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2 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
El presente volumen ha sido producido por personal del Banco Internacional 
de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial. Los resultados, interpretaciones 
y conclusiones expresados no necesariamente reflejan la opinión de los 
directores ejecutivos del Banco Mundial ni de los Gobiernos que representan. 
Derechos y permisos 
El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial fomenta 
la difusión de su trabajo y permite la reproducción de partes de este libro, 
siempre y cuando se cite la fuente. 
Atribuciones 
Banco Mundial (2023). Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad 
en el Perú. Oficina de Lima, Perú: Grupo Banco Mundial.
Ilustraciones y diseño
Ximena Collado
Diseño interno y diagramación 
David Maxi
Impresión
Primera edición, abril del 2023
Tiraje: 200 ejemplares
Imprenta: Vertice Preprensa Digital SAC
RUC 20477865098
Av. Boulevard No. 1040, Urb. El Artesano, Ate
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2023-03431 
Copyright @ 2023 por Banco 
Internacional de Reconstrucción 
y Fomento Banco Mundial
Banco Mundial
Oficina en el Perú.
Av. Álvarez Calderón 185,
piso 7, San Isidro
(511) 622-2300
www.bancomundial.org.pe
3Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Tabla de Contenidos
4 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Tabla de gráficos, figuras y mapas
Agradecimientos
Resumen Ejecutivo
1. Pobreza y desigualdad despúes de la crisis
2. ¿Qué explica la fragilidad del Perú en cuanto a logros sociales?
a. A pesar de las mejoras en el acceso a servicios públicos, el acceso y la calidad son inadecuados
b. A pesar de algunas mejoras en el mercado laboral, la calidad del empleo es baja
c. Sistema de tributación y transferencias: capacidad limitada de redistribución
 
d. Exposición excesiva a los choques, especialmente a los desastres naturales, en la población
 
 más pobre y vulnerable
3. ¿De qué manera puede el Perú reducir la fragilidad de los logros sociales? 
 
Referencias
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5Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Tabla de gráficos,
figuras y 
mapas
6 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Gráfico 1. Tasa de pobreza nacional y tasa de pobreza extrema, 2012-21
Gráfico 2. Pobreza nacional por región natural, 2019–21
Gráfico 3. Tasa de crecimiento promedio anual del gasto per cápita, 2004–13 and 2013–19
Gráfico 4. Curvas de incidencia de crecimiento, a nivel nacional, urbano y rural, 2004–19
Gráfico 5. Exceso de muertes en 2020 y 2021 en relación a 2019
Gráfico 6. Cambios de movilidad por categoría, 2020–22 
Gráfico 7. Análisis ANOVA: varianza en las tasas de mortalidad
Gráfico 8. Exceso de muertes por 1,000, población 65+, por región y quintil de gasto 
Gráfico 9. Participación en la fuerza laboral, por sexo, 2004–21
Gráfico 10. Lima Metropolitana: tasa de desempleo, por grupo de edad, 2004–21
Gráfico 11. Transferencias sociales per cápita, 2019–21 
Gráfico 12. Curva de incidencia de crecimiento, por componente de ingreso, 2019–21 
Gráfico 13. La urbanización de la pobreza: pobreza por área, 2004–21
Gráfico 14. Porcentaje de personas pobres, por área urbana y rural, 2021 
Gráfico 15. Características de la población urbana, por situación de pobreza, 2021 
Gráfico 16. Características de las personas en situación de pobreza, por ubicación, 2021 
Tabla 1. Perfil de la población urbana pobre y no pobre, 2013 y 2021
Gráfico 17. Personas pobres (US$6.85) y vulnerables (US$6.85–US$14.00), 2004–21 
Mapa 1. Vulnerabilidad por distrito, 2021
Gráfico 18. Respuestas a desastres naturales, por gasto per cápita y quintil, 2021
Gráfico 19. Cobertura de seguro y cuidado de la salud, 2019–21
Gráfico 20. Características de la población, por autoidentificación con grupos étnicos, 2021 
Gráfico 21. Distribución laboral, por sexo y tipo de empleo, 2021
Gráfico 22. Distribución laboral, por sexo y tipo de empleo, 2021
Gráfico 23. Distribución laboral, por sexo y situación de empleo o desempleo, 2021 
Gráfico 24. Tasa de pobreza, por composición de los hogares, 2021 
Gráfico 25. Composición de los hogares, por situación de pobreza, 2021
Gráfico 26. Contribución relativa del crecimiento y la redistribución a la reducción de la pobreza 
Gráfico 27. Crecimiento del PBI y reducción de la pobreza, 2005–21
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7Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Gráfico 28. Inflación del índice de precios al consumidor, por componente
Gráfico 29. Cambios esperados en pobreza ($6.85), 2022 con y sin crisis inflacionaria 
Tabla 2. Perfil de los nuevos pobres y los nuevos vulnerables por la inflación adicional
Gráfico 30. Hogares con acceso a un paquete de servicios básicos, 2004, 2013, 2021
Gráfico 31. Hogares con acceso a un paquete de servicios básicos, por ubicación rural o urbana, 2021
Gráfico 32. Índice de pobreza multidimensional: acceso a servicios, 2004–21
Gráfico 33. Calidad del acceso al agua, educación y salud 
Mapa 2. Médicos por cada 10,000 habitantes, por región, 2021
Mapa 3. Desempeño satisfactorio en lectura y matemáticas, 2019 
Gráfico 34. Descomposición de ingresos, por componente de ingresos (PPA 2017), 2004–21
Gráfico 35. Comparación de productividad laboral
Gráfico 36. Productividad, por tamaño de empresa, 2018
Gráfico 37. Empleo, por tipo, 2004-2021 
Gráfico 38. Informalidad laboral, por sector, 2007-2021
Gráfico 39. Índice de calidad laboral, por país, 2019–21
Gráfico 40. Índice Gini por concepto de ingreso
Gráfico 41. Efecto redistributivo del ingreso de mercado al ingreso consumible
Gráfico 42. América Latina y el Caribe: ingresos fiscales generales, 2021
Gráfico 43. América Latina y el Caribe: gastos generales gubernamentales, 2021 
Gráfico 44. Efectos directos e indirectos del IGV por decil de ingresos de mercado per cápita, 2019 
Gráfico 45. Exoneración del IGV y efectos del mercado informal, por decil de ingresos de mercado per
cápita, 2019
Gráfico 46. Ingresos fiscales y gastos: incidencia y porcentajes de concentración
Gráfico 47. Choques reportados, por quintil de gasto per cápita y área, 2021
Gráfico 48. Transiciones dentro y fuera de la pobreza, 2017–18
Gráfico 49. Olas de calor y tasa de pobreza, área de Lima Metropolitana
Mapa 4. Olas de calor y tasa de pobreza, área de Lima Metropolitana
Gráfico 50. Cambios proyectados en la temperatura futura, por categoría de distrito 
Gráfico 51. Caídas proyectadas en las precipitaciones a 2050, por categoría de distrito
Gráfico 52. Las políticas necesarias para un sistema adaptativo y resiliente de protección social
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8 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Agradecimientos
El informe de Evaluación de Pobreza y Equidad en 
el Perú ha sido elaborado por un equipo dirigido 
por Carlos Rodríguez-Castelán. El equipo central 
estuvo compuesto por Luciana de la Flor Giuffra 
y Yulia Daniela Valdivia Rivera, con importantes 
contribuciones de Oscar Eduardo Barriga 
Canabillas, Julian Arteaga, Carmen de Paz, Benny 
Istanto, Koichi Ito, Miriam Müller y Hernan Jorge 
Winkler.
Este trabajo ha sido elaborado a pedido y bajo la 
dirección del Banco Mundial. El equipo agradece a 
Marianne Fay (Directora de país, LCC6C), Ximena 
Del Carpio (Gerente de la Práctica, ESAPV), Luis 
Felipe López-Calva (Director Global, EPVDR) y 
Robert Taliercio (Director Regional, GPVDR) por el 
apoyo y ladirección permanente proporcionados 
durante la preparación de la Evaluación de 
Pobreza y Equidad en el Perú.
Los documentos de investigación utilizados en 
este informe fueron elaborados por Fernando 
Aragón y Hernan Winkler, “The Long-Term Impact 
of a Resource-Based Fiscal Windfall: Evidence 
from the Peruvian Canon”; Florencia Pinto, Yulia 
Valdivia y Hernan Winkler, “Is the Enforcement of 
Labor Regulations Effective in Promoting Formal 
Employment? The Peruvian Case”; y Yulia Valdivia, 
“The CEQ Assessment for Peru 2019”.
El equipo agradece los valiosos comentarios 
ofrecidos por Ekaterina Vostroknutova 
(Economista Líder, ELCMU), Nancy Lozano 
(Economista Líder, SLCDR) y María Eugenia 
Genoni (Economista Senior, EMNPV).
Se han recibido comentarios detallados, 
sugerencias y observaciones de Daniel Barco 
(Economista Senior, ELCMU), Gaston Mariano 
Blanco (Especialista Senior en Protección Social, 
HLCSP), Bledi Celiku (Economista Senior, ELCMU), 
Tanja K. Goodwin (Economista Senior de País, 
ELCDR), Gabriel Lara Ibarra (Economista Senior, 
ELCPV), María Ana Lugo (Economista Senior, 
EEAPV), Eduardo Alonso Malasquez Carbonel 
(Economista Senior, EAWPV), Ursula Milagros 
Martinez Angulo (Especialista en Protección 
Social, HLCSP), Hugo Rolando Ñopo Aguilar 
(Economista Senior, ELCPV), Truman Packard 
(Líder de la Práctica, HLCDR), Jun Rentschler 
(Economista Senior, GGSCE), James Robert 
Ezequiel Sampi Bravo (Economista, GGEVP) y 
Maria Laura Sanchez Puerta (Economista Líder, 
Líder del Programa, HLCDR). Pablo Lavado, 
Oswaldo Molina y Carolina Trivelli han ofrecido 
comentarios en su calidad de lectores externos. El 
equipo también contó con el invalorable apoyo de 
Desiree Gonzalez.
9Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Resumen Ejecutivo
10 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
El Perú ha sido uno de los países más 
afectados por la pandemia de la COVID-19 
en términos de impactos económicos y de 
salud, y del deterioro de las mejoras sociales 
alcanzadas durante la década anterior. A julio 
de 2022, el Perú había registrado más de 6,000 
muertes por millón de habitantes a causa de la 
COVID-19, ubicándose entre los países con las 
tasas de mortalidad más altas per cápita debido 
a la pandemia. La economía se contrajo en 11 
por ciento en 2020, su mayor caída en 30 años 
y la más grande en América Latina ese año. 
Como resultado, la tasa de pobreza nacional 
se incrementó a 30.1 por ciento, un nivel que no 
se había visto desde 2010, y la pobreza extrema 
alcanzó 5.1 por ciento en 2020, comparable con la 
tasa de 2013. Para fines de 2021 la economía se 
había recuperado, pero la pobreza y la pobreza 
extrema mantuvieron los niveles de 2012 y 2015, 
respectivamente. La magnitud de la pérdida de 
bienestar durante la crisis reveló la fragilidad 
de las mejoras sociales alcanzadas en las dos 
décadas anteriores.
Los altos niveles de informalidad y la limitada 
protección social dejaron a los trabajadores 
desprotegidos ante el choque económico 
de la crisis por COVID-19, y millones de 
personas perdieron sus trabajos. Durante 
el pico de la pandemia (segundo trimestre 
de 2020), se perdieron aproximadamente 6.7 
millones de puestos de trabajo. Sin embargo, 
las pérdidas económicas variaron ampliamente 
entre la población ocupada. Los trabajadores 
independientes y las personas empleadas en 
empresas pequeñas –mayormente informales– 
sufrieron la caída más grande en términos de 
empleo. Por el contrario, aquellos que pudieron 
trabajar desde casa y que contaban con 
conectividad a internet –mayormente formales– 
tuvieron menos probabilidad de perder su trabajo. 
Los jóvenes, con tasas de informalidad más altas 
en relación con el resto de la población, perdieron 
su trabajo a tasas más elevadas. Las mujeres se 
vieron desproporcionadamente afectadas, ya 
que abandonaron la fuerza laboral a una tasa 
más alta que los hombres, principalmente porque 
proporcionaron cuidado a niños y ancianos en 
los hogares.
A pesar de la importante respuesta del 
gobierno a la crisis, el Perú afronta una mayor 
pobreza ahora que antes de la pandemia. En el 
pico de la pandemia, el sistema de salud colapsó, 
y nadie, sin importar su capacidad de pago, pudo 
acceder a una atención adecuada. Diversos 
elementos de la respuesta gubernamental 
sirvieron como amortiguadores contra la pérdida 
de ingresos, evitando un aumento de la tasa de 
pobreza de 3.6 puntos porcentuales adicionales. 
Sin embargo, si bien el paquete de mitigación 
en el Perú fue uno de los más grandes de la 
región, éste resultó insuficiente para proteger a 
los pobres y vulnerables y pobres de caer (o caer 
aún más) en la pobreza.
La pobreza se ha convertido en un fenómeno 
predominantemente urbano. Si bien la 
tendencia hacia la urbanización de la pobreza 
antecedió a la pandemia, la crisis aceleró dicho 
proceso. Desde 2013 en adelante, el porcentaje 
de personas pobres en áreas urbanas superó 
el 50 por ciento. En 2019, el 56.7 por ciento de 
la población en situación de pobreza residía en 
áreas urbanas y con la pandemia, esta proporción 
se elevó al 68.7 por ciento en 2021. El aumento de 
la pobreza urbana es consistente con el hecho 
de que la mayor densidad poblacional en áreas 
urbanas generó mayor riesgo de contagio, y con 
la necesidad de medidas de contención más 
estrictas. La urbanización de la pobreza y su 
concentración en núcleos urbanos revelaron la 
urgencia de actualizar la estrategia para reducir 
la pobreza y reformular el sistema de protección 
social, que no está equipado para responder al 
fenómeno de la urbanización de la pobreza.
11Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
La vulnerabilidad a la pobreza en el Perú ha 
alcanzado su nivel más alto en dos décadas, 
lo que pone a un porcentaje importante de 
la población en riesgo inminente frente a 
cualquier choque. Durante las dos últimas 
décadas, la vulnerabilidad a la pobreza –medida 
como el porcentaje de la población viviendo con 
un ingreso entre US$6.85 y US$14.00 dólares al 
día en términos de paridad de poder adquisitivo 
(PPA) de 2017– ha venido en aumento. En 2021, 
dos de cada cinco peruanos estaban en riesgo 
de caer en la pobreza, la tasa más elevada desde 
2004. Esta alta tasa de vulnerabilidad provocó la 
pérdida de 10 años de progreso social durante la 
crisis de COVID-19, lo que representó el mayor 
retroceso en América Latina y el Caribe. Al igual 
que la pobreza, la vulnerabilidad se concentra en 
áreas urbanas. Las personas pobres y vulnerables 
no tienen mecanismos formales y adecuados 
de mitigación y dependen de sus familias para 
cubrir sus necesidades de alimentación durante 
los choques.
La crisis también ha acentuado las 
desigualdades territoriales persistentes, así 
como las diferencias en el acceso a activos 
productivos y servicios públicos entre 
minorías: Mujeres, pueblos indígenas 
y afroperuanos. La población indígena 
y afroperuana cuenta con menos activos 
productivos, lo que restringe su capacidad para 
convertirse en trabajadores de alta productividad. 
Su nivel educativo es relativamente bajo; tienen 
menos acceso a internet, a electricidad y a 
servicios financieros; y están sobrerrepresentados 
en trabajos informales e independientes. Como 
resultado, la tasa de pobreza es 7 a 8 puntos 
porcentuales más alta entre la población indígena 
y afroperuana que entre blancos y mestizos. 
De igual modo, las persistentes brechas de 
género limitan la capacidad de las mujeres de 
aprovechar las oportunidades económicas. 
Las mujeres peruanas tienen más probabilidad 
de dedicarse a trabajos de baja calidad y baja 
productividad. Asimismo, destinan más horas al 
trabajo doméstico y participan en menor medida 
en el mercado laboral, una tendencia que se 
agudizó por la pandemia, el ingreso laboral 
promedio también es menor entre las mujeres 
que entre los hombres y se ha recuperado más 
lentamente desde la pandemia. A pesar de que 
lastasas de pobreza entre hombres y mujeres 
son similares, los hogares encabezados por 
mujeres tienen mayor probabilidad de ser pobres 
que los hogares encabezados por hombres.
Estas brechas persistentes, sumadas a la 
inestabilidad política desde 2016, se han 
convertido en una fuente de descontento 
social. Desde 2016, debido a la crisis política, el 
país ha tenido seis presidentes, el entorno político 
y las perspectivas de una gobernanza estable y 
sostenible se han deteriorado y el desempeño 
económico y las bases para la inversión se han 
debilitado. La crisis de gobernanza y las pérdidas 
ocasionadas por la pandemia han preparado el 
terreno para expresiones de descontento popular: 
las brechas sociales se han acentuado, mientras 
que se percibe que las instituciones políticas le 
dan la espalda a las necesidades del país. Las 
protestas se han intensificado en las calles. Estos 
problemas han afectado a las personas pobres y 
vulnerables de manera desproporcionada.
Las presiones inflacionarias y la 
incertidumbre política serán un obstáculo 
para la recuperación económica. La crisis 
política y el alza de los combustibles y fertilizantes 
han tenido repercusiones importantes en la 
economía del Perú. La subida de precios en el 
país empezó a mediados de 2021, como resultado 
del considerable aumento de liquidez para 
contrarrestar la caída de la demanda durante 
la crisis de COVID-19. La inflación se exacerbó 
12 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
en 2022 debido a la guerra en Ucrania. En mayo 
de 2022, la inflación alcanzó 8.3 por ciento, la 
tasa más alta en 30 años. La mayor parte de 
esta inflación está asociada con los alimentos 
y la energía. Esto ha erosionado los ingresos 
disponibles de trabajadores y familias, afectando 
su poder adquisitivo. Según estimaciones, la 
inflación adicional tuvo un efecto negativo en la 
pobreza, lo que llevó a una disminución de 1.4 
puntos porcentuales en la tasa de reducción de 
la pobreza en 2021. Las proyecciones para 2022 
sugieren que la inflación adicional ha tenido 
un efecto negativo de 2 puntos porcentuales 
en la reducción de la pobreza. Los bloqueos 
de carreteras y las protestas han empeorado la 
crisis alimentaria y limitado las oportunidades 
económicas. La incertidumbre política ha 
retrasado la recuperación económica a través 
de la ausencia de un programa económico claro 
y de las reformas necesarias para mejorar el 
empleo y la inversión.
Sin un crecimiento económico importante 
y las reformas necesarias, la pobreza no 
se recuperará a los niveles previos a la 
pandemia en el corto plazo. En el pasado, el 
crecimiento sostenido e inclusivo impulsó un 
proceso sustancial de reducción de la pobreza 
y desigualdad. Según estimados del impacto 
directo del crecimiento económico impulsado 
por los ingresos, 85 por ciento de la reducción 
de la pobreza (usando la línea de US$6.85 por 
día) entre 2004 y 2019 se debió al crecimiento 
económico, mientras que una redistribución más 
efectiva explicó el 15 por ciento restante.
Hacen falta medidas para comprometer al 
país con una nueva ruta inclusiva hacia la 
reducción de la pobreza y desigualdad y 
abordar los daños causados por la pandemia 
en el desarrollo. Si bien la economía ha empezado 
a recuperarse de los impactos de la pandemia de 
corto plazo, los potenciales impactos adversos a 
largo plazo en la acumulación de capital humano, 
seguridad alimentaria, salud, empleo y la 
capacidad de aplicar mecanismos de mitigación 
exitosos amenazan el futuro desarrollo del país. 
La pandemia también ha generado un aumento 
estimado del 20 por ciento en el número de 
huérfanos, cuyas necesidades deben atenderse. 
Este informe resalta cuatro fuentes de fragilidad 
que el gobierno y las instituciones deben abordar 
para establecer una nueva ruta hacia la reducción 
de la pobreza y la desigualdad.
¿Qué hay detrás de la fragilidad 
de los logros sociales en el Perú?
En primer lugar, el acceso desigual a los 
bienes y servicios públicos ha impedido que 
la población acumule activos productivos. 
Esto ha generado brechas sustanciales entre 
diferentes grupos socioeconómicos y entre las 
regiones. Si bien el acceso a los servicios básicos 
y a la infraestructura ha mejorado en las últimas 
dos décadas, la cobertura está todavía lejos de 
ser universal. El acceso a un paquete básico 
de agua potable, saneamiento, electricidad e 
internet se ha duplicado en la última década, 
pero menos de la mitad de hogares tiene acceso 
a dicho paquete. Además, las desigualdades 
geográficas en el acceso a servicios básicos son 
importantes. Más de la mitad de los hogares 
urbanos tiene acceso a un paquete básico, pero 
solo el 6 por ciento de los hogares rurales disfruta 
de dicho acceso.
13Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
La calidad de los servicios es baja y desigual 
en el país. El suministro de agua potable y 
electricidad es afectado por interrupciones de 
cobertura y cortes de energía. El acceso al agua se 
ve limitado porque no siempre es segura para su 
consumo. La calidad de los servicios de salud está 
por debajo de los estándares de la Organización 
Mundial de la Salud en casi todo el país, y la 
calidad de la educación es baja, sobre todo en la 
selva y en la sierra. La calidad de dichos servicios 
es desigual a lo largo del territorio. Así, mientras 
que el número de médicos per cápita en Lima 
está al nivel recomendado por la Organización 
Mundial de la Salud, las demás regiones están 
rezagadas. De manera similar, mientras que la 
mitad de los estudiantes en la región de Tacna 
han obtenido un puntaje satisfactorio en lectura 
y matemáticas, en Loreto solo el 4 por ciento 
obtienen calificaciones satisfactorias. El bajo y 
desigual acceso a estos servicios amenaza la 
capacidad de las personas de salir de la pobreza 
y hacer frente a los choques.
En segundo lugar, la acumulación limitada 
de activos productivos por parte de los
segmentos más pobres de la población está 
vinculada a trabajos de mala calidad y al 
estancamiento de la productividad laboral, 
lo que deja a los trabajadores desprotegidos 
frente a futuros choques. La economía peruana 
se caracteriza por una excesiva informalidad 
en comparación con otros países de ingreso 
mediano alto, dado el producto bruto interno 
(PBI) per cápita del país. La informalidad se 
ha mantenido alta en las últimas dos décadas, 
alcanzando su pico durante la pandemia. La 
productividad laboral es baja y ha estado 
estancada por años. Durante la expansión 
económica, la productividad mejoró poco en el 
Perú, en comparación con el incremento de otros 
países de ingreso mediano alto. La mayoría de 
los trabajadores peruanos están empleados en 
microempresas de baja productividad. En 2021, a 
pesar de la recuperación gradual de la economía 
y el nivel de empleo, la calidad de los trabajos 
aún no había vuelto a los niveles previos a la 
pandemia. Los trabajos han sufrido en muchas 
dimensiones, como el ingreso, los beneficios, 
la estabilidad y la satisfacción laboral, como se 
refleja en el índice de calidad del empleo, que 
cayó drásticamente, de 0.57 en 2019 a 0.53 en 
2021.
La alta tasa de informalidad afecta la 
capacidad del gobierno para recaudar 
impuestos, la que está por debajo del resto de 
países de la región. El gobierno del Perú recauda 
relativamente menos ingresos que otros países 
con un PBI per cápita similar. La recaudación 
de impuestos está debajo de su potencial en 
el Perú por la estrecha base tributaria, la alta 
tasa de informalidad y la poca eficiencia en la 
recaudación. La alta tasa de informalidad y el 
umbral alto para el pago de impuestos sobre los 
ingresos laborales genera que solo 8 de cada 
100 trabajadores paguen impuesto a la renta. 
También se estima que la evasión fiscal es alta 
en relación con otras economías de la Alianza del 
Pacífico, limitando aún más la recaudación.
En tercer lugar, la capacidad de redistribución 
del sistematributario y de transferencias 
es limitada debido a la dependencia de 
impuestos indirectos regresivos y a las 
filtraciones en las transferencias sociales. El 
sistema tributario en el Perú se encuentra entre 
los sistemas de países de ingreso mediano alto 
que tienen el menor impacto en los esfuerzos 
por reducir la desigualdad. Esto se debe en parte 
a que la mayoría de los ingresos recaudados 
proviene de impuestos indirectos (sobre todo 
del Impuesto General a las Venta o IGV), los 
que son la forma más regresiva de tributación. 
Además, las exoneraciones del IGV, si bien 
14 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
son progresivas, presentan filtraciones y están 
disponibles para personas en la parte superior 
de la distribución de ingresos. Otros beneficios, 
como las transferencias en efectivo, también 
registran filtraciones, lo que limita la capacidad 
de redistribución por parte del gobierno.
En cuarto lugar, la exposición del Perú a 
choques agregados negativos aumenta la 
probabilidad de los hogares de caer en la 
pobreza o de seguir siendo pobres. El Perú está 
particularmente expuesto a choques naturales 
debido a su ubicación y topología, y su exposición 
al riesgo climático ha aumentado en las últimas 
dos décadas. Los hogares rurales y de ingresos 
bajos están más expuestos a desastres naturales, 
mientras que los hogares urbanos y de mayores 
ingresos sufren más choques idiosincráticos 
a nivel económico. Entre los hogares rurales y 
de ingresos bajos, la probabilidad de salir de la 
pobreza disminuye frente a un desastre natural. Y 
entre los hogares urbanos y de mayores ingresos, 
la probabilidad de caer en la pobreza aumenta 
frente a un choque económico.
Es probable que las personas pobres y 
vulnerables enfrenten mayores variaciones 
climáticas en el futuro, lo que incrementará la 
desigualdad inducida por este fenómeno. El 
Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología 
del Perú estima que, para el año 2050, el nivel 
de precipitaciones descenderá hasta un 40 
por ciento en algunas áreas del país. De igual 
modo, se espera que la temperatura aumente 
hasta en 3.5°C. Se espera que los aumentos más 
pronunciados de temperatura y disminución 
de lluvias ocurran en distritos con mayor 
proporción de personas pobres (distritos con 
pobreza crónica) y vulnerables (distritos con alta 
vulnerabilidad).
¿Cómo pueden el gobierno y las 
instituciones reducir la fragilidad 
de los logros sociales?
Para reducir la fragilidad de los avances 
sociales en el Perú, el gobierno y las 
instituciones deben promover un nuevo tipo 
de crecimiento, uno que sea inclusivo y 
se centre en la reducción de la pobreza y 
la desigualdad, pero que también aborde 
las debilidades reveladas por la pandemia. 
El crecimiento debe enfocarse en mejorar la 
capacidad productiva de las personas pobres 
y vulnerables. Los esfuerzos deben dirigirse 
a levantar las limitaciones persistentes, 
como los obstáculos que impiden que las 
empresas crezcan y que los trabajadores se 
formalicen. Promover la formalidad impulsando 
el crecimiento de las empresas elevaría la 
productividad, lo que se esperaría que beneficie 
a las personas pobres y vulnerables, las 
cuales están sobrerrepresentadas en trabajos 
informales y de mala calidad, reduciendo con 
ello las desigualdades. En este sentido, se debe 
considerar priorizar la inversión en sectores con 
alto potencial de crecimiento. Apostar por la 
agricultura, la silvicultura y el turismo, donde hay 
un importante porcentaje de personas pobres y 
vulnerables, ayudaría a desarrollar el potencial 
de estas personas en todo el país. También 
podría fomentar un desarrollo resiliente frente 
al clima para prepararse para el futuro, si los 
trabajadores adaptan sus actividades en función 
al cambio climático, disminuyen el peligro de 
despidos, y los sectores se van volviendo más 
verdes y competitivos. Estas políticas deben 
tenerse en cuenta incluso si toman más tiempo 
en implementarse.
15Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
En el mediano y largo plazo, el gobierno 
necesitará más recursos fiscales para
financiar la provisión de servicios de 
calidad y acelerar la acumulación de activos 
productivos en los hogares. Esto implicaría 
apoyo sobre todo para la acumulación de capital 
humano, sin importar la ubicación geográfica o 
las características sociodemográficas. Uno de 
los esfuerzos iniciales debe enfocarse en cerrar 
la brecha de infraestructura en conectividad, 
tecnología, salud y educación. Las inversiones 
relevantes necesitan una mirada geográfica 
porque las principales brechas en infraestructura 
y en el suministro de servicios se encuentran 
en áreas remotas. Los pasos necesarios 
para este esfuerzo deben incluir reformas a 
nivel local basadas en definiciones claras de 
responsabilidad del gasto, en la articulación de 
presupuestos de diversas agencias en torno a 
proyectos compartidos y en la promoción de 
gastos relevantes. De igual modo, los servicios 
de calidad requieren más recursos fiscales. El 
gobierno debe enfocarse en políticas para reducir 
la evasión fiscal, aumentar la base tributaria, y 
aumentar la progresividad del sistema tributario 
(impuestos y transferencias).
Mientras tanto, en el corto plazo, se deben 
abordar los daños causados por la pandemia. 
La COVID-19 afectó de manera negativa la 
atención médica y la salud, la asistencia escolar y 
el aprendizaje, la calidad del empleo y el empleo 
de los jóvenes. Un primer paso para abordar 
los daños en la salud sería ofrecer atención de 
seguimiento para las personas que no se han 
recuperado del todo e invertir en programas de 
salud mental. Otra prioridad debería ser brindar 
apoyo a través de programas sociales a los niños 
que han perdido a sus cuidadores primarios. 
Para abordar las deficiencias de aprendizaje a 
raíz de la pandemia, es necesario implementar 
estrategias de recuperación. También se debería 
incentivar la recuperación de trabajos formales 
perdidos durante la pandemia y ayudar a los 
jóvenes a mejorar su nivel de empleabilidad 
ofreciendo programas de capacitación. 
Asimismo, se necesitarán inversiones para cerrar 
las desigualdades que se ampliaron durante la 
pandemia, como la brecha de oportunidades 
económicas que afecta a las mujeres.
La agenda de corto plazo debe incluir la 
transición a un sistema de protección social 
adaptativo. El objetivo debe ser crear un sistema 
más resiliente contra choques futuros e identificar 
formas de proteger las ganancias sociales dentro 
de la economía. Sin embargo, dado que los 
choques no se distribuyen de manera uniforme 
en el país y que los diversos grupos de la 
población requieren una serie de herramientas 
en respuesta a los choques, es necesario un 
conjunto de políticas de protección social. Este 
conjunto debe incluir políticas de asistencia social 
para reducir la pobreza, políticas de seguro social 
para proteger a personas vulnerables, medidas 
para aumentar las oportunidades económicas 
para todos, y medidas para mejorar la capacidad 
de las personas para manejar riesgos y hacer 
frente a los choques.
16 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
17Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Pobreza y 
desigualdad 
después de la
crisis
01
18 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Después de décadas de progreso social y 
económico, el Perú tiene ahora tasas de 
pobreza más altas que antes de la pandemia. 
A fines de 2021, la tasa de pobreza en el Perú era 
de 25.9 por ciento, un nivel comparable con el de 
2012 (Gráfico 1). La pobreza extrema se mantuvo 
en 4.1 por ciento, igual que la tasa de 2015. En 
términos absolutos, esto significa que, en 2021, 
había 8.6 millones de personas pobres, mientras 
que en 2019 solo había 6.6 millones (comparado 
con 8.3 millones en 2011). La tasa de pobreza es 
ahora más alta en casi todas las regiones del país. 
En 2021, uno decada cuatro peruanos era pobre, 
pero un análisis geográfico muestra diferencias 
en todo el país. En la sierra norte y central, las 
tasas de pobreza ascendieron a 42 por ciento 
y 32 por ciento, respectivamente, mientras que 
en la costa central y sur la tasa fue de alrededor 
del 17 por ciento. En Lima fue de 25 por ciento. 
Además, en todas las áreas, excepto en la sierra 
norte, la tasa de pobreza fue más alta en 2021 
que en 2019 (Gráfico 2).
El retroceso vino luego de dos décadas de 
una importante reducción de la pobreza. Entre 
2004 y 2019, el porcentaje de la población que 
vivía por debajo de la línea nacional de pobreza 
cayó de 58.7 por ciento a 20.2 por ciento.1 La 
mayor parte del avance corresponde al periodo 
de comienzos de la década de 2000 a 2013, 
cuando la tasa de pobreza cayó de 58.7 por ciento 
a 23.9 por ciento (34.8 puntos porcentuales). En 
los seis años siguientes, entre 2013 y 2019, la 
pobreza descendió solo 3.7 puntos porcentuales 
adicionales, a 20.2 por ciento. Siguiendo el mismo 
patrón, la mayor caída de la pobreza extrema fue 
durante 2004–13, de 16.4 por ciento a 4.7 por 
ciento (11.7 puntos porcentuales). Entre 2013–
19, la reducción fue de 1.9 puntos porcentuales 
adicionales, a un nivel de 2.9 por ciento.
Las dos décadas anteriores a la pandemia 
se caracterizaron por un crecimiento más 
alto que el promedio de la región. Mientras 
que la región tuvo una tasa de crecimiento 
real promedio del producto bruto interno 
(PBI) de 3.6 por ciento entre 2004 y 2013, 
Gráfico 1. Total de pobreza nacional y tasa de 
pobreza extrema, 2012–21
Porcentaje de la población total
 
25.8%
20.2%
30.1%
25.9%
4.1%
2.9%
5.1%
4.1%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
Pobreza total Pobreza extrema
Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares.
Gráfico 2. Pobreza nacional por región natural, 
2019–21
Porcentaje de la población total
Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares.
 
16%
17%
25%
20%
26%
27%
26%
34%
42%
7%
10%
14%
16%
20%
23%
26%
29%
45%
0% 10% 20% 30% 40% 50%
Costa Central
Costa Sur
Lima Metropolitana
Costa Norte
Total
Sierra Sur
Amazonía
Sierra Central
Sierra Norte
2019 2021
1. En el Perú, el consumo per cápita de los hogares y las líneas de pobreza monetaria se usan para medir la pobreza. Las líneas de pobreza se elaboran 
en base al costo mínimo de la canasta básica de alimentos necesarios para vivir en condiciones adecuadas. El costo varía según la región, así como 
en función a la ubicación rural o urbana. La línea de pobreza nacional en moneda local en 2021 fue de S/ 378 per cápita al mes, mientras que la línea 
de pobreza extrema en 2021 fue de S/. 201 per cápita al mes.
2. En base a la SEDLAC (Socio-Economic Database for Latin America and the Caribbean), Center for Distributive, Labor, and Social Studies, Facultad 
de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Argentina y Equity Lab, Team for Statistical Development, Banco Mundial, 
Washington, DC, https://www.cedlas.econo.unlp.edu.ar/wp/estadisticas/sedlac/.
19Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
el Perú registró un promedio del 6.6 por ciento.2 El 
desempeño económico sobresaliente se explica 
por exitosas reformas macroestructurales, una 
política fiscal y monetaria adecuada y condiciones 
externas favorables por el auge de los precios de 
las materias primas, esto acompañado de una 
importante entrada neta de inversión extranjera 
directa.3 Incluso después de la desaceleración 
de la economía por el final del auge de los 
precios de las materias primas, la desaceleración 
económica en China y el descenso de la inversión 
privada, el crecimiento promedio real del PBI fue 
tres veces más alto en el Perú que el promedio 
regional.4 Como resultado del crecimiento, el PBI 
per cápita se duplicó a S/ 17,012.
El crecimiento durante esos años favoreció a 
los pobres y permitió reducir la desigualdad. 
El crecimiento del bienestar para el 40 por 
ciento más pobre de la distribución de ingresos 
estuvo por encima del promedio, sobre todo en 
los años de mayor expansión económica. En el 
periodo 2004–13, el promedio del crecimiento del 
consumo per cápita para el 40 por ciento más 
pobre fue de 6.2 por ciento en comparación con 
el crecimiento promedio anual de 4.9 por ciento 
(Gráfico 3). De igual modo, el ingreso per cápita 
de los hogares creció a una tasa mayor entre 
los percentiles más bajos de la distribución de 
ingresos que en los percentiles más altos, tanto 
en áreas urbanas como rurales, como lo muestra 
la curva de incidencia de crecimiento del ingreso 
(Gráfico 4).
3. Se implementaron diversas reformas estructurales en la década de 1990, tales como la adopción de normas fiscales, inflación objetivo y 
el establecimiento de un marco legal para inversiones extranjeras y privadas. En consecuencia, el país firmó acuerdos comerciales clave, como 
con Estados Unidos (2006), Japón (2011) y la Unión Europea (2012). Las principales políticas implementadas incluyeron la autonomía del Banco 
Central, flexibilidad del tipo de cambio y apertura comercial y financiera. Durante ese periodo, los precios de los commodities se incrementaron 
significativamente, lo que favoreció las exportaciones de minerales. Como resultado, el sector privado incrementó su contribución al crecimiento 
económico y la participación de la inversión privada en el PBI aumentó de 12 por ciento del PBI en 1993 y 18 por ciento en 2019. Asimismo, los flujos 
netos de inversiones extranjeras directas en 2019 fueron de US$6.8 mil millones (2.8 por ciento del PBI), lo que equivale a ocho veces los niveles de 
2000.
4. El crecimiento promedio del PBI entre 2013 y 2019 fue de 3.1 por ciento en el Perú y de 1.0 por ciento en América Latina y el Caribe.
5. Este análisis se basa en el censo de población de 1993, 2007 y 2017 usando la medición de necesidades básicas insatisfechas. Ver Censos 
Nacionales 1993: XI de Población y VI de Vivienda (tablero de mando), Instituto Nacional de Estadística e Informática, Lima, Perú, http://censos.
inei.gob.pe/censos1993/redatam/; Censos Nacionales 2007: XI de Población y VI de Vivienda (tablero de mando), Instituto Nacional de Estadística 
e Informática, Lima, Perú, http://censos.inei.gob.pe/Censos2007/redatam/; Censos Nacionales 2017: XII de Población, VII de Vivienda y III de 
Comunidades Indígenas (tablero de mando), Instituto Nacional de Estadística e Informática, Lima, Perú, https://censo2017.inei.gob.pe/resultados-
definitivos-de-los-censos-nacionales-2017/.
6.2%
1.8%
4.9%
1.6%0.0%
2.0%
4.0%
6.0%
8.0%
2004 - 2013 2013 - 2019
40 inferior Promedio del gasto per cápita
Gráfico 3. Tasa de crecimiento promedio anual del 
gasto per cápita, 2004–13 y 2013–19
Fuente: Elaboración en base de información de la SEDLAC 2004–19.
Percentil del ingreso per cápita de los hogares
3.8
0.0
2.0
4.0
6.0
5 15 25 35 45 55 65 75 85 95
C
re
ci
m
ie
nt
o
 
 
2004 - 2019 Promedio 2004 – 2019
Urbano Rural
Gráfico 4. Curvas de incidencia de crecimiento, a 
nivel nacional, urbano y rural, 2004–19
Fuente: Elaboración en base de información de la SEDLAC 2004–19.
Durante este periodo, se obtuvieron 
importantes logros sociales. En cuanto al 
acceso a servicios básicos e infraestructura, 
como vivienda adecuada, saneamiento y 
educación, el porcentaje de personas con al 
menos una necesidad básica insatisfecha cayó 
de 56.8 por ciento en 1993 a 40.7 por ciento en 
2007 y a 25.3 por ciento en 2017.5 
20 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Mientras tanto, el tiempo que las personas 
pasaba en casa aumentó en casi 40 por 
ciento inmediatamente después del inicio del 
confinamiento (Gráfico 6). El confinamiento y las 
restricciones de movilidad estuvieron entre los 
más estrictos de la región.
La falta de acceso que registró una mejora 
notable fue la de los servicios de alcantarillado, 
que cayóen 30.7 puntos porcentuales, de 36.5 por 
ciento en 1993 a 5.8 por ciento en 2017. También 
se observó considerable progreso en el acceso a 
agua potable y a electricidad, que aumentó de 62 
por ciento a 87 por ciento y de 76 por ciento a 96 
por ciento, respectivamente, entre 2004 y 2021. 
De igual manera, la mejora en los indicadores 
del mercado laboral contribuyó a la reducción 
de la pobreza. Los mayores ingresos laborales 
explicaron el 56 por ciento de la reducción de la 
pobreza entre 2004 y 2021 y el 48 por ciento de la 
reducción de la pobreza extrema.
La COVID-19 reveló la fragilidad 
de los logros sociales
Las mejoras a largo plazo en el bienestar de 
los hogares se detuvieron repentinamente 
cuando el Perú registró una de las tasas 
de mortalidad por COVID-19 más altas del 
mundo e impuso los confinamientos más 
estrictos. De acuerdo con el Ministerio de Salud, 
3.5 millones de peruanos se contagiaron de 
COVID-19 entre 2020 y 2021, y más de 213,000 
murieron por dicha causa, ubicando al Perú 
como el país con el porcentaje más alto (o el 
segundo con el porcentaje más alto) de muertes 
por COVID-19 per cápita en el mundo, con una 
tasa de 6,000 personas por millón de habitantes 
(Gráfico 5).6 Las estrictas medidas de cuarentena 
en el Perú alejaron a las personas de las 
actividades económicas y sociales, y la movilidad 
recién recuperó los niveles previos a la pandemia 
a mediados de 2022. Según las tendencias de 
movilidad de Google (Google Mobility Trends), las 
actividades del comercio minorista y recreación, 
actividades en parques y lugares de trabajo y el 
número de personas en estaciones de transporte 
público descendieron en al menos 72 por ciento.7 
6. Según Our World in Data (Nuestro Mundo en Datos), el Perú figura primero entre los países con mayor número de muertes por millón de 
habitantes. Ver Coronavirus (COVID-19) Muertes (tablero de mando), Our World in Data, Global Change Data Lab, University of Oxford, Oxford, UK, 
https://ourworldindata.org/covid-deaths. Según estimados recientes en Lancet, el Perú aparece en segundo lugar, después de Bolivia. (COVID-19 
Cumulative Infection Collaborators 2022).
7. Ver COVID-19: Google Mobility Trends (tablero de mando), Our World in Data, Global Change Data Lab, University of Oxford, Oxford, UK, https://
ourworldindata.org/covid-google-mobility-trends. 
 
Antes de la pandemia (2019) Pandemia (2020 - 2021)
 
0
200
400
600
800
1000
1200
1400
En
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20
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21
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1
M
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 D
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2020 2021 
1273
deaths 
1097
deaths 
Gráfico 5. Exceso de muertes en 2020 y 2021 en 
relación a 2019
Fuentes: información del SINADEF.
 
 
-100
-80
-60
-40
-20
0
20
40
60
2/
17
/2
02
0
4/
17
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0
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0
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17
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7/
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7/
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12
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21
2/
17
/2
02
2
4/
17
/2
02
2
Comercio minorista y recreación Bodegas y farmacias
Residencial Tránsito
Parques Lugares de trabajo
Gráfico 6. Cambios de movilidad por categoría, 
2020–22
Fuentes: COVID 19: Google Mobility Trends.
21Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Como resultado de la pandemia global y 
las estrictas medidas de confinamiento, la 
economía se contrajo 11 por ciento en 2020. 
Esta fue la caída más grande en los últimos 30 
años y la mayor registrada en América Latina 
ese año. Los sectores más afectados fueron 
construcción, comercio y otros servicios. El PBI 
en estos sectores cayó en términos reales en 
13.3 por ciento, 16.0 por ciento y 10.0 por ciento 
en 2020, respectivamente. Además, el empleo en 
estos sectores también cayó en 11.1 por ciento, 
20.5 por ciento y 26.2 por ciento, respectivamente.
La crisis borró en un solo año más de una 
década de progreso en la reducción de la 
pobreza, revelando la fragilidad de los logros 
sociales. En 2020, la tasa de pobreza nacional 
subió a 30.1 por ciento, equivalente al nivel de 
2010. La tasa de pobreza extrema también se 
incrementó, de 2.9 por ciento en 2019 a 5.1 por 
ciento en 2020. Las difíciles condiciones del 
mercado laboral dieron lugar a menores ingresos 
laborales y menor gasto per cápita de los 
hogares. El ingreso laboral promedio se redujo en 
21.0 por ciento y el gasto mensual per cápita de 
los hogares cayó en 15.9 por ciento.8 La calidad 
de los trabajos también bajó. El porcentaje de 
trabajadores con empleos adecuados descendió 
de 55.8 por ciento en 2019 a 45.5 por ciento 
en 2020.9 Los efectos negativos fueron más 
pronunciados entre las personas en el nivel más 
bajo de la distribución de ingresos.
Para 2022, dos años después del inicio de 
la pandemia, la actividad económica se ha 
recuperado, pero los hogares perciben menos 
ingresos laborales y la calidad del empleo es 
menor. El PBI creció a una tasa de 13.4 por ciento 
en 2021 y 2.7 por ciento en 2022, volviendo a 
la tasa de crecimiento del 2019. Sin embargo, 
entre 2019 y 2021, la tasa de informalidad pasó 
de 72.7 por ciento a 76.8 por ciento, lo que 
representa 693,500 nuevos trabajos informales.
El ingreso laboral mensual promedio todavía era 
5 por ciento más bajo en 2021 que antes de la 
pandemia y el gasto fue en promedio 3 por ciento 
más bajo en 2021 que antes de la pandemia.
Los ingresos no protegieron a los 
peruanos de los choques de salud 
por la COVID-19
Para entender los impactos distributivos de 
las defunciones por la COVID-19, se realizó 
un emparejamiento novedoso entre diversos 
conjuntos de datos. Los fallecimientos en el 
Perú se reportan al Sistema Informático Nacional 
de Defunciones (SINADEF), junto con algunas 
características socioeconómicas como fecha 
de defunción, sexo, lugar de residencia, estado 
civil y nivel educativo.10 Sin embargo, no existe 
información sobre los ingresos o gastos de los 
hogares de los fallecidos, variables cruciales 
para el cálculo de la incidencia distributiva. 
La Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 
contiene esta información. Por lo tanto, se 
realizó un ejercicio de emparejamiento para 
identificar las características socioeconómicas 
de las personas fallecidas y sus familias.11 Si bien 
hay consideraciones metodológicas respecto 
al análisis, los resultados –como mucho– 
subestiman la magnitud de las diferencias.
La edad y la región de residencia explican la 
mayor parte de las diferencias en tasas de 
mortalidad, mientras que el ingreso no influyó 
en la probabilidad de morir de COVID-19. 
Un análisis de varianza sobre las tasas de 
mortalidad por características individuales 
muestra que la edad y la región de residencia son 
los principales determinantes de la probabilidad 
de morir de COVID-19. El Gráfico 7 muestra 
la descomposición del exceso de tasas de 
mortalidad por variable incluida en la estimación. 
8. A precios constantes en el área de Lima Metropolitana en 2021 (INEI 2022a).
9. Un empleo de calidad, según el índice de calidad del empleo, es definido como un empleo con el que el trabajador percibe un ingreso suficiente 
(por encima de la línea de pobreza), beneficios (salud y jubilación), estabilidad (un contrato) y satisfacción (Gammarano 2020).
10. Ver SINADEF (Sistema Informático Nacional de Defunciones) (sitio web), Ministerio de Salud, Lima, Perú, https://www.minsa.gob.pe/defunciones/.
11. El detalle de la metodología y las limitaciones se puede encontrar en el capítulo 2 de la Evaluación de Pobreza y Equidad en el Perú del Banco 
Mundial, anexo B.
22 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
La edad de la población explica gran parte de la 
varianza en el exceso de mortalidad (cerca de 60 
por ciento). Otro 7 por ciento se explica por las 
regiones donde vivían las personas. La educación 
y el sexo tuvieron poco poder explicativo y el 
ingreso no explicó nada de la varianza.
Los peruanos por encima de los 40 años 
tuvieronuna probabilidad tres veces más 
alta de morir durante la pandemia que en un 
año normal, pero ésta se mantuvo por debajo 
del 1 por ciento, mientras que los peruanos 
por encima de los 65 años tuvieron una 
probabilidad dos veces más alta de morir 
durante la pandemia, y su tasa de mortalidad 
superó el 4 por ciento. Antes de la pandemia, se 
reportaron 24,000 muertes en el grupo de edad 
de 40–65 años, mientras que en 2021 fueron casi 
72,000 muertes. Entre el grupo de 65+ años, se 
reportaron 72,000 muertes antes de la pandemia, 
mientras que en 2021 fueron 151,000.
Las tasas de mortalidad fueron homogéneas 
a lo largo de la distribución de ingresos, 
pero se diferenciaron sobre todo por región 
de residencia. En la mayoría de regiones, la 
población urbana de 65 años o más no mostró 
diferencias en las tasas de mortalidad entre 
el quintil de gasto más alto y el quintil más 
bajo (Gráfico 8). La diferencia en las tasas de 
mortalidad fue mucho más notoria de una región 
a otra. El exceso de muertes en regiones como 
Piura duplicó las de Cajamarca y Huánuco y 
fue cuatro veces más alto que en Apurímac y 
Huancavelica, sin importar el nivel de ingresos 
de los hogares.12
El empleo no protegió por igual a 
los trabajadores de las pérdidas 
económicas
Los trabajadores sufrieron pérdidas 
económicas de diferentes magnitudes, 
dependiendo de su situación laboral. En 
el pico de la pandemia (segundo trimestre 
de 2020) se perdieron aproximadamente 6.7 
millones de trabajos.13 El impacto en el empleo 
fue heterogéneo y dependió sobre todo del nivel 
Gráfico 7. Análisis ANOVA: varianza en las tasas de 
mortalidad
0%
H
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100%
90%
Fuente: elaboración en base a información de la Encuesta Nacional 
de Hogares y el SINADEF.
Gráfico 8. Exceso de muertes por 1,000 habitantes, 
población 65+, por región y quintil de gasto
 
 
0
5
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A
m
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Personas mayores y urbanas Q1
Personas mayores y urbanas Q5
Fuente: Elaboración en base a información de la Encuesta Nacional 
de Hogares y el SINADEF.
12. Una mayor urbanización en ciudades grandes dentro de Piura en comparación con Apurímac y Cajamarca y un porcentaje más alto de personas 
mayores en una población podrían haber influido en las diferencias regionales. La COVID-19 se propagó más rápido en áreas densamente pobladas 
y las personas mayores estuvieron expuestas a mayor riesgo. Mayor información en la próxima Evaluación de la Pobreza en el Perú, capítulo 2.
13. INEI (2020b).
23Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
de formalidad e informalidad de los trabajadores 
y sus puestos. Por ejemplo, en el área de Lima 
Metropolitana, los trabajadores independientes 
y empleados en empresas con menos de 10 
trabajadores (mayormente informales) mostraron 
la caída más pronunciada en el empleo (63 por 
ciento y 66 por ciento, respectivamente).14 Los 
trabajadores informales tuvieron 12.4 por ciento 
más probabilidades de quedar desempleados. 
Los trabajadores que dependían del transporte 
público, sobre todo en áreas urbanas, fueron 
particularmente afectados por la pandemia.15 Por 
el contrario, las personas que podían trabajar 
desde casa y tenían conectividad de internet (en 
su mayoría formales) fueron menos propensas a 
perder sus empleos en 2020. Los trabajadores 
ocupados en sectores esenciales tuvieron 22.2 
por ciento más de probabilidades de conservar 
su empleo.16
Las mujeres y los jóvenes fueron 
desproporcionadamente afectados por las 
pérdidas económicas. Las mujeres tuvieron 
9 por ciento más probabilidades de perder su 
trabajo17 Y también dejaron de trabajar a una tasa 
más alta que los hombres, en parte por cuidar 
a niños y personas mayores debido al cierre de 
escuelas y a un menor apoyo de los sistemas 
de atención y cuidado. El Gráfico 9 muestra que 
la caída en términos de participación laboral 
entre las mujeres, 11.2 puntos porcentuales, fue 
mayor que en el caso de los hombres, 8.6 puntos 
porcentuales. Esto coincide con la evidencia de 
la Encuesta Telefónica de Alta Frecuencia del 
Banco Mundial (High Frequency Phone Survey) 
14. INEI (2020d).
15. (Cueva, Del Carpio y Winkler 2021). Los estimados son en base al componente longitudinal de la Encuesta Nacional de Hogares (2020). La 
probabilidad de que las mujeres pierdan su trabajo está en función de las características que permiten que los empleados puedan trabajar desde la 
casa y de las características individuales como grupo de edad, residencia urbana o rural y nivel educativo.
16. Los estimados son en base al componente longitudinal de la ENAHO (2020). La probabilidad de que las mujeres pierdan su trabajo está en función 
de las características que permiten que los empleados puedan trabajar desde la casa y de las características individuales como grupo de edad, 
residencia urbana o rural y nivel educativo (Cueva, Del Carpio y Winkler 2021).
17. Cueva, Del Carpio y Winkler (2021).
18. La Encuesta Telefónica de Alta Frecuencia fue un instrumento implementado en medio de la pandemia por el Banco Mundial, en un esfuerzo en 
conjunto con oficinas estadísticas de América Latina y el Caribe y otras regiones (Mejía-Mantilla et al. 2021). Las encuestas se llevaban a cabo por 
teléfono en un formato de panel en tres olas. En promedio, se desarrollaron mil entrevistas en cada país durante cada ola. Las encuestas recogían 
información sobre múltiples dimensiones, tales como cambios en empleo e ingresos, la prevalencia de seguridad alimentaria, acceso a servicios de 
salud, educación y financieros, mecanismos de afrontamiento, etc.
realizada durante la pandemia, que reportó 
que el 31 por ciento de las mujeres tenía mayor 
carga de trabajo doméstico en comparación 
con el 20 por ciento de hombres.18 Los jóvenes 
(14–24 años) también perdieron sus trabajos 
a tasas más elevadas. El Gráfico 10 muestra 
que la tasa de desempleo entre los jóvenes en 
Lima Metropolitana se duplicó entre 2019 y 
2020. También aumentó más que la tasa entre 
los adultos: 20 puntos porcentuales entre 
los jóvenes, en comparación con 10 puntos 
porcentuales entre los adultos. Además, la tasa 
de informalidad entre los jóvenes, que ya era 
8 puntos porcentuales más alta que la de los 
adultos, aumentó durante la pandemia.
Gráfico 9. Participación en la fuerza laboral, por sexo, 
2004–21
Población total de 14 años o más, %
77.7%
69.5%
78.1%
61.1%
50.3%
61.5%
45%
50%
55%
60%
65%
70%
75%
80%
20
04
20
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20
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09
20
10
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11
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12
20
17
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20
19
20
20
20
21
20
13
20
14
20
15
20
16
Hombre Mujer
Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares.
24 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Las transferencias sirvieron parcialmente 
para amortiguar la reducción del ingreso 
laboral. El gráfico 11 muestra que, para los 
hogares en el decil inferior, las transferencias 
representaron más de un tercio del ingreso per 
cápita en 2020, un incremento de 26 puntos 
porcentuales en relación a un año regular sin 
pandemia (2019). Para los hogares en el decil 
superior, las transferencias representaron 
únicamente el 3 por ciento de sus ingresos en 
2019 y 2020. El Gráfico 12 muestra un patrón 
similar. El ingreso laboral per cápita disminuyó 
a lo largo de todos los deciles en alrededor de 
9 por ciento. Sin embargo, el ingreso no laboral 
per cápita (que incluye transferencias) subió 6 
por ciento entre los deciles más bajos, lo que 
mitigó la caída del ingresototal per cápita entre 
los hogares pobres. Si bien las transferencias 
sirvieron como amortiguador y estuvieron 
focalizadas, no fueron lo suficientemente 
grandes para contrarrestar la magnitud sin 
precedentes del choque económico y los pobres 
igualmente experimentaron una disminución de 
sus ingresos, lo que llevó a más personas a caer 
en la pobreza.
19. Según el Ministerio de Economía y Finanzas, las medidas fiscales y de gasto público representan el 7.8 por ciento del PBI.
20. Las transferencias de efectivo para mitigar la pandemia fueron el bono para hogares en extrema pobreza, el bono independiente, el bono rural, el 
bono familiar universal, el Bono 600 y el Bono Yanapay (Gob.pe 2021).
La respuesta del gobierno solo 
mitigó parcialmente los efectos 
de la COVID-19
En respuesta a la pérdida de empleo e 
ingresos, el gobierno implementó importantes 
transferencias de efectivo para las personas 
pobres y vulnerables. Entre marzo de 2020 
y setiembre de 2021, el gobierno puso en 
marcha uno de los mayores planes económicos 
de la región, que ascendió a 21.6 por ciento 
del PBI. Éste consistió en la inyección de 
liquidez para empresas a través de préstamos 
garantizados, transferencias de efectivo a 
grupos vulnerables, mayor gasto en bienes y 
servicios y la flexibilización del acceso a cuentas 
de ahorro por tiempo de servicio y cuentas de 
pensión privada.19 Se lanzaron un total de seis 
programas de transferencias de efectivo para 
mitigar los efectos de la pandemia.20 En total, el 
72.6 por ciento de los hogares recibió al menos 
un tipo de beneficio. La incidencia entre los 
hogares pobres fue de 84.1 por ciento, mientras 
que entre los hogares en pobreza extrema fue 
de 85.7 por ciento.
Fuente: Información del Banco Central de Reserva del Perú.
Gráfico 10. Lima Metropolitana: tasa de desempleo, 
por grupo de edad, 2004–21
Media móvil tres meses, %
 
 
 
0
5
10
15
20
25
30
35
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20
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07
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08
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09
20
10
20
11
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12
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13
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16
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17
20
18
20
19
20
20
20
21
14-24 24-44 Mayores de 45 años
3%
36%
20%
3%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
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Deciles de ingreso total per cápita
2019
2020
2021
10%
Gráfico 11. Transferencias sociales per cápita 2019–21
% del ingreso total per cápita de los hogares
Fuente: Estimados en base a información de la SEDLAC.
Nota: Las transferencias incluyen tanto transferencias de efectivo 
condicionadas y no condicionadas. Los ingresos totales per cápita 
excluyen el alquiler imputado.
25Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Gráfico 12. Curva de incidencia de crecimiento, por 
componente de ingreso, 2019–21
 
-3.3
-8.8
-9.0
-8.1
6.3
-11.8
-15
-10
-5
0
5
10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
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(%
)
Deciles de ingreso total per cápita de los hogares
Total per cápita de los hogares
Laboral per cápita
No laboral per cápita
Fuente: Estimados en base a información de la SEDLAC.
Nota: Los ingresos totales per cápita excluyen el alquiler imputado. 
Los ingresos no laborales incluyen transferencias, pensiones, 
ingresos de capital y otras fuentes de ingresos, tales como 
donaciones.
Sin la respuesta del gobierno, la pandemia 
podría haber sido más devastadora en términos 
de pobreza, especialmente para la población 
rural y la población indígena y afroperuana.21 
Las estimaciones en base a información de la 
ENAHO de 2020 muestran que la tasa de pobreza 
podría haber sido 3.6 puntos porcentuales más 
alta sin las transferencias del gobierno.22 La 
tasa de pobreza en áreas urbanas habría sido 3 
puntos porcentuales más alta, mientras que en 
áreas rurales habría sido cerca de 5.5 puntos 
porcentuales mayor. Si bien las medidas de 
mitigación más importantes se dieron en 2020, 
el gobierno continuó con sus esfuerzos en 2021. 
El Bono Yanapay cubrió al 67 por ciento del total 
de hogares. De no ser por estos beneficios, en 
2021 las tasas de pobreza nacional y urbana 
podrían haber sido 2 puntos porcentuales más 
altas, mientras que en áreas rurales ésta habría 
alcanzado casi 3 puntos porcentuales más. Los 
beneficios también ayudaron a evitar mayores 
impactos de pobreza en la población indígena y 
afroperuana, ya que las medidas de mitigación 
previnieron incrementos adicionales de 3.3 y 2.4 
puntos porcentuales en la tasa de pobreza en los 
años 2020 y 2021, respectivamente.23
La pobreza se ha vuelto más 
urbana que nunca antes
Luego de la crisis, la pobreza se ha vuelto 
predominantemente urbana. La tendencia 
hacia la urbanización de la pobreza empezó 
antes de la crisis de la COVID-19. Sin embargo, 
el proceso se aceleró con la pandemia. De 
2013 en adelante, el Perú experimentó un 
proceso de urbanización de la pobreza, ya que 
el porcentaje de personas pobres que viven en 
áreas urbanas aumentó a más del 50 por ciento. 
Para 2019, las áreas urbanas representaban el 
56.7 por ciento del total de personas pobres. 
Debido a la pandemia, el porcentaje aumentó 
de manera significativa a 68.7 por ciento en 2021 
(Gráfico 14). Esto es consistente con el hecho de 
que la densidad poblacional en áreas urbanas 
generó un riesgo más alto de contagio y una 
mayor necesidad de medidas de contención. 
Mientras tanto, los niveles de la pobreza rural 
ya se han recuperado, mientras que pobreza 
urbana está impulsando el estancamiento en la 
reducción de la pobreza. La pobreza urbana está 
concentrada en Lima (24 por ciento de pobres), y 
Lima junto con las otras 12 ciudades más grandes 
del país, representan el 40 por ciento de toda la 
población pobre (Gráfico 15). La urbanización 
de la pobreza y su concentración en núcleos 
urbanos demandan una estrategia actualizada 
para reducir la pobreza. La desaceleración de 
la actividad económica, los choques externos, 
la baja productividad y la alta informalidad 
en el mercado laboral, así como la migración 
a nivel nacional e internacional son algunos 
de los principales factores asociados con el 
aumento de la pobreza y la vulnerabilidad urbana 
(Recuadro 1).
21. Una persona es considerada indígena o afroperuana si vive en un hogar donde el jefe de familia considera que la familia es quechua, aimara, 
amazónica o afrodescendiente en virtud de sus costumbres o ancestros.
22. Estimados usando la línea internacional de pobreza de paridad de poder adquisitivo (PPA) de $6.85 por día de 2017 y ENAHO.
23. Estimados usando la línea internacional de pobreza de PPA de $6.85 por día de 2017.
26 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
47%
57%
68%
40%
45%
50%
55%
60%
65%
70%
75%
0%
10%
20%
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70%
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21
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Tasa de pobreza rural
Tasa de pobreza urbana
Pobres urbanos (porcentaje de pobres totales), eje derecho
Gráfico 13. La urbanización de la pobreza: pobreza 
por área, 2004–21
% de la población total, porcentaje total de pobres
Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares.
Gráfico 14. Porcentaje de personas pobres, por área 
urbana y rural, 2021
% total de pobres
 27%
12%
21%
24%
3%
3%
3%
Otros urbanos
Lima
Tacna
Iquitos
Cusco
Chiclayo
Chimbote
Cajamarca
Pucallpa
Huancayo
Callao
Trujillo
Piura
Arequipa
Rural
Semi urbano
Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares.
Nota: La información de personas pobres por distrito proviene 
de estimados de áreas pequeñas en base a la Encuesta Nacional 
de Hogares de 2017 y 2021 y el censo de 2017. En el caso de las 13 
ciudades más grandes, los distritos están agrupados a nivel de ciudad. 
Los demás distritos se agrupan como otras áreas urbanas, áreas 
semiurbanas y áreas rural, de acuerdo a la definición del Instituto 
Nacional deEstadística e Informática.
Recuadro 1. Migración venezolana 
en el Perú
Alrededor de 6.8 millones de personas han abandonado la República Bolivariana de Venezuela para 
escapar de la crisis económica, social y política; estos migrantes representan la segunda crisis de 
desplazamiento externo más grande del mundo.a Después de Colombia, el Perú ha recibido más 
migrantes y refugiados venezolanos que cualquier otro país de la región y es el primero en el número 
de solicitantes de refugio. Aproximadamente 1.4 millones de migrantes y refugiados venezolanos vivían 
en el Perú en 2022 (R4V 2023). La población de migrantes y refugiados se ha establecido sobre todo 
en la costa y cerca del 84 por ciento en Lima y Callao.
a. “Situación de Venezuela,” Emergencias, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Ginebra, https://www.acnur.org/situacion-
en-venezuela.html.
27Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
El flujo de migrantes y refugiados venezolanos representó un reto importante para la provisión de 
servicios públicos, en particular en áreas con mayor concentración de migrantes. En respuesta, los 
sistemas de educación y salud pública tuvieron que realizar esfuerzos orientados a satisfacer el 
aumento de la demanda. En 2019, se estimaba que el sistema de educación pública necesitaría 118,000 
espacios adicionales para acomodar a los estudiantes venezolanos, de los cuales solo 35,000 estaban 
asistiendo a la escuela en ese momento.
Los migrantes y refugiados venezolanos registrados que llegan al Perú tienen en promedio un 
mayor nivel educativo que los peruanos. Sin embargo, su ingreso al mercado laboral se ha dado en 
condiciones desfavorables y con cierto grado de problemas en el emparejamiento de habilidades.b 
Los trabajadores venezolanos ganaban 37 por ciento menos por hora en comparación con los 
trabajadores peruanos con funciones similares. La mayoría de trabajadores venezolanos dependientes 
no tenía contrato y trabajaba en empresas pequeñas. Así, no contaban con un seguro de salud por 
sus empleos. La vulnerabilidad de sus trabajos se explica sobre todo por su situación migratoria y su 
limitada capacidad para homologar sus títulos.
Los migrantes y refugiados venezolanos parecen haber sido afectados por la pandemia más seriamente 
que los peruanos. La concentración de migrantes y refugiados venezolanos en áreas urbanas aumentó 
su exposición al COVID-19. De igual modo, la mayor incidencia de pobreza y una menor base de 
activos productivos entre ellos antes de la pandemia (18 por ciento en comparación al 13 por ciento 
entre los peruanos en regiones similares) limitaron su capacidad para hacer frente a la crisis. Los 
migrantes y refugiados venezolanos enfrentaron la pandemia bajo condiciones laborales y de vivienda 
más vulnerables, con menos acceso al seguro de salud. Además, ellos no eran elegibles para recibir 
transferencias de efectivo del gobierno para protegerlos contra los choques de ingresos asociados 
con la crisis de la COVID-19.
b. Esto según resultados de la encuesta dirigida a la población venezolana residente en Perú en 2018 (INEI 2022b).
Los pobres urbanos poseen significativamente 
menos activos productivos y tienen menos 
acceso a servicios y mercados en comparación 
con la población no pobre. En 2021, los pobres 
urbanos eran más vulnerables y tenían menos 
capital humano, físico e institucional que los 
no pobres urbanos (Gráfico 15). Por ejemplo, 
el porcentaje de pobres urbanos en hogares 
cuyos jefes del hogar cuentan con educación 
superior es de solo 12 por ciento, mientras que 
la proporción correspondiente entre los hogares 
no pobres es de 33 por ciento. Asimismo, solo el 
68 por ciento de los pobres urbanos tiene acceso 
al agua, saneamiento y electricidad, mientras 
que el porcentaje correspondiente entre los no 
pobres es de 82 por ciento. Los pobres urbanos 
también carecen de acceso a internet. Solo el 42 
por ciento de los pobres urbanos tiene acceso 
a internet, en comparación con el 67 por ciento 
de los no pobres. Los pobres urbanos tienen 
menos acceso a títulos de propiedad y servicios 
financieros (36 y 38 por ciento respectivamente), 
mientras que entre los no pobres 49 por ciento y 
55 por ciento tienen acceso a títulos de propiedad 
y servicios financieros, respectivamente. Los 
pobres y no pobres urbanos exhiben tasas 
28 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
similares de atención en centros de salud, pero 
la baja afiliación a un sistema de pensión y la 
presencia de tasas más altas de informalidad 
y de empleo independiente entre las personas 
pobres significa que tienen mayores privaciones 
en cuanto al acceso a protección social y a los 
mercados financieros y laborales.24
24. Lavado y Miranda (2022).
Gráfico 15. Características de la población urbana, 
por situación de pobreza, 2021
% de la población
No pobre Pobre
Tasa de 
dependencia
Nivel superior
(Cabeza fam.)
Agua, saneamiento 
y electricidad
Internet
Vehículos
Título de propiedadAlgún servicio 
financiero
Asiste a centro 
de salud
Afiliación a 
sistema de 
pensiones
Informalidad
Trabajo
independiente
0
20
40
60
80
100
Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares.
Nota: El ratio de dependencia es la proporción de personas que 
generan ingresos en el hogar en relación a todos los miembros del 
hogar.
Gráfico 16. Características de las personas en 
situación de pobreza, por ubicación, 2021
% de la población
53%
26%
99%
19%
19%
10%
16%
88%
10%
17%
Agricultura
Trabajo independiente
Informalidad
Sin acceso a 
servicios de salud*
Al menos un niño 
en edad escolar no 
matriculado
Urbano
Rural
Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares.
Nota: En caso de enfermedad o accidente, los pobres tienden a 
absteerse de usar los servicios de salud debido a que carecen de 
dinero o seguro de salud o porque el centro de salud más cercano 
está ubicado a gran distancia.
Los pobres urbanos están mejor que los 
pobres rurales. En comparación con los 
pobres urbanos, los pobres rurales sufren 
más privaciones y trabajan en empleos más 
vulnerables (Gráfico 16). En algunos indicadores, 
las diferencias no son significativas. Por ejemplo, 
el porcentaje de la población con al menos 
un hijo que no asiste a la escuela es de 17 por 
ciento en áreas urbanas y de 19 por ciento en 
áreas rurales. Otros indicadores son mucho más 
determinantes. Por ejemplo, el 53 por ciento de 
los pobres rurales trabaja en agricultura, mientras 
que solo el 10 por ciento de los pobres urbanos 
está empleado en este sector. Los pobres 
rurales enfrentan restricciones mucho mayores 
en el acceso a servicios de salud. La población 
urbana tiene casi el doble de probabilidades de 
recibir atención en un centro de salud cuando lo 
necesita que la población rural.
Debido a la pandemia, tanto las personas 
pobres como las no pobres en áreas urbanas 
experimentaron pérdidas que representaron 
retrocesos en relación con la situación de 
casi una década antes. Si bien las mejoras de la 
última década han sido sustanciales, los pobres 
urbanos siguen siendo más vulnerables y poseen 
menos capital humano, físico e institucional que 
los no pobres urbanos. La Tabla 1 muestra que 
la acumulación de activos y acceso a servicios 
29Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
entre los no pobres urbanos ha empeorado en ciertas áreas. Por ejemplo, entre los no pobres urbanos, 
en 2021, la proporción de hogares cuyos jefes habían alcanzado educación superior, los miembros que 
tenían acceso a sistemas de pensión y la población que residía en viviendas con títulos de propiedad 
descendió por debajo de los niveles de casi una década atrás.25 Las personas pobres también 
experimentaron un revés similar en comparación con los niveles de una década atrás. Para 2021, 
la incidencia del empleo independiente era mayor y la posesión de títulos de propiedad era menoscomún entre los pobres urbanos que en 2013. Asimismo, mientras que la informalidad disminuyó entre 
los pobres urbanos, esta aumentó entre los no pobres urbanos.
La tasa de vulnerabilidad alcanzó 
su pico y estuvo concentrada en 
núcleos urbanos
A lo largo de las dos décadas pasadas, 
la vulnerabilidad ha ido aumentando y 
poniendo en riesgo el progreso que se había 
logrado. Para 2021, cerca del 40 por ciento 
de la población estaba en riesgo de caer en la 
pobreza, el mayor porcentaje desde 2004. Si se 
mide la vulnerabilidad usando la línea de pobreza 
internacional de países de ingreso medio para 
ingresos per cápita entre US$6.85 y US$14.00 por 
día en paridad de poder adquisitivo (PPA) de 2017, 
la tasa de vulnerabilidad se elevó de 26 por ciento 
25. Según estimados en base a información de la ENAHO, la reducción del porcentaje de la población que reside en viviendas donde tenían títulos 
de propiedad puede explicarse por la disminución del porcentaje de la población que vive en sus propiedades (con o sin préstamo hipotecario). Esto 
concuerda con la urbanización de la pobreza y el aumento del número de personas que viven en pobreza a causa de la pandemia.
26. Estimados usando información de la SEDLAC y definiciones de ingreso y líneas de pobreza internacional actualizadas.
Fuente: En base a información de la Encuesta Nacional de Hogares.
Nota: La información sobre inclusión financiera corresponde a 2015.
Tabla 1. Perfil de la población no pobre y pobre urbana, 2013 y 2021
 % del total
Indicador 
2013* 2021 2021 vs 2013 
No pobre Pobre 
 62.3 46.9 68.0 54.6 
 33.7 9.5 32.8 12.3 
 80.0 59.3 82.1 68.1 
 36.5 6.9 67.3 41.7 
 23.6 9.4 23.1 13.0 
 56.7 45.8 49.4 35.7 
 52.6 36.5 55.3 38.0 
 86.9 72.9 92.8 89.9 
 43.8 17.5 43.3 25.8 
 63.5 89.2 68.4 87.7 
 
 31.6 40.5 36.4 41.8 
Tasa de dependencia
Jefe del hogar con educ. sup.
Agua, saneamiento y electricidad
Acceso a Internet
Vehículo propio
Título de propiedad
Algún servicio financiero
Asistencia a un centro de salud
Afiliación a sistema de pensión
Informalidad
Trabajo independiente
No pobre PobreNo pobre Pobre
en 2004 a 39 por ciento en 2021.26 Si bien la tasa 
de pobreza disminuyó a lo largo del periodo, las 
personas que salieron de la pobreza no lograron 
alcanzar un nivel muy por encima de la línea de 
pobreza y eran, por lo tanto, vulnerables a caer en 
la pobreza en el evento de un choque (Gráfico 17). 
Esta alta tasa de vulnerabilidad desencadenó la 
pérdida de 10 años de progreso social durante la 
COVID-19, lo que representó un mayor retroceso 
en el caso del Perú que en el resto de la región de 
América Latina y el Caribe. Según estimaciones 
usando información de la SEDLAC y la línea de 
vulnerabilidad internacional de países de ingreso 
medio (ingresos entre US$6.85 y US$14.00 por 
día), el porcentaje de personas vulnerables en el 
30 Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Perú es similar al porcentaje en El Salvador (39 por ciento), pero mucho mayor que los porcentajes 
entre sus pares regionales, como Bolivia y Colombia (31 por ciento), Ecuador (34 por ciento) y México 
(37 por ciento). Entre 2019 y 2021, el porcentaje de personas vulnerables en el Perú aumentó en 2 
puntos porcentuales, un incremento únicamente por debajo del aumento mostrado por Dominica, 
Panamá y Paraguay, donde el porcentaje de personas vulnerables aumentó en 3 puntos porcentuales.27
27. Estadísticas basadas en definiciones e información de la SEDLAC sobre Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Dominica, Ecuador, El Salvador, 
Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay y Uruguay.es de ingreso y líneas de pobreza internacional actualizadas.
Gráfico 17. Personas pobres (US$6.85) y vulnerables 
(US$6.85–US$14.00), 2004–21
% de la población total
Fuente: Estimación de pobreza y vulnerabilidad usando información 
de la SEDLAC y líneas de pobreza internacional.
Fuente: Estimación de pobreza y vulnerabilidad usando información 
de la SEDLAC y líneas de pobreza internacional.
26 25 28 
29 32 32 34 35 35 36 36 37 36 35 37 37 
35 
39 
 -
 10
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20
21
Pobres ($6.85) Vulnerables ($6.85 - $14)
Mapa 1. Vulnerabilidad por distrito, 2021
% de la población total
20,00-380,000
10,000-20,000
2,000-10,000
0-2,000
Población vulnerable
La vulnerabilidad a la pobreza varía 
ampliamente en todo el Perú. Para determinar 
la dispersión geográfica de la vulnerabilidad, el 
análisis debe extenderse más allá del agregado 
geográfico de departamentos. Estimar la pobreza 
y la vulnerabilidad en unidades administrativas 
más pequeñas es un camino para entender las 
dinámicas del bienestar de manera más precisa. 
En el caso del Perú, la encuesta de la ENAHO 
solo puede producir estimados estadísticamente 
representativos a nivel de departamentos. Es 
posible que este nivel de resolución espacial no 
sea suficientemente granular, particularmente 
en contextos donde los programas de asistencia 
social requieren el cruce de información más 
detallada de datos administrativos y fuentes de 
detección a distancia para entender los retos 
existentes y emergentes a los que se enfrentan 
los hogares. Las técnicas de mapeo de la pobreza 
permiten estimar la proporción de hogares 
que viven por debajo de la línea de pobreza en 
unidades administrativas más pequeñas en base 
a información del censo nacional en lugar de 
mediciones directas, las mismas que no suelen 
estar disponibles.
31Resurgir fortalecidos: Evaluación de pobreza y equidad en el Perú
Al aplicarse y extenderse las técnicas de 
mapeo de la pobreza se puede estimar el 
porcentaje de hogares vulnerables a nivel 
distrital, lo que proporciona información 
valiosa acerca de las áreas donde los hogares 
necesitan asistencia adicional.28 A diferencia 
de las tasas de vulnerabilidad medidas utilizando 
líneas internacionales de pobreza, las tasas 
de vulnerabilidad que se miden a nivel distrital 
pueden definirse como la vulnerabilidad de 
caer en la pobreza (vulnerabilidad inducida por 
riesgo) o la vulnerabilidad de seguir siendo pobre 
(vulnerabilidad inducida por pobreza), dada la 
disponibilidad de información a mayor detalle.29 
Entre 2017 y 2021, la tasa total de vulnerabilidad 
en el Perú se elevó de 28.2 por ciento a 37.4 
por ciento, con amplias variaciones espaciales 
entre distritos y regiones. En base a sus tasas de 
vulnerabilidad, los distritos pueden dividirse en 
tres grandes grupos: los de baja vulnerabilidad, 
alta vulnerabilidad y los de pobreza crónica. 
Los distritos en el primer grupo exhiben niveles 
bajos de vulnerabilidad inducida por la pobreza 
y pocos hogares en riesgo de pobreza. Por 
el contrario, a pesar de las tasas de pobreza 
relativamente bajas, los distritos en el grupo de 
alta vulnerabilidad presentan altos niveles de 
volatilidad de ingresos. Los distritos con pobreza 
crónica tienen niveles de pobreza altos y, por su 
propia naturaleza, pocos hogares en riesgo de 
pobreza.
Se pueden encontrar bolsones de 
vulnerabilidad en distritos de las tres macro 
regiones del Perú, particularmente en la 
costa norte y central, la sierra central y 
la selva amazónica. Los mayores bolsones 
de vulnerabilidad se encuentran en Lima, 
concretamente, en los distritos de Ate, Comas, 
San Juan de Lurigancho y San Martín de Porres. 
Estos cuatro distritos albergan a 1.2 millones de 
28. Puede encontrarse información más detallada sobre datos y metodología en la próxima Evaluación de la Pobreza en el Perú del Banco Mundial, 
capítulo 4.
29. Puede encontrarse más información sobre la metodología usada para estimar la vulnerabilidad, así como los resultados en la próxima Evaluación 
de la Pobreza en el Perú del Banco Mundial, capítulo 4.
30. Las áreas urbanas, semiurbanas y rurales se identifican

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