar no matriculado Urbano Rural Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares. Nota: En caso de enfermedad o accidente, los pobres tienden a absteerse de usar los servicios de salud debido a que carecen de dinero o seguro de salud o porque el centro de salud más cercano está ubicado a gran distancia. Los pobres urbanos están mejor que los pobres rurales. En comparación con los pobres urbanos, los pobres rurales sufren más privaciones y trabajan en empleos más vulnerables (Gráfico 16). En algunos indicadores, las diferencias no son significativas. Por ejemplo, el porcentaje de la población con al menos un hijo que no asiste a la escuela es de 17 por ciento en áreas urbanas y de 19 por ciento en áreas rurales. Otros indicadores son mucho más determinantes. Por ejemplo, el 53 por ciento de los pobres rurales trabaja en agricultura, mientras que solo el 10 por ciento de los pobres urbanos está empleado en este sector. Los pobres rurales enfrentan restricciones mucho mayores en el acceso a servicios de salud. La población urbana tiene casi el doble de probabilidades de recibir atención en un centro de salud cuando lo necesita que la población rural. Debido a la pandemia, tanto las personas pobres como las no pobres en áreas urbanas experimentaron pérdidas que representaron retrocesos en relación con la situación de casi una década antes. Si bien las mejoras de la última década han sido sustanciales, los pobres urbanos siguen siendo más vulnerables y poseen menos capital humano, físico e institucional que los no pobres urbanos. La Tabla 1 muestra que la acumulación de activos y acceso a servicios 29Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú entre los no pobres urbanos ha empeorado en ciertas áreas. Por ejemplo, entre los no pobres urbanos, en 2021, la proporción de hogares cuyos jefes habían alcanzado educación superior, los miembros que tenían acceso a sistemas de pensión y la población que residía en viviendas con títulos de propiedad descendió por debajo de los niveles de casi una década atrás.25 Las personas pobres también experimentaron un revés similar en comparación con los niveles de una década atrás. Para 2021, la incidencia del empleo independiente era mayor y la posesión de títulos de propiedad era menoscomún entre los pobres urbanos que en 2013. Asimismo, mientras que la informalidad disminuyó entre los pobres urbanos, esta aumentó entre los no pobres urbanos. La tasa de vulnerabilidad alcanzó su pico y estuvo concentrada en núcleos urbanos A lo largo de las dos décadas pasadas, la vulnerabilidad ha ido aumentando y poniendo en riesgo el progreso que se había logrado. Para 2021, cerca del 40 por ciento de la población estaba en riesgo de caer en la pobreza, el mayor porcentaje desde 2004. Si se mide la vulnerabilidad usando la línea de pobreza internacional de países de ingreso medio para ingresos per cápita entre US$6.85 y US$14.00 por día en paridad de poder adquisitivo (PPA) de 2017, la tasa de vulnerabilidad se elevó de 26 por ciento 25. Según estimados en base a información de la ENAHO, la reducción del porcentaje de la población que reside en viviendas donde tenían títulos de propiedad puede explicarse por la disminución del porcentaje de la población que vive en sus propiedades (con o sin préstamo hipotecario). Esto concuerda con la urbanización de la pobreza y el aumento del número de personas que viven en pobreza a causa de la pandemia. 26. Estimados usando información de la SEDLAC y definiciones de ingreso y líneas de pobreza internacional actualizadas. Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares. Nota: La información sobre inclusión financiera corresponde a 2015. Tabla 1. Perfil de la población no pobre y pobre urbana, 2013 y 2021 % del total Indicador 2013* 2021 2021 vs 2013 No pobre Pobre 62.3 46.9 68.0 54.6 33.7 9.5 32.8 12.3 80.0 59.3 82.1 68.1 36.5 6.9 67.3 41.7 23.6 9.4 23.1 13.0 56.7 45.8 49.4 35.7 52.6 36.5 55.3 38.0 86.9 72.9 92.8 89.9 43.8 17.5 43.3 25.8 63.5 89.2 68.4 87.7 31.6 40.5 36.4 41.8 Tasa de dependencia Jefe del hogar con educ. sup. Agua, saneamiento y electricidad Acceso a Internet Vehículo propio Título de propiedad Algún servicio financiero Asistencia a un centro de salud Afiliación a sistema de pensión Informalidad Trabajo independiente No pobre PobreNo pobre Pobre en 2004 a 39 por ciento en 2021.26 Si bien la tasa de pobreza disminuyó a lo largo del periodo, las personas que salieron de la pobreza no lograron alcanzar un nivel muy por encima de la línea de pobreza y eran, por lo tanto, vulnerables a caer en la pobreza en el evento de un choque (Gráfico 17). Esta alta tasa de vulnerabilidad desencadenó la pérdida de 10 años de progreso social durante la COVID-19, lo que representó un mayor retroceso en el caso del Perú que en el resto de la región de América Latina y el Caribe. Según estimaciones usando información de la SEDLAC y la línea de vulnerabilidad internacional de países de ingreso medio (ingresos entre US$6.85 y US$14.00 por día), el porcentaje de personas vulnerables en el 30 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Perú es similar al porcentaje en El Salvador (39 por ciento), pero mucho mayor que los porcentajes entre sus pares regionales, como Bolivia y Colombia (31 por ciento), Ecuador (34 por ciento) y México (37 por ciento). Entre 2019 y 2021, el porcentaje de personas vulnerables en el Perú aumentó en 2 puntos porcentuales, un incremento únicamente por debajo del aumento mostrado por Dominica, Panamá y Paraguay, donde el porcentaje de personas vulnerables aumentó en 3 puntos porcentuales.27 27. Estadísticas basadas en definiciones e información de la SEDLAC sobre Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Dominica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay y Uruguay.es de ingreso y líneas de pobreza internacional actualizadas. Gráfico 17. Personas pobres (US$6.85) y vulnerables (US$6.85–US$14.00), 2004–21 % de la población total Fuente: Estimación de pobreza y vulnerabilidad usando información de la SEDLAC y líneas de pobreza internacional. Fuente: Estimación de pobreza y vulnerabilidad usando información de la SEDLAC y líneas de pobreza internacional. 26 25 28 29 32 32 34 35 35 36 36 37 36 35 37 37 35 39 - 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 20 04 20 05 20 06 20 07 20 08 20 09 20 10 20 11 20 12 20 13 20 14 20 15 20 16 20 17 20 18 20 19 20 20 20 21 Pobres ($6.85) Vulnerables ($6.85 - $14) Mapa 1. Vulnerabilidad por distrito, 2021 % de la población total 20,00-380,000 10,000-20,000 2,000-10,000 0-2,000 Población vulnerable La vulnerabilidad a la pobreza varía ampliamente en todo el Perú. Para determinar la dispersión geográfica de la vulnerabilidad, el análisis debe extenderse más allá del agregado geográfico de departamentos. Estimar la pobreza y la vulnerabilidad en unidades administrativas más pequeñas es un camino para entender las dinámicas del bienestar de manera más precisa. En el caso del Perú, la encuesta de la ENAHO solo puede producir estimados estadísticamente representativos a nivel de departamentos. Es posible que este nivel de resolución espacial no sea suficientemente granular, particularmente en contextos donde los programas de asistencia social requieren el cruce de información más detallada de datos administrativos y fuentes de detección a distancia para entender los retos existentes y emergentes a los que se enfrentan los hogares. Las técnicas de mapeo de la pobreza permiten estimar la proporción de hogares que viven por debajo de la línea de pobreza en unidades administrativas más pequeñas en base a información del censo nacional en lugar de mediciones directas, las mismas que no suelen estar disponibles. 31Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú Al aplicarse y extenderse las técnicas de mapeo de la pobreza se puede estimar el porcentaje de hogares vulnerables a nivel distrital, lo que proporciona información valiosa acerca de las áreas donde los hogares necesitan asistencia adicional.28 A diferencia de las tasas de vulnerabilidad medidas utilizando líneas internacionales de pobreza, las tasas de vulnerabilidad que se miden a nivel distrital pueden definirse como la vulnerabilidad de caer en la pobreza (vulnerabilidad inducida por riesgo) o la vulnerabilidad de seguir siendo pobre (vulnerabilidad inducida por pobreza), dada la disponibilidad de información a mayor detalle.29 Entre 2017 y 2021, la tasa total de vulnerabilidad en el Perú se elevó de 28.2 por ciento a 37.4 por ciento, con amplias variaciones espaciales entre distritos y regiones. En base a sus tasas de vulnerabilidad, los distritos pueden dividirse en tres grandes grupos: los de baja vulnerabilidad, alta vulnerabilidad y los de pobreza crónica. Los distritos en el primer grupo exhiben niveles bajos de vulnerabilidad inducida por la pobreza y pocos hogares en riesgo de pobreza. Por el contrario, a pesar de las tasas de pobreza relativamente bajas, los distritos en el grupo de alta vulnerabilidad presentan altos niveles de volatilidad de ingresos. Los distritos con pobreza crónica tienen niveles de pobreza altos y, por su propia naturaleza, pocos hogares en riesgo de pobreza. Se pueden encontrar bolsones de vulnerabilidad en distritos de las tres macro regiones del Perú, particularmente en la costa norte y central, la sierra central y la selva amazónica. Los mayores bolsones de vulnerabilidad se encuentran en Lima, concretamente, en los distritos de Ate, Comas, San Juan de Lurigancho y San Martín de Porres. Estos cuatro distritos albergan a 1.2 millones de 28. Puede encontrarse información más detallada sobre datos y metodología en la próxima Evaluación de la Pobreza en el Perú del Banco Mundial, capítulo 4. 29. Puede encontrarse más información sobre la metodología usada para estimar la vulnerabilidad, así como los resultados en la próxima Evaluación de la Pobreza en el Perú del Banco Mundial, capítulo 4. 30. Las áreas urbanas, semiurbanas y rurales se identifican
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