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GINECOLOGIA (436)

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415Endocrinología de la reproducción 
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5
Esta característica se utiliza en la clínica administrando agonis-
tas de la GnRH de acción prolongada en el tratamiento de las 
enfermedades dependientes de esteroides, como la endometriosis, 
los leiomiomas, el cáncer mamario y el cáncer de próstata. Estos 
agonistas desorganizan la liberación pulsátil de GnRH, provocan 
menor secreción de gonadotropinas y, a su vez, reducen la concen-
tración sérica de esteroides sexuales ováricos.
La liberación pulsátil de GnRH es más frecuente, aunque de 
menor amplitud, en la fase folicular que durante la fase lútea. La 
liberación pulsátil más rápida estimula de manera preferente a la 
LH, mientras que la secreción lenta favorece a la FSH (Wildt, 
1981). Por lo tanto, los cambios en la frecuencia con que se libera 
GnRH repercuten sobre la concentración absoluta y el índice de 
secreción de las gonadotropinas.
A la fecha se cree que la actividad pulsátil constituye una pro-
piedad intrínseca de las neuronas con GnRH. Así, quizá otras hor-
monas y neurotransmisores tengan efectos moduladores (Clayton, 
1981; Yen, 1985). En modelos animales, los estrógenos aumentan 
la frecuencia con que se libera GnRH y, por lo tanto, aumentan la 
concentración de LH en relación con la de FSH. Por el contrario, 
la progesterona reduce la liberación pulsátil de GnRH. La libera-
ción lenta de dicha hormona estimula más la secreción de FSH que 
de LH, de manera que el aumento de progesterona durante la fase 
lútea explica el estímulo preferencial de FSH que se observa hacia 
el fi nal de esta fase. Dicha elevación de la FSH es imprescindible 
para el comienzo del reclutamiento folicular.
Péptidos opioides y hormona liberadora de gonadotro-
pinas. El tono opioide en el cerebro tiene una función central 
en el ciclo menstrual al suprimir la liberación hipotalámica de 
GnRH (Funabashi, 1994). Los estrógenos aumentan la secreción 
de endorfi nas, lo que incrementa aún más con la adición de pro-
gesterona (Cetel, 1985). Por consiguiente, la concentración de 
endorfi nas se acrecienta durante la fase folicular, alcanza su punto 
máximo durante la fase lútea y desciende de manera considerable 
durante la menstruación. Este patrón sugiere que el tono opioide 
actúa con la progesterona para reducir la frecuencia de la liberación 
pulsátil de GnRH durante la fase lútea, en comparación con la 
etapa folicular. Por razones que se desconocen, en el momento de 
la ovulación se produce una liberación de GnRH por supresión de 
los opioides (King, 1984).
Durante muchos años se pensó que las neuronas con GnRH no 
expresaban receptores estrogénicos y, por lo tanto, que la retroali-
mentación estrogénica en el hipotálamo se realizaba por los efectos 
sobre las neuronas hipotalámicas con conexiones sinápticas con las 
neuronas con GnRH. Sin embargo, ahora se sabe que estas células 
expresan el ERβ y aún no se han identifi cado receptores de proges-
terona en ellas. Por lo tanto, en la actualidad se cree que los este-
roides ováricos repercuten sobre la actividad neuronal productora 
de GnRH por mecanismos tanto directos como indirectos, donde 
los opioides actúan como intermediarios imprescindibles para la 
retroalimentación negativa.
 ■ Otros ejes hipotálamo-hipofisarios
Dopamina y prolactina
Los neurotransmisores más importantes en la neuroendocrinolo-
gía de la reproducción son las tres monoaminas: dopamina, nor-
adrenalina y serotonina. Las fi bras que contienen dopamina y que 
regulan la función hipofi saria se originan ante todo en el núcleo 
plácoda olfatoria y emigran a lo largo del nervio vomeronasal hacia 
el hipotálamo (fi g. 16-5, pág. 447). El desplazamiento de estas 
neuronas es regulado por una serie de factores solubles localizados 
en ubicaciones específi cas a lo largo de su trayecto. Estos factores 
comprenden moléculas de señalización secretadas como el GABA, 
moléculas de adherencia y factores de crecimiento (Tobet, 2006; 
Wierman, 2004). La migración anormal puede ser el resultado de 
una variedad de defectos genéticos en estas moléculas de señaliza-
ción y puede provocar el síndrome de Kallmann, que se discute 
con más detalle en el capítulo 16 (págs. 447-448).
En los primates, los cuerpos celulares productores de GnRH se 
localizan ante todo dentro del núcleo arqueado. En estas células, la 
GnRH se transporta a través de los axones a lo largo del trayecto 
tuberoinfundibular hasta la eminencia media. Después la hormona 
en cuestión se secreta hacia el sistema porta que desemboca de 
forma directa en la hipófi sis anterior y estimula la biosíntesis y 
secreción de gonadotropinas. El número de neuronas con GnRH 
es muy reducido y existen unos cuantos miles de células dispersas 
dentro del núcleo arqueado.
El origen olfatorio de las neuronas con GnRH y de las células 
epiteliales nasales, sugiere que existe una relación entre las señales 
olfatorias y los procesos de reproducción. Ciertos compuestos que 
son liberados por un individuo y que afectan a otros miembros de 
la misma especie se conocen como feromonas. Aquellas obtenidas 
de las secreciones axilares de féminas al término de la fase folicu-
lar, aceleran la ocurrencia del pico de LH y acortan el intervalo 
del ciclo menstrual de las mujeres que tienen contacto con estas 
sustancias químicas. Las secreciones de mujeres que se encuentran 
en la fase lútea tienen el efecto inverso. Por lo tanto, quizá las fero-
monas constituyen otro de los mecanismos por medio de los cuales 
las mujeres que conviven de manera considerable a menudo tienen 
ciclos menstruales sincrónicos (Stern, 1998).
Existe un subgrupo de neuronas con GnRH que envían pro-
yecciones hacia otras áreas del sistema nervioso central, como el 
sistema límbico. Estas neuritas no son necesarias para la secreción 
de gonadotropinas, pero es posible que participen en la regulación 
de la conducta reproductiva (Nakai, 1978; Silverman, 1987).
Secreción pulsátil de la hormona liberadora de gonado-
tropinas. En varios experimentos realizados en primates, Knobil 
(1974) demostró que los gonadotropos hipofi sarios necesitan el 
aporte pulsátil de GnRH para lograr una secreción sostenida de 
gonadotropinas. Como se muestra en la figura 15-13, el riego con-
tinuo con GnRH reduce con rapidez la secreción de LH y FSH, 
efecto que se invierte con facilidad volviendo al estímulo pulsátil. 
0
0 5 10 15 20 25 30 35 4051015
1 pulso 
por hora
1 pulso 
por hora
5 pulsos 
por hora
Días
5
10
15
20
25
30
35
40
0
50
100
150
200
250
300
350
400
F
S
H
 (
ng
/m
l)
LH
 (
ng
/m
l)
FIGURA 15-13. Gráfica de los cambios en la concentración de hor-
mona luteinizante (LH) y hormona estimulante del folículo (FSH) que 
ocurren cuando varía la liberación pulsátil de hormona liberadora de 
gonadotropinas (GnRH). (Reimpresa de Knobil, 1980, con autorización.)
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