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ALMÁCIGOS, PRODUCCIÓN Y SELECCIÓN DE PLANTAS Y SISTEMAS DE PLANTACIÓN Ubicación de las almacigueras El lugar en donde se ubican las almacigueras, debe ser de fácil acceso, tanto para los trabajadores como para la maquinaria que se requerirá en su manejo y para los vehículos que serán necesarios para el traslado de las plantas una vez que estas estén listas para el momento del transplante. En este mismo sentido, deben ubicarse cerca del o los lugares definitivos de plantación tal de evitar posibles deterioros y pérdida de plantas por efecto de un traslado prolongado o descoordinaciones de material que pudiera quedar sin plantarse durante un fin de semana. Se debe contemplar también que el sitio de las almacigueras esté más o menos protegido de posibles adversidades climáticas, tales como pasadizos de corrientes de vientos, o eventuales desbordes de canales que con alguna frecuencia se suceden durante el invierno. Así también, y como uno de los aspectos mas importantes para hacer la selección del lugar, se debe hacer especial hincapié en tratar de localizarlos cerca de una fuente segura de agua de riego, alejado de orillas de alamedas u otros árboles que en período invernal pudieran sombrear algunos sectores de los almácigos, provocándoles ahilamientos, temperatura mas bajas y conservación excesiva de humedad superficial AGUSTÍN ALJARO URIBE del suelo, en especial en torno al falso cuello de las plantas de cebolla. ·)Caracterización de un suelo para almácigos 3 1 Un suelo adecuado para ubicar las almacigue- ras es aquel de textura franco arenosa, de características de un terreno "suelto", sin es- tratas de compactación que restrinjan la infil- tración profunda de aguas de riego o lluvias. El terreno seleccionado, en lo posible debe poseer un contenido aceptable de materia or- gánica, estos es sobre el 2,0%, y tener carac- terísticas de fertilidad inicial adecuada, baJO en contenido de sales, C.E inferior a 2,0 dS/ cm, y muy planos y libres de pedregosidad Es de básico sentido descartar como suelo de almacigueras aquellos campos que presenten infestación de malezas complicadas de ma- nejar y eliminar. Este punto se refiere muy en particular a especies como la chépica, el falso te y la chufa, entre otras, condición sanitaria que sin ninguna duda complicará los almá- cigos, ya sea durante el proceso de estable- cimiento o durante su posterior desarrollo. Debe recordarse que las alternativas de control químico, con el uso de herbicidas, son extre- madamente limitadas, y las pocas que existen presentan algunos riesgos que son minimi- zados al hacer uso de ellos sólo en situaciones de baja presión de malezas. En general, el mayor problema en la práctica de las almacigueras se presenta en suelos de texturas extremas, ya sean arcillosos o muy arenosos. En ambos casos, es conveniente incorporar materia orgánica, puesto que mejora la aireación, permeabilidad, capacidad de retención de agua y fertilidad. En estos casos es beneficioso agregar 2 a 3 kg de guano, bien descompuesto y seco, por metro cuadrado de almaciguera, lo que equivale a distribuir una capa de 1 a 2 cm de altura sobre el suelo procediendo luego a mezclarlo con el mismo, mediante una labor de rastraje superficial. Preparación del suelo Una vez que el suelo ha sido arado y rastreado, se procede a marcar y a confeccionar las canchas, las que posteriormente se terminan de preparar dejando el suelo bien mullido, libre de terrones y nivelado con rastrillo. Se recomienda construir canchas de 1,0 m de ancho separadas por caminos, que los constituyen los surcos de marcación, los que deberán ser trazados a un distanciamiento de 1,5 metros. Este tipo de canchas anchas serán pertinentes solamente en suelos de texturas livianas, en que haya escasa probabilidad de producirse apozamientos o estancamientos de agua de riego o lluvias, en los sectores centrales de las mismas. Esto provocaría en el invierno serios riesgos de infestación por agentes fungosos, tales como las enfermedades Caída de Plántulas y Botrytis, que son favorablemente afectadas por condiciones de alta humedad y con mayor razón, por la presencia de agua libre en el entorno de las pequeñas plantas de cebollas. En caso de texturas menos livianas que un suelo arenoso, es preferible preparar el terreno para almacigueras, en camellones anchos, idealmente mesas de una separación entre surcos de 75 cm. Esta configuración facilitará el escurrimiento e infiltración del agua de lluvias, evitando los apozamientos y los riesgos de enfermedades y asfixias radiculares como las señaladas en el párrafo anterior. Respecto de la longitud o el largo de las canchas, este dependerá de la pendiente del potrero, pero en términos generales se recomiendan de 30 a 50 metros como valores máximos. Por último, es importante construir desagües apropiados que permitan el escurrimiento de los excesos de agua, sean éstos de lluvias o de riego. , .Fertilización de los almácigos 32 La respuesta de las plantas de cebollas a los fertilizantes es en términos generales de buen nivel. En otras palabras, las consecuencias de hacer crecer una pequeña planta en condiciones deficitarias de algunos minerales serán graves y la sintomatología a nivel de crecimiento y coloración foliar se expresará rápida y claramente. Se tiene comprobado que la buena nutrición inicial de las plántulas, determina en gran medida el crecimiento del cultivo una vez que este se establece en el campo de transplante. En este particular, las referencias señalan que una gran parte de las necesidades de fósforo son absorbidas durante los estados iniciales del crecimiento de las cebollas. Esto significa que las posteriores demandas podrían ser menores, o por decir lo menos, alguna eventual deficiencia de este elemento fosfatado a nivel del suelo, sería menos problemática en un cultivo que provenga de almácigos bien nutridos, en comparación a otro que haya sido deficientemente o sub- fertilizado. Con esto en cuenta, y como medida general, al asumir un terreno de baja fertilidad inicial, se sugiere la adición de alrededor de 90 a 120 kg de fósforo y de 150 kg de nitrógeno, ambas dosis equivalentes a una hectárea de super- ficie de cultivo de almaciguera Toda la canti- dad del Fósforo aplicado al momento de pre- parar el suelo, y el Nitrógeno. parcializado lo más frecuentemente posible a través del pe- ríodo de cultivo de los almácigos, dividiendo la dosificación recomendada en tres tercios de 50 kg de N/ha cada vez: (a) a la preparación del terreno, (b) a los 45-60 días de la emer- gencia y a los 75-80 días de la misma. J Riego de almácigos Si el suelo no presenta la humedad adecuada para la siembra deberá regarse unos tres a cinco días antes de la preparación del terreno Luego de realizada la siembra es imprescin- dible mantener la humedad en los primeros centímetros del suelo para permitir la germi- nación de las semillas. Los primeros riegos se deben dar con regadera para no provocar arrastre de semillas. Después de la emergencia del cultivo, se puede usar el sistema de riegos por tendido, cada tres a cinco días según el clima, cuidando usar un caudal pequeño para evitar pérdidas por descalce o arrastre de plantas. Por último, en este factor, es muy importante destacar que desde el primer riego y hasta que las pe'queñas plántulas tengan unos 2 a 3 cm de profundidad radicular, la superficie de las almacigueras presente constantemente una humedad adecuada, que sin legar al exceso, esté lejos de secarse. Control de malezas en almacigueras El aspecto competitivo de las plantas extrañas al cultivo tiene un papel importante en los 33 almácigos, es por esto que las malezas deben controlarse cuando alcanzan sus primeros estados de desarrollo. Se deben considerar labores de limpias manuales, ya sea sólo con los dedos para no arrancar las pequeñas plantas. o con la ayudade un pequeño imple- mento tipo cuchillo redondeado en su punta o con una delgada y fina raqueta Sin duda que la labor de control manual de malezas se facilita enormemente al sembrar los almácigos en líneas. Más aún estas necest· dades se reducen considerablemente cuando se ha aplicado un herbicida (ver capítulo control de malezas), o como está sucediendo en la ac- tualidad, el terreno previo a su siembra se haya fumigado con productos especiales En este sentido, es importante el fumigante a emplear dado los riesgos y antecedentes que en algunos de ellos se han logrado recopilar en investiga- ciones realizadas por el CRI La Platina - INIA A continuación se presente uno de estos estudios recientemente finalizado. Bromuro de Metilo en fumigación del suelo y calidad de los almácigos La bibliografía señala para cebollas la inciden- cia detrimental de la fumigación del suelo donde se realizarán los almácigos, con el pro- ducto con Bromuro de Metilo. A pesar que en Chile esta práctica de control de pestes en almacigueras es común para otras especies. en cebollas no había sido tal. Hoy, situaciones puntuales de empresas de exportación y semilleras, centran la producción de almácigos para entregar las necesidades de plántulas necesarias para sus productores locales. Ellas siguiendo los mismos sistemas de fumigación con Bromuro de Metilo que se hacen en especies como tomates, pimientos y otras, hoy para cebollas están teniendo pro- blemas con su calidad, expresado tanto es su establecimiento, crecimiento y vigor. En este sentido, La Platina (Aljaro, 2000), realizó investigaciones y diversos estudios en predios particulares de la Región Metropoli- tana y de la VI Región, cuyos suelos de tex- tura franco arcillosa, con un contenido de M.O. superior al 5%, habían sido fumigados con Bromuro de Metilo. Todos estos los terrenos fueron preparados mecánicamente para confeccionar los almácigos de cebollas. Fueron tratados con una dosis de 45 gr de bromuro de metilo 98%, por metro cuadrado, exponiendo el suelo a este tratamiento por 1 O días con un sello de polietileno, y luego aireándolo conveniente y adecuadamente por otros 1 O a 15 días, antes de ser sembrado, con semilla de la variedad Valenciana. Todos los suelos donde se estudiaron los almácigos fueron fumigados con Bromuro de Metilo. Estos se ubicaron en predios de Pomaire en la RM y otros dos en la VI Región, Rengo y Coltauco. El estado de crecimiento de los almácigos era avanzado, sin embargo las plantas afectadas presentaban un desarrollo muy reducido, algu- nas incluso (20-30%), ya se presentan muertas. Aproximadamente a los 80 días de haber realizado la siembra, se sometió las plantas y el suelo a análisis de crecimiento y a diversas determinaciones químicas en el Laboratorio Central del CRI La Platina, los que se compararon con muestras de planta normales y suelo no fumigado de un área contigua a los almácigos tratados con Bromuro de Metilo Es oportuno señalar la abundante literatura que toca este tema, y que demuestra los efectos colaterales de la fumigación bromurada sobre las cebollas y otras especies. El efecto primario es la destrucción de las micorrizas del suelo, un conjunto de microorganismos benéficos para actividad radicular y por consiguiente para la absorción de nutrientes. También se señalan los efectos notables en la salinidad del terreno. En efecto, tal como se de- talla en el Cuadro 1, los valores de conductividad eléctrica del terreno bromurado se elevan con- siderablemente, con los consiguientes daños. por toxicidad a las plantas. Es probable que este sea el elemento responsable de la desvigoriza- ción y muerte de plantas de cebolla. Cuadro 1. Análisis químicos del suelo con y sin fumigación con Bromuro de Metilo Suelo CON Suelo SIN Parámetros evaluados Bromuro de Metilo Bromuro de Metilo M. Orgánica % 5, 1 5,2 Acidez pH 7,3 7,5 C. Eléctrica dS/cm 5,0 2,3 Nitrógeno ppm 217 59 Calcio mmol (+)/L 37 18 Magnesio mmol (+)/L 7,0 3,5 Sodio mmol (+)/L 12 4,2 Cloruros mmol (-)/L 22 5,0 RAS 2,2 1,1 PSI % 1,9 0,7 34 Los niveles de salinidad de este modo altera- dos. sin duda dañan las plantas de cebolla, alcanzando incluso a provocar su muerte. Debe recordarse que un nivel de C.E de 1,5 a 2,0 dS/cm altera el desarrollo de esta especie hortícola en una magnitud del 10% Los resultados del crecimiento de las respec- tivas clases de plantas de almácigos. las pro- venientes de suelo con y sin bromuración se presentan en el Cuadro 2 De los valores de desarrollo de cada uno de los tipos de plantas analizadas. se puede concluir el efecto detrimental para los almácigos de cebolla cuando el suelo es fumigado con Bromuro de Metilo Las alteraciones significativas en las características químicas del suelo con bromuración se manifiestan en incrementos de hasta el 100% en los niveles de Nitrógeno, Salinidad total, PSI. RAS, Sodio y Cloruros La alternativa para realizar una labor tan im- portante y necesaria como la fumigación del terreno. corresponde al uso de otro tipo de agroquímicos o al empleo de técnicas natu- rales de esterilización de las almacigueras Una de las alternativas disponibles en la actua- lidad es el uso de dazomet (Basamid), el que se emplea en dosis de 50 a 60 g/m2 de terreno Por último. cabe destacar el proyecto de in- vestigación INIA-CONAMA 2000/2001. que realiza el INIA. Su objeto es determinar otras alternativas. tanto químicas como naturales Destaca la inyección de vapores de agua al terreno a altas temperaturas. la biofumigac1ón y la solarización. un método natural que con la ayuda de la plastificación del terreno hace subir su temperatura y por calor se logra eli- minar los patógenos y semillas de malezas Sistemas de siembra de los almácigos En Chile. desgraciadamente todavía se siem- bran almácigos con el sistema de distribución de la semilla al voleo. El uso de la metodología de establecimiento por siembras en líneas aún no es de gran frecuencia. en circunstan- cias que es el sistema más recomendable para lograr almácigos de calidad uniforme S1 bien es un método que requiere de una mayor cantidad de mano de obra y de tiempo en la siembra, presenta ventajas importantes sobre el método al voleo • Mejor distribución de la semilla • Control mas exacto de la dosis de semilla • Profundidad de siembra pareja. lo que permite uniformar la emergencia de plantas • Mayor facilidad y rapidez en el control de malezas Cuadro 2. Crecimiento de plantas de almácigos de cebollas. provenientes de suelos con y sin bromuración antes de sembrarse Variable de crecimiento de las cebollas Número de hojas/planta Largo de hojas (cm) Largo de raíz (cm) Peso fresco/planta (mg) Peso seco/planta (mg) Almácigo enfermo de suelo bromurado 1,6 7,7 1,6 175 21 35 Almácigo sano de suelo no bromurado 3,5 21,0 4,5 743 91 • Menor pérdida de plantas por arrastre pro- vocada por riegos. • Obtención de plantas uniformes y de buena calidad, lo que se traduce en mayor vigor, número de hojas, grosor y altura del tallo y peso individual. Distribución de la semilla Una buena distribución de semilla se logra con un implemento denominado "marco rayador". Este sistema para sembrar en líneas consta de cuatro tablas de 1 m de largo y 1 O cm de ancho, dispuestas en forma paralela. Perpendiculares a ella se instalan listones de forma triangular separados a 12,5 cm. Estos listones deben tener una longitud de 1 m y un espesor de 2 cm, lo cual dará la pro- fundidad del surco. Este "marco rayador" se ubica en la cancha y el operador, se para sobre el mismo, ejerciendo una presión que dejará marcado los surcos cada 12,5 cm, dis- tancia recomendada para la mayoría de las especies (Cuadro 3). También en Chile están disponibles máquinas manuales de siembra de almácigos en líneas, que realizan una faena más rápida y eficiente que la siembra en línea a mano. Dosis de siembraLa cantidad de semilla que se aplica por cada metro cuadrado de almaciguera es un factor de gran importancia, ya que influye sobre la cantidad y calidad de plantas que se obtengan. Es así como en una siembra muy densa, las plantas resultarán débiles, cloróticas y de ma- la calidad, dándose también las condiciones más favorables para el desarrollo de enferme- dades. Por otro lado, una siembra muy espa- ciada, requerirá de una mayor superficie de almácigos, lo cual no siempre es posible de realizar. En el Cuadro 3 se presentan, a modo 36 de orientación, las dosis de semilla más recomendadas, y una serie de variables de interés técnico-práctico. Arranca y preparación de plantas Para facilitar la labor de arranca y no dañar demasiado los almácigos, el terreno debe te- ner una humedad adecuada. Esta se logra suspendiendo el riego tres a cinco días antes de iniciar la labor. Las plantas arrancadas deben someterse a una rigurosa selección antes del trasplante, todas aquellas plantas con indicios de cual- quier enfermedad, daño físico o con un desa- rrollo insuficiente y con algún sobre desarrollo o deformidad, deben descartarse. El tamaño más adecuado, corresponde a un diámetro de falso cuello superior a 6,0 mm, tal como se detalla en el punto siguiente. Previo a la plantación, es aconsejable sumergir las plantas en una solución desinfectante du- rante diez minutos. Para ello se puede usar una mezcla de fungicidas, adicionando ade- más algún insecticida (ver capítulo Enferme- dades). Finalmente, para que las plantas sufran el menor daño posible la arranca de almácigos debe ser programada de manera de tener abastecimiento en la medida que sean reque- ridas para la plantación del día o como máximo los dos días siguientes. Los siguientes parámetros de crecimiento re- presentan una planta de cebolla con las carac- terísticas de crecimiento aceptable para iniciar la labor de trasplante: • 4-5 hojas verdaderas. • 15-20 cm de altura. • Sobre 6,0 mm de diámetro en falso cuello. • 7,0 mm de diámetro de bulbillo. Cuadro 3. Recomendación y normas prácticas para la confección, manejo y cosecha de almacigueras de cebollas. (valores promedios) Nº de plantas/ha Nº de semillas por gramo % de germinación mínima % de emergencia de plantas Necesidades de semilla % de plantas seleccionadas para trasplante Nº plantas seleccionadas para trasplante/g de semilJa sembrado Nº de gramos de semilla para plantar 1 ha de cebollas Necesidades de almácigo Surcado para canchas Ancho efectivo de cancha Largo de cancha promedio Superficie sembrada por cancha Nº de líneas a lo ancho de la cancha Separación entre líneas de siembra Nº de semillas sembradas por cada metro lineal de hilera Dosis de siembra para 1 m2 Nº de semillas sembradas/m2 de cancha Nº plantas seleccionadas trasplante (55%)/m2 de cancha Nº de metros de cancha/ha a trasplantar Nº canchas 40 m2 c/u (1 mancho x 40 m largo)/ha trasplantada 400.000 290 80% 65% 55% 160 2.500 g cada 1 , 5 metros 1 metro 40 metros 40 m2 8 12,5 cm 180 = 0,62 g 5g 1.500 830 480 m2 12 Calidad y calibre o grosor de los almácigos para transplantes Si en la actualidad se analizara cualquier plantación promedio chilena de cebollas, se concluiría que aproximadamente el 20% de las plantas transplantadas no poseen el míni- mo estándar de calidad (calibre bajo 6,0 mm de diámetro a nivel del cuello). Esto representa una gran desventaja para alcanzar un rápido y vigoroso restablecimiento después del tras- plante. 37 Se ha comprobado en los recientes estudios del INIA (Aljaro, Larca y Felmer, 2001), que desgraciadamente una "mala partida", produc- to de plantas delgadas y poco vigorosas, se mantiene durante todo el ciclo vegetativo, conduciendo a una débil bulbificación, de este 20% del cultivo. Los efectos finalmente se tra- ducen en una pérdida directa de rendimientos, que bordea un mínimo del 17% del potencial productivo que se lograría con plantas de 6,0 mm de grosor en los cuellos, según datos entregados en la Figura 1. Estas investigaciones del INIA consistieron en la evaluación de ocho calibres de almácigos de la variedad Dorada INIA y su efecto en el rendimiento total: 3,0-4,0-5,0-6,0- 7,0-8,0 60 55 ~ 50 ., ª 45 ~ 40 o ~ 35 E 'g 30 ., o:: 25 y 9,0 mm, de grosor a nivel del cuello de las plantas. Evidentemente todos estos grupos diferentes de plantas, pero de idéntico origen y variedad, fueron trasplantados en la misma fecha, du- rante el mes de octubre. Los resultados de producción se detallan en el Cuadro 4 y Figura 1. De ellos se deduce el directo efecto del calibre del almácigo utilizado, influyendo favorablemente el mayor calibre sobre el número total y comercial, mayor de 45 mm de diámetro, y sobre el peso o toneladas de este calibre de cebollas obtenido a las cosechas. Figura 1. Efecto del calibre de almácigos (diámetro cuello) en cebolla exportación. INIA, 2001. Cuadro 4. Evaluación de almácigos de calibres o diámetros de cuellos diferentes. INIA 2001 Evaluaciones de Cosecha Calibre almácigo (mm a nivel de diámetro cuello) 3 mm 4mm 5 mm 6 mm 7 mm 8 mm 9mm Nº.bulbos totales cosechados/ha (x 1000) 136 144 156 167 157 168 166 38 Nº de bulbos comerciales cosechados/ha (x 1000) 128 138 148 165 160 156 162 Peso promedio de bulbo comercial (g) 272 304 284 291 325 327 358 Uso de Bioestimulantes Hoy día la tecnología de productos estimulan- tes o promotores del desarrollo de las plantas, en particular los de acción rizogénica, están señalando un aporte importante en pro de la eficiencia de las plantas en aspectos relacio- nados con su metabolismo y por tanto con su crecimiento y productividad. El conocimiento cada vez más preciso de la fisiología del ve- getal y la mayor disponibilidad de sustancias promotoras ya sean naturales o sintetizadas, está abriendo una interesante ventana para -que a través de su uso preciso en forma y oportunidad de aplicación- se mejoren los resultados agronómicos. Estos elementos se refieren a todos aquellos compuestos auxí- nicos, amino ácidos, citokininas y otros, de acción a nivel de las diversas etapas del me- tabolismo vegetal. Uno de los más evaluados, corresponde a un extracto de especies de algas marinas, denomi- nado Kelpak. Este activa el desarrollo radicular de las pequeñas plantas una vez que han sido transplantadas y por ende, favorecen un creci- miento rápido de las cebollas después de arran- 400 40~ ~ c.. 3911 --Ol E 375 ~ 1-o o o 350 co N '<( o::: o 325 (f) UJ a.. 300 Riego almácigo Inmersión raiz 10000 L/ha 0,3% 2,5% (200 L/ha) cadas. En las Figuras 2 y 3 se presentan algu- nos antecedentes sobre los efectos de trata- mientos de esta naturaleza (Compo-Basf2001). Este activador radicular se aplica aproxima- damente 20 a 30 días antes de la arranca de los almácigos para hacer su transplante, las canchas o mesas de siembra deberán regarse con una solución de bioestimulantes. La otra posibilidad corresponde a la inmersión de los tallos verdaderos de las cebollas, sumergién- dolas, por 1 O minutos hasta más o menos la mitad de su follaje. Debe señalarse que el transplante necesa- riamente daña y rompe todo su sistema radi- cular original que las plantitas tenían en las almacigueras. Las raíces así destruidas, pier- den su capacidad y no siguen creciendo nueva- mente. Debe ser un nuevo sistema radicular que se origine, el que aproximadamente co- mienza a hacerse presente a los 1 O ó 15 días después del transplante; luego el cultivo pro- sigue un normal crecimiento. Es por lo anterior que se debe tratar de dar a las plantitas un fuerte estímulo a su capacidad de originar nuevas y vigorosas raíces. 358 Aplicación foliar Testigo almácigo 1000 L/ha 0,1%x3 Figura 2. Bioestimulante Radicular Kelpak en Almácigos de Cebollas Valencianas y sus efectos enDesarrollo de Raíces a los 60 días después del transplante. 39 o q:: o z :::> 300 .._ ~ (/) ::5 _J o CD 250 w ü o (/) w o.. Riego almácigo 10000 L/ha 0,3% Aplicación foliar almácigo 1000 L/ha 0,1% X 3 Inmersión raíz 2,5% (200 L/ha) Testigo Figura 3. Bioestimulante Radicular Kelpak en Almácigos de Cebollas Valencianas y sus efectos en el Calibre de los bulbos cosechados. Profundidad de trasplante Se ha querido tratar particularmente el tema de la profundidad de plantación, puesto que se dispone de antecedentes experimentales del efecto que este factor representa para el rendimiento comercial, expresado en la calidad de los bulbos, dado que su morfología se ve alterada por este factor de producción (Aljaro 1991). En efecto, la profundidad de trasplante tiene un efecto marcado en la formación del bulbo, desde que el plato o disco radicular se forma en la base inferior del pequeño bulbo. Por en- de, todo crecimiento futuro de follaje se confi- gurará por encima de este punto. El bulbo puede formarse por encima o por debajo de la superficie del suelo, dependiendo en gran medida de la posición final de la plántula al momento del trasplante. Sin duda que además 40 dependerá del movimiento posterior del suelo con las labores culturales tales como la aporca. El hecho de trasplantar profundo o por el con- trario hacerlo muy superficialmente, para luego profundizar el tallo verdadero con aporcas altas, representará al final del cultivo una co- secha con gran proporción de bulbos defor- mes, de características más bien globosas- alargadas o definitivamente alargadas. Por el contrario, siembras o trasplantes poco profun- dos, junto al hecho de no aporcar, tenderán a fin de cultivo a cosecha de bulbos en formas más bien globosas. La Chapoda Se conoce como chapoda, la acción de cortar parte del área foliar y raíces. Esta práctica obedece a una tradición histórica del cultivo de cebollas, la cual se encuentra fuertemen- te arraigada entre los productores de este bulbo. Siempre se ha creído que la eliminación parcial de las hojas aéreas de la cebolla y de las raí- ces al momento del trasplante, resulta benefi- ciosa y por lo tanto recomendable para obtener buen grado de establecimiento y en definitiva rendimientos. Sin embargo, se ha demostrado que esta práctica no tiene ningún efecto en el vigor de las plántulas, en su precocidad y en definitiva, en los rendimientos finales de ce- bollas Más bien los efectos podrían ser incluso de retraso al quedar expuestos heridas y cor- tes de hojas al ataque de hongos, lo que en definitiva podría expresarse en menores rendimientos. La única razón técnica que justificaría la acción de "chapodar" los almácigos, se basaría en la necesidad de favorecer condiciones de mayor ventilación a nivel del suelo o de los cuellos de las plantas durante la etapa de almacigueras. Existen situaciones de riesgos fungosos cuan- do las plantas ya están más crecidas y estas se tienden, provocando una condición de mala ventilación por debajo de las plantas. Más aún s1 las condiciones del ambiente, ya sea de llu- vias o altas humedad ambiental están presen- tes. los riesgos se concentran en el desarrollo de enfermedades como Botrytís y Mildiú. Al chapodar un eventual denso follaje de las plantas, los riesgos señalados tienden a redu- cirse, ya que con un follaje corto ciertamente se favorece la aireación y el descenso de la humedad por evaporación a nivel de las partes bajas o inferiores de las hojas. Esta acción de desmoche, representa obvia- mente heridas y cortes, por donde pueden ingresar inóculos de estas y otras enfermeda- des. Por esto, será preciso cubrir la parte aérea del follaje convenientemente con apli- caciones oportunas de los fungicidas protec- 41 tores más efectivos contra estas dos enfer- medades (Ver capítulo Enfermedades). La otra posible justificación para chapodar el follaje de los almácigos, en especial cuando estos están crecidos. es la facilidad que se logra para el manejo de los manojos de cebo- llas al momento de que los transplantadores los llevan en la mano para su plantación. en especial, cuando se ha sobrepasado el tamaño adecuado de plantas. El rendimiento de planta- ción de un jornal en este caso será significativa- mente menor, en especial cuando raíces de- masiado largas se enredan en las manos y dedos de los trabajadores. En todo caso, dado que la simple acción de arranca de plantas representa el corte de raíces, y considerando que estos remanentes terminan a los pocos días muriéndose por completo. la chapoda radicular en este caso no alterará el común crecimiento de las plan- tas. En efecto, al romper raíces, será una nue- va generación radicular la responsable de re- activar las pequeñas plantas después de ha- berlas transplantado. Considerando este he- cho fisiológico, más razón justificaría la adición de bioestimulantes radiculares al momento de las plantaciones Distancias de trasplante (densidad de plantación) El cultivo de cebollas es uno particularmente sensible a la variación en el distanciamiento entre plantas. Las investigaciones realizadas. han demostrado efectos considerables de este factor sobre el tamaño final que alcanzan los bulbos. En efecto, está perfectamente demostrado que mientras mayor sea la densidad de pobla- ción, dado por el número de cebollas plantadas por metro lineal, menor será el calibre de las cebollas cosechadas expresadas en gramos por unidad. En otras palabras, la distancia de plantación o densidad de plantas tiene una alta incidencia en la determinación del calibre del bulbo a cosechar. Por otra parte el rendimiento comercial referido a cebollas sólo con calibre exportable (mayor a 45 mm de diámetro ecuatorial) también tiende a disminuir al aumentar la densidad de plantas establecidas por hectárea. En consecuencia, en base a estos anteceden- tes, es posible estimar un punto de equilibrio entre el tamaño de bulbos y la cosecha ex- portable que se obtenga. Este se situaría para las variedades del tipo tardío o de guarda, Va- lencianas, en torno a las 400 mil plantas por hectárea, lo que se consigue con un marco general de camellones confeccionados cada 42 50 centimetros de separación y la plantación de dos hileras de cebollas sobre cada uno de ellos. En este caso, el distanciamiento entre plantas de una misma hilera, la distancia sobre la línea, debe ser de 1 O cm o sea, una cantidad de 1 O plantas por cada metro lineal de hilera o 20 por cada metro de camellón. En el caso de las cebollas para cosechas y comercialización temprana y en "fresco", las condiciones de clima menos favorable durante sus períodos de cultivo invernal-primaveral, sugieren distancias de plantación más am- plias, conduciendo a densidades inferiores a las señaladas. En el caso de este tipo de culti- vares, las densidades finales no debieran su- perar las 300 mil plantas por hectárea.
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