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Biologia de los microorganismos (1575)

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930 L A S E N F E R M E D A D E S I N F E C C I O S A S Y S U T R A N S M I S I Ó N
En la naturaleza pueden existir millones de especies de microor-
ganismos, pero solo unos cuantos centenares de ellos provocan 
enfermedades. En este capítulo y en los tres siguientes, nos cen-
tramos en este importantísimo subconjunto del mundo micro-
biano. Investigamos tanto la biología de los patógenos como las 
enfermedades que provocan, incluyendo su diagnóstico, trata-
miento y prevención.
Nuestra cobertura de las enfermedades infecciosas se orga-
niza en torno al modo de transmisión de cada patógeno. En 
este capítulo, exploramos las enfermedades que se transmiten 
de persona a persona, ya sea a través del aire, por contacto 
directo o por contacto íntimo. Utilizando este enfoque, esta-
bleceremos las conexiones ecológicas entre patógenos diver-
sos desde el punto de vista biológico. En los Capítulos 30 
y 31, nos centramos en las enfermedades transmitidas por ani-
males y artrópodos vectores, y en las que se deben a fuentes 
comunes como el agua y los alimentos, respectivamente. En el 
Capítulo 32 examinamos las infecciones fúngicas y parasita-
rias, enfermedades causadas por microorganismos del domi-
nio Eukarya.
I Enfermedades bacterianas de transmisión aérea
Las infecciones respiratorias agudas matan a más de 4 millo-nes de personas cada año en todo el mundo, fundamental-
mente en los países en desarrollo. La población infantil y las 
personas mayores son las principales víctimas, pero en gene-
ral, las infecciones de este tipo son las enfermedades humanas 
más habituales. Los aerosoles, como los generados al estornu-
dar (Figura 29.1), al toser, al hablar o al respirar, son vehículos 
importantes de transmisión de muchas enfermedades infeccio-
sas de una persona a otra. Además de infectar directamente a 
un nuevo hospedador, la mucosa infecciosa de un aerosol tam-
bién puede contaminar objetos, como el pomo de una puerta, 
y transmitir la infección mucho después de que se haya produ-
cido el aerosol. De esta manera, las enfermedades respiratorias 
se propagan con velocidad, especialmente en áreas congestio-
nadas, puesto que los patógenos que se transmiten por el aire 
utilizan un método de infección tan simple como efectivo.
29.1 Patógenos que se propagan 
por el aire 
Los microorganismos que encontramos en el aire proceden del 
suelo, del agua, de plantas, de animales, de personas, de super-
ficies y de otras fuentes. Muchos microorganismos sobreviven 
con dificultad en el aire, y por ello, algunos patógenos solo se 
transmiten eficazmente entre los humanos en distancias cor-
tas. No obstante, algunos patógenos resisten condiciones de 
sequedad y pueden permanecer vivos en el polvo o en fómites 
durante largos períodos de tiempo. Las bacterias grampositivas 
(Staphylococcus, Streptococcus), por ejemplo, son generalmente 
más resistentes a la sequedad que las gramnegativas debido al 
grosor y a la rigidez de su pared celular. También la capa cérea 
de las paredes celulares de Mycobacterium resiste la sequedad 
y favorece la supervivencia de patógenos como Mycobacterium 
tuberculosis.
Durante un estornudo se puede expeler un gran número de 
pequeñas gotitas (Figura 29.1). Las gotitas infecciosas tienen un 
diámetro de unos 10 μm y cada una de ellas puede contener 
una o varias células bacterianas o viriones. La velocidad inicial 
de estas gotas en un estornudo violento se aproxima a 100 m/s 
(más de 325 km/h), y a unos 15-50 m/s cuando tosemos o grita-
mos. En un único estornudo, el número de bacterias varía de 104 
a 106, y las cifras de virus pueden ser mucho mayores. Debido 
a su pequeño tamaño, estas gotas se evaporan rápidamente en 
el aire, dejando tras de sí un moco seco en el que permanecen 
embebidas las bacterias.
El aparato respiratorio humano se divide en una región supe-
rior y otra inferior, y hay patógenos específicos de transmi-
sión aérea que explotan una región o la otra, o a veces ambas 
(Figura 29.2). La velocidad a la que se mueve el aire a través del 
aparato respiratorio humano varía, y es bastante lenta en el 
tracto inferior. A medida que el aire pierde velocidad, las partí-
culas que transporta dejan de moverse y se depositan. Las par-
tículas de mayor tamaño se depositan antes que las pequeñas, 
y solo las partículas de tamaño inferior a 3 μm logran alcan-
zar los bronquiolos, en la parte inferior del tracto respiratorio 
(Figura 29.2).
Las infecciones que afectan al tracto respiratorio superior, 
como el resfriado común, suelen ser agudas pero no graves. Por 
el contrario, las infecciones del tracto inferior, como la neumo-
nía bacteriana o la vírica, suelen ser crónicas y pueden ser bas-
tante graves, especialmente en personas ancianas o en pacientes 
con inmunidad comprometida. Aunque muchas infeccio-
nes respiratorias comunes no son graves en un hospedador 
sano, pueden propiciar la aparición de infecciones secundarias 
Figura 29.1 Fotografía de alta velocidad de un estornudo. El efluente 
sale a más de 325 km/s.
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