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Universidad de Los Andes Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Psicología PERCEPCIÓN DE LAS RELACIONES AFECTIVAS CON PADRES, PARES Y AUTOEFICACIA SOCIAL EN ADOLESCENTES BOGOTANOS Trabajo de grado para optar al título de PSICÓLOGOS Luz Ángela Ballesteros Aguilar César Augusto Cuéllar Roa Bajo la dirección de Sonia Carrillo Ph. D. y Jorge Castro M. A. Bogotá, D.C., Diciembre de 2005 ii Los abajo firmantes Directora y Lector aprueban la tesis presentada por: Luz Ángela Ballesteros Aguilar y César Augusto Cuéllar Roa DDIIRREECCTT OORRAA LLEECCTTOORR CCOOOORRDDIINNAADDOORR DDEE TT RRAABBAAJJOO DDEE GGRRAADDOO iii Tabla de Contenido Lista de tablas ........................................................................................................... iv Lista de figuras ......................................................................................................... v Agradecimientos ....................................................................................................... vi Resumen ................................................................................................................... vii Percepción de las relaciones afectivas con padres, pares y autoeficacia social en adolescentes bogotanos……………………………………………………............. 1 Características generales de la adolescencia………………………………. 2 Teoría del apego: conceptos generales…………………………………..... 6 Modelos internos de trabajo………………………………............. 8 Relaciones afectivas con padres y pares…......……..…................... 9 Relaciones de amistad en la adolescencia....................................... 13 Apego y autoeficacia social en la adolescencia………………………… 17 Auto eficacia social.......................................................................... 18 Estilo Atribucional............................................................................ 23 Justificación y Planteamiento del problema................................................. 27 Método..................................................................................................................... 30 Participantes................................................................................................. 30 Variables e instrumentos............................................................................... 30 Resultados................................................................................................................. 33 Discusión.................................................................................................................. 42 Referencias............................................................................................................... 48 iv Lista de Tablas Tabla 1. Características sociodemográficas de la muestra...................................................31 Tabla 2. Estadísticos descriptivos de las variables...............................................................35 Tabla 3. Matriz de correlaciones entre relaciones afectivas con padres y pares, estilo atribucional y autoeficacia social.........................................................................................37 Tabla 4. Correlaciones entre relaciones afectivas con pares, estilo atribucional y autoeficacia social................................................................................................................37 Tabla 5. Modelo de Regresión 1. Influencia de las relaciones afectivas con padres en la autoeficacia social (Variable criterio)..................................................................................39 Tabla 6. Modelo de Regresión 2. Influencia de las relaciones afectivas con pares en la autoeficacia social................................................................................................................39 Tabla 7. Modelo de Regresión 3. Influencia de las relaciones afectivas con padres en el estilo atribucional.................................................................................................................40 Tabla 8. Modelo de Regresión 4. Influencia de las relaciones afectivas con pares en el estilo atribucional.................................................................................................................41 v Lista de Figuras Figura 1. Diseño del proyecto..............................................................................................29 vi Agradecimientos Al culminar esta etapa de mi vida quiero agradecer en primer momento a Dios por darme la perseverancia y sabiduría para caminar tras el bien. En segunda instancia quiero agradecer a mi padre porque se que en todo momento me esta protegiendo, cuidando y por que sin él no seria la persona que hoy en día soy. A mi familia, mamá, hermanos, tíos, primos y abuelos, por confiar en mi, comprenderme y apoyarme y finalmente quiero agradecer a mis compañeros, amigas y profesores de universidad que aportaron su conocimiento, dedicación y fueron mi mayor soporte en mi formación profesional y como persona. Luz Angela Ballesteros Aguilar A Dios por darme la fortaleza de continuar estudiando e ir alcanzando poco a poco cada uno de los objetivos que me he propuesto. A mi madre, fuente de mis mayores esfuerzos y acompañante de los múltiples intentos en vano. A mi padre, por respetar aunque en silencio mi decisión de estudiar psicología. A mis hermanos, por estar pendiente de cada uno de los pasos dados para culminar este proceso y por considerarme siempre un ejemplo a seguir; aspecto que me motivo para seguir en la lucha. A mis amigos, por alentarme en momentos donde estuve a punto de flaquear; por sus constantes llamados de atención, cuestionamientos, regaños y palabras y gestos de cariño que me hicieron entender que tengo mucho para dar. A algunos profesores del departamento, quienes me enseñaron la importancia de compartir el conocimiento y de creer en el otro como ser esencial para mi compartir. Y a todas y cada una de las personas que indirectamente ayudaron a formarme como persona y como futuro profesional. César Augusto Cuéllar Roa vii Resumen El propósito central de este estudio fue determinar la relación existente entre la percepción de las relaciones afectivas con padres y pares y la autoeficacia social en una muestra de adolescentes bogotanos. Este estudio forma parte de un proyecto mas amplio del grupo de investigación de la Universidad de Los Andes titulado “Relaciones afectivas, ajuste psicológico y calidad de vida en adolescentes Bogotanos”. De manera particular se pretendía examinar si el estilo atribucional cumplía un papel mediador entre las variables relaciones afectivas con padres y pares y el nivel de autoeficacia social. Este proyecto contó con una muestra de 1435 adolescentes entre los 15 y 20 años que estaban cursando último año de bachillerato y que asistían a colegios femeninos, masculinos y mixtos, de estrato socioeconómico bajo, medio y alto de Bogotá. Los adolescentes completaron cuatro cuestionarios. En el primero y segundo se indagaba sobre sus relaciones afectivas con sus padres (IPPA y PBI) y amigos (IPPA y Escala de Cualidades de Amistad de Bukowski). En el tercero se investigaba acerca de sus rasgos y actitudes personales (autoeficacia social SES) y finalmente se preguntaba por estilos atribucionales respecto a situaciones sociales (MMCS). Los resultados mostraron que existe una clara asociación entre las relaciones afectivas con los padres y pares y la autoeficacia social que expresan los adolescentes. Se pudo observar que lamanera como los adolescentes perciben la comunicación, la confianza, la alineación, el cuidado y la protección con sus padres en conjunto, influyen en la autoeficacia social que los primeros presenten. Por el contrario, en las relaciones afectivas con los pares las categorías como cercanía y seguridad son las únicas que actúan de manera significativa en la autoeficacia social. De manera adicional, se puede afirmar que el estilo atribucional no juega un papel mediador entre las relaciones afectivas con los padres y pares y la autoeficacia social. Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 1 Percepción de las relaciones afectivas con padres, pares y auto eficacia social en adolescentes bogotanos La presente investigación tuvo como propósito principal estudiar la percepción que los adolescentes bogotanos muestran de sus relaciones afectivas con las figuras paternas y con sus pares. Además, analizó la relación existente entre dicha percepción y el nivel de auto-eficacia social que los jóvenes exhiben y el posible papel mediador del estilo atribucional en esta relación. Teóricos como Bowlby y Ainsworth han planteado la importancia de las relaciones afectivas con las figuras de apego durante la infancia, ya que éstas son relevantes para las interacciones que las personas mantienen a lo largo de la vida. Durante la niñez, las relaciones afectivas están ligadas a determinadas personas como padres, hermanos y familiares, entre otros. A medida que el niño crece, el grupo de personas hacia quien dirige su afecto se va ampliando y se introducen nuevos integrantes como amigos, maestros y parejas románticas, creando con ellos determinado vínculo afectivo, el cual está asociado con el apego establecido durante la infancia con su figura de afecto primaria. Con respecto a lo anterior se puede decir que las relaciones afectivas tempranas dan lugar a la socialización en la adolescencia, puesto que los vínculos generados en la infancia permiten el establecimiento de relaciones, lo cual está acompañado del desarrollo y enriquecimiento de habilidades sociales (Cava y Musitu, 2002). Para éste estudio se utilizarán datos recogidos en la línea de investigación "Relaciones afectivas a lo largo de la vida", la cual hace parte del equipo investigativo del Departamento de Psicología de la Universidad de Los Andes. Esta exploración busca responder preguntas distintas a las ya establecidas en el estudio matriz denominado "Relaciones afectivas, ajuste psicológico y calidad de vida en adolescentes bogotanos". El aporte de esta tesis a la psicología se fundamenta en la posibilidad de realizar Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 2 una investigación en la que además de evaluar la asociación entre las variables, relaciones afectivas con padres, con pares y autoeficacia social, se examine el efecto de una posible mediación en tal relación. La importancia de esto radica en considerar el efecto que puede presentar una variable como estilo atribucional sobre la relación entre las variables ya mencionadas. Características generales de la adolescencia La adolescencia puede considerarse una fase primordial en el desarrollo de todo ser humano, dado que es en esta etapa donde se continúan moldeando algunas de las bases establecidas durante la infancia. Dicho periodo puede reconocerse al mismo tiempo como una transición o evolución a nivel personal, que lleva al adolescente a pensar ya no como un ser puramente dependiente, sino como un individuo en busca de autonomía y de identidad propia. En esta etapa se presenta un cambio en la manera como los jóvenes se perciben a sí mismos y a los demás. Cuando se habla de adolescencia no se está haciendo referencia simplemente a aquella etapa difícil de la vida, sino que se recurre a un término en el que se integran una serie de aspectos que enmarcan los cambios físicos, emocionales y cognitivos, vinculados al despertar de nuevas y diferentes situaciones, circunstancias y necesidades. De acuerdo con Santrock (2003), la adolescencia es el periodo evolutivo de transición entre la infancia y la etapa adulta que implica cambios biológicos, cognitivos y socio emocionales. El reconocer, identificar o afianzar dichos aspectos es algo difícil para el niño en crecimiento y para su familia, ya que se empiezan a buscar distintos roles a los asumidos desde la infancia, intentando llegar a la igualdad en las relaciones con los padres y pares. Tal y como lo expresa Patterson & cols (1993): La adolescencia se debe entender como un tiempo de renegociación en el que Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 3 el adolescente genera cierto movimiento, encaminado a cambiar la autoridad unilateral que encontraba en sus padres durante la niñez, para así encontrar una relación basada en la mutualidad o la simetría afectiva (p. 128). Teóricos como Erikson, Piaget y Kohlberg plantean que el adolescente en esta etapa de la vida se enfrenta a cambios cognitivos, definiciones de la identidad y desarrollo de sistemas de valores propios que lo llevan a obtener una mayor independencia familiar, otorgándole gran importancia al grupo de pares (Cava & Musitu, 2002). A nivel afectivo, durante la adolescencia se presenta un mayor énfasis en las relaciones afectivas con pares; los adolescentes desean independizarse de los padres y toman a los pares y amigos como las fuentes proveedoras de afecto. Algunos autores identificaron este fenómeno como un cambio en las jerarquías afectivas (Allen & Land, 1999). Esto no quiere decir que se desconozca la figura primaria de afecto (madre o cuidador), sino que la inversión de tiempo y calidad en las relaciones afectivas con sus pares o amigos se hacen prioritarias. Las características presentes en esta fase están estrechamente ligadas a los contextos dentro de los cuales las personas se desenvuelven y crecen y a las pautas de crianza implementadas por sus padres o cuidadores más cercanos. Esto denota que existe un proceso de construcción y afianzamiento de la identidad personal y social, enmarcado en las interacciones que se cimentaron en la infancia. Por ello es importante entender las primeras relaciones del niño como parte fundamental en la formación del apego y también del tipo de vinculación afectiva que puedan tener con sus pares y/o amigos a lo largo de la vida. Como lo dicen Carrillo & cols. (2004), el producto de la relación firme y segura con la madre o cuidador principal, permite el establecimiento de relaciones futuras adecuadas con pares, amigos, hermanos, etc. Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 4 Según Allen & Land (1999) gracias a la vinculación afectiva establecida entre padres e hijos durante la infancia, el niño aprende modelos que guían su conducta con los demás, los cuales le permitirán asumir y comportarse en las relaciones futuras. Dichos modelos son representaciones mentales basados en la interacción con los cuidadores durante las primeras etapas del desarrollo, que le facilitan el reconocimiento de pensamientos y sentimientos específicos hacia sí mismo y hacia los otros, posibilitando su actuar de una forma determinada ante ciertas situaciones o circunstancias, entendiéndose esto al mismo tiempo, como parte fundamental de las habilidades sociales que el adolescente desarrolla. Es así como el niño tiende a reproducir dichos modelos con los cuidadores en el contexto familiar y en las relaciones futuras con los pares, maestros y amigos en contextos diferentes. Se puede decir que los cambios cognitivos y emocionales quepresentan los adolescentes son de gran importancia para esta investigación, ya que durante esta etapa se realizan avances significativos frente al planteamiento y redefinición de diversos esquemas que la persona trae desde la infancia. Por ejemplo, dentro de los cambios cognitivos se encuentran el lograr satisfacer las diferentes necesidades que surgen, el afianzar la identidad tanto personal y de pareja como grupal, el equilibrio en las relaciones afectivas y la consolidación de sus ideales; estos últimos tomados de los modelos seguidos de los grupos a los cuales ha pertenecido durante su crecimiento o desarrollo como lo son la familia nuclear, la familia extensa, el colegio, entre otros. También el adolescente desarrolla habilidades más sofisticadas, que le permiten resolver problemas no solo matemáticos sino de su vida personal, logrando así entender mejor el proceso de toma de decisiones y la adaptación a nuevas situaciones. Es importante resaltar que el joven empieza a distinguir la calidad del vínculo afectivo que posee con personas como su padre, su madre, sus amigos, etc., clarificando cada una de las relaciones existentes en su vida, Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 5 las cuales serán predictoras de relaciones futuras (Allen & Land, 1999). Según Parkes y Stevenson - Hinde (1982, citados por Paterson, 1993), existe una dimensión cognitivo-afectiva del apego, la cual se presenta en el adolescente y se caracteriza por la clasificación del afecto, con el fin de dirigirlo hacia las figuras identificadas como merecedoras de éste. En dicho caso se puede observar cómo el adolescente le otorga a los otros una categorización específica y al mismo tiempo genera una serie de ideas de sí mismo, que le permiten interactuar con los demás, para así afianzar los modelos internos ya modelados y reestructurados. En la parte emocional se encuentran aspectos como la validación de sentimientos, que ya no se reconocen como externos sino que los apropia, para luego multiplicarlos y reforzar las relaciones afectivas que a creado con los demás. Lo anterior hace parte del desarrollo de la autonomía que el adolescente empieza a expresar. Dicho desarrollo se fundamenta en las múltiples conductas de exploración para consigo mismo, con los otros y con los diferentes contextos donde lleva a cabo las interacciones. De acuerdo con Allen & Land (1999), al mostrar la conducta exploratoria el adolescente refuerza su idea de independencia, lo cual lo orienta en el desarrollo y/o consolidación de sus habilidades sociales, tomando como base la interacción significativa con sus padres o cuidadores y encaminado hacia la satisfacción de sus nuevas necesidades afectivas, en esta ocasión dirigidas hacia sus pares. Al interactuar con ellos, el adolescente empieza a reconocer algunos rasgos personales que le servirán en el desarrollo de su vida social, como por ejemplo el acceso a la intimidad, la retroalimentación frente a su conducta o comportamiento social, la influencia, la información y los estilos de vida que percibe de los otros. Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 6 Teoría del Apego: Conceptos Generales Los estudios sobre los vínculos afectivos que se construyen entre padres e hijos, se enmarcan dentro de la teoría del apego planteada por John Bowlby y Mary Ainsworth, cuyos supuestos están centrados en los distintos vínculos afectivos desarrollados por los niños/as durante la infancia. Teniendo en cuenta lo anterior, se puede definir el apego como aquel lazo afectivo que se genera con personas especiales o importantes, que lleva a sentir placer y alegría cuando se interactúa con ellas, además de alivio ante su cercanía en situaciones de estrés; estos vínculos son de gran importancia en la adquisición de nuevas relaciones. (Ainsworth, 1989). La teoría de Bowlby sustenta que el apego surge desde muy temprana edad y que es de vital importancia en el resto de la vida, puesto que es la base para las relaciones futuras de las personas. Según Ainsworth (1978), las relaciones de apego que se presentan en la infancia se pueden clasificar en tres tipos: seguro, evitativo y ambivalente. El tipo de apego seguro se caracteriza por la exploración que el niño hace en el ambiente manteniendo el contacto permanente con su cuidador. A este último lo identifica como la base segura para la interacción con su entorno, manteniendo con él cierta cercanía, pero al mismo tiempo permitiéndose la exploración del ambiente. Este tipo de apego también se caracteriza por manifestaciones de ansiedad ante la separación del cuidador y calma o alegría ante la reunión con éste. En el estilo de apego evitativo, los niños al encontrarse en situaciones de estrés tienden a ignorar al cuidador a su regreso, mostrando rechazo hacia él. Respecto a lo anterior, se ha hipotetizado que el apego evitativo está relacionado con dificultades en las interacciones con los otros y problemas en el desarrollo social durante las diferentes etapas de la vida (Santrock, 2003). El tercero y último de los apegos es el ambivalente, en el que los niños/as reciben Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 7 por parte del cuidador respuestas contradictorias (positivas y negativas) que los llevan a mantener un alto nivel de estrés aún en presencia del cuidador (Ainsworth, 1978). Bowlby (1998) propone la idea de que e1individuo a lo largo de su vida genera vínculos de apego con diferentes personas, pero durante la infancia una de ellas es considerada como la fuente primaria o más importante para el desarrollo social del niño. Este autor plantea que es la figura materna quien sirve como base fundamental de apego, mientras que otros cuidadores como el padre, la nana o los hermanos mayores entran a ser figuras secundarias para tal proceso. En ambos casos, tanto la figura principal como las secundarias brindan herramientas que permiten una mejor calidad en las relaciones afectivas y las interacciones sociales en la niñez y en las etapas futuras. Allen & Land (1999) retoman los planteamientos de Ainsworth (1989), acerca de las cuatro características que distinguen las relaciones afectivas de otras relaciones sociales durante la adolescencia. La primera de dichas características es la proximidad percibida del otro. La segunda, la identificación de una base segura que le permite explorar libremente los nuevos contextos, teniendo como referencia la presencia de la figura de apego. La tercera, la conducta de refugio seguro, la cual se presenta cuando la figura de apego se retira y se percibe una amenaza. Y por último la protesta ante la separación, cuando esta es involuntaria. A partir de lo mencionado anteriormente se podría decir que el adolescente lleva a cabo sus diversas interacciones románticas y de amistad, siguiendo un proceso de apropiación en el que debe cumplir cada una de las fases mencionadas; por ejemplo el adolescente en primera instancia conoce a alguien, genera cierto grado de empatía e identidad con el otro. Luego se permite identificarlo como una figura con la cual se puede formar una interacción recíproca en donde el afecto es el principal aspecto que se maneja, presentándose cierto nivel de dependencia a partir de la no presencia del otro. Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 8 Tomando como base algunos estudios realizados sobre este tema, se puede decir que los individuos que durante la niñez crearon un apego seguro con sus cuidadores, pueden a futuro mostrarse como personas con grandes niveles de confianza paraconsigo mismos, identificando con facilidad sus metas y las demandas que se tejen alrededor. Además, son individuos que generalmente presentan gran control y habilidad en la regulación y expresión de sus emociones. Por el contrario, los individuos que desarrollaron un apego inseguro en la infancia son personas que no poseen herramientas para identificar y expresar sus emociones, mostrando esquemas mentales inadecuados y dificultades frente a la resolución de problemas (Kerns & Stevens, 1996). Modelos internos de trabajo A medida que los seres humanos participan de diversas interacciones con otras personas se van formando representaciones mentales o modelos internos de trabajo con respecto a las relaciones afectivas, entendiéndose a dichos modelos como estructuras cognitivas que el individuo desarrolla y que le permite representarse así mismo, a los otros y a su entorno (Howe & cols, 1999; Black & cols, 2000). De acuerdo con Bowlby (1988, citado por Black & cols, 2000), en la infancia temprana se crean una serie de modelos internos que tiende a persistir a lo largo de la vida. Estas representaciones mentales que se generan son influenciadas por las distintas experiencias que se tienen en las primeras etapas del desarrollo, las cuales están sujetas a cambio, de acuerdo al tipo de situaciones que se experimenten. Este mismo autor sugiere que los modelos internos de trabajo, de los niños y de los padres, desarrollados en la infancia, juegan un papel fundamental en la transmisión del apego de una etapa del desarrollo a otra y de esta a la siguiente generación. Black & cols (2000), exponen que existen dos dimensiones de modelos internos: Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 9 La primera es conocida como modelo de sí mismo, la cual contiene las percepciones que cada individuo genera de si. La segunda, es conocida como modelo del otro, que retoma las expectativas con respecto a la calidad de vida y el bienestar emocional que los otros esperan del individuo. Bartholomew (1990) retomando algunos teóricos como Shaver & Hazan (1988) y Main, Kaplan & Cassidy (1985), sugiere cuatro tipos de apego en adultos jóvenes, con base en el desarrollo de modelos internos positivos o negativos respecto a la interacción consigo mismo y con el otro. En primer lugar, este autor plantea que cuando una persona posee un modelo positivo de si mismo y de los otros demuestra mayor seguridad, agrado, intimidad y autonomía. En segunda instancia indicó que cuando un individuo tiene un modelo positivo frente a los otros y negativo con sigo mismo puede generar relaciones ambivalentes. El tercer tipo, incluye personas que presentan modelos positivos de sí mismo y negativos de los otros, mostrándose como un ser individualista y minimizando la importancia de los demás. Finalmente los individuos que tienen modelos negativos de los otros y de ellos mismos tienden e desarrollar relaciones evitativas. A partir de los argumentos teóricos expuestos anteriormente, se muestra que los modelos internos de trabajo generados durante la infancia con los padres o cuidadores, son de gran importancia en el establecimiento de relaciones futuras. Así mismo se puede considerar que existe gran relación entre las estructuras cognitivas que el niño presenta, y los modelos internos que el adolescente maneja para el conocimiento y afianzamiento del si mismo y de su entorno, lo cual permite que se vayan generando relaciones de apego a lo largo de la vida. Relaciones afectivas con padres y pares Algunos autores exponen que la adolescencia es una etapa que se encuentra Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 10 dividida en dos partes (de los 9 a los 12 años y de los 15 a los 19), durante la cual los niños/as van evolucionando emocionalmente. A medida que avanza la adolescencia, la percepción de apoyo por parte de los jóvenes cambia. Furman & Buhrmester (1992), confirman esta posición al considerar que las principales fuentes de apoyo percibidas por los adolescentes varían en función de la edad. En otras palabras, los adolescentes de 12 años perciben mayor apoyo por parte de los padres que los de 15, lo cual es un factor dependiente de la forma en que los adolescentes manejan su interacción con las figuras paternas. Para los adolescentes de 12 años se tiene un vínculo afectivo mucho más fuerte y menos autónomo, mientras que para los de 15 años los lazos de afecto se dirigen más a los amigos. Esto es lo que ha sido denominado por varios autores como cambio en la jerarquía afectiva (Allen & Land 1999). Kerns & Stevens (1996) argumentan que el apego en las relaciones padres-hijos es indispensable para la generación de vínculos afectivos con las figuras del mismo sexo como los amigos, compañeros de clase o profesores; es decir, que la vinculación que se genera como niño(a) con el padre/madre, es indispensable para la relación afectiva que como adolescente se genera con los pares. A partir de esto se permite entender el grado de relevancia que los adolescentes le otorgan a las relaciones que mantienen entre grupos de amigos/as. En otras palabras, si el niño ha presentado un tipo de apego seguro con la figura paterna, muy seguramente generará buenas relaciones afectivas con sus pares, creando estrategias que le permita sobrellevar sus interacciones. Por el contrario si se ha presentado a lo largo de la infancia un apego de tipo inseguro, lo más esperado sería que los adolescentes demandaran mucha atención y afecto por parte de sus pares y amigos, y al mismo tiempo expresaran emociones y sentimientos negativos que no les ayudaría a afrontar diversas situaciones amenazantes, sino que por el contrario las evadiera. Oliva & Sánchez (2003), concuerdan con lo mencionado anteriormente. Dichos Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 11 autores realizaron un estudio en el que evaluaron el recuerdo que tienen los adolescentes de sus vínculos de apego con sus padres y la relación que actualmente tienen con sus pares. Para ello utilizaron una muestra de 513 adolescentes, de 13 a 19 años. Los hallazgos indican que los niños/as que establecieron relaciones de apego seguro con sus padres, es decir, que se mostraron más cariñosos y sensibles a sus peticiones, son capaces de establecer relaciones caracterizadas por la intimidad y el afecto con sus pares. También se evidenció que los adolescentes que mantuvieron un apego seguro con solo uno de sus padres eran igualmente capaces de mantener relaciones positivas con sus pares. Durante la etapa de la adolescencia el joven da comienzo a múltiples esfuerzos por depender en menor medida de sus padres o cuidadores principales, creando profundos cambios cognitivos, emocionales y comportamentales (Allen & Land 1999). Se puede decir que el adolescente comienza a distinguir la calidad del apego existente entre la madre, el padre y los otros, clarificando sus relaciones vividas hasta el momento, con el fin de entenderlas y de esta manera comenzar a interactuar con otros, conformando pautas para comportamientos en futuras relaciones. Cuando se habla del sistema de exploración del adolescente, se hace referencia a la manera en la que el joven interactúa con el medio con el fin de conocer nuevas relaciones. Este sistema de exploración es la mayor forma de desarrollo social que el adolescente posee para establecer nuevas interacciones, permitiéndose de esta forma estar en una constante búsqueda de independencia y autonomía, buscando al mismo tiempo satisfacer su necesidad de explorar los nuevos ambientes. Todo este proceso es parte fundamental del desarrollo cognitivoy social del adolescente, ya que busca conocer los diversos contextos en los que se desenvuelve y experimentar nuevas situaciones como parte esencial para su desarrollo. Teniendo en cuenta el concepto de las figuras de apego como base segura Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 12 desarrollado durante la infancia, se pude decir que este no desaparece en la adolescencia, puesto que en situaciones traumáticas o de alto estrés los adolescentes siguen acudiendo a sus padres como fuentes de apoyo o ayuda, a pesar de su deseo de independencia y de exploración de nuevas emociones e interacciones con los otros (Allen & Land 1999). El tipo de apego que se establezca con los pares en la adolescencia y en la adultez puede ser similar al desarrollado con las figuras paternas durante la infancia. Por tal motivo, aquella persona que tuvo buena relación con sus padres en la niñez, en el futuro puede utilizar a los pares o amigos como una base segura, con el fin de explorar el entorno y obtener nuevos retos. Durante la adquisición de estas nuevas relaciones, las personas comienzan a apegarse a los otros, y a su vez adquieren el potencial de servirle al otro como figura de apego. Así mismo, se puede decir que el apego obtenido en la infancia es reflejado por el adolescente en sus comportamientos, en las expectativas y representaciones con respecto a las relaciones que desarrollará con sus pares, amigos y con su pareja. En cuanto al apoyo social que la familia brinda al adolescente, se puede decir que aquellos que perciben poco apoyo por parte de sus familias; es decir, que poseen poca participación en la toma de decisiones familiares y mayor autonomía e independencia, buscan más apoyo y consejo en sus amigos, intensificando de esta forma las relaciones con ellos (Cava y Musitu, 2002). En un estudio realizado por Engels & cols (2003), se encontró que la sobreprotección y los cuidados paternos excesivos, están relacionados positivamente con aspectos psicológicos de los adolescentes como la depresión, el estrés y la insatisfacción con la vida, mientras que las relaciones percibidas como cálidas en la niñez, se asocian positivamente con el ajuste emocional en la etapa adolescencial. Este estudio arrojó evidencias que muestran que el tipo de interacción creado en la infancia, puede conducir al Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 13 desarrollo de desórdenes emocionales en la adolescencia. Con respecto a la influencia de1 sistema familiar en el comportamiento del adolescente, otros estudios revelan igualmente, que las interacciones con los padres son predictores de conductas positivas o negativas en los jóvenes. Por ejemplo Mestre & cols. (2004), llevaron a cabo un estudio con población española, en el que evaluaron la correspondencia entre las relaciones de familia y el comportamiento prosocial y agresivo de los adolescentes. Los resultados indicaron que en las familias que se encontraban características hostiles como irritabilidad y rechazo, los jóvenes tendían a presentar un comportamiento agresivo; mientras que en las familias que se brindaba afectividad, apoyo emocional y se permitía la autonomía a sus hijos, se encontró que la empatía es el principal predictor del comportamiento prosocial (Mestre & cols, 2004). Relaciones de am istad en la adolescencia Teniendo en cuenta los cambios ocurridos durante la adolescencia, y basados en la adquisición de nuevas relaciones afectivas, se pude decir que los jóvenes al ingresar a esta etapa generan nuevos estilos de interacción y acercamiento con sus padres y amigos, dado que van separando los estilos de demostración afectiva y por ende los comportamientos asociados a estas. En otras palabras, se genera un cambio cognitivo a partir de la interacción con el medio (influencia cultural), donde las expresiones de cariño entran a ser distintas, dependiendo de la(s) persona(s) hacia quien va dirigido el afecto. De igual forma, las demostraciones de cariño que se encaminan hacia otras personas como los amigos, y el tipo de apego que se establece con ellos están influenciados por el tipo de vínculo creado en la infancia con sus padres o cuidadores. Al hablar de la adquisición de nuevas relaciones afectivas tanto en el niño como en el adolescente, se hace referencia a la inclusión de nuevas personas en sus re1aciones Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 14 sociales y afectivas, con quienes tendrá un contacto regular y establecerá conexiones emocionales (Adams, 1994). En la niñez, la relación con el par se basa en la interacción y el juego. En la pubertad, se establecen interacciones más afianzadas con amigos del mismo sexo, mientras que existe cierta lejanía con miembros del sexo opuesto. En la adolescencia lo que se busca es vivir nuevas experiencias, obtener la aceptación y validación por parte de los otros y al mismo tiempo alcanzar la cercanía con ellos, lo cual facilita e1 desarrollo y la experimentación de habilidades sociales por parte del joven (Bukowski, 1993). Los amigos se empiezan a considerar como parte fundamental en la vida del adolescente. En esta medida, se inicia el proceso de experimentación de cambios, adquiriéndose nuevas relaciones y renovándose como se mencionó anteriormente, la percepción que se tiene de la red de apoyo. Durante la adolescencia los jóvenes no ven a los padres como la única fuente de apoyo y afecto, sino que cuentan con nuevas personas con las que comparten ideales y conductas, creándose una dependencia mutua, producto de historias y roles complementarios, que surgen con el transcurrir del tiempo y de las distintas interacciones llevadas a cabo con familiares y personas ajenas a ellos (Cava & Musitu 2002). Las distintas interacciones con los amigos, adquieren un papel preponderante, ya que además de compartir momentos, ellos participan e intervienen en muchas de las decisiones que los adolescentes toman y se constituyen en una fuente de apoyo significativa para la vida. La autonomía que generan los adolescentes al no depender parcialmente de sus padres, lleva al joven a considerar a los amigos como figura de apego esencial, puesto que en este punto es a ellos a quien se recurre en determinadas situaciones. Los adolescentes entonces se convierten en figuras de apego para sus amigos (proveedores de cuidado y afecto) y a la vez los amigos se convierten en figuras de apego para ellos; así las nuevas relaciones adquieren una forma de vinculación bilateral (Allen & Land 1999). Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 15 La presión de grupo es una situación que los adolescentes deben enfrentar en muchas ocasiones. Las decisiones acertadas o no, también dependen en gran medida de la relación que los adolescentes mantuvieron con sus padres en la infancia. Según Steinberg y Silverberg (1986), y Ryan y Lynch (1989), citados por Gimeno (2004), a medida que los adolescentes empiezan a generar cierta independencia emocional de sus padres, se convierten en personas más vulnerables a las presiones de sus compañeros; es así como adolescentes que presentan menos apego y que son menos dependientes de sus padres, están expuestos a ser más influenciados por sus amigos. Mientras que los adolescentes que mantienen una relación cercana con sus padres, en donde prevalece la autonomía y el apego seguro, demuestran ser más competentes en situaciones ajenas a la familia. Las relaciones afectivas que establecen los jóvenes con los pares, los amigos y los padres hacen parte del apoyo social de los adolescentes,entendiendo apoyo social como el conjunto de aportes de tipo emocional o de compañía que la persona percibe o recibe de distintos miembros de su red social (Cava y Musitu, 2002). A partir de lo mencionado, se ha constatado que aquellos adolescentes que perciben mayor apoyo de sus padres utilizan también estrategias de afrontamiento más efectivas, tienen una autoestima más favorable y cuentan con un mayor nivel de autoeficacia social (Barrera & Li, 1996; Musitu & cols, 2001 en Cava & Musitu 2002). Oliva & Sánchez (2003), plantean que a medida que el adolescente va adquiriendo mayor autonomía, los amigos íntimos van ganando mayor importancia sobre otras figuras de apego. Esto quiere decir, que a partir de esta etapa los amigos pasan a convertirse en la principal figura hacia quien se dirige el afecto; siendo la emocionalidad y la intimidad características de las relaciones de amistad entre ellos. En algunas ocasiones, el nombre de amigo íntimo es brindado a aquellas personas con las cuales se han compartido años escolares, otorgándosele también el título de mejor amigo. Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 16 Con respecto al apego que se genera entre los amigos íntimos, algunos autores han sugerido que existen diferencias de género importantes en las re1aciones que los adolescentes establecen con los amigos que ellos denominan como cercanos. Por ejemplo en un estudio se encontró que la mayoría de las mujeres decían mantener relaciones más cercanas con amigos/as, que los hombres. Esto puede ser atribuido a que las mujeres poseen una mayor sociabilidad, mantienen relaciones más estrechas, cálidas y cercanas que los hombres. Este mismo estudio reveló que los adolescentes que establecían un apego seguro en la infancia con sus padres, desarrollaban un apego hacia el grupo de amigos y una mayor intimidad hacia el amigo/a mas cercano (Oliva & Sanchez, 2003). Teniendo en cuenta lo señalado anteriormente, se puede decir que aquellos adolescentes que durante la infancia fueron sobreprotegidos por sus cuidadores, desarrollan una menor autonomía y autoeficacia social, lo cual no les permite establecer relaciones de amistad de la misma manera como lo hacen los adolescentes que desarrollan un apego seguro con sus padres o cuidadores. En una investigación realizada con jóvenes bogotanos se evidenció una relación entre la historia de apego de los adolescentes con sus padres y sus relaciones de amistad. Durante esta investigación se logró encontrar que los adolescentes que mantuvieron apego seguro con sus padres, establecen relaciones de amistad con altos niveles de ayuda y balance, mientras que los adolescentes con relaciones de apego evitativo mantenían mayores niveles de conflicto con sus amigos. En cuanto a las diferencias encontradas entre hombres y mujeres, se puede decir que las mujeres mostraron mayores niveles de seguridad, compañía, balance, ayuda y cercanía y los hombres presentaron mayor puntuación en el conflicto (Saldarriaga, 2003). En conclusión, se puede decir que las relaciones afectivas con los amigos durante la niñez y la adolescencia poseen diferencias, ya que en la segunda etapa se busca la vivencia Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 17 de nuevas experiencias y el afianzamiento de una identidad propia. Además, se logra evidenciar que existe una profunda relación entre los diferentes tipos de apego adquiridos durante la niñez y el establecimiento de relaciones afectivas con amigos en la adolescencia. Por otro lado se afirma que los adolescentes comienzan a ver a los amigos como una de las principales fuentes de apoyo, sin dejar a un lado a sus padres, denotando un cambio en la jerarquización. Y finalmente es importante mencionar la existencia de diferencias de género, en donde las mujeres logran mantener relaciones de amistad más estrechas o cercanas con sus amigos/as, debido a la habilidad social que suelen poseer. Apego y autoeficacia social en la adolescencia La manera como los adolescentes logran establecer sus relaciones afectivas puede estar mediada por los patrones de apego obtenidos en la niñez y la manera como se atribuyen las situaciones a las que están expuestos los adolescentes. Cuando se dice que un adolescente es eficaz socialmente, se habla de la manera asertiva como éste maneja su rol social, dentro del cual se pueden presentar habilidades como: buena comunicación, mantenimiento de relaciones sociales, manejo adecuado de relaciones interpersonales y satisfacción en sus relaciones con los pares. Estas habilidades sociales en ocasiones son el reflejo del apego seguro que los adolescentes mantuvieron con sus padres o cuidadores durante la infancia (Engels & cols. 2003). Por el contrario, aquellos niños que presentaron relaciones ambivalentes o inseguras, durante su adolescencia establecerán relaciones con poca comunicación y evitarán el contacto social centrándose más en sus emociones negativas (López & Gormley, 2002). Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 18 Auto-eficacia social La autoeficacia es un tema tratado hace varios años en el campo psicológico y su principal exponente es Albert Bandura. La autoeficacia es entendida por este teórico como la creencia que posee cada persona sobre sus capacidades para actuar en determinada situación y/o dificultad (Bandura, 1977). Según la teoría social cognitiva la motivación y el comportamiento humano se entienden como una forma de anticipar las diferentes situaciones de la vida. Esta manera de anticipar las situaciones se encuentra relacionada con las expectativas que las personas presentan; como son: resultados frente a la situación, resultados frente a la acción y resultados frente a las capacidades que la persona reconoce en si mismo. La primera de estas expectativas se refiere a la manera como las situaciones se representan sin que la persona tenga participación; es decir, que las experiencias sucedan eventualmente. En la segunda, las consecuencias de los actos son inducidos por la persona. La tercera y última permite que tanto las acciones como las capacidades de cada persona actúen en la situación, logrando obtener los resultados deseados (López, 2001). Dentro de la autoeficacia se incluyen cuatro procesos: cognoscitivos, de motivación, afectivos y de selección. Los cognoscitivos son aquellos que poseen mayor influencia frente a las acciones, puesto que actúan de acuerdo a las experiencias pasadas. Los de motivación son aquellos que impulsan a la persona a realizar las actividades, las cuales pueden estar influenciadas por elementos externos o internos. El tercero de los procesos brinda a la persona información sobre la percepción de la autoeficacia, dentro de estos se encuentra, la ansiedad, seguridad, excitación, fatiga, entre otros. Y finalmente la selección le permite al individuo escoger una solución, la cual puede estar influida por las experiencias de otros (Bandura, 1994). La autoeficacia social es comprendida como la capacidad que tienen las personas Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 19 para iniciar y mantener relaciones sociales y manejar conflictos interpersonales (Bandura, 2001). Algunos autores sugieren que la autoeficacia social juega un papel importante en el establecimiento del ajuste emocional y psicológico de los adolescentes. Este tipo de idea surge como resultados de algunos estudios; como por ejemplo el realizado por Cunnigham & cols (1997), quienes proponen que la asociación entre el apego parental y e1 ajuste emocionalpuede estar mediada por la autoeficacia social. Para estos autores la autoeficacia social es entendida como la forma positiva de auto-eficacia para evaluar resultados sociales. Se puede decir que existen tres sistemas de relación que permiten la formación de la autoeficacia social; estas son relaciones con padres, pares y en el contexto escolar. El primer sistema es formado durante las fases tempranas de la vida, y permite la adquisición de conocimientos sobre si mismo y sobre el ambiente, al tiempo que se comienzan a desarrollar vínculos afectivos con los cuidadores los cuales sirven como motivadores de diferentes situaciones Un ejemplo de esto puede ser la comunicación entre padre e hijo; puesto que si el padre brinda una comunicación asertiva al niño, este último desarrollará más fácilmente el lenguaje, las capacidades sociales y cognoscitivas. El segundo sistema, esta conformado por la interacción con los pares ya que estos permiten que el rol social del niño se comience a extender y que este comience a adquirir información de los demás y del entorno, lo cual le permite ampliar sus capacidades sociales y personales. El colegio es el tercer sistema que le permite al niño obtener información social y formar su autoeficacia, puesto que cuando el niño ingresa a la escuela, este puede comenzar a interactuar con otras personas diferentes a sus padres y amigos, es decir, con profesores los cuales a su vez, comienzan a proporcionar conocimientos y habilidades diferentes a las ya adquiridas permitiéndole fomentar su autoeficacia intelectual (Bandura, 2001). Es importante considerar la autoeficacia socia1 como el desarrollo y Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 20 mantenimiento de las relaciones afectivas con pares, conforme a la situación social y la habilidad de utilizar el grupo de sistemas relacionales cuando son necesarios. Con lo mencionado, se puede entender que un adolescente autoeficaz socialmente es aquel que logra desarrollar estrategias que le permitan interactuar con otros, en este caso sus pares, y al mismo tiempo mantener determinados lazos afectivos, siendo consciente del rol que juega en cada relación y de la posibilidad de usar sus conexiones con otros. Las habilidades sociales se consideran un aspecto fundamental en la construcción de mecanismos que los adolescentes generan para las relaciones interpersonales y tiene un gran soporte en la influencia parental, haciéndose más evidente en la iniciación de las relaciones íntimas y de las satisfacciones que se produzcan a partir de la interacción con los pares (López & Gormley, 2002). Para Engels & cols, (2003), durante la infancia, los padres equipan a los niños con modelos específicos referidos a cómo organizar las relaciones con otras personas, y de igual forma a generar representaciones de sí mismos a partir de las interacciones que se han llevado en la relación padre-hijo. Así mismo, muchos padres establecen relaciones de apego de tipo seguro, proveen sentimientos de tranquilidad y confianza y transmiten diferentes ideas sobre sí mismo y sobre los otros a través de dichas relaciones. Bajo estos parámetros los adolescentes manifiestan comportamientos de seguridad en sus relaciones tanto al interior de la familia como con otros contextos (Bowlby, 1982). En un estudio realizado por Cava & Musitu (2002), en una muestra de 1002 jóvenes entre los 12 y los 20 años de edad, se propuso analizar la evolución e importancia del apoyo social en el ajuste emocional de los adolescentes; en este estudio se logró evidenciar que los adolescentes que reciben mayor apoyo y afecto por parte de sus padres poseen una mayor satisfacción en las relaciones con iguales, permitiendo de esta forma que las relaciones familiares que proporcionan la adquisición de habilidades sociales, faciliten o Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 21 dificulten las relaciones con los pares. Este mismo estudio reveló que las habilidades sociales desarrolladas en los grupos de amigos son tomadas como modelos a seguir en las relaciones de pareja. Por otro lado López & Gormley, (2002), llevaron acabo un estudio en el que evaluaron si el apego generado en la infancia con los padres o cuidadores, esta relacionado con la confianza en uno mismo y la manera de afrontar situaciones sociales en la adolescencia. Esta investigación se llevó a cabo con una muestra de 207 adolescentes. Los hallazgos indicaron que las personas con estilos de apego inseguro y ambivalente están más pendientes de sus propias emociones, poseen cierto grado de autosuficiencia, negándose a la posibilidad de ayuda por parte de los otros y considerando amenazas constantes en el mundo exterior. También es probable que utilicen recursos sociales de manera indirecta e ineficaz, o muestren una inclinación hacia la represión del afecto por evitar la ayuda social en conjunto. Este estudio también evidencia que los adolescentes aprenden acerca del mundo social a partir de las interacciones con sus padres, lo cual les otorga la pauta para iniciar y mantener cierta satisfacción en las relaciones sociales; sobre todo aquellas que son consideradas como una amistad. Por tal motivo el tipo de apego generado por los adolescentes con los padres desempeña un papel importante en el desarrollo de las habilidades sociales, no desconociendo el papel del ajuste emocional y de las diferencias individuales. Las representaciones mentales que los adolescentes forman con respecto a sus relaciones, juegan un papel importante dentro de esta etapa, ya que en este momento los jóvenes crean escenas determinadas que proyectan sus acercamientos con los otros, teniendo en cuenta aspectos como interacciones pasadas, actuales y las relaciones de sus padres. Es importante resaltar que estas representaciones guían un comportamiento Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 22 individual, que a su vez, sirven de base para predecir otros comportamientos (Brown & cols, 1999). Para Soucy, & Larose (2000), los modelos internos de trabajo desempeñan un papel central en la personalidad del adolescente, ya que influyen en las opiniones que él mismo genera acerca del tipo de relaciones que lleva; tomando como cimiento para ello la percepción que tenga de las figuras paternas. Todo esto, le permite dirigir sus expectativas y comportamientos en las relaciones íntimas subsecuentes con los otros y facilitando la exploración del ambiente físico y social. Bowlby, 1982, citado por Engels & cols. (2003), sugiere que el tipo de apego que se construye con los padres, influye en las otras relaciones sociales del adolescente, como relaciones románticas y de amistad. Los diferentes estilos de apego pueden proporcionar un sistema de expectativas sobre cómo obrar con las otras personas y cómo interpretar las necesidades y las sensaciones de los otros. Por ejemplo, el apego seguro puede proporcionar un marco en el cual los adolescentes pueden mejorar sus redes de apoyo, desarrollar sus habilidades sociales dentro de la familia y ajustarlas en el encuentro con los pares. Estudios empíricos, han demostrado que el apego con los padres está relacionado positivamente con habilidades sociales como la negociación y la asertividad. Según el estudio realizado por López & Gormley, (2002), los adultos que desarrollan un estilo de apego seguro, han realizado un proceso interno de reconocimiento de si mismo y del otro, en este caso sus padres o pares, lo cua1 le permite aceptar aspectos como la proximidad y la lejanía en sus relaciones íntimas; es decir tienen la capacidad de manejar la intimidad como parte de sus relacionessociales y no temen al abandono en caso de una dificultad en sus relaciones afectivas. Por el contrario, los individuos con apego inseguro al percibir proximidad e intimidad con otros, prefieren mantenerse separados o lejanos en sus relaciones con pares. Por otro lado, los jóvenes que muestran Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 23 temor a la hora de interactuar con sus pares, al parecer han incorporado modelos internos negativos de si mismos y de1otro, considerando el rechazo como una consecuencia válida de su estilo de interacción y por ende auto denominándose un ser asocial. En un estudio realizado por Mallinckrodt & Wei, (2005), se evaluó las variables autoeficacia social y comportamiento emocional como papel mediador con respecto al apego ansioso y ambivalente generado en la infancia, los desordenes psicológicos y la percepción de soporte social en una muestra de 430 adolescentes. Los resultados indicaron que tanto la autoeficacia social y el comportamiento emocional juegan un papel mediador significativo en el apego ansioso y ambivalente, ya que personas que tuvieron familias disfuncionales o apego inseguro tienden a presentar desordenes psicológicos o problemas interpersonales. Por el contrario, adolescentes que presentaban un comportamiento emocional adecuado tendían a mostrar altos niveles de autoeficacia social. El ser socialmente auto-eficaz o no, se define entonces por una serie de factores dentro de los cuales se encuentran: el grado en que los adolescentes asumen sus relaciones afectivas con padres y familiares desde la niñez temprana hasta la pubertad, la posibilidad de acceso a sus pares a través del juego en la infancia, su direccionamiento hacia los gustos y atracciones en la adolescencia temprana y su afianzamiento de la identidad. Todos estos, ligados a las habilidades personales y sociales ya sean heredadas o adquiridas. Dentro de esta estructuración del factor cognitivo, el adolescente paralelamente genera ideas que le llevan a tribuir algún peso a su éxito o fracaso en las relaciones sociales. Dicho proceso está enmarcado como parte del estilo atribucional. Estilo atribucional Cuando se habla de las relaciones afectivas con pares en la adolescencia, se tiene en cuenta toda la red de personas que conforman este grupo (amigos, compañeros, entre Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 24 otros), que en algunas ocasiones pueden tener continuidad desde la infancia. Durante esta fase el adolescente siente la necesidad de interactuar con sus pares y demanda de personas ajenas a su hogar o núcleo familiar determinado grado de afecto. Quien supla dicha necesidad llega a ser considerado como amigo, llevándolo a generar una serie de conceptos que el mismo considera básicos para su desarrollo emocional. En este proceso de crecimiento cognitivo, el adolescente tiende a atribuir externa e internamente sus éxitos o fracasos, a partir del estudio personal que hace del tipo de relaciones que ha generado en el transcurso de su vida. Como lo dicen Marquis & Detwiler (1985), la noción de un juicio atribucional se refleja a partir de lo socialmente aprendido o adquirido en las interacciones con las figuras cercanas y así mismo se llevan a cabo experiencias que se espera sean aceptadas por su grupo social. La manera en que una persona otorga una valoración a las situaciones de la vida a partir de la percepción y evaluación de la situación, se conoce como estilo atribucional. Este tipo de apreciación llega a ser de tipo interno o externo. Rotter (1962), sugiere que la valoración interna está asociada con las características que cada individuo considera de si mismo; aquí se ponen en práctica todos los ideales que cada sujeto a construido de sus "auto" (autoeficacia, autocontrol, autoestima, entre otros). Por otra parte, la valoración externa está relacionada con la imagen social; es decir, la percepción que los demás construyen de una persona. Esta, se reafirma teniendo en cuenta las opiniones de los demás y es así, como las diferentes actitudes que se asumen ante una situación se relacionan con el contexto, responsabilizando a quienes hacen parte de este de lo acontecido. El mismo Rotter (1966) explica que el estilo atribucional está íntimamente relacionado con el análisis interno de la acción y la noción de locus de control, lo cual hace parte de su teoría atribucional y las cuatro dimensiones que la conforman. Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 25 Como primera dimensión se encuentra el locus de control, el cual se entiende como el elemento atribuido por el sujeto a la causa de su conducta. Este, al mismo tiempo puede ser de tipo interno, basado en la capacidad, habilidad e inteligencia y externo, focalizado en el esfuerzo, la aprobación externa y los recursos. La estabilidad es la segunda dimensión, entendida como la naturaleza temporal de la causa atribuida, la cual puede ser estable o inestable. La combinación de la causa y la estabilidad da origen a cuatro posibilidades: atribución interna estable, atribución interna inestable, atribución externa estable, atribución externa inestable. La tercera dimensión es la amplitud, entendida como el grado de generalización a otras situaciones. Y por último se encuentra el autocontrol, concebido como la capacidad de atribuir a uno mismo el control sobre la situación (Rotter 1966). Se podría decir que dependiendo del tipo de afectividad recibida por los adolescentes, ellos pueden generar determinados tipos de criterios que llevan a fortalecer sus diferencias individuales y también a generar pensamientos exactos acerca de cada situación vivida o por vivir, permitiendo reaccionar de determinada forma y así mismo asumiendo la circunstancia. Lefcourt & cols (1985) muestran en su estudio que al utilizar un locus de control interno la persona muestra su capacidad de afiliación para desenvolverse en las relaciones sociales, mostrándose como alguien más hábil socialmente y llevando al mismo tiempo un proceso continuo de internalización en donde sus juicios le permiten entender lo que le agrada y así direccionar su percepción hacia el exterior, no desconociendo lo que no le agrada. Por su lado Marquis & Detwiler (1985), a partir de su estudio en adolescentes adoptados y no adoptados , encontraron que quienes manejan un estilo atribucional interno obtienen resultados como un mejor control de sus conductas, el análisis de las situaciones Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 26 y el afrontamiento de las mismas, la tendencia a la responsabilidad, la independencia en sus relaciones afectivas y el expresar rasgos de valentía ante las situaciones estresantes, afrontando con mayor tranquilidad los momentos difíciles También llegan a sentir mayor nivel de confianza en el otro, por lo que pueden considerarse como personas amistosas y seguras de sus interacciones. Por otro lado, las personas que llevan a cabo un juicio atribuyendo externamente la causa de algunas situaciones muestran mayor recurrencia a la soledad, a la apatía social y menosprecian a los demás, mostrando en gran parte cierta actitud, el bajo nivel de autoestima que manejan. A diferencia de lo anterior, cuando se realiza una atribución de tipo externo se está responsabilizando al contexto y todo aquello que hace parte de este. En esta caso la persona genera una evaluación de la situación, considerando que si su fracaso ante un acontecimiento determinado se presenta es por múltiples factores que no están dentro de sus capacidades personalessino que influyeron desde el exterior. Por ejemplo Down & cols (1986) y Echeburúa & col (1998, citados por López y cols, 2000), encuentran que personas que presentan bajo control de impulsos y que recurren al consumo de sustancias psicoactivas hacen atribuciones externas, específicas e inestables de sus éxitos, considerándolas como acontecimientos transitorios. Es necesario entender al adolescente como un ser cambiante en búsqueda de nuevas respuestas a diversas situaciones que está viviendo, para así considerar su posibilidad de atribuir interna o externamente la responsabilidad de los actos, dependiendo del grado de afiliación que tenga con los otros. Por ello surge la necesidad de observar cómo el joven en crecimiento evalúa sus relaciones sociales y si esto tiene alguna incidencia en lo socialmente hábil que sea. Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 27 Justificación y planteamiento del problema Teniendo en cuenta la revisión bibliográfica realizada con anterioridad se puede afirmar que existen aspectos que se asocian entre los patrones de apego que los adolescentes manejan con sus padres y sus pares y los niveles de auto-eficacia social que presentan. Estos aspectos han sido estudiados por diferentes autores, los cuales han mostrado evidencia de que el apego en la infancia es predictor de la forma en que los adolescentes se relacionan con personas diferentes a la familia (Bowlby, 1998; Ainsworth, 1978; Bandura, 1994; Bukoswski, 1993 & Engels, 2004). Las relaciones afectivas que se llevan a cabo en la infancia dan lugar a la manera en que una persona socializa en la adolescencia y en la adultez, puesto que los vínculos generados en edades tempranas permiten establecer las diferentes interacciones con los otros en etapas posteriores a la niñez, lo cual está ligado con el desarrollo y afianzamiento de las habilidades sociales (Cava y Musitu, 2002; López y Gormley, 2002 & Mallinckrodt & Wei, 2005). Los adolescentes generan valoraciones de las diferentes situaciones presentes en sus relaciones afectivas y sociales, a partir del grado de afiliación que manejan con los otros. Esto conlleva a que atribuyan el grado de éxito o fracaso a sí mismos o a factores externos que hacen parte de los diferentes contextos dentro de los cuales lleva a cabo sus interacciones (Lefcourt & cols, 1985; Maquis & col, 1985 y Rotter, 1962). Con respecto a lo anterior, se consideró la posibilidad de realizar un estudio en el que no solo se mirará la asociación entre variables, sino el efecto de una posible mediación en tal relación, dado que hasta ahora en Colombia no se había estimado la posibilidad de estudiar el estilo atribucional como una variable mediadora. Por ello surgió la necesidad de investigar el rol mediador del estilo atribucional sobre la conexión existente entre las relaciones afectivas con los padres y los pares y el nivel de auto-eficacia social, que se Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 28 presenta en los adolescentes bogotanos. Además este estudio buscó considerar el efecto de varias dimensiones que hacen parte de las diferentes variables de la investigación, logrando acoger en una población significativamente grande, diversos aspectos como el estrato socioeconómico, los tipos de colegio y la variedad en edades encontradas en los adolescentes de último año escolar; características que no habían sido tomadas en cuenta en una solo trabajo investigativo. El propósito de este trabajo investigativo surge como necesidad de evaluar diversas variables que se presentan dentro de las relaciones afectivas entre padres y pares y la relación de estas con la autoeficacia social. Además reconocer el estilo atribucional como una variable importante dentro de las interacciones que los adolescentes manejan. Todo esto a partir de algunos vacíos encontrados en los estudios realizados anteriormente. También se pretendió tener como muestra una población significativa, la cual permitió abordar distintos estratos socioeconomicos, tipos de colegio y edades. Esta temática se abordará a través de dos preguntas investigativas: P.1: ¿Existe alguna asociación entre las relaciones afectivas con padres y pares, el estilo atribucional y la autoeficacia social? P.2: ¿Cuál es el papel de la variable estilo atribucional en la relación entre las variables del estudio relaciones afectivas con padres y pares y autoeficacia social? P.3: ¿Cuál es el efecto que tienen las diferentes dimensiones de la variable relaciones afectivas con pares y padres sobre la autoeficacia social y el estilo atribucional? Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 29 El siguiente modelo ilustra las variables y análisis que se evaluarán en este estudio: Figura 1. Diseño del proyecto Relaciones afectivas con padres Estilo atribucional Relaciona afectivas con pares Autoeficacia social A.1 A2 2 A5 A.3 A.4 A6 Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 30 Objetivo General Evaluar la percepción que tienen los adolescentes acerca de las relaciones afectivas con sus padres y pares y su relación con el estilo atribucional y nivel de autoeficacia social. Objetivos Específicos: 1. Identificar las relaciones afectivas que los adolescentes presentan con sus padres y con sus pares. 2. Evaluar el nivel de autoeficacia social de los adolescentes. 3. Explorar la asociación entre las relaciones afectivas presentadas por los adolescentes con padres y pares y la autoeficacia social. 4. Examinar el papel mediador del estilo atribucional en la conexión entre relaciones afectivas con padres y pares y la autoeficacia social. Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 31 Hipótesis Relaciones afectivas seguras con padres se asocian con relaciones afectivas seguras con pares. La percepción que los adolescentes tienen de las relaciones afectivas con sus padres y pares permiten una mejor interacción social. Dimensiones positivas de las relaciones afectivas se asocian con una mayor autoeficacia social. La percepción de alineación dentro de los vínculos afectivos se relaciona positivamente con dimensiones negativas como el conflicto y la protección. Puntajes altos en cuidado se relacionan con el grado de auto eficacia social que presentan los adolescentes. Entre las relaciones afectivas con padres y pares y las atribuciones internas existe asociación positiva. Atribuciones externas están relacionadas con puntajes altos en alineación. Método Participantes La muestra estuvo conformada por 1435 adolescentes que asistían a colegios mixtos, femeninos y masculinos de estratos socioeconómicos bajo, medio y alto de Bogota. Todos los participantes se encontraban cursando grado once. Las edades de los adolescentes oscilaron entre 15 y 20 años, (M = 16.6). Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 32 Tabla 1. Características sociodem ográficas de la muestra Frecuencia Porcentaje Tipo de colegio Masculino Femenino Mixto 380 433 622 26.5 30.2 43.3 Estrato del colegio Bajo Medio Alto 296 883 256 20.6 61.5 17.8 Sexo del adolescente Hombre Mujer 699 729 48.7 50.8 Variables e instrumentos A continuación se presentan lasdiferentes de variables que se evaluaron en la presente tesis de pregrado y los respectivos instrumentos que se han seleccionado para su medición. Información sociodemográfica Para obtener información referente a esta variable se utilizó un cuestionario demográfico. Este instrumento fue diseñado por las investigadoras del proyecto general "Relaciones afectivas a los largo de la vida", con el objetivo de obtener información acerca de algunas características socio-demográficas de los adolescentes y sus familias (Ej., edad, nivel educativo, estrato socioeconómico, etc.). Relaciones Afectivas con padres Con el fin de evaluar las relaciones afectivas con padres se usó el inventario de apego con padres y pares (IPPA). Este cuestionario fue diseñado por Armsden & Greenberg (1987) para evaluar el nivel de seguridad percibido por los adolescentes en la relación con sus padres y amigos. Consta de 75 ítems, los cuales se califican con una Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 33 escala Likert de 5 puntos, donde 1 es = casi nunca o nunca y 5 es 0, casi siempre o siempre. Los 75 ítems están divididos en tres secciones de 25 afirmaciones cada una, referidas a las relaciones con el padre, la madre y los amigos respectivamente. Cada una de las secciones está compuesta por tres subescalas: Confianza, alienación y comunicación. De igual forma se utilizó el PBI (Parental Bonding Instrument); un cuestionario diseñado por Parker, Tupling, & Brown (1979), que busca observar la percepción que tienen los adolescentes sobre la relación con sus padres hasta los 16 años. Tiene 25 ítems con frases que se refieren fundamentalmente a actitudes y comportamientos que tienen los padres en las relaciones con sus hijos. Estos 25 ítems se dividen en 2 escalas; la escala de cuidado que hace referencia a los acuerdos de responsividad emocional que tiene el adolescente sobre la relación con sus padres, y la escala de sobreprotección que se refiere a los acuerdos sobre que tan intrusivos y controladores recuerda a sus padres y que tanto le permiten ser autónomo. Se califica mediante una escala likert de 4 puntos en donde 1= total acuerdo y 4 = total desacuerdo. Relaciones Afectivas con pares Para el análisis de esta variable se utilizaron dos instrumentos, el inventario de apego con padres y pares (IPPA), descrito anteriormente y la escala de cualidades de la amistad. Esta escala fue diseñada por Bukowski, Hoza & Bovin (1994) para evaluar las características de las relaciones de amistad que establecen los adolescentes. El instrumento consta de 46 ítems que evalúan las percepciones que tienen los adolescentes sobre su relación con un amigo cercano: estos ítems se califican con una escala Likert de 5 puntos, en donde 1 = No es cierto en mi relación y 5 = Siempre es cierto en mi relación. La escala de Bukowski y cols, evalúa 6 dimensiones características de las relaciones de amistad: conflicto, compañía, ayuda, seguridad, balance y cercanía. Teniendo en cuenta que el Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 34 índice de fiabilidad de la variable balance fue igual a (.49), esta fue descartada para la presente investigación. Estilo atribucional: La escala de causalidad multidimensional y multiatribucional (MMCS), es el instrumento que se utilizó para el análisis de esta variable. Fue diseñada por Lefcourt, Vonbaeyer, Ware & Cox (1979). Consta de 46 ítems que deben ser clasificados mediante una escala Likert de 4 puntos. en donde O = en desacuerdo y 4 = de acuerdo. Esta escala mide creencias relacionadas con aspectos académicos y sociales de los individuos en dos áreas específicas: logro y afiliación. Para intereses de esta investigación solamente se utiliza, la escala de creencias sociales. Autoeficacia social: Con la escala de auto-eficacia social (SES- Self Efficacy Scale) consta de 29 ítems que hacen referencia a actitudes y rasgos personales de los individuos. Cada uno de los ítems de la escala representa una creencia específica y mide el grado de acuerdo o desacuerdo de la persona con respecto a cada una de ellas. Esta escala se califica con una Likert de 5 puntos, en donde 1 = Total desacuerdo y 5= Total acuerdo. Este instrumento fue diseñado por Sherer & Maddux (1982). Resultados Como planteamiento central de este estudio se propuso evaluar la percepción que los adolescentes bogotanos tienen de las relaciones afectivas con sus padres y con sus pares y al mismo tiempo, observar la relación existente entre dichas percepciones, la autoeficacia social y el estilo atribucional de los jóvenes. Para tal fin, se realizaron Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 35 diferentes tipos de análisis, los cuales arrojan una serie de resultados que se muestran a continuación. Relaciones afectivas con padres, pares, estilo atribucional y autoeficacia social Para entender mejor los resultados obtenidos, se realizó un cuadro de correlaciones en el que se exponen las diferentes asociaciones encontradas entre dimensiones y por ende entre variables. También se ejecutaron cuatro modelos de regresión, en los dos primeros se analizó el efecto de las variables relaciones afectivas con padres y relaciones afectivas con pares sobre la autoeficacia social y en segunda instancia, las mismas variables mencionadas sobre el estilo atribucional. Dentro de la variable relaciones afectivas con padres se encuentran ocho subescalas. En primera instancia las analizadas a partir de la aplicación del inventario de apego con padres y pares (IPPA): confianza, comunicación y alienación tanto con mamá como con papá. En segundo término el cuidado y la protección, dimensiones referenciadas en el inventario de vínculo parental (PBI). Con respecto a la variable relaciones afectivas con pares, se utilizaron también ocho subescalas. En este caso, la confianza, la comunicación y la alienación estaban referidas a la interacción de los adolescentes con sus amigos, compañeros o pares. Dichos aspectos también estudiados dentro del IPPA. Por otro lado dimensiones como compañía, conflicto, ayuda, seguridad y cercanía fueron analizadas aplicando la escala de cualidades de la amistad desarrollada por Bukowski y cols (1994). En última instancia se trabajó en las variables estilo atribucional y autoeficacia social. Con respecto al estilo atribucional, se partió del análisis de los datos obtenidos a partir del uso de la escala de causalidad multidimensional y multiatribucional (MMCS), Relaciones afectivas y autoeficacia social en adolescentes bogotanos 36 teniendo como referencia la afiliación como dimensión relevante para esta investigación. Por el lado de la autoeficacia social se utilizó la escala de autoeficacia social (SES). Según los resultados obtenidos, las dimensiones positivas de las relaciones afectivas con padre y madre (confianza y comunicación), obtuvieron puntajes altos, mientras que la dimensión negativa (alineación) arrojó en ambos casos puntajes bajos (Ver Tabla 2). Tabla 2 Estadísticos descriptivos de las variables Variables N Mínimo Máximo Media Relaciones Afectivas con Padres Confianza con mamá Comunicación con mamá Alienación con mamá Confianza con papá Comunicación con papá Alienación con papá Cuidado Protección 1127 1127 1127 1072 1072 1072 1255 1252 10.0 11.0 6.0 9.0 9.0 6.0 12 13 45.0 45.0 30.0 45.0 45.0 30.0 48 52 38,1
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