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Índice de capítulos Cubierta Portada Página de créditos Colaboradores Introducción Sección I: Diagnóstico y evaluación Capítulo 1: El paciente asintomático con un nódulo pulmonar Introducción Epidemiología del nódulo pulmonar Etiología del nódulo pulmonar Radiología de los nódulos pulmonares Descripción del nódulo pulmonar Definición del crecimiento del nódulo Valoración del riesgo de cáncer Comparación del rendimiento de los modelos de riesgo Recomendaciones para el manejo del nódulo pulmonar 3 kindle:embed:0006?mime=image/jpg Análisis de coste de las estrategias de evaluación Evaluación del nódulo subcentimétrico Evaluación de nódulos múltiples Métodos para diagnosticar un nódulo pulmonar solitario (>8 mm) Biomarcadores para valorar el nódulo pulmonar El futuro en la evaluación del nódulo pulmonar Capítulo 2: Evaluación del paciente con una alteración radiológica sospechosa de carcinoma pulmonar Introducción Conclusiones Capítulo 3: Octava edición de la clasificación para la estadificación del cáncer de pulmón Introducción Origen de la estadificación Información sobre la estadificación Prefijos en la estadificación Componentes del TNM Grupos de estadificación La importancia de los descriptores de los múltiples estadios y la división en estadios Múltiples localizaciones pulmonares del cáncer de pulmón Aspectos prácticos Conclusiones Sección II: Consideraciones del tratamiento 4 Capítulo 4: Tratamiento del carcinoma de pulmón de células no pequeñas en estadios precoces (estadios I y II) Introducción Tratamiento quirúrgico El papel del tratamiento adyuvante en el carcinoma de pulmón en estadio precoz El papel de la RTCE en el tratamiento del carcinoma de pulmón de células no pequeñas en estadio I Tratamiento no quirúrgico del cáncer de pulmón de células no pequeñas en estadio II Resumen Capítulo 5: Tratamiento con intención curativa del carcinoma pulmonar de células no pequeñas en estadio III Introducción Estadificación y patrón de asistencia Tratamiento del carcinoma pulmonar de células no pequeñas en estadio III Tratamiento del carcinoma pulmonar de células no pequeñas en estadio III: situaciones especiales Tratamiento adyuvante tras la cirugía Consideraciones terapéuticas especiales Conclusiones Capítulo 6: Manejo del cáncer de pulmón de células no pequeñas avanzado: tratamiento sin intención curativa Introducción Quimioterapia Tratamiento dirigido 5 Inmunoterapia Situaciones especiales Conclusiones Capítulo 7: Abordaje práctico del manejo del carcinoma pulmonar de células pequeñas Diagnóstico y pruebas complementarias Estadificación del carcinoma pulmonar de células pequeñas Carcinoma pulmonar de células pequeñas en estadio limitado (cuadro 7.1) Carcinoma pulmonar de células pequeñas extenso (cuadro 7.2) Nuevos tratamientos en el horizonte Capítulo 8: Tipos especiales de cáncer de pulmón Tumores de Pancoast Tumores carcinoides Múltiples focos de cáncer pulmonar Capítulo 9: Seguimiento y vigilancia en pacientes tratados de cáncer de pulmón Introducción Seguimiento y vigilancia tras el tratamiento con intención curativa de un carcinoma pulmonar de células no pequeñas Otros aspectos relacionados con el seguimiento tras el tratamiento con intención curativa Tumores carcinoides Resumen 6 Sección III: Organización, calidad y eficiencia de la asistencia Capítulo 10: Organización de la asistencia en el cáncer de pulmón Introducción El programa multidisciplinar de Oncología torácica y el comité multidisciplinar de tumores Implicación de los profesionales de atención primaria en la asistencia del cáncer de pulmón Medicina paliativa Incorporación de las recomendaciones sobre cáncer de pulmón Gestión del paciente Conclusiones Capítulo 11: Cómo mejorar la calidad de la asistencia en el cáncer de pulmón Introducción Eficiencia en la evaluación del paciente Calidad de la interpretación de las pruebas diagnósticas y la evaluación del estadio clínico Calidad de la toma de decisiones Calidad de la estadificación patológica Componentes de un comité de tumores de alta calidad y discusión en el comité de tumores Conclusiones Sección IV: Componentes adicionales de la asistencia global 7 Capítulo 12: Trastorno por consumo de tabaco y su tratamiento Tabaquismo y trastorno por consumo de tabaco Uso de tabaco y riesgo y pronóstico del cáncer de pulmón Valoración del consumo y el trastorno por tabaco en los pacientes con un cáncer de pulmón Tratamiento frente al tabaquismo en pacientes con cáncer de pulmón tratados con cirugía, quimioterapia y/o radioterapia Resumen y puntos clave Capítulo 13: Pacientes sanos con riesgo de cáncer de pulmón: ¿debe hacerse cribado?, ¿cómo y a quién? ¿Debería derivar a los pacientes para la realización del cribado del cáncer de pulmón? ¿A qué pacientes debería derivar para realizar la detección selectiva del cáncer de pulmón? ¿Cómo comento los beneficios y perjuicios de la detección selectiva del cáncer de pulmón con mis pacientes? ¿Cómo se debería realizar la tomografía computarizada? ¿Cómo se debería informar la tomografía computarizada? ¿Cómo se deberían tratar los nódulos pulmonares identificados en la detección selectiva? ¿Cómo se deberían tratar los hallazgos incidentales en la prueba de cribado? ¿Cómo se debería incorporar el abandono del tabaquismo al programa de cribado del cáncer de pulmón? ¿Cómo se puede garantizar el cumplimiento de las visitas de seguimiento y el cribado anual? ¿Cómo puedo conseguir el apoyo necesario para el programa de cribado? Resumen 8 Capítulo 14: Manejo de los síntomas en el cáncer de pulmón ¿Cómo manejo el dolor oncológico? ¿Cómo se aborda a los pacientes oncológicos con disnea? Síndromes paraneoplásicos Resumen Capítulo 15: Diagnóstico y manejo de las complicaciones pulmonares relacionadas con el tratamiento Introducción Complicaciones pulmonares de los tratamientos médicos del cáncer de pulmón: quimioterapia sistémica e inmunoterapia Manejo de la neumonitis inducida por fármacos Complicaciones de la radioterapia Resumen Sección V: Perspectivas Capítulo 16: Reflexiones acerca del presente y el futuro de la investigación y tratamiento del cáncer La naturaleza cambiante del cáncer de pulmón Cambios en la epidemiología Cambios en la investigación clínica Retos que afrontamos en este momento y de cara al futuro ¿Dónde nos encontramos? Índice alfabético 9 Advertencia Esta traducción ha sido llevada a cabo por Elsevier España, S.L.U. bajo su única responsabilidad. Facultativos e investigadores deben siempre contrastar con su propia experiencia y conocimientos el uso de cualquier información, método, compuesto o experimento descrito aquí. Los rápidos avances en medicina requieren que los diagnósticos y las dosis de fármacos recomendadas sean siempre verificados personalmente por el facultativo. Con todo el alcance de la ley, ni Elsevier, ni los autores, los editores o los colaboradores asumen responsabilidad alguna por la traducción ni por los daños que pudieran ocasionarse a personas o propiedades por el uso de productos defectuosos o negligencia, o como consecuencia de la aplicación de métodos, productos, instrucciones o ideas contenidas en esta obra. Revisión científica: Dr. Laureano Molins López-Rodó Consultor y Jefe de Servicio de Cirugía Torácica, Institut Clínic Respiratori, Hospital Clínic (Barcelona). Profesor Asociado de Cirugía, Universitat de Barcelona Dr. Juan José Fibla Alfara Jefe Clínico, Servicio de Cirugía Torácica, Hospital Universitari Sagrat Cor (Barcelona). Profesor Asociado de Cirugía, Universitat de Barcelona Dr. Jorge Hernández Ferrández Médico Adjunto, Servicio de Cirugía Torácica, Hospital Universitari Sagrat Cor (Barcelona) Servicios editoriales: DRK Edición Depósito legal: B 16.478-2019 Impreso en España 11 Colaboradores Douglas Arenberg, MD, Associate Professor of Medicine Department of Internal Medicine, Pulmonary & Critical Care University of Michigan Ann Arbor, MI,United States Brian N. Arnold, MD, Section of Thoracic Surgery Department of Surgery Yale School of Medicine Yale University New Haven, CT, United States Brett C. Bade, MD, Section of Pulmonary, Critical Care and Sleep Medicine Department of Internal Medicine Yale School of Medicine New Haven, CT, United States Stephen R. Baldassarri, MD, Section of Pulmonary, Critical Care and Sleep Medicine Department of Internal Medicine Yale School of Medicine New Haven, CT, United States Justin D. Blasberg, MD, Assistant Professor of Surgery (Thoracic Surgery), Division of Thoracic Surgery Department of Surgery Yale School of Medicine Yale University New Haven, CT, United States Trevor J. Bledsoe, MD, Department of Therapeutic Radiology Yale School of Medicine New Haven, CT, United States Daniel J. Boffa, MD, Associate Professor Thoracic Surgery Yale University School of Medicine New Haven, CT, United States 12 Anne Chiang, MD, PhD, Associate Professor Section of Medical Oncology Yale University School of Medicine New Haven, CT, United States Sitaram Chilakamarry, MD, Section of Thoracic Surgery Department of Surgery Yale School of Medicine Yale University New Haven, CT, United States Roy H. Decker, MD, PhD, Professor of Therapeutic Radiology Department of Therapeutic Radiology Yale School of Medicine New Haven, CT, United States Lisa M. Fucito, PhD Associate Professor Yale School of Medicine Department of Psychiatry New Haven, CT, United States Yale Cancer Center New Haven, CT, United States Director, Tobacco Treatment Service Smilow Cancer Hospital at Yale-New Haven New Haven, CT, United States Michael K. Gould, MD, MS, Director for Health Services Research and Implementation Science Department of Research & Evaluation Kaiser Permanente Southern California Pasadena, CA, United States Roy S. Herbst, MD, PhD, Professor and Chief, Section of Medical Oncology Department of Internal Medicine Yale School of Medicine Yale Cancer Center New Haven, CT, United States Anthony W. Kim, MD, Chief, Division of Thoracic Surgery Department of Surgery Keck School of Medicine University of Southern California Los Angeles, CA, United States 13 Clara Kim, MS, Section of Thoracic Surgery Department of Surgery Yale School of Medicine Yale University New Haven, CT, United States Robert J. Korst, MD, MBA, Clinical Professor of Thoracic Surgery Mount Sinai Health System Icahn School of Medicine at Mount Sinai New York, NY, United States Peter Mazzone, MD, MPH, FCCP, Director of the Lung Cancer and Lung Cancer Screening Programs Respiratory Institute Cleveland Clinic Cleveland, OH, United States Viswam S. Nair, MD, MS, Section Chief of Pulmonary & Critical Care Medicine at Moffitt Cancer Center Assistant Professor of Internal Medicine Morsani College of Medicine University of South Florida Tampa, FL, United States Niket Nathani, MD, Assistant Professor Department of Internal Medicine, Pulmonary & Critical Care Ann Arbor, MI, United States Sameer K. Nath, MD, Assistant Professor of Radiation Oncology Department of Radiation Oncology University of Colorado School of Medicine Raymond U. Osarogiagbon, MBBS, FACP, Thoracic Oncology Research Group Multidisciplinary Thoracic Oncology Program Baptist Cancer Center Memphis, TN, United States Jennifer D. Possick, MD, Assistant Professor of Medicine Section of Pulmonary, Critical Care and Sleep Medicine Department of Internal Medicine Yale School of Medicine New Haven, CT, United States M. Patricia Rivera, MD, Professor of Medicine Division of Pulmonary and Critical Care Medicine 14 Department of Medicine University of North Carolina at Chapel Hill Chapel Hill, NC, United States Mark Shapiro, MD, Department of Thoracic Surgery Mount Sinai Health System Icahn School of Medicine at Mount Sinai New York, NY, United States Gerard A. Silvestri, MD, MS, Division of Pulmonary, Critical Care and Sleep Medicine Department of Internal Medicine Medical University of South Carolina (MUSC) Charleston, SC, United States Ashita Talsania, MD, MRCP, MBBS, Yale School of Medicine Smilow Cancer Hospital Care Center Torrington, CT, United States Nichole T. Tanner, MD, MSCR, Division of Pulmonary, Critical Care and Sleep Medicine Department of Internal Medicine Medical University of South Carolina (MUSC) Charleston, SC, United States Bing Xia, MD, Assistant Professor of Clinical Medicine Division of Medical Oncology Department of Internal Medicine Keck School of Medicine University of Southern California Los Angeles, CA, United States 15 Introducción El siglo XXI trajo esperanzas renovadas a los pacientes con cáncer de pulmón. Los descubrimientos científicos y la tecnología han permitido notables avances, revitalizando el interés en este tema. Dado que los avances científicos se están aplicando en la clínica a una enorme velocidad, resulta esencial y cada vez más difícil mantenerse actualizado. Los trabajos de los numerosos expertos que han participado en esta obra tratan de permitir a los clínicos trasladar estos descubrimientos a la práctica para conseguir mejorar el pronóstico de los pacientes. El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer a nivel mundial y seguirá siendo un aspecto médico relevante durante toda nuestra vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el cáncer de pulmón produce una de cada cinco muertes por cáncer y es responsable de 1,5 millones de muertes anuales.1 En el lado positivo, la incidencia y la mortalidad por cáncer de pulmón está disminuyendo en los varones de la mayor parte del mundo, incluidos EE. UU., Canadá, Europa Occidental y Australia, entre otros; en EE. UU. se observa la misma tendencia en las mujeres. En el lado negativo, los datos más recientes publicados por la OMS en 2012 indican que está aumentando la incidencia y mortalidad por cáncer de pulmón en las mujeres de muchas regiones, incluidas Canadá, Europa Occidental, Japón y Australia, entre otras.1 A principios del siglo XX, el cáncer de pulmón era infrecuente. Durante los 100 años posteriores, el notable incremento de la frecuencia de este tumor generó cada vez más interés y preocupación.2 Dos estudios de referencia publicados en 1950 por Doll y Hill en Reino Unido y Wynder y Grahan en EE. UU.3,4 dieron paso a la época moderna de la epidemiología del cáncer de pulmón, al describir la relación causal entre el tabaco y el cáncer de pulmón. Aunque se sabe que otros muchos factores se asocian con el riesgo de sufrir cáncer de pulmón, el tabaco sigue siendo el factor dominante. Inicialmente, los esfuerzos para demostrar el efecto pernicioso del tabaco fueron lentos, pero el primer informe del US Surgeon General sobre tabaco y salud de 1964 reconociendo a nivel nacional las consecuencias adversas del tabaquismo consiguió que la epidemia de cáncer de pulmón recibiera atención pública. Los 40 años posteriores a este informe de 1964 no aportaron muchos avances en este campo. Amplios ensayos clínicos sobre la utilidad de la radiografía de tórax y la citología de esputo para la detección selectiva del cáncer de pulmón no consiguieron demostrar beneficios para la mortalidad. Los cánceres de pulmón en estadios tempranos susceptibles de resección quirúrgica siguieron siendo solo aquellos identificados de forma incidental. El abordaje quirúrgico convencional se limitaba a técnicas de toracotomía 16 abierta similares a las empleadas como tratamiento de los pacientes con tuberculosis. Las intervenciones oncológicas médicas para los carcinomas pulmonares en estadio avanzado aportaban beneficios mínimos con supervivencias a los 12 meses con quimioterapia inferiores al 50%. Resulta comprensible la sensación de pesimismo que imperaba a la hora de evaluar y tratar a los pacientes con este tipo de cáncer. Por suerte, la época de escepticismo para los pacientes con cáncer de pulmón ha terminado ya. En los últimos 15 años se han producido tremendos avances en laevaluación, diagnóstico y manejo del cáncer de pulmón, basados en una mejora en los conocimientos sobre los procesos biológicos que conducen a su desarrollo. Aunque queda un enorme trabajo por hacer para conseguir resolver la enorme repercusión que tiene la epidemia de cáncer de pulmón a nivel global sobre la vida humana, se está produciendo un rápido e impresionante cambio para mejor en todo lo relacionado con este cáncer. Los esfuerzos de salud pública y legislativos contra la venta de tabaco, la prohibición del consumo de tabaco en los espacios públicos y la educación de la población sobre los efectos perniciosos de este hábito han conseguido una reducción constante de la frecuencia de consumo en EE. UU. hasta llegar a solo el 15,1% en 2015.5 La detección selectiva de los pacientes de alto riesgo de carcinoma de pulmón mediante TC de baja dosis fue recomendada de manera formal por el US Preventive Services Task Force en 2014, basándose en los beneficios sobre la mortalidad demostrados por el National Lung Screening Trial.6-8 La octava edición del sistema de estadificación de cáncer de pulmón internacional fue adoptada en EE. UU. en 2018 y a nivel global, en 2017. La base de datos de este proyecto recoge 94.708 pacientes de 16 países,9 lo que supone un marcado contraste con la edición original de esta estadificación publicada en 1974 y en la que solo se incluyeron 2.155 casos de un solo centro.10 Los avances en las técnicas radiológicas y diagnósticas, incluida la tomografía por emisión de positrones y la ecografía endobronquial, han aumentado nuestra capacidad de realizar una estadificación exacta con abordajes mínimamente invasivos. La resección quirúrgica se está modificando de la toracotomía abierta tradicional a abordajes basados en toracoscopia con ayuda de vídeo y robóticos que reducen la morbilidad, al tiempo que consiguen los mismos resultados oncológicos. La radioterapia estereotáctica ha generado nuevas opciones terapéuticas para los pacientes con carcinoma de células no pequeñas en estadio precoz que son inoperables por motivos médicos. Los estudios científicos han mejorado nuestros conocimientos sobre el papel de la angiogenia y las vías de transmisión de señales implicadas en la proliferación, diferenciación y apoptosis de las células. Estos descubrimientos han permitido la introducción de nuevos tratamientos, que reflejan la progresiva capacidad de desarrollar tratamientos personalizados a partir del conocimiento sobre las características genéticas y moleculares de cada tumor. La abundante información de la que disponemos y el amplio reconocimiento de que el tratamiento óptimo de la mayor parte de los pacientes necesita de las aportaciones de más de una especialidad son 17 un argumento a favor de la necesidad de un manejo multidisciplinar del cáncer de pulmón, que se debe centrar en el paciente y tener la mayor eficiencia posible. Los capítulos de esta obra analizan la situación actual en las principales áreas vinculadas al tratamiento clínico. Esperamos que conocer los continuos avances en este campo sirva de inspiración a los equipos médicos que se encargan de la asistencia de los enfermos con cáncer de pulmón y nos aporte esperanza sobre un futuro mejor para estos. 18 Bibliografía 1. GLOBOCAN 2012: Estimated Cancer Incidence, Mortality and Prevalence Worldwide in 2012. Lung Cancer. International Agency for Research on Cancer, World Health Organization; 2013. http://globocan.iarc.fr/Pages/fact_sheets_cancer.aspx [fecha de última consulta: 8 de enero de 2014]. 2. Siegel RL, Miller KD, Jemal A. Cancer statistics. CA A Cancer Journal Clinicians. 2017;67(1):7–30. 3. Doll R, Hill AB. Smoking and carcinoma of the lung; preliminary report. Br Med J. 1950;2(4682):739–748. 4. Wynder EL, Graham EA. Tobacco smoking as a possible etiologic factor in bronchiogenic carcinoma; a study of 684 proved cases. J Am Med Assoc. 1950;143(4):329–336. 5. Jamal A, King BA, Neff LJ, Whitmill J, Babb SD, Graffunder CM. Current cigarette smoking among adults - United States, 2005e2015. MMWR Morbidity Mortality Weekly Report. 2016;65(44):1205–1211. 6. U.S. Preventive Services Task Force. Final Recommendation Statement. Lung Cancer: Screening. U.S. Preventive Services Task Force; October 2014. 7. Aberle DR, Adams AM, Berg CD, et al. Reduced lung cancer mortality with low-dose computed tomographic screening. N Engl J Med. 2011;365(5):395–409. 8. Moyer VA. Screening for lung cancer: U.S. Preventive Services Task Force Recommendation Statement. Ann Intern Med. 2014;160:330–338. 9. Detterbeck FC, Chansky K, Groome P, et al. The IASLC lung cancer staging project: methodology and validation used in the development of proposals for revision of the stage classification of NSCLC in the forthcoming (eighth) edition of the TNM classification of lung cancer. J Thorac Oncol. 2016;11(9):1433–1446. 10. Mountain CF, Carr DT, Anderson WA. A system for the clinical staging of lung cancer. Am J Roentgenol Radium Ther Nucl Med. 1974;120(1):130–138. 19 http://globocan.iarc.fr/Pages/fact_sheets_cancer.aspx SECCIÓN I Diagnóstico y evaluación Capítulo 1: El paciente asintomático con un nódulo pulmonar Capítulo 2: Evaluación del paciente con una alteración radiológica sospechosa de carcinoma pulmonar Capítulo 3: Octava edición de la clasificación para la estadificación del cáncer de pulmón 20 C A P Í T U L O 1 21 El paciente asintomático con un nódulo pulmonar Viswam S. Nair, MD, MS Michael K. Gould, MD, MS La Medicina es la ciencia de la incertidumbre y el arte de la probabilidad William Osler 22 Introducción El nódulo pulmonar es una pequeña opacidad radiológica focal y redondeada que puede ser solitaria o múltiple y tener densidad variable. La definición histórica y formal de un nódulo pulmonar solitario (NPS) indicaba que se trata de una «lesión focal»1 correspondiente a una opacidad radiológica solitaria y bien delimitada, de hasta 3 cm de diámetro, rodeada por pulmón totalmente aireado sin atelectasias, aumento de tamaño de los hilios o derrame pleural (cuadro 1.1).2,3 Las lesiones pulmonares focales que superan 3 cm se llaman masas pulmonares y se asume que corresponden a un carcinoma broncogénico, salvo que se demuestre lo contrario. El manejo de los pacientes que presentan una masa pulmonar se comenta en otras partes de esta obra y en otras fuentes.4 Un nódulo puede ser «subcentimétrico», lo que tradicionalmente se define como una lesión ≤8 mm de diámetro, y cualquier nódulo puede ser sólido o subsólido («parcialmente sólido» o «en vidrio deslustrado») en función de su densidad. Además, el paciente puede tener múltiples nódulos, distintos entre ellos. Los nódulos se suelen detectar en pacientes sin síntomas secundarios a los mismos, bien en pruebas de detección selectiva o en pruebas radiológicas realizadas por otros motivos. En este último caso se dirá que el nódulo es un hallazgo incidental, aunque actualmente no está claro si la diferencia entre el nódulo identificado mediante detección selectiva y el incidental tiene alguna importancia clínica.5 Cuadro 1.1 Nódulo pulmonar solitario: definiciones • ≤3 cm rodeado por pulmón sin adenopatías. • Detectado de forma incidental y asintomático o detectado en programas de detección selectiva. • Subcentimétrico se define como ≤8 mm. • El nódulo subsólido hace referencia a un nódulo parcialmente sólido o a un nódulo que tiene un aspecto en vidrio deslustrado puro. • Un nódulo en vidrio deslustrado conserva las marcas pulmonares por detrás. • Un nódulo parcialmente sólido tiene un componente interno sólido y un componente externo en vidrio deslustrado (>50%). 23 Epidemiología del nódulo pulmonar Durante décadas se dijo que el número de nódulos detectados incidentalmente era de unos 150.000 anuales en EE. UU.,6 pero un informe reciente basado en los datos de Kaiser Permanente indica que este número es 10 veces superior.7 En este estudio se ha observado también una dependencia no lineal entre la detección del nódulo y la edad. En general,la prevalencia de nódulos incidentales fue de un 29% con tomografía computarizada (TC), cifra que concuerda con la descrita en los estudios sobre la detección selectiva del cáncer pulmonar.8 En el caso de la radiografía de tórax (RxT), la prevalencia publicada es del orden de un 0,1% de los datos antiguos. Estimaciones más recientes derivadas de estudios sobre detección selectiva de cáncer de pulmón (Early Lung Cancer Action Project y el National Lung Screening Trial [NLST]) arrojan cifras sensiblemente superiores, del orden de un 7-9%.2,8,9 A nivel global, la prevalencia de los nódulos pulmonares varía en función del uso de la TC y la prevalencia de enfermedades infecciosas endémicas. Un metaanálisis realizado como parte de las recomendaciones de la British Thoracic Society para manejo del nódulo pulmonar describe un rango de prevalencia de nódulos detectados mediante TC del 14% en Reino Unido al 36% en Asia del Este.5 Este documento describe también una incidencia muy superior de nódulos en los estudios de detección selectiva de cáncer pulmonar (33%) en comparación con los estudios incidentales (13%). No se dispone de estudios sobre la incidencia de nódulos en países asiáticos o africanos, lo que representa una deficiencia de información importante dada la alta frecuencia de infección por Mycobacterium tuberculosis (MTB), que puede influir en el tipo de valoración de estos pacientes.10,11 El riesgo de carcinoma pulmonar de los pacientes con un nódulo pulmonar detectado de forma incidental varía a nivel global y oscila entre un 0,5% en Asia del Este y un 1,7% en Norteamérica.5 Parece que en India existe un riesgo mucho menor, del 0,1%, en comparación con países con altas tasas de tabaquismo, como China o Corea, donde se estima un riesgo de cáncer del 1%.10 Sudamérica y África también tienen bajas frecuencias de nódulos cancerosos en comparación con Norteamérica, Europa y Asia del Este.12 24 Etiología del nódulo pulmonar Existen múltiples causas de nódulo pulmonar distintas del cáncer (tabla 1.1). Varios trastornos, como los hamartomas, el tumor carcinoide, el tumor fibroso solitario,13 el teratoma y el seudotumor miofibroblástico inflamatorio,14,15 pueden mostrar patrones de crecimiento benignos o fenotipos más malignos y agresivos. Los hamartomas son los tumores pulmonares benignos más frecuentes (aproximadamente un 5% de todos los nódulos pulmonares), mientras que los carcinomas pulmonares primarios representan un 85% de los nódulos pulmonares malignos (aunque muchos cánceres pueden ocasionar metástasis en el parénquima pulmonar o endobronquiales).16 Tabla 1.1 Diagnóstico diferencial del nódulo pulmonar156 Enfermedad Comentario MALIGNA Carcinoma pulmonar de células no pequeñas (CPCNP) 85% de los cánceres Carcinoma pulmonar de células pequeñas 10-15% de los cánceres pulmonares Carcinoma pulmonar de células grandes A nivel anatomopatológico puede ser un carcinoma o una neoplasia neuroendocrina, que se estadifican como el CPCNP Carcinoide pulmonar 1-2% de los cánceres, neuroendocrino, agresividad definida por el número de mitosis Linfoma Plasmocitoma Metástasis Pueden ser endobronquiales o parenquimatosas; el origen más frecuente es colon, tiroides, sarcomas, células germinales y melanoma16 BENIGNA Granuloma cicatrizal Probablemente la causa benigna más frecuente Tuberculoma Puede cursar como nódulo o masa;157,158 la mitad se resuelven con el tiempo Neumonía redonda, neumonía en organización Absceso pulmonar Hongos Blastomicosis (B) Histoplasmosis (H) Coccidioidomicosis (Co) Paracoccidioidomicosis (P) Orden de prevalencia por continente159: América del Norte: H/B/Co América del Sur: P/H/Co; calcificaciones esplénicas en la TC útiles para el diagnóstico Europa: ninguna Asia: H África: H/B Aspergillus, micetoma Parasitario Amebiasis Equinococosis Filariasis Paragonimiasis Puede aparecer con lesiones focales o de forma difusa Se asocia a países en vías de desarrollo y exposición a animales Estrongiloides es endémico en el sureste de EE. UU. 25 Toxocara Estrongiloides Nocardia Pacientes inmunodeprimidos, tinción débil con técnicas ácido-alcohol resistentes Micobacterias atípicas Más frecuente en EE. UU.; complejo Mycobacterium avium160 Émbolo séptico Otros tumores Tumor fibroso solitario Mesenquimal, tumor fusocelular CD34+ Suele asociarse a la pleura parietal (1/3) o visceral (2/3)161 Pueden ser infiltrantes y recidivar localmente o a distancia162 Aprox. un 10% tienen características malignas13 Hamartoma Tumor benigno pulmonar más frecuente Teratoma Tumor mesenquimal, fusocelular, puede ser infiltrante14,15 Seudotumor miofibroblástico inflamatorio Asociado a múltiples tumores, se denomina síndrome de Carney163 Condroma Fibroma Lipoma Tumor neural Schwannoma Neurofibroma Tumores parecidos a los meníngeos Hemangioma esclerosante Granuloma de células plasmáticas Endometriosis Leiomioma Vasculares • Malformación arteriovenosa • Infarto pulmonar • Aneurisma de la arteria pulmonar • Variz de la vena pulmonar Congénitas • Quiste broncogénico • Secuestro pulmonar • Atresia bronquial con impactación mucoide Intra- o extralobular; localización más frecuente: lóbulo inferior izquierdo164,165 Inflamatorias Artritis reumatoide (AR) Nódulos necrobióticos que pueden ser «calientes» en la PET-FDG166,167; un 20-30% de los pacientes con AR pueden presentarlos168,169 Granulomatosis con poliangeítis (GPA) Nódulos cavitados (antes se denominaba granulomatosis de Wegener) Amiloidosis Infiltrados nodulares y lesiones endobronquiales Sarcoidosis Presentación poco frecuente de la enfermedad, en general múltiples nódulos170 Enfermedad inflamatoria intestinal Ganglio linfático intrapulmonar/subpleural Casi siempre benigno30 Otras Atelectasia redondeada PET-FDG negativa Seudonódulos Pólipo fibroepitelial Sombras de los pezones Líquido loculado (cisuras) Ganglio linfático Por ejemplo, en la neurofibromatosis Utilizar marcadores externos para identificarlos Seudotumor, tumor «evanescente» en las cisuras Suele tener forma poliédrica y localización pericisural 26 intrapulmonar (GLIP) FDG, fluorodesoxiglucosa; PET, tomografía por emisión de positrones. Los principales factores que hay que tener en cuenta a la hora de plantearse si un nódulo es maligno son el tabaquismo y la edad. Además, se debería valorar el riesgo de sufrir una enfermedad granulomatosa por MTB o enfermedades por hongos endémicos. Las infecciones parasitarias son endémicas a nivel global, se asocian a los países en vías de desarrollo o a unas malas condiciones socioeconómicas y pueden presentarse como «lesiones focales».17 27 Radiología de los nódulos pulmonares La TC y la tomografía por emisión de positrones (PET) con 18F- fluorodesoxiglucosa (FDG) son las principales técnicas radiológicas para visualizar el tórax en la evaluación de un nódulo. La resonancia magnética torácica no se emplea en la clínica de momento por la baja densidad protónica de los pulmones, los artefactos causados por el movimiento y la dificultad técnica.18 La ecografía no ha sido estudiada como técnica para caracterización de los nódulos, aunque se emplea para la localización en tiempo real durante la biopsia por broncoscopia. La TC y la PET-FDG emplean radiación ionizante (es decir, una frecuencia superior a la luz visible) que puede eliminar electrones de los átomos que posteriormente son detectados por sistemas de barrido que emplean rayos X (longitud de onda de nanómetros) y rayos γ (longitud de onda de picómetros) dentro del espectro electromagnético. La TC es básicamente una RxT tridimensional en la que un tubo de rayos X giratorio genera un plano de imágenes dentro de un cilindro. Cuantos más detectores tenga la TC (p. ej., 4, 16 o 64), mayor será la región del cuerpo capturada. Por tanto, al aumentar el número de detectores, se reduce el tiempo de adquisición y los efectos de la variación respiratoria, y se obtienen imágenes de una mayor precisión. La PET-FDG emplea rayos γ basados en la emisión β del radioisótopo FDG. Lospositrones se emiten con electrones, que posteriormente se aniquilan para liberar 511 KeV de energía que se pueden detectar mediante un detector de metales pesados circular. En el caso de la FDG, la emisión tarda horas, lo que convierte a esta sustancia en un trazador útil en clínica. La PET-TC integrada se desarrolló a finales de la década de 1990 y mejora la fiabilidad de la imagen y puede que la precisión.19 Se han empleado varias variaciones de la TC, como la TC con contraste dinámica y la TC de doble energía (TCDE), para caracterizar los nódulos, principalmente en investigación. La TC con contraste dinámica emplea una inyección de solución yodada para acentuar las diferencias en la absorción fotoeléctrica entre las estructuras de partes blandas. La TCDE utiliza dos frecuencias de rayos X distintas para generar una TC sin contraste «virtual» en un solo barrido durante la inyección de yodo, reduciendo así la exposición a la radiación.20 Ninguno de estos procedimientos se emplea en absoluto a nivel clínico. La radiación causada por las técnicas de imagen es una preocupación importante para médicos y pacientes. La cantidad de radiación ambiental en la tierra es de unos 3 milisievert (mSv) al año, en gran parte por los radioisótopos naturales y la emisión natural del gas radón.21 Se estima que los estudios de imagen médicos producen aproximadamente un 20% de la dosis de radiación anual media de una persona. En el caso de la TC de baja dosis (TCBD) empleada para la detección selectiva del cáncer pulmonar, esto 28 equivale a unos 6 meses de radiación ambiental, mientras que la PET- FDG determina exposiciones 10 veces superiores.22 La TC torácica diagnóstica generan dosis típicamente superiores a las TCBD, que puede aproximarse a la mitad de la radiación de la PET-FDG. Los nuevos dispositivos y protocolos de barrido permiten reducir de forma significativa la dosis de radiación y las TC de ultrabaja dosis, que están a punto de introducirse en clínica, solo generan una radiación 10 veces superior a la RxT convencional.23,24 29 Descripción del nódulo pulmonar Nódulo sólido Entre las principales características de los nódulos que indican el riesgo de cáncer de pulmón se incluyen el tamaño, la localización dentro del pulmón (lóbulo superior o inferior), el contorno, la presencia de calcificaciones y su patrón, la velocidad de crecimiento y el realce con contraste en la TC o la captación de FDG en la PET. Asumiendo que no sepamos la velocidad de crecimiento del nódulo (p. ej., no disponemos de radiografías antiguas), el tamaño del nódulo será el predictor radiológico de malignidad más importante. Serán malignos un 80% de los nódulos mayores de 2 cm y menos de un 1-2% de los que miden 0,8 cm o menos.25 Los carcinomas de pulmón son más frecuentes en los lóbulos superiores. El ensayo de detección selectiva aleatorizada del carcinoma pulmonar belga-holandés (estudio NELSON) realizado en Europa describió que un 45% de los carcinomas pulmonares identificados se localizaban en el lóbulo superior derecho y un 19% en el lóbulo superior izquierdo, lo que representa en conjunto casi dos tercios de todos los cánceres detectados.26 Estos datos son muy similares a los obtenidos en un estudio de menor tamaño publicado 50 años antes en EE. UU.27 Tradicionalmente, el contorno del nódulo se ha descrito como liso, lobulado, irregular o espiculado (fig. 1.1). Sin embargo, se trata de diferencias muy subjetivas y, por ello, no totalmente reproducibles. Es evidente que los nódulos lisos o espiculados son tranquilizadores o preocupantes, respectivamente, en relación con la posibilidad de un carcinoma pulmonar primario con razones de verosimilitud (LR, likelihood ratios) de 0,2 y 5,0 (fig. 1.2). El signo de la «corona radiada» es más ominoso e indica infiltración tumoral del parénquima, con un riesgo extremo de cáncer y una LR de 14.28 Cabe destacar que esta terminología usada de forma histórica está evolucionando durante la redacción de este capítulo y actualmente se están evaluando los márgenes «rasgados» del nódulo, los nódulos poligonales y los subtipos de nódulo irregular.29 30 FIG. 1.1 Atlas de los tipos de nódulos. En la imagen se muestran las características de los nódulos más frecuentes en cortes axiales. Las categorías habituales de calcificaciones de los nódulos que se encuentran en la práctica clínica se resumen en el panel A. Las calcificaciones centrales, difusas y laminares son muy sugestivas de benignidad. El panel B representa de forma esquemática los tipos de márgenes de los nódulos, que pueden ser 1) lisos o «netos», 2) lobulados, 3) espiculados y 4) en corona radiada propios de un carcinoma infiltrante. Los paneles C y D muestran nódulos sólidos bien delimitados y de márgenes lisos, que contrastan con los márgenes lobulados del panel E. En el panel F se puede ver una lesión sólida bien delimitada en la ventana de pulmón con una calcificación central, que solo se puede visualizar en la ventana mediastínica (panel G). El panel H refleja una lesión mixta irregular con calcificaciones excéntricas. Todos los nódulos ilustrados en los paneles C-H fueron benignos. En los paneles I-P se resumen distintos tipos de adenocarcinoma pulmonar, desde las lesiones premalignas hasta los carcinomas infiltrantes francos. Las lesiones premalignas o de bajo grado pueden debutar a nivel radiológico con una imagen de nódulo en vidrio deslustrado (NVD) (paneles I y J). (Nota del autor: conceptualmente, la progresión de algunos adenocarcinomas puede traducirse en cambios secuenciales del tamaño y la densidad del nódulo. Sin embargo, la mayor parte de los NVD no progresan a un carcinoma mortal y se sigue investigando acerca de cuáles de la minoría que lo hacen van a progresar.) Una lesión sólida espiculada o con una corona radiada (paneles O y P) tiene más probabilidad de ser un carcinoma infiltrante. Obsérvese la variabilidad de las lesiones malignas, que pueden ser parcialmente sólidas (paneles K y L) o totalmente sólidas y espiculadas, como muestran los paneles M y N. Todos los pacientes de los paneles I-P fueron diagnosticados de carcinoma pulmonar. Nosotros recomendamos analizar todos los nódulos con múltiples ventanas y en tres dimensiones con la sección más fina posible (en general 1,25-2,5 mm) para tener una percepción adecuada de sus características radiológicas. Es fundamental comparar con estudios radiológicos previos si se dispone de ellos. 31 (Panel A, adaptado de Webb WR. Radiologic evaluation of the solitary pulmonary nodule. Am J Roentgenol. 1990;154(4):701-708; panel B, adaptado de Siegelman SS, Khouri NF, Leo FP, Fishman EK, Braverman RM, Zerhouni EA. Solitary pulmonary nodules: CT assessment. Radiology. 1986;160(2):307-312.) FIG. 1.2 Herramientas en internet para calcular el riesgo de un nódulo.172 En 1993, Gurney desarrolló un sistema para estratificar los nódulos pulmonares en cinco niveles de riesgo, que van desde un 1 a un 100% basándose en las razones de verosimilitud (LR) de las variables asociadas al carcinoma de pulmón.173 El usuario del sistema debe determinar la probabilidad previa a la prueba de cáncer a partir de su experiencia y luego aplicar las características clínicas y radiológicas del paciente y el nódulo para obtener la probabilidad posterior (tras la prueba) y usarla en la toma de decisiones, que podría ir desde vigilancia radiológica hasta la realización de una biopsia/tomografía por emisión de positrones (PET) o cirugía. Es una aplicación del teorema de Bayes, que es la base de la toma de decisiones clínicas en medicina moderna.174 La LR puede aplicarse a la probabilidad previa de malignidad para calcular la probabilidad posterior de malignidad cuando la posibilidad previa a la prueba = probabilidad previa a la prueba/(1 − probabilidad previa a la prueba), posibilidad posterior a la prueba = posibilidad previa a la prueba × LR, y la probabilidad posterior a la prueba = posibilidad posterior a la prueba/(posibilidad posterior a la prueba + 1). La sencillaconversión de la posibilidad en una probabilidad consigue una estimación del riesgo importante en clínica. Otra ventaja del teorema de Bayes es que las LR son multiplicativas, de forma que LR1 × LR2…LRx = LRy. A modo de ejemplo, asumamos que la probabilidad previa a la prueba de sufrir cáncer de pulmón de un paciente con un nódulo es de un 20%. El paciente tiene 59 años (LR1 = 1,9), no fuma (LR2 = 0,19), no refiere hemoptisis (LR3 = 1) ni antecedentes de carcinoma (LR4 = 1). Este paciente presenta un nódulo de 1,2 cm (LR5 = 0,74), en el lóbulo medio derecho (LR6 = 1,22), lobulado (LR7 = 0,74), no cavitado (LR8 = 1) ni calcificado (LR9 = 2,2), cuya velocidad de crecimiento se desconoce. En este caso, asumimos que no se ha hecho TC con contraste ni PET. El producto de LR1 a LR9 es 0,1396. Por tanto, la posibilidad previa a la prueba = 0,2/0,8 = 0,25, y la posibilidad posterior a la prueba = 0,4349 × 0,25. La probabilidad posterior a la prueba sería 0,10872/(1 + 0,10872) = 0,098 o ∼10%. (Puede confirmar este resultado en la calculadora online.) 32 Recuérdese que la razón de verosimilitud positiva (LR+) se calcula como sensibilidad/(1 − especificidad) y la razón de verosimilitud negativa (LR−) como (1 − sensibilidad)/especificidad. El principal inconveniente de este abordaje es que el usuario debe estimar la probabilidad de cáncer en el paciente antes de aplicar el método de Gurney y que las LR se han calculado a partir de una población no generalizable. Como comentario breve, pero importante, cabe destacar que el estudio NELSON demostró que los 794 nódulos pericisurales encontrados (20% de todos los nódulos encontrados) fueron benignos a los 5 años de la detección, aunque un 8% de ellos crecieron algo en más de 400 días.30 Estos nódulos suelen ser poligonales y a menudo corresponden a ganglios linfáticos intrapulmonares. El nódulo subsólido Los nódulos subsólidos pueden ser parcialmente sólidos (típicamente tienen un centro sólido rodeado por una imagen en vidrio deslustrado de al menos un 50%) o pueden tener una imagen en vidrio deslustrado pura (típicamente sin un centro sólido). El término vidrio deslustrado se introdujo en la RxT durante la epidemia del SIDA y la aparición de la neumonía por Pneumocystis a principios de la década de 1980.31 Actualmente se está produciendo una evolución en la definición radiológica de la lesión en vidrio deslustrado pura, pero en general se acepta que cuando no se observa componente de nódulo en la ventana de partes blandas (es decir, cuando el nódulo «desaparece» en esta ventana) y en la TC se conservan las marcas y la vasculatura pulmonar, es posible considerar que el nódulo es estrictamente un vidrio deslustrado.32 Los nódulos en vidrio deslustrado (NVD) se han infravalorado en EE. UU. durante muchos años, pero han sido bien caracterizados en la literatura japonesa, dada la alta incidencia de carcinomas pulmonares en dicha población por la existencia de lesiones de adenocarcinoma pulmonar preinfiltrantes, que antes se denominaban «carcinomas bronquioloalveolares».33 La creciente utilización de la TC ha desempeñado un papel clave en la evaluación del NVD. Las reglas que se aplican para la caracterización del NVD no son las mismas que las empleadas en las lesiones sólidas, por lo que interpretar los rasgos de un NVD que aumentan el riesgo de cáncer constituye un área en estudio. El diagnóstico diferencial de un NVD persistente a lo largo del tiempo es bastante limitado e incluye la fibrosis intersticial focal, la hiperplasia adenomatosa atípica (HAA) o el adenocarcinoma, ya sea in situ (AIS), mínimamente invasivo (AMI) o claramente infiltrante en el estudio histológico.34 Los carcinomas epidermoides no debutan como NVD. Sorprendentemente, los datos más recientes han indicado que los NVD de cualquier tamaño pueden comprender elementos claramente infiltrantes.35-37 La HAA y el AIS son los precursores más precoces del adenocarcinoma y en estas lesiones se produce una proliferación de los neumocitos de tipo II en 33 relación con sus límites anatómicos, posiblemente por mutaciones estocásticas, pero estereotipadas y predecibles, que controlan la aparición del cáncer.38,39 Según la evolución de la proliferación se puede definir la lesión como HAA o AIS. La existencia de una infiltración franca indica que se trata de un AMI, algo que se suele asociar, aunque no siempre, a la aparición de un componente sólido o «parcialmente sólido» en el estudio radiológico (v. fig. 1.1). La sensación generalizada de que existe una correlación entre el fenotipo radiológico y la categoría histológica ha generado muchas investigaciones sobre si es posible estudiar la progresión de la enfermedad mediante TC de forma no invasiva.40 Se están publicando muchos estudios que tratan de comprender las características preocupantes de las lesiones en vidrio deslustrado y cómo evolucionan a un cáncer que exige intervención, dado que muchos NVD son tumores «indolentes» con los que los pacientes van a sobrevivir en lugar de fallecer. La presencia de un componente sólido y el aumento de tamaño del mismo en el nódulo subsólido son marcadores de progresión de la enfermedad claramente demostrados.34 Otras características de los nódulos, como el grado de atenuación en la TC, la retracción pleural, la vascularización y el broncograma aéreo, se están estudiando de forma activa para tratar de definir si permiten identificar de forma independiente la progresión de la enfermedad.35,37,41-49 La octava edición del descriptor T (tumor) de la International Association for the Study of Lung Cancer pone de manifiesto la importancia de valorar el componente sólido de cualquier nódulo parcialmente sólido o del NVD «puro».34 Esta incorporación en la estadificación pone de relieve la importancia del tamaño del componente sólido dentro de un nódulo subsólido para valorar la probabilidad de que sea un carcinoma infiltrante, con riesgo de progresión y responsable de morbilidad o mortalidad. En los pequeños nódulos subsólidos es importante recordar que las TC actuales tienen una resolución limitada a aproximadamente 1 mm, de forma que la evaluación del crecimiento de las lesiones de crecimiento muy lento o de los nódulos con un componente sólido pequeño resulta imprecisa de forma inherente. Los avances técnicos en radiología posiblemente mejorarán la situación en el futuro. Actualmente son muchos los estudios que han demostrado que la supervivencia a los 5 años de los NVD es excelente y se aproxima al 100% y que la evolución natural de progresión de un NVD a un carcinoma mortal es muy lenta.45,50,51 Se necesitan más estudios para determinar qué factores hacen que un NVD progrese y si es preciso tratarlo. 34 Definición del crecimiento del nódulo Para medir el crecimiento es preciso comparar imágenes; por eso el primer paso en la evaluación de un nódulo es revisar los estudios radiológicos antiguos cuando estos existan. El crecimiento del nódulo se ha calculado tradicionalmente asumiendo que el nódulo pulmonar es esférico, de forma que es posible calcular su volumen como 4/3πr3, donde r = radio del nódulo medido en una TC axial. El modelo más sencillo y más ampliamente utilizado de crecimiento del cáncer asume que el crecimiento es exponencial (fig. 1.3). Con esta premisa, una célula cancerosa teórica de 10 micras (µm) se habrá multiplicado hasta alcanzar un millón de células cuando el tumor tenga 1 mm de diámetro y sea visible en las TC más recientes. A nivel macroscópico, un nódulo que pasa de 0,4 a 0,5 cm ha duplicado su volumen una vez, igual que sucede con un nódulo que pasa de 1 a 1,3 cm. FIG. 1.3 Crecimiento tumoral desde el inicio hasta la detección clínica. El crecimiento de un tumor es insidioso. Existen millones de células antes de que sea visible en la TC (∼1 mm) y en este momento un número relativamente pequeño de divisiones adicionales pueden conducir a su letalidad, como muestran las curvas de crecimiento logarítmico del diámetro y el volumen tumoral en el gráfico.175 Dependiendodel tiempo de duplicación del tumor (p. ej., 30, 100, 180 o 400 días), la transición inicio-detección-mortalidad puede durar décadas, meses o años, según muestra la tabla situada encima del gráfico. Nuestros algoritmos actuales están diseñados para valorar un carcinoma pulmonar macroscópico del orden de 1 cm de forma eficiente, pero el sagrado grial de la detección precoz del cáncer debería identificar el cáncer en estadios más precoces de desarrollo a nivel microscópico. Se asume que una célula mide 10 micras para estos cálculos y que el crecimiento celular es exponencial. El gráfico muestra en el eje x una 35 escala logarítmica en base 10 y en el eje y una escala logarítmica en base 2 para facilitar la interpretación. PET, tomografía por emisión de positrones; TC, tomografía computarizada. El tiempo de duplicación (tiempo necesario para duplicar el volumen una vez) puede calcularse con la siguiente fórmula: donde t es el tiempo entre las imágenes en días, d2 es el diámetro del nódulo en la imagen más reciente, d1 es el diámetro del nódulo en la imagen inicial y ln es el logaritmo natural. Es posible encontrar esta calculadora en internet.52 Los nódulos pulmonares se suelen considerar benignos cuando su tiempo de duplicación del volumen es muy lento (superior a 2 años) o demasiado rápido (menos de 30 días) para corresponder a un cáncer. Sin embargo, estos datos se basan en un estudio realizado hace más de 50 años, que definió estos umbrales de tiempo, útiles pero imperfectos, para diferenciar estas patologías.53 Los nódulos metastásicos de crecimiento rápido pueden duplicar su volumen en días, de forma que es importante recordar que el valor inferior de este umbral no resulta útil. En la mayoría de los centros de EE. UU. el crecimiento se determina a partir de las medidas de diámetro, pero en Europa se recomienda también medir cambios de volumen. El estudio NELSON está analizando la utilidad de la detección selectiva del cáncer de pulmón en un subgrupo de pacientes con distintos tiempos de seguimiento radiológico y usa el análisis volumétrico como parámetro para definir el resultado positivo; esto puede reducir la elevada frecuencia de falsos positivos (96%) encontrada en el NLST.54,55 Un estudio ha analizado este mismo problema en una cohorte de 221 pacientes en un solo centro usando un modelo que incorpora el volumen del nódulo y su esfericidad, y ha conseguido mejorar la precisión.56 Estos resultados tienen que ser reproducidos, pero parece probable que la medida del volumen del nódulo se convertirá en una parte de la valoración y el informe de la TC en el futuro. 36 Valoración del riesgo de cáncer Características del paciente La edad media de los pacientes con cáncer de pulmón es de unos 70 años.57 Los pacientes mayores de 50 años tienen una frecuencia de cáncer pulmonar doble que los menores de 50 años.58,59 En 1950, Doll y Hill en Reino Unido y Wynder y Graham en EE. UU. publicaron por separado la asociación causal entre el tabaco y el cáncer de pulmón.60,61 Esto fue recogido en el informe del Surgeon General estadounidense de 1964 que hablaba de las consecuencias sobre la salud del tabaco y modificó todo el escenario del tratamiento del cáncer pulmonar.62,63 Bach ha demostrado mediante modelos que el efecto del humo del tabaco depende de la dosis con una semivida de años.64 Por tanto, un gran fumador actual tiene el máximo riesgo de sufrir un cáncer pulmonar, mientras que el fumador que ha abandonado el consumo hace más de 15 años tienen menos riesgo, independientemente de la dosis. Los fumadores que abandonaron el consumo antes de los 35 años tienen un riesgo de carcinoma pulmonar parecido al de la población general que nunca ha fumado y el abandono del tabaco se asocia a una reducción del riesgo de cáncer pulmonar, incluso si se produce en la séptima década de la vida.65 Además, una persona con antecedentes de cáncer antiguo (5 años antes o más) tiene más probabilidad de sufrir un carcinoma de pulmón primario, dado que la incidencia de muchos tipos distintos de cáncer está aumentada en los fumadores.66,67 Tomografía computarizada Además de describir las características básicas del nódulo, como el diámetro, el borde y la localización, es también posible medir su densidad mediante la atenuación en la TC medida en unidades Hounsfield (UH). La TC con contraste yodado mide la heterogeneidad y la vascularización mejor que la TC sin contraste y se empleaba en algunos centros a finales de la década de 1990 y principios de la década de 2000 como herramienta adicional para estimar el riesgo antes de la PET.68,69 En un estudio, un umbral de ≤15 UH en la TC con contraste obtuvo una sensibilidad para descartar cáncer del 98% en 550 pacientes sometidos a una TC con contraste en siete centros entre 1995 y 1997. Actualmente, el realce dinámico de la TC con contraste en los nódulos pulmonares solo tiene interés histórico. La TCDE consigue una TC virtual sin y con contraste usando contraste yodado y distintos voltajes para generar una radiografía con dos detectores. Aporta la ventaja de permitir definir las calcificaciones y las diferencias de atenuación en un solo barrido. También mejora la visualización de la 37 vasculatura circundante y por eso se considera una variante de gammagrafía de perfusión «digital». La dosis de radiación de la TCDE es de unos 7-8 mSv y se parece a la generada por la TC multidetector del tórax, pero es muy superior a la generada por una TCBD para la detección selectiva del cáncer pulmonar.70,71 Existen estudios de viabilidad, pero hasta ahora ningún estudio a gran escala ha demostrado que la TCDE tenga un valor añadido para la evaluación del nódulo en la práctica clínica. Tomografía por emisión de positrones con fluorodesoxiglucosa La avidez por la FDG aumenta en el carcinoma pulmonar y puede ser útil para la caracterización de los nódulos pulmonares más grandes.72 Pueden obtenerse falsos negativos con la PET a menudo cuando las lesiones son menores de 1 cm por las limitaciones de resolución de esta tecnología, pero también en los cánceres de crecimiento lento o en los NVD debidos a una menor captación, igual que sucede con otros tumores malignos distintos del pulmonar, como los hepatocarcinomas, que metabolizan el trazador, o los carcinomas de células renales, que lo excretan. Por el contrario, esta prueba puede aportar falsos positivos en pacientes con inflamación o infección activa.73-75 La avidez del nódulo en la PET puede medirse de forma cuantitativa o cualitativa. Los descriptores cualitativos como captación «negativa» frente a «positiva» o captación «baja», «moderada» o «intensa» se comparan con la captación de fondo presente en el mediastino, el pulmón o el hígado, mientras que las medidas cuantitativas emplean valores como SUVmáx (máxima intensidad de captación en la lesión) o SUVmedia (intensidad promedio de una lesión) como lecturas numéricas de la captación de trazador en función de la dosis inyectada al paciente y el peso corporal. Gould et al. valoraron el rendimiento de la prueba PET-FDG en 2001 analizando en qué medida las características semicuantitativas (SUVmáx o SUVmedia) y/o cualitativas identificaban los nódulos o masas pulmonares. En este metaanálisis, los resultados cualitativos de la PET demostraron una sensibilidad mediana superior (94%) con una buena especificidad mediana (83%) en la identificación del cáncer en un nódulo pulmonar sólido.76 Deppen et al. analizaron posteriormente este aspecto usando datos más recientes de 2000 a 2014 y estratificaron su análisis en función de las regiones de enfermedad endémica por hongos, dato que afecta de forma conocida al rendimiento de la prueba en el diagnóstico de cáncer. De 70 estudios (10 de ellos de regiones endémicas) sobre 8.511 nódulos, un 60% fueron malignos. El rendimiento de la PET fue inferior al descrito originalmente por Gould et al. (sensibilidad del 89% y especificidad del 75%) y fue notablemente menor en las regiones con enfermedades fúngicas endémicas (especificidad del61%). Nosotros consideramos que se debe reservar la PET para los pacientes con nódulos sólidos que midan 10 mm o más y que tengan una probabilidad 38 clínica baja a moderada de cáncer (<40%). En estos casos, el valor predictivo negativo de la PET es suficientemente alto para justificar una estrategia posterior de manejo mediante control de TC. La mayor parte de los expertos consideran que no se debería emplear la PET en los pacientes con nódulos no sólidos, nódulos parcialmente sólidos (salvo que el componente sólido supere los 8 mm) o nódulos sólidos menores de 10 mm de diámetro. La PET también aporta una imagen de todo el cuerpo, que puede aportar más información (imperfecta) sobre el estadio del cáncer. Modelos de riesgo de cáncer pulmonar: perspectiva histórica En 1960, el Dr. Henry Garland fue el primer médico en EE. UU. que publicó un algoritmo para diferenciar los nódulos benignos y malignos.77 Hay que destacar que Garland reconoció la importancia de combinar los datos radiológicos (RxT o fluoroscopia), los datos clínicos (edad, sexo, síntomas, antecedentes de cirugía torácica) y los datos analíticos (pruebas cutáneas para las infecciones por hongos, la tuberculosis y la citología de esputo) para estimar la probabilidad de malignidad. Sin embargo, este autor no reconoció la importancia del tabaco como indicador clave del riesgo de cáncer60 y no incluyó una expresión matemática para cuantificar el riesgo. Este trabajo se convirtió básicamente en una publicación sobre lo bien que Garland, con su gran experiencia, podía diagnosticar el cáncer, algo que hacía con una precisión del 90%. Una revisión de Lillington publicada en 197478 incorporó algunos avances tras la publicación de Garland, como el uso del teorema de Bayes para asignar el riesgo y el desarrollo de la biopsia con aguja gruesa (BAGTT) mediante control de radioscopia, los cepillados bronquiales a través de broncoscopia y la mediastinoscopia. La introducción de conceptos como la preferencia del paciente y los márgenes de los nódulos, además del riesgo que representa el tabaco, en este modelo fueron un importante avance en la forma de pensar. Las ideas de Lillington fueron sistematizadas en colaboración con Cummings y Richard, de la Universidad de California, San Francisco, en 1986, en una serie de dos publicaciones de referencia en las que se describía el abordaje bayesiano para asignar el riesgo de cáncer a un nódulo pulmonar79 y una «aproximación» para la toma de decisiones a la hora de biopsiar o no un nódulo pulmonar.80 Estas publicaciones de referencia describieron de forma cuantitativa por vez primera cómo estimar la probabilidad de cáncer de pulmón en un nódulo pulmonar utilizando métodos que actualmente son habituales en la toma de decisiones clínicas para determinar si existe indicación de una estrategia de seguimiento (vigilancia activa mediante RxT), biopsia o cirugía. Llegaron a la conclusión de que la opción es una «vigilancia estrecha» y muy sensible para el riesgo de cáncer con un beneficio marginal 39 del control en pacientes con nódulos de bajo riesgo; que la biopsia es mejor en pacientes con nódulos indeterminados; y que la cirugía se debe emplear en individuos con nódulos de alto riesgo. Es importante destacar que, aunque la TC no se empleaba de forma generalizada cuando se publicó este modelo, este trabajo es la base de los modelos empleados en la actualidad, que se comentan en detalle más adelante. Modelos actuales Los modelos predictivos están adquiriendo cada vez más importancia en la práctica clínica. A partir de los trabajos de Garland, Lillington, Richard y Cummings, actualmente se dispone de múltiples modelos de evaluación del riesgo de carcinoma pulmonar.67,81-86 La principal limitación de estos estudios es que la alta prevalencia de cáncer encontrada virtualmente en todos ellos posiblemente refleje sesgos por derivación. En consecuencia, todos (salvo Brock) sobreestiman la probabilidad de cáncer en atención primaria. Aunque todos ellos presentan una precisión bastante buena, cada modelo tiene que aplicarse en poblaciones parecidas a aquellas en las que se obtuvo. Es importante recordar que ninguno de estos modelos resulta mejor que el criterio clínico y es posible que lo mejor sea combinar este criterio con el modelo.87,88 Conocer las poblaciones en las que se desarrollaron los modelos y las variables que permiten obtener resultados en los mismos es clave para aplicarlos bien en clínica. La mayor parte de estos modelos recurren a la regresión logística para definir el riesgo en forma de odds ratio (OR). Esta es una variante de regresión lineal de forma y = mx + b, en la que m representa la pendiente de la gráfica; x, la variable independiente, e y, la variable dependiente. Dado que el resultado que se desea predecir es binario, se debe utilizar un modelo logarítmico no lineal para «linealizar» los datos en una forma que mida la probabilidad de cáncer como p = e(x)/(1 + e(x)). De este modo se puede estimar el efecto de las variables β1, β2, β3 hasta βn sobre el resultado, que en este caso es el cáncer de pulmón. A continuación se presenta una breve descripción de los modelos relevantes publicados hasta la fecha en orden cronológico (tabla 1.2). Tabla 1.2 Modelos actuales para valorar el riesgo de carcinoma pulmonar en los nódulos pulmonares 40 41 AUC, área bajo la curva; BCCA, British Columbia Cancer Agency; BIMC, calculadora de malignidad mediante inferencia bayesiana; FDG, fluorodesoxiglucosa; FEV1, volumen espiratorio forzado en 1 s; IC, intervalo de confianza; IMC, índice de masa corporal; NR, no referido; OR, odds ratio; PanCan, Pan- Canadian early lung cancer detection; PET, tomografía por emisión de positrones; PKUPH, Peking University People’s Hospital; TC, tomografía computarizada; TREAT, calculadora de evaluación y tratamiento en investigación torácica; UH, unidades Hounsfield. a Se muestra solo para la cohorte de entrenamiento. b OR significativos. c Véase en la sección sobre biomarcadores una explicación completa de este modelo, que predice benignidad en lugar de malignidad. d Corresponden a razones de verosimilitud en lugar de a odds ratios. Clínica Mayo67 El modelo de la Clínica Mayo se obtuvo a partir de una muestra de pacientes con nódulos pulmonares indeterminados encontrados de forma incidental en una RxT o TC de un solo centro entre 1984 y 1986. En total participaron 629 pacientes de la Clínica Mayo, que fueron divididos en dos grupos para el estudio de validación con 629 nódulos (23% de cánceres), y en ellos se categorizó el riesgo según la siguiente fórmula67: 42 donde cáncer alude a antecedentes de carcinoma de origen no pulmonar hace más de 5 años y superior es la localización en el lóbulo superior. Los pacientes con antecedentes de carcinoma pulmonar y un carcinoma extratorácico reciente fueron excluidos del estudio. Herder81 Este modelo se desarrolló con datos de una muestra de 106 pacientes sometidos a TC para evaluación de nódulos entre 1997 y 2001, de los que 61 (57%) tenían un carcinoma. Se añadieron los datos de la PET-FDG al modelo de la Clínica Mayo usando una escala de intensidad cuantitativa de cuatro puntos para la captación del nódulo, según la siguiente fórmula: VA (Veterans’ Administration)82 El modelo de la VA se calculó usando una muestra de 375 veteranos de 10 centros participantes en un ensayo con un solo brazo sobre pacientes con un nódulo pulmonar sometidos a una PET-FDG entre 1988 y 2001 (54% cánceres).82 donde tabaquismo se define como fumadores frente a nunca fumadores, y la edad y los años desde el abandono del tabaco se dividieron entre 10 para facilitar la interpretación de los odds ratios calculados. Peking University People’s Hospital86,89 Este modelo se obtuvo a partir de pacientes con nódulos identificados de forma retrospectiva en un solo centro médico chino entre 2000 y 2009. El desarrollo del modelo empleó un diseño de estudio entrenamiento-prueba con 371 y 145 casos, respectivamente (63% cánceres), y resultó más precisoque los modelos de la Clínica Mayo o la VA para esta población de pacientes. 43 donde margen es «margen limpio» o margen liso.90 Los autores no explicaban si los antecedentes familiares de cáncer se referían a cualquier tipo de tumor o solo al carcinoma pulmonar. Brock83 Este modelo fue el primero que identificó el riesgo en pacientes con nódulos pulmonares detectados mediante detección selectiva, una muestra que tiene una prevalencia claramente menor de cáncer.83 Este modelo se obtuvo en dos cohortes canadienses con 2.961 y 12.029 nódulos y estaba compuesto por cuatro modelos relacionados. Los dos primeros modelos se desarrollaron sin incluir la espiculación del nódulo como variable porque solo en una de las dos cohortes elegidas (Pan-Canadian Early Lung Cancer Detection [PanCan]) constaba este dato. Se hizo un modelo completo y parsimonioso para los modelos que incluían la espiculación y los que no y con esta técnica se generaron cuatro modelos. A partir de una lista larga de variables consideradas importantes, este estudio identificó cuatro predictores independientes de cáncer para el modelo parsimonioso: sexo femenino, mayor tamaño del nódulo, localización en el lóbulo superior y espiculación del nódulo. Este modelo está disponible para usar en http://www.brocku.ca/lung-cancer-risk-calculator. Calculadora de evaluación y tratamiento en investigación torácica84 Este modelo se generó para identificar el riesgo de sufrir un cáncer en una muestra de pacientes con nódulos derivados para la evaluación quirúrgica. Los autores reconocieron que los modelos existentes para predicción no funcionaban bien en esta población especial con una prevalencia muy elevada de cáncer. Ensayaron el modelo en 492 pacientes y lo validaron en 226 pacientes (prevalencia global de cáncer del 83%). Incluyeron variables adicionales disponibles en esta población derivada a cirugía, como el índice de masa corporal (IMC), el volumen espiratorio forzado en un segundo y los síntomas para definir un modelo en el que se incluye una variable no lineal de paquetes-años para medir el consumo de tabaco. Aunque solo se dispuso de toda la información en 264 y 136 pacientes de la cohorte de entrenamiento y de la prueba (n = 400), respectivamente, el grupo usó la imputación para rellenar los datos perdidos en todos los pacientes, partiendo de la asunción de que era válido. Calculadora de malignidad mediante inferencia bayesiana85 Soardi et al. emplearon un abordaje bayesiano parecido al modelo de Gurney 44 http://www.brocku.ca/lung-cancer-risk-calculator descrito en la figura 1.2.85 Este modelo europeo se obtuvo a partir de una muestra de 343 pacientes con NPS de un solo centro entre 2003 y 2013 (58% cánceres). Se diferencia de los modelos anteriores en que desarrolló valores de LR de cáncer para la edad del paciente, el tabaquismo, los antecedentes de lesiones malignas, el tamaño del nódulo, la localización del nódulo, el contorno del nódulo, el tiempo de duplicación del volumen del nódulo, la densidad focal mínima del nódulo, el realce del nódulo y la avidez en la PET- FDG. Los investigadores emplearon estos datos para analizar la calculadora de malignidad mediante inferencia bayesiana (BIMC) en comparación con los otros modelos, como se describe en la siguiente sección. La principal limitación del abordaje bayesiano con LR es que asume que todas las variables son independientes. Otra limitación es que se tiene que elegir un valor de la probabilidad previa, que debería aproximarse a la prevalencia en la población que se esté considerando, algo que con frecuencia se ignora. 45 Comparación del rendimiento de los modelos de riesgo Varios estudios han comparado de forma directa los modelos de riesgo (tabla 1.3). Schultz et al. fueron los primeros en realizar este tipo de estudio comparando los modelos de la Clínica Mayo y la VA en una pequeña muestra de 151 veteranos estadounidenses con nódulos de múltiples centros de EE. UU. incorporados entre 2000 y 2009 por haberse sometido a una PET y una TC.91 Encontraron que el modelo de la Clínica Mayo era más exacto que el de la VA. Aunque el modelo de la clínica Mayo tendía a sobreestimar el riesgo, el modelo de la VA lo sobrestimaba. El concepto de calibración introducido aquí es clave y alude a en qué medida un modelo (en este caso obtenido mediante regresión logística) identifica el riesgo de cáncer en un espectro de riesgo (bajo o alto). Los modelos bien calibrados no sobrestiman o infraestiman de forma importante el riesgo de cáncer en un continuo de riesgo estimado. Tabla 1.3 Validación y comparación de los modelos de riesgo de cáncer para los nódulos pulmonares en una cohorte independiente 46 AUC, área bajo la curva; BIMC, calculadora de malignidad mediante inferencia bayesiana; IC, intervalo de confianza; PKUPH, Peking University People’s Hospital; TREAT, calculadora de evaluación y tratamiento en investigación torácica. a Realizado en los datos de descubrimiento de PKUPH. Li et al. emplearon el conjunto de datos a partir del cual obtuvieron el modelo del Peking University People’s Hospital (PKUPH) para comparar su rendimiento con el de los modelos de la Clínica Mayo y la VA. De forma no sorprendente, observaron que su modelo (posiblemente excesivamente bien ajustado en este grupo de datos) era más preciso (área bajo la curva [AUC] = 0,874) que el modelo de la Clínica Mayo (AUC = 0,784) y el modelo de la VA (AUC = 0,754), que tenían un rendimiento inferior en este conjunto de datos externo sobre el cual no habían sido desarrollados. Las diferencias entre las poblaciones y las características del nódulo en las diferentes regiones podrían contribuir también a este resultado. Al-ameri et al. analizaron 244 pacientes con un nódulo pulmonar procedentes de un único centro en Reino Unido, en 139 de los cuales se había 47 realizado una PET-FDG para comparar el rendimiento de los cuatro modelos de predicción: Clínica Mayo, Herder, Brock y VA.92 Mediante un análisis de la curva característica operativa del receptor (ROC, receiver operating characteristic), encontraron que el modelo de Herder tenía el mejor rendimiento y era comparable a los modelos de la Clínica Mayo y Brock (modelo completo con espiculación) y que el peor rendimiento se asociaba al modelo VA. Este estudio fue el primero que comparó los modelos de forma directa, incluido el modelo Herder, que empleó la PET, y el modelo de Brock, que se diseñó para identificar los nódulos identificados en la detección selectiva. Sin embargo, para que la comparación fuera real, se debería integrar la probabilidad previa a la prueba calculada de los modelos VA o Brock con los resultados de la PET-FDG, ya que cabría esperar, aunque no tiene por qué ser así, que aumentara la precisión del modelo. Perandini et al. analizaron 285 pacientes con nódulos de un solo centro entre 2002 y 2013 en Italia y aplicaron los modelos Mayo, Gurney, PKUPH y el recientemente desarrollado por ellos BIMC.93 La prevalencia de cáncer fue de un 55% y el diámetro promedio de los nódulos fue de 15 ± 7 mm. Los autores observaron que los modelos BIMC y Mayo conseguían la mejor precisión, y una importante aportación de su estudio fue que usaron los umbrales para la toma de decisiones planteados en las recomendaciones del American College of Chest Physicians (ACCP) y la British Thoracic Society (BTS) para comprender cómo se modificaba la toma de decisiones en función del modelo sin que ninguno de ellos fuera superior a los demás en todos los aspectos. Además, estudiaron el efecto de la avidez del nódulo por la PET- FDG en 180 nódulos comparando los modelos de Herder y BIMC y demostraron que ambos tenían un rendimiento parecido (AUC = 0,807 y 0,822, respectivamente).36 48 Recomendaciones para el manejo del nódulo pulmonar El primer conjunto de recomendaciones para manejo de los nódulos fue publicado en 2003 por el ACCP.94 Antes de ese momento no existían recomendaciones y solo se disponía de la opinión de expertos para orientar el manejo.94,95 El ACCP,el American College of Radiology (ACR) y, de forma más reciente, la BTS, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica y algunos expertos clínicos asiáticos han publicado actualmente recomendaciones para el manejo de los nódulos pulmonares detectados de forma incidental.5,10,96-98 El ACCP editó la segunda versión del manejo del nódulo pulmonar en 2013,98 y obtuvo una gran repercusión en las recomendaciones asiáticas editadas en 2016.10 Las recomendaciones de la BTS, publicadas en 2015, son específicas como conjunto de recomendaciones independientes que vienen condicionadas por las evidencias regionales y globales y por los patrones de práctica clínica.5 Las recomendaciones de la Fleischner Society y las guías del Lung-RADS (v. más detalles sobre el Lung- RADS en «Evaluación del nódulo subcentimétrico») fueron elaboradas por grupos de trabajo de la Society for Thoracic Imaging and Diagnosis y el ACR, respectivamente.99-102 Las recomendaciones de 2017 de la Fleischner Society representan la tercera iteración sobre el manejo de los nódulos, que actualmente incluye recomendaciones para el manejo de las lesiones sólidas, subsólidas, subcentimétricas y múltiples sólidas o en vidrio deslustrado.101 Aunque existen ligeras diferencias entre estas recomendaciones, un rasgo evidente y compartido es el uso de la estratificación del riesgo en lesiones de riesgo bajo, intermedio y alto para decidir los siguientes pasos (cuadro 1.2, figs. 1.4-1.6). Cuadro 1.2 Puntos clave en el manejo del nódulo pulmonar • Es fundamental comparar con un estudio radiológico previo para valorar el crecimiento. • Los nódulos pulmonares pueden ser grandes (>8 mm) o subcentimétricos (≤8 mm). • Los nódulos pulmonares pueden ser solitarios o múltiples, con una amplia gama de densidades. • Las nuevas recomendaciones han evolucionado para cubrir todas estas situaciones posibles. • Los modelos de riesgo son útiles, pero no deben sustituir al buen juicio clínico y dependen mucho de la prevalencia de la enfermedad 49 en la población de origen. • Las recomendaciones y guías dependen mucho de la prevalencia de la enfermedad y de los procesos no malignos existentes en la población en la que se aplican. • Las preferencias de los pacientes tienen gran importancia en la toma de decisiones. • El único biomarcador molecular actualmente aceptado para estatificar el riesgo de los nódulos grandes es la tomografía por emisión de positrones con fluorodesoxiglucosa. • El abordaje de la biopsia del nódulo pulmonar depende de las características del nódulo y del paciente. • Se están desarrollando muchas pruebas analíticas en la población con nódulos para tratar de mejorar la estratificación del riesgo. FIG. 1.4 Recomendaciones estadounidenses para la valoración de un nódulo: American College of Chest Physicians, 2013. La segunda edición de estas recomendaciones98 conserva los mismos nodos básicos para la evaluación del nódulo pulmonar basados en el trabajo original de 1985 de Cummings. No cabe duda que evolucionarán con el tiempo, de forma que los datos que se presentan aquí, aunque están actualizados para 2017, solo representan el paradigma actual. ARF, ablación por radiofrecuencia; PET, tomografía por emisión de positrones; RTCE, radioterapia corporal estereotáctica; TC, tomografía computarizada. 50 FIG. 1.5 Recomendaciones europeas para la evaluación del nódulo: British Thoracic Society, 2015. Las diferencias más importantes con relación a las recomendaciones del ACCP son: 1) modificaciones de los umbrales de riesgo definidos en cada una de las guías para riesgo moderado/alto; 2) utilización del modelo Herder, que incorpora los estudios con PET-FDG para valorar el riesgo; 3) uso de medidas volumétricas; 4) recomendación de tratamiento de los nódulos diagnosticados mediante detección selectiva y de forma incidental de forma similar y utilización del modelo de Brock para estratificar el riesgo de los nódulos; 5) diferencias en las recomendaciones de seguimiento de los nódulos sólidos; y 6) recomendaciones variables sobre el seguimiento de los nódulos subsólidos subcentimétricos. ACCP, American College of Chest Physicians; PET, tomografía por emisión de positrones; TC, tomografía computarizada. (Adaptado con autorización de Callister ME, Baldwin DR, Akram AR, et al. British Thoracic Society guidelines for the investigation and management of pulmonary nodules. Thorax. 2015;70 (Suppl 2):ii1-ii54.) 51 FIG. 1.6 Recomendaciones asiáticas para la evaluación de los nódulos, 2016. Estas recomendaciones son prácticamente iguales a las del ACCP, pero tienen notables diferencias en la evaluación de los nódulos subcentimétricos y subsólidos. ACCP, American College of Chest Physicians; PET, tomografía por emisión de positrones; TC, tomografía computarizada. Es fundamental recordar que no existen evidencias directas que comparen las distintas estrategias de evaluación de los nódulos (salvo los modelos de toma de decisiones). El ACCP y la BTS emplearon la medicina basada en la evidencia para desarrollar sus recomendaciones, algo que no ocurrió en las recomendaciones de la Fleischner Society de 2005 y 2013 o en las guías del ACR/Lung-RADS. Además, en las recomendaciones del ACCP, 24 de las 27 elaboradas eran débiles y se basaron en evidencia de poca calidad. En este momento sigue siendo necesario investigar de forma eficaz sobre los intervalos de seguimiento óptimos y sobre qué pacientes deberían someterse a controles o en cuáles debería realizarse una biopsia. Una revisión de las recomendaciones de forma breve revela varias diferencias clave (tabla 1.4). Las recomendaciones de la BTS se alejan de las demás porque introducen la medida del tiempo de duplicación del volumen para orientar los pasos posteriores, siempre que sea posible. En los nódulos subsólidos, todas las recomendaciones aceptan las diferencias entre los nódulos en vidrio deslustrado puros y los subsólidos. A partir del mejor conocimiento sobre la naturaleza indolente de muchos adenocarcinomas pulmonares que debutan con una atenuación en vidrio deslustrado pura o parcial y la falta de información sobre cuáles dentro de esa minoría van a progresar, las recomendaciones de seguimiento actuales sugieren hasta 5 años de seguimiento. Dado que estas lesiones parecen distintas de los carcinomas sólidos desde una perspectiva tanto epidemiológica como biológica, la estratificación del riesgo se realiza principalmente a partir de la densidad del nódulo, el tamaño global y el tamaño del componente sólido. También en ese aspecto las recomendaciones de la BTS se distinguen de las 52 demás porque sugieren emplear el modelo de Brock para las lesiones subsólidas persistentes. En los nódulos subcentimétricos, la mayor parte de las recomendaciones se alejan del uso de los modelos de riesgo tradicionales favoreciendo la valoración de las características del nódulo, y la regla general es recomendar un control radiológico. Cuando existen nódulos múltiples, las recomendaciones indican que cada uno se debe evaluar de forma independiente y emplear el de máximo riesgo para la estratificación. En este caso, las recomendaciones de 2017 de la Fleischner Society incluyen una serie exhaustiva de recomendaciones. Tabla 1.4 Resumen y comparación de las recomendaciones para el manejo del nódulo pulmonar 53 54 55 56 ACCP, American College of Chest Physicians; Asia, recomendaciones de consenso para la práctica clínica en Asia; BTS, British Thoracic Society; Fleischner, American College of Radiology; Lung-RADS, sistema de registro y notificación de los datos de la detección selectiva mediante TC pulmonar; PET, tomografía por emisión de positrones; TC, tomografía computarizada; TCBD, tomografía computarizada de baja dosis. a Véanse detalles adicionales en las guías de referencia y las figuras 1.4 y 1.5. 57 Análisis de coste de las estrategias de evaluación Los costes de la asistencia sanitaria están aumentando en EE. UU.; en 2015 se estimaron en 3,2 billones de dólares.103
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