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1- Sistema óseo y articular

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SISTEMA ÓSEO 
Tejido óseo: 
El tejido óseo está compuesto por células 
óseas u osteocitos, sustancia fundamental, fibrillas 
colágenas, una sustancia cementante y diversas 
sales. La sustancia fundamental y las fibrillas 
colágenas constituyen la sustancia intercelular, 
denominada osteoide. Las fibrillas pertenecen a la 
parte orgánica del hueso y las sales a la parte 
inorgánica. Entre las sales más importantes se 
deben mencionar fosfato de calcio, fosfato de 
magnesio y carbonato de calcio. Además se hallan 
compuestos de calcio, potasio y sodio con cloro y 
flúor. 
Las sales proveen la dureza y la 
resistencia características del tejido; cuando éstas 
disminuyen el hueso se descalcifica y puede 
doblarse. No sólo las sales son responsables de la 
resistencia de los huesos; también lo son los 
componentes orgánicos. Cuando éstos son 
insuficientes, la elasticidad del hueso se pierde y 
los huesos no pueden soportar peso porque se 
tornan frágiles. La proporción de sales inorgánicas 
y fibrillas colágenas varía en el transcurso de la 
vida y en el anciano los huesos pierden 
elasticidad, es decir que pierden su flexibilidad y 
resistencia a los impactos, pudiendo fracturarse. 
Todos los huesos poseen periostio, una 
capa delgada de tejido conectivo fibroso que 
cubre la superficie externa. Si observamos un 
corte veremos una capa superficial de hueso 
compacto denso que rodea a un hueso esponjoso 
menos denso. En el cuerpo del hueso (diáfisis) se 
encuentra la cavidad medular que contiene 
médula ósea amarilla (adiposa) y en sus extremos 
(epífisis) se aloja la médula ósea roja, encargada 
de la producción de células sanguíneas como los 
glóbulos rojos y las plaquetas. Los huesos largos 
del esqueleto presentan un área cartilaginosa 
interpuesta (metáfisis o placa epifisaria) que 
permite el crecimiento del hueso en longitud hasta 
su osificación definitiva. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Esqueleto humano: 
 Los huesos y cartílagos del cuerpo que conforman el sistema esquelético, proveen el 
sostén para los músculos y protegen a los órganos internos. Hay dos divisiones anatómicas del 
esqueleto: 
Esqueleto axial: formado por el cráneo, las vértebras, el esternón, las costillas, el sacro y el 
hueso coxal. 
Esqueleto apendicular: que incluye la clavícula y la escápula de la cintura escapular, los huesos 
coxales de la cintura pelviana y los huesos de los miembros superior e inferior. 
 
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 Clasificación de los huesos: 
 Los huesos se clasifican de acuerdo con sus formas en: 
Huesos largos: son tubulares y se encuentran en las extremidades. 
Huesos cortos: son cuboideos y están en el carpo y el tarso. 
Huesos planos: tienen funciones protectoras como los huesos del neurocráneo, escápula o 
coxal. 
Huesos irregulares: como las vértebras o huesos de la cara. 
Huesos sesamoideos: se desarrollan en determinados tendones relacionados con las 
articulaciones. 
 
 
 Los huesos presentan diversas estructuras como las apófisis, salientes óseas que sirven 
de punto de fijación para los ligamentos y tendones; otras apófisis específicas se denominan 
cóndilos, tubérculos, espinas, crestas y trocánteres. 
 
 
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SISTEMA ARTICULAR 
Tejido cartilaginoso: 
 El tejido cartilaginoso es elástico ante la compresión y la flexión. Es rígido y está 
formado por células y sustancia intercelular. El tipo de sustancia intercelular es diferente para 
cada clase de tejido cartilaginoso y se clasifica en hialino, elástico y fibroso. 
 Como células fijas, las del cartílago o condrocitos son ricas en agua, glucógeno y 
lípidos. Tienen aspecto henchido, forma esférica y un núcleo también esférico. La sustancia 
intercelular, muy hidratada (hasta 70% de agua), constituye el fundamento de la función de 
 
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sostén del cartílago. Es casi avascular, sin nervios y contiene fibras o fibrillas en una sustancia 
fundamental con proteoglicanos, glucoproteínas, lípidos y electrolitos. 
Cartílago hialino: De aspecto azulado, soporta cargas a nivel de las superficies articulares a las 
cuales recubre (articular), está presente en la unión entre diáfisis y epífisis de los huesos (de 
crecimiento), en las costillas (costal) y en el aparato respiratorio. Con el paso del tiempo pierde 
agua y se producen depósitos de calcio. 
 
Cartílago elástico: Se ve amarillento y tiene menos fibras colágenas, se encuentra en la oreja y 
nariz. 
 
Cartílago fibroso (fibrocartílago): Posee menos células y más fibras de colágeno, se encuentra 
en el disco intervertebral, los meniscos de la rodilla y la sínfisis pubiana 
 
Articulaciones: 
 Determinan la unión de dos o más huesos destinadas a cumplir con la actividad motriz o 
postura junto con la musculatura esquelética. Se pueden clasificar desde un punto de vista 
funcional y otro morfológico de acuerdo al material que une los huesos. Podemos clasificarlas 
en fibrosas, cartilaginosas y sinoviales. 
Articulaciones fibrosas: 
 Se caracterizan por no poseer prácticamente movimiento. Se pueden encontrar en las 
suturas del cráneo, las sindesmosis que constituye un ligamento interóseo en el antebrazo o la 
pierna y las gonfosis en la unión alvéolo dentario. 
 
 
 
 
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Articulaciones cartilaginosas: 
 Poseen cierto grado de movimiento y están unidas por medio de cartílago hialino o 
fibrocartílago. En las primarias o sincondrosis los huesos están unidos por cartílago hialino que 
permite el crecimiento en los primeros años de vida (placa epifisaria). En las cartilaginosas 
secundarias se encuentra un fibrocartílago que aporta resistencia y capacidad de absorción de 
fuerzas como los cartílagos costales, la sínfisis pubiana o los discos intervertebrales. 
 
 
 
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Articulaciones sinoviales: 
 Son aquellas que otorgan libertad de movimiento entre los huesos que unen y están 
adaptadas para la locomoción. Los huesos están unidos por una cápsula articular fibrosa externa 
y una sinovial interna que delimita una cavidad articular y que contiene una pequeña cantidad 
de líquido lubricante (sinovial); dentro de la cápsula las superficies de los huesos se encuentran 
revestidos por una capa de cartílago hialino (articular). Se encuentran reforzadas por ligamentos 
accesorios que pueden estar separados (extrínsecos) o ser refuerzos de la cápsula (intrínsecos). 
Algunas articulaciones presentan en su interior fibrocartílagos o meniscos, destinados a adaptar 
superficies articulares incongruentes. 
 
 Existen seis tipos de articulaciones sinoviales de acuerdo con la forma de las superficies 
articulares y/o el movimiento que permiten: 
-Planas o artrodias: Uniaxiales, permiten movimientos de deslizamiento. 
-Trocoides o en pivote: Uniaxiales, permiten movimientos de pronación y supinación. 
-Trocleares, en bisagra o gínglimo: Uniaxiales, permiten movimientos de flexión y extensión. 
-Condílea o elipsoidea: Biaxiales, permiten movimientos de flexión y extensión, abducción y 
aducción. 
-En silla de montar: Biaxiales, permiten movimientos de flexión, extensión y rotación. 
-Enartrosis o esferoideas: Multiaxiales, presenta movimientos universales en todo sentido. 
 
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