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Quinolonas
AUTOR
Dr. Héctor Alejandro Serra
Médico Especialista en Farmacología - U.B.A.
Docente Adscripto Primera Cátedra de Farmacología
Facultad de Medicina U.B.A.
Profesor Adjunto de Farmacología
Facultad de Medicina U.A.I.
�
Indice
Introducción	 	 	 	 	 	 	 		3
Farmacodinamia	 	 	 	 	 	 		6
Resistencia	 	 	 	 	 	 	 18
Farmacocinética	 	 	 	 	 	 22
Efectos	adversos	 	 	 	 	 	 24
Interacciones	medicamentosas	 	 	 	 27
 
Precauciones	y	advertencias	 	 	 	 29
Contraindicaciones	 	 	 	 	 	 29
 
Indicaciones,	dosis	y	vías	de	administración	 	 30
Discusión	y	conclusiones	 	 	 	 	 32
Referencias	bibliográficas	 	 	 	 	 37
Separata 2008 - Vol.16 No 3 �
INTRODUCCION
Con el descubrimiento e introducción de los antibióticos a partir de la segunda mitad del siglo pa-
sado, la medicina pudo contar con fármacos realmente curativos que cambiaron la evolución y el 
pronóstico de las infecciones y permitieron una sustancial mejoría en la calidad y expectativa de 
vida. Sin embargo, y paradójicamente, las mismas moléculas, por mal uso y abuso, han puesto en 
riesgo el gran beneficio que acarrearon, pues generaron el desarrollo de poblaciones de gérmenes 
resistentes 1,2. No cabe duda de que la emergencia de patógenos resistentes es el nuevo desafío 
para la infectología actual. Entonces se establece una carrera entre el hombre y su industria vs. los 
gérmenes, donde la obtención de nuevas drogas que podrían ser sumamente útiles, se compensa y 
a veces se empaña, con el desarrollo de nueva resistencia 3. 
Varias estrategias con criterio ecológico podrían pensarse para eludir y avanzar algunos pasos en 
esta carrera 3. Primeramente, no es posible la ausencia de resistencia, siempre existió y existirá una 
forma basal o constitutiva; luego, si no hay forma de evitarla, sería deseable mantenerla en sus nive-
les históricos. En segundo término, la resistencia aparece siempre que esté presente el antibiótico, 
por ello si se administra en dosis subóptimas nunca terminará con los patógenos adecuadamente 
y favorecerá el crecimiento de cepas resistentes. En esa misma línea, la inadecuada prescripción 
y la extrema utilización en veterinaria y en la cría intensiva de ganado, exponen a la población hu-
mana permanentemente a cantidades bajas que fuerzan la persistencia o peor aún, incrementan el 
fenómeno. Finalmente, contar con moléculas nuevas no asegura la buscada efectividad y sólo será 
posible contrarrestar la resistencia si éstas ejercen un notable efecto bactericida.
En este trabajo se analizará un grupo de quimioantibióticos sintéticos muy útiles para la problemática 
infecciosa actual, las fluoquinolonas. Este ha crecido a partir de moléculas noveles con baja resis-
tencia y mejor farmacocinética aunque no exentas de efectos adversos. Por ello, deben ser usadas 
con el máximo conocimiento y absoluta precaución. Así, a pesar de que una parte del trabajo ha 
sido publicado previamente en la Colección de Farmacología 4, los avances registrados en el lustro 
pasado obligan a actualizar lo descripto.
Las quinolonas son antibióticos sintéticos obtenidos con relativa facilidad. Su estructura base es la 
3-carboxi- 4-oxo-1,4-dihidropiridina asociada a un benceno u otra piridina para formar los biciclos, 
quinolona y naftiridona respectivamente (figura 1) 5,6. El término quinolona deriva de quinolina, el 
núcleo aromático presente en los alcaloides de la quina y otros antipalúdicos clásicos, ya que de 
éste deriva la estructura básica de todas ellas 5. El origen se remonta a 1962 cuando Lesher, en la 
búsqueda de nuevos antipalúdicos sintéticos, obtuvo accidentalmente ácido nalidíxico; compuesto 
que cinco años después se convirtió en la primera quinolona de uso clínico como antiséptico urinario 
7. Hacia fines de los 60 y principios de los 70, se sintetizaron otras quinolonas como la cinoxacina, la 
flumequina (primera 6-fluoquinolona) y los ácidos oxolínico, piromídico y pipemídico, que no repre-
sentaron grandes avances; por ello, algunas quedaron confinadas para uso veterinario. Sin embargo, 
el ácido pipemídico presenta por primera vez la piperazina en la posición 7 del núcleo básico; este 
agregado dotó a la molécula de ciertas ventajas farmacocinéticas, a la vez que mejoró parcialmente 
su espectro. Pero tal vez la contribución más importante ocurrió hacia los 80, con la introducción de 
�
la norfloxacina. Esta droga, conteniendo la 
7-piperazina y el 6-flúor, significó un cam-
bio radical en las posibilidades terapéuticas 
del grupo. Por ello, a partir de la década 
siguiente y hasta la actualidad, la familia de 
las quinolonas creció en forma importante 
a expensas de 6-fluoderivados 4,5. No obs-
tante, a pesar de las grandes expectativas 
que cada nueva molécula ha generado, va-
rias han quedado en el camino, algunas por 
desinterés comercial, falta de aplicación 
terapéutica o aparición de resistencia; pero 
debe notarse que seis de ellas debieron 
ser retiradas del mercado farmacéutico por 
toxicidad importante (ver efectos adversos 
e interacciones medicamentosas) 7,8. 
Tabla 1 - Clasificación de las quinolonas (modificado de Andersson MI y MacGowan AP 5 y Ball P 8).
Generación* Fecha Quinolona Naftiridona Características clínico-farmacológicas
I 1960-1975
Flumequina
Cinoxacina
Acido nalidíxico
Acido
pipemídico
Grupo A: uso predominante en infeccio-
nes urinarias luminales por gérmenes 
Gram – aerobios (enterobacterias)
IIa 1976-1990
Norfloxacina**
Ciprofloxacina
Ofloxacina Enoxacina
Grupo B: uso predominante en infeccio-
nes sistémicas por gérmenes 
Gram – (incluido P. aeruginosa)
IIb 1991-1995
Levofloxacina+
Grepafloxacina
Esparfloxacina Tosufloxacina
Grupo D: uso predominante en infeccio-
nes respiratorias (mayor potencia contra 
S. pneumoniae y anaerobios)
IIIa 1996-2000
Gatifloxacina
Clinafloxacina
Moxifloxacina Trovafloxacina
Algunas pertenecen al grupo C: uso 
predominante en infecciones sistémicas 
por gérmenes Gram + y –, Clamydia y 
Mycoplasma (amplio espectro) y otras al 
grupo D
IIIb 2001- Actualidad Garenoxacina Gemifloxacina Grupo D
En cursiva, quinolonas retiradas de la venta por toxicidad.
* Para la mayoría de los autores consultados la generación IIb corresponde a la 3ra. generación y las IIIa y IIIb
a la 4ta. 
** La norfloxacina presenta características del grupo A, pues se halla indicada en infecciones urinarias.
+ La levofloxacina pertenece a los grupos B y D.
Naftiridonas:
Acido Nalidíxico
Enoxacina
Trovafloxacina
Quinolonas:
Norfloxacina
Ciprofloxacina
Levofloxacina
Figura 1 - Estructura base de las quinolonas
Quinolina
Separata 2008 - Vol.16 No 3 5
Estos antibióticos pueden clasificarse por generaciones a partir de su fecha de introducción al ar-
senal terapéutico o bien siguiendo un criterio clínico según su utilidad terapéutica; pero en cualquier 
clasificación que se siga cada división o subgrupo se corresponde con un avance farmacoterapéuti-
co, ya sea en el espectro o en la posología 4,5,7,8 (tabla 1). No todas las quinolonas se comercializan 
en Argentina para uso humano. Las que se hallan disponibles son (figura 2): el ácido nalidíxico, el 
ácido pipemídico, la norfloxacina, la ciprofloxacina, la ofloxacina, la levofloxacina (isómero activo de 
la anterior), la fleroxacina, la lomefloxacina, la gatifloxacina y la moxifloxacina.
Las quinolonas son drogas anfóteras, excepto algunas de primera generación que son ácidos, con 
peso molecular entre 300 y 400 y punto isoeléctrico mayor a 7, puesto que predominan grupos bási-
Quinolonas de 1ra generación:
Acido nalidíxico Acido pipemídico
Fluoquinolonas de 2da generación:
Norfloxacina Ciprofloxacina Fleroxacina
IIa
IIb
Ofloxacina (racémico)
y Levofloxacina (isómero activo)
Fluoquinolonas de 3ra generación:
IIIa
Lomefloxacina Gatifloxacina Moxifloxacina
Figura 2 - Estructura química de las quinolonas comercializadas en Argentina
�
cos (la tabla 2 muestra algunas características físico-químicas de ellas). Al igual que las tetraciclinas, 
forman quelatosinsolubles con cationes di o trivalentes. La capacidad quelante de los metales es, 
en orden decreciente, el siguiente: cobre, hierro, zinc, magnesio, calcio y aluminio. Esta propiedad 
tiene, como se verá en secciones subsiguientes, relevancia farmacocinética, farmacodinámica y 
toxicológica 4.
Tabla 2 - Algunas características físico-químicas de las quinolonas (modificado de
http://www.drugbank.ca/ y Fukuda H, et al. ��).
Quinolona Peso molecular Punto de fusión (°C) Solubilidad en agua (mg/ml)
LogP*
(hidrofobicidad)
Acido nalidíxico 232 229,5 2,3 -1,9
Acido pipemídico 303 254 0,32 0,85
Norfloxacina 319 227 1,01 0,46
Ciprofloxacina 331 256 1,35 0,14
Levofloxacina 361 218 1,44 -0,68
Fleroxacina 369 270 1,7** -0,66
Gatifloxacina 375 183,5 0,6 0,23
Lomefloxacina 351 240 0,1 -0,01
Moxifloxacina 401 240 0,7** -0,02
* Cuanto más positivo es el valor, más hidrofóbica es la quinolona.
** Estimado.
FARMACODINAMIA
Topología del cromosoma bacteriano. Papel de las topoisomerasas
Los cromosomas y plásmidos bacterianos son dúplex circulares. La doble hélice se halla enroscada 
con giro en sentido positivo (giro derecho) y a la vez, densamente empaquetada pues desplegada 
ocuparía 1.000 veces el tamaño de la bacteria que los contiene. El empaquetamiento implica un en-
rollamiento un orden superior al giro típico de la doble hélice y por ello se lo llama superenrollamiento. 
Si este supergiro continuara en el sentido de la doble hélice generaría tal tensión de cizallamiento que 
rompería la molécula del DNA en múltiples zonas. 
En cambio, el dúplex se halla superenrollado en sentido contrario o negativo, con lo cual se produce 
un balance de fuerzas y se alivian las tensiones; incluso podría decirse que está subenrollado pues 
el supergiro negativo supera al propio del dúplex 9. La geometría (o más precisamente topología) de 
este DNA superenrollado varía con respecto al DNA original desplegado. Su medida topológica es el 
número de enlace (L) que corresponde a las veces que un dúplex se enrolla sobre sí mismo usando 
ejes pertenecientes al mismo plano 10 (para una mayor explicación ver la figura 3).
La estructura compacta del cromosoma bacteriano se denomina nucleoide 11 y se dispone en 
aproximadamente 65 dominios en superplegado plectonémico 9,12 estabilizados por proteínas es-
Separata 2008 - Vol.16 No 3 �
peciales (HU, H-NS, SMC y otras). El motivo 
de tal ordenamiento es la optimización de 
los procesos básicos sobre el DNA: la re-
paración, la duplicación, la recombinación y 
la transcripción, los cuales pueden hacerse 
rápidamente por sectores, sin necesidad del 
desenrollamiento completo del cromosoma, y 
asimismo, mediante el grado de compacta-
ción se puede favorecer o impedir dichas ac-
tividades. Cuando alguno de estos procesos 
tiene lugar, se genera en la base del dominio 
o al frente de la horquilla replicativa una tensión excesiva, producto de la apertura de la hélice o rela-
jación en la zona de actividad. Por consiguiente, el dúplex debe superenrollarse negativamente aun 
más por delante de estas regiones. 
Las topoisomerasas del DNA son las enzimas encargadas de dar al DNA el superenrollado negativo 
necesario para que el empaquetamiento y cualquier proceso cromosómico tenga lugar sin tensio-
nes. También, en forma inversa, son capaces de retirarlo cuando es necesario desanudar el DNA y 
adicionalmente, promover la separación de los dúplex hijos previa a la división celular, proceso co-
nocido como decatenación 12-14. Las topoisomerasas son proteínas ubicuas, todos los organismos 
vivos las presentan y muestran una notable conservación evolutiva debido al papel crítico que cum-
plen. Su mecanismo básico se basa en la separación transitoria (mellado-resellado) de las hebras 
del dúplex seguido de otro proceso adicional. De acuerdo a éste se agrupan en dos tipos o familias 
(tabla 3 y figura 4) 14. 
Figura 3 - Conceptos topológicos. Topología es la rama 
matemática que estudia las propiedades estructurales de 
los objetos que no cambian cuando éstos sufren distor-
siones, por ejemplo, en A se muestra un hilo o hebra que 
puede ser unida por sus extremos y transformarla en una 
circunferencia sin que pierda su topología. El número de 
enlace (L) es una propiedad topológica definida por las ve-
ces que una hebra gira sobre sí misma; en B, se observa la 
hebra que se retuerce 12 veces alrededor del eje 1 (como 
el cable que une el auricular con el teléfono) por lo que L 
es 12. L puede descomponerse en T (giro) y W (torsión o 
supergiro alrededor del eje 2 que se halla en el mismo plano 
que el eje 1); en C se observa la hebra con un supergiro 
adicional en dirección contraria, por lo que L es 11; A, B y C 
son topológicamente distintos. Aplicando estos conceptos 
al DNA (abajo), dos moléculas de DNA que sólo difieren en 
su L son topoisómeros y la única forma de interconvertirlos 
es provocando una apertura o mella en una o en las dos 
cadenas (reacción de la topoisomerasa) que modifica L a 
través del cambio de W, pero sin cambiar T. El supergiro 
permite al nucleoide bacteriano empaquetarse y desarrollar 
sus funciones sin generar tensiones que acabarían con su 
estructura.
8
Tabla 3 - Las distintas topoisomerasas (modificado de Corbett KD y Berger JM 1�).
Familia IA IB IIA IIB
Estructura* Monómero Monómero Tetrámero Tetrámero
Cofactor metálico (Mg2+) Sí No Sí Sí
Uso de ATP No No Sí Sí
Ruptura de hebra Una Una Ambas Ambas
Polaridad del corte fosfodiester 5´ 3´ 5´ 5´
n de enlace y sentido** + 1 +/- varios +/- 2 +/- 2
Sensibilidad a drogas*** Campotectinas ?? PodofilofilinasQuinolonas ??
Ejemplos procariotes E. colitopo I & III v-topo I
DNA girasa, 
topo IV topo VI
Ejemplos eucariotes Girasa reversa h-topo I topo II
* Todas, excepto las IB, presentan centros activos de unión al DNA emparentadas con los centros de las primasas y de la pro-
teína activadora por catabolito, CAP. Las Ib tienen centros similares a las integrasas virales y a las recombinasas. 
** Modificación del n de enlace por cada ciclo catalítico: + supergiro positivo; - supergiro negativo.
*** Las campotectinas (topotecan) y las podofilofilinas (etopósido, tenipósido) actúan sobre topoisomerasas procariotes y euca-
riotes, por ello se usan como antineoplásicos. En cambio las quinolonas exhiben selectividad hacia las procariotes.
• La familia I comprende proteínas monoméricas que producen la separación transitoria de una sola 
cadena sin gasto energético. Ello permite el paso de una hebra sobra la otra del dúplex o bien el giro 
libre de la cadena cortada para reducir tensiones. Con ellas, el número de enlace aumenta una vez o 
se reduce-aumenta n veces, si se trata del paso de hebra o del giro libre respectivamente.
• La familia II comprende proteínas tetraméricas que catalizan la separación transitoria de las dos 
cadenas con gasto de energía, promoviendo el paso a su través de otra parte del DNA antes del 
cierre. Ello genera el supergiro negativo o positivo propio del empaquetamiento o de la relajación-
Figura 4 - Actividades de las distintas familias de topoisomerasas procariotes sobre un nucleoide. La familia I cambia el es-
tado supergiro al cortar una cadena, mientras que la familia II corta ambas cadenas gastando ATP. Las familias IA y II cuando 
cortan, pasan cadenas sanas a través de la mella (según se vio en la figura 3); en cambio la familia IB permite el giro libre de 
la cadena cortada hasta aliviar la tensión. Asimismo la familia, IA favorece el aumento de L en una unidad por corte, mientras 
que la II provoca su reducción en dos unidades por corte. El giro libre inducido por la familia IIB puede aumentar o disminuir L 
varias veces por corte (modificado de Corbett KD y Berger JM 14).
Separata 2008 - Vol.16 No 3 �
decatenación. Con ellas, se 
produce una modificación de 
dos veces el número de en-
lace. A los fines de esta re-
visión interesa la familia IIA, 
cuyos miembros procariotes, 
DNA girasa y topoisomerasa 
IV, son sensibles a las quino-
lonas 12-18.Ambas enzimas 
presentan una estructura y 
organización parecidas, pues 
evolucionaron a partir de ge-
nes ancestrales comunes. La 
DNA girasa o topoisomerasa 
II es un tetrámero constituido 
por dos subunidades A y dos 
B, productos de sendos genes, gyrA y gyrB; mientras que la topoisomerasa IV es también un tetrá-
mero formado por dos subunidades C y dos E, productos de los genes parC y parE (o grlA y grlB en 
S. aureus). A y C son homólogas y contienen el centro activo para la apertura y cierre (mellado y em-
palme) del DNA; en cambio B y E son las subunidades con actividad ATPasa (figura 5). Los estudios 
bioquímicos sugieren también un mecanismo catalítico común para esta familia 14,19-21 (figura 6):
• Mediante el dominio de mellado-empalme, la subunidad A de la girasa o C de la topoisomerasa IV, 
se une con alta afinidad* y corta al DNA (que se conoce como DNA-G de “gate” -puerta-). Sin em-
bargo, y a diferencia de las topoisomerasas eucariotes, las secuencias determinantes de los cortes 
son poco claras, pues pocos moldes han sido estudiados y comparados. Las regiones de corte se 
parecen al palíndromo sustrato de la topoisomerasa II eucariote, en cuyo centro se halla la secuencia 
blanco G-X-X-C (paso 1). Estas secuencias hexaméricas son ricas en GC y se apilan en siguiendo el 
giro o forma A, lo que da un motivo tridimensional adicional de reconocimiento enzimático. El corte 
transitorio se realiza gracias a los aminoácidos contiguos Arg-Tyr (posición 121 y 122 según la nume-
ración de GyrA en E. coli) en los centros activos de cada subunidad de corte y empalme (ver también 
la figura 5A), los que prestan sus cadenas laterales para romper un enlace fosfodiéster del esqueleto 
Figura 5 - A) Estructura de las 
topoisomerasas de la familia II mos-
trando los tipos de subunidades que 
conforman el tetrámero y los dos 
centros activos; B) Su ubicación en 
el nucleoide: La DNA girasa se ubica 
por delante de la horquilla replicati-
va y la topoisomerasa IV por detrás 
para separar los cromosomas hijos 
(modificado de Corbett KD y Berger 
JM 14 y Drlica K, et al. 33).
* La unión de la GyrA al DNA tiene una constante de disociación (Kd) aproximada de 0,1 nM lo que implica que prácticamente 
toda la enzima se halla unida al ácido nucleico (según ref. 29).
10
Paso 4 - La hidrólisis del ATP im-
pulsa el cambio conformacional al 
confórmero original, el resellado del 
DNA y la liberación de la topoiso-
merasa, que continúa con su ciclo 
catalítico en otra parte del cromo-
soma.
Paso 3 - Separación del complejo 
de clivaje para dejar paso al DNA-T. 
Esto implica una apertura de la en-
zima a lo largo del eje de simetría 
que separa los dímeros GyrA-B o 
ParC-E.
Paso 2 - Inserción del DNA-T 
(“transported”) en el hueco de en-
trada, alrededor de las subunidades 
con actividad ATPasa (GyrB o ParE, 
según la enzima) y su atrapamiento 
tras el cambio conformacional que 
produce el ATP.
Paso 1 - Reconocimiento de la secuencia de corte ricas en G-C sobre el DNA-G (“gate”), por el dominio de corte y empalme (verde) 
de la subunidad GyrA o ParC. La flecha indica el lugar de corte (a partir de aquí la numeración positiva es corriente abajo y la negativa 
es corriente arriba). La ruptura del fosfodiéster es posible porque la Arg 121 con su carga positiva tracciona el fosfato del esqueleto del 
DNA, mientras que la Tyr 122 con su OH nucleofílico lo ataca, formándose el intermediario transitorio (complejo de clivaje).
Figura 6 - Mecanismo catalítico de las topoisomerasas de la familia II (modificado de refs. 14, 20 y 21). 
Separata 2008 - Vol.16 No 3 11
adyacente a la guanina. Debido a la estructura tetramérica cada subunidad de corte y empalme se 
halla enfrentada y actúa sobre una cadena individual del dúplex. Momentáneamente se forma el 
intermediario 5´-fosforil - enzima y un 3´-OH libre que conserva la energía del enlace fosfodiéster, que 
se conoce como “complejo de clivaje” y es el confórmero activo.
• Concomitantemente, otra porción de DNA (que se conoce como DNA-T de “transported” -trans-
portado-), queda atrapada dentro de la enzima, tras el cambio conformacional que induce el ATP al 
unirse a la subunidad B de la girasa o E de la topoisomerasa IV (paso 2).
• Hecho el corte, la mella se ensancha la longitud equivalente a 4 bases por la apertura de la enzima 
a lo largo de su eje de simetría y, actuando como una puerta, permite el paso a su través del DNA-T, 
el cual es transportado del otro lado (paso 3).
• Finalmente, gracias a la hidrólisis del ATP, la enzima recupera su conformación original, el DNA-G 
es reempalmado y la enzima se libera para continuar con el ciclo catalítico en otra parte del cromo-
soma (paso 4). Si el DNA-G y DNA-T forman parte de la misma molécula se produce el empaqueta-
miento-relajación; si forman parte de dos moléculas diferentes se produce la decatenación.
Inicialmente se creyó que todos los organismos presentaban un solo tipo de topoisomerasa de cada 
familia para cumplir indistintamente con todas las funciones descriptas. Sin embargo, existe una 
especialización que otorga cierta exclusividad; por ejemplo, la DNA girasa introduce únicamente 
supergiro negativo, especialmente delante de la horquilla replicativa, mientras que la topoisomerasa 
I provoca sólo giro positivo, antagonizándose mutuamente. A su vez, la decatenación corre a cargo 
de la topoisomerasa IV por detrás de la horquilla replicativa 15,22. Estas diferencias funcionales se 
corresponden con la distinta ubicación (ver la figura 5B), aunque no exclusiva, de ellas sobre el nu-
cleoide bacteriano y su papel en la organización de este último 20,23.
Mecanismo de acción. Relación entre estructura química y acción
farmacológica (Structure-activity relationship -SAR-) de las quinolonas
Las quinolonas inhiben la actividad de las topoisomerasas del DNA de tipo IIA procariotes, enzimas 
clave para la integridad topológica y funcional de este ácido nucleico 4,12,13,15-18,20,21. Esta acción in-
hibitoria depende de su concentración efectiva en el citosol bacteriano. En bacterias Gram negativas, 
las más hidrofílicas atraviesan la membrana externa por las porinas y las más hidrófobas lo hacen 
por difusión a través de las membranas 24,25. Aunque existen en eucariotes transportes activos que 
concentran quinolonas en los tejidos (ver luego) 26-28, no se han descripto mecanismos de transporte 
en las bacterias 25. Todas las quinolonas actúan sobre la DNA girasa, pero las fluoquinolonas actúan 
además sobre la topoisomerasa IV; como regla general, la actividad sobre los gérmenes Gram ne-
gativos dependería de la inhibición de la girasa, mientras que la acción sobre los Gram positivos se 
relacionaría con la inhibición de la topoisomerasa IV 17,21,25. Debe destacarse que la novobiocina -un 
antibiótico en desuso, salvo como herramienta experimental- que se une únicamente a la subunidad 
B de la girasa e impide la actividad ATPasa, induce un cambio conformacional negativo que repercu-
te en la subunidad A antagonizando al efecto antibiótico de las quinolonas 4,29.
1�
La SAR de estos compuestos (figura 7) muestra que 6,20:
• Los grupos de las posiciones 3 y 4 son esenciales para el paso de estas moléculas al interior bac-
teriano y para unirse a las topoisomerasas. 
• El agregado alquílico o cicloalquílico en la posición 1 mejora la actividad global de la molécula.
• La sustitución con flúor en la posición 6 origina las fluoquinolonas, los derivados más eficaces del 
grupo por su actividad contra la topoisomerasa IV. 
• Los ciclos en la posición 7 cambian la farmacocinética y mejoran el espectro: la piperazina facilita 
la permeabilidad hacia el interior bacteriano, mientras que las pirrolidinas o grupos más complejos, 
tipo el azabiciclo, mejoran la actividad contra los gérmenes Gram positivos.
• Los agregados éter en la posición 8 son fundamentales para actuar contra gérmenes anaerobios.
Una vez en el interior bacteriano, las quinolonas interactúan con los dominios de mellado-empalme 
cuando lastopoisomerasas se hallan en su confórmero activo, es decir, cuando luego de formar 
los complejos de clivaje, están listas para pasar el DNA-T a través de la puerta transitoria 20. Este 
conjunto complejo de clivaje-quinolona se conoce como aducto 21,30. El aducto es posible porque 
los grupos 3-carboxi y 4-oxo forman enlaces de coordinación con el Mg2+, ion fundamental (lo que 
explica por qué el EDTA inhibe la acción de las quinolonas) que enlaza al antibiótico con el extremo 
cortado de la cadena de DNA y la Ser 83 (nomenclatura de GyrA en E. coli), aminoácido clave sobre 
la hélice 4 de la topoisomerasa 17,20,30-32 (ver también resistencia). El anillo sustituyente en la posi-
ción 7 permite una interacción adicional con la otra subunidad de corte y empalme en la holoenzima 
que refuerza la actividad inhibitoria al impedir su separación 5,20. El resultado es una estructura “en 
burbuja” estable (figura 8) que evoluciona hacia la modificación estructural y funcional del DNA (inhi-
bición del superenrollamiento) con dos consecuencias 15,20-22,25,30,33: 
• En primer lugar los aductos conteniendo DNA girasa condicionan agregados proteicos por delante 
de la horquilla replicativa o transcriptiva que colisionan con éstas e impiden su avance, anulando 
transitoriamente la síntesis de DNA y mRNA. En sistemas solubles, se ha visto que la horquilla se 
Figura 7 - Relación entre estructura química y acción farmacológica de las quinolonas (modificado de Andersson
MI y MacGowan AP 5). 
Separata 2008 - Vol.16 No 3 1�
detiene unos 10 pares de bases por detrás del sitio ocupado por el aducto. En cambio, los aductos 
conteniendo topoisomerasa IV son unas 50 a 100 veces menos efectivos en detener la replicación, 
debido tal vez a la ubicación posterior que la enzima ocupa respecto del avance de las horquillas. 
• En segundo término el DNA queda abierto en múltiples puntos, tanto más cuanto mayor es la 
concentración de quinolona a la que es sometida la bacteria (figura 9); aunque no todas exhiben la 
misma eficacia. La explicación a estas observaciones es incompleta, se supone que si los aductos 
permanecen como tales provocan pocas mellas, dando tiempo para reparar el DNA y restaurar la ac-
tividad sintética detenida. Mientras que si se disocian, es como si la topoisomerasa se convirtiera en 
nucleasa y el DNA es ampliamente dañado, pues se forman sucesivamente nuevos sitios de corte. 
A partir de este punto, las razones por las que se produce la muerte bacteriana son especulativas; 
ciertas evidencias indican la existencia de una respuesta bactericida rápida y otra respuesta lenta que 
pueden ser simultáneas o predominar una sobre otra según el micoorganismo considerado 33-38. 
• La forma rápida podría deberse a la inducción de un fenómeno de muerte programada en res-
puesta al estrés, mediado por un mecanismo génico presente en microorganismos Gram negativos 
y positivos, los módulos toxina-antitoxina. En E. coli dos genes maz codifican sendas proteínas: La 
proteína MazF, reconocida como la toxina estable, es una ribonucleasa selectiva, que se halla inhi-
bida por niveles constantes de MazE, un regulador reconocido como la antitoxina. En presencia de 
estresores, entre los que se cuentan varios antibióticos y las quinolonas, la cantidad de MazE decae 
bajo niveles críticos dejando libre a MazF y la bacteria entra en apoptosis. Es probable que para la 
activación de los módulos toxina-antitoxina sea necesario que, además del daño producido en el 
DNA, la quinolona induzca la génesis de radicales libres del oxígeno o la depleción de NADH. 
Figura 8 - Formación de los aductos quinolona-complejos de clivaje. Supuestamente, la quinolona forma un quelato con el 
Mg2+ el cual resulta fundamental para la unión con ambos componentes del complejo de clivaje (figura de la derecha). De ese 
modo se produce una burbuja que estabiliza la mella transitoria sobre el DNA-G. La topoisomerasa expone una región de unos 20 
aminoácidos sobre la hélice 4 donde reposa la quinolona. Esta región es conocida como QRDR (determinante de resistencia a las 
quinolonas, ver también la figura 11), pues las sustituciones en sus aminoácidos generan la pérdida de la efectividad antibiótica, 
dentro de estos la Ser 83 y el Asp 87 son principales (ver tabla 5). Adicionalmente, el anillo piperazinilo orientado hacia la otra 
subunidad estabiliza aún más la conformación alcanzada, lo que mejora la eficacia de las quinolonas que lo poseen (inspirado en 
refs. 4, 20, 31, 33 y 119). 
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• Otros estudios señalan que el efecto bactericida rápido tras exposición a las quinolonas se debería 
a la fragmentación y pérdida del superenrollamiento del cromosoma bacteriano; mecanismos que a 
su vez dependerían de la síntesis proteica, pues la bacteriolisis es antagonizada por los antibióticos 
que inhiben la síntesis de RNA o de proteínas. Esta “vía letal dependiente de la síntesis de proteínas” 
es poco comprendida, y de hecho también es inhibida en anaerobiosis. A través de ella se explicaría 
por qué los gérmenes anaerobios no son muy sensibles a las quinolonas y por qué in vitro concen-
traciones muy altas de estos antibióticos (que bloquean adicionalmente la síntesis de mRNA) deter-
minan la pérdida del efecto bactericida observado a concentraciones más bajas (produciendo una 
curva concentración - respuesta en forma de campana). 
• El fenómeno lento dependería de la inhibición persistente de la síntesis de DNA, la detención 
subsecuente de la división celular y la formación de formas filamentosas inviables. Esta respuesta 
es típica de la activación del regulón SOS* disparado por las quinolonas, independientemente del 
mecanismo apoptótico anteriormente mencionado. La detención de la división se resuelve favorable-
mente sólo si el daño del DNA no es sumamente importante; en caso contrario, los microorganismos 
se vuelven quiescentes y mueren. Avalando lo dicho, mutaciones inactivantes en los genes de los 
reguladores SOS, lexA y recA, favorecen la muerte por quinolonas.
Figura 9 - Ruptura del DNA por la topoisomerasa IV de S. pneumoniae inducida por 4 quinolonas (de izquierda a derecha, ge-
mifloxacina, gatifloxacina, moxifloxacina y levofloxacina) en forma dosis dependiente (a mayor dosis se observa mayor intensidad 
y número de bandas de DNA; estas bandas son producto del corte de un DNA sustrato de 4500 pares de bases y por ello tienen 
un número de pares de bases menor). Nótese que las quinolonas con un grupo 8-metoxilo (gatifloxacina y moxifloxacina) producen 
un grisado mayor que las otras, por lo que podría pensarse que inducen un mayor número de cortes en función de su más rápida 
disociación (tomado de Leo E, et al. 20).
* Regulón identifica al conjunto de genes, agrupados o no en operones, bajo un único control de un par inductor/represor. El regulón 
SOS es un juego de unos 30 genes, los cuales se activan ante el daño del DNA. Identificada inicialmente en E. coli, la respuesta SOS 
se caracteriza por un incremento de la reparación por recombinación y escisión, una mayor propensión a la mutagénesis y el cese de 
la división celular 36,37. SOS se halla bajo control de dos proteínas: el represor LexA, normalmente fijo a las secuencias reguladoras 
de los genes de respuesta y RecA, una proteasa, normalmente inactiva, que entra en acción ante la detección de DNA de cadena 
simple. Una vez activo RecA degrada LexA dejando en libertad la expresión génica. Entre las proteínas codificadas por los genes del 
regulón SOS se hallan UvrABC, que es la escinucleasa correctora característica del daño por radiación, y SulA que impide la tabicación 
previa a la división bacteriana.
Separata 2008 - Vol.16 No 3 15
• Además de lo comentado, las fluoquinolonas también podrían accionar un mecanismo lento vía 
topoisomerasa IV; al impedir la separación de las hebras hijas, producen réplicas incompletas y frag-
mentadas del cromosoma sin aumento del total de DNA, indicio de una paulatina disminución de la 
síntesis de DNA a lo largo de las generacionessucesivas que determina la muerte bacteriana. 
En suma, las quinolonas favorecen el corte del DNA pero no su empalme; las cadenas quedan con 
melladuras, desenrolladas o anudadas en exceso o con horquillas abiertas incapaces de repararse. 
De esa forma, el DNA ocupa mayor espacio y dispara mecanismos letales. Es probable que en los 
gérmenes aerobios los mecanismos rápidos sean los responsables, mientras que en los anaerobios 
(donde la vía letal dependiente de la síntesis proteica se halla inhibida) los lentos predominen (figura 
10).
Acción antibacteriana y espectro 
Las quinolonas son drogas cuyo espectro y acción antibacteriana varían según la generación 5,8,39-
59; hechos que se explicarían por las sucesivas modificaciones químicas efectuadas sobre la estruc-
tura base (ver antes). Estas determinan: diferentes concentraciones de droga en el sitio de infección 
o dentro de los gérmenes, diferentes cinéticas de formación/disociación de los aductos y/o diferente 
activación de mecanismos letales. Así, partiendo de moléculas bacteriostáticas de pequeño espec-
tro propias -como el ácido nalidíxico- se produjeron los fármacos bactericidas de amplio espec-
tro característicos de las últimas generaciones, efectivos contra un variado número de patógenos 
Figura 10 - Secuencia de eventos que conducen al efecto final de las quinolonas en función de 
la velocidad de disociación de los aductos (k3).
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(a modo de referencia, la tabla 4 exhibe ciertas concentraciones inhibitorias míminas 90 -CIM90- de 
algunas quinolonas). Al considerar las poblaciones sensibles es mejor seguir los cuatro grupos clí-
nico-farmacológicos mencionados en la tabla 1, pues dan una idea más acabada de la efectividad 
clínica de estos compuestos:
• Las quinolonas del grupo A corresponden a la 1ra generación: son bacteriostáticas y sólo activas 
frente a gérmenes Gram negativos aerobios extracelulares, especialmente enterobacterias (excepto 
Pseudomonas spp.). 
• Las quinolonas del grupo B corresponden a la 2da generación: resultan bactericidas y se con-
centran bien en los tejidos. Actúan sobre los mismos gérmenes que las del grupo anterior más 
Pseudomonas spp., Neisseria spp. y micobacterias (M. tuberculosis, M. avium complex y algo sobre 
M. leprae). Tienen escasa actividad frente a cocos Gram positivos y gérmenes anaerobios, pero la 
ciprofloxacina exhibe actividad moderada frente a Acinetobacter, S. maltophilia y B. anthracis.
• Las quinolonas del grupo C corresponden a la 3ra generación: son bactericidas y de amplio espec-
tro pues éste abarca, además de los anteriores, gérmenes Gram positivos y microorganismos como 
Chlamydia y Mycoplasma.
• Las quinolonas del grupo D se hallan repartidas por las generaciones 2 a 4: son bactericidas y 
activas frente a muchos patógenos Gram positivos y Gram negativos, incluidos algunos gérme-
nes anaerobios.Por su amplia concentración a nivel pulmonar son activas en patología respiratoria 
ocasionada por S. pneumoniae, Klebsiella pneumoniae, Haemophilus influenzae, Legionella pneu-
mophila y Moraxella catarrhalis y en menor medida por C. pneumoniae y M. pneumoniae. Frente a 
anaerobios, la levofloxacina y la moxifloxacina son las que presentan mayor actividad.
Finalmente, debe indicarse que las quinolonas no son activas frente a al S. aureus meticilino resisten-
te, Treponema spp. y Nocardia spp. 
Los compuestos de los grupos B, C y D exhiben efecto postantibiótico en gérmenes aerobios Gram 
positivos y negativos 4,60 debido a su mejor permeabilidad tisular y bacteriana 27. Su duración de-
pende del microorganismo y el tiempo de exposición al antibiótico, siendo aproximadamente de 3 a 
6 hs para la mayoría de ellas.
Acciones sobre el huésped
Las fluoquinolonas, al concentrarse en los tejidos del huésped, pueden ocasionar diversas alteracio-
nes que serán comentadas en efectos adversos.
18
RESISTENCIA
Siendo las quinolonas de origen sintético, podría suponerse que los gérmenes no contaran inicial-
mente con mecanismos de resistencia naturales o propios. Sin embargo, el uso de quinolonas para 
favorecer el engorde de los animales, pudo haber influenciado la selección de bacterias naturalmente 
resistentes a estos fármacos que luego pasaron al ser humano (tales como E. coli, Salmonella spp. 
o C. yeyuni) y asimismo, su amplio uso prescriptivo pudo haber determinado la expansión del fenó-
meno 61. Se describen cuatro mecanismos de resistencia a las quinolonas, tres cromosómicos y uno 
transmitido por plásmidos 4,25,40,62.
Mecanismos cromosómicos
- Polimorfismo del sitio receptor 20,32,63: Esta es la forma principal de resistencia natural en bacterias 
Gram negativas, aunque se ha identificado también en cocos Gram positivos. Es debida a las modifi-
caciones en la secuencia aminoacídica de las topoisomerasas de la familia II que reducen o suprimen 
la afinidad por las quinolonas. De esta forma, las enzimas no están inhibidas y pueden completar su 
ciclo catalítico sellando los cortes transitorios del DNA, y aunque en algunos casos esto se produce 
con ciertas deficiencias, son compatibles con la viabilidad bacteriana. Las mutaciones pueden afec-
tar tanto las subunidades de corte y empalme como las subunidades ATPásicas. Las ubicadas sobre 
GyrA y ParC son las más importantes (figura 11 y tabla 5). La mayoría se halla en la región ubicada 
entre los aminoácidos 66 a 116 (nomenclatura de E. coli) que abarca la hélice 4 y la Ser 83 necesaria 
para formar el aducto. Es la denominada Región Determinante de Resistencia a Quinolonas (QRDR, 
ver la figura 8). A su vez dentro de QRDR, la secuencia -Ser-X-X-Tyr-aa1- (donde X son aminoácidos 
neutros, y aa1 es un aminoácido aniónico como Asp o Glu) es la más cambiante: La doble mutación 
Ser, aa1 en la DNA girasa más una mutación en Ser o en aa1 de la topoisomerasa IV confiere resis-
tencia a las quinolonas de alto grado e incluso cruzada. En cambio, las mutaciones en otros sitios 
de QRDR, aún cuando sean varias, causan menor resistencia. Las mutaciones en las subunidades 
ATPásicas son raras, de menor frecuencia y causan, también, baja resistencia; se ubican principal- 
mente en la posición 418 a 476 de éstas (nomenclatura de E. coli), zona que es adyacente al centro 
catalítico de corte y emplame en la otra subunidad pero estaría relacionada con la brecha transitoria 
por donde pasa el DNA-T.
Figura 11 - Secuencia aminoacídica alrededor de QRDR en ambas topoisomerasas de la familia II de S. pneumoniae. Se mues-
tran las homologías en la secuencia (fondo amarillo), los aminoácidos que corresponden a cada estructura secundaria (α-hélices y 
hojas plegadas-β), la secuencia Ser 80, sitio de las principales mutaciones de alta resistencia (en negrita y recuadrada) y el centro 
catalítico Arg 121 – Tyr 122 (en rojo) (modificado de Leo E, et al. 20).
Separata 2008 - Vol.16 No 3 1�
Tabla 5 - Mutaciones en el sector QRDR de las topoisomerasas de tipo II, incluyendo la secuencia
Ser-X-X-Tyr-aa1-, que generan resistencia a las quinolonas (tomado de Estrín MA y cols. 
�).
DNA-Girasa (GyrA):
Especie Ser(posición)* Cambio
aa1
(posición)* Cambio Otras mutaciones
Staphylococcus spp. Ser 84
Leu, Ala, 
Val o Phe Glu 88 Lys o Gly Asp 73 ➞ GlySer 85 ➞ Pro
S. pneumoniae Ser 84 Tyr o Phe Glu 88 Gln o Lys ---
E. faecalis Ser 83 Ile, Arg o Asn Glu 87 Gly ---
E. coli Ser 83 Leu, Trp, Phe, Val, Tyr, Ile o Ala Asp 87
Asn, Val, Thr, 
Gly, His, Tyr, 
Ala, Phe, Ser 
o Lys
Ala 67 ➞ Ser
Gly 81 ➞ Cys o Asp
Ala 84 ➞ Pro
Gln 106 ➞ His o Arg
S. enterica Ser 83 Phe, Ala o Tyr Asp87 Gly, Tyr o Asn
Ala 67 ➞ Pro
Gly 81 ➞ Ser o Cys
Ala 119 ➞ Glu
K. pneumoniae Ser 83 Tyr o Phe Asp 87 Gly, Asn o Ala ---
P. aeruginosa Ser 83 Ile Asp 87 Tyr, Asn, Gly o His ---
H. influenzae Ser 84 Leu o Tyr Asp 87 Asn o Tyr ---
M. tuberculosis Ser 90 Val o Pro Asp 94 Asn, His, Gly, Tyr o Ala
Gly 88 ➞ Cys
Ser 91 ➞ Pro
N. gonorrhoeae Ser 83 Phe Asp 87 Asn
Ala 75 ➞ Ser
Ser 91 ➞ Phe o Tyr
Asp 95 ➞ Asn o Gly
Topoisomerasa IV (ParC):
Especie aa1(posición)* Cambio
aa2
(posición)* Cambio Otras mutaciones
Staphylococcus spp. Ser 80 Phe o Tyr Glu 84 Lys Ala 116 ➞ Pro o Glu
S. pneumoniae Ser 79 Tyr o Phe Asp 83 Gly Ser 80 ➞ Tyr
Asp 84 ‡ His
E. faecalis Ser 80 Arg o Ile Glu 84 Ala ---
E. coli Ser 80 Ile o Arg Glu 84 Gly o Lys Gly 78 ➞ Cys
K. pneumoniae Ser 80 Ile o Arg Glu 84 Gly o Lys ---
P. aeruginosa Ser 80 Leu Glu 84 Lys ---
H. influenzae Ser 84 Ile Glu 88 Lys ---
N. gonorrhoeae Ser 87 Ile Glu 91 Gly
Gly 85 ➞ Cys
Asp 86 ➞ Asn
Ser 88 ➞ Pro
Arg ➞ Leu
* Las posiciones de Ser y de aa1 están corridas en función de la secuencia proteica propia de cada bacteria.
- Mecanismos de extrusión activa 2,25,40,64-66: Esta forma de resistencia es debida a la presencia 
de antiportes acoplados al gradiente de H+ que genera la cadena respiratoria; por consiguiente, es 
propia de bacterias aerobias. Estas bombas (tabla 7) provocan la expulsión activa de quinolonas, 
impidiendo lograr concentraciones útiles en el citosol. En cocos Gram positivos los transportadores 
pertenecen a la familia MFS (facilitadores mayores de la extrusión, como el Pmr de S. pneumoniae y 
NorA de S. aureus), proteínas de 12 a 14 dominios transmembranares emparentados con nuestros 
sistemas de transporte de sustancias de interés. En gérmenes Gram negativos pertenecen a la su-
�0
perfamilia RND (resistencia, nodulación y división celular, como el AcrAB-TolC de E. coli o el MexAB-
OprM de P. aeruginosa) sistemas sin equivalentes eucariotes, pero capaces de extruir muchos com-
puestos tóxicos para las bacterias como antibióticos, solventes, desinfectantes, metales pesados, 
etc. Los componentes RND están formados por tres estructuras asociadas que se extienden desde 
la membrana interna hacia la externa, atravesando ambas y el espacio periplásmico. El componente 
interno (bomba) se asemeja a los transportes MFS ya que tiene 12 segmentos transmembranares 
pero con extensos dominios extracelulares; en cambio el externo es una proteína trimérica canalicu-
lar con estructura en tonel semejante a las porinas. El componente medio no se halla caracterizado 
pero es necesario para el funcionamiento eficiente del sistema RND. Todas estas proteínas están 
codificadas por genes organizados en operones bajo el control de los regulones marAB y soxRS. La 
diferente cantidad de genes que codifican estos sistemas en las distintas especies es a la vez factor 
causal e impacto de esta forma de resistencia (van de 0 en M. tuberculosis a 12 en P. aeruginosa, pa-
sando por 1 en B. subtilis y 4 en E. coli). Sin embargo, en gérmenes multirresistentes se ve además 
sobreexpresión de los transportadores por mutaciones de sus promotores que afectan la tasa de 
transcripción. Por ello, estos mecanismos han cobrado importancia en los últimos años, dado que 
su expresión en cepas con grados intermedios de resistencia por polimorfismo puede potenciarlanotablemente. 
En bacterias Gram negativas junto al mayor bombeo se ve una disminución de la permeabilidad. Esto 
ocurre por la menor expresión de las porinas OmpF y OmpC que están también bajo control de los 
regulones mar y sox. Esto determina, al menos en parte, el fenotipo de resistencia múltiple por menor 
entrada - mayor extrusión, que origina una resistencia cruzada entre fluoquinolonas del mismo grupo 
y afecta a las más hidrofílicas. 
- Reducción en la expresión de las topoisomerasas 25,68: Descripto en S. aureus, este mecanismo de 
baja resistencia consiste en una menor expresión de ParE (subunidad ATPásica de la topoisomerasa 
IV) por un defecto en su promotor. Tal subexpresión hace a la bacteria portadora resistente a las 
quinolonas, y aunque su multiplicación es más lenta, se adapta mejor al crecimiento en diferentes 
condiciones adversas.
Tabla 6 - Mutaciones en las subunidades ATPásicas de las topoisomerasas de tipo II, que 
generan resistencia a las quinolonas (tomado de Estrín MA y cols. �).
Especie DNA-Girasa (GyrB) Topoisomerasa IV (ParE)
S. aureus
Asp 437 ➞ Asn
Arg 458 ➞ Gln
Pro 456 ➞ Ser
Asp 432 ➞ Val
Asn 470 ➞ Asp
S. pneumoniae Glu 474 ➞ Lys
Asp 435 ➞ Asn
Pro 454 ➞ Ser
E. coli
Asp 426 ➞ Asn
Lys 447 ➞ Glu
Leu 445 ➞ His
Separata 2008 - Vol.16 No 3 �1
Tabla 7 - Mecanismos de extrusión identificados en bacterias aerobias causantes de resisten-
cia a quinolonas (modificado de Rodríguez-Martínez JM �5 y Schweizer HP ��).
Bacterias Gram negativas (transportes RND):
Organismo* Bomba Componente intermedio
Componente
externo (canal) Regulador
P. aeruginosa
MexB
MexD
Mex F
Mex Y
MexA
MexC
MexE
MexX
OprM
OprJ
OprN
OprM
mexR
nfxB
mexT
mexZ
E. coli AcrB AcrA TolC
acrR
marA
robA
soxS
B. pseudomallei AmrA AmrB OprA amrR
S. maltophilia
SmeA
SmeD
SmeB
SmeE
SmeC
SmeF
smeRS
* Se exponen los sistemas RND más relevantes puesto que se han caracterizado (aunque 
 incompletamente) otros 8 adicionales en P. aeruginosa y 3 más en E. coli.
Bacterias Gram positivas (transportes MFS):
Organismo Bomba (único componente) Regulador
S. aureus NorA
flqB
arlRS
S. pneumoniae PmrA ?
Mecanismos mediados por plásmidos
- Genes qnr 25,69-71: este mecanismo identificado por primera vez en K. pneumoniae (aislada en EE. 
UU.) y luego en E. coli (del sudeste asiático) se debería a la presencia de genes qnr (de quinolone 
resistance) transmitidos por integrones de resistencia múltiple de tipo I. Los genes qnr (qnrA, qnrB y 
qnrS) codifican proteínas pertenecientes a la familia de las proteínas con pentapéptidos repetitivos 
(PRP). Esta familia contiene muchos miembros con papeles poco estudiados, se hallan tanto en pro-
cariotes como en eucariotes y unas pocas de las primeras participan en mecanismos de resistencia. 
Hasta no hace mucho sólo se especulaba que las PRP protegían a las topoisomerasas mediante un 
mecanismo no aclarado. Como recientemente se ha caracterizado otro miembro PRP en M. tuber-
culosis resistente a fluoquinolonas, la proteína MfpA (con un 20% de homología con los productos 
Qnr) cuya estructura tridimensional remeda al DNA, se cree que las PRP de resistencia toman el 
lugar del DNA-G sobre la girasa impidiendo la interacción con la quinolona. Más allá de lo novedoso 
que este mecanismo significa, se debe destacar su peligro a futuro ya que los genes codificantes qnr 
se hallan en integrones, elementos móviles que pueden difundir fácilmente la polirresistencia entre la 
población bacteriana.
��
FARMACOCINETICA
La farmacocinética de las quinolonas se ha estudiado tanto en modelos animales como en el ser 
humano sano y enfermo 4,24,40,72-84; asimismo han sido objeto de análisis en modelos celulares para 
medir su transporte y concentración intracelular 27,28,85-87. La tabla 8 resume las principales variables 
de estos compuestos. Es de destacar que las fluoquinolonas son sustrato de las glicoproteínas ABC 
87,88 ,hecho que puede reducir algo su absorción, limitar el paso por la barrera hematoencefálica 
(BHE) o favorecer la secreción hacia la luz intestinal, alveolar o leche materna 89, aún en casos de 
aplicación parenteral. Debido al carácter anfótero de las quinolonas participan en su cinética tanto 
los transportes catiónicos (glicoproteína P) como los aniónicos (MRP; BCRP) 28,65,87,88.
Absorción
Las quinolonas tienen una buena absorción por vía oral, su biodisponibilidad (Bd) en general es 
mayor al 70%, con excepción de la norfloxacina, en la que es del 50%. El tiempo a la concentración 
máxima (tmax) para la vía oral se obtiene entre 1 y 3 hs luego de administradas, tiempo que se pro-
longa cuando se ingieren junto con las comidas. La absorción disminuye si las quinolonas se admi-
nistran con cationes di o trivalentes como calcio, magnesio o hierro. Las drogas de 1ra generación 
se absorben en forma adecuada, pero no alcanzan concentraciones útiles en tejidos y duran poco 
Tabla 8 - Variables farmacocinéticas de las quinolonas comercializadas en nuestro medio
(modificado de Estrín MA y cols. 4 y Hooper DC 40).
Droga Bd oral (%)
Cmax 
(mg/L)
Tmax 
(hs)
Unión 
proteica 
(%)
Vd 
(L/kg) t½ (hs)
ClRENAL
(mL/min)
Metab
hepático 
(%)
Excreción 
urinaria 
activa (%)
Excreción 
bilio-fecal 
(%)
Acido
nadilíxico 60
100 
- 200 1 - 2 90 0,2 -0,5 1,5 ND 80 5* 5
Acido
pipemídico 93 ND 1 - 2 30 3 1,4 - 2 ND < 5 75 20
Norfloxacina 40 - 60 1,5 - 2,5 1,5 15 0,6 - 1,5 4 - 5 250 20 25 - 40 30
Ciprofloxacina 60 - 85 1 - 3,5 1 - 2 20 - 40 2,5 - 4 3 - 5 360 30 30 - 50 15 - 20
Ofloxacina 90 3 - 7 1 - 2 25 1,5 5 - 7 200 < 5 70 - 90 5
Levofloxacina > 90 2 - 6 1,5 - 2 30 1 - 1,5 4 - 6 120 < 5 85 - 90 5
Fleroxacina 92 3 - 7 1 - 2 25 - 35 1,3 - 1,8 8 - 13 60 30 - 40 50 - 70 < 5
Lomefloxacina > 80 3,5 - 4,7 1 - 4 10 3 7 - 9 190 < 10 60 - 80 10
Gatifloxacina 96 0,9 - 3,4 1 - 2 15 1,6 7 - 14 160 < 10 80 5
Moxifloxacina 90 0,6 - 3,2 1,5 - 2 40 - 45 2 13 50 > 50 20 - 30 25
Referencias: ND, no determinado; Bd, biodisponibilidad; Cl, clearance; Cmax, concentración máxima; Vd, volumen aparente de 
distribución; tmax, tiempo a la concentración máxima; t½, vida media de eliminación. En cursiva, quinolonas que también se 
administran por vía IV.
* El ácido 7-hidroxinalidíxico es el principal metabolito activo de la droga que se excreta más del 60% intacto por orina y contribuye 
a su efecto. 
Separata 2008 - Vol.16 No 3 ��
tiempo en plasma; por esta razón se indican en infecciones urinarias. La menor absorción oral de 
la norfloxacina no permite su uso en infecciones sistémicas, pero sí para infecciones urinarias o del 
tracto gastrointestinal. Algunas fluoquinolonas (ciprofloxacina, ofloxacina, levofloxacina) se adminis-
tran por vía IV en infusión lenta durante 60 minutos (no se administran en bolo pues pueden causar 
hipotensión o por vía IM porque son muy irritantes).
Distribución
La unión de las quinolonas a las proteínas plasmáticas en general es baja (< 40%), aunque resulta 
una excepción del ácido nalidíxico (90%). El volumen aparente de distribución (Vd) varía desde 0,25 a 
4 l/kg y es siempre mayor para las fluoquinolonas de última generación. Las fluoquinolonas alcanzan 
concentraciones útiles en varios tejidos, atraviesan barreras inflamadas (meninges) y se concentran 
bien en el interior de células, incluso polimorfonucleares, macrofagos y células epiteliales, siendo 
adecuadas para tratar gérmenes intracelulares. En polimorfonucleares y macrófagos la concentra-
ción alcanzada supera entre 4 y 100 veces la concentración plasmática. También se obtienen con-
centraciones superiores a las séricas en tejido pulmonar y líquido alveolar, tejido renal y prostático, 
líquido ascítico, leche materna, orina, bilis y materia fecal (tabla 9). El mecanismo de ingreso celular 
difiere según el compuesto, es pasivo para fluoquinolonas menos hidrofílicas o activo saturable para 
las otras (aunque a concentraciones habituales no hay saturación). In vitro el tiempo de ingreso y 
egreso es rápido y depende de la concentración extracelular; logrando el equilibrioa los 15 minutos 
(hidrofílicas) y un tiempo para el egreso de 5 minutos 4,28. Las quinolonas, aunque atraviesan parcial-
mente la placenta, se acumulan en líquido amniótico 89.
Tabla 9 - Sitios del organismo donde las concentraciones de quinolonas superan a las plasmáticas 
(tomado de Hooper DC 40).
Sitio Veces más que el plasma
Tejido prostático 0,9 - 2,3
Polimorfonucleares 2 - 100
Tejido pulmonar 1,6 - 6
Bilis 2 - 20
Heces 100 - 1.000
Metabolismo y excreción
La eliminación de las quinolonas es variable según el compuesto considerado, aunque todas o sus 
metabolitos activos alcanzan niveles urinarios suficientemente altos 40,90.
• La ofloxacina, la levofloxacina, la lomefloxacina y la gatifloxacina sufren eliminación renal principal 
por filtrado glomerular o secreción tubular, con mínimo metabolismo hepático (< 10%).
• El ácido pipemídico, la ciprofloxacina y la norfloxacina se metabolizan en el hígado en mayor grado 
(~ 20%) y se excretan por las vías renal y biliar.
• El ácido nalidíxico, la fleroxacina y la moxifloxacina son las que más sufren biotransformación hepá-
tica (> 35%), excretándose aproximadamente la mitad por bilis y la mitad por orina.
��
El metabolismo hepático de las quinolonas se realiza a través de sistemas enzimáticos oxidativos de 
fase I y conjugantes de fase II. La oxidación corre a cargo de las isoenzimas del citocromo P450 (el 
único identificado es el CYP1A2, aunque es probable que otras variantes también actúen) que afec-
tan principalmente al anillo en posición 7, especialmente si es una piperazina, y al sustituyente en la 
posición 1. Ciprofloxacina, norfloxacina, ácido pipemídico, fleroxacina y las ya retiradas pefloxacina, 
enoxacina y grepafloxacina son sustratos preferentes de estas reacciones. La piperazina se oxida 
en 3´ (N-oxidación) o 4´ (oxo-quinolona), se desalquila, se abre o directamente, se pierde. El grupo 
en posición 1 se oxida o se pierde por desalquilación. Los metabolitos oxidados de la ciprofloxacina, 
norfloxacina y fleroxacina, aunque activos, no ayudan al efecto antibacteriano pues su concentración 
plasmática es muy baja. Algunos de ellos (sobre todo los dervados 4´oxo-quinolona) son capaces de 
inhibir en grado variable tanto al CYP1A2 como a otras isoformas (ver interacciones medicamento-
sas). El ácido nalidíxico carece de sustituyente cíclico en la posición 7, no obstante, se oxida a ácido 
7-hidroxinalidíxico; que presenta concentraciones plasmáticas y urinarias mayores que contribuyen 
mucho a la acción de la droga madre. La conjugación se realiza por la UDP glucuronil transferasa 
(UGT1) y las sulfotransferasas (SULT). La glucuronidación afecta al 3 carboxilato de todas las quino-
lonas o de sus metabolitos, en cambio la sulfoconjugación afecta al anillo piperazínico (N-sulfato). La 
moxifloxacina se conjuga únicamente con glucuronato, ello explica por qué carece de interacciones 
metabólicas a nivel de los CYP a pesar de su extenso metabolismo. Las quinolonas con carbonos 
asimétricos (ofloxacina y levofloxacina) no sufren conversión estereoisomérica.
El clearance renal de casi todas las quinolonas (excepto fleroxacina) excede el clearance de crea-
tinina, por lo que estas drogas son eliminadas por secreción tubular proximal 88. Debido a que la 
mayoría son anfóteras pueden usar tanto los transportadores aniónicos (OAT) como catiónicos (OCT) 
y los inhibidores de éstos pueden interferir con su secreción (ver interacciones medicamentosas). La 
excreción biliar y transintestinal de algunas quinolonas suele ser importante incluso si son aplicadas 
por vía IV (ciprofloxacina). 
La vida media de eliminación (t½) de las quinolonas en individuos normales oscila entre 1,5 hs, para 
las de 1ra generación, y 12-14 hs para las más nuevas. La t½ de estos fármacos aumenta con la 
edad 91 y con la insuficiencia hepática y renal 78,79; aunque en estos casos, no todas deben ser ajus-
tadas en su posología (ver indicaciones y usos). Las quinolonas no son dializables 40.
EFECTOS ADVERSOS
Las quinolonas son fármacos de seguridad aceptable, especialmente la ciprofloxacina y la levo-
floxacina, con más de dos décadas de uso a nivel mundial 8. No obstante, en ese mismo lapso, seis 
quinolonas fueron retiradas por cuestiones de seguridad 7,92, por lo que sus efectos adversos no son 
banales y deben ser absolutamente tenidos en cuenta. Como para otros fármacos, éstos pueden 
clasificarse en esperables o colaterales, usualmente comunes a la clase terapéutica pues derivan de 
su acción farmacológica (entre ellos se consideran los digestivos, nerviosos y mioosteoarticulares), 
y no esperables o idiosincráticos, limitados a algunas moléculas, ya que se deben a la formación 
Separata 2008 - Vol.16 No 3 �5
de metabolitos reactivos citotóxicos o haptenizantes (entre ellos, las alergias, la fotosensibilidad y la 
hepatotoxicidad). Existe una gran variabilidad en la frecuencia de efectos adversos según las series 
reportadas (ver tabla 10), esto es en parte explicable por la diferente forma de evaluación o la carac-
terología de las poblaciones bajo estudio 8; por ello, para fines comparativos, es mejor usar la tasa 
de discontinuación de tratamiento ocasionada por sus efectos adversos (usualmente en el orden del 
3-4%) 8. Algunos efectos adversos pueden también explicarse por algún rasgo estructural de la qui-
nolona en cuestión (figura 12) 93, como por ejemplo el “síndrome de la temafloxacina”. Este fármaco 
tuvo que ser retirado a seis meses de su introducción por provocar un síndrome de falla multiorgáni-
ca (con compromiso hepatorrenal agudo, hemólisis y coagulopatía) seguido de muerte. El síndrome 
fue atribuido al sustituyente en posición 1, el 2,4 difluofenilo, con propiedades inmunorreactivas 94.
Tabla 10. Incidencia de efectos adversos para ciertas quinolonas (modificado de Estrín MA y cols.4 y Ball P 8).
Quinolona General Gastrointestinal SNC Piel
Todas < 10% < 5% < 2%
Ciprofloxacina 5,8% 3,4% 1,1% 0,7%
Levofloxacina 2 - 10% 5,1% 0,2 - 1,1% < 1%
Gatifloxacina 29% 9% 4% < 1%
Moxifloxacina 33% 20% 7% 3%
Esparfloxacina 13,7% 11,4% 4,2% 5,1%
Grepafloxacina 47% 15% 5% 2%
Trovafloxacina 12,7% 6,1 - 8% 4,4 - 11% < 1%
En gris quinolonas retiradas del mercado.
A continuación se describen los principales efectos adversos en función del órgano o sistema donde 
ocurren 4,8,40,74,93-103. 
Gastrointestinales: son los más frecuentes (5-10%); se observan en general a dosis más altas o bajo 
tratamientos prolongados. Las manifestaciones son náuseas, vómitos, anorexia, trastornos del gus-
Figura 12 - Relación entre estructura química y efectos adversos de las quinolonas
(modificado de Mandell LA, et al. 93).
��
to, diarrea, dolor y malestar abdominal. Debido a la buena absorción de las quinolonas y la escasa 
eliminación bilio-fecal, los grados extremos de disbacteriosis, como la colitis por C. difficile o la can-
didiasis intestinal son infrecuentes, excepto si se hace uso abusivo de estos fármacos.
Neurológicos: se han descripto manifestaciones tales como cefalea, mareos, insomnio y alucinacio-
nes. En pacientes con enfermedades neurológicas previas, como alteraciones metabólicas, tumores 
cerebrales, arterioesclerosis o encefalopatía hipóxica, se describen reacciones maníacas o psicóti-
cas. En pacientes con antecedentes de epilepsia se han descripto crisis convulsivas y aunque son 
poco frecuentes (< 0,5%) revisten severidad. El riesgo de aparición de convulsiones es mayor para 
trovafloxacina (no comercializada) y casi nulo para levofloxacina; para algunas quinolonas (ciprofloxa-
cina, norfloxacina, fleroxacina) aumenta cuando se asocian con teofilina, foscarnet o AINEs (especial-
mente fenbufeno). Las quinolonas pueden disminuir las reacciones reflejas y el sentido de alerta, por 
lo cual no se aconseja realizar tareas de precisión como operar maquinarias o conducir vehículos. 
Puede que, en parte, los efectos neurológicos sean debidos a la quelación del Mg2+ con hipomagne-
semia relativa; pero en modelos experimentales seobserva también que las quinolonas sustituidas 
con 7- piperazinilo bloquean al receptor GABAA, (otros derivados, metilpiperazinilícos y pirrolídicos, 
no exhiben este fenómeno) e inducen patrones epileptiformes en preparados de hipocampo. 
Cutáneos: éstos, en general, son de origen alérgico, siendo los más frecuentes exantema y prurito. 
Muy raramente (< 0,1%), la fluoquinolonas pueden producir fotosensibilidad; su riesgo es mayor con 
quinolonas bifluoradas (fleroxacina y lomefloxacina) y de hecho, la esparfloxacina y la clinafloxacina, 
fueron retiradas del mercado por ese efecto adverso. El mecanismo se debe a la activación de estos 
compuestos por acción de la luz UV, produciendo radicales libres de la droga (fotoproductos) y del 
oxígeno que dañan los tejidos nobles e inducen secundariamente fenómenos inmunoalérgicos. 
Mioosteoarticulares: el uso de quinolonas produce infrecuentemente mialgias y artralgias transito-
rias durante el tratamiento. Se ha descripto también tendinitis (dolor y edema regional) y la rotura 
tendinosa (especialmente el tendón de Aquiles), manifestación sumamente rara que, aunque re-
lacionada con ciertos factores (tipo de quinolona, consumo crónico de corticoides, mayor edad) 
exhibe también cierta predisposición individual. El mecanismo propuesto para los efectos adversos 
osteoarticulares es la quelación iónica (Ca2+, Mg2+) que afecta la actividad de las moléculas de ad-
hesión celulares sobre el colágeno y la matriz extracelular conectiva o el estrés oxidativo inducido 
por la quinolona. Desde casi el inicio de su uso clínico, varios modelos animales han advertido sobre 
el daño que las quinolonas pueden producir en el aparato osteoarticular, sobre todo en desarrollo. 
Sin embargo, aunque éstos brinden explicaciones plausibles, no son del todo extrapolables al ser 
humano. Por ejemplo, en perros la exposición crónica a quinolonas provoca artropatía irreversible 
con aparición de fisuras, erosión y destrucción del cartílago, mientras que en niños que han debido 
usar quinolonas esa condrotoxicidad severa no ha sido observada. Por el contrario, en ratas, las qui-
nolonas provocan la degeneración de los tenocitos, con aparición de vacuolas abundantes y pérdida 
de la forma celular en forma similar a lo que ocurre en el hombre, por lo que, para algunos autores, 
sería un modelo válido de tendinitis. 
Cardiovasculares: se describen hipotensión y taquicardia relacionadas con la liberación de histami-
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na. Las fluoquinolonas prolongan el intervalo QT; hecho que se debería, en principio, a hipomagne-
semia relativa. Adicionalmente, las de última generación (moxifloxacina, gatifloxacina) frente a las de 
2da generación (ciprofloxacina, levofloxacina) son de 10 a 100 más potentes para bloquear directa-
mente los canales rectificadores de K+ (HERG). La prolongación del intervalo QT puede predisponer 
el desarrollo de arritmias fatales y aunque esta eventualidad con el uso de quinolonas se considera 
muy pero muy rara, fue causa de la suspensión de comercialización de la grepafloxacina. 
Otros efectos adversos: se ha descripto también con el uso de quinolonas shock anafiláctico, aumen-
to reversible de las transaminasas, leucopenia y eosinofilia, hiperazoemia, hipoglucemia, cristaluria 
y nefritis intersticial. Con trovafloxacina y tosufloxacina se ha descripto una hepatopatía grave que 
puede ser mortal (con características del “síndrome de la temafloxacina” pues también presentan el 
grupo 2,4 difluofenilo en la posición 1 del anillo quinolona y que fue la causa del retiro de la trovafloxa-
cina). Las quinolonas son irritantes y pueden provocar flebitis cuando se aplican por vía IV.
INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS
Las principales son 4,40,74,94,104-111:
Farmacodinámicas:
A nivel del efecto antibiótico: por actuar durante la fase de crecimiento bacteriano, las quinolonas 
no deben administrarse conjuntamente con antibióticos bacteriostáticos como clindamicina, cloran-
fenicol, tetraciclinas, nitrofuranos. Asimismo, los inhibidores de la síntesis proteica y la rifampicina 
inhiben la vía letal dependiente de la síntesis proteica que activan las quinolonas, por lo que no deben 
asociarse. Los antibióticos bactericidas como los β-lactámicos, glicopéptidos y aminoglucósidos, 
potencian el efecto antibiótico de las quinolonas, esto es especialmente útil en bacterias multirresis-
tentes o en tratamiento de las infecciones por micobacterias.
A nivel del huésped: el uso concomitante de AINEs o foscarnet y quinolonas favorece la aparición de 
convulsiones por quinolonas, en particular con la asociación enoxacina y fenbufeno (esto y la impor-
tante interacción con teofilina determinaron el retiro de la comercialización de la enoxacina). El uso 
concomitante de glucocorticoides sistémicos durante períodos prolongados puede ser causa de la 
ruptura tendinosa. Debe evitarse el uso conjunto de quinolonas con fármacos que polonguen el in-
tervalo QT; la lista comprende antipsicóticos típicos, en especial pimozida, antidepresivos tricíclicos, 
cisapride, macrólidos y antiarrítmicos de clase Ia (quinidina) o III (amiodarona). La furosemida puede 
inducir hipomagnesemia, por ello se deberán extremar las precauciones cuando se usen conjunta-
mente, pues muchos de los efectos adversos de las quinolonas son atribuidos a hipomagnesemia 
relativa.
Farmacocinéticas:
Fármacos que reducen la absorción de las quinolonas y viceversa: las sales de hierro, zinc, los 
antiácidos con calcio, magnesio y aluminio y el sucralfato, disminuyen su biodisponibilidad y recípro-
camente la de las quinolonas, por quelación en la luz intestinal. Para evitar este fenómeno se deben 
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administrar separados por al menos 2 hs. Los antagonistas H2 (cimetidina, ranitidina, famotidina) y 
los anticolinérgicos (propinoxato, butilescopolamina) pueden retrasar la absorción de algunas qui-
nolonas, hecho que carece de importancia clínica. 
A nivel del metabolismo de drogas: ciertas quinolonas inhiben la función de los CYP1A2 y CYP3A4 
(tabla 11) y por ello incrementan las concentraciones plasmáticas de muchos fármacos, incluso a 
niveles tóxicos. La inhibición es competitiva y se produce, por lo menos sobre el CYP1A2, por deri-
vados oxidados del anillo piperazina (4´oxo-quinolona). Este hecho es absolutamente independiente 
del grado de metabolismo que sufre una quinolona particular, pues la enoxacina que se metaboliza 
menos que la ciprofloxacina mediante las mismas reacciones, inhibe mucho más a los CYP. Las dos 
interacciones más relevantes por su frecuencia son:
• Disminución de la eliminación de metilxantinas (teofilina y cafeína), por lo que se aconseja moni-
torizar los niveles séricos de teofilina. Los aumentos de teofilinemia con enoxacina, ciprofloxacina y 
ofloxacina son del 111%, 23% y 12%, respectivamente.
• Aumento de la t½ de la warfarina, ya que su isómero R se metaboliza por el CYP1A2. 
A nivel de la excreción renal de drogas: las quinolonas usan los sistemas de transporte OAT y OCT 
presentes en el túbulo contorneado proximal para su excreción. Por consiguiente, tanto los ácidos 
como el probenecid, los AINEs, los diuréticos de asa y tiazidas, el metotrexate, los antibióticos ß-
lactámicos o las bases como la cimetidina pueden reducir los niveles urinarios de estas drogas, pero 
aumentar los plasmáticos. La administración conjunta debe hacerse con precaución pues según 
el efecto deseado puede perderse actividad antiinfecciosa urinaria o aumentar la actividad farma-
cológica sistémica de las quinolonas con o sin consecuencias; en el caso de los diuréticos podría 
haber una merma transitoria de su efectividad y en el caso del metotrexate podría incrementarse su 
toxicidad. 
Tabla 11 - Interacciones medicamentosas de ciertas quinolonas por inhibición CYP
(modificado de refs. 4,108 y 109).
Isoforma CYP Quinolona Fármacos que pueden aumentar sus niveles plasmáticos y/o su toxicidad por la interacción
CYP1A2*
Ciprofloxacina
Norfloxacina
Acido pipemídico
EnoxacinaAminofilina, amitriptilina, cafeína, clorpromazina, diazepam, 
imipramina, levomepromazina, metoclopramida, ondansetrón, 
paracetamol, propafenona, ritonavir, tamoxifeno, teofilina, verapamil, 
R-warfarina, zopiclona**
CYP3A4 EnoxacinaNorfloxacina
Alfentanilo, alprazolam, amiodarona, amitriptilina, amlodipina, 
atorvastatina, budesonida, bromazepam, cafeína, carbamazepina, 
clorpromazina, cimetidina, cisapride, claritromicina, clindamicina, 
clonazepam, clozapina, ciclosporina, dapsona, dexametasona, 
diazepam, digoxina, diltiazem, doxorrubicina, enalapril, eritromicina, 
felodipina, fentanilo, fluoxetina, hidrocortisona, imipramina, indinavir, 
itraconazol, ketoconazol, lidocaína, lorazepam, losartán, lovasta-
tina, midazolam, nifedipina, nimodipina, omeprazol, ondansetrón, 
pravastatina, prednisona, progesterona, propafenona, quinidina, 
quinina, rifampicina, ritonavir, saquinavir, sildenafil, simvastatina, 
verapamil, vinblastina, vincristina, zolpidem**
* CYP inhibido por 4´oxo-quinolona. La enoxacina fue retirada de la comercialización por esta interacción.
** En cursiva, fármacos que ocasionan QT prolongado; las metilxantinas además pueden producir convulsiones; el tamoxifeno
se activa por el CYP1A2 por lo que la inhibición de esta isoforma, por el contrario, resta actividad.
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PRECAUCIONES Y ADVERTENCIAS
Las quinolonas son fármacos relativamente seguros; no obstante deben seguirse ciertos recaudos 
durante su uso:
Debido a que son irritantes locales, las quinolonas no deben aplicarse por vía IM. Las formas IV se 
deben perfundir en un lapso no menor de 60 minutos y lavar la tubuladura. Se debe usar siempre 
solución glucosada isotónica, pues soluciones salinas aumentan la toxicidad local.
Debido al riesgo de fototoxicidad, todo paciente que recibe fluoquinolonas no debe exponerse al sol 
incluso hasta cinco días después de terminado el tratamiento.
Debe prestarse mucha atención si los pacientes presentan síndrome de QT prolongado de causa 
congénita o medicamentosa, en especial si reciben pimozida, antidepresivos tricíclicos y antiarrítmi-
cos de clases Ia y III, pues esto puede contraindicar el uso de quinolonas.
Se debe evitar el uso conjunto de quinolonas de mayor metabolismo oxidativo (ácido pipemídico, 
ciprofloxacina, norfloxacina, fleroxacina) con teofilina a fin de evitar su toxicidad por aumento de los 
niveles plasmáticos. De la misma forma, se recomienda realizar controles más frecuentes del tiempo 
de sangría y de su razón internacional normatizada (RIN) si estos fármacos han de administrarse en 
pacientes tratados con warfarina.
Debe siempre pensarse en una posible ruptura de tendón si los pacientes que reciben quinolonas 
tienen antecedentes de factores concomitantes y presentan dolor y edema (de afectación bilateral 
en el caso del tendón de Aquiles).
El riesgo de artropatía puede limitar o contraindicar el uso de quinolonas en niños y adolescentes, 
salvo que el beneficio supere al riesgo.
A pesar de que ciertos sustituyentes del anillo quinolónico (figura 12) han sido relacionados con 
daños del material genético de animales, el riesgo de mutagenicidad o carcinogénesis en el ser 
humano por el uso de quinolonas es casi nulo. Los estudios en animales sobre el uso de quinolonas 
durante el embarazo contraindican su uso; no obstante, los pocos datos provenientes de estudios 
en el ser humano indican que no son teratogénicas 89,95,96,111.
CONTRAINDICACIONES
Hipersensibilidad a las quinolonas. Embarazo (categoría C) y lactancia. Niños y adolescentes meno-
res de 18 años, excepto que el beneficio/riesgo lo justifique (ver indicaciones). Pacientes con arrit-
mias. Hipomagnesemia. Insuficiencia hepática y/o renal severas 4,96.
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INDICACIONES, DOSIS Y VIAS DE ADMINISTRACION
La eficacia de las quinolonas en una gran variedad de infecciones, ha hecho que su uso se extienda 
a patologías que bien podrían ser tratadas con otros antibióticos; esto generó la aparición de cepas 
resistentes con la consiguiente pérdida de la utilidad clínica. Por ello, es una recomendación lógica 
que las quinolonas no se utilicen de primera elección, cuando existen otros antibióticos con igual 
eficacia e indicación 4,40,112. Son indicaciones de las quinolonas:
Infecciones urinarias y prostatitis 40,74: para el tratamiento de infecciones urinarias bajas no compli-
cadas causada por bacilos Gram negativos, con excepción de infecciones por Pseudomonas, son 
útiles la quinolonas del Grupo A, en especial la norfloxacina por menor resistencia; sin embargo, este 
esquema no ofrece ventajas sobre el cotrimoxazol o la nitrofurantoína 112. En caso de foco prostático 
éstas no deben utilizarse ya que no se concentran adecuadamente. En infecciones urinarias com-
plicadas (o no) por la presencia de prostatitis; o en pacientes alérgicos a las sulfonamidas o el cotri-
moxazol, se indican quinolonas del Grupo B (ciprofloxacina, ofloxacina) por la buena concentración 
en orina y tejido prostático. Cabe señalar que son útiles para eliminar los gérmenes de los reservorios 
como vagina, perineo y recto, disminuyendo las recidivas con mínimo impacto sobre la flora normal, 
y que la orina alcalina disminuye su eficacia. La levofloxacina es útil en el tratamiento de infecciones 
urinarias altas y bajas. En prostatitis las fluoquinolonas son de elección ya que tienen una buena 
penetración y concentración en el tejido prostático (mayor que en el fluido prostático) y su espectro 
se adecua a los patógenos usuales 113.
Infecciones gastrointestinales 40: las quinolonas del Grupo B son útiles para combatir estas afecciones 
porque alcanzan alta concentración en materia fecal (aun administradas por vía IV). La ciprofloxacina, 
norfloxacina u ofloxacina son de elección en las diarreas del viajero causadas por enterobacterias 
patógenas (Shigella, E. coli enteropatógeno, Campylobacter spp., Vibrio spp., Yersinia enterocolitica, 
Aeromonas hydrophila). En infecciones por Salmonella, en pacientes inmunocomprometidos o eda-
des extremas, se indican fluoquinolonas para el tratamiento sintomático, por su mejor concentración 
en macrófagos. El motivo de la limitación a pacientes sintomáticos graves es que se han observado 
portadores asintomáticos de Salmonella después del uso de quinolonas. Las quinolonas no son 
útiles contra las infecciones por C. difficile y en el caso de H. pylori resultan de tercera elección. 
Infecciones respiratorias 40,114: si bien las quinolonas no son de primera elección en el tratamiento 
empírico de las neumopatías de la comunidad, la emergencia de nuevos patógenos atípicos y resis-
tentes al tratamiento clásico tiende a generalizar el uso de quinolonas 115. El uso de fluoquinolonas 
del grupo D como levofloxacina debería inicialmente reservarse para pacientes alérgicos a los ß-lac-
támicos y/o macrólidos, para aquellos con infecciones por S. pneumoniae resistente a la penicilina o 
en casos de neumopatías por clamidias o micoplasmas. La levofloxacina y la moxifloxacina pueden 
ser también útiles en las exacerbaciones de las bronquitis crónicas.
Infecciones articulares y osteomielitis 4,40,116: son de elección las fluoquinolonas del Grupo B o C que 
cubren el espectro de los gérmenes Gram positivos, pero deben formar parte de planes terapéuticos 
prolongados, incluyendo medidas quirúrgicas sobre el foco.
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Infecciones de transmisión sexual 4,40: La ciprofloxacina se indica en el chancroide y en las gonoco-
cias (aunque hay cepas resistentes). La cervicitis, la uretritis, la faringitis y las infecciones perirrectales 
gonocócicas no complicadas pueden tratarse con dosis únicas de 500 mg de ciprofloxacina, 800 
mg de norfloxacina o 400 mg de ofloxacina. La ofloxacina se indica por 7 días en infecciones por C. 
trachomatis, incluida la enfermedad inflamatoria pélvica.
Otras indicaciones 4,40,56-59: las fluoquinolonas de los Grupos B y C pueden utilizarse en infecciones 
de piel y partes blandas como parte de esquemas

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