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Biologia de los microorganismos (1629)

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E N F E R M E D A D E S B A C T E R I A N A S Y V Í R I C A S T R A N S M I T I D A S D E P E R S O N A A P E R S O N A 957
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diagnóstico inicial de infección por VIH, la prueba RT-PCR se 
usa para determinar el progreso de dicha infección y la eficacia 
de la quimioterapia (Figura 29.47).
Tratamiento del VIH/SIDA
La prognosis para los individuos infectados con VIH y no tra-
tados es mala, puesto que los patógenos oportunistas o las 
enfermedades malignas (Figuras 29.45 y 29.46) les acabarán 
provocando la muerte. Estudios de larga duración indican que 
la persona media, infectada por VIH, suele pasar por varias fases 
de disminución en la función inmunitaria, con pérdida de célu-
las T CD4 en sangre desde un valor normal de 600-1.000/mm3 a 
casi cero, en un período de entre 5 y 7 años (Figura 29.44). Aun-
que la tasa de descenso en la inmunidad varía entre individuos 
infectados de VIH/SIDA, es raro que un individuo VIH-positivo 
viva más de 10 años sin algún tipo de terapia anti VIH.
Se han desarrollado varios compuestos que ralentizan la pro-
gresión del VIH/SIDA y que prolongan significativamente la 
vida de los infectados con VIH. La terapia intenta reducir la 
carga vírica por debajo de niveles detectables (Figura 29.44). 
La estrategia para lograr esto se denomina terapia antiretrovi-
ral muy activa (HAART, del inglés highly active anti-retroviral 
therapy), y se lleva a cabo administrando simultáneamente al 
menos tres fármacos antirretrovirales para inhibir la replicación 
del VIH e impedir el desarrollo de cepas resistentes del virus. 
No obstante, la terapia múltiple no cura la infección por VIH. 
Los individuos que tienen una carga vírica detectable después 
transcriptasa inversa específica del virus (RT-PCR; Sec-
ción 11.3). La RT-PCR cuantifica el número de viriones pre-
sentes en la sangre; es decir, la carga vírica. La prueba RT-PCR 
no se emplea rutinariamente para analizar el VIH porque es 
costosa y técnicamente exigente. Sin embargo, después de un 
Figura 29.45 Patógenos oportunistas asociados con el VIH/SIDA. (a) Candida albicans, procedente
de tejido cardiaco de un paciente con infección sistémica por Candida. (b) Cryptococcus neoformans, 
procedente de tejido pulmonar de un enfermo de SIDA. (c) Histoplasma capsulatum mostrando las 
estructuras reproductivas llamadas macroconidia. (d) Pneumocystis jiroveci, procedente de los pulmones 
de un paciente con la inmunidad comprometida. (e) Cryptosporidium sp., procedente del intestino delgado 
de un paciente con criptosporidiosis. (f) Toxoplasma gondii, procedente de tejido cardiaco de un paciente 
con toxoplasmosis. (g) Infección por Mycobacterium spp. del intestino delgado (tinción de ácido-alcohol-
resistencia). Muchas de estas enfermedades fúngicas y parasitarias se exponen en el Capítulo 32.
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(f)(e)
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(c)(b)(a)
(d)
(g)
Figura 29.46 Sarcoma de Kaposi. Se muestran las lesiones tal como
aparecen en (a) el talón y la parte lateral del pie, y (b) en la región distal de la 
pierna y el tobillo.
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(a)
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